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EL ESEQUIBO ES NUESTRO

El Tratado del 17 de febrero de 1966, conocido como el Acuerdo de Ginebra, es el instrumento de mayor importancia
política celebrado entre Venezuela, Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y la República Cooperativa de
Guyana. Mediante este tratado las naciones firmantes convienen revisar, discutir y buscar soluciones satisfactorias a una
controversia que afecta el territorio y la soberanía de Venezuela y Guyana. Este sábado se cumplió 52 años de la firma
de este instrumento que regula nuestra reclamación de soberanía en la Guayana Esequiba y el presidente de la
República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, ratifica el compromiso adquirido en el Tratado del 17 de febrero de
1966. El sol de Venezuela nace en el Esequibo. Hoy se cumplen 52 años de la firma del Acuerdo de Ginebra, el tratado
de mayor importancia política que regula nuestra reclamación de soberanía sobre la Guayana Esequiba. El Acuerdo de
Ginebra está registrado en la Secretaría General de la Organización de las Naciones Unidas bajo el Nº 8192 (1966), fue
distribuido como documento de la Asamblea General el 03 de mayo de 1966 bajo las siglas A/6325; y el Secretario
General aceptó las funciones derivadas de éste.

¿Por qué el Esequibo es venezolano?


La propiedad del territorio Esequibo venezolano (oeste del río Esequibo), fue siempre respaldada por importantes
documentos. Los más destacados son: La Real Cédula de 1768, que precisa los límites de la Provincia venezolana de
Guayana (la octava estrella que muchos apátridas no quieren) y reconfima su territorio en la Real Cédula de 1777, que
crea la Capitanía General de Venezuela. La frontera queda posteriormente igual de definida en el Tratado Venezolano-
Español de 1845 bajo los puntos anteriores de 1777.
Causas viciadas del laudo arbitral

No existe justificación alguna para dicha sentencia: El magistrado de Martens creó un Código de solución de
controversias para este Laudo, debido a que si la solución proviene de un arreglo político y no es de carácter de derecho,
no se puede encontrar motivo alguno para el resultado del Laudo. No se examinó el status territorial que existía para el
momento de la toma de posesión de la Guayana Esequiba. Los árbitros ingleses no actuaron como tales: sino como
representantes activos de los intereses de la corona británica. Se descubre que fueron utilizadas pruebas adulteradas
como bases para la sentencia. Se tornó el objetivo a un caso político y no de aplicación de reglas jurídicas. La sentencia
no precisó la cláusula prescriptiva del modo de adquirir la propiedad del territorio. La cláusula hasta 1814 permitía la
ocupación a un pequeño triángulo entre los ríos Pomeron, Moruca y Esequibo; pero para los ingleses la cláusula les
permitía el dominio pleno sobre un territorio si se tenía para la fecha más de 50 años ocupado.

Síntesis del conflicto limítrofe y las causas viciadas del Laudo

La disputa entre Venezuela y Gran Bretaña comenzó, cuando menos, con la adquisición por parte de GB de los
establecimientos de Demerara, Berbice y Esequibo, mediante el Tratado de Londres de 1814, pactado con los países
bajos (Holanda). Si bien esos establecimientos no tenían límites occidentales claramente definidos, GB estaba en
posesión de un territorio. Y permaneció indiferente respecto a la extensión exacta de su colonia hasta 1840 que recibió
informes de la enorme riqueza minera de la zona, entonces comisionó al ingeniero Robert Schomburgk, para que
inspeccionara y trazara sus fronteras, las cuales éste demarcó mediante hitos, delineó en mapas y marcó sobre el
territorio, de acuerdo a los yacimientos que pretendía GB. Esto provocó un escándalo en Londres

La reiterada protesta de Venezuela logró que los hitos colocados por Schomburgk fueran removidos por orden expresa
del primer ministro, Aberdeen. Bajo estas circunstancias parece imposible considerar esa línea como una frontera
reclamada como derecho por GB. No fue más que una línea basada en conveniencias y oportunismo. Desde 1840 GB,
de tiempo en tiempo, señaló varias otras líneas fronterizas, pero todas como convencionales, que en ninguna instancia
fueron exigidas como asunto de derecho. Pero, al mismo tiempo, existe un continuo aumento de territorio en la
aspiración británica. EE UU, pese al engaño y contubernio con Londres, mediante interposición de sus buenos oficios, a
instancias de Venezuela, le hizo entender a GB, que la controversia involucraba sus intereses y que no podía mirarse
con indiferencia.

Gran Bretaña se rehusó, constantemente, a someter la disputa a arbitraje, excepto bajo la condición de que Venezuela
renunciara a gran parte de su reclamación y le cediera una amplia porción del territorio en disputa.
Venezuela exige como suya la llamada «Guayana Esequiba» (utis posidetis) es decir la zona al occidente del río
Esequibo, que históricamente perteneció a la Capitanía General de Venezuela. El Laudo de París dictado por el Tribunal
de Arbitraje entre Venezuela y la Guayana Británica le otorga a Gran Bretaña (GB) un territorio de 159 mil km² al oeste
del río Esequibo que pertenecía a nuestro país. La decisión fue rechazada por no ajustarse a derecho. El gobierno inglés
firmó en 1966 el Acuerdo de Ginebra en el que reconoce nuestra reclamación sobre el Esequibo. El gobierno copeyano
de Rafael Caldera idea y firma en 1972 el protocolo de Puerto España que congela por 12 años la reclamación
venezolana obviando el Acuerdo de Ginebra. Es considerado una traición. El Congreso permaneció indiferente.

El gobierno de Lusinchi decidió en 1984, no renovar el Protocolo de Puerto España. Y, Venezuela vuelve al Acuerdo de
Ginebra. En 2010 el gobierno de Hugo Chávez decide tomar el camino del buen oficiante de la ONU. En el 2013 el
Gobierno de Venezuela ratifica ante la ONU la reclamación sobre el Territorio Esequibo y pide celeridad al oficiante.

Una oportunidad de oro

Como decíamos en una entrega anterior de este trabajo, Guyana ha planteado, por primera vez, buscar una solución
definitiva a la reclamación venezolana sobre el Territorio ubicado al oeste del río Esequibo. En vista de que los buenos
oficios de Paúl Girvan, representante del Secretario general de la ONU Ban Ki-moon no han funcionado, Guyana sugiere
el arbitraje, o la decisión de la Corte Internacional de la Haya. Este nuevo e intenso interés de Guyana —económico— en
ensanchar «su» plataforma continental por las inversiones de transnacionales en territorio hasta ahora común, debe
aprovecharlo Venezuela para replantear la negociación prevista en el Acuerdo de Ginebra (1966). El hecho de que el
actual «status quo» ya no satisfaga a Guyana, puede favorecernos si se utiliza inteligentemente la oportunidad.

Frente a la nueva posición de Guyana Venezuela debería:

 Ratificar públicamente que el frente venezolano del Atlántico, al norte del Esequibo (Región Barima-Guaini), no
es negociable.
 Reforzar el patrullaje tradicional de la Armada en nuestra fachada atlántica.
 Designar ya, un negociador o facilitador venezolano a tiempo completo.
 Buscar el apoyo legislativo mediante una Ley, el judicial mediante un grupo de expertos en derecho
internacional, y un gran consenso nacional que apuntale las vías u opciones de solución.
 Necesitamos reimprimir la totalidad del caso. Todos los volúmenes, anexos y mapas, presentados tanto por
Venezuela como por GB.
Las posibles vías alternas de solución (opciones):

Continuar negociando con el apoyo del «buen oficiante» o mejor de un mediador,que es el paso previsto en el Acuerdo y
en el Art. 33 de la Carta de la ONU sobre mecanismos de solución pacífica a las controversias entre estados. Ir a la
Corte Internacional de la Haya (Arbitraje) solo para resolver el problema central de la interpretación del Acuerdo de
Ginebra. Guyana argumenta que el mismo consiste en establecer la validez de la disputa venezolana que sostiene que el
Laudo de 1899 es nulo. Se trataría de una disputa básicamente jurídica. Venezuela afirma que no tiene sentido plantear
una salida «práctica y bilateral-mente satisfactoria», como reza el Acuerdo, a una controversia estrictamente jurídica.

Recurrir al arbitraje de terceros, «ex aequo et bono» (igualmente bueno), que diera como resultado un arreglo práctico de
la controversia. Esta solución solo sería posible si Guyana acepta nuestra interpretación del Acuerdo de Ginebra,
voluntariamente o exigida por una sentencia de un tercero según la alternativa de ir a la Haya. Recurrir a la Corte
Internacional de la Haya para definir la validez o nulidad del Laudo de 1899. Esta alternativa está basada sobre la
interpretación guyanesa del Acuerdo de Ginebra. ¿Por qué es la preferida de los guyaneses? Porque los dictámenes y
opiniones de los juristas internacionales, que conocen el caso, la consideran negativa para Venezuela. No obstante es
una opción.

Una solución inteligente, muy imaginativa, que combine los procedimientos ya mencionados, como ejemplo: la forma de
solucionar la controversia del Canal del Beagle, entre Chile y Argentina. En un primer período —confidencial— hubo
negociaciones bilaterales que aproximaron las posiciones y en la etapa pública y definitiva se dejó en manos del Arbitraje
(Juan Pablo II) la solución definitiva, basada obviamente en las conclusiones iniciales. Actualmente, los dos gobiernos
siguen buscando una solución, y han anunciado que la controversia está próxima a resolverse. Es así como, estando a la
espera de una respuesta definitiva, el territorio situado al oeste del río Esequibo, sigue presentando en el mapa rayas
diagonales que lo identifican como un «Territorio en Reclamación».

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