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Alberto Fujimori, condenado a 25 años de

cárcel por delitos contra los derechos


humanos
El ex presidente peruano, de 70 años, ha sido sentenciado culpable por su responsabilidad en dos
matanzas y dos secuestros ocurridos durante su mandato
AGENCIAS / ELPAÍS.COM Lima 7 ABR 2009 - 19:34 CET
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Un tribunal ha sentenciado este martes culpable al ex presidente Alberto Fujimori por
crímenes contra los derechos humanos. El presidente de la sala penal de la Corte
Suprema de Justicia, César San Martín, ha declarado que los cuatro cargos contra
Fujimori están probados "más allá de toda duda razonable", por lo que se le ha
condenado a 25 años de cárcel. Ante la decisión, Fujimori ha interpuesto de inmediato
un recurso de nulidad.

Fujimori, de 70 años, estaba acusado por su responsabilidad en las matanzas de Barrios


Altos y La Cantuta, que dejaron 25 muertos en 1991 y 1992, y en los secuestros de un
periodista y un empresario en 1992. San Martín ha precisado que el grupo militar
encubierto Colina, autor material de las matanzas, cometió 50 asesinatos en 15 meses de
actividad y que el Gobierno de Fujimori desarrolló una febril actividad para ocultar los
hechos una vez que se conocieron.

MÁS INFORMACIÓN
 "Tuve que gobernar desde el infierno", afirma Fujimori

Esta es la primera vez que un ex mandatario elegido democráticamente en América Latina


es declarado culpable en su país por violaciones a los derechos humanos.

Fujimori, quien durante gran parte de su mandato (1990-2000) disfrutó de enorme


popularidad por haber derrotado a los grupos guerrilleros Sendero Luminoso y el MRTA y
además haber estabilizado al país en materia económica, se vio involucrado en graves
escándalos de corrupción hacia el final de su mandato, por lo que huyó del país en el 2000
y se refugió en Japón -país de origen de sus padres- durante varios años antes de
regresar a Perú a enfrentarse a la justicia.

El ex presidente siempre ha defendido su inocencia y se ha escudado en que tuvo


que "gobernar desde el infierno", como dijo durante el juicio, cuando describió cómo se
abocó a la lucha contra Sendero Luminoso -que durante la década de los 80 y comienzos
de los 90 mantuvo a Perú en caos con ataques a infraestructuras y atentados- y el
Movimiento Revolucionario Túpac Amaro (MRTA), que protagonizó un espectacular
secuestro en la residencia del embajador japonés en Lima en diciembre de 1996, y que
terminó con un rescate de película más de cuatro meses después.

Pero su Gobierno se vio salpicado de denuncias de violaciones de derechos humanos


llevados a cabo por el Servicio de Inteligencia liderado por Vladimiro Montesinos, quien
también afronta varios juicios por estos delitos y corrupción.

Este juicio, que se ha desarrollado a lo largo de 15 meses, puede tener amplias


implicaciones políticas ya que el actual mandatario, Alan García, también ha sido acusado
de violación de derechos humanos durante su primer Gobierno en la década de 1980,
antes de que fuera reemplazado por Fujimori, quien aún cuenta con amplia popularidad en
algunas zonas de Perú, sobre todo las más pobres.

La hija de Fujimori, Keiko , es una parlamentaria muy popular en Perú y podría tratar de
usar la condena de su padre para atraer simpatizantes de cara a sus propias ambiciones
presidenciales en dos años. Algunas encuestas colocan a la joven -que fue la congresista
peruana más votada en 2006- al frente de las preferencias electorales. De hecho, hoy
decenas de simpatizantes de Fujimori se han congregado a las afueras de la sede del
tribunal para mostrar su apoyo al ex mandatario.

¿Qué es el "libre albedrío"?


Por Matt Slick

El libre albedrío es la habilidad que tiene cada individuo para tomar sus propias decisiones.
Existen debates en cuánto a la extensión que tienen las personas de entender este libre
albedrío. Existen dos puntos de vista: elcompatibilismo y el libertarianismo.

El punto de vista del compatibilismo es la posición de que la libertad de una persona está
restringida por su naturaleza como está descrita en la Escritura. En otras palabras, él/ella sólo
puede escoger lo que su naturaleza le permitirá escoger: el pecado o la regeneración. Por lo
tanto, versículos como 1ª Corintios 2:14; Romanos 3:10-12; Romanos 6:14-20 son usados para
demostrar que, por ejemplo, el no creyente es incapaz de escoger a Dios por propia voluntad.

El libre albedrío en el libertarianismo dice que la voluntad de la persona no está restringida


por su naturaleza pecadora y que él/ella es todavía capaz de escoger o aceptar a Dios
libremente. Los versículos usados para sostener esta posición son Juan 3:16 y 3:36. Dos
subdivisiones del libre albedrío en el libertarianismo serían “el libre albedrío absoluto abierto” el
cual dice que las escogencias del hombre no son conocidas por Dios hasta que estas ocurren,
y la otra, “el libre albedrío absoluto no abierto” el cual declararía que Dios puede conocer las
escogencias pero que Él no las puede determinar.

La posición bíblica es la del compatibilismo. La Biblia claramente nos enseña que el no


creyente sólo toma decisiones pecaminosas (1 Co 2:14; Ro 3:10-12; Ro 6:14-20); por lo tanto,
debemos concluir que cualquiera que cree en Dios (Jn 3:16; 3:36) lo hace porque Dios ha
permitido que la persona crea en Él (Fil 1:29), ha hecho que nazca de nuevo (1 P 1:3) y lo ha
escogido para salvación (2 Ts 2:13).

Todos los cultos y los sistemas religiosos falsos enseñan que el punto de vista
del libertarianismo del libre albedrío y el entendimiento espiritual están completamente dentro
del alcance de los pecadores—a pesar de su esclavitud al pecado y su falta de vida por el
mismo pecado. Para ellos, la salvación sería debido a la habilidad total del individuo para hacer
tal escogencia.
Este artículo también está disponible en: Inglés

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