ED - 5048
NOMBRE DEL PROFESOR TITULAR: Dra. Katerina Gallardo
TITULO DEL LIBRO: Motivación y emoción
TITULO DEL CAPÍTULO: Capítulo 6: Motivación intrínseca
AUTOR/EDITOR: Reeve, J.
EDITORIAL: McGraw-Hill
EDICIÓN: 1 a.
NÚMERO DE ISSN/ISBN: 84-481-1825-1
FECHA DE PUBLICACIÓN: 1994 Madrid
PÁGINAS: 129 - 158
PÁGINAS: 30
Motivación intrínseca
Material reproducido por fines académicos, prohibida su reproducción sin la autorización de los titulares de los derechos.
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Imagínate que haces una excursión a un lago —de un parque nacional, por ejemplo. Es-
tás estirado en la orilla disfrutando del sol cuando ves a una niña lanzado piedras al
agua. Antes de cada lanzamiento, ella busca la piedra más plana con mucho cuidado y
pone todo su empeño en el lanzamiento. Cada vez que consigue que la piedra rebote
sobre el agua sonríe pero se muestra frustrada cuando falla. Parece estar más entusias-
mada con cada éxito y a pesar del pescado frito que se está preparando para la comida,
sus lanzamientos pueden seguir todavía una hora.
Al principio intenta que cada piedra rebote en la superficie al menos una vez. Des-
pués de practicar durante media hora es posible que haya desarrollado tres o cuatro
técnicas bien definidas —muchos saltos cortos, un salto largo con un rebote corto y así
sucesivamente.
La niña está jugando. Para una niña de la ciudad como ella el lago es un lugar nuevo
que le permite hacer uso de su imaginación de una manera diferente. Cuando juega se
siente animada y se entretiene. Cada piedra y cada lanzamiento tienen un resultado dis-
tinto y sorprendente. Para ella es un desafío. Se siente competente a medida que prac-
tica y desarrolla su imaginación y habilidades de lanzamiento de piedras y lanzamiento
de objetos en general. Desde la perspectiva de este capítulo, este tipo de comporta-
miento es más que sólo un juego. Es la oportunidad que tiene la niña de desarrollar una
habilidad, de sentirse competente y auto-determinante y de aprender a disfrutar de una
actividad por el solo hecho de hacerla.
Los seres humanos somos inherentemente activos. Como niños, tocamos las cosas,
las empujamos y tiramos de ellas, las agitamos, las tiramos, las exploramos y hacemos
preguntas acerca de ellas. Como adultos, seguimos explorando y jugando —participa-
mos en juegos, resolvemos misterios, aceptamos desafíos, construimos y organizamos y
hacemos cosas por el interés y el placer de hacerlas. En aquellas condiciones en las que
las recompensas y los castigos extrínsecos son mínimos las personas realizan activida-
des por «interés intrínseco» (Bandura, 1982) o «motivación intrínseca» (Deci y Ryan,
1985).
La conducta intrínsecamente motivada es fácil de definir —es aquella conducta que
se realiza únicamente por el interés y placer de realizarla. Aún así, los teóricos de la
motivación intrínseca se esfuerzan por definir la naturaleza precisa de la «motivación
intrínseca» —no es el placer o la satisfacción derivados de la experiencia sensorial, por
ejemplo. Puede que nos guste ver la televisión, escuchar música, ver las puestas de sol,
pero éstas no son conductas dirigidas y energizadas por la motivación intrínseca. La
«motivación intrínseca» se basa en una serie de necesidades psicológicas definidas, in-
cluyendo la causación personal (deCharms, 1968; Deci, 1980), la efectividad (Harter,
1981; White, 1959) y la curiosidad (Berlyne, 1960; Harlow, 1950). Cuando las personas
realizan actividades para satisfacer necesidades de causación personal, efectividad o
curiosidad entonces actúan por motivación intrínseca.
Las «necesidades psicológicas» son un aspecto muy importante de nuestro análisis
de la conducta motivada. Como se ha comentado hasta ahora, las necesidades fisioló-
gicas como el hambre (por ejemplo, Capítulo 4) y las fuentes de motivación extrínseca
como el dinero (por ejemplo, Capítulo 5) determinan fuertemente la conducta. La mo-
tivación intrínseca por otra parte, es un tipo de motivación cualitativamente distinta re-
lacionada con las necesidades psicológicas. Es un tipo de motivación que emerge de
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Tabla 6.1. Las observaciones hechas por Piaget del juego de cuatro niños
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La experiencia nos dice que hay dos formas de disfrutar de una actividad — intrínseca
o extrínsecamente. Por una parte, a un pianista le puede interesar y puede empezar a
disfrutar del piano porque es divertido y le permite practicar ciertas habilidades y por
otra parte puede disfrutar porque supone una oportunidad para hacer dinero, obtener
elogios y ganar una beca. De hecho, se puede abordar cualquier actividad desde una
orientación motivational extrínseca o intrínseca (Amabile, 1985; Pittman, Bogganio, y
Ruble, 1983; Pittman, Emery y Bogganio, 1982; Pittman y Heller, 1987). Si la persona
desempeña una actividad sin más razón que el propio hecho de desempeñarla entonces
está participando en una orientación motivational intrínseca. Por otra parte si una per-
sona desempeña una actividad para satisfacer motivos que no están relacionados con la
actividad en sí entonces participa en una orientación motivacional extrínseca (Vanden-
berg, 1978).
Cuando está motivado extrínsecamente, el pianista toca para obtener aplausos, re-
conocimiento social o dinero. El aspecto «para» forma la base de la orientación moti-
vacional extrínseca. Los aplausos, el reconocimiento social y el dinero tienen poco que
ver con el tocar el piano en sí, sólo que el tocar el piano es la conducta de la que depen-
den estas recompensas. El pianista toca como medio hacia un fin —el medio es el tocar
el piano y el fin es una contingencia externa atractiva. Por otra parte, la persona intrín-
secamente motivada participa únicamente por la experiencia de realizar la tarea. En lu-
gar de tocar para obtener elogios o dinero, la persona toca porque el tocar le satisface
motivos tales como la curiosidad, la efectividad y la autodeterminación.
Las investigaciones hechas sobre las orientaciones motivacionales empezaron con
una interesante pregunta: «¿Si la persona realiza una actividad intrínsecamente inte-
resante y empieza a recibir una recompensa extrínseca por realizarla, que le pasará a la
motivación intrínseca por realizar esa actividad?» (Deci y Ryan, 1985, p. 43). Por ejem-
plo ¿Que le ocurre a la motivación de la estudiante que lee porque le gusta si empieza
a recibir buenas notas o dinero de sus padres por leer? Se podría pensar que el pagarle
por leer aumentaría su motivación. Es decir, que si a la estudiante le gusta leer y ade-
más le pagan por leer, entonces la motivación intrínseca (placer) y la motivación ex-
trínseca (dinero) se podrían sumar para producir una muy alta motivación por leer.
Como veremos, esta consecuencia es muy poco usual.
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MS RECOMPENSAS INTRÍNSECAS
Si es posible disfrutar de las actividades prescindiendo de las recompensas extrínsecas
cabe preguntarse, ¿qué es lo que hace que una actividad sea intrínsecamente motivan-
te? Se ha investigado mucho sobre los factores que subyacen la motivación intrínseca y
afortunadamente se han delimitado dos áreas complementarios. Primero, hay ciertas
características de las actividades que las hacen intrínsecamente motivantes. Por su na-
turaleza hay actividades que son sencillamente más interesantes y placenteras que
1
Las orientaciones motivacionales intrínsecas son también preferibles cuando escasean las recompensas.
Por su naturaleza, las recompensas extrínsecas suelen ser escasas o caras. No todo el mundo puede ser recom-
pensado con prestigio, notas altas, pluses, dinero o medallas de oro. Al ser escasas (o al ser concedidas de for-
ma selectiva), si una persona obtiene el ascenso, la promoción o medalla de oro entonces la otra persona no
lo obtiene sencillamente porque no hay suficientes recompensas para repartir. Por otro lado, las recompensas
intrínsecas son ilimitadas. Todo el mundo puede disfrutar de las recompensas intrínsecas.
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Características de la actividad
Observa los dibujos de la parte izquierda de la Figura 6.2. ¿Cuales son los dibujos de los
grupos a) y b) que te resultan más interesantes y más impactantes? ¿de cada par, qué
dibujo miras durante más tiempo y cuál menos? Ahora mira los dibujos de la parte de-
recha de la Figura 6.2. ¿Cuál de los cinco dibujos te agrada más y qué dibujo escogerías
para colgar encima de la chimenea de tu sala de estar?
Figura 6.2. De los dibujos (de la izquierda), ¿cuáles son los que más llaman la atención y son
más interesantes? De los dibujos de la derecha, ¿cuáles son los más agrada-
bles?
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con cada figura. La razón por la que es esperable que dediques más tiempo a los dibujos
3 y 4 se basa en el principio de que la complejidad moderada hace que el afecto positivo
sea moderado (Heyduck y Bahrick, 1977). El dibujo 5 es la figura más compleja (por-
que tiene más líneas que los otros dibujos) mientras que el dibujo 1 es el menos com-
plejo. Las figuras muy complejas provocan demasiada incertidumbre y conflicto per-
ceptual mientras que los dibujos sencillos no provocan lo suficiente. Por otra parte, los
dibujos 3 y 4 provocan un grado óptimo de incertidumbre y conflicto perceptual por lo
que son intrínsecamente interesantes y perceptualmente agradables (Berlyne, 1960;
Heyduck Y Bahrick, 1977).
Como es el caso de los estímulos complejos, los estímulos y los acontecimientos
nuevos también provocan la curiosidad y la exploración. Cuando se repiten estímulos
idénticos (visuales, auditivos, etcétera), el grado de exploración disminuye entre la pri-
mera y segunda exposición pero ya no entre la segunda y la tercera exposición (Berly-
ne, Craw, Salapatek y Lewis, 1963) indicando que a medida que desaparece la novedad
también lo hace la actividad exploratriz. El interés, la curiosidad y la exploración están
en su punto máximo la primera vez que visitas las cataratas de Niágara o escuchas la úl-
tima canción de las listas principales pero tras el primer contacto hay un rápido descen-
so de la curiosidad y la exploración. Una vez que la repetición ha provocado un descen-
so en la exploración, la presentación de un estímulo marcadamente distinto (de distinto
aspecto, olor, etcétera) revivirá la respuesta exploratriz por ser un estímulo imprevisto
(Berlyne, 1957).
Imagínate que estás en un experimento de psicología en el que se te pide que solu-
ciones una serie de nueve rompecabezas. El rompecabezas es de tres dimensiones y tie-
ne ocho cubos que se pueden manipular para crear distintas formas. La Figura 6.3
muestra dos condiciones experimentales en las que se podría pedir tu participación. En
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la condición «más irregular» (MI) tienes que resolver nueve únicas formas del rompe-
cabezas, que aparecen en la parte superior de la figura (cubo, escultura, silla, etc.) En
la condición menos irregular (MI) se te pide que soluciones una serie de formas del
rompecabezas que se repiten, lo que supone que tienes que resolver las mismas tres se-
cuencias (cubo, T y L) tres veces seguidas. Al resolver los nueve rompecabezas te pre-
guntan cuan interesante y curioso encontraste la tarea del rompecabezas. La probabi-
lidad es que encontraras el rompecabezas de la condición MI más interesante, nuevo e
imprevisible que el de la condición LI. Es por esto que las personas en la condición MI
informan tener más interés y curiosidad por el rompecabezas (Reeve, 1989).
La complejidad, la novedad y la imprevisibilidad son, a falta de un término más
apropiado, propiedades colativas de los patrones de estímulo. El uso del término «pro-
piedades colativas» se debe a que la complejidad, la novedad y la imprevisibilidad de-
penden de la colación, o comparación, de la información derivada de distintas fuentes
(Berlyne, 1960,1966). Un estímulo se puede comparar con otro estímulo (como en la
Figura 6.2 con la complejidad) o uno puede comparar un estímulo con otros estímulos
encontrados en el pasado (como en la Figura 6.3 con la novedad y la imprevisibilidad).
La importancia que tiene la complejidad, la novedad y la imprevisibilidad en la moti-
vación intrínseca es que cada una de estas propiedades colativas tiene el mismo efecto
motivacional sobre la persona, es decir, provocan la curiosidad y el interés y llevan a la
exploración, la investigación y la manipulación (Berlyne, 1960).
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Muy
altas
Altas
Oportunidades
para el
desafío
Bajas
ABURRIMIENTO
Muy
bajas
rea y las habilidades personales, trazando los estados motivacionales surgidos a raíz de
su ajuste o desajuste.
La Figura 6.4 muestra una gráfica de la relación entre la dificultad de la tarea y las
habilidades personales y muestra las consecuencias afectivas de la interacción entre es-
tas dos variables. Cuando la dificultad de la tarea supera las habilidades personales
(punto A), las personas sienten preocupación; cuando la dificultad de la tarea se ajusta
a las habilidades personales (punto B) entonces las personas sienten flujo y si la difi-
cultad de la tarea es inferior a sus habilidades personales entonces la persona siente
aburrimiento. Si aplicamos el modelo de Csikszentmihalyi que aparece en la Figura 6.4
a problemas motivacionales más complejos, podemos empezar a apreciar la ansiedad
que puede sentir el ponente novel y el aburrimiento que sufre la persona que trabaja en
una línea de producción.
La Figura 6.4 también hace una gráfica de tres casos hipotéticos, A, B y C en rela-
ción a una tarea moderadamente desafiante. En esta figura, los individuos (A, B y C)
se distinguen únicamente por las diferencias que tienen en cuanto a las habilidades per-
sonales necesarias para cumplir con los retos que supone la tarea: A se sentirá preocu-
pado porque la dificultad de la tarea supera sus habilidades; B sentirá flujo porque exis-
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>4t/fo-percepcibnes
Junto con los estudios de motivación intrínseca que destacan las características conduc-
tuales están aquellos que apuntan a las autopercepciones. Los enfoques de auto-per-
cepción individual de motivación intrínseca se desarrollaron a partir de la tesis de Ro-
bert White (1959) que propuso que las conductas intrínsecamente motivadas son
aquellas en las que la persona participa para poder evaluarse como competente y auto-
determinante en relación al entorno. De este modo, además de responder a determi-
nadas características de los estímulos ambientales, los individuos buscan oportunidades
para probar su competencia y auto-determinación de manera activa e intencional. Las
personas aprenden a nadar, pintar, jugar a basket, coleccionar sellos, etc., para poner a
prueba sus habilidades (o «competencia») y para iniciar sus propias conductas (ejercer
la «autodeterminación»).
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sitivo reiteradamente («parece que tienes una habilidad natural para mantener el equi-
librio y esto se ve en tu rendimiento») o feedback de rendimiento negativo («esta es
una tarea fácil, pero parece que no progresas mucho»). O ningún feedback de rendi-
miento. Tras muchos ensayos se evaluó la competencia percibida de cada estudiante y
la motivación intrínseca que ellos mismos manifestaban tener hacia la actividad esta-
bilométrica. En el estudio de Vallerand y Reid, el feedback verbal produjo un cambio
en la competencia percibida lo que a su vez produjo un cambio en la motivación intrín-
seca.
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intrínseca. Dicho de otro modo, el intimidar a una persona a que realice una tarea aun
con la promesa de una recompensa atractiva suele hacer que la percepción de la per-
sona de por qué realiza una tarea pase de ser auto-determinada a ser determinada por
los demás, es decir que la persona pasa de ser origen a ser peón.
La auto-determinación no sólo puede ser reducida, también puede ser aumentada.
Ante una posibilidad inesperada de tener una elección, las personas tienden a pasar de
una percepción determinada por los demás de por qué realizan una tarea a una auto-
percepción. La posibilidad de elección permite que los peones se conviertan en oríge-
nes. Comparadas con las personas que reciben instrucciones de lo que tienen que ha-
cer, las personas que pueden elegir lo que pueden hacer y por cuánto tiempo, muestran
más motivación intrínseca (Swann y Pittman, 1977; Zuckerman, Porac, Smith Lathin y
Deci, 1978).
Cabe un último comentario sobre la contribución hecha por la competencia y la
auto-determinación a la motivación intrínseca. La competencia y la autodeterminación
están unidas en el sentido de que la competencia se tiene que dar en el contexto de la
auto-determinación para poder influir en los procesos motivacionales intrínsecos (Deci
y Ryan, 1985). Fisher (1975) testó la interdependencia entre competencia y auto-deter-
minación construyendo situaciones en las que los resultados del rendimiento eran auto-
determinados o no. Encontró que la competencia aumentaba la motivación intrínseca
cuando había responsabilidad personal pero no cuando no la había. El estudio de Fis-
her indica que no es la competencia o la auto-determinación lo que aumenta la moti-
vación intrínseca sino la competencia y la auto-determinación.
La Figura 6.5 ordena las principales variables que subyacen la motivación intrínseca.
La figura muestra las tres fuentes de motivación intrínseca: a) las necesidades psicoló-
gicas (es decir, causación personal, efectividad y curiosidad, b) las características de la
actividad (es decir, propiedades colativas, reto), y las auto-percepciones individuales
(es decir, competencia, auto-determinación). Las necesidades psicológicas, las carac-
terísticas de las actividades y las auto-percepciones individuales influyen en los aspec-
tos fenomenológicos de la motivación intrínseca, especialmente en el interés y el disfru-
te. Cuando las personas realizan conductas intrínsecamente motivadas como por
ejemplo la exploración, investigación o manipulación, informan de una sensación de in-
terés y cuando las personas realizan las conductas intrínsecamente motivadas de la su-
peración de retos, persistencia y reenganche informan de una sensación de disfrute.
APLICACIONES
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Figura 6.5. Tres fuentes de motivación intrínseca y sus aspectos fenomenológicos y conductuales.
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afectan la motivación intrínseca de sus subordinados como por ejemplo en las relacio-
nes padre-hijo, profesor-alumno, jefe-empleado, entrenador-atleta y médico-paciente.
Más concretamente, en la siguiente sección se aplican los principios de la motivación
intrínseca a la educación, el trabajo y los deportes. Cada una de estas áreas tiene un
enorme potencial para la mejora de nuestras vidas y nuestro bienestar psicológico.
Dado que la educación, el trabajo y el deporte están muy presentes en nuestra vida dia-
ria y teniendo en cuenta que muchas veces se viven como aburridos, difíciles y provo-
cadores de ansiedad, sería una buena idea plantearse cómo se podrían utilizar los co-
nocimientos derivados de los estudios sobre la motivación intrínseca para hacer que la
educación, el trabajo y los deportes fueran más interesantes y divertidos.
Educación
La exploración, el descubrimiento y el desafío cognitive se encuentran en el corazón
del sistema educativo. Los contextos educativos nuevos y complejos, los retos óptimos,
las metas auto-determinadas y el feedback basado en el individuo generalmente alien-
tan un amplio abanico de conductas intrínsecamente motivadas. Un contexto educativo
similar se ve en el modelo de «clase abierta» del sistema Montessori (Montessori,
1967). En estas condiciones, el interés del estudiante por aprender es típicamente alto.
Hay muchos contextos educativos, por otra parte, que ofrecen entornos repetitivos, re-
tos demasiado difíciles o fáciles y feedback impuesto o basado en el grupo. En la ma-
yoría de los casos donde las clases son altamente estructuradas los profesores dictan
qué es lo que los estudiantes tienen que aprender y a qué ritmo. Como resultado, el
aprendizaje y el logro están típicamente motivados extrínsecamente mediante notas,
fechas de entrega, y supervisión por parte de los adultos. Por lo contrario, la motivación
intrínseca se manifiesta cada vez que la curiosidad y el interés energizan y dirigen el
aprendizaje del estudiante.
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Motivación intrínseca 149
¿Cuántas veces ha hecho cada una de las siguientes actividades no-obligatorias para las clases
de ciencias?
— Leer artículos en los periódicos.
— Trabajar en pasatiempos relacionados con la ciencia.
— Ir a conferencias sobre temas científicos.
— Leer artículos en revistas científicas.
— Ver programas científicos en televisión.
— Leer libros sobre temas científicos o figuras del mundo de la ciencia.
— Hablar sobre temas científicos con los amigos.
— Hacer trabajos prácticos científicos.
La dirección de la clase por parte del profesor. Cuando los estudiantes aprenden
por curiosidad y deseo de nuevos retos (es decir, motivación intrínseca) se implican
más y derivan más satisfacción del proceso educativo (Bruner 1962). Quizás el más im-
portante factor a la hora de determinar si los niños aprenden en un contexto motivacio-
nal extrínseco o intrínseco sea la figura del profesor3. Su forma de llevar la clase esta-
blece un entorno educativo orientado hacia la autonomía (intrínsecamente motivado)
u orientado hacia el control (extrínsecamente motivado). Deci, Scwartz, Sheinman y
Ryan (1981) encontraron que los profesores orientados hacia la autonomía suelen te-
ner alumnos más intrínsecamente motivados (más curiosos, aceptan más retos, inician
más intentos de establecer dominio) e informan de una mayor sensación de competen-
cia percibida que los profesores más orientados hacia el control. Por lo tanto, la orien-
tación del profesor predice y está relacionada con los niveles de competencia percibida
y el interés intrínseco por la vida académica.
Richard deCharms (1976) animó a algunos profesores a participar en un programa
de entrenamiento para que desarrollaran una orientación más autónoma hacia sus
3
Cabe hacer un aviso importante. Independientemente de la orientación intrínseca o extrínseca de los
profesores, los estudiantes sostienen distintas opiniones sobre el objetivo de la educación y el valor del apren-
dizaje (Nicholls, Patashnick y Nolen, 1985). Por lo general, algunos estudiantes piensan que la educación es
una forma de conseguir mayor riqueza y estatus social. Para estos estudiantes, la educación es un medio hacia
un fin, una herramienta que debe ser explotada para mejorar la posición de uno en la vida. Otros estudiantes
ven la educación como una oportunidad para conocer mejor el mundo, tener más responsabilidad social y un
campo desde donde poder enfrentarse a y superar desafíos intelectuales. Para estos estudiantes la educación
es el fin en sí, el aprendizaje su propia recompensa.
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alumnos. Este investigador encontró que cuando a los profesores se les entrenaba para
ser más autónomos, los alumnos puntuaban al profesor y al entorno de la clase como
más favorecedores de la autonomía. Quizás el resultado más sorprendente y positivo de
la investigación fue que estos estudiantes obtuvieron notas significativamente más al-
tas. Por lo tanto, los resultados de deCharms muestran que una orientación intrínse-
camente motivada del profesor puede contribuir positivamente a las consecuencias de
logro de los estudiantes. Estos resultados suponen un serio desafío a la costumbre tan
arraigada de usar motivadores extrínsecos para promocionar el aprendizaje y el logro
de los estudiantes. De hecho, entrenar a los profesores, tal como han demostrado Deci
et al. (1981) y deCharms (1976) para ser más autónomos de cara a sus alumnos no pue-
de más que tener un efecto positivo sobre el logro y la motivación intrínseca de éstos.
Trabajo
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152 Motivación y emoción
Tabla 6.2. Tres patrones generales de conducta gerencial que facilitan la sensación de auto-
determinación de los trabajadores
1. Apoyo a la autonomía.
Entrenar a los directores a que permitan a sus trabajadores mayor iniciativa. Permitir a los
trabajadores la toma de decisiones y la solución de los problemas pertinentes al trabajo.
2. Feedback positivo no-controlador.
Entrenar a los directores para no hacer uso de feedback de crítica negativa o controlador.
Aprender a dejar de usar expresiones controladoras (evitar decir que el empleado «debe»,
«tiene que» o «está obligado a» hacer esto o lo otro). Hacer del bajo rendimiento un problema
que hay que tratar y no un motivo de crítica.
3. Reconocimiento del punto de vista ajeno.
Entrenar a los directores para reconocer y aceptar el punto de vista de un subordinado.
Entrenarles para identificar y responder a las necesidades y los sentimientos de sus emplea-
dos. Entrenar a los directores para identificar y expresar sus propios sentimientos hacia sus
empleados. Usar las intedracciones para reducir tensiones y calmar los malos sentimientos.
Fuente: Según Deci, Connell y Ryan (1989).
cluso hablar o interactuar con sus cónyuges e hijos. En lugar de interactuar socialmen-
te, los trabajadores hacían poco más que holganazear, echarle una ojeada al periódico,
comer, dormir y mirar la televisión. Los trabajadores expuestos a la repetición se ha-
bían quedado «hechos polvo». Estos trabajadores no estaban físicamente cansados,
más bien sufrían unos efectos no del todo distintos a los que manifestaron los sujetos en
el experimento sobre deprivación sensorial en el Capítulo 2.
Para evitar las consecuencias aversivas del trabajo repetitivo, los directivos necesi-
tan estructurar, o reestructurar las actividades laborales de modo que planteen retos
óptimos y grandes posibilidades de novedad y cambio (Cox, 1980). El modo en que se
reestructura un trabajo para hacerlo más desafiante y novedoso depende, claro está, de
la naturaleza del trabajo. La logística para el aumento la novedad y el reto del trabajo
de un cirujano sería distinta de la logística de cambio para un mecánico de automóviles,
la dependienta de una tienda, o un repartidor de periódicos. No obstante, los supervi-
sores pueden tener en mente la siguiente regla general: «Cuanto más se parece un tra-
bajo a un juego —con variedad, retos flexibles y alcanzables, metas claras y feedback
inmediato, más divertido será» (Csikszentmihalyi, 1990, p. 152).
Deporte
Hay pocas oportunidades para la motivación intrínseca tan grandes como en el área de
los deportes (Ryan, Vallerand y Deci, 1984; Vallerand, Deci y Ryan, 1985). Los depor-
tes ofrecen excelentes oportunidades para enfrentarse a retos óptimos, poner a prueba
competencias existentes, desarrollar habilidades nuevas, planificar metas auto-deter-
minadas y participar en entornos varios y complejos. Tanto los niños como los adultos
tiran, recogen, patinan, bailan, corren y saltan y el deporte es una manera de practicar
estas habilidades dándoles una razón de ser, una razón para correr y saltar, una razón
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Motivación intrínseca 153
para jugar. Desde esta perspectiva los deportes son el campo de juego de los adultos, no
por ello menos estimulante que el cuarto de juegos de un niño.
El entrenamiento dentro del entorno deportivo. Del mismo modo que en la edu-
cación están los profesores y en los negocios los directivos, el deporte tiene sus entre-
nadores. Los entrenadores tienen grandes posibilidades de ejercer una fuerte influen-
cia sobre las orientaciones motivacionales de sus jugadores (Gould, Hodge, Peterson y
Gianninni, 1989). Para ilustrar el efecto que tienen los entrenadores, Deci y Olson
(1987) dan el ejemplo de un niño pequeño que empezó jugando a béisbol con su padre
y su hermano mayor. Jugó por interés y por gusto, sencillamente era divertido jugar a
béisbol. Después de un tiempo empezó a jugar con otros niños de su barrio y juntos or-
ganizaron un equipo júnior. Un año le tocó un entrenador que intentaba motivar a los
niños dando un trofeo al mejor jugador, al jugador que más había mejorado, al jugador
con más puntos, etc. A medida que el niño seguía jugando con este entrenador su mo-
tivación intrínseca cambió. Cuando el entrenador hacía que los trofeos fueran recom-
pensas esperadas, destacadas y tangibles para controlar la conducta de jugar a béisbol
de sus jugadores, entonces se producía un descenso en la motivación intrínseca. Por
otra parte, cuando el entrenador usaba los trofeos para provocar la competencia evi-
tando las posibles consecuencias negativas con un continuo derroche de elogios ver-
bales, entonces aumentaba la motivación intrínseca.
Fuentes de placer. Los jóvenes participan en los deportes para pasarlo bien o di-
vertirse y los dejan cuando ya no sienten placer (Gilí y Huddleston, 1983; Gould, Feltz
y Weiss, 1885; Gould y Horn, 1984; Klint y Weiss, 1986,1987). Dado que el disfrute es
un motivo tan fuerte para la participación y permanencia en los deportes, los psicólogos
del deporte dedican mucho tiempo al estudio del disfrute. Consideremos un estudio en
profundidad llevado a cabo entre primeras figuras del patinaje artístico (Scanlan, Stein
y Ravizza, 1989).
Scanlan y sus colegas entrevistaron a 26 patinadores artísticos (hombres y mujeres)
que habían sido campeones nacionales y les preguntaron lo siguiente: «reflexionando
sobre varios aspectos de su experiencia como patinador/a... desde que empezó hasta
que se retiró, ¿cuáles fueron sus principales fuentes de disfrute dentro de esa experien-
cia?» (Scanlan et al., 1989, pág. 67). Se hicieron transcripciones exactas de lo que decía
la persona mientras recordaba lo que le había proporcionado el mayor placer. A partir
de las transcripciones, los entrevistadores identificaron y organizaron las numerosas ci-
tas en temas emergentes. La Figura 6.6 muestra el esquema clasificatorio final.
Las citas que aparecen en la Figura 6.6 están ordenadas empezando por citas espe-
cíficas («tener amistad») hasta llegar a temas más supraordenados de disfrute («opor-
tunidades para establecer amistades a través del patinaje»). Las cuatro categorías su-
praordenadas incluyen cuatro fuentes de disfrute: oportunidades sociales y vitales,
competencia percibida, reconocimiento social, reconocimiento de la competencia y el
acto de patinar (la quinta categoría no está relacionada con el disfrute). El análisis del
disfrute en patinadores artísticos de Scanlan et al. es de interés porque identifica aque-
llos aspectos del deporte que facilitan el disfrute. Lo que no muestra el estudio, sin em-
bargo, es el peso de cada factor. Es decir, mientras que se disfruta de las oportunidades
sociales y vitales, de las percepciones de competencia, del reconocimiento social y del
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154 Motivación y emoción
Nota: Análisis de contenido inductivo completo donde aparecen todos los temas emergentes más allá de las citas
aportadas. Empezando por el nivel temático del extremo izquierdo, cada uno de los niveles temáticos de izquierda a de-
recha representa un nivel supraordenado que incorpora los temas que aparecen a su izquierda. Los paréntesis represen-
tan la agrupación de temas. Las líneas largas indican aquellos temas que conducen directamente a un nivel inductivo su-
perior. Noten que casos especiales es el único tema que no supone una fuente de disfrute. Es una categoría de
organización donde se ordenan dos temas agrupados. La figura se basa en un estudio de Scanlan ef al., 1989.
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Motivación intrínseca 155
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156 Motivación y emoción
arte de patinar en sí, sigue sin saberse cuál de ellos es la fuente más importante de dis-
frute. Wankel y Kreisel (1985) abordaron esta cuestión al pedir a jóvenes atletas (13-14
años) integrantes de equipos de béisbol, hockey y fútbol que clasificaran 10 fuentes de
disfrute según la importancia que tenía para ellos. Wankel y Kreisel encontraron que
algunas fuentes de disfrute (por ejemplo, la excitación del juego, la sensación de logro
personal) eran más importantes que otras (por ejemplo, recibir premios, satisfacer a
otros). La Tabla 6.3 muestra las puntuaciones de las 10 fuentes de disfrute diferentes
dadas por los jóvenes en orden de importancia.
Tabla 6.3. Orden por rango y puntuaciones medias de 10 factores de disfrute del baloncesto,
el fútbol y el hockey en atletas de 13 y 14 años
N = 290
Nota: Las puntuaciones se hicieron con una escala de 0-4.
Fuente: Adaptado de Wankel y Kreisel (1985).
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Motivación intrínseca 157
RESUMEN
La motivación intrínseca se basa en una pequeña serie de necesidades psicológicas (por
ejemplo, auto-determinación, efectividad, curiosidad) que son responsables de la ini-
ciación, persistencia y reenganche de la conducta frente a la ausencia de fuentes extrín-
secas de motivación. Las conductas intrínsecamente motivadas, lejos de ser triviales y
carentes de importancia (por ejemplo, el juego) animan al individuo a buscar noveda-
des y enfrentarse a retos y, al hacerlo, satisfacer necesidades psicológicas importantes.
La motivación intrínseca empuja al individuo a querer superar los retos del entorno y
los logros de adquisición de dominio hacen que la persona sea más capaz de adaptarse
a los retos y las curiosidades del entorno.
Existen dos maneras de disfrutar de una actividad —extrínseca e intrínsecamente.
Las personas extrínsecamente motivadas actúan para conseguir motivadores extrínse-
cos tales como dinero, elogios, o reconocimiento social. Las personas intrínsecamente
motivadas realizan actividades por el puro placer de hacerlas. La investigación sobre
las orientaciones motivacionales se inició con una pregunta interesante: si una persona
está realizando una actividad intrínsecamente interesante y empieza a recibir recom-
pensas extrínsecas por hacerlo, ¿qué le pasará al interés intrínseco que tiene por esa ac-
tividad? Generalmente, las personas a las que se les ofrecen fuentes de motivación ex-
trínseca por participar en una actividad que ya es intrínsecamente interesante tienen
menos motivación intrínseca por esa actividad, especialmente cuando la recompensa
extrínseca es esperada, o tangible. La investigación sobre qué es lo que hace que una
actividad sea intrínsecamente interesante se divide en dos áreas. Primero, las caracte-
rísticas propias de la actividad como son el nivel óptimo de reto y las propiedades co-
lativas de los estímulos como la complejidad, la novedad y la imprevisibilidad, aumen-
tan la motivación intrínseca. Segundo, las auto-percepciones de competencia y
autodeterminación facilitan la motivación intrínseca. Cuando las personas se encuen-
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tran con actividades ricas en propiedades colativas y desafíos, y cuando la participación
permite percepciones de competencia y auto-determinación, entonces suelen mostrar
conductas intrínsecamente motivadas como la exploración, la investigación, la mani-
pulación, la persistencia, el reenganche y la confrontación de retos.
La segunda mitad del capítulo trató de la educación, el trabajo y el deporte para ver
de qué manera la investigación en motivación intrínseca se aplica a estas áreas. El hilo
conductor dentro de estas tres áreas es el equilibrio entre la actividad como juego y la
actividad como trabajo. El elemento juego de la fórmula intrínseca-extrínseca son los
estudiantes, los empleados y los atletas que disfrutan de las recompensas intrínsecas de
sus respectivas tareas mientras que el elemento trabajo de la fórmula son los profeso-
res, los supervisores y los entrenadores que estructuran cómo se ha de comportar el es-
tudiante, el empleado o el atleta. Sea estudiante, empleado o atleta, si las acciones de
una persona se controlan demasiado de cerca entonces puede empezar a perder inte-
rés. Es el reto del profesional encontrar un equilibrio en la fórmula extrínseca-intrín-
seca con tal de maximizar la productividad sin reducir el disfrute. Ejemplos destacables
de cómo los profesores, supervisores y entrenadores pueden maximizar la motivación
intrínseca es: 1) estructurar una tarea de modo que sea compleja y suponga un desafío,
2) dar feedback sobre el rendimiento para promover evaluaciones de competencia y
auto-determinación, y 3) dar recompensas extrínsecas cuando son necesarias pero de
modo que sostengan las percepciones de competencia y autodeterminación.
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