1.3 Fotones 11
1.3.1 El postulado de Planck 11
1.3.2 Teoría de Einstein para el efecto fotoeléctrico 12
1.3.3 Cantidad de movimiento del fotón: efecto Compton 16
1.3.4 Naturaleza dual de la radiación electromagnética 21
Apéndices
1.A. Dinámica Relativista 35
1.B. Espectros de rayos X. Ley de Moseley 39
1.C. Principio de correspondencia 47
1
2
1.1 Constantes fundamentales y Física Cuántica
Por otro lado, si las constantes que aparecen en una ley empírica no se pueden
obtener a partir de los parámetros característicos del problema estudiado y las
constantes fundamentales de las teorías involucradas, deberemos concluir que esas
teorías son insuficientes. De esta forma, a principios del siglo XX, las teorías clásicas
(Mecánica, Termodinámica, Electromagnetismo…) se mostraron incapaces de explicar
diversos fenómenos, tales como el efecto fotoeléctrico, la radiación del cuerpo negro, la
estabilidad de los átomos que constituyen la materia, etc.
3
1.1.1 Efecto fotoeléctrico
e
-
E e C
-
G V
4
G
I2
I1
Vf V
Figura 1.2. Corriente G medida por el galvanómetro en función de la diferencia de
potencial entre los electrodos E y C para dos valores I1 y I 2 de la radiación incidente.
5
Vf
ν0 ν
W
−
e
6
• Para un haz de luz suficientemente débil, debería observarse un tiempo de
retraso entre el instante en que la luz empieza a incidir sobre el metal y la
expulsión de los primeros fotoelectrones. Durante ese tiempo, los electrones
absorberían energía del haz incidente, hasta acumular la suficiente para poder
escapar del metal. En lugar de esto, la emisión se produce de forma
“instantánea” cuando la radiación alcanza el metal.
De todo ello se debe concluir que las teorías clásicas no son capaces de explicar el
efecto fotoeléctrico. En realidad, el efecto fotoeléctrico no es único y hay otros muchos
fenómenos, clasificados de “anómalos” en la Física Clásica, que requieren para ser
explicados del nuevo paradigma establecido por la Física Cuántica.
- Análisis dimensional -
Para dar mayor sentido físico a esta expresión vale la pena escribirla en función de
otras magnitudes físicas. Por ejemplo, es evidente que:
[h] = [energía][tiempo]
[h] = M L T L = [cantidad de movimiento][longitud ]
−1
7
1.2 Límites de validez de la Física Clásica
Ejemplos:
8
4. Núcleos. Los niveles de energía o las energías de ligadura entre nucleones se
miden en MeV. Por ejemplo, la energía media de ligadura por nucleón (protón o
neutrón) es típicamente E ≈ 8 MeV = 1.3 × 10 -12 J . Las dimensiones del núcleo,
deducidas de experimentos de dispersión de electrones, se miden en Fermis (
1 F = 10 -15 m ). Con la masa de un nucleón podemos formar una acción
característica:
A ≈ ME r0 = 4.5 × 10 −35 Js ≈ 0.06 h ⇒ Física Cuántica
Es un hecho remarcable que la Física Cuántica, desarrollada en un inicio para
explicar los fenómenos que se dan a escala atómica, siga siendo válida en Física
Nuclear donde las distancias son mucho más pequeñas y las energías mucho más
grandes.
Con la ayuda del análisis dimensional también es posible explorar las relaciones
que una teoría determinada establece entre las magnitudes físicas y los parámetros y
constantes fundamentales del problema. Una evaluación de los órdenes de magnitud
indicará si la elección de los parámetros fundamentales y, en consecuencia, los puntos
de partida de la teoría son razonables o no.
[ e ] = ML T
2 3 −2
e 2 = 2.30 × 10 −28 kg m 3 s −2
9
[me ] = M ; [ℏ] = ML2T −1; [ e ] = ML T
2 3 −2
• Las velocidades típicas del electrón en el átomo de hidrógeno son del orden de :
e2
va ≈ = 2 × 10 6 m s -1 ,
ℏ
mucho más pequeñas que la velocidad de la luz, lo que justifica que c no sea
un parámetro fundamental de la teoría cuántica del átomo de hidrógeno.
Dado que los órdenes de magnitud característicos del átomo de hidrógeno sólo
dependen de la masa, la carga del electrón y ℏ , estos mismos órdenes de magnitud
caracterizarán todos los fenómenos cuánticos ligados a la física del electrón; por
ejemplo, la Física Atómica, la Física Molecular y una gran parte de la Física de la
Materia Condensada, en estado sólido o líquido. El enlace molecular, por ejemplo, es
debido a interacciones residuales entre los electrones externos de los átomos que
constituyen la molécula. Estas interacciones moleculares tienen energías características
menores que las implicadas en los enlaces dentro del átomo. Típicamente, son del orden
del eV.
10
las propiedades de las partículas cargadas debido a la interacción con el campo
electromagnético.
Las unidades naturales de la electrodinámica cuántica (teoría que considera a los
electrones como si sólo estuvieran acoplados a un campo electromagnético) son:
ℏ
• Para la longitud λC = = 3.8 × 10 −13 m ,
me c
que se conoce como longitud Compton del electrón.
1.3 Fotones
A principios del siglo XX, Planck planteó el postulado que lleva su nombre para
explicar el espectro de radiación de una cavidad radiante (cuerpo negro) y, en particular,
la cuantización de la energía de los osciladores atómicos presentes en las paredes de la
cavidad y que se encuentran en equilibrio termodinámico con la radiación. A este
postulado se le puede dar la siguiente forma generalizada:
11
1 k
ν= = 1.59 Hz
2π m
1
E = kA2 = 5 × 10 −3 J
2
La energía del sistema está cuantizada según el postulado de Planck, luego los
cambios en la energía sólo pueden realizarse en incrementos
∆E = hν = 1.05 × 10 −33 J .
Por lo tanto, la variación relativa de la energía es:
∆E / E = 2.1× 10 −31 ,
que no es detectable con ningún equipo experimental.
12
• Cada fotón interactúa con un solo electrón, comunicándole la energía hν , que
puede ser suficiente o no para abandonar el metal.
Cuando un fotón del haz incidente choca con un electrón del metal y es absorbido
por éste, le confiere la energía cinética
K = hν − W0 ,
donde W0 es la energía mínima necesaria para arrancar un electrón del metal (energía de
ligadura más pequeña), que normalmente se llama función de trabajo. Si hν < W0 no se
produce la emisión. La frecuencia umbral, a partir de la cual hay emisión de electrones,
corresponde a la condición
W
ν0 = 0 .
h
La función de trabajo es una característica de cada material, en consecuencia, la
frecuencia umbral también depende de la naturaleza del material.
La energía cinética K es la máxima que pueden tener los electrones que emergen
del metal, ya que corresponde a los electrones menos ligados. Por lo tanto, el potencial
de frenado vendrá dado por
eV f = hν − W0 ,
tal como previamente habíamos deducido en el apartado 1.1.1 a partir de razonamientos
empíricos.
La teoría de Einstein también explica porque la emisión del electrón es
prácticamente instantánea. Cada fotón excita un solo electrón, no siendo posible el
proceso por el cual un electrón va capturando fotones de energía hν < W0 hasta llegar a
la energía necesaria para abandonar el metal. Esto es debido a que un electrón que
absorbe una energía hν < W0 pasa a un estado excitado del metal, pero el tiempo de
desexcitación es tan pequeño que la probabilidad de absorber otro fotón en un tiempo
menor es prácticamente nula.
Ejemplos
13
Cada fotón tiene una energía
(
c (6.63 ×10 −34 Js) 3 × 108 m/s
E = hν = h =
)
= 3.4 × 10 −19 J = 2.1 eV
λ 5.89 × 10 −7 m
Por lo tanto, el número de fotones N que inciden sobre la placa por unidad de
tiempo y área vale
eV 1 fotón fotones
N = 6.25 × 1018 2 = 2.98 ×1018 .
m s 2.1 eV m 2s
Este ejemplo sugiere que la intensidad de una onda electromagnética se puede
considerar como el producto de N por hν (la energía de un fotón). De este
ejemplo, además, se puede ver que incluso para potencias bajas ( ≈ 1W ) el
número de fotones que atraviesan la unidad de área por unidad de tiempo es
enorme, de manera que la energía de cada uno de ellos es muy pequeña. En
consecuencia, la granularidad de la radiación es extremadamente fina y, en la
mayoría de los experimentos ordinarios, es muy difícil detectarla.
Comentarios
• En realidad, los fotones introducidos por Einstein son “partículas” con un cierto
momento lineal p y una energía E = hν . ¿Cómo se puede asociar un momento
lineal a una entidad física que no tiene masa en reposo?
m0 c 2 m c2
E= fotón
→ E = 0 → m0 = 0 .
1 − v 2 / c 2 v =c 0
Un fotón es una partícula con m0 = 0 y E = hν finita, e igual a su energía
cinética. Su momento lineal se puede evaluar a partir de la relación
E 2 = c 2 p 2 + (m0 c 2 ) 2 ,
teniendo en cuenta que m0 = 0
E hν h
p= = = .
c c λ
14
• Obsérvese que en el efecto fotoeléctrico el fotón es absorbido por el electrón.
Para que esto ocurra el electrón ha de estar ligado a un átomo o a un sólido, ya
que un electrón libre no puede absorber un fotón conservándose en el proceso la
energía y la cantidad de movimiento. Supongamos que el electrón se encuentra
en reposo antes de absorber el fotón de energía E = hν y momento p f = E / c .
Por lo tanto,
E + m0c 2 = m02c 4 + pe2c 2
p f = E / c = pe
y evidentemente este sistema no tiene solución para m0 ≠ 0 . Las fuerzas de
ligadura sirven para transmitir la cantidad de moviendo del fotón al átomo o al
sólido. Debido a que el átomo o el sólido tienen una masa mucho mayor que el
electrón, el sistema puede absorber una gran cantidad de momento sin variar
apreciablemente su energía.
• La interpretación del efecto fotoeléctrico fue una de las razones que se adujeron
en 1921 para conceder a Einstein el premio Nobel. Sin embargo, en el artículo
original, dicha explicación no supone el centro del trabajo, ni siquiera su
motivación principal, sino tan solo una de las aplicaciones de su nueva teoría de
la radiación electromagnética. El efecto de fotoemisión en sólidos, es decir la
emisión de carga negativa (el electrón todavía no había sido descubierto) como
respuesta a la incidencia de luz, había sido descrito por primera vez por Herzt en
1887. Posteriormente, otros científicos contribuyeron a la interpretación del
fenómeno (JJ Thomson descubre que la carga negativa se emite en forma de
electrones) y a la realización de medidas metódicas (Lenard), pero no fue hasta
el trabajo de Einstein en 1905 cuando se propuso la primera descripción teórica
del efecto fotoeléctrico en términos de la absorción de cuantos de luz por los
electrones del metal. Hoy en día, el efecto fotoeléctrico tiene importancia no
sólo porque contribuyo significativamente al desarrollo de las nuevas teorías
cuánticas, sino también porque está en la base de diversas técnicas de
caracterización espectroscópica que han podido desarrollarse en los últimos cien
años, y que se emplean en la actualidad para estudiar sólidos, superficies y,
átomos y moléculas en forma gaseosa.
15
hν (eV )
107 106 105 104 103 102 101 100 10-1 10-2 10-3 10-4 10-5 10-6 10-7 10-8 10-9
λ (m )
10-13 10-12 10-11 10-10 10-9 10-8 10-7 10-6 10-5 10-4 10-3 10-2 10-1 100 101 102 103 104
Fuente de
rayos X
Colimador
Material θ Detector
Figura 1.5. Esquema del dispositivo para la observación del efecto Compton.
16
θ = 0º
intensidad
θ = 45 º
θ = 90 º
θ = 135 º
0.700 0.750
o
λ( A )
Figura 1.6. Intensidad dispersada en un experimento de efecto Compton en función
del ángulo de dispersión θ .
La intensidad del pico que aparece a λ + ∆λ depende del material que se utiliza
como blanco y es especialmente grande para materiales ligeros (materiales compuestos
por átomos con Z pequeño). Su origen es totalmente inexplicable mediante la Física
17
Clásica, lo que sugiere la existencia de algún mecanismo de dispersión que modifica la
longitud de onda y que no está contemplado en el modelo clásico.
En 1923, Compton da una explicación detallada de este proceso de dispersión a
partir de la siguiente hipótesis cuántica:
Según esta hipótesis los fotones de “retroceso” que emergen del blanco constituyen
la radiación dispersada. Dado que el fotón incidente transfiere parte de su energía E al
electrón, el fotón dispersado deberá tener una energía E ' menor; y en consecuencia,
tendrá una frecuencia menor ( ν ' = E ' / h ) , lo que implica una longitud de onda mayor
(λ ' = c /ν ') . De esta forma se explica el llamado corrimiento Compton ∆λ = λ '−λ .
Comentarios
• ¿En qué se basa la hipótesis de que los fotones chocan con los electrones del
átomo? Se observa experimentalmente que la longitud de onda de la radiación
dispersada es independiente del material que forma el blanco. En consecuencia,
en el proceso de dispersión no interviene el átomo completo.
Dado que el efecto Compton sólo tiene una probabilidad significativa de producirse
para electrones en que la energía de ligadura sea mucho menor que la energía del fotón
incidente, por simplicidad supondremos que, a efectos del cálculo, los electrones están
libres y en reposo.
y
E = hν E ' = hν '
hν hν '
pf = p' f =
c c
θ
ϕ x
Ee = m0c 2 E ' e = m0 c 2 + K
pe = 0 pe ≠ 0
18
En consecuencia, vamos a considerar en detalle el proceso de colisión entre un fotón y
un electrón libre en reposo. Para ello utilizaremos las ecuaciones de la Mecánica
Relativista, ya que el fotón siempre debe tratarse en ese contexto y el electrón después
del choque también se mueve en muchos casos a velocidades relativistas. En la Fig. 1.7,
se describe esquemáticamente el proceso de colisión. Aplicando la conservación de la
energía y del momento lineal
hν + m0c 2 = hν ' + m0c 2 + K
hν hν '
= cosθ + pe cosϕ
c c
hν '
0= sinθ − pe sinϕ
c
Elevando al cuadrado y sumando las dos ecuaciones de la conservación del momento
lineal se obtiene:
hν hν '
2 2
h2
+
− 2 2
νν ' cosθ = pe2 ,
c c c
que combinada con la ecuación de la conservación de la energía y la ecuación:
(K +m c )0
2 2
= c 2 p 2 + m02c 4
permite obtener la relación
1 1 h
c − = λ '− λ = ∆λ = ( 1 − cosθ ) ,
ν ' ν m0c
o
donde h / m0 c = λC es la longitud de onda Compton, que adopta el valor λC = 0.0243 A .
Obsérvese que el corrimiento Compton ∆λ sólo depende del ángulo de dispersión
θ y no de la longitud de onda del haz incidente. Esta expresión predice los corrimientos
Compton observados experimentalmente. La anchura del pico se debe a que el electrón
inicialmente no está en reposo, tal como hemos supuesto en nuestro modelo
simplificado, sino que se mueve con una cierta velocidad alrededor del núcleo.
El desplazamiento Compton varía desde cero, para una colisión rasante, hasta
2h / m0 c = 0.049 Ǻ, para una colisión frontal con θ = 180 º .
En experimentos posteriores realizados por Compton, Wilson, Bothe, Geiger y
Blass, se detectó el electrón emergente después de la colisión, y se mostró que éste
aparece en coincidencia con la detección de un fotón dispersado. También se confirmó
cuantitativamente las predicciones para la energía y la dirección del electrón dispersado,
obtenidas del modelo de Compton.
h 2ν 2
K=
hν + m0 c 2 / ( 1 − cosθ )
cotg ϕ = ( 1 + hν / m0c 2 ) tg θ / 2
Comentarios
19
átomo completo. En este caso, la masa M del átomo es la que interviene en el
proceso; por lo tanto, el corrimiento Compton viene dado por:
∆λ =
h
( 1 − cosθ ) .
Mc
Para el átomo más ligero M / m0 ≈ 2000 , por lo tanto
∆λátomo 1
≤ ,
∆λelectrón 2000
que es prácticamente indetectable.
4. En la región de los rayos γ, la energía del fotón es tan grande que durante el
proceso de colisión siempre se libera un electrón y domina la dispersión
Compton.
20
Ejemplo
21
difracción que se forma sobre una pantalla situada inmediatamente después (ver
esquema en la Fig. 1.8).
rendija
haz de luz
pantalla
Figura 1.8. Difracción de un haz de luz a través de una rendija.
P(n )
haz de luz
rendija pantalla
Fig. 1.9. Experimento de difracción fotón a fotón de un haz luminoso por una rendija.
22
El fotón pertenece a una familia de cuasi-partículas cuánticas que se conocen con el
nombre genérico de cuantos. Los cuantos tienen una naturaleza dual, y solamente
cuando la acción característica del proceso en el que intervienen es mucho mayor que
h , se manifiestan como ondas o como partículas sin ambigüedades. En los procesos
físicos en que h es comparable a la acción característica del fenómeno, los conceptos
de onda y partícula no están bien definidos, y en consecuencia, un cuanto podrá
manifestarse en cualquiera de las dos formas, dependiendo del experimento que se
realice.
1.4.1 Antecedentes
Desde mediados del siglo XIX, se sabía que al proporcionar energía a los átomos de
un gas (por ejemplo, calentándolos) estos emitían radiación electromagnética. También
se observó que el espectro de la radiación emitida no era continuo, sino que estaba
formado por algunas longitudes de onda concretas, que eran características de cada
átomo. Este hecho es de gran importancia práctica, ya que convierte a la espectroscopia
en una técnica muy útil para el análisis químico.
Cada átomo tiene un espectro de radiación electromagnética formado por un
conjunto de longitudes de onda discretas (líneas espectrales), que depende únicamente
de la naturaleza del átomo y que lo identifica perfectamente. Por ello, se ha dedicado un
esfuerzo notable al desarrollo de instrumentos de medida de gran sensibilidad y a la
posterior interpretación de los espectros atómicos, lo que en general es muy complicado,
ya que estos están formados por cientos de líneas espectrales.
En la Fig. 1.10, se muestra esquemáticamente el dispositivo que típicamente se usa
para la obtención de los espectros atómicos.
Pantalla o placa
fotográfica
23
Existen básicamente dos tipos de espectroscopias: emisión (que ya ha sido descrita
esquemáticamente en la Fig. 1.10) y absorción. En la primera de ellas, se suministra
energía a los átomos (mediante una descarga eléctrica; colisiones con electrones, rayos
X, etc.; o mediante absorción de luz) y se estudia la radiación electromagnética emitida
en la desexcitación posterior. Un caso particular de este tipo de experimentos es la
espectroscopia de fluorescencia. Se llama fluorescencia resonante al fenómeno por el
cual una sustancia remite radiación de la misma longitud de onda que la previamente
absorbida durante la excitación. En la Fig. 1.11, se muestra un ejemplo típico.
vapor
luz transmitida
de Na
lámpara de
sodio
Fluorescencia
Figura 1.11. Experimento de fluorescencia resonante con átomos de Na.
• Frecuencia. Esta magnitud tiene un carácter más general que la longitud de onda,
ya que su valor no depende del medio.
c
ν= .
λvacío
24
• Número de ondas. Es una magnitud que se emplea con mucha frecuencia en
espectroscopia. Se define como
ν
ν= =
1
c λvacío
; ( )
ν 86 Kr = 16507.6373 cm-1 .
o
λ (A ) 6562.8 4861.3 4340.5 3970.1 3645.6
Color Rojo Azul Violeta Ultravioleta
Figura 1.12. Espectro visible y ultravioleta cercano del átomo de hidrógeno.
25
En 1908, Ritz descubre que ν para muchas líneas espectrales se puede calcular a
partir de diferencias entre los valores de ν para otras líneas espectrales, y que la
constante A para cada serie espectral corresponde a un valor particular de un término
parecido al segundo de la fórmula de Rydberg.
1 1
ν=R − 2
; n > m.
(m + β ) (n + α )
2
Hasta aquí, sólo hemos analizado los espectros de emisión de los átomos. La
información que se puede obtener a partir de los espectros de absorción es
esencialmente la misma. De hecho, todas las líneas que aparecen en un espectro de
absorción se corresponden con líneas del espectro de emisión. Pero la afirmación
contraria, en general, no es verdad. Por ejemplo, en el espectro de absorción del átomo
de hidrógeno, sólo aparece la serie de Lyman. Sin embargo, cuando el gas se encuentra
a muy alta temperatura (superficie de una estrella), las líneas que aparecen corresponden
a la serie de Balmer.
La regularidad de los espectros atómicos y el éxito logrado con la fórmula de Ritz
para predecir las series espectrales del hidrógeno condujo a los científicos de la época a
buscar un modelo del átomo que explicara toda esta fenomenología. A principios del
siglo XX (1910), ya había una fuerte evidencia experimental de que los átomos
contenían electrones; por ejemplo, a través de experimentos de efecto fotoeléctrico o
dispersión de rayos X (efecto Compton). Estos experimentos proporcionaron una
estimación del número de electrones Z contenidos en el átomo. Puesto que los átomos
normalmente son neutros, debían contener la misma cantidad de carga positiva y
negativa. En consecuencia, se supuso que el átomo contenía − Ze carga negativa y Ze
carga positiva. Una vez aceptado esto, a los físicos se les planteó el problema de cómo
se encontraba distribuida esta carga en el átomo y se plantearon diversos modelos, que
explicaban con mayor o menor acierto las distintas observaciones experimentales que se
conocían en aquella época.
26
1. Modelo de Thomson. J.J. Thomson propuso un modelo para el átomo según el
cual los electrones se encontraban inmersos en una distribución de carga positiva
continua, de forma esférica, con un radio cuyo orden de magnitud se estimó en
10-10 m (valor obtenido a partir de la densidad de un sólido, su peso atómico y el
número de Avogadro). Este modelo no explicaba correctamente los espectros de
emisión atómicos ya observados en aquella época.
r ≈ 10−10 m
rn ≈ 10 −14 m r ≈ 10−10 m
27
Por otro lado, la regularidad de los espectros atómicos y la simplicidad de la
fórmula de Ritz llevaron a muchos físicos a pensar que se debían buscar hipótesis
nuevas para explicar de forma completa la estructura atómica.
La ecuación de Ritz para las líneas espectrales del hidrógeno no podía obtenerse a
partir de modelos clásicos. Por ello, Niels Bohr, en 1913, propuso una teoría que partía
del modelo de Rutherford y que explicaba totalmente el espectro del átomo de
hidrógeno. Esta teoría mezclaba nuevas hipótesis cuánticas con conceptos de la Física
Clásica. En particular, el modelo de Bohr permitía obtener la constante de Rydberg en
función de otras constantes conocidas. Los postulados en los que se basa el modelo de
Bohr son los siguientes:
1. Un átomo está constituido por un núcleo pesado con carga positiva, alrededor
del cual giran los electrones en órbitas estacionarias, de acuerdo con las leyes de
Newton.
2. A pesar de que los electrones están cargados y se mueven con una cierta
aceleración, no emiten radiación electromagnética (como predice el
electromagnetismo clásico), a no ser que cambien de órbita.
Ef
Ei − E f
Ei ν=
h
Figura 1.15. Átomo de Bohr.
28
exactamente el mismo significado que tenían clásicamente (por ejemplo, la cuantización
del momento angular). Sin embargo y a pesar del éxito del modelo, Bohr fue uno de los
primeros en ser consciente de que era necesario desarrollar una nueva teoría cuántica
completa.
Vamos a construir un modelo para átomos hidrogenoides (átomos o iones que
contienen un electrón), basado en los postulados de Bohr, que permita interpretar los
espectros atómicos. Supongamos un átomo o un ion, formado por un electrón que gira
en órbitas circulares alrededor de un núcleo de carga Ze . Dado que el núcleo es mucho
más pesado que el electrón, podemos tomar el origen de coordenadas en el centro del
núcleo, ya que éste prácticamente se corresponde con el centro de masas del sistema. En
realidad, estamos analizando un sistema de masa reducida
M me
µ= ,
M + me
que gira alrededor de su centro de masas, debido a la interacción electrostática entre el
núcleo y el electrón. La condición de estabilidad de la órbita es
1 Ze 2 v2
= µ ,
4πε 0 r 2 r
donde ν es la velocidad del electrón y r el radio de la órbita. Si tenemos en cuenta que
el momento angular L es una constante del movimiento y que para una órbita circular
L = µ v r , y además aplicamos la condición de cuantización del momento angular
µ v r = nℏ = L .
Sustituyendo v en la condición de estabilidad de la órbita se obtiene
n2ℏ 2
Ze = 4πε 0
2
,
µr
de donde
n 2ℏ 2
r = 4πε 0 n = 1, 2, 3...
µ Ze 2
y como v = nℏ / µ r
1 Ze 2
v= n = 1, 2, 3...
4πε 0 nℏ
Por lo tanto, la condición de cuantización de L restringe el número de valores posibles
del radio de la órbita a los proporcionados por la expresión anterior para diferentes
valores del número natural n . Por ejemplo, para un átomo de hidrógeno con Z = 1 y
µ ≈ me , la órbita más ligada corresponde a
o
r ≈ 5.3 × 10 −11 m = 0.53 A
y esta órbita es precisamente la que tiene menor energía (órbita más ligada). La
velocidad del electrón es esta órbita es
v ≈ 2.2 × 10 6 m/s
(velocidad máxima del electrón en el átomo de hidrógeno), que es menor del 1% de la
velocidad de la luz. Esto justifica el porqué podemos utilizar la Mecánica Clásica para
el cálculo de las órbitas y no es necesario utilizar una aproximación relativista. Para
valores grandes de Z , la velocidad del electrón se hace relativista y el modelo deja de
ser válido.
Vamos a calcular, ahora, la energía total del sistema cuando el electrón se encuentra
en una órbita permitida.
29
1 Ze 2
K= µv =
2
2 4πε 0 2 r
Ze 2
V =−
4πε 0 r
Por lo tanto, E = K + V viene dada por
Ze 2
E=− .
4πε 0 2r
Sustituyendo la expresión para r se obtiene
µ Z 2e4 1
E=− n = 1, 2, 3...
( 4πε 0 ) 2ℏ n 2
2 2
30
1.4.3 Niveles de energía del átomo de hidrógeno y espectros atómicos
n E(eV)
∞ 0
5 -0.54
4 -0.85
Brackett Pfund
3 -1.51
Paschen
2 -3.39
Balmer
Lyman
1 -13.6
31
RH
ν límite
n
1
=
n12
Si un electrón libre con E > 0 es capturado por el átomo ionizado, se emite un
fotón de energía igual a la que tenía el electrón más la necesaria para pasar al primer
estado ligado. Como la energía del electrón libre puede adoptar cualquier valor (energía
cinética), el fotón emitido durante el proceso de captura puede tener cualquier valor de
la frecuencia por encima del límite de convergencia de la serie espectral que
corresponda al estado ligado. Por lo tanto, el proceso de captura de electrones libres por
átomos ionizados dará lugar a un espectro continuo de emisión.
Cuando Bohr publicó su trabajo, sólo se conocían algunas líneas de la serie de
Balmer (n1 = 2) y de Paschen (n1 = 3) . Su fórmula para ν permitió predecir el resto de
series descubiertas más tarde (Lyman 1914 n1 = 1 ; Brackett 1922 n1 = 4 y Pfund 1924
n1 = 5 ). Otra aplicación espectacular de la fórmula de Bohr fue la interpretación de las
líneas espectrales observadas por E.C. Pickering en 1897, en la radiación de la estrella
ζ-Puppis. Bohr dio una explicación a esta serie espectral con n1 = 3 y n1 = 4 para
Z = 2 , o sea, He ionizado en estados excitados.
Como ya hemos visto, no sólo se pueden excitar átomos mediante colisiones con
cargas aceleradas; también se puede conseguir el mismo efecto mediante la absorción de
fotones. Si la energía del fotón incidente es mayor que la energía de ionización, éste
podrá ser absorbido por el átomo y el electrón liberado tendrá una energía cinética
K = hν − Eion ,
donde Eion es la energía de ionización del átomo. Este es el proceso que hemos llamado
efecto fotoeléctrico, que se puede representar esquemáticamente por
γ + A → A+ + e - .
Supongamos, por ejemplo, que un electrón en el estado fundamental del átomo de
hidrógeno absorbe un fotón de 20 eV. El electrón adquiere suficiente energía para
liberarse del núcleo (el átomo se ioniza) y todavía le quedan 6.4 eV en forma de energía
cinética.
Si la energía del fotón es más pequeña que la energía de ionización, sólo pueden ser
absorbidos aquellos fotones cuya energía sea exactamente igual a alguna diferencia
energética entre niveles del átomo. Podemos esquematizar este proceso como
γ + A → A* .
Dado que el efecto Compton para electrones ligados no está prohibido, no se puede
descartar la absorción de un fotón más energético que la diferencia entre dos niveles,
acompañada de la emisión de la energía sobrante en forma de un fotón de longitud de
onda mayor. Este proceso se puede esquematizar como
γ + A → γ’ + A* ( λ < λ ' ).
De todas formas, la probabilidad de que tenga lugar este proceso es muy pequeña y no
lo vamos a tener en cuenta.
Vamos a estudiar estos fenómenos en un ejemplo concreto: el espectro de absorción
de átomos de hidrógeno. Imaginemos que sobre un gas de átomos de hidrógeno en el
estado fundamental se hace incidir fotones de un continuo de longitudes de onda para
obtener el espectro de absorción. Sólo serán absorbidos aquellos fotones que
corresponden a la serie de Lyman, en la región del ultravioleta. Para el resto de la
radiación visible e infrarroja el H atómico será transparente. Después de ser excitados,
los átomos volverán a su estado fundamental reemitiendo la radiación absorbida en
todas direcciones, con lo cual, la intensidad en la dirección del haz incidente será
ligeramente menor para aquellos valores de λ que corresponden a las transiciones
32
previamente excitadas (ver Fig. 1.11 para el caso del Na). De esta forma, observaremos
líneas más oscuras sobre un fondo continuo de longitudes de onda.
En general, es más fácil interpretar un espectro de absorción que uno de emisión, ya
que el número de líneas espectrales es menor en el primer caso. Es frecuente que en los
espectros de absorción sólo aparezca una seria de líneas, a partir de las cuales se pude
reproducir todo el espectro de emisión. En la práctica, hay que tener en cuenta que no
todas las transiciones están permitidas, ya que existen las llamadas reglas de selección
por las que algunas transiciones están prohibidas.
La espectroscopia de absorción se utiliza frecuentemente en Astrofísica para
identificar los elementos contenidos en la atmósfera de una estrella. La superficie de una
estrella está a muy alta temperatura y prácticamente emite un espectro continuo de
radiación. Cuando esta radiación atraviesa la atmósfera de la estrella, las frecuencias
correspondientes a transiciones atómicas permitidas serán parcialmente absorbidas y
observaremos que la radiación saliente está atenuada para algunas frecuencias
concretas. De esta forma se descubrió el He en la superficie del Sol antes de encontrarlo
en la Tierra. En realidad, el He observado en la superficie del Sol era He monoatómico
ionizado (He+).
33
34
Apéndice 1.A. Dinámica Relativista
dp
F= ; donde p es el impulso mecánico de la párticula sobre la que actúa F ;
dt
∑ p = ∑ p ; conservación del impulso total en un sistema aislado;
partículas inicial partículas final
p = mv : impulso lineal de una párticula;
siempre que supongamos que la masa de las partículas es función del módulo de su
velocidad m ≡ m(v ) . La forma explícita de esta función está por determinar. Sin
embargo, sabemos que, en el límite v / c << 1 , m (v ) = m0 , donde m0 es la masa de la
partícula medida clásicamente, ya que en este límite las transformaciones de Lorentz se
reducen a las de Galileo.
Para evaluar la función m(v ) vamos a considerar el siguiente experimento
imaginario. Tal como se muestra en la Fig. 1.A.1, los observadores O1 y O2 se mueven
en direcciones paralelas al eje de las x , con velocidades de magnitud igual pero
direcciones opuestas. Cada uno de los observadores lanza una bola de billar (B1 y B2,
respectivamente), de masa m0 medida cuando están en reposo, de forma que sigan
trayectorias de colisión, tal como se muestra en la Fig. 1.A.1 desde un sistema de
referencia en reposo.
y O2
θ2 f B2 θ 2i
x
θ1i θ1 f
B1
O1
Figura 1.A.1. Colisión entre las dos bolas vista desde un sistema en reposo respecto a
O1 y O2 .
35
Suponiendo válida la conservación del impulso lineal y que la colisión es elástica,
es fácil demostrar que θ1 f = θ 2 f y que los módulos de las velocidades de las bolas son
los mismos antes y después de la colisión.
Sin embargo, según el punto de vista de los observadores O1 y O2, cada uno lanza
su bola para impactar sobre la otra con una velocidad dirigida perpendicularmente al eje
de las x y de módulo u . Por ejemplo, desde un sistema de referencia que se mueve
solidario con O1, la bola B1 es lanzada siguiendo una dirección paralela al eje y con
una velocidad de módulo u (ver Fig. 1.A.2), que supondremos muy pequeña respecto a
c . En cambio, según O1 la bola B2 mantiene una componente x de la velocidad igual a
v , que es la velocidad relativa entre O1 y O2, y que supondremos cercana a c . También,
según O1 la componente y de la velocidad de B2 cambia de signo después de la colisión
pero mantiene constante su magnitud. Para evaluar su magnitud se supone que la
componente y de la velocidad de B2 medida por O2 es u . Transformando esta
velocidad al sistema de referencia de O1 se obtiene u 1 − v 2 / c 2 para la componente y
de la velocidad de B2 medida por O1 (ver Fig. 1.A.2).
u 1 − v2 / c2 v
v B2 u 1 − v2 / c2
y
B1
u
O1
x
Figura 1.A.2. Colisión vista desde el sistema de referencia de O1.
36
en x = 0 . Si se le aplica una fuerza F en la dirección positiva del eje x , la partícula se
moverá debido al trabajo K realizado por la fuerza. En particular, se puede evaluar el
trabajo realizado por F entre 0 y x f a partir de la expresión
xf tf tf
dx
K= ∫
0
Fdx = ∫0
F
dt
dt = ∫
0
Fv dt ,
dt = ∫ v dp = [vp ]0 f − ∫ p dv ,
dp
K=∫ v
v
0 dt 0 0
( )
vf vf
m v2 m
vf
d v2 v2 / c2
K = 0
1 − v 2 / c 2 0
− 0
2 ∫
0 1 − v2 / c2
= m0c 2
1 − v 2 / c 2
+ 1 − v2 / c2
0
m0c 2
= − m0c 2
1− v /c 2 2
37
1 v2 / c2
m 2c 4 − m02c 4 = m02c 4 − 1 = m 2 4
c = c 2 m 2v 2 = c 2 p 2 ,
1− v / c 1− v /c
2 2 0 2 2
o lo que es lo mismo
m 2c 4 = c 2 p 2 + m02c 4
E = c 2 p 2 + m02c 4
A pesar de que todas las hipótesis que hemos utilizado aquí para deducir las
ecuaciones de la Mecánica Relativista parecen razonables, su justificación última se
obtiene al comparar las predicciones de la teoría con los resultados experimentales.
Por último, es importante hacer notar que a partir de desarrollos más complejos que
los efectuados aquí se puede demostrar que ni la segunda ley de Newton ni las
ecuaciones de Maxwell cambian de forma bajo la acción de una transformación de
Lorentz. Sin embargo, estos mismos cálculos demuestran que tanto la fuerza como los
campos eléctrico y magnético sí cambian ante una transformación de Lorentz.
38
Apéndice 1.B. Espectros de rayos X. Ley de Moseley
vacío
F
e-
A
- +
V
Figura 1.B.1. Dispositivo experimental para la producción de rayos X (tubo de rayos
X).
39
hc 12400 o
= λ0 = A.
eV V ( Voltios )
Esta expresión se conoce con el nombre de fórmula de Duane y Hunt, y sirve para
calcular la longitud de onda menor del espectro de emisión. Es importante resaltar
que λ0 no depende del material del que está constituido el ánodo.
Por encima de λ0 todos los valores de la longitud de onda son posibles y se obtiene
una distribución continua de radiación, que es lo que se conoce con el nombre de
radiación de bremsstrahlung. En la Fig. 1.B.2 se muestran algunos espectros de
bremsstrahlung producidos por electrones de diferentes energías (diferente voltaje
acelerador). Tal como se puede ver en la fórmula de Duane y Hunt la longitud de onda
umbral λ0 (V ) es inversamente proporcional al voltaje acelerador.
10
Intensidad relativa
50 kV
8
40 kV
6
4
30 kV
2
20 kV
0
0 0.2 0.4 0.6 0.8 o 1.0
λ (A )
Figura 1.B.2. Espectros de bremsstrahlung para diferentes valores del potencial
acelerador.
40
k β kα
10
Intensidad relativa
W
6 Mo
4 Cr
0
0.3 λ0 0.5 o 0.7 0.9
λ (A )
Figura 1.B.3. Espectros de rayos X para blancos de Cr, Mo y W bombardeados con
electrones de 35 kV.
λ c
donde R es la constante de Rydberg y, C y σ son parámetros que dependen de la línea
espectral considerada. Por ejemplo, la línea Kα se puede reproducir con
41
1 1
C ≈ 0.75 = 2 − 2 y σ ≈ 1 .
1 2
Sustituyendo estos valores en la expresión de Moseley se obtiene
ν 2 1 1
= R (Z − 1) 2 − 2 ,
c 1 2
que es análoga a la fórmula de Ritz para la serie de Lyman, con un número atómico
efectivo Z − 1 . Moseley también encontró una relación equivalente para la línea Kβ,
( )
pero con C = 1 / 12 − 1 / 32 ; y las expresiones correspondientes para la serie L.
Utilizando esta fórmula, Moseley determina el número atómico de los elementos
(Z ) y los clasifica en una tabla periódica, dejando los huecos para nuevos elementos
que serían descubiertos más tarde. Para ello utiliza las líneas Kα de los distintos
elementos (σ ≈ 1) y la expresión
ν ∝ (Z − 1) ,
donde la constante de proporcionalidad es prácticamente la misma para todos los
elementos (ver Fig. 1.B.5).
La explicación a los espectros de rayos X obtenidos por Moseley fue dada por
Kossel, basándose en un modelo muy simple para la estructura electrónica de un átomo
multielectrónico. Kossel supuso que los electrones se disponían en niveles discretos
alrededor del núcleo, de manera que en cada nivel sólo cabía un cierto número máximo
de electrones, tal como se muestra en la Fig. 1.B.4. También supuso que sólo cuando un
nivel está lleno se encuentra en equilibrio estable.
Lβ
Kα Kβ
Lα
Kγ
K
L
M
N
42
Vamos a considerar, en detalle, un modelo sencillo para un átomo que tiene m 1
electrones en la primera capa, m2 en la segunda, etc. El átomo pierde un electrón de la
primera capa debido a un choque con un electrón libre, de manera que se queda con
m1 − 1 electrones en el primer nivel. Supongamos que:
• Los electrones giran en órbitas circulares de Bohr alrededor del núcleo. Todas
estas órbitas están en el mismo plano.
Ze Z ef
ε (r ) = ; 0 < r ≤ r1 Z
r 2
Z − m1 + 1
Z − m1 + 1
ε (r ) = e ; r1 < r ≤ r2 Z − m1 + 1 − m2
r2
⋮
e
ε (r ) = ; rn < r 1
r2
r1 r2 rn r
En el gráfico de la derecha se representa la carga efectiva Z ef que nota un electrón
a una distancia r del núcleo. Es evidente que Z ef (0 ) = Z y que Z ef (∞ ) = 1 . Los radios
de las diversas capas pueden calcularse utilizando la fórmula de Bohr, y teniendo en
cuenta la carga efectiva Z ef que “ve” cada electrón dependiendo de la capa en que se
encuentra, obteniéndose
ℏ2
r1 =
µ Ze 2
ℏ 2 22
r2 =
µ e 2 (Z − m1 + 1)
⋮
ℏ2n2
rn =
µ e 2 Z ef
La energía potencial en las diversas regiones del espacio puede escribirse en la
siguiente forma
43
Ze 2 e 2 (m1 − 1) e 2 m2 e 2 mn
V (r ) = − + + +⋯+ ; 0 < r ≤ r1
r r1 r2 rn
Z − m1 + 1 e 2 m2 e 2 mn
V (r ) = − e 2
+ +⋯+ ; r1 < r ≤ r2
r r2 rn
⋮
e2
V (r ) = − : r > rn
r
De forma que el campo eléctrico es discontinuo al atravesar cada capa, mientras que las
constantes del potencial se han elegido de manera que éste sea continuo en todas las
regiones del espacio. Teniendo en cuenta que para un electrón que gira en una órbita
circular de radio r
2 2
v 2 Z ef e 1 2 1 Z ef e
m = 2 → mv = ,
r r 2 2 r
podemos escribir la energía total (E = K + V ) para las dos primeras capas como
µ e4 m1 − 1 2 m2 2 m
E1 = − 2
Z2 + e + e + ⋯ + n e2
2ℏ r1 r2 rn
µ e4
E2 = − 2 2
(Z − m1 + 1)2 + m2 mn 2
e2 + ⋯ +
e
2ℏ 2 r2 rn
Un electrón de la capa 2, que pase a ocupar un hueco en la capa 1, emitirá un fotón
de energía
µ e4 3
hν = E2 − E1 = 2
(Z − m1 + 1)2 − (m1 − 1)2 ,
2ℏ 4
que está de acuerdo con la fórmula empírica propuesta por Moseley,
ν
= C R (Z − σ ) ,
2
c
para Z grande, donde tenemos K = 0.75 y σ = m1 − 1 = 1 para la línea Kα. Esto implica
que la primera capa es estable para m1 = 2 .
El modelo expuesto es muy inexacto para otras líneas, ya que el apantallamiento
electrónico considerado es sólo una primera aproximación. A pesar de esto, la fórmula
empírica de Moseley funciona muy bien para la línea Kα, como lo demuestra el hecho
de que si representamos ν en función de Z se obtiene una línea recta en un amplio
rango de valores de Z (ver Fig. 1.B.5).
44
ν ≈ (Z − 1)
20
ν (108 Hz1/2 )
10
0
0 10 20 30 40 50
Número atómico Z
Esta recta corta al eje de abscisas en Z = 1 , lo que confirma que σ = 1 y, por lo tanto, la
primera capa debe contener 2 electrones en su configuración estable.
Si se hace el mismo tipo de gráfica para la línea Lα (ver Fig. 1.B.6), el punto de
corte con el eje de abscisas está en Z = 7.5 , lo que implica que sumando los electrones
de la primera y la segunda capa debe haber entre 8 y 9 electrones. En realidad, el
número de electrones que pueden contener en total las dos primeras capas en su
configuración estable es de 10.
16 ν ≈ (Z − 7.5)
ν (10 Hz
8 1/2
)
12
0
0 20 40 60 80
Número atómico Z
Figura 1.B.6. ν en función del número atómico para la línea Lα.
45
Ejemplos:
R (Z − 1) .
31
=
2
λ 4
Si tomamos el valor de la constante de Rydberg correspondiente a masa del
núcleo infinita
R∞ = 109737.318 cm -1
1 o
= 1.383 × 108 cm -1 → λ = 0.72 A
λ
en muy buen acuerdo con el resultado experimental.
2. La línea más intensa del espectro de rayos X emitido por una muestra de
o
composición desconocida corresponde a una longitud de onda de 2.16 A . ¿Cuál
es el elemento constituyente de la muestra?
La radiación de máxima intensidad en un espectro de rayos X corresponde a la
línea Kα, cuya longitud de onda puede calcularse utilizando la fórmula de
Moseley:
= R (Z − 1) → Z =
1 3 4
+ 1 ≈ 25 ⇒ manganeso .
2
λ 4 3λ R
46
Apéndice 1.C. Principio de correspondencia
En cuanto al primer punto, es obvio que las predicciones de la teoría cuántica deben
corresponderse con las de la Física Clásica en el límite para el cual el sistema se
comporta clásicamente. Bohr supuso que el límite entre las dos teorías se encontraba en
el rango de los números cuánticos muy grandes. Hoy en día, se sabe que el criterio de
Bohr no es siempre cierto y se dice que un sistema se comporta clásicamente cuando la
acción característica implicada es mucho mayor que h .
En los inicios de la Física Cuántica, se utilizó con mucha frecuencia el principio de
correspondencia para explicar reglas de selección observadas en el dominio cuántico.
Ejemplos
47
De todo ello podemos concluir que ∆ n = ±1 es una regla de selección de las
transiciones permitidas en un oscilador armónico, para todo el rango de valores
del número cuántico n .
48