Si tiene cámaras obsoletas o que pixelan la imagen, entonces no cuenta con ningún
tipo de seguridad.
Ahora bien, si cambia los “ojos” del sistema que tiene instalado obtiene ventajas
inmediatas: mejora su seguridad, logra importantes beneficios legales, evita perjuicios
a su empresa, entre otros y, lo mejor: a un costo más económico que contratar un
nuevo sistema.
Por ejemplo, si tiene cámaras de 520 TVL (algo usual hace 3 o más años) puede
reemplazarlas por cámaras que ofrecen un 55% más de definición o hasta un
100% más de definición cambiando solamente la cámara. Al igual que si desea
más días de grabación, también puede extenderlos.
Así puede actualizar su sistema invirtiendo casi la mitad de lo que le costaría una
renovación total, en menor tiempo y aprovechando todo lo que invirtió en su
momento y que no debe descartarse: cableados, monitores, grabadoras de video,
alimentación eléctrica y demás.