Tercero Medio.
Profesoras: Nayareth Cuevas
Año: 2018
GUÍA N°1: LA ARGUMENTACIÓN
I Unidad Argumentación
I. LA ARGUMENTACIÓN
Actio: puesta en escena del discurso desde el punto de vista del orador, del destinario y del mensaje
mismo.
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Para Aristóteles la buena argumentación es convencer de algo verdadero y
comprobable en la realidad, mediante procedimientos lógicos. La mala
argumentación pasa por los sentimientos y emociones para convencer.
De lo anterior señalado, podemos decir que el discurso argumentativo está compuesto por dos
componentes:
a) Lógico-racional destinado a convencer, otorgando un rol protagónico al lenguaje verbal, ya sea oral o
escrito.
b) Retórico-afectivo destinado a persuadir, presenta junto con el lenguaje verbal una importante
presencia del lenguaje no verbal ya en sus aspectos kinésicos (una sonrisa o una mirada), proxémicos (en
una argumentación judicial, acercarse al jurado para crear una atmósfera de intimidad y confianza) o
icónicos (en el mismo caso anterior, mostrar una fotografía como prueba).
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III. CARACTERÍSTICAS DEL DISCURSO ARGUMENTATIVO:
c) Relación simétrica:
En la argumentación hay una relación simétrica entre emisor y receptor,
pues la discusión no debe estar basada en el rol social o poder que tiene cada
uno, sino en las razones que da para apoyar su tesis o punto de vista.
IV. ACTIVIDADES
1. Lee los siguientes enunciados, luego indica los verdaderos y justifica los falsos.
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c) _________ Las emociones y sentimientos perjudican una buena argumentación, según Aristoteles.
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d) _________ La situación enunciativa argumentativa se basa en la convergencia de los puntos de vista.
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No soy historiador. Solamente quiero señalar un par de cosas. Para mí no es el hecho de cómo se celebrará
sino más bien insistir en que, para nosotros, los mapuche, no hay nada que celebrar en vuestro próximo
Bicentenario.
La razón por la cual acepté ir a una de las sesiones de la Comisión Verdad Histórica y Nuevo Trato y por la
cual estoy en la comisión Bicentenario es para reiterar unas pocas cosas que he ido acumulando en el
trayecto de mi vivencia en la sociedad chilena.
Comienzo contándoles que nací y crecí en una comunidad mapuche, que comencé a ir a la escuela ahí y,
por lo tanto, tengo la necesidad de entender y saber cómo sistematizar la manera del habitar chileno que
de todos modos tengo, puesto que realicé mis estudios posteriores en el sistema educacional de este país.
Así, me habita quizás un orden, como dirán ustedes, “oscuro” (el orden natural). La identidad es algo que
apunta a “esencias” y los chilenos y las chilenas parecen tener pánico de asumir esas esencias-vivencias,
si se les puede llamar de tal modo. Pero los conceptos son algo vivo y a veces se van tornando turbios,
como lo que sucede con el mencionado concepto de “desarrollo” o modernismo. Mi experiencia me indica
que hay hechos externos e internos – insisto, no porque sean esencia o quizás son, en eso nunca se tendrá
certeza, por eso lo digo entre comillas – que se asoman en contenidos que para nosotros como mapuche
están ahí, para bien nuestro o para mal de otros. Son las cuatro ramas fundamentales que se reconocen
en toda comunidad humana y que constituyen el árbol de la identidad: un territorio, un idioma, una
historia y una manera de ser (…)
Existe el bullado discurso que plantea que los mapuche también somos chilenos, puesto que nos regalaron
esa identidad; por lo tanto, ahora somos mapuche y somos chilenos. Sin embargo, se nos excluye (…)
nuestros mayores dicen que la motivación de nuestra vida es la visión de mundo sintetizada en el Itro fil
Mogen, es decir, ver la totalidad: todo se incluye, nada se excluye, la integridad no fragmentada de la vida,
de todo lo viviente. Si va a seguir existiendo una historia oficial, porque creo difícil que podamos por ahora,
con efectividad, oponernos a que sea así, al menos que sea una historia que poco a poco se vaya
complementando con otras historias (…)
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Nuestra historia sigue siendo una historia oral y, por tanto, si se va a abordar desde el punto de vista
mapuche, tendrá que serlo desde lo que denomino “oralitura”, que constituye una búsqueda, un atisbo
de respuesta. Se trata de una escritura que esté respondiendo al pensamiento de nuestra gente, a nuestra
memoria y, por ende, implica asumir la validez predominante que tiene para nosotros la oralidad (…)
El chileno en estos momentos no se está (re)conociendo y, por lo tanto, no está valorando su cultura
propia y apropiada. Sin embargo, me parece que hoy se abren posibilidades, pues el mundo de la
“globalización” está interpelando fuertemente a los chilenos para que puedan valorarse frente a esa
diversidad que llega a través de internet y, entonces, puedan asumir su identidad para que vean a las
demás culturas, la nuestra entre ellas, y así podamos ser valorados como una cultura más, imprescindible,
ni mejor ni peor que la chilena (…)
Me parece que el Bicentenario debiera interpelar respecto de si todos tenemos que celebrar ese
Bicentenario. Estoy aquí dividido, a veces profundamente angustiado, porque simplemente en esta
ritualidad casi perdida de la conversación que, afortunadamente, al menos en algunos espacios poco a
poco se recupera, veo que no hay capacidad aún de reconocerse y de ponerse en el lugar de sus otras/
sus otros más allá del discurso (…)
Estoy diciendo esto solo para recordarles que me habita – soy parte, está en mí – una cultura que está
muy lejos de celebrar el bicentenario que se aproxima, pues sufrió el “golpe” del Estado chileno, a finales
del siglo XIX. Para recordarle que hasta hoy seguimos sufriendo la denominada “pacificación” que siguen
intentando consolidar. Es así como hoy, a propósito de los medios de comunicación, aún subsiste la
intención de mostrar a nuestros pueblos como bárbaros, incivilizados, incultos; porque al parecer sólo se
puede mirar la vida y concebir el universo infinito desde una sola perspectiva. Es, me parece, la razón por
la que aquellos que son mucho más verdaderos que yo están asumiendo de manera más enérgica nuestra
lucha, que es una lucha por Ternura. Ello no significa la pérdida del ánimo de ser entendidos, el
permanente deseo de practicar el ritual de la conversación, un arte dentro de nuestra cultura.
TEMA POLÉMICO
EMISOR
ARGUMENTOS
POSIBLES RECEPTORES
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B. A partir del texto leído, indica con una V si las siguientes ideas son verdaderas y con una F si son
falsas.
______ El punto de vista de Elicura es que el pueblo mapuche no tiene nada que celebrar para el
bicentenario.
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______ El pueblo mapuche no es un pueblo bárbaro, como lo muestran los medios de comunicación
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______ La Comisión Verdad Histórica y Nuevo Trato es lo mismo que la comité Bicentenario.
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______ Los chilenos no han asumido la esencia de su identidad
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______ La historia mapuche es una historia fundamentalmente escrita.
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______Para el autor, la cultura mapuche es mejor que la chilena
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______ Chile no tiene hoy una historia oficial.
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2. En el tercer párrafo se mencionan los términos territorio, idioma, historia y manera de ser como
componentes de:
a. La identidad nacional de todos los chilenos
b. La identidad de toda comuna humana
c. El árbol genealógico de cualquier comunidad
d. El concepto sagrado de árbol mapuche
e. El árbol genealógico de los mapuches
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D. Realiza un esquema con la situación de enunciación de la argumentación