E TRATAMIENTO
Gastritis
Amigdalitis
Síndrome de Espolón Calcáneo
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GASTRITIS
URTICARIA Y ANGIOEDEMA
Homotoxicologia: Apis homaccord (gotas y amp) 1 amp /día por 3-5 días o 10
gotas 3 veces/día hasta mejorar.
Belladona (gotas y amp.): 10 gotas / 3 veces día. ó 1 amp. Día/ 5 días
Sulphur: (comp.): 1 comp. 3 veces al día
Traummel s (pomada): Aplicar ¾ veces al día en la zona afectada, no debe ser
muy extensa.
Cutis compositun (Amp): 1 amp día/ por una semana.
URTICARIA AL FRÍO
URTICARIA COLINÉRGICA
Por calor, puede dar reacción local o generalizada. La forma local es rara; se
observa cuando el estimulo caliente hace contacto con la piel. Se caracteriza
por pequeños habones puntiformes y eritema; se relaciona con el ejercicio o
con duchas calientes; en ocasiones, se hace confluente y simula un
angioedema. Se puede producir por inyección intradérmica de 0,01 mg de
metacolina diluida en 0,1 ml de solución salina; aparición de un habón y
pequeñas elevaciones satélites es diagnóstica. No se han encontrados
mediadores inmunológicos; posiblemente existe una anormalidad celular
intrínseca que puede llevar a la liberación de mediadores en presencia agentes
colinérgicos.
DERMOGRAFISMO
Significa escribir en la piel. Se produce al rayar la piel con un instrumento romo
o con la uña. La transferencia pasiva que se puede hacer en el 50% de los
pacientes sugiere una reacción mediada por IgE, pero no se ha identificado el
antígegeno. La droga de elección es la difenhidramina, se debe administrar en
dosis altas y por largos periodos. El dermografismo se puede asociar con
urticaria pigmentosa o con enfermedades generales también, se ha informado
un dermografismo idiopático, de causa desconocida.
Homotoxicologia: Apis homaccord (gotas y amp) 1 amp /día por 3-5 días o 10
gotas 3 veces/día hasta mejorar.
Belladona (gotas y amp.): 10 gotas / 3 veces día. ó 1 amp. Día/ 5 días
Sulphur: (comp.): 1 comp. 3 veces al día
Traummel s (pomada): Aplicar 3-4 veces al día en la zona afectada, no debe
ser muy extensa.
Cutis compositun (Amp): 1 amp día/ por una semana.
Aparición de edema; después de hacer presión sobre la piel, por ejemplo, con
prendas de vestir elásticas apretadas Estos pacientes no presentan
dermografismo y no se han informado mediadores liberados.
Urticaria solar
La exposición a la luz solar puede causar urticaria en algunos individuos.
Inicialmente aparece el prurito, seguido de eritema y edema; suele desaparecer
en una a tres horas. Cuando se exponen grandes áreas al sol, se pueden
presentar síntomas generales como hipotensión y asma. Aparece a cualquier
edad y se ha clasificado en seis categorías, según la longitud de onda de la luz
que induce la lesión.
El tratamiento consiste en evitar la exposición al sol y utilizar cremas
protectoras que absorben o reflejan la luz solar. Los preparados de ácido
paraaminobenzoico en lociones pueden proteger cuando la luz tiene una
longitud de onda entre 2.880 y 3.200k los agentes más efectivos contienen
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Angioedema vibratorio
Es raro. Se presenta con prurito y edema, minutos después de un estímulo
vibratorio. Los pacientes no tienen dermografismo ni urticaria por presión.
ANGIOEDEMA HEREDITARIO
descender o estar muy bajo. Puede ocasionar edemas en cualquier parte del
cuerpo. Un trauma puede iniciar un ataque; otras veces aparece en forma
espontánea. No se presenta asociado con urticaria ni prurito. La complicación
más severa es el edema de laringe con obstrucción de las vías aéreas. Se
pueden presentar problemas abdominales con vómito, dolor y rigidez en esa
parte del cuerpo, que pueden inclusive simular un abdomen agudo. Sin
embargo, los ataques son autolimitados y se originan con edema de la pared
intestinal. Los niveles del C4 en el suero están disminuidos aun cuando el
paciente esté asintomático. El C2 puede descender durante el ataque. La
disminución o ausencia del C1 INH confirma el diagnóstico. Sin embargo, en el
20% de los pacientes los niveles son normales o elevados. El C1 INH también
inhibe el factor de Hageman, la calicreína y la plasmina.
Homotoxicologia: Apis homaccord (gotas y amp) 1 amp /día por 3-5 días o 10
gotas 3 veces/día hasta mejorar.
Belladona (gotas y amp.): 10 gotas / 3 veces día. ó 1 amp. Día/ 5 días
Sulphur: (comp.): 1 comp. 3 veces al día
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Son cuadros de muy difícil diagnóstico, sin que se sepa su etiología. No son
atópicos, no se asocian con eczemas, ni con rinitis alérgica ni asma. Hay
niveles normales de IgE; pueden aumentar o disminuir justamente con la
urticaria; algunos tienen dermografismo. Las manifestaciones pueden variar de
severas a moderadas y ser intermitentes. No hay evidencia de enfermedades
generales. En la biopsia, aparecen linfocitos, monocitos y mastocitos; en
ocasiones hay infiltrado de eosinófilos. Los antihistamínicos tipo hidroxicina,
ciproheptadina o difenhidramina influyen mejorando el prurito. En la práctica, se
observa que muchos pacientes no mejoran con esteroides; el darlos en
períodos cortos puede originar una reacción de rebote. En la urticaria severa,
se logra una mejoría con epinefrina. Rara vez aparece edema laríngeo; es claro
que en la mayoría de los casos la patogenia es desconocida y el tratamiento
sintomático. La dapsona, antibiótico derivado de las sulfonas, utilizado en el
tratamiento de la lepra tuberculoide y dermatitis herpetiforme, actúa inhibiendo
la función de los PMN (polimorfo- nucleares). Se debe controlar el cuadro
hemático. Se puede administrar doxepina (antidepresivo), en las noches; o la
nifedipina, antagonista del calcio, antianginoso, antihipertensivo más
antihistamínicos; también la colchicina, a dosis de 0,6 mg bid más
antihistamínicos.
Homotoxicologia: Apis homaccord (gotas y amp) 1 amp /día por 3-5 días o 10
gotas 3 veces/día hasta mejorar.
Belladona (gotas y amp.): 10 gotas / 3 veces día. ó 1 amp. Día/ 5 días
Sulphur: (comp.): 1 comp. 3 veces al día
Traummel s (pomada): Aplicar ¾ veces al día en la zona afectada, no debe ser
muy extensa.
Cutis compositun (Amp): 1 amp día/ por una semana.
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RINITIS ALÉRGICA
Epidemiología
Es una enfermedad común; se conoce poco acerca de su epidemiología, por el
hecho de ser un síndrome con severidad clínica muy variable. En un estudio
hecho en Londres (1991) en adultos entre los 15 y 65 años de edad, la
prevalencia de la rinitis fue de 16%; de éstos, 8% presentaban síntomas
perennes, 6% síntomas tanto perennes como estaciónales y solamente 2%
síntomas estaciónales.
CLASIFICACIÓN
ALÉRGICA
Puede ser perenne, con síntomas crónicos; se presenta como consecuencia de
la exposición a alergenos perennes como ácaros del polvo, insectos caseros
(cucarachas) o pelos de animales. Histopatológicamente, la inflamación está
demostrada por la presencia de mastocitos, basófilos, eosinófilos, linfocitos
TH2, y se mantiene en forma crónica por la liberación de citocinas mediadoras,
principalmente IL-3, IL-4, IL-5 e IL-13. La forma estacional frecuentemente se
acompaña de sintomatología ocular, con enrojecimiento e intenso prurito en las
conjuntivas, prurito faríngeo, ótico y frecuente edema periorbitario; es producida
por la inhalación de pólenes.
INFECCIOSA
Puede ser aguda o crónica; la primera es producida por agentes virales y la
segunda es generalmente la consecuencia de una complicación infecciosa
sinusal, con flujo nasal muco purulento y dolor espontáneo y provocado en
puntos sinusales. La alergia, las alteraciones mucociliares y las
inmunodeficiencias pueden predisponer al desarrollo de estas infecciones.
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OTRAS
IDIOPÁTICA O NO ALÉRGICA
Antiguamente denominada vasomotora, caracterizada clínicamente por
congestión nasal que oscila de un lado a otro, frecuentemente desencadenada
por factores físicos como el frío, olores, humos irritantes o factores psíquicos.
Existe, en esencia, hiperreatividad nasal a estímulos no específicos; en ella
parecen ser importantes los mecanismos neurogénicos. Existe igualmente
activación de mastocitos por mecanismo no dependiente de IgE,
probablemente como consecuencia de cambios en la osmolaridad de las
secreciones después de la exposición.
El llamado síndrome NARES, o rinitis no alérgica con eosinofilia, con
síntomas perennes de paroxismo de estornudos, prurito nasal, rinorrea y, en
ocasiones, anosmia. El frotis de moco nasal muestra abundantes
eosinófilos. No se puede demostrar en ella la etiología alérgica.
El síndrome de alergia a la aspirina está caracterizado por rinosinusitis
crónica, frecuentes pólipos nasales y, en un 30% de los casos, hay cuadros
severos de asma. Parece ser producido por el bloqueo de la vía de la ciclo
oxigenasa en la activación del ácido araquidónico, con desviación hacia la
vía de la lipo-oxigenasa y producción de grandes cantidades de
leucotrienos.
Ocupacional, por contacto con sustancias existentes en el trabajo: pelos de
animales (ratas, ratones, cobayos), cereales (panaderos), ácidos
anhídridos, látex, pegantes y solventes.
Inducida por fármacos: abuso de vasoconstrictores nasales,
antihipertensivos (inhibidores de la enzima, reserpina, guanetidina,
metildopa, prazozina), clorpromazina, inhalación de cocaína y
antidepresivos.
Hormonales: frecuente durante el embarazo y en el hipotiroidismo.
Rinorrea gustatoria se presenta cuando se consumen alimentos muy
calientes y condimentados. Son probablemente de mecanismo neurogénico.
Fisiopatología
La activación del mastocito constituye el evento inicial en la respuesta alérgica.
Los mediadores prefabricados en los gránulos de la célula: (histamina y
triptasa) son liberados rápidamente y son responsables de lo que hoy se
denomina la respuesta temprana, con síntomas que se presentan a los pocos
segundos o minutos del contacto con el alergeno; posteriormente, se produce
liberación de mediadores no prefabricados, casi todos dependientes del ácido
araquidónico: LT-B4, LT-C4, PG-D2 y el factor activador plaquetario (PAF). Este
último, junto con la IL-5 son potentes factores quimiotácticos para los
eosinófilos, células que por la liberación de proteínas catiónicas como MBP son
responsables de una segunda oleada de inflamación, denominada la respuesta
tardía que comienza a las seis horas del estímulo alergénico y que se prolonga
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a veces por largo tiempo. Durante esta etapa migran numerosas células
inflamatorias a la mucosa: basófilos, mastocitos, linfocitos TH2, algunos
neutrófilos y eosinófilos. La persistencia de la inflamación está mediada por
citocinas, inicialmente producidas por linfocitos TH2, como IL-4, que promueve
el cambio de isotipos de inmunoglobulina de IgG a IgE y de IL-5, quimiotáctica
para eosinófilos, los cuales son activados, se vuelven hipodensos y tienen una
vida más prolongada en los tejidos. A vez, el mastocito y el eosinófilo activados
pueden liberar estos mismos tipos de citocinas, constituyéndose en células
amplificadoras de la respuesta. La migración de todas estas células hacia los
tejidos implica la activación por las citocinas liberadas, de moléculas de
adhesión pertenecientes a la familia de las integrinas y al gene de las
inmunoglobulinas, que permiten la adhesión de las células a los endotelios
especialmente en las vénulas por capilares y su posterior migración hacia los
tejidos.
La cavidad nasal está cubierta por un epitelio escamoso estratificado no
queratinizado y por la lámina propia de tejido conjuntivo denso; tanto los pelos
como las glándulas son la primera protección contra las partículas exógenas de
continua inhalación. La superficie mucosa de contacto promueve la turbulencia
aérea y puede modificar el aire inspirado calentándolo, filtrándolo y
humedeciéndolo. De ahí que el tabique nasal osteo-cartilaginoso, cuando está
en correcta posición, condiciona la conducción y ventilación fisiológica de las
fosas nasales y de sus anexos.
Las glándulas de la lámina propia son seromucosas, 120.000 en total, y
serosas, en número no mayor de 250; éstas, localizadas en la parte anterior de
las fosas nasales, son productoras de la mayor parte del flujo nasal.
La irrigación nasal proviene de la rama esfenopalatina de la arteria maxilar que
suministra los vasos etmoidales anteriores y posteriores para la vascularización
de los cornetes, de los senos paranasales y de la pared latera! de la nariz; las
ramas posteriores irrigan el septo superior y se anastomosan con los
terminales etmoidales. Tanto los vasos anteriores como los posteriores de la
arteria oftálmica, nutren las porciones anterior, superior y media de los
cornetes, los meatos y el área adyacente del tabique.
Los vasos sanguíneos comprenden unidades de resistencia, de capacitación y
de intercambio. Las de resistencia son las arteriolas que se anastomosan con
las vénulas encargadas de regir el tono vascular y el flujo sanguíneo. Las
unidades de capacitación son las venas, vénulas y senos cavernosos
destinados a mantener la permeabilidad nasal. Los vasos de intercambio y
transporte están representados por capilares controlados por dos esfínteres,
uno anterior y otro posterior. El capilar que rodea las glándulas tiene una serie
de ventanas destinadas a aumentar su permeabilidad. Las diferencias
funcionales y anatómicas mencionadas explican la razón del aspecto pálido de
la rinitis, ocasionado por la constricción de los vasos de resistencia y la
dilatación de los de capacitación. Por ello, un vaso constrictor mejora
temporalmente el flujo sanguíneo y empeora la anemia de la mucosa.
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Diagnóstico diferencial
Debe hacerse con los siguientes cuadros patológicos:
Factores mecánicos: pólipos, desviación del septo nasal, adenoides,
cuerpos extraños e hipertrofia de cornetes.
Tumores: benignos y malignos.
Vasculitis: granulomatosis de Wegener.
Granulomas: sarcoidosis y granuloma destructivo de la línea media.
Infecciosas: tuberculosis, lepra y leishmaniasis.
Rinorrea de líquido cefalorraquídeo.
Factores alérgicos condicionantes de la rinitis en Colombia
Son aquellos agentes capaces de desencadenar síntomas y signos
característicos de la reacción alérgica nasal. Se requiere que su presencia en
el medio sea capaz de producir manifestaciones clínicas independientes de la
naturaleza química o de la acción farmacológica del alergeno; los alimentos,
por excepción, demuestran la capacidad alergógena que tienen los inhalantes.
Los alergenos inhalantes más corrientes son: polvo, pólenes, hongos
anemófilos, ácaros, detritus de insectos y de productos manufactura dos,
caspas y epitelios, plumas, borras de relleno, gomas, humo de tabaco y otros;
ingeridos: alimentos, medicamentos con sus preservativos y contaminantes de
alimentos; infestantes: bacterias, parásitos, virus, etc.; varios: contactantes,
cosméticos, fisicos como el frío y el calor, gases y hormonas como estrógenos
y progesterona.
El polvo de las habitaciones y el polvo de la calle difieren en su composición; el
primero está constituido por elementos de procedencia animal, detritus de
algodón, lana, fibras de textiles y acrílicos, ropas de cama, tapicerías, cortinas,
yutes, pólenes, partículas de flores, insecticidas, carbón, tabaco, restos de
hongos anemófilos, partículas de alimentos, bacterias, parásitos múltiples y
ácaros. El polvo de la calle contiene sustancias orgánicas provenientes de
flores y cortezas de árboles, pelos y escamas de animales, detritus de insectos,
restos de ropa, hollín, insecticidas y sustancias contaminantes del aire de
mayor peso gravitacional y capaces de sedimentarse.
21
Thommen:
1. Ser activo y que contenga el principio alergénico identificable.
2. Ser anemófilo, es decir, liviano y transportable por el aire a grandes
distancias, al contrario del entomófilo conducido por los insectos cuyos granos
son pesados y viscosos para adherirse al cuerpo del insecto.
3. Estar presente en cantidades grandes; ser muy difundido por el cultivo
amplio de las plantas. Las plantas ornitófilas con pólenes pesados y escasos,
solamente pueden considerarse alergógenas entre los floricultores, tan
frecuentes en viveros en la sabana de Bogotá y en otras regiones del país.
Los hongos anemófilos tienen un estudio internacional muy extenso desde
1873 y son fácil mente cultivables e identificables mediante exposición de una
caja de Petri con medio especial. El depósito de las esporas permite el
desarrollo de los filamentos o hifas que luego forman una red, el micelio. Este
elemento, al desarrollarse espontáneamente en el ambiente natural, produce
las esporas que son transportadas por el viento y originan nuevas colonias,
cerrando así el ciclo reproductivo. La importancia etiológica de los hongos varía
de acuerdo con las condiciones ambientales de temperatura, humedad y
localización geográfica. Puede presentarse un alto recuento de esporas
ambientales en sitios no propios para su desarrollo, en razón de su transporte
aéreo a grandes distancias. El hongo necesita humedad y temperatura
adecuadas para su crecimiento.
Los pólenes son alergógenos de acuerdo con la flora prevalente que cumple
los postulados de Thommen: el grano de polen está compuesto de una capa
externa: exina, formada por sustancias orgánicas difícilmente atacables,
denominadas esporolina, polímero terpénico superior o sensibilizante y que
dispone de poros que permiten la salida del tubo polinizador. La capa interna o
intina se reabsorbe al formarse el tubo polínico, contiene hidratos de carbono
simples, lípidos, polisacáridos, pigmentos, vitaminas, enzimas y proteínas,
entre las cuales está el alergeno. El grano de polen tiene un tamaño de 20 a 50
micras de diámetro, de color azul, amarillo o rojo y bastan dos o tres granos
para irritar la conjuntiva, pero el promedio requerido es de 40 granos, para
desencadenar el síndrome alérgico. El ciclo de polinización está condicionado
por la época de siembra o de crecimiento espontáneo de la planta. En
Colombia, país yuxtaecuatorial, no existen las cuatro estaciones, pero no por
ello deja de estar presente un polen en el aire en determinado período del año.
Los mismos mapas polínicos de los países que tienen aquella condición,
pueden hacerse en los tropicales conforme a la vegetación y abundancia de las
plantas a diferentes alturas y climas.
En Colombia, se ha identificado la flora prevalente en varios sitios del país.
Para la sabana de Bogotá, se estableció que las familias más frecuentes son:
1. Las gramíneas, cuya época de polinización definida se encuentra durante los
meses de noviembre, diciembre y parte de enero.
23
Diagnóstico
El anticuerpo IgE del individuo alérgico o atópico, que reacciona
específicamente con alergenos ambientales y su cuantificación, es el método
más preciso para el diagnóstico y la valoración del tratamiento. Sin embargo,
en materia de inhalantes, hongos y anemófilos pólenes, el sistema de la prueba
cutánea hecha en condiciones técnicas que exigen la pureza y estandarización
del extracto, la dilución adecuada peso-volumen, el conocimiento de la flora
alergógena ambiental y la historia clínica del paciente, sigue siendo el medio
diagnóstico más conveniente por su versatilidad y bajo costo. La prueba de
radioalergoábsorción (RAST) permite que un alergeno se acople in vitro a una
fase de partículas sólidas o a discos de papel de filtro. Una vez separadas las
proteínas séricas de la muestra del paciente, el anticuerpo IgE se de muestra
por adición del anti-IgE 1 que se liga al complejo polímero antígeno. Esta
reacción permite medir y cuantificar el anticuerpo una vez que se remueva el
exceso de antisuero marcado.
El RAST se debe usar con base en la historia clínica, en las pruebas cutáneas
y de provocación por exposición. La correlación entre RAST y pruebas
cutáneas es de 0,99 para los pólenes, ácaros y polvo. La misma correlación
existe con la prueba de la liberación histamínica leucocitaria. Los resultados de
RAST no se modifican con la presencia o no de síntomas alérgicos ni por
24
Tratamiento
Cuando se conocen la etiopatogenia, el sistema diagnóstico y los
procedimientos de inmunoterapia y de aislamiento específico del alergeno, los
resultados son ideales. El primer paso es el aislamiento del alergeno, cuando el
agente etiológico lo permite, tal como un elemento ingerido, infectante, o
contactante por inhalación ocupacional o doméstica. El tratamiento profiláctico
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INVASIÓN NO FEBRIL
Nux vomica
Este medicamento se utiliza cuando los primeros síntomas, de rinitis consisten
en salvas de estornudos que se acompañan de una sensación inicial de nariz
seca y de enfriamiento general, con la impresión de no poder entrar en calor,
aunque se abrigue mucho.
Prescribir en 7 ó 9 CH, ya que hay asociación de signos locales y generales, a
razón de cinco gránulos frecuentemente repetidos (30 a 60 minutos entre cada
toma).
Sticta pulmonaria
Este medicamento se emplea ante una rinitis seca, con dolor en la raíz nasal
que parece obstruida, como si estuviera aprisionada por la pinza de un
binóculo. El enfermo intenta en vano sonarse; puede presentar un dolor frontal
y una tos seca.
Prescribir las tomas repetidas con frecuencia, en 5 CH. Este medicamento deja
de estar indicado en cuanto aparece la rinorrea.
RINORREA ACUOSA
Allium cepa
Los primeros síntomas que aparecen son picores oculares con lagrimeo y
salvas de estornudos seguidas de una rinorrea acuosa muy abundante y
ardiente, que acaba por irritar los orificios de la nariz y el labio superior después
de que el enfermo se haya sonado muchas veces. La rinorrea empeora con el
calor.
Arsenicum album
Este medicamento está indicado cuando existe una rinorrea acuosa, poco
abundante, pero muy ardiente, que excoria el labio superior, cuando el enfermo
se expone algún tiempo a un frío muy intenso (por ejemplo, viento del norte en
el invierno); los síntomas disminuyen al calentarse.
Kalium iodatum
La rinitis es acuosa, abundante e irritativa; la nariz está hinchada y roja; los ojos
lagrimean, están ardientes y abotargados. Los síntomas empeoran con el aire
fresco. Progresivamente va apareciendo un dolor en los senos frontales y una
sensación de constricción en la raíz nasal.
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RINORREA MUCOPURULENTA
Kalium bichromicum
Este medicamento está indicado cuando la rinitis comienza con congestión
nasal con sensación de sequedad, de obstrucción, de presión en la raíz nasal.
El flujo nasal comienza siendo fluente y abundante, y pasa rápidamente a ser
amarino—verdoso, homogéneo, viscoso y adherente. El paciente al sonarse,
expulsa tapones elásticos, duros y adherentes, que dejan la mucosa nasal
ardiente y en carne viva. Hay mejoría con el calor.
Mercurius solubilis
La rinorrea es francamente purulenta, verdosa, abundante, y excoria los
orificios nasales; la mucosa está muy inflamada, hinchada: Se observa
igualmente un aumento de la sialorrea, una lengua que guarda la impronta de
los dientes, un aliento fétido y un lagrimeo ardiente, abundante. La piel está
húmeda; el enfermo presenta escalofríos a flor de piel, transpira por la noche y
se agrava con el calor.
Hydrastis canadensis
Las secreciones son espesas, amarillentas, muy viscosas y muy adherentes y
se solidifican a nivel de los orificios de las fosas nasales a la vez que drenan
lentamente en el cavum. Existe una sensación de obstrucción nasal en una
habitación caliente
En la fase de rinitis mucopurulenta, es muy útil complementar el medicamento
homeopático sintomático con un medicamento que favorezca las defensas del
organismo contra la fiebre o contra la infección.
Ferrum phosphorícum
Ante una fiebre leve, de 38-38,5° aproximadamente, acompañada de:
moco con estrías de sangre;
o tos seca con cosquilleo laringe-traqueal;
u otalgia con tímpano sonrosado (a veces con enrojecimiento del pabellón
auditivo y de la mejilla del lado afectado).
Prescribir una dosis diaria de Ferrum phosphoricum 9 CH, de dos a cuatro días.
Pyrogenium
Este medicamento puede prescribirse sistemáticamente ante cualquier
fenómeno inflamatorio localizado con tendencia supurativa y mejoría con el
calor local, sobre todo si se acompaña de reacción febril.
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Hepar sulfur
Las altas diluciones de este medicamento frenan los fenómenos supurativos,
por lo que se prescribe Hepar sulfur en 15 ó 30 CH, cinco gránulos o una dosis-
glóbulos al día hasta que desaparezca la sobre-infección.
RINORREA MUCOSA
Kalium sulfuricum
Las secreciones son viscosas, homogéneas, abundantes y poco irritativas; el
mucus es transparente, y por momentos se tiñe de amarillo o amarillo-verdoso.
La obstrucción nasal se agrava con el calor y mejora al are fresco.
Frecuentemente, se observa una anosmia y ageusia. Progresivamente,
aparecen estertores mucosos bronquiales; la abundancia de este mucus
provoca un reflejo de tos catarral y destellos en los ojos, pero la expectoración
es difícil y el paciente tiende a tragarse los esputos.
Kalium muriaticum
Las secreciones son viscosas, espesas, poco abundantes y poco irritativas
Aparecen algunas costras en las fosas nasales. La anosmia es importante;
existen una tos catarral y un catarro de la trompa de Eustaquio responsable de
la hipoacusia y de tos ruidos como crujidos que percibe el paciente. Estos
síntomas empeoran con el frío húmedo.
Dulcamara
Este medicamento está indicado ante un catarro de la esfera ORL con
sensación de nariz tapada que puede ir acompañada de tos y de ronquera.
Aunque se trata sobre todo de un medicamento de enfermedad crónica, la
prescripción de esta sustancie tiene su lugar en este capítulo cuando en la
etiología se recoge la noción de frío y de humedad (rinitis que aparece después
de haberse mojado en tiempo lluvioso, o cuando hay niebla)
29
LOCALIZACIÓN ÓTICA
Enfermedad de Méniére. En 1842, Prosper Méniére realizó el estudio
postmortem del hueso temporal de una joven quien presentó un ataque súbito y
permanente de vértigo y sordera y murió; el hallazgo fue de placas rojizas en
los canales semicirculares. En 1938, Haipike y Cairns observaron hidrops
laberíntico en el hueso temporal de las pacientes fallecidas con diagnóstico de
enfermedad de Méniére.
Examen: nistagmo hacia el lado opuesto del oído enfermo con caída hacia el
mismo lado de la lesión; fenómenos de fonofobia o molestia excesiva ante
ruidos o sonidos; sordera neurosensorial de tonos bajos y fenómenos de
reclutamiento sonoro; pruebas vestibulares calóricas siempre alteradas con
hiporreflexia o preponderancia direccional. La enfermedad es casi siempre
unilateral, bilateral sólo en un 15% de los casos. A veces existen largos
períodos de remisión del cuadro clínico.
NEURITIS VESTIBULAR
Adoptamos la nomenclatura utilizada por Schuknecht para describir varios
cuadros clínicos muy similares con diferentes nombres, donde existe una
alteración vestibular unilateral sin alteración de la parte auditiva del tronco
cerebral ni de otros nervios craneales. Este tipo de lesión puede presentarse
bajo dos formas: aguda o crónica.
Nistagmo posicional de tipo central. Fue descrito por Bárány como nistagmo
con menor adaptación. Nylen encontró nistagmo posicional en 63 de 78
pacientes, que tenían lesiones intra craneales serias, muchos de ellos con
neoplasias en fosa posterior. El vértigo no es severo, no hay latencia, ni
adaptación ni fatigabilidad; por ello es muy importante recalcar sobre el
diagnóstico diferencial el cual se puntualiza en la tabla
Periférico Central
Latencia 2 a 20 seg. Ninguna
Adaptación Desaparece en 50 seg. Persistente
Fatigabilidad Desaparece con la repetición Persistente
Vértigo Presente y severo Ausente o poco
severo
Dirección del
Nistagmo Hacia el oído más bajo Variable
Incidencia Bastante común Raro
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Alteraciones infra-tentoriales
Las lesiones intramedulares importantes consideradas aquí, son:
ALTERACIONES SUPRATENTORIALES
Anamnesis
El interrogatorio es de extraordinaria importancia y debe ser muy cuidadoso,
pues de él debemos obtener, en lo posible, la primera impresión diagnóstica.
Se debe indagar sobre la duración, la frecuencia del vértigo y otros síntomas
concomitantes (acúfenos, hipoacusia, náusea, vómito, sudoración, etc.) y los
factores desencadenantes. Los antecedentes son de especial importancia:
familiares, traumáticos, quirúrgicos, infecciosos, tóxicos y patológicos, en
especial la diabetes y la hipertensión arterial.
Examen físico
Debe realizarse un examen otorrinolaringológico completo con estudio de
cuello, boca, nariz, senos paranasales, laringoscopia indirecta, otoscopia,
acumetría (voz y diapasones) y prueba calórica. También se exploran otros
pares craneanos incluyendo la electronistagmografía y se estudian la
estabilidad, el equilibrio y la marcha.
Se pueden considerar básicamente tres tipos de nistagmo en la exploración
clínica para cada uno de los cuales se realizan maniobras específicas. Ellos
son el nistagmo espontáneo, el nistagmo optoquinético y el nistagmo
posicional.
Homeopatía y Homotoxicologia
Tto. General: Vértigo-heel gotas amp. y comp. Se toman 10 gotas o 1
comprimido
Cada 4 a 6 horas hasta la mejoría. o 1 amp/día por 3 a 5 días. IMP.
La materia médica homeopática nos indica tres grandes medicamentos de
prescripción frecuente:
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EPISTAXIS
Etiología
Las causas de epistaxis se pueden clasificar en causas locales: trauma,
infección, cuerpo extraño, aspiración de cocaína; neoplásicas:
nasoangiofibroma juvenil y lesiones malignas; sistémicas: hipertensión,
enfermedad hepática, nefritis crónica; y alteraciones hematológicas: leucemia,
anemia, púrpura, policitemia vera, hemofilia, trombocitopenia o uso de drogas
anticoagulantes.
Tratamiento
El manejo de la epistaxis depende del sitio del sangrado y de su severidad.
Inicialmente se deben remover los coágulos mediante aspiración para tratar de
localizar el vaso sangrante. Si es posible observarlo, debe intentarse la
cauterización química directa con nitrato de plata o eléctrica, previa colocación
de anestésico tópico.
El uso de vasoconstrictores locales por impregnación de mechas de algodón,
es útil en sangrados de poca intensidad y permite una mejor visualización por
la reducción del tamaño de los cornetes. Si el sangrado no cede con los
vasoconstrictores locales o la cauterización o, si por ser posterior no es posible
localizarlo, se debe colocar una mecha de gasa impregnada en ungüento
antibiótico.
En ocasiones, las medidas anteriores no son efectivas y debe recurrirse al
taponamiento posterior. Este se puede realizar con una sonda de Foley,
inflando el balón con solución salina; también, se debe realizar el taponamiento
anterior y fijar el extremo de la sonda, cuidando de no dejar puntos de presión
sobre el ala nasal para evitar necrosis.
El taponamiento nasal debe dejarse por tres a cinco días y el paciente debe
cubrirse con antibióticos sistémicos durante este tiempo. En casos de
taponamiento posterior puede presentarse hipoxia que puede requerir
administración de oxigeno. También puede estar indicada la transfusión
sanguínea. Una vez controlado el sangrado, se debe investigar si está presente
alguna de las causas antes mencionadas e iniciar su manejo.
39
AMIGDALITIS
Diagnóstico
Las amígdalas están edematosas e hiperemias. Puede haber exudado
purulento en las criptas y una membrana blanca, delgada, no confluente,
limitada a la amígdala, que se desprende sin hemorragia. El diagnóstico
diferencial comprende la difteria, angina de Vincent (boca de las trincheras) y
mononucleosis infecciosa. En la difteria, la membrana es gris sucio, gruesa,
dura; sangra si se arranca; y muestra Corynebacterium diphtheriae en frotis y
en cultivo. La angina de Vincent se caracteriza por úlceras superficiales,
dolorosas, con bordes eritematosos, y está causada por un bacilo fusiforme y
una espiroqueta demostrables en el frotis. La amigdalitis por mononucleosis
infecciosa muestra de modo característico micropetequias en el paladar blando;
la presencia de linfocitos atípicos en el frotis y una prueba positiva de
aglutinación heterófila confirman el diagnóstico de mononucleosis.
Tratamiento
En la amigdalitis viral la terapéutica sintomática es igual que en la faringitis
(véase anteriormente). La penicilina G o \ 250 mg por vía bucal cada seis
horas, es el tratamiento preferido en la amigdalitis estreptocócica; debe
continuar durante 10 días. Cuando sea posible, se debe volver a hacer cultivo a
partir de la garganta, al cabo de cinco a seis días. También se deben hacer
cultivos de las gargantas de los miembros de la familia, de manera que los
portadores puedan tratarse simultáneamente. Se pensará en la amigdalectomía
si, pese a estas precauciones, se desarrolla amigdalitis aguda repetidamente
después de un tratamiento adecuado, o si persisten la amigdalitis crónica y el
dolor de garganta, o sólo se alivian por breve tiempo con la terapéutica de
antibióticos.
AMIGDALITIS
Amígdalas agudas.
Amígdalas flemonosas
La terapéutica homeopática debe instaurarse prontamente; en caso contrario,
el tratamiento será fundamentalmente antibiótico o quirúrgico.
Pyrogenium
Este bioterápico es un medicamento que debe emplearse en cualquier
infección grave, con deterioro del estado general y disociación del pulso y de la
temperatura. Las secreciones presentan un olor pútrido. No es necesario o
aconsejable esperar a este cuadro clínico para prescribirlo, ya que es muy fiel
para prevenir o frenar los procesos supurativos. Hay que utilizarlo muy al
principio antes de que la colección se haya formado o al contrario, cuando la
supuración está en la etapa de drenaje. Debe evitarse cuando la colección está
constituida, porque retrasaría la maduración del absceso o la evacuación del
pus.
Prescribir una dosis-glóbulos en 9 CH, asociándola con:
Hepar sulfur
Es el medicamento primordial de la supuración aguda. Su obedece a reglas
muy estrictas, en función de sus diferencias de acción según las diluciones:
las diluciones altas (15 ó 30 CH) frenan o reabsorben la supuración;
las diluciones bajas (4-5 CH) favorecen la supuración;
las diluciones medias (7 - 9 CH) serian ambivalentes y actuarían en un
sentido o en otro según el estadio clínico de la supuración.
En un flemón que comienza a formarse en una amígdala, es eficaz prescribirlo
“en escala”: en cuanto comienza la infección, tomar una dosis-glóbulos de
Pyrogenium 9 CH y dos horas después, una dosis de Hepar sulfur 9CH;
doce horas después, tomar una dosis-glóbulos de Hepar sulfur 12 CH,
siempre precedida dos horas antes de una dosis-glóbulos de Pyrogenium
9CH;
24 horas después, una dosis-glóbulos de Heparsulfur 15 CH, precedido dos
horas antes de una dosis de Pyrogenium 9CH;
42
Mercurius corrosivus
Síntomas locales:
Este medicamento conviene en caso de ulceraciones de la garganta de rápida
extensión y que producen una intensa sensación de ardor, como brasas, sobre
una mucosa hinchada dolorosa inflamada. El dolor empeora al menor contacto.
La deglución es hiperálgésica, incluso para líquidos, y provoca espasmos y
constricción en la garganta. Los ganglios cervicales están hipertrofiados e
hipersensibles.
Síntomas generales:
La fiebre es elevada, en meseta. El enfermo presenta escalofríos a flor de piel y
sudores profusos que no le alivian. La sed es muy intensa.
Prescribir en 7 6 9 CH, cinco gránulos cuatro veces al día.
Lachesis mutus
Síntomas locales:
Las amígdalas están hinchadas, de color rojo oscuro, ulceradas y provocan
sensaciones de constricción con intolerancia al menor contacto exterior. Hay
mayor dificultad para tragar la saliva o líquidos calientes que para tragar sólidos
o líquidos fríos.
Síntomas generales:
El estado general está muy quebrantado, con abatimiento, adinamia.
Prescribir en 9 6 15 CH, cinco gránulos dos veces al día.
Kalium bichromicum
Síntomas locales:
Se trata de úlceras de bordes regulares, como hechas por un sacabocados,
con exudaciones viscosas adherentes, amarillas o amarillo—verdosas.
Asientan sobre todo en los pilares del velo del paladar; en la úvula provocan un
edema que hace que cuelgue como una bolsita llena de agua (Apis)
43
Síntomas generales:
Suelen ser bastante discretos.
Prescribir en 5 CH, cinco gránulos de dos a cuatro veces al día, según lo agudo
del caso.
Ailanthus glandulosa
Síntomas locales:
La garganta es de color rojo oscuro, con pequeñas manchas purpúricas o
ulceraciones. La lengua está seca, a veces oscura y la deglución es muy
dolorosa. Las adenopatías cervicales son muy Importantes y muy sensibles. El
aliento es fétido.
Síntomas generales:
El estado general está muy afectado: adinamia, postración, estupor con la cara
congestionada y abotargada.
Este medicamento se utiliza en él tratamiento de las Amígdalas con monocitos
o en determinadas Amígdalas malignas, asociándolo quizá a los tratamientos
clásicos.
Prescribir en 5 6 7 CH, cinco gránulos cada seis horas aproximadamente.
Arum triphyllum
Síntomas locales
La faringe es de color rojo intenso. Los dolores son agudos, de constricción.
Hay abundante salivación. La lengua puede estar desprovista de papilas, color
frambuesa. i Síntomas generales:
Son severos: la fiebre es muy elevada. El enfermo puede estar postrado o
agitado. Se arranca constantemente pequeños fragmentos de piel de los labios
con los dedos o los dientes, hasta llegar a sangrar.
Se trata de un medicamento para Amígdalas graves, a menudo
escarlatiniformes Actualmente es preciso utilizarlo asociado a un tratamiento
con antibióticos
Prescribir en 5 ó 7 CH, cinco gránulos cuatro veces al día
AMÍGDALAS ERITEMATOSAS
Hay tres grandes medicamentos que deben conocerse bien:
Belladonna
Síntomas locales:
44
Apis mellifica
Síntomas locales:
La mucosa faríngea y las amígdalas están edematosas, de color rojo rosado.
La úvula pende como un odre lleno de agua. Los dolores son urentes,
punzantes y mejoran con las bebidas frías y los helados.
Síntomas generales:
La fiebre es elevada. La piel está alternativamente seca y sudorosa. El enfermo
no tiene sed.
Prescribir en 9 CH, cinco gránulos cada hora. Apis tiene una acción rápida pero
de corta duración. Espaciar en función de la mejoría.
Phytolacca decandra
Síntomas locales:
La faringe está rojo oscuro, especialmente a nivel de los pilares del velo del
paladar. Las amígdalas están inflamadas y la úvula está a veces edematosa,
pero menos que en el caso de Apis. La deglución provoca dolor que se irradia
hacia los oídos. Aparecen a veces unos puntitos blancos que confluyen
formando falsas membranas que dan la sensación de cuerpo extraño con
necesidad constante de tragar. Los ganglios cervicales están inflamados e
hipertrofiados.
Síntomas generales:
Son más discretos que los de los medicamentos anteriores; puede haber
sensaciones de magulladura o agujetas por todo el cuerpo.
Prescribir en 56 7 CH, cinco gránulos cada dos o tres horas, alternándolo con
Belladonna.
45
Mercurius solubilis
Síntomas locales:
La faringe y las ‘amígdalas están rojas, con disfagia que se irradie hacia los
oídos; hay presencia de puntitos blancos o de falsas membranas gruesas. El
aspecto de la lengua es característico: flácida, hinchada; los dientes se quedan
marcados en los bordes laterales. Está cubierta por una saburra amarillenta,
espesa. El aliento es fétido, la saliva abundante y espesa. Hay adenopatías
cervicales.
Síntomas generales:
La fiebre es elevada, en meseta. El enfermo presenta escalofríos a flor de piel y
sudores profusos que no le alivian. La sed es muy intensa.
Posología:
Las bajas diluciones (5 CH) tienen tendencia a favorecer la supuración, por lo
que se prescribirá el medicamento en 9 CH, cinco gránulos cada dos o tres
horas, incluso en 15 CH en los enfermos propensos a la formación de flemones
amigdalinos.
Alternándolo con. Belladonna se cubren las modalidades reacciónales de casi
el 80 % de los casos de Amígdalas: en efecto, la gran mayoría de los enfermos
que sufren de Amígdalas presentan simultánea o alternativamente, síntomas
idénticos a los provocados por estas dos sustancias en el individuo sano. Esto
fue constatado hacia 1849 por Rummel, un discípulo de Hahneman.
Mercurius cyanatus
Síntomas locales:
La faringe presenta falsas membranas grisáceas, adherentes, difíciles de
desprender, que recubren ulceraciones sangrantes. Las adenopatías cervicales
son dolorosas a la palpación.
Síntomas generales:
Hay profunda afectación del estado general, con postración.
Mercurius cyanatus fue antaño, para los homeópatas, “el remedio” de las
Amígdalas diftéricas. De hecho, puede seguir siendo, hoy en día, un eficaz
coadyuvante de la seroterapia dentro de esta afección.
En las Amígdalas graves con falsas membranas, no diftéricas, prescribir una
dosis-glóbulos de Mercurius cyanatus, mañana y tarde. Durante el día, alternar
cada dos horas cinco gránulos de Belladonna en 7 ó 9 CH, con cinco gránulos
de Mercurius solubilis o de Mercurius corrosivus en 9 CH, según los síntomas
clínicos.
47
OTITIS EXTERNA
Terapia Neural: puntos alrededor del conducto auditivo ext., se debe adicionar
Echinacea 30ch. Como antibiótico para la infección.
Terapia Neural: puntos alrededor del conducto auditivo ext., se debe adicionar
Echinacea 30ch. Como antibiótico para la infección.
PERICONDRITIS
Terapia Neural: puntos alrededor del conducto auditivo ext., se debe adicionar
Echinacea 30ch. Como antibiótico para la infección.
OTITIS MEDIA
Es la inflamación que afecta el oído medio; puede ser o no de origen infeccioso
y se presenta con mayor frecuencia en la población infantil. Existen diversos
factores etiológicos que, de una u otra manera, llevan a la aparición de cambios
histopatológicos en la mucosa del oído medio; entre otros, podemos mencionar
disfunción de la trompa de Eustaquio, hipertrofia adenoidea, paladar hendido,
baro-trauma y alergia. Es posible observar secreción de liquido en el oído
medio que puede ser serosa, mucoide, purulenta, hemorrágica o
indeterminada. La otorrea es la salida de la secreción a través de una
membrana timpánica no intacta. La otitis media puede ser aguda o crónica.
Capsicum annuum
Experimentalmente, la sustancia provoca y hace desaparecer inflamaciones
hiperalgésicas a nivel de los huesillos del oído con irradiación del dolor hacia la
mastoides por una vasodilatación congestiva localizada.
Prescribir en 5 CH, cinco gránulos cada cuarto de hora, espaciando en función
de la mejoría del dolor.
Aconitum napellus
Este medicamento está indicado cuando hay aparición, sobre todo nocturna, de
una otalgia después de haberse expuesto a un enfriamiento brusco (por
ejemplo, viento del norte). Se le da al enfermo el contenido de una dosis-
glóbulos de Aconitum 9 CH, aproximadamente una hora despu6s de
Oscilococcinum®; o bien se le aconseja que alterne tomas de cinco gránulos
de Aconitun 7 ó 9 CH, con tomas de cinco gránulos de Capsicum annuum 5
CH, distanciando las tomas en función de la disminución de la intensidad de los
síntomas.
Chamomilla
Este medicamento se receta a niños o adultos hipersensibles, intolerantes al
dolor. Durante la dentición, los lactantes y los niños pequeños responden
perfectamente a esta definición: chillan, están agitados y sólo se calman
cuando se les coge en brazos o se les pasea; es también durante la dentición
cuando se observa un estado inflamatorio de la esfera ORL que se acompaña
de otitis congestiva.
Los síntomas se exacerban por la noche entre las veintiuna horas y la
medianoche Muy a menudo, en el lado de la otitis la mejilla está caliente y roja,
mientras que la otra está fría y pálida
Prescribir Chamomilla en 9 ó 15 CH (ya que hay un cambio de
comportamiento), a razón de cinco gránulos en el momento del acceso
doloroso o en cada período de agitación.
Otitis congestiva, como complicación de rinofaringitis o de adenoiditis
La otalgia evoluciona en un contexto de síndrome febril agudo; se utiliza
entonces Osclllococclnum ®, de la misma manera que fue preconizado para la
otalgia congestiva aislada. Igualmente, en función de la intensidad del dolor,
hay que pensar en Capsicum annuum y Chamomilla tal y como acabamos de
exponerlo. Para tratar el síndrome febril agudo:
Aconitum napellus
La experimentación patogenética de Aconitum provoca después de un
escalofrío, una hipertermia elevada de comienzo muy rápido, con eretismo
55
cardíaco, enrojecimiento y calor en la piel, que está seca, sed intensa (de agua
fría), agitación esténica y otalgia. A menudo veremos un cuadro como éste
después de un enfriamiento brutal; el cuadro se inicia de noche (hacia la
medianoche o a la una de la madrugada), despertándose el enfermo con cierta
ansiedad.
Prescribir en diluciones medias (7 ó 9 CH), ya que existen al mismo tiempo
síntomas locales y generales, bien en una dosis, o en tomas de cinco gránulos
repetidas cada media hora o cada hora hasta que comience la sudoración
Belladonna
La experimentación patogenética de Belladonna provoca una hipertermia
elevada de comienzo muy rápido, que evoluciona oscilando, con eretismo
cardíaco y congestión cefálica que se acompaña de dolores pulsátiles,
enrojecimiento y calor radiante en la piel y sudoración sobre todo por el rostro.
Se observa también una sed intensa debido a la sequedad de boca y de otras
mucosas (a veces disfagia), fotofobia por midriasis, hiperestesia sensorial (al
ruido, al tacto, a las sacudidas), y una agitación con posibilidad de delirio o un
abatimiento.
El tímpano está muy rojo, la oreja sensible al menor contacto, el dolor es
pulsátil y lancinante. Prescribir en dilución media (7 ó 9 CH) cuando existan
síntomas locales y/o generales, en tomas de cinco gránulos cada hora
aproximadamente, espaciando en función de la disminución de la intensidad de
los síntomas.
Prescribir en dilución alta (15 ó 30 CH) cuando existan signos de
comportamiento nervioso, como por ejemplo, en un niño con delirio febril o
propenso a las convulsiones febriles; tomas de cinco gránulos cada 15 ó 30
minutos, espaciando en función de la mejoría
Arsenicum album
El síndrome febril agudo se instaura más o menos rápidamente, el estado
general está afectado alternando fases de agitación ansiosa y de abatimiento.
La sed es intensa. La otalgia es un dolor ardiente que el enfermo intenta
espontáneamente aliviar con calor local, apoyando la mano o un paño sobre el
pabellón de la oreja. Existe un recrudecimiento nocturno entre la una y las tres
de la madrugada.
Prescribir en 7 ó 9 CH, en tomas repetidas en función de la agravación
nocturna de los síntomas.
Ferrum phosphorícum
El síndrome febril tiene un comienzo más progresivo, no llegando la fiebre a
sobrepasar los 38,5° y hay aceleración del ritmo cardíaco sin eretismo. Los
56
OTITIS MUCOSA
La otitis mucosa es secundaria a un proceso inflamatorio rino-faríngeo que se
propaga hacia la caja del tímpano a través de la trompa de Eustaquio. El lumen
de la trompa se ve obstruido mecánicamente por el edema inflamatorio, no
pudiendo ya renovarse el aire en el interior del tímpano, por lo que hay
hipersecreción del epitelio de la caja con secreción mucosa o sero-mucosa.
Los síntomas funcionales son mucho menos nítidos que en la otitis aguda
congestiva: los dolores son raros y fugaces, a veces ausentes; hay sensación
de oído tapado (como por un trozo de algodón) o de plenitud dentro del oído
con hipoacusia; a menudo, los enfermos se quejan de zumbidos, de crujidos (al
deglutir o al sonarse) y de autofonía (resonancia de la propia voz al hablar).
Los síntomas generales suelen ser inexistentes.
A la exploración destaca una rinofaringitis ya evolucionada, y a la otoscopia se
observa un tímpano mate, retraído, de color gris azulado o amarillento, a veces
cubierto por gotitas de serosidad, con la apófisis externa del mango del martillo
que sobresale (por falta de neumatización). De vez en cuando, se aprecia un
nivel líquido (presencia de derrame mucoso), siempre que se examine al
paciente de pie.
Para tratar una otitis mucosa, es preciso elegir entre:
Kalium muriaticum
Este medicamento que tiene un tropismo muy particular por la esfera ORL,
permite tratar eficazmente las rinitis con obstrucción de las fosas nasales y los
catarros de la trompa de Eustaquio.
Para frenar la secreción mucosa, prescribir Kalium muriaticum al menos en 9
CH, en tomas de cinco gránulos de tres a cuatro veces al día, hasta que
desaparezcan los síntomas.
Arsenicum lodatum
A pesar de una patogenesia poco pulida, la experiencia terapéutica demuestra
que este medicamento complementa muy favorablemente la acción de Kalium
muriaticum, sobre todo en caso de procesos alérgicos subyacentes. Así pues,
57
Dulcamara
Este medicamento está indicado ante un catarro de la esfera ORL con
sensación de nariz y de oídos tapados que puede acompañarse de tos y de voz
ronca. Aunque se trate de un medicamento de enfermedad crónica, esta
sustancia tiene su lugar en este capítulo cuando en la etiología se hallen
nociones de frío y de humedad (otitis mucosa que aparece después de haberse
mojado, por la lluvia, cuando hay niebla).
Prescribir en 7 ó 9 CH, una o dos veces al día, hasta que desaparezcan los
síntomas.
Manganum aceticum
Clásicamente confundido con Manganum metallicum, ya que la patogenesia ha
sido realizada con acetato de manganeso, este medicamento está indicado en
los catarros tubáricos que van precedidos o acompañados de ronquera.
Prescribir en 7 ó 9 CH, una o dos veces al día.
Tratada así (esencialmente con Kalium muriaticum, Arsenicum iodatum, y
Dulcamara), la otitis mucosa evoluciona favorablemente hacia la curación en
cinco o seis días, sin que haya riesgo de evolución hacia una sobre-infección o
hacia la adhesión cicatrizal.
OTITIS SUPURATIVA
La otitis supurada corresponde a la presencia en el interior del tímpano de una
colección purulenta que provoca un aumento de la presión en la caja del
tímpano, que resulta muy dolorosa. Si la presión es demasiado fuerte, el
tímpano se perfora; esta perforación puede ser lo suficientemente amplia como
para permitir la evacuación del pus hacia el conducto auditivo externo, aliviando
casi instantáneamente el dolor y acompañándose de una regresión rápida de
los signos generales. Pero esta perforación puede dejar salir sólo unas gotas
de pus, por lo que el dolor y los signos generales sólo retroceden
temporalmente.
Cuando el enfermo es visto por primera vez en este estado, si la colección
purulenta no ha drenado espontáneamente hay que asegurarse de ello, es
decir, efectuar una paracentesis. El tratamiento homeopático es entonces el
complemento terapéutico de este gesto mecánico facilitando la desaparición de
la infección.
Los signos generales consisten en un dolor muy intenso, fiebre y una
modificación en el comportamiento (agitación, postración o alternancia entre
58
Lachesis mutus
Es el medicamento de elección. La utilización de este veneno está justificada
por la modalidad de agravación de la sintomatología ante la ausencia o
detención en el derrame de la secreción patológica. La lateralidad izquierda,
característica de esta patogenesia, no se tiene en cuenta aquí para la elección
del medicamento.
Prescribir una dosis-glóbulos de Lachesis en 9 ó 15 CH.
Cuando el drenaje se produce correctamente, la elección se centra entre los
medicamentos siguientes:
Pyrogenium
Este medicamento puede prescribirse sistemáticamente ante cualquier
fenómeno supurativo doloroso, que mejora con el calor local, sobre todo si se
acompaña de reacción febril. Prescribir cinco gránulos al día o una dosis-
glóbulos cada día de Pyrogenium 9 CH, durante cinco a siete días, además de
los medicamentos homeopáticos sintomáticos.
Hepar sulfur
Este medicamento complementa a Pyrogenium en los procesos supurativos
agudos. Hay que evitar las diluciones bajas que favorecen la supuración.
Prescribir cuatro dosis “en escala”, da el máximo de seguridad y de resultados.
Consiste en prescribir durante cuatro días consecutivos, una dosis de Hepar
sulfuren diluciones crecientes: 9 CH el primer día, 12 CH el segundo día, 15 CH
el tercer día, y 3º CH el cuarto día. Cada dosis de Hepar sulfur va precedida
dos horas antes de la toma de una dosis de Pyrogenium 9CH.
Aviaire
De acción más específica para el oído que Tuberculinum, la tuberculina de las
aves, obtenida a partir de cultivos de Mycobacterium tuberculosis de origen
aviario sin añadir antisépticos, conviene a los individuos débiles y anoréxicos,
59
FARINGITIS
Esta entidad es la inflamación de la mucosa faríngea que algunos autores
distinguen del pro ceso inflamatorio del anillo linfático, aun cuando en su forma
aguda afecta conjuntamente una y otro. Además, es necesario diferenciar las
enfermedades que sufre la faringe de las que sólo son manifestación de las
que atacan otros sistemas orgánicos.
Inflamación aguda de la faringe. General mente de origen viral, puede deberse
a un estreptococo beta-hemolítico del Grupo Aureus, ocasionalmente, a un
neumococo o un estafilococo coagulasa-positivo. Se caracteriza por dolor de
garganta y disfagia. Es difícil la diferenciación entre faringitis viral y bacteriana
basándose sólo en la exploración física. En las dos, la mucosa faríngea puede
estar leve mente congestionada o muy inflamada, y puede hallarse cubierta de
membrana y exudado purulento. Tanto en la faringitis viral como en la
estreptocócica, hay fiebre, adenopatía cervical y leucocitosis, pero pueden ser
más intensas en la última.
El tratamiento comprende aspirina para aliviar el malestar y reposo. La
terapéutica antibiótica generalmente debe suspenderse hasta tener cultivos
bacterianos positivos. La penicilina G o V, 250 mg por vía bucal cada seis horas
durante 10 días, está indicada en la faringitis estreptocócica, y puede
administrarse en la faringitis neumocócica y estafilocóccica si los síntomas y el
curso recomiendan la intervención terapéutica.
FARINGITIS AGUDA
Se designa así la inflamación de la mucosa superficial de la faringe. Se
presenta tumefacción y enrojecimiento y se altera la secreción de las glándulas
mucosas. Generalmente no se circunscribe a las zonas mucosas faríngeas,
pues el tejido linfático se afecta en su totalidad o en parte. Se ha establecido
que las infecciones bacterianas son más frecuentes que las virales; en las
primeras, el Streptococcus pyogenes es el agente etiológico más común. Con
frecuencia, en los niños es un fenómeno resultante de una infección
(sarampión, rubéola, etc.). Provienen, en otras ocasiones, de gases cáusticos,
vapores, bebidas irritantes, etc.
TUBERCULOSIS FARÍNGEA
Aunque todavía existe divergencia de opiniones sobre la posibilidad de una
infección tuberculosa primaria de las amígdalas, en muchas ocasiones es
secundaria a un proceso pulmonar activo que se extiende a la faringe por
diseminación hematógena o linfática, o por secreciones bronquiales
contaminadas con los bacilos. Actualmente la tuberculosis faríngea es una
infección rara de las vías respiratorias superiores. El tratamiento consiste en la
administración de tuberculostáticos del tipo estreptomicina, isoniacida y
etambutol, que a menudo, se combinan con rifampicina.
FARINGITIS CRÓNICA
La cronicidad se caracteriza por la persistencia de la inflamación de la mucosa
faríngea. En más del 50% de los casos, la causa de esta sintomatología no es
precisa. Las etiologías más comunes son: a) infecciosa (infecciones
bucofaríngeas por bacterias y virus, infecciones descendentes de los senos
paranasales); b) alérgicas, que además se relacionan con factores
ambientales, como la contaminación atmosférica y el tabaquismo; c)
gastrointestinales (reflujo gastroesofágico acompañado de espasmos del
músculo cricofaríngeo); d) patología de la columna vertebral (espóndilo artrosis,
osteoartritis y apófisis estiloides largas).
Si en la afección aguda son los niños quienes presentan más vulnerabilidad, en
las crónicas son los adultos, particularmente en las edades más avanzadas.
También se observa que es más frecuente en los hombres que en las mujeres.
Sin embargo, como la forma seca de la faringitis crónica es más frecuente en el
sexo femenino, algunos autores han pensado en una interdependencia
hormonal, en analogía con lo ocurrido con la ocena. La predisponen los
catarros crónicos, las nefropatías, los trastornos de la circulación, del tracto
digestivo, las alteraciones del metabolismo, las enfermedades generales
debilitantes, las intoxicaciones, etc.
SINUSITIS
Etiología
Muchos agentes pueden producir una res puesta inflamatoria en los senos
paranasales. Son agentes etiológicos comunes los organismos como bacterias,
hongos, virus; el trauma físico y químico; las reacciones antígeno-anticuerpo y
los desórdenes auto inmunes. Las infecciones del tracto respiratorio superior
probablemente son las causas más comunes de sinusitis. Algunos problemas
nasales locales como la rinitis vaso motora, los tumores, los pólipos, los
cuerpos extraños y la desviación septal, están relacionados con la sinusitis.
Clasificación
La infección de las cavidades que rodean la nariz (senos paranasales) puede
ser aguda o crónica, según su presentación, su aparición y persistencia. La
aguda es congestiva y purulenta; la crónica es edematosa, granulosa o
infiltrante, conjunción de una y otra o de todas. Algunos autores sólo advierten
dos tipos, catarrales y supuradas, pero siempre se mantiene la gran división
entre agudas y crónicas, así se exprese o determine su clasificación en otros
términos.
SINUSITIS AGUDA
Los microorganismos que con más frecuencia se relacionan con las sinusitis
supurativas agudas son: Streptococcus pneumoniae, Haemophilus influenzae,
Brahmanella catarrhalis, estafilococo dorado y estreptococos piógenos. Pueden
aparecer dolores intensos extensibles a la mitad de la cara, en ocasiones,
dolores dentarios o dolores aislados en el área frontal homo-lateral; en ciertos
casos no se presentan dolores. Puede ocurrir con sensación de opresión y
plenitud en la mitad de la cara o en toda la cabeza; sensibilidad a la presión o
percusión en la pared anterior del seno maxilar, cefaleas, obstrucción nasal,
alteraciones del olfato, fotofobia, lagrimeo, tos, dolor faríngeo, acúfenos y
otalgias. También puede ocurrir tumefacción del cornete homo-lateral,
secreción mucosa o purulenta y rinitis unilateral.
64
SINUSITIS CRÓNICA
Su sintomatología es escasa. Se presenta dolor por exacerbación aguda y en
sus intervalos hay sensación de opresión o cefaleas imprecisas y homo
laterales, o se producen neuralgias del nervio infraorbitario. Puede haber
obstrucción nasal, regularmente rinitis. Con frecuencia hay una rinitis crónica
con hipertrofia de los cornetes y huellas de secreción en las fosas nasales y la
faringe, tumefacción de las mucosas, próximas al etmoides y pólipos múltiples
procedentes de éste. La inflamación afecta más los senos frontales grandes.
En el seno frontal, y ocasionalmente en otros senos, se produce la sinusitis
gaseosa. En ésta, la luz de la cavidad está llena de masas gaseosas
blanquecinas o amarillo-parduscas. Otro de sus aspectos clínicos diferente es
el colesteatoma de los senos paranasales, generalmente en los frontales, aun
cuando es muy rara la existencia de colesteatoma auténtico.
Tratamiento
En general, las sinusitis purulentas agudas o subagudas se controlan
adecuadamente con tratamiento médico conservador mediante antibiótico
terapia sistémica específica, vasoconstrictores orales sistémicos, analgésicos e
irrigación de los senos paranasales. Si el paciente presenta una enfermedad
sistémica concomitante o un estado de inmunosupresión relacionado, se trata
en forma específica. El tratamiento quirúrgico está indicado en sinusitis
crónicas que no responden al tratamiento médico y en los siguientes casos:
complicaciones intracraneales, necrosis de las paredes óseas del seno
afectado, formación de mucocele o piocele, celulitis orbitaria con formación de
absceso o neuritis retrobulbar y poliposis nasal.
Cualquier error en el tratamiento de la sinusitis frontal puede originar graves
complicaciones.
Sticta pulmonaria
Este medicamento está indicado ante una rinitis seca, en laque el paciente
intenta en vano sonarse; presenta un dolor en la raíz nasal, como. si llevara
apretada la pinza de un binóculo. Este dolor puede irradiarse hacia la región
frontal.
Prescribir en 5 CH, en tomas repetidas frecuentemente. El medicamento deja
de estar indicado cuando aparece la rinorrea.
Kalium Iodatum
La sintomatología comienza con una rinitis acuosa, abundante e irritativa. La
nariz está hinchada y roja, los ojos llorosos, ardientes y abotargados.
Progresivamente va apareciendo un dolor en los senos frontales y una
sensación de constricción en la raíz nasal. Los síntomas se agravan con el aire
fresco.
Prescribir cada hora, cinco gránulos como mínimo en 9 CH ; espaciar
progresivamente las tomas según disminuya la intensidad de los síntomas.
Sinusitis agudas y subagudas - Medicamentos sintomáticos
EN LA FASE SUPURATIVA
La determinación del medicamento homeopático se basa en las características
del derrame y en sus modalidades.
Kalium bichromicum
Este medicamento está indicado cuando la sinusitis ha sido precedida por un
catarro que se ha manifestado por una congestión de las fosas nasales con
sensación de sequedad, de obstrucción y de presión en la raíz nasal. Estas
sensaciones persisten.
Existe además una rinorrea mucopurulenta, amarillo—verdosa, homogénea,
viscosa y adherente, a veces con estrías de sangre. Cuando se suena, el
paciente expulsa tapones elásticos duros y adherentes, que dejan la mucosa
nasal en carne viva y ardiente. Hay mejoría con el calor.
66
Hydrastis canadensis
Las secreciones son espesas, amarillentas, muy viscosas y muy adherentes,
se solidifican a nivel de los orificios nasales y fluyen lentamente en el cavum. El
enfermo tiene una sensación de obstrucción nasal en una habitación caldeada.
Cínnabaris
Este medicamento corresponde a una rinorrea posterior con mucosidades
fluidas difíciles de despegar. El enfermo tiene dolor en la cara dorsal de la
nariz, como si llevara gafas muy pesadas. Los dolores pueden ser peri-
orbitarios, como violentas punzadas que van del orificio lacrimal hacia la sien,
con enrojecimiento escarlata del ojo.
Cínnabaris puede también estar indicado en la sinusitis etmoidal o esfenoidal.
Mercurius solubilis
La rinorrea es francamente purulenta, verdosa, abundante y excoria los orificios
nasales; la mucosa nasal está muy inflamada, hinchada, dolorosa.
Se observa igualmente un aumento de la sialorrea, una lengua que guarda la
impronta de los dientes y un aliento fétido. Puede asociarse un lagrimeo
ardiente y abundante.
La piel está húmeda; el enfermo tiene escalofríos a flor de piel, transpira por la
noche y empeora con el calor.
Mezereum
Este medicamento se utiliza en caso de dolores ardientes en los huesos de fa
nariz y de la cara, o de rinorrea mucopurulenta con hilos de sangre.
Los síntomas empeoran de noche, con el frío y con la presión de las zonas
dolorosas. Es un buen complemento de Kalium bichromicum.
Lachesis mutus
Este veneno se prescribe en presencia de una inflamación con la modalidad de
agravación de la sintomatología en ausencia o cese de derrame, o ante la
modalidad opuesta: mejoría con la aparición o la reaparición de la rinorrea.
La lateralidad izquierda, característica del medicamento, no es imprescindible
para su prescripción. Prescribir Lachesis en 9 ó 15 CH, cinco gránulos cada
dos o cuatro horas. En el caso de dolores intensos debidos al cese de una
rinorrea purulenta, la reaparición de la misma, tras la administración de
Lachesis mutus, debe ser rápida, entre doce y veinticuatro horas como
máximo; en caso contrario, hay que confiar el enfermo a un especialista ORL
para un tratamiento quirúrgico local.
67
DENGUE
Es una enfermedad febril aguda, causada por cualquiera de los serotipos del
virus del dengue; se caracteriza por fiebre, cefalea, mialgias, artralgias,
leucopenia y frecuentemente un brote maculopapular. A veces se observan
vómito y linfadenopatías. En los niños, el único síntoma puede ser fiebre
transitoria. Hay también numerosos casos en que el virus sólo establece
infección asintomática. En determinadas ocasiones, el dengue produce
manifestaciones serias denominadas dengue hemorrágico y dengue
hemorrágico con choque que serán tratadas separadamente. Las fiebres
quebrantahuesos y las chapetonadas, descritas años atrás en Colombia,
probablemente correspondían a casos de dengue.
Etiología
El virus del dengue, con un tamaño de 20 a 40 mi., pertenece al género
Flavivirus de la familia Flaviviridae. Se conocen cuatro serotipos, denominados
1, 2, 3 y 4 que, aunque cercanamente relacionados entre sí, se separan unos
de otros por diferencias antigénicas menores. Los virus del dengue tienen
relación antigénica apreciable con los demás Flavivirus. Cualquiera de sus
serotipos produce en el hombre inmunidad duradera para el agente homólogo
mas no para ninguno de los tres restantes.
Epidemiología
El hombre se infecta con el virus del dengue cuando sufre la picadura de un
mosquito Aedes aegypti previamente infectado con el virus al picar, por lo
menos días antes, a una persona virémica. Este culícido es el transmisor más
importante y se encuentra distribuido casi universalmente en las zonas
tropicales.
Aedes albopictus es también vector de la enfermedad en algunas localidades
asiáticas y de Oceanía. El dengue se puede presentar en forma endémica, tal
como ocurre actualmente en Colombia o en el sureste asiático, pero cuando
llega a comunidades susceptibles produce epidemias a veces explosivas. Este
fue el caso de Colombia, donde por haberse erradicado el Aedes aegypti de
muchas regiones entre 1952 y 1969, se eliminó también el dengue. Como
resultado aumentó notablemente la población humana susceptible a esta
enfermedad. Cuando se introdujeron al país cepas de dengue, a partir de 1971,
se presentaron serias epidemias entre ese año y 1983, en su orden por los
serotipos 2, 3, 1 y 4, las cuales produjeron no menos de dos millones de casos.
Por ser el A. aegypti doméstico y común en las ciudades y poblados de
Colombia, el dengue es esencialmente urbano en el país.
68
Distribución geográfica
La distribución geográfica del dengue está de terminada por la distribución de
los vectores. La enfermedad se presenta en el sureste asiático, Oceanía, África
ecuatorial, África occidental y América tropical. En el Nuevo Mundo se observa
en los países donde no se han eliminado los Aedes aegypti y albopictus. En
Colombia, aunque el mosquito se ha encontrado hasta en localidades a 2.200
m sobre el nivel del mar, la enfermedad se observa habitualmente en lugares
situados a más baja altura, a menos de 1.500 m, donde por lo general hay una
población considerable del vector.
Manifestaciones clínicas
El dengue comienza súbitamente, después de un período de incubación de tres
a ocho días, con los signos habituales de muchas infecciones agudas: hay
escalofrío, fiebre alta, cefalea con intenso dolor retroorbitario, dolor fuerte de
cintura y de miembros inferiores. Aproximadamente tres días después aparece,
en 60% de los casos, un brote maculopapular, morbiliforme, en el tórax y en los
miembros, que persiste por dos o tres días. La duración de la fiebre es de
cuatro a seis días, al cabo de los cuales el enfermo se recupera y experimenta
una profunda sensación de cansancio. En ocasiones puede haber remisión de
la fiebre por uno o dos días, con breve exacerbación posterior; este signo,
descrito como clásico, se ha visto raras veces en Colombia. En algunos casos
se observan vómitos y algunas adenopatías al comienzo de la enfermedad.
Ciertos enfermos presentan petequias, signo de poca importancia cuando no
va acompañado de otros fenómenos hemorrágicos y de otros hallazgos, por
ejemplo, hemoconcentración y trombocitopenia, pero que si va asociado con
estos trastornos puede ser el comienzo de la complicación denominada dengue
hemorrágico. El cuadro hemático muestra leucopenia. En los niños, las
manifestaciones clínicas se pueden limitar a una fiebre de dos días de
duración.
Diagnóstico
Cuando se observan casos aislados, las solas manifestaciones clínicas del
dengue, especialmente al comienzo, por ser iguales a las de muchas otras
infecciones agudas, no permiten hacer fácilmente un diagnóstico. Es necesario
recurrir al laboratorio para buscar leucopenia y, sobre todo, para tratar de aislar
el virus e iniciar el estudio serológico del paciente. Para ello, se toma sangre (o
suero) lo antes posible en el curso de la enfermedad y rápidamente se envía
entre hielo a un laboratorio de virología o al Instituto Nacional de Salud de
Bogotá (entidad oficial destinada para hacer estos exámenes sin ningún costo).
Dos semanas después de haber tomado esta primera muestra, se debe enviar
al mismo instituto una segunda muestra de sangre o suero, para que, en caso
de no haberse aislado el virus, el aumento de los anticuerpos de la segunda
muestra comparada con la primera, permita hacer el diagnóstico retrospectivo.
Obviamente, en el curso de las epidemias comprobadas, desde el punto de
69
vista etiológico, lo más probable es que buena parte de los pacientes con los
síntomas descritos tengan efectivamente dengue, aunque no se les hayan
practicado los exámenes de laboratorio.
El aislamiento del virus se hace inoculando el suero en cultivos celulares (por
ejemplo, de células de mosquitos identificados como C636, en ratones recién
nacidos o en mosquitos e identificándolo luego con sueros inmunes específicos
y anticuerpos monoclonales). También se puede intentar el diagnóstico
temprano del dengue buscando inmunoglobulina M específica, utilizando para
ello el método inmunoenzimático denominado ELISA. Los anticuerpos se
buscan por pruebas de inhibición de hemaglutinación, de fijación de
complemento o de neutralización. Para su interpretación se deben tener en
cuenta las reacciones cruzadas observadas entre los varios serotipos del virus
del dengue y de otros Flavivirus. En las personas que nunca han tenido una
infección previa por Flavivirus, o que no han sido vacunadas contra la fiebre
amarilla, los anticuerpos inhibidores de la hemaglutinación aparecen
generalmente ocho días después del comienzo de la enfermedad.
Prevención
En la actualidad no existe una vacuna contra el dengue. La única manera de
evitar la enfermedad es la destrucción del mosquito transmisor. Para ello, los
gobiernos han adelantado campañas vigorosas que han tenido éxito al lograr la
erradicación del insecto en varios países. En Colombia, el mosquito vector se
mantuvo erradicado, con excepción de Cúcuta, durante parte de las décadas
de los años cincuenta y sesenta, pero, infortunadamente el país se reinfestó en
1969, de tal manera que hoy existe el riesgo de que las personas susceptibles
adquieran el dengue en las áreas infestadas por A. aegypti. Se aconseja la
aplicación intra-domiciliaria de insecticidas en aerosol, así como la eliminación
de criaderos del mosquito (por ejemplo, llantas y recipientes abandonados), el
cubrimiento de los tanques de agua y el cambio frecuente del agua de otros
recipientes y floreros como medidas domésticas para disminuir la población de
Aedes.
Tratamiento
EL DENGUE NO TIENE TRATAMIENTO ESPECÍFICO
Se recomienda dar al paciente abundantes líquidos y algún antipirético-
analgésico distinto del ácido acetilsalicílico para calmar la fiebre y los dolores.
DENGUE HEMORRÁGICO
Es un síndrome febril agudo, caracterizado por un cuadro típico de dengue que
más o menos a los seis días de evolución se complica con hemorragias
notorias y frecuentemente con colapso circulatorio. En los casos no tratados, la
mortalidad es de 10%.
Etiología
Cualquiera de los cuatro serotipos del dengue puede causar este cuadro que
se supone se debe a una reacción especial del organismo humano, el cual,
estando previamente inmunizado contra uno de los serotipos, se infecta con
uno de los tres restantes. Es la hipótesis más aceptable. En efecto, la mayor
parte de los casos de dengue hemorrágico se presentan cuando el paciente
tiene un segundo ataque de dengue, tiempo después de haber sufrido el
primero. Como se sabe, cualquiera de los serotipos del virus del dengue
produce inmunidad duradera para el agente homólogo mas no para ninguno de
los otros tres. Se han descrito también unos pocos casos de dengue
hemorrágico en personas sin antecedentes de haber tenido previamente
ataque alguno de esta enfermedad. En estos casos se trata de dengues
hemorrágicos primarios causados por cepas de virus de dengue de alta
patogenicidad.
Patogenia
El dengue hemorrágico es esencialmente un síndrome febril agudo
caracterizado por aumento súbito en la permeabilidad de la micro circulación,
desencadenado por lesiones de la pared vascular que dejan escapar moléculas
del tamaño de la albúmina, cuyo resultado es una salida masiva del plasma
hacia el espacio intersticial que determina la hemoconcentración, la
hipovolemia y el choque.
Un factor de riesgo comprobado en la patogenia del dengue hemorrágico es
que este síndrome se desarrolla como consecuencia de la reacción del
organismo a la formación de complejos inmunes entre el remanente de
anticuerpos de la primera infección y las partículas virales del segundo dengue.
Sería, pues, una enfermedad por estos complejos inmunes, los cuales hacen
más efectiva la infección de macrófagos vía sus receptores Fc, al capturar
éstos literalmente todas las partículas virales unidas a anticuerpo. Los
macrófagos infectados son reconocidos y atacados por linfocitos T, a lo cual
responden liberando sustancias vaso activas en la micro circulación
(serotonina, quininas, plasmina, ácido araquidónico). Estas tienen la propiedad
de dilatar bruscamente los poros de las paredes capilares, produciéndose un
aumento de la permeabilidad y, en consecuencia, una fuga súbita y masiva de
plasma hacia el espacio intersticial. Ocurre, entonces, una deshidratación
intravascular que lleva al colapso circulatorio cuando no se corrige de manera
oportuna.
Manifestaciones clínicas
Aproximadamente a los seis días de evolución de un dengue típico y en forma
casi simultánea cesa la fiebre, aparecen hemorragias, la prueba del torniquete
es positiva, y se observa trombocitopenia y hemoconcentración; además, se
nota un grado moderado de hepatomegalia. Las petequias son las
manifestaciones hemorrágicas más frecuentes; son menos comunes la
epistaxis y las gingivorragias, lo mismo las hematemesis y melenas,
observadas generalmente cuando la enfermedad ha avanzado y hay síntomas
de choque. A medida que bajan las plaquetas, siempre por debajo de 100.000,
se aumenta el hematocrito en más de 20% sobre el valor normal. También hay
derrames pleurales. En los casos sin tratamiento se presenta colapso
circulatorio (hipotensión y tensión arterial convergente, pulso acelerado y
filiforme, frialdad de la piel y desasosiego) que puede llegar rápidamente a un
estado de choque profundo con aumento de hemorragias gastrointestinales y
alta mortalidad.
72
Diagnóstico
En una región donde haya dengue endémico o epidémico, el médico debe
pensar en un dengue hemorrágico cuando en un paciente con fiebre de pocos
días aparezcan los tres signos siguientes:
baje la fiebre,
haya petequias o el signo del torniquete sea positivo, y
La tensión arterial tienda a bajar o se haga convergente. En ese momento
se deben contar las plaquetas y medir el hematocrito; si las primeras bajan
y este último sube, se hace un diagnóstico presuntivo y es obligatorio iniciar
el tratamiento para evitar el choque.
El diagnóstico etiológico se hace aislando el virus del suero agudo, tomando lo
más temprano posible en el curso de la enfermedad, o de mostrando un
aumento significativo de los anticuerpos en dos muestras de suero
recolectadas con quince días de diferencia, como se describió respecto del
dengue clásico. En pruebas de inhibición de hemaglutinación, los anticuerpos
contra esta familia de virus se pueden encontrar con título bajo o estar
ausentes en la primera muestra, a pesar de la infección anterior por dengue; en
las muestras tomadas dos semanas después, los títulos son muy altos (de
1:2.560 o más) no sólo para diversos serotipos del virus de dengue sino
también para otros Flavivirus (v.g., fiebre amarilla). Este incremento
desproporcionado en los anticuerpos se ha denomina do respuesta secundaria,
en contraste con la respuesta primaria, o sea la del organismo que se infecta
por primera vez con un Flavivirus, en la cual los anticuerpos suben sólo para el
virus homólogo y si aparecen algunos heterólogos tienen título menor.
Tratamiento
El tratamiento es sintomático; esencialmente está encaminado a reemplazar el
líquido intravascular escapado al intersticio y evitar así el choque o tratarlo con
rapidez si ya está establecido. Generalmente, se emplea la terapia endovenosa
con dextrosa y electrólitos, complementada con las medidas generales de
soporte para corregir la fiebre, el dolor, las convulsiones o cualquier otra
complicación sobre agregada.
Los pacientes deben permanecer hospitalizados y vigilados constantemente
con mediciones periódicas de plaquetas y de hematocrito que permitan orientar
mejor la aplicación de los fluidos y evitar el exceso posible de los mismos.
FIEBRE AMARILLA
Etiología
El virus de la fiebre amarilla, con un tamaño de 20 a 40 m pertenece al género
Flavivirus, de la familia Flaviviridize. A los Flavivirus, llama dos así por ser su
prototipo el de la fiebre amarilla b también los virus del dengue, de la encefalitis
de Saint Louis, el II y el Bussuquara, igualmente presentes en Colombia. Todos
los Flavivirus están antigénicamente relacionados entre sí.
Epidemiología
En la fiebre amarilla urbana, el ciclo es muy sencillo: el virus se transmite de
hombre a hombre por la picadura de Aedes aegypti, mosquito de hábitos
esencialmente domésticos y común en muchas ciudades, que se infecta al
picar a un hombre con la viremia, en especial si está alta, como ocurre al final
del período de incubación y durante los tres primeros días de la enfermedad;
una vez infectado, puede transmitir el virus después de un periodo de diez días
y conserva ese poder hasta el fin de su vida.
En contraste, el ciclo selvático se desarrolla en los bosques tropicales donde el
virus es transmitido de monos a monos por diversas especies de mosquitos
silvestres. El hombre se infecta cuando entra a la selva o a regiones rurales
don de coexistan virus, monos y vectores, y es picado por un mosquito silvestre
infectado que adquirió la infección al picar días antes a algún mono con la
viremia. Por esta razón, la virosis en Colombia es más común en los hombres,
particularmente en los que trabajan en la selva, tumbando árboles o en labores
de colonización. En América, los vectores silvestres más importantes
pertenecen al género Haemagogus; entre ellos, H. janthinomys es uno de los
más frecuentes y eficaces. En el mismo continente, diversas especies de
monos son afectadas por el virus aunque en grado diferente; por ejemplo, los
comúnmente llamados araguatos, cotudos o aulladores (género Áteles)
sucumben en alta proporción cuando los infecta el virus; en cambio, los
74
maiceros (género Cebus) y los titíes (género Saimiri) resisten bastante bien la
infección viral.
En el África, también se observan las mismas dos modalidades
epidemiológicas, pero con algunas diferencias que conviene mencionar. En
relación con la fiebre amarilla transmitida por Aedes aegypti, este mosquito, por
tener en el continente distribución tanto urbana como rural, puede causar la
enfermedad en uno u otro tipo de localidad. En la forma selvática, diversos
géneros de monos, por ejemplo, Calobus, Cecopithecus, están afectados. Uno
de los vectores más importantes de mono a mono es Aedes africanus.
Especies diferentes de Aedes transmiten el virus de los monos al hombre
según la región; por ejemplo, A. simpsoni en el África oriental y A. furcifertaylori
en la occidental. Además, hay bases para sospechar que en este último
mosquito el virus se transmite en la naturaleza de una generación a otra por vía
transovárica.
Distribución geográfica
Durante el presente siglo, la enfermedad sólo se ha encontrado en regiones
tropicales de África y América. En el África, donde la mayoría de los casos se
presentan en las regiones occidentales, la enfermedad se ha extendido en
algunas ocasiones hasta Zimbabwe, Sudán y Etiopía. En la actualidad, se
observan en el África casos transmitidos tanto por Aedes aegypti como por
mosquitos selváticos. En el hemisferio occidental, la fiebre amarilla urbana solía
presentarse particularmente en las áreas litorales caribeñas de los países
tropicales. Los casos urbanos eran comunes durante los siglos XVIII y XIX y los
tres primeros decenios del presente y generalmente se presentaban en forma
epidémica. En las ciudades del norte de Colombia, Cartagena y Cúcuta entre
ellas, aún se recuerdan las mortíferas epidemias del pasado. Es probable que
la mayoría de los brotes resultaran del incremento de la actividad vírica en las
ciudades afectadas o de la introducción del virus también procedente de otras
zonas urbanas. Sin embargo, hay algunos casos que sólo se pueden explicar
por la introducción del virus selvático a la ciudad, como ocurrió en dos ciudades
colombianas, Bucaramanga, en 1923 y el Socorro, en 1929. Este fue el último
brote urbano de la enfermedad en Colombia. Los últimos casos de fiebre
amarilla urbana registrados en América fueron los observados en 1942 en la
localidad brasilera de Sena Madureira. Desde entonces sólo se han descrito
casos selváticos de la enfermedad. En Colombia, los focos selváticos más
importantes son los de las hoyas de los ríos Amazonas, Orinoco, Catatumbo,
los de zonas selváticas vecinas a Panamá y los de los bosques del Magdalena
medio. En los últimos, particularmente en San Vicente de Chucurí, se han
producido muchos casos. Hay otro foco selvático en las faldas de la Sierra
Nevada de Santa Marta, cerca de las ciudades de Santa Marta y Valledupar,
pero no hay certeza de si es permanente o sólo transitorio.
75
Patogenia y patología
El hígado es el órgano principalmente atacado por el virus de la fiebre amarilla.
En el hombre probablemente ocurre en un principio invasión viral y, luego,
necrosis de las células de Kupffer, como sucede en los monos
experimentalmente infectados. A partir de estas células, el virus invadiría los
hepatocitos. El hígado de los casos humanos fatales muestran al microscopio
necrosis medio-zonal con degeneración eosinofílica y cuerpos de Councilman
que son corpúsculos altamente eosinófilos derivados de hepatocitos totalmente
degenerados. Hay discreta degeneración grasa y la reacción inflamatoria
celular es mínima o no existe. El riñón se afecta por la enfermedad y presenta
grados variables de necrosis tubular.
Las lesiones microscópicas del hígado son características y casi siempre
permiten hacer un diagnóstico etiológico. Cuando hay dudas sobre éste, se
debe buscar el antígeno viral por inmuno-fluorescencia en los cortes
histológicos.
Las lesiones hepáticas y renales explican gran parte de los síntomas de la
enfermedad, a los cuales se deben añadir otros causados por choque
circulatorio y por cierto grado de encefalopatía en los casos fatales.
Manifestaciones clínicas
Después de un período de incubación de tres a seis días de enfermedad,
comienza bruscamente con fiebre de 38,5 a 40°C, cefalalgia, dolor de cintura,
mialgia, náuseas, vómitos y malestar general. En ocasiones, después de dos a
tres días de enfermedad, la fiebre cede y el paciente entra en convalecencia.
Son los casos benignos; en otros la enfermedad progresa, a veces con un
breve período de remisión febril a los tres o cuatro días, y aparecen ictericia
ligera y hemorragias (epistaxis, hematemesis y melenas). Generalmente, se
encuentra bradicardia relativa. En los casos graves se observan también
complicaciones renales: proteinuria con presencia de hematíes y cilindros
granulosos en la orina, oliguria y uremia. En algunos casos graves mejoran los
enfermos; en otros, los síntomas se acentúan y mueren entre seis y diez días
después de iniciada la enfermedad. Unos pacientes conservan su lucidez hasta
la muerte; otros presentan agitación, hipersensibilidad, alucinaciones y
finalmente coma antes de morir.
En todos los pacientes se observa leucopenia, aumento de la velocidad de
sedimentación, re tención de productos azoados, incremento de las
transaminasas (SGOT y SGPT), hipoglucemia y tiempo de coagulación muy
prolongado. En algunos casos se han comprobado fenómenos de coagulación
intravascular diseminada.
No se conoce la tasa de mortalidad por la ocurrencia frecuente de casos que
evolucionan sin diagnóstico y otros con infección asintomática pero, se estima
entre 5 y 10%. En los casos graves, la mortalidad es de 30% o inclusive
superior.
76
Diagnóstico
Los casos benignos, con fiebre y malestar general como síntomas
predominantes, no se pueden diagnosticar sin el examen de laboratorio, bien
para buscar el virus o para evaluar el desarrollo o aumento de anticuerpos
específicos. Para confirmar fiebre amarilla, el médico se puede orientar por los
antecedentes del enfermo: procedencia y tipo de trabajo en la selva, lo mismo
que por la falta de vacunación preventiva. En los casos más severos, el lugar
donde el enfermo permaneció durante los diez días anteriores, la fiebre, la
ictericia, el vómito negro y las melenas deben hacer pensar en la posibilidad de
fiebre amarilla; esto se debe confirmar por los exámenes de sangre o por el
examen del hígado si el paciente fallece. Durante las epidemias comprobadas
etimológicamente, los pacientes febriles originarios del mismo lugar donde ésta
se desarrolla se pueden considerar muy sospechosos de tenerla infección y,
seguramente, de padecerla, si a la fiebre se añaden ictericia y hemorragias. De
todas maneras se deben agotar los procedimientos para establecer un
diagnóstico etiológico preciso.
El diagnóstico de laboratorio de la fiebre amarilla se hace por cualquiera de los
cuatro procedimientos siguientes:
El aislamiento del virus durante el periodo agudo de la enfermedad;
La presencia de inmunoglobulina M específica;
El incremento de los anticuerpos específicos demostrado por el estudio de
dos muestras de suero, una al comienzo de la enfermedad y otras dos
semanas después, y
En los casos fatales, la presencia de lesiones típicas en el hígado.
Las pruebas anteriores las practican los laboratorios virológicos especializados
y, en Colombia, el Instituto Nacional de Salud, una de cuyas funciones más
importantes es contribuir al diagnóstico de esta enfermedad. Para realizar estas
pruebas basta que el médico interesado envíe al laboratorio de referencia una
muestra de sangre o de suero entre hielo, tomada lo más precozmente posible
en el curso de la enfermedad. Si el enfermo sobrevive, se debe enviar una
segunda muestra tomada dos semanas más tarde; si falle ce, se debe enviar al
mismo laboratorio un fragmento de hígado en una solución al 10% de formol y,
si fuere posible, también un pedazo de la misma víscera sin formol, entre hielo.
Es indispensable que, en todo caso sospecho so de fiebre amarilla, se confirme
el diagnóstico por el laboratorio, dadas las implicaciones que esa confirmación
pueda tener, como son la aparición del virus en una nueva localidad selvática o
la invasión del mismo a una ciudad infestada por A. aegypti (Stegomya fasciata
o calopus), con la con siguiente posibilidad del brote de una epidemia urbana.
Con el propósito de diagnosticar los casos de fiebre amarilla y hacer el
seguimiento adecuado de la enfermedad (vigilancia epidemiológica), el
gobierno de Colombia y los de otros países vecinos han establecido el servicio
de viscerotomia, o sea, el examen obligatorio de muestras al hígado de todos
los pacientes que mueran por enfermedad febril de menos de 11 días de
evolución y procedentes de áreas tropicales enzoóticas. Las muestras son
77
Prevención
La vacuna para prevenir la fiebre amarilla, preparada con virus modificado, el
17D, confiere inmunidad, por lo menos, durante 20 años y probablemente por
toda la vida. Todas las personas expuestas a la fiebre amarilla deben recibir
esta vacuna. Su aplicación no tiene contraindicaciones importantes; sin
embargo, no es recomendable aplicarla a niños menores de un año o mujeres
embarazadas, a menos que estas últimas estén en riesgo inminente de adquirir
la enfermedad, como seria en caso de una epidemia urbana.
Como es posible que el virus de la fiebre amarilla sea introducido desde el
bosque a las localidades urbanas infestadas por Aedes aegypti con el
consiguiente desarrollo de epidemias urbanas, los países de la América tropical
han adoptado la política de erradicar el vector de las ciudades o, por lo menos,
de reducir su densidad como para hacer muy difícil o imposible el brote
epidémico. Para este fin han desarrollado campañas rigurosas con insecticidas,
inicialmente DDT, y más recientemente malatión, para matar los adultos, y
temefos para eliminar las larvas.
Tratamiento
En la actualidad el tratamiento de la fiebre amarilla es puramente sintomático.
Como lo recomendó el seminario sobre tratamiento y diagnóstico de la fiebre
amarilla realizado en Brasilia, en 1984, bajo los auspicios de la Organización
Panamericana de la Salud; en primer lugar, se debe tratar de controlar el
vómito, la hipovolemia y el desequilibrio electrolítico; es necesario administrar
glucosa intravenosa para tratar la hipoglucemia y plasma fresco o sangre para
corregir la hipotensión y los factores hemorragíparos; igualmente, conviene
intubar al paciente con una sonda naso-gástrica para descomprimir el
estómago y establecer una terapia antiácida con compuestos de hidróxido de
aluminio y magnesio; procurar el mejor estado nutricional al paciente,
suministrándole de 1.500 a 2.000 calorías por día; esto se logra en buena parte
con la glucosa intravenosa. La falla renal se trataría con un cuidadoso estímulo
de fluidos y cuando hay retención azoada pre-renal con diálisis cuando hay
lesión tubular notoria. En el Brasil, los casos con coagulación intravascular
diseminada han sido tratados con heparina. Vale recordar que el enfermo de
fiebre amarilla exige cuidados intensivos y vigilancia permanente de todas sus
funciones vitales para tratar de corregir las fallas que se presenten.
HERPES SIMPLE
La infección causada por Herpes virus (virus del herpes simple y virus del
herpes genital), serotipos l y 2, tiene predilección por los tejidos de origen
ectodérmico; la infección por el serotipo 1 corresponde al herpes simple y la
infección por el serotipo 2 corresponde al herpes progenitalis, descrito por
separado, dentro de las infecciones de transmisión sexual.
Patogenia
El virus del herpes simple está muy ampliamente distribuido en la naturaleza;
prácticamente todas las personas por encima de los tres años de vida han
hecho la infección y portan en forma latente el virus y presentan anticuerpos
circulantes. En un huésped que por primera vez se expone a la infección, el
virus alcanza a éste replicándose en las células epiteliales y ganglios linfáticos
regionales y causa posteriormente viremia; 80 a 90% de estas infecciones son
79
Cuadros clínicos
Los cuadros clínicos causados por el virus del herpes simple se pueden dividir
en dos grandes grupos: infecciones primarias e infecciones recurrentes; las
primarias incluyen gingivoestomatitis aguda, faringe-amigdalitis aguda, bulbo
vaginitis aguda e infección herpética del ojo; las recurrentes incluyen el clásico
herpes labialis, queratitis, blefaritis o querato-conjuntivitis. Todos estos cuadros
son autolimitados, pero, tanto las formas primarias como las recurrentes se
pueden complicar, una de estas complicaciones es la encefalitis herpética y el
eczema herpeticum.
INFECCIONES PRIMARIAS
FORMAS RECURRENTES
Estas formas constituyen la constante biológica de las infecciones por el virus
del herpes simple y tienen zonas anatómicas de mayor predilección. En
algunos pacientes se presentan con frecuencia inusitada, pero, en otros
ocurren con intervalos bastante largos.
Diagnóstico
Por lo general, es fácil establecer el diagnóstico sobre la base de las
características clínicas de la lesión, haciéndose, desde el punto de vista
práctico, innecesarios los estudios de laboratorio; si se desea confirmar el
diagnóstico, existen en la actualidad algunos recursos técnicos para hacerlo;
entre éstos están:
Cultivo. El virus del herpes simple se puede cultivar con facilidad relativa en
los laboratorios de virología. Crece en la membrana corioalantoidea de huevo
embrionado o en lineas celulares sobre cultivo de tejidos. El efecto citopático se
manifiesta por la presencia de las inclusiones intranucleares.
Tratamiento
El manejo de la infección herpética presenta problemas porque no existe una
droga que se pueda considerar efectiva y específica. Las infecciones
recurrentes han recibido las más variadas formas de tratamiento con tópicos,
cada uno de ellos considerado el mejor cuando en realidad ninguno sirve. La
introducción de las bases análogas como la 2-deoxi-5-iodo-uridina (IDU) hacia
el año (34 constituyó un gran avance pues es captada por el virus en el
momento de su replicación, produciendo un virus defectuoso incapaz de
replicarse. Aplicada en forma tópica ha mostrado efectividad considerable en el
manejo de la úlcera corneana, pero su aplicación tópica en herpes de otras
localizaciones no ha tenido éxito. Su administración parenteral ha mostrado
resultados inconsistentes en el manejo de la encefalitis herpética. Reciente
mente otro nucleósido análogo (Acyclovir®) en ungüento, en forma parenteral
yen forma oral, se muestra como un recurso promisorio en el control de las
formas recurrentes y de las complicaciones. Para la queratitis se recomienda la
aplicación tópica de trifluorotimidina al 1% durante siete a 21 días, o vidarabina
tópica al 3% por el mismo tiempo. Como tratamiento alterno se recomienda
yododeoxiuridina.
Prevención
No existe una vacuna específica pero experimentalmente se intenta producirla;
la aplicación de gammaglobulina humana hiperinmune se considera sin utilidad.
Los adultos con Herpes labialis se deben abstener de contactos íntimos porque
el virus se transmite por este mecanismo; tampoco se deben acercar a los
niños o llevarse las manos contaminadas a los ojos.
VARICELA-ZOSTER
La varicela-zoster es una enfermedad infecto- contagiosa con dos polos
clínicos causados por el mismo agente etiológico, un virus integrante de la
familia Herpes viridae.
Agente etiológico
El virus tiene características similares al del herpes simple, pero la partícula
virales más gran de. Es un virus ADN bicatenario, sensible a los solventes
orgánicos. Aunque es cultivable, su cultivo es difícil. Su replicación es
intranuclear y produce en la célula infectada un aspecto característico que
permite establecer el diagnóstico.
Patogenia
El virus procedente de un caso de varicela o de zoster penetra en el huésped
susceptible por la vía respiratoria, llega a los ganglios linfáticos y se disemina a
través de una viremia para luego infectar las células epiteliales en las cuales
produce una lesión descrita como balonamiento, que es una vesícula
unilocular. La enfermedad induce una buena respuesta inmunitaria con síntesis
apreciable de anticuerpos neutralizantes; el virus puede permanecer en estado
latente en las células de los ganglios sensitivos paravertebrales, de los cuales,
por causas múltiples, se puede volver a reactivar y viaja por las terminaciones
nerviosas para causar las lesiones recurrentes características de todos los
agentes de los herpes.
Formas clínicas
Básicamente se pueden considerar dos gran des formas clínicas, una
correspondiente a la infección primaria sistémica, que es la varicela, y otra que
corresponde a la forma recurrente localizada que es el zoster.
84
VARICELA
Zoster
El zoster es la forma recurrente de la infección por el virus de la varicela-zoster.
El virus que ha quedado en estado latente en los ganglios sensitivos
paravertebrales puede reactivarse por múltiples causas, entre ellas,
traumatismos, procesos febriles, diabetes, inmunosupresión o enfermedad
linforreticular como el linfoma de Hodgkin y llega a las células epiteliales a
través de las terminaciones nerviosas causando la manifestación clínica.
Frecuentemente la lesión ocurre en un espacio intercostal, don de se producen
placas edematosas, con inflamación, sobre las cuales aparecen vesículas
pequeñas y tensas que al romperse dejan escapar un liquido claro, para luego
formar costras y evolucionar hacia la recuperación total en el término de 15 a
18 días. El zoster cursa con fiebre, malestar general y dolor intenso,
particularmente en el adulto. Con excepción de los pacientes con neoplasias
linforreticulares en quienes es común la recurrencia, en el huésped normal es
rara. Tampoco se ha de tomar como regla estricta que quien hizo una varicela
debe hacer obligadamente un zoster; sólo algunos pacientes lo presentan.
Zoster oftálmica. Esta forma clínica se presenta por recurrencia del virus que
ha permanecido latente en el ganglio de Gasser. Las lesiones aparecen en la
zona inervada por la rama oftálmica del trigémino, particularmente la rama naso
ciliar; comúnmente la lesión cubre la zona supraorbitraria, la nasal interna y los
párpados y puede causar conjuntivitis. La sintomatología es muy severa. Como
todos los cuadros de zoster la inflamación se resuelve y el paciente se
recupera en 10ª15 días.
Diagnóstico
Tanto el cuadro de varicela como el de zoster no ofrecen dificultad clínica para
el diagnóstico, y son innecesarios los procedimientos de laboratorio para
investigar el virus.
Laboratorio
El virus se puede cultivar, pero hacerlo es difícil aun para los laboratorios de
referencia. Se han desarrollado pruebas serológicas que permiten cuantificar
los anticuerpos circulantes; de este tipo de pruebas hay comercialmente
disponibles técnicas inmunoenzimáticas.
Epidemiología
La varicela puede ocurrir en forma esporádica o en brotes epidémicos,
planteando en ocasiones problemas a las entidades sanitarias.
Tratamiento
Ni la varicela ni el zoster tienen tratamiento específico. Por su curso benigno, la
varicela no requiere en la mayoría de los casos un manejo especial; el niño
debe guardar cama en los días iniciales. El zoster sólo tiene tratamientos
sintomático con analgésicos. Algunos casos clínicos responden bien al uso de
análogos; de éstos el más promisorio es el Acyclovir®.
Prevención
Se recomienda en pacientes inmunosuprimidos o en quienes deban recibir
trasplantes, la administración profiláctica de gammaglobulina homóloga
hiperinmune anti-varicela-zoster (IGVZ) y la administración profiláctica de
Acyclovir® endovenoso y oral. También hay una vacuna cuyo desarrollo
experimental no permite todavía una recomendación específica.
87
AMIBIASIS
El agente
Entamoeba histolytica presenta en su ciclo vital dos formas, trofozoíto y quiste.
El trofozoíto tiene un diámetro entre 15 y 40 micras, un endoplasma finamente
granular que contiene todos los organelos, el núcleo redondo y pequeño con un
cariosoma central y vacuolas fagocíticas y un ectoplasma hialino externo que
proporciona locomoción al parásito mediante formación de seudópodos
grandes, casi siempre únicos. Cuando se observan trofozoítos obtenidos de
heces de pacientes con disentería es posible ver en el interior de ellos
eritrocitos fagocitados.
El quiste se forma a medida que la materia fecal que contiene los trofozoítos se
empieza a deshidratar en la luz del colon. El trofozoíto se redondea, segrega
una cubierta resistente y sufre dos divisiones mitóticas para dar lugar a un
quiste maduro con cuatro núcleos y 12 a 15 micras de diámetro. Sin embargo,
pueden observarse también quistes inmaduros con uno o dos núcleos, una
vacuola de glucógeno prominente y cuerpos cromatoides, barras en forma de
cigarro que son acúmulos de ribosomas. Los quistes son resistentes a un
amplio rango de temperaturas, pero lo son menos a la desecación y a la
putrefacción. Bajo condiciones favorables pueden conservar su viabilidad en el
medio ambiente durante períodos prolongados.
El hombre, único huésped natural de E. histolytica, se infecta mediante la
ingestión de quistes presentes en los alimentos o en el agua. Puede haber
transmisión de una persona que está eliminando quistes a otra por
contaminación de alimentos con esos quistes. Las moscas y cucarachas
pueden también servir de vectores mecánicos. En el intestino delgado, tanto el
88
La amiba cuenta también con una serie de componentes solubles que pueden
ser liberados al medio extracelular y ocasionar lisis de células y tejidos sin que
sea necesario el contacto directo entre éstos y el parásito. Uno de ellos es la
pro teína formadora de poro capaz de incorporarse espontáneamente a las
membranas celulares y formar canales iónicos (similares a los ocasiona dos
por el complejo de ataque a la membrana del sistema del complemento y por la
perforina presente en las células asesinas naturales) y ocasionar así un
desequilibrio hidroelectrolítico y muerte celular. Existe también una citotoxina/
enterotoxina con actividad citotóxica contra una variada gama de células y que
experimentalmente puede inducir secreción de líquidos en asas ileales ligadas
de conejo. La amiba contiene también un conjunto de enzimas tales como la
proteasa neutra capaz de degradar laminina, fibronectina y colágeno tipo 1;
hialuronidasa, tripsina, pepsina y N-acetil glucosaminidadasa, todas las cuales
actúan sobre las uniones intercelulares y la matriz extracelular de tejido
conjuntivo facilitando así el proceso de invasión de los tejidos.
La amiba ejerce también efectos inhibitorios sobre algunos aspectos de la
respuesta inmune. Las amibas patógenas atraen muy fuertemente neutrófilos
que, al contacto con ellas, son rápidamente lisados que liberan sus enzimas
lisosómicas lo cual contribuye al daño tisular. En pacientes con absceso
hepático parece haber una supresión específica de la respuesta celular contra
antígenos amibianos. Igualmente, se ha demostrado que algunas cepas
patógenas de E. histolytica son resistentes in vitro a la acción lítica del
complemento, lo cual favorecería su diseminación hematógena. Esta
resistencia a lisis por complemento parece estar mediada por la misma
proteína GIAP que participa en los procesos de adherencia.
PATOLOGÍA Y CLÍNICA
Amibiasis intestinal
Comprende un amplio rango de presentaciones clínicas que van desde el
estado de portador asintomático que ocurre casi exclusivamente en personas
parasitadas con cepas no patógenas hasta las formas severas de colitis
amibiana fulminante.
En la amibiasis intestinal invasora, la micro-ulceración inicial de la mucosa
suele ocurrir en las áreas inter-glandulares donde la resistencia mecánica es
baja debido al desprendimiento permanente de células que están en constante
proceso de renovación. Una vez franqueada la barrera epitelial y la muscularis
mucosa, la lesión se ex tiende horizontalmente a lo largo de la submucosa
dando lugar a las clásicas úlceras en botón de camisa, llamadas así por ser
redondas, levantadas, con un orificio central pequeño y una base amplia. Las
pequeñas lesiones iniciales pueden confluir luego por su base originando
úlceras más amplias, de varios centímetros, con necrosis más extensa de la
mucosa y hemorragias. El infiltrado inflamatorio agudo es escaso y puede
ocurrir formación de micro abscesos por invasión bacteriana de las lesiones
90
Disentería amibiana
La manifestación clínica de la colitis amibiana simple es la disentería amibiana,
cuadro clínico caracterizado por un comienzo súbito con dolor tipo cólico, fiebre
en ocasiones, deposiciones diarreicas frecuentes en poca cantidad con moco y
pintas de sangre y sensación de pujo y tenesmo. A veces se acompaña de
otras manifestaciones como náuseas vómito; cefalea y deshidratación.
Perforación intestinal
Ocurre cuando la ulceración abarca todo el espesor de la pared intestinal lo
cual origina un cuadro de peritonitis bacteriana secundaria. Clínicamente se
caracteriza por fiebre, dolor abdominal muy intenso, distensión, choque y mal
estado general. Ocurre también con mayor frecuencia en niños y personas
debilitadas..
AMIBIASIS EXTRAINTESTINAL
Amibiasis pleuro-pulmonar
Generalmente ocurre por extensión directa a partir de un absceso hepático y
forma inicialmente un absceso similar que compromete el parénquima
pulmonar y puede eventualmente drenar a un bronquio. Clínicamente hay una
exacerbación de los síntomas presentes en el absceso hepático amibiano, con
mayor intensidad de las manifestaciones respiratorias y expectoración en salsa
de anchoas de un mate rial que es lisado de tejido hepático y pulmonar con
células inflamatorias también lisadas y trofozoítos viables que se pueden
encontrar en el examen en fresco de este material.
Diagnóstico
Diagnóstico parasitológico
El diagnóstico parasitológico se establece por la observación de trofozoítos o
quistes mediante técnicas que incluyen el examen directo, los métodos de
concentración y las coloraciones especiales. En las formas intestinales,
particular mente en la disentería amibiana, la observación de trofozoítos
hematófagos, móviles, con activa emisión de seudópodos, es posible siempre y
93
Métodos serológicos
Son particularmente útiles en el diagnóstico de las formas extraintestinales en
las cuales es difícil la observación de trofozoítos, por ejemplo, en el absceso
94
hepático amibiano. Incluso si se hace una punción con aspiración del líquido
del absceso es poco probable observar trofozoítos en él, pues están siempre
en la periferia del absceso, en su pared, en contacto con el tejido adyacente.
Se han empleado una variedad de técnicas serológicas (doble inmunodifusión,
contrainmunoelectroforesis, hemoaglutinación indirecta, ELISA), pero todas
ellas presentan altos niveles de sensibilidad y especificidad.
Otros métodos
La rectosigmoidoscopia permite una visualización directa de las lesiones
típicas, la toma de muestra para búsqueda inmediata de trofozoítos y de
biopsia para examen histopatológico. El examen histopatológico es
particularmente útil en el diagnóstico del ameboma del colon y la apendicitis
amibiana. Los métodos imagenológicos (tomografía, gammagrafía, ecografía,
RNM, etc.) tienen gran utilidad en el diagnóstico del absceso hepático.
Tratamiento
Las drogas utilizadas en el tratamiento de la amibiasis pueden ser clasificadas
en dos grupos de acuerdo con su sitio de acción: amebicidas luminales y
amebicidas tisulares.
Los amebicidas luminales ejercen su acción sobre los trofozoítos que se
encuentran en la luz intestinal, sin contacto con los tejidos y, por tanto, no son
útiles en el tratamiento de las formas invasoras, tanto intestinales como
extraintestinales. Incluyen dos grupos farmacológicos:
Las 8-hidroxiquinolinas halogenadas cuyos principales miembros son el
clioquinol y el iodoquinol. Estas drogas son buenos amebicidas luminales pero
han entrado un poco en desuso debido a la comprobación de que pueden
causar una neuropatía míelo-óptica subaguda caracterizada por síntomas
sensoriales, musculares, cambios sicológicos y alteraciones visuales que
pueden llegar hasta la ceguera. La mayoría de los casos de este síndrome han
ocurrido en el Japón; son raros en otros países, pero, a pesar de ello su uso se
ha restringido.
Las amidas son muy útiles en el tratamiento de los portadores
asintomáticos. Su mecanismo de acción no se conoce pero se sabe que de
4 a 9% de la droga se excreta en las heces y el resto se absorbe y se
elimina con la orina.
Las drogas pertenecientes a este grupo incluyen el teclozán, la etofamida, la
clefamida, la quinfamida y el furoato de diloxanida. Los efectos colaterales de
este grupo de drogas son muy leves y casi siempre referidos al tracto GI.
Los amebicidas tisulares, útiles en el trata miento de las formas invasoras
intestinales y extraintestinales, comprenden tres grupos farmacológicos:
95
Epidemiología y prevención
La amibiasis es una entidad ampliamente distribuida a nivel mundial. Se estima
que aproximadamente 500 millones de personas en todo el mundo pueden
estar parasitadas en un momento dado. El número de casos anuales de
amibiasis invasora (colitis y absceso) se estima en 10% del total de portadores
y el número de muertes debidas a formas severas de la enfermedad se calcula
entre 5Oy 100 mil al año.
97
CEFALALGIA
Diagnóstico
El parénquima cerebral no es sensible al dolor. Tejidos intra y extracraneales
pueden ser fuente de dolor que se localiza o irradia a algún área de la cabeza.
El interrogatorio da la clave para el diagnóstico en 90% de los casos. Es
frecuente que la migraña se manifieste por primera vez en la infancia o la
juventud. La cefalalgia en salvas es típica de la cuarta década. Los dolores de
aparición tardía sin ante cedentes ameritan excluir una causa orgánica. Los
dolores migrañosos son hemicraneanos. La cefalalgia en salvas es
hemicraneana, con tendencia a ubicarse retrocularmente. Los dolores
generados por problemas dentarios o de senos para- nasales tienden a
relacionarse topográficamente con el sitio afectado. Los tumores de fosa
posterior tienden a dar un malestar global con tendencia a localizarse en la
región occipital. Los tumores suprantentoriales se manifiestan frecuentemente
con dolor en el vértex. El dolor de cabeza del hematoma subdural se localiza
generalmente en el área de la lesión con tendencia a irradiarse a regiones
frontoparietales. La cefalalgia tipo tensión se localiza en la región occipital y la
99
MIGRAÑA
Cefalalgia en salvas
Antiguamente conocida como cefalalgia de Horton, la cefalalgia en salvas se
presenta en hombres y se inicia entre los 27 y 30 años. La crisis de dolor se
acompaña de un pródromo con euforia seguido de hipomanía, somnolencia y
bostezos. La primera sensación puede ser un malestar alrededor y detrás de
un ojo y después de unos dos a cinco minutos el dolor se hace evidente con
irradiación al área temporal del mismo lado. Típicamente más intensa en la
región retro ocular, se acompaña de congestión nasal y gran ansiedad. El dolor
es gravativo y adquiere características pulsátiles. La congestión nasal da lugar
a rinorrea y se acompaña de lagrimeo y miosis ipsilateral. En algunas
oportunidades se acompaña de un síndrome de Horner que puede quedar
como secuela. El comportamiento del paciente durante las crisis es típico: no
puede permanecer en reposo, se balancea y puede tornarse auto-agresivo. El
dolor alcanza su máxima intensidad en 10 a 60 minutos y rara vez sobrepasa
los 45 minutos. Una vez cede la crisis el paciente se nota agotado. Es
frecuente que se presente una crisis al día. Las crisis tienden a guardar cierta
ritmicidad, son frecuentes en la madrugada y despiertan al paciente hacia las
dos o tres de la mañana. Durante el período de crisis, el dolor puede ser
desencadenado por alcohol u otros vasodilatadores. El paciente puede
permanecer asintomático por un período de varios meses o años, tiempo
después del cual aparece un nuevo ciclo de dolores lo cual da la característica
de salvas.
Postraumática
Usualmente no existe una correlación lineal entre la severidad del trauma y el
dolor. Los síntomas y signos de alteración emocional y psicológica después del
trauma son importantes, sin embargo debe recordarse que la causa orgánica
de este tipo de dolor está bien identificada. El síndrome postconcusional se
manifiesta por síntomas como sensación de mareo o vértigo, hiperacusia,
tinitus, trastornos de memoria, fallas en la atención, distractibilidad, insomnio,
apatía, fatigabilidad, disminución de la libido, irritabilidad, ansiedad, depresión y
frustración.
Accidente cerebro-vascular
Las lesiones hemorrágicas causan dolor de mayor intensidad que las
isquémicas. Las lesiones embólicas se acompañan de cefalalgia más
comúnmente que las trombóticas. El dolor de cabeza asociado a síndrome de
Horner, con irradiación al cuello, región retro-ocular y nuca aso ciado a déficit
neurológico focal, soplo carotídeo y disgeusia, deben hacer sospechar una
disección carotídea.
103
Meningitis y meningo-encefalitis
El dolor de cabeza es inespecífico. Lo usual es dolor global, de moderada a
severa intensidad, asociado a náuseas y fotofobia que se empeora con el
movimiento y se acompaña de fiebre, malestar general, rigidez nucal y cambios
en la esfera mental. Un signo útil en la detección de irritación meníngea, es el
dolor a la palpación y presión sobre los globos oculares, así como el aumento
del dolor a la movilización de los ojos.
Neoplasias cerebrales
Los tumores pueden causar dolor por tracción o compresión de estructuras
vecinas susceptibles. Cuando la neoplasia ha alcanzado un tamaño
significativo o su localización hace que se acompañe de importantes signos de
hipertensión endocraneana, el dolor adquiere características especiales:
náuseas y vómito, aumento con el ejercicio o al agacharse y papiledema.
Despierta al paciente en la madrugada y aumenta con la maniobra de valsalva.
Enfermedades sistémicas
La hipertensión arterial es considerada causa de dolor de cabeza. Se deben
documentar cifras tensiónales diastólicas iguales o superiores a 110 mmHg
para poder atribuir un dolor de cabeza al alza tensional. Deben excluirse otras
etiologías, especialmente lesiones hemorrágicas. El control de las crisis
hipertensivas frecuentemente no controla el dolor de cabeza en forma
inmediata y pueden pasar algunas horas e incluso días antes de notarse un
alivio completo. Los vasodilatadores pueden causar dolor de cabeza en
pacientes hipertensos. Dolores de cabeza de localización temporal u occipital
en personas mayores de 40 años, asociados a dolor a la palpación de los
vasos locales y aumentos de la VSG deben hacer sospechar una arteritis
temporal. Su manejo urgente con esteroides es fundamental para evitar
lesiones visuales irreversibles.
Ayudas diagnósticas
Los estudios del cuadro hemático y VSG son útiles si se sospecha infección,
colagenosis, arteritis temporal y otros problemas inflama torios. La punción
lumbar está indicada ante la duda de infección del SNC o HSA. Signos de
localización neurológica ameritan estudios con imágenes antes de realizar una
punción lumbar. La TC es el estudio de elección en pacientes con trauma. La
resonancia magnética es útil en la caracterización de lesiones orgánicas. El
EEG no tiene ninguna utilidad en el estudio ni seguimiento de paciente con
dolor de cabeza crónico.
Tratamiento
Profilaxis de la migraña
Betabloqueadores. Se ha postulado que actúan en la migraña por varios
mecanismos. Los principales efectos secundarios se observan en el SNC, el
sistema cardiovascular y otros. Se recomienda el propranolol en dosis de 40 a
160 mg día en una o dos tomas, nadolol en una sola toma diaria de 40 a 120
mg día o timolol 10 mg dos veces al día hasta llegar a 60 mg dosis total.
Aparentemente disminuyen más la frecuencia de las crisis que su severidad y
duración. El metoprolol re quiere dosificación cada 12 horas a dosis inicial de
50 mg. Es una buena elección en diabéticos y asmáticos en quienes se quiera
usar un betabloqueador como profiláctico.
Calcioantagonistas
105
DOLOR
Anatomía y fisiología
Asta dorsal de la médula espinal. Las fibras nociceptivas que viajan en la raíz
dorsal se distribuyen ampliamente en el asta dorsal del cordón espinal. El asta
dorsal está compuesta de una serie de capas que se han definido
histológicamente; cada una contiene neuronas con distintas características
anatómicas y funcionales.
Correlaciones clínico-fisiológicas
Dolor referido. Se conoce como dolor referido a aquel que causado por
estimulación de nociceptores a nivel visceral se percibe en la superficie
corporal. Los centros corticales superiores no pueden distinguir de dónde
proviene el estímulo. Esto explica la distribución difusa de este tipo de dolor y
requiere de la interpretación cautelosa del dolor que se origina en los tejidos
espinales, pero referido a otras regiones del cuerpo.
El sistema nervioso simpático y el dolor. El sistema nervioso simpático se ha
implicado en varios tipos de dolor crónico, ya que con frecuencia existen
cambios vasculares, edema y diferencias en temperatura de la piel donde se
percibe el dolor. Además, muchos de los factores que afectan la actividad del
sistema nervioso simpático (estrés o temperatura) pueden alterar la percepción
dolorosa. Se sabe que el bloqueo simpático segmentario puede abolir el dolor
crónico en una extremidad. La norepinefrina en concentraciones fisiológicas o
111
Dolor agudo vs. crónico. Algunos autores consideran que el dolor que tiene
una duración de más de tres meses es crónico. En la práctica se ven pacientes
con dolor que no ha durado los tres meses, pero que por sus implicaciones y
características ya se puede llamar crónico. El dolor agudo sigue una evolución
natural relacionada al proceso que causa el dolor. Su función es de alarma,
promueve el reposo y favorece la cicatrización. El dolor crónico persiste
después que el estímulo ha desaparecido y no tiene una función biológica,
112
antes por el contrario es destructivo para el individuo desde los aspectos físico,
psicológico y social
Dolor por cáncer. En el paciente con cáncer el dolor puede ser una señal de
reactivación de la enfermedad neoplásica que requiere diagnóstico y atención
inmediata para evitar una mayor in capacidad. En algunos casos, el dolor está
relacionado con el tratamiento oncológico y, excepcionalmente, el dolor está
causado por una lesión que no tiene ninguna relación con la enfermedad
neoplásica y su tratamiento.
Terapias disponibles
Analgésicos no opiáceos
Este es un grupo heterogéneo de drogas que se pueden clasificar en
salicilatos, derivados del paraaminofenol, y los antiinflamatorios no esteroideos.
Se utilizan, en general, para el dolor leve a moderado. El principal mecanismo
de acción se cree que es a nivel periférico al disminuir la producción de
prostanoides a partir del ácido araquidónico por medio del bloqueo de la ciclo
oxigenasa.
Características farmacológicas. Es de des tacar que estos medicamentos
tienen una dosis máxima, por encima de la cual no se aumenta el efecto
analgésico. Esta limitación junto con los efectos adversos como intolerancia
gástrica y trastornos hematológicos, restringen su uso para cierto tipo de
dolores y por períodos prolongados. No hay efecto analgésico cruzado y en
ocasiones cuando no se obtiene efecto con una de las drogas de este grupo, al
reemplazarla con otra droga se puede inducir analgesia.
Opiáceos
Estas drogas son potentes analgésicos que ejercen su efecto a través de la
interacción con receptores distribuidos en el sistema nervioso, tanto periférico
como central. De acuerdo con la afinidad y efecto del opiáceo sobre el receptor,
estos medicamentos se han clasificado en agonistas puros, agonistas parciales
y agonistas-antagonistas.
Efectos adversos de los opiáceos. La unión de los opiáceos con algunos de los
receptores resulta en efectos indeseables que limitan la administración de la
113
Adyuvantes
Se conoce como medicamentos adyuvantes a todas aquellas drogas que
usualmente no son utilizadas como analgésicos, pero que pueden modificar la
percepción dolorosa. Su efecto puede ser analgésico directo o mejorar la
sensación de bienestar del paciente. Por ejemplo, los antidepresivos tricíclicos
tienen un efecto analgésico directo en la neuropatía dolorosa de origen
diabético. Las anfetaminas ayudan a mantener al paciente con dolor por cáncer
alerta y funcional, aun cuando esté recibiendo altas dosis de opiáceos. Los
esteroides pueden mejorar la sensación de bienestar y el apetito en los
pacientes con dolor por cáncer avanzado.
Anestesia y neurocirugía
Estos procedimientos se pueden utilizar usualmente cuando el dolor crónico
está bien localizado. Se han empleado las infusiones epidurales para dolores
causados por cáncer y localizados debajo de la cintura y se ha obtenido buena
analgesia. Los bloqueos de nervios periféricos son diagnósticos a la vez que
terapéuticos. La sección de las raíces dorsales (rizotomía) y de la espino-
talámica en el cordón lateral (cordotomía) se han empleado para tratar el dolor
que no responde a analgésicos, en especial en el paciente con cáncer. La
lesión en la zona de entra da de la raíz dorsal en el cordón espinal se ha
empleado en pacientes con dolor neuropático relacionado con la avulsión del
plexo braquial.
Dolor agudo
El dolor agudo requiere de un diagnóstico rápido y en la mayoría de los casos
es un proceso limitado a que se retire el estimulo nocivo y sane la lesión. El
manejo racional de los analgésicos es la piedra angular del tratamiento del
dolor agudo mientras que se restaura la homeostasis.
Los analgésicos no opiáceos se pueden emplear para el dolor leve a moderado
de acuerdo con las características del paciente y los potencia les efectos
adversos de estos medicamentos. El uso de antiinflamatorios no esteroideos
antes que el estimulo doloroso ocurra, por ejemplo ex tracción dental, podría
disminuir la intensidad del dolor posterior al inhibir la secreción de sustancias
inflamatorias.
Los opiáceos son las drogas de elección si el dolor agudo es severo o no se ha
podido controlar con otros analgésicos. El temor de causar adicción al
administrar opiáceos en estas circunstancias no tiene justificación y es posible
mente la causa más frecuente de tratamiento analgésico inadecuado. La
meperidina se utiliza en forma indiscriminada en el dolor agudo post operatorio.
Hay que tener en cuenta que la acumulación de su metabolito, normeperidina,
cuan do el paciente es anciano, tiene falla hepática o recibe la droga por varios
días, puede resultar en mioclonías y convulsiones. La analgesia controlada por
el paciente se ha convertido en una forma eficaz y segura de manejar el dolor
agudo severo. Una bomba de infusión controlada por el paciente hospitalizado
administra opiáceos intravenosos ya sea en forma continua o intermitente de
acuerdo con su necesidad analgésica.
Dolor crónico
El dolor crónico puede ser causado por una enfermedad neoplásica, puede
tener una causa específica, por ejemplo, la neuralgia postherpética, se puede
asociar a un trastorno siquiátrico, por ejemplo, la somatización, o por último, no
115
se le encuentra una causa. Los pacientes con dolor crónico tienden a ser
demandantes, buscan constantemente la opinión del médico, pero al mismo
tiempo son irritables, no siguen las indicaciones, y tienden a manejar el síntoma
con patrones que no siempre son los más saludables. Como ya se mencionó,
el factor que contribuye al manejo inadecuado del dolor crónico es la
incredulidad del médico ante la existencia y severidad del síntoma.
Los objetivos del tratamiento del dolor crónico son tratar de aumentar la
tolerancia al dolor y rehabilitar al paciente para que retorne a su actividad
normal. El primer paso es aumentar las horas de sueño sin dolor. Luego se
intenta que tolere el dolor en reposo, fijando su atención hacia otros objetivos.
Por último, se intenta que aumente la tolerancia al dolor con actividad física.
Hay cuatro áreas que se deben manejar agresiva y simultáneamente, una vez
se ha establecido la causa, para mejorar el bienestar del individuo con dolor
crónico: rehabilitación, manejo de la depresión, aspecto social y analgesia.
Terapia Neural: dado que la terapia neural es una técnica que utiliza un
anestésico de baja potencia, es el tratamiento ideal para todo tipo dolores, ésta
se puede utilizar de acuerdo al lugar del dolor, a la causa desencadenante ; y la
etiología en cada caso será la que determine la profundidad, la técnica y la
duración tratamiento.
117
MIOSITIS Y POLIMIOSITIS
Epidemiología
Los estudios disponibles informan una incidencia anual que oscila entre 2 y 10
casos nuevos por millón de habitantes. Aunque las miopatías inflamatorias
pueden ocurrir a cualquier edad, se observa un pico en la niñez y otro en la
edad adulta, siendo menos frecuentes los casos en la adolescencia y en el
adulto joven. La relación entre mujer y hombre es 2,5:1, pero, es menor en la
polimiositis de la infancia y en la asociada a cáncer, y mayor en la miosotis
asociada a enfermedades del tejido conectivo. Algunos estudios han informado
una mayor incidencia en la raza negra que en la blanca (3:1).
Clasificación
La clasificación de las enfermedades inflamatorias del músculo es controvertida
e insatisfactoria. Se han propuesto diversas clasificaciones basadas en
parámetros clínicos, patológicos, serológicos, inmunológicos y etiológicos.
Revisaremos dos de ellas; el lector podrá encontrar en la bibliografía las
referencias para otras clasificaciones.
Clasificación de Bohan y Peter
Grupo 1. Polimiositis primaria idiopática
Grupo 2. Dermatomiositis primaria idiopática
Grupo 3. Dermatomiositis o polimiositis asociada con neoplasia
Grupo 4. Dermatomiositis o polimiositis de la infancia asociada con vasculitis
Grupo 5. Polimiositis o dermatomiositis asociada a enfermedad del tejido
conectivo
Esta clasificación es sencilla, pero, sus principales limitaciones son que no
diferencia entre polimiositis y dermatomiositis de la infancia, y no incluye otras
118
Patogénesis
Sin duda alguna, la patogénesis de las enfermedades inflamatorias del músculo
se debe centrar en las anormalidades inmunológicas presentes en un alto
porcentaje de pacientes. Se ha descrito la presencia de auto-anticuerpos en el
suero de pacientes con miositis, de ahí que se clasifique como una enfermedad
auto-inmune; de otro lado, el estudio microscópico del músculo revela la
presencia de infiltrados celulares y un pro ceso inflamatorio mediado por
células del sistema inmune, y posiblemente mediadores humorales. Una lista
de las más relevantes alteraciones vistas se detalla a continuación.
Anormalidades inmunológicas en las miopatías inflamatorias:
1. Celulares: hay linfocitos B y T activados en el músculo esquelético, aumento
en el tráfico de mononucleares y macrófagos desde sangre periférica hacia el
músculo, invasión de las fibras musculares por células T citotóxicas (CD8+),
expresión anormal de moléculas de adhesión (ICAM-1) en las fibras
musculares, aumento anormal de la expresión de moléculas MHC clase I y
clase II en las fibras musculares, células T de sangre periférica y del músculo
son citotóxicas para los miositos cultivados autólogos, elevación de los niveles
séricos de IL1, IL2 y receptores de CD8.
2. Humorales: hay presencia de auto-anticuerpos a antígenos celulares hasta
en 90% de los pacientes con PM/DM, positividad de la prueba de AAN en 40%
a 80% de pacientes, presencia de anticuerpos específicos para antígenos
musculares (MSA), depósitos de inmunoglobulina y complemento en el
endotelio vascular del músculo y gammapatía monoclonal.
Un modelo hipotético de la patogénesis de las miopatías inflamatorias incluye a
un agente etiológico inicial desconocido. Podría tratarse de un virus o una
agresión micro vascular que promueva la liberación de auto-antígenos
musculares que normalmente no están en contacto con el sistema inmune; otra
119
Clínica
Revisaremos las formas más frecuentes de miopatías inflamatorias que se
presentan en los adultos, al igual que las manifestaciones extra- musculares de
estas entidades.
Manifestaciones extramusculares
Las poliartralgias son frecuentes en dermatomiositis o en miositis asociada a
enferme dad del tejido conectivo. La artritis deformante es rara en DM o PM
primarías.
Se han descrito tres presentaciones clínicas de enfermedad pulmonar en
DM/PM: 1) alveolitis difusa y agresiva que produce disnea severa y tos no
productiva; 2) una forma lentamente progresiva, en la que la severidad
muscular sobrepasa los síntomas respiratorios; 3) pacientes asintomáticos con
alteraciones radiológicas o funcionales de enfermedad pulmonar intersticial.
El compromiso cardíaco en DM/PM es común, pero rara vez produce síntomas,
excepto en casos muy avanzados. La anormalidad más frecuente es la arritmia
123
Hallazgos de laboratorio
Enzimas séricas
Los niveles elevados de enzimas séricas provenientes de tejido muscular
lesionado son un método útil para detectar inflamación muscular activa. En
orden de sensibilidad, están, la creatincinasa (CK), la aldolasa, la aspar tato
amino transferasa (AST) y la deshidrogenasa láctica.
Durante las exacerbaciones, la CK puede elevarse antes de la aparición de los
síntomas y puede disminuir antes de observarse mejoría sintomática. Se
considera a la CK como el examen enzimático más confiable en las miopatías
inflamatorias. La CK puede estar normal en casos de miositis con inhibidores
circulantes de la actividad de la CK, en enfermedad terminal con atrofia severa
y en algunos casos de enfermedad temprana.
La anhidrasa carbónica III (CA III) es una enzima abundante en el músculo
esquelético y se encuentra en bajas cantidades en otros tejidos. Como
marcador especifico de daño muscular esquelético es posible que pueda
reemplazar en un futuro a la CK, para el diagnóstico y el seguimiento de las
miositis.
Se han utilizado otras determinaciones de laboratorio tales como niveles de
mioglobina y creatina séricas para el diagnóstico y el seguimiento de las
miopatías inflamatorias, pero, no han demostrado ser superiores a la CK y son,
además, más costosas.
La eritro-sedimentación puede estar acelerada en 50% de los pacientes, pero
no se correlaciona adecuadamente con la actividad de la enferme dad.
Diferentes tipos de auto-anticuerpos pueden detectarse en pacientes con
enfermedad muscular inflamatoria.
Electromiografia
Es un examen sensible, pero no especifico, y cerca de 90% de los pacientes
con PM/DM tienen cambios electromiográficos en músculos débiles pero no
atróficos. No hay correlación entre la debilidad del paciente y los hallazgos
electromiográficos.
124
Biopsia muscular
La adecuada selección del músculo para la biopsia es definitiva para un buen
estudio histopatológico. El músculo debe estar compro metido cínicamente con
debilidad, no debe estar afectado por los electrodos de la EMG y no debe estar
atrófico. La inflamación puede ser en parches, con áreas sanas intercaladas
con áreas comprometidas, por tanto, el espécimen debe ser lo suficientemente
generoso para permitir un estudio amplio. La toma de la biopsia, su fijación y su
procesamiento deben ser muy cuidadosa mente realizados por expertos si se
quiere un resultado confiable.
Los hallazgos que detallamos a continuación son los más característicos; no
obstante, pueden verse grados diversos de inflamación, necrosis y atrofia,
dependiendo del estado evolutivo. No hay que olvidar que, en series de
pacientes con PM estudiados con biopsia, hasta un 20% han sido normales. La
marca principal es la inflamación, es decir, un infiltrado celular consistente en
linfocitos, que pueden estar acompañados de histiocitos, células plasmáticas,
ocasionales eosinófilos y neutrófilos. Estos infiltrados se presentan en el
intersticio de las fibras musculares, en el endomisio, el perimisio y alrededor de
los pequeños vasos sanguíneos. También se observan necrosis, fagocitosis y
regeneración de fibras aisladas o en grupos. Si el proceso es crónico, se
observarán grandes variaciones en el tamaño de las fibras, con fibrosis
endomisial y perimisial. Estudios de inmunocitoquímica han mostrado
diferencias entre DM y PM; es predominante el infiltrado endomisial de
linfocitos T CD8-i- en la PM, mientras que en la DM son más importantes los
cambios perivasculares con linfocitos T CD4+ y linfocitos B. Cuando es posible
el estudio con microscopía electrónica, también se pueden apreciar las lesiones
características a nivel ultraestructural del miosito.
En la miositis de cuerpo de inclusión, además de la tríada histopatológica de la
miopatía inflamatoria (necrosis, inflamación y regeneración), tres características
hacen de ésta una entidad diferente: vacuolas, cuerpos de inclusión
intranucleares y citoplasmáticos, y depósitos de proteínas amiloidogénicas en
las vacuolas.
Diagnóstico
El diagnóstico de enfermedad muscular inflamatoria se sospecha en el paciente
con debilidad muscular de predominio proximal, elevación de enzimas
musculares (CK) y electromiografía con patrón miopático. Se confirma
mediante la biopsia muscular. Dependiendo del cuadro clínico, es decir
presencia de lesiones dérmicas características o compromiso de otros órganos,
125
Diagnóstico diferencial
El diagnóstico diferencial de las miopatías inflamatorias incluye todas y cada
una de las enfermedades que puedan afectar el músculo esquelético. La
separación de la polimiositis de las otras entidades se basa en la historia
clinica, los hallazgos del examen físico y las investigaciones del laboratorio; en
particular, la historia familiar ayuda a establecer una distrofia muscular como la
causa del problema; la electromiografía es útil para descartar entidades de
origen neuropático y de la unión neuromuscular; la biopsia muscular ayuda
enormemente en el estudio de miopatías de depósito y metabólicas por
deficiencias enzimáticas. La sola asociación de lesiones cutáneas y miositis en
forma simultánea en un paciente es casi inequívoco de la dermatomiositis. El
clínico debe realizar las investigaciones necesarias para el adecuado
diagnóstico diferencial dentro de la amplia gama de posibilidades que se
resumen a continuación:
1. Enfermedades neuromusculares: distrofias musculares genéticas, atrofia
muscular espinal, síndrome de Guillain-Barré, poli-neuropatías de la diabetes y
la porfiria, miastenia gravis, síndrome de Eaton Lambert, esclerosis lateral
amiotrófica y parálisis familiar periódica.
2. Enfermedades endocrinas y desórdenes de electrólitos: hipocaliemias, hiper
e hipocalcemia, hipomagnesemia, hipo e hipertiroidismo y síndromes de
Cushing y Addison.
3. Miopatías metabólicas: enfermedad de McArdle, deficiencia de
fosfofructocinasa, deficiencia de maltasa, desórdenes de los lípidos y del
metabolismo de purinas.
4. Miopatías tóxicas: alcohol, antimaláricos, cocaína, colchicina,
corticoesteroides, lovastatina y ziduvidina.
5. Infecciones: influenza, sida, Epstein-Barr, coxsackie, estafilococo,
estreptococo, toxoplasma, triquinosis, esquistosomiasis y cisticercosis.
6. Misceláneas: polimialgia reumática, vasculitis, sindrome eosinofilia-mialgia y
síndromes paraneoplásicos.
Tratamiento
El enfoque principal en la terapia de las miopatías inflamatorias es reducir la
inflamación muscular y de los otros tejidos comprometidos con
corticoesteroides y agentes inmuno-moduladores. La vía de administración, la
dosis y la posología están determinadas por la actividad, la severidad, el perfil
de los anticuerpos y los niveles de enzimas musculares. Para obtener una
óptima respuesta, se recomiendan dosis de la 2 mg/kg / día de prednisona
hasta que el nivel de CK se normalice; después de esto, la dosis debe ser
126
Terapia Neural: dado que la terapia neural es una técnica que utiliza un
anestésico de baja potencia, es el tratamiento ideal para todo tipo dolores, ésta
se puede utilizar de acuerdo al lugar del dolor, a la causa desencadenante ; y la
etiología en cada caso será la que determine la profundidad, la técnica y la
duración tratamiento.
127
Pronóstico
Antes del advenimiento de los esteroides, el pronóstico era muy sombrío; en
series reciente mente publicadas, las tasas de mortalidad siguen siendo
alrededor de 50% a 5 años; el primer año es el de más alto riesgo de morir, con
cifras cercanas a 20%. Con el seguimiento a largo plazo, se observa una
disminución en la tasa de supervivencia, que depende mucho del grupo de
estudio, si incluye formas juveniles o no y del porcentaje de pacientes con
cáncer. Las principales causas de muerte son de origen cardiovascular,
pulmonar, infeccioso, iatrogénico y carcinomatoso. Se presenta discapacidad
severa a largo plazo, especialmente asociada a calcinosis generalizada,
especialmente en niños.
128
OSTEOARTRITIS
Etiopatogenia
La osteoartritis (OA) se caracteriza porque afecta todas las estructuras de la
articulación: cartílago, hueso subcondral, membrana sinovial, bursas, cápsula,
ligamentos, tendones y los sitios de inserción de los mismos.
El cartílago articular es de tipo hialino, es avascular, carece también de
inervación, es de color blanco nacarado brillante y liso; su espesor es menor de
5 milímetros, está fijado firmemente al hueso subcondral y está constituido por
tres elementos fundamentales: el condrocito, las fibrillas y la matriz intercelular.
El condrocito es de origen mesenquimal, tiene forma circular u ovoide, mide 30
a 40 micras y tiene un núcleo basófilo de 4 a 6 micras, frecuentemente
excéntrico; posee retículo endoplásmico de tipo rugoso, cuerpo de Golgi,
cisternas, mitocondrias y lisosomas. En la peri feria, presenta numerosas
vesículas que tienen por finalidad la absorción de liquidos y la nutrición del
cartílago; además, presenta inclusiones de lípidos y glucógeno. Es una célula
de gran actividad metabólica. Sintetiza los proteo glicanos, el procolágeno que
da origen a las fibras colágenas ye! material que forma la matriz cartilaginosa;
además, regula los mecanismos de degradación y controla la homeostasis del
cartílago. También sintetiza enzimas como colagenasa y proteasas capaces de
degradar sus componentes. En la OA los condrocitos disminuyen en número y
se presenta también una migración con acúmulo en los sitios en los cuales ya
se ha presentado fibrilación con la finalidad de limitar el proceso patológico;
presentan también aumento de las inclusiones de lípidos, hallazgo que es más
frecuente en los individuos obesos.
Las fibras son en su mayoría de colágeno tipo II, IX y XI. Se originan en la capa
calcificada, se dirigen hacia las capas superficiales y, al llegar a la zona
tangencial, cambian de dirección y se hacen paralelas a la superficie articular.
Tienen tres características fundamentales: elasticidad, flexibilidad y
extensibilidad que dependen en gran parte del grado de hidratación del
cartílago y que junto con los proteoglicanos le transmiten su fuerza de tensión y
sus propiedades. En la OA, las fibras pierden dichas características y sufren, a
su vez, un proceso de reorientación y de fragmentación que favorece la pérdida
de las propiedades fisiológicas del cartílago. La matriz intercelular está
constituida en un 80% por agua que sufre permanentemente un intercambio
libre con el líquido sinovial, polisacáridos principalmente glicosaminoglicanos y
proteoglicanos, las fibras colágenas ya descritas, carbohidratos, lípidos y
proteínas. Los proteoglicanos son los constituyentes básicos del cartílago.
Están formados por un núcleo central de ácido hialurónico a lo largo del cual se
129
disponen las sub unidades que están, a su vez, conformadas por una proteína
central o núcleo proteico a la cual se fijan en forma covalente múltiples
moléculas de condroitin sulfato y de keratán sulfato. En la OA, se presenta
disminución del número de proteoglicanos y alteración en su estructura;
además, adquieren un carácter hidrofílico que trae como consecuencia que
atraiga mayor cantidad de agua. Se presenta también disminución progresiva
del hialuronato.
Las propiedades fisiológicas del cartílago de penden primordialmente del
contenido y de la calidad de sus diferentes componentes: células, fibras, agua y
proteoglicanos. La alteración cuali o cuantitativa de éstos origina una serie de
cambios morfo-fisiológicos, principalmente en su es pesor, elasticidad yen su
capacidad de absorción y de distribución de las fuerzas, que intervienen
directamente en la aparición y en el desarrollo de la OA.
Durante las diferentes etapas de la vida, el cartílago articular está sometido a la
acción de múltiples sustancias de las cuales unas actúan estimulando su
crecimiento y otras favorecen la degeneración. Entre las primeras están la
hormona de crecimiento, los estrógenos, la testosterona, la hormona tiroidea, la
calcitonina y algunos factores locales de crecimiento: factor de crecimiento
derivado de las plaquetas, factor de crecimiento del fibroblasto y la somato-
medina C que inducen el crecimiento y la diferenciación de los condrocitos, de
los proteo glicanos y del colágeno II; además, el factor de crecimiento de los
fibroblastos actúa estimulan do la síntesis del ADN. Entre las causas que
favorecen la degeneración, citaremos los glucocorticoides y las alteraciones
mecánicas.
La etiología de la OA no se conoce con certeza. En la actualidad, se puede
considerar como una enfermedad multifactorial en la cual intervienen factores
exógenos y otros propios del individuo, que en un momento determinado van a
con tribuir a su aparición y desarrollo. Se presentan múltiples cambios en el
cartílago, en el hueso subcondral y en la sinovial, los cuales actúan
simultáneamente y desempeñan un papel primor dial en la génesis de la
enfermedad, pero, surgen algunos interrogantes sobre todo en relación con
cuáles de dichos cambios son los iniciales y de ahí que hoy se plantea si la OA
es una enfermedad primaria del cartílago, del hueso o de la sinovial
A continuación se analizan los principales elementos que intervienen en la
aparición de la OA.
Inflamación
Hasta hace unos años se consideraba a la osteoartritis como una enfermedad
de tipo degenerativo, pero, diferentes autores han de mostrado cambios
clínicos e histopatológicos de tipo inflamatorio en esta entidad con presencia de
infiltrado linfoplasmocitario difuso, macrófagos y depósitos de fibrina en el
cartílago. La sinovial presenta a su vez infiltrado mononuclear, hiperplasia
vascular, hiperplasia de los sinoviocitos y fibrosis de la cápsula. El líquido
sinovial también muestra cambios de tipo inflamatorio (aumento de leucocitos y
130
Alteraciones enzimáticas
En la OA, diferentes enzimas (catepsinas, metaloproteasas, colagenasas,
elasta, lisosómicas, estromelisina, gelatinasas, etc.) intervienen directamente
en la despolimerización de los proteoglicanos y del ácido hialurónico, y en la
degradación de la matriz proteica y del colágeno. Las metaloproteasas tienen
algunas características comunes como son: actúan a PH neutro, tienen zinc en
su composición, requieren calcio para su acción y todas son inhibidas por los
inhibidores titulares de las metaloproteasas (TIM 1 y 2).
Citocinas
El papel de las citocinas en la inflamación es bien conocido en la actualidad. En
la OA la IL-1, la IL,6 y el factor de necrosis tumoral son determinantes en la
aparición yen el desarrollo de los cambios estructurales que aparecen en el
cartílago, en la membrana sinovial y en el hueso subcondral. Dichas citocinas
estimulan el condrocito, el sinoviocito y el fibroblasto. Producen, además,
activación de la PGE2, de la colagenasa y de la fosfolipasa A2 que van a
intervenir directamente en la lesión de las estructuras mencionadas, llevando a
la degradación de los proteoglicanos.
Factores inmunológicos
Cooke, en 1980, describió la presencia de IgA, IgG y C3 en el cartílago
artrósico, con la formación subsiguiente de complejos inmunes capaces de
desempeñar un papel patogénico. Recientemente, Cooke y Saura estudiaron la
relación entre el depósito de complejos inmunes y la OA y demostraron que la
IgG afecta el metabolismo de los condrocitos aumentando la producción de
citocinas y de metaloproteasas.
Microcristales
Aproximadamente en 60% de los pacientes se encuentran cristales de
pirofosfato de calcio y de hidroxiapatita, a los cuales se les atribuye un papel
primordial en la aparición de la OA debido a que son fagocitados por los
sinoviocitos produciéndose liberación de proteasas y otros media dores de la
inflamación. También se han descrito cristales de colesterol.
Factores genéticos
Se ha descrito un gen de tipo poligénico y otro de carácter recesivo ligado al
sexo. La forma de OA generalizada y algunas de osteoartritis de manos en la
mujer están más relacionadas con estos factores. Además, se han descrito
defectos congénitos del colágeno II sobre todo en jóvenes. Se ha encontrado,
también, cambios del sistema HLA en algunas formas de OA generalizada.
Factores mecánicos
Influyen sobre todo en columna, caderas y rodillas y van a ser causa de OA,
preferencialmente cuando la articulación presenta además alteraciones en su
conformación normal, en el alineamiento, en la estabilidad o cuando existen
alteraciones neurológicas de tipo motor o sensitivo.
Obesidad y postura
Está demostrado que la OA es más frecuente en individuos obesos, sobre todo
en las rodillas, primera MTF y columna. A su vez, el paciente obeso presenta
alteraciones en la postura que producen cambios en la distribución de las
fuerzas de impacto, en la marcha yen la actividad locomotora. En la columna,
estos cambios van a producir lesión de la lámina cartilaginosa del disco.
Trauma a repetición
El trauma repetido es causa de OA. Es así como vemos formas de la
enfermedad que se desarrollan con cierto tipo de oficios: OA de codos en
personas que trabajan con martillos neumáticos, OA de manos en los
basquetbolistas, OA de caderas en gimnastas, etc.
Edad
Por el hecho de ser una enfermedad que se presenta con más frecuencia
después de los 45 años, se cree que la edad constituye un factor importante en
los cambios del cartílago; sin embargo, se debe anotar que el cartílago de la
persona de la tercera edad difiere del cartílago artrósico, como ya se analizó.
132
Epidemiología
La OA es la enfermedad reumática más frecuente, es la segunda causa de
incapacidad laboral en las personas mayores de 50 años y está directamente
relacionada con la edad: 2 a 3% entre los 15 y 44 años, 25 a 30% entre los 45
y 64 años y 58 a 70% o más después de los 65 años. Su incidencia es
aproximadamente de 200/100.000 habitantes por año en EUA.
Formas especiales de OA
OA erosiva
Se caracteriza porque se manifiesta como una poliartritis que afecta
principalmente a las mujeres mayores de 40 años y tiende a ser hereditaria.
Las articulaciones más comprometidas son las IFD y las IFP y casi siempre
tienen tendencia si métrica y tienden a la anquilosis. Radiológicamente, se
aprecia erosión central con proliferación marginal del hueso dando el signo en
alas de gaviota. Aproximadamente, 15% de los pacientes presenta cambios
clínicos, radiológicos y serológicos similares a los de la AR
Anatomía patológica
Los cambios anatomopatológicos en la OA podemos clasificarlos en precoces y
tardíos. Los primeros son de tipo histológico: pérdida de la metacromacia del
condroitinsulfato, hinchazón focal de la matriz con degeneración mucoide,
proliferación inicial de los condrocitos con el fin de reparar la lesión; luego hay
agrupación con formación de nidos y, a su vez, formación de áreas donde
están ausentes, conocidas como lagunas de Weichselbaum y aparición de
goticas de grasa en el citoplasma.
Simultáneamente, aparecen las alteraciones de las fibras colágenas:
fragmentación y pérdida de la orientación.
Los tardíos son la reduplicación del tidemark, la fibridación y la dehiscencia de
la superficie del cartílago, despulimiento, aparición de fisuras y hendiduras
profundas, rugosidades con aparición de nodulaciones que le dan el aspecto en
copos de algodón. En el condrocito, en los períodos tardíos se aprecia necrosis
y la formación de las condronas. En la sinovial se encuentra hipertrofia,
aumento de las vellosidades e infiltración por linfocitos y mononucleares,
fibrosis, hiperplasia y, en algunos casos, depósitos de lgA, IgG y C3.
En el hueso subcondral, aparece degeneración mucoide y fibrosis que son la
base para la formación de los quistes, esclerosis y tardíamente la formación de
los osteofitos. En la cápsula y los ligamentos hay moderada inflamación con
fibrosis.
Radiología
La radiología convencional constituye el estudio más importante para el
diagnóstico de la OA. Los signos radiológicos que permiten hacer el
diagnóstico son: disminución irregular del espacio articular, esclerosis del
hueso subcondral, presencia de osteofitos y quistes subcondrales; en casos
avanzados puede encontrarse cierto grado de osteoporosis y alteración en la
alineación.
De los signos radiológicos mencionados, el osteofito es el más característico y
permite hacer con certeza el diagnóstico de osteoartritis. De acuerdo con su
localización en la articulación se describen varios tipos: el osteofito marginal,
que aparece en las márgenes del espacio articular y se debe
fundamentalmente a la osificación endocondral resultante de la vascularización
de la médula del hueso subcondral; osteofito central, que aparece en el centro
de la articulación y se debe a los mismos mecanismos del anterior, osteofito
perióstico o sinovial, que lleva a adelgazamiento de la placa articular con
alteración del apoyo y se debe a la osificación intermembranosa con aposición
135
Columna
El comportamiento de la OA en columna se separa del patrón descrito para las
articulaciones sinoviales. Recordemos que en la columna existen tres sitios
donde se puede presentar: 1) en la articulación de los cuerpos vertebrales
entre sí unidos por el disco y que es una anfiartrosis o sincondrosis; 2) las
articulaciones apofisiarias que son diartrodias; y 3) las articulaciones
uncovertebrales o de Luschka en la región cervical, que también son
diartrodias.
El disco intervertebral está constituido por el núcleo pulposo, el anillo fibroso y
la placa cartilaginosa. El núcleo tiene una composición anatómica y bioquímica
similar a la del cartílago hialino; está formado por una red de tejido conjuntivo
laxo que contiene en su interior células cartilaginosas, todo embebido en un
liquido gelatinoso.
El anillo fibroso está formado por laminillas concéntricas de fibras cartilaginosas
que se ex tienden de una a otra vértebra, insertándose en los rebordes
marginales de la plataforma yen la periferia de la capa cartilaginosa.
La capa cartilaginosa cubre la depresión central de la plataforma del cuerpo
vertebral y está constituida por cartílago hialino.
136
Clínica
La presentación clínica de la OA depende de muchas variables, entre las
cuales se incluyen la articulación o las articulaciones afectadas, la duración y la
severidad de los cambios y la tolerancia del paciente al dolor, que
generalmente es de tipo profundo y pobremente localizado. Típica mente, se
produce o se exacerba con la actividad y se mejora con el reposo. El síntoma
cardinal es el dolor, pero también se presentan otros síntomas y signos que
podemos observar en las tablas.
137
Manos
La OA primaria de las articulaciones interfalángicas digitales (IFD) se presenta
más frecuentemente en mujeres mayores de 50 años. Por lo general, aparecen
de manera gradual los nódulos de Heberden, sin antecedente de trauma;
durante meses a años, sin embargo, en algunos pacientes el comienzo es
rápido y se puede asociar con cambios inflamatorios moderados a severos.
138
Codos
La OA de los codos raramente tiene significación clínica. Se presenta en la
mayoría de los casos con dolor y limitación del movimiento, especialmente en
los últimos grados de extensión. La pronación y la supinación pueden ser
dolorosas cuando hay compromiso radio-cubital superior. Consecuentemente,
hay limitación para las actividades de la vida diaria, como comer, asearse,
peinarse, etc. El diagnóstico diferencial incluye la epicondilitis y el síndrome del
nervio cubital en la región posterior del codo.
139
Hombros
La OA primaria del hombro es bastante rara; sin embargo, los estudios
anatómicos han revelado cambios de osteoartritis en 60% de los individuos
mayores de 15 años y 80% de las personas mayores de 55 años La OA gleno-
humeral usual mente se manifiesta por dolor en el hombro y pérdida de la
rotación interna, así como limitación en la abducción.
Neer y colaboradores han informado que las lesiones del manguito rotador son
infrecuentes en la OA primaria, ya que se requiere que éste se encuentre
intacto para poder generar una presión significativa que ocasione degeneración
del cartílago articular.
Cuando se presenta ruptura del manguito rotador el paciente puede desarrollar
una artropatía como consecuencia de la subluxación superior del hombro y las
alteraciones de la biomecánica de la articulación con estrés sobre la glenoide
superior y degeneración del cartílago con formación de quiste subcondrales.
Esta artropatía ocasiona dolor intenso en el hombro con incapacidad funcional
del mismo.
La OA de la articulación acromio-clavicular es frecuente en la población de
edad avanzada.
Puede presentarse OA secundaria a trauma. El paciente experimenta dolor de
hombro que se incrementa con la abducción y la aducción, ya que esto
comprime la articulación. Al examen se puede presentar aumento de tamaño
de la articulación acromio-clavicular y dolor exquisito al palparla. Una prueba
bastante útil y sensible para identificar compromiso de esta articulación es
pedirle al paciente que se toque el hombro contra-lateral, lo cual ocasiona dolor
exquisito.
Una de las causas más frecuentes de dolor en el hombro es el pinzamiento
anterior debajo del acromion. Cualquier estrechamiento de la salida para el
tendón del supra-espinoso puede llevar secundariamente a bursitis
subacromial, edema o inflamación del tendón.
El tendón del supra-espinoso es el más frecuentemente afectado en la OA del
hombro.
El diagnóstico de pinzamiento se realiza al re producir el dolor con la elevación
pasiva del hombro. La palpación de la tuberosidad mayor reproduce el dolor en
el sitio de inserción del supra-espinoso. La abducción del brazo, con rotación
interna y externa, también lleva la tuberosidad glenoidea debajo del acromión y
se reproduce el dolor.
Caderas
La OA de la cadera es la más frecuente después de la de la columna vertebral.
El comienzo del dolor es insidioso, pero, va aumentando en intensidad a través
del tiempo y se incrementa con la actividad física. El cartílago articular de la
cadera no tiene fibras nerviosas del dolor; sin embargo, las estructuras
140
Rodillas
La OA de rodilla es bastante frecuente. Clínicamente se caracteriza por dolor
localizado sobre varios componentes de la articulación y puede presentarse
con la movilización pasiva o activa; incluso, cuando el compromiso es bastan te
severo, aparece aun en reposo. Generalmente se presenta con la actividad
física, es decir, se comporta como un dolor de tipo mecánico.
Puede haber rigidez matinal o después de permanecer en una misma posición
por un largo período, que clásicamente mejora con la actividad. En el examen
físico se encuentra crepitación de la articulación y puede haber atrofia del
cuadriceps por desuso.
Debe valorarse el alineamiento de la articulación y los arcos de movimiento.
Hay que diferenciar entre la limitación ocasionada por dolor de aquélla
producida por bloqueo mecánico. Cuan do existe inflamación sinovial, se puede
encontrar derrame articular, hipertrofia de la membrana sinovial o la presencia
de un quiste poplíteo. En ocasiones los osteofitos pueden palparse a lo largo
de la línea interarticular.
Pies
Los pies y la articulación del cuello del pie están sometidos a fuerzas de carga
que exceden el peso del cuerpo en 15 a 20% durante la marcha normal y en
200 a 250% durante el frote. La disipación de las fuerzas se realiza
fundamentalmente por intermedio de las articulaciones del pie. El pie y el cuello
del mismo deben entenderse como articulaciones que dependen la una de la
otra y que actúan al unísono para absorber los impactos de la marcha y
disminuir las fuerzas que se generan.
El diagnóstico de OA de las articulaciones del pie generalmente no es difícil; lo
que sí ocasiona problemas es definir si la enfermedad es primaria o
postraumática, especialmente cuando hay compromiso de las articulación
tarso-metatarsiana o la talo-navicular.
Clínicamente el paciente se queja de dolor localizado en la articulación
comprometida, que puede estar o no asociado con deformidad de la misma.
Como regla general el dolor se agrava con la actividad y mejora con el reposo.
Ocasionalmente puede haber calor o inflamación de la articulación afectada.
La marcha en talones o en planta de pies puede estar alterada por el dolor;
puede haber limitación en los arcos de movimiento, así como derrame articular,
inflamación o engrosamiento de la membrana sinovial.
La OA primaria de la articulación subtalar es infrecuente, casi siempre el
compromiso es postraumático. En este caso, el paciente se queja de dolor en
el talón, aunque en ocasiones se manifiesta en el aspecto postero-medial del
pie y algunas veces se puede confundir con tendinitis
Columna cervical
La OA de la columna cervical afecta todas las articulaciones mayores, además
del disco intervertebral, las articulaciones apofisiarias y las conexiones
ligamentarias entre las vértebras y el cuerpo vertebral. Algunos autores utilizan
el término de espondilosis para referirse a los cambios degenerativos que
comprometen el disco intervertebral y los cuerpos vertebrales, en
contraposición a los cambios degenerativos de las articulaciones apofisiarias
que es clasificada como OA verdadera, teniendo en consideración que, en este
último caso, los hallazgos radiológicos semejan más los cambios observados
en otras articulaciones diartrodiales.
Clínicamente hay dolor cervical ocasionado básicamente por compresión
externa directa de las raíces nerviosas o del cordón espinal, por degeneración
del disco intervertebral o de la articulación propiamente dicha, por lesiones de
ligamentos o tejido óseo, o por anormalidades de movimiento o inestabilidad de
algún segmento de la misma. El dolor puede confinarse a la región cervical o
irradiarse hacia los hombros o hacia todo el miembro superior como resultado
de la compresión neurológica. Puede también presentarse dolor localizado en
la región inter-escapular, en el brazo o el antebrazo, asocia do con parestesias
en la mano. Puede también presentarse dolor como resultado de la
estimulación de nervios somáticos profundos que terminan en las articulaciones
apofisiarias o en la capa externa del disco o del ligamento longitudinal. Si hay
compresión de alguna raíz nerviosa, el dolor puede seguir una distribución en
dermatomas. Si el dolor se origina por degeneración del disco intervertebral,
143
Columna torácica
El compromiso de la columna dorsal o torácica es menor que el de la cervical,
debido a la estabilidad relativa que proporciona la caja torácica y a la
configuración de las vértebras torácicas. Puede haber cambios degenerativos
en el disco intervertebral, las articulaciones apofisiarias y la articulación de las
costillas con el cuerpo vertebral. Si existe degeneración del disco o la
articulación apofisiaria, generalmente hay compromiso neurológico por
compresión. Encontraste, cuando hay alteración de las articulaciones
costovertebrales o costotransversas, hay dolor crónico sin compresión
nerviosa. La degeneración del disco conlleva a la formación de osteofitos. Si
144
Columna lumbar
El dolor lumbar es uno de los motivos más frecuentes de consulta y su causa
también tiene di versos orígenes. La enfermedad degenerativa de la columna
lumbar es quizá la principal causa de dolor lumbar; sin embargo, siempre hay
que considerar en el diagnóstico diferencial patologías vasculares, infecciosas
o neoplásicas. La mayoría de los pacientes se queja de dolor lumbar que cede
con el reposo y se exacerba con el movimiento, es decir, un dolor típicamente
mecánico. A medida que se empeora la enfermedad, los ataques de dolor se
hacen más frecuentes y el tiempo que requiere para recuperarse también se
prolonga. La irritación mecánica o química de las otras estructuras que
comparten el mismo origen mesodérmico, como son los ligamentos, el
periostio, la cápsula articular y el annulus, origina dolor referido a las
articulaciones sacro-iliacas, los glúteos, la región inguinal y la parte superior de
los muslos, teniendo en cuenta la inervación nociceptiva de los mismos.
La degeneración del disco puede dar lugar a dolor radicular, asociado o no con
déficit motor o sensitivo. Para que exista dolor radicular, es pre-requisito que la
estructura nerviosa que se comprime debe estar inflamada.
El dolor por compresión de una raíz nerviosa se describe como agudo,
lacinante, que se inicia en la región lumbar o los glúteos y se extiende hacia los
miembros inferiores, siguiendo la distribución de un dermatoma. Al examen se
evidencia frecuentemente espasmo de los músculos para-vertebrales La
145
Osteoartritis secundaria
La osteoartritis puede clasificarse como primaria o secundaria. En este último
caso, siempre existe alguna causa congénita, traumática, metabólica,
inflamatoria o sistémica que explique los cambios degenerativos en el cartílago
articular. Cuando la causa es sistémica, es muy importante identificarla porque
esto permite tratarla adecuadamente y, por otro lado, puede servir como
modelo para comprender los mecanismos en la enfermedad idiopática.
Entre las causas secundarias se incluyen hemocromatosis, enfermedad de
Wilson, ocronosis, enfermedad de Gaucher; hemoglobinopatías como la
anemia de célula falciformes, las talasemias; síndrome de Ehlers Danlos y
otros síndromes de hipermovilidad; enfermedades endocrinas como
acromegalia, hipotiroidismo, hiperparatiroidismo, diabetes mellitus; displasias
146
Tratamiento
El tratamiento del paciente con OA compren de:
1. Medidas generales, educación del paciente, evitar el abuso de las
articulaciones, control de peso en el obeso.
2. Evaluación general del paciente con el fin de determinar la presencia de
otras enfermedades.
3. Uso racional de los diferentes medicamentos con el objeto de establecer la
interacción farmacológica con los antiinflamatorios.
4. Terapia física dirigida a conservar la función articular y al empleo de ayudas
mecánicas como bastón o muletas.
5. Empleo de medicamentos. Los más utiliza dos son los analgésicos y los
antiinflamatorios no esteroideos, que constituyen el pilar básico del tratamiento.
Generalmente hay necesidad tanto del analgésico como del antiinflamatorio,
utilizándolos a las dosis recomendadas y por tiempo indefinido.
6. Terapia intraarticular. En algunos casos es necesario el empleo de terapia
intraarticular, ya sea con glucocorticoides de depósito como el acetato o el
dipropionato de dexametasona, el hexacetonido de triamcinolona o el ácido
ósmico que está indicado en casos especiales, lo mismo que los radioisótopos.
7. Medicación tópica. Actualmente se encuentran disponibles diferentes
antiinflamatorios en forma de gel para aplicación tópica, pero su utilidad no ha
148
Terapia Neural: La terapia neural es una excelente técnica para esta patología,
se debe usar en forma local en los lugares de edema y dolor. La técnica a usar
será superficial en los casos de articulaciones superficiales, y las técnicas
especiales de acuerdo al lugar( hombro, rodilla, maxilar etc.) Las técnicas de
aplicación profunda y/o intra-articular, se deben hacer con todas las
condiciones de asepsia que garanticen una aplicación libre de contaminación,
principalmente en rodilla. La cantidad de procaína a usar será de acuerdo al
tamaño de la articulación, llagando a un máximo de 2 cc en las grandes
articulaciones.
Se debe recomendar al paciente reposo hasta que mejore su condición y en los
casos particulares no aplazar los tratamientos específicos cuando son
necesarios para el bienestar del paciente.
.
149
BRONQUITIS Y TRAQUEO-BRONQUITIS
Las infecciones agudas de las vías aéreas son uno de los problemas clínicos
más frecuentes en la práctica del médico a nivel del cuidado primario. La
mayoría de las infecciones de las vías aéreas son producidas por virus,
generalmente no producen un cuadro clínico grave y ceden o mejoran por sí
mismas, pero, tienen consecuencias económicas muy importantes porque son
una causa muy frecuente de ausentismo y de uso indiscriminado y excesivo de
antibióticos y otros medicamentos. Los síndromes más importantes son el
resfriado común, la rinosinusitis, la faringitis, la bronquitis y la traqueo-
bronquitis.
La bronquitis y la traqueo-bronquitis aguda pueden afectar a pacientes de
cualquier edad y se presentan con mayor frecuencia durante el invierno.
Clínicamente, se manifiestan por fiebre, tos -inicialmente seca y, luego,
productiva de esputo mucoide o mucopurulento- y grados variables de dificultad
respiratoria muy similares a los producidos por la neumonía, de la cual se
distinguen por la ausencia de signos clínicos o radiológicos de condensación
pulmonar. La bronquitis aguda, en el paciente normal, representa una versión
mucho menos severa de la neumonía adquirida en la comunidad. En ausencia
de enfermedad bronco-pulmonar crónica, los agentes etiológicos de la
bronquitis aguda son los mismos que producen la neumonía adquirida en la
comunidad, adenovirus y virus de la influenza en adultos, virus sincicial
respiratorio o parainfluenza en niños, Mycoplasma pneumoniae en niños y
adultos jóvenes y, ocasionalmente, S. pneumoniae o H. influenzae.
En la mayoría de los casos, la bronquitis aguda es una enfermedad
autolimitada aunque, ocasionalmente, puede durar varios días y aun semanas
por lo cual el médico, presionado por los pacientes, tiene la tentación de
administrar antibióticos a pesar de que los estudios publica dos no sustentan la
eficacia de los antibióticos en esta entidad y los que podrían justificarla tienen
fallas metodológicas, especialmente en cuanto al número de pacientes
estudiados. No se ha de mostrado que los antibióticos (doxiciclina, trimetoprin-
sulfa, eritromicina) sean mejores que un placebo. Una fórmula que utilizamos
muchos médicos para transmitir este concepto al paciente es decirle que “si se
toma el antibiótico estará mejor en siete días; si no se lo toma estará mejor en
una semana”.
Una de las secuelas más frustrantes de la bronquitis aguda es el llamado
síndrome de hiperrreactividad bronquial postviral, que se manifiesta por la
persistencia de tos seca y broncoespasmo durante varias semanas duran te las
cuales las vías aéreas son hiperreactivas al humo de cigarrillo, al frío, al aire
seco, el polvo y a otros irritantes inespecíficos. El tratamiento es sintomático
aunque, en algunos casos, es necesario utilizar los corticoides.
150
La ciática suele acompañar al dolor lumbar bajo, pero puede ser más intensa y
pre sentarse aisladamente. Lo más frecuente es que dependa de compresión
periférica de raíz nerviosa por protrusión de disco intervertebral o tumor
intrarraquídeo; menos frecuentemente, por infección. La compresión puede
tener lugar dentro del agujero intervertebral por tumor o irregularidades óseas
como espondilolistesis u osteoartritis. Los nervios también pueden estar
comprimidos fuera de la médula a nivel de la pelvis o de zona glútea. La
inflamación tóxica (por ej. alcoholismo, neuritis diabética) es causa rara. Tales
procesos se confirman por la presencia de déficit sensitivo y/o motor.
La estenosis raquídea es una forma rara de ciática que remeda enfermedad
vascular simulando la claudicación intermitente. Afecta las raíces del nervio
ciático y se manifiesta por dolor en zonas glúteas, muslos o pantorrillas al
caminar, correr o subir escale ras. La valoración demostrará que no existe la
supuesta insuficiencia vascular. El trastorno se presenta en pacientes de
mediana edad o mayores, y depende de un estrechamiento del conducto
raquídeo a consecuencia de osteo-artrosis, enfermedad de Paget, o
espondilolistesis con edema a nivel de la cola de caballo. La intensidad del
dolor disminuye por el reposo (aunque pueden persistir parestesias) y al
efectuar laminectomía descompresora a diversos niveles. Este tipo de
claudicación puede distinguirse de la claudicación intermitente vascular por la
presencia de un déficit neurológico, y por cuanto el dolor dura horas después
del reposo y no se presenta rápidamente al iniciar el ejercicio. Evidentemente,
los pulsos son normales y la nutrición de la piel es buena.
Defectos óseos congénitos, enfermedad de generativa o inestabilidad ósea
pueden demostrarse con los rayos X, incluyendo proyecciones oblicuas que
muestran las facetas de las articulaciones intervertebrales. El disco roto , el
esguince ligamentoso, y el desgarro muscular se sospechan por el comienzo
agudo. Los síntomas suelen empezar en plazo de 24 horas como máximo
después de haber levantado un peso. La hipersensibilidad localizada sobre la
zona particular tiene importancia y sugiere un proceso en la propia espalda
más que en la pelvis o en el área retroperitoneal. El examen por tomografía CT
resulta muy útil para delinear deformaciones espaciales axiales. La historia, la
índole del traumatismo y los rayos X permiten excluir fracturas y luxación con
fractura. La artritis crónica y los defectos esqueléticos subyacentes como
espondilolistesis, se sospechan por el comienzo gradual del dolor lumbar bajo;
su inicio en la adolescencia es muy sospechoso del último trastorno. Procesos
intrapelvianos y retroperitoneales pueden sospecharse por la presencia de
síntomas asociados y la ausencia de signos de localización en la espalda,
aparte de la limitación de movimiento por el dolor. Tumores e infecciones son
más difíciles de diagnosticar y pueden remedar un disco roto. Un tumor que
ocupa espacio se diagnostica frecuentemente por mielografía. El análisis de
líquido CFR no siempre permite distinguir disco roto de tumor, pues la proteína
puede estar aumenta da en ambos casos. El examen del líquido es
indispensable para diagnosticar meningitis espinal y otras infecciones.
153
Pronóstico y tratamiento
La recuperación de una sola crisis de dolor lumbar bajo es frecuente, pero los
ataques pueden repetir, o los síntomas pueden hacer se crónicos en todas las
circunstancias.
El dolor lumbar bajo agudo se trata primero aliviando el espasmo muscular con
reposo en cama en posición cómoda, calor local, analgésicos por vía bucal
(aspirina hasta un total de 3.6 g el primer día, codeína hasta 60 mg cada cuatro
horas, o meperidina hasta 100 mg cada cuatro horas) y relajantes musculares
(metocarbamol, 1 ó 2 g por la boca cuatro veces al día durante 48 a 72 horas;
para sostén, 1 g cuatro veces al día; carisoprodol, 350 mg tres o cuatro veces
al día; meprobamato, 400 mg tres a cuatro veces al día; o diazepam, 10 mg
tres veces al día). La tracción, aunque es útil para aliviar el espasmo muscular,
no suele resultar necesaria ya que el reposo en cama es igualmente eficaz. La
manipulación es útil si el dolor depende del solo espasmo muscular; puede
agravar una articulación artrítica o empeorar la rotura de un disco.
Pacientes con tensión muscular ligamentosa pueden caminar llevando corsés
lumbo-sacros después que ha cedido el espasmo muscular inicial. Cuando los
síntomas lo permiten, están indicados los ejercicios de fortalecimiento de
musculatura abdominal y de flexión lumbosacra (que disminuyen la lordosis
lumbar y aumentan la presión intraabdominal) para reforzar las estructuras de
sostén de la espalda e impedir que el trastorno se haga crónico o recurrente.
El dolor lumbar bajo crónico se trata intentando aliviar la causa. Los
analgésicos pueden disminuir el dolor; deben evitarse los narcóticos. Las artritis
de articulación intervertebral pueden mejorar con dispositivos ortopédicos
154
(Neuritis periférica)
Se trata de un síndrome de síntomas sensitivos, motores, reflejos y
vasomotores, aisladamente o en combinaciones diversas, producido por
enfermedad de un solo nervio (mononeuropatia, mononeuritis), dos o más
nervios en áreas separadas (mononeuritis múltiple), o varios nervios
simultáneamente (polineuropatía, polineuritis, neuritis periférica múltiple). Las
lesiones, generalmente degenerativas y raramente acompañadas de signos de
inflamación, pueden estar en las raíces nerviosas o en los nervios periféricos.
El término “neuritis” no connota específicamente inflamación del nervio; y el
término “neuralgia”, que se refiere a paroxismos idiopáticos recurrentes de
dolor agudo a lo largo de la distribución de un nervio (como en la neuralgia del
trigémino o del glosofaríngeo) no debe utilizarse como sinónimo de neuritis.
Etiología
Un esfuerzo mecánico (compresión, golpes directos, lesiones penetrantes,
contusiones, atrancamiento por fractura o luxación de huesos) suele provocar
mononeuritis y, a veces, mononeuritis múltiple. La parálisis por compresión
suele afectar nervios superficiales (cubital, radial, peroneo) a nivel de
prominencias óseas (durante el sueño o la anestesia en personas delgadas o
caquécticas, y muchas veces en alcohólicas) o a nivel de conductos estrechos
(por ej. en neuropatías por aprisionamiento, como el caso del nervio mediano
en el síndrome del túnel del carpo). Las parálisis por presión también pueden
de pender de tumores, hiperostosis, yesos, muletas o posturas anormales
compresivas prolongadas (p. ej. en jardinería). La actividad muscular violenta o
la extensión excesiva y forzada de una articulación pueden producir una
neuritis mecánica, al igual que pequeños traumatismos repetidos como los
provocados por grabadores que sostienen con fuerza pequeños instrumentos,
o bien operadores de martillos de aire por vibración excesiva. La hemorragia a
nivel de un nervio, y la exposición al frío o a la radiación, pueden provocar
neuropatía.
Procesos vasculares o de colágena vascular (poliarteritis nudosa,
aterosclerosis, SLE, esclerodermia, sarcoidosis y RA) suelen provocar
mononeuritis múltiple. La parálisis isquémica de Volkmann se produce cuando
la oclusión de una arteria principal afecta nervios con riego sanguíneo común
en una extremidad.
Microorganismos pueden provocar mono- neuritis por invasión directa del
nervio (por ej. en la lepra o la TB; el nervio facial en la mastoiditis). La
polineuritis en enfermedades febriles agudas puede depender de una toxina
156
TROMBOSIS VENOSA
(Tromboflebitis; flebitis; flebotrombosis)
Presencia de un trombo en una vena.
Las enfermedades venosas más comunes por las que acuden los enfermos al
médico son la trombosis venosa profunda (DVT), tromboflebitis y sus secuelas
de insuficiencia venosa crónica: pigmentación, dermatitis y ulceración por
estasis. Estas son fácilmente diagnosticadas, con excepción de la
tromboflebitis de las venas profundas de la pantorrilla que requiere venografía o
fibrinógeno radiactivo. La tromboflebitis es una enfermedad aguda con
síntomas que se presentan en un periodo de horas a uno o dos días. El
proceso patológico suele curar espontánea mente y dura entre una y dos
semanas, tiempo en el cual el proceso agudo remite y los síntomas
desaparecen.
Los términos flegmasía alba dolens (leucoflegmasía) y flegmasía cerúlea
dolens se aplican a trombosis extensas de la extremidad afectada (según su
color). El primer término resulta arcaico y actualmente se emplea en su lugar
tromboflebitis iliofemoral. El último todavía se emplea y significa trombosis
venosa masiva, causa frecuente de gangrena y, finalmente, muerte causada
por la enfermedad fundamental, como por ej. un proceso maligno difuso. Se
emplean epónimos para describir la trombosis de venas en áreas anatómicas
especiales: así, enfermedad de Mondor se refiere a trombosis de las venas
superficiales sobre la glándula mamaria o la pared torácica adyacente:
síndrome de Budd. Chiari caracteriza los resultados de la trombosis de la vena
hepática. Flebitis migratoria se refiere a trombosis venosas recurrentes,
principalmente en venas superficiales, pero ocasionalmente en venas
profundas de las extremidades y otras áreas generalmente a causa de un
proceso maligno subyacente. La trombosis de esfuerzo se produce en la vena
subclavia, secundariamente al trauma de dicho vaso en el estrecho torácico
superior durante un esfuerzo físico excesivo en el que el brazo está en
abducción completa. La flebitis química se origina por lesión de la íntima por
introducción de catéteres o agentes nocivos, directamente en la vena. La
«tromboflebitis crónica» no existe. No nos ocuparemos aquí de las trombosis
de venas pelvianas, mesentéricas, porta, renales, yugulares, mesentéricas, etc.
Etiología
Son varios los factores que intervienen en la etiología de la trombosis venosa.
Predominan los siguientes: 1) lesión al epitelio de las venas, que tiene lugar
cuando el paciente lleva una sonda permanente, se le inyectan de substancias
irritantes; tromboangitis obliterante o flebitis séptica; 2) la hipercoagulabilidad
asociada con tumores malignos, discrasias sanguíneas, anticonceptivos por vía
161
Patología
La mayor parte de trombos venosos se inician en la forma de un nido de
plaquetas en las hojuelas valvulares de las venas profundas de la pantorrilla.
Se libera tromboplastina, formándose trombina y fibrina que aprisionan glóbulos
rojos y se propagan en dirección proximal en forma de trombo rojo. El trombo
rojo o de fibrina es la lesión venosa morfológica predominante, y el trombo
blanco o de plaquetas es el componente principal de la mayor parte de lesiones
arteriales. Se puede prevenir la formación o la extensión del trombo de fibrina
mediante anticoagulantes como heparina, o compuestos de la cumarina, pero
la porción de plaquetas del trombo, no ha sido modificada por estos agentes en
las dosis terapéuticas habituales. Además, los productos antiplaquetarios,
aunque objeto de estudios intensivos, hasta ahora no han demostrado ser
manifiestamente eficaces.
Síntomas y signos
Diagnóstico
El examen físico permite distinguir entre obstrucción aguda arterial o venosa. El
di lema puede resolverse por estudios invasores, o por arteriografía, si es
necesario. Por los datos clínicos no puede establecerse un diagnóstico de
trombosis profunda en la mitad, aproximadamente, de los pacientes; el signo
de Homans no merece confianza y el edema puede tener otras causas. Los
signos específicos en la extremidad, las señales de la embolia pulmonar, y el
cuadro clínico global, incluyendo los factores de peligro (antes mencionados en
Etiología), permiten que el médico estime la probabilidad de existencia de
trombosis profunda en un paciente determinado. En caso de duda hay que
obtener un venograma. La embolia pulmonar puede buscarse con exploración
con isótopos o arteriografía pulmonares. El no prestar atención a la presencia
163
Pronóstico
La trombosis venosa profunda suele ser benigna, pero ocasionalmente termina
en una embolia pulmonar mortal o en insuficiencia venosa crónica. La flebitis
superficial sola, incluso cuando es recurrente, no causa ninguna de estas dos
complicaciones graves, aun cuando se han publicado rara vez casos de
embolias pulmonares no letales originadas en venas superficiales. La
posibilidad de trombosis séptica existe siempre que hay un proceso infeccioso
en la extremidad en la zona de obstrucción venosa o en parte distal a ella.
Pueden formarse trombos sépticos independientemente del foco de infección o
por contigüidad con el área inflamatoria, como parte de una celulitis.
Aun cuando hay correlación neta entre flebitis tanto superficial como profunda y
cáncer, el mecanismo por el que un proceso maligno pueda causar trombosis
venosa profunda no es claro. La mayor parte de los episodios de flebitis
reconocidos clínicamente no dependen de cáncer. Pero cuando el cáncer es el
único factor de riesgo en un paciente con trombosis venosa profunda, casi de
modo invariable está muy avanzado.
Tratamiento
El objetivo primario de la terapéutica es prevenir la embolia pulmonar; la
segunda meta es prevenir la insuficiencia venosa crónica. Cuando se ha hecho
un diagnóstico de trombosis venosa aguda, el paciente debe ser hospitalizado
y colocado en cama con los pies de ésta elevados unos 15 cm. De inmediato,
se puede permitir el uso del cuarto de baño o silleta. Los analgésicos no deben
incluir aspirina u otros compuestos que interfieran con la función normal de las
plaquetas. Medicamentos como la fenilbutazona o los corticosteroides no están
indicados sistemáticamente, y los antibióticos deben usarse sólo contra una
infección específica. Los apósitos calientes y húmedos pueden brindar alivio,
pero resultan opcionales en pacientes sin insuficiencia arterial.
Hay que emplear inmediatamente la terapéutica antitrombótica con heparina si
no existen contraindicaciones para ello. Se han recomendado diversos
protocolos de trata miento, pero un método siempre eficaz es el siguiente:
calcular la dosis de heparina basándose en el peso ideal del paciente (para
evitar dar demasiada a un obeso) a base de 500 unidades de heparina por kilo
y 24 horas, con el fin de determinar la dosis diaria total. Esta puede
165
administrarse luego por venoclisis continua utilizando una bomba para mayor
precisión, o puede darse en inyección IV cada cuatro horas (método
intermitente). Para evitar efectos excesivos una vez al día se me dirá el tiempo
de tromboplastina parcial (PTT). Si el PTT es superior al triple del valor normal
se disminuye la dosis de heparina en forma correspondiente, pero el método de
administración no cambia. Si el PTT es normal, o menor del doble o el triple del
valor normal, no se cambia la dosis de heparina. La duración del tratamiento
con heparina varía, pero suele ser de siete a 14 días. Se inicia el tratamiento
bucal con un preparado de cumarina para que se superponga al empleo de
heparina; por ejemplo, puede darse warfarina sódica, 10 a 20 mg al día, hasta
que el tiempo de protrombina se eleva alcanzando un valor 1.5 a 2.5 superior al
normal. Logra do esto, se interrumpe la heparina. La duración del tratamiento
anticoagulante por vía bucal también varía, según la situación individual. Un
episodio aislado de flebitis que cede clínicamente en plazo de tres a seis días
en un paciente joven sin factores de peligro quizá sólo necesite dos meses de
tratamiento, pero otro enfermo con émbolo pulmonar de mostrable y factores
de peligro persistentes puede necesitar seis meses de tratamiento.
El valor actual de otros agentes antitrombóticos, como venenos de serpiente,
productos para evitar la agregación de plaquetas, y compuestos tromboliticos,
todavía no está comprobado.
La terapéutica trombolítica utilizando agentes fibrinolíticos para embolias
pulmonares masivas y trombosis venosas profundas y extensas, así como la
interrupción quirúrgica de la cava inferior se debe tener en cuenta.
Durante la crisis aguda el enfermo ha de guardar cama, con las piernas en alto.
Se le permite ir al baño una vez que el tratamiento anticoagulante actúe
adecuadamente. Cuan do el edema cede, hay que tomar las medidas del
paciente para ponerle vendas elásticas resistentes debajo de la rodilla, con el
fin de controlar el edema que se producirá al levantarse. Estas vendas debe
llevarlas desde el momento que se levanta hasta que se acuesta para evitar las
secuelas posflebíticas de insuficiencia venosa crónica: dolor, edema y
pigmentación cutánea, seguidos de estasis y ulceración. Cuando se presentan
estas complicaciones, el tratamiento con una bota de Unna o el reposo en
cama en el hospital con elevación y vendajes compresores lograrán la curación
de la mayor parte de úlceras. Los antibióticos no suelen estar indica dos,
excepto cuando la úlcera está rodeada de celulitis aguda intensa. Apósitos de
solución salina pueden ayudar a fluidificar exudados y esfacelos superficiales.
Las úlceras de grandes dimensiones, recurrentes, o rebeldes, deben extirparse
quirúrgicamente, ligando las venas perforantes insuficientes y cubriendo el área
con un injerto de piel de espesor parcial.
166
VENAS VARICOSAS
Etiología y patogenia
Las venas con válvulas, en la extremidad inferior, son de tres tipos; 1) venas
profundas que drenan los sinusoides venosos dentro de los músculos,
especialmente de la pantorrilla, hacia las venas poplítea y femoral; 2) venas
perforantes cuyas válvulas permiten la circulación solamente desde las venas
superficiales hacia las profundas; y 3) venas superficiales, que forman una red
subcutánea que drena en las venas profundas a través de las perforantes, o las
venas safenas interna y externa que van a desembocar en las venas poplítea y
fe moral respectivamente. El flujo venoso es particularmente eficaz durante la
actividad muscular, cuando la contracción de los músculos comprime los
sinusoides de venas profundas impulsando la sangre hacia el corazón; la
dirección de la circulación está controlada por las válvulas venosas.
El término venas varicosas se refiere a las venas superficiales cuyas válvulas
faltan congénitamente, o son pocas o insuficientes, permitiendo el flujo en
dirección inversa cuando el paciente está de pie. Son frecuentes los
antecedentes familiares. La localización de la insuficiencia valvular primaria es
objeto de discusión. Para algunos autores la falla primaria es la insuficiencia de
la válvula a nivel de la unión safenofemoral, que permite el reflujo hacia la vena
safena seguida de la in suficiencia valvular descendente seriada des- de el
muslo a la pantorrilla. Otros autores consideran que la falla primera está en una
o más venas perforantes en la parte baja de la pierna, causa de flujo a presión
y aumento de volumen desde las venas profundas hacia las superficiales en
ocasión de la contracción muscular. Con el tiempo las venas se dilatan, la
separación de las hojuelas valvulares impide su aposición, y en el segmento
afectado el flujo resulta invertido. Cuando otras válvulas perforantes se vuelven
insuficientes, hay reflujo en partes adicionales. La progresión de estos factores
en dirección proximal a nivel de la vena safena interna es causa de in
suficiencia secundaria a nivel de la unión Safenofemoral.
Otros factores etiológicos incluyen fístulas arteriovenosas congénitas, aumento
de presión hidrostática debido a cambios hormona les al comienzo del
embarazo, presión sobre venas pelvianas en el embarazo más avanza do, por
tumor abdominal o por ascitis. Las ocupaciones que requieren estar mucho
tiempo de pie probablemente agraven venas varicosas existentes, sin ser los
factores etiológicos primarios. Una tromboflebitis profunda previa, con
recanalización de la vena, causa insuficiencia de las válvulas profundas, origina
insuficiencia secundaria de las venas perforantes y se desarrollan venas
varicosas.
167
Síntomas y signos
Inicialmente las venas superficiales están tensas y pueden ser palpables, pero
no visibles. Más tarde resultan netamente visibles, dilatadas o tortuosas;
entonces el diagnóstico está claro para el propio paciente, quien en esta etapa
puede buscar consejo médico. Los enfermos con venas varicosas
asintomáticas muchas veces buscan tratamiento por motivos estéticos.
Los síntomas no guardan necesariamente relación con el volumen o el grado
de las varicosidades; piernas muy afectadas pueden ser asintomáticas,
mientras que algunos pacientes quizá señalen pequeños puntos localizados de
varicosidades como zonas dolorosas. Las venas varicosas pueden
acompañarse de fatiga, dolor o calor que se alivian elevan do la pierna o
mediante vendas y calcetas compresoras. Los síntomas tienden a empeorar
durante el periodo menstrual.
Diagnóstico
El diagnóstico de venas varicosas suele hacerlo el propio paciente, pero su
extensión sólo puede determinarse con precisión por palpación estando el
paciente de pie; general mente es mayor de lo que suele aparentar la simple
inspección. En pacientes sintomáticos es esencial descubrir otras posibles
causas. La irritación de raíces nerviosas lumbares puede provocar sensación
dolorosa en la pantorrilla. Deben excluirse la osteoartritis de cadera o rodilla, o
la subluxación inter nos de esta última. Puede haber insuficiencia arterial con
claudicación intermitente o dolor en reposo y signos físicos de cambios troficos
en la pierna, con disminución o ausencia de uno o más pulsos. Una sensación
urente puede depender de neuritis periférica por neuropatía alcohólica o
diabética. Probable mente el dato más importante en la historia del dolor por
varices, es que alivia cuando se eleva la pierna.
El flujo retrógrado de la sangre a través de válvulas insuficientes de la safena
puede de mostrarse con la prueba de Trendelenburg. Con el paciente en
decúbito supino se levanta la pierna hasta un nivel superior al del corazón, con
el fin de vaciar las venas, y acto seguido se aplica un torniquete alrededor del
muslo para ocluir las venas superficiales. Luego el paciente se levanta
rápidamente; si de inmediato se llenan las venas superficiales, es que las
perforantes o la safena externa son insuficientes. Si las venas siguen vacías
hasta que se suelte el torniquete, y luego se llenan rápidamente de arriba
abajo, la safena interna es insuficiente. Usando torniquetes aplicados
simultáneamente al muslo y debajo de la rodilla puede demostrarse la
insuficiencia de la vena safena externa. Para localizar mejor los vasos
perforantes pueden tenerse que emplear pruebas repetidas con torniquetes, o
venografía.
168
Complicaciones
Cuando se presentan pigmentación (por diapédesis de eritrocitos), eccema,
edema, in duración subcutánea y úlceras estos hechos sugieren la presencia
de insuficiencia de venas profundas, y se utilizan los términos
“pierna postflebitica” o “sindrome de estasis”. La úlcera suele ser pequeña,
superficial y muy dolorosa porque quedan expuestas terminaciones nerviosas
si la úlcera depende de venas varicosas (y no de insuficiencia de venas
profundas). Las venas varicosas pueden observarse o palparse muy cerca de
la ulcera o en continuidad directa con ella. Estas úlceras pueden iniciarse
después de un traumatismo menor a una zona de pigmentación, induración,
eccema o edema, y cuando el médico las observa generalmente ya son
crónicas.
La tromboflebitis superficial se presenta con dolor localizado, induración en
cordón, periflebitis con coloración pardo rojiza y fiebre. La embolia pulmonar es
rara, a menos que estén afectadas venas profundas. Pequeños “moretones” de
pared muy delgada, observados sobre todo en pacientes de edad avanzada,
pueden romperse y sangrar con traumatismos mínimos. La hiperestesia puede
acompañar a venas varicosas, y en casos de vieja fecha pueden presentarse
calcificación o incluso osificación subcutánea.
Tratamiento
Los calzones y medias de compresión ligera para venas varicosas pequeñas
que causan síntomas leves resultan útiles y muchas veces adecuados. Pueden
llevarse medias elásticas más fuertes, que van hasta la rodilla o hasta el muslo,
para casos más avanzados en pacientes que prefieren no someterse a un trata
miento activo, o en quienes está contraindicado. No se recomiendan las vendas
elásticas porque los pacientes pueden ponérselas demasiado apretadas,
especialmente a nivel de la pantorrilla, y ejercen acción de torniquete; incluso
aplicadas correctamente, muy pronto se aflojan y pierden eficacia.
Desde que apareció la técnica de injerto para desviación (bypass) de arterias
coronarias y periféricas, se ha hecho todo lo posible por conservar las venas
safenas. Si es posible, hay que proceder a una extirpación segmental local de
las varices. Las venas safenas sólo deben arrancarse si están enfermas en
toda su longitud desde el tobillo a la ingle. Las varices localizadas se tratarán
mejor por inyección. Cuando está indicada la cirugía extensa, consiste en ligar
y desgarrar las safenas interna y externa y suprimir por disección el mayor
número posible de varices tortuosas y sacciformes. Las venas perforantes
insuficientes deben ligarse cuando salen a través de la aponeurosis profunda, o
debajo de la misma, pues de lo contrario las varices volverán a producirse. El
paciente debe estar advertido de que pueden desarrollarse varices recurrentes
aisladas; éstas muchas veces pueden obliterarse con inyecciones de solución
esclerosante.
169
Flebitis
Flebitis superficiales de los miembros inferiores Medicamentos de inicio y de
fase de estado
Medicamentos de inicio y de fase de estado
Belladonna
Comienzo brusco de los síntomas, originando a nivel local:
enrojecimiento y tumefacción,
dolor a menudo de carácter pulsátil,
calor intenso, radiante, con sensación de ardor.
Prescribir Belladonna 7 CH, cinco gránulos cada dos horas, espaciando las
tomas con la mejoría.
Apis
Este medicamento está indicado ante una:
Inflamación edematosa rojo rosada,
con dolores ardientes, punzantes;
aliviados con aplicaciones frías y que empeoran con el calor. Puede existir
prurito con las mismas modalidades;
Prescribir Apis en 9 ó 15 CH, cinco gránulos cada dos horas. Espaciar en
función de la mejoría.
Vipera redi
La experimentación de Vipera provoca a nivel de las venas tina reacción de
edema Inflamatorio y de linfangitis, análoga al modo reaccional de la flebitis
superficial.
Vipera está pues prácticamente indicada en todas las flebitis superficiales en
las que hay:
171
Lachesis
Se trata también de un veneno de serpiente. La experimentación patogenética
ha demostrado Una acción sobre la sangre con una primera fase de
hipercoagulabilidad, seguida de una segunda fase de hipocoagulabilidad con
equimosis.
Lachesis está indicado cuando se ve:
un aspecto violáceo local, a veces equimótico,
con una vena muy dolorosa, hiperestésica, y
agravación con el calor y el contacto.
Si la flebitis superficial aparece en un enfermo cuyo tipo sensible corresponde
al de Lachesis, los síntomas generales del medicamento podrían exacerbarse
por la afección local: por ejemplo, hiperestesia generalizada, aumento de la
agresividad, etc.
Prescribir en 9 CH, cinco gránulos mañana y tarde para una similitud local, y en
15 CH si hay una exacerbación de los síntomas generales o
comportamentales.
Árnica
La afección comienza a menudo tras un traumatismo directo o después de un
esfuerzo.
La inflamación puede acompañarse de equimosis. El dolor es parecido al do
una contusión, unas agujetas o un dolor muscular. Empeora con el mínimo
roce.
En efecto, debido a su tropismo patogenético electivo por los capilares, Árnica,
como Vipera, puede prescribirse sistemáticamente en las flebitis superficiales.
Prescribir en 7 ó 9 CH, cinco gránulos dos veces al día.
El modo reaccional de un enfermo es raramente unívoco. Por ello, cuando la
sintomatología es polimorfa, resulta interesante alternar dos o tres
medicamentos a lo largo del día. Los diferentes
Medicamentos para la fase de resolución
Habrá que prescribir durante algún tiempo medicamentos con un tropismo
venoso, para evitar una recidiva.
172
Árnica
En caso de dolores persistentes, como de contusión, o de agujetas, que
empeoran con el esfuerzo. Prescribir Árnica 9 CH cinco gránulos una vez al día
Vipera redi
En caso de sensación de piernas pesadas, que mejora muy claramente al
elevar los miembros inferiores, y empeora con las piernas colgando.
Prescribir Vipera 7 CH, cinco gránulos una vez al día.
Hamamelis virginiana
En caso de venas dilatadas, sensibles y dolorosas, con sensación dolorosa de
magulladura, de estallido de las venas. Estos síntomas se agravan con el calor.
Prescribir Hamamelis 6 DH, quince a veinte gotas dos veces al día.
Pulsatilla
En caso de várices con pequeños dolores lancinantes, concomitantes con una
eritro-cianosis de las extremidades. Empeora con el calor y con el reposo.
Mejoría caminando al aire libre.
Prescribir Pulsatilla 7 CH, cinco gránulos al día.
Calcárea fluorica
Este medicamento estará indicado cuando persiste una hipodermis vancosa
indurada Prescribir durante mucho tiempo Calcárea fluorica en7ó 9 CH, cinco
gránulos una vez al día.
Fluoricum acidum
Este medicamento está indicado en caso de varices con prurito y/o sensación
de quemadura en las piernas.
Empeoramiento con el calor y mejoría con el frío
Prescribir durante mucho tiempo Fluoricum acidum en 7 ó 9 CH, cinco gránulos
una vez al día.
173
HIPERTENSION ARTERIAL
Etiología
Frecuencia
Se calcula que hay 35 millones de hipertensos (presión > 160/95 mm Hg) en
Estados Unidos (o sea más del 15% de la población adulta). El 25%,
aproximadamente, ignoran que son hipertensos. La hipertensión tiene una
frecuencia casi doble en los negros (casi 30% de los adultos) que en los
blancos, y la morbilidad y la mortalidad son mayores en los negros. Antes de
los 50 años de edad es más frecuente la hipertensión en varones blancos que
en mujeres blancas, pero después de los 50 años es más frecuente en estas
últimas. No hay diferencia de frecuencia entre varones negros y mujeres
negras. La frecuencia aumenta con la edad; casi 25% de los blancos y 50% de
los negros de más de 65 años son hipertensos. En 85 a 90% de los casos la
hipertensión es primaria; en 5 ó 10% es secundaria a enfermedad
parenquimatosa renal bilateral, y sólo 1 a 2% de los casos dependen de un
trastorno potencialmente curable.
175
Patología
En la hipertensión primaria, al principio no se producen alteraciones
patológicas. En último término se desarrolla esclerosis arteriolar generalizada;
es particularmente evidente en el riñón y se caracteriza por hialinización de la
íntima e hipertrofia de la media. La nefrosclerosis es el signo cardinal de la
hipertensión primaria. Se desarrollan de modo gradual hipertrofia y, finalmente,
dilatación del ventrículo izquierdo. La aterosclerosis coronaria, cerebral, aórtica,
renal y periférica es más común y más grave en los hipertensos, ya que la
hipertensión acelera la aterogénesis. Con frecuencia se encuentran aneurismas
diminutos de Charcot-Bouchard en las arterias perforantes, especialmente en
los ganglios basales de los enfermos hipertensos y pueden ser fuente de
hemorragia intracerebral.
La hipertensión maligna se caracteriza por arteriolitis necrosante diseminada,
con alteraciones fibrinoides y endarteritis proliferativa, especialmente en los
riñones, aunque no limitada a éstos.
Hemodinámica
No todos los pacientes con hipertensión primaria tienen gasto cardiaco normal
y resistencia periférica aumentada, El gasto cardiaco está aumentado y la
resistencia periférica es inadecuadamente normal para el gasto cardiaco en la
fase inicial, lábil, de la hiper tensión primaria. La resistencia periférica aumenta
y el gasto cardiaco torna a la normalidad después de un periodo dado,
probablemente debido a autorregulación. Los pacientes con presiones
diastólicas altas y fijas muchas veces tienen un gasto cardiaco disminuido. No
se ha concedido gran importancia a la intervención de las grandes venas en la
fisiopatología de la hipertensión primaria pero la venoconstricción a comienzo
del curso de la enfermedad puede contribuir al aumento del gasto cardiaco.
El volumen plasmático tiende a disminuir conforme aumenta la presión
sanguínea, aunque algunos enfermos con hipertensión primaria tienen
volúmenes plasmáticos aumentados. La actividad de renina del plasma (PRA)
suele ser normal, pero puede estar suprimida en algunos (aproximadamente
25%) y elevada en Otros (aproximadamente 15%). La fase acelerada (maligna)
de la hipertensión suele ir acompañada de PRA elevada. Las variaciones del
volumen plasmático y de PRA son prueba de que la hipertensión primaria no es
una entidad única, o de que participan mecanismos diferentes en fases
diversas del trastorno.
El flujo sanguíneo renal y visceral disminuye gradualmente conforme aumenta
la presión diastólica y empieza a aparecer esclerosis arteriolar. Los riegos
sanguíneos coronario, cerebral y muscular se mantienen a no ser que haya
aterosclerosis intensa concomitante coronaria o cerebral. La filtración
glomerular (GFR) permanece normal hasta fase tardía de la enfermedad y,
como resultado, está aumentada la fracción de filtración. El riñón hipertenso
excreta una carga de sodio con mayor rapidez que el riñón normal hasta que
empieza a declinar la GFR.
176
Síntomas y signos
La hipertensión primaria es asintomática hasta que se desarrollan
complicaciones. Los síntomas y signos son inespecíficos y derivan de
complicaciones en los órganos blanco; no son patognomónicos de la
hipertensión, ya que pueden desarrollarse síntomas y signos idénticos en los
normo tensos. El vértigo, el rubor facial, el dolor de cabeza, la fatiga, la
epistaxis y el nerviosismo no son causados por la hipertensión sin
complicaciones. Entre éstas figuran la insuficiencia del ventrículo izquierdo;
cardiopatía aterosclerótica; hemorragia y exudados retinianos y accidentes
vasculares; insuficiencia vascular cerebral; e insuficiencia renal. La
encefalopatía hipertensiva debida a vasospasmo y edema cerebral es
característica de la hipertensión.
Diagnóstico
El diagnóstico de la hipertensión primaria se basa en: 1) comprobar que las
presiones sistólica y diastólica son, con frecuencia, aunque no siempre,
superiores a las normales; 2) excluir causas secundarias. Hay que medir por lo
menos dos veces la presión arterial, en tres días diferentes, antes de calificar
de hipertensa a una persona. Para pacientes en valores de hipertensión bajos,
especialmente los que presentan presión arterial netamente lábil, conviene
hacer un número mayor de determinaciones. El límite superior de la presión
sanguínea normal en los adultos es de 140/90 mm Hg; es mucho más bajo en
los niños. Un límite algo mayor, especialmente de la presión sistólica, es
aceptable (aunque probablemente no es normal) en personas mayores de 60
años de edad. Niveles superiores esporádicos en pacientes que han estado
descansando durante más de cinco minutos, sugieren labilidad inusitada de la
presión arterial que puede preceder a una hipertensión sostenida.
Cuanto más grave la hipertensión y más joven el enfermo, más detalladas han
de ser las valoraciones. No es necesario efectuar sistemáticamente pielografía
intravenosa “de secuencia rápida”, radiografia de tórax, ECG, prueba para
feocromocitoma y perfil de renina-sodio. La actividad plasmática de renina no
ha resultado útil para diagnóstico ni pronóstico o para elegir medicamentos.
El feocromocitoma además de hipertensión, suele producir síntomas (diversas
combinaciones de dolor de cabeza, palpitaciones, taquicardia, sudación
excesiva, temblor y palidez) que deben alertar al médico sobre esta posibilidad.
El diagnóstico se basa en la demostración de niveles urinarios aumenta dos de
catecolamina libre o de sus productos metabólicos, metanefrinas y (ácido vanilil
mandélico) VMA. (Las catecolaminas, tales como adrenalina y noradrenalina,
son metabolizadas en el cuerpo hasta llegar a un producto común, el ácido 3-
metoxi-4-hidroxi- mandélico, que es denominado de modo general, aunque
incorrecto, ácido vanililmandélico (VMA)
Pronóstico
Un enfermo hipertenso sin tratar tiene gran riesgo de desarrollar insuficiencia
ventricular izquierda, hemorragia cerebral o insuficiencia renal incapacitantes o
mortales en edad temprana. La hipertensión es el factor de riesgo más
importante que predispone a la aterosclerosis coronaria y cerebral. Cuanto más
alta la presión sanguínea y más intensas las alteraciones de la retina, peor el
pronóstico. Menos de un 5% de los pacientes con hipertensión de grupo 4 o
maligna, caracterizada por edema papilar, sobreviven más allá de un año sin
tratamiento. El control médico eficaz de la hipertensión prevendrá o impedirá
todas las complicaciones, con excepción de aquéllas debidas a cardiopatía
aterosclerótica, y prolongará la vida en los pacientes cu ya presión diastólica
sea mayor de 90 mm Hg. La coronariopatía es la causa más común de muerte
entre los enfermos hipertensos tratados.
Tratamiento
No tenemos ningún medio para curar la hipertensión primaria, pero el
tratamiento adecuado puede modificar su evolución. Se calcula que
aproximadamente el 50% de los 35 millones de hipertensos en Estados Unidos
tienen su presión arterial bien controlada. Por lo menos ocho millones no saben
que son hipertensos. El gobierno federal (por me dio del Programa de
Educación Nacional de Presión Arterial Alta) (High Blood Pressure Education
Program), la American Heart Association, y otras organizaciones, están
insistiendo en programas de “detección” de hipertensión y otros factores de
peligro de aterosclerosis, y en la necesidad de tratamiento adecuado para
quienes se descubre que están en peligro.
Furosemida Pancreatitis
Depresión de medula ósea
Derivado del acido fenoxiacetico
Púrpura
Acido etacrinico
hiperazoemia
10—30
dos veces al
Tenormin día
Atenolol
50 a 100
mg/dia
186
Índice.
Gastritis 4
Urticaria y Angioedema 5
Urticaria al frío 7
Urticaria colinérgica 7
Dermografismo 7
Urticaria por presión 8
Urticaria solar 8
Urticaria por agua 8
Angioedema vibratorio 8
Angioedema hereditario 8
Rinitis Alérgica 11
Rinitis Infecciosa 11
Vértigo y trastornos vestibulares 20
Síndromes vestibulares periféricos 20
Neuritis Vestibular aguda 21
Neuritis Vestibular crónica 21
Nistagmo posicional paroxístico benigno 21
Tumores en vértigo 22
Vértigo por Infección 22
Toxicidad por drogas en vértigo. 22
Accidentes vasculares en vértigo 22
Vértigo y Otoesclerosis 22
Vértigo posicional paroxístico psicógeno 23
Nistagmo posicional vascular 23
Espondilosis cervical en vértigo 23
Absceso cerebral Amibiano 59
Absceso hepático Amibiano 58
Amibiasis cutánea y muco cutánea 59
Amibiasis extraintestinal 58
Amibiasis intestinal 56
Amibiasis pleuropulmonar 59
Amibiasis-Otras formas intestinales 58
Amibiasis-Perforación intestinal 58
Amigdalitis 27
Bronquitis 96
Cefalalgia 63
Cefalalgia en salvas 65
Cefalalgia postraumática 65
Cefalalgia tipo tensión 64
190