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CRITERIO Y TACTICA
EN EL AJEDREZ
D R . M A X E U W E

CRITERIO Y
TÁCTICA
E N EL

AJEDREZ
Traducido de la Edici6n Original
al inglés por

J. DU MONT

CIA. EDITORIAL CONTINENTAL. S. A. DE C. V., MEXICO

DISTRIBUIDORES:

ESPA�A-ARGENTINA-CHILE-VENEZUELA-COLOMBIA-PERU

Bolivia - �ralil - Costa Rica - Dominicana - Ecuador - El Salvador


Estado• Unidos - Guatemala - Honduras - Nicarapa - PanamA - Parapay
Portu11al - Puerto Rico - Urupay
TÍTULO ORIGINAL EN INGLÉS:

JUDGMENT AND PLANNING IN CHESS

TRADUCIDO DEL INGLÉS POR


ALFONSO V ASSEUR WALLS

EDICIÓN AUTORIZADA POR:

G. BELL AND SONS, LTD.- LoNDRES

Decimosegunda impresión
abril de 1984

Derechos Reservados © en Lengua Española-1959,


Primera Publicación

CIA. EDITORIAL CONTINENTAL, S. A. DE C. V.


CALZ. DE TLALPAN NúM. 4620, MÉXICO 22, D. F.

MIEMBRO DE LA CAMARA NACIONAL DE LA INDUSTRIA EDITORIAL


Registro Núm. 43

DISTRIBUIDORES PRINCIPALES EN:

CAVANILLEs NúM. 52, MADRID 7, EsPAÑA


Av. CANNING NúMs. 96, 98 Y 100, EsQ. PADILLA,
1414 BUENOS AIRES, ARGENTINA
MIRAFLORES NúM. 354, SANTIAGO DE CHILE, CHILE
VEN-LEE, C. A., Av. FuERZAS ARMADAs, EsQ. SAN MIGUEL
EDIFICIO RODRIMER, PISO 6, CARACAS, VENEZUELA
CALLE 11 NúM. 2-56, BoGOTÁ, CoLOMBIA
Av. REPÚBLICA DE PANAMÁ NúM. 2199, LA VICTORIA-LIMA 13, PERÚ

IMPRESO EN MEXICO PRINTED IN MEXICO


Esta obra está dedicada
amistosamente a l. Napier y Ml1ora
de Lelant, Corn.waU.
PREFACIO DEL AUTOR

DuRANTE EL congreso de Plymouth en agosto de 1 948, conocí


a J. du Mont, entonces editor del British Chess Magazine, quien me
sugirió la conveniencia de escribir un libro de acuerdo con los li­
neamientos en que está escrito el presente.
Sus intenciones eran proporcionar al jugador alguna orienta­
ción sobre la forma de proceder en un juego a partir del punto don­
de concluyen los libros sobre aperturas. Los resultados se ofrecen
en el presente volumen, por lo que expreso mi agradecimiento a
mister Du Mont por su sugerencia y por haberme proporcionado
la oportunidad de llevar a cabo su proyecto.

M. E.
CONTENIDO

CAPiTULO PÁG.

Introducción ll

I Primeros Pasos Para Formar un Juicio Crítico y Pla-


near las Jugadas . 13

11 Mayoría de Peones en el Flanco de Dama 25

III Ataque Sobre el Flanco de Dama 41

IV Caballo Contra Alfil Débil . 63

V Debilitamiento del Flanco del Rey 87

VI Ataque Sobre el Campo del Rey 1 09

VII Peones Débiles 1 37

VIII Casillas Fuertes 16 1

IX Columnas abiertas 1 89

X Partidas Ilustrativas . 215


INTRODUCCióN

C oN FRECUENCIA, cuando un jugador posee una comprensión


adecuada de los principios del ajedrez, puede hacer bastantes com­
binaciones con dos o tres movimientos de anticipación y, en oca­
siones, en posiciones sencillas, hasta cuatro, de pronto se da cuenta,
al enfrentarse con jugadores de más categoría, que el desarrollo de
su juego parece haber alcanzado un punto muerto. Pierde partidas
sin que pueda determinar la causa. Elabora una serie de movimien­
tos con toda la anticipación posible, sólo para observar que su
oponente ha planeado y operado en una forma completamente dis­
tinta ; en resumen, pierde el dominio de la partida que poseía mo­
mentos antes. Aprende de memoria variaciones en la apertura sin
saber con precisión la causa de que se hagan determinados movi­
mientos, que da como resultado que se encuentre en posiciones con
las que no está familiarizado y las que inclusive le pueden ser favo­
rables, aunque no tenga la menor idea de ello ni tampoco de cómo
se volvieron en contra suya.
En esta etapa de la batalla del ajedrez se presenta un nuevo ele­
mento : el "raciocinio de la posición" . La posición no progresa por
sí misma sino que debe desarrollarse mediante un proceso de con­
clusiones obtenidas en la práctica. Representa la habilidad progre­
siva para formar un j uicio crítico de cualquier posición dada, sin
necesidad de detallarla recurriendo al cálculo exacto.
En la misma forma en que un doctor debe tener una imagen
clara de cualquier estado patológico para planear el tratamiento, o
sea, el diagnóstico y la cura, el jugador de ajedrez debe trazarse un
plan tomando como base las características que note al examinar
una posición determinada. El axioma de Steinitz de que el plan
que se elabore debe estar de acuerdo con las características de la
posición, nos resulta evidente por sí mismo, ya que es la consecuen­
cia lógica de nuestro presente sistema de emprender una acción
efectiva, aun cuando hace sesenta años la declaración de Steinitz
creó una verdadera revolución en el pensamiento ajedrecista.
Sentido crítico y planeación de jugadas. Volviendo a nuestras
observaciones sobre las variaciones de las aperturas, por regla gene­
ral encontramos que nuestro sentido crítico opera por medio de los
símbolos + - =, etc. Pero este juicio no basta por sí mismo : no
12 IN TRO D U C C Ó
I N

s6lo es necesario saber cuál de los dos jugadores tiene mejor posi­
ción, sino también la causa. Lo anterior constituye el primer paso,
de acuerdo con el axioma de Steinitz, hacia la elaboración de
un plan.
La elaboración de un juicio y la elaboración de un plan son los
temas que se tratan en esta obra. Forman un puente que conducirá
al principiante a los elevados niveles en donde no es el impulso,
sino el raciocinio, lo que determina la preferencia por determinada
jugada, sin que por ello se subestime la significación de lo que lla­
mamos "intuición".
CAPÍTULO I

PRIMEROS PASOS PARA FORMAR UN JUICIO CRITICO


Y PLANEAR LAS .JUGADAS

LA TAREA es tan amplia y variada, que se debe tratar poco a po­


co, principiando con los ejemplos elementales antes de abordar
problemas difíciles o complicados.
En primer lugar, analizaremos posiciones en las que sólo es ne­
cesario poseer conocimientos acerca del valor relativo de las pie­
zas, así como la habilidad necesaria para constatar la certeza de
algunas jugadas forzadas. La posición que en seguida se ilustra, es
el producto de un regular conocimiento de variaciones de apertura
y en la que uno de los bandos obtiene un mate forzado o una ga­
nancia material en piezas.
l. P-4R, P-4R ; 2. C-3AR, C-3AO ; 3. A-4A, A-4A:
4. P-3A, C-3A ; 5. P-40, P X P ; 6. P X P, A-5C jaque; 7.
C-3A, C X PR ; 8. Enroque, A X C ; 9. P-50, C-4R ; 1 0. P X A,
C X A ; 1 1 . D-40, C ( 5A ) --3D ; 1 2 . D X PC, D-3A ; 1 3 . O X D,
C X D ; 1 4. T- 1 R jaque, R- 1 A ; 1 5 . A-6T jaque, R-IC; 16.
T-5R, C (30)-SR: 17. C-20 (NP 1).

1 2
Las blancas ganan el j uego con facilidad, ya que ninguno de
losCaballos negros se puede mover por el peligro del mate con la
Torre, ya sea en SR o en 5C. Pero en cambio, si se juega:
17. . . P-30 ; 1 8. CXC, P X T; 1 9. CXC mate.
.
No existen ni va riaciones ni problemas.
14 CRITilJUO Y TÁ CT ICA EN EL AJEDREZ

Aún es más sencilla la situación después de:


l . P-4R, P-4R ; 2. C-3AR, C-3AD ; 3. A-4A, A-4A,
4. P-4CD, .A X P ; 5. P-3A, A-4T ; 6. P-4D, P X P ; 7. Enroque,
C-3A ; 8¡A-3T, P-3D ; 9. P-5R, P X P ; 1 0. D-3C, D-2D ;
1 1 . T- 1 R, P-5R ; 1 2. CD-2D, A X P ; 1 3 . C X PR, A X TR ; 14.
T X A, R- 1 D ; 1 5 . CD-5C, C-4TD ; 1 6. C-5R, C X D ; (N9 2) .
Las blancas dan mate en cuatro j ugadas :
1 7. C ( 5R ) X P j aque DXC
1 8. C X D j aque R-2D
19. A-5C jaque P-3A
20. T-7R mate
El siguiente ejemplo no proporcionará al lector ningún dolor
de cabeza:
l. P-4R, P-4R ; 2. P-4AR, P X P ; 3. C-3AR, P-4CR ;
4. A-4A, P-5C ; 5. Enroque, P X C ; 6. D X P, D-3A ; 7 . P-3D,
C-3A ; 8. A X P, A-2C ; 9. C-3A, C-5D ; 1 0. D-2A, P-3D ;
11. C-5D, D-1 D ; 1 2. P-5R, P-3AD ; 1 3. A-5CR, D-2D ; 1 4.
C-7A jaque, D X C ; 1 5 . A X P jaque, R-2D ; (N9 3) .
Las blancas dan mate en dos jugadas:
1 6. D-5A j aque CXD
1 7. P-6R mate

El siguiente caso es un poco más complicado:


l. P-4R, P-4R ; 2. C-3AR, C-3AD ; 3. A-4A, A-4A ;
4. P-4CD, A X P ; 5. P-3A, A-4T ; 6. P-4D, P X P ; 7 . Enroque,
C-3A ; 8. A-3T, C X P ; 9. D-3C, P-4D ; 1 0. A X P, C-3D;

3 4
1 1. A X P j aque, R-1 A ; 1 2. T-1 R, A-2D ; 1 3. CD-2D, AXP;
1 4. C-4A, C-4T ; 1 5 . C X C, A X C ; 1 6. C-5R, A X T ; 1 7 . T X A,
A-3A ; 1 8. A-5T, D-3A ; 19. C X A, P-3CR ; 20. T-6R,
D-4A; 2 1 . C X PD, D X A ; (NP 4) .
PASOS PARA FORMAR UN JUICIO CRÍTICO Y PLANEAR LAS JUGADAS 15

¡ Las blancas tienen ahora el mate en 14 jugadas!

22. AXC jaque PX A


Resulta instructivo observar lo mucho que se puede acelerar
el mate desviándose de la variación principal; por ejemplo: 22....
R -2C ; 23. T--7R jaque, R -3T ; 24. A-4A jaque, P-4C; 25.
C-5A jaque, R-3C ; 26. 0-7 A mate. No tiene mucha impor­
tancia que el perdedor provoque el mate o sufra pérdidas materia­
les definitivas; sin embargo, de acuerdo con nuestros propósitos y
para cultivar las facultades combativas, es de suma importancia
establecer una distinción precisa entre las dos formas de obtener una
ventaja decisiva: la oportunidad de dar mate, o de adquirir suprt>­
macía material.

23. T -6A jaque R-2C

Sería demasiado proporcionar un análisis completo de la posi­


ción y, por lo tanto, sólo nos limitaremos a la principal variación,
pero sería conveniente que los lectores examinaran cuidadosamente
todas las ramificaciones posibles. 24.
T -7 A jaque, R-3T ; 25.
D -3R jaque-, 0-4C ; 26. C-5A jaque, PXC ; 27. T-6A jaque,
R-4T; 28. 0-3T jaque, 0-5T; 29. OXP jaque, 0-4C ; 30.
D-3T jaque, 0-5T; 31. P-4C jaque, R-4C ; 32. T-5A jaque,
R -3C ; 33. O X O, P-3TR ; 34. 0-5T jaque, R- 2T : 35. 0--7A
mate.
Los ejemplos proporcionados hasta ahora poseen un elemento
común: en todos los casos, la posición conduce a un mate forzado:
por lo tanto, nuestro tema puede resumirse en esta forma:
Juicio : Las blancas (o las negras) ganan. Planeamiento de las
jugadas: La continuidad adecuada para llegar al mate.
A continuación presentamos algunos ejemplos en los cuales la
variación principal también conduce al mate, pero la parte perde­
dora tiene una o dos oportunidades de escapar, si bien mediante
una importante pérdida material, que quita al ejemplo su carácter
forzado.
Otro aspecto importante de la llamada Variación de Viena st>
desarrolla en la forma siguiente:
P-40, P-40 ; 2. P-4AO, P-3R; 3. C-3AR, C-3AR:
l.
4. A-5C, A-5C jaque; 5. C -3A, P X P ; 6. P-4R, P-4 A ; 7.
AXP, PXP ; 8. C X P, D-4T ; 9. AXC, A X C jaque; 10. P X A ,

DXP jaque; 11. R-1A, DXA jaque; 12. R- 1 C , enroque; 13.


D-4C (N9 5).
Ahora es oportuno juzgar el valor de la Variación de Viena
16 CRITERIO Y T Á CTICA EN EL AJEDREZ

tomada en su conjunto, para tener la certeza de que dicha varia­


ción produzca una ventaja definitiva. No valdría de nada desechar
la partida con la anotación : "las blancas tienen oportunidad de

atacar", cuando en realidad pueden forzar el mate o tomar a la


dama. Continuamos:

J.3..... P-3CR

Forzada.

14. D-4A C-2D


15 . P--5R CXA
16. PX C

Aún existe amenaza de mate moviendo: 17. D--6T, etc.

16 . ... R-1T
17. T-1AD

Impor tan te maniobra intermedia destinada, en primer lugar, a

salvar a la Torre del ataque de la Dama.

17. D-4D

Las otras jugadas pueden ser aún peores.

1 8. D-6T T-1CR
19. C-3A

l. 19.. . . , P-4CR; 20. P-4TR, T-3C (no tiene otra cosa


mejor ) ; 21.D-BA jaque, T-IC; 2 2.D X P (ahora 23. CXP
o 23. PX P son las jugadas inminentes), 22.... D-2D; 23.
C-5R (las negras no pueden arriesgarse al cambio de Da­
mas, po rqu e 24. C X D significaría el mate, y otras jugad as
de la dama conducirían a res u ltados similares ) , 23.
D-7D; 24. D X P jaque, RXD; 25. PXP m ate , o bien:
PASOS PARA FORMAR UN JUICIO CRfTICO Y PLANEAR LAS .JUGADAll 17

l . (a) 20 . . P-4R ( preparando A-4A para proteger al


.· .

peón en 2TR ) ; 2 1 . T X A ! , TD X T ; 22. C X PC, T-8A ja­


que ( las negras no pueden proteger a 2TR sin abandonar
2AR) ; 23. R-2T, T X T jaque ; 24. R X T, T X C ( no tiene
nada mejor ) ; 25. P X T y ya no existe ninguna defensa para
el mate en 20.
2. 19 . . . . D-4TR ; 20. C-50 ( nuevamente un sacrificio sor­
presivo ) . Las negras únicamente pueden detener el mate
sacrificando a la Dama por el Caballo.
l . P-4D, P-4D ; 2. P-4AD, P-3R ; 3. C-3AD, C-3AR ;
4. A-50, CD-2D ; 5. P-3R, A-2R ; 6. C-3A, P-3CD ? ; 7 .
P X P, P X P ; 8. A-50, A-20 ; 9. C-5R, Enroque ; 1 0. A---6A ,
A X A ; 1 1 . C X A, D-1 R ; 1 2 . C X A jaque, D X C ; 1 3. C X P,
D-5R ; 1 4. C X C jaque, P X C ; 1 5 . A---6 T, D X PC ( la Variación
de Pittsburg ) (NP 6) .

6 7
Las blancas obtienen ahora una ventaja decisiva con la jugada
sorpresiva :
16. D-3A,
ya que si se efectuara : 1 6. . . D X D, existiría mate después de :
.

1 7 . T- 1 0 jaque, R-1 T ; 1 8. A-70 jaque, R-10; 1 9. A X P ja­


que de descubierta, y así sucesivamente, en tanto que después de :
1 6 . . . . D-30 ; 1 7 . A X T, T X A ; 1 8. Enroque 1 las blancas han
ganado en el cambio de piezas y pueden ahora iniciar un -ataque
vigoroso (NP 7).
Del análisis de esta posición, quizá se presente una pregunta :
¿ Cómo debo planear mis j ugadas ? ¿Cómo hacer para convertir
la supremacía material en victoria ? Sería una tarea tan inaudita

J Enroque a TD. ( N . del T.).


18 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

como ingrata escribir un libro sobre los diferentes métodos para


hacer que la ventaja material logtada produzca sus frutos. Casi
siempre se puede ganar de muchas maneras y, por lo general, no
se presenta ninguna dificultad. Imagino también que habrá muy
pocos novatos que emprendan una tarea tan grande ; los progresos
alcanzados en el curso de sus estudios harán que les resulten obvio>
y faltos de interés.
Sin embargo, resulta interesante hacer unas cuantas observa­
ciones a este respecto.
l. Si se ha alcanzado una ventaja material, la conducta a se­
guir es simplificar la posición por medio de cambios, dentro
de ciertas limitaciones, en la forma siguiente :
(a) No haga el cambio en fmma automática, ya que exis­
ten posiciones en las que puede perder el efecto de la
superioridad en piezas.
(b) En los finales de j uego T y A vs. T, T y C vs. T, y T
vs. A, o T vs. C, casi siempre su superioridad es res­

tringida, aunque existan unas cuantas excepciones.


En consecuencia, la simplificación no debe llegar muy
lejos en los casos mencionados. Pero siempre que quede
un simple peón en el tablero, habrá lo suficiente para
llegar.
2. No se piense que el triunfo vendrá por sí solo en ningún caso.
Si se desea obtener todo el beneficio de la ventaja material
alcanzada, se debe operar en provecho propio. Una Torre
vale más que un Alfil siempre y cuando se sepan utilizar
en forma adecuada. No se deben aceptar complicaciones a
menos que exista una necesidad ineludible. Sucede con bas­
tante frecuencia que el jugador que tiene la ventaja por
poseer mayor número de piezas, se inclina a jugar en una
forma pasiva, en espera de los acontecimientos. Esta es posi­
blemente, la peor actitud, y ha resultado fatal a no pocos.
3. Sólo el ataque puede hacer fructífera la ventaja material.
Por lo tanto, el j uego deberá ser agresivo, aunque, desde lue­
go, no descuidado. Una vez que se posee la iniciativa, aumen­
tan las potencialidades de los cambios a voluntad. ( Ver NP 1 ) .
De acuerdo con lo anterior, repasaremos con mayor detalle las
variaciones que acabamos de examinar. ( Ver Diagrama NP 7).
Después del enroque, continuamos :
1 8. R-l T
Más o menos obligado a causa d e l a amenaza 1 9. T- l C .
PASOS PARA FORM AR UN JUICI O CIÚTI CO Y PLANEAR LAS J U G ADAS 19

Ahora las blancas deben mover una Torre a 1 -CR ; pero,


¿cuál de las dos ? ¿ La Torre del Rey, porque después de 1 9.
TD- 1 C, la Dama negra se podrá mover a 6D ? Mal razonado. No
se deben tomar las cosas por concedidas. Ya que después de la pro­

blemática incursión de la Dama negra, 20. D-4C, gana el Caballo


a causa de la amenaza de mate. En consecuencia, importa muy po­
co cuál sea la Torre que ejecute el movimiento. Las blancas juegan :
1 9. TD- 1 C D-3T
¿ Qué hacen las blancas ahora ? Pueden elegir entre las siguien­
tes líneas de acción :

l. 20. D-6A, ganando un Peón.


2: 20. T-3C, seguido por 2 1 . TR- 1 C, continuando el ataque
del flanco del Rey, es preferible, y no :
3. 20. D-4A, cambiando Damas. La formación de Peones
blancos del flanco del Rey puede ser desbaratada y enton­
ces el triunfo costará más trabajo ( ejemplo del "cambio cues­
te lo que cueste" ) .
4. 20. T-4C, seguida por 2 1 . D-4A. En esta forma, el cambio
de Damas no implica ningún daño en la formación de los
Peones blancos.

Dicho lo anterior, la mejor forma en que las blancas pueden


continuar la partida es : 20. T-3C, como secuela similar con 20. . . .
P-4AD ; 2 1 . TR- 1 C, con la amenaza de 22. T-3T, para blo­
quear a la Dama contraria. Pero incluso ahora, las negras tienen el
recurso de 2 1 . . . . P X P ; 22. T-3T, T-1 A jaque ; 23. R-1 C,
D- l A ; pero las blancas forzan la victoria con 24. D-SA. Una al­
ternativa después de : 2 1 . TR- 1 C, sería : 2 1 . . . . T- 1 A ; pero las
blancas ganan jugando : 22. D-6A.
Incluso en las posiciones en que uno de los bandos ha logrado
superioridad material, se pueden hacer combinaciones, y se podría
decir que especialmente en dichas circuntancias.
Proporcionamos a continuación algunas posiciones en las que
la cuestión principal no es el mate, sino únicamente una prepon­
derancia en material. Con esto queremos decir una ventaja de
dos Peones, o el cambio, o quizá una pieza con minoría de uno o dos
Peones.
Cuando el exceso de material esté representado por una Torre
o la Dama, la posición puede ser anormal :

l . P-4D, P-4D ; 2. P-4AD, P-3R ; 3 . C-3AD, C-3AR ;


20 CRITERI O Y TÁCT I CA EN EL AJEDREZ

4. C-3A, P-4A ; 5. A-5C, P X PD ; 6. CRXP, P-4R ; 7 .


C ( 4D)-5C, P-3TD ; 8. C X P, P X C ; 9 . C X C jaque (N� 8) .
Una trampa bien conocida por medio de la cual parece que las
blancas ganan el cambio después de : 9 . . .P X C ; 1 0. D X D jaque,
.

R X D ; 1 1 . A X P jaque.
Sin embargo, las negras tienen una línea más fuerte en :
9. DXC
10. A X D A-5C jaque
1 1 . D-2D A X D jaque
12. R X A PXA
Y las negras quedan con una pieza de ventaja.
l. P-4D, P-4D ; 2. P-4AD, P-3R ; 3 . C-3AD ; P-4AD ;
4. P X PD, PR X P ; 5. C-3A, C-3AD ; 6. P-3CR, C-3A ; 7 .

8 9

A-2C, A-2R ; 8. Enroque, enroque ; 9. A-5C, P-5A ; 1 0. C-5R,


D-3C ; 1 1 . A X C, A X A; 1 2 . C X PD, D X PD? (N� 9).
Las blancas ganan una pieza :
1 3. C X A jaque PXC
1 4. cxc DXD
15. C-7R jaque R- 1 T
1 6. TD X D
Una maniobra bien conocida s e presenta en algunas otras po­
siciones, como, por ejemplo :
l . P-4D, P-4D ; 2 . P-4AD, P-3R ; 3. C-3AD, P-4AD;

4. P X PD, PR X P ; 5. C-3A, C-3AD ; 6. P-3CR, P-5A ; 7 .


A-2C, A-5CD ; 8. Enroque, CR-2R ; 9. P-4R, enroque ; 10.
C X P, C X C ; 1 1 . P X C, D X P ; 1 2. P-3TD, ( para librar a 7R
del Caballo blanco ) , A-4T ; 13. C-5R, D X P ; 1 4. C X C, D X D;
PASOS PARA FORMAR UN .JUICIO CRiTICO Y PLANEAR LAS .JUGADAS 21

15. C-7R jaque, R- l T ; 1 6. TXD, y nuevamente las blancas ga­


naron una pieza.
l . P-4AD, C-3AR ; 2. C-3AD, P-3R; 3. P-4R, P-4A ;
4. P-3CR, P-4D; 5. P-5R, P-5D; 6. PXC, PXC; 7 . PCXP,
DXP; 8. P-4D, PXP ; 9. PXP, A-5C jaque ; 1 0. A-2D, DXP ;
l l . AXA, D-5R jaque; 1 2. A-2R, DXT; 13. D-6D, C-3A
(N9 JO).
Las blancas ganan mediante una combinación que requiere
calcularse de manera precisa:
14. A-3AR DXC jaque
1 5. R-2R
y ganan, porque 1 5 . . . . DXT, fracasa después de jugar 16. AXC
jaque, con mate en la siguiente jugada.
l. P-4D, P-4D; 2. P-4AD, P-3R; 3. C-3AR, G-3AR ;
4. C-3A, A-2R ; 5. P-3R, enroque ; 6. P--3CD, P-4A ; 7 .
A-3D, P-3CD ; 8 . Enroque, A-2C; 9. A-2C, G-3A; 1 0.
T-1A, T-1 A ; 1 1 . D-2R, PAXP ; 1 2 . PRXP, PXP ; 13. PXP,
CXP ? ; 1 4. CXC, DXC (N9 11).

JO 11

Las negras han sido demasiado ambiciosas y expusieron a su


dama a un ataque indirecto en forma descuidada, error común en
este tipo de apertura, que aquí recibe un breve comentario.
1 5. C-5D D-4A
1 6. AXC
Y ahora :
J. 1 6 . . . . AXA ; 1 7 . D-4R y gana.
2. 16 . . . . PXA ; 1 7 . D-4C jaque, R- 1 T; 1 8 . D-4T, P-4A;
1 9. CXA, etc.
22 CRITERIO Y TÁCT ICA EN EL AJEDREZ

l. P---4D, P-4D ; 2 . P-4AD, P-3AD ; 3. e-3AR, e-3A;


4. e-3A, P X P ; 5. P---4TD, P-3R ; 6. P---4R , A-5e ; 7. P-5R,
e-5R ; 8. D-2A, D-4D ; 9. A-2R, 4AD; 1 0. Enroque,
exe ; 1 1 . P X e, P X P ; 1 2 . P X P, P-6A ; 1 3 . A-2D, D-4T ; 14.
A X P, A X A ; 15. T-3T , A-2D ; 16. T X A, A X P (N9 1 2). Otro
ejemplo de avaricia castigada.
Las blancas dominan en una forma sorpresiva moviendo a :
1 7 . A-5e jaque
Y ahora :
l. 1 7 . . . . D X A ; 1 8. T-8A jaque, R-2R ; 1 9. D-7A jaque,
e-2D ; 20. D-6D mate. ( Si se j ugara 1 9 . . . . D-2D ; 20.
D-5A jaque, y mate a la siguiente jugada ) .
2. 1 7 . . . . A X A ; 1 8. T-8A j aque, R-2D ; 1 9. T X T, y gana,
pues si se j ugara : 1 9 . . . . A X T ; 20. D-8A jaque, con el
mate a continuación.
l. P---4 R , P-3AD ; 2. P---4D , P---4D ; 3. P X P, P X P ; 4.
P--4AD, e-3AR ; 5. e-3AD, e-3A; 6. A-5e, P X P ; 7. P-5D,
e---4TD ; 8. P-4eD, P X P al paso; 9. P X P, P-3R ; 1 0. A-5e
jaque (N9 1 3) .

12 13

Las blancas obtienen la ventaja después de : 10 . . . . R-2R;


1 1 . P-6D jaque, D X P ; 1 2 . D X D jaque, R X D ; 1 3 . T X e.
Si las negras j uegan : 1 0 . . . . A-2D ( en vez de R-2R ) , la se­
cuela sería : 1 1 . A X e, con las dos alternativas siguientes para con­
tinuar : (a) 1 1 . . . . D X A ; 1 2. A X A jaque, RXA ; 1 3 . P X P jaque
doble, o bien, (b) 1 1 . . . . P X A ; 1 2 . A X A jaque, D X A ; 1 3 .
eR-2R, con u n j uego favorable para las blancas que amenazan
T X e -aun cuando no en la jugada 1 3, porque si se jugara 1 3 .
T X e (en vez d e eR-2R ) , resultaría A-5e-, y e l Rey negro se
encuentra en situación precaria.
PASOS PARA FORMAR UN JUICIO CRÍTICO Y PLANEAR LAS JUGADAS 23

1: P-4R, P-3AD ; 2 . P--4D, P--4D ; 3. C-3AD, P X P ; 4.


C X P, C-3A ; 5. C-3C, P--4TR ; 6. A-5CR, P-5T ; 7 . A X C,
P X C ; 8. A-5R, D--4T jaque ; 9. P-3A, T X P (NP 14) . Las

14 15

blancas han permitido la captura de 2TR, porque el Alfil controla


aquella importante casilla. Por consiguiente, pueden jugar con toda
confianza 1 0. T X T. Sin embargo, esta confianza es rudamente sa­
cudida por la sorprendente maniobra : 1 O. . . . D X A jaque ; 1 1 .
P X D, P X T, y después de coronar a su Peón negro, quedan con
una pieza de ventaja.
Finalizaremos este capítulo con un ejemplo un poco más com­
plicado.
l . P-4R, P-3AD ; 2. P--4D, P--4D ; 3. C--3AD, P X P ; 4.
C X P, C-3A ; 5. C-3C, P--4R ; 6. C-3A, P X P ; 7. C X P,
A--4AD ; 8. D-2R jaque, A-2R ; 9. A-3R, P--4A ; 1 0. C ( 4D ) -
5A, enroque ; 1 1 . D--4A, T- 1 R ; 1 2 . A-3D, P-3CD ; 1 3 . Enro­
que TD, A-3T (NP 1 5}.
Las negras han dejado a su Dama expuesta a los ataques de la
Torre en la columna abierta de la Dama, con la seguridad de que
la Dama blanca está en prise. Sin embargo, éstas pasan por alto el
punto, como lo demuestran las siguientes variaciones :
14. C-6T jaque, P X C ; 1 5 . A X P jaque, y ahora :
J. 1 5 . . . . R X A ; 16. D X P jaque, R- 1 T ; 17. T X D, AXT;
1 8. C-5T.
2. 15 . . . . C X A ; 1 6 . D--4C jaque, R- 1 T ; 1 7 . T X D.
(a) 17 . . . . T X T ; 1 8. D-4R.
(b) 17 . .. A X T ; 1 8. D-3A.
.

3. !5 . . . . R- l T ( el mal menor) ; 1 6. T X A, A X D ; 1 7 . T X T
jaque, C X T ; 1 8 . A-4R, C-3AD ; 1 9. A X C.
CRlTBIUO Y TÁC'l'ICA BN BL AJEDREZ

Quedando las blancas con dos importantes Peones de venta,


ya que el Peón TR de las negras es eliminado.
En todos los ejemplos ilustrados en este capítulo hemos tocado
únicamente en forma ligera nuestro tema principal: el juicio y for­
ma de planear las jugadas en el ajedrez. Sin embargo, debemos po­
ner la atención debida a posiciones que presenten la posibilidad del
mate o de una ganancia material substanciosa. La solución del pro­
blema en cada caso, depende de cierta dosis de estrategia táctica
más bien que del juicio de la posición. Es muy fácil que pase por
alto estas posibilidades un jugador que preste demasiada atención
a las consideraciones relativas a la posición.
Sin embargo, aún quedan por tratarse los problemas mayores.
CAPÍTULO I I

MAYORíA DE PEONES E N EL FLANCO DE DAMA


BOTVINNIK-KMOCK, Leningrado, 1934
l . P--4R, P-:iAD; 2. P--4D, P--4D; 3. PXP, PXP; 4.
P--4AD, C-3AR; 5. C-3AD, C-3A; 6. A-5C, P-3R; 7 .
P-5A, A-2R; 8. A-5C, enroque; 9. C-3A, C-5R; 10. AXA,
CXA; 11. T-1AD, C-3C; 12. Enroque, A-2D; 13. A-3D,
P-4A; 14. P-4CD (N? 1 6) .

16
El comentario de la "teoría" sobre este ejemplo típico es: "Las
blancas tienen una posici6n superior".
El jugador medio podría preguntar: "¿Por qué es superior la
posici6n de las blancas?" Cada bando tiene igual número de pie­
zas: la Dama, las dos Torres, los dos Caballos, un Alfil y siete

Peones. No se puede decir que las blancas hayan progresado más


que las negras; al contrario, el Caballo negro, colocado en la mi­
tad del tablero de las blancas, se ve especialmente amenazador. Las
piezas de cada bando tienen poco más o menos la misma movilidad,
una pieza un poco más, otra un poco menos, pero no se puede ob­
servar ninguna disparidad considerable. Ninguno de los dos R,eyes
está expuesto a un ataque directo, así que el lector se volverá a pre­
guntar: "¿ Por qué es mejor la posici6n de las blancas, y por qué se
podría llamar a esta ventaja, la ventaja de la victoria?
Sin duda, muchos ajedrecistas podrán dar la respuesta adecua-
26 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

da inmediatamente ; sin embargo, no serán pocos para quienes la


repuesta será una frase estereotipada vacía de un significado efecti­
vo : Las blancas tienen mejor posición porque tienen mayoría de
Peones en el flanco de Dama.
Examinemos en primer lugar este dictum en detalle. Tanto las
blancas como las negras poseen siete peones, pero, y éste es el
punto crucial, no están distribuidos de manera uniforme en sus res­
pectivos frentes. Si dividimos el tablero en tres secciones trazando
dos líneas verticales entre las columnas de AD y D, y AR y R, res­
pectivamente, ·Como se ilustra en el diagrama número 17, la sección

II IU
17
1 representa el flanco de Dama, la sección 11, el centro, y la sec­
ción 111, el flanco del Rey.
En posiciones como la que se ilustra en el diagrama número
1 6, que es la que se discute, ambos se han enrocado en el flanco del
Rey, y observamos que las blancas tienen más Peones que las ne­
gras en el flanco de Dama -tres por dos-, en tanto que esta pro­
porción se encuentra a la inversa en el centro, donde las negras tie­
nen dos Peones por uno. En el flanco del Rey, tanto las blancas
como las negras tienen igual número de Peones.
Este, desde luego, es un caso ·particularmente claro. El Peón
blanco en 5AD no tiene nada que hacer con los Peones negros de
la derecha, lo que sería distinto si estuviera colocado, digamos, en
3AD. Se puede decir que en el flanco de Dama existe una mayoría
positiva para las blancas, y que todos los peones restantes pueden
catalogarse como pertenecientes al flanco del Rey. En otras pala­
bras, en el diagrama número 1 6, las blancas tienen una mayoría de
3-2 en el flanco qe la Dama y las negras una mayoría de 5-4 en el
flanco del Rey. El Peón del frente del ala mayoritaria de las blan­
cas ha rebasado al Peón negro del Rey, y en consecuencia, las ca­
denas de Peones del flanco opuesto quedan independientes unas de
MAYORÍA DE PEONES EN EL FLANCO DE DAMA 27

otras. Sin embargo, el punto básico es que las blancas pueden agre­
gar un Peón pasado a su ala mayoritaria, en tanto que las negras,
con su mayoría de 5-4 en el flanco del Rey, por regla general no po­
drán hacerlo.
Desde luego, esto no depende únicamente de la aritmética. De­
ben tomarse en consideración lo desahogado o difícil de una posi­
ción, con o sin Peones doblados, en donde no siempre es fácil ob­
tener un Peón pasado y puede ser necesario hacer un sacrificio a
efecto de lograr este resultado. Por ejemplo, la colocación de los
Peones blancos puede ser 2TD, 3CD y 4AD, contra los Peones ne­
gros colocados en 4CD y 5AD en el terreno de las blancas ; o los
Peones blancos en 2TD, 2CD y 3CD, contra negros colocados en
7TD y 7CD en el campo de las blancas.
Este no es el caso de la posición que analizamos. Si no existen
complicaciones, las blancas siempre podrán forzar un Peón a 5CD,
con o sin un preliminar P--4TD, de manera que en todo momento
se tenga la seguridad de procurarse un Peón pasado.
Sin embargo, en bien del argumento, supongamos que tanto las
blancas como las negras tienen las mismas oportunidades de pro­
curarse un Peón pasado ; aun en este caso, la mayoría de Peones
del flanco de Dama deberá considerarse como una ventaja.
Resumidas, a continuación se dan algunas razones para que es­
to sea así:

l. El Peón pasado en el flanco de Dama está a gran distancia


del Rey contrario, por lo que éste no puede detener su
avance : algo por el estilo sucede con IÓs Peones pas·ados dis­
tantes en los finales de Peones.
2. Es más difícil forzar el paso de un Peón pasado en el flanco
del Rey, y a menudo se hace necesario el avance de Peones
cuya función específica es proteger a su Rey.

Sin embargo, si se posee este conocimiento, conviene no confun­


dirlo con un talismán, ya que existe el peligro de desvirtuarlo. La
mayoría de Peones en el flanco de Dama, aun cuando sea de l-0,
constituye una ventaja si el j ugador sabe aprovecharla.
Ahora aproximémonos un poco más a la médula de lo que cons­
tituye nuestra tarea de formar j uicios y elaborar planes.
La primera parte no es difícil : las blancas o las negras llevan
ventaja a causa de la mayoría de Peones en el flanco de Dama.
Pero no nos conformemos con meras generalidades. Al decidir sobre
el plan, debemos tener la certeza de que el otro bando no tiene
alguna ventaja compensadora, determinando si existen o no factores
28 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

en la formación enemiga que contrarresten la ventaja posicional de


mayoría de Peones en el flanco de Dama.
Ahora llegamos al siguiente paso de nuestra demostración, o sea,
la forma de explotar la ventaja de poseer mayoría de Peones en
el flanco de Dama. Para el efecto, nos remitiremos nuevamente al
N9J6.
14. . . . A-IR
15. P-3C
Al impedir 9. C-SA o 5T, la siguiente jugada retarda un
posible ataque de las negras sobre el flanco del Rey.
15. T-lA
16. T-lR D-3A
17. P-3 TD
Las blancas toman la cosa con calma.
17. C-2R
No hay mejor, ya que libra a SR del CR blanco. La mejor
continuación es 1 7 .. C X C; 1 8. T X C, P-SA; con las posibili-
. .
·

dades en contra sobre la columna AR.


18. C-5R D-3T
1 9. P-3A C-7A
Interesante. Si las blancas se apoderan del Caballo, hay jaque
perpetuo: 20. R X C, DXP jaque ; 2 1 . R-3R, P-5A jaque ; 22.
PXP, DXP jaque ; 23. R-2R, D-7T jaque, etc.
20. D-2R C-6T jaque
21. R-2C P-4CR
22. C-5C AXC
No puede permitir que el caballo llegue a 6D, donde ocuparía
una posición dominan te.
23. AXA T-3AR
24. A-7D

La preparación final para el avance sobre el flanco de Dama


(N' 18).

24. ... T-1D


25 P-5C
. D-4T
Como las negras no pueden impedir en ninguna forma la ej e ­

cución del plan de las blancas, hacen un último y desesperado in-


MAYOIÚA DE PEONES EN EL FLANCO DE DAMA 29

tento para obtener algunos resultados positivos sobre el flanco


del Rey.
26. P-6A T-3T

Con la amenaza de 27. C-5A jaque, seguida por . . .

DX PT jaque, que, no obstante, las blancas nulifican fácilmente


protegiendo su Peón del Rey.
27. R- 1 T
Las negras s e retiran, y a que son impotentes para detener el
avance del Peón infiltrado de las blancas : 27 . . . . PXP ; 28. P X P,
C-1 A ; 29. P-7A, T-1 A ; 30. C-6A, con la doble amenaza de
31 . AXP jaque o 3 1 . AXC, seguida por C-7R jaque.
Resulta evidente que las blancas deben su triunfo a la mayoría
de Peones en el flanco de Dama, pero debe notarse que se tuvo que
trabajar para lograrlo. Hubo muchas oportunidades de hacer ju­
gadas equivocadas, y en varias ocasiones fue necesario encontrar
la jugada precisa para detener el avance del ataque sobre el flanco
del Rey negro ( 1 5. P-3CR, 20. D-2R, y 2 7 . R- 1 T) Hubo que
sincronizar con precisión las jugadas preparatorias al avance de sus

18

Peones por el flanco de Dama ( 1 7 . P-3TD, 1 8. C-5R, 22. C--


5CD y 24. A-7D) sin las cuales el avance de sus Peones sobre el
flanco de Dama hubiera sido prematuro. Lo anterior es el curso
de operaciones que se puede resumir en la forma siguiente :
l. Juicio y análisis de las oportunidades en contra del oponente
2. Preparación cuidadosa de la propia acción.
Podemos extendernos sobre el tema regresando a los diferentes
tipos de complicaciones que pueden influenciar sobre el curso de
los acontecimientos. Pero éstos resultarán muy claros cuando se ana­
licen los ejemplos que se dan de aquí en adelante. Sin embargo,
30 CRI TERIO Y T Á CTICA EN EL AJEDREZ

deseamos hacer resaltar un punto, que se refiere a la culminación


de los esfuerzos de las blancas para convertir su mayoría de Peones
en una ventaja para obtener la victoria.
En la posición que se ilustra en el NP 1 6, sonará la hora cero
cuando las blancas, después de varias maniobras que abarcan me­
didas tanto defensivas como ofensivas, piensen que ha llegado el
momento de hacer la jugada decisiva P-6A.
¿ Tendrá este Peón, en este preciso momento, el suficiente apoyo
para vencer cualquiera de las posibles medidas defensivas, directas
o indirectas, que el oponente puede poner en j uego ?
Sin embargo, no se ha encontrado ( afortunadamente ) un mé­
todo que solucione todos los problemas y elimine todos los peligros
en el ajedrez, por lo que debemos contentarnos con indicar princi­
pios que sirvan de guía, así como ideas y sugestiones para ayudar
al criterio y a la imaginación del jugador.
A continuación examinaremos varios ejemplos que ilustran dis­
tintas formas de mayoría de Peones en el flanco de Dama.
Se mostrarán con menores detalles y servirán el doble propó­
sito de :
l. Dilucidar con mayor amplitud las ideas asentadas, )'
2. Mostrar otros aspectos de mayoría de peones, así como sus
características.

19

BOTVINNIK-KONSTANTINOPOLSKY, Sverdlovsk, 1 943


l. P-4R, P-3AD ; 2. P-4D, P-4D ; 3. P X P, P X P ; 4.
P-4AD, C-3AR ; 5. C-3AD, C-3A ; 6. A-5C, P-3R ; 7 .
C-3A, A-2R ; 8 . T- 1 A, enroque ; 9 . P-5A, C-5R ; 1 0. A X A,
D X A ; 1 1 . A-2R, A-2D ; 12. P-3TD (NP 1 9) .
MAYORÍA DE PEONES EN EL FLANCO DE DAMA 31

Esta posición muestra una gran similitud con el ejemplo anterior.


Aquí, también las blancas tienen mayoría de Peones en el flanco
de Dama, contra la cual el caballo negro colocado en 5R no es su­
ficiente compensación. Nuevamente el plan de las blancas tendrá
que abarcar : proteger su formación de Peones en el flanco de
Dama, obteniendo el dominio de la casilla 6AD, y también la 7 AD,
si es posible, así como el avance de P-6AD, después de P--5CD.
Durante estas operaciones, la casilla 5R de las blancas adquiere
una importancia especial, ya que el Caballo apostado allí ayuda a
que las blancas tengan el dominio de 6AD.
Después de estas observaciones es fácil entender el curso pos­
terior del juego.
1 2. P-4A
Fine critica con justicia esta jugada, ya que debilita la casilla
4R de las negras y se pone a merced de su oponente. La jugada
correcta era : 1 2 . . . . P-3A ; 1 3 . P-4CD, C X C ; 1 4-T X C,
P-3TD ; 1 5 . Enroque, TD- 1 D ; con el objeto final de obtener un
Peón R pasado, como compensación a la mayoría de Peones del
flanco de Dama

1 3 . A-5C
A menudo es esencial actuar con rapidez. La amenaza del
siguiente movimiento es 1 4. A X C, seguido por 1 5 . C-5R y el gra­
dual predominio de su mayoría, ya que las negras están práctica­
mente impotentes a causa de la sólida posición del Caballo blan­
co en 5R.
1 3. C-4C
Esta maniobra es contra las intenciones de las blancas de ocu­
par SR con un Caballo, pero a costa de dar otro paso atrás.
1 4. AXC C X C j aq ue
15. DXC PXA
1 6. D-4A TD- 1 R
1 7. Enroque P-4R
La única forma en que las negras se pueden librar de su Peón
rezagado
18. D X PR DXD
19. PXD T X P (N9 20) .
Ahora, la partida ha asumido un carácter completamente dis­
tinto. Es cierto que aún existe la mayoría de Peones blancos, pero
32 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

el Peón D apoyado de las negras es un punto no menos valioso.


Sin embargo, las blancas se han procurado una nueva ventaja :
tienen un buen Caballo contra un mal Alfil de las negras. El Alfil
es malo porque los Peones negros están colocados en su mismo co­
lor y, en consecuencia, su movilidad queda estrictamente restringi­
da. El Caballo es fuerte, ya que tarde o temprano podrá apode­
rarse de la casilla 4D, donde estará a salvo tanto de los Peones
como del Alfil.
El manejo de este tipo de posición se mostrará en el Capítulo
IV, donde nuevamente nos referiremos a la posición NP 20.

20 21
l . P-4R, P-4R ; 2. C-3AR, C-3AD ; 3. A-5C, P-3TD ;
4. A-4T, C-3A ; 5. Enroque, C X P ; 6. P-4D, P-4CD ; 7. A-3C,
P-4D ; 8. P X P, A-3R ; 9. P-3A, A-2R ; 1 0. T-1 R, enroque ;
1 1 . CD-2D, C-4A ; 1 2. A-2A, P-5D ; 1 3. P X P, C X PD ; 14.
C X C, D X C ; (Nv 21).
Los textos anteriores sobre ajedrez encontraban defectuosa la
posición de las negras por varias causas. Se supuso erróneamente
que, con las Damas todavía sobre el tablero, la posición de las blan­
cas era por completo satisfactoria y con buenas oportunidades para
efectuar un ataque por el flanco del Rey. Además, después del
cambio de Damas, las blancas pensaban tener todavía un juego sa­
tisfactorio a causa de su mayor dominio de espacio y por la favo­
rable disposición de sus fuerzas.
En esta última conclusión se excluyó completamente en los
cálculos el significado real de la mayoría de Peones en el flan­
co de Dama.
Como prueba de lo que se afirma, a continuación damos dos
ejemplos sobre la forma de utilizar esta posición, en juegos ver­
daderos.
MAYORÍA DE PEONES EN EL FLANCO DE DAMA 33

DR. LASKER-DR. TARRASCH, San Petersburgo, 1 9 14.


15. C-3C ; la mejor, dadas las circunstancias. Las blancas no
temen que les quede un Peón doblado, ya que sus piezas entra­
rán más rápidamente en juego. Además, cuando se trata de dete­
ner el avance de una mayoría de peones, un Peón doblado es más
bien una ventaja. 1 5 . . . . C X C ; 1 6 . P X C, D X D ; 1 7 . T X D,
P-4AD ; 1 B. A-2D, TR- 1 D ; 1 9. A-5T, T X T jaque ; 20. T X T,
P-3A ; 2 1 . A-3A, P X P ; 22. A X P, T-1 D ; las negras juegan
con energía. Obligan al cambio de Torres porque, con solamente
los Alfiles sobre el tablero, el Peón doblado se convierte en un punto
débil. La secuela demuestra este hecho.
23. T X T jaque AXT
24. P-4A R-2A
25. R-2A A-3A
26. A-6D A-5D jaque
27. R-3A A-4D j aque
2B. R-4C R-3R
29. A-BA R-2A
30. A-6D A X PCR
31. A X PT R-3R
32. A-BA R-4D
33. R-5C A-3A jaque
34. R-6C A-5R jaque
35. P-5A R-4R
36. A X PC A X P jaque
3 7 . R-7A (N!' 22).

22
Las negras podían haber obtenido ahora una ventaja definitiva
jugando 37 . . . . A-3R jaque ; 3B. R-BA, A X A jaque ; 39. R X A,
A X P. Pero eligieron una continuación inferior :
CRITDIO Y TÁCTICA BN BL AJBDRBZ

37. AR X A
38. A X A RXA
39. R X A P--4T
40. P--4T R-5C
Después de lo cual las blancas se aseguran la retirada por la
dudosa jugada 41 . R--6C, como sigue :
41 .R--6C RXP
42. R-5A R--6C
43. R--4R R-7 A
44. R-5D R--6R
45. RXP R--6D
46. R X P R-7A
47. R X P R X P ( 6C )
Una cosa se destaca claramente de este ejemplo : la mayoría de
Peones en el flanco de Dama puede, en las últimas etapas de final
de juego, asumir las mismas características que se pueden obtener
en el caso del "lejano Peón pasado" .

H. JOHNER-DR. M. EUWE, Zurich, 1934


Del NP 21:
15. D-2R TR-1 D
16. C-3A D-5AD
17. DXD AXD
1 8. A-3R
( En un juego Joss-Euwe del mismo torneo, siguió : 1 8. A-5C,
A X A ; 19. C X A, A--6D; 20. A X A, T X A ; 2 1 . T-2R, T--4D,
emparejando la ventaja de las negras ) .
1 8. C-3R
1 9. A--4R A--4D
20. AXA TXA
21. TR-1 D TD- 1 D
22. TXT T X T (NP 23).
Ya resulta claro que la mayoría de Peones negros en el flanco de
la Dama representa una sólida ventaja, en tanto que no existe en
absoluto ningún método por medio del cual la mayoría de Peones
negros en el flanco del Rey pueda hacer algo. Por cierto que el
Peón blanco en 5R representa un punto débil definitivo, ya que la
necesidad de defenderlo aumenta la tensión en las líneas de las
blancas.
MAYORfA DE PEONES EN EL FLANCO DE DAMA 35

23. R-l A R-- I A


24. T- I A
Pérdida de un tiempo que deja a las blancas enteramente sin
qué hacer.
24. P-4AD
25. R-2R R-IR
26. T-l D TXT
27. RXT R-2D
28. C-2D P-4C
Deteniendo P-4A de las blancas que protege al Peón del Rey.
El resto ya no ofrece ninguna dificultad. 29. P-3A, R-3A ; 30.
P-3CR, R-4D ; 3 1 . P-4A, P X P ; 32. P X P, C X 5D; 33. C-l A,
R-5R ; 34. R-2D, C-4A ; 35. C-3C jaque ; C X C ; 3 6 P X C ;.

R-6A ; 37. R-3D, R X P ; 38. P-5A, P-4TR; 39. A-6T, P-5T;


40. P-6A, A-I D ; 4 1 . P-6R, P X P ; 42. P-7A, A-2R; 43 .
P---8A ( D ) , A X D ; 44. A X A, P-6T ; 45. A X P, P-4R ; las blan­
cas abandonan.

ELISKASES-FLOHR, Semmering, 1 93 7 .
l. P-4D, C-3AR ; 2. P-4AD, P-3CR ; 3 . C-3AD, P-4D ;
4. A-4A, A-2C ; 5. P-3R, enroque ; 6. C-3A, P-4A ; 7 . P X PD,
C X P ; 8. A-5R, C X C ; 9. P X C, P X P ; 1 0. A X A, R X A ; I l .
PA X P, D-4T jaque ; I 2 . D-2D, C-3A ; I 3 . A-2R, TID,
(N� 24) .

23 24

Teóricamente, el juicio de esta posición es : las negras tienen


mejores oportunidades.
Ya para ahora, el estudiante habrá progresado lo suficiente pa-
36 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJ'EDREZ

ra reconocer la razón de esta conclusión : las negras tienen dos Peo­


nes por uno en el flanco de Dama.
Sin embargo, se requiere mucho discernimiento para darse
cuenta que esta ventaja, a pesar de la evidente mayoría de las
blancas en el centro, constituye un hecho de importancia. Se re­
quieren conocimientos técnicos especiales, desde luego, no para
forzar el triunfo, sino aún para deducir de la situación algunas ju­
gadas que den la oportunidad de la victoria.
Un jugador inexperto atacará en forma ciega, como el prover­
bial "chivo de una cristalería" . Procurará adelantar y forzar el paso
de un Peón, que es fácil quede aislado y se pierda con rapidez.
Examinemos el curso posterior del juego :
1 4. D X D
Más o menos obligada, porque si se jugara : 1 4. Enroque TR,
D X D ; 1 5. C X D, P-4R ; pierde un Peón.
14. . . . CXD
1 5. Enroque TR
Por lo general, no es aconsejable enrocar al Rey lejos de la hostil
mayoría de Peones. Debe estar a la mano cuando se necesite ayuda
para detener a un peón pasado potencial. En lugar de la jugada
indicada en el texto, ésta debió ser 1 5 . R-2D y 1 6. TR-IAD.
15. . . . A-3R
16. P-4R
Se deduce que las blancas tratan de explotar su mayoría de
Peones en el centro, pero con poco éxito, como se observará.
1 6. . . . A-50
Ataque indirecto a Peón de Dama.
1 7 . TR- 1 D P-3R
Con objeto de aislar a un posible Peón pasado.
18. R- 1 A
E l Rey, evidentemente lamentando e l haberse enrocado, m1c1a
su avance a la posición adecuada.
1 8. AXC
1 9. A X A TD-IA
Parte importante de la estrategia de las negras en tales casos.:
la ocupación de la columna del Alfil de Dama. En primer lugar,
amaga a 20 .. T-7A.. .
MAYORÍA DE PEONES EN EL FLANCO DE DAMA 37

20. T-2D
20. TD-IA, TXT ; 2 1 . TXT, TXP.
20. . . . P-4R
2 1 . P-5D
2 1 . TD- l D, C-5A ; 22. T-3D, C-7C.
21 . C-5A
22. T-2R C-3D
23. T-IC T-5A
24. P-3C T( l D ) - l AD
25. A-2C T-8A jaque
26. TXT T X T jaque
27. T- l R TXT jaque
28. RXT (Nr 25).

25
Las negras han utilizado la columna del Alfil de Dama para
forzar el cambio de Torres a efecto de procurarse un final favorable
de Caballo contra Alfil ( ver el N9 20, Botvinnik-Konstantinopols­
ky ) . La forma de conducir este final se tratará más adelante.
El papel que aquí representó la mayoría de Peones del flanco
de Dama de las negras fue pasivo en general. En realidad, las
negras estaban interesadas principalmente en convertir en inofen­
siva a la mayoría central de Peones de las blancas. Pero debe con­
cederse que las negras tuvieron que agradecer a su mayoría de
Peones del flanco de Dama la habilidad para alcanzar este objetivo.
En posiciones de este tipo, la columna del Alifl de Dama siempre
caerá abatida por el dominio de las negras, por lo menos cuando,
como en este caso, el Rey blanco no logra llegar a tiempo a la casilla
2D ( observamos una vez más el nocivo efecto del enroque de las
blancas en la jugada 1 5 ) .
38 ClliTBRI O Y TÁCTICA EN EL AJBDREZ

Se debe agregar que aun antes de que tuviera lugar el cambio


general de piezas en este ejemplo, las negras estaban en condiciones
de utilizar la columna del Alfil de Dama para emprender un ataque
contra el aislado Peón TD de las blancas. Lo anterior se verá en el
siguiente ejemplo :

KOSTIC-GRUNFELD, Teplitz-Schonau, 1922


l. P-4D, C-3AR ; 2. P-4AD, P-3CR ; 3. C-3AD, P-4D;
4. PXP, C X P ; 5. P-4R, C X C ; 6. P X C, P-4AD ; 7 . C-3A,
A-2C ; 8. A-5C jaque, A-2D ; 9. A X A jaque, D X A ; 1 0. Enro­
que, P X P ; 1 1 . P X P, C-3A; 12. A-3R, enroque TR. (N9 26).

26
Teóricamente, la posición se declara a favor de las negras. En
seguida prop orcionamos, sin notas, la continuación de la partida,
la que arrojará más luz sobre nuestro tema.
1 3. T-1 C C-4T
14-. P-5D TR- 1 A
1 5 . A-4D AXA
1 6 . DXA P-3C
1 7. C-5R D-3D
18. C-4C D-5A
1 9. C-3R T-4A
20. TD- 1 A TD-1AD
21. T X T TXT
22. P-3A P-4T
23. P-3C D-2A
24. P-5R C-5A
25. cxc TXC
26. D-3R T-6A
27. D-4D T-5A
MAYOJÚA DE PEONES EN EL FLANCO DE DAMA 39

28. D-3R T-7A


29. P-SR D-4A
30. DXD TXD
3 1. T-lD PX P
32. PXP T-4T
33. T-2D R-2C
34. P-4A R-3A
35. T-2R P--4CR
36. P X P jaque RXP
37. R-2C R-4A
38. R-3A (NP 27)
Aquí, nuevamente las negras se hicieron dueñas de la columna
del Alfil de Dama con el Caballo en 4TR, un puesto efectivo en
conexión con el salto a 5AD. Ahora, otra vez las negras juegan pa­
ra simplificar la partida a fin de aprovechar los puntos débiles que
las blancas se han creado en el centro. En el diagrama número 27

27

se observan dos Peones blancos que necesitan apoyo, y tarde o


temprano las blancas se encontrarán en Zugswang, perdiendo uno
de sus peones en la partida. ·

38. T-ST jaque


39. R-2C T-4T
40. R-3T T-5T
41. T-2CD RXP
42 .T-5C TXP
43. TXP T-7CD
44. T-8T P-4T
45. R-4C P-5T
46. T-8T T-5C jaque
47. R-3A P-4C
40 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

48. P-4T R-3A


49. P-4C T-6C jaque
50. R-4R P-6T
5 1. T-6T jaque R-2C
52. R-5A P-5C
53. T-7T T-6A jaque
54. R-4R T-7A
55. R-3R T-7CD
Las blancas abandonan.
Se ha demostrado que para convertir en ventaja la mayoría de
Peones en el flanco de Dama, la sincronización del avance de los
Peones del flanco de Dama requiere mucho cuidado. Frecuente­
mente tiene que diferirse el verdadero avance en tanto se hacen las
preparaciones necesarias, y éstas, j unto con el aprovechamiento de
las ventajas incidentales ( por ejemplo, líneas abiertas ) , proporcio­
nan la prioridad.
CAPÍTULO 111

ATAQUE SOBRE E L FLANCO D E DAMA

Existe una estrecha relación entre el tema de nuestro último ca­


pítulo y el "ataque sobre el flanco de Dama" , aun cuando el aprove­
chamiento de una mayoría en el flanco de Dama no constituya en sí
misma un ataque, hablando con propiedad .
El ataque que examinaremos a continuación lleva como mira
objetivos, peones o piezas definidas, en tanto que en el otro caso, el
propósito es efectuar una irrupción de por lo menos un Peón, mien­
tras que la verdadera lucha con frecuencia se desarrolla en otros
frentes.
El ataque por el flanco de Dama es local y, por su naturaleza,
mucho más violento. Un ejemplo práctico ilustrará la idea mejor que
las palabras.

BOG OLJ UBO W-CAPABL ANCA, Nueva York, 1924


l . P-4D, C-3AR ; 2 . C-3AR, P-4D ; 3 . P-3R, P-3R ; 4.
A-3D, P-4A ; 5. P-3CD, C-3A ; 6. Enroque, A-3D ; 7. A- 2 C,
enroque ; 8. CD-2D, D-2R ; 9. C-5R, P X P ; 1 0. P X P, A-6T ;
1 1 . A X A, D X A ; 1 2 . CD-3A, A-2D ; 1 3. C X C, A X C.
Aquí, el texto dice : las negras tienen mejor posiCión. (N9 28) .

28

Iguales Peones, iguales piezas y aproximadamente igual movili­


dad . Cierto que la Dama negra está apostada en el territorio de las
42 CIUftJUO Y TÁ.Cl'ICA llN llL AJEDREZ

blancas, pero, si se hace necesario, puede arrojarse de allí o cam­


biarse jugando D- 1 A.
Entonces, ¿ por qué es preferible el juego de las negras ? Respues­
ta : Porque tienen oportunidad de efectuar un ataque sobre el flan­
co de Dama.
Los tres peones del ala de la Dama blanca colocados en 2TD,
3CD y 2AD tienen posiciones sólidas y bien protegidas ; entonces,
¿ cuáles son las oportunidades para atacar ?
Se debe decir que el ataque de las negras no depende de movi­
mientos sencillos y aislados, sino más bien de un amplio plan bien
urdido. El Peón blanco AD es débil o, para ser más precisos, puede
debilitarse. Por el momento está protegido en forma adecuada por
el Alfil, pero esta pieza puede cambiarse ; de hecho, el Alfil negro
puede forzar su cambio, después de lo cual dicho Peón tendrá que
ser protegido por otros medios quizá de menos posibilidades. Enton­
ces el Peón podrá ser atacado en una columna abierta, quizá
por una Torre, o poi" dos Torres, por la Dama, y aun posiblemen­
te por el Caballo negro. Queda por contestar la pregunta relativa a
que si las blancas podrán, en el momento preciso, echar mano de
medidas defensivas adecuadas.
No parece que esto sea muy difícil si las blancas tienen igual
número de fuerzas a su disposición, pero el problema no es tan
sencillo como parece. Mientras las piezas blancas se encuentran
comprometidas en la defensa del Peón AD, es muy probable que
las negras, sin aflojar la presión, amenacen otros sectores del frente
y proporcionen a las blancas problemas adicionales que quizá no
sean capaces de resolver.
Examinemos la verdadera razón de las dificultades de las blan­
cas, así como la base de las oportunidades para atacar de las negras.
La columna abierta AD no es el principal factor, sino el hecho de
que las blancas jugaron P-3CD. Si este Peón permaneciera aún en
su casilla original en 2CD, las blancas podrían jugar P-3AD y po­
co tendrían que temer.
En consecuencia, ¿ fue incorrecta la quinta jugada P-3CD ? No.
Ya que si llegaramos a tan drástica conclusión, no se podría hacer
ninguna jugada en absoluto. La verdadera equivocación ocurrió
cuando, en una etapa posterior, las blancas cambiaron su Alfil de
Dama en la jugada número 1 1 , ya que aquel cambio produjo "agu­
jeros" en la posición del flanco de Dama ( 2CD y, más particular­
mente, 3AD ) , y estos "agujeros" dieron a las negras la oportunidad
de aprovechar la columna abierta AD.
En consecuencia, era normal jugar 8. P-3TD ( en lugar de 8.
.TAQUE SOBRE EL FLANCO DE DAMA 43

CD-2D ) , impidiendo así definitivamente la maniobra de las ne­


gras en . . . A-6TD.
Obsérvese bien que las blancas no podían posponer P-3TD,
ni tan siquiera por una sola j ugada más, sin exponerse a mayores
daños ; por ejemplo : si en la partida que nos ocupa hubieran ju­
gado 9. P-3TD ( en lugar de 9. C-5R ) , las negras, al jugar 9 . . . .

P-4R, también habrían obtenido una mayoría en el centro, así


como un juego más libre.
Por consiguiente, el juicio de la posición en el N!' 28, es :
Las blancas tienen una posición un poco mejor, porque pueden
iniciar un ataque sobre el flanco de la Dama blanca por la columna
abierta AD, a cuyo ataque ayudará el hecho de que existan "aguje­
ros" en 2CD y 3AD de las blancas.
El planeamiento de las jugadas : antes de extendernos sobre estl'
particular, estudiemos primero el curso de la partida :
1 4. D-2D

Existen algunas ideas alternativas :


l. 1 4. P-4A, a fin de libertar a su congénere a la mayor bre­
vedad. Amenaza 1 5 . P-5A, estableciendo una mayoría de peones
en el flanco de Dama, y en esta forma las negras no tienen más re­
medio que cambiar peones : 14 . . . . P X P ; 1 5 . P X P. Y ahora, ¿ có­
mo están las cosas con relación a la formación de peones de las blan­
cas ; mejoró o empeoró ? Definitivamente está peor, ya que después
de 1 5 . . . . TR- 1 D, el Peón blanco de la Dama se ha debilitado.
Después de, por ejemplo, 16. C-5R, A-5T ( no 16 . . . . T X P ; 1 7 .
A X P jaque ) ; 1 7 . D-2D, D-3D ; 1 8. C-3A, A-3A, resulta cla­
ro que las blancas no saldrán sanas y salvas.
Conclusión : jugando P-4AD, ahora o más tarde, las blancas
transfieren la debilidad de la columna AD a la columna D sin que
por ello fortalezcan su posición en alguna otra forma.
2: 14. C-5R, TD-1 A ; 1 5 . C X A, T X C. Las blancas elimi­
naron al Alfil negro, de manera que ahora el Alfil blanco restante
puede proporcionar una protección adecuada al Peón AD. Pero esto
no soluciona todo el problema ; no sólo existe un peón débil en 2AD,
sino también una casilla débil en 3AD. Tarde o temprano se po<�e­
sionará una Torre de dicha casilla y mantendrá en tensión a todo
el flanco de la Dama blanca. Esto proporcionará nuevamente com­
pleta libertad de acción al caballo, y una vez que se cambie el Alfil,
las negras conquistarán la casilla 2AD de las blancas que, a su vez,
proporcionará triunfos posteriores. Nos llevaría demasiado lejos
entrar en mayores detalles ; sin embargo, permanece el hecho de
44 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL A.JEDRM:

que las negras pueden salvar las dificultades, las negras llevan la
iniciativa.
3. 14. D- 1 A. Ésta parece ser la mejor continuación del j uego,
pues si el atacante decide aceptar la oferta y cambiar Damas, se ve
privado de su principal pieza de ataque, lo que es otra forma de
decir que sus ataques serán mucho menos peligrosos. Además, una
vez que las Damas salgan del tablero, el Rey blanco puede jugar un
papel muy importante en la defensa del flanco de su Dama. Al mis­
mo tiempo, las blancas, j ugando 1 4. D-1 A, abandonan cualquier
intención de asumir la iniciativa, y confiesan que no obstante haber
J Ugado primero, no han sabido mantener esa prerrogativa, confesión
que no es fácil de hacer en ningún momento.
1 4. TD- 1 A
15. P-3A P-3TD
Preparándose para la siguiente jugada :
1 6. C---5 R A-4C
Importante movimiento intermedio que forma parte de la estra­
tegia de las negras. A fin de aumentar la presión sobre la casilla
3AD de las blancas, las negras aceptan doblar su Peón CD. Y lo
hacen con más presteza cuando su Peón colocado en 4CD ayudará
al ataque impidiendo la j ugada P-4AD de las blancas.
1 7. P-3A
Examinemos la j ugada 1 7 . A X A, P X A ( 1 7 . . . . C-5R ; 1 8.
D-IA, D X D ; 1 9. TR X D, P X A ; 20. P-4AD, conduce solamen­
te a resultados similares ) ; y ahora :

l. 1 8. TR- 1 A, C-5R ; 19. D-3R, ( no 1 9. D-3D, D-7C,


ni aun cuando se produjera : 19 . . . . C X PAD ) , 19 . . . .

T-2A, con las siguientes continuaciones :


(a) 20. P-4AD, PC X P ; 2 1 . P X P, D X D ; 22. P X D,
P-3A, ganando un Peón ; o
(b) 20. P-3A, C-3D ; 2 1 . T-2A, TR-1 A ; 22. TD­
l AD, P-5C, ganando también un Peón, porque 23.
P-4AD falla después de 23 . . . . PX P, ya que la Dama
blanca está descubierta.
2. 1 8. P-3A, T-2A ; 1 9. TR- 1 A, TR- I A ; 20. T- -2A,
C-l R ; 2 1 . TD- l AD, C-3D, y en esta forma las negras
impidieron el avance del Peón AD y ejercen una fuerte pre­
sión sobre la posición de las blancas.
ATAQUE SOBRE EL FLANCO DE DA){A 45

1 7. AXA
1 8. CXA T-2A
1 9. TD- 1 A TR- 1 A
20. T-2AD C- 1 R
21. TR- 1 A C-3D (Nv 29).

29
Las fuerzas de cada bando ya ocuparon los lugares apropiados :
las Torres negras amenazan al Peón AD, el Caballo negro domina
al 4AD de las blancas, en tanto que las Torres blancas vigilan su
flanco de Dama, y el Caballo blanco puede movilizarse a 5R y 5AD.
22. C-5R
Una jugada desafortunada. Debió jugar 22. C-5A, a fin de
poder trasladar el Caballo a 4TD en caso de que se hiciera necesa­
rio reforzar la defensa del Peón débil AD.
Después de 22. C-5A, las negras pueden jugar 22. . . . P--4R ;
pero, en ese caso, también las blancas juegan 23. C--4-T, y el avan­
ce de las negras ha debilitado su posición, dando a la Dama blanca
oportunidad de atacar.
La secuela correcta del ataque de las negras después de 2 2 .
C-5A, e s 22 . . . . P-3CD ; 23. C--4-T, T-3A ( de ninguna manera :
23. . . . P-4CD ; 24. C-5A, C-2C ; 25. P--4-CD, en donde las
negras no consiguen nada, creando una situación típica : el punto
débil de las blancas en 3AD queda confirmado ) ; 24. D-3D,
T- 1 T, protegiendo el Peón de TD e intentando 25 . . . . C-2C
( controlando a 5AD de las blancas ) , con la amenaza posterior de
26 . . . . P--4CD y 27 . . . . TD- 1 AD ; reasumiendo su ataque las
negras. Mientras tanto, las blancas habrán jugado T -1 T para
proteger al PT, a lo que está obligado, ya que el caballo se verá
forzado a regresar a 2-CD. Todo lo cual deja a las blancas sin
oportunidad de intentar algo.
46 CRITERIO Y TÁCl'ICA EN EL A.JEDRilZ

Se observa que una vez que este tipo de ataque está bien pla­
neado y certeramente dirigido, resulta muy tenaz y coloca al defen­
sor en dificultades, que a veces resultan tareas inútiles. Debe tenerse
cuidado de no exponerse a un ataque de esta naturaleza. Se necesi­
tan muchas precauciones al jugar 8. C-2D, a menos que permita
1 0 . . A-6TD.
. .

22. D-4T
Ha llegado el momento en que la Dama tome una participación
directa en el ataque, y ahora, amenaza con 23. . . . C-4C, después
del cual cuatro piezas sufrirán a causa de la vulnerabilidad del
3AD de las blancas.
23. P-4TD
Con el doble objeto de impedir 23 . . . . C-4C y de llevar a ca­
bo la siguiente maniobra : el Caballo blanco tratará de llegar a
5AD vía 3D. A continuación, P-4CD y P�5TD "cancelarían" el
punto débil de las blancas, en forma muy parecida a la nota an­
terior.
Las negras no necesitan permitir que esto suceda, y pueden an­
ticiparse a las intenciones de las blancas con algunos golpes decisivos.
En vez de 23. P-4TD, las blancas debieron jugar 23. C-3D,
ejemplo 23 . . . . C-4C, y ahora las blancas juegan :
No (1) 24. C-4C, a causa de 24 . . . . C-6T ; 25. T-2C,
D X C ; 26. P X D, T X T jaque ; 27. R-2A, T ( 8A ) -7A, etc.
Sino (2) 24. C-5A, P-3CD ; 25. C-4T, y las blancas pueden
arriesgar 26. P-4AD, aun después de 25. . . . C-3D.

30
23 . ... D-3C (NP 30)
Ahora las blancas no pueden evitar la pérdida de un peón, como
se puede demostrar con las siguientes variaciones :
ATAQUE SOBRE EL FLANCO DE DAMA 47

l. 24. P-4CD, P-4TD.


(a) 25. P X P, D X P y las blancas no pueden defender el
Peón TD sin dejar al Peón AD abandonado a su suerte.
(b) 25. T-2C, P-3A ; 26. P X P, D X P ; 2 7 . C-3D,
C-5A.
( e ) 25. T-lC, P X P ; 26. T X P, D X T ; 27. P X D, T X T ;
28. D-4A, ( la dama estaba en peligro de perderse ) :
28. . . . T-8A jaque ; 29. R-2A, C-4A, etc.
(d) 25. P-5C, C-5A ; 26. C X C ( 26. D-2R proporciona
resultados muy parecidos ) ; 26 . . . . T X C ; 27. T-2T,
P-4R ; etc.
2. 24. T-2C, C-4A ( amenazando 25 . . . . C X P ) ; 25. T ( 2C \
-lC, P-3A.
(a) 26. C-3D, T X P ; 27. T X T, D X P jaque ; etc.
(b) 26. C-4C, P-4R, y el 4D blanco cae.
3. 24. T-lC, C-4A ; con una secuela similar.

Obsérvese con especialidad la forma en que las negras pudieron


aprovechar circunstancias accesorias ( como la inutilización del Peón
de la Dama blanca por la Dama negra ) para alcanzar su objetivo.
Sin embargo, estos pequeños eventos entran en escena en una u
otra forma cuando un jugador está comprometido por la necesidad
de defender un punto débil ( como, en este caso, el 3AD de las
blancas ) y, en consecuencia, no puede desarrollar su juego con
libertad.
24. C-3D
Las blancas entregan el Peón con el fin de intentar una con­
traofensiva ; pero todo lo que consiguen es demorar la ejecución. A
continuación damos las jugadas restantes, sin comentario.
24. . . . D X P ; 25. C-5A, D-3C ; 26. T-2C, D-2T ; 27.
D-lR, P-3CD ; 28. C-3D, T-5A ; 29. P-5T, P X P ; 30. C-5A,
C-4C ; 3 1. T-2R, C X PD ; 32. P X C, T ( lA ) X C. Las blancas '
se retiran.
Recapitulando : el plan de las negras a partir del diagrama nú­
mero 28, fue elaborar un ataque sobre el flanco de Dama, dirigido
principalmente contra el Peón AD. Su ejecución incluía :
(1) Doblar sus Torres en la columna AD.
(2) Eliminación de la principal pieza de defensa ( el Alfil en
3D ) por medio de un cambio ( . . . P-STD y . . . A-4CD ) .
(3) Impedir a las blancas proteger su punto débil mediante el
control de su 4AD.
(4) Disposición adecuada de sus fuerzas restantes ( en este caso,
48 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

la Dama, el Caballo y los Peones vecinos ) en las casillas adecuadas,


donde deben permanecer hasta que llegue el momento oportuno
para la combinación final.
En el ejemplo anterior se vio que al crearse un segundo punto
débil ( Peón en 3CD, después de P-4TD ) siguió una rápida de ­
bacle, como casi siempre sucede en tales circunstancias. En este caso,
se puede muy bien sentar una regla general : la defensa de un punto
débil es una tarea difícil, y la de varios, una tarea imposible.
En este aspecto, la partida siguiente ( otra vez una de las de
Capablanca ) es especialmente característica. Las negras ofrecen
(o pierden ) un Peón del flanco de Dama, pero de ahí obtienen
ciertas líneas de ataque por las cuales los Peones del flanco de Dama
se ven sujetos a tan múltiples y variadas amenazas que al final se
hace imposible toda defensa.

NIMZOWITSCH-CAPABLANCA, San Petersburgo, 1 9 1 4


l. P-4R, P4R ; 2 . C-3AR, C-3AD ; 3. C-3A, C-3A ; 4.
A-50, P-3D ; 5 . P-4D, A-2D ; 6. A X C, A X A ; 7. D-3D,
P X P ; 8. C X P, P-3CR ; 9. C X A, P X C; 1 0. D-6T, D-2D; 1 1 .
D-70, T-I A ; 1 2 . D X PT, A-20.
La teoría dice (N9 31 ) : "Las negras tienen oportunidad de efec­
tuar un ataque más vigoroso a cambio de su Peón", con lo cual,

31 32
desde luego, se quiere dar a entender el ataque por el flanco
de Dama.
En el ejemplo presente no existen puntos débiles en la posición
de las blancas, sino que las negras tienen líneas de ataque en las
columnas abiertas TD y CD, y, sobre todo, la larga diagonal negra,
que las capacitará para desarrollar una gran presión sobre el flanco
de la Dama blanca.
ATAQUE SOBRE EL FLANCO DE DAMA 49

Sin embargo, estoy convencido de que ningún crítico se hubiera


aventurado a caracterizar una posición como la que nos ocupa co­
mo favorable, de no haber sido por la grande y convincente historia
que descubre este particular ejemplo. Se tendría que conformar con
el dicho : "Las negras obtienen poca compensación por su Peón".
Veamos cómo las negras aprovechan las oportunidades.
1 3 . Enroque Enroque
14. D-6T
Las blancas se inclinan por las medidas defensivas y desean mo­
ver su Dama a 3D. Es notable como aun la ventaja de un Peón
puede hacer más precavido al jugador, casi en la misma forma que
sucede con las posesiones en la vida real.
Pero ello no tiene ningún efecto sobre nuestra investigación, ya
sea que un método más emprendedor hubiera o no proporcionado
mejores resultados para las blancas, aun cuando bien pudiera haber
sido así. Por cierto que apenas si podía hallarse peor que en el juego
verdadero.
14. TR- 1 R
15. D-3D D--3 R
Atacando nuevamente al Peón del Rey y preparando la impor­
tante maniobra C-2D-4R-5A.
16. P-3A C-2D
1 7 . A-2D C-4R
1 8. D-2R C-5A (NP 32)
En forma completamente súbita, el ataque de las negras ha
estallado en toda su fuerza. Su primer objetivo es el peón CD de las
blancas, y la especial significación del Alfil negro en 2CR se ma­
nifiesta en la siguiente petite combinaison : 1 19. P-3CD, A-5D
jaque ; 20. R- 1 T, C X A ; 2 1 . D X C, D-4R, y gana ( 22. P-4A,
A X C ) . Se percibe perfectamente bien, el porqué las negras, unas
cuantas jugadas atrás, provocaron 1 6. P-3A. Un jaque en 5D
puede ser oportuno en ocasiones.
1 9. TD- 1 C T- 1 T (JI{,P 33)
Ahora el segundo punto débil de las blancas está bajo el fuego,
y ya no se puede evitar por más tiempo la pérdida de uno de sus

I Pequeña combinación o "combinacioncita", palabra que con fre­

cuencia usaba Capablanca. ( N . del T.) .


50 CRITERIO Y TÁOTIOA BN EL AJEDRBZ

Peones. En realidad, esto no es demasiado serio, ya que, después


de todo, las blancas llevan un Peón de ventaja y no resienten la
pérdida. De hecho, pueden, retribuyendo ese Peón, mejorar su posi­
ción, como, por ejemplo, después de 20. P-3CD, C-6T ; 2 1 . TO­
lA, A X C ; 22. A X A, C-4C ; 23. A-2C, T X P ; 24. T- lC, y las
blancas tienen un juego magnífico, estando su Alfil colocado en
posición muy efectiva.

33 34

En realidad, 20. P-3CD es la mejor jugada de las blancas. Sin


embargo, las blancas no necesitan seguir la secuela dada arriba.
Tienen una línea más fuerte en 20 . . . . C X A ; 2 1 . D X C y ahora . . .
No (1) 2 1 . . . . A X C ; 22. D X A, porque las negras no recupe­
ran su peón, ya que el peón AD no está protegido ;
y todavía menos (2) 2 1 . . . . D-4R ; 22. C-4T, ya que la po­
sición de las blancas queda consolidada ;
en cambio, (3) 2 1 . . . . T-6T ; y ahora las negras pueden cap­
turar al PTD a su placer alejando al Caballo ( 22. TR-lR,
D-4R ; 23. T-3R ?, A-3T ) . Las negras todavía tendrán
que encontrar jugadas mejores aun cuando su Alfil sea más
fuerte que el Caballo de las blancas.
20. P-4TD
Esta jugada puede ser buena únicamente si va seguida de inme­
diato por P-3CD. Pero ese no es el caso en esta posición.
20 . . . . CXA
21. DXC D-5A
Dio en el blanco. Las blancas están atadas de manos, ya no
pueden jugar P-3CD, su Peón de TD está condenado, y su PCD
tiene muy pocas posibilidades.
ATAQUE SOBRE EL FLANCO DE DAMA 51

22. TR- l D
2 2 . D-3D, D-4A jaque, n o proporciona ningún alivio.
22 . ... TR- l C
Observe e l extremo cuidado con que las negras tratan d e recu­
perar su Peón, evitando en lo particular un intercambio prematuro
en 3AD de las blancas.
23. D-3R
La amenaza de las negras era 23 . . . . T X PC ; 24. T X T, A X C,
llegando el disputado Peón por sí solo.
23. T-5C
Amenazando 24. A-5D.
24. D-5C A-5D jaque
25. R- l T TD- l C (N9 34)
El juego de las blancas se derrumba ahora como un castillo
de naipes. Está amenazado con la pérdida de una pieza : 26. . . .
A X C. Si mueve la Torre de la Dama, su Peón CD cae, lo mismo
que el Peón de AD, sin que por ello pierda su fuerza el ataque. ¡ El
Caballo blanco no tiene ningún movimiento !
26. T X A
Con esta jugada, las blancas prolongan l a resistencia. En vista
de esta posibilidad, parece que hubiera sido mejor para las negras
detener el jaque en 24 . . . . A-5D jaque, y j ugar 24 . . . . TD- l C
primero. Pero, e n realidad, n o tiene significación, e l j uego está ga­
nado por las negras, de todas maneras. Siguen estas j ugadas : 26. . . .
D X T ; 27. T-l D, D-5A ; 28. P-4T, T X PC ; 29. D-2D, D-4A ;
30. T-lR, D-4TR ; 3 1 . T- l T, D X P paque ; 32. R- l C, D-4T ;
33. P-5T, T- l T ; 34. P--6T, D-4A jaque ; 35. R- l T, D-5A ;
36. P-7T, D-4A ; 37. P-5R, D X PR ; 38. T-4T, D-4T jaque ;
39. R-lC, D-4A jaque ; 40. R-2T, P-4D ; 4 1 . T-4T, T X PT.
Las blancas abandonan.
Impresionante y convincente fue este último ejemplo ; nuestro
ataque al flanco de Dama no necesita por ningún motivo a los Peo­
nes contrarios. El objetivo también puede ser, y con frecuencia lo
es, obtener el dominio de casillas vitales en la posición enemiga y,
consecuentemente, desarticular el desarrollo normal del juego del
oponente, etc.
Esto queda bien ilustrado por el ejemplo siguiente :
52 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

ELISKASES-LANDAU, Noordwijk, 1938

l. P-4D, P-4D ; 2. P-4AD, P-3R ; 3. C-3AD, C-3AR ;


4. A-5C, A-2R ; 5. P-3R, enroque ; 6. C-3A, CD-2D ; 7.
D-2A, P-3A ; 8. T- 1 D, P-3TD ; 9: P-3TD, T-1 R ; 1 0.
A-3D, P X P ; 1 1 . A X P, C-4D ; 1 2. A X A, D X A ; 1 3. C-4R,
C (4D ) -3A; 14. A-3D, C X C ; 15. A X C, P-3T ; 16. Enroque
(N!> 35) .

35 36

De acuerdo con Fine, las blancas tienen mejor posición.


La primera impresión que causa es que no hay mucho donde
elegir entre los dos campos. Las negras no están completamente
desarrolladas, pero su posición da el aspecto de solidez. Pero con
un examen más cuidadoso, la cosa no parece ser tan fácil para las
negras, con especialidad por lo que toca al desarrollo de su Alfil de
Dama. Una ingeniosa concepción de lo que constituye desarrollo,
no será bastante aquí : "Las negras juegan : . . . C-3A, seguido
por . . A-2D, ¡ y todo queda bien ! " El hecho es que el Alfil está
.

bien colocado, pero no está movilizado. El curso del juego aclarará


esta idea.
16. P-4AD
La idea que subraya esta jugada es : cuando de pronto llegue
el Alfil a 2D, existirá una salida en dirección de 5TD.
1 7 . T-lA PXP
1 8. P X P C-3A
19. C-5R
No hay por qué teman las blancas el cambio en esta 5R, ya que
no se soluciona allí el problema del Alfil de Dama de las negras.
ATAQUE SOBRE EL FLANCO DE DAMA 53

19. T- l C
Con l a inconfundible determinación de llevar a su Alfil a l juego.
20. A-3A A-2D
2 1 . D-5AD (NP 36)
Una excelente jugada para impedir que las negras ocupen la
columna del AD con sus Torres, lo que conduciría rápidamente
a una paridad. Si se jugara : 2 1 . . . . TD- lA ; 22. D X D, T X D ;
23. C X A, las blancas ganarían una pieza. Además, en el cambio
de Damas llevarían la ventaja las blancas, ya que después de 2 1 .
. . . D X D ; 22. P X D, las blancas quedan con l a famosa mayoría
en el flanco de Dama ( el tema de nuestro capítulo anterior ) , que
aquí sería especialmente efectiva a causa de su bien colocado Alfil
del Rey.
21 . A-4C
22. TR- l D R-l A
Con un ojo puesto en el final de j uego que se aproxima con ra­
pidez, las negras maniobran con su Rey para colocarlo más al cen­
tro. Sin embargo, hubiera sido preferible ; 22 . . . . D-lD, seguido
por 23. . . . T-2R, con una posición congestionada, pero sólida
para las negras.
23. P-3CD •

Apenas había principiado a saborear el Alfil negro los goces


de la libertad, cuando ya se ve nuevamente amenazado con quedar
bloqueado. Después de 24. P-4TD, no queda nada más excepto
24 . . . . A-2D. Ahora no estaría tan mal si las negras pudieran
desalojar su l R, pero no escaparía ileso : 23 . . . . TR- l D ; 24.
D X D jaque, R X D ; 25. T-7A jaque, cuesta por lo menos un
Peón. En conexión con esto, nos remitimos a nuestra nota anterior
( . . . D- l D y . . . T-2R ) , de acuerdo con la cual l R estaría aho­
ra a disposición del Alfil y las negras tendrían que luchar con me­
nos dificultades.
23. P-3CD
Crea un punto débil, pero no tiene otra jugada mejor.
24. D-7A (NP 37)
Las negras están en apuros. Por ejemplo, si continúan, como
lo ha.ee pensar su última jugada, 24 . . . . P-4TD, seguido por 25 .
. . . P-5T, con objeto de retirar su Alfil a 3T, las blancas cambia-
�O Y TÁCTICA ZN IIL .UI!lDIU!lZ

rían Damas, j ugando a continuación C--6A, ganando el cambio,


tampoco sería ningún alivio 24 . . . . D X D ; 25. T X D, T-2R ; 26.
TR-lAD. La verdadera continuación ( 24 . . . . TR- l A ) conduce
a un tipo de juego completamente distinto, en el cual las blancas
también tienen mejores oportunidades.
De esta manera tuvo éxito el ataque al flanco de Dama. Para
recapitular, los principales puntos del ataque fueron :
l. Dominio de la columna AD.
2. Obstaculización del desarrollo del Alfil negro por medio de
la presión en 7CD.
3. Dominio y ocupación posterior, de puntos importantes en la
posición enemiga ( 7D, 5AD y 7 AD ) .
4. Persecución del Alfil negro ( P-3CD y P-4TD ) .
Continúa la partida :
24. TR-lA
25. D X T jaque TXD
26. T X T jaque A-lR
Por regla general, dos Torres son más fuertes que una Dama,
y en especialidad cuando, como en este caso, se puede eliminar a
una pieza enemiga. La defensa implica riesgos que ponen serias
limitaciones a la movilidad de la Dama ; y es precisamente en esta
movilidad en la que se confía la defensa, como compensación a la
fuerza de las dos Torres.
27. P-4CD P-4TD
28. P X P PX P
29. P-4TD D-3D
La Dama se dedica a vagabundear, lo que muy pronto le re­
sulta fatal. Era esencial mover 29 . . . . P-4C para proporcionar
al Rey una casilla de escape.
30. A--6A R-2R
3 1 . T-l C DXP
32. A X A D-5R
Jugando 32 . . . . C X A ; pierde la Dama : 33. C--6A jaque, lo
mismo que en 32 . . . . D X C ; 33. T-7C jaque, R-3D ; 34. T-8D
jaque, R-4A ; 35. T-5C jaqqe, etc.
33. C--6A jaque, R-3D ; 34. T-lD jaque, C-4D ; 35. T-BD
jaque, R-4A ; 36. T-l A jaque, R-3C ; 37. C-8C, C--6A ; 38.
T--6D jaque, R-2T ; 39. C--6A jaque, R-3C ; 40. C-7R jaque
dese., R-2T ; 41. T-7D jaque, R-3T ; 42. C-8A. Se retiran.
ATAQUil SOBRE EL FLANCO DE DAMA 55

Concluiremos este capítulo con dos ejemplos de un tipo com­


pletamente distinto, en los cuales el atacante no pone atención en
los Peones o las casillas, sino que se lanza tras de caza mayor. Sin
embargo, antes de hacerlo daremos una relación corta de lo que
sucede con frecuencia cuando las negras aceptan un gambito de
Dama e intentan retener el Peón del gambito.
En su forma más sencilla, es como sigue :
l. P-4D, P-4D ; 2. P-4AD, P X P ; 3. C-3AR, C-3AR ; 4.
P-3R, P-4CD (NP 38) .

37 38
Como es bien sabido, esta continuación es desfavorable para las
negras, ya que las blancas, por medio de la siguiente maniobra tí­
pica, siempre recuperan su Peón.
5. P-4TD
Las blancas intentan aislar a la avanzada de las negras y luego
capturar a ambos Peones : 5 . P X P, 6. A X P, o mediante un
. . .

método más directo : 5 . . P X P ; 6. D X P jaque, A-2D ; 7 .


. .

D X PA.
5. P-3A
Resulta evidente que 5 . P-3TD no constituiría ninguna
. . .

protección ( 6. P X P, etc. ) , y que 5 . A-2D es igualmente inútil


. . .

después de 6. P X P, A X P ; 7. C-3T, o 7. A X P, A X A ; 8. D-4T


jaque.
6. P X P PXP
7 . P-3CD
Este es el punto de la maniobra de las blancas. Las negras no
p ueden impedir que las blancas recuperen su Peón ; ejemplo :
56 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

l . 7. . . . P X P ; 8. A X P jaque, A-2D ; 9. D X P.
2. 7 . . . . A-3T ; 8. P X P, P X P ; 9. T X A, C X T ; 1 0. D--4T
jaque, ganando en material.
3. 7 . . .
. A-3R ; 8. P X P, P X P ; y ahora . . .
No (a) 9. A X P, A X A ; 1 0. D--4T jaque, CD-2D ; 1 1 . D X A,
T -1 A, y las negras ganan ;
Sino (b) 9. C-5R, D-2A ; 1 0. D--4T jaque ( o 1 0. C-3T o
1 0. A X P ) ; 1 0 . . . . CD-2D ; 1 1 . A X P, A X A ; 1 2 . C X A,
T- 1 A ; 1 3. CD-2D.
Por regla general, las blancas quedan en mejor posición después
de recuperar su Peón, ya que las negras quedan con la carga de
un Peón TD aislado, en tanto que la formación de peones de las
blancas es excelente.
Sin embargo, existen variaciones en las que es posible que las
negras retengan el Peón del gambito, o bien retribuirlo a cambio de
una posición satisfactoria. Los siguientes ejemplos ilustran esta con­
tingencia :
l . P-4D, P-4D ; 2. P-4AD, P-3R ; 3. C-3AD, P-3AD ;
4. C-3A, P X P ; 5. P-3R ( una continuación más fuerte sería 5.
P-4TD ) ; 5 . . . . P-4CD ; 6. P-4TD, A-5C ; 7 . A-2D, D-3C,
etc. ( No . . . P-3TD ; 8. P X P, PA X P ; 9. C X P o bien, 8 . . . .
A X C ; 9. A X A, PA X P ; 1 0. P-3CD, P X P ; 1 1 . A X P jaque, etc. ) .
l . P-4D, P-4D ; 2. P-4AD, P-3AD ; 3. C-3AR; C-3A ;
4. C-3A, P X P ; 5. P-3R, P-4CD ; 6. P-4TD, P-5C ; 7 . C.-2T,
P-3R ; 8. A X P, A-2C, quedando las negras con un juego satis­
factorio, ya que el Caballo de Dama de las blancas quedó aislado.
Hemos visto la clase de ataque que está a disposición de las
blancas contra una cadena de Peones enemigos en las casillas 4CD
y 5AD, o en 3TD, 4CD y 5AD de las negras.
A continuación proporcionamos el primero de los dos ejemplos
mencionados anteriormente :

CAPABLANCA-SPIELMANN, Nueva York, 1927


l. P-4D, P-4D ; 2. C-3AR, P-3R ; 3. P--4A, C-2D ; 4.
C-3A, CR-3A ; 5. A-5C, A-5C ; 6. P X P, P X P ; 7 . D--4T ,
A X C jaque, 8. P X A, enroque ; 9. P-3R, P-4A ; 1 0. A-3D,
P-5A ; 1 1 . A-2A, D-2R ; 1 2 . Enroque TR, P-3TD ; 1 3. TR­
l R, D-3R ; 14. C-2D, P-4C ; 1 5 . D-5T (NP 39) .
El veredicto teórico es : las blancas tienen el juego mejor. Razo­
nes : tienen oportunidad de atacar por el flanco de Dama, en pri­
mer lugar, a causa de la posibilidad del P-4TD con un debilita-
ATAQUE SOBRE EL FLANCO DE DAMA 57

miento de la formación de los Peones negros, y en segundo lugar,


a causa de la avanzada y completamente segura posición de la
Dama.
Además, y por encima de estas observaciones, debemos agregar :

l. Comparada con la ilustración anterior, la acción de las blan­


cas contra los peones negros colocados en las casillas 3TD,
4CD y 5AD es menos penetrante por las siguientes razones :
(a) La j ugada P-3CD no se puede verificar ;
(b) El Peón negro AD está doblemente resguardado por
Peones, así que después de una posible jugada P-4TD ,
P X P, el Peón del AD no queda colgando, y no tiene
necesidad de apoyarse.
Contra lo anterior tenemos el hecho de que :
(e) Las blancas tienen igual número de Peones, así que
cualquier acción que emprendan, no lleva en sí la mira
de ganar un Peón.
2. La pieza más fuerte, la Dama, puede desarrollar un poder
enorme desde una avanzada adecuada. Al mismo tiempo, es
la más valiosa, pero se encuentra segura en su posición y,
en ausencia del Alfil negro, fuera del alcance de las piezas
menores de las negras. En consecuencia, la Dama blanca
puede desempeñar un papel principal en un ataque al flan­
co de Dama.

Continúa la partida :
15; C-5R

39

El cambio siguiente debilita a las negras en su 5AD, por lo que


la jugada en el texto debe ser desechada. Las negras tratan de lo­
grar una posición aparentemente segura, pero su plan es refutado
58 CIUTBRIO Y TÁCTICA 1DN EL AJBDRBZ

inmediatamente por las blancas por medio de una atractiva com­


binación. Hubiera sido mejor 1 5 . . . . A-2C, y 16. D-7A, D-3A,
aunque las blancas queden con una ligera ventaja para el final
de juego.
1 6. c xc PXC
1 7. P-4TD
Y, como era de esperarse :
17. D-4D
Con esta jugada intermedia, las negras aparentemente mejora­
ron su defensa, ya que el Alfil de Dama de las blancas está e n
prise. Si s e jugara ahora 1 8. A-4-A, A-2C, las negras tendrían un
juego satisfactorio.
18. P X P
Una sorpresa fatal ; las blancas ofrecen una pieza, y con mucha
rv..ón, como la secuela lo demuestra.
1 8. DXA
Desde luego, no podía ser 1 8 . . . . D X PC ; 19. D X D, ganando
las blancas una Torre.
19. A X P (NP 40)

40 41

El objeto real de la combinación resulta evidente si las negras


juegan 19 . . . . T-2T ; ejemplo, 20. P---6C, D X D ; 2 1 . P X T y
ahora . . .

l. 2 1 . . . . A-2C ; 22. T X D, y las blancas tienen un triunfo


fácil con una Torre y tres Peones contra dos piezas menores.
ATAQUE SOBRE EL FLANCO DE DAMA 59

2. 2 1 . . . . D X T ; 22. T X D, C-30 ; 23. P-8T ( D ) , C X D :


24. A X C, quedando las blancas con un Peón extra y con la
perspectiva de ganar todos los Peones negros del flanco de
Dama.
19. . . . T- I C
Igualmente ineficaz.

20. P X P, T--40 ; 2 1 . D-7A, C-30 ; 22. P-7T, A--6T ( ¡ co­


mo último recurso ! ) ; 23. TR- 1 0, T X T jaque ; 24. T X T, P-4A ;
25. A-3A, P-5A ; 26. P X P, abandonan.
Y finalmente, el segundo ejemplo, en el que una vez más la
Dama desempeña un papel vital, y en donde las blancas, sacrifican­
do dos Peones, aciertan a sitiar a un conjunto de unidades contra­
rias. Fue también Capablanca quien produjo esta obra de arte.

CAPABLANCA-VIDMAR, Londres, 1922


l . P--4D, P--4D ; 2. C-3AR, C-3AR ; 3. P--4A, P-3R ; 4.
C-3A, A-2R ; 5. A-50, CD-2D ; 6. P-3R, enroque ; 7 . T-I A,
P-3A ; 8. D-2A, P X P ; 9. A X P, C-4D ; 1 0. A X A, D X A ; 1 1 .
Enroque, P-3CD (N9 41 ) .
Bilguer observa certeramente que e l desarrollo del Alfil de Da­
ma en fianchetto tiende al cambio de caballos en la 3AD de las
blancas. Pero, después de la siguiente jugada y de la contestación
de las blancas, éstas obtienen una posición abrumadora.
1 2 . c xc
Las blancas cambiaron caballos, y este cambio es particular­
mente significativo porque :

l. La gran diagonal blanca quedará cerrada, de manera que


la última jugada de las negras falla en su propósito, y de
hecho debilita seriamente las casillas blancas del flanco
de Dama negro.
2. La columna AD queda abierta, misma que las blancas no
tardarán en ocupar con su Dama y las Torres a fin de irrum­
pir con facilidad en la posición enemiga.
Observaremos una y otra vez el enorme efecto que estos dos fac­
tores tendrán en el curso de la partida.
12. ... PA X C
Las negras deben volver a capturar con el Peón AD, ya que dt>
otra forma perderían un Peón después de 1 3. A-3D.
60 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

1 3 . A-3D P-3TR
Las negras se abstuvieron de jugar 1 3 . . . . C-3A, ya que por
lo pronto desean utilizar al Caballo en la defensa de su flanco de
Dama. Después de 1 3 . . . . C-3A, podría seguir 1 4. D-7A, y
ahora :

l. 1 4 . . . . D X D ; 1 5 . T X D, P-4TD ( 1 5 . . . . A-2D ; 1 6 .
C-5R ) ; 1 6. TR- I A, A-3T ; 1 7 . A X A, T X A ; 1 8. T ( 1 A )
6A, seguida d e 1 9. T-7C, ganando un Peón.
2. 1 4 . . . . A-2D ; 1 5 . A-6T, D-5C ; 16. C-5R, A-4C ;
1 7 . P-3TD, D-5T ; 1 8. A X A, D X A ; 1 9 . T-2A, atacan­
do a las tres piezas mayores sobre la columna del AD.
3. 1 4. . . . D-5C ; 1 5 . P-3TD, con una secuela muy pareci­
da a la que se lleva en la partida.
1 4. D-7A
La Dama blanca invade el territorio enemigo y ocupa una posi­
ción avanzada, pero segura. Desde allí frustra todos los intentos de
desarrollo de las negras.
1 4. . . . D-5C
Como las negras no pueden desenvolver sus fuerzas por conduc­
tos normales, intentan, como esta salida de su Dama, obtener algún
movimiento favorable, intento que su oponente refuta en una for­
ma ejemplar.
1 5. P-3TD (N° 42)

42 43

Una j ugada muy bella. Las blancas ofrecen uno o dos Peones
con objeto de ganar la Dama o, a falta de ella, una de las piezas
del flanco de Dama.
ATAQUE SOBRE EL FLANCO DE DAJ4A 61

Investiguemos algunas contingencias :

l. 1 5 . . . . D X PC ; 1 6 . T- l C, D X PT ; 1 7 . A-5C, y ahora . . .
( a ) 1 7 . . . . C-3A ; 1 8. T- l T ; D-5C ; 1 9 . TR- l C , to­
mando la Dama.
(b) 1 7 . . . . D-2R ; 1 8. A-6A, T- l C ; 1 9 . C-5R, T-­
lD ( 1 9 . . . . D- l D ; 20. D X PT, C X C ; 2 1 . P X C ,
etc. ) ; 20. A X C, A X A ; 2 1 . C-6A, y gana.
2. 15 . . . . D-6C ; 1 6. T-3A, D X PC ; 1 7 . T- l C, D-7 T ;
1 8. T ( 3A ) l A, C-3A ( 1 8 . . . . D X P ; 1 9. A-5C, etc. ) ;
1 9. A-5C, amenazando nuevamente 20. T- l T y 2 1 . TR-
1 C, tomando a la Dama, o bien, 20. A-6A, ganando una
pieza.

1 5. D-5T
1 6. P-3T (NP 43)
También una j ugada excelente, y no únicamente destinada a
salvaguardar a su Rey. Pues si examinamos más atentamente la
posición, nos damos cuenta de que las negras ya no pueden conti­
nuar con su desenvolvimiento adecuado, por ejemplo : 1 6. . . .
T- 1 C ; 1 7 . C-5R, T-2C ( 1 7 . . . . C X C ; 1 8. A-2A, seguido
por 1 9 . D X T ) ; 1 8. D-6A, D X D (o en otra forma : 1 9 . C X C ;
T X C ; 20. D X A ) ; 19. C X D, R- 1 T ; 20. C-7R, T-l CD ; 2 1 .
C X A, TD X C ; 22. A-6T, y las blancas ganarán el final gracias
al dominio de la única columna abierta que las negras ya no podrán
arrebatarles. Esta variación muestra con claridad las consecuencias
de largo alcance de la debilitadora jugada 1 1 . . . . P-3CD. ¡ In­
cluso en esta etapa hizo posible que las blancas se apoderaran de
la columna AD jugando 22. A-6T !
La última jugada de las blancas incapacita a las negras para
contrarrestar la severa presión de la posición de su oponente.
1 6. C-3A
Las negras hacen un heroico intento para completar su desarrollo,
cueste lo que cueste. Después de, digamos, 1 6 . . . . P-3C ; 1 7 .
T-3A, las negras aún tendrían que sufrir todas las variaciones de
la nota precedente.
1 7 . C-5R A-2D
1 7 . . . . A-:iT ; 1 8. P-3 CD , D-4T ; 1 9. C--6A, también cos­
taría una pieza. Literalmente, las negras no tienen dónde moverse.
62 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL Ali!JDREZ

1 8. A-2A D-4C
1 9. P-4TD
Definitiva. Las negras tendrán que abandonar a su suerte al Alfil
1 9. . .
. D X PC
20. CXA
Peor hubiera sido jugar primero 20. T- 1 C, D-7T ; 2 1 . C X A,
TD- l A ; 22. O X O jaque, P X O ; 23. D-30 jaque, y como el Alfil
se puede mover con libertad, las blancas quedan con una pieza de
ventaja. En esta forma, las blancas únicamente ganan el cambio,
pero también Oapablanca convierte rápida y efectivamente esta
ventaja en triunfo, de la manera siguiente :
20 . . . . TD- l A ; 2 1 . D-l C, O X O ; 22. A-7T jaque, R X A ;
23. T X T, T X T ; 24. D X T, 0-3A ; 25. T-l A, D-50 ; 26. D-2A
jaque, R-l C ; 2 7 . D-6A, D-6T ; 28. D-8T jaque, R-2T ; 29.
T-7 A ( ya hemos visto en nuestro primer capítulo, la forma de
aprovechar la ventaja material, el resultado de un ataque con éxito.
Aquí únicamente la superioridad consiste en el cambio, pero con la
Torre en la fila 7 tomando una parte muy activa en el ataque
contra los Peones negros, la preponderancia de la Torre sobre el
Caballo en un final de j uego, queda bien ilustrada ) , 29 . . . . D X PT ;
30, T X PA, D-8D jaque ; 3 1 . R-2T, D-4T ; 32. D X PT, D-3C ;
33, T-8A, D-4A ; 34. T-7A, D-30 ; 35. T-7C, 0-5R ; 36.
D-2T, P-4R ; 37. D X P, P X P ; 38. T-8C, 0-3A ; 39. D X P,
D-4A ; 40. T X P, D X P ; 4 1 . D-3D jaque, R- l C ; 42 . T-8C
jaque, abandonan.
CAPÍTULO IV

CABALLO CONTRA ALFIL "DEBIL"

Al comentar la partida Botvinnik-Konstantinopolsky ( ver Pág.


30 ) , llegamos a la posición que se muestra en el diagrama número
44, misma que prometimos discutir posteriormente.
Ya manifestamos que las blancas tenían mejor juego, sin que,
no obstante, discutiéramos con amplitud las razones en las que se

44 45
basaba nuestra opinión. Como lo hicimos notar, la mayoría de Peo­
nes blancos sobre el flanco de Dama había perdido � u significado.
El hecho de que las blancas obtuvieran un Peón AD pasado des­
pués de P-4TD, P-4CD y P-5CD, no era ciertamente de mayor
importancia que el hecho de que las negras ya tenían un Peón
pasado en su 4D.
Entonces, ¿ por qué es superior la posición de las blancas ? La
razón estriba en que las negras tienen un Alfil "débil" . Examinemos
con más precisión lo que esto significa. El Alfil negro colocado
en 2D es débil porque sus propios Peones, situados en 3AD, 4D y
4AR, impiden su movilidad. Como los otros Peones no influyen en
ello, cabe preguntar : ¿ En dónde principia la debilidad del Al­
fil ? ¿ Con uno, dos o tres Peones ? No existe una respuesta categóri­
ca para esta pregunta ; sin embargo, se puede afirmar que el obs­
táculo más serio para el desplazamiento del Alfil está representado
por los Peones centrales PAD, PD, PR o PAR. Por lo tanto, el tér­
mino "Alfil débil" no es un concepto rígidamente definido. Exis-
64 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

ten varios grados de "debilidad" ; si, por ejemplo, no existiera en


esta posición ningún Peón negro en 4AR, el valor del Alfil aumen­
taría, y también en ausencia del Peón de Dama, el calificativo de
"débil" no tendría por qué aplicarse.
Lo anterior indica al mismo tiempo la clase de posición que
las blancas deben buscar. En esta ocasión, la primera y más impor­
tante maniobra es : con objeto de mantener al Alfil todo lo «débil"
que sea posible, los Peones que lo obstruccionan deben permanecer
en sus respectivas casillas. Quiere decir que en este caso deben im­
pedirse las j ugadas . . . P-5AR y . . . P-5D.
A continuación proporcionamos la secuela posterior de la par­
tida, de la que podremos derivar normas adicionales.
20. P-4A
A la luz de lo que anteriormente se dijo, el objeto de esta juga­
da es por completo evidente. El Peón negro en AR está bloqueado,
por lo que el movimiento del Alfi l negro en esa dirección está per­
manentemente obstruido.
20. T-2R
No puede jugar 20. T -6R, ya que después de 2 1 . R-2A,
P-5D conduce a la pérdida de un Peón después de 22. TR-lD.
2 1 . TR- l R
Por regla general, e l cambio d e Torres aumenta l a superioridad
del Caballo contra el "Alfil débil".
21. ... TR- l R
N o s e decide a entregar la columna abierta sin presentar pelea,
ya que su oponente penetraría hasta el fondo de su posición.
22. T X T TXT
2 3 . R-2A (N9 45)

Con objeto de cambiar la segunda Torre también, después de


lo cual el final de Caballo contra Alfil lo ganarán las blancas. Ante
todo, es importante examinar esta afirmación. Supongamos que
las blancas, en esta posición, juegan . . . A-l A, 3T, 5A, en donde
la obstrucción de sus peones será menor, mucho menor, y, en lo
general, es un buen plan. Entonces, el juego se desarrollaría en
la forma siguiente : 23 . . . A- l A ; 24. T-l R, T X T ( prácticamen­
.

te obligado ) ; 25. R X T, A-3T ; 26. P-3CD ( para impedir 26.


. . . A-SA) 26. . . . R-2A ; 27. R-2D, R-3R ; 28. R-3R,
CABALLO CONTRA ALFIL DÉBIL 65

A-BA ; 29. P-3C, P-3C ; 30. R-4D. Llegando ahora a la posi­


ción ilustrada en el diagrama N9 46.
Hasta este momento, las j ugadas de ambos bandos no han sido
en ninguna forma forzadas, y conduciría demasiado lejos empren-

46
der una investigación detallada de todas las posibles complicaciones.
Nuestro principal objeto es, en primer lugar, dar una idea de que
existen oportunidades para ganar, sin poner mucha atención al
acabado y d�talle.
La formación de los Peones negros está ahora detenida, princi­
palmente a causa de la fuerte posición en que se encuentra el Rey
blanco. Sin embargo, el Alfil escapó de sus propios Peones que lo
tenían encadenado y ya no se encuentra obstaculizado por ellos en
la misma forma de antes. La desventaja del "Alfil débil" es ahora
indirecta, y se basa en el hecho de que los Peones negros, lo mismo
que el Alfil, ocupan casillas blancas, de manera que las casillas
negras son vulnerables y es fácil que caigan bajo el control de las
blancas. La importante casilla en 4D está ya ocupada por las blan­
cas, y el Rey negro debe vigilar la SR de las blancas. Las negras no
pueden intentar ahora nada y deben permanecer a la defensiva. Por
otra parte, ¿ qué es lo que pueden hacer las blancas ? Más de lo que
a primera vista parece.

Desde 4CD, el <)aballo blanco puede atacar al Peón AD, que


no puede defenderse moviendo . . . A-4C, a causa del Peón P-
4TD de las blancas. Por otro lado, si el Rey defiende al Peón jugan­
do . . . R-2D, queda abierto el camino hacia los Peones negros
del flanco del Rey vía SR, 6-AR y 7 CR, de lo que se puede dedu­
cir con bastante razón que las negras tratarán de impedir el movi­
miento de las blancas C-4CD, jugando . . . P-4TD ; pero enton­
ces las blancas tendrían oportunidad de obtener un Peón pasado de
66 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

Rey, jugando P--4CD, etc. Nos damos cuenta ahora del cuidado
que se requiere para manejar dicho final.
Un avance prematuro del P--4CD sería en sí mismo una jugada
perfectamente normal ; sin embargo, reduciría a su mínimo las opor­
tunidades de las blancas.
Ejecutemos lo anterior por medio de dos variaciones ilustrativas.
( A ) 30 . . . . A-3T ; 3 1 . C-2T, A-7R ; 32. C--4C, R-2D ;
33. R-SR, A-8D ; 34. R-6A, A X P ; 3S. R-7C, P--4TD ; 36.
C-3D, R-3R ; 37. c_.:SR, P-SD ; 38. C X PA, R--4D ; 39.
C X PD, R X C ; 40. P-6A, P-ST ; 4 1 . P-7A, A-3R ; 42. R X P,
R-6A ; 43. R X P, R-6C ; 44. P--4T, R X P ; 4S. P-ST, R-6C ;
46. P-6T, P-6T ; 47. P-7T, P-7T ; 48. P-8T ( D ) y ganan.
( B ) 3 0. . . . P--4TD ; 3 1 . C-2T, A-7R ; 3 2 . P--4CD, P X P
( 32 . . . . A-SA ; 33. P X P, ganando, pero si se juega 3 2 . . . .
P-ST ; resulta completamente sencillo jugar 33. C-3A ) ; 33.
C X P, A--4C ; 34. C-2T, A-SA ; 3S. C-3A, A-3T ; 36. P--4TD,
A-BA ; 37. C-2T, A-SA ; 38. C--4C, R-2D ; 39. R-SR, R-
2A ; 40. R-6A, P-SD ; 4 1 . R-7C, P-6D ; 42. C X PD, A X C ; 43 .
P--4T ( no 43. R X P, P--4C ) , 43 . . . . A�SA ; 44. R X P, A-2A ;
4S. R-7C, A-lR ; 46. R-8A, R-lD ; 47. P-STD, etc.
Es cierto que estas excursiones son riesgos por medio de los cua­
les se obtiene finalmente la victoria, y bien nos podemos suponer
que el lector no habrá quedado enteramente convencido de la na­
turaleza forzada de las variaciones que se mostraron. Pero esto no
afecta nuestro objetivo. Lo principal es que :
( 1 ) Se observó que las negras, en lo general, no pueden em­
prender nada, y que es un hecho establecido que es preferible un
Caballo a un Alfil "débil".
(2) Se dio una idea general sobre la forma en que se deben
hacer los diferentes intentos para ganar la partida : una combina­
ción de maniobras del Caballo : C-3AD-2T--4C ( atacando a
6AD ) , C-2T y P--4CD ( forzando mediante un Peón pasado ) y
R-SR ( penetración del Rey ) .
Volvamos ahora al N9 45, a fin de continuar nuestra discusión
sobre la partida que nos ocupa. Se ha aclarado que las negras de­
ben evitar el cambio de Torres, por lo menos en las actuales cir­
cunstancias. Continuamos.
23. R-2A
¡ Una jugada astuta ! Si pese a todo las blancas intentan el cam­
bio de Torres, les espera el fracaso después de 24. T-lR, T X T ;
CABALLO CONTRA ALFIL DÉBIL 67

25. R X T, P-5D ; 26. C-2R, R-3R ; 2 7 . C X P jaque, R-4D,


recuperando las negras su Peón así como una posición satisfactoria :
el bloqueo se levantó y pasó todo el peligro. Hablando en términos
generales, se puede afirm<..� que las negras pueden salvar la partida
si pueden jugar P-5D sin consecuencias inmediatamente fatales.
24. T-l D
Obligando a l Peón negro a permanecer e n casilla blanca.
24 . . . . T-l R
E s imposible llevar a l Alfil a terreno despejado sin hacer algu­
na concesión equivalente ; por ejemplo : 24 . . . . A- l A ; 25. C-2R,
P-3C ; 26. C-4D, T-2A, quedando ahora la Torre inmoviliz�da
25. T-2D
Defendiendo al PCD y preparándose para el cambio de Torres.
25. P-3TR
26. T-2R T-l CD
Si en vez de ello se hubiera j ugado 26 . . . . T X T j aque ; 2 7 .
C X T, las blancas habrían controlado l a casilla 4D, que e s l a clave
para ganar la partida.
27. R-3R
Es más lógico jugar 2 7 . P-4CD, pero existen dos objeciones :
( 1 ) Después de un cambio de Torres eventual, las blancas ya
no podrían jugar C-2T-4C, y, lo que es más importante, ya no
tendrían oportunidades posteriores de obtener un Peón pasado.
(2) Las negras pueden iniciar un contraataque jugando 2 7 .
P-4TD.
27. ... T-6C
Esto detiene al flanco de Dama de las blancas, pero puede ser
sólo temporalmente.
28. R-4D
El Rey ya llegó a su punto fuerte deseado y ya amenaza R-5R,
6D, etc.
28 . . . . R-3A
29. C-2T �T- l C
S i s e jugara 29. P-4TD, seguiría 30. C-l A, T-l C ; 3 1 .
P-3CD, en donde tarde o temprano seguiría P-4CD ; es preferí-
68 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

ble la jugada del texto, aunque las blancas aún puedan forzar un
Peón pasado.
30. P-4CD (N9 47)
El momento decisivo, ya que con esta jugada las blancas re­
nuncian a la oportunidad de llevar a cabo la maniobra indicada

47 48
con anterioridad ( C-2T-4C ) , de manera que el final de Caballo
contra Alfil asume un aspecto diferente.
Investiguemos : 30 . . . . T-l R ; 3 1 . T X T ( 3 1 . T-5R también
vale la pena pensarse ) , 3 1 . . . . A X T ; 32. P-4TD ( 32. P-5C fa­
lla contra 32 . . . . P X P ; 33. R X P, A-2A jaque ) , 32 . . . . P-3T ;
33. P-5C, y ahora :

l . 33 . . . . PT X P ; 34. P-5T, A-2D ; 35. P--6T, A-l A ;


36. C-4C, R-3R ; 3 7 . P-7T, A-2C ; 38. C--6T, R-2D ;
39. R-5R, P-3C ; 40. R-6A, y una vez más las blancas
tienen el látigo en la mano.
2. 33 . . . . PA X P ; 34. P-5T, R-3R ; 35. C-4C, y ganan. Si
las negras omiten jugar 32. . . . P-3T, y en vez de ello
juegan : 32 . . . . R-3R ( después de 30 . . . . T-l R ; 3 1 ,
T X T, A X T ; 32. P-4TD ) ; en igual forma las blancas tie­
nen excelentes prospectos después de 33. P-5T, A-2D ; 34.
P-5C, P X P ; 35. C-4C.

30. o o o P-4C
�quí 30. . . . P-4TD y hubieran jugado de acuerdo con los
deseos de las blancas : 3 1 . P X P, T--6C ; 32. C-3A, T X P ; 33.
T-2T, o bien, 3 1 . . . . T-l TD ; 32. C-3A, T X P ; 33. P-4TD.
En cualquiera de los casos, las blancas tenían un fuerte Peón pa­
sado.
CABALLO CONTRA ALFIL DÉBIL 69

3 1 . P-3C PX P
32. P X P P-3T
33. C-3A T- 1 C
Las negras deciden dejar las Torres en el tablero, que en reali­
dad es mejor para ellas.
34. P-4TD T-5C
35. T-2AR
Ahora la Torre blanca cumple su misión de salvaguardar el
flanco del Rey. Mientras tanto, las fuerzas restantes de las blancas
llevan a cabo el plan para alcanzar la victoria sobre el flanco opues­
to (NP 48) .
Aquí existe una interesante continuación para obtener el triun­
fo si las blancas intentaran la jugada 35 . . . . A-1 R ; por ejemplo :
36. P-5C, PT X P ; 37. P X P, P X P ; 38. C X P jaque, R-3R ;
( 38 . . . . R-2A ; 39. C-3R ganando un peón ) ; 39. T-2R jaque,
R-2A ; 40. T X A, R X T ; 4 1 . C--6A jaque, R-2R ; 42. C X T,
P X C ; 43 . P-5A, P-4T ; 44. P--6A, P-5T ; 45. P-7A y las
blancas coronan primero.
35. . . . A-3R
36. P-5C
La irrupción que amenazaban con anterioridad.
36. PT X P
37. P X P PXP
38. C X P T-8C
39. C-3A
Defendiendo primero la posición antes de disfrutar de los be­
neficios de su irrupción.
39 . ... R-2A
Una defensa indirecta de su 4D ( 40. C X P, T-8D jaque ) .
40. T-2CD T--8AR
41 . C-2R
Alternativamente, 41 . R-5R, T-SR jaque ; 42 . C-2R ( como
en la partida ) , pero no 42. R--6D, a causa de 42. . . . P-5D. Las
blancas deben tener mucho cuidado aún, antes de levantar el blo­
queo del Peón de Dama de las negras.
41 . . . . T�8R
42. R-5R P-5D
Renunciar al Peón es lo mejor que• puedan hacer las negras.
70 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

Si se j ugara 42. R-2R, la siguiente línea de acción es conclu­


yente : 43 . P---6A, P-5D ; 44. T-7C jaque, R-l D ; 45. R-6D,
T X C ; 46. T-8C jaque, A- l A ; 47. P-7A jaque, etc.
43 . R X P
La estrategia de las blancas ha dado como resultado la ganancia
de un Peón, y el resto carece de interés por lo que toca a nuestro
tema. Las siguientes jugadas son : 43 . . . . R-3C ; 44. C-3A, R-
4T ; 45. T-2R, T X T ; 46. C X T, R-5C ; 47. R-5R, A-l A ; 48.
C-4D, P-4T ; 49. C X P ; A-2D ( no 49 . . . . A X C ; 50. P-3T
jaque ) ; 50. C-7C, A-5T ; 5 1 . P-5A, R-4C ; 52. C---6R jaque,
abandonan.
Reunamos en forma breve las conclusiones que se derivan de
este ejemplo :
Juicio: Las blancas tienen un juego mejor porque las negras
tienen un Alfil "débil" y las blancas están en posición de clavar a
los Peones contrarios que obstruyen al Alfil.
Plan.
l . Clavar los Peones de obstrucción ( 20. P-4AR y 24 T-l D ) .
2 . Ocupar las casillas de bloqueo, de preferencia por el Rey
( 28. R-4D ) .
3. Reunir las diferentes posibilidades para una irrupción y
tratar de combinarlas ( análisis del N9 46) .
4. Las j ugadas insignificantes pueden ser de importantes con­
secuencias ; por ejemplo : 30. P-4CD, la cual, durante un
período de tiempo bien definido, impidió cierto número de
posibilidades.
5. Calcular con precisión el momento de levantar el bloqueo
para permitir el avance de los Peones contrarios. En tales
condiciones, la variación más pequeña puede significar el
triunfo o la derrota.
Nuestro siguiente ejemplo ilustra un final de juego de Alfil con­
tra Caballo en el cual ya se cambiaron Torres (N9 49) .
Esta es otra posición tomada del Capítulo 11 (N9 25. Eliskases­
Flohr ) , y en la que el tema principal, la mayoría de Peones en el
flanco de Dama, juega una parte secundaria. Este ejemplo tam­
bién es instructivo, aun cuando ambos jugadores han sido culpables
de algunos descuidos. Nuevamente tenemos a un Caballo contra
un Alfil "débil". Las Torres ya desaparecieron. Los Peones blancos
colocados en 4R y 5D obstaculizan a su propio Alfil, y el indefenso
Peón del Rey limita por el momento al Alfil a 3AR, 2CR o 1 TR.
CABALLO CONTRA ALFIL DÉBIL 71

El veredicto de esta posición es : las negras tienen mejor juego,


pero, como se verá, no se puede forzar el triunfo contra un buen
juego.
El plan consiste nuevament-e-err- una combinación de posibles
continuaciones :
l . Avance de los Peones del flanco de Dama.
2. Movimiento del Rey negro a 4AD, 5D, etc.
3. Establecer y reforzar la presión sobre la 4R de las blancas.
Examinemos la secuela.
28. P-4A
Las negras no pierden tiempo para aumentar la presión sobre
la 4R de las blancas. Además, ya no necesitan preocuparse por el
P-4A de las blancas, que podía constituir la réplica a la j ugada
indicada en el texto si se j ugara posteriormente. Por el momento,
29. P-4A se contrarrestaría satisfactoriamente jugando 29. . . .
R-3A.
29. P-3A
Una decisión difícil para las blancas. Otro sistema consistiría
en 29. P X P, PX P ; 30. P-4A, P-5R, después de lo cual las blan­
cas controlarían su 4D y de ninguna manera estarían en mala po­
sición. Las negras tienen una continuación mejor contra 29. P X P,
o sea, 29 . . . . C X P ; 30. R-2D, R-3A ; 3 1 . R-3D, R-2R, y
ahora :

49
l . 32. R-4R, R-3D.
( a) 33. A-l A, C-2R ; 34. A-4A, C-l C, seguido por
35. . . . C-3A jaque, ganando un Peón.
(b) 33. P-4A, P X P ; 34. P X P, ( 34. R X P, C-2R, etc. ) ;
34 . . . . P-4CD ; 35. A-l A, P-5C ; 36. A-4A, C-
72 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

2R ; 37. R-4D, C-l A, 38. A-3C, C-3C, seguida


por . . . P-4TD, 5T.
2. 32. R-4A, R-3D.
(a) 33. A-l A, C-2R ; 34. A-2C, C-l A, seguido por
35. . . . C-3C jaque, ganando un Peón.
(b) 33. P-4TD, P-3TD con diferentes posibilidades pa­
ra las negras ; por ejemplo : 34. P-5T, C-2R ; 35.
P-4A, P X P ; 36. P X P, C-l A ; 37. A-4R, P-4C
jaque ; 38. P X P al paso, C X P jaque ; 39. R-4D,
P-4TD.

Estas variaciones están lejos de agotarse ; sin embargo, servirán


para demostrar que la continuación 29. P X P conduce a un
tipo diferente de j uego, pero sin resolver en una forma satisfactoria
las dificultades de las blancas.
29. PX P
30. P X P
Las negras han obtenido una de sus posiciones que intentaban
ocupar : presión permanente sobre la casilla 4R de las blancas,
por lo que cuando menos una de las piezas blancas ( el Rey o el
Alfil ) se verá atada para defenderla.
30 . ... P-4CD
Movilizando el flanco de Dama.
3 1 . R-2D P-4TD
32. R-3D
El Rey se dedica a defender al Peón del Rey para que el Alfil
quede en libertad de moverse.
32. . . . R-3A
33. A-3A R-2R
Poniendo al Rey negro en acción.
34. P-4TR (NP 50) .
La última j ugada de las blancas conduce a un debilitamiento
definitivo de los Peones blancos del flanco del Rey, ya que aban­
dona en esta forma la posibilidad de conservar al Peón del CR de­
fendido por un Peón. Resultará más claro el por qué este factor tie­
ne importancia cuando discutamos la jugada número 36 de las
negras.
Lo correcto hubiera sido jugar inmediatamente 34. A- l D.
R-l D ; 35. P-4TD, y ahora :
CABALLO CONTRA ALFIL DÉBIL 73

l. 35 . . . . P X P ; 36. A X P, R-2A ; 37. A-2A, R-3C ; 38.


R-3A, etc.
2. 35. P-5C ; 36. A-3C, R-2A ; 3 7 . A-2A, R-3C ; 38.
A-3C, C-2C ; 39. R-4A, C-4A ; 40. A-2A, que nos
lleva a la posición ilustrada en el N9 51 .

Es ahora esencial que las blancas lleguen a esta posición cuando


el turno de jugar sea de las negras, o de lo contrario, se encon­
trarán en Zugzwang. Sin embargo, como las blancas tienen suficien­
ficientes jugadas con el Alfil, pueden efectuarlo en todo momento.
Ahora examinemos la posición en el Nr 51 .

51

l. 40 . . . . P-4C ; 41 . P-4C, P-3T ; 42. P-3T, P-6C ( en


otra forma las negras llegarán a un punto muerto ) ; 43. A-­
l C ( después de 43. A X P, C X PR, el final lo ganan las ne­
gras ) ; 43 . . . . P-7C ; 44. R-3A, C X PT jaque ; 45 . R-3C,
C-4A jaque ; 46. R X P, R-4C ; 47 . R-3A, etc.
2. 40 . . . . P-4T ; 4 1 . P-4T, P-6C ; 42. A- l C, P-7C ; 43 .
R-3A, C X PT jaque ; 44. R-3C, C-4A jaque ; 45 . R X P,
C-2D ; 46. A-3D, C-3A ; 47. R-3C, C-5C ; 48. A--2R
( en otra forma : 48 . . . C-7A, seguida por . . . C--8T,
.

ganando al PCR ) , 48 . . . . C-7A ; 49. A-3A, etc.

Todas estas variaciones conducen a posiciones del tipo de las


que en realidad se presentan con posterioridad en la partida después
de 36 . . PX P. Jugando correctamente las blancas, obtienen el
. .

empate, en tanto que la más ligera inexactitud significa el desastre.


Nos hemos adentrado más en las posiciones mostradas en el N9
51 , de manera que ahora podemos diagnosticar con claridad las
oportunidades que tienen las negras para ganar cualquiera que sea
la continuación que se elija hasta la jugada número 36. Con la j u-
74 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

garla señalada en el texto, 34. P-4TR (NP 50) , las blancas inten­
taban continuar con P-5T, como réplica a . . . P-4C, para avan­
zar P-6T, bloqueando al Peón TR de las negras, después de lo
cual el Rey negro no podría moverse sin peligro al flanco de Dama.
Pero las negras pueden desbaratar con seguridad este plan a partir
de la posición dada en el NP 50 ( Pág. 73 ) , la partida prosigue en la
forma siguiente :
34. P-3T
Sencillo, ya que si ahora se jugara 35. P-5T, las negras juga­
rían 35 . . . . P-4C .
35. A- l D R-l D
Observe que 35. P-5T, para impedir 36. P-4T, no es ade-
cuada a causa de 36. A-2A ( con objeto de libertar al Rey ) , 36 .
. . . R-2D ; 3 7 . R-3A, R-2A ; 38. R-4C, R-3C ; 39. A-3D,
etc., quedando las blancas prácticamente fuera de peligro.

36. P-4T (NP 52) .

52

Las blancas aciertan ahora con el plan adecuado : de ninguna


manera pueden adoptar una política de espera, ya que una vez que
el Rey negro llegue al centro de la batalla, resultará decisivo el
avance de los Peones de su flanco de Dama.
36. PX P
Aquí las negras perdieron su oportunidad. Jugando 36. . . .

P-5C, y maniobrando su Rey a 3CD y su Caballo a 4AD, po­


dían ganar en una forma interesante ; por ejemplo ; (N9 53 -para
análisis-) .
CABALLO CONTRA ALFIL D�BIL 75

l. 37. A-3C, R-2A ; 38. A-1 D, R-3C ; 39. A-2A, C--2C ;


40. R-4A, C-4A.
2. 3 7 . A-3C, R-2A ; 38. A- 1 D, R-3C ; 39. A-3C, C-2C ;
40. R-4A, C-4A ; 4 1 . A-2A.

Nuevamente en esta ocasión las blancas pueden optar a llegar


a la posición en cuestión en una o dos jugadas, ya que su Alfil puede
perder o ganar un tiempo a voluntad.
Demostraremos ahora que las negras tienen una forma de ganar,
sin importar quién inicie la jugada :

l. Juegan las blancas : 4 1 . P-4C, P-4C, y ahora :


(a) 42. P X P, P X P ; 43. P-6D ( en otra forma pierde, ya
el Pe(>n de la Torre, ya el Peón del Rey ) , 43. . . . R-
3A, y ganan.
( b) 42 . P-5T, P-6C ( esta jugada obtiene el triunfo ) ; 43.
A-1 C ( 43 . A X P, C X PR también dan el gane a las
negras ) . 43 . . . . P-7C ; 44. R-3A ( o bien 44. A-2A,
C X PT, seguidas por C-4A, 2D, 3A, ganando el Peón
CR, o en forma alternativa 45. R-3C, P-8C ( D )
jaque ; 46 . A X D, C-4A jaque, . etc. ) ; 44 . . . . C X PT
jaque ; 45. R-3C, C-4A jaque ; 46. R X P, C-2D ; y
nuevamente . . . C-3A gana un Peón.
2. Juegan las negras : 40 . . . . P-4T y ganan, ya que cae un
Peón, ya sea el TD, o el R ( 4 1 . P-6D, R-3A, etc. ) .
Se vuelve a repetir el mismo aspecto : Las blancas caen en
Zugzwang, y las blancas pagan muy caro el permitir que su
Peón CR se debilitara al perder el apoyo del Peón TR con­
tra los ataques del Caballo negro. Observamos también las
diferencias entre las posiciones mostradas en los diagramas
números 51 y 53. En el NP 51 , el P-3TR aún es obtenible
para las blancas. ¡ Un hermoso ejemplo que enseña el cm­
dado con que deben manejarse dichos finales !

Volvamos a la partida en sí, a partir del diagrama NP 52, des­


pués de al jugada 36. P-4TD.
36. PX P
37. A X P R-2A
38. A-2A R-3C
39. R-3A R-4C
El ataque sobre el Peón CR de las blancas ya no puede progre­
sar : 39 . . . . C- 1 R ; 40. R-4A, C-3A ; 4 1 . A-3D, C-4T ; 42 .
76 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

P-4C, C-3A ; 43. P-5C, P X P ; 44. P X P, C-2T ; y las blancas


apenas logran sortear el peligro después de 45 . P-6D, R-3A ; 46.
P-7D, R X P ; 47. R-5D, etc.
40. R-3C R-4A
4 1 . R-4T C-5A
Las negras hacen el último intento que todavía tiene algunas
oportunidades de éxito (N9 54) .

54 55
42. A-3C
Ahora, después de todo las blancas pierden. Lo correcto era
j ugar 42. A-l C, C-7D ; 43. A-3D ( impidiendo que el Caballo
negro llegue a su casilla BAR ) , y ahora 43 . . . . R-5D, falla contra
de 44. P-6D. Las negras ya no pueden intentar nada más, y deben
conformarse con un empate.
42. C-7D
43. A-2A C-8A
Ganando el Peón CR ( 44. P-4C, C-6R ) . Ahora las negras
obtienen un Peón pasado en el flanco del Rey, que gana en el mo­
mento crítico. Es notable que en esta forma el Peón débil CR de
las blancas incline la balanza a favor de las negras, debido a un
error de las mismas blancas ( 42 . A-3C ) .
44. R X P CXP
45 . R-4T
Ya resulta igual que el rey se mueva hacia arriba o hacia abajo
del tablero ; ejemplo : 45. R-6T, C-4T ; 46. R-7C, C-3A ; 47.
R-7 A, P-4C, etc.
CABALLO CONTRA ALFIL DÉBIL 77

45. C-4T
46. R-3C R-5D
47. R-4C, C-3A ; 48. P-6D, P-4C ; 49. P X P, P X P ; 50.
R-5C, P-5C ; 5 1 . A-l D, P-6C ; 52. A-3A, R-6R ; todo opera
ahora dentro de cierto tiempo; 53. A-l T, R-7A ; 54. R-6A,
P-7C ; 55. A X P, R X A ; 56. P-7D, C X P ; 5 7 . R X C, R-6A ; las
blancas abandonan.
Un final difícil, que establece el hecho de que se requiere un
cálculo exacto antes de emprender algo de naturaleza definida. Un
nuevo elemento en este final es la "opresión-tiempo" que puede
presentarse. ( Ver análisis NP 53) . Esta arma adicional en un final
de Caballo contra Alfil "débil" se ilustra con mayores detalles en
el sencillo ejemplo ilustrado en el diagrama (Nr 55) .
El Alfil negro es definitivamente débil : todos los Peones están
en casillas del mismo color que el Alfil, aun cuando esto en sí mismo
no signifique la pérdida para las negras. Si el turno de jugar es de
las blancas, no podrán ganar, pero si el turno es de las negras, pier­
den por Zugzwang. El Alfil no se puede mover porque las negras
perderían un Peón, y después de l . . . . R-3A ; 2. R-5R, seguido
por 3. C-3C, 4. C-4D y 5. C X P, sería definitivo. . ..;·
A continuación mostramos unas cuantas posibi �d�des adicio­
nales :

l. Agregando otro Peón negro en el 4D. La situación cambia y


la partida se empata sin importar a quien corresponda el
turno de jugar ; por ejemplo : l . C-3D, A-3R ; 2 . C-5A,
A- l A ; o bien, a partir de la nueva posición jugando las ne­
gras, l . . . . R-3A ; 2. R-5R, P-5D ; 3. R X P, R-3D ; etc.
2. En la ilustración NP 55, coloque el Rey blanco en la casilla
3D y el Rey negro en su casilla 2A. Se empata, juegue quien
juegue l . R-4D, R-3D, o bien l . . . . R-3A ; 2. R-4D,
R-3D.
3. Con el Rey blanco en 3R, y el Rey negro en 2R, ganan l as
blancas jueguen primero o no : l . . . . R-3D ; 2. R-4D, o
bien, l . R-3D, R-3D ; 2. R-4D.

Las características del Alfil "débil" desempeñan un papel muy


importante y constituyen una sencilla guía para el procedimiento
adecuado, no sólo cuando el Caballo está opuesto a un Alfil débil,
sino también en una competencia entre un "buen" Alfil y un Alfil
"débil". En este caso, la ventaja es mucho menos notoria, por lo
78 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

que en este capítulo nos concretaremos al estudio de Alfil contra


Caballo.
Concluiremos con dos ejemplos, ambos importantes para la teo­
ría de las aperturas.

ALEKHINE-EUWE, Londres, 1 922.


l. P-4D, C-3AR ; 2 . C-3AR, P-3CR ; 3 . A-4A, A-2C ;
4. CD-2D, P-4A ; 5. P-3R, P-3D ; 6. P-3A, C-3A ; 7 . P-
3TR, enroque ; 8. A-4A, T-1 R ; 9. Enroque, P-4R ; 1 0. P X P,
C X P ; 1 1 . A X C, P X A ; 1 2. C-SC, A-3R ? ; 1 3 . A X A.
Las blancas tienen una ventaja decisiva. Es evidente, porque las
negras quedaron con un Peón doble, y que esta ventaja es decisiva
se desprende del hecho de que, antes de mucho, las blancas llegarán
al final de un Caballo contra un Alfil débil.
1 3. PXA
1 4. CD-4R cxc
15. DXD TR X D
16 CX4R P-3C (N9 56) .
17 TRD 1 R-1 A
18 R-1 A R-2R
19 P- 4A P-3TR
2 0. R-2R TXT
21 TXT T-1 CD

56 57
Hemos llegado al final de juego, y las blancas ganarán con ju­
gadas muy bien calculadas. Proporcionaremos el resto de la partida
sin hacer muchos comentarios.
22. T-3D A- 1 T
23. P-4TD T- 1 AD
24. T-3C
CABALLO CONTRA ALFIL DÉBIL 79

La última preparación para una importante irrupción por me­


dio del P-5T.
24. R-2D
25. P-5T R-3A
26. P X P PX P
27. T-3T (N!! 57) .
Las blancas han logrado abrirse paso hasta la posición de las
negras por conducto de la columna TD.
27. A-2C
28. T-7T T-2A
29. T-8T
La Torre blanca es mucho más activa que su oponente y un
cambio no sería aconsejable.
29. T-2R
30. T-8A jaque R-2D
3 1 . T-8CR R-3A
32. P-4T
Fortaleciendo su posición en el flanco del Rey ; las negras no
pueden intentar nada.
32. R-2A
33. P-4CR R-3A
34. R-3D T-2D jaque
35. R-3A T-2AR
36. P-3C R-2A
37. R-3D T-2D jaque
38. R-2R T-2A
39. C-3A
Después de su tropiezo, las blancas encuentran ahora el curso
adecuado : el Caballo abre paso al Rey ; el cambio de guardia.
39. T-2R
40. P-5C PXP
41 . PXP R-3A
42. R-3D T-2D jaque
43 . R-4R (N!! 58) .
¡ La situación ideal ! El Rey en la casilla del bloqueo.
43 . ... T-2C
44. C-5C
El principio del fin.
80 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

44. T-2R
45 . P-3A
Sumamente precavido.
45 . . .. R-2D
Contra de 45 . . . . R-2C ; 46. C-6D jaque, seguido por 47 .
C-8R, que sería definitiva.
46. T-8C R-3A
47 . T-8A j aque R-2D
48. T-7A jaque R- l D
49. T-6A
Ganando un Peón.
49 . . . . T-2C
50. T X PR
Las negras abandonan.

58
Observe que en este ejemplo el Alfil negro fue tan "débil" que
en todo el transcurso del final prácticamente las negras jugaban
con una pieza de menos.

BLUMIN-FINE, Nueva York, 1 939.


l . P-4D, C-3AR ; 2 . P-4AD, P-3R ; 3. C-3AD, A-5C ;
4. D-2A, C-3 A ; 5 . C-3A, P-4D ; 6. P-3R, enroque ; 7. P-
3TD, A X C j aque ; 8. D X A, A-2D.
El curso de la partida proporciona una explicación de esta, al
parecer, misteriosa jugada. Las negras tratan de cambiar su Alfil
por el Alfil del Rey de las blancas, a efecto de quedar con un Ca­
ballo en contra de un Alfil débil.
CABALLO CONTRA ALFIL DÉBIL 81

9. A-3D P-4TD
1 0. P-3CD P-5T
La secuela de la jugada anterior, que pronto quedará aclarada
1 1 . P-4CD PXP
1 2. A X P C-2T
¡ Este es el asunto ! Las blancas no pueden impedir . . . A-4C
( si se jugara 1 3 . D-3D, D-1 R ) , con lo que prácticamente se obli­
ga al cambio deseado.
1 3 . C-5R A-4C
1 4. A-2C AXA
15. D X A D-4D (NP 59) .
El veredicto de la -teoría de que las negras tienen un j �ego mejor
no necesita explicarse ahora ; es la preponderancia del Caballo so­
bre el Alfil "débil" .
Siguen las j ugadas :
16. D X D
( 1 6. D X P, D X PC ) .
16. PXD
1 7 . T- l AD C-4C
Bloqueo de los Peones en las casillas negras.
1 8. Enroque C-5R
1 9. T-2A CR-3D
20. A-l A TR- l R
21. T-l D P-3AR
22. C-7D
Un desatino que cuesta una pieza. Debió jugarse 22. C-3D, sin
embargo, después de la cual sigue 22 . . . . C-5A, dando una ven­
taja definitiva a las negras.
22. P-3CD
Cortando la retirada del Caballo.
23. T-6A T-2R
Y las negras ganan con facilidad.
Este último ejemplo demuestra muy bien la importancia de las
características del Alfil "débil" . El Alfil "débil" no es contrincante
para el Caballo y permanece desamparado contra jugadas de apa-
82 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

riencia extraña como, por ejemplo : 8 . . . . A-2D ; 9 . . . . P-4TD ;


1 2 . . . . C-2T. Queda bastante claro que el Caballo es superior
al Alfil "débil" con los ejemplos que se han dado.
Nuevamente aquí, igual que en los capítulos anteriores, debe
concederse que es más fácil formular un juicio que desarrollar un
plan, aun cuando no sea de menos importancia.
Para finalizar, estudiaremos un reciente e instructivo ejemplo
tomado de la práctica de los grandes maestros. En este caso, el ju­
gador que tiene el Alfil se ve en dificultades a causa de que su opo­
nente, desentendiéndose de todas las reglas, lo obliga a la desagra­
dable necesidad de rebajar un buen Alfil a la categoría de un Alfil
débil.

AVERBACH-LILIENTHAL, Moscú, 1 949.


Los Peones blancos están colocados en casillas del mismo color
que el Alfil contrario (N9 60) ; en otras palabras, el Alfil es "bue-

59 60
no" . Por lo que, con un juego correcto, las negras no deberían per­
der el j uego por ningún motivo. Por otra parte, no tienen oportuni­
dad de ganar, ya que las blancas tienen una total compensación con
la sólida posición de su Caballo y su ventaja de espacio.
Un desarrollo normal sería 25 . . . . T-l R ; 26. R-2A, T X T
jaque ; 2 7 . R X T, R-2R ; 28. R-3R, R-3A ; 29. R-4R, y nin­
guno de los bandos podría hacer más que adoptar una táctica de
espera .
Es sorprendente que las negras hayan descuidado este sencillo

método para empatar, corriendo riesgos que no conducían a nada,


ya que las blancas podían mover sus peones del flanco de Dama a
las casillas negras. Como resultado, la ventaja del Alfil contra el
Caballo quedó totalmente nulificada.
CABALLO CONTRA ALFIL DÉBIL 83

25 . . . . P-4AD
26. P X P al paso PXP
Ahora, el Peón de Dama de las negras se encuentra seriamente
debilitado, trayendo como consecuencia que, dentro de poco, se ve­
rán tentadas las negras a moverlo a 4D, y en esta forma, toda !!u es­
trategia les proporcionará malos resultados.
2 7 . T-2D
Poniendo la mira sobre el debilitado Peón de Dama.
27. . . . R-2R
28. C-2R
Preparándose para maniobras del tipo de C-3A-4T o 4R, con
la amenaza alternativa de avanzar a P-SAD, o de atacar al Peón
de Dama por segunda vez.
28 . . . . A-3R
29. R-2A
También podía haber jugado 29. C-3A, pero es evidente que
no deseaba impedir la siguiente jugada de las negras. Es importante
observar que después de 29 . . . . P-4TD, las blancas aún pueden
jugar 30. C-3A, pues 30. P-5T ; 3 1 . C X P, A X PA fracasa
contra 32. C-6C.
29 . ... P-4D (N� 61 ) .
La posición de las negras es difícil, pero con la j ugada que se
da en el texto, prácticamente se arroja en manos de su contrario.
Debería adoptar una política de espera jugando . . . P-4AD en el
momento oportuno. De cualquier manera, las blancas tenían la
ventaja, aun cuando no era decisiva.
30. P-SA
Después de 30. P X P, A X PD, la posición de las blancas aún es
preferible, pero la jugada indicada en el texto para las negras, para
una formación de Peones negros en el flanco de Dama, es mucho
más fuerte, ya que el Alfil se ha "debilitado" .

30. R-2D
3 1 . C-4D
El Caballo ocupa una posición excelente y, en tanto detenga al
Peón de Dama de las negras, es prácticamente inexpugnable.
31. P-3A
32. T-2R A-2A
84 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

33. P-4A T-l CR


34. P-3C P-4TR
35. ' T-3R T-l R
Mientras las blancas prosiguen tranquilamente con sus prepa­
rativos, las negras se impacientan ; cambian Torres, con lo que fa­
cilitan considerablemente la victoria.
36. T X T A X T (N9 62) .
Compare este diagrama, el número 62, con la posición original
en el número 60, y el lector observará que las negras están a punto
de convertir su Alfil en Alfil débil. Observaremos más tarde en

61 62

este caso, que el Alfil es particularmente débil, ya que no tiene nin­


guna oportunidad de salir a terreno abierto ; el viaje a 3TD es de­
masiado largo y demasiado complicado, y mientras tanto, los Peo­
nes del flanco del Rey podrían convertirse en una presa fácil para
el Rey y el Caballo de las blancas. El resto no ofrece ninguna di­
ficultad.
3 7 . P-4CR
Con objeto de colocar un Peón blanco en 5CR y en esta forma
obligar a los Peones negros del flanco del Rey a moverse a casillas
blancas. Las negras no lo pueden impedir, ya que si jugaran 37.
P-4C ; 38. P X PC, PA X P ; 39. C-3A, les costaría un Peón.
37. . . . PX P
38. P X P R-2A
Preparándose para jugar A-2D, l A, 3T, pero las negras llegan
allá demasiado tarde.
39. R-3C A�2D
40. P-5C
CABALLO CONTRA ALFIL DÉBIL 85

Ahora las negras fracasan en colocar su mejor defensa, proba­


blemente convencidas de que era inútil, y se dan por vencidas des­
pués de 40 . . . . P X P ; 4 1 . P X P, A- l A ; 42. R-4A, ya que no po­
dían evitar perder material ( 42. . . . R-2D ; 43 . R-5R ) . En rea­
lidad podían continuar en dos formas, cada una de las cuales podía
proporcionar a las blancas un problema nada fácil. Son las d­
guientes :
40 . . . . P-4A (NP 63) , y 40 . . . . P X P ; 4 1 . P X P, R- l D ;
42. R-4A, R-2R (NP 64) .

63 64
Resolvamos ahora la posición en estos dos diagramas :
Nr 63 ( después de 40 . . . . P-4A, en vez de 40 . . . . P X P ) .
41 . C X 3A
Con intención de colocar al Caballo en 5R, clavando en esta
forma al Alfil permanentemente en el l R de las negras.
41 . A-l R
42. C-5R R-l D
S e trata de u n intento de llevar l a acción a l otro flanco y que
tiene que fracasar, ya que las blancas, como respuesta a . . . P-4T,
siempre podrán oponer P-4T.

43. R-3A R-2R


44. R-3R R-3R
Las negras están condenadas a una inactividad completa, ya que
su Rey debe vigilar cuidadosamente la posibilidad de que el Rey
blanco invada el territorio negro por conducto de 4D y 5R.
45 . R-4D R-2R
46. P-4T
86 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

Un proceso sistemático hacia el triunfo. Las intenciones de las


blancas son clavar al Peón negro del Rey, como se verá inmedia­
tamente.
46 . .. . R-3R
Si las negras juegan 46. P--4T para entorpecer el plan de
las blancas, éstas ganan jugando 47. C-3D y 48. P--4C sin nin­
guna dificultad, gracias a su Peón de Rey pasado y a la posibilidad
de irrumpir vía SR.
47. P-ST R-2R
48. C-3D
Y ya las negras no pueden impedir por más tiempo la pérdida,
ya sea de su Peón de Torre o de su Peón de Alfil de Dama.
Ahora, a partir de la posición del N9 64 . . .
43 . R-SR A- l R
Nuevamente las negras n o pueden jugar nada más, porque, igual
que antes, no pueden permitir que el Rey de las blancas penetre
al 6D, o al 6AR ; por ejemplo : 43 . . . . R-l D ; 44. R-6D, A-l R
( 44 . . . . R-l A ; 45. R-7R, y 46. R-7A, o bien 44 . . . . R-l R ;
45. R-7A, y 46. R-6C ) ; 45. C-6R jaque, R- l A ; 46. R-7R,
A-2D ; 47. C--4D, y 48. R-7A.
44. P--4T
El mismo método para ganar empleado en el N9 63.
44. A-2D
Si se jugara 44. P-4T, la respuesta nuevamente sería 45 .
C-2A y 46. P-4C.
45 . P-5T A-l R
46. C-2A y gana.
Porque después de 47 . C--4C, las blancas ganan el Peón de
Torre o el Peón del Alfil.
CAPÍTULO V

DEBILITAMIENTO DEL FLANCO DEL REY

ALEKHINE-BRI NCKMANN, Kecskemet, 1 92 7


l. P-4R, P-4R ; 2. C-3AR, C-3AD ; 3 . A-5C, P-3D ; 4 .
P-4D, A-2D ; 5 . C-3A, C-3A ; 6. A X C, A X A ; 7 . D-3D,
P X P, 8. C X P, P-3CR ; 9. A-5C, A-2C ; 1 0. Enroque TD,
D-2D ; 1 1 . P-3TR, enroque TR ; 1 2. TR- l R, TR- l R ; 1 3 . D-
3A, C-4T ; 14. P-4CR, A X C ; 1 5 . T X A, C-2C ; 1 6. A-6A,
(NP 65) .

65
De acuerdo con la "teoría", las blancas tienen una superioridad
conside!able y definitiva. ¿ En qué consiste .esta superioridad ? ¿ Tie­
nen las blancas oportunidad de efectuar un ataque para dar el
mate ? La respuesta es : las blancas tienen ocultas amenazas que re­
ducirán a las negras a mantenerse estrictamente a la defensiva, y
que al final las obligarán a dar paso en una u otra dirección im­
portante.
Supóngase, por ejemplo, que el turno de jugar era de las blan­
cas y que podían jugar l . D-6TR amenazando con el mate ; el
asunto se precipitaría después de l . . . . C-3R ; 2. P-4A, y las
negras no pueden oponer nada a 3. P-5A, ganando una pieza, ya
que el caballo no puede abandonar la defensa del 2CR de las ne­
gras. ¿ Cómo se presentó esta posibilidad ? Fue como consecuencia
de la debilitada formación de Peones frente al Rey negro. Con los
88 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

Peones del flanco del Rey en su posición original, las negras tenían
poco que temer. Su punto más débil lo constituye el Peón colocado
en 3CR, o, para ser más preciso, el hecho de que las blancas hayan
podido ocupar 6AR con un Alfil, en tanto que las negras carecen
de la defensa de un Alfil en su 2C.
Por consiguiente, el veredicto es : Las blancas llevan la ventaja,
porque el campo del Rey negro está debilitado. Para un plan apro­
piado, examinemos primero el curso posterior del juego.
16. T-3R
Intentando C-l R, para arrojar al Alfil.
1 7 . TD- l D
Proporcionando espacio para el Alfil, d e manera que pueda
continuar vigilando las importantes casillas 6AR y 7CR.
17. C-1 R
1 8. A-4D D-2R (NP 66) .

66 67
A estas alturas, el defensor pudo elegir otro curso de acc10n :
1 8. . . . P-3A, con objeto de cerrar la diagonal del Alfil ; entonces
las blancas j ugarían 1 9. C-5D, y las negras no pueden cambiar
al Caballo sin perder un Peón ( 1 9 . . . . A X C ; 20. P X A, T X T ;
2 1 . T X T, D-2A ; 22. T-6R, R-2C ; 23. P-5C ) . En consecuen­
cia, deben j ugar 1 9 . . . . D-2A, lo que nos conduce a la posición
que se ilustra en el N� 67.
Ahora, las negras están comprometidas en la defensa de su
Peón AR, en tanto que el Caballo únicamente obstruye su juego y
el Alfil ha perdido su efectividad ; el resultado fue un aumento de
debilidad en la posición 3AR de las negras que desjarretó a la totali­
dad de sus fuerzas. Así, pues, 18 . . . . P-3A no proporciona ningu­
na solución satisfactoria a las dificultades de las negras. Las blancas
DEBILITAMIENTO DEL FLANCO DEL REY 89

tienen el j uego libre y pueden mejorar su pos1c1on en varias for­


mas ; por ejemplo : P-4TR, P-5T, D-3CR, P-4AR, 5A.
Ahora, regresemos a la partida en sí. (NP 66) .
1 9. T-3R C-2C
Otra vez una importante jugada. Las negras aprovechan la pri­
mera oportunidad para alejar al Caballo de 1 R, de manera que su
otra Torre pueda tomar parte en la acción. La línea de conducta
elegida por las negras debe considerarse cuidadosamente, ya que el
Caballo colocado en 2C no tiene casillas disponibles, a excepción
de la 1 R, y debe tener presente la posibilidad de un ataque directo
en el campo de su Rey.
20. D-4A
Amenazando con 2 1 . D-6T.
20. D-5T
La respuesta adecuada. 20. . . . P-4CR crearía un debilita­
miento irreparable que capacitaría a las blancas para abrir nuevas
líneas de ataque por medio de 2 1 . D-3C y 2 2 . P-4A.
2 1 . TD- 1 R TD- l R (NP 68)

68

Esta es la posición en que las negras tenían la mira cuando ju-.


garon 18 . . . . D-2R. Todo peligro inminente ha pasado, y las
negras no tienen por qué temer la jugada 22. C-5D, porque des­
pués de 22 . . . . A X C ; 2 3 . PX A, T X T ; 24. T X T, T X T ; 25.
D X T, la posición queda de tal manera simplifica,da, que no se pue­
.
de tomar ninguna decisión.
Queda por hacer notar que un ataque directo por medio de 22.
T-3A ( amenazando tanto 2 3 . D X P jaque y 2 3 . A-6A ) no con-
90 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

duciría absolutamente a nada. Después de 22 . . . . P-4A ; 23. A X C,


R X A ; 24. PC X P, D X D jaque ; 25. T X D, P X P ; 26. T- l C jaque,
T-3C ; 2 7 . T X T jaque, P X T ; 28. P X P, P-4CR, las negras tie­
nen bastante j uego que oponer.
En esta forma hemos observado que en el N9 68 no solamente
fueron rechazados los ataques principales de las blancas, sino que,
además, las negras tienen cierta compensación por la presión que
ejerce el Peón del Rey de las blancas.
Sin embargo, aún no terminan las dificultades de las negras,
ya que su campo del Rey se encuentra todavía debilitado y el Alfil
mantiene una desagradable presión sobre l á casilla 2C de las negras,
lo que provoca que una importante pieza como la Dama permanez­
ca fuera de sitio. Además, aun cuando todas las piezas negras se
encuentran en acción, tienen limitados sus movimientos. Por ejem"
plo . . . T- l AR conduciría a un rápido desastre después de ser
contestado con C-5D.
Podemos concluir que si bien por el momento es adecuada la
defensa, se encuentra un poco constreñida.
22. P-3C
Un procedimiento típico de esta clase de posición. Las negras
no pueden intentar nada que valga la pena, por lo que las blancas
se dedican a fortalecer las posiciones de sus Peones y su Rey.
22. P-4TD
23. P-4T P-3C
24. R-2C T- ( 1 R ) 2R
Que se juega no solamente para llenar un tiempo, smo tam­
bién para desalojar l R para el Caballo.
25. D-2T (N9 69) .
Atacando por otro lado y preparando P-4A.
25. C- l R
Una seria equivocacmn. Esta nueva interferencia para el des­
plazamiento de las Torr�s negras proporciona a las blancas la opor­
tunidad de un rápido y decisivo giro.
Hubiera sido igualmente insuficiente 25 . . . . P-4A ( para apro­
vechar la ausencia temporal de la Da ma blanca ) , a causa de 26.
PR X P, seguida de :

l. 26 . . . . T X T ; 2 � . T X T.
( a ) 27 . . . . T X T ; 28. P X T, P X P ; 29. A X C, C X A ; 30.
PX P, y las blancas quedan con un buen Peón adelante.
DEBILITAMIENTO DEL FLANCO DEL REY 91

(b) 27 . . . P X P ; 28. A X C .
.

( i ) 2 8. T X A ; 29. D-4A, y ganan a causa de la


. . .

amenaza 30. D--4A jaque.


( ii ) 28 . R X A ; 2 9 . D--4A, P X P ; 3 0 . T-3C, etc.
. . .

2. 26 . . . P X P ; 27. A X C, T X T ; 28. T X T.
.

La mejor defensa para las negras en el N9 69 es 25 . . . . A-2C ;


ya que entonces 26. P-4A no serviría de nada después de 26.

69

P--4AD ; 2 7 . A X C, R X A ; 28. P-5A, T-4R, y la ofensiva de


las blancas queda nulificada.
En consecuencia, las blancas tienen que actuar en una forma
más sutil, principiando por 26. C-5C con el fin de proporcionar
la retirada al Alfil blanco, después de lo cual 26. . . T X P ; 2 7 .
.

T X T, T X T ; 28. T X T, A X T ; 29. C X PA proporciona una ven­


taja definitiva a las blancas.
Sin embargo, resulta menos clara la posición si, como respuesta
a 26. C-5C, las negras juegan 26 . . C-l R, ya que ahora las
. .

negras amenazan con atacar en debida forma a 4R de las blancas,


de manera que éstas se vean obligadas a j ugar a la defensiva 2 7 .
P-3AR antes d e embarcarse eJ1 combinaciones posteriores.
Un análisis exhaustivo de la posición alcanzada nos llevaría de­
masiado lejos, pero vale la pena establecer los puntos siguientes :
( 1 ) El flanco del Rey todavía es débil ( Peón en 3CR ) , cuya debi­
lidad está demostrada por el completo control que ejerce el Alfil del
Rey de las blancas sobre las casillas negras. ( 2 ) Cualquier intento
para romper la posición de las negras está llamado a fracasar a
causa de que su defensa está operando con toda sa fuerza.

26. P-4A
Con la amenaza evidente 2 7 . P-5A.
92 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

26. C-3A
Si se jugara 26 . . . . T-2D ( haciendo espacio para la Torre del
Rey ) ; 2 7 . P-5A, TR-2R ; 28. D-2R, amenazando 29. C-5D,
por ejemplo : 28 . . . . A-2C ; 29. C-5D, A X C ; 30. P X A, R- I A ;
3 1 . P-6A, T X T ; 3 2 . D X T, C X P ; 33. P-5C, y ganan. Las
negras pueden contrarrestar esta amenaza con 28. . . . R- I A
( no 2 8. . . . P-3A ; 29. D-4A jaque ) ; sin embargo, en esta posi­
ción se encuentran ante una situación sin salida : sus piezas están
mal colocadas, y las blancas pueden atacar en varias formas.
2 7 . P-5A TXP
¡ Desolación ! Sin embargo, 2 7 . . . . C X PC, jugada que se inten­
ta después de la precedente, falla contra 28. D-4A.
28. CXT cxc
29. D-4A P-4CR
30. D- l A P-4D
31 . P-4A
Las blancas terminan con algunos golpes certeros.
31. D-3T
32. P-6A T- l R
33. P X P A X PD
34. D-5A Abandonan.
Los puntos salientes del plan seguido por las blancas en la par­
tida anterior, fueron :

l. Mantener al Alfil en su línea, la gran diagonal negra.


2. Empleo del Alfil, bien directamente auxiliado por la Dama,
o indirectamente en irrupciones.
3. Consolidación de sus posiciones como parte preliminar para
posteriores acciones.

· Presentamos a continuación un ejemplo más eficaz que muestra


que el debilitamiento en 3CR puede conducir rápidamente a fata­
les consecuencias :
l . P-4R, P-3AD ; 2. P-4D, P-4D, 3. P X P, P X P ; 4. P-
4AD, C-3AR ; 5 . C-3AD, C-3A ; 6. A-5C, P X P ; 7 . P-5D,
C-4R ; 8. D-4D, C-6D jaque ; 9. A X C, P X A ; 1 0. C-3A,
P-3CR ; 1 1 . A X C, P X A ; 1 2 . Enroque TR, A-2R ; 1 3. TD- I D,
enroque ; 1 4. T X P, A-4AR ; 1 5 . T-2D, A-3D (N9 70) .
Una variación recomendada por Botvinnik. La posición muestra
ahora diferentes características : las blancas tienen un Peón pasado
DEBILITAMIENTO DEL FLANCO DEL REY 93

contra un Peón doblado de las negras, pero éstas tienen dos Alfiles.
Sin embargo, el rasgo esencial es la debilidad en el flanco del Rey
negro, que será la causa de que no se pueda defender al Peón colo­
cado en 3AR.
La secuela es :
16. P-4CR
El objeto de esta jugada es despejar su 4R, de manera que el
Caballo pueda tomar parte activa en la refriega.
16. A- l A
Así l o manda e l análisis de Botvinnik, pero n o se toman en cuen­
ta las siguientes variantes, que impiden un desastre inmediato :
16 . . . . A-4R. Ahora, después de 1 7. C X A, P X C ; 1 8 . D X PR,
A X P ; 1 9. C-4R, P-3A ; 20. D-4A, no cabe duda que las blan­
cas tienen un buen juego, pero aún falta que se gane.
1 7 . C-4R
Ahora, de pronto, el débil Peón AR queda irremisiblemente per­
dido : 1 7 . . R-2C ; 1 8. P-5C, o 1 7 .
. . A-2R ; 1 8. P--6D. Es
. . .

evidente que 1 7 P-4A no serviría de nada, a causa de 1 8.


. . . .

C-6A jaque, etc. En este caso, no es el Peón, sino la casilla en 6AR


lo que las blancas han capturado.

70 71

1 7. A-4R
La mejor jugada, relativamente.
1 8. C X A PXC
1 9. D X PR P-3A
20. D-4A
Y las blancas quedan con un valioso Peón de ventaja.
94 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

Hemos visto en los ejemplos anteriores que la j ugada . . . ,


P--:3CR, produce el debilitamiento qu� alcanza a las casillas 3AR
y 2CR, las que se convierten en fácil presa del contrario. Esta po­
sibilidad se disminuye y aun se nulifica si existe un Alfil defensor
en 2CR. Pero incluso entonces, no todo el peligro queda eliminado,
ya que se debe considerar otro aspecto : en determinadas circuns­
tancias, el adversario puede abrir la columna de la Torre del Rey,
como se podrá observar en el siguiente ejemplo :

KATEKOV-GOLOMBEK, Praga, 1 946


l . P-4R, P-4AD ; 2. C-3AR, P-3D ; 3. P-4D, P X P ; 4.
C X P, C-3AR. 5. C-3AD. P-3CR ; 6. P-3A, A-2C ; 7 . A-3R,
enroque ; 8. D-2D, C-3A ; 9. Enroque, C X C ; 1 0. A X C, A-3R ;
1 1 . P-4CR, P-3TD ( era mejor 1 1 . . . . D-4T ) . Las blancas lo­
grarán dentro de poco lanzar un ataque irresistible (NP 71 ) .
Las blancas tienen cuatro líneas de ataque contra tres de las
negras ; en cambio, como compensación, las negras tienen su movi­
lidad en el flanco de Dama, donde pueden hacer j ugadas como . . .
D-4T y . . . P-4CD, y más aún, til;nen una columna abierta
del AD y un Alfil muy bien colocado en 3R. No obstante, es evi­
dente que a causa de la debilidad de las negras en su 3CR, la ba­
lanza se inclinará definitivamente a favor de las blancas, ya que és­
tas tendrán oportunidad de abrir la columna TR por medio del
avance de su Peón TR :
Observemos el desarrollo posterior del juego :
1 2 . P-4TR
Hablando en términos generales, las negras pueden elegir dos
métodos para aplicarlos contra el avance del Peón TR. Pero es po­
sible que el remedio sea peor que la enfermedad, ya que en esta
posición, ningún método es completamente adecuado :

l. 1 2 . . . . P-3T ( para contestar a 1 3 . P-5T con 1 3 . . . .


P-4CR ) . En esta forma pierde un Peón después de 1 3 .
A X C, A X A ; 1 4 . D X PT o bien, 1 3 . . . . P X A ; 1 4 . D X PD.
2. 12 . . . . P-4TR, que es contestada con 1 3 . A X C, A X A ; 1 4.
P X P, P X P ; 1 5 . D-6T, etc.

1 2. P-4CD
1 3 . C-5D

• 11 ,
1
En forma inesperada, las blancas demqralil . su ¡¡,�a,I\ce1 ,Podían
1'
haber J Ugado 1 3 . P-5T, para contmuar des�ue con 14. P X P

DEBILITAMIENTO DEL FLANCO DEL REY 95

sin embargo, emprenden primero unas maniobras previas para abrir


la columna TR en condiciones favorables. Pronto veremos la forma
en que esto se lleva a cabo.
13. AXC
Prácticamente obligado : las blancas amenazaban debilitar al
Peón de Dama por medio de un cambio en 6AR, en tanto que las
negras era evidente que no podían retirar su caballo, ya que el cam­
bio de su Alfil del Rey hubiera entorpecido la defensa de su flanco
del Rey.
1 4. P X A D - 2A
Desde luego, la jugada no era 1 4 . . . . C X P, porque al jugar 1 5 .
A X A, ganaban una pieza.
1 5 . P-5T TD- 1 A
1 5 . . . P X P definitivamente n o hubiera aligerado e l peso que
.

soportan las negras. Después de 1 6. P X P, amenazando P-6T, o en


igual forma después de 1 6 . A X C, A X A ; 1 7 . T X P, las blancas ob­
tendrían una fácil victoria.
16. P X P PA X P (N9 72)

72
Era mucho mejor recapturar con el Peón de Torre, pero en este
caso particular reduciría las oportunidades ya un tanto magras de
las negras de defenderse con éxito ; por ejemplo 16 . PT X P ; 17.
. . .

A-3D ( de modo que la Dama pueda maniobrar con libertad ) ;


1 7. .. TR- 1 D ; 1 8 . T-3T, R-1 A ; 1 9 . TD- 1 T, R-l R ( en
.

ninguna otra forma pueden las negras detener el mate. con que se
ven amenazadas por 20. T-8T j aque, etc. ) ; 20. P-5C, C-4T ;
2 1 . A X A, C X A ; 22. T- 7 T y ahora . . .
96 CRITERIO Y TÁCTICA E N E L AJEDREZ

l . 22. C-4A ; 23. A X C, P X A ; 24. D-3D, o bien,


2. 22. C---4T ; 23. T ( 1 T ) X C, P X T ; 24. A-SA, etc.

Las blancas tienen mucho mejor juego porque controlan la co­


lumna TR, donde sus Torres pueden amagar puntos vitales de la
posición de las negras, en tanto que sus demás piezas tienen también
un buen alcance para sus actividades.
1 7 . A-3D
Atacando y defendiendo al mismo tiempo.
1 7. T-2A
En este caso, 1 7 . C X PD también resultaba insuficiente, por-
que la mejor pieza de defensa de las negras, el Alfil del Rey, resulta­
ría eliminado. Después de 1 7 . . . . C X PD ; 1 8. A X A, R X A ; 1 9.
D--6T jaque, las blancas ganan con facilidad, como se puede ob­
servar en las j ugadas siguientes 1 9. . . . R-2A ; 20. D X PT jaque,
R- 1 R ; 2 1 . A X P jaque, seguido por 22. T X C ( o bien, 20 .
. . . R-:-3R ; 2 1 . D X PC jaque ) , o 1 9 . . . . R-3A ; 20. P-5C jaque,
R-3R ; 2 1 . D-3T jaque, R-2A ; 22. D X P jaque y ganan.
1 8. D-5C C-1 R
E n esta forma aceleran s u derrota. Una defensa un poco mejor
sería 1 8 . . . . D-2C, en contestación a la cual las blancas podrían
jugar 1 9. A X PCR. Después de 1 9 . . . . P X A ; 20. D X P, las blancas
pueden hacer varios amagos, siendo el primero y el más importante
2 1 . T-8T jaque, R X T ; 22. D X T, etc. Otras jugadas preparato­
rias, tales como 2 1 . T-2T y 2 1 . P-5C, también conducen al mate
después de 2 1 . . . . C-1 R ; 22. D-7T jaque, R-1 A ; 23. D-8T
jaque, etc. Las negras no tienen ninguna defensa contra todas estas
fuertes amenazas ( por ejemplo, 20 . . . . D X P, fracasa contra 2 1 .
A X C ) , por lo que podemos sacar como consecuencia que la colum­
na abierta de TR que las blancas lograron conquistar debido a la
debilidad de las negras en su casilla 3CR, fue el factor decisivo.
1 9. T X P
Una jugada fuerte, si bien bastante evidente.
1 9. RXT
Otras formas de contestar esta jugada no son mejores.
20. D X P j aque R- 1 C
2 1 . T- 1 T
DEBILITAMIENTO DEL FLANCO DEL REY 97

Amenazando con dar mate en dos jugadas : 22. T-8T jaque,


R X T ; 23. D-7T mate.
21. C-3A
22. A X C Abandonan.
Ya que después de 22. T o P X A, nuevamente hay mate :
23. T-8T jaque, etc.
Ocasionado por el punto débil en 3CR, que resulta particular­
mente molesto si se carece del Alfil del Rey en 2CR si el Alfil con­
trario del mismo color se encuentra todavía sobre el tablero, y a
un avanzado P-4TR-5TR unido a la abertura forzada de la co­
lumna TR.
Es curioso que en tales casos el plan sea fácil y, en cambio, el
juicio resulte complicado. En casi la mayoría de los casos, donde
se llega a la conclusión de que de hecho existe debilitamiento en 3CR
( aun cuando exista todavía un Alfil en 2CR ) , el plan indicado :
P-4TR-5TR y un cambio de Peones en 3CR, es el que se debe
adoptar.
Pero es necesario, antes de embarcarse en esta maniobra, tomar
en consideración los siguientes puntos :

l. Con frecuencia es una necesidad preliminar jugar P-4CR


para proveer en contra de . . . P-4TR.
2. El contraataque . . . P-3TR, seguido por . . . P-4CR, que
por causas tácticas no fue practicable en el ejemplo anterior,
es, hablando en términos generales, de una naturaleza no
muy dudosa para las negras, ya que la formación de Peones
original, 2TR, 3C y 2A, es vulnerable en sí misma, sea a
P-4AR o a cualquiera otra acción en 5CR.
3. El cambio efectuado en 3CR ( ver comentario a la jugada
1 5 ) por lo general agrava la posición del que se defiende.
4. Es de suma importancia para las blancas obligar al cambio
del Alfil del Rey de las negras, ya que esta pieza desempeña
un papel muy importante en la defensa.

En el ejemplo que estamos discutiendo, la apertura de la colum­


na de la TR es decisiva por haberse enrocado las blancas en el flanco
de Dama y las negras en el flanco del Rey. Si ambos jugadores se
hubieran enrocado en TR, el avance del Peón TR es difícilmente
factible contra 3CR. En consecuencia, los casos en los cuales 3CR
representa un punto débil son escasos, siendo ésta la razón por las
que t� les posiciones son difíciles de juzgar acertadamente.
98 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJ �REZ
Es aún más difícil el caso de . . . P-3TR, cuya jugada repre­
senta debilitamiento solamente en determinadas y bien definidas
circunstancias.
Proporcionamos tres de tales ejemplos. En los dos primeros, cada
uno de los cuales tiene su punto débil en 3TR, el ataque se efectúa
con piezas, en tanto que los Peones tienen a su cargo el papel prin­
cipal en el tercero.

BOTVINNIK-SZABó, Groningen, 1 946


l . P-4D, P-4D ; 2 . C-3AR, C-3AR ; 3 . P-4AD, P-3R ;
4. C-3A, P-4A ; 5. PA X P, C X P ; 6. P-3R, C-3AD ; 7 . A-4A,
C X C ; 8. P X C, P X P ; 9. PR X P, A-2R ; 1 0. Enroque, enroque ;
1 1 . A-3:Q, P-3CD.
1 2 . D-2A
Esta j ugada obliga a las negras a debilitar su flanco de Rey, pe­
ro, ¿ en qué forma ? ¿ . . . P-3CR o . . . P-3TR ? Hablando en
forma general, 3CR significa un debilitamiento más serio, como se
verá en este caso particular. Ahora, después de jugar 1 2. . . . P-
3TR, llegamos a la posición mostrada en el NP 73. ( En la partida,
Szabó jugó : 1 2 . . . . P-3C ) .

73 74
1 3. D-2R
Con la amenaza de ganar una pieza por medio de 14. D-4R,
la contestación normal :
13. A-2C
hace que pierda un Peón :
1 4. D-4R
DEBI IlTAMIENTO DEL FLANCO DEL REY 99

Amenazando dar mate. Las negras pueden ahora elegir entre 1 4 .


. . . P-3C ; 1 5 . A X P y 1 4 . . . . P-4A ; 1 5 . D X P jaque.
Ahora puede observarse por qué 3TR constituye un punto débil ;
al rechazar el ataque sobre 2T por medio de . . . P-3CR, se dejó al
Peón del Rey en el aire. 3TR también puede considerarse como
punto débil al proporcionar las más grandes posibilidades de un sa­
crificio, como por ejemplo, en la siguiente y bien conocida variación
de la apertura escocesa :
l . P-4R, P-4R ; 2. C-3AR, C-3AD ; 3 . P-4D, P X P ; 4.
C X P, C-3A ; 5 . C-3AD, A-5C ; 6. C X C, PC X C ; 7. A-3D,
P-4D ; 8. P X P, P X P ; 9. Enroque, enroque ; 1 0. A-5CR, P-3A ;
1 1 . D-3A, A-2R ; 1 2 . TD- 1 R, P-3TR ? (N9 74) .
Aquí tenemos la refutación a la última jugada de las negras :
13. A X P PXA
1 4. D-3R
Atacando al Peón y al Alfil.
14. A-3D
Y no 1 4. A-3R ; 1 5 . D X PTR, y las negras quedan sin de-
fensa contra la doble amenaza T-3R-3C y T-5R-5C.
1 5 . D X PTR T-t'C

Intentando . . . T-5C. Si las negras juegan 1 5 . . . . P-5D para


impedir T-3R, la contestación es 1 6. C-4R, C X C ; 1 7 . T X C
( amenaza 1 8 . T-4C jaque y 1 9. D-7T mate ) ; 1 7 . . . . P-4AR ;
1 8. T-4TR y ganan.
1 6. P-4A
Las negras se encuentran indefensas contra la doble amenaza
de 1 7 . T-3A y 1 7 . T-5R, ejemplo : 1 6 . . . . A-5CR ; 1 7 . T-5R,
A X T ; 1 8 . P X A, seguido por 1 9. P X C y mate.
En este tipo de combinación, en la mayoría de los casos la dis­
posición de las Torres juega una parte muy importante. Tan pron­
to como se desbarata la cortina de Peones frente al Rey, las Torres
entran en actividad en la tercera o quizá en la cuarta y quinta filas.
El punto débil en 3TR puede ser más serio aún en diferentes
aspectos :

BLAU-VAN SCHELTINGA, Hilversum, 1 947


l . P-4R, P-4R ; 2. C-3AR, C-3AD ; 3 . A-5C, C-3A ; 4.
Enroque, A-4A ; 5 . P-3A, enroque ; 6. P-4D, A-3C ; 7. T-1 R,
100 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

P-3D ; 8. P-3TR, D-2R ; 9. A-5C, P-3TR ; 1 0. A X CR,


DXA ; 1 1 . C-3T, C-2R ; 1 2 . C-4A, C-3C ; 1 3 . C X A, PT X C
(N� 75).

75 76

Las negras llevan la ventaja porque el flanco del Rey blanco está
debilitado por el P-3TR. Se puede objetar que las negras también
jugaron ¡ . . P-3TR ! Pero el asunto es que las negras, a dife­
.

rencia de las blancas, pueden explotar la debilidad de su adversario.


En seguida veremos en qué forma :

1 4. A-l A
Intentando P-3CR.
1 4. C-5A
En esta forma, P-3TR también significa el debilitamiento de
su 4AR, ya que no podrá jugar P-3CR sin perder su Peón de TR.

1 5 . R-2T
Queriendo obligar a jugar P-3C �

1 5. . . . P-4CR (76) .
Esta es otra forma de explotar el punto débil en 3TR de las
negras, un avance del Peón negro 4CR al 5CR, con la apertura de
la columna CR.
Observe la similaridad del procedimiento adoptado contra 3CR,
el a_vance del Peón negro de 4TR a 5TR, y la apert\lra de la co­
lumna TR.
1 6. C-l C

Intentado evidentemente para impedir . . . P-5C.


DEBILITAMIENTO DEL FLANCO DEL REY 101

Es importante observar que 1 6 . P-3CR no hubiera tenido el


efecto deseado ; ejemplo : 1 6 . P-3CR, P-SC y ahora :

l. 1 7 . C-1 C, igual que en la partida.


2. 1 7 . P X C, D X P jaque ; 1 8. R-2C, después de lo cual las
negras pueden elegir entre una pequeña ventaja en el final
de juego después de :
( a) 1 8 . . . . P X C jaque ; 1 9. D X P, D X D jaque ; 20. R X D,
P-4AR, o bien una continuación de su ataque por
medio de :
(b) 1 8 . . . . R-2T ; 1 9. C-2T, T- 1 CR ; 20. R- 1 T,
P-6C.
( i ) 2 1 . P X P, D X P ; etc.
( ii ) 2 1 . C-4C, P X P ; 22. T-2R, A X C ; 23. P X A,
D X P ; etc.
3. 1 7 . P X PC, A X P ; 1 8. P X C, D X P jaque ; 1 9. R-2C, R-
2T ; 20. A-2R, T- 1 CR ; etc.

16. P-5C
1 7 . P-3CR
Si la jugada hubiera sido 1 7 . P X PC, D-ST jaque ; 1 8. C-3T,
A X P ; 1 9. D-2D ( 1 9. P-3CR, D-4T ) ; 1 9 . . . . A X C ; 20. P X A,
R-2T, con un fuerte ataque. Las negras han logrado por completo
llevar adelante el plan adecuado obteniendo las dos ventajas si­
guientes : (a) un Caballo invulnerable situado en SAR, y ( b) una
columna abierta CR para sus Torres.
La jugada indicada en el texto constituye el sacrificio de un
Peón, y tiene por objeto aminorar el ataque de las negras.
1 7. CXP
1 8. c x c PXC
1 9. D-2D
El Peón AR estaba en prise.
1 9. . . . D-3C
Nuevamente no era factible jugar 20. A X P a causa de 20.
D-4T.
20. P-4AR A-SC
2 1 . P-SA D-4T
Las negras han conservado su Peón extra, y en el avance del
Peón del CR se ha proporcionado, además, una línea abierta para
102 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

el ataque. Por cierto que ganaron sin ninguna dificultad. Nos abste­
nemos de proporcionar el resto de la partida, ya que no se relaciona
con nuestro tema.
El plan por medio del cual el atacante quiera explotar el debi­
litamiento en 3TR, en la forma demostrada, debe contener los ele­
mentos siguientes :

l. Ataque a lo largo de la gran diagonal 3D-7TR.


2. Colocación de un caballo en 5AR.
3. El avance P-4CR a 5CR.
4. Sacrificio en 3TR del defensor.
1

Pero el �ito de este plan dependerá principalmente de si en


efecto el P-3TR ha creado un punto débil, o, en otras palabras,
únicamente entonces puede ser concluyente el juicio de la posición.
La j ugada P-3TR puede también tener sus ventajas, siendo
las más frecuentes : (a) impedir la jugada A-5CR clavando al CR,
y ( b) proporcionar al Rey una casilla para huir en 2T.

RESHEVSKY-SANTASIERE, Nueva York, 1 939.


l . P-4D, P-4D ; 2. P-4AD, P-3AD ; 3 . C-3AR, C--3A ; 4.
C-3A, P X P ; 5. P-4TD, A-4A ; 6. P-3R, P-3R ; 7. A X P,
A-5CD ; 8. Enroque, enroque ; 9. D-2R, A-5C ; 1 0. P-3T,
A-4TR ; 1 1 . T-- 1 D, CD-2D ; 1 2. P-4R, D-2R ; 1 3 . P-5R, G--
4D ; 1 4. C-4R, P-3TR ; 1 5 . C-3C, A-3C ; 1 6 . C- 1 R, P-3A ;
1 7 . P X P, D X P ; 1 8. C-3D, A-3D ; 1 9. C-4R, D-2R ; 20. C X A,
D X C ; 2 1 . T-3T, TD-1 R ; 22. C-5R (N9 77) .

77

"Las blancas tienen mejor juego", dicen los libros. La posición


de las negras está debilitada en varias formas, y las piezas de las
blancas están desplegadas en tal situación que los peligros que se de-
DEBILITAMIENTO DEL FLANCO DEL REY 103

rivan de dichas debilidades se observan con claridad. El Caballo


blanco controla las importantes casillas negras 3CR y 2AR.
La Torre blanca, colocada en la tercera fila, aumenta las opor­
tunidades de un sacrificio en 6TR, en tanto que la diagonal de
l CD a 7TR de las blancas, por el momento en poder del Alfil de Da­
ma de las negras, de hecho es vulnerable. En consecuencia, las
blancas tienen muchas posibilidades de ataque, y las negras tienen
enfrente una tarea difícil, aun cuando no imposible.
22. A---2T
Las negras no pueden controlar las dificultades que las rodean,
cometiendo de inmediato un error definitivo.
Cuán difícil es en tales posiciones acertar con la jugada ade­
cuada, lo demuestra el hecho de que la jugada obvia 22. . . . C X C,
que eliminaría al poderoso Caballo blanco, resulta igualmentto in­
suficiente.
Unas pocas variaciones : 22 . . . . C X C ; 23. P X C, y ahora :

l. 23 . . . . D-4A ; 24. T- 3CR, R-2T ; 25. P-4C .


(a) 25 . . . . D X P ; 26. D-4C, C-2R ; 2 7 . A-3T, y gana.
(b) 25 . . . . C X P ; 26. T X A, R X T ; 2 7 . D-4R jaque.
( i ) 27 . . . . T-4A ; 28. A-4A, y las negras no tienen
ninguna defensa en cántra de 29. P-4C, en tanto
que 28 . . . . R-2A, fracasa contra 29. D X T jaque.
( ii ) 27 . . . . R-2A ; 28. T-7D jaque, T-2R ; 29.
A-3R, D-4T ; 30. D-5A j aque, R- l R ; 3 1 .
T X T jaque, R X T ; 32. D X P jaque, R- l D ;
33. D-6D jaque, R-l R ; 34. A-5A y gana.
(e) 25 . . . . D-2R ; 26. T X A, R X T ; 27. A-3D jaque,
R-2A ; 28. D-5T jaque, R-l C ; 29. D---6C y ganan.
2. 23 . . . . D-4A ; 24. T-3CR, C-5A ; 25. A X C, T X A ; 26.
T X A, T X A ; 27. T-7D, T-8A jaque ; 28. R-2T, T-2R ;
29. T-8D jaque.
(a) 29 . . . . R-2A ; 30. T-6A jaque, P X T ; 3 1 . D-5T
jaque, R-2C ; 32. D-4C j aque, etc.
(b) 29 . . . . R-2T ; 30. T X PT jaque, P X T ( . . . R X T ;
3 1 . T-8T jaque, etc. ) ; 3 1 . D-4R j aque, R-2C ; 32.
D--4C jaque, y nuevamente da mate por medio de
32. D-8C.
8. 23 . . . . D-2A ; 24. T-3C .
(a) 2 4. . . . R-2T ; 2 5 . T X A, cambiando a l . (e) .
(b) 24 . . . . D-2A ; 26. T-4D, A-4T ( para impedir 2 7.
T ( 4D ) -4C ; 2 7 . D-2A, con un ataque vigoroso ) .
104 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL A.JEDREZ

De este análisis resulta claro que en la jugada 22, las negras


debieron j ugar su Alfil, ofreciendo con seguridad una mejor resis­
tencia con 22. . . . A-4A. La mejor respuesta de las blancas sería,
entonces (NP 77) : 22 . . . . A-4A ; 23. T-3CR, R-2T ; 24. T-30,
ahora :
l. 24 . . . . C ( 2D ) -3C ; 25. A-3D, amagando poderosamente
con 26. P-40 y 26. P-5T.
2. 24 . . . . P-3CD ; 25. P-40, A-30 ; 26. C X A, R X C ; 2 7 .
D-2A jaque, R 2 A ; 28. A X P y ganan.
-

3. 24 . . . . C X C ( la mejor ) ; 25. P X C, y las blancas tienen la


ventaja.
Para volver al verdadero curso del partido después de 22.
A-2T :
23. T-3CR
Amenazando ganar un Peón mediante 24. A X P, y las negras
no pueden detener el ataque, sea por medio qe 23. . . . T-3A ; 24.
C-40 o por 23 . . . . C-5A ; 24. D-40.
23. R-l T
24. A X C
Un cambio sorprendente, el significado del cual se hace evi­
dente en el acto.
24. PA X A
L a recaptura lograda por el Peón del AD es obligada, ya que
24 . . . . PR X A fracasa contra 25. C-7A jaque, y 24 . . . . D X A con­
tra 25. A X P, P X A ; 26. C X C, etc.

25. A X P T-2R
Si se hubiera j ugado 25. P X A ; seguiría 26. C X C, D X C ;
2 7 . D-5R jaque, con el mate a continuación. Así, pues, el cambio
en 5D tuvo por objeto impedir que el Caballo negro se instalara en
3AR.
26. A-2D cxc
De lo contrario, las negras pierden otro Peón después de 2 7 .
T-30.
27. P X C D-30
28. A-3R D-4T
29. T-4D
DEBILITAMIENTO DEL FLANCO DEL REY 105

Las blancas deben ganar, ya que llevan un buen Peón de ven­


taja y pueden continuar su ataque con igual energía.

29. T-4A

Si se jugara 29 . . . . A-4A ; 30. D-5T, R- l C ; 3 1 . T-4T,


y ganan.

30. T-4T
3 1 . D--4C
Amenazando 32. D-6C

31. R- l C
32. A-5C T ( 2R ) -2A
33. A-6A
La participación de los Alfiles anuncia la intensificación del
ataque.
33. P-3T
34. P-5T D-2D
Las negras ya no tienen ningunas jugadas adecuadas a su dis­
posición. Por ejemplo : 34 . . . . T-2D ; 35. R-2T, P-5D ; 36.
T-6T, P-6D ; 37. D-4T y ganan.

35. T-6T R-l A


36. D-6C Abandonan.

Hasta ahora se han examinado sólo posiciones débiles del Rey


en las que éste se ha enrocado en TR. Si ampliamos nuestro campo
de observación, podemos incluir posiciones en las que el Rey aún
está en el centro, cuando está expuesto a ser atacado. Esto ocurre
principalmente cuando el atacante ha logrado por algún medio con­
finar al Rey contrario en su casilla original.
Normalmente, lo anterior se puede lograr únicamente por me­
dio de sacrificios. Así, pues, se debe sopesar el material que se sa­
crifique contra el prospecto del ataque resultante, y de inmediato
se complica el juicio de la posición . El plan dependerá del grado de
inseguridad de la posición enemiga.
Todo esto queda ilustrado en los dos ejemplos característicos si­
guientes. En el primero, el atacante impide que su oponente se
enroque con la Torre del Rey por medio de la diagonal 3TD-8AR ;
en el segundo, logra lo anterior por medio de la columna abierta
del Rey a costa de mucho material.
106 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

MIKENAS-FEIGIN, Kemeri-Riga, 1 939


l . P-4D, P-4D ; 2. P-4AD, P-3AD ; 3 . C-3AR, C-3A ; 4.
C-3A, P X P ; 5 . P-4TD, A-4A ; 6. C-5R, P-3R ; 7 . P-3A,
A-5CD ; 8. C X P ( 4A ) , C-4D ; 9. A-2D, D-5T jaque ; 1 0.
P-3C, D X PD ; 1 1 . P-3R, D-3A ; 1 2. P-4R, C X C ; 1 3. D-3C,
C X PR ; 1 4. A X A (N9 78) .

78 79

De acuerdo con la teoría, las blancas tienen un ataque ganador.


Si nos preguntamos por qué el ataque es ganador, la contestación
no es muy fácil de encontrar, ya que nos hallamos en medio de una
combinación que las blancas iniciaron desde la jugada número 1 3 .
Observemos l o que sigue :
1 4. D-5D
Las negras no tienen opción a elegir, sino que caen en la combi­
nación de las blancas. Si jugaran 14 . . . . C-4C ; 1 5, P-4T, gana­
rían una pieza.
15. P X C D X P jaque
16. R-2A D X T (N9 79)
La combinación ha seguido su curso y observamos que a costa
del cambio de tres Peones, las blancas han logrado conservar al Rey
contrario en el centro.
Y, lo que es aún más importante, todas las piezas blancas, sin
excepción, están colocadas en tal forma que el asalto final puede
lanzarse en seguida. Por otra parte, las negras no tienen piezas dis­
ponibles para su defensa ; su unidad más importante, la Dama, se
encuentra cortada y en peligro de ser atrapada. Al formar un juicio
sobre posiciones de este tipo, es indispensable tomar en cuenta las
potencialidades de ataque y defensa.
DEBILITAMIENTO DEL FLANCO DEL REY 107

1 7. C-6D jaque.
Principio de la cacería.
17. R-2D
Las negras tienen poco donde escoger. Si jugaran 1 7 . . . . R-2R,
o bien 1 7 . . . . R-1 A, desde luego seguiría 1 8. C X A jaque dese.,
y 17 . . . . R- 1 D es contestado como sigue :
1 7 . . . . R- 1 D ; 1 8. C X A, P X C ; 1 9. T- 1 D j aque, R- 1 A
( 1 9 . . . . R-1 R ; 20. A-2C y 2 1 . D-3R mate, a menos que las ne-
gras sacrifiquen su Dama ) ; 20. A-2C, D X P ; 2 1 . D X P y ahora :

l.2 1 . . . . P-3CD ; 22. A-6D, C-2D ; 23. A-4A, T- 1 D ;


24. D-6R y gana.
2. 2 1 . . . . T-1 D, 22. T X T jaque, R X T ; 23. D-7R jaque,
R- 1 A ; 24. A-6D y da mate en la siguiente jugada.

1 8. C X A T- 1 D
Si jugaran 1 8. PX C, se presentarían nuevamente las varia-
ciones anteriores.
1 9. A-7R
Con un doble ataque a la Torre y el PCD.
1 9. C-3T
20. D X PC jaque C-2A
2 1 . T- 1 D jaque Abandonan
Después de 2 1 . . . . R-1 R ; 22. D X C conduce al mate.
l . P-4D, P-4D ; 2. P--4AD, P X P ; 3. C-3AR, C-3AR ; 4.
D--4T jaque, CD-2D ; 5. C-3A, P-3R ; 6. P--4R, P--4A ; 7 .
P-5D, P X P ; 8 . P-5R, P-4CD ; 9 . D X PC, T- 1 CD ; 1 0. D--4T,
P-5D ; 1 1 . P X C, P X C ; 1 2 . A X P, PA X P ( era mejor 1 2 . . . .
T-5C ) ; 1 3 . A X P j aque, R X A ; 14. D-4A jaque, R- 1 R ; 1 5 .
P-7A jaque, R-2R ; 1 6. A X P, T X A ; 1 7 . Enroque ( TR ) . (N�
80) ( Análisis de Keres ) .
Las blancas pueden efectuar un ataque vigoroso, según asegura
la "teoría" . Pero en este caso, a diferencia del ejemplo anterior, no
está muy claro que el ataque sea necesariamente un ataque ga­
nador. Por cierto, aun cuando el ataque de las blancas es muy pe­
ligroso y, especialmente en la práctica, sumamente prometedor, una
defensa acertada ayudará a las negras a salir del paso.
A continuación damos unas cuantas variaciones que arrojarán
alguna luz sobre las oportunidades de ataque de las blancas y las
posibilidades de defensa de las negras.
108 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

l. 1 7 . . . . R-30 ; 1 8 . TR-- 1 0 jaque, R-2A ; 1 9. D--4A


jaque.
(a) 19 . . . . R-3C ? ; 20. TD- 1 C, T-5C ; 2 1 . P-3TD,
T X T ; 22. T X T jaque, R-3A ; 23. D-4T jaque,
R-30 ( 23 . . . . R-2A ; 24. D-5T jaque, etc. ) ; 24.
T-1 0 jaque y las blancas ganan.
(b) 19 . . . . R-2C ; 20. D-4R jaque ( si se j uega 20. C-
5R, D-3 A ) , 20 . . . . R-1 C ; 2 1 . C-5R, D-2A, y las
negras se pueden sostener.
2. 1 7 . . . . D-3C ( la mejor ) ; 1 8. TD- 1 R jaque, R- 1 0 ; 1 9.
D--4A.
(a) 1 9 . . . . A-3D ? 20. D-5C jaque, R-2A ; 2 1 . T-8R
( amenaza 22. D-80 jaque, y las blancas ganan ) .
( b) 19 . . . . A-2R, y el ataque de las blancas ha llegado
a un punto muerto.

Estas pocas variaciones, seleccionadas de entre una gran can­


tidad, demuestran lo difícil que es apreciar una posición en la que
se hace necesario formar un juicio de los valores relativos del ma­
terial contra las oportunidades de ataque.
CAPÍTULO VI

EL ATAQUE SOBRE EL CAM PO DEL REY

Este capítulo está íntimamente conectado con el anterior, en el


que se mostró la forma en que se puede aprovechar de un punto
débil en el campo del Rey contrario. Para explotar dicha debilidad,
es necesario iniciar un ataque al flanco del Rey ; así pues, el tema
de este capítulo ya se ha tocado en lo que se dijo con anterioridad.
En consecuencia, examinaremos principalmente ataques sobre po­
siciones no debilitadas, y para definir con claridad el campo de nues­
tra investigación, empezaremos con el siguiente ejemplo típico.

RUBINSTEIN-TEICHMANN, 1 908
l . P-4D, P-4D ; 2. P-4AD, P-3R ; 3. C-3AD, C-3AR ; 4.
A-5C, A-2R ; 5. P-3R, CD-2D ; 6. C-3A, enroque ; 7. D-2A,
P-3CD ; 8. P X P, P X P ; 9. A-3D, A-2C ; 1 0. Enroque TD, P-
4A ; 1 1 . P-4TR. P-5A ; 1 2 . A-5A, T-l R ( era mejor 1 2 .
P-3C ) ; 1 3 . A X CR, C X A ; 1 4. P-4CR, A-3D ; 1 5 . P-5C, C-
5R ; 16. P-5T, D-2R ; 1 7 . TD- 1 C, P-3TD (N� 81 ) .

81

Las blancas tienen una gran ventaja de espacio sobre el flanco


del Rey ; la mayor parte de sus piezas están apuntadas directa o
indirectamente a la posición del Rey negro, con los Peones adelanta­
dos del CR y TR como cabeza de lanza. Sin embargo, y en esto estri­
ba la diferencia de los ejemplos del capítulo anterior, en el flanco del
1 10 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

Rey negro, la formación de Peones está intacta ; los Peones se


encuentran en sus casillas originales, por lo que las facultades de
defensa de las negras están grandemente aumentadas. Por ejemplo,
en contra de 1 8. P-6T, las negras contestan sencillamente 1 8 . . . .

P-3C. En tanto que 1 8. P-6C se contesta con 1 8 . . . PA X P ;


.

1 9. P X P, P-3T. En cualquier caso, los conductos para atacar al


Rey negro están cerrados, por lo que es sumamente difícil empren­
der un ataque. El precepto invocado en condiciones análogas contra
nn flanco debilitado del Rey, o sea, el avance de los Peones para la
apertura de líneas de ataque, no opera en forma automática en este
caso, por lo que se deben buscar métodos nuevos y más efectivos. Sin
embargo, al mismo tiempo se incurrirá en mayores responsabilida­
des que requerirán unos cálculos más intrincados y precisos : por lo
general, un flanco no debilitado del Rey sólo se puede dominar me­
diante sacrificios. Esto hace que sea más difícil tanto el juicio como
la elaboración del plan. Las blancas tienen mejor juego porque tie­
nen preponderancia sobre el flanco del Rey ; pero, ¿ es tan grande
esta ventaja que pueda obligar a una decisión sin ofrecer un
sacrificio ? La respuesta a esta pregunta tiene un interés especial,
toda vez que el que está a la defensiva obtiene cierta compensación
en otro terreno. Así, en el Nr 81, por ejemplo, las negras tienen ma­
yoría de Peones en su flanco de Dama, mayoría que desempeñará
un papel muy importante y tal vez definitiv o en el caso de que las
blancas no puedan lanzar su ataque relativamente pronto. En mu­
chos otros casos, es cuestión de sopesar los pro y contra, y el experto
debe usar una especie de intuición en un juego combinado para sa­
ber si su ataque tendrá éxito o fallará.
Sin embargo, en la posición que nos ocupa, el conocimiento an­
terior ya no tiene importancia ; la suerte está echada desde la jugada
número 1 0, cuando las blancas, al enrocarse con la Torre de la Da­
ma, retaron a su oponente a una carrera en los flancos opuestos.
Desde entonces sólo tiene importancia el plan. Las blancas adelanta­
ron a sus Peones fronterizos ( el cambio en 6AR para dejar lugar al
Peón CR es digno de especial atención ) . Todo está listo para el mo­
mento culminante : las Torres atrás de los Peones, el Alfil en 5AR
completamente activo, la Dama lista en segundo término y los Ca­
ballos preparados para intervenir.
Rubinstein terminó de hacer todos los preparativos para la com­
binación decisiva que en seguida se presenta :
1 8 . A X P jaque
La misma idea general se demostró en el capítulo anterior, pero
EL ATAQUE SOBRE EL C�PO DEL REY 111

e n este caso, e l costo del material hace que deba ser calculada con
exactitud.
1 8. RXA
1 9. P-6C jaque
Es la continuación lógica, pero tal vez se pregunte si después de
19 . . . . P X P ; 20. P X P jaque, R-1 C, la columna abierta de la
Torre vale en realidad el sacrificio de una pieza. ¡ Paciencia ! Ru­
binstein fue quien hizo la combinación, pero sus planes son un tanto
diferentes ; después de : 1 9 . . . . P X P, intentó ganar rápidamente
jugando 20. C X C, P X C ; 2 1 . C-5C jaque y a continuación :

l. 21. R- 1 C ; 22. D X P jaque, etc.


2. 21. R- 1 T ; 22. P X P jaque de descubierta, etc.
3. 21. R-3T ; 22. C-7A jaque, etc.

1 9. R- 1 C
20. c x c PXC
Y no 20 . . . . D X C ; 2 1 . P X P jaque, R X P ; 22. C-5C ja­
que, etc.
2 1 . P-6T (N� 82)

82

Esta es la posición crítica de la que dependerá el éxito del ata'l.ue


de las blancas. Es una de las situaciones que las blancas han ima­
ginado unas pocas jugadas antes y sobre las que basó su juicio, parte
por cálculo y parte por intuición. La mayoría de los grandes jugado­
res se confían en el instinto al jugar, aunque analizan una o dos
variaciones a modo de control. No intentaremos delinear el funda­
mento de esta intuición ; en otras palabras, trataremos de establecer
si existían bases sólidas para la decisión, quizá inconsciente, de este
gran maestro, de que las blancas podrían ganar en esa forma. Y
1 12 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

ahora, prestemos atención a detalles menores, de los que siempre


se debe estar pendiente y que ocurren constantemente cuando está
en juego el éxito de una combinación a base de sacrificios :
l. La acción vertical de la Torre en la columna del CR.
2. La acción vertical de la Torre en la columna TR.
3. La acción horizontal de una Torre colocada en 7CR.
4. La acción horizontal de una Torre colocada en 7TR.
5. El poder de un Peón defendido en 7CR con el apoyo de una
Torre en la columna de TR.
6. La posibilidad de que la Dama intervenga en 4AD.
7. La posible acción de la Dama blanca a lo largo de la diago­
nal 2AD-7TR, si las negras se posesionan de 3AR de las
blancas.

Si se desea examinar la posición en forma sistemática, el primer


paso consiste en hacer un inventario del material que existe en cada
bando. La base de este cálculo es la distribución de las fuerzas en
un momento oportuno.
En esta posición, con la misma cantidad de material en cada
bando, no pueden existir dos opiniones : las blancas no tienen ne­
cesidad de muchos cálculos para saber que pueden ganar en 1 0 o
20 j ugadas. Sin embargo, las blancas tienen una pieza de menos, y
deben estar a la expectativa de las posibles oportunidades que se
presenten para ganar material y recuperar el equilibrio. En el dia­
grama número 82, la pregunta que se plantea es : ¿ La jugada 22.
P X P j aque constituye una amenaza para ganar material ? Exami­
némosla :
l. 22 . . . . R X P ; 23. T X P jaque, R-I A ; 24. T X D, T X T ;
25. C-5C, y las blancas han cambiado una Torre y una
pieza menor por la Dama y un Peón.
2. 22 . . . . D X P ; 23. T X P j aque, D X T ; 24. P X D, P X C ; 25.
D-7T jaque, etc.
Así, la respuesta es completamente clara : 22. P X P jaque cons­
tituye una amenaza, por lo que es inútil examinar jugadas de las
negras tales como TD- l A, o . . . P-4C. Otras medidas sin nin-
gún efecto, como . . . P X C y . . . D-3A también pueden ignorar-
se, de manera que prácticamente sólo quedan cuatro jugadas de
Peones dignas de consideración ( . . . PX PC, . . . PX PT, . . . P- -
4A y . . . P-3A ) .
Sin embargo, para hacer un estudio completo, pasaremos re­
vista a todas las jugadas razonables :
EL ATAQUE SOBRE EL CAl4PO DEL REY 1 13

l. 2 1 . . . . P X C ; 22. P X P jaque.
(a) 22 . . . . D X P ; 23. P X P, D X P ; 24. D-7T jaque, etc.
(b) 22 . . . . R X P ; 23. D-6C jaque, R-l C ; 24. P X P, etc.
2. 2 1 . . . . A-4D ; 22. P X P j aque, A X P ; 23. P X P, A-4D ;
24. T-8T jaque, R-2A ; 25. P-8C ( D ) jaque, T X D ; 26.
T-7T jaque, etc.
3. 2 1 . . . . T-l AR ; 22. P X P, R X P ; 23. P X P jaque a la des­
cubierta, R-3A ; 24. T-6T jaque, etc.
4. 2 1 . . . . D-3A ; 22. P X P jaque, R X P ; 23. T X P jaque.
(a) 23 . . . . D X T ; 24. P X D, P X C ; 25. D-5A jaque,
R-2R ; 26. P-8C ( D ) , etc.
(b) 23 . . . . R- l A ; 24. C-5C, etc.
( e) 23 . . . . R-3R ; 24. T X A, D X C ; 25. D X PA ja-
que, etc.
5. 2 1 . . . . P X PT ; 22. P X P jaque doble, R X P ; 23. T X P,
T- l T ; 24. D X P jaque, etc.
6. 2 1 . . . . P X PC ; 22. C-4T, P-4CR ( 22 . . . . A-4D ; 23.
T X P, o 22 . . . . R-2T ; 23. P X P, R X P ; 24. C-5A jaque ) ;
23. C-6C, D-3R ; 24. P-7T jaque, R-2A ; 25. P-8T
( D ) , T X D ; 26. C X T jaque, etc.
7. 2 1 . . . . P-4A ; 22. P X P.
(a) 22 . . . . P X C ; 23. D X P, A-5R ; 24. T--8T jaque,
R X P ; 25. T-7T jaque, R- l C ; 26. D-5TR, etc.
(b) 22 . . . . D X P ; 23. T-7T, etc.
( i ) 2 3 . . . . P X C ; 24. D X P, etc.
( ii ) 23 . . . . D-3A ; 24. T-7AR, D-3R ; 25. C-
5C, D-4D ; 26. D- l D, T-2R ; 2 7 . D-5T, etc.
8. 2 1 . . . . P-3A ( como se jugó en la partida ) ; 22. P X P.
(a) 22 . . . . P X C ; 23. T-8T jaque, R X P ; 24. T-7T ja­
que, R- l C ; 25. D-5A y gana.
(b) 22 . . . . D-3R ; 23. T-8T jaque, R X P ; 24. T-7T
Jaque.
( i ) 2 4. . . . R- l C ; 2 5 . T ( l C ) -l T, y gana.
( ii ) 24 . . . . R-l A ; 25. T X A, P X C ; 26. P X 7C ja-
que, R- l C ; 27. D-7T jaque, etc .
_
En lo general, un complicado conjunto de variaciones que sería
imposible calcular al detalle sobre el tablero, de manera que el ins­
tinto juega una parte muy importante. Por otro lado, nunca se
debe olvidar que el instinto y la intuición no descansan sobre bases
exactas, y deben suplirse con el cálculo todo lo que sea posible.
1 14 CRITERIO Y TÁCTICA EN l!lL AJI!lDREZ

Pasando revista a todo lo que se ha visto en esta posición, llega­


mos al siguiente juicio : Las blancas tienen ventaja ( para ganar )
gracias a la avanzada posición de sus Peones del flanco del Rey y
a la movilidad de sus piezas, especialmente las Torres. El plan con­
siste en encontrar la combinación que obtenga el triunfo, y que por
medio del sacrificio de un Alfil abrirá líneas de ataque para las
Torres.
Sin embargo, si hubiéramos seguido el mismo proceso en una
etapa un poco anterior de la partida, digamos, después de la j ugada
número 1 0, llegaríamos a las siguientes conclusiones :
Juicio : Las oportunidades de las blancas en el flanco del Rey
y las de las negras en el flanco de Dama son aproximadamente las
m1smas.
Plan ( para las blancas ) : Avance de los Peones del flanco del
Rey ; colocación de las piezas en posiciones activas.
La regla vigente que no titubea en adelantar los Peones para
reforzar el ataque al flanco del Rey, es, desde luego, siempre válida
cuando ambos contendientes se enrocaron en flancos opuestos. Por
ejemplo, en el diagrama número 83 las blancas pueden adelantar
sus Peones sin gran riesgo, pero cuando ambos bandos se enrocan
sobre el mismo flanco, el avance de los Peones para atacar al Rey
contrario significa el debilitamiento del flanco del Rey atacante, por
lo que se requiere un cálculo cuidadoso.
Examinemos ahora la posición ilustrada en el diagrama número
84, cuya posición se presenta después de las siguientes jugadas :

83 84
ALEKHINE-H. JOHNER, Zürich, 1 934
l . P-4R, P-4R ; 2. C-3AR, C-3AD ; 3. A-5C, P-3TD ; 4.
A-4T, P-3D ; 5 . Enroque, C-3A ; 6. P-3A, A-2D ; 7. P-4D,
A 2R ; 8. P-5D, C- l CD ; 9. A-2A, A-5C ; 1 0. P-4A, CD-
-
EL ATAQUE SOBRE EL CAMPO DEL REY 1 15

2D ; 1 1 . P-3TR, A--4T ; 1 2 . C-3A, enroque ; 1 3 . P--4CR, A-


3C ; 1 4. D-2R.
Las blancas han adelantado sus Peones del flanco del Rey, de­
jando espacio para la colocación efectiva de sus unidades de ataque
( después de A-2D y R-2C, las Torres a 1 TR y 1 CR ) . Las negras
no disponen de esta oportunidad, siendo una de las razones que
el Alfil en 3C se interpone en el camino. En consecuencia, la posi­
ción de las blancas tiene la preferencia, a menos que las negras
encuentren en el diagrama número 84 alguna manera de desarrollar
una defensa efectiva. La única oportunidad de las negras es 14 .
. . . P--4TR, que, sin embargo, parece que no es muy efectiva a
causa de 1 5 . C--4TR, con lo que se cambia el Caballo por el Alfil
y debilita la formación de Peones de las negras. Jugando 15 . . . .
A-2T pierde un Peón después de 1 6. P-5C, y la conocida com­
binación 1 5 . . . . A X P fracasa contra 1 6 . C X A, C X C ; 1 7 . D X C,
debido a la amenaza del mate. Pero examinando la posición con
más cuidado, resulta evidente que las negras no deben temer al
cambio en cuestión y que pueden continuar con 1 5 . . . . P X P ; 1 6 .
P X P, C-2T ; y ahora, después d e . . .

l. 1 7 . C X A, P X C, las negras amenazan inmovilizar el j uego


de las blancas j ugando 1 8 . . . . A--4C y obteniendo el do­
minio sobre la casilla 4AR de las blancas. Estas deben jugar
1 8. P--4A, y después de 1 8 . . . . P X P ; 1 9. A X P, A-3A, las
negras obtienen el control de la 5R de las blancas.
2. También es poco satisfactoria para las blancas 1 7 . C-5A,
A-4C, como se demuestra en la partida Bosch-Kmoch,
Baarn, 1 94 1 ( 1 8. R-2C, A X A ; 1 9. TD X A, D--4C ; 20.
T- 1 TR, A X C ; 2 1 . PR X A, P-3CR ; etc. ) .

En ambos casos el punto principal es que las negras obtengan


el control de cierto número de casillas negras, con lo que el conjunto
de Peones blancos pierde elasticidad, quedando separado de la ac­
ción el Alfil en 2AD. De acuerdo con lo anterior, el avance de los
Peones del flanco del Rey no resulta favorable, y la jugada número
1 3 de las blancas, P--4CR, merece un signo de interrogación. Las
blancas debieron preparar cuidadosamente su avance, por ejemplo,
coiCl A-2D, R-2T y R-1 CR, aun cuando, desde luego, no es
seguro que con ello resultara su ataque efectivo y que de cualquier
manera no queden en posiciones desventajosas.
Es conveniente continuar la partida Alekhine-H. Johner después
de la posición NP 84, ya que en ella se ilustran las consecuencias
desastrosas de una defensa pasiva, y también porque la forma en
116 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

que las blancas manejan la situación puede ser un modelo de lo que


debe ser dicho tratamiento.
14. . . . C--1 R
1 5 . A-2D P-3T
Una jugada debilitadora, y que en vista de la política pasiva de
las negras, significará dificultades para el Alfil y favorecerá el ata­
que de las blancas. En consecuencia, la continuación activa 1 5 . . . .

P--4TR es aún preferible ( 1 6. C- 1 D, CR-3A ) . En este caso,


aunque las negras pierdan un tiempo, tienen, de todas maneras,
oportunidad de contraatacar.
1 6. R-2C A-2T
1 7 . T- 1 T P--4CR

Esto capacita a las blancas a abrir la columna TR en cualquier


momento dado, pero, en realidad, las consecuencias de la j ugada
P--4TR, y quizá la P-5CR ( después de cuidadosos preparativos ) ,
hubieran sido no menos serias.
1 8. P--4TR P-3AR
1 9. C-1 D T-2A
20. C-3R C- 1 A
Con e l intento d e trasladar e l Caballo a l 5AR por medio de
3CR.
2 1 . C-5A AXC
En forma obligada, pero ahora su 3CR queda fuera de control.
22. PC X A T-2TR
23. TD- 1 CR C-2C
24. R- I A
Las blancas ya tienen todo cuidadosamente preparado
24 . . .. D- I R
L o que, después d e todo, permite a u n Caballo llegar a 5AR.
25 . C-2T C-4T
26. C--4C C-5A
2 7 . D-3A (NP 85)
Amenazando obtener la victoria con facilidad jugando 28. A X C,
PR X A ; 29. D X P, P X D ; 30. C X PT jaque doble, con el mate a
continuación.
EL ATAQUE SOBRE EL CAMPO DEL REY 117

27. R-2C
28. P X P PT X P
29. T X T jaque CXT
30. T-l T
Por medio de procedimientos sencillos, las blancas han obtenido
el control de la columna de TR, y ahora amenazan con ganar rá­
pidamente jugando 3 1 . A X C y 32. D-3 ! R.
30. R- l T
3 1 . T-6T D-2A
32. A- l D T-l CR
Las negras tienen que hacer frente a una tarea difícil : no tienen
j uego que oponer y deben permanecer a la defensiva contra un gran
número de amenazas. Las amenazas inminentes son, por ejemplo,
33. D-l T, 34. A X C y 35. C-5R ( después de 34. . . . PR X A ) ,
además, 36. A-5T y 3 7 . A-6C. La jugada proporcionada en el

85 86
texto se refiere a esta maniobra, ya que puede seguir . . . T-2C ;
por otra parte, ello deja vacío el flanco de la Dama, lo que las
blancas aprovechan sin perder tiempo.
33. D-3CD
Instructivo y particularmente fuerte ; el atacante no debe igno­
rar nunca ciertas maniobras desviadoras. En este caso, por ejemplo,
a menos que la Torre de las negras regrese a tiempo, la Dama blan­
ca penetrará a la posición enemiga, y las negras perderán, por lo
menos, algunos Peones.
33. ... P-3C
Después de 33 . . . . T- l C ; 34. A X C, PC X A { o bien . . .
PR X A ) , puede seguir ya sea 35. D-3TR ( 35 . . . . T-l C ; 36.
1 18 CIUTEIUO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

C X PR, PA X C ; 37. A-T5R o bien, 35 . . . . D-2C ; 36. T-6C,


D-l A ; 37. C-6T ) o 35. T-6C.
34. D-4T
Con la doble amenaza 35. D X P y 35. D-7D.
34. A-l A
�. D X P AXT
36. C X A D-2C
Observe lo importante que es para las blancas que su Alfil colo-
cado en lD impida que la Dama negra llegue a su 4TR.
�. CXT RXC
38. D--8A jaque C- l A
39. A X C
Por fin es eliminado este puesto avanzado, y en un momento
en que las negras no pueden aprovecharse de las columnas abiertas
que resultaron de este cambio.
39 . ... PR X A
Después de 3 9. . . . PC X A, las blancas ganan de la manera
más sencilla con 40. A-3A y con el avance de sus Peones TD y CD.
40. D--8R P-5C
La última oportunidad de las negras, que no debe subestimarse.
41 . D-5T P-6A
42. A-4T C-2T
43 . A-2A
Después de 43. A-SR, las negras tienen oportunidad de con-
traatacar jugando 43. C-40.
43. C-l A (N9 86)
En el libro de registro del torneo, Alekhine explica por qu� 43 .
. . . C-4C ya no conduce a nada : 44. D X P, D-3T ; 45. R- l C
y a continuación :

l . 45 . . . . R- l A ; 46. A-lD, C-6T jaque ; 47 . R- l A, D-


8A { o 7D ) ; 48. D X P, etc.
2. 45 . . . . D-2C ; 46. D-3C, etc.
1

44. P-5R
Las blancas afrontaron problemas difíciles porque su Alfil sólo
podía desarrollar muy poca actividad, pero la jugada anotada en
EL ATAQUE SOBRE EL CAMPO DEL REY 1 19

el texto soluciona todas las dificui tades. La oferta de un Peón de


las blancas tiene dos aspectos. Uno se relaciona con la posición ( 44 .
. . . PA X P ; 45. P-6A, D X P ; 46. D X P jaque, R-2A ; 47. A--4R )
y el otro es combinativo, como lo demuestra el curso posterior de
la partida.
44. PD X P
45. P-6D
Ahora, 45 . . . . P X P no servirá de nada a causa de 46. P-5A.
Ejemplo :

l . 46. . PC o PD X P ; 47. A-3C jaque y ganan.


. .

2. 46. .. D-2AD ; 47. A-3C jaque, R-2C ; 48. D X P ja-


.

que, R-3T ; 49. D-8C, D-2R ; 50. P-6A, etc.


3. 46. . . . D-2D ; 47. P X PD, C-2T ; 48. A-3C jaque,
R-1 T ; 49. D-6C y ganan.

45. P--4A
Desde luego no 45. P-3A ; 46. P-5A, etc.
46. A--4R D-2D
47. D-6T
Las negras abandonan la partida porque el jugar 4 7. . . . C-2T,
fracasa contra 48. A-5D jaque, R-1 T ; 49. D-6C, D- 1 D ; 50.
P-7D.

87

Juicio de la posición después de la jugada número 1 6 : favorable


a las blancas, por controlar más espacio en el flanco del Rey.
Plan : Disposición efectiva de las fuerzas ( las Torres en· 1 CR y
1 TR, un Caballo en 5AR, y, sobre todo, uno en 4CR, posterior­
roen te un Alfil en 1 D ) . Preparación cuidadosa para abrir líneas
120 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

de ataque ( 28. P X PC ) sm olvidar, al mismo tiempo, el flanco


opuesto ( 3 3 . D-3CD ) .
El ataque de las blancas se hizo posible por la política pasiva
de las negras y fue ayudado por la mala colocación del Alfil de
Dama negro. Sin la presencia de este Alfil en el 3CR de las negras,
hubiera sido mucho más difícil para las blancas procurarse una
columna abierta para lanzar su ataque. Este problema aparece más
evidente en algunas variaciones importantes del Ruy López ; a con­
tinuación proporcionamos un ejemplo especialmente representativo :

ALEXANDER-PACHMAN, Hilversum, 1 947


l . P-4R, P-4R ; 2. C-3AR, C-3AD ; 3. A-5C, P-3TD ;
4. A-4T, C-3A ; 5. Enroque, A-2R ; 6. T-l R, P-4CD ; 7 .
A-3C, P-3D ; 8. P-3A, enroque ; 9. P-3TR, C-4TD ; 1 0 .
A-2A, P-4A ; 1 1 . P-4D, D-2A ; 1 2 . CD-2D, A-2C ; 1 3 .
P-5D, A-l A ; 1 4 . C-l A, T-l R ; 1 5 . R-2T, P-3C ; 1 6. C-3R,
A-l A ; 1 7 . P-4CR (N9 87) .
Las blancas tienen mejor j uego. La situación en este caso es me­
j or que la ilustrada en el número 84, ya que las negras no tienen
oportunidad de entrar en actividad en el flanco del Rey ( en el caso
del N9 84, 14 . . . . P-4TR ) , ni tampoco pueden elaborar una de­
fensa satisfactoria con Peones en 3AR y 3CR, ni con Caballos en
2AR y 2CR, ya que, como consecuencia de su jugada número 9
C-4TD, su CD está demasiado alejado.
1 7. A-2CR
1 8 . T-l CR R- l T
1 9. C-5C
Con l a idea d e provocar 1 9 . . . . P-3T. S i las negras no res­
ponden, en ese caso los importantes Peones negros colocados en TR
y AR quedan expuestos al fuego enemigo.
1 9. . .
. T- l A
20. P-4TR
El objeto es permitir que el Caballo blanco se pueda retirar a
3TR en caso de ser atacado, desde donde podrá ayudar al Peón
al 4AR.
:.!0. C- l C
2 1 . D-2R A-2D
22. A-2D C-2R
Lo que da a las blancas la oportunidad de ejecutar una sor-
EL ATAQUE SOBRE EL CAMPO DEL REY 121

prendente combinación. Lo correcto es 22. P-3A ; 23. C-3 T ,


y solamente entonces j ugar 23 . . . . C-2R.
23. C-5A (NP 88) .
Las blancas ofrecen un Caballo para poder abrir la columna
del CR y proporcionar en esta forma a su Dama acceso a 5TR. Co -

88 89

mo en nuestro primer ejemplo, la intuición también desempeña


un papel importante en este caso, ya que las consecuencias no se
pueden calcular con exactitud.
23 . ... PXC
Una prueba convincente de lo difícil que es, incluso para un
maestro, aquilatar la oferta de un sacrificio en su verdadero valor.
En este caso, después que dicho sacrificio se ha aceptado, el ataque
de las blancas obtiene una fuerza definitiva. La única oportunidad de
las negras es 23. . . . A-3AR, en tanto que las blancas deben
escoger entre :

J . La continuación sólida 24. C X C, A X C ( 2R ) ; 25. P-4AR,


etc.
2. El provecho que se espera por el sacrificio : 24. C X PT,
R X C ; 25. P-5C, etc.
24. PC X P (NP 89)

24. P- 3 A

Las otras posibilidades no ofrecen mejores perspectivas ; por


ejemplo :

l. 24 . . P-3T ; 25. D 5 T , A-I R ( o bien 25 . . . . P-3A ;


. . -

26. C-7A jaque, o 25 . . . . R- l C ; 26. P-6A ) ; 26. P-6A


y ganan.
122 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

2. 24 . . . . C-l C ; 25. C X P, R X C ; 26. D-5T jaque, A-3T


( o 26 . . . . C-3T ; 27. T X A jaque, etc. ) ; 27. T X C, y ganan.

25. C X P
Un segundo sacrificio, y lógico complemento del primero. Si
se jugara ahora 25 . . . . R X C ; 26. D-5T jaque, R-l C ; 27. T X A
jaque, R X T ; 28. T-l C jaque, el mate está a continuación.
25 . . .. A- l R
N o hay otra cosa mejor ; las negras deben sostener s u 4TR. S i se
hubiera jugado 25 . . . . T-l CR, entonces la continuación más sen­
cilla de las blancas sería 26. C X P, o si fuera 25. . . . T-2A, las
blancas ganaban después de 26. D-5T, R-l C ; 27. A-6T, A-l R ;
28. T X A jaque, T X T ; 29. C X P jaque, R-l A ( o l T ) ; 30. A X T
jaque, R X A ; 3 1 . C X A jaque, etc.
26. T X A
Una última sorpresa. Si en vez de la anterior se jugara 26.
C X T, las negras todavía tendrían oportunidad de defenderse.
26 . . . . RXT
27. C X T RXC
Las negras deben tomar al Caballo ; en otra forma éste se podía
refugiar en 6R. Observe : 2 7 . . . . A-2A ; 28. C-6R jaque, A X C ;
29. T-l C jaque, etc.
28. A-6T jaque R-2A
( Y no 28 . . . . R-l C ; 29. D-4C jaque, etc. )
29. D-5T jaque C-3C
30. P X C jaque R-l C
3 1 . D-5A D-2R
Con dos poderosos Peones de demasía, sin mencionar las opor­
tunidades posteriores para atacar, las blancas tienen la victoria, por
lo que proporcionaremos las jugadas finales sin comentario :
32. T-l CR, C-5A ; 33. A-l A, A-2D ; 34. D-3A, T-l AR ;
35. P-3C, C-3C ; 36. P-5T, P-4A ; 3 7 . A-5C, P X P ; 38.
D-2R, D-l R ; 39. A X P, A-4A ; 40. A-6T, T-3A ; 4 1 . D-3A,
y las negras abandonan.
Para concluir, volvamos al tema de juzgar las posiciones y pla­
near las jugadas en la posición NP 87.
EL ATAQUE SOBRE EL CAMPO DEL REY 1 23

juicio : Las blancas tienen mejor juego, ya que su ventaja en


espacio les proporciona oportunidades de atacar por el flanco
del Rey.
Plan : Colocar las piezas de ataque en las posiciones más favora­
bles, provocar la creaci6n de puntos débiles ( 1 9. C-5C ) y elimi­
nar la formaci6n protectora de Peones frente al Rey ( 23 . C-5A y
25. C X P ) .
En ocasiones, el avance de un Pe6n sobre el flanco del Rey no
tiene otro objeto que establecer puntos fuertes o alejar a unidades
enemigas bien colocadas, cuando el avance de los Peones es s6lo de
importancia secundaria. En tales casos, el atacante debe tener sumo
cuidado en procurar la seguridad de su propio Rey. A continuaci6n
presentamos un ejemplo pertinente.

MIKENAS-FLOHR, Hastings, 1 93 7-8


l . P--4R, P-3AD ; 2. P--4AD, P--4R ; 3. C-3AR, P-3D ;
4. P--4D, A-5C ; 5. C-3A, C-2D ; 6. A-2R, CR-3A ; 7 . Enro­
que, A-2R ; 8. A-3R ; enroque ; 9. C-2D, A X A ; 1 0. D X A,
D--4T ; 1 1 . P--4CR (NP 90) .

90

¿ Cuál fue el objeto de esta última j ugada? ¿ Intentan las blancas


un avance de sus Peones del flanco del Rey para amenazar el campo
del Rey negro ? Es evidente que no, ya que las piezas blancas están
·
por completo faltas de preparaci6n para un ataque de esa natura­
leza. Pero puede muy bien ser que, después de este avance prelimi­
nar, las blancas se encuentren en condiciones de mover sus piezas
a Wla formaci6n de combate más adecuada.
Sin embargo, hablando en términos generales, es muy peligroso
iniciar un ataque con los Peones del flanco del Rey cuando el centro
no está seguro ; lo que conduce a una máxima sencilla : un cen-
124 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

tro abierto proporciona muchas oportunidades de contraatacar. al


que se encuentra a la defensiva. En este caso, el centro está aún
abierto, pero las blancas pueden, en un momento dado, jugar P-
5D, creando condiciones más favorables para un avance general
de los Peones.
En consecuencia, la jugada P-4CR debe considerarse a la luz
de los siguientes puntos :

(a) Las blancas se reservan la posibilidad de jugar P-5D, se­


guida al final por P-3AR, R-2A, T-l TR y TD- l CR.
( b) El Peón CR blanco domina las casillas 5AR y 5TR, impo­
sibilitando a la Dáma negra atacar al flanco del Rey.
(e) Las blancas tienen una amenaza oculta de P-5C, que hará
que el Caballo negro se retire a una casilla poco favorable.

juicio : Las blancas tienen mayor movilidad y, en consecuencia,


mejor j uego.
Plan: Conservar su preponderancia mediante una atingente dis­
tribución de sus piezas, teniendo presente el cambio a un ataque
general ( ver [a] ) .
11. PXP
Las negras aflojan la tensión con objeto de eliminar el peligro
de un ataque general. Sin embargo, 1 1 . . . . P-3TR con 1 2 . . . .
C-2T, es preferible.
1 2. C-3C.
Mucho más fuerte que la captura inmediata 12. A X P, cuya
réplica es 1 2 . . . . D-4CR.
1 2. D-3T
1 3. C X P C-4R
Atacando los Peones colocados en CR y AD. La siguiente ju­
gada de las blancas es obligada.
1 4. P-5C C- l R
15. P-3C A-ID
16. P-4A C-3C
17. P-4TR
El juego adquiere gradualmente las características de un ataque
general. Pero la diferencia radica en su propósito verdadero. En tal
ataque, el primer objetivo es ocupar la sexta fila con objeto de
amenazar en forma directa al Rey contrario. En el presente caso,
EL ATAQUE SOBRE EL CAMPO DEL REY 125

este procedimiento tendría pocas probabilidades de éxito, ya que


las piezas blancas no están distribuidas en forma efectiva. En este
caso, el avance de los Peones se hace con un objeto diferente que,
en primer lugar, tiene como mira ganar espacio y obtener el control
de casillas que son importantes.
1 7. A-3C
Desde luego, la jugada no era 1 7 . . . . C X PT, porque entonces
se jugaría 1 8. P-5AR y el Caballo quedaba aislado.
1 8. C-5A
Ahora las blancas amenazan con ganar una pieza jugando 1 9.
P-5T, ya que 1 9 . . . . C-1 T no es factible a causa de 20. C-7R
mate. Observe que la situación embarazosa de las negras es la con­
secuencia del avance de los Peones blancos, que hicieron que los
Caballos se retiraran a casillas malas.
1 8. D-4T
1 9. TD- l A A X A jaque
20. D X A D-2A
Defendiendo su 2R, que detiene el ataque blanco indicado an­
teriormente.
2 1 . C-2R C-2R
22. C-4D cxc
23. C X C (N9 9 1 )
Observando cuidadosamente, se ve que las blancas han logrado
adelantar en todo su frente, aun cuando no sin crear algunos pun-

91

tos débiles en su propio campo que, sin embargo, las negras no es­
tán en condiciones de convertirlos en ventaja para ellas. Sus piezas
permanecen inactivas y están mal colocadas. En tanto es evidente
126 CRITERIO Y TÁCTICA I!:N I!:L AJBDREZ

que las blancas no sufrieron ningún daño al avanzar sus Peones, se


puede uno preguntar qué ventaja obtuvieron con hacerlo. Lo ante­
rior puede contestarse en la forma siguiente :
(a) Las casillas frontales del campo del Rey negro son inacce­
sibles para sus piezas de defensa ( los dos Caballos tuvieron
que retirarse ) .
( b) Los Peones de avanzada se pueden utilizar como puntos
de apoyo para las piezas de ataque ( Caballos colocados
en 5AR ) .
(e) La formación de la avanzada de Peones es un arma poten­
cial para atacar, que se utilizará tan pronto las negras
intenten usar sus propios Peones de su flanco de Rey
( ejemplo : 23 . . . . P-3CR ; 24. C-6T jaque, R--2C ; 25.
D-3A j aque, P-3A ; 26. C--4C, y ya las negras se en­
cuentran en grandes dificultades ) .
De lo que se desprende que las negras están obligadas a per­
manecer pasivas, lo que explica el por qué buscan un cambio de
Damas con 23. . . . D-3C, aunque, al contrario de lo que espe­
ran, no alivia su situación. Después de 24. P-5T, C-2A ; 25. D X D,
P X D ; 26. T-2AD, TR- l D ; 27. T-l D, las negras operan con
la desventaja de un débil Peón de Dama, que al fin pierden, siendo
un factor de su derrota el poder del flanco del Rey de las blancas,
que impide que las negras intenten cualquier contraataque en di­
cho flanco.
Lo anterior constituye un ejemplo instructivo, pero peligroso.
Es instructivo porque demuestra el valor atacante de una formación
de Peones avanzados que aumenta a medida que más avanzan,
y es peligroso porque siempre existe la tendencia a subestimar el ries­
go que entraña avanzar los Peones del flanco del Rey. Debe tenerse
siempre presente que los Peones no cumplen satisfactoriamente sus
funciones defensivas una vez que salen de sus casillas originales, y
que es particularmente difícil calcular cuándo un Peón adelantado
cumple o fracasa en su propósito.
Presentamos en seguida un ejemplo que demuestra uno de los
muchos peligros a que está expuesto el flanco del Rey cuando se
debilita por el avance de sus Peones.

ALEKHINE-DR. EM. LASKER, Nueva York, 1 924


l . P--4D, P--4D ; 2. P--4AD, P-3R ; 3. C-3AR, C-3AR ; 4.
C-3A, CD-2D ; 5. P X P, P X P ; 6. A--4A, P-3A ; 7 . P-3R,
C--4T ; 8. A-3D, C X A ; 9. P X C, A-3D ; 1 0. P-3CR, enroque ;
EL ATAQUE SOBRE EL C�PO DEL REY 1 27

1 1 . Enroque, T-1 R ; 1 2 . D-2A, C-1 A ; 1 3 . C-1 D, P-3A ; 1 4.


C-3R, A-3R ; 1 5 . C-4T, A-2AD ; 16. P-4CD, A-3C ; 1 7 .
C-3A, A-2AR ; 1 8. P-5C (N9 92) .

92

Siguen estas jugadas :


Atacando al Caballo del Rey e indirectamente al Peón de Da­
ma, de manera que prácticamente se obliga el avance de otro Peón.
19. P-4C A-2AR
20. PXP T- 1 A
21. D-2C PXP
22. P-5A
Con objeto de impedir que el Caballo negro vuelva a penetrar
al campo vía 3D, pero esta jugada debilita más aún el flanco del
Rey de las blancas.
22. D-3D
Amenaza : 23. D-5A
23. C-2C A-2A
24. TR- 1 R P-4TR
25. P-3TR C-2T
26. T X T jaque TXT
27. T-1 R T- 1 C
28. D-1 A C-4C
Definitiva. El cambio de Caballos es obligado y sigue un fatal
j aque en la 2TR de las blancas ; ejemplo : 29. C X C, D-7T jaque ;
30. R-1 A, P X C ; 3 1 . C-3R, D X PT jaque, etc. La partida pro­
siguió en esta forma : 29. C-5R, P X C ; 30. D X C, P-5R, con
una rápida decisión.
128 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

Los dos ejemplos anteriores demuestran que es necesario medir


las ventajas y los peligros al decidir el avance de Peones. Sin em­
bargo, estas consideraciones no cuentan cuando ambos jugadores
se enrocan en flancos opuestos, como hemos hecho notar antes de
este capítulo.

SPIELMAN N-MARóCZY, Goteborg, 1 920


1 . P-4R, P--4R ; 2. C-3AR, C-3AD ; 3. A-5C, P-3D ;·
4. P--4D, A-2D ; 5. C-3A, C-3A ; 6. A X C, A X A ; 7 . D-3D,
PX P ; 8. C X P, A-2D ; 9. A-5C, A-2R ; 10. Enroque TD, enro­
que ; 1 1 . P--4A, C-1 R ; 1 2 . A X A, D X A ; 1 3 . C-5D, D- 1 D ; 1 4.
P--4CR (N� 93) .

93

El avance del Peón CR apenas si necesita pensarse. Consideran­


do sencillamente que la captura de este Peón proporcionará a las
blancas una columna abierta CR, es bastante : el ataque sobre esta
columna vale más que un Peón. La justificación de esta decisión
intuitiva representaría una tarea muy ardua y requeriría el examen
de variaciones como : 14 . . . . A X P ; 1 5 . TD- 1 C, A-2D ; 16.
P-5A, P-3AR ; 1 7 . C--4A, o bien, 1 5 . . . . A-3R ; 1 6, C-3R,
P--4AD ; 1 7 . C ( 4D ) -5A. La naturaleza de la lucha es sencilla para
ambos jugadores. Si las negras equivocan el sistema adecuado de
defensa o las blancas fracasan al encontrar la línea de ataque más
vulnerable, el probable resultado será una rápida derrota.
Cuando existe una notable diferencia en la fuerza de juego de
ambos adversarios, el jugador más fuerte rara vez titubea en ofrecer
el sacrificio de un Peón. Sin embargo, el j ugador más débil no deja
de hacer lo mismo cuando la ocasión se presenta : no se puede
aprender a jugar el ajedrez sin intentar algo. Hay que apegarse fir­
memente a la máxima : Después del enroque sobre flancos opuestos,
EL ATAQUE SOBRE EL C�PO DEL REY 1 29

y con las piezas razonablemente bien colocadas para el ataque, una


columna abierta CR o TR, muy bien vale la pena de un Peón.
La partida prosiguió en la forma siguiente :
1 4. . . . C-3A
1 5. C-5A (N9 94) .
Se apegó al principio de que la columna abierta CR compensa
con creces el sacrificio de un Peón. En este caso, la prueba de la
validez de la máxima está menos comprometida : 15 . . . . C X PC ;
1 6 . TR- 1 C, A X C ; 1 7 . P X A, y a continuación :

l. 1 7. . . C-7A ; 18. D-3CR, etc.


.

2. 1 7 . . . . C-3A ; 1 8. D-3AD.
(a) 1 8 . . . . R- 1 T ; 1 9. T X P.
( i ) 1 O . . . . C X C ; 20." T-8C doble jaque, con mate a
continuación.
( ii ) 19 . . . . R X T ; 20. T-1 C jaque, R- 1 T ; 2 1 .
C X C, etc.
(b) 18 . . . . C-1 R ; 1 9. P-6A, P-3CR ; 20. C-7R jaque,
R-1 T ; 2 1 . P-5A, D-2D ; 22. P X P, PT X P ; 23.
C X P jaque, P X C ; 24. T X PC, D-2T ; 25. TD- 1 C,
etc.
3. 1 7 . .. . C-3T ; 1 8 . P-6A, P-3CR ; 1 9. D-3TR, y ganan.

Observe que el avance del Peón a 4CR se intentó, en primer


lugar, como punto de apoyo para un Caballo blanco en 5AR. Si
cambiando, las negras eliminaran a este Caballo, las blancas ob­
tendrían una columna abierta CR, con todo lo que ello significa.
El asunto no es alejar al Caballo, ya que 1 5 . . . . P-3CR se contes­
taría inmediatamente con 16. D-4D ( 1 6 . . . . C X C ; 1 7 . C-6T
mate ) .
15. cxc
16. D X C A-3A
1 7 . D-4D D-3A
Las negras admiten el debilitamiento de su formación de Peones,
porque después de 1 7 . , · P-3A, temen que la cpntinuación del
. .

ataque de las blancas sea 1 8. P-5C y 1 9. TR- 1 C, y no cabe duda


que tienen razón.
La partida prosiguió : 1 8. D X D, P X D ; 1 9. C-3C, R- 1 T ; 20.
TR- 1 R, con una superioridad considerable para las blancas en
el final del juego.
1 30 CRITERIO Y TÁCTICA EN E L AJEDREZ

Si pasamos revista a los ejemplos proporcionados en este capí­


tulo, encontramos que las posiciones Nos. 81, 84 y 87 son dinámicas
en carácter, en tanto que las Nos. 91 y 93 son estáticas.
Sin embargo, desde luego puede suceder que un ataque sobre el
flanco del Rey se pueda iniciar sin el avance de ningún Peón, pero
aun entonces, en la mayoría de los casos uno u otros de los Peones
del flanco representarán un papel importante al final.
Aquí tenemos un ejemplo :

SPIELMANN-PETROV, Margate, 1 938.


l . P-4R, P-3R ; 2. P-4D, P-4D ; 3 . C-3AD, P X P ; 4.
C X P, C-2D. 5 . CR-3A, CR-3A ; 6. C X C jaque, C X C ; 7 . A-
3D, P-4A ; 8. P X P, A X P ; 9. A-5C, A-2R ; 1 0. D-2R, enroque ;
1 1 . Enroque TD (NP 95) .
Juicio : Indudablemente, las blancas tienen mejor j uego, no so­
lamente porque amenazan con ganar la Dama (A X P jaque ) , sino,
sobre todo, porque todas sus piezas están tan bien colocadas que, ca­
si sin excepción, todas pueden tomar parte en un ataque sobre el
flanco del Rey.
Plan : Veamos el desarrollo posterior de la partida.
11. D-4T
1 2 . R-1 C D-3C
1 3 . P-4TR
El Peón importante, indispensable en este caso. Después de
esto, tarde o temprano existirá la amenaza de una combinación ca­
racterística de tales pv�kiones : 1 4. A X C, A X A ; 1 5 . A X P jaque,
R X A ; 1 6. C-5C jaque y ahora : 16 . . . . A X C abriría a las blan­
cas la columna del Rey. Esta combinación no opera inmediatamente
a causa de la amenaza de mate en el 2CD de las blancas ( después
de 1 4. A X C, A X A ) , de manera que primero las blancas tienen que
perder un tiempo. En consecuencia, es mejor que las blancas jueguen
primero 14. P-3A, interrumpiendo la acción del Alfil negro en la
diagonal grande, y sólo entonces intentar la combinación dada más
arriba. Las negras, cometen ahora un error que, lógicamente, altera
el curso normal de los sucesos.
1 3. . .
. A-2D
Suponiendo que las blancas no puedan aprovecharse del hecho
de que su Torre de Dama y el Alfil de Dama de las negras se en­
cuentren ambos en la columna de Dama, porque, después de 1 4.
A X C, A X A ; 1 5 . A X P jaque, R X A ; 16. T X A, existe mate con
EL ATAQUE SOBRE EL C�PO DEL REY 131

16 . . . . D X P. Sin embargo, las blancas tienen una versión más sutil


del mismo tema : 14. A X P j aque, R X A ; 1 5 . T X A, C X T ; 1 6 .
A X A, seguido por 1 7 . D-3D j aque. Y e n esta forma, las blancas
quedan con un Peón de ventaja. Lo que ocurrió en la partida fue
lo siguiente : 1 4. A X P jaque, C X A ; 1 5 . A X A, A-4C ; 1 6 . P-4A,
TR- 1 R ; 1 7 . A-6D, A-3A ; 1 8. A-5R, ganando las blancas.
En el siguiente ejemplo se ilustra un ataque por medio de pie­
zas únicamente :

SPIELMANN-HONLINGER, Viena, 1 929


l. P-4R, P-3AD ; 2 . P-4D, P-4D ; 3 . C-3AD, P X P ; 4.
C X P, C-3A ; 5 . C-3C, P-3R ; 6. C-3A, P-4A ; 7 . A-3D,
C-3A ; 8. P X P, A X P ; 9. P-3TD, enroque ; 1 0. Enroque. P-
3CD ; 1 1 . P-4C, A-2R ; 1 2 . A-2C, D-2A (N" 96) .

95 96

Las blancas tienen una ventaja considerable : los Alfiles están


apuntados al flanco del Rey negro y los Caballos están listos · para
cooperar.
Sigue :
1 3 . P-5C
Con la intención de asegurar la 5R para su Caballo.
13. C-4TD
1 4. C-5R A-2C
1 5 . C-4C
Completamente lógico ; desean eliminar a la mejor pieza de de­
fensa de las negras.
15. . . . D- 1 D
132 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

La mejor defensa. Cualquiera otra jugada hubiera conducido


a un debilitamiento del campo del Rey negro. Ejemplo :

l . 15. C X C ; 1 6 . D X C, P-3C.
2. 15. C-4D ; 1 6. C-6T jaque.
3. 1 5 . D-5AR ; 1 6 . C X C jaque, A X C ; 1 7 . C-5T.
16. C-3R

Reculer pour mieux sauter.1 Un cambio en 3AR de las negras


no conduce a nada después de 1 6. C X C jaque, A X C ; 1 7 . D-5T,
P-3C . Con la jugada que se da en el texto, las blancas pueden
elegir entre varias continuaciones.
16. C-4D

Sumamente descuidada. Nunca debieron retirar las negras por


su propia voluntad este Caballo de la defensa.
1 7 . D-5T P-3C
Observe que 1 7 . P-3TR fracasa después de 1 8 . AX P,
R X A ; 1 9. C ( 3R ) -5A jaque, etc.
1 8. C-4C (Nr 97) .
Un giro bien conocido : las negras no pueden capturar a la Da­
ma a causa de 1 9. C-6T mate.

97 98

1 8. A-3AR
Después de 1 8.
• P-Z A, las blancas sacrifican en 6CR, y des-
pués de 1 8 . C-3AR ganan por medio de 1 9. D-5R, R-2C :
. . .

20. C-5T jaque, P X C ; 2 1 . D-5C jaque.

1 Retroceder para saltar mejor. (N. del T. ) .


EL ATAQUE SOBRE EL CAMPO DEL REY 133

1 9. C X A jaque cxc
20. D-6T
Es mejor esta j ugada que 20. D-SR, que hubiera sido contes­
tada con D-4D.
Ahora que las negras tuvieron que debilitar el campo de su Rey,
y, más aún, que ya no tienen un Alfil del Rey para defender las
casillas negras, el triunfo de las blancas es cuestión de unas cuantas,
aunque desde luego, enérgicas jugadas.
20. T-1 A
2 1 . TD- 1 D D-2R
22. TR-1R (NP 98).
La disposición efectiva de las piezas es ahora todo lo que se ne­
cesita. Las blancas amenazan 23. C-5A ( 23 . . . . P X C ; 24. D-SC
jaque, etc. ) .
22. . . . C- 1 R
23. C-5A D-4A
O bien, 23 . .. . . PC X C ; 24. A X P.
24. T-SR A-4D
25. C-7R jaque
Las negras abandonan la pad ida porque sigue el mate en tres
jugadas : 25 . . . . D X C ; 26. D X PT jaque, R X D ; 2 7 . T-ST ja­
que, R-1 C ; 28. T-8T mate.
Es difícil proporcionar indicaciones generales sobre la forma de
conducir un ataque al campo del Rey sin el auxilio de los Peones.
Siempre se trata de que las piezas logren el máximo de su movili­
dad y precisión para combinar. Además, es esencial estar familiari­
zado con las estratagemas conocidas. Por consiguiente, lo que sigue
se aplica a la posición número 96 :
juicio : Las blancas tienen oportunidad de atacar porque tienen
una gran ventaja en espacio, y además porque tienen el control de
gran número de buenas casillas para sus piezas.
Plan : Desplazamiento efectivo de piezas y buenas combinaciones.
Para concluir, presentamos un ejemplo en el cual se hace posi­
ble el ataque al flanco del Rey, porque un Peón avanzado en el cen­
tro impide una disposición más efectiva de las fuerzas de defensa,
que por lo demás, es una situación que a menudo se presenta.

DR. EUWE-BOGOLJUBOFF, 6P juego de la justa, 1 928


l . P-4D, C-3AR ; 2 . P-4AD, P-3R ; 3 . C-3AD, P-4D ;
4. A-SC, CD-2D ; 5. P-3R, A-2R ; 6. C-3A, enroque ; 7 .
134 CRITmlUO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

T-1 A, P-3A ; 8. A-3D, P-3TD ; 9. P X P, PA X P ; 1 0. Enro­


que, P-40, 1 1 . C-5R, C X C ; 1 2 . P X C, C-2D ; 1 3 . A-4AR,
A-20 ; 14. C-2R, D-1 0 ; 1 5 . C-4D (NP 99) .

99 100

Las blancas son las que tienen mayor libertad de movimientos


en el flanco del Rey gracias a la colocación de su Peón en 5R, que
impide que ya sea un Caballo o Alfil negro se mueva a 3AR de las
negras. Además, el Caballo blanco está firmemente posesionado de
4D, que nuevamente se debe al Peón en 5R.
15. . . . P-30
Un debilitamiento obligado del campo del Rey, intentado para
interceptar la acción del Alfil del Rey de las blancas.
1 6. A-6T T-1 A
1 7. T X T j aque DXT
1 8. P-4A
El Peón del Rey ahora queda sólidamente defendido.
18. . . . C-4A
1 9. P-4CR
La intención es j ugar P-5A. Después de la apertura de la co­
lumna del AR, el Caballo colocado en 40 y el Alfil de 6TR alcan­
zarán su máximo de eficiencia.
1 9. CXA
20. DXC D-5A
21. D-2D A-50
22. D-2AR D-6D
23. P-5A (N!' 1 00) . D-5R
24. D-30
EL ATAQUE SOBRE EL CAMPO DEL REY 1 35

Después de 24. P X PR, D X P jaque ; 25. R-l T, D-5R jaque ;


las blancas únicamente pueden evitarse el jaque perpetuo mediante
el cambio de Damas.
24. PR X P
25. P X P A-l AR
26. A X A TXA
2 7 . P�A
Con la amenaza de 28. D-5C y 29. D�T.
27. . .. P-4TR
28. D-5C D-5C jaque
O bien 28. . . . R-2T ; 29. C-5A. Sin embargo, el cambio de
Damas no hace que la situación se facilite.
29. D X D PXD
30. P�R
El asunto es que las negras no se pueden apoderar de este Peón
debido a 30 . . . . P X P ; 3 1 . C X P, T-2A ; 32. C-8D, T-2D ; 33.
P-7A jaque, etc.
30. R-2T
3 1 . P-7R T-l R
32. T-l A R-3T
3 3 . C�R
Las negras abandonan.
Regresando al número 99 :
Juicio: Las blancas tienen oportunidad para un fuerte ataque
sobre el flanco del Rey, a causa de su avanzado Peón del Rey que
desbarata la defensa.
Plan: Llevar todas las fuerzas al campo de batalla, culminando
todo en el avance de Peón AR y del Peón CR.
CAPÍTULO VII

PEONES DÉBILES

KAN-BONDAREVSKY, Tiflis, 1 937


Después de l. P-4R, P-3R ; 2. P-4D, P-4D ; 3 . C-2D,
P-4AD ; 4. P X PD, PR X P ; 5. A-5C jaque, A-2D ; 6. D-2R
jaque, D-2R ; 7. A X A Jaque, C X A ; 8. P X P, D X D j aque ; 9.
C X D, A X P ; 10. C-3CD, A-3C ; 1 1 . CD-4D, CR-3A ; 1 2 .
A-5C, enroque TR ; 1 3 . Enroque TD (N9 1 01 ) .

101

Fine juzga esta posición declarándola en favor de las blancas,


lo que no sorprenderá a nadie, ya que es de todos conocido que un
Peón aislado constituye un punto débil. Las blancas tienen seis Peo­
nes unidos más un Peón solitario en 5D. ¿ Tienen las negras alguna
compensación en espacio ? Difícilmente ; lo más que se puede decir
es que pueden mejorar su situación por el hecho de que su Caballo
del Rey puede llegar a 5R, en donde es difícil que se pueda arrojar
jugando P-3AR, ya que esta jugada posiblemente significaría el
debilitamiento de la posición de las blancas. Pero esta forma de jue­
go, que depende de un "tal vez" , no tiene ninguna importancia.
Así pues, las negras tienen un Peón de dama débil, que está fir­
memente sostenido. Sin embargo, las blancas no deben imaginarse
que la captura posterior de este Peón es solamente cuestión de téc­
nica y precisión. Todo lo contrario, en la práctica se ha visto que
en nueve casos de diez, el Peón aislado se logra sostener. En vista
138 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

de lo anterior, el Peón aislado no debería constituir tan seria debi­


lidad. Sin embargo, esta conclusión es igual de falsa ; el incon­
veniente representado por el Peón aislado no consiste tanto en el
peligro de perderlo, como en los compromisos que significa y la
constante atención que requiere. Las unidades que se necesitan pa­
ra la defensa del Peón, por regla general deben ser iguales en nú­
mero a las asignadas para atacarlo ; pero en tanto el atacante puede
en cualquier momento cambiar su tácti<:a y concentrarse en cual­
quier otro objetivo, quien se encuentra a la defensiva no tiene tal
ventaja ; depende totalmente del curso de acción de su rival. Así,
aun cuando en la mayoría de los casos puede tener éxito la defensa
de un Peón aislado, por lo general es imposible evitar perjuicios en
otros frentes.
Examinemos primero la partida desde la posición ilustrada en
el NP JO J . Siguen estas jugadas :
1 3. C-5C
Es preferible la j ugada del texto a 1 3 . . . . C-5R, siendo la di­
ferencia que el Caballo, que no puede mantenerse ni en 5C, ni en
5R, se puede ahora retirar vía 4R de las negras en vez de por 3D.
Hay poca diferencia entre las dos jugadas. El movimiento del
texto es el resultado de las siguientes consideraciones : El Peón de
Dama de las negras es difícil de defender mientras tenga un Caballo
en 2D, y por el momento, tampoco se puede alejar este Caballo, ya
que A X C proporcionaría a las negras un molesto Peón doble. Es
evidente que no existe otra cosa por hacer, que mover primero el Ca­
ballo del Rey. Las negras, a causa de la debilidad de su Peón de
Dama, actúan bajo una presión ligera, pero continua.
14. A-4T A-l D
Las negras aprovechan l a oportunidad para evacuar s u 3CD pa­
ra el Caballo de Dama. La jugada del texto gana un tiempo, ya
que el Alfil blanco debe mantenerse en guardia sobre su 2AR.

1 5 . A-3C A-3A
1 6. C-3AR
La primera de una serie de jugadas que obligarán gradualmen­
te a una situación menos favorable. El Peón de Dama está siendo
atacado ahora por la Torre ; el Caballo colocado en 3AR domina
5R, con el resultado de que la retirada del Caballo negro del Rey
de aquella casilla, ya no se puede practicar.
P E O N E S D É B I L E S 139

16. C-3C
1 7 . P-3TR C-3T
1 8. C-4A TR- 1 D
Ataque y riposte.
1 9. T-3D T-2D
Una fase característica de la acción en contra del Peón aislado.
Las blancas se preparan a doblar sus Torres, y las negras, n olens
volens, 1 tendrán que hacer lo mismo.
20. TR- 1 D TD-lD (N9 1 02) .

102

Ataque triple y triple defensa. Por el momento las blancas no


pueden aumentar la presión y deben pensar en algo diferente. Véa­
mos lo que se puede hacer :
2 1 . C-5T, A-2R ; 22. C-5R, T-3D ( 22 . . . . T-2A
no sirve de nada a causa de 23. C X PA ) ; 23. C-4C, T-3AD ( con
objeto de impedir A-7 A ) ; 24. C-4A, A-4C, y las blancas no han
conseguido nada. Ninguna ventaja obtienen las blancas mediante
esta línea de juego, pero es muy importante que el atacante revise
cualquier secuencia de jugadas, siempre y cuando parezcan tener
un carácter forzado, como desde luego lo tiene la anterior. Tal ca­
rácter forzado se presenta principalmente cuando se existe una ame­
naza en contra de la unidad que se defiende, como sucede con 22.
C-5R atacando a la Torre negra. Preocupadas con la ingrata ta­
rea de vigilar aquel niño problema, su Peón de Dama. Las negras
encuentran su libertad de acción sumamente restringida.
2 1 . A-2T
Perfectamente bien pensado. Ahora las blancas amenazan con el
avance del PCR, creando así nuevas dificultades en las líneas ene-

1 Quieran o no. (N. del T. ) .


140 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

migas, no tanto a causa de la propia amenaza, sino porque una vez


que las blancas obtengan el control sobre su 5AR, el caballo negro,
colocado en la columna de TR quedará completamente inmo­
vili7.ado.
21. P-3C
Desde luego hubiera sido mejor 2 1 . . . . C-4A, liberando en
esta forma, en el momento oportuno, al Caballo de su condición de
confinamiento. Es cierto que, de acuerdo con el Registro del Torneo
Ruso, el Caballo no tiene ningún brillante porvenir después de 2 1 .
. . . C-4A ; 22. P-4CR, C-5TR ; 23. C-5T, A-2R ; 24. C-4D,
sin embargo, en la propia partida es peor el destino del Caballo.
22. P-4CR A-2C
23. A-3C P-3A
Con la idea de proporcionar al Caballo una nueva prórroga de
vida vía 2AR ; pero ahora existe una nueva debilidad en su 3R, que
es más de lo que la posición puede soportar.
Sin embargo, es difícil pensar en otra j ugada que pudieran in­
tentar las negras. Tanto el Caballo en 3CD como las dos Torres, es­
tán inmovilizadas ; el Caballo en 3TR, está bloqueado, y práctica­
mente también el Alfil. Por lo demás, 23 . . . . R- l A ( en vez de
23 . . . . P-3A ) , fracasa en contra de 24. A-4T, P-3A ; 25. C---6R
jaque, y 23 . . . . P-5D, hace que pierda un Peón después de 24.
C-2R. En consecuencia, las negras deben intentar 23 . . . . R- l T

103
o 23 . . . . P-3T, ninguna de las cuales tienen algún atractivo. Es
fácil ver que las negras no pueden intentar nada, y que esto tiene
un efecto psicológico desastroso, que proviene de los presionantes
compromisos impuestos por la presencia del Peón débil y aislado.
24. C-4D (N9 1 03) .
P E O N E S D É B I L E S 141

Que incluye amenazas obvias. Las blancas desean retirar a una


de las Torres defensoras por medio de 25. C ( 4D ) ---6 R , después de la
cual el PD negro queda con un guardia menos. Como cosa corrien­
te, jugar el otro Caballo al 6R, no hubiera dado ningún resultado,
ya que este Caballo se necesita para el ataque al Peón de Dama.
24. C-2A
Las negras creen haber encontrado una defensa efectiva en
C-5R, pero el resultado es que de todas maneras pierden un Peón,
aun cuando no se trate del débil congénere colocado en 4D. Exami­
nemos si, después de todo, existe un método por medio del cual las
negras logren evitar la pérdida de un Peón.

l. 24 . . . . T-l AD ; 25. C ( 4D ) -6R, y el Peón de Dama su­


cumbe ( 25 . . . . T-3A, entonces primero 26. C X A ) .
2. 24 . . . . T-l R ; 25. C ( 4D ) ---6 R .
(a) 25 . . . . P-40 ; 26. C X A, P X C ; 27. C X T, etc.
(b) 25 . . . . A-l T ( en otra forma sigue 26. C X A y 2 7 .
C X PD ) ; 2 6 . C-5A, T-2AD ; 2 7 . C-30, etc.
3. 24 . . . . P-4A ; 25. C ( 4D ) ---6 R , T-l R ; 26. C X A.
(a) 26 . . . . R X C ; 2 7 . C X PD, C X C ; 28. T X C, T X T ;
29. T X T, P X P ; 30. T-7D jaque, etc.
(b) 26 . . . . T X C ; 2 7 . P X P, C X P ; 28. C X PD.
4. 24 . . . . P-40 ; 25. C (4A ) ---6 R .
(a) 25 . . . . T-l R ; 26. C-5AD, T ( 2D ) -2R ; 27. C-50,
P-3T ; 28. C-7 A, etc.
(b) 25 . . . . T-l AD ; 26. C-50, P-3T ; 2 7 . C-3A.
En todos los casos las blancas salen ganando un Peón y una po­
sición excelente ; el Peón débil de las negras no puede defenderse.
25. C ( 4D ) -6R C-4R
26. CXT C X T jaque
27. cxc TXC
28. C-5A
E l Peón CD debe caer. Este caso particular es desde luego acci­
dental, pero el combate en campo abierto depende de tales sucesos
accidentales que es frecuente ocurran en este tipo de posiciones.
Cuando llegan a ocurrir, el que lleva la peor parte es quien se en­
cuentra a la defensiva afrontando un cúmulo de dificuL _des.
Regresemos a la posición NQ 1 0 1 . El juicio, como puede obser­
varse con facilidad, debe ser : las blancas tienen la ventaja, porque
las negras tienen un Peón aislado.
142 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

El plan del atacante, basado en la consideración anterior, com­


prende los elementos siguientes :

l. Amagos directos al Alfil de Dama, ejemplo por medio de


1 8. C-4A, y más todavía, doblando las Torres en la colum­
na de la Dama.
2. Ataques indirectos al Peón débil por medio de amagos a las
piezas de defensa ( véase, por ejemplo, 25. C (4D ) -6R, ade­
más de varias otras contingencias mostradas en el análisis a
la j ugada número 24 de las negras.
3. Operaciones auxiliares sobre zonas alejadas del Peón débil
desde luego únicamente cierto número de piezas deben to­
mar parte en estas operaciones ; en este caso particular,
tres piezas blancas en contra de dos negras. Es de observar
que el Caballo negro en su 3CD, no toma parte en estas
maniobras, en tanto que el Caballo blanc o, en su 4AR se
mantiene activo, tanto en el ataque sobre 5D como en las
escaramuzas auxiliares.

El plan para el que se encuentra a la defensiva es difícil de tra­


zar. Depende enteramente de las maniobras que emprenda su opo­
nente, y por regla general, no puede hacer otra cosa que adoptar
una paciente política de espera, esperando un período de descanso
y calculando con exactitud cuándo y en dónde va a caer el golpe.
Este suspenso obligatorio y nada prometedor, tiene un efecto depri­
mente en quien está a la defensiva, y que a menudo decide lanzarse
a un violento contraataque, que sólo logra hacer peor su situación.
Desde luego, se sobreentiende que el atacante debe estar atento a
las posibilidades de que dicho contraataque ocurra.
Al principio del presente capítulo se dijo que, aun cuando un
Peón débil es fuente de preocupaciones para su propietario a causa
de los distintos compromisos que implica, no significa necesaria­
mente que su pérdida sea más o menos obligada.
Examinemos este punto en conexión con la sencilla posición
del diagrama N9 1 04.
El PAD de las negras se encuentra aislado y es débil. Lo atacan
las dos Torres blancas, y lo defienden dos Torres negras. Las blancas
ya no pueden intensificar ei ataque, de manera que el asunto no es
capturar al Peón por medios directos. En consecuencia, si las blan­
cas aún desean una jugada victoriosa, deben encontrar una forma
indirecta de aprovechar la constreñida posición de las Torres negras.
Por ejemplo, las blancas suben su Peón a 5TR con objeto de clavar
a los Peones del flanco del Rey negro. Entonces, si las negras jue-
P E O N E S D É B I L E S 143

gan . . . P-3C, las blancas cambian Peones y obtienen un Peón de


Rey pasado. Si en alguna otra ocasión las negras juegan . . . P-3A,
entonces las blancas podrán mover su Rey a 5AR, y con la ayuda de
un Zugzwang, abrirse paso hasta R-6C. Sin embargo, si las negras
no juegan ni . . . P-3C, ni . . . P-3A, las blancas pueden obligar­
lo a jugar en cualquiera de estas formas, atacando al PC y movien­
do una Torre a 4CR. Todo esto resulta un tanto vago, y es casi
seguro que el plan de las blancas esté condenado al fracaso si las
negras aciertan con la maniobra correcta de defensa. Esta consiste
en llevar a su Rey a su 3D sin demora, proporcionando al PAD una
defensa adicional, y liberando en esta forma a una de sus Torres,
que podrá fustrar cualquier posible plan de ataque de las blancas.
No obstante, es evidente que, incluso en esta etapa avanzada de
la partida, el Peón aislado constituye un punto débil que requiere
un manejo cuidadoso.
Ahora, si cambiamos el Peón del Rey blanco a 2CD, como se
ilustra en el NP 1 05, entonces las blancas tienen un método de ata­
que diferente sobre el Peón aislado de las negras, que rápidamente
logra el éxito.
l . P-4CD
Las negras no pueden impedir la amenaza de P-5C, que obliga
al gane del Peón AD, pues tanto contra . . . R- I C, como con T-

104 105

2C, P--5C todavía ganan. Sin embargo, las negras disponen de otra
continuación que compensa las consecuencias de su pérdida, pero
es puramente accidental y difícil que se presente con frecuencia.
l. . . . R- I A
2. P-5C R-2R
Y a continuación :
144 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

l. 3 P X P, R-3D ; 4. T-5A, P-3A, y el Peón blanco AD su­


cumbe.
2. 3 . T X P, T X T ; 4. P X T, R-3D, etc. ( o bien 4. T X T,
T X T ; 5 . P X T, R-3D, etc. ) .
3. 3 P-6C, T-2C ; 4. T X P, T X T ; 5. T X T, R-2D, etc.
Aun cuando se hagan unas pequeñas alteraciones en la forma­
ción de Peones de las negras, no tendrán éstas ninguna oportunidad
positiva para ganar, por ejemplo, el Peón del Caballo en 4C en vez
de en 2C, o los Peones en 4AR, 3CR y 2TR en vez de en 2AR,
2CR y 3TR.
Pero supongamos que en el NP 1 05, el turno de jugar es de las
negra:;,, entonces todo peligro de pérdida se puede eliminar : l .
. .T- l C .
.

106

Las negras abandonan a su Peón aislado y, en vez de defenderlo,


atacan al Peón CD. Ahora las blancas no tienen manera de prepa­
rar en forma efectiva el avance a P-4CD, y además, ya no es po­
sible. Con 2 . . . . T ( 2A ) -2C, las negras pueden obtener en cual­
quier momento el Peón CD de las blancas, cambiándolo por su pro­
pio Peón AD. En estos casos, el contraataque es la mejor defensa.
Coloquemos ahora la Torre blanca en 4AD en vez de 2AD en
el NP 1 05, y supongamos que el turno de jugar es de las blancas.
l . P-4CD
Ahora las negras tienen una curiosa forma de escapar.
l. . . . T- l C
2 . P-5C
La captura del Peón conduce a un fácil empate.
2. PX P
3. T X T P X T empate.
P E O N E S D É B I L E S 145

Es de notarse aquí que l . . . . T-2C, resulta insuficiente a cau­


sa de que, después de 2. P-5C, P X P, las blancas hacen la captura
en 8AD con un jaque.
Ahora agreguemos un Peón blanco en 2TD de las blancas,
y un Peón a las negras en su 2TD ; la posición no parece ser ma­
terialmente distinta (N9 1 06 ) .
Sigue :
l . P-4CD P-3T
2. P-4TD
y ahora pueden forzar el gane de un Peón por medio de 3. P-5C.
Pero debemos recordar que aquí nuevamente las negras pueden
obtener el empate subiendo a su Rey, y en esa forma las blancas de­
ben buscar una mejora en su sistema de ataque, y por cierto que
existe una forma :
l . P-4CD P-3T
2. T-5TD T- l T
3. P-5C
Ganando u n Peón : ( 3 . . . . P-4AD ; 4. P X P, P-5A ; 5 . T-4T,
P-6A ; 6. T-3T, y después de una liquidación general, las blancas
quedan con un Peón TD de más, lo que constituye una ventaja pa­
ra obtener la victoria ) .
Si las negras juegan en forma diferente, digamos : l . . . . R- l A
( en vez d e 1 . . P-3T ) , siguen : 2 . P-5C, R-2R ; 3 . P X P,
.

R-3D ; 4. T-5TD, y este ataque sobre el Peón de TD, hace que


las blancas puedan conservar su Peón extra en 6AD. La victoria aún
es difícil, pero se puede lograr con paciencia y con un juego preciso.
¿ Cómo obtuvieron las blancas estas probabilidades adicionales ?
Como consecuencia de la presencia de los dos Peones de TD. El
Peón negro TD constituye un segundo punto débil, el cual puede ser
aprovechado por las blancas a causa de su mayor movilidad. Lo
anterior se muestra en forma mucho más clara en el diagrama
N9 1 07.
Las negras tienen dos Peones débiles, lo que rápidamente les
provoca resultados fatales.
l . T-4TD T-l T
2. T ( 5D) -5TD T ( 2D ) -2T
3. P-4CD
Y las negras quedan indefensas contra la amenaza 4. P-5C.
Más todavía, las blancas tienen otra alternativa para ganar :
146 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

l . T-4CD R- l A
2. T-6C
Las negras n o pueden defender a los dos Peones.
Con el Rey negro en su casilla l AR, el segundo método no
resulta tan efectivo, ya que l . . . . R-2R para defender al PD,
de manera que en este caso, las blancas tendrán que usar el primer

107 108
método. Con una Torre negra en 3AD de las negras en vez de en
l D, ninguna de las jugadas anteriores conducirá directamente a
nada. La Torre en 3AD defiende a ambos Peones, y la mayor mo­
vilidad del atacante, que generalmente constituye el factor decisivo,
en este caso no tiene ninguna importancia. En consecuencia, es un
buen consejo para el defensor que este coloque sus piezas de tal ma­
nera que puedan defender más de un punto débil, en una sola de­
fensa al mismo tiempo.
Si pasamos revista a las posiciones mostradas en este capítulo,
encontramos que el Peón débil, alrededor del cual el juego se des­
arrolla, es sostenido firmemente, bien por el oponente que controla
la casilla de enfrente del Peón débil, o por quien la ocupe. Cuando
se ocupa dicha casilla se llama bloqueo, y la casilla en cuestión se
llama casilla bloqueadora. Es mucho más fácil disparar contra un
ave inmóvil, que cuando está volando. Basados en el mismo princi­
pio, es sumamente importante inmovilizar al blanco, es decir, al
Peón débil, antes de iniciar una acción directa.
Hasta ahora se han proporcionado ejemplos únicamente de Peo­
nes aislados débiles, pero también los Peones unidos pueden ser
débiles, como puede observarse en el diagrama siguiente (NP J OB) .
El Peón de TD de las negras se encuentra aislado, pero sin em­
bargo, es difícil que sea más débil que el Peón CR, aunque su valor
difiera. Al Peón CR se le llama "atrasado" ; no puede obtener el
apoyo del Peón TR a menos que logre avanzar hasta 4CR. Agre-
P E O N E S D É B I L E S 147

guemos que un Peón atrasado tiene todas las características de un


Peón aislado, y también nos referimos a un Peón atrasado cuando,
como en el presente caso, se encuentra en una columna abierta. En
tales circunstancias, el Peón aislado resulta mucho más débil, ya que
es muy fácil atacarlo. Esta es la razón de que el Peón aislado TD en
el NP J OB no constituya una seria preocupación para las negras.
Los Peones de Dama y Alfil de Dama de las negras están uni­
dos, pero no se pueden defender uno al otro, ya que impiden su
avance los Peones del Rey y CD de las bláncas, de manera que están
expuestos a ser atacados, y en determinadas circunstancias, que es­
pecificaremos, estos "peones volantes" constituyen puntos débiles
definitivos.
¿ Y qué decir de los Peones blancos del diagrama NP 1 08? Los
colocados en 2TD y 3CD se encuentran unidos, lo mismo que los si­
tuados en 3R y 2AR, pero aquí termina la similitud entre ellos.
El Peón 2AR está en una columna abierta y puede ser atacado. Y si
avanza a 3A o a 4A para tomar parte en algún ataque, el !'eón del
Rey queda vulner.able de inmediato y en el último de los casos se
convierte en un Peón atrasado.

109
A continuación presentamos un rápido sumario de varios ejem­
plos tomados de partidas prácticas, en los cuales los Peones débiles
toman parte. El objeto principal de esta discusión es dilucidar los
principios ya mencionados, así como las circunstancias en las que
puede presentarse la debilidad de los Peones.

DR. EUWE-TYLOR, Nottingham, 1 936


l . P-4D, P-4D ; 2 . P-4AD, P-3R ; 3 . C-3AD, C-3AR ;
4. A-5C, A-2R ; 5. P-3R, enroque ; 6. C-3A, P-3CD ; 7 . P X P,
P X P ; 8. A-5C, P-4A ; 9. P X P, P X P ; 1 0. Enroque, A-2C
(NP 1 09) .
148 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

Los Peones volantes negros en 4D y 4AD, constituyen un punto


débil en este caso, ya que las blancas se han desarrollado más y
pueden atacarlos antes de que las fuerzas negras se movilicen.
1 1 . T-1 A D-3C
1 2 . D-2R P-3TD
Existía la amenaza de 1 3 . A X C, A X A ; 1 4. C-4TD, ganando
un Peón y sin que las negras pudieran sacar su Caballo de Dama.
1 3 . A-4TD T-1 D
1 4. TR- 1 D D-3R
Momento crítico. Es evidente que en este momento 1 4 . . . .
C-3A se contesta con 1 5 . A X CR, A X A ; 1 8. C X P, pero, ¿ por
qué las negras no juegan 1 4 . . . . CD-2D ? La contestación es esta :
porque las blancas jugarían entonces 1 5 . A-3C, obligando a las
negras a avanzar el Peón AD, 1 5 . . . . P-5A, que convertiría a su
Peón, en aquella fila, de volante en atrasado. Esta última debilidad,
que va enteramente de acuerdo con la fórmula, es mucho más seria :
el Peón de Dama de las negras está inmovilizado, su 5D está bajo el
control de las blan cas, y la diagonal del Alfil de Dama de las ne­
gras está obstruida.
1 5 . A-3C C-5R
Las negras operan bajo una considerable pres10n, esperando
que una combinación libere su j uego. Lo anterior es psicológicamen­
te comprensible, y constituye una de las desventajas del Peón débil.
Nolens volens, las negras deben jugar 1 5 . . P-5A, después de
. . ·

lo cual, las blancas pueden iniciar su ataque sobre 5D.


16. c x c DXC
1 7 . T X PA
y las blancas quedan con un Peón de ventaja y una posición sólida
( 1 7.. . P-3A ; 1 8. T-7A ) .
.

ZUKERTORT-TAUBENHAUS, Frankfurt, 1 887.

l. P-4D, P-4D ; 2 . P-4AD, P-3R ; 3 . C-3AD, C-3AR ;


4. J\-5C, A-2R ; 5. C-3A, P-3CD ; 6. P-3R, A-2.C ; 7. T-1 A,
P-4A ; 8. P X PD, PR X P ; 9. P X P, P X P ; 1 0. A-5C jaque;
CD-2D ; 1 1 . Enroque, enroque (N9 1 1 0) .
Una posición que es de un tipo similar a la precedente. Las
blancas han dejado a su adversario con "Peones volantes", en con-
P E O N E S D É B I L E S 149

diciones favorables para ellas y en las que sus piezas están a salvo
de cualquier ataque de parte de los Peones débiles.
1 2. A X CD
Esta jugada, que puede parecer un tanto extraña al lector, se
intenta para ganar un tiempo después de 1 3. C-SR, lo que acelera
el desarrollo del ataque de las blancas.
1 2. DXA
1 3 . C-SR D-4A
1 4. P-4A
Es cierto que el Peón del Rey de las blancas se ha convertido en
débil, pero las negras tienen bastante que hacer para aprovechar al­
go de este hecho.
1 4. TR- l D
1 5 . P-4CR D-3R
1 6. P-SA
¡ Excelente ! Si ahora se juega 1 6 . . . . D X C pierde la Dama
( 1 7 . A-4A ) .
1 6. ... D-1 A
1 6. . . . D--3T es digna d e consideración. En l AD l a Dama
queda en la línea de fuego de la TD blanca.

110 111

1 7 . C-4T D -2A
1 8. A-4A A-3D
1 9. CD X P
Liquidación que conveirte a los dos Peones volantes en un Peón
aislado.
150 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

1 9. A X CD
20. C-3D A X P jaque
21. AXA D-2D (NP l l l ) .
Una fase diferente. E l PD aislado de las negras se puede defender
fácilmente, pero la rémora del Peón aislado se muestra aquí bajo un
aspecto distinto : las blancas son dueñas de su 4D, la fuerte casilla
de bloqueo frente al Peón débil. Llamamos a 4D una casilla fuer­
te a favor de las blancas, y es evidente que esto se debe a la presencia
del Peón aislado de las negras, sin lo cual no sería igual. Trataremos
el concepto de una casilla fuerte en nuestro próximo capítulo.
Sigue :
22. C-5A D-2R
23. A-5C A-3A
24. D-4D
Las blancas controlan todo el tablero desde esta fuerte casilla.
24. T- 1 R
25. C-3D TD- 1 A
26. TR- 1 R D-3D
27. A X C
Observe que las blancas se abstienen de jugar 27. D X PT, porque
entonces seguiría 27 . . . . P-5D ; y el AD negro entraría en activi­
dad. El Peón aislado permanece, desplazado de 4D a 5D, sin em­
bargo, la casilla 4D de las blancas ya no es fuerte, y el AD negro ya
tampoco está bloqueado. Todo esto bien vale que las negras sacrifi­
quen un Peón.
27. T X T jaque
28. TXT PXA
29. C-4A T- 1 C
30. P-3TD T-1 R
31. T X T jaque AXT
32. C-5T
y ganan las blancas.
¡ S e las sabían todas hace setenta años !
En 1 933, J. H. Wertheim publicó en la revista Tijdschrift u o o r
Schaak un ensayo en tres idiomas sobre el tema de los Peones volan­
tes. Llegó a la conclusión de que a la mitad del juego y con piezas
menores sobre el tablero, los Peones volantes en el centro constitu­
yen una ventaja, a menos que, como en los ejemplos que se han mos­
trado, el adversario lleve ventaja en el desarrollo, lo que lo capacita ·

para ganar un Peón o para desbaratar los Peones volantes.


P E O N E S D É B I L E S 151

En el final de juego, por regla general, los Peones volantes cons­


tituyen una rémora, como se puede observar en el siguiente ejemplo :
(N9 1 1 2) .

112

BURN-MARó CZY, Viena, 1 898


La partida prosiguió como sigue :
24. TD-1D
25. C-3R T-3D
26. P-3A TR-1 D
2 7 . TD-1D P--4TD
Con objeto de impedir que las blancas jueguen P-5TD en al­
gún momento poco conveniente, y obteniendo así un Peón A pasado.
28. R-2A R-2A
29. C-2A cxc
30. AXC R-2R
31. R-3R A-3T
32. A-3C T-1 AD
33. T- 1 AD T ( 3D ) -3A
Ahora cambia el menú, le toca su turno al Peón del Alfil.
34. T ( 2D ) -2AD R-3D
35. P--4A T ( 3A ) -2A
36. R-3D P-3T
37. T-1 R P--4CR
38. P-3C R-2D
39. T- 1 AR R-2R
40. T ( 1A) -1A �-3D
41 . T-1 R R-2D
Posiblemente llegó para las negras la hora de las dificultades.
152 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

42. T- ( 1 R ) -2R. PX P
43. P X P T- l CR
44. T-l R
Si en vez de eso hubiera j ugado 44. T-2CR, T { 2A ) - 1 A ; segui­
da por 45 . . . . A-2C, la columna CR permanecería igualmente ba­
jo el control de las negras. Lo anterior es el resultado indirecto de
la presión que ejercen las negras sobre el Peón AD, que impide que
las blancas tomen con tiempo las necesarias medidas defensivas. Es­
to constituye un síntoma bien conocido cuando existe un Peón débil
en el tablero, el atacante puede transferir sus piezas a otro frente.
44 . . . . T-5C
45 . T { 2A ) -2R
Al fin, un contraataque.
45. T-3A
46. T-2AR T-3D
47. R-3A T-3A
48. T-3R
El error decisivo.
48. T-8C
49. T-3T AX P
50. T X P
50. A X A, T-8A jaque, es más o menos igual de desastrosa.
50. T-8C
AXA
:> 1 . T-5C
52. T X P T ( 3A ) X A jaque
53. R-3D R-2R
54. T--6T T X P jaque
y las negras ganan.

KOTOV-KERES, Campeonato ruso, 1 948.


l . P-4R, P-3 R ; 2. P-4D, P-4D ; 3 . C-2D, C-3AR ; 4.
P-5R, CR-2D ; 5 . A-3D, P-4AD ; 6. P-3AD, P-3CD ; 7 .
C-2R, A-3T ; 8. A X A, C X A ; 9. Enroque, A-2R ; 1 0. C-3C,l
enroque ; 1 1 . D-4C, P-4A ; 1 2. P X P al paso, T X P (NP 1 1 3) .
El Peón del Rey de las negras ha quedado rezagado, y la mira
de las blancas debe ser, no sólo atacar a este Peón, sino impedir que

1 La jugada 10 es C-3CR, ya que el Caballo en 20 puede ejecutar


el mismo movimiento. (N. del T. ) .
P E O N E S D É B I L E S 153

las negras eliminen este punto débil forzando . . . P-4R en un


momento adecuado.
1 3. C-5T T-3C
14. D-2R C-2A
1 5 . C-3A
Las blancas cubren la casilla que se encuentra frente al Peón
débil, la casilla del bloqueo.
15. .. . A-3D
Ahora sería inútil que las blancas ocuparan la casilla de bloqueo :
después de 1 6. C-5R, A X C ; 1 7 . P X A, se cierra la columna del
Rey, lo que significa que la debilidad de las negras en 3R ha dis­
minuido considerablemente ; incluso se puede decir que práctica­
mente ha desaparecido, y para decirlo de una vez, la debilidad está
cancelada.
1 6. P-3CR P--4R
Las negras ofrecen un Peón para aliviar la presión del sitiador
( juego psicológico ) .
1 7 . C X PR
Hubiera sido más fuerte 1 7 . P X PR, T-3R ; 1 8. C--4A, T- 1 R ;
.

1 9. C X P, conservando su Peón de ventaja.


17. AXC
1 8. P X A T-3R
Recuperando las negras su Peón en esta forma.

113 114
1 9. D--4C P-3C
20. C-6A jaque cxc
1 54 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

21. PXC DXP


22. A-4A (N!' 1 1 4) .
Se ha presentado una nueva situación. Ahora el Peón de Dama
de las negras es débil, por lo menos, hasta que no logre avanzar
a 5D.
Siguen estas j ugadas : 22 . . . . C- l R ; 23. TD- l D, D-2A ; 24.
D-3A, ( no 24. T X P, C-3A, etc. ) 24 . . . . C-3A ; 25. P-4A,
ganando al Peón débil.

KERES-DR. EUWE, Campeonato Mundial, Moscú, 1 948.


l . P-4R, P-4R ; 2. C-3AR, C-3AD ; 3. A-5C, P-3TD ;
4. A-4T, C-3A ; 5. Enroque, C X P ; 6. P-4D, P-4CD ; 7 . A-
3C, P-4D ; 8. P X P, A-3R ; 9. D-2R, A-2R ; 1 0. T-l D, enro­
que ; 1 1 . P-4A, PC X P ; 1 2 . A X P, A-4AD ; 1 3. A-3R, A X A ;
1 4. D X A, D- l C ; 1 5 . A-3C, C-4T ; 16. CD-2D, C X C ; 1 7 .
T X C, C X A ; 1 8 . P X C (Nr 1 1 5) .

115

El Peón TD de las negras está aislado en una columna abierta,


pero el Peón AD de las mismas, que es lo que se llama un "Peón
unido" es aún más débil, ya que las blancas pueden impedir su avan­
ce a 4AD. Al mismo tiempo, los Peones CD de las blancas también
son débiles, así que el asunto se convierte en "se le sirve al primero
que llegue", que en este caso son las blancas. La ·continuación fue :
18. T- I A
P a ra reforzar . . . P-4AD
1 9. T- l AD P-4AD
Que dadas las circunstancias, es lo mejor que se puede hacer :
después de 1 9 . . . . D-5C ; 20. T-5A ( positivo impedimento para
el avance del Peón AD ) , 20 . . . . TD- l C ; 2 1 . T-3D, seguido por
P E O N E S D É B I L E S 155

22. T ( 3D ) -3A, 23. C-4D, el Peón blanco en 3CD se sostiene con


solidez, mientras que, a la larga, deberá caer el AD de las negras. De
hecho, aquí nuevamente ha sido el Peón débil quien inclinó la ba­
lanza ; es completamente incidental que las blancas hayan obtenido
casillas fuertes en su 4D y 5AD ( ver el Capítulo VII I ) . Con la
jugada del texto, las negras cambian su Peón débil AD por el Peón
débil CD de las blancas.
20. T X PA TXT
21. DXT D X PC
22. C-4D
Ahora se ve claramente cual j uego está mejor ; las negras tienen
dos puntos débiles ( en su 4D y 3TD ) , las blancas solamente tie­
nen uno. Las blancas tienen un Caballo fuerte ( en una casilla fuer­
te ) , las negras tienen un Alfil que opera a la mitad de su fuerza ( en
una de las diagonales, en vez de en las dos ) Y finalmente, las blancas
.

tienen una mayoría de cuatro peones sobre el flanco del Rey en


contra de tres, y después de algunas preparaciones adecuadas, pue­
den adelantar y desarrollar grandes facultades ofensivas.

FLOHR-DR. VIDMAR, Nottingham, 1 936


l . P-4D, P-4D ; 2. P-4AD, P-3R ; 3 . · C-3AD, C-3AR ;
4. A-5C, A-2R ; 5. P-3R, enroque ; 6. C-3A, CD-2D ; 7 .
D-2A, P-4A ; 8. P X PD, C X P ; 9. A X A, D X A ; 1 0. C X C, P X C ;
1 1 . A-3D, P-3CR ; 1 2. P X P, C X P ; 1 3 . Enroque TR, A-5C ;
1 5 . C-4D, TD- 1 A (NP 1 1 6) .

116

Las blancas han obligado a su adversario a dejar un Peón aisla­


do, sin embargo, las circunstancias no permiten que intente cap­
turarlo dentro de un término predecible. En primer lugar viene un
sin fin de maniobras, el único objeto de las cuales es cambiar todas
156 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

las piezas que sea posible para facilitar a las blancas comprender
su ventaja. Se sostendrán firmemente en la casilla bloqueadora 4D
con objeto de que las negras no puedan en ningún momento librar­
se de su debilidad ( mediante . . . P-5D ) o hacerla desaparecer
( por medio de un cambio en 5D, sin que las blancas puedan tomar
otra pieza ) .
1 5 . D-2D P-3TD
1 6 . A-2A D-4C
1 7 . P-3A
Las negras han creado un punto débil en el 3R de las blancas,
que, sin embargo, carece de importancia, ya que este Peón está
cerca de las bases de las blancas y en consecuencia, no es difícil de
defender.
1 7. A-2D
1 8. TR- 1 R TR- 1 D
1 9. TD- 1 D D-3A
20. A-3C A-5T
21. AXA CXA
22. T-1 AD C-4A
23. TR- 1 D D-3C
24. C-2R C-2D
25. D-4D
Las blancas hacen progresos considerables.
25. DXD
26. CXD C-4R
27. P-3CD R- 1 A
28. R-l A TXT
29. TXT C-3A
El objetivo de la defensa de las negras, que sin embargo, estas
equivocan.
30. c x c T- I A
3 1 . T-5A P X C (N9 1 1 7)
( O bien, 3 1 . . . . T X C ; 32. T X P, T-8A jaque ; 33. R-2R,
T-7A jaque ; 34. T-2D ) .
¿ Qué es lo que han conseguido las negras ? Su Peón de Dama
dejó de estar aislado ; pero en cambio, su Peón AD está rezagado,
en tanto que su Peón de TD se convirtió en débil y está expuesto
a un ataque. Más aún, dos casillas fuertes 4D y 5AD están a la
P E O N E S D É B I L E S 157

disposición del Rey blanco. La victoria para las blancas sólo es


cuestión de tiempo.
La partida continuó en esta forma :
32. R-2R R-2R
33. R-3D R-3D
34. T-5T T-l TD
35. R-'--4-D A-4P 1
36. P-4CD T-l CD
37. P-3TD T- l TD
Después de 37 . . . . T-3C ; 38. P-4-A, las negras sufren un
Zugzwang, lo que significa que tendrán que dejar al Rey blanco e-l
dominio de sus casillas SR y 5AD.
38. P-4R PA X P
39. PXP PXP
40. RXP T-2T
41 . R-4A
Las blancas ahora vuelven su atención al flanco del Rey ne­
gro, con objeto de crear allí algún punto débil antes de embarcarse
en una acción definitiva. El Rey y la Torre de las negras están com­
pletamente comprometidas.

117

41 . P-3T
42. P-4TR R-3R
43. R-4C T- l T
44. P-5T P-4C
45 . P-3C T-2T

1 Esta es la jugada que aparece en el texto original en inglés, pero


debe serP-4AR. (N. del T.) .
158 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

46. R-3A T- l T
47. R-4R T-2T
48. T-5R jaque
El principio del fin. La Torre blanca penetrará a la posición
enemiga vía BR, obligando al Rey negro a declarar sus intenciones :
Flanco de Rey o flanco de Dama.
48. R-3D

Después de 48 . . . . R-3A ; 49. T-8R, las negras pierden


o bien el Peón TD o el de AD, y después de 48. . . . R-2D ; 49.
R-5A, el Rey blanco entra en las líneas enemigas con resultados
definitivos.

49. T-SR P-4A


50. T -8D j aque
Y ganan las blancas ( 50. R-2A ; 5 1 . T-8TR, o bien 50.
R-3A ; 5 1 . T-8A jaque ) .

CAPABLANCA-FINE, Semmering, 1 937


l . P-4D, P-4D ; 2. P-4AD, P-3AD ; 3. C-3AR, C-3A ;
4. C-3A, P X P ; 5. P-4TD, A-4A ; 6. P-3R, P-3R ; 7 . A X P,
A- 5CD ; 8. Enroque, enroque ; 9. D-2R, A-5C ; 1 0. T- l D,
D-2R ; 1 1 . P-3T, A-4TR ; 1 2 . P-4R, CD-2D ; 1 3. P-5R,
C-4D ; 1 4. C-4R, P-3A ; 1 5 . P X P, P X P ; 1 6. C-3C, A-2A ;
1 7 . A-6TR, TR- l R (NV J l B) .
El Peón del Rey negro constituye una debilidad en esta forma­
ción, aunque las blancas no estén por el momento en condiciones
de amagar seriamente a este Peón, es decir, a causa de que el Alfil
negro controla la l R de las blancas, impidiendo que las Torres
blancas se doblen. Además, las negras ejercen un control más gran­
de en la casilla de enfrente a su Peón R débil. Sin embargo, esta
circunstancia no debe sobreestimarse, ya que al avanzar . . . P-4R
no se libera al PR, sino que únicamente lo desplaza, en tanto que
las negras tendrían que contar con el hecho de que este avance
puede poner la 5AR de las blancas a la disposición del Caballo
blanco, jugando desde 4CR.

1 8. C- 1 R
Para alejar a l Alfil del Rey negro.

1 8. R- l T
1 9. C-3D A-3D
P E O N E S D É B I L E S 159

20. D-3A T- l CR
2 1 . C-4A
Entre más piezas se cambien, más difícil será la tarea para
el atacante : una regla general cuando existen Peones débiles en el
tablero.
21. cxc
22. AXC AXA
23. DXA C-3C
24. A-3C TD- l D
25. T- l R C-4D
26. D-4T A-3C
27. C-4R (N9 1 1 9) .

118 119

Las blancas lograron retirar al Peón hostil AR también dentro


de la órbita de su ataque, así que 28. C-5A, amenaza al Peón del
Rey, pero existe otra amenaza al PAR después de 28. A X C. Las
negras ahora tienen que elegir entre estas jugadas poco placenteras :

l. Hacer un cambio en su 5R, después de lo cual las blancas


pueden concentrar sus fuerzas sobre 6R.
2. Guardar su Peón AR, cuando las blancas pueden contestar
con C-5A, fortaleciendo su ataque sobre 6R, y finalmente,
3. Una liquidación inmediata que conduce a la pérdida de
un Peón.

27. P-4AR
28. DXD CXD
29. C-5A TXP
30. TXP C 4D
-

31. CXP
y las blancas adquieren una ventaja considerable.
160 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

Cuando el Peón aislado es además un Peón doble, la debilidad


es aún mucho más seria, lo que también se aplica en el caso de un
Peón rezagado doble ( en el Nr 1 15, en 2CD y 3C tenemos el caso
de un Peón doble rezagado ) . No sólo el Peón doble rezagado no
debe esperar ayuda de los Peones vecinos, sino que estorba a tales
piezas, ya que éstas tienen el trabajo de ver por su seguridad. Las
reglas que se han proporcionado para el manejo de un simple Peón
aislado o rezagado, son aún más aplicables a un Peón doble.
En el caso de Peones dobles unidos ( por ejemplo, 2AR, 2CR y
3CR ) , el caso es distinto, y aunque también pueden, en ciertas cir­
cunstancias, constituir una debilidad, la forma de tratarlos es por
completo diferente y está fuera de lo que se trata en este capítulo.
Concluyamos con una recapitulación en la cual el juicio de las
distintas formas de debilidad de los Peones comprende dos cate­
gorías.
A. Peones Aislados y Rezagados
juicio : Son más débiles cuando se encuentran en una columna
abierta y no pueden avanzar. Además, la debilidad aumenta en gra­
d � y proporción cuando existe más de uno de tales Peones.
B. Peones Volantes
Juicio : Son débiles únicamente ( 1 ) si el atacante lleva ventaja
en el desarrollo, y ( 2 ) si la mayor parte de las piezas menores ya se
han cambiado. Casi siempre resultan débiles en el final de juego.
Plan : ( valedero tanto para A como para B ) . Ataques sobre el
propio Peón ( formas típicas de ataque : Torres dobles, avance de
un Peón sobre una column� contigua, ver Nos. 1 05 y 1 06) y sobre la
casilla situada frente al Peón, o sea la casilla de bloqueo. La pieza
que ocupe esta casilla, por regla general puede desarrollar una gran
actividad ( ver Capítulo VII I ) . Evitar un cambio sobre esta casilla
si la unidad de recaptura es un Peón, a menos que desaparezca la
debilidad. Aniquilación continua de las piezas que protegen al Peón
débil. El cambio de piezas por lo general favorece al atacante. Si
es probable que no tenga éxito un ataque directo, el atacante debe
aprovechar la primera oportunidad para transferir rápidamente sus
fuerzas ; esto es mucho más importante y efectivo cuando existen
varios puntos débiles en la formación contraria.
El defensor debe sobre todo cuidarse del efecto psicológico que
es fácil que engendre la presión constante del ataque.
Un consejo técnico más : la vigilancia simultánea sobre varios
puntos por la misma y única unidad, puede constituir en este caso
un uso económico de las fuerzas disponibles.
CAPÍTULO VIII

"CASILLAS FUERTES"

El aspecto característico denominado "casillas fuertes", que aho­


ra nos proponemos discutir es, desde luego, no menos importante
que lo tratado con anterioridad. Sin embargo, se distingue princi­
palmente en que requiere menos imaginación, parece de menor
aplicación general y se presenta principalmente en combinación
con uno u otro de los temas que se han descrito en los capítulos
anteriores. Sostiene que las ganancias en material u otras ventajas,
se pueden atribuir con facilidad a circunstancias accidentales, y
resulta apropiado ilustrar el tema de este capítulo con un ejemp lo
práctico en el que se disiparán las dudas del lector y comprenderán
que únicamente las "casillas fuertes" han sido el factor decisivo
(N9 1 20) .

120

En esta posición decimos que la 4R de las blancas es una casilla


fuerte. En ella se encuentra establecido un Caballo. En el capítulo
anterior ya se han tratado las "casillas fuertes" , y para ampliar lo
que antes se dijo, una "casilla fuerte", como nosotros la entende­
mos, debe llen:>.r los requisitos siguientes :

l. La ca&i.lla debe estar a salvo de los ataques de los Peones


contrarios.
2. Debe encontrarse cerca de la posición enemiga.
162 CRITI!llUO Y TÁCl'ICA EN EL AJEDREZ

3. Debe ser posible hacer bastante presión en la casilla en cues­


tión, que conduzca tarde o temprano a su ocupación efectiva.

El ajedrez no es asunto de matemáticas ; puede acontecer muy


bien que alguna casilla cumpla con lqs tres requisitos proporcionados
arriba y que sin embargo carezca de verdadera significación, o bien
que tenga dos de las tres estipulaciones y falle en la tercera y, sin
embargo, todavía sea efectiva. Estas circunstancias variables hacen
que sea extraordinariamente difícil juzgar el valor de determinada
casilla fuerte, por lo que dejaremos descansar este asunto por el
momento y trataremos de obtener, mediante un ejemplo tomado de
la práctica, la forma de entender satisfactoriamente la naturaleza
de una casilla fuerte y sus consecuencias.
Como hemos dicho antes, las blancas ocuparon la casilla fuerte
4R con un Caballo que comanda cierto número de casillas impor­
tantes de la posición enemiga, o sean, 5AD, 6D, 6AR y 5CR. Este
es un punto importante, pero es más importante aún el heého de
que no se puede arrojar al Caballo de su puesto. Permanece fuera
del alcance de las piezas enemigas. El Alfil negro no puede atacar
al Caballo, ni tampoco el Caballo negro puede forzar un cambio.
Se puede comparar con un cañón bien colocado en una colina y
sobre el cual el enemigo no puede disparar sin correr grandes pe­
ligros.
La posición puede juzgarse ahora con claridad : las blancas tie­
nen una gran ventaja debido a la fuerte colocación de su Caballo.
Y ahora, el plan : en esta posición, la importancia de la casilla fuerte,
hace que éste venga por sí solo. Resulta fácil formular un plan
cuando los elementos sobre los cuales se basa son de naturaleza se­
gura y duradera. El caballo permanecerá en 4R por lo menos duran­
te cinco jugadas, y así, al formularlo, el elemento tiempo no es de
la misma urgencia que en otros casos.
Dejemos ahora que los hechos hablen por sí mismos y, después
de seguir el curso de la partida, tendremos un conocimiento claro
del tipo de plan que dichas posiciones requieren.
l . P-4AD
Defendiendo al Peón pasado y clavando al Peón negro AD, de
manera que en un posible contraataque, las negras no puedan ju­
gat . . . P-5A.
l. . . . TD- l AR
2. A-3R
Apuntando al Peón AD negro.
CASILLAS FUERTES 163

2. P-3TR
3. T-5C
Continuando el ataque sobre el Peón AD.
3. T-l A
4. D-4C
Amenazando tanto 5 D X T, como 5. A X PT.
4. .. . TR- l A
L a alternativa 4 . T-2AR, e s fatal, a causa d e 5. T X C,
etc. La Dama tiene que cuidar al Alfil, y en consecuencia, no puede
moverse.
5. A X PT
C X PA
Las negras se pueden sostener un poco más ; la Dama defiende
al Peón CR y el Caballo al Alfil.
6. T-l A
U n ejemplo típico d e recargamiento. Después d e que e l Caba­
llo permita el paso, la Dama asume dos funciones inmediatamente,
mismas que no podrá cumplir : defender al Alfil e impedir el mate
en 2CR. Así que después de 6. . . . C-3C, sigue C X A, etc.
6. P-3T
7. T-3C
TD- l C también gana, pero la jugada del texto es más rápida.
7. P-4CD
8 . T-3C T-2AD
9. A X P
y ganan. ( 9 . . D X A ; 1 0. D---6R jaque ) .
. .

Un bello ejemplo de ataque, pero ¿ qué tiene que ver todo esto
con la posición fuerte del Caballo en 4R ? Esta pregunta no es muy
difícil de contestar. En primer lugar, el dominio que ejerce el Ca­
ballo en 6AR y 5CR ha hecho sumamente difícil la defensa ; en se­
gundo lugar, el ataque al Alfil en 6D ha disminuido mucho la mo­
vilidad de la Dama ; en tercer lugar, al ayudar el Caballo al ataque
sobre el Peón AD de las negras comprometió a varias piezas en su
defensa, y finalmente, el Caballo �olocado en 4R, al defender al
Peón de AR blanco, impidió cualquier contraataque de las negras
a lo largo de la columna AR.
164 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL .UEDREZ

No se trata de encom1ar en forma extraordinaria a la casilla


fuerte en todas las situaciones posibles o imposibles, sino de juzgar
en forma objetiva su verdadero papel, que desde luego, para un
Caballo, aun cuando permanezca en forma pasiva en su casilla fuer­
te, no debe subestimarse.
Al examinar el curso de la partida desde este punto de vista,
resulta evidente la lógica de la secuencia de las jugadas hechas por
las blancas ; por otra parte, resulta claro que las negras no tienen
mucho donde elegir, y que las marchas y contramarchas obligadas
( . . . TD-l AR- l A, y . . . T ( 4AR ) - 1 A le han hecho perder un
tiempo valioso.
Ahora, por lo que toca al plan. ¿ Cómo pueden aprovechar las
blancas la fuerte posición de su Caballo ? La respuesta consiste en
iniciar alguna maniobra en la cual sea la clave la pieza fuerte, y una
o dos acciones subsidiarias como consecuencia de las cuales el ata­
cante goce de más libertad de acción que su oponente y de las que
provengan varias líneas de juego donde elegir.
En el presente ejemplo, primero que nada las blancas idearon
la maniobra de atacar al Peón AD con tres piezas ( la Torre en
5CD, el Alfil en 3R y el Caballo en 4R ) y posteriormente lanzaron
un ataque para lograr el mate ( jugando D-4C, A---6TR y T-
5CD 3CD-3CD ) . En todas estas maniobras, el Caballo en
4R jugó un papel indirecto, y sin embargo vital. De no haber sido
por este Caballo, las negras hubieran podido llegar a su 3AR y la
Dama no se hubiera dedicado a la defensa de su Alfil en 3D, etc.
Es notable observar cómo se efectuó el intercambio de maniobras
por el Alfil al 3R y la Torre al 5CD ganando tiempo, en tanto que
las negras eran incapaces de reagrupar sus fuerzas, y sin embargo,
el Caballo en 4R no tuvo ninguna necesidad de tomar parte activa
en ninguna de estas evoluciones, sino que permaneció firme en 4R,
amenazando en forma efectiva a ambos flancos. La defensa de las
negras fracasó ; por lo menos debió intentar llevar su propio Caballo
al 3D por medio de . . . C ( 3C ) - 1 A ; . . . A-2R ; y . . . C-3D,
para provocar al Caballo contrario colocado en la casilla fuerte, pe­
ro hubiera necesitado mucho tiempo.
Regresemos a nuestro diagrama inicial (Nr 1 20, Pág. 1 6 1 ) en el
cual se cumplen los tres requisitos de una casilla fuerte : ( 1) la ca­
silla blanca está fuera del alcance de los Peones contrarios y a salvo
de ataques de las piezas enemigas ; (2) la casilla está cercana a las
líneas enemigas ; y (3) las blancas tienen un control definítivo sobre
la mencionada casilla. Este control se basa en cierto número de
factores, como por ejemplo, la ausencia del Alfil negro de Dama
CASILLAS FUERTES 165

que controle las casillas blancas, y sobre todo, la clausura de la co­


lumna del Rey por el Peón negro en su 4R. ¡ Este Peón es la causa
de todo ! Sin él, es posible que las negras hubieran podido desalojar
al Caballo blanco, o por lo menos no fuera casi inexpugnable, y las
blancas tendrían la tarea de defenderlo tanto directa como indirec­
tamente. Pero es el caso que el Peón negro del Rey se encuentra allí,
por lo que la casilla 4R de las blancas constituye una casilla fuerte
para ellas y, consecuentemente, una casilla débil para las negras. En
lo general, se puede resumir que la casilla que se encuentra frente
a un Peón aislado, es, o puede convertirse, en una casilla fuerte para
el bando contrario ( ver Capítulo VII ) , pero esta es sólo una de
las muchas formas de casilla fuerte. Si, por ejemplo, la unidad co­
locada en 3D no fuera un Alfil, sino un Peón, de manera que enton­
ces el Peón del Rey no estuviera aislado, todavía entonces la 4R de
las blancas permanecería siendo una casilla fuerte. En realidad, la
"casilla fuerte" se puede encontrar en todas las formaciones de Peo­
nes. Una ojeada a los diferentes diagramas que se proporcionan en
este capítulo, mostrará la cantidad de variaciones que existe sobre el
mismo tema.
Casilla fuerte . . . Casilla débil. Estos conceptos son recíprocos.
¿ Lo que es fuerte para un bando significa debilidad para el contra­
rio ? Se puede muy bien considerarlo así, pero en el lenguaje del aje­
drez se establece una diferencia entre los dos. Cuando se habla de
una casilla débil, por lo general nos referimos a una casilla que en
el futuro se puede convertir en una casilla fuerte para el contrario ;
si, viceversa, hablamos de una casilla fuerte, entonces general­
mente se trata de un hecho consumado, de una casilla fuerte por
el momento.
De los tres requisitos mencionados con anterioridad se puede de­
cir aún más, pero en vez de teorizar, tratemos de descubrir lo ante­
rior por medio de más ejemplos. Recalquemos únicamente el hecho
de que una casilla fuerte no significa nada por sí misma, a menos
que se disponga de una pieza adecuada para ocuparla, lo que quiere
decir que la acción efectiva dependerá de la pieza en cuestión.
Ahora proporcionaremos las jugadas de nuestro siguiente ejem­
plo, que nos darán una ilustración excelente de la forma en que l a
ca silla fuerte se origina.

BOTVINNIK-BOLESLAVSKY, Moscú, 1 94 1

l . P-4R, P-3R ; 2. P-4D, P-4D ; 3. C-2D, P-4AD ; 4.


PR X P, PR X P ; 5. A-SC jaque, C-3A ; 6. CR-3A, A-3D ; 7 .
166 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

Enroque, C-2R ; 8. P X P, A X P ; 9. C-3C, A-3C ; 1 0. A-3R,


A X A ; 1 1 . A X C jaque, P X A ; 1 2. P X A, enroque (N9 1 21 ) .
Botvinnik considera que, por e l momento, l a partida está a favor
de las blancas, de acuerdo con ciertas consideraciones teóricas. La

121 122
situación, y con especialidad la secuencia de jugadas que se han ori­
ginado, es verdaderamente notable. La singular maniobra del Alfil
de Dama de las blancas ( 1 O. A-3 R ) , que sin ninguna necesidad
aparente les endilga un Peón aislado, y en especial la manio­
bra tan profundamente pensada del cambio efectuado en la jugada
número 1 1 , atestiguan una notable compenetración de las necesida­
des del juego.
Las blancas tienen la posibilidad de obtener dos casillas fuerte�
en 4D y 5AD, como lo demuestra claramente el siguiente diagrama
( después de 1 9. P-4CD ) . Un rápido examen indica que las negras
ya no están en posición de defender a su 4AD en forma directa, ya
que únicamente la Dama puede llegar allí y el Caballo negro en 2R
se encuentra a cuatro jugadas de distancia, en tanto que el Alfil per­
tenece al color opuesto. En contra de lo anterior, la Dama y el Ca­
ballo blanco situado en 3CD se encuentran muy a la mano. Así pues,
la casilla 5AD de las blancas caerá en poder de éstas inevitablemente,
siguiendo a esto el dominio sobre su 4D en forma concomitante,
constituyendo el control de las blancas sobre ambas casillas un con­
junto armonioso. Sin embargo, si las negras logran obtener el domi­
nio de la casilla en cuestión, podrían, en el momento adecuado, ju­
gar . . . P-4AD, presionando al mismo tiempo sobre la 4D de las
blancas.
1 3 . D-2D D-3C
1 4. D-3A
CASILLAS FUERTES 167

Es evidente que la intención de ambos jugadores es la casilla


crítica.
1 4. ... T- I C •

Defendiendo en forma indirecta su 4AD, ya que ahora la inme­


diata ocupación de esta casilla por las blancas haría que éstas per­
dieran su PCD.
1 5 . TD- l C
¡ Atacando indirectamente 5AD ! Más tarde s e observará que
esta jugada no sólo defiende al PCD de las blancas, sino que, sobre
todo, preparan su avance al 4C.
15. T- l R
Como no puede defender s u 4AD dedican s u atención a l Peón
débil del Rey de las blancas.
1 6. TR- 1 R
D e acuerdo con e l espíritu d e la teoría d e prevención d e Nim­
zowitsch. El Peón débil del Rey debe defenderse por anticipado. El
mismo Botvinnik critica esta jugada, con la cual se ve amenazada
una gran parte de su ventaja. Lo lógico hubiera sido 1 6 . C-5A ;
C-4A ; 1 7 . TR- 1 R.
16. . .
. C-3C
Ahora la diferencia consiste en que este Caballo busca una po­
sición mejor que la 4AR. Las negras intentan ocupar su 4R como
cierta compensación por la pérdida de sus casillas 4AD y 5D. Es
evidente que la 4R representa una casilla fuerte para las negras.
1 7 . C-5A
Ya se transportó la primera y más difícil fortaleza, la segunda no
tardará en alinearse. Mientras tanto, se demuestra claramente que
se desperdició la jugada 1 6. T-1 R .
1 7. A-5C
De conformidad con el contraplan de las negras, el dominio
de su 4R.
1 8. C-4D C-4R
1 9. P-4C (NP 1 22) .
Las blancas han conseguido su objetivo estratégico : sus dos Ca­
ballos ocupan posiciones dominantes. Ahora la cuestión es la forma
168 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

de continuar con esta ventaj a, tomando en consideración la carta de


triunfo que las negras tienen con la posición favorable de su propio
Caballo. Mientras tanto, las colocaciones de los Caballos respectivos,
más bien tienen un valor estático que dinámico ; el Caballo negro
domina cierto número de importantes casillas, pero carece de una
jugada peligrosa. Por otra parte, los Caballos blancos están coloca­
dos en forma similar : ambos tienen muy buenas posiciones pero tie­
nen pocas oportunidades de efectuar una salida efectiva y ninguna
de cooperar con las demás piezas. Todo esto vendrá más tarde. Se
trata de una ventaja psicológica proporcionada por la posesión de
casillas fuertes : hay mucho tiempo por delante.
1 9. TD- I D
20. P-4R

Las blancas aprovechan la oportunidad para librarse de su Peón


de Rey débil, abriendo en forma simultánea la columna de Rey, con
lo que amenazan desalojar al Caballo fuerte de las negras. Las negras
obtienen cierta compensación con la apertura de la columna de Da­
ma y con la posibilidad de debilitar el 4D de las blancas.
20. PX P
Esta jugada del texto ilustra una de aquellas faltas discretas
que se presentan con frecuencia incluso entre los mejores jugadores :
capturar en vez de dej ar que sea el oponente quien capture. Resulta
evidente que cuando uno efectúa la captura, siempre cuesta un
tiempo, si no es que dos, lo cual, entre otras cosas, significa en el pre­
sente caso que las blancas serán las que primero consigan tener
Torres dobles en una columna abierta.
¿ Por qué entonces las negras decidieron efectuar esta captura ?
¿ Se debe a parquedad de pensamiento o al amor a la vida tranquila,
ya que reduce en esta forma el número de continuaciones posibles ?
Después de la fuerte jugada 20. . . . P-3A ; las blancas siguen sin
necesidad de jugar 2 1 . P X P. Pueden demerar esta captura a volun­
tad, en tanto que las negras, al calcular las siguientes jugadas, deben
tener en cuenta este cambio pendiente de Peones, que puede pre­
sentarse en cualquier momento.
21. TXP P-4TD
22. P-3TD PXP
23. P X P
La jugada accidental sobre la columna TD y CD, no es tan des­
atinada como pueda aparecer. Los que analizaron el final de la
CASILLAS FUERTES 169

partida, hicieron notar que las blancas podían haber ganado una
pieza jugando 22. D-3CR ( en vez de 23. P-3TD ) . Pero Botvinnik
lo refuta en la forma siguiente :
22. D-3C, P-3A ; 23. T X A, C X T ; 24. D X C, P-4T ; 25.
D-4A, P X P ; 26. C ( 4D ) -3C, D-4C ; y declara que las oportu­
nidades son más o menos las mismas.
Pero estas complicaciones se encuentran fuera de nuestro tema
y no debemos desviar nuestra atención hacia ellas, por importantes
que sean.
23. P-3A
Defendiendo su 4R.
24. TD- I R (NP 1 23) .

123

Clavando al Caballo ( ya que la Torre de las negras no está lo


bastante defendida ) ; y las blancas lograrán al fin atacar al Caballo
con uno de los propios.
Esta posición es importante, ya que ahora tendrá que tomarse
una decisión estratégica. Ya que los dos Caballos blancos son mu­
cho más efectivos que el único negro, resulta evidente que la victo­
ria para las blancas será pan comido.
Las blancas pueden elegir entre determinado número de combi­
naciones, de las cuales, las más importantes son las siguientes :

l . Ataque sobre 6R.


2. Ataque sobre el Caballo clavado ( ya que la TR de las negras
solamente está defendida por una sola pieza ) .
3. Amenazar al Peón AD de las negras.

Ninguna de estas posibilidades ofrece por el momento pers­


pectivas tangibles, ya que ambos Caballos blancos se encuentran
170 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL A;. EDREZ

medio inmovilizados por la Dama de las negras a consecuencia de la


jugada número 20 de las blancas ( P-4R ) . Por lo tanto, el Rey debe
utilizar un tiempo, a fin de que los Caballos se puedan desplazar
nuevamente, después de lo cual se hacen necesarios los ataques an­
teriormente enumerados. Así pues, las negras tienen un tiempo a su
disposición, que, bien aprovechado, ocasionará considerables per­
juicios.
Es curioso observar que en esta posición las negras pueden efec­
tuar una maniobra que reduce las tres posibilidades a un solo golpe,
o sea : 24 . . . . A-4T, seguida por 25 . . . . A-2A. De cualquier
modo, ahora que la Torre del Rey está a salvo y defendiendo su 3R
se sostiene con mayor seguridad, ya que el Peón AD está indirecta­
mente protegido y el Caballo en libertad para moverse.
En consecuencia, el asunto es que las negras pueden descuidar
su 3R un tiempo, ya que las blancas no pueden mover su Caba­
llo mientras el Rey blanco se encuentre inmovilizado en su l CR.
Más aún, el Alfil está más seguro en 2AR que en 5CR, en donde
está expuesto a que lo ataquen, y la protección de la 3R de las ne­
gras es proporcionalmente más efectiva.
24. R- l T
Las negras n o s e dieron cuenta.
25. R- l T
¡ En cambio las blancas l o descubrieron perfectamente bien ! Una
notable demostración del refrán que dice : "Cuando dos hacen la
misma cosa, no resulta igual" . Ahora, de pronto, las negras quedan
indefensas contra varias amenazas, siendo la primera y la más im­
portante 26. C-3D, tanto contra el Caballo negro, como contra el
Peón de AD.
Las siguientes son algunas de las posibilidades para después de
la jugada 25. R- l T :

l . 25. . . . T--.-4D ; 26. T X A, etc.


2. 25 . . . . A-4T ( demasiado tarde ) ; 26. C ( 4D ) -6R, T­
l CD ; 2 7 . T X C, P X T ; 28. D X P, amenazando con el mate
en 7C.
3. 25 . . . . A- l A ; 26. C-4T, D-3T ; ( o cualquier otro mo­
vimiento de la Dama ) ; 2 7 . D X P, y las blancas ganan un
valioso Peón.
4. 25. . . . A-2D ; 26. C X A.
5. 25 . . . . T-l AD ; 26. C-3D, ganando un Peón ( 26 . . . .
D- l C ; 2 7 . C X C, P X C ; 28. T X A, P X C ; 29. T X PD, etc. ) .
CASILLAS FUERTES 171

6. 2S . . . . P-3T ( relativamente la mejor ) ; 26. P-3T, A-l A ;


27. C-3D, A-2C ; 28. C-3A, con la ventaja a favor de
las blancas.

2S. A-2D
26. C X A TXC
27. D X P D- l D
28. C-3A
Las blancas tienen u n Peón d e ventaja, aunque l e haya costado
la friolera de unas cuarenta j ugadas obtener la victoria. Esta partida
demuestra una vez más el valor que tienen las casillas fuertes, y
particularmente, el poder de un Caballo apostado en dicha casilla.
Es más difícil formar el juicio de esta posición que en el caso del
primer ejemplo, ya que las negras también poseen una casilla fuerte
en donde se encuentra colocado un Caballo ; sin embargo, sobre ba­
ses puramente aritméticas, se llega a la misma conclusión : dos Ca­
ballos fuertes son mejores que uno solo.
El plan para las blancas es minar la casilla fuerte de las negras
en su 4R, y entonces explotar sus propios puntos fuertes atacando e
invadiendo a 6R.
Si bien en un final de j uego el Rey puede también llegar por su
propia cuenta a una casilla fuerte, en una posición de mitad de j ue­
go, la pieza de verdadera importancia la constituye el Caballo, lo
que es fácil de comprender. Las piezas más poderosas, como son la
Dama y las Torres, por lo general son demasiado valiosas para ex­
ponerlas en las primeras líneas. Si se sitúa a una Dama "fuerte" en
SR, podrá estar fuera del alcance de los Peones, que es la principal
característica de la casilla fuerte y, sin embargo, no estará a salvo
de los ataques de Torres, Caballos o Alfiles.
Este argumento no se aplica en el caso, digamos, de un Caballo
ventajosamente colocado, que sólo tendría que ceder ante el ataque
de un Peón. Puede ser molesto el ataque por parte de un Alfil o un
Caballo, pero lo peor que puede suceder es un cambio, con la posi­
ble pérdida de la casilla fuerte, o de lo contrario, el retiro de la pieza
de ataque.
Ante la fuerza de estas consideraciones, parece que el Alfil tam­
bién puede ser una pieza adecuada para ocupar una casilla fuerte,
sin embargo, existe algo que inclina la balanza a favor del Caballo,
aun cuando el Alfil puede llevar a cabo con frecuencia las mismas
tareas, sin que importe la distancia a que se encuentre su objetivo.
Un Alfil colocado en 2CD resulta tan efectivo en un ataque sobre
7CR como cuando está colocado en SR. Pero es más adecuado un
172 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

Caballo cuando se opera cerca de las líneas enemigas, ya que es una


pieza de corto alcance, aun cuando esto no quiera decir que el Alfil
no rinda los mismos resultados desde un puesto avanzado, como se
demuestra en el siguiente ejemplo, tomado del Campeonato Ruso de
1 949 (N9 1 24) .

124 125

FURMAN-SMYSLOV, Campeonato Ruso, 1 949

La última jugada de las negras fué 1 7 . . . . P-4A, que ocasionó


el serio contratiempo de renunciar al control de su 3R. Pero como se
veían amenazadas con la pérdida de un Peón, decidieron emprender
otra aventura, sin calcular con precisión sus serias consecuencias.
1 8 . A-7 D
Las blancas s e han dado cuenta d e que 6 R les representa una
casilla fuerte, y que la pieza más adecuada pasa a ocuparla ; en este
.::aso es un Alfil con preferencia al Caballo, que también podría es­
tablecerse allí. La secuela ilustra con claridad las actividades del Al­
fil desde la casilla fuerte en cuestión .
1 8. D-4R
1 9. A-3A
Las blancas eliminan primero al Alfil del Rey negro, por lo que
el campo del Rey se debilita más aún ganando fuerza en proporción
la 6R de las blancas.
1 9. D X PR
20. A-6R jaque R- 1 T
2 1 . A X A jaque RXA
Las blancas ya ocuparon la casilla fuerte con el Alfil y ahora se
observa con claridad por qué es tan difícil desalojar a esta pieza.
CASILLAS FUERTES 173

El Caballo negro se encuentra sumamente lejos, el Alfil negro no


puede intervenir (el Alfil blanco y la Torre controlan su 8AD ) , cosa
que no sucedería si las blancas hubieran ocupado 6R con el Caballo.
22. D-3T (NP 125) .
Un jugada particularmente fuerte, que hace resaltar con clari­
dad el poder del Alfil colocado en 6R. La función de este Alfil con­
siste no tanto en cooperar en el ataque contra determinado objetivo,
sino en privar al Rey contrario de casillas de escape, en forma que
éstas se conviertan en directas amenazas de mate. Incidentalmente,
impide a la Torre de las negras ocupar la columna AD. Así pues, la
pieza fuerte actúa en dos sentidos, y sus líneas de acción no pueden
interferirse por el momento. Las únicas piezas que se deben tomar
en consideración ( el Caballo en 4TD y el Alfil en 2CD ) se encuen­
tran demasiado retiradas.
Ahora existe la amenaza 22. D X P jaque, R-3T ; 23. D X T ja­
que, y como las blancas dan jaque con cada jugada, las negras no
tienen oportunidad de jugar ni 22 . . . . A X P, o bien 22 . . . . D X C .
22 . . . . D X 5TR
Algunas respuestas alternantes :

l. 22 . . . . R-3A ; 23. D3A jaque, D-4R ; 24. C-4D.


(a) 24 . . . . A X P ; 25. P-4A, D-5R ; 26. C-3A jaque
d e descubierta, R X A ; 2 7 . C-5C jaque, R-2D ; 28.
D-7 A jaque, etc.
(b) 24 . . . . P-5A ; 25. T- l R, seguido por 26. C-3A ja­
que de descubierta.
2. 22 . . . . T- l R ; 23. D-2C jaque, R-3T ; 24. T-3A, A X P ;
25. T-3T jaque, R-4C ; 26. P-4A jaque, R-5C ; 2 7 .
A X A, D X A ; 2 8 . D-3A y ganan .

23. T-7A R- l T
S i las negras jugaran 2 3 . T- l R en vez d e 24. P-6D, inme-
diatamente estarán en condiciones de inferioridad a causa de 24 .
. . . D-5R. Sin embargo después de 24. P-3C, D-3A ; 25. C-4A ;
26. P-6D existe una amenaza definitiva. Las piezas negras están
prácticamente empatadas y poco o nada podrán contra el ataque
que se avecina.
24. T X P
La captura de esta pieza agrava la posición de las negras, en el
sentido de que la diagonal 2TD-7CR debe vigilarse constantemen-
174 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

te para así evitar el mate. Por lo tanto, el principal actor es el Alfil


fuerte.
24. o o o D-3A
25. T-7AD
A fin de interponer la Torre en el caso de un jaque en la prime­
ra columna.
25. A-3T
26. C-4A.
La posición inminente de los elementos de las negras hace posible
el ataque final : la amenaza es 2 7 . C X P jaque, P X C ( 2 7
D X C ; 28. D X T jaque ) ; 28. D-3T ja9ue, seguidas por mate.
26. D-8T jaque
2 7 . T-l A D-2C
28. T-3A
Renovando la amenaza de 29. C X P jaque, ( 29 . . . . D X C ; 30.
D X T jaque, o bien, 29. P X C ; 30. T-3T jaque ) .
28. T- lD
29. D-2C
Ahora la amenaza de 3TD ha dado por resultado que la Da­
ma cambie sus actividades a la gran diagonal. Las blancas amagan
nuevamente con 30. C X P jaque _( 30 . . . . D X C ; 3 1 . T-7A jaque
de descubierta ) .
29. C-5A
Con esta jugada se pierde un Peón, pero es la única forma que
las negras tienen de prolongar su resistencia.
30. C X P jaque DXC
3 1 . T X C jaque de D-2C
descubierto
32. D X D j aque RXD
33. T-7A jaque
y ganan las blancas, en primer lugar debido a su Peón extra, pero
también se debe a su Alfil colocado en una posición muy fuerte, a
pesar del hecho de que no haya sido tan efectivo en el final de j uego,
sino que únicamente sirvió como apoyo al ataque de medio juego.
Juicio de la posición en el N9 1 25 : Las blancas, aun cuando se
encuentren con un Peón de menos, tienen el mejor juego, ya que
CASILLAS FUERTES 175

pueden colocar a un Alfil inexpugnable en 6R, que apoya en forma


poderosa los ataques sobre el Rey negro.
Plan : ataque tras ataque, evitando sobre todo el cambio de Da­
mas, después del cual el Alfil fuerte, estando las blancas con un Peón
de menos, haría que las blancas quedaran en condiciones de igual­
dad. La Dama, la Torre y el Caballo, deben apoyar la acción del
Alfil fuerte con todo su poder, ya que el Rey negro está bajo la
amenaza constante de mate, con el Alfil inmóvil jugando la parte
principal.
El valor de una casilla fuerte es proporcional a la importancia de
casillas que se pueden controlar desde ella, de lo que se infiere que,
una casilla fuerte es por lo general más valiosa sobre el flanco del
Rey, que sobre el flanco opuesto. Debe agregarse que, la casilla
fuerte aumenta su valor entre más próxima se encuentre a las líneas
enemigas, lo que da la razón del por qué, en el último ejemplo, el
Alfil colocado en 6R desarrolló tan notables facultades.
En el diagrama NP 1 1 S, el Caballo fu..erte colocado en 4D opacó
al Alfil contrario. En el NP 1 1 1 , la Dama blanca fuerte dominó en
forma similar en todas direcciones. Finalmente, tenemos el ejemplo
del NP 1 1 7, en donde es el Rey quien ocupa una casilla fuerte, desde
la cual domina el campo en diferentes direcciones.
Ya hemos declarado que, en el final de juego, la casilla fuerte
puede proporcionar una posición excepcionalmente fuerte para el
Rey. Ya que una de las condiciones que rigen a las casillas fuertes
es que éstas deben ser inaccesibles a las fuerzas enemigas, el Rey en­
cuentra con frecuencia en ellas seguridad y actividad al mismo
tiempo.
Esto se ilustra perfectamente bien en el siguiente ejemplo :

TARRASCH-TEICHMANN, San Sebastián, 1 9 1 2


l . P-4R, P-3R ; 2. P-4D, P-4D ; 3 . C-3AD, C-3AR ; 4.
A-5C, A-2R ; .5. P-5R, CR-2D ; 6. A X A, D X A ; 7. D-2D,
enroque ; 8. P-4A, P-4AD ; 9. C-3A, C-3AD ; 1 0. P-3CR,
P-3TD ; 1 1 . A-2C, P-4CD ; 1 2 . Enroque TR, P X P ; 1 3 . C X PD,
C X C ; 1 4. D X C, D-4A ; 1 5 . D X D, C X D (NP 1 26) .
El Handbuch de Bilguer declara la posición a favor de las blan­
cas, con cuya declaración el lector debe estar de acuerdo : las blancas
tienen una casilla permanentemente fuerte en 4D, aunque existan
varias dudas acerca de su efecto decisivo. La 4D cumple con todos
los requisitos que se puedan exigir a una casilla fuerte, pero la po­
sición de las negras, según todas las apariencias, es tan sólida, que
1 76 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJ�REZ

se puede dudar de la posibilidad de explotar las ventajas que se

derivan normalmente de una casilla fuerte.


Dejemos que la partida hable por sí sola :
1 6 . C-2R
¡ Rumbo a 4D !
16. A-2D
1 7 . C-4D TD- l A

Las negras están e n posición d e l a única columna abierta y es


natural que se esfuercen para sacar ventaja de tal hecho. Obsérvese
que el Caballo fuerte colocado en 4D defiende al valiosísimo Peón
situado en 2AD. Es obvio que las blancas, en determinado momento,
avanzarán este Peón a 3AD, pero lo más notable es que se encontra­
rá menos seguro en 3A que en 2A, ya que las negras pueden j ugar
en el momento oportuno . . . P-5CD. Más aún, las blancas tie­
nen en reserva la jugada P-3CD, la cual es más recomendable . es­
tando el Peón de Alfil Dama todavía en su casilla original.
1 8. R-2A
Una jugada especialmente bella, calculada en una forma pre­
cisa para burlar la vigilancia en 4D. El Rey blanco ocupa.,rá un pues­
to temporal en 3R, y tan pronto como lo pueda hacer oon seguri­
dad, y en el momento oportuno, emprenderá la ocupación de 40.
1 8. T-2A
1 9. R-3R T- l R
Las negras temen e l avance P-5AR, y s e previenen para esta
maniobra enfilando con su Torre a la casilla SR de las blancas.
Mientras tanto, éstas persiguen un objetivo enteramente distinto.
20. T-2A
El objeto de esta jugada es permitir que el Alfil llegue a 3D
por medio de 1 A.
20. C-2C
2 1 . A- l A C-4T
22. P-3C
Permitir que las negras jueguen . . . C-5A, arruinaría toda la
estrategia de las blancas. El cambio A X C sería prácticamente obli­
gado, y después de . . . PD X A, resultaría problemática la ocupa­
ción de 4D por el Rey de las blancas ( ver nota sobre la jugada
número 1 7 de las negras ) .
CABILLAS FUERTES 177

22. P-3T
Un grave error posicional, que las blancas refutan en forma no­
table. Hemos visto en el Capítulo V, la forma en que se puede fa­
cilitar el ataque al flanco del Rey, cuando los Peones del campo del
Rey contrario ya no ocupan sus posiciones originales. Aunque las
Damas hayan desaparecido del tablero y prácticamente no exista
el peligro .de un ataque para el mate, puede ser sumamente impor­
tante para el atacante abrir un segundo frente, además de la
presión que ejerce en el centro, despejando una columna sobre el
flanco del Rey. El movimiento del texto proporciona precisamente
esa oportunidad.
23. A-3D C-3A

Las negras eliminan al Caballo fuerte, pero toma su puesto una


pieza más fuerte aún.
24. c x c AXC
25. R-4D (NP 1 2 7) .

126 127

Llegada de su Majestad. Observe con qué prevención tomaron


las blancas todas las medidas necesarias : el Alfil en 3D defendien­
do al Peón AD ahora que desapareció el Caballo ; el Peón en 3CD
también tiene sus aplicaciones : controlando la casilla 4AD defien­
de al Rey contra el peligro de ser desalojado de su posición do­
minante.
25. A-2D
26. P-4CR
En camino para abrir un segundo frente. Por el momento, la
posición del Rey blanco se relaciona únicamente en forma indirecta
con esta maniobra ya que :
178 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

J. La Torre de Dama de las negras está atada a la columna de


AD, ya que de otra forma penetraría el Rey ; y
2. Las negras deben evitar toda liquidación considerable, ya
que la posición de las blancas conduciría inevitablemente a
su victoria en el final de juego.

26. A- l A
2 7 . P-4TR
Ahora existe la amenaza directa de 28. P-5C, P-4TR ; 29.
P-6C, y las negras perderían su Peón aislado de TR.
27. P-3C
Una formación típica de los Peones como defensa contra una
batalla entre Peones. La intención es mantener cerrada la posición
j ugando . . . P-4TR como respuesta a P-5C, o bien . . . P-4C en
contra de P-5T. En el presente caso este método resulta menos
efectivo porque las blancas tienen un Peón en 4AR y podrían con­
testar a . . . P-4C con un cambio en su 5C.
28. T- l T
E n contra d e 28. P-5T, las negras hubieran jugado 2 8 . . . .

R-2C. En consecuencia, pospone su ataque.


28. R-2C
29. P-5T T- l T
30. T ( 2A ) -2T A-2D
3 1 . P-5C
Abriendo a la fuerza la columna de TR, y la victoria es prácti­
camente un hecho consumado.
31. PT X P
32. PA X P PXP
Las negras no tienen a su disposición jugadas de espera � l2 .
. . . A-l R se contesta con 33. P X P, T X T ; 34. P X P, y si en vez
de ello jugara 32. . . . T-2TR, la Torre quedaría encerrada al ju­
garse 33. P-6T jaque. Sería relativamente mejor jugar 32. . ..
T ( 2A ) - 1 A.
33. TXP TXT
34. TXT R- l A
35. T-8T jaque R-2R
36. P-6C
CASILLAS FUERTES 179

Sería más rápido jugar 36. T-8T, A-l A ; 3 7 . P-4T, P X P ;


38. P X P, T-3A ; 39. T-7T j aque, R- l R ; 40. P-5T, quedando
las negras prácticamente sin jugadas.
36. PX P
37. A X PCR P-5C
38. T-7T jaque R-l D
39. A-3D T-6A
40. P-3T P-4T
41 . T-8T jaque R-2R
42. T-8T
Las negras abandonan.
Un final notable, del que se pueden sacar algunas conclusiones
adicionales :
Nuestro juicio abarcará de la posición proporcionada en el dia­
grama NP 1 26, a la ilustrada en el NP 1 2 7. En el primer caso,
el Caballo blanco tiene pleno dominio de la casilla 4D ; en el se­
gundo, el Rey asumió esos deberes, y es de observarse que el Rey
se encuentra por completo a salvo de jaques y por lo tanto no pue­
de ser desalojado de su puesto dominante.
El plan es doble.

(a) Ocupación de 4D, libre de todo riesgo, primero por un Ca­


ballo y luego por el Rey ( las notables jugadas 1 8 . R-2A,
20. T-2A y 22. P-3CD ) .
( b) Apertura del segundo frente, explotando la ventaja de es­
pacio que las blancas tienen en el flanco del Rey.

Para este fin es indispensable el avance de los Peones sobre di­


cho flanco con objeto de abrir una columna que, a su vez, crea las
condiciones que hacen posibles para el Rey fuerte, tomar parte ac­
tiva en los acontecimientos. ( La ejecución de este plan se facilitó
mucho por la jugada 22. . . . P-3TR. Sin embargo, a causa de es­
ta jugada debilitante hubo necesidad de hacer preparativos para
el avance posterior de su Peón de AR para la realización de su
plan ) .
No obstante, no debemos tomar el término "casilla fuerte" en
un sentido tan limitado, aun cuando las tres condiciones esenciales
enumeradas al principio de este capítulo estén satisfechas. Se debe
examinar especialmente su inaccesibilidad a los Peones contrarios.
Lo anterior suele existir en varios grados : pueden ser meramente
de "acceso difícil", o bien "accesibles sólo en circunstancias espe­
ciales y dificultuosas" .
180 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

A continuación presentamos un ejemplo de este caso, que puede


presentarse con frecuencia :
l . P-4R, P-4R ; 2 . C-3AR, C-3AD ; 3 . A-5C, P-3TD ; 4.
A-4T, C-3A ; 5 . Enroque, A-2R ; 6. T- 1 R, P-4CD ; 7. A-3C,
P-3D ; 8. P-3A, enroque ; 9. P-3TR, C-4TD ; 1 0. A-2A. P-
4A ; 1 1 . P-4D, D-2A. Algo ya conocido, la defensa cerrada en la
variación Ruy López.
1 2 . P X PR PXP
La variación del cambio.
1 3 . D-2R A-3R
1 4. A-5C
U na jugada inferior, como pronto se notará.
1 4. C-4T
1 5. A X A C-5AR
1 6. D-3R
Y no 1 6, D- 1 A, con la que perdería más material después de
1 6 . . . . A-5A.
1 6: DXA
1 7 . P-3CD (NP 1 28)

128

Para prevenir 1 7 . . . . C-5A. De jugarse 1 7 . C X P, la respuesta


sería 1 7 . . . . D-4C ¡ 1 8. C-4C, A X C ; 1 9. P X A, D X P, con ven­
taj� para las negras.
Examinemos la posición del Caballo negro en 5AR. La casilla
no es fuerte en el sentido literal de la palabra, ya que el Caballo
está expuesto a ser atacado jugando P-3CR. Por otra parte, esta
jugada no es posible hacerla de inmediato a causa de la contesta-
CASILLAS FUERTES 181

ción . . . C X P jaque. Tomará mucho tiempo y reflexión hacer po­


sible la jugada P-3CR, por lo que podemos llamar fuerte a la ca­
silla SAR de las negras para todo intento y propósito.
¿ Cómo resultó esto ? Originalmente porque las blancas jugaron
P-3TR, y luego por el cambio del Alfil de la casilla negra ( 14.
A-SCR y 1 5 . A X A ) . Es importante observar la posición en esta
forma ; en las aperturas de Peón del Rey, la formación normal de
Peones es colocarlos en 4R, 2AR, 2CR y 2TR a cada flanco. En este
caso P-3TR no crea un punto débil en 4AR, pero implica un pe­
ligro que en determinadas circunstancias puede ocasionar dificulta­
des, y aquí la presencia del AD en 1 AD puede jugar una parte
muy importante. Agreguemos que la casilla SD de las blancas re­
presenta virtualmente un punto débil en la posición de las negras,
sin embargo, es de poca importancia, ya que las blancas no podrán
d urante algún tiempo llevar sus piezas a dicho punto.
Proporcionaremos unas cuantas jugadas más de esta partida :

1 7. D-3A
Amenazando inter alia, 1 8 . . . . A X PT ; 1 9. P X A, D-3C ja­
que, etc.

1 8. R-2T TD- 1 D
L a respuesta a 1 8 . . . . D-30, e s 1 9. C-4T, D-4C ; 20.
D-30.

1 9. CD-2D
1 9. D X P se puede contestar con 1 9 . . . . C X PT ; 20. D X PR,
D-3T.

1 9. D-3T

Amenaza 20. A X PR, etc.


20. C- 1 CR D-4C
2 1 . P-3C C X PT
Ganando las negras un valioso Peón. ( 22 . C X C, D X D ; 23.
T X D, T X C ) .
En el presente ejemplo, la casilla SAR de las negras actuó como
casilla fuerte y se lleva la parte del león en el ataque contra el
flanco de Rey.
Ahora reasumamos este ejemplo en la forma acostumbrada :
Juicio de la posición en el diagrama N9 1 28: Desde luego las
negras tienen mejor juego, ya que su Caballo situado en SAR no
182 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

puede ser desalojado por el momento, y en consecuencia se le debe


considerar como un Caballo "fuerte".
Plan : Las negras deben aprovechar lo más rápidamente posible
las ventajas que les proporciona la posición del Caballo en 5AR
emprendiendo una acción general en contra del campo del Rey
blanco. Y sobre todo, no esperar hasta que las blancas hayan con­
solidado su posición jugando R-2T, C-1 C y P-3C, ya que en­
tonces la casilla 5AR de las negras dejaría de ser fuerte.
Aquí presentamos otro ejemplo en el cual se considera todavía
en una escala más amplia el concepto de "casilla fuerte".

M ILNER-BARRY-ZNOSKO-BOROVSKY, Ten by, 1 938


l. P-4R, P-3AD ; 2 . P-4D, P-4D ; 3 . P X P, P X P ; 4. A-
3D, C-3AD ; 5 . P-3AD, C-3A ; 6. A-4AR, A-5C ; 7 . C-3A,
P-3R ; 8. D-3C, D-1 A ; 9. CD-2D, A-2R ; 1 0. Enroque TR,
enroque ; 1 1 . P-3TR, A-4T ; 1 2 . TD- 1 R, A-3C ; 1 3 . A X A,
PT X A ; 1 4. C-5R (NP 1 29) .

129
La teoría concluye aquí con las palabras "las blancas tienen me­
jor juego" . Es cierto que existen varios factores en favor de las blan­
cas : el principal de ellos es que dominan la 5R. Sin embargo, la 5R
no constituye una casilla fuerte propiamente dicha, ya que el Peón
AR de las negras puede recobrar en cualquier momento el control
de la 5R de las blancas. Sin embargo, el arrojar al Rey de su puesto
en 5R por medio de . . . P-3A, implica un debilitamiento del Peón
colocado en 3R, y el remedio podría resultar peor que la enferme­
dad. El diagrama NP 1 29 ilustra las características de todo un grupo
de posiciones en las cuales juega una parte dominante la columna
semiabierta. ( Vea el Capítulo IX, en el que se trata el caso de la
ocupación ,:le la última casilla por una pieza menor, con el fin de
extender la presión sobre las posiciones contrarias ) .
CASILLAS FUERTES 183

Las blancas dominan en la columna semiabierta del Rey y las


negras en la columna semiabierta de AD. Para aprovechar esta
circunstancia, las negras deben tratar de colocar un Caballo en su
5AD. Pero esta casilla está defendida por dos Caballos blancos, y
además, aunque las negras lograran situar un CabaUo en su 5AD,
no equivaldría a que las blancas ocuparan su 5R, ya que esta casilla
está colocada más al centro y también se encuentra más cercana
al campo del Rey negro. Siguen estas jugadas :
1 4. C-2D
Dirigida a la 5R de las blancas, pero lo malo es que la j ugada
proporcionada en el texto debilita el flanco del Rey de las negras.
1 5 . CD-3A

Para reforzar su 5R.

15. CD X C
16. c x c
Si captura con el Peón, hubiera sido en contra de sus intencio­
nes estratégicas.
16. cxc
1 7. A X C

Las blancas han logrado mantener su superioridad. Es cierto que


un Alfil ha ocupado el puesto del Caballo, pero, como lo demuestra
la secuela, no se debilitan en ninguna forma sus proyectos, ya que
en este caso el Alfil es tan efectivo como un Caballo.

17 . D-3A

Después de 1 7 . P-3A ; 1 8. A-2T, el Peón negro del Rey


queda condenado a una rápida destrucción.
1 8. T-3R
Un remedio bien conocido : las piezas restantes de las blancas
deben apoyar la acción del Alfil.
1 8. . . . P-4CD
Intento demasiado tardío de contraataque sobre el flanco de Da­
ma, y que por consiguiente no remedia nada.
1 9. D-1 D
U n reagrupamiento ; siempre con l a idea d e hacer e l mejor uso
posible de la fuerte posición del Alfil en 5R.
184 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

1 9. P-5C
Consistente, pero hubiera sido preferible alguna jugada defensi­
va, como por ejemplo : 1 9. , . . A-3D.
20. P-4TR (N9 1 30) .

130
Con la clara intención de eliminar al Peón hostil de CR, después
de lo cual el flanco de Rey de las negras queda expuesto al asalto de
las fuerzas de las blancas.
20. PXP
Después de este cambio tan pésimamente pensado, ya nada val­
drá en contra de la ofensiva blanca. No cabe duda que en este mo­
mento se hace necesario jugar 20. . . . P-3A.
21. TXP D-3C
Ahora hubiera sido preferible jugar 2 1 . . . . D- 1 R.

22. P-5T P-4C


O bien, 22 . . . . P-3A ; 23. P X P, P X A ; 24. D-5T, con el ma­
te en unas cuantas jugadas.
23. P-6T
El apoyo más fuerte posible para el Alfil.
23 . ... P-3A
¡ Demasiado tarde ! Pero las otras jugadas también pierden ; 23 .
. . . P-3C ; 24. P-7T jaque, o bien, 23 . . . . P X P ; 24. D-5T, o
finalmente, 23 . . . . A-3A ; 24. P X P, R X P ; 25. D-5T ( 24 . . . .
A X P ; 25. A X A, R X A ; 26. D-5T, P-3A ; 2 7 . TR- 1 A, T-2A ;
28. T-3TR, ganando ) .
CASILLAS FUERTES 185

24. D-ST A- 1 D

Lo importante de l a combinación de las blancas es que después


de 24 . . . . P X A ; 2S. D-6C, A-3A, la partida queda decidida por
la invasión de Torres por medio de 26. TR- l A, y ya nada podrá
hacerse en contra de 2 7 . T-7A.
2S. D-6C D-2C
26. T-7A Abandonan.
Aun cuando se vio amenazado con la extinción total, el Alfil
blanco ayudó a asestar a su enemigo el golpe mortal .
Juicio de la posición en el diagrama N9 1 29: Las blancas tienen
mejor j uego debido a su casilla fuerte en SR y más libertad de ac­
ción de sus fuerzas sobre el flanco del Rey.
Plan : Apoyar las actividades de la pieza situada en SR ( Alfil o
Caballo ) llevando las piezas mayores al flanco de Rey.
El éxito de esta operación se puede facilitar en una forma con­
siderable por el Peón doble de las negras : ilustración adicional de
la debilidad sobre el flanco del Rey que se muestra en el Capí­
tulo V.
Concluiremos con algunas variaciones de las aperturas que en la
actualidad disfrutan de mucho favor, y en las cuales la casilla fuer­
te j uega la parte más importante :

Ruy López ( Defensa Cerrada )


( Compárese con el penúltimo ejemplo, Pág. 1 79 )
l. P-4R P-4R
2. C-3AR C-3AD
3. A-SC P-3TD
4. A-4T C-3A
S. Enroque A-2R
6. T-1 R P-4CD
7. A-3C P-3D
8. P-3A Enroque
9. P-3TR C-4TD
1 0. A-2A P-4A
11. P-4D D-2A
12. CD-2D C-3A
1 3. P X PA PXP
1 4. C- 1 A A-3R
1S. C-3R TD- l D
16. D-2R
186 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

La 5D es una casilla fuerte, y tarde o temprano, después de cui­


dadosos preparativos, deberá caer en poder de las blancas, incluso
es posible que mediante combinaciones como las siguientes :

16. C-4TR
1 7. C-5D AXC
18. PXA TXP
· 1 9. A X P jaque RXA
20. D-4R jaque etcétera.

Defensa Siciliana ( Variación de Boleslavsky )

l. P-4R P-4AD
2. C-3AR C-3AD
3 . P-4D PX P
4. C X P C-3A
5 . C-3AD P-3D
6. A-2R P-4R
Contra los principios generalmente aceptados, las negras debi­
litan tanto a su Peón en 3D como a su casilla 4D, pero, por otra par­
te, tienen el juego libre para sus piezas, que además, frecuentemente
les proporciona la oportunidad de obligar . . . P-4D ; eliminando
de un solo golpe tanto al Peón como a la casilla débil. Ejemplo :

7. C-3C A-2R
8. Enroque Enroque
9. P-4A P-4TD
1 0. P-4TD C-5CD
11. R-1 T A-3R
1 2. P-5A AXC
1 3. PXA P-4D

quedando un j uego satisfactorio para las negras. Sin embargo, esto


requiere un j uego muy cuidadoso. Por ejemplo, si después de 7 .
C-3A ( en lugar d e 7 . C-3C ) las negras insisten e n jugar . . . .
7 . A-2R, la continuación será : 8. A-5CR, enroque ; 9. D-2D,
A-3R ; 1 0. T-1 D, D-4T ; 1 1 . Enroque, P-3TD ; 1 2 . A X C,
A X A ; 1 3 . C-5D, A X C ; 14. D X D, C X D ; 1 5 . T X A, ganando el
Peón de Dama.
En estas y otras variaciones similares las blancas deben procu­
rar que las negras no j ueguen P-4D, que obliga al cambio de
Peones y elimina la debilidad existente.
CASILLAS FUERTES 187

Defensa Francesa ( Variación de Tarrasch )


l. P-4R P-3R
2. P-4D P-4D
3. C-2D P-4AD
4. P X PD PR X P
5. A-5C jaque A-2D
6. D-2R ·jaque D-2R
7. A X A jaque CXA
8. PXP CXP
9. C-3C D X D jaque
1 0. CXD cxc
1 1. PT X C A-4A
12. A-2D C-2R
13. A-3A
obteniendo las blancas el control de la casilla fuerte 4D.

Defensa India de Rey ( Variación Rusa )


l. P-4D C-3AR
2. P-4AD P-3CR
3. P-3CR A-2C
4. A-2C P-�D
5. C-3AR Enroque
6. C-3A CD-2D
7. Enroque P-4R
8. P-4R
Si se hubiera jugado 8. P-5D, P-4TD ( impidiendo P-4CD ) ;
después de ello las negras tendrían una casilla fuerte propia en 4AD.
8. PXP
9. CXP T-1 R
1 0. P-3TR C-4A
1 1 . T-1 R P-4TD
Esta última j ugada robustece la posición del CD de las negras.
Pero incluso sin j ugar 1 1 . . . . P-4TD, se puede clasificar como
"fuerte" a este Caballo, ya que 1 2. P-4CD tiene la desventaja para
las blancas de abrir la gran diagonal a favor del Alfil de Rey de las
negras ( se ocupa con piezas únicamente después de que el Alfil se
ha movido ) .

Nimzo-India ( Variación de Samisch )


l . P-4D C-3AR
2. P-4AD P-3R
188 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

30 C-3AD A-5C
40 P-3R Enroque
5o P-3TD A X C jaque
6o PXA P-3D
70 A-3D P-· 4R
So C-2R P-3CD
90 C-3C C-3A
l Oo A-2C A-3T
11. P-4R D- 1 R
120 D-2R C-4TD

El Caballo de Dama de las negras se encuentra ahora situado en


una casilla fuerte, y aunque se trata de una columna exterior, es
completamente efectivo, ya que desde allí el Caballo ejerce presión
sobre la 4AD de las blancas ( la amenaza inmediata es D-5T, . . o

ganando al Peón AD ) Además, en el momento oportuno, el Caballo


o

puede jugar 6CDO


Después de 1 30 P-4TD ( para impedir D-5T ) , las negras
o o o

forzan el avance 1 40 P-5D mediante 1 3 0o oD-3R y cbtienen to­


.

davía otra casilla fuerte en su 4AD, a la que puede llegar el mismo


Caballo ya sea mediante 2CD o bien ( por el momento ganando un
tiempo ) vía 6CDo
CAPÍTULO IX

COLUMNAS ABIERTAS

Cuando algunos jugadores notables de la actualidad, entre ellos


Botvinnik y Reshevsky, después de la iniciación del juego con l .
P--4D, P--4D ; 2. P--4AD, P-3R, suelen continuar con bastante
frecuencia con 3. P X P, P X P, se debe llegar a la conclusión de que
el concepto del juego posicional ha cambiado durante los últimos
treinta años.
Como argumento en contra de la jugada 3 . P X P, existe esta im­
portante consideración. La diagonal negra del Alfil de Dama queda
abierta, y el desarrollo de este Alfil, el leit-motif de las numerosas
variaciones del ortodoxo Gambito de Dama, deja de ser un proble­
ma. Pero en contra de lo anterior, se puede argumentar que las blan­
cas cambian su Peón de AD en contra de un Peón central, obtenien­
do mayoría de Peones en el centro ( los Peones de Dama y Rey en
contra de un solitario Peón de Dama negro ) , pero no debe olvidar­
se que el centro, en su más amplio concepto, incluye las columnas
AD y AR, por lo que la conclusión es que, tanto antes como des­
pués del cambio, los centros respectivos son más o menos iguales.
Entonces, si los cambios en el centro no ofrecen ninguna compensa­
ción a las blancas por esta acción de ellas que ayuda a resolver el
problema más importante de las negras, o sea el desarrollo de su Al­
fil de Dama, ¿ cuál es la solución a este acertijo ? Descansa en la
columna de AD, abierta por el inesperado cambio del Peón de AD.
Las blancas tienen abierta la columna de AD, pero en cambio,
las negras tienen la columna del Rey en las mismas condiciones.
¿ Cual de las dos es la más importante ? Es natural que se presuma
que la columna de AD tenga el derecho de primacía, o entonces,
¿ por qué Botvinnik adopta esta variación de cambio ? Sin embargo,
no lo veremos con claridad hasta no observar la continuación del
juego a partir de la posición del diagrama Nr 1 3 1 , hasta el momen­
to en que las columnas abiertas comienzan a adquirir importancia.
De entre una profusión de material disponible, seleccionamos este
juego que ilustra este aspecto en una forma especialmente diáfana,
de modo que, después de considerable simplificación de cada lado,
190 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

las otras características pierden su importancia o desaparecen por


completo.
Si pasamos por alto algunas transposiciones de j ugadas, el juego
se desarrolla en la forma siguiente :

FLOHR-EUWE, Primer Juego, A msterdam, 1 932


l . P-4D, P-4D ; 2 . P-4AD, P-3R ; 3 . P X P, P X P ; 4. C-
3AD, C-3AR ; 5. A-5C, A-2R ; 6. P-3R, P-3A ; 7 . A-3D,
CD-2D ; 8. C-3A ; enroque ; 9. D-2A, T-1 R ; 1 0. Enroque TR,
C-1 A ; 1 1 . C-5R, C-5C ; 1 2. A X A, D X A ; 1 3. C X C, A X C ; 1 4.
TR- 1 R, TD- 1 D ; 1 5 . C-2R, T-3D ; 1 6 . C-3C, T-3T ; 1 7 .
A-5A, D-4C ; 1 8 . A X A, D X A ; 1 9. P-3TR, D-2D (N9 1 32) .

131 132

En el aspecto principal, esta formación de Peones es similar a


la del diagrama NP 131 . Las blancas tienen abierta la columna
de AD y las negras la columna del Rey. Sin embargo, para sér pre­
ciso, como la columna de AD está interrumpida por el Peón AD de
las negras y la columna de Rey por el Peón de Rey de las blancas,
ambas columnas se deben describir como semiabiertas. Estas colum­
nas semiabiertas poseen posibilidades especiales, que se demostrarán
claramente en el desarrollo posterior de la partida.
20. P-4C
Con objeto de continuar posteriormente a P-5C, que de cual­
quier forma causará el debilitamiento del flanco derecho de las
negras. Este ataque de Peones recibe el nombre característico de
"ataque de minoría" ( dos Peones contra de tres ) .

20. C-3R
2 1 . TD- 1 C C-2A
2 2 . P-4TD P-3T
COLUMNAS ABIERTAS 191

El objetivo de ambos contendientes es obvio. Las blancas desean


avanzar P-5C y las negras buscan la manera de impedirlo. Por el
momento las probabilidades son más o menos las mismas. Pero tal
estado de equilibrio favorece al atacante, que puede dirigir sus fuer­
zas a voluntad hacia algún otro objetivo, en tanto que las piezas

del defensor están clavadas en mayor o menor grado.


23. C- l A

Las blancas cambian s u Caballo a l flanco opuesto, combinándolo


con diversas amenazas a las valiosas Torres negras.
23. T-2R
24. C-2T
Amenazando con 25. C-4C-5R.

24. T ( 3T ) -3R
Con el fin de poder jugar . . . P-3A sin separar las Torres.

25. C-3A P-3A


26. C-2D T-l R
27. C-3C T ( 3R ) -2R
28. C-5A D-l A

E l Caballo blanco llegó a s u destino, pero por e l momento no


puede lograr gran cosa.
29. TR- l AD T-l D
30. C-3D D-l C
3 1 . C-4A C-3R
Lo que quiere decir que las negras renuncian a pelear por su
4CD. No es obligado, pero tomando en consideración que en el
proceso mutuo de cambios, las blancas han mejorado su posición,
no es de extrañar que las negras no tengan mucho interés en conti­
nuar por esta ruta.
32. c x c TXC
33. P-5C PT X P
34. P X P (N9 133) .
La posición clave en cualquier ataque sobre una columna se­
miabierta.
Ahora todo lo que las negras pueden hacer es elegir entre (a)
34. . . . PX P, quedando con dos Peones débiles en 2CD y 4D, o
(b), dejar las cosas en el estado en que se encuentran, lo que hace
que quede sólo con un Peón débil en 3AD.
192 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

34. PX P

Se deciden por los dos Peones débiles, lo que es posible que les
proporcione alguna compensación, pero desde luego, no en el pre­
sente momento. Con 34 . . . . D-3D ; 35. P X P, P X P, en lo general,
con igual material, las negras tienen ciertas probabilidades de lograr
un empate.
35. T X P P-3CD
Jugando 35 . . . . T-3A ; 36. D X T, P X D ; 3 7 . T X D, lo que
hacen las negras es sencillamente desperdiciar un Peón.
36. D-3C
Ahora ya todo es obligado. Los dos Peones aislados están presio­
nados y uno u otro deberá caer pronto.
36. D-3D
O bien, 36. D-2C ; 3 7 . T ( 1 A ) -5A, T ( 1 D ) -3D ; 38. P-
4R, R- l A ; 39. P-5R debien do abandonar las Torres negras la
protección de uno u otro de los Peones.
3 7 . T- l C
E l Peón negro colocado en 3CD deberá caer.
Este sencillo ejemplo demuestra con claridad los principios de .
la estrategia de la columna semiabierta. Después de prolongadas,
pero desde luego nada complicadas maniobras, las blancas reforza­
ron su ataque P-4CD-5C, y crearon en el campo de las negras
tal debilidad que éstas no pudieron evitar la pérdida de un Peón.
Quizá el lector se pregunte por qué las negras no hicieron uso de
su columna semiabierta en una forma similar mediante el avance
. . . P-4AR-5A. La razón es que su posición no era favorable
para ejecutar dicha maniobra. Con frecuencia se padecen muchas
dificultades para forzar el avance del Peón de AR a 4A, y cuando
se ha logrado, puede ser necesario, como consecuencia de la estra­
,
tegia para las columnas semiabiertas, jugar también . . . P-4CR,
con todas las dificultades que esto implica y con el debilitamiento
del flanco de Rey negro.
El ataque minoritario por lo general es más efectivo sobre el
flanco de Dama que en el otro flanco, así que, aun cuando el avance
de las negras . . . P-4AR-5A, se puede llevar a cabo sin muchas
dificultades, las blancas, igual que las negras, deben de considerar
cuidadosamente todas las posibilidades, como el lector podrá obser-
·

var en el siguiente ejemplo.


COLUMNAS ABIERTAS 193

Saquemos primero nuestras conclusiones del N9 1 32 en la forma


acostumbrada :
Juicio: Las blancas tienen mejores oportunidades porque la co­
lumna semiabierta de AD es de mayor importancia que la columna
semiabierta de Rey.
Plan : Avance sobre el flanco de Dama ( P-4TD y P-4CD ) ,
con las piezas blancas colocadas sobre las columnas CD y AD, de
preferencia la TD a CD, la Torre de Rey a 1 AD y la Dama al 2AD .
Además, suele ser d e importancia ocupar l a casilla más lejana de
la columna AD ( en este caso la 5AD ) con un Caballo ( compárelo
con la N9 1 1 9 del Capítulo VII ) .
Esta sencilla ilustración quizá conduzca a presumir que la co­
lumna semiabierta es el rasgo característico par excellence, la clave
para ganar en todas las circunstancias. Sin embargo, el asunto no
es tan sencillo y esto también puede observarse en el ejemplo en
cuestión.
En el transcurso del juego, de la j ugada número 1 0 a la jugada
número 20, observamos que las blancas tienen que maniobrar con
precisión extrema para evitar el peligro que amenaza a su flanco
del Rey. Estos peligros ocurren debido a la ventaja en espacio que
las negras pueden obtener y que fueron posibles gracias a manio­
bras como T ( 1 TD ) - 1 D, 3D y 3TR. Lo anterior se demuestra con
mayor amplitud en el siguiente ejemplo complementario, la Va­
riación de Cambio en el Gambito de Dama :

133

FLOHR-KERES, Semmering, 1 93 7
( Las primeras 1 3 jugadas iguales a l a partida Flohr-Euwe, Pág. 1 54 )
1 4. C-2R D-5T
1 5. C-3C (N9 1 34) .
194 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

Fine hace notar que un avance de los Peones blancos del flanco
de Dama es difícil de detener. Examinemos lo que acontece :
15. TD- 1 D
1 6. P-4C T-3D
1 7 . TR- 1 R T-3T
E l típico contraataque
1 8. C-1 A C-3R
1 9. P-5C
En vista de la amenazante posición de las negras sobre el flanco
del Rey, las blancas no disponen de tiempo para hacer con tranqui­
lidad los preparativos de su propia campaña.
1 9. A-6A
Oferta sumamente peligrosa y agresiva que deja de tener un
éxito inmediato sólo a causa de la sutil defensa de las blancas.
20. P X A C-4C
2 1 . A-5A
Defender su 3AR, ya sea jugando 2 1 . A-2R o 2 1 . D-2R, se­
ría inútil. Aquella a causa de 2 1 . . . . C-6T jaque, y ésta porque sería
contestada con 2 1 . . . . D-6T, j unto con 22 . . . . C X P jaque. La
j ugada señalada -en el texto, defendiendo la casilla 3TR, se intenta
para detener la amenaza de mate 2 1 . . . . C X P jaque ; 22. R-2C,
D-6T jaque ; 23. R- 1 T, D X P mate.
21. . . . C X P jaque
22. R-2C D-4T
Después de 22 . . . . C X PT ; 23. C X C, D X C jaque ; 24. R- 1 A,
el ataque de las negras siguió su curso. Después de la jugada indi­
cada en el texto, las negras amenazan con 23. . . . C-5T jaque, ga­
nando la pieza, o de lo contrario, en una forma más directa se podía
j ugar 23 . . . . D X A.
23. C-3C C X T jaque
24. T X C D X P jaque
25. R-3A
El ataque de las negras ha sido rechazado ; el material de cada
uno de los bandos es aproximadamente el mismo ( Torre y dos
Peones por dos piezas menores ) . Aunque la partida terminó en un
empate, el curso de ella indica con claridad que el ataque de las
negras no era para tomarlo a la ligera, y después de examinar el
diagrama N9 1 34, llegamos a la siguiente conclusión : las blancas tie-
COLUMNAS ABIERTAS 195

nen mejores oportunidades sobre el flanco de Dama, las negras, so­


bre el flanco del Rey.
juicio : Por su propia naturaleza, es difícil decidir cuál de los
dos bandos tiene la ventaja. Nos conformaremos con decir que la
acción de las blancas es más duradera y la de las negras más rápida.
Plan para las blancas : Ataque sobre el flanco de Dama por me­
dio del avance del Peón al 4 y 5CD, unido a una firme defensa para
sostenerse en su ala derecha, contraatacando la superioridad numé­
rica de las negras en aquel lugar, conservando sus piezas menores
juntas y disponibles.
Plan para las negras : Ataque exponiendo todo sobre el flanco
del Rey. La defensa de su flanco de Dama es posible regresando las
piezas negras del flanco del Rey en caso de que tenga que renun­
ciarse al ataque por aquel sector. Una vez que las blancas j ueguen
P-5CD, las negras no deben capturar a este Peón bajo ningún con­
cepto. Es mucho más fácil para las negras defender su 3AD desde el
flanco, que la defensa de su 2CD o de su 4D.
Ahora otro ejemplo. En este caso, las negras también sacan pro­
vecho de su columna semiabierta :

BOUWMEESTER-EUWE, A msterdam, 1 950

l . P-4D, C-3AR ; 2 . P-4AD, P-3R ; 3. C-3AD, P-4D ;


4. A-5C, CD-2D ; 5. P X P, P X P ; 6. P-3R, P-3A ; 7 . A-3D,
A-2R ; 8. D-2A, C-4T ; 9. A X A, D X A ; 1 0. CR-2R, P-3CR ;
1 1 . Enroque T (NP 135} .

135

La situación en este caso difiere de la de los ejemplos anteriores


a causa del Peón en el 3CR de las negras, que todavía hace posible
un ataque de las negras al flanco de Rey, pero que es mucho más
difícil llevarlo a cabo. Las negras se concentran en otro ataque.
196 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

11. P-4AR
Ataque de minoría sobre el flanco de Rey.
1 2 . TD- 1 C
Las blancas s e preparan para l a acostumbrada acción sobre el
flanco de Dama. Observe que la jugada 1 2 . P-3TD pierde un
tiempo ( en la partida el Peón va al 4TD en una jugada, vea la nú­
mero 1 4 ) . Además, las blancas han excluido la problemática juga­
da TD- 1 AD. Como se dijo antes, la colocación adecuada de la
Torre de Dama en esta variación es en 1 CD.
1 2. .. . Enroque
1 3 . P-4CD P-3TD
No con la idea de frustrar el avance de las blancas, ni tampoco
para entorpecerlo, sino más bien para comprometer a los Peones de
la Torre en el conflicto y para asegurarse, por medio del cambio,
que las negras no quedan con un Peón débil de TD.

14. P-4TD P-5A


El contragolpe.
1 5 . C X PA cxc
16. P X C TXP
1 7 . C-2R T-3A
La acción de las negras ha conseguido lo siguiente : ( 1 ) la co­
lumna de AR se encuentra abierta, y sobre todo (2) el Peón de
Dama de las blancas es débil.

1 8. P-5C PT X P
1 9. P X P C- 1 A
D e acuerdo con e l principio que dice que un Peón débil es me­

nos perjudicial que dos.


20. P X P PXP
En esta posición las oportunidades para cada bando son más o
menos las mismas. Por lo menos el Peón débil de Dama de las blan­
cas es tan débil como el de AD de las negras, y este ejemplo demues­
tra nuevamente el conflicto entre los ataques de minoría sobre la
columna de AD y la de Rey, respectivamente. Sin embargo, como
antes dijimos, el ataque de minoría sobre la columna de Rey, por
naturaleza es menos efectivo que sobre la columna de AD, porque
el Peón de AR de las blancas no queda aislado como el Peón de CD
de las negras, que después de . . . PA X P, queda por completo débil.
COLUMNAS ABIERTAS 197

Ha quedado establecido más de una vez el hecho de que la de­


fensa pura y simple no solamente presenta más dificultades, sino que
también es menos efectiva que la defensa en el gambito de Dama
desde el principio se verán constreñidas a una línea de acción. Aun
cuando teóricamente es posible regresar a la defensa activa, en la
práctica esto debe fallar por las dificultades que se acumulan.
Tenemos dos ejemplos recientes que ilustrarán este punto :

VAN DEN BERG-KRAMER, 1 950


l . P-4D, C-3AR ; 2. P-4AD, P-3R ; 3. C-3AD, P-4-D ;
4. A-5C, A-2R ; 5. C-3A, enroque ; 6. D-2A, CD-2D ; 7 . P X P,
P X P ; 8. P-3R, P-3A ; 9. A-3D, T- 1 R ; 1 0. Enroque TR,
C-1 A ; 1 1 . TD- 1 C .
Esto parece que e s más fuerte que 1 1 . C-5R, como s e j ugó en
los dos ejemplos anteriores, que únicamente conduce a simplificar.
11. P-3CR (N9 136)

136
Bloqueando la columna del CR.
En esta posición las negras no tienen oportunidad de contra­
atacar, el ataque de minoría de las blancas es rechazado con máxi­
ma suavidad.
12. P-4CD P-3TD
13. P-4TD C-3R
1 4. A-4T C-2C
15. P-5C PT X P
16. PXP A-4AR
17. PXP PX P
1 8. C-5R
Sin ninguna demora queda establecido el Peón débil de AD de
las negras.
198 CRn'ERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

1 8. TD- 1 A
1 9. T-7C AXA
20. DXA T-2A
21. TXT DXT
22. T-l A
Amenazando ganar un Peón jugando 23. A X C, A X A : 24.
C X PD.
22. . . . D-2C
23. D-1 C
Con objeto de ganar e l Peón d e AD después del cambio de
Damas.
23. D-3T
24. C-2T T- 1 T
Ahora las blancas pueden ganar rápidamente jugando 25.
C X PAD.

KOTOV-PACHMAN, Venecia, 1 950


l. P-4D, P--4D ; 2. P--4AD, P-3R ; 3. C-�AD, C-3AR ;
4. A-5C, A-2R ; 5. P-3R, enroque ; 6. C-3A, CD-2D ; 7 .
T-1 A, P-3TD ; 8. P X P, P X P ; 9 . A-3D, T-1 R ; 1 0. Enroque,
P-3A ; 1 1 . D-2A, C-1 A ; 1 2. P-3TD, P-3CR ; 1 3 . P--4CD,
C-3R (N9 1 3 7) .
Esta posición lleva e l mismo sello que la anterior : las negras no
tienen posibilidades de contraatacar.
1 4. A X C

Un cambio notable que se observa con frecuencia en este tipo


de posiciones, y también por las razones siguientes :

l. Un Caballo es más adecuado para oponerlo a la estrategia


de las blancas, que el Alfil de Rey negro.
2. Forzando el alejamiento del Alfil de su pres�nte diagonal,
las blancas quedan inmediatamente capacitadas para llevar
a cabo su plan de ataque sin obstáculos o impedimentos.

14. AXA
15. P--4TD C-2C
16 . P-5C PT X P
17. PX P A--4A
1 8. AXA CXA
1 9. PX P PXP
COLUMNAS ABIERTAS 199

La situación ahora está clara : las negras tienen un Peón débil


de AD sin ninguna compensación. Las blancas obtienen el triunfo
después de diferentes y prolongadas maniobras, unas sobre el flanco
de Dama, otras sobre el flanco de Rey : las tácticas de costumbre
siempre que no se puede capturar al Peón débil por medios directos.
( Ver Capítulo VII ) .
En consecuencia, ¿ en la variación de cambio del gambito de
Dama no existen medidas defensivas a disposición en contra de un
ataque de minoría y las negras quedan reducidas a tácticas de con­
traataque como las que se mostraron en los primeros ejemplos ? La
situación no es tan difícil como eso, pero deben tomarse con tiempo
las medidas para contraatacar. Si las negras logran situar un Caballo
en 3D, pueden contestar P-4CD con . . . P-4CD sin que pierdan
3AD, y en ese caso, el ataque de minoría ya no es tan peligroso, ya
que las negras pueden cerrar la columna de AD jugando
C-5AD.
Aquí tenemos un ejemplo :
l . P-4D, P-4D ; 2. P-4AD, P-3R ; 3. C-3AD, C-3AR ;
4. A-5C, A-2R ; 5. P-3R, enroque ; 6. T-1 A, CD-2D ; 7 .
P X P, P X P ; 8. C-3A, P-3A ; 9. A-3D, C-1 R ; 1 0. A X A,
D X A ; 1 1 . Enroque, CD-3A ; 1 2 . P-3TD, C-3D (NP 1 38) .

137 138

Aquí la posición de las negras es más favorable que en cualquie­


ra de los ejemplos anteriores, ya que pueden jugar, como contesta­
ción a 1 3 . P-4CD, 1 3 . . . . P-4CD ; 1 4 . C-2R, C-5A ; o bien,
'
1 4. C-5R, A-2D ; 1 5 . P-3A,. C-5A, y no tienen nada que te-
mer. Sin embargo, por regla general las negras no pueden tener la
certeza de alcanzar esta mejor posición. Si las blancas se demoran
en jugar T- 1 AD, o cambia a la secuencia D-2A con A-3D, las
blancas no encuentran fácil efectuar la formación deseada. Sea co­
mo sea, hemos descubierto una arma muy importante para la de-
200 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

fensa : el Caballo en 3D, lo que en todas las circunstancias puede


constituir la norma para una defensa correcta.
Hasta este momento, lo que hemos tratado en conexión con las
columnas semiabiertas, está íntimamente conectado con el ataque
por minorías, y como solamente se ha tocado la variación de cambio
del gambito de Dama, no es posible que el atacante tenga otra al­
ternativa. Sin embargo, la columna semiabierta característica tam­
bién puede presentarse en forma diferente.
Proporcionamos una sencilla ilustración en el diagrama N9 1 39.

139 140

Con la jugada, las blancas ganan un Peón :


l . C-5D

Una cabeza de playa en la casilla avanzada en la columna semi­


abierta ( ver Capítulo V I I I ) . El Peón de AD de las negras está ame­
nazado y no existe manera de defenderlo ( l . . . . TD- l A pierde
en el cambio al j ugar 2. C-7R jaque ) . No se puede hacer otra
jugada excepto :
l. P-3AD
debilitando al Peón de Dama, lo que en el presente caso es inmedia­
tamente fatal.

2. C-3A TD- l D
3 . TR- l D
y cae e l Peón d e Dama. ( 2. C-7R jaque, también gana ) .
Dos puntos tácticos gobiernan este sencillo ejemplo : (a) el jaque
en 7R y (b) , la colocación de la Torre de Dama blanca en 2D, que
hace que las blancas puedan doblar sus Torres sin perder tiempo.
Sin estos factores más o menos accidentales, el gane de un Peón
COLUMNAS ABIERTAS 201

no se obtiene de la posesión de una columna semiabierta, sino como


consecuencia directa de la presión que se ejerce sobre la posición
enemiga. Así pues, en la Apertura Inglesa, después de l . P-4AD,
P-4R ; 2. C-3AD, C-3AR ; 3. C-3A, C-3A ; 4. P-4D, P-5R ;
se dice que la posición es desfavorable para las negras a causa de 5.
C-2D, C X P ; 6. C ( 2D ) X P, C-3R ; 7. P-3CR, C X C ; 8. C X C,
A-5C jaque ; 9. A-2D, A X A j aque ; 1 0. D X A. Las blancas al
fin obtienen el dominio de su 5D y las negras no pueden jugar . . .
P-3AD sin debilitar a su Peón de Dama.
Un ejemplo totalmente distinto de columna semiabierta se mues­
tra en el diagrama NP 1 40.
Las blancas juegan :

l . P-5A

Un ataque de minoría, emprendido no con objeto de crear el


debilitamiento del Peón, sino con el fin de eliminar al Peón de Dama
y en esa forma la columna semiabierta de Dama se convierta en co­
lumna abierta.
l. PXP
Las negras no tienen ninguna opción. Si j uegan l . . . . T- l D ;
2 . P X P, T X P ; 3. T X T, P X T ; 4. R-4A, se pierde el Peón de
Dama, y después de 2 . . . . P X P ; 3. R-4A, R-l C ; 4. R-.JD,
R-2A ; 5. T-2A, T-2D ; 6: T-8A, las negras también afrontan
una situación desesperada.
2. P X P
Observe que las blancas permitieron que sus propios Peones
quedaran aislados. Por otra parte, controlan ahora la columna abier­
ta de Dama por la que puede penetrar su Torre a las líneas ene­
migas.
2. R- l C
3 . T-7D T- l AD
4. R-4A
con lo que las negras encontrarán muy difícil sostenerse.
La transición efectuada aquí en unas cuantas jugadas nos pro­
porciona un nuevo tema : la columna totalmente abierta y la séptima
fila.
Para principiar, tenemos un ejemplo standard que ilustrará este
concepto en forma más precisa.
202 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

VAN VLIET-ZNOSKO-BOROVSKY, Ostende, 1 907


l . P-4D, P-4D ; 2 . P-3R, P-4AD ; 3 . P-3AD, P-3R ;
4. A-3D, C-3AD ; 5 . P-4AR, C-3A ; 6. C-2D, D-2A ; 7 .
CR-3A, P X P ; 8. PA X P (N9 1 41 ) .

141 142

En esta posición, las negras encontrarán una magnífica opor­


tunidad de obtener la ventaja en la columna abierta de AD con la
ayuda de unos cuantos giros tácticos.
8. C-5CD
9. A-l C

Todo parece enteramente satisfactorio. El Caballo se verá forza­


do a alejarse P-3TD, sin perder un tiempo, aunque tampoco
sin ganarlo, ya que no sólo el Caballo negro tendrá que retirarse,
sino que el Alfil blanco tampoco podrá permanecer en l CD sin es­
torbar seriamente a la Torre de Dama.
9. A-2D
1 0. P-3TD T- l A
E l primer escalón. S i se juega 1 1 . P X C, D X A ; 1 2 . T X P, D X P ;
1 3 . Enroque, D X PC, las negras ganan un Peón.
1 1 . Enroque A-4C
Esto constituye el segundo escalón. 1 1 . . . . C-7 A también se
puede jugar, pero es menos efectivo.
1 2 . T- l R C-7A
1 3. A X C DXA
1 4. D X D T X D (N' 1 42)
El resultado de la estrategia de las negras ya se hizo evidente.
la Torre de Dama de las negras impide el desarrollo de las blancas
COLUMNAS ABIERTAS 203

y, en unión de otras piezas, puede iniciar toda clase de actividades.


El éxito o fracaso de tales maniobras depende de la colocación de
la Torre en 7 AD, dejando la otra Torre para que haga su parte
después, de modo que la importancia de la séptima fila aumenta
más que disminuye. Además, las piezas menores ( el Alfil en 4CD y
el Caballo en 3AR ) también tienen participación, tanto para man­
tener, o incluso aumentar la presión sobre la posición de las blancas,
como también, cuando se presente la oportunidad, para aprovechar
todas las circunstancias favorables.
1 5 . P-3T
Con objeto de impedir . . . C-5C, pero en este punto es prefe­
rible jugar inmediatamente 1 5 . C-1 C .
15. A-3D
1 6 . C-1 C

El reagrupamiento característico de fuerzas. El Caballo j ugará


a 3AD con objeto de cortar a la Torre. Aun cuando no existe nin­
guna duda sobre su captura, por lo menos esta maniobra elimina la
columna de AD como base para operaciones futuras.
1 6. ... C-5R
Para impedir 1 7 . C-3A.
1 7 . CR-2D
Con la idea de llevar a cabo la maniobra arriba indicada después
del cambio de Caballos.
1 7. . . . A-6D
1 8. c x c AXC
Amenazando al Peón de CR, de modo que las blancas se vean
obligadas a renunciar a su plan.
1 9. C-2D R-2D
20. C X A P X C ( N9 1 43 )
La situación queda aclarada : la Torre negra indicada en 7 AD
está más fuerte que nunca. Con el apoyo de la segunda Torre a la
mano, resulta prácticamente imposible desalojar a la Torre adelan­
tada. Lo más que pueden esperar las blancas es obtener algo d� con-
suelo cambiando ¡.ma de las Torres. .
Esto por lo que toca a la primera parte del programa de la� ne­
gras : la ocupación de la séptima fila en una columna abierta. La
segunda parte, la explotación de las ventajas obtenidas, es menos fá-
204 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

cil de lograr, y las piezas menores, después de colaborar al éxito de


la primera parte del programa, tendrán que ser sacrificadas al Mo­
loch de los cambios. A continuación, las negras deben idear un nuevo
plan para explotar su ventaja, siendo la base de este plan, como es
lo acostumbrado en tales casos, la mayor movilidad del Rey atacan­
te, ya que el Rey que se encuentra a la defensiva, casi siempre se
encuentra confinado en la primera fila.

2 1 . T-I C

Con el fin d e jugar 2 2 . P-4CD y 23. A-2C . Apenas tienen


las blancas otras jugadas que hacer, pues si por ejemplo, juegan 2 1 .
R- I A, con la intención de jugar después 22. T-2R, las negras

143
contestarían con 2 1 . . . . TR- I AD, y las Torres blancas ya no po­
drían abandonar la primera fila.

21. TR- I AD
22. P-4CD TR-6A .
23. R- I A
·
Jugar inmediatamente 2 3 . A-2C, costaría un Peón : 23 . . . .
T-6C ; 24. A-I T, T X PT.

23. R-3A
El Rey inició su avance, y nada podrá detenerlo.

24. A-2C T-6C


25. T-2R TXT
26. R X T R-4C

El consolador cambio de Torres ha llegado demasiado tarde : la


presencia del Rey negro es conclusiva.
COLUMNAS ABIERTAS 205

2 7 . R-2D R-ST
28. R-2R
Lo único que pueden hacer las blancas es esperar.
28. . . . P-4TD
Nuevas líneas de ataque que establecerán la superioridad de la
posición de las negras. Las blancas ya no se pueden sostener.
Este ejemplo especial de columna abierta y séptima fila, está to­
mado del libro de Nimzowitsch, My System. Este notable maestro
del ajedrez, un pensador de primerísima categoría, por desgracia mu­
rió prematuramente en 1 935, a la edad de cuarenta y ocho años. En
general, su obra no ha obtenido el reconocimiento total que me­
rece. Tal vez la generalidad de los ajedrecistas de hace veinticinco
años no se encontraba todavía madura en este campo, cuando Nim­
zowitsch escribió sus obras sobre la estrategia en el ajedrez. Otra
prueba de la grandeza de Nimzowitsch es que las teorías expuestas
en aquel tiempo debían ser más elevadamente valorizadas aun a ia
luz de las experiencias del presente. Nimzowitsch hace resaltar en
forma particular cierto número de principios básicos como el bloqueo
de un Peón pasado, y pone especial atención a las columnas abier­
tas, de manera que resulta significativo que tengamos que reconocer
y adoptar ahora muchos de sus puntos de vista.
Recapitulemos lo que se ha encontrado en la posición de los dia­
gramas Nos. 1 41 y 1 42.
Juicio de la posición N!' 1 41 : Las negras tienen mejores oportu­
nidades en la columna de AD, y esto se basa no tanto en la coloca­
ción de su Dama en 2AD, como en el desarrollo respectivo de los
Caballos blancos y negros. Una vez abierta la columna de AD,
el Caballo resulta más efectivo en 3AD que en 2D, tanto más que
un Caballo se encuentra en una casilla equivocada ( 2D ) y se hacen
necesarios dos tiempos para llevarlo a la casilla correcta ( S AD ) vía
1 C. El análisis posterior establece el hecho de que aquí disponemos
de ventajas menores de la formación central, en la que un Peón co­
locado en 4AD se encuentra opuesto a otro Peón en 3AD. Aquí el
Caballo, a diferencia de su congénere opuesto del bando blanco,
puede alcanzar la casilla 3AD.
Una vez que el Caballo blanco tome el camino equivocado
( 2D ) , la columna de AD quedará abierta. En principio, es/ preferi­
ble en tales casos hacer la captura con el Peón del Rey, pero en este
caso 8. PR X P, perdería un Peón. Sin embargo, en lo general es razo­
nable y está plenamente justificado tácticamente ceder el Peón, con
todos los riesgos que se esperan del j uego de gambito ( 8. . . . D X P ;
9. C-4A, D-2A ; 1 0. C (4A ) -5R, antes que someterse e n forma
206 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

voluntaria a una posición desventajosa definitiva. Bajo el punto de


vista psicológico, también se obliga al oponente a una variación en
la que nunca pensó, y que es por completo distinta a la ruta recta
que se había trazado.
Plan : Aprovechar la columna abierta, a veces con rapidez, como
en este ejemplo, jugando . . . C-5A ; . . . A-2D ; . . . T-1 A-7A,
o en ocasiones paso a paso, por medio de un desarrollo firme y una
concentración posterior de fuerzas, doblándose sobre la columna de
AD, ejecutando maniobras como . . . C-3AD-4T-5A, con obje­
to de establecer un puesto avanzado, avance de los Peones de Dama,
etc. Por medio del segundo método, la ganancia de dos tiempos se
convierte en presión. El objeto real de estas operaciones
. es la ocupa-
ción de la séptima fila.
Juicio de la posición Nr 1 42 : Considerable preponderancia para
las negras debido al absoluto dominio de la columna de AD y a la
ocupación de la séptima fila.
Plan : (a) Conservación de las ventajas adquiridas por medio de
la actividad de las piezas menores ( A-4CD y C-3AR ) así como la
movilización de la segunda Torre. (b) Un ataque combinado por
medio de la Torre en 7 AD y de las piezas menores, de manera que,
como en el ejemplo proporcionado, las Torres finalmente operen en
combinación con el Rey.
Nimzowitsch hace cierto número de observaciones de peso sobre
el tema de las columnas abiertas. Por ejemplo, hace notar el concep­
to del avance restringido, que es de suma importancia y que se ilus­
tra con los ejemplos que siguen, junto con otros factores ocasionales
en el tratamiento de las columnas abiertas :

NI MZOWITSCH-PRITZEL, Copenhague, 1 922

l . P-4D, P-3CR ; 2 . P-4R, A-2C ; 3 . C-3AD, P-3D ; 4.


A-3R, C-3AR ; 5 . A-2R, enroque ; 6. D-2D, P-4R ; 7 . P X P
( la columna abierta, en la que se nota que las blancas creen que les
es más favorable a ellas que a las negras ) ; 7 . . . . P X P ; 8. Enroque,
D X D jaque ; 9. T X D, P-3A ( reteniendo la 5D de las blancas, pero
abandonando su propia 3D ) (NP 1 44) .
Es evidente que las blancas llevan la ventaja en la columna
abierta de Dama, pero no está muy clara la forma en que van a
hacer que esta ventaja cuente. Desde luego, no hay caso de una in­
mediata penetración por la columna abierta.
1 0. P-4TD
El ataque por el flanco con frecuencia se combina bien con
COLUMNAS ABIERTAS 207

las operaciones sobre la columna abierta. El objetivo principal es


crear puntos débiles para ocuparlos después con piezas menores de
las que cooperan con la Torre sobre la columna abierta.
10. C-5C
11. AXC AXA
1 2. C-2R C-2D

Nimzowitsch hace notar que la formación defensiva correcta es :


el caballo en 3-TD, la Torre de Rey en l R y el Alfil del Rey en
l AR, esta última pieza defendiendo su 3D.
1 3 . TR- l D C-3C
14. P-3CD A-3A
Es claro que las negras desean disputar la columna de Dama por
medio de . . . TD- 1 D, nulificando en esta forma la ventaja de las
blancas.
1 5 . P-3A A-3R
16. P-5T
Frustrando el plan de las negras, y justificando el ataque por el
flanco en otro sentido además del explicado antes.
16. o o o C-l A
1 7 . C-4T
Con objeto de ocupar 5AD y fortaleciendo así su operación sobre
la columna de Dama. Sin el avance del Peón TD, los esfuerzos de
las blancas habrían sido en vano ; en conexión con lo anterior, nos

144 145
damos cuenta de que ahora resulta clara la jugada · número 1 2 de
las negras : el Caballo colocado en 3TD habría bloqueado el camino
del Peón de TD de las blancas y más aún, hubiera defendido a la
4AD de las negras.
208 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

1 7. P-3C
Un excelente obstáculo basado en esta probabilidad táctica :
1 8. P X P, P X P ; 1 9. C X P, C X C ; 20. A X C, ganando ahora las ne­
gras el cambio, jugando 20. . . . A-4C.
1 8. T-3D (NP 1 45) .

Ahora observamos aquí el avance restringido sobre la columna


abierta : la Torre se colocará en una casilla escogida sobre la colum­
na abierta, frente a sus propios Peones, apuntando horizontalmente
a las casillas o Peones contrarios. De esta manera, las columnas ve­
cinas quedan como columnas abiertas, teniendo el atacante la ven­
taja de poder elegir entre varias alternativas, o incluso probar una
después de otra. Podemos observar en toda la secuela de esta posi­
ción el avance restringido que de ninguna manera está confinado a
la columna de AD.
1 8. PX P
Las negras debieron jugar 1 8 . . . . T- 1 C ; 1 9. T-3A, P-4A, y
aunque las blancas se anotan un triunfo por quedar libre su 5D,
los prospectos defensivos de las negras se mejoran. Las consecuen­
cias de la jugada proporcionada en el texto son mucho más serias.
1 9. T-3A C-2R
20. T-5A

Nuevamente el avance restringido, en esta ocasión hacia la co­


lumna de TD vía 5AD.

20. TR- l C
21. CR-3A P-3TD
22. T X PT R-2C
23� C-6C T-2T
24. C ( 3A ) -4T T ( 2T ) -2C
Las negras no pueden evitar la pérdida de un Peón, una de las
amenazas es 25. C-5A ( si se juega 25 . . . . T X C ; 26. C X A ja­
que, etc. ) .

25. T X PT

Abandonan.
Un triunfo impresionante de la columna abierta : por medio de
un ataque de flanco y el avance restringido.
La columna de Torre tiene un lugar especial en la estrategia
de la columna abierta. Es cierto que las casillas que se encuentran
COLUMNAS ABIERTAS 209

retiradas del centro son de menor importancia, pero, por otra parte,
pueden caer más fácilmente en manos de un posible conquistador.
La 2D, por ejemplo, es mucho más fácil de defender que la 7TD. Las
maniobras necesarias para abrir la columna de TD o la de TR se
describen en otra parte ( Capítulos 111 y VI ) , pero en el siguiente
ejemplo (NP 1 46) , en el que se combinan ambas operaciones, se de-

146
muestra la estrategia de la séptima fila, principiando por la 7TD, que
cae primero.

CAPABLANCA-TREYBAL, Carlsbad, 1 929.


Una guerra en dos frentes, en el verdadero significado de la pa­
labra, y en los cuales las blancas llevan la ofensiva aun cuando el
ataque sobre el flanco derecho parece destinado a otro fin. En este
caso, las blancas se reservan el derecho de cambiar Peones o de avan­
zar el Peón de TR. La amenaza de un cambio en 6CR clava a al­
gunas importantes unidades enemigas, pero difícilmente pueden las
blancas efectuar dicho cambio antes de que puedan decidir con cer­
teza cual será el resultado, y éste todavía no es el caso. Tampoco
pueden pensar en jugar P--6T jaque hasta haber obtenido una
ventaja que pued a sostener el ataque en el ctro flanco. La decisión
.
se basa principalmente en el j uicio de las blancas sobre el momento
oportuno en que el cambio de Peones cause más daño en la posición
de las negras, de manera que su Peón de TR tenga necesidad de apo­
yo. El cambio de la Dama blanca a la columna de TR obligará a las
negras a j ugar . . . P-3TR, a lo que seguirá la apertura de aquella
columna, con todas sus fatales consecuencias.
En primer lugar, las blancas aseguran nuevas oportunidades so­
bre el flanco de Dama :
l . P-SC
210 CIUTERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

Esto hace dudar a las negras : ¿ capturan, dejan que las blancas
capturen, o avanzan el Peón ? Examinemos primero la continuación
l . . . . P--4T. Las blancas ganan un Peón con bastante facilidad
j ugando 2. P-60, D-l D ; 3. D-3A, D- l T ; 4. C-2D, seguida
por 5. 0-30, etc. El permitir que las blancas capturen implica la
protección del Peón TD por medio de . . . A-l A, ya que l . . . . D­
l A resulta insuficiente a causa de 2. P X PT, P X PTD ; 3. T-l OD,
con T--60, precedida quizá por la decisiva P--6T jaque, privando
a las negras de todo contraataque por el flanco del Rey. Incidental­
mente, también es efectivo el mismo sistema en contra de la jugada
más fuerte : l . . , . A-l A, en esta forma : 2. P X PT, P X PTD ; 3 .
P--6T jaque, R- l A ; 4. T-l OD, A-20 ; 5 . T--60, D-l A ; 6 .
R-30, seguida por 7 . T-20D, con l o que las negras quedan com­
pletamente confundidas.
De lo anterior resulta evidente que las negras no tienen más re­
medio que capturar con el Peón de Rey. Después de l . . . . PA X P ;
2 . P--6T jaque, R-l A ; 3 . P--6A jaque de descubierta, e l resultado
es claro, ya que las negras pierden una pieza.
l. o o o PT X P
2 . P--6T jaque
Las blancas eligen esta línea poi: las razones ya dadas : ( a) están
preparadas para los desarrollos decisivos en el flanco de Dama, y
(b) las negras, por lo tanto, están incapacitadas para contraatacar.
2. R-l A
3. P X P R-2R
4. P-60 D- 1 0
5. T- l T
E l cuadro h a cambiado e n l o que s e refiere a l aspecto material :
una columna abierta que las blancas tienen dominada por completo,
ya que 5. . . . D- 1 T es contestada con 6. D--40, en tanto que las
negras, debido a la mala disposición de sus fuerzas, no es posible
que puedan llevar una Torre a 1 TD. Lo anterior es quizá una exa­
geración, ya que se puede hacer, aunque el asunto resulta muy pa­
recido a un acertijo y tomaría muchísimo tiempo : D-l R, R-lD,
D-2R, T-l R, D- l A, R-2R, y en el caso que las negras quieran
utilizar ambas Torres, T-l D, TR- l R, R-l A, R- 1 0 , TR-lA,
TD- l R, D- l D, D-2R, T- 1 0, T ( l A ) -l A, D-l A.
5. T- l AD
Las negras tienen que soportar la mala distribución de Dama­
Torre-Torre.
COLUMNAS ABIERTAS 211

6. D-4C TR- 1 D
7 . T-7T

La séptima fila, la conquista de la cual no costó mucho trabajo


a las blancas.
7. R-1 A
8. T-1 TR A-1 R
9. TR- 1 T R-1 C
1 0. T ( 1 T ) -4T R-1 A
1 1. D-3T R- 1 C (Nr 1 47) .

147

Las negras no pueden hacer otra cosa que esperar ; las blancas,
mientras tanto, han terminado la distribución de sus efectivos, con
las piezas mayores triplicadas en la columna de TD y listas para
descargar sus golpes en la séptima fila. ¿ Pero cómo ? Esto es menos
complicado de lo que parece. Las blancas j uegan su Caballo a 5TD,
y entonces, si las negras conservan su Peón de CD, j ugando . . .
T-2D, existe la sorprendente combinación C X PC, T X C ; T-8T
y la Dama queda atrapada. Las negras pueden contrarrestar este
plan únicamente moviendo su Caballo a 1 D. Pero esto se puede
hacer únicamente dejando espacio para el Caballo, jugando . . .
T-2D, en tanto que T-8T es de efectos inmediatos y decisivos.
Como las Torres negras sólo pueden operar en sentido horizontal : . . .
A-2D ; . . . T-1 R, cuando puede agregarse, . . . C-1 D, e s difí­
cilmente factible, aun cuando el Caballo blanco en 5TD se encuen­
tra interceptando las Torres en la columna de TD, de manera que
ya no se amenaza con T-8T. Este plan defensivo fracasa a causa
de A--6T, como lo demostrará el curso posterior de la partida.
La disposición realmente efectiva de las fuerzas negras sería :
R-1 A, C-1 T, A-2A- 1 C, C-2A, T-1 R, y las negras no pue­
den contestar C-5A con . . . C- 1 D, ya que, como resultado de la
212 CRI:rERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

mejor colocación de su Alfil, la "asesina" jugada A-6T ya no es


posible. Desde luego que este ingenioso "acertijo" fracasa a causa
del elemento tiempo.
1 2. R-3C
Las blancas no desean jugar 1 2 . C-2D inmediatamente, por la
contestación 1 2 . . . . C X PC, y si acaso, 1 3 . P X C, D-7T jaque.
En consecuencia, es esencial la j ugada preparatoria 1 2 . R-2C. Con
la jugada que se proporciona en el texto no se logra nada, ya que
después de 1 3 . C-2D, las negras aún pueden jugar 1 3 . . . . C X PC.
12. A-2D
1 3 . R-4T R- 1 T
1 4. D- 1 T R- 1 C
1 5 . R-3C
S i las negras se hubil:: ran imaginado que las blancas iban a des­
perdiciar tanto tiempo, la maniobra que se mostró antes hubiera
podido realizarse después de todo.
15. . .
. R- 1 A
1 6 . R-2C
Por fin, el Rey encuentra la casilla adecuada, y ahora el asunto
se pone seno.
16. A- 1 R
17. C-2D A-2D
1 8. C-3C T- 1 R
Así podíamos mencionar nuevamente que 1 8 . . . . A- 1 R ; 1 9.
C-5T, T-2D falla en contra de 20. C X PC ; T X C ; 2 1 . T-8T.
1 9. C-5T C- 1 D
20. A-6T PXA
21. TXA
L a estrategia d e l a séptima fila h a triunfado. Además d e l a ame­
naza 22. T X PT, está 2 2 . C-3C, seguida por 23. T X PTD y el do­
blado de las Torres en la séptima fila.

21. T-2R

Sólo apresura el final.


22. T X C jaque TXT
23. C X P

Abandona.
No hay nada que detenga a los Peones unidos y pasados.
COLUMNAS ABIERTAS 213

El ejemplo anterior demuestra claramente la importancia de


tener libertad de movimientos dentro de las propias líneas. Las blan­
cas pueden madurar las ventajas de la columna abierta y de la
séptima fila, en tanto que las negras se ven reducidas a maniobras
ordinarias que, comparadas con las de su oponente, las deja con una
gran desventaja de tiempo.
Un último ejemplo en el que el gran pionero de la estrategia de
la columna abierta, Nimzowitsch, hace resaltar el hecho de que la
séptima columna puede compensar una considerable deficiencia de
material (N9 1 48) .

148 149
SAMISCH-NIMZOWITSCH, Copenhague, 1 923

Juegan las negras. Su Caballo está amenazado, lo mismo que su


Peón de Dama, en tanto que las blancas también pueden jugar
P-5R, y sigue el sorprendente ofrecimiento de una pieza.

l. PA X P
2. DXC TXP
Nimzowitsch mismo comentaba lo anterior, de esta manera :
" ¡ Dos Peones, la séptima fila y un inextricable flanco de Dama, todo
por solamente una pieza ! " .
3 . D-5C TD- l AR
4. R-l T
Y no, 4 . D-3R, a causa d e 4 . . . . T { l A ) -6A.

4. T { 1 A ) -4A
5 . D-3R A-6D
Amenazando ganar la Dama con 6 . . · - · T-7R.

6. TD- l R P-3T (N9 J 49)


214 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

Las blancas están en Zugzwang. No pueden jugar sin que pier­


dan una pieza ( aparte de P-3T, P-3C y P-3TR, pero estas j u­
gadas pronto se terminarán ) . Para su observación, las siguientes
jugadas :
7 . A-l AD, A X C ; o bien, . 7 . T-l AD, T-7R ; o 7 . TR- l A,
A X T ; o 7 . A-l AR, A X A ; o 7 . R-2T, T ( 4A ) -6A ; o 7 . P--4C,
T ( 4A ) -6A ; 8. A X T, T-7T, mate.
Aparte de todo esto, las negras podían cambiar dos Torres por
la Dama y el Alfil, pero el movimiento de espera es mucho más fuer­
te y proporciona una ganancia más sustanciosa. El inmortal Zugs­
wang, un monumento digno de Nimzowitsch, el pensador.
Tres temas han proporcionado el material para el presente ca­
pítulo : columnas semiabiertas, columnas abiertas y la séptima fila .
Difieren en forma individual, pero tienen tanto en común que ape­
nas es posible un estudio por separado de cada una de ellas.
Además de las líneas horizontales y verticales por las que operan
las piezas mayores, el tablero de ajedrez también contiene líneas
diagonales, los cotos de caza del Alfil y, en ocasiones, de la Dama.
El carácter de estas diagonales es de diferente clase, ya que triplicar
las piezas allí es materialmente imposible, y además, porque los
Peones enemigos están relacionados en forma distinta a las colum­
nas y a las filas. Una columna, una vez abierta, permanece abierta,
excepto por posibles transacciones de cambio, pero en no así la
diagonal, por ejemplo la 2CR-7CD, puede bloquearse con Peones
en 6AD, 5D, 4R y 3AR. En consecuencia, la discusión de estas dia­
gonales no se adapta al marco de este capítulo. Sin embargo, en
conclusión, diremos esto en relación con la diagonal : una vez que
se ha colocado un Alfil en posición de ataque contra el opuesto
flanco enemigo ( A-2C o 3A o A-3D ) , generalmente es acon­
sejable avanzar los Peones sobre el flanco amenazado, con objeto de
ayudar al Alfil en su tarea ( así, en este caso, P--4CD-5CD contra
6AD o P--4TR-5TR contra 6CR ) . En esta forma se obtienen los
máximos efectos de la diagonal. El lector encontrará un ejemplo de
este tipo de avance de Peones en la Partida 111, del Capítulo X.
CAPÍTULO X

PARTIDAS ILUSTRATIVAS

El golf, que en todas las esferas del esfuerzo humano separa la


teoría de la práctica, también puede observarse en el ajedrez. El j u­
gador que armado con los conocimientos adquiridos en los capítulos
anteriores, se dedica a practicar con ansiosa anticipación, es posible
que sufra un desencanto. No logra obtener una mayoría de Peones
en el flanco de Dama, ni ocupar una casilla fuerte, o cuando lo
consigue, se encuentra envuelto en la red del mate sobre el flanco
opuesto. Las enseñanzas teóricas parecen asumir un aspecto distinto
en el j uego práctico y, además, existen muchas más que aquéllas pa­
ra las que pudimos encontrar espacio en estas páginas.
Los ejemplos proporcionados hasta ahora, fueron escogidos cui­
dadosamente para ilustrar cada característica por sí mism� y sólo
sobre la escena en la que la correcta línea de j uego podría operar
con precisión en cada uno de los casos, para que sobresaliera la co­
rrelación entre la forma de juzgar las posiciones y planear las
jugadas.
Dijimos en el Capítulo II que la posición que comprenda varias
de las características que hemos discutido, es mucho más difícil de
manejar, a menos que el jugador haya dominado por completo todas
o cada una de dichas características en forma aislada.
Sin embargo, es inevitable que nos encontremos en ocasiones
con alguna en la que estamos Hoco familiarizados, no obstante todo
lo comprensible que se haya tratado de hacer la presente obra. Sería
por completo insensato hablar de todas las fases del j uego. Cada pe­
culiaridad del tablero, por insignificante que parezca, puede resul­
tar para formar un juicio y un plan.
Para facilitar en todo lo posible la transición de la teoría a la
práctica, discutiremos en este último capítulo cinco modernas par­
tidas, elegidas al azar de entre las jugadas por los grandes maestros.
En estas partidas, aparecerán las características que hemos discutido
en forma más o menos directa, pero además, j ugarán su parte otros
elementos y presentarán un aspecto general de las diferentes fases
que nos vimos obligados a dejar fuera de los límites de nuestra in­
vestigación. En cada caso, haremos una recapitulación del curso de
2 16 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

la partida, inquiriendo sobre la cuestión de juicio y planeamiento


en las diferentes etapas críticas del juego.

PARTIDA NUMERO 1

DR. M. EUWE-S. RESHEVSKY


Torneo del Campeonato Mundial, Moscú, 1 948
Defensa Nimzo-India ( Variación de Milner-Barry)
l . P--4D C-3AR
2. P--4AD P-3R
3. C-3AD A-5C
4. D-2A C-3A
5. C-3A P-3D
En los capítulos precedentes no se le dio especial atención a la
apertura. Nuestras investigaciones dieron principio cuando uno u
otro aspecto se materializaba. El aspecto determinaba entonces, tanto
el juicio de la posición como el pian que de ella emanaba. Sin em­
bargo, poca atención se le prestaba a la forma en que dicha situación
se originaba.
Las aperturas cubren un campo demasiado extenso. Haremos
algunas observaciones relativas a la fase inicial, aunque en términos
generales, desde luego. En conjunto, la apertura representa la lucha
por el dominio del centro. El j ugador que controla dicho sector,
puede proporcionar mayor movilidad a sus piezas, obteniendo al
mismo tiempo una ventaja en espacio. Cada contendiente se esfuer­
za para lograr determinada formación de Peones en el centro, for­
mación que gobierna el curso posterior de la partida. En consecuen­
cia, en el principio de la partida, se dirigen las fuerzas todo lo
posible hacia el centro : centralización.
Hasta ahora, todas las jugadas ilustraron ideas similares, incluso
3. . . . A-5C, aun cuando en este caso sea en forma indirecta, cla­
vando al Caballo e interrumpiendo en esta forma su efecto sobre el
centro. La mira de las negras es la formación central 3D--4R, con­
tra lo cual las blancas pueden reaccionar en diferentes formas, como
lo vamos a ver.
6. A-2D
Como preparación para 7. P-3TD, de modo que, después del
cambio en 3AD, puedan volver a capturar con el Alfil, llevando una
pieza adicional de apoyo a 5R.
PARTIDAS ILUSTRATIVAS 217

6. Enroque
7. P-3TD AXC
8. A X A P-4TD
La jugada certera es : 8 . . . . D-2R, o bien, 8 . . . T-1 R, como
.

preparación para . . . P-4R. Pero entonces las blancas jugarían 9.


P-4CD, seguida rápidamente por P-5C, desalojando al Caballo
de una posición centralizada. La j ugada del texto impide a las blan­
cas jugar P-4CD y, en esta forma, no obstante todo lo contrario
que parezca, aún se confirman los principios de la centralización.
9. P-3R
Después de esta jugada, las negras se dan cuenta de sus inten­
ciones, lo que no hubiera sucedido si las blancas hubieran j ugado 9.
P-4R, ya que entonces 9 . . P-4R inmediatamente, cuesta un
. .

Peón, en tanto que después de la jugada preparatoria 9 . . D-2R,


. .

las mismas blancas pueden seguir con 1 0. P-5R.


9. . . . D-2R
1 0. A-3D
Esta última jugada está abierta a la objeción de que las blancas,
antes de mucho, se verán expuestas a la amenaza de una punta de
flecha por medio de . . . P-5R
1 0. P-4R (NP 1 50)

150

Las negras han llegado a su objetivo estratégico, y ahora las


blancas tendrán que decidir la actitud que asumirán ante la forma­
ción de las negras en el centro. En general, pueden elegir entre
tres formas de proceder en contra de esta configuración que con
bastante frecuencia se presenta : capturar por medio de P X P, avan­
zar P-5D, o dejar que las cosas permanezcan como están. Este úl-
218 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

timo método, que no se puede considerar seriamente, significaría


pérdida de tiempo, ya que las blancas deben prepararse contra . . .
P-5R, j ugada que amenaza ganar una pieza. En consecuencia, de­
ben avanzar o capturar, lo que conduce a tipos enteramente diver­
gentes de posición. El avance P-5D conduce a un j uego cerrado
que presenta problemas en extremo difíciles, lo que desde luego
no quiere decir que las blancas deban evitar esa línea de juego. Sin
embargo, prefieren la otra alternativa ( el cambio de Peones con
preferencia al avance del Peón ) , por una razón muy especial : la
posesión de dos Alfiles. La experiencia nos enseña que dos Alfiles
son más fuertes que dos Caballos, o que un Caballo y un Alfil. Esta
ventaja aumenta cuando la posición presenta un carácter abierto,
y en consecuencia, a las blancas no les interesa el avance de un Peón
con el cierre consecuente de la posición.
1 1. PXP PX P
1 2 . Enroque TR

Las blancas todavía no temen que se juegue 1 2 . . . . P-5R, pues


la contestación sería 1 3 . A X C ( 1 3 . . . . P X AR ; 1 4. A X D, P X D ;
15. A X T) .
1 2. . . . T- 1 R
Sin embargo, 1 3 . P-5R, constituye una verdadera amenaza.
1 3 . A-5A
Las blancas no pueden retener los "dos Alfiles" . Después de 1 3.
C-5C, sigue : 1 3 . . . . P-5R ( pese a todo ) y la secuela 14. A X C,
P X AR ; 1 5 . A X D, P X D ; 1 6. A-5A, T---4R proporciona la vic­
toria a las negras, en tanto que 1 3 . C-2D, P-5R ; conduce a con­
secuencias molestas. Más aún, 1 3 . A-2R se puede contestar con
1 3 . . . . A-5C, seguida por 14 . . . . P-5R. Finalmente, 1 3. P-4R
está fuera de la cuestión. Las blancas sepultan a su Alfil de Rey y
abandonan el control de su 4D

1 3. AXA
1 4. D X A (N9 151 ) D-3R

Forzando el cambio de Damas, ya que la 4R de las blancas está


bajo el fuego y 1 5 . D-3D fracasa contra 15 . . . . P-5R. La impor­
tancia de este cambio obligado, descansa principalmente en que las
negras adquieren el dominio de su 5R.

15. D X D TXD
PARTIDAS ILUSTRATIVAS 219

Ahora, la partida adquirió un aspecto completamente distinto,


caracterizado por la columna abierta de Dama, entrando en esta
forma dentro de lo tratado en el Capítulo IX sobre columna� abier­
tas : ocupación de la columna abierta e invasión de la séptima fila.
El lector observará que eso es lo que acontece también en esta par­
tida, aunque no inmediatamente. Habrá escaramuzas preparatorias
relacionadas con aspectos menores, que sin embargo, por el momen­
to, opacan el asunto principal, la columna abierta. La principal preo­
cupación es primero la debilidad de las blancas en 4AD ( en caso
que las negras puedan jugar . . . P-5TD ) y más aún la posición
insegura del Alfil blanco en 3AD ( si las negras j uegan . . . C-5R ) .
16. P-4CD

La desventaja de esta jugada es que las blancas pronto se verán


obligadas a j ugar P-5C, con lo que quedará definitivamente debi­
litado su Peón de AD. Pero tampoco 1 6 . P-3CD solucionaría el
problema de las blancas : 16 . . . . C-5R ; 1 7 . A-2C, C--4A, y las
blancas quedan en aprietos. ( 1 8. P--4CD, C--5T ) .
En general, la mejor continuación es 1 6 . TR- 1 D, después de
lo cual las negras llevan a cabo su amenaza posicional 1 6 . . . . P-
5T, privando en esta forma al a 4AD de las blancas, de la posible
protección de P-3CD. Pero entonces las blancas no tienen por qué
temer . . . C-5R, ya que podrán jugar A-1 R y desalojar final­
mente al Caballo negro mediante C-2D.

151
En la secuela resulta una gran desventaja para las blancas, en la
que parece que es casi imposible ahuyentar al Caballo negro des­
pués de . . . C-5R.
Finalmente, se puede considerar otra alternativa : 16. C-5C,
T-3D ; 1 7 . P-3A. Se elimina la molesta . . . C-5R, pero las blan-
220 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

cas deben esperar quedar en desventaja en la columna abierta de


Dama.
1 6. C-5R
1 7 . A-2C P-3A
Desde luego no 1 7 . . . . P X P ; 1 8 . P X P, T X T ; 1 9. T X T,
C X PC, a causa de 20. T -8T jaque, con el mate a continuación.
Pero después del movimiento del texto, las blancas se ven amenaza­
das con la pérdida de un Peón, cosa que las obliga a debilitar toda­
vía más su posición.
1 8. P-5C C-2R
1 9. TR- 1 D T-3D
Al fin se presenta la lucha por la columna abierta, pero con un
aspecto totalmente divergente. Por ejemplo, las blancas no pueden
cambiar en 60 porque después de 20. T X T, P X T, queda abierta la
columna de AD, y el Peón de AD de las blancas está condenado
a caer, por ejemplo : 2 1 . T- 1 AD, T-1 AD ; 22. R- 1 A, T-4A ;
23. R-2R, C-1 A ; 24. C-2D, C X C ; 25. R X C, C-3C ; 26.
R-3D, P-4D ; 27. P X P, T X P jaque, seguida por 28 . . . . T X P.
Esta seria limitación a la libre elección de movimientos de las
blancas, asegura a las negras el dominio de la columna abierta de
Dama.
20. R- 1 A C- l A
E l Caballo s e pone en marcha hacia 3CD, con objeto de abatir
al Peón débil AD.

2 1 . TR- 1 A
Las blancas deben abandonar l a columna d e Dama, ahora o en
la siguiente jugada. 2 1 . R-2R es contestada con 2 1 . . . . C-3C
( 22 . TD- 1 A, T X T, pierde un Peón ) . La jugada del texto por lo
menos impide 2 1 . . . . C-3C.

21. . . . P-4AD (NP 1 52)

Una continuación especialmente efectiva, que convierte a su


3CD en casilla f�erte, lo que quiere decir que la casilla estará fuera
del alcance de los Peones y piezas hostiles, un magnífico punto de
partida para el Caballo.

22. A-3A
Aquí 22. P X P al pase, R X P, deja indefenso al Peón débil de
PARTIDAS ILUSTRATIVAS 221

AD. Tampoco resulta más atractiva 22. R-2R, C-3C ; 23. T-2A,
TD-lD.

22. CXA
Este Alfil puede desempeñar un papel muy importante en la de­
fensa de la 2D de las blancas, y en consecuencia, es eliminado.

23. T X C P-5R

Las negras aprovechan la oportunidad para arroj ar al Caballo


a una casilla poco favorable.

24. C- l C C-3C

Antes de invadir la 7D, las negras primero deben asegurarse la


ayuda de su segunda Torre : después de 24 . . . . T-7D ; 25. R- l R,
T-7C ; 26. T-l D, C-3C ; 2 7 . T-2D, T-8C jaque ; 28. T- l D,
su satisfacción hubiera sido de corta vida.
25. C-2R P-4A.
O bien, 25 . . . . T-7D ; 26. C-3C, T- l R ; 2 7 . R- l R, etc.
26. R- l R TD- l D
2 7 . T-2A (Nr 153) .

152 153

Ha quedado establecido un equilibrio temporal. Las blancas sólo


han maniobrado para impedir que las negras irrumpan en l D o
en 2D. Pero eso es todo lo que han logrado, en tanto que en otros
aspectos, todos los triunfos están en poder de las negras. Dominan la
casilla fuerte en su 3CD, desde donde mantienen bajo fuego al Peón
blanco de AD, y esta amenaza permanente imposibilita a las blancas
a usar . en forma activa sus Torres sobre la columna de Dama. No
hay nada que puedan intentar las blancas, en tanto que las negras
222 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

pueden robustecer su posición a su placer antes de embarcarse


en operaciones definitivas. La secuela requiere muy pocos comenta­
rios, pero es característica de este tipo de situaciones.

27. R-2A
28. C-3C R-3R
29. C- l A T-6D
30. C-3C P-4C
3 1 . C-2R C-5 T

Con objeto de reforzar su posición por medio de C-6A o


bien C-7C, de acuerdo con las circunstancias.
32. C-3C R-4R
33. C-l A P-4T

Todo es suave y lento.

34. P-3A

Las blancas aún intentan presentar combate, pero para las ne­
gras es la señal para el ataque final.

34. T-6C (N9 1 54) .

154

Con objeto de llevar su Caballo a 6D por medio de 7CD. Co­


mo las negras no pueden obtener el dominio sobre su 8D y 7D, uti­
lizan la 6D como boulevard para dar los toques finales a la forma
en que están dispuestas sus fuerzas.

35. P X P
La apertura de la columna de AR puede beneficiar únicamente
a las negras, pero la posición de las blancas se ha hecho insostenible.
PARTIDAS ILUSTRATIVAS 223

35. PXP
36. T-2A C-7C
37. T-2A C-6D j aque
38. R-2R T-1 AR
Las negras controlan su 7AR ( la séptima fila ) y penetran por
ella a la posición de las blancas con energía decisiva.
39. C-2D T-7A jaque
40. R-1 D T-7C
41. TXT C X T jaque
42. R-1 A TXP
Las blancas abandonan. En esta situación desesperada pierden
cuando menos dos Peones.
Juicio y Planeamiento en diferentes etapas de la partida :
( 1) Después de 5. . . . P-3D
Juicio: Parece que las blancas tienen una ligera primacía en el
centro ( como resultado de efectuar la salida ) .
Plan ( para las blancas ) : Combatir la formación de las negras
en el centro ( 3D y 4R ) . Las medidas en contra pueden ser : acción
directa o retardada, o bien preparación del ataque a la formación
enemiga central. La ejecución de este plan podría ser por ejemplo :
6. P-3TD, A X C jaque ; 7 D X A, con lo que se impide la j ugada
P--4R de las negras. Sin embargo, parece que esto sólo es temporal,
ya que éstas pueden jugar 7. . . . D-2R, efectuando de inmediato
. . . P--4R. Sin embargo, siguen : 8. P--4CD, dirigida contra el
centro de las negras, y si entonces se j uega : 8 . . . . P--4R ; 9 . P X P,
P X P ; 1 0. P-5C, se gana el Peón del Rey.
En la partida se adoptó un método diferente : 6. A-2D, con ob­
jeto de continuar después de 6 . . . P--4R, con 7. P-3TD, A X C
.

( 7 . . . . P X P ; 8. P X A, P X C ; 9 . A X P, hace que las blancas caigan


en poder de las negras ) ; 8. A X A. Nuevamente tenemos aquí el ata­
que contra la formación del centro. Las negras ahora se meten en
dificultades después de 8 . . . D-2R ; 9. P X P, P X P ; 10. P--4CD
.

( 1 0 . . . . P-5R ; 1 1 . P-5C, P X C ; 1 2 . P X C, ocasionarían que los


dos Alfiles d:! las blancas tuvieran el control en un terreno despe­
jado ) .
En la ejecución de este plan, las blancas se equivocaron al omi­
tir la jugada 9. P-4R, con la cual, la formación de las negras 3D
y 4R podía haberse impedido definitivamente. Por su parte, las
negras, jugando 8 . . . . P--4TD, frustraron un ataque indirecto sobre
su centro al jugar las blancas P--4CD.
(2) Después de 1 4. D X A (NP 1 51 ) .
224 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

Juicio : La columna abierta de Dama es el campo de batalla en


la que se ganará la decisión. El dominio de esta columna dependerá
de que las piezas de las negras queden clavadas o evacuadas a otros
puntos. Las blancas deben tomar en consideración la inutilidad
de su 4AD ( aun después de P-3CD, a causa de la posibilidad que
existe de que se juegue . . . P-5TD ) , y las negras, por otra parte,
la vulnerabilidad de su 4R.
Plan : ( para las negras ) : Cambio de Damas con objeto de libe­
rar su 4R, por la cual . . . P-3AR no sólo relevará al Rey de sus
deberes de guardián, sino también hará posible un ataque sobre el
Alfil blanco en 3AD, lo que perforaría las defensas de las blancas.
Plan ( para las blancas ) : Salvaguardar 4AD e impedir . . .
C-5R, y si lo anterior resulta imposible, preparar un retiro adecua­
do para el Alfil ( por ejemplo : en l R, después de que la Torre del
Rey haya desalojado l AR ) .
Hemos visto en la partida, que las negras lograron llevar a cabo
su plan, en tanto que las blancas fallaron.
(3) Después de 2 1 . . . . P-4AD (N9 152) .
Juicio : Las negras tienen una casilla fuerte para su Caballo en
su 3CD, y como la TR de las blancas está atada en la protección
de su 4AD, las negras tienen libre juego por la columna de Dama.
Plan ( para las negras ) : Jugar el Caballo a 3CD, doblar las To­
rres y vencer todos los obstáculos que impidan que las Torres irrum­
pan en, por ejemplo, 22 . . . . C X A.
(4) Después de 2 7 . T-2A.
Juicio : Como el anterior.
Plan ( para las negras ) : Tender una trampa presionando sobre
el Peón de AD o por cualquier otro medio, impidiendo todo intento
de las blancas al j uego libre. Tan pronto como sea evidente que el
contrario no tiene ninguna oportunidad posterior de contra­
atacar, hacer todo lo posible para ayudar a la liquidación que sobre­
viene, como por ejemplo, avance sobre el flanco extremo del Rey,
llevando a los Peones lo más cerca que se pueda de las casillas de
coronamiento.

PARTIDA NUMERO I I

N . KOPYLOV-M. TAIMANOV
Campeonato de la U.R.S.S., Moscú, 1 949
Defensa Eslava
l . P-4AD C-3AR
2. C-3AR P-3A
PARTIDAS ILUSTRATIVAS 225

3. P-4D P-4D
4. P-3R A-4A
La formación central de �da bando se ha terminado en una
forma provisional. Las blancas· en 4D y 4AD ; las negras en 4D y
3AD. Existe cierta tensión que puede aliviarse jugando las blancas
P X P, o P-5A, o bien jugando las negras . . . P X P. En principio,
cualquiera de estas jugadas representa un pequeño retroceso, de
manera que la tensión en el centro frecuentemente se sostiene hasta
medio juego.
5. D-3C D-3C
Las negras no le temen a los Peones doblados, ya que después
de 6. D X D, P X D, obtienen una columna abierta.
6. P-5A
Las blancas temen aún menos a los Peones doblados, y si hu­
bieran obligado a las negras a efectuar el cambio de Damas, la ju­
gada anterior resultaría sumamente efectiva. Sin embargo, las ne­
gras no tienen necesidad de efectuar el cambio. Retiran a la Dama,
y entonces las blancas tienen que afrontar las molestas consecuencias
de los cambios del centro, originados por la jugada proporcionada
en el texto.
6. D-2-A
7. C-3A CD-2D
8. A-2D P-4R (NP 155) .

155

Este avance demuestra con claridad la objeción a la sexta jugada


de las blancas, P-5A. Las negras formaron ahora un centro 4D-
4R, que las blancas no pueden invalidar a causa de la vulnerabili­
dad de su propia 4AD ( 9. P X P, C X PA ; 1 0. D-lD, CR-2D ) .
226 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL A.JEDREZ

9. C-4TR
Las blancas buscan una solución eficaz a su problema en el cen­
tro. Se encuentran en una desagradable posición en la que no pue­
den emprender nada allí y, sin embargo, deben tener constantemente
en cuenta el posible avance de las negras . . . P-SR, al que al fin
seguirá un ata:que por el flanco de Rey. Debido a la línea de juego
adoptada por las blancas, no existe ninguna solución, cuando más
un cambio en la naturaleza de sus dificultades.
El plan correcto hubiera sido que continuaran tranquilamente
su desarrollo ( A-2R, enroque TR, y si se hacía necesario P-3TR ) ,
junto con, o quizá mejor, precedidas por alguna acción sobre el
flanco de Dama ( D-3T, P-4CD, posiblemente con P-SC ) . Sin
embargo, la desventaja de las blancas en esta maniobra, es que el
Alfil negro de Dama interfiere en su posición e impide que la Torre
de Dama ocupe la columna CD jugando T-1C. Esta es la razón de
que las blancas hayan procedido mejor por etapas, ya que des­
pués de P-4CD el centro de las negras queda bajo fuego. Tan pron­
to como la SAD de las blancas esté doblemente defendida ( tanto por
4CD como por 4D ) , pueden pensar en el cambio P X P. Si las negras
se anticipan a esta eventualidad jugando . . . P-SR, su diagonal del
Alfil de Dama hacia 8CD queda interceptada. Vea el juicio y el
plan al final de la partida.
9. . .
. A-3R
1 0. P-4A
Consecuencia de la jugada anterior, que obligó a las blancas a
manifestarse, sin embargo, este ataque por el flanco no es de ningu­
na manera desfavorable para las negras.
1 0. . . . P X PD
11. PXP C-SR
Réplica a la estrategia de las blancas. La amenaza es 1 2 . . . .
C X A, seguida por 1 3. R X C, D X P jaque ; en tanto que después
de 1 2. A-3R, las negras pueden reforzar SR por medio de 1 2 . . . .
A-2R ; 1 3 . C-3A, CD-3A. La SR de las negras se convierte en
una casilla fuerte dentro de la acepción dada en el Capítulo VIII,
pudiendo intensificarse las operaciones contra la posición de las
blancas.
12. c x c PXC
1 3. A-4A A-2R
Una venenosa jugada intermedia que aumenta las ventajas de
las negras. El Caballo blanco no tiene por dónde huir.
PARTIDAS ILUSTRATIVAS 227

14. A X A A X C jaque
1 5 . P-3C PXA
16. P X A
Desde luego, jugando 16. D X P jaque, A-2R, se perdería
una pieza.
1 6. ... Enroque TD (N9 156)

156 157
Investiguemos el daño. Ambos jugadores tienen Peones débiles,
pero los de las blancas se encuentran sobre casillas negras y su Alfil
de Dama se ha vuelto débil, bastante débil.
1 7 . TR- 1 C
Y n o 1 7. D X P, porque entonces vendría 1 7 . . . . TR- 1 R ;
1 8 . D-3T, P-6R con una preponderancia definitiva para las
negras.
17. ... C-3A
Las negras calculan las probabilidades respectivas con suma pre­
cisión, y ofrecen un Peón con objeto de obtener un final favorable.
1 7.. . P-3CR ; 1 8. P-5T, es inferior, ya que las blancas se
.

librarían cuando menos de uno de sus Peones débiles.


18. D X PR jaque D-2D
1 9. D X D jaque TXD
20. A-3R C-4D
Las blancas tienen un Alfil débil, y las negras tienen un Caballo
en una casilla fuerte, lo que junto, representa una amplia com­
pensación por la desventaja de un Peón de estas últimas.
2 1 . R-2R (N9 157)
21. . . . T-1 A
228 CKITERIO Y TÁCI'ICA EN EL AJEDREZ

Atacando a uno de los Peones débiles, pero si se observa bien,


sin obligarse a capturarlo. La liquidación significaría el cambio de
un Caballo fuerte por un Alfil débil, decisión a la que es difícil que
lleguen las negras cuando poseen una ventaja decisiva. Sin embargo,
después de 22. T-5C, C X P jaque ; 23. A X C, T X A ; 24. R-3R,
T X P ; 25. T -2C, T-2AR ; las negras quedan con un buen Peón
de ventaja.
22. TD-l AR T-4A
23. T-5C TD-2AR
24. T X T
Aquí las blancas perdieron la oportunidad de entrar en aguas re­
lativamente tranquilas : 24. T ( l A ) - l CR, P-3CR ( 24 . . . . C X P
jaque ; 25. A X C, T X A ; 26. T X P, conduciría a un fácil empate ) ;
25. P-5T, con oportunidad de contraatacar. Taimanov cita lo si­
guiente : 25 . . . . T X T ; 26. T X T, T-4A ; 2 7 . P X P, T X T ; 28.
P X T, P X P, y resulta un final en el que las negras, a pesar de en­
contrarse con un Peón de desventaja, tienen muy buenas oportuni­
dades de ganar. El Rey negro marcha directamente a su 4AR, y las
blancas están prácticamente carentes de recursos. Las consecuen­
cias de la j ugada marcada en el texto son más serias aún.
24. TXT
25. T-l CR P-3CR
26. T-4C
Las blancas emplean a sus piezas en una forma puramente de­
fensiva, procedimiento raras veces aconsejable.
26. R-2D
27. A-2D R-3R
28. P-3TD . C-2R (N9 158) .
Las negras reagrupan sus fuerzas : el Rey en 4D, la Torre en
4TR y el Caballo en 4AR ( como casillá fuerte ) . Una vez lograda
esta nueva formación, ya no podrá sostenerse la 4D de las blancas,
y el Pe6n pasado de Rey actuará por su cuenta.

29. T-3C
Las blancas descubren su última oportunidad de contraatacar :
la mensiva sobre los Peones del flanco de Dama, que ciertamente,
es el único punto vulnerable en la posición de las negras.

29. T-4T
30. T-3C T X PT
PARTIDAS ILUSTRATIVAS 229

El manejo de este final no presenta ninguna dificultad especial


para las negras. No se trata de capturar Peones, sino �s bien de
analizar cuidadosamente los ocasionales intentos de contraataque
de las blancas, que por otra parte, podrían resultar peligrosos.
31. TXP T X P j aque
32. R-l D
Y n o 32. R-3R, e-4A jaque, capturando a l Alfil.
32. . .. e-4A
33. T X PTD T-8T jaque
Esperando a ver si las blancas caen en la trampa ( 34. R-2A,
e X P jaque ; 35. R-3A, e-4e jaque ) .
34. R-2R T-7T jaque
35. R-lD R-4D
36. T-7D jaque R-5A
37. P-5D T-8T jaque
Y no 37 . . . . P X P, a causa de 38. P-6A, T--8T j aque ; 39.
A-lR. Después de la jugada del texto, 38. A-l R, fracasa contra
38. . . . e-6R jaque y 39. . . . e X P.

158

38. R-2R PX P
39. P-6A e-5D jaque
40. R-2A exP
41. P-3e jaque R-4A
Las negras están prevenidas para retener su Peón de Dama.
42. P-4e jaque R-5A
43. T-7AD R-6D
Las negras ahora ganan con toda tranquilidad con sus Peones
pasados y unidos.
230 CRITElUO Y TÁCTICA EN EL A.TEDREZ

44. T X C T-7T jaque


45. R-3C TXA
46. P-4T P--6R
47. T--6R T-7C
48. P-5C T-5C
49. T-5R P-5D
50. P-5T R-7D
5 1 . P--6T T-5T
Las blancas abandonan.
Juicio y planeamiento en las diferentes etapas de la partida :
(1) Después de 6. P-5A.
Juicio: Las negras tienen ahora mejor juego, porque el Peón AD
de las blancas necesita el apoyo de su Peón de Dama, cuyo Peón
está operando con apenas la mitad de su fuerza. Este caso siempre
se presenta cuando alguna unidad se sobrecarga y tiene que desem­
peñar alguna otra tarea.
Plan ( para las negras ) : Con objeto de aprovechar su ventaja,
prepararse inmediatamente para jugar . . . P-4R.
(2) Después de 8 . . . P-4R (NP 155) .
.

Juicio: A causa de su mayor elasticidad en su centro, las negras


tienen cierta ventaja.
Plan ( para las blancas ) : Obligar a las negras a declarar sus in­
tenciones en el centro. Esto es factible, ya que tienen defensa pos­
terior para su 5AD, o sea D-3T, lo mismo que P-4CD. Mientras
tanto podrán agregar A-2R para tener al Rey listo para enrocarse
y P-3TR, desalojando 2TR para el Caballo del Rey. Si las negras
continúan posteriormente con . . . P-5R, el Caballo regresa al jue­
go vía 2T-1 A-3C, en donde es importante, para las blancas, que
el Alfil de Dama de las negras no controle por más tiempo la 1 CD
de las blancas.
Sin embargo, si las negras toman el Peón de Dama, el Caballo
blanco puede regresar a 3AR bajo condiciones excelentes. Si las ne­
gras permiten que continúe · ¡a tensión, las blancas podrán jugar en
el momento adecuado P X P y C-4D, conquistando la casilla fuerte
4D. Cuando todo esto suceda de acuerdo c;on el plan, seguirá como
derivación de la estrategia de las blancas, el avance P-5CD, junto
con algunas operaciones sobre la columna abierta. ( Hemos obser­
vado que en esta partida las blancas decidieron adoptar una línea
de juego completamente distinta y menos recomendable.
(3) Después de 2 1 . R-2R (NP 157) .
PARTIDAS ILUSTRATIVAS 231

Juicio: Las negras han situado su Caballo en una casilla fuerte,


en tanto que las blancas tienen un Alfil débil. La �nayoría de Peones
de las blancas ( tres Peones en desordenada foriDaCión : 2TR, 4TR
y 4AR, contra 2TR y 2CR de las negras ) resulta insuficiente com­
pensación.
Plan { para las negras ) : Ataque sobre la 4AR de las blancas, sim­
plificación por medio de cambios, jugando el Rey una parte muy
importante en estas operaciones. A causa. de que el Alfil de las hum­
eas es "débil", el Rey negro tiene el paso libre por las casillas avan­
zadas de las blancas y éstas aumentarán su importancia cuando las
Torres desaparezcan del tablero.

PARTIDA NUMERO 111


J. R. CAPABLANCA-A. LILIENTHAL, Moscú, 1 936
Apertura de Réti
l . C-3AR P--4D
2. P--4A P-3AD
3 . P-3CD A--4A
4. A-2C P-3R
5. P-3C C-3A
6. A-2C CD-2D
7. Enroque .P-3TR
8. P-3D A-2R
Las blancas han elegido una formación un tanto fuera de lo vul­
gar, que sin embargo, hace treinta años podría haberse llamado mo­
derna. Su principal característica es un retardo prolongado en la
disposición final del centro. Ciertamente, las piezas están dirigidas
hacia el centro, pero los Peones se mantienen atrás. En esta partida,
el Peón de Rey no se adelanta sino hasta la jugada número cincuen­
ta. Se alega que la idea de retener atrás a los Peones del centro,
tiene la ventaja de que se puede sincronizar de acuerdo con la foriDa
de proceder del contrario : ventaja que, sin embargo, en principio
se abstiene de ejecutar ahora en las prácticas superiores, por ser
poco menos que teórica. Sin embargo, que tal estructura moderna
pueda contener no poco veneno, se puede observar en el presente
caso, si las negras juegan 8. . . . A-3D, en vez del movimiento del
texto. En ese caso seguiría 9. P--4R, y ahora, después de 9 . . . .
P X PR ; 1 0. P X P, C X P ; 1 1 . A X P, las negras ya no se pueden en­
rocar sobre el flanco del Rey, en tanto que, después de 9. . . .
A-5CR ; 1 0. T-1 R, las blancas también logran una gran ventaja.
232 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

9. CD-2D Enroque
1 0. T-1 A (N9 1 59) .

Las blancas podrían avanzar en el centro jugando ya sea P---4R,


o bien P---4 D. El método más común es intentar P---4R ( quizá
después de la j ugada preparatoria D-2A ) , aun cuando la desven­
taja de esta maniobra es que su 3D puede convertirse en débil ( cam-

159
bio de las negras en su 5R, seguida por . . . C---4A-6D ) . Por otra
parte, una j ugada prematura de P---4D no es favorable, ya que pro­
porciona al Alfil de Dama de las negras una diagonal magnífica. En
la partida que nos sirve de ejemplo, las blancas no hacen ninguna
de las dos cosas, sino que esperan a ver si puede existir la oportuni­
dad de utilizar cualquiera de estos métodos tácticos en el centro en
condiciones más favorables.
10. P---4TD
1 1 . P-3TD
El objeto de esta jugada es capacitar a las blancas a jugar P-
4CD como respuesta a . . . P-5T, impidiendo a las negras abrir
la columna de TD en su ventaja. En tales posiciones, la captura de la
5TD de las negras apenas si merece ser tomada en consideración,
ya que un Peón colocado en su 4TD generalmente resulta insoste­
nible, de manera que las blancas quedarían con un Peón débil
en 3TD.

1 1. . . . T-1 R
1 2. T-2A
Para dejar pasar a la Dama ( observe la siguiente jugada ) .
1 2. ... A-2T
PARTIDAS ILUSTRATIVAS 233

'
Una maniobra preventiva para el caso en que las blancas tard�
o temprano puedan jugar P-4R.
1 3 . D-l T
Este doblado sobre l a gran diagonal e s característico del moder­
no principio que requiere que las piezas sean dirigidas contra el
centro preferentemente a la ocupación del mismo por Peones. Con
la jugada del texto se ejerce presión sobre la SR.
13. . . . A-l A
Lo lógico es 1 3 . A-3D ; amenazando . . . P-4R-5R, que
obligaría a las blancas a renunciar a su política de espera. Las ne­
gras deciden hacer lo anterior siete jugadas después ; las jugadas
intermedias son de escasa importancia, y podrían omitirse por lo
que concierne al lector.
1 4. T-l R
L a incursión 1 4. C-SR, C X C ; 1 5 . A X C, más bien favorece­
ría a las negras, que entonces podrían jugar . . . C-2D, que sería
seguida por . . . P-3A y . P-4R.
. .

1 4. D-3C
1 5 . A-3T A-4AD
1 6. T-l AR A-l A
1 7 . T { 2A ) - 1 A
Alejando a la Torre d e l a diagonal del Alfil d e las negras y fa­
cilitando la forma de jugar P-4D si se hace necesario.
17. TD-l D
1 8 . TR- l R A-4AD
1 9. T-l A
Después de todo, las intenciones de las blancas son de jugar
P-4D.
1 9. A-l A
20. A-2C A-3D
Por fin se presentó esta jugada, que abre una nueva fase en
la partida.
2 1 . C-SR
Las blancas no deben permitir de ninguna manera que se jue­
gue . . . P-4R. Observe que la j ugada del texto tiene aquí otra
significación que en la jugada 14 { vea nota relativa ) , ahora las
234 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

negras tendrían que cambiar tanto al Alfil como al Caballo para


poder jugar . . . C-2D.
21. AXC
22. A X A CXA
23. D X C C-2D
23. . . . P-5D no es tan buena, a causa de 24. P-5A, ya que
el Caballo blanco podría llegar a 6D por medio de 4AD.
24. D-2C C-3A
Las negras también adoptan una política de espera, que quizá
tácticamente no sea una mala idea. En el registro del torneo, Capa­
blanca da 24 . . . . P-4AD, seguida por la maniobra del Caballo
C-1 C-3A. Entonces las blancas no consiguen nada con la cap­
tura en 5D, ya que entonces la columna del Rey ha quedado abierta
y la 2R de las blancas está expuesta a ser atacada ( 25. P X P, P X P ;
26. A X P, T X P ) .
25. P-4CD (NP 160)
Aquí tenemos un ejemplo de la diagonal semiabierta ( 2CR a
8TD ) bloqueada por Peones hostiles en 7CD, 6AD y 5D. Es de ob-

160
servarse que tal línea semiabierta generalmente origina un poder
más grande a la completamente abierta, con especialidad cuando
el bloqueo está formado por dos ( en vez de tres ) Peones, como
posteriormente será el caso en esta partida ( ver el siguiente dia­
grama ) , después que las negras cambian en forma injustificada su
Peón de Dama.
Tácticamente, la línea de conducta que se debe adoptar, consiste
en atacar por medio de Peones y piezas a los Peones bloqueadores ;
después, cambiando o avanzando Peones, crear un punto débil que
PARTIDAS ILUSTRATIVAS 235

estará bajo fuego constante en la gran diagonal, colocando el Alfil en


2CR. La ejecuci6n de estas maniobras se inician con la jugada del
texto. Las blancas están dispuestas ya sea a operar sobre las colum­
nas abiertas de TD y CD, o a avanzar el Pe6n CD más todavía.
Observe que la eficacia del Alfil de Dama negro no se puede
comparar con el Alfil de Rey blanco, especialmente cuando el Pe6n
de Dama blanco que bloquea la diagonal es por completo inexpug­
nable.
25 . . . . PT X P
26. D X P
Las blancas aprovechan la oportunidad para efectuar el cambio
de Damas. Esto tiene importancia en la acometida posicional que
se avecina, el efecto de la cual se alteraría por la presencia de de­
masiadas piezas mayores.
26 . ... DXD
Obligada prácticamente : después de 2 6. . . . D-2A ; 2 7 . T-1 0,
T-2R ; 28. T-30, la 2CD de las negras se vuelve peligrosamente
débil.
27. P X D T-1 T
28. T-1 T
Todo d e acuerdo con e l plan.
28 . ... C-2D
Al socorro del flanco amenazado.
29. C-30 R-1 A
30. T-5T
Una jugada muy importante. Prepara el doblamiento de las
Torres, en tanto que un cambio en 5TD llevaría al Caballo a una
posici6n fuerte. También se puede jugar 30. T X T, T X T ; 3 1 .
C-5T, pero l a jugada elegida permite posibilidades más variables.
30 . ... PXP
Bajo el punto de vista posicional es un error que da origen a una
posici6n nueva por completo. La jugada correcta hubiera sido 30 .
. . . T X T ; 3 1 . C X T, T-1 0, o en otra forma, la continuaci6n
recomendada por Capablanca : 30 . . . . R-2R ; 3 1 . TR- 1 T, T X T ;
32. T X T, R-3D ; 33. T-7T, R-2A ; 34. C-5T, T-1 CD, en
donde las negras no tienen mucho que temer.
236 CRITERIO Y TÁCTICA E N EL AJEDREZ

31. PXP C-3C


32. T X T TXT
33. C-5T (NP 161)
E l ataque sobre l a semiabierta diagonal en su forma más carac­
terística. Un Caballo blanco amenaza a los Peones del bloqueo,

161 162

que no pueden moverse, ya que si uno de ellos se mueve cae


el otro ; más aún, la jugada mortal P-5C está en reserva. Las ne­
gras tienen la opción de jugar . . . T-l C, o bien, T-2T. Las blan­
cas ganan, en primer lugar, mediante un ataque, con Peones, y en
segundo lugar, por un ataque con piezas, en esta forma :

l. 3 3 . . . . T-l C ; 34. P-5C ( las blancas podrían hacer pri­


mero algunas otras preparaciones sin alterar el efecto ) , 34 .
. . . P X P ; 35. P X P, C-4D ( no hay otra cosa ) ; 36. A X C,
P X A ; 3 7 . T-l D, T-l D ( 37 . . . . A-5R ; 38. P-3A ) ;
38. C X P, T-l C ; 39. C-6D, R-2R ; 40. T X P, y ahora
ni 40 . . . . T-l D ; 41 . C-5A jaque, ni 40 . . . . R-3R ; 4 1 .
T-2D, permite a las negras ninguna oportunidad de con­
traatacar.
2. 33 . . . . T-2T, como en la partida.

33. T-2T
34. T-l D
Con la poderosa amenaza 35. A X P, P X A ; 3 6 . T-8D jaque,
R-2R ; 3 7 . C X P jaque, R-3A ; 38. C X T.
Después de 34 . . . . R-2R, esta amenaza se vuelve aún más en­
·
fática ( 35. A X P, T X C ; 36. P X T, y el Caballo resulta atacado ) , y
jugando 34. . . . P-3A, se pierde un valioso Peón después de 35.
T-8D jaque, R-2R ; 36. T-8CD.
PARTIDAS ILUSTRATIVAS 237

34. ... R - lR
Es la mejor jugada, pero también resulta insuficiente.
35. C X PC (NP 162) .
Un magnífico triunfo del ataque sobre la diagonal semiabierta.
35. TXC
36. A X P jaque T-2D
3 7 . P-5A R-2R
38 A X T CXA
La combinación ha producido una amplia ventaja material. To­
rre y dos Peones pasados por Caballo y Alfil.
39. P-6A C-3C
40. P-7A
Todo se desliza suavemente. Las negras no pueden evitar la pér­
dida de una pieza.
40 . ... A----4-A
Para llegar a la casilla de coronamiento precisamente a tiempo,
por medio de P----4-R .
4 1 . T-8D
Es más sencillo 4 1 . P----4-R y ahora :
l . 41 . . A X P ; 42. T-8D, A-2C ; 43. T-8CD, o bien
. .

2. 4 1 . . A-5C ; 42. P-3A, A X P ; 43. T-8D.


. .

41 . P----4-R
42. T-8CD C-l A
43. P-5C R-3D
44. P-6C C-2R
O bien, 44 . . R-3A ; 45. P-7C, R X P ; 46. P X C ( D ) jaque,
. .

A X D ; 47. T-8T, siendo concluyente la ventaja del cambio.


45. T-8AR
Nuevamente las blancas dejan de considerar una forma más rá-
pida de ganar : 45. P-8A ( D ) .

J . 45 . . . . A ?( D ; 46. P-7C, A-3R ; 47. T-8D j aque.


2. 45 . . . . C X D ; 46. P-7C, ganando nuevamente una pieza.

Sin embargo, con las jugadas del texto también gana.


45. A- l A
46. T X P C----4-D
238 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDRBZ

47. TXP C X PC
48. T-7T C--4D
49. T X P jaque RXP
50. P--4R C-2R
51. P-3A R-2D
52. P--4T R-1 R
53. T-6AR C-1 C
54. T-6A Abandonan.
Juicio y plan :
( 1 ) Después de 20. A-2C.
Juicio : Existe en el centro una extensa "tierra de nadie" que pro­
porciona, a las blancas principalmente, gran libertad de movi­
mientos.
Plan : ( para las negras ) : Terminar con esta situación reforzando
. . . P---4-R, obteniendo en esta forma en el centro una preponde­
rancia clara y bien definida ( 20 . . . . A-3D ) .
Plan ( para las blancas ) : Frustrar las intenciones de las negras
( 2 1 . C-5R ) .
(2) Después de 24 . . . . C-3A.
Juicio : El Alfil del Rey de las blancas opera a lo largo de la
diagonal semiabierta sobre la que se hallan colocados tres peones
hostiles y vulnerables.
Plan ( para las blancas ) : Ataque sobre el flanco de Dama por
medio de piezas ( 28. T-1 T y 29. C-3C ) y con Peones ( 25.
P---4-C D ) .
(3) Después de 3 1 . -P X P.
Juicio : Como el anterior, con excepción de los Peones que blo­
quean en 2CD y 3AD de las negras, ahora son considerablemente
más vulnerables debido al descuidado cambio de las negras de su
Peón de Dama ( 30 . . . . P X P ) .
Plan ( para las blancas ) : Ataque sobre la 7CD con piezas ( 33.
C-5T ) y por medio de Peones ( ver las variaciones que se dan en
la nota a la jugada número 33 de las blancas ) .

PARTIDA NUMERO IV
D. BRONSTEIN-M. BOTVINNIK
Partida No. 22, Campeonato Mundial, Moscú, 1 95 1
Defensa Holandesa
l . P--4D P-3R
2. P--4AD · P--4AR
3. P-3CR C-3AR
PARTIDAS ILUSTRATIVAS 239

4. A-2C A-2R
S. C-3AD Enroque
6. P-3R P-4D
Queda establecida la formación provisional en el centro, 4D y
3R en cada lado. Pero en tanto que el 4AD de las blancas presiona
en el centro, las negras han contrarrestado esta presión sobre la 4R
de las blancas llevando su propio Peón a su 4AR. La consecuencia de
todo esto es que las blancas podrán modificar la situación a vo­
luntad en el centro, ya sea por medio de P-SA ( que generalmente
no se recomienda, ver la Partida Número 11) , o bien por medio
del cambio P X PD ( ver el Capítulo IX sobre la columna semi­
abierta ) .
Por otra parte, la jugada de las negras . . . P-4AR ha debilita­
do ligeramente su 3R facilitando el acceso a su 4R, aun cuando por
otro lado, su propio Caballo puede ocupar su SR. Además, movien­
do el Peón AR abre a la Dama negra el camino al flanco de Rey
enemigo ( . . . D-1 R-4T ) , cuya salida se puede convertir fácil­
mente en peligrosa.
7. CR-2R
Dirigida principalmente contra la maniobra indicada antes,
. . . D-1 R-4T, pero este desarrollo del Caballo en 2R tiene
además la ventaja de capacitar a las blancas a desalojar al avanzado
Caballo negro por medio de P-3AR. También pueden lograr las
blancas lo anterior jugando inmediatamente su Caballo a SR
( C-3A-SR ) , pero entonces las negras podrían cambiar a este
Caballo después de . . . CD-2D y el Peón blanco colocado en SR
se podía convertir en un punto débil que las negras podrían explotar.
7. ... P-3A
8. P-3C C-SR
El brinco del Caballo negro a SR opera en forma distinta al mo­
vimiento respectivo en las blancas. Un cambio de Caballos abre a
las negras la columna de AR después de . . . PA X C. Por otro lado,
no debe olvidarse que las blancas pueden desalojar al Caballo ju­
gando P-3A. Observe también que 8. . . . CD-2D tiene sus
inconvenientes a causa de 9. C-4A ( debilitamiento de las ne­
gras en 3R) .
9. Enroque C-2D
1 0. A-2C CD-3A (NP 1 63) .
Ambos bandos han terminado su desarrollo y entramos ahora en
la fase más difícil de la partida. ¿ Qué es lo que debe hacerse ? La
240 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

formación blanca de la izquierda apunta hacia operaciones en el


flanco de Dama, pero las negras parecen preparadas para atacar
sobre el flanco de Rey.
1 1 . D-3D
Una jugada más de espera, que sin embargo, tiene un ligero
inconveniente : la Dama permanece en el terreno de maniobras ta­
les como C--4A-3D-5R.
1 1. ... P--4CR
Las negras son las primeras en decidirse : acción sobre el flanco
del Rey. ¿ Qué continuación tendrá en mente ? Es probable que . . .
D-1 R--4T, con . . . C-5C y . . . A-2D-1 R-3C, y eventual­
mente, si la oportunidad se presentara, también . . . P-5A. Sin
embargo, por el momento, no se pueden esperar resultados concre­
tos de este ataque.
1 2. P X P
Las blancas contestan. Este cambio inicia el ataque al flanco
de Dama.
12. PR X P
Después de 1 2 . . . . PA X P, las blancas inician un ataque a lo
largo de la columna abierta de AD. Ahora sus acciones estarán ba­
sadas en la columna semiabierta de AD ( al ataque de minoría ) .
1 3 . P-3A
Antes de continuar con P-3TD ( al cual las negras era pro­
bable que hubieran contestado con 1 3 . . . . P--4TD ) , las blancas
desalojan al molesto Caballo.
13. . .
. cxc
En contra de 1 3. C-3D, las blancas podían haber contes-
tado con 1 4. P--4R. Un cambio general, 1 4 . . . . PD X P ; 1 5 . P X P,
P X P ; 1 6. C X P, C X C ; 1 7 . A X C, C X A ; 1 8. D X C, parece
que es completamente favorable para las blancas, si se toman en
consideración varios agujeros en el campo del Rey de las negras.
14. A X C
Después de 14. C X C, P-5A resulta muy embarazosa. Como
están las cosas, el movimiento del texto se adapta mejor al plan de
las blancas ( P--4CD ) .
PARTIDAS ILUSTRATIVAS 241

1 4. ... P-5C
Una jugada dudosa. Es cierto que 15. P--4R lleva una amena­
za hasta cierto punto ( compare la nota a la jugada 1 3 de las ne­
gras ) pero hubiera sido detenida satisfactoriamente con 14 . . . .
A-3R ( 1 5. P--4R, PD X P ; 16. P X P, P X P ; 1 7. A X P, C X A ; 18.
D X C, A--4D ) .
15. P X P CXP
16. A-3T C-3T
Difícilmente podrán permitir las negras 1 7. A X C, P X A, ya que
les ocasionaría dificultades ( como anteriormente ) . Es lamentable
para las negras que no pudieran retirar su Caballo a 3AR. Más tarde
tendrán que perder dos tiempos para llevar este Caballlo desde su
lejano sitio a su 5R.
1 7 . C--4A A-3D
1 8. P--4CD
El bien conocido ataque de minoría.
18. P-3T
1 9. P--4T D--2R
20. TD-- 1 C
Todo sobre líneas normales. También se podía jugar el inme­
diato avance 20. P-5C, pero la oportunidad de hacerlo posterior­
mente no se desvanece.
20 . ... P--4C (NP 1 64) .

163 164
Un concepto equivocado posicional. En tanto que esta jugada
detiene la acci6n intentada por las blancas, proporciona dificultades
a las negras : el debilitamiento de su 3AD y la apertura en un mo-
242 CRITI!llUO Y TÁCTICA EN EL A.JEDREZ

mento que elijan las blancas, de la columna de TD. La jugada co­


rrecta era 20. . . . A-2D, con un juego que probablemente se
podría sostener. La jugada marcada en el texto hubiera sido escasa­
mente suficiente si el Caballo hubiera podido llegar rápidamente a la
5R de las negras, pero esa retrasada bestia está muy lejos.
2 1 . A-2CR
Amenaza inmediata de 22. C X P, precedida tal vez por un cam­
bio en 50. Sin embargo, es posible que 2 1 . T-20 y 22. T-lT fue­
ra más enérgica.
21. ... C-50
Ganando un tiempo ( ataque sobre 6R ) .
22. A-2D C-3A
23. T-20
Con objeto de dejar pasar a la Torre.
23 . ... A-2D
El boletín menciona 23. C-5R, de modo que después de
24. A-l R, PXP, la Torre de Rey de las blancas resultaría cortada.
Sin embargo, las blancas tienen algo mejor con 24. T-l T, C X A ;
25. D X C, seguida por 26. C--3D.
24. T-l T C-5R
2 5 . A-l R TR- l R
26. D-30
Defendiendo 4CD, d e manera que l a Torre colocada e n 20
pueda moverse a 2T, doblando Torres sobre la columna de TD.
26 . . . . R-l T
27. T- ( 2C ) -2T
Desarrollo gradual del ataque ; las blancas amenazan ahora con
ganar un Peón jugando 28. P X P.
27 . ... D-l A
Defendiendo a l a Torre d e Dama. Este intento sobre l a colum­
na de TD debería ser precedido por 27 . . . . A X C ; ya que ahora
el Caballo blanco jugará una parte muy importante en los acon­
tecimientos. Mientras tanto, podemos establecer el hecho de la
superioridad de la formación de ataque de las blancas 4TD y 4CD
contra 3TD y 4CD de las negras. Las blancas han doblado sus To-
PARTIDAS ILUSTRATIVAS 243

rres en la columna de TD, lo que no han podido emular las negras


( 2 7 . . . . T-2T ; 28. P X P ) . En la columna de TD las negras es­
tán condenadas a la pasividad, con sus piezas más importantes
inactivas.
28. C-3D
Con objeto de llevar al Caballo a la casilla central 5R en donde
su intervención será decisiva, ya. que las negras no pueden eliminar
al Caballo sin correr grandes peligros en la diagonal negra. Observe
también que las blancas no tienen qué temer la combinación 28 .
. . . P X P ; 29. T X P, P--4A, porque con la sencilla continuación
30. PC X P, A X T ; 3 1 . T X A, las blancas también ganan el Peón
de Dama y ganan con facilidad con dos Peones pasados unidos.
28 . ... TD-1C
Las negras abandonan la columna de TD. Carecen de j ugadas
adecuadas de espera, y en todo caso las blancas pueden jugar 29.
C-5R.
29. P X P PT X P
30. T-7T (NP 165) .
La séptima fila.

165

30 . ... T-2R
Después de 30. . . . T-1 T ; 3 1 . C-5R, también es fuerte.
3 1 . C-5R A-l R
Apresurando e l final ; pero después d e 3 1 . . . . A X C ; 3 2 . P X A,
A�3R ; 33. D-2A, las negras podrían haber sufrido una extinción
más deliberada.
CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

32. P-4C
La irrupción definitiva, haciendo entrar al Alfil de Dama en
actividad. La amenaza es A4T, con lo que las negras dejan en ma­
nos de su oponente el dominio de la séptima fila, con consecuencias
fatales.
32 . ... PXP
En mal momento las negras olvidan la continuación 3 2 . . . .
D-2C, con la que podrían haber sostenido su segunda fila al costo
de un Peón. ( 33. T X T, D X T ; 34. P X P, A X C ; 35. P X A, D X PR ;
3 6 T-7T, etc. ) .
33. A X C PXA
34. A-4T
Parte de la estrategia de las blancas, cuyas sucesivas fases han
sido : disputar la columna de TD, conquistar dicha columna y dis­
putar la séptima fila, lo que ahora está cumplido por completo.
34 . ... TXC
U n sacrificio desesperado. Después de 3 4. . . . T X T ; 35. T X T,
la amenaza 36. C-7 A jaque, difícilmente se puede contrarrestar
con 35 . . . . A X C, a causa de 36. P X A, seguida por 37. A-6A,
con otra seria pérdida en material para las negras.
35. P X T A X PR
36. T-1 AR D-1 C
Las otras alternativas tienen resultados muy parecidos :

l . 36 . . . . D-3D ; 37. A-3C, A X A ; 38. D-3A jaque, etc.


2. 36 . . . . D-3T ; 37. A-3C, A X A ; 38. D-3A jaque, etc.

37. A-3C
Un elegante toque final. Las negras no pueden aceptar el sacri­
ficio de la Dama porque el mate está en dos jugadas ( 38. T-8A
jaque y 39. A X A ) .
37. A-2C
38. D X D jaque Abandonan.
juicio y plan :
( 1 ) Después de 1 0 . . . . CD-3A.
Juicio: Las blancas tienen mayor libertad de acción en el flan­
co de Dama ; las negras en el flanco del Rey.
PARTIDAS ILUSTRATIVAS 245

Plan ( para las blancas ) : Atacar el flanco de Dama ( P X P y


P-4CD-5 ) .
Plan ( para las negras ) : Atacar el flanco de Rey ( . . . P-4CR
seguida por . . . D-1 R-4T ) .
(2) Después de 20. . . P-4C.
.

Juicio: Las blancas tienen una definida ventaja con su forma­


ción de Peones en el flanco de Dama ( 4T y 4C en contra de 3T y
4C ) , lo que las capacita para abrir la columna de TD en cualquier
momento favorable.
Plan ( para las blancas ) : Doblar las Torres en la columna de
TD, para lo cual debe protegerse en forma adecuada la 4CD de
de las blancas. El objetivo final de esta maniobra será la ocupación
de la séptima fila.
(3) Después de 30. T-7T.
Juicio : Las blancas tienen una Torre en la séptima fila.
Plan ( para las blancas ) : Dominar completamente la séptima
fila por medio de C-5R, P-4CR y A-4TR. Estas jugadas darán
a las blancas una indudable ventaja, ya que varias unidades negras
están comprometidas en la defensa de la séptima fila, y también
porque el doble cambio en 5R abre una diagonal para el AD de las
blancas con resultados definitivos.

PARTIDA NUMERO V
DR. S. TARTAKOWER-DR. M. EUWE, Venecia, 1 948
Giuoco Piano

l. P-4R P-4R
2. C-3AR C-3AD
3. A-4A A-4A
4. P-3A A-3C
5. P-4D D-2R
6. Enroque P-3D
7. P-3TR C-3A
8. T-l R Enroque (N9 166) .
Un bien conocido tipo de dispositivo de combate : 4R y 4D en
el bando atacante, en contra de 4R y 3D del bando defensor. En
consecuencia, las blancas tienen la opción de alterar la formación
del centro, ya sea por medio de P X P o por P-5D. Como en cual­
quiera de los casos entra en acción el Alfil negro, ninguna
246 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

de dichas combinaciones pueden efectuar las blancas por el ·momen­


to. Su oportunidad descansa más bien en obligar a las negras a
efectuar el cambio, lo que les proporcionará un muy favorable cam­
bio de posición. Para entonces, el Pe6n de Rey de las blancas habrá
recuperado su movilidad, lo que implica oportunidades multifor­
mes de ataque.
9. C-3T
En combinación con el movimiento siguiente constituye una
forma original de lucha por alcanzar el objetivo descrito. Las blan­
cas tienen la mira en C-2A-3R-5D.
9. ... C-lD
Era mejor 9. R-lT, en cuyo caso las blancas difícilmente
podrían jugar 1 0. A-l A, debido a 10 . . . . P X P ; 1 1 . P X P, C X PR.
El objeto de la jugada del texto es anticiparse a C-2A-3R-5D
por medio de . . . P-3A.
1 0. A-l A
Ahora 1 0 . . . . P X P ; 1 1 . P X P C X P, es mala debido a 1 2 .
C-5CR, seguida por 1 3 . P-3A ( esta línea d e juego d e las blancas
fallaría si el Caballo negro estuviera aún en 3AD, haciendo posible
jugar. P X P) .
1 0. ... C-l R
Era preferible jugar 1 0 . . . . C-2D, como se verá dentro de po­
co. El objeto de la jugada proporcionada por el texto es dar al Peón
de Rey un apoyo efectivo por medio de . . . . P-3AR.
1 1 . C--4A P-3AR
Las negras han asegurado a su Peón de Rey, y el plan de las
blancas, del cual forman parte las tres últimas jugadas, en aparien­
cia no han conseguido nada.
1 2. P-4TD
Una maniobra característica que aprovecha la inmovilidad del
Alfil negro en su 3-CD. La amenaza de P-5T obliga a las negras
a jugar ya sea su Pe6n de TD o su Pe6n de AD, ya que los dos de­
fienden al Alfil y en esta formá las negras finalmente pierden un
Pe6n. Si las negras hubieran jugado su Caballo de Rey a 2D en
vez de l R, hubieran escapado a la pérdida material, aun cuando

su formación ( C-2D, C-l D y A-l AD ) no hubiera sido muy


fácil de romper.
PARTIDAS ILUSTRATIVAS 247

1 2. P-3A
13. O X A PXO
1 4. D-30 jaque C-3R
15. D X P P-40 (NP 1 67) .

167
Un remedio bien conocido : ataque al flanco de Rey blanco,
debilitado por el avance del Peón de TR, por medio del avance del
propio Peón de OR. Las negras deciden seguir este curso, ya que
después de los reveses anteriores tienen poco que perder.
1 6. A-4AD
Las blancas toman el ataque de las negras con demasiada lige­
reza. Debieron dejar su Alfil en l AR para que tomara parte en la
defensa y continuar con 1 6. P-30R, impidiendo la jugada de las
negras . . . 0-5A en forma más efectiva que con la jugada del
texto.
16. P-3T
Para recapturar con el Peón de AR las blancas debieron jugar
1 7. P X P.
1 7. P-4T R-2T
Ahora ya no tiene objeto jugar 1 7. . . . P-50. El objetO princi­
pal de la estrategia de las negras es abrir la columna de OR a su
oponente.
18. P X PO
Esto está en contradicción con las ideas de la defensa. Las blan­
cas abren la columna de TR a su oponente.
18. PT X P
1 9. PXP PD X P
248 CRITERIO Y TÁCTICA llN EL AJEDREZ

Esto es por lo que las blancas han estado luchando. La columna


de AR ha permanecido cerrada, y estas tienen el control de la dia­
gonal negra 3TD-8AR, pero es evidente que el elemento tiempo
estará en su contra : 20. P-3CD, T-l T ; 2 1 . A-3T, D-2AR ; y
todavía 22 . . . . D-4T queda amenazada.
20. A-3R T-l T
2 1 . P-3CR
Nuevamente y en forma voluntaria debilita su flanco de Rey.
Era mejor la inmediata huída del Rey vía l A y 2R.
21. . . o R-3C
22. R-2C
Con objeto de contestar 22 . . . . D-2T con 23. T-l T, pero las
negras tienen todavía más recursos.
22 . .. o C-5A jaque (NP 1 68) .
Una oferta bastante obvia de un Caballo, de acuerdo con los
principios sentados en los Capítulos V y VI. El Peón defensor de

168 169
las blancas en 3C queda eliminado, y al mismo tiempo, se . le da
oportunidad de intervenir al Alfil de Dama de las negras con el ga­
ne de un tiempo.
23. P X C A-6T jaque
24. R-3C
Después de 24. R-l C, PC X P, la posición de las blancas es
desesperada, ya que la Dama negra amenaza tomar parte en la
lucha en la columna de CR con 25. . . . D-2C.
24. PR X P jaque
25. A X P D-20
PARTIDAS ILUSTRATIVAS 249

La amenaza de mate en la 4CR de las blancas conduce a un


colapso posterior de las fuerzas blancas. El Caballo blanco debe ju­
gar a 2T, en donde queda fuera de combate y se convierte en un
objetivo.
26. C-2T P X A jaque
27. R X P T-5T jaque
Las negras deben proceder con suma energía, ya que su propio
Rey no está a salvo y está amenazado con un jaque por medio de
T-l CR.
28. R-3R
Otras posibilidades son :
l. 28. R-3A, A-7C jaque ; 29. R X A, D-6T jaque ; 30.
R-l C, D X C jaque ; 3 1 . R-l A, D-8T �aque ; 32. R-2R,
D-5R jaque ; 33. R-2D, D X A, etc.
2. 28. R-3C, T-5C jaque, y ahora :
(a) 29. R-3A, A-7C jaque ; 30. R-3R, T X P mate.
(b) 29. R X A, T-4C jaque descubierto ; 30. R-4T, D-
2T mate.
28. A-7C
29. C-3A T X P jaque (NP 169) .
Las blancas han formado una nueva línea de defensa, la que inu­
tiliza la jugada del texto. El Rey blanco, privado de toda ayuda y
con la desventaja adicional de la vulnerable posición de s� Dama
está expuesto al ataque de tres piezas negras.
30. R X T C-3D jaque
3 1 . R-3D
Si se jugara 3 1 . R-4A, se contestaba con D-4A jaque, etc.
También sería fatal 3 1 . R-3R, C X A jaque ; y 3 1 . R-4D, C- l A
jaque descubierto.
31. D-4A jaque
32. R-4D D-5A jaque
33. R-3D
Si se hubiera jugado 33. R-5A, D X A jaque ; 34. R X C, D-4D
jaque, entonces . . .
l. 35. R-7A, D-l D jaque ; 36. R X P, D-l A mate.
2. 35. R-7R, D-2A jaque ; 36. R-6D, D-l A jaque.
250 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

(a) . 37. R-7D o bien al 6R, A-6T jaque, etc.


(b) 3 7 . T-7R, T-l D jaque ; 38. R-6R, A-6T mate.

33. D X A jaque
34. R-2A AXC
Por e l momento, e l ataque de las negras ha llegado a su término,
sin embargo, al hacer un balance de la situación, está lejos de serie
desfavorable : Caballo y Alfil contra Torre y Peón, con una prome­
tedora posición para que las blancas efectúen un contraataque : 3S.
T-l C jaque, R-2A ; 36. D-7A jaque, R-3R ; 37. TD-lR ja­
que, no conduce a nada debido a 37 . . . . A-SR jaque ; 38. R-l A,
T X P, etc.
3S. P-3C
Aquí 3S. D-4D, conduce a un final perdido después del cambio
de Damas.
3S. A-SR jaque
36. R-2C D-6D
37. T-l C jaque R-2A
38. TD-l AD
Esto proporciona a las negras la oportunidad de hacer una ele­
gante combinación final. Sin embargo, era insuficiente :

J. 38. TD-l D, D-7A jaque.


(a) 39. R-l T, T X P jaque ; 40. P X T, D X PT jaque ; 41 .
R-2C, C-SA jaque ; 42. R-l A, D-7A mate.
(b) 39. R-3T, C- A jaque ; 1 40. P X C, T X P mate.
2. 38. D-7 A jaque, R-3R ; 39. TD-l AD, D-7D jaque.
(a) 40. R-3T, C-4C jaque, etc.
(b) 40. R-1 T, C-SA, y gana.
Sin embargo, las blancas aún se pueden sostener con 38. D-SA,
ya que 38 . . . . D-7A jaque ; 39. R-3T, C-4C jaque ; 40. R-4C,
no conduce a nada. Entonces, lo mejor para las negras es jugar
para el final de juego con 38 . . . . D-7D jaque ; 39. R-3T, D-4D.
38. D-7D jaque
39. R-3T

1 Por error tipográfico del original en inglés, se omitió la jugada,


que debe ser C-5A jaque. ( N. del T. ) .
PARTIDAS ILUSTRATIVAS 251

Si en vez de eso se j ugara 39. R-l T, seguiría 39. C-5A ;


40. D X P jaque, R-3R, y ahora :

l . 41 . P X C, T X P mate.
2. 41 . T-l C, D X P jaque ; 42. R-2T, T X P jaque ; 43. P X T,
D-6T mate.

39 . ... C-5A jaque (NP 1 70) .


Con esta oferta y la de la jugada siguiente, quedan destruidas
las últimas defensas del Rey blanco en el flanco de Dama.
40. P X C T X P jaque
41 . R X T D-7T jaque
42. R--4C D-7C jaque
Las blancas abandonan, ya que después de 43. R-5T, las ne-
gras dan mate con 43 . . . . D-6T. Después de 43. R-5A, las blan-
cas pierden su Dama ( 43 . . . . D X P ; jaque ; 44. R--40, D X D ja-
que ; 45. R-3T, A-7A, etc. ) .
Juicio y plan:
( 1 ) Después de 8. . . . Enroque.
Juicio: La posición de las blancas en el centro es más agresiva,
pero es difícil que se puedan beneficiar con ella, ya que las negras las
pueden obligar a renunciar a su fuerte pivote en 5R.
Plan { para las blancas ) : Jugar su Caballo a 4AD, presionando,
si se presenta la ocasión, sobre un punto táctico debido a la inmo­
vilidad del Alfil negro en su 3CD ; sin embargo, deben estar prepa­
radas a seguir otro curso en su acción llevando su Caballo a 5D, ya
sea por medio de 2AD y 3R o bien por 4AD y 3R.
(2) Después de 15. D X P.
Juicio: Las blancas llevan un Peón de ventaja, pero su campo
del Rey está debilitado por el avance de su Peón de TR a 3T.
Plan ( para las negras ) : Atacar el flanco del Rey por medio de
. . . P--4CR-5 ; posiblemente reforzado con C-5AR.
(3) Después de 22. R-2C.
Juicio: El flanco de Rey de las blancas se encuentra seriamente
debilitado, y por el momento, las negras llevan ventaja en fuerzas
disponibles, sin embargo, no deben esperar a que las blancas refuer­
cen sus defensas, digamos, por medio de 23. T-lT.
Plan ( para las negras ) : Destrucción de la defensa de las blancas
por medio del sacrificio de un Caballo en 5AR de las negras, con
252 CRITERIO Y TÁCTICA EN EL AJEDREZ

objeto de forzar una irrupción inmediata por medio de sus fuerzas


de ataque.
(4) Después de 29. C-3A.
Juicio : El Rey blanco está muy mal protegido y sus piezas es­
tán indefensas, entre tanto, la Dama puede ser fácil víctima en un
doble ataque, sobre ella misma y sobre el Rey.
Plan ( para las negras ) : Eliminar al Peón defensor de Rey blan­
co por medio de un sacrificio y después, lanzar todas sus fuerzas
al combate.

170
ESTA IMPRESION DE 1 000 EJEMPLARES SE
TERMINO EN ABRIL DE 1984, EN LOS
TALLERES DE LA COMPA!i!IA EDITORIAL
CONTINENTAL, S. A. DE C. V . , MEXICO

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