Institución:
San José de los hermanos Maristas
Distrito: Lima
Asignatura:
DEDICATORIA
Un agradecimiento a la institucion educativa San José de los Hermanos Maristas por darme
la oportunidad de formar mis conocimiento y experiencia estudiantil, acogiéndome durante
ese tiempo junto a los docentes formadores, que enrriquecen mi aprendizaje.
A mis padres por apoyarme y estar junto a mí para darme sus recomendaciones necesarias
para la elaboración de mi trabajo.
RESUMEN
La Batalla de Verdún fue la más larga de la Primera Guerra Mundial, y la segunda más
sangrienta tras la Batalla del Somme. En ella se enfrentaron los ejércitos francés y alemán
entre el 21 de febrero de 1916 y diciembre del mismo año, alrededor de Verdún, en el
nordeste de Francia. El resultado fue de un cuarto de millón de muertos y alrededor de medio
millón de heridos entre ambos bandos. Los alemanes consiguieron más bajas del lado
francés, a pesar de superar en número de soldados a los franceses y haberse retirado. Las
bajas fueron espantosas en ambos bandos debido a tipos de armas como el lanzallamas y el
gas venenoso. La batalla se popularizó por el famoso "¡No pasarán!" dicho por el
comandante francés Robert Nivelle. En el terreno donde se llevaron a cabo los
enfrentamientos se construyó un memorial donde reposan mezclados los resto de miles de
soldados de los dos países que no pudieron ser identificados. El objetivo alemán no era tomar
ninguna posición nueva, sino desangrar a Francia de soldados, llevándolos a la muerte en
este campo de batalla. Este plan fue ideado por el general Von Falkenhayn, pero su
oponente, Philippe Pétain, organizó una rotación de soldados en el frente. Además de la
creación de de carrreteras para la constante circulacion de suministros y armamento. La
batalla se desarrolló entre el 21 de febrero de 1916 y el 19 de diciembre del ismo año, el
hecho más notable es la toma del fuerte Douaumont por los alemanes. Tras casi un año de
lucha, finalmente los alemanes se retiraron con casi tantas bajas como los franceses y el plan
de Falkenhayn había fracasado.
INTRODUCCIÓN
Durante el 21 de febrero y el 19 de diciembre del año 1916, se llevó acabo en la primera
guerra mundial la Batalla de Verdún, fue la más larga de esta y la segunda más sangrienta
tras la batalla del Somme, en esta contienda se enfrentaron los ejércitos de Francia y
Alemania alrededor de la ciudadela de Verdún junto al rio Mosa en el norte de Francia. El
resultado fue un cuarto de millón de muertos y alrededor de medio millón de heridos,
mutilados, gaseados, traumatizados o marcados de por vida.
Francia contaba en la zona con el general Henri Philippe Benoni Omer Joseph Pétain que
tenía bajo su mando al segundo ejército francés, posteriormente fue remplazado por el
general Robert Nivelle, por otro lado Alemania contaba con el general y jefe de estado mayor
Erich von Falkenhayn y el príncipe heredero Guillermo al mando del quinto ejército alemán.
La batalla se popularizo por el famoso “ils ne passeront pas” (¡no pasaran!) frase dicha por
el general Robert Nivelle que rápidamente se convierte en el símbolo del horror de la gran
guerra pero también en el de la resistencia nacional de Francia.
La batalla de Verdún fue el prototipo de la guerra de desgaste característica de la primera
guerra mundial en el frente occidental. Destinada a acabar con las reservas francesas
desviándolas de su objetivo que era una gran ofensiva anglo-Francesa en el Somme, los
alemanes buscaban atraer a los soldados franceses a una “máquina de picar carne “donde
tratarían de acabar con la mayor cantidad de efectivos y obligar a Francia a rendirse, pero
la batalla también solicitaba un gran número de soldados alemanes que eran enviados de
otros frentes para sustituir a su camaradas que salían de las trincheras en ofensivas de las
cuales solo regresaban un número reducido de soldados heridos. Los alemanes consiguieron
más bajas del lado Francés a pesar de superar en número a los soldados francos y haberse
retirado. Las bajas que se realizaban en Verdún eran espantosas debido al uso de armas
mortíferas como el lanza llamas y el gas venenoso que dejaban irreconocibles los cadáveres
de las víctimas.
ÍNDICE
Dedicatoria…………………………………………………………………………………i
Agradecimiento……………………………………………………………………………ii
Introducción………………………………………………………………………………iii
Índice……………………………………………………………………………………...iv
Capítulo I
1.5 Reconquista……………………………………………………………………..……18
1.5.1 Reconquista del fuerte Douaumont………………………………………………...18
1.5.2 Reconquista Del Fuerte Vaux………………………………………………………19
1.5.3 Últimos meses de la batalla………………………………………………………...20
1.5.4 Avances del frente occidental………………………………………………………21
1.5.5 Reconquista de Mort-Home y la colina 304………………………………………..22
Capítulo IV
Capítulo V
2.1 Conclusiones………………………………………………………………………26
Bibliografia ………………………………………………............................................27
Anexos ………………………………………………...................................................28
CAPITULO I
Verdún fue desde siempre un territorio inexpugnable, desde los tiempos del emperador
Atila hasta la guerra franco-prusiana en 1871 entre el segundo imperio francés y el reino
de Prusia. Verdún en 1914 no solo era un lugar simbólico, también estaba
magníficamente fortificado y con una cantidad aceptable de efectivos que disponían con
el apoyo de artillería (armas de guerra pesadas capaces de disparar grandes proyectiles a
largas distancias).
Unos meses luego de que comenzara la guerra, el 1 de agosto de 1914 empezaron los
enfrentamientos ruso-germanos en el frente oriental, Francia al ser aliado de Rusia debía
salir en su defensa pero un día más tarde que empezara el conflicto, Alemania exigió a
Francia la neutralidad frente a la contienda, Paris izo publica su respuesta, y al siguiente
día se ordenó una movilización de todo el personal militar con dirección al frente
occidental.
Los estados mayores alemanes garantizaban el éxito de las operaciones en la rapidez del
ataque inicial, decidieron comenzar, sin más, la invasión a Francia atreves de la frontera
común y utilizando a Bélgica para provocar un movimiento envolvente.
Luego de que los alemanes fracasaran en conseguir una victoria rápida sobre Francia, la
estrategia de “guerra de movimientos” empleada por los alemanes dio paso a la guerra
de trincheras en el frente occidental.
Desde el final de la Batalla del Marne, el frente en la región del río Mosa y el norte de
Lorena se había estabilizado, luego que los alemanes lograron crear un saliente en los
alrededores de Saint Mihiel, ocuparon gran parte de la llanura de Woëvre y además de
cortar la línea ferroviaria entre Verdún y Commercy, dejandola aislada, continuando así,
luego de las sucesivas batallas de la llamada “Carrera al Mar”, en la región de Flandes,
Champagne y Alsacia.
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1.1.2 La Primera batalla del Marne
La batalla del Marne también conocida como el Milagro del Marne, fue una batalla de
la Primera Guerra Mundial que tuvo lugar entre el 5 y el 12 de septiembre de 1914. A
pesar de las numerosas derrotas y de las bajas sufridas por la República Francesa, lo
cierto es que el grueso del ejército aún estaba activo y con fuerzas para lanzar
contraataques. En septiembre, el I y II ejércitos alemanes se encontraban a menos de 60
km de la capital francesa, París.
El avance alemán consistía en realizar un gran movimiento envolvente contra las tropas
franco-británicas para poder destruirlas y además apresar la capital gala. En el último
momento, las fuerzas alemanas bajo el mando del general Von Kluck cambiaron de
dirección dejando expuesto su flanco a las tropas aliadas que aguadaban en la en la
ciudad.
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Después de la primera batalla del Marne y la retirada alemana hasta el Aisne, ambos
bandos iniciaron una serie de maniobras el flanqueo mutuo y posterior
atrincheramiento, en la cual intentaron sobrepasar al enemigo por el norte.
La consecuencia fue una línea de frente con trincheras continuas en unos 300 km, que
posteriormente se extendió a toda la línea del frente occidental hasta la frontera con
Suiza.
Fue un general alemán. Ocupó el cargo de ministro de la Guerra de Prusia y fue jefe del
Estado Mayor del Ejército germano durante los dos años iniciales de la Primera Guerra
Mundial, habla francés y admira la cultura francesa pero considera que Francia es una
potencia militar de segundo rango, para él, el verdadero enemigo es Inglaterra, quiere
derrotar a ambos adversarios por separado y negociar con ellos.
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Durante la Primera Guerra Mundial, Erich von Falkenhayn sucedió a Helmuth von
Moltke como jefe del Estado Mayor del Ejército alemán el 14 de septiembre de 1914,
tras la primera batalla del Marne. Al contrario que Moltke, Falkenhayn utilizaba
tácticas mucho más elaboradas y cuidadas. Por esta época mantuvo discusiones
con Paul von Hindenburg y Erich Ludendorff, pues ellos eran partidarios de enviar
tropas al frente ruso, mientras que él creía que el objetivo principal era el Frente
Occidental. Los adversarios de la estrategia de Falkenhayn contaban con el apoyo del
Alto Mando austrohúngaro.
De acuerdo con sus "memorias de guerra", si bien un gran avance no era posible, el
ejército francés todavía podía ser derrotado en el caso de sufrir un número "enorme" de
víctimas. Explicó que su motivación para la batalla era que se atacaría una posición
desde la cual el ejército francés no solo no podía retroceder, tanto por razones
estratégicas como por razones de orgullo nacional, sino que además lanzaría a todas sus
unidades a la defensa por el valor estratégico y simbólico del lugar.
Los espías del general Erich von Falkenhayn le informan que se está preparando una
gran ofensiva algo-francesa en el Somme, su mejor opción es lanzar otro ataque en
algún punto del frente y escoge Verdún. Falkenhayn conoce el terreno gracias una serie
de vuelos de reconocimiento en el sector de Verdún y el Rio Mosa, este confía en su
plan de ataque a la ciudadela.
Sus posiciones son las idóneas cuentan con la ventaja de tener unos excelentes puestos
de observación naturales como el cerro Romagna, al amparo de los bosques podrán
transportar tropas y artillería, desalojar a los franceses, escalar las colinas y tomar los
puntos más elevados defendidos por fuertes como el de Douaumont, el general
Falkenhayn sabe que esos fuertes han sido desarmados para proporcionar artillería extra
en el Somme, Podrá hacer retroceder a los franceses hasta la ciudadela de Verdún y el
rio Mosa donde quedaran atrapados y aislados . De esta forma despejaran la vía hasta
parís que esta solo a doscientos kilómetros.
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CAPITULO II
1.3.1 Planeación:
Alemania buscaba romper el estancamiento que la guerra de trincheras había traído al
Frente Occidental desde finales de 1914. También se quería conseguir una batalla que
desangrara los recursos humanos del ejército francés mientras que las bajas alemanas se
mantenían a niveles muy inferiores En 1914, durante la invasión alemana de Francia, se
creó un saliente alrededor de Verdún a raíz de la primera batalla del Marne (5 al 12 de
septiembre) y la captura de Saint-Mihiel (el 24 de septiembre). Aunque algunos fuertes
fueron sometidos a fuego de la artillería Dicke Bertha, las fortificaciones no se vieron
amenazadas, ante una posible conquista alemana.
El corazón de la ciudad de Verdún era una ciudadela construida por Vauban en el siglo
XVII. A finales del siglo XIX, también se había edificado un gran complejo subterráneo,
que sirvió como cuartel para las tropas de dentro de la ciudad. A unos ocho kilómetros
de los muros de la ciudad, existía un anillo circular exterior de 18 grandes fortalezas (no
se habían terminado 12 fuertes menores), muchas de ellas con rotación de torres
equipadas con artillería de 75 mm corto y cañones de 155 mm. Ese anillo de 18 grandes
fortalezas debía proteger Verdún; además, se habían construido a un gran costo, durante
la década de 1880 y de acuerdo a las especificaciones de la Séré de Rivières. Los fuertes
de Verdún fueron variables en calidad y tamaño y, por lo tanto, siempre tuvieron desigual
potencial para resistir bombardeos con artillería pesada.
Los fuertes situados al norte y al este de Verdún (por ejemplo, Fort Douaumont, Fort
Vaux, Moulainville) se habían reforzado durante 1900 con acero de gran espesor, además
de con tapas de hormigón apoyadas sobre un "cojín" de arena. Los fuertes mejorados
también se habían equipado con cañones de asalto regular de 75 mm, instalados en
refugios también reforzados, proporcionando así fuego de acompañamiento a través de
los intervalos entre los fuertes. Sin embargo, varias grandes fortalezas construidas
durante la década de 1880, en el anillo de defensa del oeste y el sur de Verdún (por
ejemplo, La Chaume y Belrupt-en-Verdunois), nunca habían sido mejoradas. Las
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predicciones intuían que el asalto alemán vendría del este y el norte, lo cual resultó ser
correcto.
Después de la invasión alemana del Kaiser, esta se había detenido en la primera batalla
del Marne, en septiembre de 1914. La guerra de movimiento dio paso a la guerra de
trincheras y ninguno de los combatientes tenía la posibilidad de lograr un avance exitoso.
En 1915, todos los intentos alemanes de un avance sobre Ypres, las tentativas británicas
de tomar Neuve Chapelle y los intentos franceses en la batalla de Champaña y la batalla
de Artois habían fracasado, y solo habían provocado un alto número de bajas.
De acuerdo con sus "memorias de guerra", el Jefe del Estado Mayor alemán, Erich von
Falkenhayn, creía que, si bien un gran avance no era posible, el ejército francés todavía
podía ser derrotado en el caso de sufrir un número "enorme" de víctimas. Explicó que su
motivación para la batalla era que se atacaría una posición desde la cual el ejército francés
no solo no podía retroceder, tanto por razones estratégicas como por razones de orgullo
nacional, sino que además lanzaría a todas su unidades a la defensa por el valor
estratégico y simbólico de la plaza. Esta era su principal baza.
Verdún, rodeado por un anillo de fortificaciones, aparte de ser una importantísima
fortaleza, era un saliente que se proyectaba en las líneas alemanas y bloqueaba una
importante línea de ferrocarril que conducía directamente a París. Sin embargo, a
principios de 1916, gran parte de las fortalezas de Verdún se habían visto muy
debilitadas. Joffre recordó entonces la caída fácil de las fortalezas belgas de Lieja y
Namur, señalando que este tipo de sistema defensivo estaba obsoleto y no podría soportar
los bombardeos de la artillería pesada alemana. En consecuencia, durante el año 1915,
el sector de Verdún fue despojado de más de 50 baterías completas y 128.000 cartuchos
de munición de artillería. Este proceso de extracción aún estaba en curso a finales de
enero de 1916. En ese momento, las 18 principales fortalezas y otras baterías que
rodeaban Verdún se quedaron con menos de 300 armas y municiones limitadas. Además,
sus guarniciones se habían reducido a pequeñas cuadrillas de mantenimiento.
Falkenhayn eligió Verdún por ser un lugar en el que las circunstancias materiales a favor
de una ofensiva alemana daban grandes posibilidades de éxito: Verdún estaba aislada en
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tres lados y las comunicaciones ferroviarias en la retaguardia francesa eran restringidas.
Por el contrario, una vía de ferrocarril controlada por los alemanes estaba sólo 20 km al
norte de sus posiciones. Falkenhayn esperaba una favorable relación entre las bajas
alemanas y francesas (es más, los alemanes estimaron que la batalla tendría una relación
de 1 baja alemana por cada 2,5 francesas).
Falkenhayn afirma en sus memorias que, más que una victoria militar tradicional, Verdún
fue planeada como un instrumento para la destrucción del ejército francés. Cita en su
libro una nota que dice que escribió para el Káiser:
La cadena en Francia ha alcanzado el límite. Un gran avance en masa, que en cualquier
caso está más allá de nuestros medios, no es necesario. Dentro de nuestro alcance,
cumpliendo nuestros objetivos para la retención del ejército francés, ante el cual el
Estado Mayor de Francia se vería obligado a lanzar a todos los hombres que tienen. Si
lo hacen, las fuerzas de Francia se desangrarían hasta la muerte de Francia
Sin embargo, los estudios alemanes efectuados por Holger Afflerbach y otros están
cuestionando la veracidad de la llamada "nota de Navidad", en la que el generalísimo
alemán había previsto una guerra de desgaste, con una fácil victoria alemana a la vez que
un duro golpe a Francia.
Los análisis actuales siguen la misma tendencia y excluyen la explicación tradicional. La
ofensiva fue probablemente prevista para abrumar a las debilitadas defensas de Verdún,
logrando así un golpe potencialmente mortal al Ejército francés. Las comunicaciones
ferroviarias de Verdún habían sido cortadas en 1915 y la ciudad dependía de una estrecha
carretera única (la Voie sacrée) y una pequeña estación de ferrocarril de vía estrecha (el
Chemin de fer Meusien) para volver a ser suministrada. Este cuello de botella logístico
había despertado esperanzas de que una efectiva defensa de Francia no podría
mantenerse más allá de unas pocas semanas.
Emile Driant: Driant, hijo de un juez de paz, estaba destinado a seguir los pasos de
su padre en el ejercicio de las leyes, pero la derrota de Francia en la guerra franco-
prusiana de 1870 le hizo decidirse por la carrera militar. Sin embargo, no se limitó a
ejercer sus destinos militares, sino que además desarrolló una amplísima producción
literaria, entre la que destacansus artículos de prensa y -fundamentalmente- sus
novelas. Dirigidas a un público joven, con títulos como "La guerra de mañana" o
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"Historia de una familia de soldados", buscaba despertar en ellos sentimientos
patrióticos, de amor a la Patria y cumplimiento del deber. Estas novelas, firmadas
con el seudónimo de Capitán Danrit, alcanzaron gran popularidad.
El día 22, el Coronel Driant fue muerto a las 16 hs., mientras dirigía el repliegue de
sus tropas , atacadas por tres lados, hacia Beaumont. La noticia de su muerte no llegó
a París hasta el día 3 de abril, dado que los pocos supervivientes de su batallón habían
sido hechos prisioneros. Pocos días más tarde, el 16, su viuda recibió una carta de
condolencia confirmándole la noticia- de la baronesa Schrotter de Wiesbaden, madre
de un teniente de artillería que había combatido en el Bois des Caures.
Joseph Joffre: La frialdad del Mariscal era legendaria y la comida era lo primero.
Esa misma tarde, los primeros enfrentamientos tuvieron lugar en las cercanías de
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París entre la caballería del 6º Ejército Francés y el 1º Alemán cerca de San
Soupplet, al este de la capital. Al día siguiente, la ofensiva aliada comenzó en todo
el frente, sorprendiendo a los generales alemanes que creían al enemigo más que
derrotado y listo para sentencia. Cuatro días después, la Primera Batalla del Marne
terminaba con una clara victoria aliada y los alemanes aprendieron lo que era la
retirada.
Joseph Joffre nació en la localidad de Rivesaltes, en el Roussillon. Hijo de una
familia de vinicultores, eligió la carrera militar alistándose en 1870 al ejército y
entrando en la Escuela Politécnica para estudiar ingeniería. Participó en algunas
escaramuzas durante la guerra Franco-Prusiana y, después de la derrota, fue enviado
a ultramar como ingeniero militar, donde pasaría buena parte de su carrera. En 1894,
se distinguió en Mali al dirigir una columna de hombres a través del desierto para
conquistar Tombuctú, a pesar de tener poca experiencia en el campo de batalla.
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1.3.3 Ultima Advertencia
La operación propuesta por el Estado Mayor del V Ejército, sin duda muy
prometedora, requería agregarle cuantiosas fuerzas que sólo podría reunir
Falkenhayn debilitando otros sectores; al respecto, dice: «Para esta operación local,
Alemania no será forzada seriamente a exponerse en otros frentes. Puede
confiadamente encarar los ataques de diversión que se esperan en otros puntos y,
además, esperamos disponer de suficientes tropas para contratacarles». Por tanto,
ordenó al Kronprinz atacar con lo que tenía y con los medios artilleros que le iba a
proporcionar.
Los alemanes prolongaron hasta el punto de partida del ataque vías férreas que
transportaron tres cuerpos de ejército (6 divisiones con unos cien mil hombres, la
mitad del V ejército) y unos 1.300 cañones (con unas 700 piezas de 150 metros y
un centenar de obuses, morteros y cañones de hasta 400mm, que podían lanzar
proyectiles de 800 kilos) dotados por 3.000 proyectiles por tubo. Durante cinco
semanas, 1.300 trenes transportaron a 20/30 kilómetros de Verdún todo ese material
y miles de soldados cavaron trincheras a diez kilómetros de la ciudad sin que nadie
pareciera percibirlo.
El ataque alemán estaba previsto para la madrugada del 12 de febrero de 1916, pero
un auténtico diluvio azotó la región, convirtiéndola en un barrizal en el que ofrecía
gran dificultad el movimiento de tropas, pertrechos y cañones, por lo que fue
pospuesto nueve días, en los que se sucedieron fuertes heladas que endurecieron la
tierra, a la vez que consumieron a los soldados refugiados en sus someras
posiciones, según lamentaba el Kronprinz. Pero a las 07:15 horas de la mañana del
21 de febrero, cuando aún no había amanecido, la artillería alemana inició el
bombardeo más violento que hasta entonces registraba la historia: 1.200 cañones
dispararon sin pausa durante nueve horas un millón de proyectiles medianos y
grandes sobre las posiciones francesas en un frente de diez kilómetros. El ruido
atronador de las explosiones y su impacto sobre el terreno semejaban a un aterrador
redoble de tambor que guarniciones francesas en los Vosgos, a 160 kilómetros de
distancia, escucharon sobrecogidas.
Casi atardecía cuando, pasadas las 16 horas, se hizo un silencio sobrecogedor sobre
un frente por el que los supervivientes franceses, ensordecidos, desconcertadas,
tiznados y cubiertos de polvo vieron que se les veían encima los alemanes (tres
cuerpos de Ejército: 3º, 7º y 18º) y muchos salieron huyendo, sobre todo cuando
entraron en acción algunos atacantes, con una extraña mochila a la espalda y un
tubo en la mano, del que inmediatamente salieron lenguas de fuego de hasta veinte
metros que todo lo carbonizaban: una nueva arma, los lanzallamas. Otra sorpresa de
aquel horrible atardecer fueron los «sturmtruppen» (grupos de asalto) que se movían
ágilmente sobre el terreno con la Karabiner 98a (posteriormente sería el subfusil
Bergman MP18), colgada del hombro, disparando desde la cadera contra cuanto se
movía o lanzando bombas de mano.
Los avances fueron de tres kilómetros a lo largo del frente de ataque, con algunos
puntos de resistencia, como el bosque de Caures, donde el regimiento de cazadores
del coronel Émile Driant resistió entre los árboles carbonizados y seguirían
haciéndolo hasta que pereció el propio coronel y sus 2.000 hombres (sobrevivían
118). Al final del día, el progreso alemán había sido de cinco kilómetros, pero la
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resistencia de los cazadores les había entretenido y advertido de que su misión no
sería un paseo militar. Pese a ello continuó el empuje alemán, la eficacia de sus
lanzallamas y de sus comandos y el control de su artillería de largo alcance, que
neutralizaba los cañones franceses. El 24, hubo sorpresas para todos: por un lado,
contraatacó el general Balfourier con el XX cuerpo de Ejército, que paró en seco el
ala izquierda germana y, por otro, casi anochecido, soldados brandemburgueses
penetraron casi sin oposición en el casi indefenso fuerte de Douaumont, tenido por
inexpugnable.
CAPITULO III
La batalla de Verdún fue la batalla más larga de la Primera Guerra Mundial y la segunda
más sangrienta, tras la batalla del Somme. En ella se enfrentaron los
ejércitos francés y alemán, entre el 21 de febrero y el 19 de diciembre de 1916, alrededor
de Verdún, en el nordeste de Francia. El resultado fue un cuarto de millón de muertos y
alrededor de medio millón de heridos entre ambos bandos. La batalla se popularizó por el
famoso «¡No pasarán!» dicho por el comandante francés Robert Nivelle. En el terreno donde
se llevaron a cabo los enfrentamientos se construyó un monumento donde reposan mezclados
los restos de miles de soldados de los dos países, que no pudieron ser identificados.
Europa se haya inmersa en la llamada Gran Guerra, conocida años después como
Primera Guerra Mundial. En todo el continente la juventud europea se desangraba en los
diferentes frentes abiertos, y en uno de ellos la locura de la guerra era particularmente
horrenda, La Batalla de Verdun, que desde que comenzara allá por el mes
de febrero se había cobrado cientos de miles de vidas.
El comandante supremo del Ejército francés, Maurice Gamelin, estaba preparado para
luchar de nuevo según las tácticas de la Primera Guerra Mundial. Seguro de que la Línea
Maginot podría contener a los alemanes en el este, supuso que la ofensiva alemana se
llevaría a cabo por los Países Bajos. La declaración de neutralidad de Bélgica fue un
revés a los planes aliados, que incluían la utilización de ese país como campo de batalla.
Sin dejarse desanimar, los mandos aliados organizaron la nueva línea defensiva
siguiendo la frontera franco-belga, esperando el ataque alemán contra Bélgica para
lanzarse a continuación al encuentro de los invasores. Los Aliados pensaban que tendrían
tiempo para actuar, ya que Bélgica poseía grandes fortalezas defensivas, entre las que
destacaba la de Eben Emael, que debían entorpecer el avance alemán. Contaban con
detener indefinidamente al ejército alemán en el río Dyle, al este de Bruselas.
Su plan, llamado Maniobra Dyle, se iniciaría cuando los belgas pidieran ayuda ante la
invasión alemana. Entonces el I Grupo de Ejércitos entraría en Bélgica y se situaría en
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el sector del frente entre el río Mosa y Amberes, a orillas del canal Alberto. A esta
operación se le agregaría otra más arriesgada, la llamada Variante Breda, en la que el 7.º
Ejército francés avanzaría hasta el centro de Holanda para apoyar al Ejército neerlandés.
De este modo se amenazaría el Ruhr, importante área industrial alemana.Gamelin
consideraba que más tarde, en 1941, Francia estaría en condiciones de lanzar una
importante ofensiva sobre Alemania y la derrotaría. Este plan fue bautizado Plan D, y se
caracterizaba por permitir que el enemigo siempre tomara la iniciativa y por ofrecer
siempre una respuesta defensiva a cualquier maniobra alemana. Por su parte, en la región
de las Ardenas, considerada en todo momento como infranqueable, se colocaron
únicamente dos divisiones francesas de reserva para defenderla.
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ninguna seguridad, saturado como estaba por explosines que desparramaban nubes de gas
tóxico. Al amanecer del 24 de octubre, despues de que último retén contra incendios se
replegase, solo quedó en el interior un puñado de centinelas.
El fuerte Vaux fue construido a finales del siglo XIX y fue mejorado varias veces hasta
1911. Este enclave francés se vio envuelto en la terrible batalla de Verdun, en la Primera
Guerra Mundial. Situado estratégicamente a unos 300 metros de altitud estaba bien
dotado de efectivos y resistió durante tres meses el asedio alemán, hasta que llegaron los
primeros días de junio de 1916.
Los alemanes descargaron durante aquellos meses sus bombas contra el fuerte dañándolo
de manera importante, aunque los corredores interiores se mantenían en buen estado y
eso permitía a los franceses resistir. Entre aquellos hombres que resistieron
memorablemente, guarda especial relevancia el oficial al mando, Sylvain-Eugene
15
Raynal. Él dirigió a la tropa que una y otra vez rechazó las embestidas alemanas, hasta
que la situación fue insostenible.
La batalla del Somme de 1916 fue una de las más largas y sangrientas de la Primera
Guerra Mundial, con más de un millón de bajas entre ambos bandos. Las
fuerzas británicas y francesas intentaron romper las líneas alemanas a lo largo de un
frente de cuarenta kilómetros al norte y al sur del río Somme, en el norte de Francia. El
principal propósito de la batalla era distraer a las tropas germanas de la batalla de Verdún;
sin embargo, las bajas de la batalla del Somme terminaron siendo superiores a las de esta
última.
La batalla es recordada principalmente por su primer día, 1 de julio de 1916, en el que los
británicos sufrieron 57 740 bajas, de las cuales 19 240 fueron mortales. Constituye la
batalla más sangrienta en la historia del ejército británico.
Es difícil decidir si la batalla del Somme fue una victoria de un lado o del otro. Los aliados
fueron contenidos con éxito y sólo lograron un avance máximo de ocho kilómetros,
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mucho menos de lo que tenían planeado originalmente. Sin embargo, examinando las
consecuencias de la batalla a largo plazo se puede decir que reportó más beneficios a
los Aliados que a los alemanes.
El Estado Mayor francés reaccionó ante la contundencia del ataque. Al principio, la inteligencia
francesa creyó que era una maniobra de distracción. El General Édouard de Castelnau envió el
2º Ejército francés, bajo el mando del General Philippe Pétain. Los alemanes avanzaban rápido,
incluso tan rápido que a menudo eran víctimas de su artillería, a pesar de la dura resistencia
francesa. Una resistencia que convierte Verdún en la lucha nacional francesa, Pétain plantea una
defensa basada en la logística, acompañada de una suerte de meteorología y en el error de
valoración de riesgos en el cálculo de Falkenhayn, que no contempló que los franceses podían
responder, produciendo un ingente número de bajas entre los Feldgrauen soldados alemanes. Los
franceses paralizaron la ofensiva alemana con unas pérdidas sangrientas.
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madre británica, lo que comportaba que fuese bilingüe, era artillero de formación y
diplomado por la Escuela Politécnica en 1878. Sirvió
en Indochina, Argelia y China en tanto que oficial de Artillería, siendo ascendido
a general de brigada al mismo tiempo que Pétain en octubre de 1914, al inicio de
la Primera Guerra Mundial.
El 19 de abril de 1916, sucedió a Pétain en el encargo de defender Verdún al frente
del II Ejército francés, y reconquistó a los alemanes los fuertes
de Douaumont y Vaux junto al general Charles Mangin, mostrando ya en ese
instante poco respeto por la pérdida de vidas humanas. A consecuencia de estas
victorias, el 25 de diciembre de 1916, ya que sus promesas de una rápida victoria
sedujeron a la Comisión del Ejército en el Parlamento, reemplazó como comandante
en jefe del Ejército al general Joseph Joffre, ascendido a la dignidad de mariscal de
Francia, pero juzgado demasiado estático y cansado por dos años consecutivos
de guerra de trincheras sin crear ninguna ocasión de penetración decisiva en el
dispositivo alemán.
1.5 Reconquista
Pero la ineficacia de las fortificaciones de Lieja (Bélgica) ante los cañones de asedio
de gran calibre de los alemanes, que incluían el monstruoso obús Krupp (“Gran
Bertha”) de 420mm, hizo que los franceses perdieran la confianza en sus propias
defensas estáticas en Verdun. Por eso, cuando un pequeño destacamento de ingenieros
del regimiento alemán Brandenburg llegó a Douaumont, lo encontró casi desarmado,
apenas ocupado por una mínima guarnición de reservistas, y pudo capturarlo sin
necesidad de combatir por él. La necesidad de recuperar Fort Douaumont tras su
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pérdida en tan vergonzosas circunstancias, se constituyó para los mandos franceses en
una cuestión de orgullo. Lo sometió a partir de mayo y durante meses, a un prolongado
fuego de cañones pesados y lanzó sobre la fortificación sucesivos ataques de infantería.
El comandante francés Sylvain Eugene Raynal llevaba al frente del fuerte Vaux desde
el 24 de mayo. No podía comunicarse con sus superiores porque las comunicaciones
subterráneas por cable habían sido cortadas. Por eso utilizó las palomas mensajeras. La
mayoría de sus hombres habían muerto o estaban heridos. Las tropas alemanas
presentaron honores militares a los soldados franceses supervivientes y el jefe del
ejército alemán en Verdún le entregó un sable de honor al comandante Raynal .
Aunque es 6 de julio la temperatura en el interior de Fuerte Vaux ronda los 10 grados.
El suelo está mojado y el ambiente húmedo te hace tiritar de frio durante el rato que
dedico a visitar los pasillos y las habitaciones subterráneas.
Tuvo que ser espantoso pasar semanas en estas condiciones sobreviviendo al lado de
compañeros que yacían muertos. Los soldados emplearon cloruro de cal para
desinfectar las letrinas y quemar a los fallecidos a falta de sepulturas.
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Al final de una de las celdas una cruz sobre una tumba, a modo de representación
simbólica, recuerda que en este lugar murieron decenas de defensores. Sus cuerpos se
depositaron tras los muros de una capilla.
En la bóveda había orificios de ventilación que tuvieron que ser taponados para que no
sirvieran de entrada a los gases, líquidos inflamables o granadas. El agua se convirtió
en un grave problema y aceleró la rendición.
Nueve pueblos de los alrededores de Verdún fueron completamente destruidos durante
la batalla de 1916. Bezonvaux es una de esas aldeas que en 1913 tenía 150 habitantes.
Su historia está llena de calamidades. En el siglo XVII quedó en ruinas durante la
Guerra de los Treinta Años. Entre 1626 y 1641 la peste diezmó su población
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Una ofensiva francesa limitada en la margen izquierda, en agosto de 1917, prevista por
el general Pétain, se llevó a cabo con una abrumadora superioridad de artillería pesada,
siendo rápidamente recuperados en las colinas de Mort-Homme, así como Cota 304. Más
tarde, en 1918 y hasta el armisticio, el sector de Verdún siguió siendo una zona de
combate activo, donde los dos adversarios nunca dejaron de enfrentarse, con la pérdida
de numerosas vidas en acciones locales. Un cierto descontento había empezado a
propagarse entre los combatientes franceses en el campo de batalla de Verdún en el
verano de 1916. Los signos, interceptados en el correo de los soldados y por escuchas en
las zonas de descanso, pasaron de un cansancio tranquilo a manifestaciones abiertas de
desprecio por el alto mando y los políticos. Por otra parte, la salida del general Pétain de
su comandancia de Verdún el 1 de junio de 1916 y su reemplazo por el general Nivelle
había tenido un impacto negativo en la moral de los soldados. Sólo diez días después de
la sustitución de Pétain por Nivelle, dos tenientes franceses, Henri Herduin y Pierre
Millant, fueron ejecutados por un pelotón de fusilamiento el 11 de junio de 1916, en
Fleury-devant-Douaumont. Las ejecuciones fueron ilegales, ya que se habían llevado a
cabo sin sentencia judicial adecuada, sólo con el consentimiento de Nivelle. Herduin y
Millant habían regresado, desde sus posiciones, junto con los pocos sobrevivientes de su
división, puesto que no habían recibido ayuda desde hacía mucho tiempo y se habían
quedado sin municiones. Diez años más tarde, en 1926, y después de una investigación
que se convirtió en una "causa célebre", el teniente Herduin y el teniente Millant fueron
totalmente exonerados, y sus registros oficiales militares cancelados. El último gran
combate en el sector de Verdún tuvo lugar durante la ofensiva de Meuse-Argonne por
la Fuerza Expedicionaria Estadounidense (AEF) a partir del 12 de septiembre.
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Norte hasta la frontera de Suiza con Francia. Esa línea se mantuvo estática durante la
mayor parte de la guerra.
Entre 1915 y 1917 ocurrieron grandes ofensivas a lo largo del frente. En los ataques se
llevaron a cabo enormes bombardeos con artillería, y grandes movilizaciones de
infantería. La combinación de trincheras, ametralladoras, alambre de espino y artillería
infligieron muchas bajas en las fuerzas agresoras y defensivas. Como resultado, no se
conseguían avances significativos. Entre las más costosas de estas ofensivas estuvieron
la batalla de Verdún, la batalla del Somme y la batalla de Passchendaele —con cerca de
700 000, 1 000 000 y 600 000 muertos respectivamente—. En un esfuerzo por disolver
el estancamiento, este frente permitió la introducción de nuevas tecnologías bélicas,
como el gas venenoso, aviones de combate y tanques. Pero sólo tras la adopción de
tácticas militares perfeccionadas se logró recuperar cierto grado de movilidad.
A pesar del estancamiento de este frente, este escenario resultó ser de decisiva
importancia. El avance inexorable de los ejércitos aliados en 1918 convenció a los
comandantes alemanes de que la derrota era inevitable, y el gobierno se vio obligado a
negociar las condiciones de un armisticio.
Estas dos batallas se convirtieron en simbolo de lo que fue la guerra de desgaste, donde
ambos puntos fueron tomados y perdidos en cuatro ocasiones por cada uno de los
bandos. Eran puntos estrategicos de la lucha por el flanco izquierdo de la principal
batalla de Verdún. Le Mort Homme, le serviria a los alemanes para controlar las baterias
francesas que defendian Verdún, la colina 304 era un emplazamiento de artilleria
francesa que machacaba a las tropas alemanas cuando intentaban tomar Le Mort
Homme.
21-02-1916. La ofensiva alemana en Verdún comienza con una descarga de 1.240
piezas de artillería, que disparan tanto explosivos de gran potencia como bombas de
gas contra una sección de 13 km de la línea de frente francesa del norte de Verdún.
Le sigue un avance de 6000 especialistas de las tropas de asalto alemanas, algunos
equipados con lanzallamas. estos encabezan el avance de la fuerza principal de unos
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140.000 hombres del 5º ejercito del principe heredero guillermo. Los franceses llegan
a perder una porción de tereno frente a estos ataques.
6-03-1916. Empieza la batalla por la conquista de Le Mort Homme. El ataque en la
orilla izquierda lo llevó a cabo el IV Cuerpo de ejército alemán. Simultáneamente los
alemanes lanzaron un ataque en la orilla derecha sobre Fort Vaux. El ataque comenzó
con un impresionante bombardeo preliminar que sorprendió y barrió a la
inexperimentada 67ª división francesa que formaba parte de la primera línea de
defensa. Las tropas alemanas cruzaron fácilmente el Mosa por los pueblos de Brabant
y Champneuville. La respuesta francesa no tardó en producirse. La artillería francesa
situada en el Bois Bourrus abrió fuego, pero el bombardeo no tuvo el efecto esperado.
Los obuses y granadas no explotaban en el terreno pantanoso y cenagoso. Debido al
fallido contraataque, las tropas francesas, desmoralizadas, no pudieron contener el
ataque alemán que se produjo por la tarde y cayeron las posiciones de Forges y
Regneville. Como resultado del avance, la cresta oeste de Côte de l’Oie también cayó
en manos alemanas al atardecer.
Los soldados se escondían y luchaban dentro de los cráteres formados por los obuses
que caían constantemente. Las condiciones de supervivencia rayan lo absurdo: no hay ni
agua, ni víveres, produciéndose escenas dantescas: los hombres son enterrados en vida,
los lamentos de los heridos y agonizantes se oyen por doquier, el hedor de muerte y
podredumbre lo cubre todo. El testimonio de este soldado alemán es ilustrativo del
infierno que supuso la lucha.
CAPITULO IV
Las bajas militares francesas registradas en Verdún en 1916 son de 371.000 hombres,
entre ellos 60.000 muertos, 101.000 desaparecidos y 210.000 heridos. El total de las
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pérdidas alemanas registradas en Verdún entre febrero y diciembre de 1916 son de
337.000 hombres. Las estadísticas también confirman que al menos el 70% de las bajas
Verdún en ambos bandos fueron el resultado de fuego de artillería. El consumo de
munición realizado por la artillería entre el 21 de febrero y 30 de septiembre en Verdún
ascendió a 23,5 millones de proyectiles, la mayoría de ellos (16 millones) arrojados por
los franceses desde 75 baterías que se alinearon alrededor de 1.000 armas de fuego a lo
largo del campo de batalla. Por otro lado, fuentes oficiales alemanas señalan sólo que su
artillería lanzó 21 millones de proyectiles.
El Estado Mayor alemán había elegido Verdún como un objetivo estratégico, en lugar
de Belfort, porque las líneas ferroviarias de ancho normal que pasaban por Verdún se
habían interrumpido anteriormente a la guerra. Una línea procedente del sur en Verdún
había sido cortada en Saint-Mihiel por la ocupación alemana de esa ciudad en 1914. La
línea de ferrocarril que conducía hacia el oeste de Verdún y hacia París se encontraba
bajo observación directa y bajo el fuego de artillería en Aubreville. Por ello los
planificadores alemanes vieron Verdún por lo que casi fue: un saliente cortado en tres
partes, un callejón sin salida, sin comunicación ferroviaria eficaz y, por tanto, una trampa
en la que podían asestar un golpe fatal contra el ejército francés. Lo que no esperaban
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era que, una vez que la sorpresa inicial había pasado, la logística francesa mejoraría con
el tiempo e invalidaría su ventaja inicial. Frecuentemente se señala que Verdún fue una
victoria logística de los camiones franceses sobre los ferrocarriles alemanes.
El éxito del sistema de fortificación fijo condujo a la adopción de la Línea Maginot como
base del sistema defensivo a lo largo de la frontera franco-alemana durante los meses
posteriores a la guerra. Las estadísticas confirman que la artillería francesa y varios
cañones de tren infligieron más del 70 % de las bajas infligidas a los agresores alemanes
en Verdún. La batalla de Verdún siguió siendo un símbolo de la determinación de Francia
durante muchos años.
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CAPITULO II
CONCLUSIONES
La batalla de Verdún es sin duda la más larga de toda la historia, y puede ser
considerada también la más cruel y sangrienta, tanto de la Primera Guerra Mundial
como de cualquier otro conflicto bélico. Concebida por el alto mando alemán como
un medio de “desangrar” a los franceses, pronto se convirtió en una tormenta de
destrucción imparable que devoró a ambos ejércitos, abarcando del 21 de Febrero al
19 de Diciembre de 1916.
Las cifras de bajas fueron escalofriantes, más de 250.000 muertos y 500.000 heridos,
muchos de ellos terriblemente mutilados, cegados por el gas, quemados por los
lanzallamas o enloquecidos por las insoportables condiciones de la guerra de
trincheras. Pueblos enteros desaparecieron, cualquier signo de vegetación fue
arrancado de raíz y lo que antes eran bosques y verdes colinas se convirtió en un
barrizal salpicado de cráteres.
Por encima de todo, Verdún ha perdurado como un constante recuerdo del horror de
la guerra. "Fue una batalla terrible para las unidades de infantería, sometidas a un
fuego de artillería estremecedor.
El siguiente trabajo nos sirvió para refexionar sobre los intereses de otros países en
el tiempo de las guerras mundiales, aquel combate tan absurdo como cruel ha
quedado incrustado en la memoria colectiva francesa como uno de los
acontecimientos más importantes de su historia.
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LISTA DE REFERENCIAS
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conmemora el centenario de la batalla que simboliza el sufrimiento del conflicto,
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ANEXOS - FIGURAS
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