A
.
E
S
T
A
D
O
M
E
N
T
A
L
En el interpretador
existe sin duda una
consti- tución
especial cuya fórmula
trataremos de dar:
hipertrofia e
hiperestesia del yo,
como en los no precisión cercanos a la en ella to- dos los contradice, se detiene
delirantes, grados hipermnesia, que lo recursos de una con aire sorprendido,
muy diferen- tes de seducen a él mismo. dialéctica cerrada. pre- guntándose si
desarrollo intelectual, “Por momentos, dice Avanza de deducción uno es sincero.
desde los débiles uno de nuestros enfer- en deducción, Acumula prueba
hasta inteligencias mos, mi memoria toma confiando en el valor sobre prueba, tiene
superiores. Las una agudeza de sus silogismos para cada objeción
concepciones sorprendente: veo en cuyas premisas son una res- puesta
delirantes, si se el pasado las cosas aportadas por el siempre lista, sabe
analizan, tienen más pequeñas, detalles incuestionable replicar a los argu-
claramente el en los que no pensaba testimonio de los mentos. Cita datos,
carácter de ideas hace mucho tiempo”. sentidos. Todo se precisa los puntos
fijas, predominantes; Haciendo relaciona, todo se más pe- queños,
sin em- bargo, abstracción de las encadena en su histo- aporta declaraciones
incluso en la concepciones ria, ningún detalle es confirmatorias, plan-
exposición de delirantes, los juicios superfluo para él. Si tea dilemas, se
trastornos vesánicos de los interpretadores se lo adueña del hecho
más característicos, se per- manecen más pequeño para
nota la persis- tencia sensatos, sus emplearlo
de la actividad de apreciaciones con habitualmente para su
los centros corticales fre- cuencia justas. causa. Re- curre a las
superiores. La Algunos son finos informaciones de su
interpretación falsa observadores, entorno, de su
aparece exa- gerada, cáusticos e irónicos, familia, subyugados
extravagante pero escribiendo de una con frecuencia por el
raramente absurda; a forma agradable, a vigor de sus razones.
veces se mantiene veces mordaz. La “¿Me quieren hacer
verosímil. capacidad profe- pasar por un
La aparición del sional permanece alucinado? ¡Nunca
delirio no modifica intacta: uno de deliré y nunca voy a
nada la inteli- nuestros pen- hacerlo! Todo lo que
gencia. No hay ni sionados sigue afirmo es exacto: las
trastorno de la dirigiendo una pruebas exis- ten. Si
conciencia, ni con- importante casa mi historia puede
fusión en las ideas, industrial, se lo parecer
tampoco alteración consulta cada vez extraordinaria, todo lo
general de las que hay que tomar que yo cuento es sin
facultades silogísticas; una decisión. embargo verdad!”. Si
el sujeto aprecia Algunos son capaces se le resiste más
exacta- mente los de adquirir nociones abiertamente, si se
hechos que no pone nuevas; aprenden la trata de hacerle ver
en relación con sus jurispru- dencia, la apenas sus errores,
preocupaciones mecánica, lenguas pone la sonrisa
mórbidas. Su memoria extranjeras, hacen irónica de alguien
permane- ce fiel: no trabajos científicos o cuya convicción, que
olvida nada de las literarios. se sos- tiene de
cosas adquiridas con Esta vivacidad en hechos indudables,
anterioridad y sabe la inteligencia se es y permanecerá
sacar provecho de manifiesta inquebrantable.
ello; a ve- ces incluso en la defensa de sus Termina por cerrar la
puede citar una convicciones controver- sia entrando
cantidad de datos y delirantes. Con en un mutismo de
nombres propios con frecuencia, el desprecio, o bien,
una rapidez y una interpretador despliega
atribuyendo la este con- traste
vivacidad de su notado en las
interlocutor a un móvil antiguas
interesado por lo cual descripciones de los
lo pone de ahí en “delirios parciales”,
más, entre sus de la “locura
enemigos. Entonces, razonante”, no se
toda discu- sión con observa en ningún lado
el interpretador es en con tanta fuerza como
vano; por lo co- mún en el delirio de
irrita, jamás persuade. interpretación. Se lo
Los sentimientos encuentra en
afectivos no
presentan nin-
gún trastorno primitivo.
Los enfermos conservan
las mismas relaciones
con sus padres, amigos
y todas las personas
que engloban su
delirio. El amor pro-
pio, el sentimiento de
la dignidad para nada
es alte- rado. Una vez
internado, el sujeto es
sensible a los cuidados
que se tienen por él.
“El paranoico”, dijo
Tanzi, “no siempre es
un hombre de acción
sino que siempre es un
hombre de carácter”.
Los senti- mientos
éticos, estéticos y
religiosos persisten sin
alteración. El humor
varía, como en cada
uno de nosotros, según
las circunstancias o el
estado orgá- nico; él
refleja además el color
que toman las ideas
delirantes: expansivo
en ciertos casos de
megalo- manía; triste y
acrimonioso en los
perseguidos. Pero no
hay nada comparable a
la depresión o a la
eufo- ria, tan
frecuentes en las otras
psicosis.
Esta mezcla de
razón y de sinrazón,
el lenguaje, los “ensalada de palabras” literario. Legrand du Algunos
escritos y la de los dementes Saulle subraya que interpretadores son
conducta de los precoces. Las ciertas denuncias son grafómanos que todos
enfermos. estereotipias redactadas “en los los días cubren con
En general, la verbales, los térmi- nos más fríos, tinta una decena de
conversación de los neologismos, son más medidos, más páginas, envían cartas
interpreta- dores, muy raros. pérfidos. Fre- a todos lados (cartas a
variable según su A los escritos de cuentemente tienen ve- ces estereotipadas)
educación anterior, es los interpretadores una apariencia de y creen tener
fácil, con frecuencia se apli- sinceridad y un aire comunicantes en toda
impregnada de cierto can las mismas de verosimilitud que Europa. Con la misma
refi- namiento, constataciones de entrada po- drían abundancia de de-
apuntando a la negativas: las cons- imponerlos”. talles exponen sus
elegancia y a veces al trucciones gramaticales dolencias al Presidente
énfasis. Algunos no son incorrectas, hay de la República, a los
hablan con una au- sencia de embajadores, a los
abundancia pro- lija: verbigeración, de ministros o a sus
es un flujo de estereotipia verdade- amigos. En general,
palabras inagotable; ra, de neologismos, de redactan e incluso
todo el tiempo tienen signos cabalísticos, de llegan a veces a
incidentes sin que fór- mulas de hechizo imprimir memorias,
pierdan por eso el hilo o de exorcismo. La “confesiones” a me-
de las ideas, y uno se escritura es correcta, nudo muy interesantes
sorprende de verlos sin trastornos gráficos desde todo punto de
orientarse en ese elementales, no vista.
laberinto de hechos: recargada, sin Notemos que estos
agotan al oyente exageración de grafómanos no son
mucho más rápido de palabras subraya- das. siem-
lo que ellos mismos Los enfermos no se pre los más locuaces.
se cansan. Algunos adueñan de Algunos incluso sólo
tienen un lenguaje papeluchos para deli- ran en sus
medido o son de pocas escribir en ellos frases escritos y saben
palabras, juzgando inútil insignificantes o ideas ocultar todas sus con-
detallar acon- delirantes en todos los cepciones vesánicas
tecimientos conocidos sentidos. Su estilo, en los interrogatorios
universalmente. Todos reflejo de su lenguaje mejor dirigidos o en
sa- ben sostener una y estado mental, no las conversaciones
charla sin relación con presenta nada más insidiosas. Una
su deli- rio; hay anormal; éste varía inglesa de nuestro
algunos que tienen solamente de servicio, grafómana
réplicas divertidas, acuerdo a la infa- tigable, de quien
expresiones educación y la casi no se le puede
humorísticas. No los cultura. sacar pala- bra,
vemos interrum- pirse Estos escritos escribe al Presidente
bruscamente en impresionan a de la República: “Pido
medio de una frase veces muy fuer- saber por qué estoy
para interpelar un temente a los padres, detenida por Francia;
individuo imaginario los magistrados, si es porque me
o responder- le, como administra- dores, que ofrecieron la corona
lo hacen los no conciben que un de las islas britá- nicas
alucinados. Nunca alienado pueda ¿Concierne eso a
notamos escribir tan Francia? Pido ser
verbigeración, o la correctamente, incluso tratada como una
además de un modo prisionera de Estado,
envíenme al cas- tillo preocupaciones del
de Fontainebleau”.
Muchos enfermos
cultos, con
2.. Dromard, Ensayo de
pretensiones li- clasificación de los trastornos
terarias exageradas, de la mími- ca en los
componen obras que alienados, Journal de
Psychologie, enero 1906.
no du- dan en
considerar obras
maestras. Poetas
tampo- co faltan: sus
poesías, más o menos
bien hechas según
sus aptitudes,
pueden no tener
ninguna relación con
el delirio; a veces por
el contrario son su
expresión.
El aspecto
exterior, la actitud,
no presentan
nada anormal. No hay
trastornos de la
mímica in- voluntaria
o emotiva (no más
por otra parte que de
la mímica voluntaria).
Como dice
Drommard: “la
mímica permanece
perfectamente normal
en tanto función...
ella se mantiene
adecuada a las
emociones que
exterioriza... ella es
exactamente lo que
sería en un sujeto sano
con el mismo esta- do
de ánimo... La
desconfianza del
perseguido, el orgullo
del megalomaníaco...
en una palabra to-
dos estos estados de
ánimo, no tienen una
ex- presión mímica
diferente de la que
traduciría sen-
timientos análogos de
un sujeto normal”2.
Enton- ces, la
fisonomía refleja las
sujeto. Ella es según el refinamiento, algo que caracteriza el delirio y no tienen
caso, resignada o original en el delirio de influencia sobre su
descon- tenta, seria o vestuario, interpretación es la evolu- ción. Para
sonriente, altanera o excepcionalmente ausen- cia de nada es así en
afable, inquie- ta y excen- tricidades; casi trastornos sensoriales. otras psicosis
crispada o calma y no se ven adornos y Sin embargo, en sistematizadas en
serena. A veces, condecora- ciones algunos casos hay donde estos trastornos
cuando el sujeto salvo en los débiles, alucinaciones: pero dirigen la escena
expone sus e incluso lo hacen ellas no aparecen si mórbida.
interpretaciones, su con discreción; no no con intervalos En otros casos,
fisono- mía toma una tienen esa locura de distanciados, sólo podríamos
expresión maligna, ostenta- ción de los juegan un rol confundir algunos
guiñe el ojo con aire dementes secundario en la interpretadores con
de entenderlo todo y megalómanos. Calmos, elaboración del alucinados, en razón
con la satisfacción de lim- pios, reservados, de su ma- nera de
haber desbaratado higiénicos, se expresarse que se
todas las artimañas y interesan en el presta al equívoco: mu-
ser el único en entorno, en los chos son los que,
adivinar las alusiones hechos cotidianos, interpretando palabras
secretas. políticos u otros; o frases realmente
La conducta de adoran leer, ocuparse percibidas, declaran
estos enfermos, su de varios trabajos. que se los injuria en
manera de Los interpeladores la calle; ya hemos
comportarse en la vida pueden vivir señalado esta causa de
cotidiana, está bajo la mucho tiem- error.
de- pendencia de su po en libertad,
carácter anterior. Es despertando la A
L
decir, que aún aquí atención sólo a U
encontramos sobre través de raras C
I
todo síntomas nega- extravagancias N
A
tivos. La actividad incomprensibles para C
I
motriz no está alterada: el entorno. Sin O
ni tras- torno de la embargo algunos, N
E
voluntad susceptible rápidamen- te S
de influenciar la agresivos, se entregan
E
manera de actuar, ni a la violencia. Estas P
abulia, ni impulsiones; re- acciones, I
S
tam- poco se consecuencia de las Ó
D
observan estereotipias ideas delirantes y del I
C
de actitud o ges- to, carácter anterior, A
estos trastornos contrastan por su S
El delirio de la
reivindicación
Definición
El delirio de reivindicación fue descripto en el con una barrera infranqueable el delirio de in-
extranjero con el nombre de locura de reivindica- terpretación del delirio de reivindicación; por
ción o posesiva, y en Francia con el de locura de esta razón los describiremos paralelamente. Esta
los perseguidos-perseguidores. Estos términos tie- semejanza conserva un carácter provisorio y no
nen una significación menos precisa que la que nos sorprendería que un día la experiencia nos
le atribuimos a la expresión “delirio de demostrara el buen fundamento de la teoría de
reivindica- ción”. Creemos, efectivamente, que los Specht, que clasifica a la locura querulante den-
reivindica- dores constituyen una categoría de tro de la psicosis maníaco-depresiva.
personas neta- mente circunscripta y muy
diferenciada del grupo de los interpretadores. Descripci
El delirio de reivindicación es una psicosis ón
sistematizada, caracterizada por el predominio ex-
clusivo de una idea fija, que se impone al En el delirio de reivindicación encontramos
espíritu en forma obsesiva, orientando sólo la espíritus exaltados, razonadores, exagerados, fa-
actividad mórbida del sujeto en sentido
náticos que sacrifican todo al triunfo de una idea
manifiestamente patológico y exaltándolo en la
dominante, individuos son en su mayoría perse-
medida de los obs- táculos encontrados. El
guidores y perseguidores repentinos; desde el co-
reivindicador se nos pre- senta esencialmente
mienzo eligen a una persona o a un grupo de
como un obsesivo y un ma- níaco. Hay en él
personas que persiguen con odio o su amor enfer-
una combinación íntima de estos dos estados,
mizos, Sin embargo, existen algunos que nunca
que conducen más a un delirio de los actos que a
un delirio de las ideas. Sus tendencias llegan a ser perseguidores ni tampoco reivindica-
interpretativas y su paralógica están menos mar- dores: su exaltación no se ejerce a expensas de
cadas que las de los interpretadores. otra persona sino que se emplea sólo en búsque-
Algunos autores consideran el delirio de rei- das especulativas. A esta psicosis convendría me-
vindicación como un tipo de paranoia mejor es- jor, pues, la denominación de “delirio a base de
bozada que el delirio de interpretación, que éstos representaciones mentales exageradas u obsesi-
encuadran dentro de la demencia paranoica. vas”, empleada por Deny y Camus, o la denomi-
Otros autores (Wallon, Deroubaix, etc.) sólo nación de “delirio paranoico con ideas
establecen entre estas dos formas matices poco prevalentes” adoptada por Dupré. Nosotros
apreciables, confundiéndolas bajo la misma conservamos, por lo breve, el término “delirio
etiqueta. No po- dríamos admitir una semejanza de reivindicación” empleado por Séglas, luego
tan completa. In- dudablemente estas dos por Cullére.
enfermedades tienen en común numerosos A pesar de su aparente diversidad –que sólo
puntos de contacto, pero exa- gerándolos, se debe a la naturaleza de la idea obsesiva y a
podemos dejarnos engañar por sim- ples las formas variables de las reacciones– todos los
analogías superficiales, por apariencias. Los rei- vindicadores son idénticos. Su psicosis se
datos clínicos actuales no permiten todavía separar caracte- riza por dos signos constantes: le idea
prevalente,
la exaltación delicadeza, abusos de No volveremos aquí pervertida. No hay
intelectual. Desde confianza, estafas, sobre el análisis de los ninguna búsqueda ni
este punto de vista, tenien- do síntomas negativos tampoco ninguna
no existe ninguna permanentemente en pues son los mismos acumulación de
diferencia la boca palabras de que los del delirio de interpretaciones en el
fundamental entre un pro- bidad, de interpretación. momento en que el
pleitista dedicado a conciencia y de honor. hecho se produce,
obtener la repara- Un enfermo de 1º) «Idea obsesiva»: en el que la idea
ción de una Kraepelin repentinamente, el surge, cuando la
denegación de justicia encontraba muy reivin- dicador persona se en-
pretendida o real y un perjudicial el atraso de descubre el hecho cuentra inmersa en su
interesado en buscar la llegada de una material o la idea abs- delirio, ahí da libre
le piedra filosofal que postal, mientras que el tracta que dirige desde curso a su
gasta su energía y su incesto con su nuera, ese momento su exaltación. Un
fortuna en varios tra- la malver- sación de actividad proceso perdido, una
bajos de laboratorio, cierta cantidad de he- rencia no
o algún sociólogo dinero, no eran más recibida, un noviazgo
soñador cuyo ardor que ínfimos roto, un adelan- to
lo emplea en pecadillos. Los más retrasado, una obra
propagar sus teorías y violentos se com- desdeñada, un
en apurar su placen en alabar su concurso fracasado,
realización. propia dulzura y un empleo rechazado,
Todos estos quien ha cometido cualquier de- cepción
enfermos son una tentativa de por mínima que sea,
degenerados. Tie- nen asesinato, se a partir del mo-
de ello las marcas sorprende de que se mento en que se le
físicas y mentales: tenga en cuenta un considera
des- equilibrio de sus episodio tan fútil en inmerecida, se
facultades, toda una vida de convierte en una
obsesiones, impul- bondad y caridad. preocupación
siones, perversiones Esta locura moral no obsesiva y pro- voca
sexuales, constituye sin no solamente la
preocupaciones embargo, un carácter necesidad imperiosa
hipocondríacas, etc. in- trínseco del delirio de una revancha sino
Su defecto al juzgar, de reivindicación: también la de infligir
su ines- tabilidad los manifesta- ción de un cas- tigo a la
hace lanzarse a tendencias persona culpable del
empresas temera- individuales, puede no daño. En otras
rias, dilapidar su existir o ser circunstancias puede
fortuna, entusiasmarse reemplazada en ser la sospecha de un
con pro- yectos o algunos des- cubrimiento, una
invenciones reivindicadores al- teoría sociológica,
quiméricas. Algunos, truistas por una misión religiosa
sin embargo, sentimientos éticos que se quiere llevar
testimonian aptitudes hipertrofiados. hasta sus últimas
remarcables: ima- Ante cualquier consecuencias.
ginación brillante, incidente que se Esta idea
produzca, la conductora va
buena memoria,
razonamien- to hábil. psicosis aparece tomando día a día,
Muchos de ellos están inmediatamente con para el reivindicador,
desprovistos de toda sus dos sín- tomas una importancia
noción del bien y del esenciales: 1º) la mayor, un valor
mal, cometen faltas de idea obsesiva, 2º) la desmesurado. Si se lo
wxaltación maníaca. defraudó con una
suma ínfima, se enfermos la
declara víctima de un comprensión
crimen in- audito, imparcial de cualquier
grita acontecimiento que les
escandalosamente y interese. Son incapaces
como no se le presta de discutir: ningún
la atención suficiente argumento los
a sus recriminacio- convence por más
nes, saca como poderoso que sea, si
conclusión que se éste no armoniza con
trata de la co- su estado afectivo.
rrupción universal. El Aceptan sólo los
reivindicador es juicios de las personas
propenso a agrandar
Ios hechos más
simples cuando su
personalidad está en
juego; pero,
remarquémos- lo, no
modifica su primer
significado: la expli-
cación que da no
contraría el sentido
común, no se opone
abiertamente a la
razón. Sus deduc-
ciones serían
justificadas si la
causa no fuere
ínfima, ni el
perjuicio invocado
fuese menos
insignificante. Si por
casualidad el daño
inicial es realmente
considerable, el
reivindicador pa-
recerá un hombre
dotado de una
energía tenaz o de
una tozudez
invencible, pues sus
razona- mientos
serán siempre de una
lógica exacta. Es decir
que la idea obsesiva
del reivindicador no
llega a ser el origen
de un sistema de
interpreta- ciones
delirantes.
Seguramente, no
habría que pedirle
a estos
que los aprueban, obsesión día a día más enorme peso que la fatal la descargue, por
declaran falsos o tirá- nica y no de una ahogaba”, insultando al medio de un crimen,
inexistentes a todos reivindicación legítima juez Lamartine. Mostró del peso y del
los demás. Tienen una de dere- chos claramente este carácter martirio de su
“concepción uni- injustamente obsesivo en Louvel, pensamiento”. Régis,
lateral del derecho”. dañados. Para asesino del duque de quien hizo un estudio
“Un hombre satisfacer esa Berry: muestra a este profundo de los
inteligente hace él obsesión, el fa- nático “dando “regici- das” y de los
mismo su ley”, dice reivindicador descuida vueltas en su estrecha “magnicidas”, los
un enfermo de Forel. su profesión, sin mente una idea mal define como de-
En consecuencia, preocuparse por el concebida, sufriendo generados que,
aparecen en los futuro ni por sus hasta que su mano extraviados por un
reivindicadores verda- deros intereses; delirio reli- gioso o
errores de juicio, sólo lo guía su sed de político, bajo el
interpretaciones falsas venganza, no duda en imperio de una
pero que derivan más sacrificar su fortuna, obsesión a la que no
de la pasión que del su libertad, su familia pueden resistirse,
delirio. Dicen que los y su vida misma. llegan a matar a una
jueces son unos El reivindicador persona importante.
vendidos, que los no lucha contra su Se sabe que las
pro- pios abogados obsesión, características de la
están pagados por sus sólo busca obsesión
adversarios, que los satisfacerla. Pero en son la irresistibilidad,
testigos no hacen más su camino en- la tortura moral
que acumular men- cuentra obstáculos provocada por
tiras, se viola la ley: que lo incitan y le cualquier tentativa de
todo es una comedia provocan a veces una resistencia, el alivio
indigna de la angustia comparable lue- go de su
justicia... Por otra a aquella que satisfacción. Este
parte, en ciertos determine la último síntoma no se
casos, estas acusaciones resistencia interior en manifiesta menos que
contra los jueces o las crisis de los demás en el
del medio, provienen pulsiones. En plena reivindica- dor. En
sólo de la mala fe. batalla, cuando los efecto, su enfermedad
Sandor constituye un fracasos repetidos lo es esencialmente
buen ejemplo de esto: han sobreexcitado, paroxística y es fácil
se sabe que este céle- puede ser asalta- do ver que los períodos
bre perseguidor de por la idea de de remi- sión
ministros del Segundo asesinato: muchas coinciden con un éxito
Impe- rio, reconoció veces se debate parcial de las reivindi-
haber escrito cartas contra este caciones, o se
falsas e inven- tado pensamiento que lo presenta luego de una
completamente algunas invade cada vez más escena de escándalo.
de sus difamaciones. y entonces se Uno de nuestros
¿Acaso la idea presenta como un enfermos acusa a los
conductora que dirige verdadero obsesivo servicios de la
los pen- samientos y ansioso. intendencia militar de
los actos del Una enferma, haberle causa- do un
reivindicador, posee luego de un juicio perjuicio enorme,
los caracteres de la según ella injusto, multiplica sus actitudes,
idea obsesiva? Sin quedó obsesionada y se entrega a
duda, se trata angustiada durante innumerables
efectivamente de una tres meses y terminó, extravagancias hasta el
para “liberarse del día en que realiza su
proyecto, durante audiencias, pasan las
mucho tiempo noches redactando
aplazado, de romper voluminosas memorias,
los vidrios del pre- senta demandas,
Ministerio de Guerra: suscita campañas de
desde ese momento y prensa, hace llegar
durante unos meses peticiones al
permanece tranquilo. parlamento. La menor
R. Lorov dice que el discusión lo irrita: se
perse- guidor homicida deja llevar por violentas
“viendo a su víctima cóleras contra su
vencida, sa- borea un
sentimiento de triunfo
y reencuentra la calma
de espíritu al menos
durante algún tiempo”.
2º) Exaltación
maníaca: El
reivindicador no es
sólo un obsesivo sino
también un maníaco
razona- dor. Los actos y
los gestos de estas
personas no po- drían
ser considerados
exclusivamente como
un modo de reacción a
las concepciones que
los subyu- gan. Las
anomalías de su
conducta tienen otra
causa: Schüle dice:
“Sus pensamientos y
sus sentimientos son
impulsados por una
fuerza maníaca”, con lo
cual coincide Magnan.
La necesidad de pelea,
es uno de los móviles
de sus actos. Animado
por una vanidad
insensata, por un
espíritu de contradicción
sistemáti- co, ávido de
satisfacer su actividad
mórbida, aun al precio
del escándalo, el
reivindicador emprende
mil actividades, escribe
a los personajes de la
actuali- dad, consulta
con abogados, pide
interlocutor: “tiene una roja. Llegan final- degeneramiento y la Después
necesidad insaciable de mente a tentativas de impetuosidad del evoluciona por crisis
rom- per todo lo que chantaje, a las injurias, carácter, el orgullo sucesivas, se- paradas
se le opone”. Fracasos, a las amenazas, a los desmesurado y la por intermitencias
condenas, iniquidades actos de violencia y a suscepti- bilidad más o menos largas
nuevas exaltan su veces se erigen en mórbida. Éstas son las “la marcha de la
combatividad agresiva: justicieros: organizan condiciones habituales enfermedad es
luchar llega a ser para un secuestro y gol- del desarrollo de la básicamente remi-
él no ya un medio, pean mortalmente el psicosis. Luego, desde tente” (Arnaud).
sino el único objetivo que han condenado. el mo- mento en que Durante estas
de su vida. Esta hiper- acontece una causa intermitencias “el
A medida en que actividad no ocasional ba- nal, que enfermo deja de estar
aumenta su puede, en fija la fórmula de la obsesionado, su
excitación, los conse- idea obsesiva, la excitación maníaca se
reivindicadores cuencia, ser asimilada psicosis se manifiesta calma o sólo se
quieren a cualquier a una relación con todos sus manifiesta por medio
precio hacer recaer secundaria y síntomas. de una leve
sobre ellos la atención accesoria: sólo son exuberancia. Está
pública, vistiéndose contingentes los contento consigo
con ropa extraña, modos variables a mismo, no lamenta sus
tirando tiros al aire través de los cuales tribulaciones pasadas,
cuando pasa el se manifiesta; pero se alegra con sus
Presidente (falsos en sí misma sigue pequeños éxitos y
“regicidas” de Régis): siendo una de las ex- declara estar preparado
otros individuos presiones esenciales para sostener
presentan su de la psicosis. nuevamente la lucha.
candidatura en las Pero apenas aconte- ce
eleccio- nes. Se hacen E cualquier incidente, su
arrestar esperando v humor belicoso se
comparecer ante un o
des- pierta; llevado por
tribunal; buscan l
una nueva obsesión,
u
introducirse cerca del retoma sus fuerzas y
c
Presiden- te de la se deja llevar por su
i
República: hasta llegan ó agitación”.
a redactar escritos y n La marcha
carteles difamatorios; progresiva del
imprimen afiches, El delirio de delirio se acelera a
hacen distribuir reivindicación tiene través de estas
panfletos en la vía una evolu- ción remisiones y estos
pública. El aspecto de estrechamente ligada paroxismos al-
estos panfletos es a por un lado a la ternantes. El enfermo
veces en sí mismo irresis- tibilidad de la agranda el círculo de
característi- co: cada idea dominante, y por sus reivindicaciones.
uno de sus alegatos otro lado a la Pasa de un proceso a
está seguido por los persistencia de la otro, y a medida que
términos “cuyo exaltación mórbida. le deniegan sus
testimonio... pruebas... No hay en su demandas, éstas van
sic.”; la ma- yoría de evolución ninguna fase tomando mayor
las frases están determinada. El importancia. Las
subrayadas dos, tres o comien- zo es súbito. injusticias se acu-
cuatro veces; ciertas Lo único que permite mulan, la cantidad de
palabras están escritas preverlo son los jueces venales, de
con ca- racteres signos de aboga- dos indignos,
especiales o con tinta de testigos falsos, no
deja de au- mentar. Si que aumentar le
se le brinda ayuda, excitación de los
cree que es una reivindicadores.
nueva prueba de que Envían protestas,
está en su derecho, amenazan a los
que se lo teme, y así médicos que incluyen
continúa su campaña. entre sus enemigos,
Muy fomentan el desor-
frecuentemente la den, recriminan sin
excitación se pone cesar, dirigen
al servicio de ideas denuncias a las
obsesivas más o autoridades. Son
menos imbricadas. considerados, con
Nuevos reclamos se justicia, los en- fermos
suman a los ante- más difíciles de los
riores. El reivindicador asilos, más aún por su
deja de lado el hecho
real que orientó su
delirio para afirmarse
en pretensio- nes
imaginarias que
defiende con la
misma ener- gía. A
veces ya no es un
daño personal lo que
lo obsede, sino la
injusticia en general.
Asume el rol de líder
del derecho y el
defensor de los
oprimi- dos. Este rol
desinteresado que se
atribuye, le da una
idea aún más
encumbrada de su
personali- dad, se
cree un instrumento
de la Providencia, se
proclama “el mártir de
la verdad”. Pero si
con el tiempo las
ideas de orgullo
alcanzan un grado
extremo, no llegan
nunca sin embargo a
verda- deras
concepciones
delirantes, a la
megalomanía, como
sucede con los
interpretadores.
La internación,
generalmente, no
hace más
lucidez, ya que Ziehen, de que el contrario, del altruismo: sus ideas egoístas, a la
llegan a ser tomados delirio de de donde tenemos: 1º) defensa de sus propios
por vícti- mas de un reivindicación puede un delirio de intere- ses.
secuestro arbitrario. curarse. reivindicación Generalmente es el
Encuentran Habría que señalar egocéntri- ca: 2º) un enemigo de una
defensores en la prensa aquí los accidentes delirio de persona por la cual se
y también en el que pue- reivindicación altruista. cree perjudicado, de la
Parlamento. El delirio den ocurrir y modificar En los casos tipo justicia que lo condena,
de reivindicación, tipo momentáneamente la de la primera de la sociedad que no
de locura convincente, marcha del delirio de variedad, en la responde a sus lla-
puede extenderse a reivindicación; pero base de la psicosis mados. Se conduce
todo el medio, puede nos bastará con remitir yace un hecho como un ser insociable,
arrastrar multitudes. al lector al parágrafo determinado, ya sea persegui- dor agresivo y
Un enfer- mo de que consagramos a daño real, o una llega a ser rápidamente
Forel, un médico, fue este tema en el delirio interpretación sin peligroso.
elegido diputado; se de interpretación. Sólo funda- mento: el El delirio de
escribió una novela notemos que accesos enfermo apunta sólo a reivindicación altruista
sobre su caso y logró súbitos interpretativos y la satisfacción de se basa, por el
miles de firmas para aun alucinantes pueden contrario, en una idea
pedir en su favor. acontecer a título abstracta y se tradu-
¿Cómo termina el episódico. Finalmente, ce en teorías sobre la
delirio de po- dría suceder que un ciencia, la filosofía, la
reivindicación? Por delirio de interpretación polí- tica, la religión,
regla general debe siguiera a un delirio de etc. Inversamente, a
admitirme que es un reivindicación o se los anterio- res, que
estado cró- nico asociara a él (forma son siempre
incurable, pero nunca mixta de transición). Las perseguidores en
se encamina hacia la analogías etiológicas de conflicto con los
de- mencia. estas dos psicosis, demás, éstos,
Efectivamente, esta explican estas dominados aún por
psicosis es considerada transformaciones. pre- ocupaciones
como “un estado altruistas, son a
mórbido continuo del V veces soñadores
carácter”, como la a inofensivos o aún
manifestación de una r filántropos generosos,
i
personalidad psico- nocivos sólo para
e
pática, incapaz de ellos mismos y su
d
modificarse en su a familia, a la que de-
esencia. d jan en la ruina:
Pero si en vez de e sacrifican su fortuna
considerar esta s en la impre- sión de
personalidad numerosos escritos, en
en mí misma se sigue El delirio de la preparación de
la evolución de los reivindicación reviste experiencias múltiples,
síntomas que hemos aspectos va- riados en el ardor de su
definido, se percibe según la naturaleza de proseli- tismo. A
que, a la larga, la la idea prevalente; se menudo es verdad,
hiperestesis efectiva se puede en principio su exaltación, su
atenúa, la excitación establecer dos grandes apego a utopías que
dismi- nuye y termina divisio- nes, según que tratan de realizar por
por desaparecer. En esta idea provenga todos los medios,
este sentido, es justo únicamente del hace de ellos
llegar a la conclusión egoísmo o por el fanáticos temibles.
con Wernicke y
Estas dos grandes o menos violentas de
variedades se algunos individuos que
encuentran en cierto “expropiados sus
número de bienes, rechazan
subdivisiones que acertar la cosa juzgada,
aún es posible considerándose
describir en el delirio despojados y siem-
de reivindicación, pre legítimos
según la fórmula de la propietarios” (Régis).
idea obsesiva. En esta categoría,
“La idea de hay que incluir a los
perjuicio” es la más perseguido- res
frecuente y convierte “hipocondríacos”, que
al enfermo en un acusan al médico que
perseguido-posesivo: los
los “procesivos” son
los más característicos
de los reivindicadores.
La causa accidental del
delirio es, según
Krafft-Ebing, o bien un
proceso perdido o
bien el rechazo de
pretensiones audaces.
Lejos de reconocer que
su causa injusta estaba
destinada al fracaso,
estos enfermos imputan
su falta de éxito a la
parcialidad, a la
corrupción de los
jueces. Sus apelaciones
son cada vez más
voluminosas, sus
demandas están
atiborradas de
invectivas contra los
Tribunales,
engendrando nuevas
represiones que los
irritan. Llegan a
cuestionar no sólo la
equidad sino también
la validez de los
juicios adversos, se
niegan a pagar la
multa, se libran a la
acción.
Bajo el nombre de
“delirio razonador de
des- pojo”, varios
autores describen las
reivindicacio- nes más
atendió, no cesan de No insistiremos El reivindicador, fuera están mucho más
reclamar los daños y aquí sobre el de lo que concierne a marcados en el
perjuicios y no temen diagnóstico del de- lirio su sistema delirante, reivindicador; lo
hacerse justicia por de reivindicación con perma- nece calmo y mismo sucede con los
medio de un crimen. ciertos estados dispuesto a vivir trastornos de la
Una “idea psicopáti- cos como los tranquilo; el pseu- do- afectividad. Este último
ambiciosa” puede episodios de reivindicador se pelea aparece sobre todo
también obsesionar al reivindicación que pue- siempre con todos. como un espíritu
reivindicador, provocarle den encontrarse en la Sólo exaltado,
reacciones violentas y exaltación maníaca, en examinaremos en este imperiosamente
con- vertirlo a veces en algunos degenerados y párrafo los signos dominado por su pa-
un perseguidor finalmente con las diferenciales que sión; el interpretador
homicida. Puede por tendencias proce- sivas, separan el delirio de como un espíritu
ejemplo creer que una el espíritu pleitero de reivindica- ción del falso, diri- gido por
mujer se fija en él y individuos a los cuales delirio de sus tendencias
en- tonces el enfermo no se puede, con este interpretación. Las dos paralógicas.
la persigue solo signo, considerar catego- rías de En el primero, no
asiduamente, con car- psicópatas. enfermos tienen se descubre un tema
tas o amenazas En cuanto a los puntos en común por deliran- te en
(reivindicadores pseudo- la analogía de sus desarrollo progresivo,
enamorados), o aun reivindicadores, anomalías sino una serie de pe-
puede tener la idea de Krae- constitucionales; sin ríodos de excitación
una misión que tiene pelin, los considera embar- go, los estigmas que sobrevienen
que cumplir, ya sea como anormales que físicos y mentales de cuando los hechos
social o religiosa presen- tan rasgos degeneración reales emocionan
(reivindicadores po- comunes con los profundamente al
líticos o místicos). reivindicadores para- sujeto. En el segundo,
Algunos regicidas noicos (alto concepto es una verdadera
entran en este grupo; de sí mismos, novela vesánica
también se encuentran susceptibilidad largamente preparada
aquí inventores, refor- despertada por el que se va agrandando a
madores, anarquistas, menor perjuicio, causa de la irradiación
profetas, taumaturgos, imposibilidad de progresiva de la
fanáticos de cualquier respetar y concepción pre-
tipo (Régis). Señalemos comprender los dominante y la
también ciertos literatos derechos de los proliferación de las
incomprendidos que demás). Pero en los interpretacio- nes
persiguen con su odio a pseudo-reivindicadores, delirantes. El delirio
los editores culpables no habría verdadero de reivindicación
de haber rechazado sus delirio, ni desarrollo tiene como punto de
obras. progresivo partida una idea fija:
introduciéndose en un el delirio de
D punto de partida único interpretación sólo
i de naturaleza llega secundariamente
a vesánica, al cual las a la idea fija, luego
g de una lenta
personas vuelven
n incubación.
siempre, ni habría
ó En numerosos
incorregibilidad
s casos, el reivindicador
t absoluta.
Estos individuos se distin- gue del
i
son predispuestos interpretador con la
c
patológicos, tienen una misma facilidad que
o
inclinación invencible del alucinado. Cuando
hacia las peleas, pero el interpretador se
sin asociación de delirio. contenta con vivir su
sueño delirante sin El reivindicador,
pasar a la acción, por el contrario,
nunca se lo considerará reencuentra el
como un reivindicador; sentido común desde
esta asimilación se el momento en que
produce sólo si se su pasión declina: con
convierte en un la mente fría ya no le
perseguidor. Pero, de divier- te más
la misma manera que elaborar nuevas
no se piensa en ficciones, ni
describir aisladamente reflexionar sobre los
a los alucinados hechos pasados
perseguidores, no se para encontrarles
debe dar un valor explicaciones
esencial a las fantásticas.
reacciones episódicas
del interpretador.
Este enfermo, en
efecto, reacciona
como un alucinado:
cuando siendo
injuriado, responde
con una amenaza y
aún, si su carácter lo
predispone, puede
llegar a ensañarse
contra sus
pretendidos enemigos.
Obedece entonces a
un móvil podero- so:
defiende su honor, su
libertad, su vida. Es
por una causa fútil,
por el contrario, que
el reivindica- dor se
desgasta en esfuerzos
múltiples, sacrifica su
honor, su libertad, su
vida. La excitación del
inter- pretador es
siempre transitoria, a
veces muy pasa- jera;
la del reivindicador
está siempre en
primer plano, forma
parte intrínseca de su
anomalía. Aún cuando
recupera la calma, el
interpretador no aban-
dona sus quimeras y
fuera de los
paroxismos inter-
currentes establece la
sistematización de su
delirio.
Sería sorprendente tos de sus adversarios, relacionan mu- cho o contrario, el
que una persona como sucede en todos poco con su problema interpretador no se
lúcida, en conflicto con los estados pasionales, y, sin deformarlos, los preocupa en absoluto
el mundo exterior, no conserva la noción toma como otros por la significación real
interpretase a su exacta del medio que tantos argumentos a su de sus lecturas, porque
manera, bajo la lo rodea, no se deja favor: sin duda, los para él es un juego el
influencia de su idea llevar por ilusiones de entiende mal algunas cambiarlas: puede ser
obsesiva y de su estado falso reconocimiento, veces y no teme des- un hecho policial
pasional, los ni se desvía nunca figurar a su arbitrio las anodino o un aviso o
acontecimientos que lo hacia el delirio prescripciones de la cualquier pasaje o una
afectan. Lo mismo metabólico o ley, ni tampoco crearse expresión banal el que
sucede aún en estado palignóstico. No se lo un código personal, llama su atención y a
normal, bajo la in- ve tergiversar un siempre alrede- dor del veces reúne en una
fluencia de estados incidente cualquiera ni sentido general del frase enigmática para
emocionales. En caso interpretar texto que estudia. Por cualquiera que no sea
semejante el erróneamente las el él, palabras dispersas
reivindicador comete conversaciones de la tomadas de varias
pues errores de juicio, gente, los juegos o las colum- nas. Nunca el
pero estas canciones de los niños. reivindicador dirá que
interpretaciones falsas Ignora las per- tal diario, con una
no sobrepasan un secuciones físicas y no tirada de miles de
cierto límite: atribuye a maniobras ejemplares, fue impreso
permanecen tene- brosas la menor sólo para él o es
estrictamente de sus sensaciones. imposible de conseguir
circunscriptas al Tampoco tie- ne ideas para cualquier otra
objetivo de sus afanes. de grandeza persona; el
Por ejemplo, en caso propiamente dichas; interpretador no dudará
de per- der un juicio, no se atribuye riquezas en formular con la
acusa a jueces y colosales, no reniega mayor sangre fría y la
abogados de parciali- de su fami- lia, no se más firme convicción
dad o de corrupción, y disfraza con títulos una conclusión tan
al salir del tribunal, imaginarios, no se monstruosa. Tales
interpreta mal los proclama rey. En el diferencias pa- recen
gestos o lar palabras reivindicador están mostrar que se está en
de los auditores. A ausentes, en resumen, presencia de dos cate-
veces, sus acusaciones las interpretaciones gorías de enfermos
tienen un carácter tal múltiples que el profundamente distintos.
que no se sabría decir interpretador hace a Para captar bien estas
si dependen de la propósito de las más diferencias, es
falsedad del juicio o de insignifi- cantes importante no creer
la mala fe. En suma, se impresiones sinóni- mas las
mantiene siempre en el sensoriales, sensitivas o denominaciones delirio
terreno de las cenes- tésicas, actuales de reivindicación y
realidades, mientras que o pasadas. locura de perseguidos-
el interpreta- dor se Comparemos por perseguidores. No será
pierde cada vez más ejemplo las super- fluo, pera
en el campo de las conclusiones que terminar, insistir aún
concepciones cada uno de estos sobre este punto.
manifiestamente enfermos saca de la La mayoría de los
delirantes. lectura de los diarios. El individuos
El reivindicador, reivindicador se descriptos como
aún conforma con subrayar perseguidores
desnaturalizando y coleccionar noticias, familiares no están
los ac- artículos que se afectados, según
nuestra opinión, de exci- tante y se ve
delirio de inmediatamente cómo
reivindicación sino más difiere de la del delirio
bien de delirio de de reivindicación,
interpretación. El donde un daño míni-
epíteto de mo pero real, tiene un
“perseguidores” eco exagerado en la
exclusivamente activi- dad porque a
sintomático, sólo tie- ne esto se agrega una
en cuenta las exaltación es-
reacciones. Hecha la pontánea,
abstracción de esta independiente de este
apariencia –sin valor móvil.
nosográfico– el delirio
de interpretación Traducción
aparece en estos corregida por
sujetos, con sus in- Silvia Salvarezza
terpretaciones
múltiples, su
sistematización, su ex-
tensión progresiva,
ningún punto de
partida exacto, ningún
estimulante real, sino
una serie de inferen-
cias y deducciones
basadas en hechos
disfrazados.
He aquí por
ejemplo, una enferma
que, gra- cias a varias
frases escuchadas, a
miradas signifi-
cativas, a miles de
detalles reveladores,
se cree hija de un
obispo y privada de
una gran herencia por
sus padres adoptivos:
se irrita con ellos y ter-
mina por pegarle un
tiro a su padre. Es una
perse- guidora
familiar, pero es ante
todo una delirante, y
si sus recriminaciones
no fueran
injustificadas, su
agresión sería tal vez
explicable. La reacción
es aquí, en cierta
medida,
proporcionada a lo