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reseña

POLÍTICA CONTRA GERENCIA:


MEMORIAS DE UN HOMBRE DEL PETRÓLEO
Gustavo Coronel: El petróleo viene de la luna: una novela del petróleo venezolano.
Edición del autor. 2010.

TOMÁS STRAKA, profesor de la Universidad Católica Andrés Bello.

E n 1974 Venezuela vivía uno de los


debates más grandes de su historia.
Por lo que estaba en juego (nada menos
gonistas centrales en el pensamiento y
en las luchas políticas venezolanas del
último siglo, al menos de ese «siglo XX
la Agrupación de Orientación Petrolera
(Agropet), cuya primera reunión tuvo
lugar en el Hotel Tamanaco de Caracas
que su destino como colectivo), solo es corto» que en Venezuela va de 1936 a el 27 de marzo de 1974.
comparable con las disputas de la inde- 1998. Tales luchas parecían coronarse Agropet anunciaba fisuras en el
pendencia y de la conquista; pero, por con la nacionalización que finalmente aparente consenso de la nacionaliza-
su amplitud (contada por el número de se decreta en 1974 y entra en vigencia ción, que entonces pasaron inadver-
venezolanos participantes), ninguno el 1 de enero del año siguiente. tidas, pero que treinta años después,
había sido tan amplio hasta el momento Ante hechos de tal envergadura durante las huelgas petroleras y la crisis
(ni lo ha sido desde entonces). los técnicos de la industria petrole- política de 2002-2003, demostraron ser
Una sociedad alfabetizada, una ra sentían que algo debían decir. En el centro de las disputas por el control
democracia que aparentemente había efecto, su situación (lo que incluía un y los modelos de país que entonces se
vencido a todos sus enemigos, con muy respetable temor por su destino contraponían (y que en buena medida
buena parte del pueblo organizado profesional) parecía estar en cierta siguen haciéndolo). Tales fisuras deja-
en partidos políticos, con influyentes minusvalía. No es que no habían sido ban ver las contradicciones entre dos
medios de difusión masiva, con una llamados a la discusión. Eso había ocu- formas de ver lo que era y lo que debía
libertad de expresión que en general rrido. Incluso el presidente Pérez y el ser Venezuela.
era respetada, permitía la participación general Rafael Alfonso Ravard, primer La dicotomía aparente entre la ge-
de todos los sectores, incluyendo a la presidente de la estatal que asumió el rencia y la política, entendida como ca-
mayor parte de los que se declaraban control de las compañías concesiona- bildeo y pérdida de tiempo (al estilo de
antisistema. Estos hablaban desde sus rias, fueron enfáticos en defender la la «poca política y mucha administra-
curules en el Congreso, desde sus cá- meritocracia de los técnicos y exper- ción» de Porfirio Díaz) entre los «geren-
tedras universitarias, lo hacían en la tos en el área. Pero, dentro del gran tes» y los «burócratas» que durante la
prensa, publicaban libros, incluso for- debate, estaban lejos de contar con rebelión de los petroleros contra Hugo
maban parte de la amplísima comisión los medios con los que los políticos, Chávez alcanzó su clímax, aunque ve-
nombrada por el presidente Carlos An- intelectuales y académicos influían en nía incubándose casi desde los inicios
drés Pérez para analizar la decisión que
se avecinaba. !UNQUEELVEREDICTODE'USTAVO#ORONELFRENTEALANUEVA0DVSA
Después de sesenta años trans-
formando cada ángulo de la vida ve-
ESMUYNEGATIVO VEiLASSEMILLASDELFRACASOwENLADÏCADA
nezolana, la industria petrolera estaba DE
en vísperas de pasar a manos del Esta-
do. Era, como anunciaba un libro que la opinión pública. Ante ellos, parecían de la industria, con la nacionalización
por aquella época gozaba de bastante unos convidados de piedra. Además, empezó a revelarse en toda su grave-
atención, un asunto de vida o muerte en el clima de exaltado nacionalismo dad. Políticos y gerentes no estarían en-
(Arturo Uslar Pietri, Petróleo de vida o del momento, sufrían la desventaja de frentados en una mesa de negociación:
muerte, Caracas, Editorial Arte, 1966): llevar el sambenito de «agentes del im- tendrían que arreglárselas para trabajar
nada menos que el porvenir del mode- perialismo», «pitiyanquis», «defensores juntos. No fue fácil. Para los petroleros,
lo de vida de Venezuela, su consuma- de los intereses foráneos», los herede- las decisiones políticas, que no respon-
ción definitiva como Estado-nación, ros —peor, los herederos venezolanos, dían necesariamente a criterios técni-
la prueba de que la democracia podía una especie de cipayos— de aquellos cos, representaban un inconveniente,
hacer grandes cosas; de que, a pesar de gringos de caqui y salacots que en las una especie de abuso por parte de igno-
todo, el venezolano no era un fiasco décadas de 1910 y 1920 encarnaban al rantes con poder, de holgazanes inca-
como pueblo. imperialismo en los campos petroleros. paces de producir riqueza que estaban
Desde imágenes apocalípticas y El protagonismo que la izquierda había cada vez más ávidos de dinero. Para los
admoniciones morales sobre lo que la adquirido durante el debate no hizo políticos, los petroleros nunca enten-
riqueza petrolera podía hacerle al país sino abonar esta visión. Así las cosas, dieron que las cosas habían cambiado,
(o ya le había hecho), hasta un nacio- los que mejor conocían la industria que ya no eran gerentes de transnacio-
nalismo capaz de impulsar esa unidad eran los menos oídos en la discusión nales, que debían responder a grandes
nacional por la que las élites venían sobre la nacionalización, o al menos intereses nacionales que iban más allá
pugnando desde la independencia, el eso fue lo que concluyeron los emplea- de la rentabilidad del negocio. Sus an-
petróleo había sido uno de los prota- dos de las compañías cuando crearon helos de autonomía eran convertirse en

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un Estado dentro del Estado, como los cos nacionalistas como Mario Briceño- temeroso de las polémicas. El talante de
definió Gonzalo Barrios. Iragorry hasta, naturalmente, todo el sus artículos durante los últimos años
Las consecuencias han sido mu- piélago de los marxistas, sino también frente al régimen chavista es básicamen-
chas: desde la ruptura del equilibrio de gente de a pie que por distintos moti- te el mismo que tuvo ante las adminis-
poderes entre el Estado, las empresas vos se sintió perdedora o excluida de la traciones de Pdvsa que, en la década
privadas y la sociedad civil, cuando bonanza petrolera, tuviera o no razón de 1980, le parecieron erráticas y que
el primero logró controlar la princi- en sus conclusiones. marcaron su salida de la estatal. Eso,
pal fuente de riqueza nacional, con La polarización que, a diez años en buena medida, apuntala su estatura
su subsecuente impacto para la salud del paro petrolero, sigue existiendo moral, incluso si no se está de acuerdo
de la democracia, hasta las implica- en Venezuela puede entenderse por con sus ideas.
ciones en inversión y producción. En estas dos formas de ponderar los últi- Para el venezolano de hoy —en-
este sentido, Agropet es el antecedente mos cincuenta o sesenta años de his- frentado a la dicotomía de una «nueva
más claro de lo que sería la «Gente del toria, el proyecto de país desarrollado Pdvsa» que nada bueno ve en la ante-
petróleo». Uno de sus principales pro- durante ese tiempo y los valores que rior y se declara radicalmente distinta
motores, Gustavo Coronel, fue quien llevó adelante. Otro tema clave es el de ella, y la Pdvsa profesional y exito-
impuso esta categoría en los artículos del nacionalismo venezolano. Como sa que según otro sector existió hasta
que sobre el tema publicaba en la fa-
mosa revista Resumen de Jorge Olava- 2ECURRIENDOAUNHETERØNIMO "ERNARDO-ATEOSLOCUALLEPER-
rría a principios de la década de 1980. MITE ENCIERTOSCASOS DESDOBLARSEYHABLARDESÓMISMOEN
En un extremo del mapa político-
ideológico estaban los intelectuales del
TERCERAPERSONA 'USTAVO#ORONELVANARRANDONOSOLOSUVIDA
Partido Revolucionario Venezolano DEiHOMBREDELPETRØLEOw SINOTAMBIÏNLAHISTORIADELAINDUSTRIA
(una escisión del Partido Comunista PETROLERAQUEVIVIØYPADECIØ
que no depuso las armas) que en el
periódico Ruptura proponían la estati- con todo, hay diversas formas de ser 2003 y se contrapone a la «nueva»,
zación radical como una palanca para nacionalista. Hay un nacionalismo — ineficiente y corrupta— tal vez lo pri-
llegar al socialismo. En el otro estaba el llamado «negativo»— que se centra mero que llame la atención sea la ima-
Agropet, preocupada por mantener en la defensa de determinados valores gen que Coronel da de Pdvsa. Aunque
la industria fuera del alcance de los patrimoniales, indistintamente de lo su veredicto frente a la nueva Pdvsa
políticos, dedicada exclusivamente que tengan de «tradición inventada». es muy negativo, ve «las semillas del
al negocio petrolero y subordinada a Existen otros —como los liberales— fracaso» (así se titula un capítulo, pp.
criterios técnicos y gerenciales. Entre que entienden la transformación radi- 304-326) en la década de 1980. A par-
ambos había una amplia gradación de cal de la sociedad como la prueba in- tir de la gestión de Humberto Calderón
tendencias que le daban un peso ma- superable del amor a la patria: hacerla Berti (uno de los grandes villanos del
yor o menor a lo técnico y a lo político a imagen de los países más modernos libro), describe una empresa cada vez
en su visión de la industria estatizada. y poderosos. Aunque desde la desco- más dominada por los políticos y sus
No es, por lo tanto, cualquier cosa que lonización en la década de 1960 casi cálculos, en contravía a lo prometido
en 2002-2003 los dos grandes ideólo- todos los nacionalismos combinan un por Carlos Andrés Pérez. ¿Continuida-
gos del petróleo del chavismo hayan poco de ambas cosas, hay una dife- des entre la «nueva» y la «vieja» Pdv-
sido, precisamente, los del PRV, Alí rencia, por poner dos casos extremos, sa? ¿2003 como el puntillazo final de
Rodríguez Araque y Bernard Mommer; entre ser nacionalista como Kemal Ata- un control político sobre los gerentes
mientras que sus contrincantes adop- turk y serlo como el Ayatola Khomeini. iniciado con Calderón? Una herejía
taran para sí el nombre que Coronel Las memorias que Gustavo Coro- para ambos bandos que es necesario
ideó para quienes compartían el espíri- nel (1934) publicó en forma novelada estudiar y muestra hasta qué punto
tu de Agropet: Gente del petróleo. en 2010 —el libro no tiene pie de im- Coronel escribe sin ataduras.
«Gerentes» y «políticos» respon- prenta, pero tal es la fecha del prólogo, Con su salida de Meneven en 1987,
dían tendencialmente —porque no a cargo de Antonio Pasquali— consti- por no prestarse a lo que dibuja como
eran grupos químicamente homogé- tuyen una fuente de gran importancia un negociado de bienes raíces, Coronel
neos— a modelos contrapuestos de para el estudio de estos problemas. Re- llega a su punto de no retorno con la
modernización que fueron desarrollán- curriendo a un heterónimo, Bernardo estatal. Pdvsa comenzaba a ser víctima
dose desde la década de 1920, en es- Mateos (lo cual le permite, en ciertos de lo que llama «la contaminación al re-
pecial entre quienes llegaron a formar casos, desdoblarse y hablar de sí mismo vés»: en vez de «contagiar al resto de la
la Gente del petróleo, inspirados en el en tercera persona), Gustavo Coronel administración pública con los buenos
capitalismo occidental (sobre todo el va narrando no solo su vida de «hom- hábitos gerenciales imperantes de la in-
estadounidense) y sus valores, frente a bre del petróleo», sino también la his- dustria petrolera» (p. 350), la industria
quienes por diversas razones no se in- toria de la industria petrolera que vivió se contagió con los malos hábitos de la
corporaron a esta forma de entender al y padeció. En especial, pudiera leerse administración pública. Esta idea atra-
mundo, lo hicieron parcialmente o in- como una de las primeras historias — viesa todo el libro y probablemente sea
cluso albergaron resentimientos frente acaso la primera— que de Pdvsa se han la nuez del pensamiento de los gerentes
a ella. Entre estos últimos se encontra- escrito. Naturalmente, es la visión de un del petróleo. Lo señala cuando rememo-
ban no solo quienes ideológicamente hombre, y de uno, además, que siem- ra sus días en la Shell y los encontrona-
eran en mayor o menor medida antica- pre tuvo posturas claras ante las cosas zos que tuvo con los funcionarios del
pitalistas y antiliberales, desde católi- y que nunca ha parecido especialmente Ministerio de Hidrocarburos; después,

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cuando no logró aclimatarse al clima de- pezaron a pujar —sobre todo lo intentó nación norteamericana, sino un
masiado burocrático de la Corporación Nelson Rockefeller— por hacer de Ve- “soldado” al servicio de cierta ma-
Venezolana de Petróleo; y finalmente, nezuela un modelo de nación capitalista nera de vivir… podría argumen-
con la nacionalización y el proceso de moderna en América Latina. Mejorar tarse que regresaba a Venezuela
organización de Pdvsa, en el que tuvo su imagen y atajar el nacionalismo —y convertido en un “pitiyanqui”»
un papel muy importante racionalizan- después el comunismo— estuvo entre (p. 71-72).
do su estructura con diversas fusiones sus objetivos, pero no debe reducirse a
de las pequeñas empresas estatizadas. esto el proyecto. Muchos venezolanos lo Gustavo Coronel cumplió su come-
Para Coronel hay dos grupos cla- apoyaron con entusiasmo. tido. Dedicó su vida a transformar el
ramente diferenciados: la «gente del La «gente del petróleo» —no debe país según sus ideales. Primero en la
petróleo» y la «gente del gobierno». olvidarse que Agropet fue fundada por industria petrolera (en la Shell, que lo
Los políticos y los burócratas no siem- empleados de las compañías priva- llevó a Holanda y a Indonesia, la CVP
pre son deshonestos o malintenciona-
dos. Pero, en general, son ignorantes y
con el tiempo, bien por patrioterismo i!LREGRESARA6ENEZUELA;DE%STADOS5NIDOS= PUDIERADECIRSE
(al cabo otra forma de ignorancia) o ERAUNhSOLDADOvALSERVICIO NODEUNAIDEOLOGÓACAPITALISTAO
por envidia, comenzaron a actuar en
contra de la industria: IMPERIALISTA COMOSUELESERDElNIDALANACIØNNORTEAMERICANA
SINOUNhSOLDADOvALSERVICIODECIERTAMANERADEVIVIRxPODRÓA
Los políticos venezolanos se pare- ARGUMENTARSEQUEREGRESABAA6ENEZUELACONVERTIDOENUN
cen a la bruja de Blanca Nieves. hPITIYANQUIvw
Esta bruja tenía el espejo que co-
menzó a decirle la verdad, que
existía alguien más bella que ella. das— se sentía llamada a desempeñar y Pdvsa), después en la Corporación
La bruja rompió el espejo en mil un papel protagónico en la moderni- Venezolana de Guayana y finalmente
pedazos… una parte del mundo zación del país; y en eso eran since- al frente del puerto de Puerto Cabello.
político ha comenzado a resentir ramente nacionalistas (a lo Ataturk). Aunque tuvo oportunidades en el ex-
a la industria petrolera porque ella Coronel expresa algunas convicciones terior, algo siempre lo llamó de retorno
constituye el espejo en el cual esos de base de este nacionalismo: al país, a pesar de los desencantos con
sectores se ven como son: medio- la realidad, de los encontronazos con
cres, pequeños, deshonestos, in- 1. La industria petrolera es la base otras «maneras de vivir» tan distintas a
capaces de construir el país que de todo cuanto Venezuela pro- la suya y tan poco proclives a la trans-
debe construirse (p. 297). gresó en el siglo XX: «algún día, formación que se había propuesto. A
por supuesto, se sabrá exactamen- veces sus sinsabores recuerdan los de
Como todos, Coronel tiene su pan- te quiénes contribuyeron más al otros «civilizadores» venezolanos que
teón personal de héroes y villanos. Los progreso de Venezuela y de sus en el siglo XX llegaron a declarar el fi-
primeros son generalmente «gente del habitantes: si quienes laboraron nis patriae para ellos. Pero, a diferencia
petróleo» (técnicos, eficientes, traba- incesantemente en la industria del protagonista de Ídolos rotos, insistió
jadores) y los segundos, básicamente, petrolera para que el país pudiese mientras pudo.
políticos. Radamés Larrazábal y Godo- tener una inmensa riqueza en sus Con la llegada de Hugo Chávez
fredo González, por ejemplo, están en manos o aquellos, quienes desde todo lo que la Gente del petróleo as-
villanía casi tan abajo como Calderón la tribuna política y académica piraba o representaba pareció venirse
Berti. Alberto Quirós Corradi, Guiller- atacaron a la industria» (p. 125). abajo. Aún no se sabe quién reirá de
mo Rodríguez Eraso o Siro Vásquez 2. Los petroleros son una minoría último, pero para Coronel fue el mo-
son héroes indiscutidos. Por Alfonso trabajadora sobre la que descansa mento de emigrar, aunque no de dejar
Ravard, Carlos Andrés Pérez y Arturo el resto de un país básicamente de luchar. Sus artículos y este libro lo
Uslar Pietri hay respeto. A Juan Pablo improductivo: «Bernardo se sentía demuestran. Más allá de que sus opi-
Pérez Alfonso y Luis Beltrán Prieto Fi- como miembro de una élite que niones sean polémicas y, según el caso,
gueroa les reconoce méritos y honesti- generaba la riqueza que la mayo- hallen detractores y aplausos, vale la
dad, pero lamenta que sus derroteros ría de sus compatriotas se limitaba pena leerlas como el testimonio —apa-
ideológicos les impidieran entender a gastar, con frecuencia de manera sionado e intenso— de medio siglo de
bien las cosas. En el gobierno de Luis insensata o poco transparente» (p. historia venezolana.
Herrera Campins no parece haber ha- 147). Conseguir el libro no es fácil. Es
bido nada alentador. 3. Los petroleros habrían de ser los una limitada edición financiada por el
Lo más grave del asunto es que civilizadores del siglo XX, los que autor que ojalá sea reeditada de mane-
esos políticos son, en buena medida, llevarían a Venezuela una nueva ra comercial. Según se lee en el blog
expresión de la Venezuela «no petro- forma de vida superior cuyo me- de Coronel (http://lasarmasdecoronel.
lera». Cuando Coronel habla del «país jor modelo es Estados Unidos: blogspot.com) hay que escribirle a Elio
que debe construirse», al que hay que «Al regresar a Venezuela [de Es- Ohep, editor de www.petroleumworld.
«contagiar» con las virtudes de la indus- tados Unidos], pudiera decirse, com (editor@petroleumworld.com) o
tria, está expresando una visión que fue era un “soldado” al servicio, no de al autor (gustavocoronelg@hotmail.
incubándose en la compañías petroleras una ideología capitalista o impe- com) para obtenerlo. Ojalá muchos se
desde la década de 1940, cuando em- rialista, como suele ser definida la animen a hacerlo.

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