"La Liturgia es el ejercicio del sacerdocio de Jesucristo. En ella, los signos sensibles
significan y cada uno a su manera realiza la santificación del hombre, y así el
Cuerpo Místico de Jesucristo, es decir, la Cabeza y sus miembros, ejerce el culto
público íntegro. En consecuencia, toda celebración litúrgica, por ser obra de
Cristo sacerdote y de su Cuerpo, que es la Iglesia, es acción sagrada por
excelencia, cuya eficacia, con el mismo título y en el mismo grado, no la iguala
ninguna otra acción de la Iglesia" (SC 7).
3.-En la acción litúrgica, Cristo y los cristianos, que forman el Cuerpo Místico,
ejercen el culto público.
4.-Es la acción sagrada por excelencia, que ninguna oración o acción humana
puede igualar por ser obra de Cristo y de toda su Iglesia y no de una persona o un
grupo. Para asimilar mejor los conceptos que nos revelan la importancia de la
liturgia, citamos otro texto del Concilio:
Hoy en día podríamos decir que LITURGIA : Es el conjunto de signos y símbolos con los que la
Iglesia rinde culto a Dios y se santifica.
Son siete momentos de oración en el transcurso de cada jornada, según aquello que dice el salmo: “Siete
veces al día te alabo por tus juicios que son justos ” (Salmo 119, 164).
De esos siete momentos hay dos que son principales y se consideran como ejes de toda la Liturgia de las
Horas:
Laudes y Vísperas.
Facilitador: Pbro. Alejandro Hernández.
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Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe – Barcelona
Escuela Parroquial de Formación. LA LITURGIA.
Sábado 03 de Febrero de 2018.
Se refiere a las más variadas prácticas y expresiones católicas de culto privado (personal o comunitario)
prestado a Dios, a los Santos, a las cosas santas y a la Virgen María.
El Papa Pablo VI en la exhortación apostólica Evangelii nuntiandi, (08/12/1975) decía que “la piedad
popular expresa una sed de Dios que solamente los pobres y sencillos pueden conocer” (EN 48).
La piedad popular o comúnmente dicha religiosidad popular ha estado presente en el culto cristiano
desde el comienzo de la vida de la Iglesia y es parte de la realidad de los sacramentales.
¿Que son los sacramentales?
Los sacramentales son signos sagrados, muchas veces con materia y forma, por medio de los cuales se
reciben efectos espirituales y que son actos públicos de culto y santificación.
LOS SACRAMENTALES:
Ellos fueron instituidos por la Iglesia, a diferencia de los sacramentos, que fueron instituidos por Cristo.
Tienen ciertas semejanzas con los sacramentos.
Son signos de la oración de la Iglesia y nos disponen para recibir la gracia.
Ejemplos de sacramentales:
El agua bendita y todo tipo de bendiciones con agua bendita (de imágenes, de casas, de niños, enfermos,
ancianos, familias, del campo, de alimentos, de vehículos e incluso de animales…), la imposición de ceniza al
comienzo de la Cuaresma, las palmas del Domingo de Ramos, las velas encendidas, las exequias y los ritos
funerarios, la veneración de la Cruz, de María y de los santos …y, por extensión, muchas devociones de la
religiosidad popular como peregrinaciones a santuarios del Señor o de María, vía crucis, procesiones, etc.
También hoy los sacramentales tienen gran importancia en los sectores populares, concretamente en
América Latina y el Caribe. En Navidad, muchas veces el centro de la celebración lo constituye la bendición
del Niño Jesús que luego será venerado en la familia durante las fiestas navideñas. En Cuaresma, la ceniza
goza de gran popularidad. En el Domingo de Ramos, seguramente la fiesta más popular de todo el año,
para el pueblo es la fiesta de las palmas que luego llevan a sus casas y guardan durante todo el año con
devoción. En el Jueves Santo, en muchos lugares el centro de la atención popular los constituye el lavatorio
de los pies, ceremonia que para la Iglesia antigua tenía valor de sacramento en algunos lugares. El Viernes
Santo se centra para el pueblo en el via crucis, adoración de la cruz y en procesiones del santo sepulcro,
más que en la solemne liturgia de la pasión. En la Vigilia pascual, lo que atrae más al pueblo es la fogata
inicial y las velas que llevan con devoción a sus casas, lo mismo que el agua bendecida de la liturgia
bautismal.
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Facilitador: Pbro. Alejandro Hernández.
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¿ Qué es Culto ?
Culto: Es la reverencia que damos a Dios, a la Virgen y a los Santos.
Latría o adoración:
Culto que sólo se debe a Dios por tener la excelencia
absoluta e infinita, y a su Hijo Jesucristo resucitado.
Hiperdulía:
Veneración especial a la Virgen María, considerada
el ser más grande en gracia y amor, después de
Jesús.
Dulía:
Veneración que se hace a los ángeles,
a los santos y a los beatos en proceso
de santificación, por la excelencia de
sus virtudes.
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Así sucede también con la liturgia, pues tiene su “año”, como el año civil.
El cristiano entra en contacto con todos y cada uno de los misterios salvíficos de la
vida de Jesucristo, especialmente de su Muerte y Resurrección a través del año
litúrgico, no como un simple recuerdo, sino como actualización, aquí y ahora, de su
Salvación.
En la práctica esto tiene que ver mucho. Por ejemplo, pongamos el ejemplo de
Navidad, tan popular entre nosotros, pero que, desafortunadamente, la gente piensa
que es la fiesta más importante incluso más que la Pascua y que la Semana Santa.
Una celebración que no “despegara” de la imagen del niño Jesús, no iría en el
sentido de la fe, pero se vería gravemente mutilada si no se contemplara, al mismo
tiempo, el destino del Hombre Dios, que adquiere toda su dimensión en el sacrificio
pascual.
Por otra parte, si nos fijamos en los datos de la liturgia, no podemos mutilar el
misterio de Navidad, ya que celebramos en ella la Eucaristía, que es la Pascua de
Cristo. Podemos decir que el año litúrgico es una “anámnesis” perpetua.
“Anámnesis” significa memoria, conmemoración, recuerdo. Todas las fiestas se
celebran en las tres dimensiones del tiempo: ayer, hoy y mañana. Por ejemplo,
Navidad: Cristo hace dos mil años, viene hoy a nosotros (por la Iglesia, por la
conversión… ), volverá algún día…
No cabe aquí detallar cada una de las fiestas o de los tiempos litúrgicos. Nos
conformaremos con subrayar lo esencial de cada uno.
El año litúrgico tiene una estructura que distribuye y articula las celebraciones de la
comunidad cristiana, siguiendo unos períodos de tiempos variables, según su
situación en el año o ligados a determinadas fechas del calendario, es decir propio
del Tiempo y Santoral.
Durante los primeros siglos, por la exigencia de preparar a los bautizados para los
sacramentos de la iniciación cristiana (Bautismo, Confirmación y Eucaristía), y la
incorporación de los penitentes a la comunión en la Iglesia en la mañana del Jueves
Santo, se estableció un tiempo más extenso para prepararse a la Pascua, basado
en los cuarenta días o años de la Biblia, llamado Cuaresma.
Al final del siglo IV, como el ciclo pascual tenía una larga preparación, también se
introdujo una preparación para la celebración del nacimiento de Jesús, y surgió así
el tiempo de Adviento.