Abstract
1. Introducción
Como aporte a la notable reseña realizada por los autores del artículo
central, Nancy Hornberger y Serafín Coronel-Molina, y a partir de un breve
informe sobre la situación del quechua en Argentina – con particular énfasis
sobre el dialecto de Santiago del Estero (SDE) – señalaremos aquellas
cuestiones que a nuestro criterio resultan controversiales en el análisis de las
acciones de mantenimiento y revitalización del idioma quechua.
2. El contexto geográfico
5. Dislocación y sustitución
interna desde las regiones más alejadas hacia las cabeceras de los
departamentos. Coincidimos con Hornberger y Coronel-Molina en que
muchas veces la decisión de abandonar la lengua es por motivos
económicos – la necesidad de insertarse en los medios de producción – y
no tanto por vergüenza lingüística.
Dislocación física: La sobreexplotación forestal, la tala indiscriminada
de los montes y la salinización de la tierra contribuyen a la arriba
mencionada dislocación demográfica.
Dislocación social: en SDE, no hay posibilidades de mejorar ni
económicamente ni socialmente. Prácticamente no hay industrias, la
mayoría de los pobladores son empleados públicos. Se trata de una
economía de subsistencia y en las zonas rurales por lo general la
producción es para autoconsumo. Algunos de los indicadores socio-
económicos básicos para SDE (correspondientes al año 2000), dan
cuenta de las consecuencias del modelo de exclusión implementado en
la última década: el 55,9% de la población (unas 403.028 personas) está
por debajo de la Línea de Pobreza; los hogares con necesidades básicas
insatisfechas son el 33,6%; la población en viviendas deficitarias es el
61,3%; el índice de analfabetismo es el 8,6% (Alderetes 2001: 37-38).
La destrucción del sistema público de salud, consecuencia de un
capitalismo deshumanizado, afecta principalmente a los sectores más
pobres de la sociedad, de allí la elevada tasa de mortalidad infantil
(29%).
Dislocación cultural: Esto comienza con la prohibición de hablar
quechua en el período colonial. En el siglo XX será la prohibición de
hablarlo en las escuelas. Otras dislocaciones culturales son: la
sustitución de la religiosidad aborigen por la católica, la falta de escuelas
en número suficiente, y los efectos de la globalización.
6. Dislocación y revitalización
española hasta el siglo XVII, ¿cómo se explica que cambiaran su lengua por
el quechua?
Tradicionalmente se ha sostenido que son siempre las circunstancias
externas las que inciden en la decisión, consciente o inconsciente, tanto
individual como grupal, de cambiar una lengua por otra. La aserción de
Crawford que son finalmente las personas mismas, y no las circunstancias
las que escogen cambiar o mantener los idiomas, nos plantea algunas dudas
acerca del grado de generalidad que tiene su hipótesis. Cuando Crawford
dice que "el cambio de idioma es muy difícil de imponer desde afuera"
(2000: 78), estamos de acuerdo en que esto es particularmente cierto
cuando en una comunidad hay una conciencia de la vinculación entre
identidad étnica y lengua, y esta conciencia genera una gran resistencia de la
comunidad al avasallamiento de su identidad cultural. Se produce entonces
una reacción en defensa de su lengua que ayuda a su supervivencia. Sería
lógico esperar, por lo tanto, que la falta de esta conciencia incidiera
negativamente en el mantenimiento de la lengua. Sin embargo, en SDE, allí
donde la lengua pervive, no se observa que la población establezca una
vinculación entre identidad étnica y lengua, nunca hubo una resistencia a los
intentos de suprimir la lengua ni una lucha organizada en defensa de la
misma.
En nuestra opinión, la sustitución lingüística es un proceso que registra
avances y retrocesos, cuyas características van cambiando en función de las
circunstancias históricas en que se desarrolla. En otras palabras, los factores
que determinan la sustitución lingüística, están cambiando
permanentemente, y su dinámica guarda relación con la dinámica de los
cambios que afectan a la sociedad en su conjunto. Por ello, al analizar lo que
actualmente ocurre con el quechua de SDE, habría que distinguir dos
situaciones: una en la cual el hablante tiene la posibilidad de elegir con
ciertos grados de libertad (en el matrimonio mixto, podría enseñar a su
esposa e hijos pero opta por no hacerlo; en misa podría rezar en quechua
pero opta por hacerlo en castellano), y otra situación en la que los hablantes
no tienen poder de decisión. En este último caso, los hablantes son objeto de
circunstancias externas cuya intensidad, en última instancia, será la que
determina el cambio. Por ejemplo, los actuales modelos económicos de
exclusión, en los cuales los "quichuistas" no han tenido intervención ni
tienen posibilidades de modificar, provocan dislocaciones sociales que
conducen a la pérdida del idioma sin que los hablantes puedan hacer algo
para remediarlo. Cuando la desobediencia a una prohibición, explícita o no,
de hablar una lengua, implica grandes perjuicios para una persona, la opción
del idioma es una opción falsa, porque optar es poder elegir, y en una
8. Conclusión
Referencias