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Sistemas

Ergonomía
Sistemas
No cabe duda de que el hombre es el principal componente del sistema PM
y que no ha podido crearse aún un sistema que sea capaz de reemplazar su
capacidad creadora. La posición que ocupa el hombre en el sistema es su
misma razón de ser.

Aunque toda obra humana tiene el fin de servir al hombre (visión


antropocentrista), muchas veces sucede lo contrario. En algunos casos, se
diseñan máquinas, herramientas, instrumentos, instalaciones, entre otros,
sin tener en cuenta las limitaciones y capacidades del hombre (visión
maquinocentrista), lo que provoca molestias e incomodidades tanto físicas
como psíquicas y la creación de agentes nocivos que ponen en riesgo su
salud mental y física, entre otras deficiencias. Por esta razón, se considera
muy importante que el profesional o especialista diseñe su sistema P-M a
base del conocimiento de las capacidades y limitaciones igual o mejor con
relación a las mismas máquinas (Barrau et al., 1999).

Sistemas funcionales del hombre


Los seres humanos somos sistemas complejos, integrados por sub-sistemas
interrelacionados que persiguen un objetivo definido, en un cierto
ambiente. Algunos de los sistemas son: cardiovascular, respiratorio,
nervioso, sensoriales, entre otros. Estos sistemas forman parte de otros
sistemas mayores que lo contienen y a los cuales pertenecen; pueden
interactuar con diversos sistemas similares (con otros hombres) o
diferentes, como por ejemplo: el vehículo, herramientas, muebles, entre
otros. En el momento en que tú estás leyendo, por ejemplo, se conforma un
sistema P-M que está integrado por el lector, el libro, la mesa y la silla, la
música, la iluminación, la temperatura, entre otros.

Desde el punto de vista del ergónomo, se puede representar al hombre y su


entorno de la siguiente manera:
Figura n° 1: El ser humano es un sistema

Fuente: Elaboración propia.

Las características principales de los diferentes sistemas que conforman al


hombre son:

Sistema músculo-esquelético

El sistema músculo-esquelético, también llamado sistema de palancas, se


compone de:

• Músculos

• Tendones

• Huesos

Su función es realizar los movimientos y esfuerzos necesarios para la vida


diaria. Cuando los músculos se encuentran realizando ejercicio físico
intenso, colaboran con el corazón en el trabajo de bombear sangre. Este
sistema está sostenido por la columna vertebral, que contiene a la médula
espinal, cuya función es conectar el sistema nervioso central y el sistema
nervioso periférico. Mientras los demás sistemas funcionen correctamente,
el sistema musculo-esquelético garantizará el trabajo físico.

Es relevante destacar que el trabajo puede cambiar el cuerpo. Los músculos


y los huesos pueden modificar su estructura en un plazo largo, con el fin de
adaptarse a los requerimientos de una actividad. Un ejemplo ilustrativo es
la comparación de la estructura muscular y ósea de un fisicoculturista con la
de un corredor o una persona sedentaria.

De acuerdo con su fisiología, el trabajo puede ser estático o dinámico.


Generalmente, el trabajo estático es más perjudicial, ya que provoca una
reducción del flujo sanguíneo en el musculo y, por ende, el suministro de
oxígeno y alimento, la eliminación de los residuos metabólicos. Por el
contrario, el trabajo dinámico favorece todos estos procesos.

Otra diferencia importante es que el trabajo dinámico recorre dos procesos,


el de contracción y su posterior relajación. En cambio, el estático permanece
en constante contracción. También ocurre que cuando se realizan trabajos
dinámicos que exigen una alta frecuencia de contracciones, estos acaban
siendo dañinos para la salud, situación similar a la elevada frecuencia del
trabajo estático.

Para realizar un correcto diseño de un puesto de trabajo o una aplicación de


métodos de trabajo, es fundamental tener en cuenta las relaciones entre
este sistema y los demás con los que se vincula, con el fin de evitar realizar
movimientos, posturas o esfuerzos inadecuados que resultan perjudiciales
para la salud.

Sistema respiratorio

Su función principal es entregar aire fresco al cuerpo humano mediante el


suministro de oxígeno desde los alveolos de los pulmones hacia el sistema
cardiovascular, y tomar de éste el CO2 (dióxido de carbono) para expulsarlo
del organismo junto con otros residuos.

Cuando el cuerpo demanda más oxígeno para realizar un trabajo físico o por
alguna situación de conmociones o emotiva, el sistema aumenta su
frecuencia de trabajo.

Sistema cardiovascular

Se encuentra compuesto por el corazón, las venas, las arterias y los capilares.
Su función es ser el transportista del organismo. Reparte por todo el cuerpo
el oxígeno –que se lo proporciona el sistema respiratorio a través de los
pulmones–, los alimentos y otros elementos que le entrega el sistema
gastrointestinal. Cuando la corriente sanguínea regresa, transporta las
sustancias residuales del proceso metabólico para su expulsión del cuerpo
mediante el sistema respiratorio.

Por otro lado, el sistema cardiovascular cumple la función termorreguladora


del cuerpo, es decir que conserva el calor en ambientes fríos y lo refresca en
ambientes calurosos.

Sistema nervioso

Conformado por el Sistema Nervioso Central (SNC) y el Sistema Nervioso


Periférico (SNP). Es el encargado de tomar las decisiones, es decir, es el que
controla el cuerpo. El SNP le proporciona la información al SNC, que recoge
todos los rincones del organismo y distribuye las órdenes para el correcto
funcionamiento de éste.

Todos los subsistemas del cuerpo están relacionados entre sí, por lo que
todo lo que suceda en uno de ellos, repercutirá en los demás. Es así como
los estados psíquicos y las emociones pueden alterar condiciones físicas del
organismo, y viceversa.

Otros: sistema P-M


El análisis de las condiciones de los ambientes humanos, así como los
productos, servicios, las máquinas y el comportamiento en la utilización de
los mismos, junto con las capacidades y limitaciones de las personas, han
permitido llegar a la conclusión de que el planteamiento del sistema P-M fue
una condición fundamental para el desarrollo de la Ergonomía.

El análisis sistémico de las interacciones P-M contempla el conjunto de


elementos que interaccionan de manera dependiente y que persiguen uno
o varios fines comunes. Se puede considerar al sistema P-M como un todo,
y su estudio profundiza en las limitaciones a que éste se encuentra sometido
debido a la persona. Son interacciones organizadas para cumplir con ciertos
objetivos que previamente fueron programas de forma operativa.

El objetivo de la Ergonomía es optimizar las respuestas del sistema P-M.


Dada la complejidad de los subsistemas, se requiere de un estudio
exhaustivo del mismo.

Un sistema P-M se constituye por dos o más elementos que interaccionan


entre sí. Por un lado, se encuentran las personas, que pueden ser una o más;
y por otro lado, las máquinas, que también pueden ser una o más. El sistema
posee un objetivo determinado y se desarrolla dentro de un ambiente
(Barrau, Gregori et al., 1999). En la figura n° 3 se presentan gráficos
explicativos sobre las relaciones que pueden darse en el sistema.

Algunos ejemplos que cita el autor que ha realizado el cuadro son:

• en el ítem a podría representar a una persona con un martillo;

• en el ítem b podría representar a tres personas dentro de un


automóvil;

• en el ítem c podría representar una operaria controlando telares;

• en el ítem d podría representar una partida de cartas.

Figura n° 3: Sistemas P-M

Fuente Barrau, Gregori et al., 1999, p. 1

La Ergonomía puede ser entendida como un campo de investigación y


práctica que posee una interdependencia con los proyectos de puestos de
trabajo y ocio. Estos deberán respetar y adecuarse a los límites de capacidad
de respuesta humana.
A partir de la cantidad de datos e investigaciones realizadas en este campo,
el rol del ergónomo se rige por la selección de criterios. Algunos criterios
pueden aplicarse por ejemplo:

• en la selección de variables oportunas;

• en la selección del equipo humano que llevará a cabo el proyecto;

• en la selección de tablas y matrices;

• otros.

Debido a la cantidad de información y conocimientos que desarrollan las


diversas disciplinas existentes:

… el ergónomo se ve obligado a generar una estrategia válida


que le permita acceder a la información relevante al caso con
el mínimo esfuerzo, para poder disponer de los
requerimientos funcionales que debe cumplir el proyecto,
manteniendo el grado más bajo de saturación de los canales
perceptivos de los usuarios, y respetando las
compatibilidades funcionales con el resto de productos y
servicios que ya figuran dentro del sistema. (Barrau, Gregori
et al., 1999, p. 24).

Para poder comprender parte de la interfaz persona–máquina, se presenta


la Ergonomía geométrica. La misma interviene “en el diseño de los espacios,
máquinas y herramientas que conforman el entorno de la persona” (Barrau,
Gregori et al., p.29). En otras palabras, son los mecanismos que se utilizan
para lograr cubrir sus necesidades tanto laborales como recreativas o de
descanso.

El sistema P-M, como se mencionó anteriormente, está conformado por el


usuario en su entorno y por el conjunto de herramientas y máquinas, en
donde no solamente se presentan interacciones de las variables, sino que
existen también relaciones sinérgicas.
Una clasificación común de estos sistemas se efectúa en función del grado y
calidad de interacción entre el usuario y los elementos que actúan en el
entorno. Los tres tipos básicos de sistemas de interacción son:

• Manuales.

• Mecánicos.

• Automáticos.

Sistemas manuales
Su principal característica es que el mismo usuario es quien suministra toda
la energía para el funcionamiento y controla de manera directa los
resultados. Algunos ejemplos de ello son: una persona con un martillo o
andando en bicicleta, un albañil construyendo una pared, entre otros.

Sistemas mecánicos
En este tipo de sistemas las máquinas o alguna fuente externa son las que
aportan la mayor cantidad de energía para el funcionamiento. El usuario
sólo aporta una cantidad limitada de energía, y recibe la información del
funcionamiento de forma directa o a través de dispositivos. A partir de esta
actuación, puede así controlar y regular el sistema.

Un ejemplo ilustrativo de este tipo de sistemas, es la conducción de un


automóvil. En este caso, el conductor recibe información tanto de los
elementos intrínsecos del vehículo –como por ejemplo: potencia, velocidad,
etcétera–como del mismo entorno–por ejemplo: las carreteras, otros
vehículos, las señales de tránsito, entre otras–.

Los controles del sistema son los pedales de aceleración, freno y embrague,
el volante de dirección, palancas para accionar las luces y la de cambio de
velocidades, entre otras. Su resistencia, color, textura, posición y altura,
posibilitan al conductor calibrar el grado de fiabilidad del sistema,
constituyéndose así un proceso de retroalimentación.

Todos estos componentes, junto con las características antropométricas


(que se tratarán en el módulo 3) proporcionarán el producto de las variables,
que serán analizadas en el sistema mecánico conductor-vehículo.
Sistemas automáticos
En teoría, los sistemas automáticos o de autocontrol deberían tener la
capacidad de autor regularse. Sin embargo, en la práctica esto no sucede de
tal modo, ya que no existen sistemas que sean automáticos completamente
sino que siempre es necesaria la intervención humana por lo menos para las
funciones de supervisión y mantenimiento. Por ello, en realidad son
sistemas semi-automáticos, como por ejemplo: los satélites o las sondas.

Los sistemas P-M se conforman por la interacción de subsistemas de los tres


tipos nombrados anteriormente.

Para un diseño adecuado un sistema P-M, es necesaria: la identificación de


las funciones, jerarquización de las mismas y su reparto entre el usuario y la
máquina. Un aspecto importante a considerar son las ventajas y limitaciones
(ergonómicas, sociales, tecnológicas y económicas) de asignar una función a
la persona o a la máquina (Barrau, Gregori et al., 1999).
Figura n° 4: Tipos de sistemas según la función de la persona

Fuente: Barrau, Gregori et al., 1999, p.30.


Referencias

Barrau, B. P., Gregori, T. E. & Mondelo, R. P. (1999).Ergonomía 1, Fundamentos


(3°Ed.). México: Alfaomega, Ediciones UPC.

Farrer, F. (1997).Manual de Ergonomía. Madrid: Mapfre.

Fernández de Pinedo I. (1987).Ergonomía: Condiciones de Trabajo y calidad de


vida. Barcelona: INSHT.

Guélaud, F. (1988).Para un análisis de las Condiciones de Trabajo (LEST). Buenos


Aires: Humanitas.

McCormick, E.J. (1980) Ergonomía. Barcelona: Gustavo Gili.

Organización Internacional del Trabajo (OIT). (2014). La Salud y la Seguridad en el


Trabajo. ERGONOMÍA. Colección Módulos. Recuperado de http://goo.gl/lJ4yIW

Pheasant, S. (1988). Bodyspace. Anthropometry, Ergonomics and Design.Londres:


Taylor & Francis.

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