DURANTE la década de los noventas una parte significativa de las grandes ciudades
argentinas encararon la elaboración de sus planes estratégicos. Pasado cierto tiem-
po de estas experiencias es posible ponderar sus efectos, constatando si han con-
tribuido a una mejor comprensión de la realidad y si han tenido capacidad de
anticipar el desarrollo de determinados procesos. También resulta útil evaluar si la
aplicación de este método ha permitido una efectiva participación de la sociedad
local y si han derivado en acciones que impliquen transformaciones sustantivas de
la estructura de la ciudad o de las condiciones de vida de sus habitantes. Por últi-
mo, valdría la pena observar si estos planes logran convertirse en un eje de la ac-
ción de gobierno, si han logrado tener continuidad a través de los sucesivos
mandatos, si han modificado el tipo de práctica de la sociedad política o si han
contribuido a estructurar las reivindicaciones de la sociedad civil.
ANTECEDENTES
La mayor parte de los trabajos publicados en la década de los ochentas que daban
cuenta de las perspectivas del planeamiento en América Latina coincidían en seña-
lar la inoperancia de los planes libro, la necesidad del planeamiento participativo y
la necesidad de introducir nuevas modalidades de desarrollo del plan que permitie-
ran articular planeamiento, gestión y participación.
La experiencia de los PAI (Plan de Acciones Inmediatas) en cuanto al crecimien-
to de la movilización barrial en la España de fines de los setentas, marcaba una nue-
va línea de acción que vinculaba la práctica del planeamiento con la emergencia de
1
Este texto toma como base los trabajos desarrollados por los estudiantes de urbanismo,
Liliana Martucchi, Leonardo Fernández y Silvana Jazbek, de la Universidad Nacional de Gene-
ral Sarmiento, Argentina.
*
Investigador de la Universidad Nacional de General Sarmiento y profesor titular de
Planeamiento Urbano en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Buenos Aires.
[297]
298 ALFREDO GARAY
2
Recuerdo (con cariño y gratitud a México) que en ese tiempo pudimos encarar la experien-
cia de los programas de barrio de Coyoacán, que a través del desarrollo de talleres y asambleas
permitió reformular el Plan Parcial de Desarrollo Urbano de la Delegación, que había sido elabo-
rado por una consultora privada y las oficinas centrales del DDF.
3
Fundamentalmente la ley 8912 que regula los procesos de ordenamiento urbano en la
Provincia de Buenos Aires y el código de planeamiento urbano de la Municipalidad de Buenos
Aires.
4
De acuerdo con la Constitución Nacional, el pueblo sólo se expresa a través de sus repre-
sentantes.
Revisión crítica de los planes estratégicos desarrollados en Argentina 299
5
Fue por ejemplo el caso del Instituto Superior de Urbanismo, una antigua institución de la
Facultad de Arquitectura de la Universidad de Buenos Aires, que encaró un cambio de programa
e incorporó profesores que encaraban este pensamiento.
6
Réplica local del concurso organizado en Madrid que tuvo al frente Eduardo Leira en tanto
responsable de la Cooperación Española.
7
Hector Poggiese escribirá en el número 1 de la revista Cambios que: “los talleres de
planeamiento y gestión configuran un intento sistemático y concertado de planeamiento
participativo definido desde un área de gobierno municipal y orientado a implementar una forma
diferente de articulación entre comunidad y gobierno local, cuyos objetivos generales son incor-
porar proyectos locales al presupuesto municipal e instalar en la sociedad el debate sobre la des-
centralización”.
8
Aproximadamente 17 millones de dólares por año.
300 ALFREDO GARAY
9
Reese, Eduardo. Plan estratégico de Córdoba: la construcción de un proyecto programático
de transformación de la ciudad.
Revisión crítica de los planes estratégicos desarrollados en Argentina 301
torio.
Finalmente destaca que
10
Catenazzi, Andrea y Reese, Eduardo. La planificación estratégica como ámbito de articula-
ción de intereses El plan estratégico en el ámbito local. 1998.
302 ALFREDO GARAY
ca, secuencia) parece muy diferente de la de instrumento, que nos refiere a una
construcción (invención-fabricación) dirigida a mejorar nuestra capacidad de inter-
venir sobre la realidad.11
La noción de herramienta adquiere una dimensión material que lo identifica
como objeto, pero que en algunos casos puede presentarse como una maquinaria o
mecanismo, es decir como combinación de piezas.
Es justo reconocer que también puede asignarse a los instrumentos el carácter de
construcciones sociales, en tanto nos refieren al montaje de instituciones, procedi-
mientos, marcos normativos, etcétera, que si bien tiene en última instancia una ex-
presión material (un texto, un expediente, un edificio) pautan un proceso de toma
de decisión en el que se procesan relaciones sociales.
Por lo tanto puede resultar interesante avanzar en el análisis de la complejidad
de estas construcciones, en la medida que el fenómeno urbano ha ido articulando
un sistema de instituciones, instrumentos y procedimientos que conforman un dis-
positivo cuyos propósitos y eficacia merecen ser puestos en discusión.
Al destacar la dimensión social de estas construcciones, en tanto dispositivos
destinados a procesar (intermediar, regular, controlar diría Foucault12) determinadas
contradicciones (en este caso las que surgen como resultado de la relación entre
sociedad y territorio) reconocemos el carácter histórico de las mismas, abriendo una
nueva dimensión del análisis dirigida a reconstruir el contexto histórico y social en
el que se aplican estos dispositivos. Por este camino podríamos intentar establecer
relaciones de causalidad entre la capacidad de incidir sobre el desarrollo de la reali-
dad, los efectos de estas intervenciones y el estado de las relaciones entre los dife-
rentes grupos sociales.
En los hechos, el análisis de los Planes Estratégicos resulta muy representativo
del tipo de conflictos que enfrentaron las principales ciudades de Argentina a medi-
da que avanzaba la década de los noventas, y del método con que los gobiernos
locales (o al menos las oficinas responsables del desarrollo urbano) se dispusieron a
enfrentar esa circunstancia.
11
En el proyecto de investigación, como primera aproximación aceptábamos las nociones a
que refiere el diccionario, en el que un instrumento es un objeto simple formado por varias piezas,
adecuado para que sirva con determinados propósitos en el ejercicio de artes u oficios. Una segun-
da aproximación lo define como aquello de lo que nos servimos para hacer algo. También lo define
como un documento público en el que consta un acto de consecuencias jurídicas.
Frecuentemente se usa esta expresión como sinónimo de herramienta. Nos interesó por lo tan-
to explorar esta noción que asume claramente la transformación de la realidad como un resultado
del trabajo, y a los instrumentos (o herramientas) como un conjunto de útiles de los que se puede
echar mano para economizar esfuerzos y multiplicar nuestra capacidad de acción, para volverla
más precisa, y para incrementar la velocidad o mejorar la calidad y eficacia de nuestras interven-
ciones.
12
Michel Foucault en Microfísica del poder.
Revisión crítica de los planes estratégicos desarrollados en Argentina 303
cada plan debe ser original, único, particular,.. capitalizando el valioso aprendizaje de
otras experiencias, superando con flexibilidad e inteligencia las aplicación mecanicista
de un esquema metodológico particular.
13
Que si bien es uno de los más tardíos, ha puesto particular esfuerzo en explicitar el método y
sus fundamentos.
304 ALFREDO GARAY
De modo que en esta primera etapa tiene como tarea central la construcción de la
credibilidad y la confianza entre el sector público y la sociedad civil. La legitima-
ción social de este proceso no es un tema menor, sobre todo si se considera que este
espacio efímero desplaza transitoriamente al sistema institucional, que a través de
los representantes electos (ejecutivos y legislativos) mediante la intermediación de
las estructuras partidarias, procesa las contradicciones sobre las que tiene compe-
tencia el gobierno local.
En la introducción del documento del Plan Estratégico de Rosario, el intenden-
te15 municipal explicita las razones que lo llevaron a convocar a instituciones, em-
presas, expertos técnicos y ciudadanos comunes a participar en cada una de las
actividades de trabajo que se llevaron por el término de dos años, tiempo que de-
mandó el documento. Como en otros casos se constituyó una Junta Promotora del
Plan que está conformada por: la Intendencia Municipal de Rosario; el vicegober-
nador de la Provincia de Santa Fe; miembros del Honorable Concejo Deliberante;
Rectorado de la Universidad Nacional de Rosario; Arzobispado de Rosario; asocia-
ciones empresariales de la industria, el comercio, la construcción y el sector agra-
rio; medios de difusión televisivos, orales y escritos; representantes sindicales de
docentes, metalúrgicos, telefónicos, constructores navales; el ente administrador del
Puerto Rosario y representantes del Aeropuerto Internacional de Rosario. Cuenta
con un Consejo General donde a los sectores ya nombrados se suman instituciones
militares, cámaras de profesionales, fundaciones dedicadas a distintas problemáti-
14
Pascual Esteve, La estrategia de ciudades. PE como instrumentos: métodos, técnicas y bue-
nas prácticas. Barcelona, 1999. Cap. 9 (la metodología general del PE).
15
Hermes Binner (1998).
Revisión crítica de los planes estratégicos desarrollados en Argentina 305
Con los resultados del árbol de ideas se vuelca la información sobre una matriz
de evaluación.
El método propuesto, denominado FODA (en alusión a las cuatro palabras que
ordenen las ideas), busca identificar las Fortalezas y Debilidades que presenta la
realidad que se analiza, identificando asimismo Oportunidades y Amenazas. Gene-
ralmente en esta instancia se logra volcar sobre un cuadro el conjunto de condicio-
nes que incide sobre el desarrollo de la realidad.
En los Planes Estratégicos de las ciudades de Rosario y Córdoba, el diagnóstico
va a estar desarrollado a partir de identificar cada una de las características de la
ciudad como fortaleza o debilidad en el modelo de ciudad que se pretende alcanzar.
Partiendo de la aceptación de un nuevo paradigma (competencia entre ciudades) ad-
quiere especial desarrollo el contexto económico internacional, la posición de cada
una de las ciudades con relación a los centros más dinámicos desde el punto de
vista económico y la capacidad de producción, comercialización y gerenciamiento
de nuevos proyectos. Buscando señalar fortalezas y debilidades, la cuestión social
va a ser abordada en términos del acceso a la educación, la salud, la situación
habitacional y el acceso al trabajo.
En una carta a los vecinos, el intendente municipal de la ciudad de Córdoba16
afirma que:
16
Rubén A. Martín (1996).
Revisión crítica de los planes estratégicos desarrollados en Argentina 307
A esta altura del análisis resulta oportuno desarrollar una discusión respecto del rol
de los equipos técnicos y su contribución al desarrollo de un plan.
Tradicionalmente, los equipos técnicos (interdisciplinarios, transdisciplinarios)
tenían la responsabilidad de elaborar un documento. En él se ponía a prueba su ca-
pacidad para leer la realidad, proponer un diagnóstico, identificar las variables,
comprender su funcionamiento y proyectarlas hacia el futuro como desarrollo de
tendencias. Sin embargo, al observar la calidad de los planes, se presentan serias
dudas sobre la calidad de estos documentos, que en algunos casos como resultado
del trabajo de la asamblea desaparecen de los documentos finales, y en otros no han
sido ni siquiera elaborados, en señal de respeto por el conocimiento empírico de las
bases.
Revisión crítica de los planes estratégicos desarrollados en Argentina 309
17
Como en las propuestas de Fournier, Saint Simon, Owen, etcétera.
Revisión crítica de los planes estratégicos desarrollados en Argentina 311
EFECTOS
18
O al menos la comprensión de la realidad que surge del aporte de los equipos técnicos y su
discusión con diferentes sectores de la sociedad local.
312 ALFREDO GARAY
CONCLUSIONES
mismo como tema para trabajar el desarrollo de nuevos instrumentos que incre-
menten la eficacia de nuestra disciplina para incidir sobre la realidad.
En este punto, se hace necesario un debate técnico, ético y político respecto de la
contribución de equipos profesionales, políticos y funcionarios gubernamentales y
de otro tipo de intelectuales en relación con el desarrollo de esta práctica.
BIBLIOGRAFÍA
PLANES CITADOS: