Anda di halaman 1dari 4

La pregunta nodular que se formula se cierne en torno de la singularidad de la

estructura y de la transferencia propia del niño antes de su subjetivación, es decir


en plena etapa preedipica.
Lo que podemos extraer de su enseñanza es que esta pensando la clínica del niño
en relación con la estructura familiar.
El psicoanálisis del niño parte de una tesis fundamental: a diferencia del adulto, el
niño es un ser inmaduro y dependiente. Estos dos ejes- inmadurez y dependencia-
guiaran sin duda su teorización. Pero estas dos cuestiones afectan la validez del
pedido de análisis para un niño. El problema es establecer criterios para
considerar a un paciente analizable. Distingue tres puntos fundamentales que son:
¡) la conciencia de enfermedad 2) la confianza en el análisis y en el analista 3) la
decisión exterior de analizarse.
Anna perfila con estos puntos el problema en torno a la demanda y a la demanda
de análisis de un niño y propone un periodo de entrevistas preliminares que llama
periodo de preparación.
La falta de pedidos es suficiente para objetar la posibilidad de análisis, es decir,
que en este momento de su producción el niño que no explicita el deseo de
analizarse no puede ser tratado. Se diferencia así la explicitación manifiesta de lo
inconsciente y se esboza el problema de distinguir pedido de demanda.
Rebate la homologación del juego del niño con la asociación libre y no considera
posible el trabajo del inconsciente en los niños pequeños. No porque el niño
juegue hay necesariamente trabajo analítico, pero esta aseveración es
inmediatamente desviada por el objetivo pedagógico que persigue el psicoanálisis
de un niño.
Lo que le aporta la pedagogía a Anna es la lucha contra la incomodidad de la
transferencia negativa en un niño, es decir, la incomodidad que producen las
manifestaciones pulsionales en el niño.
Le interesa como pensar el problema en relación con el hogar del niño, ya que
este se encuentra sujeto a sus otros significativos y asi estará puesta la eficacia de
un análisis.
Considera que el analista debe ocupar para el niño el lugar del Ideal del yo infantil,
afirmación interesante si fuera fiel a Freud en el concepto de Ideal del yo, pero
responde a la ego-pshycology.
Considera la concepción del superyó que Freud tomara en El malestar en la
cultura1en un aspecto parcial. El superyó no es condición para la constitución de la
neurosis en la infancia, parte de pensar un superyó postedipíco.
Originariamente la renuncia a lo pulsional es producto del peso de la autoridad
externa. Se renuncia a la satisfacción para no perder el amor. Luego se instala la
autoridad interna como renuncia a la satisfacción pulsional y creación de la
conciencia moral.
Ubica al niño como un ser cuyos instintos lo hacen obrar transgrediendo las
prohibiciones externas y, las prohibiciones se centran en una figura provenientes
del exterior. El niño es demasiado débil para oponerse activamente al mundo
exterior y su entendimiento demasiado limitado para comprender y oponerse a lo
inevitable.
El niño que atraviesa lo que ella llama la primera infancia, niño no tiene constituida
la diferencia entre lo que sería una lectura literal del concepto del principio de
realidad y del principio de placer.
El niño pequeño esta aun para Anna en un estado de indiferenciación.
Sustenta la importancia del método de observación directa como forma de evaluar
la adecuación del niño así medio. El niño en posición de objeto (no es así
llamado, pero se lo podría considerar como tal) se reduce entonces a un objeto de
observación a raíz de sus trastornos o inadecuaciones de conducta.
Se pone así al yo bajo observación directa la cual empieza desde la primera etapa
del desarrollo del niño hasta los niveles más complejos de adaptación social. La
tesis fundamental es que la psicología psicoanalítica del niño no está limitada al
empleo del método psicoanalítico.
Extiende el método de la infancia en general y aparte de su extensión, estandariza
líneas de desarrollo en torno de la normalidad y la patología de la infancia, es

1
Alli encontraremos que el origen del superyó en relación con el origen del sentimiento de culpa: 1)
compele a renunciar a satisfacciones pulsionales 2) no se puede ocultar ante el superyó la persistencia de los
deseos prohibidos)
decir, produce un niño estandarizado. Su interés por la evaluación tiene un
objetivo: el descubrimiento temprano de la patología, es decir, un intento de
prevención. Su preocupación se centra en distinguirlo que serían trastornos
normales del desarrollo, de los trastornos patológicos, pero al utilizar la palabra
“desarrollo” como fundamental, vemos que construye una psicología analítica
evolutiva. Las líneas de desarrollo abarcan relaciones desde el nacimiento en
adelante, ósea que le interesa la observación de casos desde la temprana edad.
La dependencia estructural del niño es un factor de preocupación para Anna Freud
y reafirma para el caso de niños pequeños la importancia de la vida en el medio
familiar.
Para ella, el mecanismo por excelencia constitutivo de esta neurosis
temprana es la negaciónde la realidad, deja de ser la operación freudiana de
1925 y es pensada como condición de fantasías que afirma la omnipotencia
del pensamiento.
El juego del niño comunica las fantasías internas así como los hechos familiares
habituales.
La dependencia es el factor predominante en los trastornos del desarrollo.
Atribuye el origen de este trastorno a una distorsión de la sociedad occidental, ya
que el niño necesita estar acompañado, tiene una necesidad biológica infantil de
presencia de los padres.
El recién nacido comienza la vida no sin leyes, sino con sus reacciones
gobernadas por un principio interno supremo de acuerdo con el cual disfruta de
experiencias placenteras, rechaza el displacer y trata de reducir la tensión. Este
principio de placer permite a su cuerpo gratificarse en las exigencias placenteras,
rechaza el displacer y trata de reducir la tensión. Este principio de placer permite a
su cuerpo gratificarse en las exigencias instintivas.
La madre opera como el primer legislador externo, no es solo el primer objeto del
niño. La ley materna se ejerce en la regularidad de la alimentación.
A medida que el niño crece, se deja atrás el principio de placer y se debe adecuar
a las satisfacciones que impone la realidad. La realización de los impulsos y de los
deseos, su aceptación o rechazo, dependen de la autoridad externa, representan
dependencia moral y como tal indican inmadurez. Vemos aquí como se omite
hablando de autoridad externa, alguna referencia a la ley paterna.
Encontramos tres mecanismos fundamentales: imitación, identificación e
introyección, esta última base de la operación del súperyo.
Las sesiones con la madre son de orientaciones y consejos, muy esporádicamente
se le hace una interpretación. Se esperaba que el padre concurriese también. El
analista como objeto externo, no es un amigo.

Anda mungkin juga menyukai