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Alli encontraremos que el origen del superyó en relación con el origen del sentimiento de culpa: 1)
compele a renunciar a satisfacciones pulsionales 2) no se puede ocultar ante el superyó la persistencia de los
deseos prohibidos)
decir, produce un niño estandarizado. Su interés por la evaluación tiene un
objetivo: el descubrimiento temprano de la patología, es decir, un intento de
prevención. Su preocupación se centra en distinguirlo que serían trastornos
normales del desarrollo, de los trastornos patológicos, pero al utilizar la palabra
“desarrollo” como fundamental, vemos que construye una psicología analítica
evolutiva. Las líneas de desarrollo abarcan relaciones desde el nacimiento en
adelante, ósea que le interesa la observación de casos desde la temprana edad.
La dependencia estructural del niño es un factor de preocupación para Anna Freud
y reafirma para el caso de niños pequeños la importancia de la vida en el medio
familiar.
Para ella, el mecanismo por excelencia constitutivo de esta neurosis
temprana es la negaciónde la realidad, deja de ser la operación freudiana de
1925 y es pensada como condición de fantasías que afirma la omnipotencia
del pensamiento.
El juego del niño comunica las fantasías internas así como los hechos familiares
habituales.
La dependencia es el factor predominante en los trastornos del desarrollo.
Atribuye el origen de este trastorno a una distorsión de la sociedad occidental, ya
que el niño necesita estar acompañado, tiene una necesidad biológica infantil de
presencia de los padres.
El recién nacido comienza la vida no sin leyes, sino con sus reacciones
gobernadas por un principio interno supremo de acuerdo con el cual disfruta de
experiencias placenteras, rechaza el displacer y trata de reducir la tensión. Este
principio de placer permite a su cuerpo gratificarse en las exigencias placenteras,
rechaza el displacer y trata de reducir la tensión. Este principio de placer permite a
su cuerpo gratificarse en las exigencias instintivas.
La madre opera como el primer legislador externo, no es solo el primer objeto del
niño. La ley materna se ejerce en la regularidad de la alimentación.
A medida que el niño crece, se deja atrás el principio de placer y se debe adecuar
a las satisfacciones que impone la realidad. La realización de los impulsos y de los
deseos, su aceptación o rechazo, dependen de la autoridad externa, representan
dependencia moral y como tal indican inmadurez. Vemos aquí como se omite
hablando de autoridad externa, alguna referencia a la ley paterna.
Encontramos tres mecanismos fundamentales: imitación, identificación e
introyección, esta última base de la operación del súperyo.
Las sesiones con la madre son de orientaciones y consejos, muy esporádicamente
se le hace una interpretación. Se esperaba que el padre concurriese también. El
analista como objeto externo, no es un amigo.