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Seis formas de honrar la vida

Aún contando respetuosamente con las personas que, por unas razones u otras, se suicidan,
entiendo que una gran mayoría de seres humanos no queremos perder la vida.

1.- Reconocerla. experimentar la plenitud que guarda cada instante. A quien contempla la vida con
mente curiosa y humilde corazón, la vida le regala infinitos motivos de admiración. Honrar la vida
es vivir con la actitud de los viajeros que captan los matices de los fugaces instantes. Abiertos al
asombro. Intuyendo lo maravilloso. Observar, escuchas, tocar, oler y saborear como si fuera la
primera vez, cada vez.

2.- aceptar su diversidad. Te sientes vivo cuando aceptas la vida con todos sus matices. Todo cuenta.
Tanto silencio y sombra como canción y luz. Apreciar en las diferencias la riqueza de la vida que
somos. Algo que tiene mucho que ver con desarrollar tu capacidad de empatía.

3.- Experimentarla sin resistencia: Puedes aceptar de antemano que la vida es continua mudanza y
transformación y prepararte para fluir sin resistencia en ese movimiento de continuo cambio.
Aceptar que en la vida todo es temporal es también asumir que siempre hay algo que descubrir y,
por eso, vivir, es una aventura.

4.- Honrar la vida es apreciarla. “Estés dónde estés y hagas lo que hagas, durante tu jornada, honra
tu existencia y agradece el camino que te lleva, el sueño que te eleva y el alma que te anima.
Contempla con consideración lo que a tu alrededor, por pequeño que sea, también sueña; y juega
a transmitir confianza, compromiso y esperanza”.

5.- Honrar la vida es cuidarla. E intentar mejorarla a nuestro paso. Es tratar con respeto todos los
aspectos de la vida incluidos nosotros mismos. La vida es una trama de colaboración donde todo
cuenta y con todo hay que contar. Al cuidar nos cuidamos, al ayudar nos ayudamos. Honrar la vida
es apoyarnos mutuamente para entre todos, sostenernos y sostenerla. Como queda reflejado
metafóricamente en este cuento de la tradición hindú:

“Se cuenta que un rey, quiso poner a prueba la actitud de sus súbditos y tras colocar una inmensa
roca en medio de uno de los caminos más transitados de su reino, se escondió a observar las
reacciones de quienes pasaban por allí.

El primero en llegar fue un mercader con un carro tirado por caballos y repleto de mercancías. Al
ver el obstáculo se dio media vuelta maldiciendo por el mal estado del camino y pensando en volver
al día siguientes cuando posiblemente ya hubieran quitado la roca.

Al poco rato llegaron un concurrido grupo de peregrinos muy silenciosos y concentrados en sus
oraciones. Al ver el camino cortado hicieron una hilera y, uno a uno, aún con dificultades por la
estrechez del paso, lograron sortear la piedra y siguieron adelante.

El tercero en aparecer por el camino fue un hombre a caballo y pronto se dio cuenta que sería
imposible pasar con su montura. Ató una cuerda a la roca e intentó desplazarla tirando de ella con
su caballo pero no logró moverla. Entonces llegaron otros dos viajeros en un carromato tirado por
dos mulas y tras explicarles lo sucedido decidieron unir sus fuerzas para intentar despejar el camino.
Tardaron un buen rato pero finalmente consiguieron mover la roca y lanzarla al mar por el
acantilado que bordeaba el sendero.
Felices por su éxito decidieron tapar el agujero que había quedado tras quitar la piedra y al hacerlo
vieron que había un cofre y una nota que decía así: Las monedas de oro que contiene este arcón
son para quienes hayan sido capaces de sacar la roca del camino. Es un premio por haber sido
capaces de colaborar para superar una dificultad y sobre todo por haber logrado, tras su paso, dejar
mejor el camino para si mismos y para quienes vengan después.”

6.- Honrar la vida es celebrarla. “Procura mantener encendida una vela de olor en tu hogar, un rato
cada día, para recordar que la vida es algo a celebrar. Para ayudarte con esta intención, cada
mañana, pregúntate: ¿En el día de hoy qué es lo que voy a hacer motivo de celebración? Elige algo
distinto cada vez, entre todo aquello que valores y esté presente en tu experiencia. Y al llegar el
anochecer comprueba que has vivido algún momento de admiración, agradecimiento y alegría al
encontrarte con aquel aspecto de la vida que has decidido honrar y celebrar.”

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