EL CONTEXTO:
Corintio era una ciudad rica e importante en el istmo (franja estrecha de tierra) que
separa el norte del sur de Grecia. El Apóstol Pablo pasó allí 18 meses durante su
Segundo Viaje de Misionero y fundó allí una iglesia. La obra de Pablo en Corintio
durante este tiempo se relata en Hechos 18 en bastante detalle.
Pablo escribe esta carta para responder a un informe de la gente de Cloé sobre
los problemas que hay en la iglesia de Corintio (1:11). En esta carta responde a
estos problemas por medio de enseñanza apostólica.
En capítulo 11, trató temas relacionados con el cubrirse la cabeza (vv. 2-16) y
abusos relacionados con la Cena del Señor (vv. 17ff).
“Si yo hablase lenguas humanas y angélicas” (v. 1a). En esta carta a la iglesia
corintia, Pablo de nuevo se dirige a temas relacionados con el don de lenguas
(12:10, 28, 30; 13:1; 14:2, 4-25), haciéndonos pensar que son temas
particularmente serios en Corintio. Aparentemente, algunos cristianos corintios
piensan que hablar en lenguas es el más alto de los dones, y se han vuelto
orgullosos de su habilidad de hablar en lenguas. En capítulo 14, Pablo habla de
esto en bastante detalle para darle perspectiva a este don. Profecía, no hablar en
lenguas, es el don superior (14:1-5). Hablar en lenguas que nadie puede descifrar
no beneficia a la iglesia (14:6-12). El que hable en lenguas “pida que la interprete”
(14:13), porque hablar así sin una interpretación no rinde fruto (14:14).
En esta lista de dones (12:4-10, 28), Pablo sitúa el don de hablar en lenguas y su
interpretación en último lugar. La primera mitad de capítulo 14 la dedica a dar
consejos relacionados con del don de lenguas – mucho más espacio del que
dedica a hablar de problemas asociados con otros tipos de dones espirituales. En
ese capítulo, Pablo deja claro que el don de profecía es superior al don de hablar
en lenguas (14:2-5, 20-25). En otro lugar provee una lista de dones sin mencionar
el don de lenguas (Romanos 12:6-8; Efesios 4:11-12).
“y no tengo caridad” (agape – amor) (v. 1b). En inglés, la palabra “amor” tiene
varios significados:
• Amistad – afecto.
Estas diferencias nos pueden confundir. Por ejemplo, alguien que dice “te amo”
puede querer decir que él o ella solamente busca satisfacer sus necesidades
sexuales (u otras necesidades como la seguridad). Esto es muy diferente a una
persona cuyo amor por alguien primeramente se preocupa por su bienestar.
• Agape tiene que ver con la preocupación por el bienestar de la otra persona.
Amor agape se trata tanto de “hacer” como de “sentir.” Requiere acción. Requiere
que demostremos nuestro amor de una manera práctica. Una persona que ama
con agape hará lo posible por alimentar a los hambrientos – por dar de beber a los
sedientos – por extenderle la bienvenida a un extranjero – por vestir al desnudo –
y por visitar al enfermo y al preso (Mateo 25:31-46). Estas acciones son las que
debemos seguir si de verdad amamos a los demás con amor agape.
“vengo á ser como metal que resuena (echon chalkos), ó címbalo que retiñe”
(v. 1c). Echon es un sonido alto, y chalkos es metal, como el cobre o el latón.
“Metal que resuena” es una buena traducción. Pablo dice que hablar en lenguas,
sin amor, solamente hace ruido. Aunque un gran ruido puede tener propósito, el
ruido alto y constante solamente irritan y distraen.
“Y si tuviese profecía” (v. 2a). Como se anota arriba, Pablo separa la profecía
como don superior (14:1-5), segunda solo al apostolado (12:28) – pero profecía sin
amor no tiene valor y no le atribuye nada al profeta.
“y entendiese todos los misterios y toda ciencia” (v. 2b). Recuerde que
Corintio es una ciudad griega y que los griegos premian la filosofía, la ciencia, la
sabiduría, y los misterios. Como se utilizan aquí, los misterios tienen que ver con
los secretos que Dios ha decidido revelarnos.
Aquí, la sabiduría (ciencia) tiene que ver con el conocimiento especial que Dios
concede – un entendimiento espiritual. Ese tipo de sabiduría es un gran don, pero
puede tener la tendencia de “hinchar” (physioi – hinchar de orgullo) a la persona
que la posee (8:1) – como les ha pasado a estos cristianos corintios. Aunque la
sabiduría en servicio a los demás puede ser buena, gente que utiliza su sabiduría
para marcar su superioridad o dominancia sobre otros no actúa según la voluntad
de Dios. Esta gente solo termina con una opinión hinchada de si misma que no
ayuda a nadie.
Anote que Pablo usa tres veces la palabra “todos” – “todos los misterios y toda
ciencia… toda la fe.” Aquí se refiere al control completo de los misterios, la
sabiduría, y la fe – como si se tuviera un doctorado en estos tres sujetos. No
importa cuan completo sea el control sobre ellos, si estas virtudes carecen de
amor, no transmiten ningún valor al que los domina.
“y si tuviese toda la fe, de tal manera que traspasase los montes” (v. 2c). Este
lenguaje vino de Jesús, que dijo, “Tened fe en Dios. Porque de cierto os digo que
cualquiera que dijere á este monte: Quítate, y échate en la mar, y no dudare en su
corazón, mas creyere que será hecho lo que dice, lo que dijere le será hecho”
(Marcos 11:22-23). Qué poder tan maravilloso basado en la fe. De todos modos, si
la fe carece de amor no beneficia nada al que la tenga.
“y no tengo caridad (agape – amor), nada soy” (v. 2d). Pablo dice que, sin
amor, ninguna de estas cosas – el entender de los misterios, la sabiduría, o hasta
una fe poderosa – atribuye ningún valor al que los tenga.
Recuerde que Pablo no está hablando de cualquier tipo de amor. Habla de agape,
que se preocupa por el bienestar de otro y que actúa para ayudar al ser querido.
Si no tenemos ese tipo de amor activo y generoso, no somos nada.
“y si entregase mi cuerpo para ser quemado” (v. 3b). Otros manuscritos dicen,
“si entregase mi cuerpo por vanagloria,” que podría sugerir venderse a la
esclavitud y dar las ganancias para los pobres. Aquí, “si entregase mi cuerpo para
ser quemado” sugiere una entrega de mártir para morir en el fuego.
“y no tengo caridad (agape – amor), de nada me sirve” (v. 3c). Pero Pablo dice
que hasta un gran sacrificio, si carece de amor, no beneficia nada a la persona. Es
decir, Dios no recompensará a los que hacen un sacrificio si lo hacen sin amor.
Esto ha de ser una advertencia para aquéllos que esperan comprarse un puesto
en el cielo simplemente porque dan a la caridad. Ese tipo de caridad, basada en
razones egoístas en vez de amor, no traerá ningún beneficio.
Ahora Dios nos pide expresar este mismo tipo de amor uno hacia otro. Un amor
que sufre por mucho tiempo.
“la caridad no tiene envidia” (zeloo) (v. 4c). La palabra zeloo está relacionada
con nuestra palabra celo, que puede ser positivo o negativo. En el contexto de
este versículo, sugiere un deseo intenso por lo que le pertenece a otro – envidia o
celos o codicia. Una persona que cae ante zeloo no puede amar a otro, porque
zeloo genera sentimientos negativos. Zeloo y agape son como agua y aceite. No
pueden vivir juntos.
“la caridad no hace sinrazón” (perpereuetai) (v. 4c). La persona que se enfoca
en el bienestar de otra persona no puede, al mismo tiempo, ser codiciosa o
egoísta. De nuevo, el amor y la codicia son como agua y aceite. No pueden vivir
juntos.
Entonces, el que ama con amor agape tratará de elevar al prójimo en lugar de
elogiarse a si mismo y sus propios logros.
“no se ensancha” (physioutai) (v. 4d). Esta palabra a veces se traduce como
“inflado” (4:6). La persona que ama a los demás con amor agape ayudará a la otra
persona a crecer en vez de inflar su propia reputación.
“No es injuriosa” (aschemonei) (v. 5a). Parece extraño que esta palabra
aparezca en versículo 5 y no en versículo 4. Funciona mejor con “sinrazón o
ensanchar” que con las palabras que la siguen.
Las acciones de los cristianos corintios en la Cena del Señor son ejemplo de un
comportamiento aschemonei (11:17-22). Los que tienen comida comen mientras
los que no la tienen pasan hambre. Algunos se emborrachan del vino de la
comunión. Al hacer estas cosas muestran desprecio hacia la iglesia y humillan a
los necesitados a su alrededor.
“no busca lo suyo” (v. 5b). La persona que ama con amor agape no puede, al
mismo tiempo, ser egoísta y basarse en sus propias prerrogativas. Amor agape y
el egoísmo son mutuamente exclusivos.
“no se irrita, no piensa el mal” (paroxynetai) (v. 5c). La palabra paroxynetai tiene
que ver con sentirse irritado o provocado a la ira. No irritarse o resentir se
relacionan con la paciencia. La persona que no se irrita o resiente no tiene mal
genio – no guarda resentimientos.
De nuevo, ésta es una característica de Dios, que sufre por mucho tiempo y que
nos llama a emular su comportamiento.
“No se huelga de la injusticia” (v. 6a). Hay algo dentro de nosotros que disfruta
al ver a alguien resbalarse sobre una cascara de plátano. Hay algo dentro de
nosotros que disfruta de ver que un negociante poderoso ha sido arrestado.
Tenemos algo por dentro que se alegra al ver como una persona arrogante queda
humillada, o al ver defraudada a una persona poderosa. Llevamos algo por dentro
que disfruta del cotilleo.
Pero aunque ninguna de estas actitudes nos ha sido implantada por Dios, sí
demuestran nuestra naturaleza pecadora. La persona que ama con amor agape
disfruta junto aquéllos que gozan y lamenta con los que lamentan.
“Todo lo sufre” (stegei) (v. 7a). Pablo nos ha estado diciendo todo lo que el amor
agape no hace. Ahora nos dice lo que sí hace. Primero, amor y caridad agape
sufre todas las cosas. El verbo stego tiene dos significados en el Nuevo
Testamento. El primero es cubrir o esconder algo. El segundo es abstenerse o
endurar. Aquí, seguramente se usa el segundo significado.
“todo lo cree” (pisteuei) (v. 7b). El verbo pisteuo viene de pistis (fe) y significa
creer en algo o en alguien – confiar. La persona que “todo lo cree” es lo contrario
de un escéptico que vive siempre dudando o no creyendo. El que ama con amor
agape es optimista y tiende a pensar lo mejor en lugar de lo peor de la gente.
“todo lo espera” (elpizei) (v. 7c). La persona que ama con amor agape no se
rinde fácilmente de otra persona. Puede que reconozca que existe un problema,
pero tiene esperanza de resolverlo. Se mantiene optimista y con actitud positiva en
lugar de pesimista y negativa.
“todo lo soporta” (hypomenei) (v. 7d). El verbo hypomenei viene de dos palabras
griegas – hypo (debajo) y meno (permanecer). Sugiere el permanecer agachado
en una postura defensiva que supera y persevera ante dificultades.
Con estos versículos surge una pregunta pastoral. ¿Existe un punto tras el cual
una persona cariñosa no debe sufrir, creer, esperar, y soportar? ¿Y qué de la
persona casada con un alcohólico o un drogadicto o un adúltero o un jugador
crónico o una persona violenta y abusiva? ¿Hay un punto en el cual Dios no
espera que esta persona tenga que sufrir, creer, esperar, y soportar?
8La caridad nunca deja de ser: mas las profecías se han de acabar, y cesarán las
lenguas, y la ciencia ha de ser quitada; 9Porque en parte conocemos, y en parte
profetizamos; 10Mas cuando venga lo que es perfecto (griego: teleios), entonces
lo que es en parte será quitado. 11Cuando yo era niño, hablaba como niño,
pensaba como niño, juzgaba como niño, mas cuando ya fui hombre hecho, dejé lo
que era de niño. 12Ahora vemos por espejo (griego: esoptron), en obscuridad;
mas entonces veremos cara á cara: ahora conozco en parte; mas entonces
conoceré como soy conocido. 13Y ahora permanecen (griego: menei – de meno)
la fe, la esperanza, y la caridad, estas tres: empero la mayor de ellas es la caridad.
“La caridad nunca deja de ser” (v. 8a). Ahora Pablo contrasta el amor (la
caridad) con tres dones espirituales – profecía, hablar en lenguas, y la ciencia (o la
sabiduría). El amor nunca termina, pero la necesidad por dones espirituales es
temporal. Aquí Pablo está pensando de manera escatológica (del fin del tiempo –
la Segunda Venida de Jesús). En este versículo, contrasta lo que experimentamos
en este mundo con lo que podemos esperar una vez realizado completamente el
reino de Dios.
“Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como
niño, mas cuando ya fui hombre hecho, dejé lo que era de niño” (v. 11). Sería
posible leer este versículo como un regaño hacia los cristianos corintios que no
han dejado “lo que era de niño.” Pero Pablo no pretende castigarlos. En vez,
contrasta el mundo que conocemos ahora (que experimentamos como criaturas
espirituales) con el mundo que está por venir (que experimentaremos como gente
espiritualmente madura). Una vez que llegue esa Nueva Era las cosas que ahora
nos parecen importantes (como la profecía y la ciencia) perderán completamente
su importancia.
Cuando Pablo dice que vemos “por espejo en obscuridad,” quiere decir que el
entendimiento espiritual que tenemos ahora es solo un reflejo inexacto de lo que
experimentaremos en la edad que está por venir. En esa nueva era no veremos en
obscuridad, como en los espejos de baja calidad, sino cara a cara.
Esto puede entristecernos – pensar que ahora estamos tan limitados en nuestra
visión espiritual. Sin embargo, nos ayudaría pensar de otra manera. En los
momentos cuando la luz de repente nos ilumina espiritualmente, nos sentimos
maravillados y alegres. Recordamos esos momentos, y tratamos de compartirlos
con los demás. Queremos que otros disfruten de lo que hemos visto. Imagine,
entonces, como será la edad que está por venir cuando Dios nos permita ver todo
claramente. Seremos como las personas cuya vista queda de repente restaurada
después de una operación de cataratas. Nuestra visión espiritual pasará de una
imagen borrosa una perfectamente clara.
“ahora conozco en parte; mas entonces conoceré como soy conocido” (v.
12b). De nuevo, Pablo contrasta lo que experimentamos ahora con lo que
viviremos en la Nueva Era. Ahora conocemos imperfectamente, pero en el
porvenir Dios revelará plenamente los misterios espirituales. De la misma manera
que Dios nos conoce completamente ahora, en el porvenir, nosotros también
conoceremos a Dios plenamente.
Parece sorprendente que Pablo espere hasta el final de este capítulo de amor
para presentarles la fe y la esperanza. Su única mención de la fe hasta el
momento ha sido anotar que “si tuviese toda la fe, de tal manera que traspasase
los montes, y no tengo caridad, nada soy” (v. 2). No ha mencionado la esperanza
en ningún momento.
Fe y esperanza son importantes para el presente, pero no serán necesarias en el
porvenir. Ahora conocemos a Dios por medio de la fe y tenemos esperanza hacia
el futuro. Cuando el reino de Dios llegue por completo, conoceremos a Dios cara a
cara y abrazaremos el futuro.
El amor está en otra categoría. Será tan importante en la Nueva Era como lo es en
la nuestra. La diferencia principal es que ahora amamos imperfectamente, pero
cuando llegue la Nueva Era amaremos perfectamente – como Dios nos ha amado
a nosotros. Es el sine qua non (lo que sin ello nada) de la fe cristiana.