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Texto: 1ª Corintios 12:1-11.

EXÉGESIS:

EL CONTEXTO:

Corintio era una ciudad importante y abundante en el istmo (franja


estrecha de tierra) que separa el norte del sur de Grecia. El Apóstol
Pablo pasó allí 18 meses durante su Segundo Viaje de Misionero y
fundó allí una iglesia. Hechos 18 relata la obra de Pablo en Corintio
durante ese tiempo en bastante detalle.

Al terminar su visita a Corintio, Pablo se marchó para visitar Éfeso,


Jerusalén, Antioquía, y Galacia (Hechos 18:18-23). Después de salir de
Corintio, Pablo escribió una carta a los cristianos de Corintio
avisándoles, “no os envolváis con los fornicarios” (5:9), pero esa carta
se ha perdido.

Pablo escribe esta carta para responder a un informe de la gente de


Cloé sobre los problemas que hay en la iglesia de Corintio (1:11). En
esta carta responde a estos problemas por medio de enseñanza
apostólica.

En capítulos 8-10, Pablo se dirigió al tema del comer alimentos que


habían sido sacrificados a los ídolos.

En capítulo 11, trató temas relacionados con cubrirse la cabeza (vv. 2-


16) y abusos en la Cena del Señor (vv. 17ff).

En capítulos 12-14, Pablo se dirige al tema de los dones espirituales.


En lugar de celebrar los dones concedidos a cada uno de ellos, los
cristianos corintios se han vuelto orgullosos de sus propios dones y
desdeñosos hacia los dones de los demás. Entonces, los dones
espirituales se han convertido en una fuerza divisora entre ellos
(12:12:31).

Una y otra vez Pablo se dirige a temas relacionados con el don de


lenguas (12:10, 28, 30; 13:1; 14:2, 4-25), dándonos razón para creer
que este tema es de particular importancia en Corintio. En sus listas de
dones (12:4-10, 28), sitúa el don de hablar en lenguas y su
interpretación en último lugar. La primera mitad de capítulo 14 la dedica
a dar consejos acerca del don de hablar en lenguas – mucho más
espacio del que dedica a los problemas que acompañan otros dones
espirituales. En ese capítulo, Pablo dice que el don de profecía es
superior al don de lenguas (14:2-5, 20-25). En otros lugares, menciona
otros dones sin nombrar el don de hablar en lenguas (Romanos 12:6-8;
Efesios 4:11-12).

Pablo habla de varios dones, incluyendo el hablar en lenguas (vv. 27-


30), y entonces promete enseñarles a los cristianos corintios “un camino
más excelente” (12:31). El don de caridad (amor) es el más alto don
espiritual (capítulo 13, particularmente v. 13).

El primer relato que hay de hablar en lenguas tomó lugar en


Pentecostés (Hechos 2:5-13). Pedro habló a una multitud de gente de
muchas naciones diferentes, y todos oyeron el sermón en su propio
idioma (Hechos 2:8-11).

El don de lenguas que encontramos en la carta de Pablo a la iglesia


corintia es diferente. Sin interprete, el idioma de lenguas es
incomprensible (14:2, 9-13). Pablo no prohíbe el uso de lenguas, pero
enfatiza la necesidad de un intérprete para hacerlas inteligibles. Habla
personalmente en lenguas (14:18) pero dice, “más quiero hablar cinco
palabras con mi sentido, para que enseñe también á los otros, que diez
mil palabras en lengua desconocida” (14:19).

1 CORINTIOS 12:1-3: Y ACERCA DE LOS DONES ESPIRITUALES

1Y acerca de los dones espirituales (griego: pneumatikon), no quiero,


hermanos, que ignoréis (griego: agnoein). 2Sabéis que cuando erais
Gentiles (griego: ethne), ibais, como erais llevados, a los ídolos mudos.
3Por tanto os hago saber, que nadie que hable por Espíritu de Dios,
llama anatema á Jesús (griego: anathema); y nadie puede llamar á
Jesús Señor, sino por Espíritu Santo.

“Y acerca de los dones espirituales (pneumatikon), no quiero,


hermanos, que ignoréis” (agnoein) (v. 1). La palabra pneumatikon se
vale por sí misma – no hay ninguna palabra griega para “dones” en esta
secuencia. Si no fuera por el contexto, la palabra pneumatikon sería
mejor traducida como “cosas espirituales” en lugar de “dones
espirituales.” Sin embargo, versículo 4 presenta la palabra “dones”
(charismaton), y el sujeto de versículos 4-11 se refiere claramente a
dones espirituales. El contexto, entonces, sugiere que debemos traducir
pneumatikon en versículo 1 como “dones espirituales.”

La palabra agnoein se puede traducir como “inconsciente” o “ignorante.”

“Sabéis que cuando erais Gentiles” (ethne) (v. 2a). La palabra ethne
se suele traducir como gentiles. No obstante, el contexto aquí sugiere
la traducción “paganos” o “impíos” o “no creyentes.” Los cristianos
corintios todavía son ethne (gentiles), pero ya no son ethne (paganos o
alabadores de ídolos).

“ibais, como erais llevados, a los ídolos mudos” (v. 2b). Estos
cristianos corintios, tan orgullosos de su don de lenguas, antes alababan
“los ídolos mudos.”

“Por tanto os hago saber, que nadie que hable por Espíritu de Dios,
llama anatema a Jesús (anathema); y nadie puede llamar a Jesús
Señor, sino por Espíritu Santo” (v. 3). Este es un versículo difícil.
¿Podría ser que alguien querría decir “que Jesús es anathema”?
Seguramente no. Pablo contrasta la primera parte de este con la última.
Dice que el Espíritu de Dios nunca inspiraría a alguien a decir, “que
Jesús sea maldito.” Tal declaración tendría que estar inspirada por una
fuerza demoníaca. Alternativamente, ninguna fuerza demoníaca
inspiraría a alguien a decir, “Jesús es el Señor.” Solo el Espíritu Santo
lo puede hacer.

Fue por obra del Espíritu Santo que estos cristianos corintios
encontraron a Cristo. El Espíritu les ha inspirado a decir, “Jesús es el
Señor.”

1 CORINTIOS 12:4-11: HAY REPARTIMIENTO DE DONES; MAS EL


MISMO ESPÍRITU ES

4Empero hay repartimiento de dones (griego: charismaton – de


charisma); mas el mismo Espíritu es. 5Y hay repartimiento de
ministerios (griego: diakonion – de diakonia); mas el mismo Señor es.
6Y hay repartimiento de operaciones (griego: energematon – de
energema); mas el mismo Dios es el que obra (griego: energon – de
energeo) todas las cosas en todos. 7Empero á cada uno le es dada
manifestación del Espíritu para provecho (griego: pros to sympheron –
para lo que es de beneficio). 8Porque á la verdad, á éste es dada por el
Espíritu palabra de sabiduría (griego: logos sophias); a otro, palabra de
ciencia (griego: logos gnoseos) según el mismo Espíritu; 9 A otro, fe por
el mismo Espíritu, y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu;
10A otro, operaciones de milagros, y a otro, profecía; y a otro, discreción
de espíritus; y a otro, géneros de lenguas; y a otro, interpretación de
lenguas. 11Mas todas estas cosas obra (griego: enegei) uno y el mismo
Espíritu, repartiendo particularmente a cada uno como quiere.

“Empero hay repartimiento de dones (charismaton – de charisma);


mas el mismo Espíritu es” (v. 4). Anote que la palabra traducida
“dones” en este versículo (charisma) es diferente de la que se traduce
como “dones espirituales” en versículo 1 (pneumatikon). Como se anota
arriba, en la mayor parte de los casos, pneumatikon sería mejor
traducido como “cosas espirituales” en lugar de “dones espirituales.”
Solo el contexto de versículo 1 requiere traducirlo como “dones
espirituales.” Sin embargo, la palabra charismaton, se refiere
específicamente a dones – capacidades especiales dadas por Dios al
pueblo de Dios para el servicio de Dios.

La palabra charismaton viene de la palabra charisma y está relacionada


a la palabra charis, que generalmente se traduce en el Nuevo
Testamento como “gracia.” Charis es una palabra significante en el
Nuevo Testamento, particularmente en las epístolas de Pablo. En el
Nuevo Testamento, su uso tiene raíces en la palabra hebrea hesed,
utilizada en el Antiguo Testamento para hablar de la caridad y el amor
de Dios, su merced, y su lealtad. Los griegos (recuerde que Corintio es
una ciudad griega) a menudo utilizan la palabra charis para referirse al
patrocinio (apoyo económico o político). Para los griegos, la palabra
charis conlleva generosidad – una generosidad que requiere lealtad por
parte del que recibe.

En el Nuevo Testamento, charis se refiere al favor de Dios no merecido.


De la misma manera, en el Nuevo Testamento se utiliza la palabra
charisma para hablar de dones espirituales (capacidades especiales o
vocación) que son dados por el Espíritu a aquéllos que, de otra manera,
nunca los disfrutarían.
Como Pablo anota aquí, existe una variedad de dones. En versículos 8-
10, menciona nueve de esos dones – sabiduría, ciencia, fe, sanidad, el
obrar milagros, profecía, discreción de espíritus, lenguas, y la
interpretación de lenguas. No obstante, esta lista no es exhaustiva ya
que existen otros dones además de éstos. En Romanos 12:6-8, Pablo
menciona los dones de profecía, ministerio, enseñanza, exhortación,
dar, presidir, y hacer misericordia. En Efesios 4:11-12, menciona los
dones de ser apóstol, profeta, evangelista, pastor, y maestro. Anote la
variación entre estas tres listas. Se parecen un poco una a otra, pero
cada lista nombra dones distintivos. Esto sugiere que no son listas
definitivas. Pueden existir otros dones que no se mencionan en ninguna
de ellas.

En 1 Corintios 13, Pablo no usa la palabra “don,” pero habla de cosas


que en otro lugar se categorizan como dones, como el hablar en
lenguas, el profetizar, el entendimiento de misterios y la sabiduría, y la
fe. Continúa diciendo que estos dones, sin amor, no son nada (v. 2).
Termina ese capítulo diciendo, “Y ahora permanecen la fe, la
esperanza, y la caridad, estas tres: empero la mayor de ellas es la
caridad” (v. 13). Esto lo interpreto para significar que la caridad (el amor)
no es solo un charismaton – un don – sino que es el don supremo.

PERO – y esta es la cuestión – aunque existan muchos dones, solo hay


un Espíritu de Dios que los concede.

“Y hay repartimiento de ministerios (diakonion – de diakonia); mas


el mismo Señor es” (v. 5). La palabra diakonion está relacionada a
nuestra palabra “diacono,” e implica un servicio humilde. Jesús dice, “el
que quisiere entre vosotros hacerse grande, será vuestro servidor”
(Mateo 20:26; véase también Mateo 23:11). Pablo utiliza la palabra para
mostrar que él es un simple servidor de Cristo (1 Corintios 3:5, 9; 2
Corintios 6:4; Efesios 1:23; 6:21; Colosenses 1:23, 25). También llama
a Cristo diakonos (sirviente) (Romanos 15:8).

Si desea ver ejemplos de la variedad de servicios que cristianos puedan


cumplir, considere los muchos servicios que los cristianos de hoy
cumplen regularmente en sus iglesias locales. Estos servicios incluyen
desde lo más humilde (barrer el piso), hasta lo más exaltado (la
administración de los sacramentos) – pero debemos tener cuidado de
no apreciar los servicios más humildes menos de lo que apreciamos los
más exaltados. Todo servicio tiene su lugar en la economía del reino de
Dios.

“Y hay repartimiento de operaciones (energematon – del sustantivo


energema); mas el mismo Dios es el que obra (energon – del verbo
energeo) todas las cosas en todos” (v. 6). El sustantivo energema y
el verbo energeo son palabras de donde viene nuestra palabra
“energía.” Podíamos traducir esta frase como “hay variedades de cosas
creadas, pero es el mismo Dios que les da energía (o crea) a cada una
de ellas en todos.”

En versículos 4-6 el énfasis es que, aunque existen muchos dones


buenos, Dios es el único que los da – y se los da a todos. Todo cristiano
tiene un “don” espiritual de alguna manera. Algunos, como Pablo, tienen
muchos de los dones que aparecen arriba. Otros pueden tener solo uno
o dos (véanse los comentarios de v. 4 acerca de dones espirituales).

Si Dios concede a cada creyente uno o más dones, debemos tener


cuidado de no buscar dones espirituales en los demás creyentes. Esto
nos ayudará a evitar la irritación que podamos sentir cuando no estamos
de acuerdo con otra gente de la iglesia.

También debemos recordar que estos dones espirituales son


exactamente eso – dones. Nos vienen por la gracia de Dios en vez de
por nuestros logros personales. Si nos acordamos de esto, tendremos
un espíritu humilde al encontrarnos entre aquéllos especialmente
dotados.

“Empero a cada uno le es dada manifestación del Espíritu para


provecho” (griego: pros to sympheron – para lo que es de beneficio)
(v. 7). En versículos 8-10, Pablo enumera nueve manifestaciones del
Espíritu. Como se anota en los comentarios de versículo 4 arriba, Pablo
incluye otras listas de dones espirituales en Romanos 12:6-8 y Efesios
4:11-12. En 1 Corintios 13, dice que la caridad (el amor) es el don más
grande.

El punto de este versículo es que todos estos dones son dados por el
Espíritu para aquello que es de beneficio – para el bien común – no para
la exaltación de la persona dotada.
“Porque a la verdad, á éste es dada por el Espíritu palabra de
sabiduría (logos sophias – un mensaje de sabiduría); a otro, palabra
de ciencia (logos gnoseos – un mensaje de ciencia) según el mismo
Espíritu” (v. 8). Los corintios son griegos, y los griegos premian la
sabiduría y la ciencia. Sería una exageración llamar religión a la filosofía
griega, pero los griegos solían pensar de la filosofía con intensidad
religiosa.

En capítulos 1-4, Pablo trató temas de sabiduría y ciencia. Dijo, “Porque


no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio: no en
sabiduría de palabras, porque no sea hecha vana la cruz de Cristo.
Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; mas a los
que se salvan, es a saber, a nosotros, es potencia de Dios. Porque está
escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, Y desecharé la inteligencia
de los entendidos” (1:17-19).

“según el mismo Espíritu” (v. 8b). Según su definición anterior de la


sabiduría y la ciencia, parece extraño que Pablo sitúe estos dones al
principio de la lista. Sin embargo, la sabiduría y la ciencia que Pablo
exalta aquí son diferentes a la sabiduría y la ciencia de las que habló
antes. Ésa sabiduría y esa ciencia eran humanas. Éstas son la sabiduría
y la ciencia de Dios – dones entregados por el Espíritu Santo.

“A otro, fe por el mismo Espíritu” (v. 9a). ¿Cuáles de estas siete


cosas de versículos 9-10 no se parece a las demás?

• Fe (v. 9a)

• El don de sanar (v. 9b)

• La operación de milagros (v. 10a)

• La profecía (v. 10b)

• La discreción de espíritus (v. 10c)

• Géneros de lenguas (v. 10d)

• La interpretación de lenguas (10e)


La respuesta es la fe. Las otras seis incluyen algún tipo de acción
específica – sanar, obrar milagros, profetizar, discrepar espíritus, hablar
en lenguas, e interpretar lenguas. Ningún cristiano tiene apenas uno de
estos dones particulares, y casi nadie los tiene todos.

La fe es diferente. Aunque la fe verdadera se manifiesta por medio de


algún tipo de acción, sus posibles manifestaciones no tienen fin – no
como el sanar, que es muy específico.

La fe también es diferente en que todo cristiano tiene fe. Por lo tanto,


podemos pensar de la fe como un don dentro del cual todos los demás
dones se reúnen – sanar, obrar milagros, etc.

“por el mismo Espíritu” (v. 9b). Anote el tema que Pablo repite con
“mismo Espíritu.” Existe gran variedad en la iglesia, pero solo un Espíritu
Santo.

“y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu” (v. 9c). Anote


que la palabra “dones” es plural. Quizá esto significa que hay un don
para un tipo de sanar y otro don para otro. Está claro que hoy
reconocemos esta especificidad en la comunidad médica. Quizá
debemos considerar ese tipo de especificidad en la comunidad de fe.
También es posible que el Espíritu pueda darle a una persona el don de
sanar en una situación y darle el mismo don a otra persona en una
situación diferente.

Dones de sanar cumplen dos cosas. Primero, alivian el sufrimiento de


la persona sanada. Segundo, capacitan a la iglesia para testificar de la
fuerza de Dios a su alrededor.

No todos tienen el don de sanar, pero Jesús sí lo tenía. Pablo lo tenía.


Otros apóstoles lo tenían. No tenemos ninguna razón por la que creer
que el don de sanar no permanezca vivo hoy día.

Pablo volverá a mencionar este don en versículos 28 y 30.

“A otro, operaciones de milagros” (v. 10a). Los primeros en recibir el


don de obrar milagros se encuentran en el Antiguo Testamento:

• “Yahvé le concedió a Moisés poderes milagrosos para autentificar su


ministerio (Éxodo 4:1-18; 7:14 – 11:10; 12:29-32) y para cumplir con las
necesidades que los israelitas tenían por comida y agua en el desierto
(Éxodo 17:1-7; Números 11).

• Yahvé le dio a Elías poderes milagrosos para derrotar a los profetas


de Baal en el monte de Carmelo (1 Reyes 18:20-40) y para terminar con
una sequía severa (1 Reyes 18:21-46).

• Cuando Eliseo sucedió a Elías, Yahvé le dio el poder de operar


muchos milagros (2 Reyes 2-6; 8; 13).

En el Nuevo Testamento, Jesús obro muchos milagros, los cuales


cumplieron dos propósitos. Primero, aliviaron el sufrimiento. Segundo,
autentificaron el ministerio de Jesús. En el Evangelio de Juan, los
milagros de Jesús se llaman señales, porque señalan a algo más
grande que los milagros mismos (Juan 2:1-11; 4:46-54; 5:1-9; 6:1-40;
9:1-12; 11:1-45).

Los discípulos de Jesús también obraron milagros para autentificar su


ministerio (Hechos 2, particularmente v. 43; 5:12-20; 14:8; 16:16-27;
19:11-20; 20:9-12; Romanos 15:18-19).

“y a otro, profecía” (v. 10b). Aunque hoy se piense de la profecía como


el poder ver el futuro, el papel de un profeta bíblico era transmitir un
mensaje de Dios a los humanos. En muchos casos, eso incluía darle a
la gente un vistazo del futuro, pero solo para apoyar un mensaje
profético más grande.

Los profetas transmitían su mensaje de varias maneras. A menudo lo


transmitían oralmente. Algunos actuaban su profecía de maneras
dramáticas (Ósea, por ejemplo). Muchos documentaban sus mensajes
de forma escrita. Los diecisiete libros desde Isaías hasta Malaquías son
libros de profecía, pero también hay relatos escritos de profecía en otros
lugares.

Aunque la mayor parte de la profecía bíblica tomó lugar en el Antiguo


Testamento, el Nuevo Testamento también incluye relatos de profecía
(Hechos 11:27-28; 13:1; 15:32).

Clérigos de hoy muchas veces hablan de predicar proféticamente, pero


su definición de ministerio profético varía. Algunos piensan del predicar
profético como un predicar que toma riesgos y pronuncia juicios no
populares sobre entidades poderosas como el gobierno o los grandes
negocios. Sin embargo, mucho de lo que hoy se llama predicar profético
es verdaderamente un predicar popular que cumple con las modas
culturales o teológicas del día. Hay poco riesgo en predicar así. No
molesta a nadie que lo pueda escuchar – y está muy de acuerdo con la
cultura popular.

Jesús advirtió de los falsos mesías y los falsos profetas (Mateo 7:15;
24:11, 24). ¿Cómo podemos distinguir entre profetas verdaderos y
profetas falsos hoy? Considere estas diez pruebas:

•¿Exalta su mensaje a Cristo? (Juan 16:13-14; 1 Corintios 12:1-4)

• ¿Concuerda con las escrituras? (2 Timoteo 3:16; 2 Pedro 3:15b-16)

• ¿Fortalece a la iglesia? (1 Corintios 12:7; 14:3-5, 12, 26).

• ¿Pronuncia juicio por los pecados?

• ¿Enfatiza la gracia de Dios?

• ¿Produce frutos de Dios? (Mateo 7:15-18; Gálatas 5:22-23)

• Si la profecía incluye una predicción del futuro, ¿se convierte en


realidad? (Deuteronomio 18:22).

• ¿Tiene el supuesto profeta motivos de profeta o es motivado por


ganancias?

• ¿Tiene el supuesto profeta un carácter que refleja a Dios?

• ¿A quién responde el supuesto profeta, y hasta qué punto? (1 Corintios


14:29-33).

Al aplicar estas pruebas debemos tener cuidado de no ser hipercríticos.


Los profetas de Dios también son pecadores (Romanos 3:23), y pocos
sermones cumplirán todo lo incluido en pruebas 1-7. Sin embargo, estas
pruebas nos dan un punto donde comenzar a evaluar a los que
aparentan tener el don de profecía – y también para evaluar nuestro
propio ministerio y nuestros propios sermones.
“y a otro, discreción de espíritus” (v. 10c). Juan aconseja, “Amados,
no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque
muchos falsos profetas son salidos en el mundo” (1 Juan 4:1). Esto tiene
mucho en común con la distinción entre verdaderos y falsos profetas
(véanse los comentarios de v. 10b arriba).

No nos debe sorprender que Dios les dé a ciertas personas algún don
especial para la discreción de espíritus. Conocemos personas cuyo
razonamiento y comportamiento lleno de gracia nos inspiran confianza.
¿No es posible que ellos se encuentren entre los que poseen el don de
la discreción de espíritus?

“y a otro, géneros de lenguas” (v. 10d). ¿Cuáles son estos géneros


de lenguas? Tenemos dos ejemplos muy diferentes de hablar en
lenguas en Hechos 2:5-13 y en esta carta a los corintios. En el relato de
Hechos, el sermón de Pedro fue oído por gente de muchas naciones –
y cada persona lo oyó en su propio idioma. En esta carta a los corintios,
Pablo comenta sobre el hablar en lenguas sin necesidad de intérprete –
lo cual indica que el discurso no fue ininteligible de inmediato.

Para ver más acerca de este tema de hablar en lenguas véase la


sección de “El contexto” arriba.

“y a otro, interpretación de lenguas” (v. 10e). Sin intérprete, el idioma


de lenguas es ininteligible (14:2, 9-13). Pablo no prohíbe el uso de
lenguas, pero sí enfatiza la necesidad de un intérprete para hacer las
lenguas inteligibles.

Entonces, parece que el don de hablar en lenguas y el don de la


interpretación de lenguas son dos dones diferentes. ¿Se podrían
combinar en una sola persona? Seguramente, pero no necesariamente.

“Más todas estas cosas obra (enegei) uno y el mismo Espíritu” (v.
11a). Esto repite el énfasis en un solo Espíritu que aparece en
versículos 4-6 y 8-9. Hay muchos dones, pero solo un Espíritu que da
energía a todos.

“repartiendo particularmente a cada uno como quiere” (v. 11b). El


Espíritu concede dones espirituales a individuos según la voluntad del
Espíritu. El énfasis aquí está en la autoridad del Espíritu en lugar de la
distribución individual de dones. El Espíritu tiene un plan para la
distribución de dones espirituales, y los distribuye según corresponden.

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