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Resumen

I. CARACTERIZACIÓN DEL PERIODO MEDIEVAL

Llamamos pues Edad Media o Medioevo al espacio temporal que se abre entre dos periodos
históricos: por una parte el fin del Mundo Antiguo - tomando como referente la caída del Imperio
Romano de Occidente - y lo que a partir del Renacimiento, es entendido como periodo de transición
hacia lo que hemos comprendido de manera global como Edad Moderna.

La hermenéutica de asimilación, adaptación y reconstrucción nos ayuda a entender el Medioevo


como una fuerza de resistencia ante la aniquilación cultural que va a dar origen al mundo Europeo y
por extensión a todo el mundo Occidental

Es decir, corrientemente se sitúa el inicio del Medievo en la caída de Roma, las


consiguientes invasiones bárbaras y el proceso de asentamiento de estos pueblos en territorios que
habían sido del Imperio romano de Occidente.

Entenderemos que el Medioevo no comienza sólo cuando se agotaron los rebrotes del
espíritu romano en el contexto germánico, sino –como hemos ya dicho- en el espacio de encuentro
entre el Imperio -que decae disgregando sus urbes- con el mundo bárbaro: Europa entra en un largo
proceso de ruralización. Este encuentro va a dar origen a una forma de pensar y narrar el mundo, de
manera original y nueva, a partir de las influencias nacidas de la cristiandad, en una suerte de
maridaje entre Mundo antiguo tardío y la influencia del cristianismo.

Fin de la edad media

Para efectos de nuestro curso, el momento de término de nuestro periodo lo situaremos en


los alrededores del siglo XIV, con la crisis de la Peste Negra, la Guerra de los Cien Años y el
proceso centralizador que los Reyes de los Estado bajo medievales asumen con singular afán; nos
referimos a los Reinos de Francia, Inglaterra y Castilla. Estos sucesos, unidos a la crisis de las
teorías teocéntricas del poder, el nominalismo y la crisis de los Universales y la radicalización de la
vida espiritual llevada a cabo por los frailes mendicantes, marcan el otoño de la Edad Media y los
albores de la modernidad.

Concepto de edad media

Van a ser, particularmente, los ilustrados dieciochescos los que van a generar una impresión del
Medioevo como una época oscura

Los románticos, en cambio, en reacción a estas ideas generan una leyenda áurea que va a constituir
una especie idealización mítica como reacción al prejuicio ilustrado.

También lo posmoderno ha agregado una comprensión de lo medieval como una posición estética
relativa a lo visual y expresado en un interés por lo vernáculo occidental, manifiesto en la moda, la
música y la literatura

Como concepto posee un referente en el pensamiento de San Agustín de Hipona (siglo V) que, para
referirse al tiempo que le toca vivir, entiende al tiempo presente como un tempum intermedium,
entendido como una etapa intermedia y oscura, comprendida como una suerte de ‘intermedio’ entre
el principio de todas las cosas y el tiempo de su culminación.
Aunque, al parecer, el término Edad Media como tal, aparece por primera vez utilizado –tal como
lo usamos todavía- en el trabajo de historiador Flavio Biondo de Forlì, en su obra Historiarum ab
inclinatione romanorun imperii decades (Décadas de historia desde la decadencia del Imperio
romano)1,

El término se va a emparentar desde entonces con el campo semántico relativo a una parálisis del
progreso, de estancamiento cultural, ubicado cronológicamente entre la gloria de la antigüedad
clásica y la maravilla redentora iniciada en el Renacimiento.

El ideario popular va a concebir al Medievo como una época de gentiles caballeros, bellas damas
encerradas en las torres de los castillos y la vida cortesana asociada al goce, el honor y la violencia.

Características históricas

lo medieval será para nosotros, un periodo de continuidad entre el Mundo antiguo y el Mundo
moderno. Al decir continuidad no estamos apelando a una idea ingenua de continuidad como
“progreso”, sino más bien estamos aludiendo a la idea de devenir, de movimiento, que permite
encadenar una serie de hechos tanto de avance como de retroceso; pensemos que el Medioevo surge
desde la disolución del Imperio romano de Occidente, en una fragmentación que llevará a muchos
pueblos a un retorno casi al periodo neolítico en Europa, mientras que en el mundo del Islam
significa un florecimiento y tiempo de expansión. La continuidad aparece cuando nos miramos en
ese periodo como en un espejo que nos permite, de manera cercana o remota, darnos cuenta cómo
hemos llegado a ser lo que somos.

a. Económico: a partir de la sustitución del modo de producción esclavista por el modo de


producción feudal, con el siervo de la gleba en vez del esclavo, a partir del movimiento de
ruralización que surge por la disolución de la centralidad del Imperio y la vida urbana.

b. Social: ante la desaparición del concepto de ciudadanía romana, como pertenencia a un


modo de ser en el mundo, se abre paso una definición de los estamentos medievales, pasando de un
mundo urbano a un mundo rural; con la desaparición de la unidad dada por la ciudadanía imperial y
la constante imposición de la fragmentación y la “regionalización” de la forma de vida, posibilita la
aparición de la diversidad que sostiene y legitima no uno, sino muchos modos de ser.

c. Religioso: va a constituir el punto de articulación y cohesión de las visiones de mundo,


siendo el eje principal de la constitución de los pueblos y de los estados nacionales posteriores que
van a generar a Europa.

d. Político: ante la progresiva descomposición de las estructuras centralizadas del Imperio


romano se da paso a una dispersión del poder, en pequeños espacios territoriales interconectados
por las estructuras eclesiales que generan un poder político estable y organizado, dador de identidad
y pertenencia.
e. Ideológico: las narraciones religiosas darán coherencia y consistencia a las instituciones,
sosteniendo una visión de mundo global, armónico y universal, una suerte de metarrelato generador
de cohesión y pertenencia.

f. Cultural: la absorción y sustitución de la cultura clásica por los paradigmas de las


narraciones monoteístas (culturas mal llamadas teocéntricas) cristiana o islámica, cada una en un
espacio propio, pero con puntos de encuentro o desencuentro

Divisiones del periodo

Por otra parte el periodo mismo correspondiente al Medioevo suele dividirse en otros dos
grandes períodos:

a. Temprana o Alta Edad Media (siglo V a siglo X, sin una clara


diferenciación con la Antigüedad Tardía);

b. Baja Edad Media (siglo XI a siglo XV), que a su vez puede


dividirse en un periodo de plenitud, la Plena Edad Media (siglo XI
al siglo XIII), y los dos últimos siglos que caracterizaron la Crisis
de la Edad Media o del siglo XIV.

LA ‘INVENCIÓN’ DE LA EDAD MEDIA COMO LEYENDA NEGRA

La divulgación popular de este esquema de comprensión de la historia, según la opinión de


medievalistas como Le Goff o Duby, ha perpetuado un prejuicio erróneo que no permite una buena
comprensión del periodo, que consiste en considerar al Medioevo como una época oscura

EL MEDIOEVO COMO TIEMPO FECUNDO.

Como tiempo histórico, el Medioevo transcurre en un largo periodo de mil años, donde se
albergan hechos y procesos de naturaleza y constitución, muy diferentes entre sí, diferenciados
temporal, espacial y geográficamente, respondiendo a influencias mutuas con otras civilizaciones
con las que se enfrenta o se convive.

Estos hechos que hacen de la Europa medieval una especie de mosaico que se va fusionando
progresivamente dando forma a pueblos, regiones y estilos de vida que sientan las bases del
desarrollo posterior de la configuración y expansión europea

Pese a ser una época estratificada y de clases claras y fijas, no es una sociedad inmovilista; desde
sus orígenes la Edad Media, registra migraciones de pueblos enteros,encarnando una visión del
mundo a partir de la metáfora espiritual de la comprensión de la vida como un viaje

La Edad Media fue fecunda en ensayos de formas políticas nuevas, que van desde el califato
islámico de Córdoba a los poderes universales de la cristiandad latina (Pontificado e Imperio) o el
Imperio bizantino y los reinos eslavos integrados en la cristiandad oriental (los procesos de
aculturación, inculturación y evangelización de los monjes Cirilo y Metodio).

Desde el espectro urbano resurgen las concepciones de las ciudades estado, desde las pequeñas
ciudades episcopales alemanas hasta las repúblicas que mantuvieron imperios marítimos al estilo de
Venecia
Es notable que mucho de los conceptos asociados a lo que entendemos como modernidad irrumpen
en el Medioevo,Otro elemento que evidencia la dimensión dinámica del Medioevo es el choque-
encuentro de civilizaciones ocurrido entre la Cristiandad y el Islam

“La Edad Media realizó una curiosa combinación entre la diversidad y la


unidad. La diversidad fue el nacimiento de las incipientes naciones... La unidad, o
una determinada unidad, procedía de la religión cristiana, que se impuso en todas
partes... esta religión reconocía la distinción entre clérigos y laicos, de manera
que se puede decir que señaló el nacimiento de una sociedad laica. ... Todo esto
significa que la Edad Media fue el período en que apareció y se construyó
Europa”. Le goff

Me doy por satisfecho si podemos superar prejuicios, conocer y valorar los aportes, las luces y
sombras de un tiempo fascinante y que de una manera u otra ha influido notablemente en la
andadura del mundo Occidental y de la Iglesia hasta nuestros días.

PRIMERA PARTE (604 – 1048)

LA TEMPRANA EDAD MEDIA

La Iglesia paulatinamente logró insertarse en el mundo antiguo originariamente ajeno al Evangelio;


en cambio, el mundo medieval fue creado por Ella misma, junto a otros factores. La Edad Media
lleva consigo la fama de grandes logros y la carga de una vinculación entre Iglesia y Estado (con el
significado más bien de “Imperio”), entre lo espiritual y lo mundano, entre imperium y
sacerdotium.

En el medioevo el ámbito vital de la Iglesia no se encuentra ya en las márgenes del Mediterráneo,


sino en la costa norte y en la parte continental. Esto a consecuencia de la invasión musulmana y de
las grandes misiones entre los germanos y los eslavos.

Este período comienza con las oleadas de invasiones de los pueblos bárbaros de la Europa central y
septentrional, que traspasando las fronteras imperiales, llegarán hasta el sur e interior del Imperio
Romano, produciendo un cambio enorme en la vida política y cultural, que fructificará en la Europa
medieval. Durante este período, la población del continente y de las islas fue predominantemente
agrícola, las ciudades decaerán o desaparecerán con las invasiones bárbaras. A su vez, existió en
casi todas partes una sociedad con clases muy claras, sin ninguna movilidad social: los señores
(terratenientes guerreros), dominan y explotan a los siervos; estando todos bajo la autoridad feudal
de un señor más importante.

 Se multiplican las escuelas y los pensadores y literatos.


 El papado se reformó y organizó mejor, al igual que el movimiento monástico.
 Surgieron arquitectos y técnicas notables, junto a construcciones nuevas y geniales.
 Toda la sociedad conoció un nuevo período, los países se jalonaron de Catedrales y Abadías,
impulsadas por el amor a lo grande y lo sublime.
 Toda una civilización se extendió y cristalizó en innumerables obras maestras.
SEGUNDA PARTE: 1349 – 1490

En cierto modo, también la segunda parte de la Edad Media se divide en dos. La transición
se sitúa en la primera mitad del siglo XIV. El año de la peste negra (1349) es una fecha conveniente
para recordar y marca cambios notables; pues coincide con el comienzo de un largo período de
desastres que afectaron a Francia.

 El conflicto entre el papa y el emperador se había resuelto a favor del papado.


 Durante un siglo, desde Inocencio III hasta Bonifacio VIII (1193-1300), el papado, consolidado y
fortalecido había dominado la sociedad occidental, sobre todo en el plano político y aumentado
sin cesar sus pretensiones hegemónicas.
 En esta época la actividad artística, la filosofía y la teología tuvieron gran apogeo.

Pero a partir del 1300-1350 comienza a desmoronarse este edificio hasta entonces bien trabado:

 Un viento de crítica acerba y de individualismo destruye la gran síntesis intelectual.


 Los papas comienzan a residir en Aviñón. Poco después ocurrirá el gran Cisma de Occidente.
 Reaparecen las pestes y epidemias y las guerras mortales. Europa perderá casi un tercio de su
población con devastadores consecuencias psicológicas, demográficas, económicas y culturales.
 La literatura, el arte, la filosofía y las ciencias naturales van tomando nuevas direcciones,
anunciando perspectivas intelectuales y espirituales nuevas.
 Cada país ve nacer un espíritu nacional, van naciendo los que luego serán los Estados Modernos,
con gobiernos centralizados y celosos de su autoridad.
 La vida religiosa y eclesiástica experimenta varios años de decadencia y desorden.
 Los humanistas, con su amor por el pasado clásico y la filología, crearon una situación cultural
nueva.
 Todo esto añadido a los grandes descubrimientos de exploradores españoles y portugueses,
anunciaban una revolución que estalló en Alemania, donde no se esperaba. En este momento se
rompía definitivamente la unidad cristiana occidental y nacía la modernidad.
LA CAÍDA DEL IMPERIO OCCIDENTAL Y LAS INVACIONES DE LOS BÁRBAROS: EL NACIMIENTO DE
LA CRISTIANDAD OCCIDENTAL.

La desaparición del Imperio de los hunos no libró al mundo romano de Occidente de su


ocaso inminente. El Imperio se veía traspasado y desangrado por conflictos internos: el poder
Imperial cae en manos de usurpadores y los emperadores comienzan a ser títeres de los pueblos
bárbaros con mayor influencia. Los emperadores se convierten en soberanos nominales
dependientes de los jefes de las milicias bárbaras que protegían y defendían las fronteras restantes
del Imperio. El poder del Imperio sufre un fuerte proceso de barbarización que irá
consecuentemente dejando ver que la centralidad del emperador, en cuanto figura de cohesión,
gobierno y unidad, es inútil.

El bárbaro Odoacro o el buscador de riquezas, (435-493) rey de los Hérulos, destrona a


Rómulo Augústulo (461-476/511?) deportándolo y confinándolo al Castellum lucillarum (Nápoles)
en el 476, enviando las insignias imperiales a Constantinopla. Este curioso signo va a dar por
cerrado el tiempo del Imperio, a su vez es un reconocimiento de la supervivencia del Imperio de
Oriente y del nacimiento de un nuevo tiempo para el Occidente europeo: el tiempo de los reinos
germano-romanos.

A fines del siglo V comienza la disgregación y el olvido de los tratados de federación que los pueblos
bárbaros habían realizado con los romanos, comenzando a actuar como verdaderos soberanos de los
espacios territoriales donde el gobierno imperial se había visto en la necesidad de acogerlos

Cada jefe bárbaro va a comprenderse como soberano de la tierra encomendad, pensando, actuando y
gobernando como soberano de hecho y derecho

Los reinos germano-romanos fueron los siguientes: el reino vándalo africano; los reinos
ostrogodos y longobardos en Italia; los reinos anglosajones en Inglaterra.

EL REINO VÁNDALO AFRICANO

Los vándalos se instalan en Andalucía, en la Hispania bética, gobernados por Genserico


(389-477). El papa León Magno no logró impedir que los vándalos de Genserico, al llegar a las
puertas de Roma, invadieran la ciudad indefensa, que fue saqueada durante dos semanas. Sin
embargo, el gesto del Papa que, desarmado y rodeado de su clero, salió al paso del invasor para
pedirle humildemente que se detuviera, impidió al menos que Roma fuera incendiada y logró que
no fueran saqueadas las basílicas de San Pedro, de San Pablo y de San Juan, en las que se refugió
gran parte de la población aterrorizada.

CONSECUENCIAS DE LAS INVASIONES

La sensación que vive el pueblo romano es la de ser contemporáneos del fin del mundo, van
a ver como el mundo conocido simplemente caía en ruina y comenzaba a desaparecer, sin ser
capaces de percibir el movimiento de cambio hacia un nuevo orden que se impondrá en toda
Europa.
Las consecuencias de este periodo de invasiones en que el mundo bárbaro se sitúa y
posiciona en Europa pueden ser agrupadas de la siguiente manera:

La división y posterior caída del Imperio, proceso iniciado por Teodosio en el 395 significa
la ruptura de la unidad romana que va a ser el espacio de las invasiones de los pueblos germanos
que terminarían con la destrucción del Imperio.

Esta situación va instaurar una separación radical entre Oriente y Occidente; mientras
Occidente se sume en un tiempo de decadencia social y moral, Oriente va a alcanzar un periodo de
apogeo y bienestar que sobrevivirá como Imperio hasta la llegada de los turcos otomanos. Oriente
va a desarrollar una posición de apego férreo a la forma imperial, con una política cultural de
conservación de la cultura antigua especialmente en su sentido y presentación helénica, al punto de
generar un mundo encerrado en sí mismo, con esporádicos contactos con el mundo barbarizado de
Occidente.

1. EL PROCESO DE DECADENCIA SOCIAL Y CULTURAL DE OCCIDENTE

Las permanentes invasiones y emigraciones de los pueblos bárbaros destruyeron el Imperio romano de
Occidente y, en gran parte, la civilización romana occidental.

Desapareció el orden establecido, la organización administrativa, el ambiente cultural y la actividad


intelectual.

Los continuos saqueos y muertes, las poblaciones reducidas a esclavitud, la destrucción de edificios y
ciudades, acabaron con todo un sistema de vida.
Roma a lo largo del siglo V fue amenazada tres veces: saqueada por los visigodos de Alarico en el 410; en
el 451 San León Magno consiguió que los hunos dirigidos por Atila no la saquearan; en el 455 los
vándalos penetraron en una ciudad que mantenía poco sus antiguos esplendores.

La vida ciudadana desapareció junto con la destrucción de las ciudades y se convirtió en rural y primitiva.
Surgía Occidente, aparecía el medioevo.

La Iglesia salvó la civilización y cuidó, una vez más, a los más pobres y marginados. Los obispos
se convirtieron en piezas importantes de una sociedad en la que la Iglesia irá adquiriendo un lugar
relevante, pues será la única institución que logrará sobrevivir a las oleadas de invasiones bárbaras.

En Occidente la cultura se salvó gracias a los monjes que copiaron los códices que conservaban la
cultura clásica, transmitiendo así a la posteridad los escritos de los autores grecorromanos y también los de
algunos autores de su tiempo como San Isidoro (c. 560-636).

La desaparición de la organización política romana creó un vacío de poder que sólo pudo ser
llenado por la Iglesia, educadora y legisladora de los nuevos pueblos; además de evangelizadora, por
cierto. Ambrosio, Agustín, León y Gregorio fueron, en un sentido real, los padres de la civilización
occidental al incorporar estos pueblos a la comunidad espiritual de la cristiandad.
Consecuencia de este “maridaje” que se fue dando entre la sangre nueva bárbara y la Iglesia, fue
la estrecha unión y casi confusión de las instituciones del Estado con la Iglesia.

Los concilios nacionales de Toledo constituyen un ejemplo elocuente de esto. Recaredo y sus
sucesores convocaban los concilios, dirigían el desarrollo de las sesiones y firmaban las actas. En realidad,
eran al mismo tiempo asambleas eclesiales y asambleas del reino, y de hecho influyeron eficazmente en la
marcha de este. Los obispos crearon una ética de los soberanos marcada por las virtudes de iustitia y
pietas de la antigüedad, objetivaron la soberanía regia como oficio regio e introdujeron la consagración
del rey para fortalecer la autoridad del soberano.

LA CONVERSIÓN DE LOS BÁRBAROS

Respecto al proceso de conversión de los pueblos bárbaros, recordemos que se convirtieron


masivamente siguiendo a sus jefes: los visigodos con Recaredo, los francos con Clodoveo, los
longobardos con Teolinda, y lo mismo los otros pueblos germanos. No se trató de una conversión personal

¿Cuáles fueron las razones del éxito en la conversión de estos pueblos?2

 La fuerte organización de la Iglesia: Esta eficiente organización eclesial, heredada por lo demás de
la organización administrativa imperial, era uno de los elementos de su fuerza en una sociedad muy
elemental y poco organizada.

 Las mujeres constituyeron un motivo y ayuda especial: Ellas fueron como los agentes
catalizadores que provocaron la conversión de su familia, o mejor dicho, el ingreso de sus familias al
seno de la Iglesia; pues la obra profunda, la lenta preparación de siglos, la profundización de los
pueblos en la fe, fue obra esencialmente de los monjes.

 El prestigio del Obispo: resulta sorprendente encontrar tal número de personalidades enérgicas,
emprendedoras, creativas y atrayentes en un grupo humano que conservando lo mejor de la tradición
religiosa y cultural antigua, asumieron con brío la gran obra de evangelizar a los nuevos pueblos.

 Junto al clero, los monjes ejercían una profunda acción en el pueblo: no podríamos imaginar la
historia de estos siglos sin la presencia y la acción civilizadora y evangelizadora del monacato.

 El comercio: el estrecho lazo existente entre el comercio y algunas misiones posromanas y


medievales es evidente. La fe llevada por los representantes de un mundo más culto, envidiado por
numerosos motivos, terminará por conquistar a los conquistadores del Imperio. No cabe duda de que
el prestigio de la cultura romana constituyó un argumento y un talante decisivo en manos de la Iglesia
a la hora de asumir la evangelización de los pueblos bárbaros.

 Hasta el año 476 ninguna población germana se había convertido al catolicismo mientras vivía
fuera de las fronteras del Imperio. Pero, ninguna de estas poblaciones, una vez dentro del Imperio,
permaneció pagana durante más de una generación. La entrada en un nuevo mundo económico y
cultural va seguida de la necesidad de un nuevo mundo espiritual.
El peligro consistió en que el carácter naturalista e instintivo de los germanos pudiera sofocar la elevada
pureza espiritual del cristianismo y multiplicar la superstición.

No se puede comprender el cristianismo medieval, con todo lo que supuso para las generaciones
siguientes, sin conocer el influjo y el aporte de los pueblos bárbaros.

También es necesario señalar el papel moderador y civilizador de la Iglesia, protegiendo al pueblo de la


violencia de los señores e influyendo en mitigar las costumbres bárbaras.
EL REINO VISIGÓTICO DE TOLEDO (416-711)

Reino visigodo, núcleo político creado por los visigodos, cuyo asentamiento en la península
Ibérica (el denominado reino de Toledo) se llevó a cabo en el transcurso del siglo VI, finalizó con la
invasión musulmana en el 711. Los visigodos eran un pueblo germano perteneciente al grupo godo, que
recibió ese nombre pues fueron conocidos como los godos de occidente

Es decir, los orígenes están en la Hispania romana que velozmente se convierte en la


Hispania visigoda. Este proceso no es fruto de acuerdos jurídicos y territoriales sino, más bien, una
especie de encuentro de culturas que coexistirán, no sin dificultades, sin confundirse ni mezclarse
en sus orígenes. Este encuentro entre el mundo visigodo y el mundo romano es el antecedente de lo
que hoy conocemos por España.

No existe fusión de razas y en consecuencia de costumbres y culturas sino que, más bien se instala una
coexistencia con algunos niveles de contaminación mutua

Esta situación va a mejorar con la conversión de Recaredo, que se convierte al catolicismo


romano (587). Desde entonces y hasta el 589 se sucedieron las sublevaciones de los arrianos, a las
que hizo frente y derrotó.

En las sesiones del Tercer Concilio de Toledo (589), Recaredo no sólo hace públicamente la profesión de
la fe católica, sino que además anatematiza a Arrio y sus doctrinas.

A partir de este momento, el rey se convirtió, a imitación de los emperadores bizantinos, en


jefe de la Iglesia visigoda. Las jerarquías católicas se integraron en la maquinaria estatal y los
concilios de Toledo adquirieron una destacada dimensión política. Esta situación explica que a
partir de entonces en el reino visigodo se confundieran Iglesia y Estado.

Hacia la primavera y el verano del 587 las iglesias arrianas fueron decretadas ilegítimas,
expropiadas todas sus pertenencias y sus bienes entregados a los católicos como signo de la
definición como la única y verdadera fe.

Esta situación no sólo significó un triunfo del catolicismo en Hispania sino que transformó al reino en un
Estado teocrático, iniciando una unión entre el trono y el altar que durará largo tiempo: el poder temporal
y el espiritual bajo un mismo régimen

En la cultura, claramente orientada al servicio de la Iglesia, la figura más relevante fue Isidoro de
Sevilla, autor de las célebres Etimologías, En la cultura, claramente orientada al servicio de la
Iglesia, la figura más relevante fue Isidoro de Sevilla, autor de las célebres Etimologías.

Desde finales del siglo VII se recrudeció en la Hispania visigoda la lucha por el poder. En ese clima
se produjo, en el año 711, la invasión de la península Ibérica por los musulmanes, que procedían del
norte de África. La derrota y muerte del rey Rodrigo en la batalla de Guadalete supuso el fin del
poder visigodo en Hispania.
GRANDES HOMBRES DE IGLESIA: SAN GREGORIO MAGNO, PAPA

San Gregorio I (c. 540-604), Papa (590-604), último de los cuatro Doctores de la Iglesia originales.
Fue conocido como Gregorio Magno.

NACIDO EN ROMA, EN EL SENO DE UNA FAMILIA PATRICIA.

DESTACÓ DE INMEDIATO EN LA ADMINISTRACIÓN Y EN EL AÑO 570 FUE NOMBRADO PREFECTO DE


ROMA. DECIDIÓ MUY PRONTO CONVERTIRSE EN MONJE, Y HACIA EL AÑO 575 TRANSFORMÓ SU
PROPIEDAD FAMILIAR EN UN MONASTERIO DEDICADO A SAN ANDRÉS.

EN EL 579 GREGORIO FUE ENVIADO POR EL PAPA PELAGIO II (PONTIFICADO 579-590) COMO
NUNCIO ANTE EL EMPERADOR EN CONSTANTINOPLA, DONDE INTENTÓ CONSEGUIR AYUDA MILITAR
CONTRA LOS LOMBARDOS, QUE HABÍAN INVADIDO ITALIA Y SE HABÍAN INSTALADO, CREANDO
GRAN PELIGRO, EN LAS PROXIMIDADES DE ROMA.

A SU REGRESO A LA CIUDAD FUE ELEGIDO PAPA EN EL AÑO 590. A PESAR DE SUS ESFUERZOS NO
CONSIGUIÓ AYUDA DE CONSTANTINOPLA CONTRA LOS LOMBARDOS, Y TUVO QUE NEGOCIAR CON
ELLOS.

EN EL AÑO 594 EVITÓ LA INVASIÓN LOMBARDA DE ROMA DESPUÉS DE ACORDAR EL PAGO DE UN


TRIBUTO ANUAL.

COMO PAPA, GREGORIO CONSOLIDÓ EL PRESTIGIO DEL PONTIFICADO Y CONFIRIÓ AL


CARGO UN CARÁCTER EN CIERTO MODO DIFERENTE. SU EFICAZ ADMINISTRACIÓN DE LAS
PROPIEDADES DE LA IGLESIA EN ROMA PROPORCIONÓ ALIMENTO Y DINERO PARA ESTE FIN.

GREGORIO DEFENDIÓ LA TRADICIONAL ASPIRACIÓN DE ROMA DE PRIMACÍA ECLESIÁSTICA SOBRE


EL PATRIARCA DE CONSTANTINOPLA, SE TOMÓ TAMBIÉN UN GRAN INTERÉS POR LA LITURGIA, E
INTRODUJO UNA SERIE DE REFORMAS. SE LE ATRIBUYE LA INCORPORACIÓN DEL CANTO
GREGORIANO A LA CELEBRACIÓN DE LOS OFICIOS DIVINOS.

EN EL AÑO 597 GREGORIO ENVIÓ A INGLATERRA AL PRIOR DE SU PROPIO MONASTERIO,


AGUSTÍN DE CANTERBURY, JUNTO CON 40 MONJES.

. LOS 14 LIBROS DE LAS CARTAS DE GREGORIO PROPORCIONAN UNA EXCELENTE FUENTE PARA
CONOCER AL HOMBRE DE SU ÉPOCA. CASI TODAS TIENEN UNA ORIENTACIÓN PRÁCTICA Y MORAL.

MURIÓ EN ROMA EL 12 MARZO DEL AÑO 604. SE CREE QUE FUE CANONIZADO A PETICIÓN POPULAR
TRAS SU MUERTE. SU FESTIVIDAD SE CONMEMORA EL 12 DE MARZO, DÍA DE SU FALLECIMIENTO.
LA “REGLA PASTORAL” DE GREGORIO MAGNO

“Él [el misionero], por tanto, ciertamente debe dedicarse por entero a realizar un ideal de vida. Debe dar
muerte a todas las pasiones de la carne y emprender una vida espiritual. Debe poner a un lado la
prosperidad mundana; no debe temer la adversidad, deseando solamente lo que es espiritual.

LA MISIÓN ENTRE LOS ESLAVOS

En este sentido, notables son los ejemplos de dos grandes misioneros: Santos Cirilo y Metodio (827-869)
y (826?-884), hermanos nacidos en Tesalónica, conocidos como los 'apóstoles de los eslavos'. Formaron
parte de una misión enviada en el año 860 por el Emperador bizantino Miguel III el Beodo, al territorio de
los jázaros, un pueblo tártaro que toleraba todas las creencias y cuyos gobernantes practicaban el
judaísmo.

Cirilo creó el alfabeto eslavo. Fue el alfabeto conocido como glagolítico. Durante los siguientes nueve
años, los hermanos tradujeron los libros del Nuevo Testamento a la lengua vernácula, utilizando estas
traducciones para desarrollar una liturgia eslava. Cirilo murió en Roma. Metodio regresó a Moravia,
ampliando su labor misionera. Fue nombrado arzobispo en el año 869.

El esquema de evangelización de las nuevas cristiandades tuvo algunos fue común:

 Hombres fuertes de gran personalidad, que polarizaban con su predicación y milagros la atención
general de los pueblos misionados.
 Conseguidas las primeras conversiones, elegían y consagraban Obispos de las nacientes Iglesias
locales, a personas de su confianza, que proseguían su labor apostólica.

LA EUROPA CRISTIANA ALREDEDOR DEL AÑO 600


Poco antes del año 600, el arrianismo, que había amenazado con destruir a la Iglesia, había desaparecido
de la Galia. La herejía sólo subsistió en España casi hasta la conquista musulmana.

En la Galia: el año 600 la gran mayoría de la población es cristiana, o al menos estaba en contacto con el
cristianismo

En Alemania: las invasiones bárbaras no destruyeron por completo las colonias cristianas

Las Islas Británicas: casi toda Inglaterra fue ocupada al inicio del año 600 por invasores paganos
(daneses, sajones y otros), que se establecieron allí después del retiro de la administración y tropas
romanas. No disponemos de documentos que apoyen la tesis de que haya sobrevivido alguna comunidad
cristiana en la región. Sólo Gales y Cornualles eran totalmente celtas y habían conservado la fe

Al mismo tiempo, el papado imponía su autoridad directa sobre unos pueblos recién convertidos, entre los
cuales gozada de gran prestigio. Esta circunstancia fortaleció en épocas posteriores la posición de Roma
frente el Imperio de Oriente, y luego, le proporcionó su capacidad de resistencia en la lucha contra los
emperadores alemanes.

San Bonifacio (c. 675-754), misionero benedictino anglosajón, apóstol de los pueblos germanos.

misionero benedictino anglosajón, apóstol de los pueblos germanos. De nombre Wynfrid, fue educado
en el monasterio de Nursling, del que llegó a ser abad hacia el 717.
Un año después, el Papa Gregorio II le envió a predicar el cristianismo entre las tribus germanas.
Llamado a Roma por el Papa, en el 723 fue consagrado obispo y recibió una serie de cartas dirigidas al
rey de Austrasia, Carlos Martel, y a todos los príncipes y obispos, en las que se solicitaba que Bonifacio
recibiera la necesaria ayuda para su misión.
Como reconocimiento a sus servicios, el Papa Gregorio III le nombró, en el 731, arzobispo y vicario
pontificio de la Iglesia en tierras germanas.
Bonifacio realizó un tercer viaje a Roma en el 738 y fue designado Legado pontificio en aquellos
territorios. Estableció numerosos arzobispados y obispados, como el de Maguncia (del que fue primer
titular) en el 745.
En el 751, en calidad de legado del papa Zacarías, ungió como rey de los francos a Pipino el Breve. Tras
retirarse a Frisia, fue asesinado por unos paganos en Dokkun.
Bonifacio tuvo el don de la amistad. Supo inspirar una gran confianza como la que manifestaba él a los
demás.
Los puntos siguientes presentan un resumen de aspectos fundamentales de la catequesis y
vida cristiana durante la Alta Edad Media:
 El niño no recibe una educación religiosa particular.
 Las familias acuden a la Iglesia, asisten a sus servicios religiosos, participan en los sacramentos, se
sienten cristianos.
 Están integrados en una sociedad que se identifica como cristiana; pero, individualmente, a menudo
viven una fe poco formada y poco purificada.
 En general la cultura bíblica es muy pobre.
Los temas de los predicadores raramente se basaban en la Biblia, sino más bien en las vidas de Santos

Los límites de la cristiandad


Durante este período, las pérdidas que sufrió el cristianismo fueron igualmente considerables como sus
ganancias. El motivo fue el auge y expansión del Islam. Mahoma murió el año 632. En un siglo sus
sucesores extendieron su Imperio desde Samarcanda y el Indo hasta Cádiz y los Pirineos. Sus ejércitos
sitiaron Constantinopla y Orleans. Las florecientes comunidades cristianas de Oriente (Siria, Armenia,
Palestina, Egipto) y el norte de África fueron arrasadas y destruidas en su mayoría. El año 711 los árabes
conquistan España. Un gran alivio para la cristiandad, fueron las derrotas sarracenas de los años 674-677 y
717 – 718 ante los muros de Constantinopla y la del 732 de Carlos Martel en Poitiers
Unos años antes, se produjo otro gran y doloroso acontecimiento para la cristiandad, en especial para
Oriente: la caída de la Segunda Roma en manos de los turcos otomanos.
ORÍGENES DEL MONACATO OCCIDENTAL: SAN JERÓNIMO Y LA PROPAGANDA ASCÉTICA EN EL
AMBIENTE ROMANO

Ya durante su destierro en Tréveris y luego en Roma, San Atanasio (293?-373), el gran campeón anti
arriano, obispo y doctor de la Iglesia, comenzó a dar a conocer la existencia del monacato en Occidente.
Pero es sobre todo San Jerónimo el gran difusor de la vida monacal en Europa.
San Jerónimo (c. 345-419), fue un erudito bíblico, Padre y Doctor de la Iglesia, cuya obra más
importante fue la Vulgata; es decir, la traducción de la Biblia al latín. De formación pagana, después de
estudiar en Roma y viajar a Antioquía (donde se convirtió al cristianismo), marchó al desierto y allí vivió
como un asceta y estudió las Sagradas Escrituras. En el 379 fue ordenado sacerdote. Pasó tres años en
Constantinopla con San Gregorio Nacianceno. En el 382 regresó a Roma, donde trabajó como secretario y
consejero del Papa Dámaso I, quien le encargó revisar la antigua traducción de la Biblia; allí empezó a ser
muy influyente.
Su propaganda a favor del ideal monástico encontró un éxito grande, especialmente entre un cierto
número de mujeres, viudas, vírgenes, pertenecientes a la aristocracia senatorial.

MONASTERIOS EPISCOPALES DE OCCIDENTE

San Agustín en su diócesis africana de Hipona. Agustín quiso ser monje al bautizarse, pero la primera
comunidad que había agrupado en torno a sí en su ciudad natal de Tagaste (388), no logró subsistir. Sí
logro fundar una comunidad de clérigos con un estilo de vida monacal, cuando en el año 395, como
obispo de Hipona, organizó un monasterio episcopal, imponiendo a todo su clero la renuncia monástica y
particularmente el voto de pobreza.
De modo semejante, San Martín nombrado obispo de Tours (370-371), no había renunciado a la vida
monacal y reunió también una comunidad de clérigos bajo su dirección.
En definitiva: estas comunidades y otras más de este tipo, tuvieron grandes consecuencias para el
porvenir, abriendo camino a las futuras comunidades de canónigos regulares y a esa interpretación, tan
característica de la Iglesia de Occidente, entre la vida del clero secular y las exigencias de la vida
monástica.

SAN BENITO Y SU REGLA.

LA SITUACIÓN PREVIA.

El monacato oriental suscitó en Occidente gran cantidad de imitadores de los ascetas del desierto de
Oriente. Surgieron numerosos monasterios, cada uno de los cuales seguía la regla de su fundador y
conservaba su espíritu distintivo. La vida eremítica seguía siendo preferida a la cenobítica; lo cual nos
muestra que seguía siendo fuerte el ideal de los primitivos monjes egipcios. Eremitismo y cenobitismo se
practicaban simultáneamente y en una gran variedad de estilos y reglas. Ante esta diversidad –que denota
una notable vitalidad y a la vez una caótica diversidad– va surgiendo la necesidad de una Regla que
encauce la vida monacal.

En medio de tanta literatura canónica, se hizo cada vez más necesario poner cierto orden para promover
más eficazmente la vida espiritual de estos creyentes y remediar las debilidades y desviaciones. Todo este
preámbulo nos dibuja el ambiente en el que surge San Benito y su Regla, que pretendió unificar las
diversas Reglas monásticas que circulaban en Oriente y Occidente y construir el ansiado Corpus de la
vida monacal
LOS “DIÁLOGOS” DE SAN GREGORIO MAGNO

La figura y la vida de San Benito son conocidas gracias a los Diálogos de San Gregorio Magno (Papa 590-
604). De carácter marcadamente popular, contienen multitud de relatos de toda suerte de hechos
prodigiosos. Los personajes que abundan en los Diálogos ofrecen ejemplos de virtudes a obispos, clérigos,
monjes, vírgenes consagradas a Dios, e incluso a los seglares. Pero predominan los monjes. Se trata de una
obra eminentemente monástica, escrita por el Papa-monje, a petición de los monjes. La figura del monje y
Abad, Benito, adquiere gran relieve, su vida y hechos ocupan todo el libro segundo de los cuatro que
forman la obra.

Los Diálogos fueron escritos entre los años 593-594, es decir, cuando habían transcurrido alrededor de
cuarenta años de la muerte de su héroe principal.

3. VIDA DE SAN BENITO

San Benito de Nursia (480?-547?), fundador del monasterio de Montecassino y conocido como el padre
del monacato occidental.

La corrupción de costumbres imperantes en la Urbe lo movió a tomar una determinación radical: quiso
abrazar la vida monástica” . Se retiró a una zona deshabitada cerca de Subiaco, en el valle del río Anio,
donde vivió en una cueva (más tarde llamada la Gruta Santa) durante tres años.

Durante este periodo aumentó su fama de hombre santo, y se acercaban a visitarlo multitud de personas.
Al poco tiempo fueron agregándosele discípulos cada vez más numerosos, con los que llegó a poblar doce
monasterios; cada uno de éstos formado por doce monjes, bajo su propio abad. Él mismo retuvo la
dirección superior de esta comunidad cenobítica y se ocupó personalmente de la formación de los
novicios.

El relato gregoriano no nos proporciona ninguna fecha. Una tradición sin fundamento preciso sitúa el
nacimiento de Benito hacia el año 480. Es probable que la fecha asignada tradicionalmente al traslado de
Benito de Subiaco a Montecassino en el año 529, se aproxime a la realidad.

A Benito le tocó vivir una difícil época, especialmente a partir del año 526, en que murió Teodorico y se
desvanecieron definitivamente los sueños de instaurar un Estado integrado por conquistadores y romanos
vencidos, y más especialmente durante la interminable guerra entre godos y bizantinos (535-551), con su
terrible séquito de matanzas, saqueos, hambrunas e inseguridades.

4. SAN BENITO AUTOR DE LA REGLA

Actualmente se acepta que la Regla monástica a la que alude San Gregorio Magno, es la llamada
comúnmente Regla de San Benito. Benito, el monje y el Abad de quien habla con tanta admiración San
Gregorio Magno en el segundo libro de sus Diálogos, es incuestionablemente el autor de la Regla de
monjes que lleva su nombre.
5. LA REGLA BENEDICTINA.

La RB es un texto mitad legislativo, mitad espiritual.

Como sucede en las Reglas monásticas, muchos de los capítulos de la RB están yuxtapuestos, sin un lazo
lógico aparente. Con todo, dos importantes secciones se destacan por su homogeneidad: el código
litúrgico y el código penal.

La RB se proclama a sí misma dos veces como “la santa Regla”3. Se atribuye gran importancia como
base del compromiso monástico y como norma permanente de la vida del monje y de la comunidad. La
perseverancia del monje en la vida monástica consiste en permanecer sometido a la obediencia a la Regla
hasta su muerte.

Es esencialmente práctica, aún en sus aspectos espirituales. Se adapta a las circunstancias concretas.

Destinatarios
La RB es una regla cenobítica. Sus destinatarios son los monjes que viven en comunidad perfecta. Al
recorrer sus capítulos hasta el epílogo, caemos en la cuenta que Benito conoce la realidad de las
debilidades humanas de sus monjes, para quienes escribe una regla de iniciación, muy inferior a las
enseñanzas de los Santos Padres Antiguos.

¿Cuál era la procedencia de los monjes? Algunos hermanos habían sido ofrecidos a Dios en el monasterio
siendo niños, podían ser de familias nobles, o pobres (59,1.7.9), otros habían ingresado siendo adultos:
podían ser libres, esclavos o manumitidos (2,20). Ingresaban también clérigos.

Del texto mismo de la RB se deduce que no fue escrita para un sólo monasterio. Se mencionan cenobios
de “diferentes lugares”

6. ORIGINALIDAD DE LA RB.

La gran novedad de la Regla benedictina fue la concepción de estabilidad: el monje, se integraba


libremente a la comunidad monástica que pasaba a ser su familia permanente y donde recibía toda su
formación. También las minuciosas disposiciones del Oficio, según las estaciones y horas del día son un
aporte y originalidad de esta Regla. La RB es una gran obra legislativa de los monjes antiguos,
especialmente del ámbito latino. Es una valiosa obra de reelaboración de toda la tradición monástica. La
Regla de San Benito se mantiene como una de las obras más originales de la literatura patrística y
monástica de Occidente.
7. CARACTERÍSTICAS DE LA REGLA DE SAN BENITO

discreción
Benito asume la doctrina de Casiano acerca de la discretio, como virtud del justo medio que evita los
excesos. Benito señala que las normas monacales han de aplicarse de modo tal, que cada uno se esfuerce
según sus posibilidades y sea capaz de cumplirlas, dejando espacio para progresar continuamente en la
realización del fin deseado: la caridad.

humanidad

La RB posee un hondo valor humano. Rebosa humanidad. Se puede afirmar que Benito es un humanista,
en cuanto considera a la persona no como una abstracción, in ideal desencarnado, sino como algo
concreto, individualizado, que tiene importancia en sí; obviamente se trata aquí de un humanismo
cristiano y específicamente, monástico. San Benito es un Abad experimentado, que conoce la naturaleza
humana. Sabe de sus flaquezas y posibilidades.

autenticidad

Otro rasgo de la RB es su carácter realista. Benito desecha en su Regla todo lo superfluo y artificial; va
derechamente a lo importante: el abad debe recordar lo que se le llama (padre) y serlo de verdad (2,1); el
oratorio debe ser un lugar de oración (52,1). A los enfermos se les servirá como se le sirve a Cristo (36,1).
Los monjes son de verdad tales si viven de su trabajo (48,8).

La escasez de mano de obra (guerra en entre godos y bizantinos entre el 535-53), le obliga a imponer el
trabajo manual a sus monjes, Benito lo acepta como signo de la voluntad divina y lo asume como un
principio: vivir del propio trabajo para ser verdaderos monjes (48,8).

cristocentrismo

Cristo está presente en todas partes, en el corazón mismo de la vida del monje, que es comunión en su
propia vida siguiéndolo en el cumplimiento de los consejos evangélicos
Papado y reino Franco. El Estado Pontificio
El acercamiento del Papado al reino de los francos en el siglo VIII, se explica en primer lugar por
la situación reinante en Italia. Bizancio, la Roma Oriental, no podía ayudar eficazmente a la
Primera Roma contra los longobardos, pues Ella misma tenía que defenderse de las embestidas de
los árabes.

Por otra parte, la controversia de las imágenes4, que se arrastraba desde la década de los años veinte,
distanció aún más a Occidente de la soberanía bizantina. El Papado, con sus abundantes posesiones en la
Península Itálica, exigía una posición relativamente independiente frente al Emperador Bizantino y a su
Exarca en Rávena.

El reino de los francos era el más fuerte en Europa Occidental desde tiempo atrás. Allí, el poder cayó en
manos de los mayordomos de palacio, que haciendo a un lado a los débiles reyes merovingios, asumirán
el poder y la Corona, fundando la nueva dinastía de los reyes carolingios.

Carlos Martel (688-741) es un personaje clave en esta época. Pronto sus sucesores (Pipino el Breve
714-768) con la anuencia del Papa Zacarías (741-752), asumen el poder. Según el modelo bíblico,
seguido ya por los visigodos, el nuevo rey recibía la unción con el crisma.

El golpe de Estado de Soissons. Año 749

El papa Esteban II (752-757) pide ayuda al rey Pipino contra los longobardos, éste emprende una
campaña bélica y devuelve territorios romanos que habían sido usurpados por los longobardos;
recibe a cambio la unción regia de manos del Papa.

También recibe el título de patricius romanorum, utilizado por los altos dignatarios bizantinos y
por generales germánicos, y que encerraba la idea de soberanía y la obligación de prestar
protección al Papado.

Tras las campañas militares de los años 754 y 756, el rey franco, en contra de las protestas
bizantinas, mandó restituir al Papado el territorio reconquistado: el ducado de Roma, el exarcado
de Rávena y la pentápolis.

Así nació el Estado Pontificio, al principio sin separación propiamente dicha del Imperio
Romano, separación que se da a conocer por primera vez en la acuñación de monedas y en la
dotación de documentos de los Papas desde el año 781
¿Actuaban ya el Papa y el rey franco bajo la influencia del documento falso, según el cual
el Emperador Constantino habría concedido al Papa una posición imperial, junto con Roma,
todas las provincias, regiones y ciudades de Italia, y los países occidentales, lo que se llamó la
“donación de Constantino”.

La mencionada falsificación documental nos presenta al Emperador Constantino


conduciendo de la rienda el caballo del Papa, y cuadra extraordinariamente bien con la
donación de Pipino a San Pedro.

LA IGLESIA MEROVINGIA Y LA IGLESIA FRANCA (604 – 888) se desarrolla en tres períodos:

1º Mientras los reyes merovingios van perdiendo progresivamente la dirección de su reino, la


antigua de la vida eclesiástica de la Galia romana va a desaparecer poco a poco y va
apareciendo un nuevo estilo de vida religiosa, alrededor de abadías como la de Saint-Denis,
cerca de París.

2º El período del ejercicio del poder de los mayordomos de Palacio, verá deshacerse la vida
eclesiástica organizada: los obispados y abadías se secularizaron, no se celebraron sínodos ni
concilios. Si bien Carlos Martel (688-741), uno de los más notables mayordomos de Palacio,
salva a la cristiandad occidental del peligro sarraceno, para hacerlo debió saquear los bienes de
la Iglesia y sin pretenderlo, destruir la vida religiosa monacal.

3º Un tercer período, bajo Carlomán y Pipino el Breve, hijos de Carlos Martel, quienes se
manifestaron claramente por una auténtica renovación de la disciplina eclesiástica y una
decidida voluntad de reforma de la Iglesia.

Pipino el Breve fue el verdadero fundador del reino franco. Fue el primero que propuso ideales y
objetivos de gobierno, que su hijo Carlomagno llevó a término.

Vemos cómo desde los últimos años de vida del Imperio de Occidente, hasta el apogeo de la
monarquía franca, la Iglesia de Galia fue cambiando de situación. Al principio no fue sino una
prolongación del cristianismo romano; para luego ser una Iglesia regional y luego territorial,
cuyo gobierno estaba asegurado por el rey.

Al momento de la debacle del Imperio romano de Occidente (siglo V), los obispos fueron las
únicas autoridades que permanecieron y llenaron el vacío de poder dejado por la autoridad civil,
llegando a ser de hecho verdaderas autoridades del país. Esto continuó así durante la dinastía
merovingia, muy débil como para asumir la dirección y construcción de una autoridad fuerte y
centralizada.
Los Obispos, generalmente provenientes de familias ricas y cultas, gobernaban las “ciudades”,
administraban justicia y remediaban las calamidades públicas. Hacia el año 700, la Iglesia era
dueña de la cuarta parte de las tierras cultivadas. Los obispos eran hombres competentes,
designados por el rey y vivían en armonía con los ministros. No se hacía ninguna distinción
política ni social entre obispos francos y romanos; conservando Roma, sin embargo, cierto
prestigio: era la suprema autoridad en materia de doctrina y principios.

Junto con las Iglesias de dependencia episcopal, van apareciendo las Iglesias privadas
dependientes de un Señor feudal. El sacerdote y el culto se sostenían con las oblaciones de pan
y de vino, las ofrendas de Pascua y otras fiestas como con el diezmo a partir de siglo VIII.

El período de gobierno del mayordomo de Palacio Carlos Martel (719-741), suele considerarse
como aquel en que el sistema feudal apareció por primera vez con caracteres bien definidos:

 El nivel de civilización había decaído con el derrumbe del Imperio y las oleadas de invasiones
bárbaras. Ya Roma no ejercía la tradicional vigilancia sobre las Iglesias.
 Va naciendo una sociedad nueva sobre las ruinas de pasado romano: aumenta la
desigualdad social. Aparece una clase nueva y poderosa de terratenientes guerreros. Las
capas populares pasan a formar parte de la multitud de siervos.
 Los nobles luchan denodadamente por el poder. Los obispos actuaron como elementos
influyentes, apoyando a unos u otros. En muchos casos compraron su nombramiento y se
adueñaron de monasterios para consolidar su poder.
 El nivel de disciplina religiosa decayó. La transformación de los obispos en señores seculares
y la secularización de la propiedad eclesiástica para hacer frente a la lucha contra los árabes,
empobrecieron a la Iglesia en hombres y recursos.
 Carlos Martel para equipar a sus hombres en armas, se apropió de los bienes de la Iglesia y
tuvo que repartir “beneficios” a señores y jefes de tropas, con la donación de tierras.
 Se introduce el juramente de fidelidad como elemento de tal transacción.
 Muchas Iglesias y monasterios pasan a poder de señores laicos; éstos se aprovechan de las
rentas y daban a los monjes lo justo para sobrevivir.

Los hijos de Carlos Martel (Carlomán y Pipino el Breve), llevaron a cabo una restauración parcial de
la Iglesia, cuyo principal agente fue San Bonifacio. Especialmente Pipino el Breve, reúne sínodos
reformadores, redujo la parte de la propiedad laica arrendando tierras de la Iglesia y estableció la
supremacía de los obispos sobre sus diócesis e instituyó arzobispados, junto con conservar la
amistad de los Papas, sin convertirse en su lacayo.
Carlomagno y la Iglesia

AÑO ACONTECIMIENTO

Cronología: Carlomagno

742 Nace el 2 de abril, probablemente en Aquisgrán, hijo del rey franco Pipino el
Breve.
754 Comienza a acompañar a su padre en diversas campañas militares, como la
conquista de Aquitania y la invasión de Italia en apoyo del papa Esteban II frente
a los lombardos.
768 A la muerte de Pipino, el reino franco es repartido entre sus hijos: Carlomagno
pasa a reinar sobre los territorios de Neustria, Austrasia y el occidente de
Aquitania; en tanto que su hermano Carlomán lo hace sobre Borgoña, Provenza
y el oriente de Aquitania.
770 Se casa con la hija del rey lombardo Desiderio.

771 Fallece Carlomán. Carlomagno se apodera de los dominios de aquél.

772 El papa Adriano I solicita su ayuda frente a los lombardos.

774 Derrota a Desiderio y se convierte en rey de los lombardos. El papa Adriano I le


declara ‘protector de Roma’.
775 Inicia la campaña para conquistar y cristianizar a los sajones.

778 Combate a los musulmanes en la península Ibérica. Tras retirarse, crea el


territorio fronterizo denominado Marca Hispánica.
796 Conquista el territorio ávaro. Convierte a Aquisgrán en la capital de su Imperio y
asienta definitivamente en ella a su corte, después de emplearla como tal desde
dos años antes.
800 El papa León III le corona en Roma emperador de los romanos.

812 El emperador de Oriente (bizantino) Miguel I le reconoce como emperador de


Occidente.
813 Designa a su hijo Luis sucesor suyo y le corona personalmente.

814 Fallece el 28 de enero en Aquisgrán, en cuya catedral es enterrado.


Con Carlomagno (742-814), y sus sucesores la Iglesia Occidental adquiere un contorno más
definido y una configuración que se va a mantener toda la Edad Media. Por otra parte, la
conversión e integración de los sajones en Occidente y de los eslavos en el Imperio Oriental
señala el mapa del cristianismo y las fronteras de las dos grandes obediencias: Roma y
Constantinopla

Con Carlomagno se creó el Imperio cristiano, una renovación del Imperio Romano pero con
carácter religioso-eclesial. En realidad, fue una idea y una determinación de los Papas. En la
Navidad del año 800 el Papa León III coronó Emperador a Carlomagno con un ceremonial
solemnísimo que recordaba al bizantino.

El Emperador se convertía en el protector de la Iglesia y del Romano Pontífice. Éste lo coronaba,


otorgándole así la dignidad imperial, pero, a su vez, el Emperador adquirirá el derecho de confirmar
la elección del Papa.

La instauración del Imperio occidental desembocará casi necesariamente en frecuentes


tensiones y enfrentamientos con el pontificado. Se enfrentan dos poderes que tenían
aproximadamente las mismas pretensiones hegemónicas en ese mundo, pero
contrapuestas. A lo largo del medioevo, hasta la Reforma, ambas instituciones se
ayudarán con frecuencia, pero también se combatirán con dureza.

Del 768 al 814, el Emperador consagró la mayor parte de sus esfuerzos al establecimiento y
gobierno de una gran comunidad cristiana. Carlomagno se comportó siempre como guía
supremo del Imperio cristiano, como Rey-sacerdote, usó a los eclesiásticos como agentes y
consejeros y casi como ministros responsables de un sector particular del Imperio.

Como conductor y protector de la Iglesia, Carlomagno obligó a aceptar el cristianismo a


los sajones, ávaros, moravios y bohemios, formando un reino en el que quiso instaurar la fe y la
cultura cristiana. Para lograr esto lo organizó eclesiásticamente creando los arzobispados de
Colonia, Tréveris, Maguncia y Salzburgo, de los que dependían numerosos obispados. Esta
organización favoreció una rica vida eclesial, religiosa y espiritual.

Su preocupación por la cultura se plasmó en la obligación que tenían las catedrales de fundar
una escuela en la que se enseñaban los conocimientos elementales

En la escuela palatina, dirigida por Alcuino de York, estableció un centro de estudios


superiores, donde por primera vez en el medioevo los eruditos y los nobles, laicos y
clérigos, se encontraban en el terreno común del humanismo literario y discusión racional,
con el objetivo de crear una cultura cristiana.

Esta cultura tuvo un carácter marcadamente monástico. Los grandes monasterios fueron los
centros culturales del Imperio carolingio y gracias a ellos el Emperador pudo realizar sus
ambiciosos proyectos de reforma eclesiástica y litúrgica que, en gran medida, contribuyeron a
crear las características de la cristiandad medieval, El latín se convirtió en un lenguaje clerical y
de la cultura también. Esto llevará a que sean clérigos quienes dirijan las cancillerías y las
haciendas imperiales y reales en Occidente.

Carlomagno impuso, también, una reforma litúrgica que adoptó el rito romano como rito
común para todo el Imperio carolingio

Se trató, en una palabra, de renovar la vida espiritual de los fieles, a los que se les inculcó
la necesidad de aprender algunas oraciones y fórmulas devocionales.

EL “CESAROPAPISMO” CAROLINGIO

“Lo nuestro es: según el auxilio de la divina piedad, defender por fuera con las armas y en todas
partes la Santa Iglesia de Cristo de los ataques de los paganos y de la devastación de los infieles,
y fortificarla dentro con el conocimiento de la fe católica.

Lo vuestro es Santísimo Padre: elevados los brazos a Dios como Moisés, ayudar a nuestro
ejército, hasta que gracias a vuestra intercesión el pueblo cristiano alcance la victoria
sobre los enemigos del Santo Nombre de Dios, y el Nombre de Nuestro Señor Jesucristo
sea glorificado en todo el mundo”

Los sucesores de Carlomagno no pudieron conservar su obra. Además de la falta de talento, la


extensión enorme del Imperio y la falta de estructuras administrativas desarrolladas ayudaron a
desmembrar esta enorme maquinaria.

Su hijo y sucesor Ludovico Pío no era un hombre talentoso ni con el carácter suficiente para ser
un gran Emperador. Con él comenzó la desintegración del Imperio carolingio. Su vida estuvo
orientada hacia la religión y la vida monástica.

Los asuntos de la Iglesia fueron asumidos por un grupo de obispos formados en los
sínodos de Carlomagno. Ellos y sus sucesores gobernaron la Iglesia franca durante los
cincuenta años siguientes.

Bajo Carlos el Gordo (888), se disuelve definitivamente el Imperio carolingio.

El siglo que siguió al derrumbe del poder real en Francia fue en muchos aspectos un siglo oscuro
y terrible

La autoridad desapareció entre las manos de duques y señores feudales, de las cortes y de los
obispos.

Señores laicos sustituyeron en muchos casos a los Abades en los monasterios.


De todo esto resultó el empobrecimiento y a veces la desaparición completa de los bienes
eclesiásticos, pues los abades comendatarios laicos se apoderaron de la parte de la propiedad
monástica reservada para la subsistencia de los monjes.

A esto se añadió la devastación de los vikingos, con su secuela de muerte, robo y destrucción de
numerosas abadías.

Entonces se produjo una situación que hizo temer el aniquilamiento definitivo de la vida
monástica y de toda disciplina religiosa organizada.

De hecho, la civilización occidental tradicional se salvó en Francia por su flexibilidad y su notable


capacidad de reacción. Los vikingos fueron expulsados, o al menos contenidos en Normandía y
otros lugares. Y como los daneses en Inglaterra, los feroces normandos se impregnaron
rápidamente de la atmósfera religiosa de su nueva patria.

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