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Aljamías
in memoriam
Álvaro Galmés de Fuentes
y Iacob M. Hassán
Estudios reunidos
por Raquel Suárez García e Ignacio Ceballos Viro
Aljamías
UNIVERSIDAD DE OVIEDO
SEMINARIO DE ESTUDIOS ÁRABO-ROMÁNICOS
vo l u m e n 8
ALJAMÍAS
IN MEMORIAM
y
IACOB M. HASSÁN
GIJÓN
EDICIONES TREA, S. L.
2012
La edición de esta obra ha sido financiada
con cargo al proyecto FFI 2009-08070 (Universidad Complutense de Madrid),
por el Instituto Universitario Menéndez Pidal (UCM),
la Fundación Ramón Menéndez Pidal
y el Seminario de Estudios Árabo-Románicos (Universidad de Oviedo)
© Los autores
ISBN: 978-84-9704-704-3
Depósito Legal: As.-4337/12
18
Alcama . . . a saber astessa al treser . . . m[ia].
todo es ella collente (?) agora si tu quedo mia fria
quanto en . . . nello . . . le vino muncho a fuerte
el mozo . . . scapo de jenezeio dei muerte
de que quanto aver — poco de aprovecho
[v]in[o] delante del Rey y y en tus pies si stete
hacicendo mi señor Rey mi patron(?) anstero
(?) a sei agora a tu sierva y tu seas alabado
[que sac] (?) y las cosas son con su pia del ( ? ) oyo
la gente lo pensan a bien y . . . mal de doelo . . .
Ainda puede ser que la sentencia es d[ur]a
que por mano de tu hijo. vos de morire a esa hora
Y ansi dicen la gente — tanta ubrios como crea
niandato de ora mala y vengas mil años —
agiasi [ou : aniasi) que en la liante — de antecrisia y de simia (ou: ser sia)
hay remedio en su poder anular la tu setencia
y tu escojas a tus savios con cuentos de patraña[s]
19
Un lavador en la mar enbla [n]que seror . . . llenso
tiene un hijo regalado se llama Ahron Pera[so]
tanta es su amistad que no lo solta dine . . . ado
. . . dia se le antojo se descalço a . . . calçado
. . . er se cojo los pies a e . . lla di le r . . .
. . . saber (?) le dices conoce . . . no y tu . . .
... ... ... ... ... ... ... ...
n[oest]ro que el llavo . . . vo a la sa . r . . . . . .
tu aqui mi hijo mi querido alma los . . . ojos —
porque a la mi vias (ou: vies) — mi renovas . . . inaues
el mosso ya se ozo — del sezar esta el vieras
y tambien se anviso sera asta lei deicant
entro dia mas y mas hijo esta la harga te . . .
caminando va seguro Contitimi noto esme . .
el pauvre traba su barca a . . señe la el mustago
que un dia se eguie de los dias se arisvalo el muchacho (?)
siguie lo el a apatiar aforece el hijo di el —
. . . na roca . . . al povero y agado (ou: anado) sanio el
y anvisaro estava el — de aqui lo pario la madre —
ser valiente lavador para afinar al padre
piaso mas el viajaqo di arastarlo a la coriente
y despues aricoje tanto dopa de la gente
devmos y cavesalos tambien canavaso tieso
quien mesas y sarano soles y talla pieça de llenso
chavo modes enforcado que se topo con forteria
m . . . año [b]ien lo evvendro y madre que tal paria
est o for per —— (Cadis) al viejo el desdijado —
Ondecient el alma y el murio enforcado
300 aljamías
(38)
... ... ... ... ... ... ... ...
le . . . dias vos de el vi . . con vienes y con vize tu
. . . . . . vida mi siq pas (?) mi am. vos ni ahom . .
asendia que lo vido — — sospiro ella [a]morese
este dia yo esperava — — como ya te alcanse —
ne . . aqui tu mi querido — cada de cosas y plures —
. . . rimos aver contigo — olgaremos de amores
como dicho ansi lo eso — su am . . . losta aspirando
dichami tu era ser que aspiro esta quando
a les . . va que lo nodo — rimangado el tonpanario
escordio a el muchacho adientro de el alniario
con quien estavas hablando ino aqui el mi muchacho —
no lo vide asi vivach — que lo viach en el banjo
entra adientro mi preciado que ia esto aparajeda
y si vis la cama revuelta la quiero hacer colada
la ora si eso tarde que na verna tu marido
y no sia que mi mate que es un baragan valle
mala ravia que li venga que yo tene escapar
vin ajuntat conmigo mos arimos los dos par
El muchacho esta mirando. del corsco (ou: borsco) del almario
en Harem este tal mujer que por potiar da salario
en esto que viene el marido los vido por la sontana
les travo gran tiritibla y una grande tramontra
tomo ella una espada y le dio al namurad[o]
un «sendebar» sefardí 301
39
2 Como se indica más adelante, unas iniciales consultas a hebraístas y expertos en aljamía
3 Según mi recuerdo, la encargada de la sala de estudio tenía el hábito de hablar por telé-
fono en muy alta voz –desagradablemente aguda–, en la práctica totalidad de las pocas horas
de apertura de la biblioteca. Fue del todo imposible, tras dilaciones varias y gestiones buro-
cráticas sin cuento, obtener una copia fotográfíca o microfilm (¡cuatro fotogramas!) del texto.
Las circunstancias de esta biblioteca cambiaron años después, y muy para mejor, a juzgar por
lo que refiere Elena Romero (1997) de sus consultas [y por mi propia experiencia, en 2012,
al obtener con facilidad las reproducciones y la autorización para incluirlas en este trabajo,
gracias a Mr. Jean-Claude Kuperminc y a Mr. Avraham Malthête]. Véanse láminas II y III.
304 aljamías
créole, que sus últimos cultivadores acentúan con una grafía que es simple
e imperfecta traslación del alfabeto hebreo, y es, sobre todo, aberrante
para un lector hispánico.
En el caso más conflictivo, el de las sibilantes, es posible que el texto
no presente todavía el seseo generalizado en el judeoespañol moderno, del
siglo xviii en adelante; pero mi objetivo no es ahora un estudio lingüístico,
y me limito a una transcripción lo más ajustada posible a un modelo de
lengua en el que se conservaban las distinciones de modo y punto de
articulación previas a las grandes transformaciones del español moderno
y que como es bien sabido tienen en las hablas sefardíes uno de sus más
valiosos testimonios.
Fragmento I
18
[fol. 1 r]
1a Al qab (?) [. . .] aª sawyr Al cabo [lo fue] a saber
1b astryaª al trysyr dy[aª] Astrea al treser día
2a dy lw qy (?) ays [¿f?] aya qay[y]nty de lo que [estaba] cayente
2b agwra sy qy[d]w muyy fryaª agora se quedó muy fría.
3a nw (. . .) antw (. . .) yyw . . . no [cu]anto . . . io
3b ly wynw mwng’w a fwayrty le vino muncho a fuerte
4a . . . ayl mwçw sqapw [que] el mozo . . . escapó
4b dy g’wayzyyw dy (. . .) mwayrty de juïzio de [la] muerte
5a . . . dw qwantw aizw Viendo cuanto hizo
5b [p]wqw ly aprwvyg[’]w poco le aprovechó
6a . . . nw (?) dylant[.] dyl ryy [Vino] delante del Rey
6b ay ayn sws pyys sy ayg’[w] y en sus pies se echó;
7a [dy]zyyndw my synyywr ryy diziendo: —Mi señor Rey,
7b my patrwn aynqwrwnadw mi patrón encoronado,
8a . . . wg’a agwra atw syyrva escucha agora a tu sierva,
8b ay tw syas alawadw y tú seas alabado.
9a qy . . . das . . . las qwzas swn Que todas las cosas son
9b qwn sytynçyya dyl (. . .) ylw con setencia del sielo,
10a la g’ynty lw pynç(?)an aª byyn la gente lo pensan a bien
10b ay s[w]n mal dy dwaylw y son mal de duelo.
306 aljamías
19
27a awn lawadwr ayn la mar Un lavador en la mar,
27b aynblaqysydwr [dy] lyynsw enbla[n]quesedor de lienso,
28a tyyny awn ayg’w rygaladw tiene un hijo regalado
28b sy yyama aªrn pyr[asw] se llama Ahron Per[aso]. (¿Penso?).
29a tanta ays sw amystad Tanta es su amistad
29b qy nw lw swlta dy s[w] ladw que no lo solta de su lado;
30a [awn] dyaª sy ly antwg’w [un] día se le antojó,
30b sy dysqalçw a[yl] qalçadw se descalçó el calçado.
31a [. . .] r sy qyg’w lws pyys Bañar [¿mojar?] se quijo los pies
31b aª aw[ry]lyya dy l m . . . a orilla de la m[ar]
32a [. . . ] (¿nzb?) ly dyzy . . . . . . saber (?) le dizi . . .
32b qy(~w)nç . . . nw a . . . tw . . . [¿consejo?] no a . . . tu . . .
[fol. 1 v]
33a . . . . . . ayst . . . . . . . . . . . . est . . . . . . . . . . . .
33b . . . ru [¿s?] . . . m . . . . . . . . . ... ... ... ... ...
34c [. . .] r(~d)w ky ayl . . . a lw . . . [a] vw [¿Viendo?] que el [m]alo . . . avo (¿trabó?)
34b a la mar . . . ar a la mar . . . ar.
35a wyn aky my ayg’w my qyrydw —Ven aquí, mi hijo, mi querido
35b my alma lws [dy my]s awg’ws mi alma, luz de mis ojos,
36a pwrqy a la my wyg’ys ¿por qué a la mi vejés
36b my rynwbas m[ys] aynwg’ws me renovas mis enojos?—
37a ayl mwçw yya sy awzw El moço ya se osó
37b dyl alzar asta ayl wyyr[a]s del [al]zar hasta el vier[¿ij?]as
38a ay tamyyn sy anbyzw y tamién se ambezó
38b . . . [r]a asta las rw[dya]s . . . hasta las rodí’as.
39a awtrw dyaª mas ay mas Otro día más y más
39b [yy]gw asta la gargant[a] llegó hasta la garganta;
40a qamynandw ba sygwrw caminando va seguro,
40b nw sy tymy nw sy ayspa[nt]a no se teme, no se espanta.
41a [ayl] padry traba sw barba El padre traba su barba
41b ay sy pyla ayl mwstag’w y se pela el mostacho,
42a ky awn dyaª ayntry lws dyas que un día entre los días
42b sy arysvalw ayl mwg’ag’w se arresbaló el muchacho.
308 aljamías
Fragmento II
[fol. 2 r]
1a . . . la . . . dyas wws dy ayl dyyw —La[rgos] días vos dé el Dio
1b qwn byynys ay qwn azyynda con bienes y con hazienda
2a . . . vyda my tyngax [por tu] vida me tengáx
2b my amw wws aynkwmy [. . .] mi amo vos encomi[enda].—
3a alygryaª qy lw wydw Alegría que lo vido
3b swspyrw aylyya [ayn]try sy suspiró ella [e]ntre sí:
4a aysty dyaª yyw ayspyrava «Este día yo esperaba
4b qwmw yya ty alqançy como ya te alcançí».
5a wy[n] [a]qy tw my qyrydw —Ve[n] aquí tú, mi querido,
5b qara dy rwzas ay flwrys cara de rosas y flores,
6a . . . rymws a . . . qwn tygw [que]remos [hablar] [~haber] contigo,
6b awlgarymws dy amwrys holgaremos de amores.—
7a qwmw dyxw ansy lw ayzw Como dixo ansí lo hizo.
7b sw am[w] lwyzta aspyrandw Su am[o] lo está asperando:
8a dyxamy tw awraa vyr —Déxame tú hora ver,
8b qy aspyrw asta qwandw ¿que aspero hasta cuándo?—
9a alyg . . . aª qy lw wydw Alegría que lo vido,
9b rymangadw ayl tafanaryyw remangado el tafanario,
10a aysqwndyyw aayl mwg’ag’w escondió a el muchacho
10b adyyntrw dy ayl almaryyw adientro de el almario.
310 aljamías
[fol. 2 v]
39
71a ayl gran ryy qy tal awlyyw El gran rey que tal oyó
71b sy qydw marawyadw se quedó maravïado:
72a mala rabyya ly dy ayl Dyyw —¡Mala rabia le dé el Dio
72b qyyn ayn mwg[’]yr syra fya[dw] quien en mujer será fiado!
73a aysta ays [la] qy dyxystys Esta es la que dixistes
73b qy la tynyan pwr aw . . . que la tenían por o[nesta?],
74a qy an dy syr twdw ayl rest[w] ¿qué han de ser todo el rest[o]?:
74b qy las qwrty la . . . que las corte la [. . .] [testa?]
4 Comparto las reflexiones de Agustín García Calvo (2000: 14) sobre los deberes del edi-
tor de textos de transmisión tan defectuosa como el de Sem Tob, y con agravantes notables en el
que nos ocupa: «La situación en que un nuevo editor honesto se encuentra ante una obra como
ésta es la de elegir entre dos alternativas: o bien ofrecer un testo con enmiendas y conjeturas que
tratan de reparar esos errores de la trasmisión [o de las lecturas de previas ediciones], con el peli-
gro, inherente a toda enmienda, de que sean infundadas, necias, torpes o desatinadas, o bien darle
al público el testo plagado de errores evidentes, de uno o de los varios manuscritos, que honrada-
mente se reconoce como ilegible. No sé si algún editor deberá dudar entre una y otra alternativa».
un «sendebar» sefardí 315
2a: La lectura «escapó» de Schwab debe ser sustituida por «escapes». Las
yod y las vav son ciertamente indistinguibles en muchos casos en el ms.,
pero el sentido de la copla y el pasaje dejan claro que la mujer acusadora se
refiere a sí misma. Faltan letras, 2-3 como máximo, al principio del verso;
como conjeturas plausibles no hay muchas alternativas: «yo», «que» o el
optativo «así», por el que me inclino.
2b: En este verso, donde Schwab anduvo especialmente descarriado,
creo evidente que, a pesar de una de las frecuentes ligaduras de letras que
complican la lectura del ms., la lectura es g’wrw, «juro», y no wwqw,
«voco». Aunque en la g’, para denotar las africadas y fricativas palatales, el
diacrítico es omitido o no siempre es fácilmente discernible, el manuscrito
usa el signo con regularidad. En cuanto al incomprensible «terebinto»,
salvando la dificultad de que algunos de los trazos de la m se han borrado,
creo claro que debe leerse «te miento».
En consecuencia:
A
Lavator (Il gualchierajo ed il figlio; The fuller and his son; Der Walker
und sein Sohn; Le foulon et son fils, etc.), es el primer cuento que la mujer
malvada refiere para incitar al rey a ejecutar la sentencia de muerte de su
hijo, después de que los dos relatos del primer sabio hayan conseguido
diferirla. En la versión que nos es más familiar, la del Sendebar castellano,
el relato es de una brevedad extrema: unas pocas líneas en el cuento pro-
piamente dicho:
un «sendebar» sefardí 319
nicht eilends deinen Sohn tödten lässt, ehe er erstarkt und dich zu Grunde richtet. —Da gab
der König den Befehl, seinen Sohn hinzurichten» (Baethgen 1879: 16).
A riesgo de incurrir en prolijidad innecesaria, incluyo la versión inglesa de Hermann Go-
llancz, que pasa por ser más exacta que la francesa de Macler:
«The reply of the wicked woman on the second day, when, amid tears, she addressed the
king:
“A man who deserves death must only be put to death, whether it be one’s son or one’s
brother’s son. For if thou dost not kill him, no man will have confidence in thy justice. For
there was once a fuller who was washing in a stream; his son was with him; he began to play
in the water, and his father did not restrain him. The stream carried him away and he got
drowned, and the father was drowned with him. It will happen to thee in the same way, if thou
dost not quickly kill thy son, before he waxes strong and destroys thee”. Hereupon the king
ordered his son to be put to death» (Gollancz 1897: 106).
un «sendebar» sefardí 321
«And the maiden came on the second day and said to him:
“Will you then listen to this evil counselor and will you refuse to avenge
me upon this son who wishes to uncover his father’s skirt? Then will it befall
you and your counselors as it befell the launderer”.
Said he to her: “How was that?”
Said she to him: “A certain launderer was at the River Fishon and his son
was swimming in the river. [And his father did not warn him; at last he came
322 aljamías
«Les maîtres de la sagesse les plus savants rapportent que dans la ville de
Fastur vivait un blanchisseur. Il avait un fils sot, ignorant, étourdi, inconse-
quent, au visage sans grâce, à l’esprit sans raison, dépourvu de la parure de
la sagesse et refusant les conseils utiles. A cause de lui, ce blanchisseur était
toujours dans le malheur. Il avait beau prodiguer des conseils, donner des aver-
tissements, la nature perverse et le caractère depravé de ce fils étaient rebelles
à toute obeïssance, à toute amélioration. La malignité avait tant dégradé son
cerveau qu’il n’était plus capable de ressentir les effets de la réprimande. Il était
comme le fer rouillé et le plomb oxydé qu’aucun artifice ne peut plus réparer.
La contrariété meurtrissait jour et nuit le coeur de son père [etc.]» (Zahiri de
Samarkand, Le Livre des sept vizirs. Sendbâdnameh, trad. du persan par Dejan
Bogdanovic [1975: 93])8.
7 Existe traducción española, muy cuidada, de Ángeles Navarro Peiró (1988: 57-58).
8 La versión de Samarqandi era conocida sólo parcialmente hasta la edición del texto persa
por Ahmed Ates (1948); de ella se hizo una traducción rusa (Osmanova 1960). La francesa de
Bogdanovic es la única que conozco en una lengua «occidental». Creo evidente que Perry está en
lo cierto al afirmar (1959: 35) que Samarquandi es la fuente directa del tardío (siglo xiv) Sindibad-
Nahme versificado, conclusión que ya había anticipado Clouston en 1884 (págs. xli-xliii), y
1891 (págs. 355-356), aunque sólo conocía la versión de Samarqandi de forma indirecta e in-
completa. De la versión persa versificada se conocía una «Analytical Account» muy defectuosa,
un «sendebar» sefardí 323
Y ambezado estaba él
de que lo parió la madre
ser valiente nadador
para afinar al padre.
Pensó más el vellaco
de arrastarlo a la corriente,
y después arrecoger
tanta ropa de la gente.
publicada por Forbes Falconer (1841), que Clouston completó y mejoró considerablemente
en su edición de 1884. Un avance aún mayor representa la versión de A. Rogers (1892: 160-192),
pero en todos los casos se trata de extractos y no de una traducción completa del ms. único.
324 aljamías
B
El cuento que contiene, casi completo, el segundo fragmento del manus-
crito es Gladius (o The Double Infidelity, The Lady and her two Lovers,
Frauenlist, Liebhaber als Verfolger und Verfolgter, L’amant et l’esclave, Le
soldat, son valet et la femme, etc.), uno de los que refieren los sabios para
prevenir al rey contra las malas artes de las mujeres. Queda ya indicado
que es uno de los más célebres, y estudiados, de la colección. Cuenta con
ilustres y estrechos precedentes en las compilaciones indias (Çukasaptati,
Hitopadesa); se halla en la Disciplina clericalis, en las Gesta Romanorum, en
sus versiones latina y alemanas, y en un lai francés: «un des meilleurs échan-
tillons du conte en vers au moyen-âge» para Gaston Paris, «l’un des plus
jolies qui nous soient parvenus» según Bédier, y para Álvaro Galmés, «sin
un «sendebar» sefardí 325
su maestro Gaston Paris (1878), primer examen de conjunto de la tradición del cuento. Ál-
varo Galmés (2000) vuelve a retomar la cuestión y considera seguro que el Lai de l’Épervier
procede en última instancia de una versión árabe, además de hacer sugerentes observaciones
sobre las alteraciones nada arbitrarias de las versiones «literarias» francesa e italiana.
326 aljamías
While they were conversing, the officer came up, and she took the slave and
locked him in an inner chamber. And, while the officer was with her, suddenly
her husband knocked at the door. Upon this the lady said to the officer, who
was much alarmed: “Draw thy scimitar, and go down to the entry, abuse me,
and revile me, and say: «He certainly is with thee, and thou hast concealed
him». When my husband enters, go out, and pursue thy way”.
Her husband, on coming in, saw the officer standing in the entry, with a
drawn sword in his hand, exclaiming: “Thou wretch! thou hast hidden the lad
near thee”, and he then hastened home. The merchant said to his wife: “What
has been the matter?” She replied: “Thou hast this day saved an unfortunate
Mussulman from being murdered”. He asked her how that was, and she replied:
“I was sitting, thinking upon thee, when a young lad rushed in, and cried:
«Save me from death, and God will save thee from the fire! An officer would
murder me without a fault»: Then I took him, and concealed him in my cham-
ber; after which the officer entered, and began to abuse me, and would have
killed me, saying, «He is with thee». God be praised that you came in, or I
should have been a corpse”. Her husband said:
“God preserve thee from the fire, for what thou hast done. I doubt not
but he will”.
Then she took the lad from the chamber, and he pretended to weep, and
thanked her for her kindness; but the husband did not guess the least of the
disgrace that had befallen his head from his wife’s intrigues.
This, O sultan, is only one instance of the art of women; alas, that thou
shouldst give credit to their accusations!» (The Book of Sindibad, or the Story
of the King, His Son, The Damsel, and the Seven Vazirs..., ed. Clouston [1884:
148-149])10.
«There once was a man in the land of Shinar and his name was Alfruk. He
had to ride out without notice to battle his enemies.
So his wife sent for his lover to come and rejoice with her. Now her lover
dispatched his boy to go in advance and prepare the house before arrived.
No sooner did she see him tan she grabbed him and made him lie with
her. Now when the youth did’t come back quickly enough, her lover took
his sword in his hand and went to her. She was looking through the window
when she saw her lover coming. She hurried to hide the boy in the inner
chamber.
Then she received her lover in the outer chamber and lay with him. Now,
in the midst of all this, Alfruk came home.
And she saw him from afar and said:
What shall I do? If I conceal him in the inner chamber he’ll discover the
boy who lay with me and he’ll suspect him [var. and he’ll destroy me because
of him].
What did she do? She said to her lover: “Draw your sword and stand in the
outer gate and shout and curse. If my husband should ask what troubles you,
don’t say a thing. In that way you’ll save yourself from my husband’s hands”.
Then Affruk came and asked him: “What’s the matter with you?”
And he answered not a word. So Alfruk came to his wife and said:
“What’s the trouble with that fellow who’s shouting all those impreca-
tions?”
And she replied: “My lord, that man’s a murderer! He’s pursuing his boy
to kill him and the boy fled into that inner room. That’s why he’s yelling and
cursing”.
Then her husband said to her: “Ah, blessed are you, my child, for having
done this kindness to the boy by rescuing him from his master!”
And now, my lord, guard yourself from women’s wiles, for through trickery
did that woman save the boy from his master, and her lover and his boy from
Alfruk her husband. And take heed that his fate won’t be your own.
So the King ordered that his son not to be executed» (Tales of Sendebar
[Mishle Sendebar], ed. cit. de Morris Epstein [1967: 219-227])11.
«Ipso autem faciente moram et amoris igne crescente concubuit cum legato,
non tantum propter delectationis quam propter expectatam amici moram.—
Unde certum est quod, si femina vocat amantem et stans in ipso ardore nequid
eum habere, si adest aliquis in presenti, utitur eo; tanta est malicia feminarum».
«Quid faciam? Si abscondero hunc hic, malum est, quia puer eciam eius est
hic absconsus; et si vir meus invenerit ambos in domo sua, requiret causam, et
quid responsura sim ignoro, et ita erunt duo hii occisi pro me, et demum me
ipsam mactabit in tanto scelere deprehensam. Et quamvis forsitam non erimus
mortui, ero tamen nota rea marito ob amici et pueri absconsionem et ob hoc
ab ómnibus vituperata mortalibus, tam viris quam mulieribus. Ego ipsa utile
consilium mihi dabo: pandam hos. Hiis autem ostensis culpe fama erit celata;
si autem eos occultavero, culpa patefiet. Moxque dixit amico...»12.
12 La versión latina, manuscrita, está fechada en 1407 y se debe a un autor alemán. Cfr. ed.
de A. Hilka (1912). Hilka ya advierte de las amplificaciones respecto al texto hebreo (pá-
ginas 21-23).
330 aljamías
Ya lo lleva a su casa
y los haze abraçar,
y el amo con el moço
se curaron de entasar.
—Juro por mi logramiento
que aquí habéx almorzar.
Comé y bebé conmigo,
y vos habéx de besar.
Beberéx con Alegría,
que ella vos ha escapado
al moço de mala muerte
y a ti de enforcado.—
O bien, antes:
Alegría que lo vido
suspiró ella [e]ntre sí:
«Este día yo esperaba
como ya te alcançí».
También como «aparte» del mozo creo que hay que considerar una
copla en boca del criado que sigue, sin introducción ninguna del narrador,
a un diálogo del mozo y el marido:
332 aljamías
13 «... la mujer de Putifar (de cuyo nombre Segoviana, por cierto, no he hallado expli-
14 La única posible excepción sería bogo (I, 50a), que suele considerarse préstamo del turco
bog, bogum ‘hato, nudo, lazo’, o bogmak ‘nouer, lier’; o del neohelénico mpogos ‘paquete’
(cfr. Carracedo 1986: 175, nota a v. 3a). Creo que la acepción moderna de bogo, o bogó, en
judeoespañol, ‘fardo, envoltorio, bulto’, no corresponde exactamente al sentido que el término
tiene en nuestro texto y en otros, y la cuestión debe quedar abierta.
15
El término aparece registrado en los diccionarios del judeoespañol, por ejemplo, el de
Joseph Nehama (1977), y ha dado lugar como derivado al verbo enharemar, enheremar ‘ex-
comulgar’.
16 «Hay en esta ciudad [Alepo] más de 800 casas de judíos, que pagan grandes tributos por
que los dejen vivir en su ley; tienen su barrio aparte; los más son renteros de las rentas reales.
La lengua común suya y casera y entre ellos es castellana, la cual conservan desde que fueron
echados de España y se derramaron por diversas partes del mundo, y de los que llegaron a
aquella parte de Siria son estos sus subcesores. Sus hijos envían a Europa, a Flandes y España
y Italia y Inglaterra y las Islas, y así no se hablaba con ninguno que sea de moderada consi-
deración que no haya estado en estas partes muchos años, y están tan ladinos y entendidos en
ellas como los naturales de Lixboa (...) y en siendo de mayor edad se retiran a Alepo y a otras
partes donde tienen sus casas.»
«El judío que me favoreció era tan sabio en la lengua castellana que en abundancia de vo-
cablos y en estilo y lenguaje podía enseñar a muchos muy presumidos, repitiendo a cada paso
un «sendebar» sefardí 339
muchos versos de los insignes poetas de España, como Góngora y Villamediana y otros. El
tiempo que estuve en Alepo, que fue 15 días, gastaba lo más en su conversación; había vivido
en Madrid en la parroquia de San Sebastián y nombraba muchas personas de puesto que había
conocido» (Domingo de Toral y Valdés, Relación de la vida del capitán [c. 1634], en Serrano
y Sanz [1905: 504-506]. Texto cotejado con el ms. que sirvió de original a la edición, es decir
el ms. 6227 de la Biblioteca Nacional de España, fols. 186-223. Además de subsanar algunos
errores de lectura, corrijo la puntuación y modernizo la grafía en lo que no es fonológicamente
relevante [ap. Cid 2001: 252-253]).
17 Para las Coplas de Yosef ha-ŝaḍic utilizo la edición, insatisfactoria, y la numeración de
versos de Moshe Lazar (1990: 104-263). No me ha sido accesible la edición de Avner Perez
(2005), y desconozco en qué estado se encuentra la largamente anunciada edición preparada
por Iacob M. Hassán y sus colaboradores.
340 aljamías
teriores: «Cara de rosas y flores» (Breve historia de Purim, Constantinopla, 1788; ed. Elena
Romero, 1988: 83); o «¿Qué es la güestra demanda, mi cara de flores?» (Coplas de Purim,
Salónica, 1799; ed. M. Molho, 1960: 160). Cfr. ya en las Coplas de Yosef medievales: «Muy
apuesto andaba / como rosas e flores» (ed. Girón-Negrón & Minervini 2006, 26a; y su co-
rrespondiente y muy completa nota). Podrían alegarse otros paralelismos, de clichés poéticos
codificados, entre nuestro texto y composiciones sefardíes más recientes. Por ejemplo, el sin
duda muy trivial «luz de mis ojos», combinado con la rima «enojos», del frag. I. vv. 35-36
(«Ven aquí, mi hijo, mi querido, / mi alma, luz de mis ojos // ¿por qué a la mi vejés / me renovas
mis enojos?»), reaparece en las coplas de La castidad de José: «Su señora les dice: / —Ah, luz
de mis ojos // esto es lo que vetes / y con goestros ojos, // ¡goay de mí sobre mí / por tantos
enojos!» (Hassán 1992: 128).
un «sendebar» sefardí 341
Biblioteca Nacional española con el título de «Libro de las generaciones», y publicada también
por Moshe Lazar en volumen distinto (1989), no tiene nada de sefardí (ni oriental ni «West-
ern»), y su lenguaje no es en modo alguno «representative of the biblical Spanish of the Biblia
de Ferrara tradition», como sorprendentemente afirma el editor (pág. xx). Se trata de puro y
simple español clásico, y hasta barroco, especialmente en los versos con que el traductor ame-
niza algunas secciones: unas coplas octosilábicas, que pronto se convierten en romance, sobre
Nimrot y la torre de Babilonia (págs. 56-72), y unas décimas espinelas, bastante pedestres, con
la «Historia de Rejayon» (págs. 96-110).
un «sendebar» sefardí 343
como lengua meta y lengua vehicular a la vez, supuso en un plazo muy breve cambios radicales
en la estructura lingüística del judeoespañol, y en el estatuto cultural de los sefardíes. Claro está
que la «Sprachmischung», el proceso de intensa contaminación galicista en el léxico y la sinta-
xis, hasta el extremo de acuñarse el término de «judeo-fragnol», no implica en sí una valoración
negativa ni es procedente la «reprobación» con que a veces se ha contemplado ese proceso, al
considerar ese «polyglot chaos» como responsable en última instancia de la «desintegración»
de la lengua y su desaparición. Cfr. el lúcido análisis de Bossong (1987). Sin embargo, la evi-
dente modernización que supuso para el judeoespañol su entrada en la órbita cultural francesa
se tradujo, en cuanto a la práctica literaria, en una producción no menos «subalterna» que la
anterior, aunque ahora con una especial incidencia en el periodismo y en creaciones, o más bien
traducciones, de obras narrativas y teatrales por lo general de ínfimo rango, con predominio
de lo sentimentaloide y folletinesco. Ahora bien, el «judeo-fragnol» no se impuso de modo tan
absoluto como da a entender Bossong. La lengua hablada no parece haber llegado nunca a los
extremos de los textos que selecciona Bossong (págs. 13-14); en varias comunidades menores
no se implantaron las escuelas francesas; y los impresos de Yoná, por ejemplo, y varias otras
ediciones de composiciones religiosas y coplas muestran la pervivencia de gustos populares y
usos lingüísticos muy alejados de la lengua y los gustos más influidos por la Alliance.
344 aljamías
OBRAS CITADAS
Nota preliminar,
por Raquel Suárez García e Ignacio Ceballos Viro . . . . . . . 7
i. aljamía morisca
www.trea.es