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Aprender a estudiar en la

Escuela secundaria

Autor/a: Cristina Gaona


L a temática de las técnicas de estudio es altamente positiva y redituable, ya que permite
analizar los procedimientos, normas y métodos más eficaces para lograr un aprovecha-
miento no sólo del tiempo dedicado al estudio, sino también de la inteligencia y los alcances
del alumno en pos de educarlo dentro de una disciplina y constancia de aprendizaje.

Es importante tener en cuenta que el aprendizaje tiene la particularidad y el carácter de una


práctica, un hábito; este puede adquirirse e incorporarse mediante andamios. Estos son
etapas, pasos, es decir, técnicas, recomendaciones y sugerencias estratégicas para que
dicha práctica sea lo más aprovechable posible. Por ello, para hacer propio un aprendizaje
y que resulte significativo, es decir, que tenga sentido, que sea útil tanto para el alumno
como para el docente, es imprescindible incorporar diariamente, organizado curricularmen-
te y coherentemente con él, nuevos conocimientos, asimilar nuevas habilidades, destrezas,
conductas y/o valores.

Una de las formas que tenemos de enseñar y de aprender es por medio del estudio, aunque
sabemos que también se aprende por la experiencia, el razonamiento y la observación. Por
lo tanto, podemos decir que se aprende por varias vías, y una de ellas es el estudio, pero
que todas las demás requieren de los mismos factores sine qua non, de la práctica. Gracias
a la misma, el aprendizaje adquiere características propias, que se estructuran hacia un
objetivo, así se vuelve estratégico.

Las técnicas se aplican por medio de métodos, y como todo método requieren de cierto
grado de atención, concentración e interés para la comprensión de un tema o materia. Las
técnicas, que son procedimientos, tienen un objetivo determinado, que es adquirir conoci-
mientos de una manera efectiva. Dichas técnicas deben ser aprehendidas por el alumno
para hacer de ellas una actividad normal, flexible, eficaz y rentable. Para que esto sea
posible, es necesario, ordenar conductas, planificar estrategias y usar herramientas que
favorezcan el alcance del resultado deseado. Estos resultados dependerán de cada sujeto,
de las fortalezas, adquisiciones y también de las debilidades y de la visualización que se
tenga de cada uno Estas cuestiones le dan un carácter muy personal, debiendo entonces
focalizarse en cuáles son los pasos que tienen mayor dificultad para el alumno.

El docente para llevar a cabo las técnicas, debe, si fuera necesario, revertir los recursos
aplicados, variar las estrategias y así profundizar en aquellos aspectos más complejos y
ayudar a crear hábitos de conducta, que en definitiva son, los que una vez adquiridos,
contribuirán a mejorar los resultados de las técnicas .Dichos hábitos potenciarán la aten-
ción, concentración y la comprensión del sujeto y de aquí la importancia de fomentarlas.
Las técnicas de estudio son contenidos procedimentales, es decir, un conjunto de habi-
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lidades y destrezas que les permiten a los alumnos adquirir nuevos conocimientos de la
manera más significativa posible. Podemos decir entonces, que las técnicas de estudio
aspiran a un “saber hacer” pero que a su vez, proporcionan una forma más adecuada
de “aprender a aprender”.

Si nos referimos a procedimentales, podemos decir, que son estrategias que utiliza el alum-
no para comprender, analizar conceptos, organizar ideas; todo esto parte de un amplio
número de acciones mentales que se realizan cuando adquirimos conocimientos. A su vez
cabe definirlo como secuencia de pasos, etapas, que siguen un orden lógico y nos permiten
aprender más, lo más importante y para recordarlo mejor.

Las técnicas se basan en una actitud mental del alumno, que podemos puntualizar en tres
procesos:

a) En procesos de adquisición tanto de las técnicas como de los conocimientos; Se rela-


ciona con la forma en que el alumno reacciona ante los nuevos aprendizajes, la valoración
que haga de sus propias capacidades y de los sentimientos y emociones que derivan de las
experiencias anteriores. Todas estas cuestiones van a influir en la intensidad de la atención
que se preste a lo que se estudia y al grado de esfuerzo con el que finalmente se aprendió.

b) En procesos de elaboración; La elaboración de la información es siempre personal y se


realiza a partir de un análisis crítico de la misma.

c) En procesos de metacognición. Este aspecto se relaciona directamente con la metacog-


nición, es decir, el conocer como se debe estudiar, el observar como se estudia y el contro-
lar y hallar la mejor manera de estudiar propia y personal de cada uno.

Ahora bien, podemos resumir la noción de técnicas de estudio expresando su secuencia


en cuatro pasos: querer estudiar- prepararse para hacerlo- aprender las reglas- practicar-
las hasta convertirlas en hábito. El querer estudiar guarda relación con la motivación y el
interés; prepararse, con reunir las condiciones más favorables para llevar adelante las téc-
nicas, ya sean las condiciones sentimentales agradables, como la predisposición ya que
sólo consigo aquello que más deseo y lo que más esfuerzo me presupone. Las reglas de-
ben conocerse, ser claras y concisas para que su repetición no resulte tediosa sino que se
comprenda mejor. Convertir las técnicas en un hábito requiere de consecución, repetición y
constancia. Para aprovechar al máximo las técnicas de estudio, es recomendable crear un
ambiente psicofísico adecuado para la aplicación de los mismos. Entre los aspectos físicos
encontramos entre otros; el lugar de estudio, creando el ambiente más acorde con la propia
personalidad. La temperatura ambiental también será otro factor a tener en cuenta y se re-
laciona con el ambiente en general. El silencio o el entorno ya sea sonoro o no, ajustándose
de igual forma a los gustos personales. La iluminación y la ventilación del lugar de estudio,
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deberán ser acordes a las características generales que rodeen a los aspectos anteriores,
al igual que el mobiliario que cada uno considere más cómodo. El ambiente psíquico es
también tenido en cuenta por muchos especialistas en educación y técnicas de estudio,
quienes ubican como importantes, básicamente a dos: la relajación y la autosugestión. La
primera incentiva la lucidez mental, reduce la ansiedad y crea sensación placentera al estu-
diar. La autosugestión refiere a la motivación, a aquellos momentos que creen la situación
de bienestar al estudiar y aprender, y la decisión de llevarlo a cabo. Cuanto más se reitere
la técnica, más fácil resultará su utilización e implementación como parte de estudiar y más
beneficios y seguridad traerá en el futuro del alumno.

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