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TIRIAN

Conferencia de la Juventud
realizada en NOVEROSA
en el año 1964
Editado por encargo de la Prólogo
Cantera de la Juventud del
Lectorium Rosicrucianum
C/ Río de la Plata 9 / Sevilla 13 Esta es la historia de Tirián, la cual fue contada
ESPAÑA
en el Templo de “Noverosa", el Centro de Conferen­
cias para la Juventud del Lectorium Rosicrucianum.
La historia de Tirián es un cuento que formó
Sede internac iona1:
LECTORIUM ROSICRUCIANUM la base de una inolvidable semana de la juventud.
Bakenessergracht 11-15
Haar1em (Holanda)
Y este libro ha sido concebido para que puedan
leerlo todos los niños que lo deseen. Al leerlo
parece como si lo oyéramos contar, como si escuchá­
ramos esta maravillosa historia en el Templo
ISBN: 84-300-9853-4
Blanco...
Depósito legal: B-32841-1983 * * *

Nos alegramos mucho de empezar con esta


Copyright © del original, 1978 by Rozekruis-Pers, larga historia en nuestro Templo de Noverosa en
Haarlem (Holanda)
esta mañana de domingo. Cada día agregaremos un
Copyright © de la presente edición española, nuevo fragmento a esta narración, como añadiendo
1983 by Lectorium Rosicrucianum S.A.
Vía Lusitana 62, Madrid 25 cada día una piedra preciosa al collar. Cada
nueva piedra es una parte nueva de la historia, y
Imprimido en el taller de
Ediciones del Lectorium Rosicrucianum S.A. cada día la piedra tiene un color diferente. Al
P* Pujadas 2, Barcelona 3 final de la semana, cuando la historia haya
acabado, tendréis en vuestras manos un collar de
Todos ios derechos reservados, incluidos los de traduc­ perlas que podréis utilizar. Podréis contemplarlo y
ción a otras lenguas. Ninguna parte de este libro
podrá ser reproducida sin autorización escrita del reflexionar sobre ello.
Editor.
5
Muchos de vosotros tenéis mucha memoria y no
olvidáis fácilmente los cuentos. Cuando más tarde
recordéis esta larga historia, descubriréis que tam­
bién vosotros podéis utilizar el collar de preciosas
piedras brillantes.
¡Escuchad! Vamos a poner ahora la primera
p e r la .. .
C a p ítu lo 1 rías, se sienta en su mecedora y se pone a leer.
De pronto levanta la cabeza y escucha. ¿Habrá
EL CANTO DE LA LLAVE DE PLATA oído algo...? Se levanta de un salto, mucho más
rápido de lo que uno hubiera podido pensar de un
Mirad, allí está el viejo castillo gris y somb anciano, y sube la escalera del sótano. ¡Sí, es
está en ru in as... La niebla oculta su descuidado verdad, hay algo en el suelo, algo que se mueve
jardín cubierto de zarzas y maleza. Está lloviznan­ y llo r a ...! ¡Es un niño, un pequeño! Lleno de
do, apenas se pueden distinguir los doce portales alegría se arrodilla junto al niño y lo levanta
que hace muchos años permitían la entrada. Pero cuidadosamente, y el anciano murmura para sí:
¡a y !, los portales están cerrados. Cerrojos oxida­ — ¡ Por fin un sirviente!
dos y grandes maderos obstruyen la entrada. Bajo Cuando el niño oye su voz deja inmediata­
la ceniza se mantiene un pequeño y humeante mente de llorar y lo mira lleno de asombro.
fuego. ¿Queréis que echemos una mirada en el El anciano saca una ropa de niño del inte­
interior del castillo? rior de uno de sus numerosos baúles, toma en
Empujamos la vieja puerta, que se abre chi­ brazos al niño y lo viste. ¡ Qué extraño! Los
rriando. Qué silencio tan grande rein a... Entramos vestidos le quedan como hechos a medida. Amable­
silenciosos. Escuchad, ¿qué es ese ligero ruido que mente el anciano le dice:
viene del sótano? Nos inclinamos por encima del — Te voy a poner un bonito nombre: te
pasamanos y vemos a un anciano que camina de llamarás Tirián, y yo soy Amo Lucas. Tienes que
aquí para allá con sus grandes zapatillas. Por comer bien para que crezcas rápidamente, y si
todas partes vemos gran cantidad de libros y de eres un jovencito obediente puedes vivir conmigo y
las paredes cuelgan objetos de toda clase. ser mi servidor.
¡Cuántos libros tienes, ancianito! El anciano Fue como si el pequeño Tirián hubiese com­
toma un voluminoso libro de una de las estante­ prendido estas p alabras. Desde entonces Tirián

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comió con mucho apetito y creció con gran rapidez. Un día, durante una de sus correrías, descu­
El anciano le construía muchos juguetes, y de esta brió, justo en el centro del piso del medio, una
manera Tirián estaba ocupado todo el día. Entre puerta sólidamente cerrada con cerrojo.
tos juguetes había un juego de construcción con el Podéis imaginaros lo curioso que estaba Ti­
que se podían montar magníficos castillos, con rián por saber qué había detrás de la puerta
puentes por los que podían pasar los carruajes. cerrada. Pero al preguntar al anciano, éste no
Pero el que a Tirián más le gustaba era una caja quiso contestarle y en seguida trató de desviar la
de música que podía tocar por lo menos unos atención de Tirián para que olvidase la puerta
veinte estribillos distintos; era siempre la misma cerrada, dándole una nueva tarea. Pero un día el
música, pero Tirián era aún demasiado pequeño jovencito descubrió de nuevo otra puerta cerrada,
para darse cuenta de ello. en el último piso. Amo Lucas tampoco quiso decirle
Comprenderéis sin duda lo feliz que se sentía nada acerca de esta puerta.
Tirián en la morada del anciano. Amo Lucas lo — Ven —le dijo— siéntate aquí, voy a leerte
llevaba a menudo a lo largo de los pasillos para lo que he escrito sobre mis antiguos servidores.
enseñarle todo el castillo. Cuando Tirián creció y Normalmente Tirián se sentía feliz al escu­
pudo ayudar al anciano, empezaron a poner orden char los relatos de los libros, pero esta vez, era
en el castillo. Pero no quitaron las telas de como si el anciano hablase cada vez más y más
arañ a, sino que empapelaron las paredes sobre los fuerte. Súbitamente Tirián oyó a lo lejos un sonido
antiguos tapetes negros y sucios. Tirián arrancó muy sutil y delicado, que le recordaba el cantar
las malas hierbas del jardín, aunque no servía de de un p á ja ro ... Sintió un deseo muy grande de
mucho, pues tan pronto había limpiado en un lado escucharlo claramente, y dijo:
la maleza* cuando crecía de nuevo en otro lado. — Amo Lucas, podría usted parar de leer,
Cuando Tirián se hizo algo más mayor pudo estoy oyendo algo.
andar solo por el castillo. Pero Amo Lucas contestó refunfuñando;

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— Escucha Tirián, me parece que te ocupas lo encontraron magnífico. Al principio estaban tran­
demasiado de mis asuntos, me preguntas qué hay quilos, pero no tardaron en provocar un tremendo
tras las puertas cerradas y quieres que pare de alboroto por encima de la cabeza de Amo Lucas.
leer porque dices oír algo. Yo no oigo nada. Ven, De vez en cuando Amo Lucas subía y de nuevo
dale cuerda otra vez a tu caja de música, a los todo se volvía más tranquilo, pero en seguida
dos nos gusta mucho. volvían a empezar, bajando y deslizándose por los
Pero esta vez Tirián no sintió ningún placer pasamanos de las escaleras, rompiendo las lámpa­
en la música y pensó para sus adentros: Está ras con sus pelotas, bailando y pataleando justo
claro que el que manda aquí es Amo Lucas y yo por encima de su cabeza. Amo Lucas pensaba:
soy sólo su servidor, pues sino, él me explicaría ¡Jamás había tenido antes un sirviente tan testaru­
Con gusto algo sobre las puertas cerradas. do; hace cosas que yo no quiero que se hagan!
Y así, Tirián tampoco se atrevió a pedirle a Al principio, Tirián encontraba divertido ju­
Amo Lucas si podía invitar a un par de amigos y gar con sus compañeros, pues hacía tiempo que no
amigas al castillo, pues éste era un deseo que se divertía tanto. Sentado en una silla, creyó oír
tenía desde hace tiempo. aún el delicado sonido que le había encantado;
Pero un día, se aburría tanto que, a pesar mientras, sus ''amigos" seguían alborotando sin
de todo su temor, se atrevió a pedírselo. Amo preocuparse de él.
Lucas encontró buena la idea, con gran sorpresa De pronto, su deseo de escuchar claramente
por su parte, aunque agregó: ese canto tan dulce se volvió tan grande, que
— Pero tienes que prometerme una cosa: Yo algo extraordinario ocurrió. En medio del griterío,
sigo siendo el que manda aquí y haréis lo que yo voló hacia él un pequeño pájaro oscuro, se posó

diga. en el marco de la ventana y se puso a cantar. Al

— Naturalmente —prometió Tirián a su Amo. principio muy suavemente, de forma que únicamente

Sus amigos pudieron entrar en el castillo y Tirián lo podía oír; después, nuevamente, más y

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más fuerte. Los amigos acudían también para escu­
char. Pero únicamente Tirián comprendía el mensa­
je que parecía dirigirse sólo a él:

"En el aposento del medio duerme una bella


Princesa.
Tir iá n: ¿Ouferes ser su salvador?

Ella es olííen debe v i v i r aquí.


Por esto vengo y te traigo sus saiudos.
¡Oh Escúchame, por dif íci l que sea,
libérala, li b é r a l a .1

No escuches a ¡os demás


que te alejan de este lugar.
¡Cambia tu vida!
Busca la llave que es de plata,
y abre la puerta de su prisjo'n. "

Lágrimas de felicidad bañaron los ojos de


Tirián, contento de comprender al fin el sentido
del dulce sonido. Empezaba a comprender para qué
v i v í a en este castillo.
C a p ítu lo 2 "En el aposento del medio duerme una bella
Princesa.
EL MENSAJE DEL REY Tirián: ¿Quieres ser su salvador0

Ella es quien debe vivir aquí.


Era un día sombrío; hacía mucho tiempo que llo­
Por esto vengo y te traigo sus saludos.
vía; meses de llovizna continua; finas gotitas
,-0b escúchame, por difícil que sea,
incansables. El castillo con sus doce portales ce­
libérala, libérala!
rrados parecía gris y feo en medio del oscuro
bosque. La hierba alta y mojada, la hiedra de No escuches a los demás,

negro follaje oscuro, los mohos, las telas de que te alejan de este lugar,

a ra ñ a ... todo se asemejaba a una pesadilla. Obser­ i Cambia tu vida!

vando con más detenimiento el castillo tenía un Busca la llave que es de plata,

aspecto desagradable. y abre la puerta de su prisión. "

Las oscuras ventanas entre la hiedra pa­


recían ojos malvados, y si se miraba durante más Tan pronto como Tirián escuchó el canto,

tiempo, parecía que el castillo estaba triste y muy conmovido, fue en busca de Amo Lucas que

lloraba. estaba sentado abajo, entre montones de libros.

¿Pero era todo tan sombrío? ¿Había que tener Amo Lucas estaba pensando precisamente en su

miedo en el bosque? ¡No, no lo creáis!, pues obstinado sirviente y en sus amigos: ¡ni siquiera

Tirián vivía en el castillo. podía leer tranquilamente! Tirián le dijo:

Tirián, en su cama, no podía conciliar el — Amo Lucas, un pequeño pájaro cantó para

sueño; toda la noche pensaba en las palabras del m í... —y le contó todo lo que había oído, profun­

pequeño pájaro: das arrugas aparecieron en la frente del anciano,


que lo miraba ahora con muy mala cara.
— ¿Qué estás diciendo? No trabajas lo sufi-
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cíente, muchacho, ni escuchas cuando yo hablo; que el día anterior se posó en la ventana. No lo
traes a un montón de amigos, armas un tremendo veía, sin embargo trinaba de forma tan clara y
alboroto, y ahora me hablas de un pájaro. bonita que Tirián decidió seguir su búsqueda.
Y de nuevo Tirián fue despedido por el Cada día registraba las habitaciones y las
anciano, por querer saber más acerca del aposento torres del castillo. A veces encontraba una llave y
cerrado. Tirián no pudo dormir durante toda la entonces exclamaba lleno de alegría:
noche... — ¡ Aquí está!
Al día siguiente Tirián se levantó temprano. ¡Pero sólo era una llave de hierro! También
Quiso buscar, quiso buscar por todas partes la encontraba a veces joyas de valor, plata, viejos
llave de plata, con la que se puede abrir la juguetes. Lo contemplaba y lo admiraba todo. Pero
cámara interior. Buscó en el granero, visitó las el canto del pájaro se hacía oír nuevamente y
torres, bajó a los sótanos; buscó en el interior de pensaba en la llave de plata que es mucho más
los baúles, las cajas, en todos los recipientes, valiosa, pues sólo gracias a ella podría liberar a
entre los libros, bajo las alfombras, detrás de los la Princesa.
cuadros, bajo los suelos, en los jarrones; resumien­ Un buen día, después de haber mirado por
do: por todas partes donde se pudiera esconder todos los rincones, Tirián salió a explorar el
una llave. Amo Lucas vio que Tirián no trabajaba jardín: en lospozos, en la cochera, bajo las
y que ningún amigo estaba arriba con él, y fue plantas, tras los árboles.
en su busca: Sus amigos se burlaban de él:
— ¿Puedes ayudarme a ordenar los libros? — ¡Qué niño más raro eres! ¿Por qué no
¿No quieres jugar con la caja de música? ¿Quieres juegas con nosotros?
que te lea algo? i Baja! Entonces Tirián lleno de alegría contaba y
Pero cada vez que Amo Lucas le llamaba, hablaba de la llave. Sus amigos entusiasmados
Tirián oía en ese mismo momento al pequeño pájaro exclamaban:

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— ¿No podemos ayudarte a buscarla? La encon­ Si comprendemos su llamada, podemos volver
traremos más rápido juntos y podremos volver a con El a su País, porque también es el nuestro.
divertirnos en el castillo. Desde lo alto del árbol, Tirián observaba la
Pero al instante se oía el trino del pájaro: escena: el Mensajero montaba un caballo blanco y
estaba vestido con una capa azul claro sobre la
"Cada uno está so/o cual estaba bordado un sol naciente rodeado de
ante su misión: rayos de oro.
Abrir el aposento Escuchad lo que decía el Mensajero del Rey:
en el que la pura y tierna Princesa
le espera desde hace tanto tiempo." "¡Ha llegado la hora,
el Principe busca a la Princesaf
Tirián comprendía que él solo debía buscar ¡Ha llegado la hora,
la llave que salvará a la Princesa, y emprendió el Pey nos invita a todos
de nuevo su solitaria búsqueda. a las Sodas reales!
Buscaba entre la arena y las hierbas, se ¡Ha llegado la hora!"
arrastraba, escarbaba la arena y, por Fin, acaba­
ba subiéndose a un árbol. Entonces vio al otro Tirián estaba asombrado y lleno de alegría:
lado del muro muchos hombres reunidos alrededor — Sí —exclamó conmovido profundamente; y ba­
de un mensajero montado a caballo. jando del árbol corrió hacia un ventanuco del
Era un mensajero del Rey de los Cielos, muro que él sabía que se podía abrir.
En uno de nuestros Cantos de Templo 5El Mensajero estaba allí! La cara de Tirián
cantamos: estaba llena de alegría de que todo ello fuera
verdad, y cuando el Mensajero estaba lo suficiente­
"Dios envía a sus mensajeros,
mente cerca de él gritó lo más fuerte que pudo:
para buscarnos a todos."

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- Yo sé dónde está la Princesa... la humedad, en el suelo había una tapadera.
Pero... ¡ plam !. . . el ventanuco se cerró antes Pero, mirad, la tapadera se podía levantar y
de que nadie hubiera podido oírlo. Asustado, Ti- Tirián vio en lo más profundo del pozo una llave
ríán se dio cuenta de que Amo Lucas le había de plata. ¡Al fin la llave!
impedido seguir diciendo lo que sabía de la Prince­ Tirián quiso cogerla y ... ¡se despertó!
sa. Y en su excitación y sin poder hacer nada, Sí, sólo era un sueño... pero, entonces, oyó
oyó alejarse al Mensajero y al grupo de personas. nuevamente el canto del pájaro.
Desengañado y desalentado, se quedó a solas con No es un sueño corriente —pensó Tirián—, es
Amo Lucas. Hubiera deseado tanto llamarle, hubie­ una señal. La llave está en el castillo y tengo
ra deseado tanto ir hacia el Mensajero para contar­ que encontrarla!
le lo que sabía. Pero Amo Lucas se lo había Tirián saltó de la cama y se puso a buscar
impedido y ahora estaba de nuevo solo... ¿Qué el pozo... No supo dónde buscar y sin saber por
debe hacer? No ha encontrado la llave, ¡Ay, sí qué, entró por un corredor. Vio un pequeño venta­
h ubiera,..! nal y trató de abrirlo. C rac... A través de la
¿Pero estaba Tirián realmente tan solo? No, abertura reconoció el lugar con el que había
escuchad, escuchad bien: ¡El pequeño pájaro canta­ soñado, pero era difícil pasar por una abertura
ba! Es verdad, pero Tirián estaba cansado, tan tan estrecha. Después de muchos esfuerzos lo consi­
cansado de haber buscado todo el día que tuvo guió; llegó hasta un alero por el que caminó con
que echarse en su cama y cerrar los ojos. El cuidado hasta deslizarse por un canal, por el que
pequeño pájaro se quedó cerca de él y cantó tuvo que andar mucho para llegar al patio.

dulcemente sus más bellos cantos. De pronto oyó la voz de Amo Lucas:

Tirián soñó. Vio el castillo sombrío, con sus — ¿Qué haces ahí? ¡Vuelve, vuelve! ¡A estas

reflejos, sus torres, sus ventanas. En el centro horas deberías estar durmiendo como todo el mun­

del castillo, un pequeño patio, estrecho, verde por do, deja todo eso y vuelve!

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Pero Tirián oyó también el canto del pájaro
y corrió como el viento. Cayó, pero no se hizo
daño. Al levantarse descubrió en el suelo una
placa de bronce circular, pero en el momento en
que avanzaba hacia ella, un león se abalanzó
sobre él rugiendo. Horrorizado Tirián se echó ha­
cia atrás, pero el pajarito cantó de nuevo:

'Wo estás sonando,


se cariñoso con el león y
avanza valientemente /¡acta él.
¡El león es bueno/
Si eres valiente
pronto se volverá tu amigo. "

Tirián sintió que su miedo desaparecía. Dio


un paso hacia adelante, y el enorme y amenazante
león vino hacia él manso y con bondad. Tirián
pudo percibir entonces el grabado sobre la placa:
un Círculo, un Triángulo y un Cuadrado.
Sí, es exactamente el mismo símbolo que hay
en la alfombra del Templo de Renova, y vosotros
lo conocéis también por haberlo visto en los libros
de nuestra Escuela.
En el borde había una inscripción grabada: resplandecía; no era la luz del sol, pues era de
noche; tampoco era la luz de la luna, pues el
"El que busca, me puede abrir. resplandor venía de abajo. Con el corazón palpitan­
El que me abra, encontrará. " te, Tir i án se a somó a 1 pozo y allá, en el fon do,
vio ahora la brillante luz de la llave de plata.
Tlrián vio y comprendió. Abrió la placa, el Rápidamente bajó por la escalera. ¡Al fin, al fin
poderoso y fuerte león también le ayudó. ¡ Pero la llave que liberará a la Princesa!
qué desilusión! ¡Dentro sólo había arena, nada Profundamente feliz, tomó en sus manos la
más que arena! magnífica llave de plata.
— Hay que cavar —se dijo Tirián a sí mismo;
y al instante se puso a cavar con sus manos,
pues no tenía pala e ir a buscar una le hacía
perder un tiempo muy valioso. El león es una
buena ayuda, con sus fuertes garras había cavado
ya profundo. De pronto apareció una escalera de
piedra. Pero Tirián se sentía tan cansado, que se
durmió justo en medio de su trabajo. El león
prosiguió el trabajo y cavó cada vez más profunda­
mente, hasta que la gran escalera estuvo completa­
mente Ubre.
El pájaro cuidó de que nada sucediera a
Tirián, y cuando el trabajo estuvo terminado,
comenzó a trinar para despertarlo. En el lugar
que antes estaba tan sombrío, una maravillosa luz

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Capítulo 3 SÍ, el león le muestra un matorral tras el
cual está escondida una puerta. El león la empuja

LA TRISTE HISTORIA DEL CASTILLO, y la abre; Tirián muy contento le acaricia la

ANTAÑO TAN PODEROSO cabeza:


— ¡Gracias! —le dice.

Detrás de una de las ventanillas del oscuro corre­ Tirián corre hacia el aposento del medio.

dor estaba Amo Lucas. Meneando la cabeza se puso ¿Pero qué es esto? ¡Un largo corredor que jamás

sus gafas y miró hacia abajo, donde Tirián estaba había visto antes! Y, sin embargo, está en el

con la llave de plata en la mano. Amo Lucas pudo castillo. Lleno de curiosidad avanza. ¿Encontrará

ver claramente que sus ojos estaban radiantes 'de el aposento? ¡Qué grandes salones! ¡Qué largas

alegría. escaleras! ¡Cuántos bellísimos cuadros! Seguro que

— ¡Picaro! ¡Vaya sirviente! —gruñó. ¡Tenía cuentan la vida de la Princesa. Y Tirián siente

que ser precisamente él quien encontrase la llave! un profundo deseo de lib e ra rla ...

Las cosas se han puesto un poco feas para mí. De pronto se encuentra ante una puerta que

Espera, voy a buscar a sus amigos, quizás ellos le es conocida. Allí detrás debe estar el aposento

puedan hacer que juegue de nuevo. del medio. Su corazón late con mucha rapidez.

Amo Lucas cerró la pequeña ventana y se Tiene en la mano la llave de plata. ¿Podrá abrir
la puerta? Oh, ¿y si la llave no entra...? ¿Y si
fu e...
la cerradura se ha oxidado con el paso de los
¡Tirián está ocupado en resolver otros proble­
mas! ¿Cómo volver a entrar en el castillo? No se años?
Duda un momento... ¿Qué ocurre? Abajo oye
ve ninguna puerta. Los muros son altos y gruesos
gritos y carreras. Tirián se vuelve y ve al
y sólo aquí y allá hay una ventanilla. ¡Por
anciano, ya sin aliento, trepando por la escalera.
suerte está aquí el león! ¡ Seguro que él sabe
Detrás le siguen sus antiguos amigos. Corren hacia
dónde se encuentra la salida!

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él y exclaman: recorrió la habitación con la mirada.
— ¡No, para* no habrás esa puerta, es peli­ — ¿Dónde está la Princesa...?
groso para nosotros! ¡Ven con nosotros Tirián, Detrás de la mesa, en la pared ve el símbolo
vuelve! que ya había visto sobre la capa del Mensajero:
Pero Tirián escucha también el canto del un Sol naciente rodeado de rayos de oro. ¿Puede
pájaro: ser que aún haya otra puerta?
"¡No escuches a los demás! Encima de la mesa hay un libro y también
¡Trata de cambiar tu vid a !" un candelabro con tres velas; y frente a la mesa
un taburete de madera. El león se tumba al lado
Decidido, mete la llave en la cerradura y de la mesa, la cabeza apoyada sobre las patas
les dice en voz alta: delanteras, Tirián no sabe muy bien lo que tiene
— ¡Si tenéis miedo, marchaos, pues la puerta que hacer. Pero de nuevo aparece el pequeño
va a ser abierta! pájaro y canta con su alentadora voz:
Teníais que haber visto: corrían y tropeza­
ban atropellándose unos a otros, bajando a saltos "¡Tirián, tú sabes que una Princesa
la escalera para alejarse lo antes posible. Amo no vive en la suciedad y el polvo!
Lucas desapareció también y se encerró en el ¡Lee en el libro y comprende
sótano con sus libros. Una tranquilidad muy pro­ tu sagrado deber!
funda Volvió al castillo y Tirián, con el corazón ¡Haz que en el castillo vuelva de nuevo
lleno de esperanza, empujó la puerta del aposento la luz!
del medio. Lentamente, precedido del león, entró ¡EL libro te enseñará lo grandioso
en una pequeña habitación; no había ventanas, de tu trabajo!
pero el lugar estaba iluminado por una antorcha ¡Ven y le e ..,!
que ardía al lado de una pequeña mesa. Tirián ¡Que la Luz de Dios te fortifique!"

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Con mucha precaución, Tirián se sienta en el estuviese siempre abastecido de lo necesario para
taburete y abre el libro. Es un libro parecido a vivir. Pero no creáis que se enviaban al castillo
los que se encuentran en el sótano de Amo Lucas; carros llenos de sacos de harina y de azúcar. No,
pero este libro no está gastado ni sucio. Tirián el deseo del Rey era que recibiesen siempre abun­
empieza a leer y pronto es absorbido por la dante Fuerzas de Luz. Pues el Príncipe y la
historia del castillo y de la Princesa. ¿Queréis Princesa podían vivir verdaderamente de estas fuer­
saber lo que dice el libro? Entonces leed con zas y vosotros sabéis que estas Fuerzas de Luz
Tirián: son un gran tesoro!
"Un Rey sabio y poderoso reinaba en un El hermano de la Princesa debía, pues, velar
gran país. En medio de ese país había un magnífi­ para que estos tesoros y provisiones fuesen envia­
co castillo, ese castillo tenía doce puertas, y en das al castillo.
cada una de ellas brillaba una clara luz. Doce ¡Cuán grande era su misión! Por ello, él
senderos partían desde estas puertas hasta los cabalgaba sin cesar a lo largo de las fronteras,
límites del país. El Rey regaló este castillo a un para que los Dones llegaran al castillo por los
Príncipe y a una Princesa que se amaban tierna­ doce caminos y a continuación fueran distribuidos
mente: ellos vivían en el castillo y se ocupaban entre sus habitantes y las gentes de los pueblos.
de los habitantes de los pueblos vecinos. La paz y ¡Cada uno recibía aquello que le era necesario y
la armonía reinaban y el castillo brillaba con un todos vivían felices!
suave resplandor dorado que se veía desde cual­ Pero es tan difícil ser feliz con lo que se
quier rincón del Reino. tiene. Muchas veces vosotros también deseáis más
En este país vivía también otro Príncipe, el y mejor: ¡y esto fue lo que ocurrió!
hermano de la Princesa, a quien el Rey le había El hermano de la Princesa enviaba al casti­
encomendado una misión especial. Debía vigilar las llo Dones cada día más valiosos y el Príncipe
fronteras del país y procurar que el castillo estaba tan feliz de recibirlos que ya no quiso

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repartirlos. Quería embellecer cada vez más su "La Princesa se esforzaba por hacer cambiar
castillo, y los salones pronto desbordaron de gran­ al Príncipe de idea, pero él no la escuchaba, al
des riquezas. Tan grandes fueron los tesoros acu­ contrario, cada vez que descubría una ventana
mulados en el castillo que el Príncipe decidió abierta, la hacía cerrar inmediatamente. Y como
cerrar todos los ventanales y todas las puertas todas las ventanas estaban cerradas, el castillo
para que los habitantes de los pueblos no los ya no podía irradiar, y las doce luces claras y
vieran. resplandecientes se apagaron hasta volverse peque­
¡ Ay, que idea más insensata tuvo el Prínci­ ñas llamas y sin resplandor.
pe! Ya que, ¿cómo podrían los mensajeros meter La luz da calor —por pequeña que sea— ¿no
los tesoros en el castillo si él mismo había hecho es así?, pues bien, cuando la luz dorada del
cerrar las puertas? Y así los Mensajeros regresa- castillo dejó de irradiar hacia el exterior, el
interior del castillo se calentó mucho y si el Rey
del país no hubiese intervenido, habrían ocurrido
grandes desgracias. Una noche el Príncipe no pu-
diendo dormir a causa del tremendo calor, camina­
ba inquieto por los corredores. El silencio era tan
grande que se asustó tremendamente al oír de
pronto llamar a una de las puertas.
— ¿Qué es ese alboroto en medio de la noche?
Aguzó el oído antes de que los demás desper­
taran y fue a ver. Abrió entonces un ventanuco y
oyó una voz que decía:
— Príncipe de este castillo, nuestro Rey me
envía a buscaros.

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El Príncipe se asustó mucho, pero tuvo que ¡Ese no puede ser otro que Amo Lucas!
obedecer ante la orden del Rey, Abrió la puerta y Cada vez que un nuevo servidor llegaba al
desapareció en la noche con el Mensajero, La castillo, Amo Lucas empezaba un nuevo libro.
Princesa dormía y no notó n ad a... y quedó dormi­ ¡Oh, cuántos servidores habían venido antes
da, y no debería despertar hasta que el Príncipe que él! Tirián conocía sus historias, por haberlas
volviese para servirla en entrega total. Sólo enton­ leído en los libros de Amo Lucas. ¡Pero ningún
ces, el Príncipe podría despertar a la Princesa de sirviente había encontrado la llave de plata! Se
su profundo sueño con las campanas de plata de habían hecho viejos y habían muerto.
la torre del castillo... ¡La llave de plata! ¿Qué pondrá sobre la
En el castillo vivía también un hombre que llave de plata en el libro?
escribía en un gran libro todo lo que ocurría. "Cuando el escribano hubiese echado el cerro­
Puesto que la Princesa dormía, el Rey le ordenó jo a la puerta del aposento del medio, la llave
completar ese libro. El debía escribir cómo se estaría bajo la custodia de un león real que el
podría despertar a la Princesa, cosa que debía Rey enviaría al castillo. El león guardaría la
suceder a toda costa. A continuación cerraría el llave tanto tiempo como fuese necesario. Y
libro y apagaría las tres velas del candelabro. entonces... "
Por último colocaría una antorcha al lado de la Tirián tiene ahora una página blanca ante sí.
mesa y cerraría la puerta con llave. El escribano, En la otra cara el escribano ha escrito la
es decir, el hombre que escribía el libro, había misión del sirviente que descubra la llave de
cumplido así su misión, tal como Tirián pudo plata.
comprobar; en el libro estaba también escrito que ¡Tirián sigue leyendo! Ahora por fin va a
el escribano viviría en el sótano del castillo conocer el gran secreto...
donde debía empezar un nuevo libro."
¡Sótano... libro nuevo...! —pensó Tirián.

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Capítulo il Limpia todo lo Que está sucio;
rechaza a todo aouél
LA GRAN LIMPIEZA DE T1R1AN que no esté aquí en su casa."

Lleno de gran emoción, Tirián vuelve la página y Tirián piensa enseguida en el anciano Amo
descubre un magnífico dibujo con unas líneas escri­ Lucas. ¿Deberá marcharse él también? ¿No había
tas en el centro que empiezan por una gran letra tratado él de evitar que encontrase a la Princesa?
decorada, y a llí está escrito:
"Prosigue la tarea en el piso de abajo
"/Lee y trabaja, y continúa después en la cámara más baja.
trabaja con firmeza y un corazón puro ¡Pero ten cuidado!
y vuelve a dar al Rey ¡Lleva la antorcha siempre contigo/
el poderío que antaño tuvo," Y no busques a la Princesa
antes de haber realizado todo el trabajo.
Tirián contempla atento el dibujo, pues es el Ella sólo podrá despertarse
castillo tal como era antes, j radiante de luz con cuando el castillo
sus doce puertas de oro! resplandezca e irradie de nuevo."
Pasa la página y he aquí lo que lee:
Tirián pasa una página más y encuentra la
"Valiente servidor, lista de todo lo que debe ser limpiado y ordenado.
toma la antorcha y sube al piso superior, — Imposible hacer todo esto al mismo
allí hay tres aposentos. tiempo... Voy a empezar... A continuación volveré
Primero abre la ventana para comprobar que no olvidé n ad a...
para Que entre la luz. Deja el libro abierto, pone la llave a su lado

39
38
Ttrtán, en el primero hay agua jabonosa y una
balleta y en el otro agua limpia. Llegan más y
más cosas; tenazas para arrancar los clavos oxida­
dos y una pala para recoger la basura. ¡ Las
habitaciones están sucias! Cuando Tirián levanta
la antorcha aparecen montañas de arena, de polvo,
de cal y telas de araña tan grandes como hama­
cas ; parece como si uno pudiese columpiarse en
ellas. En realidad hay demasiada oscuridad para
verlo todo...
Tirián empieza por abrir todas las ventanas.
Ha visto en el dibujo que cada habitación tiene
siete ventanas. De un escobazo abre los ventanales
y el sol entra a raudales por las aberturas. Las
cochinillas, las arañas y las cucarachas huyen
hacia todas partes horrorizadas por la luz .
— ¡ Esto ya está mejor!
Tirián se pone a fregar, salpica el suelo de
agua y recoge lo más grande con su balleta.
Cepilla los muros y frota el techo, tira por la
ventana las telas de araña, Y la habitación queda
en orden.
Tirián toma su antorcha y se pone a limpiar
la segunda habitación. De vez en cuando consulta
el libro:
"Quitar el polvo a los muebles, sin olvidarse
debajo de ¡os armarios. .
Cuando está limpiando debajo de los muebles
aparece una gran caja:
- ¡Qué es esto! Yo conozco esta caja, es mi
Pero... ¿qué debe rechazar? ¿El pasado, las Tirián encuentra aún por aquí y por allá

cosas con las cuales ha jugado tanto? ¿Se refiere otros juguetes. Duda antes de tirarlos, sin embar­

el pájaro a la caja del juego de construcción? go lo hace; y así sigue la limpieza. ¡Por fin la

¿Debe tirarla por la ventana como un objeto inútil? última habitación!

¿Y el polvo? Pero Amo Lucas tiene aún otro plan para

¡Tirián, no se pueden hacer dos cosas a la distraer de su trabajo a Tirián. En el momento en

vez, si te quedas a jugar con las piezas de que Tirián entra en la habitación, ve, justo en

madera, no puedes limpiar el castillo! medio, un gran espejo. En las habitaciones de

En lomás profundo desu corazón sabe que arriba también hay espejos que no pueden reflejar
lo que quiere es liberar a la Princesa para que la luz del sol. Pero éste, ¿qué hace en la
ella pueda nuevamente vivir en su bello castillo. habitación de abajo?
Además, Tirián ya es casi demasiado mayor para Tirián coge un trapo limpio y frota el espejo
jugar con piezas de madera,.. Por fin Tirián dice hasta que b rilla . ¡Qué hermoso espejo! Refleja tan
con voz fuerte: perfectamente la luz que ilumina la sala hasta los
— ¿Qué es lo que quiero? ¿Un castillo de más recónditos rincones. Tirián, todo contento, dis­
madera o un verdadero castillo? ¡ Un castillo b ri­ fruta del efecto producido. Le da la vuelta, se
llante y radiante de majestad! para ante él y se contempla. Un chico flaco, poco
Coloca las piezas en la caja, corre hacia correcto, todo despeinado, con una camisa desgarra­
una ventana y tira el juguete, pensando: ¡Un da a la que le faltan botones, manchas sobre el
castillo, un castillo de verdad! pantalón y sólo lleva un zapato. Extrañado, se
Vuelve a tomar su escoba, abre los venta­ contempla y piensa: ¿Soy yo quien debe liberar a
nales cerrados y prosigue su trabajo con ardor. la Princesa? ¿Yo que estoy tan sucio?
Amo Lucas lo ha oído. Murmura descontento: Se sienta sobre una vieja caja y se rasca la
- ¡Qué muchacho más testarudo y difícil! cabeza, ¿Va a seguir con su trabajo? No se da

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cuenta ni de que el pequeño pájaro está sobre su ¡Toma! ¿Qué hace ahí ese armario, contra la
hombro, ni de la antorcha que ilumina tanto. El pared y en esa esquina? Tirián se aproxima y ve
pequeño pájaro le silba por lo bajo en el oído y algo escrito en bellas letras, antiguas y ricamente
le devuelve el coraje; adornadas...

"¿Tirián si tú no prosigues este trabajo,


quién será el que liberará a la Princesa?
¿Quizás. .. el anciano Amo Lucas...
que desde el sótano busca cómo detenerte?"

Tirián escucha y se acuerda de los consejos


escritos en el centro del dibujo:

"¡Lee y trabaja, trabaja con fuerza,


devuelve al Rey el esplendor de su Gloria!"

— ¿Qué es lo que hay que hacer? —se pregun­


ta Tirián, Lo importante no soy yo. No es de mí
de quien hay que ocuparse.
Dando un salto de alegría se pone de pie;
tira la vieja caja por la ventana y termina la
limpieza de la última habitación. Está contento de
haber casi terminado. Aún un último cubo de agua
y entonces...

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Capítulo 5 Ni cepillo ni trapo del polvo, ni cubos: ¡Las
herramientas han desaparecido! ¿Qué hacer? Toma
ARDEN NUEVAS LLAMAS el manojo en una mano, la antorcha iluminando en
la otra y sale para abrir las puertas. Ante todo
"El que nos libere será servidor junto al Rey." debe atravesar el jardín, después buscar su cami­
Tirián, conmovido, abre la puerta. ¿Qué ve? no a través de los matorrales, a lo largo de los
Un manojo de llaves. ¿Cuánto tiempo llevan ahí? árboles huecos, que han brotado unos tan juntos a
Tirián las mira una a una. ¡ Qué bellas son! los otros que apenas se pueden ver los muros y
Tienen adornos y letras grabadas. Tirián gira y las doce puertas. Tirián se había acercado ya
vuelve a girar una y otra vez el manojo. Así antes al muro para escuchar al Mensajero y decir­
puede leer lo que está escrito en ellas: le que una Princesa dormía en el castillo. El
conoce un poco el camino.
"Abre ampliamente los doce portones. Cuando apenas sale de entre el espeso folla­
Apaga las fiamas Que arden desde hace años, je, se levanta un viento tan fuerte que hasta los
desde hace siglos. árboles gimen y se lamentan. Las altas hierbas le
Enciende con la antorcha nuevas llamas. agarran. Las hojas arrancadas por el viento salen
Déjalas arder alto y cfaro, volando. El viento sopla cada vez más fuerte.
para que todos vean la Luz ¡Uuuh! ¡Uuuh! ¡Escuchadlo! Se encoleriza contra
que lo ilumina tocio." las torres, contra los muros. Aúlla a través del
jardín, tan fuerte que se diría que quiere apagar
Tirián ve que aún falta mucho para terminar la antorcha de Tirián. ¡Uuuh! ¡Uuuh! ¿Lo oís?
su trabajo. Aún debe cumplir una nueva misión. Tirián protege el fuego lo mejor que puede.
Lleno de coraje se entrega al trabajo. En el cielo se juntan grandes nubes. Se
Pero... todo ha desaparecido. montan unas sobre otras y las de abajo apenas

48 49
pueden soportar el peso. De repente estallan y
millones de gotas de lluvia caen estrepitosamente
sobre la tierra.
Pero el muchacho, con su vacilante antorcha,
prosigue valerosamente su camino. A veces se detie­
ne para tomar aliento y su corazón late fuertemen­
te en su pecho. Está tan fatigado que querría
sentarse. Traidoramente los remolinos de viento lo
empujan por detrás y se abaten sobre su antorcha.
¡ Pero Tirián es más astuto que el lo s !
— ¡Vamos —se dice— es necesario abrir las
puertas!
El suelo está humedecido y fangoso, en el
jardín se han formado riachuelos y el barro lo
detiene a cada momento. No puede más. Pero sigue,
tiene que continuar.
¡Por fin, ahí está la primera puerta! Ya es
tarde cuando llega a ella, jadea de fatiga.
¡ Es extraño, de pronto todo se ha vuelto
silencioso! Nada se mueve, ni una hoja, ni una
brizna de hierba. La lluvia ha cesado y parece
como si ninguna tempestad hubiese causado estra­
gos.
A la luz de la antorcha, Tirián busca la
llave, pero la tempestad vuelve con mucha más de oro iluminar la oscura noche. A continuación
fuerza. Mete la gran llave de bronce en la cerra­ vienen la tercera y cuarta puerta. Durante toda la

dura: ¡ La primera puerta está abierta! noche y todo el día siguiente Tirián lucha contra

Una ráfaga se abate intentando apagar la la lluvia y las ráfagas de viento, el pegajoso
antorcha, pero no llega más lejos que a la estre­ barro y las ramas enloquecidas. ¡La llama sigue

cha escalera de caracol y sólo apaga la pequeña encendida!


llama roja que a llí ardía desde hacía siglos. Y es así como las doce puertas de la torre
Con la antorcha en la mano, Tirián sube por son encendidas con nuevas llamas. Rodean el casti­
la escalera. Enciende con la antorcha el nuevo llo con un círculo luminoso.
Fuego. Una llama de oro grande yhermosa se Cumplida su misión, Tirián vuelve al casti­
eleva y consume los restos del viejo fuego. Todo el llo; está muy feliz.
polvo acumulado durante años en la antecámara Pero hay alguien que también se siente muy
está quemado, la llama de oro crece más y más, e feliz de ver arder las llamas de las puertas
irradia una clara luz en la oscuridad. después de tantos años... ¿Sabéis quién es? Es el
Tirián mira alrededor y ve que todo está hermano de la Princesa. El Príncipe que vigilaba
correcto. Baja contento la escalera de caracol y los confines del país. Mientras que las puertas
corre hacia la puerta siguiente. El viento sopla estuvieron cerradas, él no pudo llevar al castillo
más fuerte. Se inclina sobre la antorcha y sale. sus tesoros de luz. Ahora las puertas resplandecen
Toma fuerzas para seguir en pie, pues la tempes­ como el oro puro, y el buen Príncipe, que langui­
tad se desencadena con más fuerza. Esta vez aún decía de melancolía, siente en su corazón que todo
triunfa sobre el viento y la lluvia, y alcanza la revive.
segunda puerta. Allí sigue aún soplando el viento Tirián está en el jardín y admira: ¡Qué
que apaga el viejo fuego y Tirián puede encender bellas flores! ¡Qué hermosos colores! ¡Las malas
el nuevo. Se siente feliz al ver la segunda llama hierbas y los árboles huecos han desaparecido!

52 53
Por todas partes se oye el canto de los Pero... ¿quién está volando hacia él? Es &u
pájaros. Ya no hay nada violento ni siniestro. amigo, el pájaro oscuro que siempre le ha ayuda­
Alegremente se pasea entre las flores y llega a un do. ¡Incluso ahora! Apoyado en su hombro canta:
sendero de piedras que lleva a una puerta en­
treabierta. Sigue el sendero hasta el final y llega "Bebe el agua ciara.
a una pequeña plaza interior. ¿Dónde están las Bebe de la fuente pura.
viejas piedras grises? Han desaparecido. En su ¿No esperes a más tarde!
lugar hay una olorosa rosaleda. Allí florecen rosas Hazlo ahora,
blancas, rojas y doradas. En el centro se encuen­ a la luz del sol.
tra una fuente de la que emanan tres resplande­ Purifícate del pasado,
cientes chorros de agua. En este mismo lugar se cumple el milagro.
encontraba antes la placa de bronce bajo la cual duchos esperan hoy.
estaba guardada la llave de plata. Maravillado, ¿Sé presto v fuerte /"
Tirián contempla los rayos de agua. Se arrodilla
sobre el borde del estanque y ve en el agua de la Tirián hace lo que le dice el pájaro. Toma
fuente un triángulo y un cuadrado. El borde forma en la palma de la mano un sorbo de agua y bebe.
el círculo que lo engloba todo. Pero no solamente ¡ Una felicidad maravillosa lo penetra! Entonces
ve los símbolos, también se descubre a sí mismo. coge con las dos manos el agua de Vida, se la
) Está aún tan sucio, sus cabellos se pegan en su echa por encima, se lava y he a q u í... todo
cabeza, su pantalón sigue desgarrado y ha perdido vestigio de fatiga y de tristeza han desaparecido.
su segundo zapato! Triste, Tirián se sienta en el Lleno de alegría, toma su antorcha y entra
borde del estanque. Así no puede liberar a la Prin­ en el castillo. Entonces, de repente, se acuerda
cesa. ¡Así no puede entrar en la habitación de en que aún no lo ha limpiado todo: el sótano en el
medio! que vivió tanto tiempo... ¡Casi lo había olvidado!

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Rápidamente con la antorcha en la mano, cho extrañado a sentarse y se acomoda en su viejo
baja la escalera y se para en la puerta del sillón. A la luz de la vela empieza la narración:
sótano. No puede creer lo que ven sus ojos; se los — Hace siglos, fui designado por el Rey como
frota. ¿Cómo es esto posible? El sótano está ordena­ escribano. Mi deber era relatar en el Libro de Oro
do. la escalera barrida y limpia, los viejos libros la vida del Príncipe y de la Princesa, cada día,
en orden los unos al lado de los otros. Amo Lucas cada mes, cada año que transcurría. Encontrarás
está sentado en su habitación; su mirada tranqui­ la historia en el Libro de Oro que hay encima de
la. Sonríe, con su vieja pluma de pea en la mano. la mesa de madera. Ese feliz período terminó
Mira al joven muchacho. desgraciadamente y el Rey hizo cerrar el Libro de
— ¿Qué ha ocurrido? ¿Quién ha hecho todo Oro. Se empezó un nuevo libro donde se relataron
esto? las historias de los diferentes sirvientes. Tuve que
Amo Lucas se levanta, se inclina profun­ cambiarme al sótano con el fin de guiar a los
damente ante Tírián que ha entrado. sirvientes de abajo hacia arriba. Por eso tenía la
— ¡Vuestro servidor! sensación de que yo era el Señor y Amo del
— ¿Mi servidor? —pregunta Tirián, que no castillo. Dejaba hacer a los sirvientes lo que
comprende nada. Pero Amo Lucas prosigue: deseaban. Entonces, Tirián, llegaste tú. ¡Tú sa­
bías lo que tenías que hacer! Tú sabías que eras
"La llave de plata ha sido encontrada un sirviente, pero no mío sino de la Princesa de
La puerta está abierta la habitación de en medio. Tú querías liberarla y
Las nuevas llamas han sido encendidas. encontraste la llave de plata. Yo me rebelé contra
Mi sitio está a vuestro l a d o , " esta idea, pero tú fuiste fuerte. Lo comprendí y
decidí permanecer en el sótano y poner orden.
Tirián sigue sin comprender a Amo Lucas. Como ves yo he hecho lo que he podido y tú sabes
Este le conduce hacia una silla; invita al mucha­ que en el castillo todo está ordenado. Me siento

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feliz de que esta larga noche llegue pronto
fin .. .
Tirián ha escuchado lleno de asombro y
ración la historia de Amo Lucas, que a ll í,
sillón, espera lo que va a ocurrir.
La noche termina. .. empieza el amanecer
Capítulo 6 'T irián , Tirián, Tirián.
¿Cómo puedes estar aún dormido?

TIRIAN DESPIERTA A LA PRINCESA Ponte la cadena de oro.


¡Despierta a la Princesa/"

Es muy temprano, el sol no ha salido aún, todo


está tranquilo. La naturaleza duerme; sin embar­ Tirián abre los ojos y ve a Amo Lucas abrir

go, todo se distingue con claridad, pues las doce la puerta; se levanta de un salto, toma su antor­

luces de las puertas brillan con gran esplendor. cha y sube la escalera. Sube, sube hasta la
Mirad allí arriba, encima de la punta de la torre puerta del aposento del medio. El león, su buen
de en medio, está la alta torre blanca: ¿Veis un amigo, lleno de respeto, le deja pasar y le sigue
pequeño punto? Es el pájaro, amigo de Tirián. de muy cerca,
Escuchad, está cantando, canta... ¿A quién? ¡To­ Con el corazón palpitando, Tirián traspasa
dos duermen! ¡Escuchad!: el umbral.
¿Sabré aprovechar la ocasión? ¿Lo consegui­
" / Despierta, despierta, éste es el día! ré? ¿Se despertará la Princesa? ¿Por qué no viene
¡La hora maravillosa se acerca/ el Príncipe? ¡El haría todo esto mucho mejor!
¡Ya que Tirián usa su fuerza, y asi ¡Pues él es quien debería despertar a la Princesa,
cesará ahora el sueño de la Princesa! " y no un muchacho como yo! —todas estas cosas
pensaba Tirián en ese momento.
El pajarito se echa a volar y en un abrir y Pero no hay un Príncipe, y ¿quién la desper­
cerrar de ojos desaparece por una pequeña venta­ tará si Tirián no lo hace? ¡Qué silencioso está
na. Tirián descansa en un gran sillón. El pequeño todo! Como si cada cosa retuviese el aliento...
pájaro se posa sobre su hombro y pegado a su Tirián toma la antorcha y cumple la misión
oído trina una alegre canción: del Rey: enciende las tres grandes velas del

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candelabro y rápidamente las pequeñas llamas bri­ - ¡Mí Príncipe, te he esperado durante tanto

llan altas y claras. De repente, Tirián ve por tiempo! ¡Gracias!

encima de la mesa que cuelga una cuerda por una Asombrado, Tirián mira a su alrededor;

apertura del techo. ¡Esta debe ser la cuerda de ¿Ha llegado el Príncipe? -s e pregunta.

la campana de oro! Pero la Princesa se dirige hacia Tirián, le

Tirián no puede esperar más tiempo. Sube coge sus manos y en un instante, Tirián, el

encima del taburete, agarra la cuerda con las dos sirviente, ha desaparecido.

manos y tira con precaución. ¡Escuchad! ¡Escu­ ¿Ha desaparecido Tirián verdaderamente? ¡ No!

chad! Por encima de su cabeza vibra un sonido Tirián está a llí, miradlo: ¡Tirián el Príncipe!

muy fino. Las manos de Tirián van y vienen con Está a llí, vestido con una magnifica capa, y sobre

gran rapidez; arriba, abajo, arriba, abajo— Las su cabeza centellea una corona, de su costado
campanas de la torre repican a lo lejos y se cuelga la espada. El pájaro trina ahora tan fuerte

hacen oír por todas partes. que todos los habitantes del país lo pueden oír;
Todo el castillo canta y resuena, las doce
luces de las puertas oscilan alegremente. Tirián "¡Que el que aun duerma,
observa y espera. ¿Va a abrirse la puerta? se despierte/
— ¡Tirián, Tirián! ¡Pues he aquí'
Tirián se vuelve. Una puerta que nunca que el milagro ha ocurrido;
había visto está abierta y . . . en su umbral apare­ al fin ha llegado el nuevo Principe!"
ce la Princesa.
¡Su faz es esplendorosa! ¡Sus ojos sonríen! Tirián observa entonces que el símbolo del
¡Qué hermosa es! Tirián no ve que le ofrece la Sol que se eleva, y sus rayos de oro, forman en
mano, pues tímido y respetuoso se ha inclinado realidad el arco de una puerta que la Princesa
profundamente, muy profundamente, ante ella. abre con una llave de oro.

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— Ven —dice ella— subamos la escalera de la con el fin de preparar el castillo para las Bodas.
torre y miremos si viene mi hermano, el que ha El Mensajero, vestido con la capa del sol naciente,
vigilado desde hace tanto tiempo. recorre el país. Invita a grandes y a pequeños, a
— Ven león, amigo nuestro, sube delante de prepararse rápidamente para la fiesta. Pregona
nosotros. que cada uno deberá vestirse con vestidos blancos
Lentamente suben la escalera de caracol. de fiesta, para tomar parte en las Bodas de Oro.
Arriba, la Princesa abre la ventana que está Por fin llega el día de las Bodas. Subamos
al lado de la campana y desde a llí contempla el juntos a las altas torres y descubramos el país en
país. En ese instante se levanta el sol. ¡ Diríase su totalidad. Muchos son los peldaños de la escale­
que brilla un nuevo Sol! ra. Nuestra visión abarca hasta los campos de
El Príncipe y la Princesa miran los alre­ trigo ya maduros, los lagos azules y las verdes
dedores. *,Qué día! ¡Qué maravilloso día! colinas... Bajo nosotros se encuentra el jardín de
La Princesa hace una señal al pequeño pája­ las rosas. Las grandes puertas están abiertas de
ro y le dice: par en par. ¡Oíd a los pájaros! ¡Mirad bien! ¡A
— Vuela, pequeña voz de la llamada, vuela lo lejos un largo cortejo blanco! ¡Qué maravilloso
y ve a decirle a mi hermano que el día ha caballo blanco! ¡Cómo galopa! ¿Quién lo monta y
llegado. Vigila, persevera, búscalo por todas par­ mueve tan majestuosamente su sombrero? ¿Quién
tes. Su lugar está en medio de nosotros, para que cabalga al frente de una larga fila de hombres y
sean celebradas las Bodas. niños, todos con blancos vestidos de fiesta?
Tirián, lleno de alegría aprueba: El hermano de la Princesa. El es el más
— Sí, amigo mío, ve rápido. importante de todos. Bajemos deprisa que la fiesta
El pájaro desaparece tan rápido, que pronto puede empezar de un momento a otro. El Principe
se sólo parece un punto en el cielo. Tirián y la Princesa ya han partido al encuentro
El Príncipe y la Princesa bajan la escalera del cortejo, se reúnen ante la puerta y entran. El

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pajarito vuela delante. El Mensajero entona un
canto de alegría y se coloca a un lado.
El Príncipe Tirián y el hermano de la Prince­
sa se reencuentran en el centro del jardín de las
rosas, se cogen de la mano como si siempre
hubieran estado juntos y nunca se hubieran separa­
do y todo se vuelve silencioso, muy silencioso.
Muy alto en el cíelo vuelan unas palomas; siete
palomas blancas. Ellas descienden en su vuelo y
llegan hasta las cabezas de los tres Príncipes
reales. Es un mensaje, una señal del buen Rey.
Ahora todo vuelve a tener sentido.
Una paloma se posa sobre el hombro de cada
uno de ellos y las otras cuatro dan vueltas por
encima suyo. Después, volando por encima de las
cabezas de los invitados a las Bodas, desaparecen.

Entonces todos entran tomados de la man o.


Las %odas van a empezar.
¡Y nadie es más feliz que Tirián,
la Princesa, su Hermano y nosotros.1
Al final de esta larga jornada,
cuando cada uno regresa a su casa
y el león también puede descansar,
INDICE

Prólogo 5

Capítulo 1
EL CANTO DE LA LLAVE DEPLATA 8

Capítulo 2
EL MENSAJE DEL REY 16

Capítulo 3
LA TRISTE HISTORIA DEL CASTILLO,
ANTAÑO TAN PODEROSO 28

Capítulo 4
LA GRAN LIMPIEZA DE T1RIAN 38

Capítulo 5
ARDEN NUEVAS LLAMAS 48

Capítulo 6
TIRIAN DESPIERTA A LA PRINCESA 60

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