Sabido es que la comunicación entre los seres humanos es un problema que presenta varias
aristas y las más agudas de ellas suelen presentarse en el plano de la comunicación oral, con
tantos o más meollos que en la comunicación escrita, lo cual es sumamente grave dado que la
comunicación entre los seres humanos se da principalmente a través de la vía oral; la vida
cotidiana así nos lo demuestra: exposiciones en clase, clase magistral, sustentaciones de tesis,
proyectos, charlas a usuarios de un servicio, atención a clientes, discursos de cumpleaños,
inauguraciones, debates políticos, religiosos, comunicación familiar, etc.
Si se mira objetivamente a la realidad, lo primero que suele encontrarse es algo así como una
liviandad en el uso del idioma en la comunicación coloquial –lo cual conduce a su inevitable
degeneración y a la dificultad para el desarrollo de los procesos del pensamiento, toda vez que el
lenguaje es su medio de expresión– y una timidez enfermiza, con los consiguientes problemas
sicológicos de inhibición, cuando se trata de la comunicación en público. Pero no es éste el único
problema; a esto hay que agregar la frecuente presencia de voces anómalas (o, por lo menos,
inapropiadas o no entrenadas para una eficiente comunicación), así como la incorrecta dicción,
resultado de los malos hábitos idiomáticos en nuestro medio. Todo esto dificulta el desarrollo de
una comunicación eficaz, por tanto, es un meollo para el desarrollo armonioso e integral de las
personas y, por ende, de la sociedad.
Se ha dicho que el nuevo profesional del nuevo siglo, deberá desarrollar competencias, por lo
menos básicas, en tres áreas fundamentales, pilares del desarrollo personal y social en los nuevos
tiempos: Computación (por el pasmoso despliegue de la tecnología en la vida personal y social),
Inglés (como idioma extranjero predominante en el mundo globalizado) y Oratoria (en tanto el ser
humano siempre será lo que es: un ser que privilegia la vía de la comunicación verbal por sobre
todas las demás). Entonces, cabe a la universidad, a través de sus distintas escuelas, desarrollar
propuestas que pongan en juego una diversidad de métodos, procedimientos y técnicas de
enseñanza de materias como la Oratoria, tal que signifiquen una contribución efectiva a la solución
de los mencionados problemas, para bien de las personas, la sociedad y el país. Y las instituciones
educativas de nivel primario y secundario deben tomar sus previsiones para no quedarse
rezagadas.
Si usted desea:
+Aumentar su influencia, prestigio y habilidad para lograr que las cosas se realicen.
+Despertar entusiasmo entre la gente, lo cual constituye la base fundamental para un cierre
de ventas, el trabajo en equipo efectivo y la consecución de logros que nos lleven a una vida
satisfactoria, plena y feliz.
Entonces, usted necesita sobreponerse a ciertas actitudes limitantes, que llegamos incluso a
considerar “naturales” y que entorpecen nuestro desempeño en la vida.
Una de las actitudes limitantes más poderosas que existen es el temor. En muchas ocasiones,
aquello que tememos carece de bases y no es más que una mentira con apariencia de
realidad. No obstante el miedo que sentimos es tal que nos puede paralizar. Hablar en público
es un buen ejemplo de esto y que se encuentra a la cabeza de la lista de los mayores temores
del ser humano, incluso por encima del miedo a la misma muerte; a tal grado que cuando se le
pide a alguna persona de diga algunas palabras ante un auditorio llega a expresar: -“me
quiero morir”, o lo que es lo mismo: prefiere morirse antes que hablar.
Su adiestramiento y perfeccionamiento como orador puede servirle en los negocios –y en la
vida–, más que el conjunto de todas las demás cosas que usted haya estudiado. ¿Por qué?
Porque elimina la timidez y la falta de confianza en uno mismo y procura valor y aplomo para
tratar con la gente.
Sabemos que el mando generalmente corresponde a la gente que puede ponerse de pie y
decir lo que piensa.
Pensar y expresar sus ideas con claridad, efectividad y soltura, tanto en conversaciones
familiares, de amigos, de negocios, así como ante grupos más numerosos, es tal vez la
habilidad más preciada del ser humano.
Es bien conocido que el personal mejor pagado, aún en áreas tan técnicas como la ingeniería,
no es el que más conoce de ingeniería, sino aquel que además de disponer de ciertos
conocimientos técnicos; tiene la competencia para expresar sus ideas, despertar entusiasmo,
ser persuasivo y tener influencia en los demás; características esenciales de un buen líder.
Si la imagen que quieres dar de ti mismo es la de una persona que sabe adónde va, que tiene
una actitud positiva hacia la vida, ideas dinámicas y don de gentes, el lenguaje es el principal
instrumento que deberás utilizar para transmitir esa imagen a quienes te rodean.
Hace más de 50 años era poco probable que una persona común se viera en
la necesidad de hablar en público. Hoy en día, el panorama de la
comunicación oral es completamente diferente. Prepararse en ese campo
constituye uno de los pilares para el éxito profesional. No importa la carrera
que estudies, es igual de importante para cualquier aspecto de tu vida. Sobre
todo, si deseas estudiar en el extranjero, dominar la oratoria te ayudará,
incluso, a relacionarte y aprovechar tu experiencia al máximo.