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En las últimas décadas y a nivel mundial se ha tenido un gran progreso en el cultivo de

varias especies de peces y crustáceos, sobre todo de camarones. Japón fue el primer país en el
cultivo de peces y del camarón Penaeus japonicus, y Europa en las ultimas décadas ha avanzado
también en el cultivo de especies de peces. En cuanto al camarón, además de los países asiáticos,
los países de América Latina han desarrollado considerablemente la camaronicultura (Dhert y
Sorgeloos, 1995).

Debido a la importancia que tiene la acuicultura, sobre todo la etapa larvaria, se han realizado dos
eventos internacionales para tratar aspectos relativos al alimento vivo tales como: nutrición,
crecimiento, sanidad, cultivo y utilización, Larvi´91 (Lavens et al., 1991) y Larva 2001 (Hendry, et
al., 2001).
Un aspecto importante en el cultivo de organismos es la nutrición y aunque hoy en día se
observa en el mercado gran variedad de alimentos balanceados para especies acuícolas,
principalmente para peces y crustáceos, se registra con frecuencia que estos alimentos no tienen
el contenido nutritivo que las especies requieren para su crecimiento optimo, principalmente en sus
primeras etapas de vida.

En la acuicultura, a nivel mundial, se utilizan alimentos inertes, con ingredientes nutritivos


bien balanceados; pero persisten algunas de ciencias en las propiedades físicas del alimento, tales
como su estabilidad en el agua, su flotabilidad y su sabor, además, el precio de estos alimentos es
una limitante para su adquisición en sectores sociales con bajos recursos económicos.

Al cultivar especies en el agua, debe considerarse


de manera prioritaria el alimento que se va a suministrar,
dependiendo de los h¶abitos alimenticios de
las especies cultivadas, ya sean herb¶³voros, carn¶³voros
u omn¶³voros; por otra parte, tambi¶en debe tomarse
en cuenta la etapa de desarrollo en que se
encuentra la especie. Adem¶as de que las propiedades
f¶³sicas y qu¶³micas del alimento que se suministra
son determinantes para la aceptaci¶on del mismo
por los animales, por lo que debe reunir caracter¶³sticas
como forma, tama~no, textura y color que lo haga
atractivo a las especies en cultivo.
Los requerimientos energ¶eticos de peces y crust¶aceos
se satisfacen por medio de carbohidratos, prote¶³nas
y grasas. Pocas son las especies, que se cultivan
en el agua, para las que se conocen con precisi¶on
sus requerimientos nutritivos, dentro de las conocidas
est¶an los peces como la trucha, salm¶on, bagre
de canal, carpa com¶un, carpa herb¶³vora y en
crust¶aceos est¶an los peneidos y el langostino asi¶atico
(Pillay, 1997). Los requerimientos de prote¶³nas en peces
var¶³an con la especie, la edad, el estado ¯siol¶ogico
(crecimiento y reproducci¶on) y las condiciones ambientales,
por ejemplo los alevines de trucha, necesitan
aproximadamente un 50% de prote¶³nas y va reva reduci
¶endose a medida que crece, a las ocho semanas
un 40% y al a~no un 35%. (Coll-Morales, l983). Para
los camarones los requerimientos de prote¶³nas van
de 30 a 50% del peso seco de su alimentaci¶on. En
cuanto a los amino¶acidos, los m¶as importantes tanto
para peces como para crust¶aceos son diez: arginina,
histidina, isoleucina, leucina, lisina, metionina,
fenilalanina, treonina, tript¶ofano y valina. Dentro
de las grasas, los componentes m¶as sobresalientes
para todos los organismos son los ¶acidos grasos,
siendo los esenciales los ¶acidos oleico, linoleico
y linol¶enico de los cuales se derivan los dem¶as ¶acidos
grasos poliinsaturados (Pillay, 1997).

Los precios de los alimentos proteicos en el mercado mundial se han elevado considerablemente;
de ahí la necesidad cada vez mayor de cubrir los requerimientos nutritivos de los animales con
recursos nacionales, en lo cual los subproductos juegan un papel fundamental (FAO, 2007).

La mayoría de las investigaciones en acuicultura están encaminadas a encontrar sustitutos


sostenibles de las harinas y aceites de pescado. Estos ingredientes deben cumplir con los
requisitos estándar de calidad nutricional, de seguridad e inocuidad de los alimentos, de
rentabilidad y de bienestar animal, debiendo resultar una producción sostenible y aportar un buen
valor nutricional a los consumidores (Domínguez, 1997). Los ingredientes alternativos utilizados en
dietas para tilapia incluyen proteínas y aceites vegetales, subproductos agroindustriales, plantas
acuáticas, además de subproductos animales transformados y levaduras fermentadas.

Utilización de carbohidratos

La habilidad de peces carnívoros para hidrolizar o digerir carbohidratos complejos es


limitada debido a la debilidad en la actividad amilótica en tracto digestivo (Spannhof y
Plantikow, 1983). Así, para especies tales como la trucha, conforme aumenta la
proporción de almidón en la dieta, disminuye su digestibilidad (Singh y Nose, 1967; Bergot
y Breque, 1983). Aún más, en ensayos de alimentación de mayor duración con peces
carnívoros (p. ej. salmónidos) se ha observado que elevados niveles de carbohidratos en
la dieta, disminuyen el crecimiento, elevan los niveles de glicógeno en hígado y
eventualmente causan mortalidad (Phillips et al., 1977). Por el contrario los peces
omnívoros o herbívoros de agua caliente, tales como la carpa (C. carpio), bagre de canal
(I. punctatus), tilapia (O. niloticus) y la anguila (A. japonica) han mostrado ser más
tolerantes para niveles elevados de carbohidratos; siendo utilizados más eficientemente
los carbohidratos como fuente de energía o bien el exceso es almacenado en forma de
lípidos corporales (Chiou y Ogino, 1975; Robinson y Wilson, 1985; Adreson et al., 1984;
Degani, Viola y Levanon, 1986).

También se ha visto que la utilización de carbohidratos ofrecidos en la dieta varía con la


complejidad o estructura química de la fuente de carbohidratos usada (los polisacáridos y
disacáridos digestibles tienen un mayor efecto benéfico en el crecimiento que los
monosacáridos: peces - Pieper y Pfeffer, 1980; Robinson y Wilson, 1985; Anderson et al.,
1984; camarones - Alava y Pascual, 1984; Deshimaru, 1981 1; Kanasawa, 1983) el estado
físico de la fuente de carbohidratos utilizada (almidones cocidos o gelatinizados tienen
una mayor disgestibilidad y efecto benéfico sobre el crecimiento, en comparación con los
almidones naturales o crudos: peces - Spannhof y Plantikow, 1983; Bergot y Breque,
1983; Robinson y Lovell (1984) y el consumo de alimento diario (un régimen de
alimentación restringido tiene un efecto benéfico sobre la digestibilidad de almidón: peces
- Bergot y Breque, 1983). De la discusión precedente, parece que la habilidad de los
peces o camarones para adaptarse a dietas con un elevado contenido de carbohidratos,
dependen de su habilidad para convertir el excedente energético (p. ej. glucosa) en lípidos
o aminoácidos no esenciales.

Dado que la mayoría de los peces cultivados tienen un tracto gastrointestinal corto, que
no les permite desarrollar una flora bacteriana abundante (como en los rumiantes), la
actividad intestinal de la celulosa, en peces, a partir de las bacterias residentes es muy
débil o nula (Stickney y Shumway, 1974). Consecuentemente la celulosa o “fibra cruda”
(p. ej. carbohidratos de la dieta que son resistentes al tratamiento químico con ácidos o
álcalis diluidos, incluyen a la celulosa y hemicelulosa) no tiene ningún valor energético
para los peces, y un exceso en la dieta tiene un efecto deletereo sobre la eficiencia
alimenticia y el crecimiento (Anderson et al., 1984; Poston, 1986; Hilton, Atkinson y
Slinger, 1983; Bromley y Adkins, 1984).

http://www.fao.org/docrep/field/003/ab492s/AB492S02.htm

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