a las subterráneas frente a los elementos contaminadores. Sirve de filtro que no deja pasar
detectable. A veces a simple vista, por el color y el olor de las aguas. Pueden tomarse medidas
pronto para evitar que continúe la contaminación. En cambio, las aguas subterráneas pueden
estar contaminándose y no darnos cuenta, hasta que la contaminación esté muy extendida en
el acuífero y aparezca con las aguas que afloran a la superficie. Los elementos contaminantes,
provoca que un foco de contaminación pueda acabar alcanzando al acuífero o a los acuíferos
que puedan existir en una amplia zona. Y viceversa: puede ser muy difícil el rastreo hasta su
En definitiva, son más fácilmente contaminables las aguas superficiales. Pero también suele ser
más sencillo devolverles la pureza. A veces basta simplemente suprimir el foco. Las aguas
subterráneas, son más difíciles de contaminar. Pero la solución, si esto ocurre, nunca es