Optimismo para después de la muerte

En 1998 el director Vincent Ward da vida a su aclamada What Dream May Come, Más Allá
de los Sueños en el mundo hispanohablante, adaptación de la novela homónima publicada en
1978 por Richard Matheson. Junto a Barnet Bain como productor y Ronald Bass como
director de fotografía, se completa el grupo encargado de transportar a la gran pantalla este
drama de índole maravilloso.

Más allá de los sueños nos sitúa frente a la historia de Chris Nielsen (Robin Williams)
y Annie Ellis (Annabella Sciorra), una joven pareja de esposos que ve su vida destrozada tras
la inesperada muerte de sus hijos en un accidente de tránsito.

A través de flashfoward pasan cuatro años y descubrimos que Chris es doctor y Annie
una pintora aficionada que dirige una galería de arte. Justo ahí, en el cuarto aniversario de la
muerte de sus hijos somos testigos del fallecimiento de Chris mientras intentaba auxiliar una
víctima de un accidente automovilístico. De aquí en más la historia se repartirá en dos
realidades bien distintas: Chris Nielsen conociendo el Cielo de la mano de su amigo Albert
Lewis y Annie Ellis en una espiral de depresión que la conducirá al suicidio. Así, Chris se
desenvuelve en una serie de pruebas enfocadas a la aceptación de su muerte, al tiempo que
vamos descubriendo su pasado a través de flashbacks desencadenados por la interacción con
determinados personajes, su hija entre ellos. Por su parte Annie tratará de canalizar su dolor
a través de pinturas que a la par que son creadas constituyen el Cielo personal de Chris; pues
su naturaleza de almas gemelas les permite perpetuar su conexión más allá de las barreras de
la muerte.

Es justo tras el encuentro con su hija Marie que Chris se entera que Annie se ha
suicidado, para luego descubrir que jamás la verá, pues lo suicidas van directamente a un
infierno constituido por la eterna negación de su muerte. Aún ante las negativas de Albert
Lewis, el nuevo Dante decide ir a rescatar a Annie, para lo cual tendrá la ayuda de un
buscador. En el camino Chris descubre que Albert es en realidad Ian, su hijo, que lo ha
acompañado durante todo el recorrido. Pero está incapacitado para acompañarlo en el tramo
final: el encuentro y posterior salvación de Annie.
 Con todo esto se hace evidente que la película posee una carga dramática y sentimental
exuberante que está articulada para hacernos reflexionar sobre qué significa la muerte y más
importante: todos vamos a morir. Pero aún con esto Más allá de los sueños es una película
optimista, de esas que gustan el ver al vaso medio lleno y eso se revela claramente en
diferentes aspectos.

El primer de los aspectos que revelan el carácter optimista de la obra reside en el

manejo de la escenografía y vestuarios. El primero de estos está claramente dominado por un
enfoque naturalista donde los árboles, la lluvia y el agua se conjugan para generar una
acogedora atmosfera exterior. Contrario a esto surgen los interiores, cuya tendencia al uso de
matices grises y neutros construyen un ambiente incómodo donde la más de las veces las
emociones placenteras no encuentran su lugar. Ejemplo claro de esto es el contraste en cuanto
ambientes en la escena de Chris y Annie hablando por teléfono, lo cual no sólo configura
sus lugares laborales, sino que maquina todo un universo de sensaciones ligadas al color. Así
se construye una paleta de colores definida para la felicidad y la tristeza que se verá reflejada
en el vestuario. Mientras el azul y el fucsia representan la felicidad ligada a la naturaleza, el
juego y la convivencia; el gris y el negro articulan todo un entramado de miedos, traumas y
profundas tristezas.

A la par del juego con el color, la naturaleza y las emociones, aparece una marcada
tendencia a la exuberancia de los planos preciosistas, creando así fondos maravillosos de una
belleza incomparable. Estos están claramente inspirados en ciertos aspectos clave del
romanticismo, especialmente el alemán, lo que termina convirtiendo no sólo en placenteros
los fondos naturales, sino que dotan de cierta belleza oscura a los grises recovecos de lo que
en la película es Purgatorio e Infierno.

En el medio del camino de la vida se encontró Dante en una selva oscura donde lo
acechaban tres bestias de las cuales le rescata Virgilio. Aquella selva el camino al Infierno.
Tal como Dante, Chris realiza su propio periplo en juego de similitudes con La Divina
Comedia que es fácil encontrar si se tiene el conocimiento del texto del italiano. En esta
ocasión Dante es un doctor cuya muerte inesperada lo deja en la negación, Virgilio es Albert
Lewis, uno de sus viejos amigos, y la anhelada Beatriz es una artista suicida de nombre
Annie. Con leves cambios en la dirección de búsqueda: Beatriz está en el Cielo y Dante
comienza en el infierno, justo al verse del camino recorrido por el doctor Nielsen.

Con esta relación se construye toda una nueva urdimbre de significados ligados a la
acción misma de los personajes. Primero encontramos en Chris la consolidación del
pensamiento ancestral de que la vida es solo una parte del viaje y que al final de esta espera
otra aventura. Lo cual destruye la pavorosa concepción de la Nada. Al tiempo que esta muerte
se resume en la consolidación de una nueva vida alejada de los atroces azares de la vida
terrenal, cuyo sentido termina Annie simbolizando ante su negativa a vivir sin su familia y
su posterior redención y paso al Cielo.

Es la suma de estos elementos lo que constituye a Más allá de los sueños como una
obra optimista ante la muerte, que no solo grita que inevitablemente la muerte es una realidad
inherente a la vida, sino que apela a nuestro sentido común al decirnos: Todos vamos a morir
y el peor de los errores es no aceptarlo. Y pretende dotarnos con una serie de referentes para
que respondamos “Sí. Nada que hacer”, mientras nos decimos a nosotros mismos que un
cajón tres metros bajo tierra no es el final y que al otro lado espera una mejor vida.