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Asignatura:

Deontología Jurídica

TEMAS III Y IV

Participante(s):
Bienvenido Alexia Castillo Calderón 13-4924

Sto Dgo Este

12/ febrero /2016


Tema III
El abogado
3.1 Quien es abogado?

Abogado (del latín advocatus, ‘llamado en auxilio’) es aquella persona que


ejerce profesionalmente defensa jurídica de una de las partes en juicio, así
como los procesos judiciales y administrativos ocasionados o sufridos por
ella. Además, asesora y da consejo en materias jurídicas. En la mayoría de
los ordenamientos de los diversos países, para el ejercicio de esta profesión se
requieren estudios universitarios en Derecho, licenciatura en Derecho, estar
inscrito en un colegio de abogados o bien tener una autorización
del Estado para ejercer.

El abogado que ejerce de forma altruista por causas públicas es


un abogado pro bono, también llamado ad honorem; y el que defiende a los
ciudadanos sin recursos es el abogado de oficio o de turno.

3.2 Su ejercicio y su fuerza interior.

Genéricamente se puede definir el término abogado como: "persona con título


de grado habilitado conforme a la legislación de cada país, que ejerce
el Derecho, en asistencia de terceras personas, siendo un colaborador activo e
indispensable en la administración de la Justicia de un país.

Se denomina también “doctor” (en algunos países latinoamericanos,


como Argentina) a este profesional, aun cuando no haya obtenido
el doctorado y por lo tanto no posea título de doctor. Tal denominación proviene
de la circunstancia que anteriormente el doctorado era una exigencia ineludible
para el ejercicio de la abogacía. Lo mismo ocurre con el juez o el agente fiscal
quienes son denominados "doctor" cuando muchos carecen de dicho grado
académico.

El Abogado es un profesional cuyo objetivo fundamental es colaborar en la


defensa de la Justicia. Cuenta con una sólida formación teórica y suficiencia
práctica, supervisada por los Colegios y el Estado.

Interviene en la resolución de conflictos judiciales y extrajudiciales, la función


pública, la magistratura, la enseñanza y la investigación. Se encargan de
defender los intereses de una de las partes en litigio.' Al ser el abogado un
profesional específicamente preparado y especializado en cuestiones jurídicas,
es el único profesional que puede ofrecer un enfoque adecuado del problema
legal que tiene el ciudadano o 'justiciable'.

Debe destacarse que además de su intervención en el juicio, una función


básica y principal del abogado es la preventiva. Con su asesoramiento y una
correcta redacción de los contratos y documentos, pueden evitarse conflictos
sociales, de forma que el abogado, más que para los pleitos o juicios, sirve
para no llegar a ellos con su mediación extrajudicial. Tanto es así que en la
mayoría de los procedimientos judiciales es obligatorio comparecer ante
los tribunales asistido o defendido por un abogado en calidad de director
jurídico, es decir, todo escrito o presentación judicial debe ir firmada por el
cliente (o su representante legal, el procurador) y por su abogado, lo cual le
garantiza un debido ejercicio del derecho a la defensa durante el proceso.

Un abogado suele tener poderes de su defendido o cliente mediante


autorización en instrumento público, u otorgado apud acta, es decir, por
comparecencia en el juzgado o tribunal, de manera que pueda dirigirlo en
juicio, o representarlo en actuaciones legales o administrativas que no
requieran de procurador de los Tribunales, representando así al interesado, y
no sólo dirigiendo su defensa.

La actuación profesional del abogado se basa en los principios


de libertad e independencia.

Los principios de confianza y de buena fe presiden de las relaciones entre el


cliente y el abogado, que está sujeto al secreto profesional. El abogado se
debe a su cliente, en primer lugar, y debe litigar de manera consciente respecto
a la responsabilidad social en la que se halla, con un actuar crítico y equilibrado
al servicio de la paz social, en la que colabora con los juzgados y tribunales
dentro del sistema judicial de cada país.

A través de los Colegios de abogados u organismos pertinentes, dependiendo


del país, existen servicios de asistencia jurídica gratuita para los ciudadanos
que carecen de medios económicos para pagar los honorarios de un abogado.
Son los llamados abogados de oficio, que asesoran desde Colegios de
abogados o directamente desde el Estado.

Las especialidades más importantes en el ejercicio de la abogacía


son: Derecho civil, de familia, penal, comercial, laboral,
tributario, constitucional, administrativo, intelectual y ambiental, aunque no
suelen tener su correspondencia con formaciones académicas específicas, sino
con la experiencia, dedicación y mayor conocimiento de ese tipo de caso por
cada abogado.

La fuerza interior del abogado

La fuerza que no hallemos en nosotros mismos no se hallará en ninguna parte,


ya que fuera de nosotros están toda clase de sugestiones: el doctrinarismo
contradictorio para sembrar la duda, el sensualismo para perturbar
nuestra moral, la crítica para desorientarnos, el adversario para
desconcentrarnos, la injusticia para enfurecernos. ¿Qué pasa cuando se nos
plantea un caso y hemos de formar opinión y trazar un plan?:
1( Sentimos que una voz interna nos dice "cuidado! no tengas el atrevimiento
de juzgar sin leer lo que dicen los autores y consultar la jurisprudencia y
escuchar el parecer de tu docto amigo Fulano" y es así como esta voz nos
induce a perder el sentido propio a puro recabar los ajenos.

3.3 Situaciones y dificultades que se presentan en la profesión.

3.4 La abogacía es un arte o una ciencia?

EL ARTE Y LA ABOGACIA

No es abogado quien no tiene una delicada percepción artística.

Algunos tienen como elementos de expresión la aritmética, la química o el


dibujo lineal, nosotros usamos la palabra escrita y hablada, es decir, la más
noble, la más elevada y artística manifestación del pensamiento. No existe
antagonismo entre el Arte y la Abogacía.

El abogado debe tener inexcusablemente:

 Una revista jurídica de su país y otra extranjera.

 Una mitad - según las aficiones - de todos cuantos libros jurídicos se


publiquen en su país.

 Unos cuantos libros de novela, versos, historia, crónica, crítica, sociología y


política.

Las novelas y los versos los recomendé porque son la gimnástica del
sentimiento y del lenguaje. Son para que el abogado amplíe el horizonte ideal y
mantenga viva la renovada flexibilidad del lenguaje.

Un abogado debe ubicar los libros como artículo de primera necesidad y


dedicar a su adquisición un cinco, un cuatro o un tres por ciento de lo que se
gane, aunque para ello sea preciso privarse de otras cosas. Y si el abogado no
puede alcanzar ni aún ese límite mínimo, que no ejerza. La abogacía es
profesión de señores y, a la manera que el derecho de sufragio, debe estar
vedada a los mendigos. No se eche esto a cuenta de un orgullo mortificante,
sino a la de una rudimentaria dignidad. Que diríamos de un médico que no
tiene estetoscopio para auscultar. Pues apliquemos la alusión al abogado y
tratémosle de igual manera.
3.5 El abogado profesional libre e independiente.

Los abogados trabajan en dos vías distintas: ofrecen un asesoramiento


especializado sobre cuestiones jurídicas complejas y representan a las
personas en los tribunales.

La mayoría de los abogados reciben trabajo a través de la ruta jurídica


tradicional de los abogados, pero en la actualidad, muchos abogados reciben a
los clientes directamente.

Los abogados son expertos en el arte de la defensa, es decir, en la


presentación de un caso ante la corte, en un tribunal o en un organismo
público.

También ofrecen asesoramiento especializado sobre todos los aspectos de la


ley. Los abogados pueden opinar sobre una amplia gama de problemas legales
que no implican procesos judiciales.

La mayoría de los abogados son independientes o trabajadores por cuenta


propia, y sus ingresos provienen de los honorarios que ganan. Comparten
oficinas (o cámaras) con otros abogados, de forma que todos contribuyen al
coste del alquiler, trabajan en equipo y colaboran entre sí.

Algunos abogados autónomos trabajan desde su casa (a la que técnicamente


también se la denomina cámara) y son conocidos como profesionales
independientes.

La mayoría de los abogados independientes reciben una alegación de otro


abogado o notario, aunque en la actualidad también pueden aceptar casos
directamente del cliente. Los abogados dedican mucho tiempo a la preparación
de los casos judiciales. En los casos de derecho civil, el abogado prepara las
alegaciones, que son muy importantes para el caso.

La preparación de un caso consiste en la realización de una investigación


exhaustiva para familiarizarse con todos los hechos relativos al caso. Los
abogados redactan los informes y alegaciones. Si es necesario, se reúnen con
el cliente para aclarar cualquier duda en particular o para obtener más
información.

Durante los procedimientos judiciales, los abogados presentan todas las


pruebas que crean pertinentes para apoyar su alegación. Hacen preguntas a
los testigos, con el fin de obtener información que sustente sus argumentos
ante el tribunal. Antes de que el jurado tome una decisión, el abogado realiza
una recapitulación del argumento de la forma más convincente posible.

En general, los abogados están especializados en una o, en ocasiones, dos


áreas específicas de la ley, incluidos los casos de derecho penal, civil o
mercantil, leyes de envío y litigios médicos.

Algunos abogados pasan más tiempo en los juzgados que otros, según su
especialización. Por ejemplo, el trabajo de la cancillería (la participación de
testamentos, fideicomisos y propiedades) consiste en dar consejos y requiere
pasar poco tiempo en los juzgados, mientras que los abogados que están
involucrados en casos civiles y penales pasan más tiempo allí.

Algunos abogados son empleados, lo que significa que son asalariados que
trabajan para distintas empresas, por ejemplo, en el comercio, la industria y en
departamentos del gobierno central o local.

Algunas grandes compañías comerciales tienen sus propios equipos internos


de abogados. En ocasiones estos equipos resultan muy ventajosos para la
empresa, ya que sus abogados conocen con todo detalle la empresa y sus
actividades.

Los abogados en asesoramiento mercantil, dan consejo sobre los


procedimientos y reglamentos internos, como la gestión de los fondos de
pensiones o la aplicación de contratos de arrendamiento de locales para
oficinas.

También aconsejan sobre los aspectos complejos del derecho laboral, el


derecho fiscal, los problemas de salud y seguridad, las patentes, la legislación
ambiental y las fusiones de empresas.

3.6 La deontología en el profesional del derecho.

La deontología jurídica (deberes morales del abogado), considera como la


principal obligación moral del jurista, en cualquiera de sus facetas, tener el
conocimiento y la capacidad para ejercerla, para ellos es indispensable tener
“un buen conocimiento de la ley, de la jurisprudencia, y de la práctica de los
tribunales” a lo cual añadiremos, el deber de actualizarse constantemente en
los aspectos doctrinales.
En cuanto a los deberes específicos del abogado varían de acuerdo a la
actividad que se realiza, por ejemplo una de las más importantes es la función
de juzgar, a pesar del tiempo y los avances teóricos que han acontecido en la
ciencia del derecho sigue funcionando de forma primitiva. Por otra parte es más
complicado definir cuáles son los deberes de los que ejercen la profesión del
abogado, en un mundo que clama por la realización de la justicia.
Del análisis deontológico de la conducta debida en los diferentes aspectos en
los que puedes realizarse la profesión de abogado, es primordial la del juez. Su
principal deber es la imparcialidad sin la cual es difícil la administración de
justicia. La imparcialidad se consigue con determinados factores por ejemplo es
incompatible con el desempeño de cargos políticos, o estar inmerso en una
serie de intereses económicos o comerciales que afecten su función.

3.8 El abogado, sus derechos y privilegios.

Derechos y Privilegios del Abogado.

Implica el análisis de tres aspectos, ellos son:

a) Obligatoriedad y Monopolio del Ministerio de Abogado


La ley exige la presencia del abogado para la representación de la parte civil.

b) Libertad para el ejercicio profesional


c) Protección de que goza
d) Inmunidad Parlamentaria

3.7 La moral individual del abogado.

La Moral del Abogado


Al estudiar el derecho debemos pensar en actuar en el sentido del deber y
moralmente lo que debemos y tenemos que hacer, actuando en base a nuestro
principios éticos. A veces las leyes son buenas y crean algunas dificultades,
cuando un abogado aconseja a su cliente debe guardarse de interpretar la ley
en términos de moralidad.

La Moral Interna del Derecho


El derecho se emplea para regular la conducta de los hombres. No habrá un
sistema jurídico, mientras no existan normas que puedan ser seguidas por las
personas que tengan capacidad para ello. Quienes elaboran las leyes tratan de
regular la conducta en gran escala y ello requiere normas generales.

El intento de regular la conducta por medio de las leyes, origina unos principios
que deber ser respetados por los que gobiernan, pues de otro modo no
cumplen su propósito general, estos principios equivalen en el concepto y
naturaleza del derecho. Es una moral porque separa ciertos criterios para
evaluar la conducta social.

La moral interna del derecho requiere que éste sea susceptible de ser acatado
y nos brinda una razón para considerar que sus normas constituyen una moral.
Si se respeta la moral interna del derecho.
Tema IV

Deberes profesionales del abogado

1. 4.1 Deberes sociales.

Los deberes esenciales que la profesión de abogado impone a todo


profesional del derecho son:

1- La Probalidad
2- La Independencia
3- La Moderación
4- La Confraternidad

4.2 Su dignidad, lealtad, veracidad y buena fe en el ejercicio.

La Dignidad

El profesional de derecho debe actuar con irreprochable dignidad, no sólo en el


ejercicio de su profesión; sino en su vida privad. Su conducta jamás debe
infringir las normas del honor y la delicadeza que caracteriza a todo hombre de
bien.

La Lealtad, Veracidad y Buena Fe

El profesional de derecho debe ser leal y veraz y debe actuar de buena fe, por
lo tanto no aconsejará ningún acto fraudulento en sus escritos nada contrarios
a la verdad. El profesional del derecho debe tener presenta la justicia de la
tesis que defiende.

4.3 Los mandamientos del abogado.

1. ESTUDIA.- El derecho se transforma constantemente. Si no sigues sus


pasos, serás cada día un poco menos abogado.

2. PIENSA.- El derecho se aprende estudiando, pero se ejerce pensando.

3. TRABAJA.- La abogacía es una ardua fatiga puesta al servicio de la justicia.

4. LUCHA.- Tu deber es luchar por el derecho; pero el día que encuentres en


conflicto el derecho con la justicia, lucha por la justicia.

5. SÉ LEAL.- Leal para con tu cliente, al que no debes abandonar hasta que
comprendas que es indigno de ti. Leal para con el adversario, aun cuando él
sea desleal contigo. Leal para con el juez, que ignora los hechos y debe confiar
en lo que tú le dices; y que, en cuanto al derecho, alguna que otra vez, debe
confiar en el que tú le invocas.

6. TOLERA.- Tolera la verdad ajena en la misma medida en que quieres que


sea tolerada la tuya.

7. TEN PACIENCIA.- El tiempo se venga de las cosas que se hacen sin su


colaboración.

8. TEN FE.- Ten fe en el derecho, como el mejor instrumento para la


convivencia humana; en la justicia, como destino normal del derecho; en la paz,
como sustituto bondadoso de la justicia; y sobre todo, ten fe en la libertad, sin
la cual no hay derecho, ni justicia, ni paz.

9. OLVIDA.- La abogacía es una lucha de pasiones. Si en cada batalla fueras


cargando tu alma de rencor, llegará un día en que la vida será imposible para ti.
Concluido el combate, olvida tan pronto tu victoria como tu derrota.

10. AMA A TU PROFESIÓN.- Trata de considerar la abogacía de tal manera


que el día en que tu hijo te pida consejo sobre su destino, consideres un honor
para ti proponerle que se haga abogado.

4.5 La chicana.

La chicana es una triquiñuela, engaño, enredo, mentira o embuste que es


utilizada en el litigio para alargar los juicios y ganar tiempo, a fin de tratar de
modificar el curso natural de los procedimientos jurisdiccionales.

En su libro El Alma de la Toga, Angel Ossorio y Gallardo, dedica un capítulo


entero al tema y analiza la perspectiva de estas prácticas litigiosas que existen
desde tiempos inmemoriales.

A manera de conclusión, el jurista clasifica las chicanas en malas y buenas. Las


primeras están motivadas por el interés particular del cliente y, las segundas,
por el interés público.

Oponer excepciones, utilizar recursos fuera de lugar, interponer amparos sin


fundamento real o abrir incidentes procesales que suspenden el Juicio
Principal, pueden ser algunas de las chicanas más comunes.

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