Un sujeto neurótico puede llegar a estar loco, y esa locura semeja tanto estallidos, los
avatares de las psicosis, x lo menos en su presentación, x lo q es necesario
diferenciarlas. Desde el Psia TB Freud nos hablo de delirios en las neurosis y no sola//
en la histeria. Hasta las crisis fóbicas han sido llamadas “pequeños ataques de locura”.
Para Platón la locura es algo q viene “de afuera” y toma posesión de lo que hay más
adentro del alma. Hay 4 formas de locura o delirio (en El elogio del amor por Sócrates):
la prefectica; la ritual => equivalente al entusiasmo; la poética; la amorosa => “impulso
hacia la belleza”.
Es decir q la locura es una posibilidad abierta a toda subjetividad más allá de las
estructuras clínicas en sí. La locura es vivida íntegramente en el registro del sentido y es
aquí donde tenemos una de de sus claves en la clínica diferencial.
La ley del corazón es solidaria al revestimiento libidinal del yo, de ese borramiento del
orden del mundo q constituye ese polo de la libido narcisista megalómano. Es decir el
loco se la cree.
Dice Lacan: “El riesgo de la locura se mide x el atractivo mismo de las identificaciones
en las q el hombre compromete a la vez su verdad y su ser”.
Lejos de ser un insulto para la libertad la locura es su más fiel compañera, sigue como
una sombra su movimiento su movimiento.
Maleval realiza una diferencia entre el delirio histérico y el delirio disociado de las
psicosis, haciendo pasar esta diferencia x la perturbación de la relación con la imagen
especular en los delirios histéricos y la forclusion del Nombre del padre para los
disociados.
Los fantasmas de fragmentación del cuerpo se encuentran tanto en las psicosis como en
las neurosis, y puede faltar tanto en unas como en otras, x lo tanto se pregunta si sus
características son idénticas cuando son observados en los neuróticos y en los
psicóticos.
Si estas tesis son correctas el delirio disociado no debería tener límite alguno en cuanto
a su apropiación del cuerpo siendo q en el delirio histéricos los trastornos de la
representación del cuerpo no deberían extenderse más allá de lo especularizable.
Asi, los delirios histéricos se fundamentan en: perdida de los límites del yo, clivaje de la
imagen especular, sensación de tener varias personalidades distintas. El delirio esta
suscitado x un déficit de lo imaginario en tanto q los fundamentos simbólicos del sujeto
están en su lugar.
Otra discrepancia con respecto a pensar los delirios en las neurosis es q para q se
constituya el delirio hay algo q ha sido forcluido. La forclusion podemos pensarla como
ejerciéndose a.- sobre el significante del Nombre del Padre—en las psicosis--; b.- sobre
el sujeto del icc, como en el discurso de la ciencia; c.- sobre el deseo (discursos
autoritarios o religiosos); d.- sobre otros significantes: aquí podemos ubicar los delirios
histéricos.
La forclision debe ser pensada además dentro de distintas estrategias del discurso. Es
decir q cuando la forclusion de un significante cualquiera se ejerce dentro de una
estrategia de discurso neurótica (posibilita la metáfora y la metonimia), este agujero en
la cadena alrededor del cual se instaura el delirio, como intento de decir lo indecible
para ese sujeto, puede x efecto de análisis, encontrar una manera de reintegrarse, de
nombrarse.
Desencadenamiento. Represión