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ROLAND SCHIMMELPFENNIG

OFERTA Y DEMANDA

ANGEBOT UND NACHFRAGE

Spanisch von Monika Moldovanyi de Goyeneche


Santiago de Chile 2003

Alle Rechte vorbehalten, insbesondere das der Aufführung durch Berufs- und Laienbühnen, des
öffentlichen Vortrags, der Verfilmung und Übertragung durch Rundfunk und Fernsehen. Das
Recht der Aufführung ist rechtmäßig zu erwerben vom:
All rights whatsoever in this play are strictly reserved. No performance may be given unless a
licence has been obtained. Application for performance etc., must be made before rehearsals
begin, to:

S. Fischer Verlag GmbH, Theaterabteilung, Hedderichstr. 114, , 60596


Frankfurt/Main, Postfach 700355, 60553 Frankfurt/Main, Tel: 069-6062271, Fax:
069-6062355, E-mail: theater@s-fischer.de

Die Rechte an der Übersetzung liegen bei:


Monika Moldovanyi de Goyeneche, Alonso de Camargo 5845, Las Condes, Santiago de Chile,
Tel.: ++56(2)2205891

Förderung der Übersetzung durch: / This Translation was sponsored by:


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Para Justine del Corte y Traugott Buhre

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Personajes:

José, de aproximadamente sesenta y cinco años o más


Ruby, de aproximadamente treinta y cinco años

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1.
RUBY en la cocina, destrozando platos

JOSÉ:¿Estás ahí? ¿Estás cerca? ¿Tienes la pelota? ¿Estás en el negocio?


¿No? Claro que no. No es tu turno, ya lo veo.
No resultó. No se llevó a efecto. Debería haberse llevado a efecto, pero no
resultó.
¿Pudiste decir algo?
¿Lograste intervenir?
¿Sí?
¿Pudiste decir todo lo que quisiste decir? ¿Ellos qué dijeron? ¿Por lo menos
dijeron algo? ¿De cómo va a seguir esto?
¿Cuántos eran ellos?
¿Eran dos? ¿O tres?
¿O estaban sólo ustedes? Ah, sí. No es corriente. Como en una audiencia.
A mí no me dijeron nada. Nada. Pero puede ser, que conmigo sea otra cosa.
Que mi asunto sea diferente.
¿No? ¿Nada? No se dijo nada.
Pero yo fijé otra entrevista. Escribí una carta. Fijé un plazo.
¿Nada? ¿No te mencionaron nada? ¿No te ofrecieron nada?
Antes por lo menos – antes por lo menos, te hubieran dicho que no te van a
decir nada. Aunque – quizás tampoco.
A mí tampoco me dicen algo. No logras saber nada. Nadie habla. En cambio
piensan mucho. Lo piensan y repiensan constantemente. Pero no dicen nada.
Si te los topas en el pasillo, bajan la vista. ¿Por qué crees tú? ¿Sabes por qué?
Yo lo sé. Pero me demoré un buen rato, hasta averiguarlo. ¿Lo sabes tú?
Porque les haces recordar algo. Les haces recordar que algo anda mal. Que
algo no funciona. Les haces recordar que algo no funciona, y eso a ellos les
gustaría olvidar. Olvidar, eso tiene que ser posible, y porque ellos preferirían
olvidarlo, no dicen nada. Ellos ni lo piensan, no piensan en ti, porque sino no
podrían olvidar lo que quieren olvidar, y eso es lo que están tratando,
¿entiendes?
¿Pudiste decir algo?
¿Lograste interferir?
¿Sí? ¿Pudiste decir todo lo que quisiste decir? ¿Ellos qué dijeron? ¿Dijeron
alguna cosa siquiera?
Dime lo que ellos dijeron, cómo se expresaron, la forma de expresarse revela
mucho. Cuéntamelo exactamente.
La próxima semana voy a ir para allá, y les voy a decir todo, antes que esto
siga así y ellos crean que esto puede seguir siempre así. La próxima semana
voy a ir para allá y voy a decirlo todo, que la cosa no puede seguir así.
Que así no se puede tratar a nadie.
¿O mejor no ir? ¿Crees que sea perjudicial? ¿Qué me perjudique a mí? ¿O a
ti?
¿Pero por qué? Ya nada puede cambiar las cosas -
¿Esperaré mejor?
No arruinar nada, ¿quizás las cosas están por moverse?
¿Pero, qué cosa? Que algo se pueda mover allí - tú no lo crees. Por eso. Ya
nada va a pasar. Eso sería todo.

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2.
RUBY:
A uno le destrozan la cabeza con un fierro. A otro lo fusilan por la espalda, otro
se lanza tras ser vencido desde el borde de un rascacielos, cayendo
innumerables pisos al vacío, una bala le atraviesa la frente de un hombre, le da
en la cabeza, en el pecho, en el cuello, algunas veces la bala destroza el
cráneo justo por debajo de la oreja. Un hombre bordeando los cuarenta años
es embestido por una barra metálica ardiente, manejada por su antagonista
gracias a un truco hidráulico, es perforado, mujeres son estranguladas, con
medias, pañuelos o con hilos de acero finísimos, hundiéndose éstos
profundamente en la piel, un hombre alrededor de los treinta revienta, da
volteretas por el aire g racias a un cargamento de explosivos, una bomba, una
mina. A pesar de su desesperada resistencia, un largo cuchillo se clava muy
lentamente en el corazón de un joven GI, en el amanecer una nadadora es
destrozada por un tiburón, en un oscuro callejón una mujer es anestesiada y
luego abierta a tajos, destripada, descuartizada, una persona se ahoga en un
río después de luchar largamente, un chico rompe la capa de un lago
congelado, se hunde y no logra salir más por debajo del hielo, otro se calcina
dentro de su auto o de su casa, alguien salta en llamas por la ventana, otro se
hunde en el lodo, en un pantano, en la arena movediza, un soldado es
atravesado por lanzas o por flechas, flechas en la espalda, en la boca, en los
ojos, un hombre es perseguido en su huida por un auto, es atropellado, alguien
es succionado por el turbopropulsor de un avión, o se mete en las aspas del
hélice, hombres y mujeres son envenenados y vomitan espuma, sudan sangre
se retuercen en espasmos, un grupo de marineros no logra protegerse en un
estanco, los torrentes de agua irrumpen con fuerza, quedan aislados, a través
de las ventanillas se puede observar como se dan por vencidos, agonizan, se
ahogan atrozmente, un automóvil va salvando a toda velocidad los escollos de
una escarpada costanera, un hombre dando gritos se precipita por un barranco
profundo, otro es atado a un caballo y arrastrado por el suelo hasta morir, una
mujer se electrocuta en la tina, a causa de un artefacto eléctrico que es
arrojado al agua por otro personaje, un testigo principal es baleado al pisar el
edificio del juzgado, un abogado al subirse a su auto, un hombre de negocios
al dejar su casa, un gigantesco insecto vacía succionando el cuerpo de un
soldado, un hombre cae dentro de magma hirviente, dentro de metal en
ebullición, otro es aplastado debajo de una campana de oro, un hombre es
ahorcado, uno es sepultado vivo, uno muere en la silla eléctrica, uno es
descuartizado, un astronauta es destrozado desde sus vísceras por un
monstruo del futuro, hombres y mujeres mueren bajo la lluvia de balas
provenientes de armas mecánicas y automáticas, son atacados por pájaros,
ratas, abejas, hormigas y perecen sufriendo intensos dolores, un hombre es
perforado por la imitación de sí mismo, toda una aldea desaparece en una
inundación al ceder el dique de una represa, otra es tragada por la tierra
durante un terremoto, otra es destruida por un huracán, toda una ciudad
desaparece a causa de una explosión, otra se hunde en el mar, otra es
sepultada por lava, cenizas o por una ola de gigantesco tamaño.

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6
7

3.
JOSÉ está sentado en una silla. RUBY a su lado salta la cuerda,
aproximadamente unos tres minutos, - aproximadamente unos tres minutos, -
el tiempo suficiente como para que tiempo se perciba largo.

JOSÉ:
Bien.
Saltar la cuerda.
Muy bien.
El entrenamiento.
Muy bien.
Buen entrenamiento.

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4.
JOSÉ:
Todo lo que uno hace.
Antes hubiera hecho ejercicios de gimnasia. Pero no hay nada más desolador.
Ellos dicen, que estoy acabado, pero eso no es cierto. Sólo que ya no me
puedo mover muy bien. Tengo problemas con subir peldaños. Prefiero estar
sentado. Observo. Y colecciono. Coleccionamos parejas. Coleccionamos
parejas de toda índole.
Una cebra es destrozada por una jauría de leopardos, era una cebra vieja y
débil. Hasta ahora falta la otra cebra.
Un guepardo está a la caza de gacelas, acecha una gacela, se acerca a 30
metros y en tres segundos acelera de cero a 80 km/h, los animales saltan,
corren, pero el guepardo, que es el animal más veloz del mundo, finalmente
alcanza al animal en su huida y lo agarra, una vez en el suelo, la gacela no
tiene ninguna posibilidad, y una segunda vuelta: el guepardo ataca
nuevamente, pareciera que el guepardo y la gacela empataran en su carrera,
pero él logra botarla y la mata atravesándole la tráquea de un mordisco. Dos
gacelas, eso es un par.
Antílopes son atacados por leones, de ellos tenemos una gran cantidad de
pares, pero sólo necesitamos uno.

RUBY:
De antílopes muertos tenemos más de lo que nos gustaría. También de
gacelas. Y de gnus.

JOSÉ:
Cocodrilos atacan a los gnus que están tomando agua en el río. Los gnus se
encuentran apretados entre los antílopes y las gacelas junto al agua, los
animales se mantienen dificultosamente en pie, sus pezuñas se hunden en el
lodo de la orilla, el suelo no les ofrece apoyo suficiente. El cocodrilo se acerca
invisiblemente debajo de la superficie del agua, permanece absolutamente
inadvertido, los gnus, que están bebiendo, no lo pueden ni ver, ni escuchar, ni
oler, aunque está a sólo medio metro de distancia de ellos – emerge
repentinamente, agarra a uno de los animales y lo lanza con fuerza al agua,
para enseguida matarlo.
En el lago Baikal el oso pardo macho se come su propia cría.
En América del norte jaurías de lobos cazan bisontes, un lobo pesa cerca de
40kg, y el bisonte cientos de kilos, sin embargo los lobos son capaces tras una
agotadora caza, que puede durar días, de apartar de la manada a uno de los
animales más débiles y matarlo.
El tiburón blanco es escaso, pero ambientado en casi todos los mares de la
tierra. Si el tiburón ataca, lo hace saliendo verticalmente desde las
profundidades.
Caza prácticamente todo, por ejemplo focas, las que no lo pueden ver en las
oscuras profundidades, mientras ellas en la superficie del agua a la luz del sol
son una fácil presa para el tiburón. "Sigilosamente y con gracia", dice el
comentario, "el más temible de los monstruos marinos".
Un oso polar persigue a un lobo marino y a otro lobo marino más, nuevamente
un par, hienas son carroñeras, pero no siempre, algunas veces se convierten

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en cazadores, un águila caza al vuelo un salmón en un lago, igual que un oso


que pesca otro salmón en un río, el siguiente par.
Un águila cordillerano caza un conejo de la nieve, que posibilidades tiene el
conejo, corre a saltos, frena repentinamente, se esconde –
Las orcas devoran pingüinos y lobos marinos, eso se muestra repetidas veces.
Éste, junto al lobo marino que se tragó el oso polar, también podría dar un par.
Un tremendo búho se engulle una laucha, una serpiente se engulle una laucha.
Peces saltan y agarran moscas o zancudos, tal como lo hacen las golondrinas,
halcones atacan bandadas de pájaros.
La red de una araña. La lengua de un camaleón.
Una mariposa, el monarca naranja: cae congelado desde el cielo. Miles,
innumerables son sorprendidos por una inusual corriente de aire fría al
sobrevolar Ciudad de México, un fenómeno del siglo, y ahora caen congelados
desde el cielo, y eso que ya teníamos distintas mariposas coloridas, que habían
sido devoradas por ranas, iguanas y pájaros. En el Japón avispas carnívoras
de cinco centímetro de largo dan muerte a miles de abejas.
Nuestra colección ya está bastante completa.
Ballenas jorobadas persiguen cardúmenes enteros de arenques desde las
profundidades hasta la superficie obligándolos a saltar fuera del agua para
enseguida poder devorarlos.
Ballenas – un grupo de ballenas incomprensiblemente busca la propia muerte y
se deja arrastrar hasta la orilla de alguna playa. Los animales perecen bajo el
sol aplastados por su propio peso.

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5.
Creciente repicar de campanas. En el escenario RUBY y JOSÉ hacen sonar
campanas chicas y grandes. Un fuerte repicar de campanas.

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6.
RUBY:
Yo traté de convencerlos. Verdaderamente lo traté, pero no me resultó.
Yo estaba allí tendida, y ellos dijeron, qué es lo que significa eso. ¿Qué es lo
que significa? Pero si está claro.

JOSÉ:
Y qué significa.

RUBY:
Pero si está claro.

JOSÉ:
No

RUBY:
Piénsalo.

JOSÉ:
No lo puedo ver.

RUBY:
Así. O así. Qué más puede ser. Aparte de lo que es.

JOSÉ:
Ni idea.

RUBY:
Significa - esto significa una foca.
Una foca.
Sí. Una foca
Una foca.
Exactamente, una foca.
Silencio.
Pero allí no hay agua.
Claro que no.
Pero una foca sin agua no se puede.
¿Porqué no? ¿Por qué no se puede?
Una foca en tierra firme – no es una foca. Además falta una pelota.
¿Una pelota? Puedo buscar una pelota, tengo una aquí –
empecé a argumentar, pero sabía que no los iba a convencer. No lo pudieron
ver. No lo entienden. Nadie lo entiende. ¿Una foca, porqué, una foca, qué?
Eso no se puede, qué significa, incomprensión absoluta, sacudir de cabezas y
unas sonrisas cómplices, casi burlonas o un perturbado y creciente rechazo
irritado.
Pero yo fijé otra entrevista.
Escribí una carta.
Fijé un plazo.

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7.
JOSÉ:
Andas de negro. Qué bonito. Negro es un color bonito. Siempre es una buena
elección. Excelente.
El negro me recuerda los ternos de mi padre. Ternos como esos ya no existen
hoy día. Ternos que parecen ser hechos de alquitrán.
Y ese pequeño sombrero de mi mamá. También negro – una vez lo usó con un
diminuto velo. Mi mamá: quién se lo imaginaría. De pronto de una elegancia
infinita. Usó aquel sombrero cuando mi hermano se graduó de cadete y zarpó a
la mar. La despedida en el puerto. Entonces fue que usó el sombrero.

Silencio

El barco entero nunca más volvió.

Silencio

El barco entero. Un tremendo barco.


Eso no puede ser.

Silencio

Eso le partió el corazón, desde entonces anduvo sólo de negro, durante años.

Silencio

Antes yo también solía usar a menudo el negro. Muy a menudo. Tenía todo en
negro, todo:
Chaquetas negras. Pantalones negros. Calcetines negros. Hasta camisas
negras.
Pero ya no puedo usar el negro. No puedo. El negro es absolutamente
imposible, desde hace algunos años el negro me da urticaria. Y comezón y
hasta un eccema supurante.

Entretanto casi todos los colores me dan alergia. El rojo, por ejemplo, o el azul.
El verde. Amarillo. Marrón. Desde que se manifestó esta enfermedad estoy
prácticamente en guerra con el mundo.
El único color que puedo usar es ocre. Por eso sólo uso ocre. Rojo – nada, no
es que alguna vez haya usado mucho el rojo, no, de ninguna manera. Pero
igual ya no soporto ese color. Por ejemplo no puedo tomar envoltorios rojos, y
los envoltorios a menudo son de color rojo, mucho más a menudo de lo que
uno piensa. Claro, todo lo que tiene que llamar la atención es de color rojo. No
solamente los envoltorios.
Los colorantes en los alimentos significan para mí circunstancialmente una
amenaza mortal. Sin los remedios esas sustancias me producirían una asfixia
interna, mis lóbulos pulmonares se taparían completamente. Una reacción
absolutamente fallida de mi cuerpo.

Silencio

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Me pregunto si hoy en día existen pequeños sombreros como aquel.


Probablemente no.
Mi papá algunas veces se ponía una corbata verde oscuro. Una corbata de
seda verde oscuro con lunares rojo oscuro. Una prenda bellísima.

Silencio

Comes algo, cualquier cosa, y luego comienza lentamente la asfixia.


Tomas algo con la mano: en la sección de abarrotes sacas los envases desde
las estanterías: y entonces sientes como empieza la comezón en tus dedos.
Puedes observar como las erupciones rojizas llenan tu brazo.
Porqué – porqué me sucede eso a mí. Y repentinamente se te descuadra el
mundo, nada encaja, ninguna teoría. No hay ninguna teoría. Ninguna
respuesta.

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8.
RUBY:
Está tendida inmóvil en el suelo o encima de la mesa. Está despierta y
concentrada. Las piernas están ligeramente flectadas, las palmas de la mano
las tiene colocadas junto a los hombros como para apoyarse. Los ojos están
abiertos y la boca ligeramente entreabierta.

JOSÉ:
¿Ah, eso?
¿Estás trabajando?
¿Estás entrenando?
Bueno. Entiendo.

Largo silencio

Muy bien, muy bien. Trabajar. Trabajar el propio cuerpo. Muy bien. Mantenerse
en forma. Bien.

Silencio

Ellos han –

Silencio

Es importante mantenerse en forma, - muy importante, muy bueno.


O acaso has - ¿has escuchado algo de ellos? ¿Se han manifestado? ¿No?

Silencio

"El cocodrilo"
¿Desde cuando que estás trabajando el cocodrilo?
Desde hace tiempo.

Silencio

"El cocodrilo". Muy bien.

RUBY:
No se mueve ni un milímetro, siempre con la misma mirada alerta.

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9.
RUBY:
Qué sabemos del futuro. Casi nada. Cómo vamos a vivir. No lo sabemos. Pero
sabemos que nada va a seguir así como está. Aunque nada suceda, algo va a
cambiar. Con el tiempo. No vamos a estar juntos por siempre. En algún
momento José ya no va a estar. Eso – eso por ejemplo va a cambiar.
Y vamos a vivir de otra forma. Vamos a estar rodeados de accesorios técnicos,
de máquinas elegantes, de cifras, de números, de claves, que van a facilitar
ante todo una cosa: la compra y su pago. Mercadería y la forma de pago: todo
va girar siempre en torno de las necesidades del comprador y del vendedor.
Quizás en un futuro lejano esto aquí se va a hacer estrecho para todos. Quizás
vamos a dormir, para ahorrar espacio, en pequeñísimas celdas habitables
multifuncionales, cocina, baño, dormitorio, todo junto en tres metros cúbicos
inflables, o en torres de alturas kilométricas, quizás vamos a traspasar la
velocidad de la luz y poblar otros planetas, pero hasta que eso no sea el caso y
mientras no vivamos una nueva época bajo otros presagios, un futuro en los
cuales la humanidad se abastezca usando recursos para nosotros hoy
inimaginables, nuestras vidas siempre van a estar en relación al producto, en
relación a la producción del producto y su precio de mercado y a nuestro
precio, en relación a nuestro propio precio de mercado.
Falsificaciones, copias, duplicados, imitaciones van a ser a la larga siempre
más baratas que el original, y porque eso es así, en el mercado se van a
imponer las copias y no los originales, porque éstos ya no van a ser capaces
de competir con las copias y de echo en algunos casos ya no lo son hoy día. El
artículo de masa sustituye el artículo único.
Entre otras cosas es por eso que fracasé con la foca. La representación de la
foca y también la del cocodrilo nunca resultan ser una copia, ni un duplicado,
ni una imitación, sino siempre un original en sí mismo. Pero eso no lo
entendieron. Probablemente ni siquiera eran capaces de entenderlo.
La demanda por imitaciones parece ser infinita. Pero finalmente este sistema
también se va a derrumbar – necesitamos de otras reglas, reglas más
complejas que las del libre mercado, porque sino pronto tendremos, fuera de
algunas excepciones, en vez del original sólo el duplicado, el cual sin embargo
luego empezará a duplicarse a sí mismo o a imitarse, acto en el cual esta copia
de la copia considera su modelo como el original, aun cuando esto de ninguna
manera es así.
Por el otro lado pienso a menudo: da lo mismo. Da totalmente lo mismo. Da
absolutamente lo mismo, si hemos llegado a tal extremo, esa diferenciación ya
no tiene ninguna incumbencia. Para qué pensarlo tanto entonces.

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10.
JOSÉ:
Hombres en Jeeps especiales con armas pesadas atacando dinosaurios
producidos artificialmente.
Combatientes japoneses, Samurais, en sus armaduras singulares y con sus
largas espadas. La armada francesa en Waterloo, o a la retirada desde Moscú.
La flota inglesa bajo el mando del almirante Nelson.
Guerreros con hachas, con manguales y camisas de mallas metálicas.
Indios. Vikingos. Normanos. Tártaros. Germanos. Hunos. Godos. Árabes.
Mauros. Sarracenos.
Cartaginenses con elefantes. Soldados en combate contra invasión de
extraterrestres.
La armada prusiana, la armada rusa, cosacos. Los griegos. Los persas. Los
confederados. La armada de los estados del sur. Las tropas mexicanas. Ataque
de caballería de los ulanos. Legiones romanas. Galeras, cañones, catapultas,
martinetes. Barcos hechos astillas. Los americanos en la jungla vietnamita. La
armada francesa en la Primera Guerra Mundial. La armada española en llamas.
Dirk Bogart inclinado sobre el mapa militar de los aliados.
Las unidades de Sean Connery están aisladas y sin señal de radio.
Por todos lados tanques de la SS.
Gene Hackman espera la orden de marcha, pero las condiciones climáticas son
demasiado malas.
Anthony Hopkins replica el fuego de los tanques alemanes.
Elliott Gould y sus hombres construyen un puente de pontones en medio de la
noche.
Michael Caine encima de un tanque.
Maximilian Schell se hunde en el asiento trasero de su coche y dice:
Borren Arnheim.
Liv Ullmann entre soldados heridos a muerte, instalados provisionalmente en
su casa, sangre en la alfombra junto al tren de juguete de sus hijos.
Lawrence Olivier realiza una intervención quirúrgica en su sala de estar. Las
balas de una ametralladora rompen los vidrios.
Anthony Hopkins ya no puede mantener su posición.
Ryan O'Neal se trizó una vértebra al ate rrizar con su paracaídas.
James Caan atraviesa en su Jeep, con su amigo gravemente herido sentado
en el asiento del copiloto, a toda velocidad las líneas enemigas.
Rober Redford debe cruzar en bote a remo un río bajo el fuego de los
alemanes, a pleno día, un acto suicida. Hail Mary, rezan los soldados.
Michael Caine trata infructuosamente de cubrirlo con el fuego de artillería.
El amigo de James Caans se va a salvar.
Las piernas de Anthony Hopkins son alcanzadas por esquirlas de granada.
Hardy Krüger ordena dinamitar un puente, pero falla el encendido.
Anthony Hopkins cae prisionero de los alemanes.
Redford pierde la mitad de sus hombres.
Un clásico.
Arqueros, hombres con lanzas, con ballestas. Hombres blindados sobre
caballos blindados. Hombres con rifles y con fusiles ametrallador.
El aterrizaje en la Normandía. La guerra de los submarinos alemanes.
Submarinos americanos contra submarinos rusos. Biplanos. Combates aéreos.
Ataques de cohetes. Miles de paracaidistas, el cielo cubierto de paracaidistas.

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Trincheras. Granadas. Los médicos y enfermeras de la Cruz Roja Internacional,


en plena misión, en algún lugar en Italia.
Soldados batallado contra insectos y armadas de robots. Combatientes astrales
quienes se persiguen en pequeñas y ágiles naves espaciales aniquilándose
con cañones láser.

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18

11.1.
RUBY:
Sólo a algunos les dan una segunda oportunidad. A la mayoría no se la dan –
por lo menos no mientras cuando cuentan con ella – o al revés: se la dan
cuando ya no cuentan con ella, cuando no están preparados, y entonces
resulta, que lo que parece una oportunidad ya no lo es. Pero hay algunos que
se las arreglan. Yo me las arreglaría. Yo lo podría – pero a mi no me van a dar
otra oportunidad. Pero estoy preparada. Estoy absolutamente preparada: y
para eso el cocodrilo.
Nadie puede decir algo contra el cocodrilo. El cocodrilo es inamovible. Hace
tiempo que trabajo el cocodrilo. Domino todos lo detalles del cocodrilo. El
cocodrilo no se puede refutar.

11.2.
JOSÉ:
Ellos dicen que va escasear el dinero. Ya no va a ser como antes – pero ¿a
qué antes se refieren? Cuando me tocó a mí, cuando yo era parte de, la plata
no escaseaba. Quizás escaseaba, pero no dónde nosotros, precisamente
PORQUE yo estaba allí. Yo soy un garante. Un garante.

11.3.
RUBY:
Pero ¿dónde están todos? -
dónde están todos ellos – ellos todos están en alguna parte.
Ellos están en alguna parte y están viviendo la mejor época de sus vidas, o por
lo menos lo aseguran que es así. La mejor época.

11.4.
JOSÉ:
Yo a ellos ya los conocía cuando eran – cuando todavía tenían que hacer el
café, o el aseo o abrirnos la puerta, tenían que hablar en voz baja y estar
atentos de no estar parados por allí – estaban dando sus primeros pasos,
nosotros le dábamos sobrenombres, nos reíamos de ellos –

11.5.
RUBY:
Pero a aquellos quizás simplemente no les gusta mi cara – pero nadie tiene
culpa de su cara.
Y yo no tengo la cara para eso – pero, y quién la tiene – eso no existe, siempre
depende de-

11.6.
JOSÉ:
Y yo –
Yo no le despego la vista a ningún culo.
Absolutamente a ninguno.
Toda mi vida he mirado culos.

Breve silencio

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Los culos más culeados están en Estados unidos.

Breve silencio

Por eso se llaman así también, los Estados Unidos: U ASS A.

11.7.
RUBY:
Y eso que físicamente me siento muy bien. Siento realmente cada fibra, cada
músculo, cada célula, aunque no me mueva, aunque solamente esté sentada
esperando: siento lo bien que estoy. Mi cuerpo funciona.

Antes mi cuerpo me parecía ser una promesa.


Mi cuerpo. Mi cuerpo y yo.
Mi cuerpo en los supermercados, en la oscuridad del cine, en los vehículos, en
el parador de la autopista. Mi cuerpo y yo en restaurantes y locales de comida
rápida.
Mi cuerpo cálido y confiable en las discotecas, en los clubes. Uno, una unidad.

Hoy nos estamos desviando. Nos estamos alejando uno del otro, aunque o
mejor dicho porque tengo mi cuerpo totalmente bajo control. Me siento muy
bien. Estoy en buenas condiciones.
Yo tengo mi cuerpo bajo control, pero ya no somos una unidad, lo puedo
observar, puedo observarme a mí y a mi cuerpo como desde afuera y
manejarlo como un timonel, como un piloto.
Mi cuerpo se transformó en una herramienta, que yo domino, que me obedece.
Cuando alcancé esta meta, me di cuenta que ya no era joven. Que el tiempo no
se había detenido, y que mi juventud había acabado - . Y comprendí que algún
día no iba ser yo la que domina mi cuerpo, sino él a mí, y que entonces estaré
vieja. Pero hasta el día de nuestra muerte, nunca más vamos a volver a ser
uno, sólo con la muerte vamos a ser uno: uno, una unidad.

19
20

12.
JOSÉ:

JOSÉ está sentado en un sillón. RUBY a su lado saltando la cuerda,


aproximadamente tres minutos – de todos modos lo suficiente como para que
parezca largo.

JOSÉ:
Bien.
Saltar la cuerda.
Muy bien.
El entrenamiento.
Muy bien.
Buen entrenamiento.

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21

13.1.
JOSÉ:
El cielo – qué es el cielo, - el cielo, ¿qué será eso? El cielo se ve azul, pero
eso es solo por un efecto óptico, una equivocación.
¿Por qué?
Por que en el cielo se reflectan los océanos – y los mares de la tierra son
azules. Por eso el cielo se ve azul. O gris – según el color del agua, lo cual a
su vez depende de la posición del sol, del ángulo de los rayos solares. No
debemos olvidar que los océanos cubren casi un tercio de la superficie
terrestre. Estamos hablando de un volumen total de aproximadamente
1.347.000.000 kilómetros cúbicos de agua. La profundidad media de los mares
terrestres es de 5000 m igual a 16.000 pies.
Investigación. Conocimiento.
Pero de qué nos sirve eso. Si no estamos casi nunca en el agua. La mayoría
de nosotros se mueve en tierra, rodeado de 1.347.000.000 kilómetros cúbicos
de agua, sin siquiera pensarlo. Para qué también.
Son muy pocos los que están afuera en el mar, amenazados por inmensas olas
de agua salinas heladas, que se quiebran por encima de la cubierta, que
barren los hombres de la borda o que succionan a barcos enteros hasta el
precipicio de cinco kilómetros al fondo del mar.
Junto a los peces y las algas.
Hombres con chaquetas salvavidas en alta mar. Los botes de salvavidas
zozobrados. De noche, condenados a morir, si no se produce un milagro.
Pero el milagro no se produce.
¿De qué está compuesto el cielo? El cielo está compuesto de resplandecientes
salones repletos de vapor y de sal y de vacíos. Estos salones están revestidos
de cloridios, bromidios y sulfatos, de magnesio, calcio y sodio y de cualquier
cantidad de iones. Parece un castillo, hay zócalos, consolas, marcos, puertas,
interminables pasillos de salón a salón y ahí entremedio, entre las puertas, las
consolas y los pasillos encontramos el vapor de los últimos átomos y las
últimas moléculas antes que empiece el universo – la nada llena de estrellas y
gases congelados.
Los átomos y las moléculas rotan errantes por lo ancho y profundo del cielo
hasta condensarse y transformarse en gotas de lluvia o granizos o copos de
nieve para enseguida caer a la tierra. Desde la capa más elevada de la
atmósfera caen kilómetros y kilómetros, atraviesan el éter, la capa de aire,
cargada de ondas radiales, de radiaciones ultravioletas e iones, caen a través
de canales y corrientes, hasta alcanzar los puntos más altos de los frontones y
techos de los edificios. Los átomos o las moléculas caen sobre los tejados o se
juntan en las canaletas y goteras, corren por las ventanas y las fachadas,
gotean desde los bordes de las ventanas, de las hojas, corren por la corteza de
los árboles. En su estado cristalino quedarían como nieve o hielo por horas o
días o semanas en los techos y bordes de las ventanas o en los caminos y las
calles –
o en las ramas –
pero la lluvia corre por encima de los autos y las piedras, gotea por los tallos y
finalmente se filtra a través del follaje y turba y musgo al interior de la tierra.
Las moléculas se movilizan hacia lo profundo, pasando por raíces, por capas
geológicas de arena, gravilla, piedras y barro, piedras y nuevamente arena,

21
22

barro y arcilla, se filtran por estas capas de la tierra, llegando cada vez a
mayores profundidades.
De repente se abren cámaras subterráneas, verdaderas cámaras, no se trata
de esas pequeñas cuevas subterráneas de muchos animales, sino de
espaciosos vacíos, cámaras del tamaño de una pieza, que sucesivamente se
transforman en corredores, en habitaciones y conductos, los que
repentinamente se amplían, se ensanchan y se convierten en inmensas
bóvedas, en gigantescas cuevas y cúpulas subterráneas. El techo, las paredes
y los suelos de estos pabellones resplandecen de metales, de oro y plata,
hasta de carbón negro y diamantes. Incluso aquí abajo, donde la atmósfera ya
se recalienta por la cercanía del núc leo ardiente de la tierra, viven animales, de
los cuales algunos jamás ven la luz del sol, gusanos, miriópodos (ciempiés),
roedores ciegos, culebras, arañas grandes y lagartos.
En algunas de estas cuevas y bóvedas se junta el agua que se ha filtrado
desde la superficie de la tierra, las moléculas que han bajado desde los
estratos más altos del cielo hasta aquí, se unen con lagos subterráneos y
canales, formando océanos y ríos, aquí incluso habitan peces, los cuales
cruzan continentes enteros sumergidos en estas aguas subterráneas, hasta
que vuelven a abandonar el interior de la tierra, ya sea en las alturas por un
manantial cordillerano u ocultos en las profundidades por el delta de un río
subterráneo – porque de no ser así ¿de dónde vendría el agua y de dónde
vendrían sino los peces en nuestros arroyos, lagos y mares?

13.2.
RUBY salta la cuerda. El chasquido regular de la cuerda en el suelo, la
respiración, los pies saltando y rebotando

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23

14.
JOSÉ:
Existen informes, pero no existen imágenes – prácticamente no hay imágenes.
¿Qué es lo que sabemos del pasado? Casi nada.
No sabemos cómo se veía cuando un grupo de tigres dientes de sable se
abalanzaba sobre un mamut. Estos animales están extinguidos. Tenemos que
recurrir a pinturas rupestres para imaginarnos cómo era antes: el hombre en la
batalla con el animal, con el león, con el tigre o el lince, el lobo, la hiena, el oso
y por supuesto también con la culebra, - un hombre cazador, con jabalinas y
hondas.
En una ocasión he visto unas pinturas rupestres. El hombre con su jabalina y
su honda cazando un wisent. Wisent es el bisonte europeo - un animal enorme.
Del tamaño del bisonte, del búfalo, vivía antes tanto en los bosques como en
estepas. Temprano en la madrugada tú estás allí en el bosque a la búsqueda
de algo comestible, llueve y al mismo tiempo hay niebla. No ves nada.
Repentinamente distingues en la neblina delante de ti los contornos de algo
grande, eventualmente una peñasco, - pero el peñasco parece moverse. Sí, se
mueve, incluso se mueve en dirección a ti – ¿pero no será pura imaginación y
sólo se trata de una roca en la neblina?
Te mueves sigilosamente, pero allí hay algo, algo que respira, elevas tu
jabalina o la honda, se trata de un animal grande, de un animal muy grande,
puedes escuchar el crujir de las ramas al ceder éstas bajo su peso, si tienes
suerte no es un oso. El encuentro con un oso a tan corta distancia sería con
toda certeza mortal.
Pero no es un oso: por un momento la neblina se disipa ante tus ojos. Es un
wisent, un bisonte. Tú y el bisonte cara a cara, a sólo dos metros y el te mira.
Un tremendo animal. Con un enorme cráneo. La lluvia se escurre por los
mechones de su piel. Tú dejas caer la jabalina, la honda.
Y en eso el animal se da vuelta y sale trotando. A los pocos pasos la neblina se
lo traga. Desapareció. Tú tratas de perseguirlo, pero después de pocos metros
le pierdes la pista. Cuántos días, cuántas semanas podrías haber alimentado a
toda tu familia con ese wisent.
Otro caso, el hombre a la caza de un mamut: un animal considerablemente
más grande que un elefante, un coloso con unos colmillos arqueados, de siete
metros y 80 kilos cada uno.
Pero ¿qué es lo que sucede si uno de estos animales finalmente se desploma y
muere?
¿En el caso que el hombre haya podido matar ese animal con sus
herramientas primitivas de piedra y madera? ¿Qué sucede entonces? Entonces
el hombre está frente a ese coloso, probablemente se encarama sobre el
animal muerto y en un gesto de victoria lanza los puños al cielo. Pero también
podría ser, que el cazador permanezca anonadado
frente al gigantesco cadáver, incrédulo de haber logrado vencer ese animal,
quizás cae de rodillas agotado.
Animales grandes, muertos –
Una vez, cuando todavía era niño sucedió que durante una tormenta eléctrica
unos caballos q ue estaban en los pastizales enloquecieron y llegaron a parar
en los rieles del tren, y allí se quedaron, dos moles de caballos de sangre fría,
con mirada embobada en la lluvia sin moverse del lugar, mientras en la lejanía
ya se escuchaba el tren expreso.

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24

24
25

15.
RUBY:
Marco un número y repentinamente quedo suspendida en el aire, entre dos
líneas, entre acá y allá, ¿dónde?, ¿ marcó o no marcó?, ¿atendió una persona
o fue sólo una contestadora?
¿Me habrán traspasado sencillamente a otro anexo? ¿Así no más,
automáticamente?
¿Pero hacia dónde?
Se escucha un crujir en la línea, pero ningún tono de marcado, y eso porqué -
pero se escuchan unas señales distantes, voces lejanas, prácticamente no se
entiende nada, no se distingue en qué idioma hablan – ¿y si alguien ya recibió
la llamada y está allí, sencillamente sosteniendo el auricular en la mano?
Quizás hay alguien allí sentado o parado en una oficina a media luz, mirando
hacia la calle, no sabe qué decir, porque –
Y tiene el auricular en la mano. Eso me calza. Seguramente estos siempre lo
hacen así.
Sencillamente te dejan esperando sin decir una palabra, mudos, me dejan
esperando hasta que cuelgue y vuelva a llamar dentro de un cuarto de hora,
algo no funcionó antes, ah sí, ¿pero no será problema nuestro, no? ¿de
verdad?
Pero eso qué significa, que no era problema nuestro, no me lo van a creer,
ellos van a creer que fue problema mío, aunque fui yo la que llamó.
Si uno llama para allá siempre está ocupado, o nadie atiende. O suena
ocupado, en ninguna sección hay alguien que atienda, en ningún anexo. Eso
no puede ser, allí hay alguien. Tiene que haber alguien, dicen que siempre hay
alguien.
De repente logro la comunicación, tengo que hablar con ellos, tengo que
aclarar ese asunto, tengo que poner las cosas en su lugar, y justo en eso
quedo sin comunicación, entre las líneas. Nada. No hay nada. Ningún sonido.
Ninguna señal de espera. Ruidos distantes. Nadie atiende. Así es siempre,
Cada vez que trato de llamar. El hombre de la mesa central, dice que eso no
puede ser. Que lo pruebe otra vez directamente, pero si lo pruebo
directamente, automáticamente me vuelven a traspasar a la central. O me dan
con la secretaria, pero ella ya no está, ya se fue, y la contestadora responde
que está copada. Entonces vuelvo a llamar a la central, vuelven a traspasar mi
llamada, y después nada, allí termina todo. No hay más que un silencio tal, que
te zumba en los oídos. Así puede seguir toda la noche: estoy cansada y no lo
estoy, podría rendir más, pero estoy fatigada, me gustaría hacer tantas cosas,
pero no logro avanzar, no logro avanzar ni un centímetro, y me pregunto
porqué tengo que llevar mi cuerpo conmigo a todos los lados, que me molesta,
que estoy envejeciendo y pienso dónde me gustaría estar, y lo que están
haciendo con migo, que ellos pueden hacer algo así conmigo, y que me
equivoqué tanto en todo esto, que algo así sea posible, posible de hacerse
conmigo, y en que radica, tiene que tener un motivo en el que radique, algo así
se marcado, es falso e inamovible; seguramente es demasiado tarde en todo
caso, demasiado tarde, pero no puede ser, y así sigue todo el rato, toda la
noche, esa cosa negra e interminable.

25
26

16.
RUBY inmóvil – el cocodrilo

JOSÉ:
¿Y? ¿Has progresado? ¿Has avanzado? ¿Has logrado adelantar en a lgo? ¿Ha
habido algún cambio? ¿Nada?
Y los del sindicato ¿qué dicen? Ellos tienen que decir algo. No puede ser de
otra manera.
Qué quiere decir, que no dicen nada ¿Has hablado con ellos? ¿Les has
preguntado siquiera? ¿No?
Ellos deben saber que hacer en esos casos. A ellos no se les puede contar
cualquier cosa. Y están implementados: Horarios de atención, expertos,
asesorías. Abogados: por si la cosa se complica. Pero no lo hacen así no más.
Tienes que ir para allá. Tienes que ir, ellos no van a venir a ti. Eso siempre es
así. No lo puedes esperar. Aunque tú creas, que debiera ser así. De todos
modos ya es demasiado tarde. Demasiado tarde. No deberíamos haber
esperado tanto, deberíamos haber reaccionado inmediatamente y no permitir
que el asunto decantara del todo, que no alcanzase realmente sus mentes,
para que estuviera claro de un comienzo, que la cosa así no se puede.
¿El directorio? ¿Tú crees que les interesa? ¿Tú crees que a ellos
verdaderamente les interesa?
¿Y que hay del tribunal laboral, de la oficina de reclamos, del contrato, que tú ni
lo entiendes, alguien te lo debería explicar, pero quién –
¿Tienes miedo, que acaben contigo? ¿Qué tienen seguro? ¿Tienes seguro tú?
¿No?
Yo tengo seguro, claro que tengo seguro, me cuesta un platal y no me sirve de
nada, porque aunque estés en tu derecho y aunque juzguen en tu favor, no te
sirve para nada, porque ellos sencillamente no quieren, sencillamente no te
quieren a ti, y lo demás no les interesa, no les importa, no son capaces de
perder, el que pierde eres únicamente tú, eso piensas, ¿cierto?

Breve silencio

Puede ser.
Bien puede ser.
Así parece.

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27

17.
RUBY:
¿Es eso?
¿Es esta la vida vertiginosa? ¿La vida vertiginosamente acelerada, que
siempre quise vivir? ¿Una vida que fuera tan acelerada que si muero a los
cuarenta, no tuviere que arrepentirme de haber perdido algo?
Quizás mi vida es tan acelerada, que todo parece estar inmóvil. Una ilusión
óptica. De pura aceleración ya no reconozco el movimiento –

27
28

18.
JOSÉ:
Si una mujer sube delante de ti la escalera mecánica de un mall, o si está
parada delante de ti, ¿que ves, qué miras entonces?

RUBY:
Los zapatos. Le miro sus zapatos. En los zapatos puedes reconocer el carácter
de una persona.

JOSÉ:
No. No puedes reconocer el carácter de una persona en sus zapatos. Quizás
reconoces el carácter de alguien en la forma de sus tobillos, - pero no miras
los tobillos de la mujer delante de ti en la escalera mecánica.
Le miras el culo.

RUBY:
El culo.

JOSÉ:
Tú le miras el culo a la mujer delante de ti en la escalera mecánica. O le miras
el culo al hombre delante de ti en la escalera mecánica. Da igual. Pero miras el
culo.

RUBY:
El culo. Puede ser. Yo miro los zapatos.
Vamos de compras. José y yo vamos de compras. Es decir, no vamos de
compras, es decir, no compramos nada, o no necesariamente compramos algo,
pero vamos al mall porque allí nos sentimos ser parte del mundo, porque
entonces estamos dentro del mundo y pertenecemos a él.
En el primer piso encontramos cosméticos y perfumes en envases costosos,
que seguramente en verdad no lo son aunque lo parezcan.
El maquillaje lo venden en pequeños potes negros, son potes negros de
plástico con pequeños compartimentos para las sombras y el rouge. Y los
lápices labiales tienen nombre:

JOSÉ:
Cada color con nombre diferente, se llaman:
iced mocka o
toast of new york,
sandstorm
bali brown,
goldmist bronze
y heather frost,
seaflower y spring rose,
love that pink,
lilac champagne y
mango blossom, sunsparks,
go chili, charmant gold, certainly red,
sugar plum,
exotica,

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29

black berry,
raisin rage,
RUBY:
silver city pink
y goldpearl plum,

JOSÉ:
night in brazil,
love her madly
softshell pink
vavavabloom,
animal instinct y deep nude,
copper crome,
crystal cut orange,
chocolate chip,
blaze,
sweet,
kiss,
kiss me red,
currant,
pink,
flesh,
buff,
hot,
magnetic,
hyper,
hypnotic,

rose sorbet y mulberry silk,


mexican orange,
crimson lake,
Soleil Doré,
Brun Tigresse,
beige nu y
bare beginnings –

Las vendedoras detrás de los mesones negros también están vestidas de


negro y fuertemente maquilladas. Usan cartelitos con sus nombres, pero yo
nunca les hablo por su nombre.

RUBY:
Junto a los cosméticos están los bolsos y las carteras, José me muestra una
colorida cartera, de la nueva colección, la cartera es de escamas de pescado,
escamas de plástico de todos colores, se supone que son escamas de
pescado, es una bolsa de playa,

JOSÉ:
¡ah! Bueno

29
30

RUBY:
y justo al lado hay otra carterita con escamas para guardar jabón, pasta de
dientes, remedios, cremas, maquillaje.
Pero también hay otras carteras, carteras sin escamas - carteras diferentes,
pero que igual se parecen a las otras, igual de grandes - o igual de chicas -
pero eso no es tan importante.
Sólo me pregunto, quién compra todas estas carteras, tantas carteras, acaso
todas verdaderamente serán compradas, no lo puedo creer – y ¿qué va a
pasar con todo aquello si nadie lo compra, dónde lo dejan, qué hay con eso?

José y yo no compramos nada, pero estamos parados mirando los maquillajes


y frasquitos, pero no compramos nada.
No es primera vez que estamos aquí, y yo sé que José también viene para acá
cuando yo no lo acompaño, tal como yo también vengo para acá sola sin José,
a mirar todo y fundirme con el mundo, pero casi nunca compramos algo, lo
encuentras todo en otro lado y más barato, si compramos algo aquí, entonces
sí es algo muy especial.

En el segundo piso venden ropa interior, entre otras cosas, ropa interior y trajes
de baño, estamos frente a un bikini de colores de camuflaje.

JOSÉ:
En el segundo piso ofrecen ropa interior, abajo, en el primer piso cerca de la
escalera mecánica vi un reloj cubierto de diamantes, que costaba tanto como
un barco.
En el segundo piso junto a la ropa interior hay sombreros, una gran cantidad de
sombreros de mujer –

Breve silencio

RUBY:
Mira, este sombrerito con un velo, qué elegante, no te parece, ¿cómo me
queda?

Breve silencio

JOSÉ:
El sombrero –
un sombrero de esos, qué todavía existan sombreros de esos –
te ves como –
verdaderamente increíble.

Se queda sin habla.


Breve silencio

RUBY:

30
31

Y de repente me acuerdo de un hombre que conocí una vez, que lo había


conocido durante las vacaciones, así no más, de la nada, qué tontera
acordarme justo ahora de él, estuvimos juntos un rato solamente, unos días o
semanas del viaje, en Grecia, hacía calor: también de noche, y durante ese
tiempo hasta me escribió una poesía, aunque no estoy segura, si escribió la
poesía verdaderamente para mí o si acaso no la escribió así no más, quizás
escribía a menudo poesías y fingió no más – fingió no más que la poesía era
para mí.

Breve silencio.

Pero eso había dicho, que la poesía era para mí

pinto tu cuerpo de amarillo,


de un amarillo
tan amarillo como el de las abejas
o de las peras
el blanco es el color
que elijo para ti
porque eres bla nca
pálida y blanca
blanca traslúcida
de piedra alba pulida
como la luna o de tiza
de nieve de espuma o hielo
nada ningún color
sólo blanco y de nuevo blanco
pinto tu cuerpo
rojo, rojo eres tú
tienes el rojo de la tierra de ciertos países
el negro del carbón
y el oro rojo, oro blanco
el sol
un anillo en tu dedo será

De eso me acuerdo ahora, ahora que estamos caminando por el mall. Y me


salen las lágrimas, pero sólo un poquito, nadie lo nota.
Me pregunto dónde podría estar hoy ese tipo que me escribió la poesía, si vive
todavía, qué es lo que estará haciendo.

JOSÉ:
Estamos en el cuarto piso, ropa, -
no necesitas una chaqueta, tú necesitas una chaqueta –

RUBY:
¿Sí?

JOSÉ:
Sí, tú necesitas una chaqueta.
Y más adelante:

31
32

RUBY:
¿Qué te parece ésta?

JOSÉ:
¿Esa?
RUBY:
¿O ésta?
¿Encuentras que ésta me queda bien?

JOSÉ:
¿Esa? ¿Esa chaqueta?
Sí puede ser – quizás –

RUBY:
¿Sí?

JOSÉ:
Sí, quizás.

RUBY:
¿Te parece?

JOSÉ:
Yo – no sé.

RUBY:
Tú dijiste que yo necesitaba una chaqueta nueva, no tengo una chaqueta de
verdad-

JOSÉ:
Sí, sí – quizás.
Tengo un problema con el color.

Breve silencio.

Más tarde estamos en la sección menaje, frente a las ollas –

RUBY:
¿Has visto las ollas?

JOSÉ:
Ollas plateadas, ollas negras, ollas de cobre, pero ante todo ollas de acero
inoxidable de todos los tamaños, cubiertos, molinillos de pimienta, cuchillos de
cocina, aquí hay cuchillos de cerámica, cuchillos japoneses de cerámica. Los
cuchillos son tan afilados que no los debemos tomar, dice la vendedora, porque
si se nos caen, se hacen pedazos. Qué raro, cuchillos frágiles.

RUBY:

32
33

Y después estamos frente a una casa, o varias casas junto a un muelle, y


frente a la mitad de un barco.
Osos peluches descargan cajones desde esa mitad de barco. En cada piso de
las casas, en total cuatro, viven osos peluches, y en cada uno de estos osos
peluches hay instalado un pequeño motor, que les permite repetir siempre un
cierto movimiento; en el tercer piso de una casa, por ejemplo, un oso que abre
y cierra una ventana, otro oso está en la taberna del primer piso y levanta
regularmente un vaso de cerveza; hay de todo, la taberna, en la casa del lado
encontramos la oficina de un naviero, en el piso de encima un conejo toca
mecánicamente el violín, mientras dos osos le escuchan meneando la cabeza.
En uno de los techos hay un oso trabajando de deshollinador, en las calles por
delante de las casas están unos marineros, todos osos, que saludan a sus
familias o se despiden de ellas levantando constantemente uno de sus brazos,
un trabajador limpia o barre la vereda, para adelante, para atrás, un marinero le
ofrece dinero a una conejita de boa roja, que está apoyado en un farol a la
espera de clientes, pero el dinero no parece ser suficiente, porque el oso
marinero sube y baja su brazo automático con los billetes y ella, la mujer conejo
de boa y minifalda apoyada en el farol, señala su negativa moviendo la cabeza
de un lado para el otro.

JOSÉ:
La vendedora en la caja se queja: doce veces ha tenido que reponer la semana
pasada a Aston Martin. En las vitrinas se pueden ver pequeñísimos autos y
pequeñísimas figuras:
Autos del correo, carteros, agricultores y sus máquinas, así como chanchos,
vacas, gallinas milimétricas, deportistas en sus coloridas mallas, parejas,
grupos, bañistas, policías, conductores de tranvías, un sacerdote, niños
jugando. En la vitrina del lado trabajadores de la construcción, todo un festejo
de matrimonio, médicos, enfermeras, bomberos, una orquesta de instrumentos
de viento. Y un tren dando vueltas. Gente esperando en una ferrovía de
aspecto pueblerino: transeúntes, diferentes figuras con equipaje de viaje, una
mujer de vestido verde claro está sentada encima de su maleta, el tren pasa
por delante de un jardín en el cual una mujer está tendiendo ropa.
Eso me hace recordar mi madre. Tengo que pensar en mi madre, recordar
cómo se veía cuando yo era niño, cuando ella todavía era joven y tendía la
ropa detrás de la casa donde vivíamos. Entonces no pasaba ningún tren por
allí, no vivíamos junto a la línea del tren, pero el ferrocarril no estaba muy lejos.
Más tarde iba en bicicleta para allá. Entonces era muy chico todavía, y la ropa,
esas sábanas mojadas que flameaban al viento, me parecían inmensas.

RUBY:
Hay cientos de diferentes muñecas. Ante todo ha y muñecas representando
niños de todas las razas. Niñas africanas, una niña de la India, una niña de
América del Sur, los niños tienen toda clase de color de pelo y supuestamente
todos tienen pelos auténticos. Una muñeca rubia sostiene a su vez una
muñeca en sus brazos.

JOSÉ:
No vivíamos junto a la línea del ferrocarril, pero podía escuchar cuando
pasaban los trenes.

33
34

Allí había algo que me persiguió durante toda mi infancia, hasta que más tarde
se me perdió de la memoria. Allí había un rompecabezas, que por años se
había apoderado de mis pensamientos:
"Cómo hacer descarrilar un tren mediante una hoja de papel"

34
35

19.
RUBY:
Salí a caminar. No me gusta salir a pasear a pie, aunque en realidad sí me
gusta, pero no me gusta, si lo hago sólo por no tener otra cosa que hacer. Pero
a pesar de eso, algunas veces salgo a caminar. Por el parque. Y entonces
empezó a llover torrencialmente, y por supuesto no andaba con paraguas, ni
me había imaginado que podría llover.
Empezó a llover muy fuertemente, y había allí un peñasco resaltante, una
pequeña cueva, seguramente artificial, pero más chica, y que estaba llena de
botellas de cerveza y de basura, pero allí me refugié. Las paredes de esta
guarida o roca resaltada estaban cubiertas de inscripciones. Muchachos
jóvenes habían dejado sus huellas, rayando la superficie, escribiendo con lápiz
o spray sus nombres en la roca. Iniciales. Fechas. Letras borrosas. Yo andaba
con un lápiz, y como no dejaba de llover pisé por encima de las botellas y
empecé a pintar yo misma cosas sobre la piedra, entre las letras y los números
existentes. Pintaba o dibujaba. Ninguna de mis figuras sobrepasaba el tamaño
una cuarta.
Yo pinté:
una foca.
Un cocodrilo.
Un barco.
Un sombrero.
Un mall.
Un auto
Ferrocarriles.
Agua.
Una piscina.

35
36

20.
JOSÉ:
Como hacer, que un tren se descarrile mediante una hoja de papel.
Un niño coloca una hoja de papel sobre los rieles de un ferrocarril. Yo intenté
eso, y esperé desde una distancia segura el paso del tren. El tren pasó, no se
descarriló y siguió su ruta. El papel volaba por el aire. Lo repetí muchas veces,
durante días, mi bicicleta botada en el pasto, yo colocaba la hoja sobre los
rieles, pero ésta nunca logró hacer descarrilar al tren, más tarde doblaba el
papel, de distintas maneras, pero sin efecto. El tren siempre seguía su ruta.

36
37

21.
RUBY:
Abiertamente tengo que decir, que el asunto con la foca no lo tenía claro.

JOSÉ:
¿Qué?

RUBY:
El asunto de la foca. Yo misma no lo tenía claro.

JOSÉ:
No lo tenías claro.

RUBY:
Yo misma no lo tenía claro. No realmente. No hasta ese momento.

JOSÉ:
¿Hasta qué momento?

RUBY:
Hasta el momento en el que yo misma lo comprendí.

JOSÉ:
¡Ah! – pues, hasta ese momento.

RUBY:
Hasta el momento en el cual yo misma, parada allí, realicé que así no se podía.
Yo misma no lo tenía claro hasta ese momento.
Que no se podía representar espontáneamente a la foca sin el agua. No lo
había comprendido del todo.
Antes.
Naturalmente que no.
Sino, no lo hubiera probado.
Partí de la base que iba a resultar sin problemas, hasta el momento en el que
comprendí que sin agua no se podía. Tenía en mi mente una imagen nítida de
una foca en el agua, y como se mueve, pero había pasado por alto que la foca
solamente en el agua se puede mover realmente así, en tierra eso es de otra
manera, totalmente de otra manera.

JOSÉ:
Eso es cierto.

RUBY:
Verdaderamente eso no me había quedado claro, hasta el momento en el que
estaba por empezar. Lo había ignorado por completo. Lo terrible de eso era,
que en aquel momento ya no me podía echar para atrás. Parada allí comprendí
de repente que sin agua la foca no iba a funcionar. No podía funcionar, pero
por su puesto les hice creer que yo eso lo tenía claro desde un comienzo. Que
fue esa la intención. Para no perder la cara. Por ningún motivo quería, que ellos

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notasen algo. Por ningún motivo. Por lo tanto me las daba de tener todo eso
muy claro. Como si ellos no tuvieran ninguna idea.
Tenía claro que eso no se podía, pero a pesar de todo, yo quería que ellos
pensaran, que no tengan idea.

Breve silencio.

Todo el tiempo sólo están a la búsqueda del motivo por el cual la cosa no
resulta.
Pero que la culpa es solamente de ellos, eso sí que no se les ocurre.

Breve silencio.

Lo que no se les ocurre, es que se van a hundir, por ser incompetentes,


sencillamente incompetentes, desde el punto de vista profesional y humano,
incompetentes. Eso nada tiene que ver con la foca, hasta podrían haber tenido
quizás la razón en eso, aunque no lo podían saber, no tiene nada que ver con
eso.

38
39

22.
JOSÉ:
Siempre esas mismas imágenes, siempre las mismas tomas, autos –
Autos en la ciudad, autos en la costanera, autos en la montaña o autos en la
nieve, autos en la selva, en terreno, autos en las estepas y en el desierto.
Autos en la lluvia, autos al sol. Autos que arriban a toda velocidad,
deteniéndose bruscamente con chillidos de frenos o con chirriar de neumáticos
o lentamente y cuidadosamente, silenciosos y distinguidos, dependiendo del
tipo de automóvil y de las circunstancias. Autos que se alejan, con lentitud o
rápidamente con chirriar de neumáticos. Autos que se desvanecen en el sol
amaneciente. Autos que se desvanecen en el sol del mediodía. Autos que se
desvanecen en los rayos del sol poniente. Autos que arriban bajo el sol
amaneciente, que llegan bajo el sol del mediodía, Autos que se acercan a la
luz de la puesta de sol. Rápidamente con chirriar de neumáticos o de frenos.
Autos que se detienen o parten bajo una lluvia torrencial. Limpiaparabrisas
andando. Cerrado automático de ventanillas. Autos bajo la nieve en un
estacionamiento. Al frente de casas. Autos en barrios peligrosos y en barrios
nobles. Autos en vías principales de varias pistas, en callejones angostos, en
caminos costeros, en barrios industriales. Autos que se lanzan por sobre las
cimas de colinas. Autos en caminos rurales, en caminos en el desierto, en
pistas en el desierto, en carreteras, autos sobre puentes, autos en las
autopistas.
Camiones en las carreteras, autos chicos en carreteras, autos deportivos,
limusinas. Autos deportivos en caminos costeros. En el desierto. Limusinas en
la nieve. Limusinas bajo el sol con ventanillas oscurecidas, que se abren y
cierran lentamente. Camiones en una nube de polvo, autos deportivos en una
nube de polvo. Autos grandes, autos chicos. Autos costosos, autos baratos.
Autos abollados. Autos rotos. Autos caros abollados, autos baratos abollados.
Autos baratos abollados bajo la nieve con limpiaparabrisas andando en barrios
peligrosos. Autos estacionados. Autos esperando. Autos frente a barreras,
autos frente a semáforos, autos en depósitos de chatarra.
Autos de noche. Luces de frenos en la oscuridad. Rallos luminosos de focos en
la oscuridad. Autos en estacionamientos cubiertos.
Personas al volante, personas en el asiento del acompañante. Personas que se
pueden ver a través del parabrisas mientras viajan y escuchar como conversan.
Personas viajando en autos, personas esperando en autos estacionados.
Personas que observan casas desde autos estacionados o conversan o se
pelean dentro de autos estacionados. Personas que se besan dentro de autos.
Personas en autos andando que conversan o se pelean. Personas que
repentinamente se bajan del auto golpeando puertas o se tiran del auto en
marcha. Personas que huyen en autos. Personas que son baleadas en sus
autos o las que balean a otros autos desde sus autos.
Autos que vuelan por sobre precipicios, autos que chocan a alta velocidad
contra murallas postes o árboles.
Autos, que colisionan a toda velocidad con otros autos.
Autos totalmente destrozados. Autos que se voltean un par de veces. Autos
que explotan, Autos en llamas, autos dentro de ríos, después de haberse
desviado de un puente o camino.
Autos a los que les falla la dirección o los frenos. Autos cuyos frenos se sueltan
y que ruedan lentamente hacia un acantilado. Autos que salen volando desde

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el interior de casas traspasando ventanales. Autos que desde afuera embisten


y traspasan ventanales deteniéndose finalmente en medio de negocios u
oficinas o bancos o supermercados.
Estas imágenes no contienen nada en sí, están acabadas y vacías, sólo
significan lo que muestran, ellas solamente encarnan, que no encarnan nada
más allá de lo que son.

40
41

23.
RUBY:
Estamos en el bosque.

JOSÉ:
Temprano en la madrugada nos internamos en el bosque, para emprender la
búsqueda.

RUBY:
Neblina.

JOSÉ:

Neblina o bruma. No tenemos buena visibilidad, pero el entorno más cercano


está claro: árboles, piedras, musgo. Pájaros.

RUBY:
Cuncunas. Escarabajos. Lauchas. Gusanos. Animales sobresaltados en el
bosque. Crujir de hojas secas.

JOSÉ:
Batir de alas, pájaros emprendiendo vuelo por donde pasamos.

RUBY:
Madrugada. Neblina.
Casi silencio.

JOSÉ:
Si. Muy silencioso.

RUBY:
Un bosque tupido.

JOSÉ:
Un bosque cada vez más tupido.

RUBY:
Sin embargo se reconoce: aquí ya había estado alguien antes de nosotros.
Nosotros mismos ya habíamos estado aquí a menudo –pero nunca pudimos
llegar más allá.

JOSÉ:
Aquí no se puede llegar más allá.

RUBY:
Matorrales, crecimiento tupido, maleza espesa como una muralla.
¿No es cierto?

JOSÉ:

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42

Y entonces aparece un agujero - ¿cómo no lo habíamos visto antes? ¿O no


había estado allí antes?

RUBY:
No es un agujero, es un hueco apenas suficientemente grande como para
deslizarse a través de él, pero nos podemos abrir camino.

JOSÉ:
Pero al otro lado –

RUBY:
Más matorrales. Árboles y entremedio maleza hasta los hombros, que nos
rodea como trenzado, como tejido. Pareciera que no se puede avanzar, pero
podemos avanzar, lentamente, un laberinto, pasillos, recodos sin salida,
rincones perdidos, aberturas, al otro lado el mismo panorama, todo se ve igual,
dónde estamos, qué hora es, entretanto deberíamos ver la luz brillante del día,
pero cada vez se oscurece más, porque el bosque por encima de nuestras
cabezas se hace cada vez más tupido, y más tupido, ni siquiera podemos
vislumbrar dónde está el sol.

Breve silencio

JOSÉ:
Aquí tiene que ser, ya no podemos estar lejos, lo puedo percibir.

RUBY:
De a poco se abren los matorrales.

JOSÉ:
Algunos árboles están marcados por el fuego.

RUBY:
Huele a leña quemada, tierra quemada.

JOSÉ:
En el suelo hay una rama, una rama alargada, fina, verde, cubierta de musgo,
torcida en forma extraña.

RUBY:
Ante nosotros en el suelo algo así como una raíz o una rama alargada, que
parece indicarnos el camino, esa rama no termina, trepa por el ramaje en el
suelo, se enrosca alrededor de los árboles, tornándose cada vez más fuerte y
gruesa.

Breve silencio

JOSÉ:
No puede ser.

RUBY:

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¿Será de verdad una rama?

JOSÉ:
Esto no es una rama.

RUBY:
Eso no puede ser una rama

JOSÉ:
Debe ser otra cosa.

RUBY:
Nos detenemos.

JOSÉ:
Nada. Ningún ruido.

RUBY:
Silencio absoluto. Ningún pájaro, ningún crujir de hojas secas. Ningún ruido.

JOSÉ:
Ni siquiera viento.

RUBY:
Nada. Un sile ncio de tumba.

JOSÉ:
No nos movemos.

RUBY:
Estamos parados.

JOSÉ:
Sin hablar.

RUBY:
Sin hacer ruido. Y entonces José desenvaina su espada. Desenvaina su
espada, la levanta y golpea la rama.

Breve silencio

JOSÉ:
Desenvaino mi espada, preparo el golpe con las dos manos y con fuerza
golpeo la rama. Pero el golpe no deja ni siquiera una huella.

RUBY:
Ninguna hendidura ni marca en la corteza.

JOSÉ:
No puede ser.

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RUBY:
Desenvaino mi espada, la elevo con ambas manos por sobre mi cabeza y
golpeo la rama. Nada.

JOSÉ:
Nada. Pero entonces repentinamente la rama se contrae. Se contrae y
desaparece de un coletazo, como una culebra.

RUBY:
Justo alcanzo verla desaparecer.
Lo que eso fue, lo sabemos los dos ahora.

JOSÉ:
Estamos armados. Estamos aperados de espada, escudo y yelmo.

RUBY:
Una corriente de aire caliente llega a nuestras caras, y en el mismo instante los
matorrales a nuestro rededor estallan en llamas.

JOSÉ:
Se nos acaba el aire, humo por todas partes, empujamos hacia adelante en
dirección donde desapareció la rama.

RUBY:
A causa del la humareda ya no distinguimos lo que tenemos por delante, pero a
pesar de eso avanzamos a tropiezos, seguir adelante –

JOSÉ:
Avanzamos a tropezones, sé que tengo a Ruby como a un metro detrás de mí,

RUBY:
delante de mí José, gritando y con la espada encumbrada, cuando de la nada
le llega un zarpazo y lo vuela por el aire.
Frente a nosotros rodeado de fuego y humo, el enorme dragón escamoso,
golpeando violentamente su interminable cola, la que habíamos confundido
primero con una rama o una raíz. José desapareció, quizás está herido,
inconsciente o muerto.
Con mi espada y escudo intento resistir a los golpes y al aliento abrasador del
monstruo. Su enorme garganta, sus afilados dientes están sólo a algunos
metros de distancia.

JOSÉ:
Estoy recobrando la conciencia. El golpe que me dio esa cola
interminablemente larga del monstruo me arrojó como diez o quince metros por
el aire. Perdí mi yelmo y también mi escudo, pero como por milagro yace mi
espada Ortrudis a mi lado.
Ruby se defiende lo mejor que puede contra los ataques del dragón, pero éste
la acorrala cada vez más –

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RUBY:
De reojo veo a José - según parece sólo levemente herido, pero sin yelmo y
escudo, clavar su espada profundamente en el costado del monstruo:

JOSÉ:
La piel del dragón parece tener escamas, pero en verdad está guarnecida de
afiladas crestas, resistentes, agudas y filudas como trozos de vidrio, todo el
cuerpo de la fiera está cubierto con excepción de la cola, en cuyo extremo se
asoma un aguijón.
Ruby distrae al monstruo con lo cual logro acercarme inadvertidamente. La
totalidad del cuerpo del monstruo es una montaña de pedazos de vidrio que se
mueve con una intensidad terrorífica, y yo le incrusto con toda mi fuerza, con
toda la fuerza de la soy capaz, la espada en el costado, temo que el acero se
quiebra, que la coraza del monstruo sea demasiado fuerte, pero resulta:
La espada quedó clavada profundamente, el dragón se yergue, se levanta a
alturas insospechadas y gira su tremenda cabeza, en eso le arranco
nuevamente la espada. Desde el costado del dragón salta un poderoso chorro
de sangre. El monstruo me busca, aspira fuertemente el aire, como para
destruirme con su aliento ardiente, pero Ruby toma vuelo y hunde su espada
Harro hasta el puño en el pecho descubierto de la fiera, con su espada
atraviesa sus pulmones-escupe fuego y le perfora el corazón.

RUBY:
Bramando se desploma el monstruo, por poco me aplasta. Da unos ronquidos
agonizantes, se retuerce, trata de levantarse por última vez, muere.
José y yo nos miramos: ennegrecidos por el hollín estamos parados en una
laguna de sangre de dragón.

JOSÉ:
La sangre del dragón es casi negra. Sale vapor, toda la laguna de sangre está
cubierta de vapor mientras nos bañamos en ella.
Esta sangre nos tornará invulnerables y si bebemos de ella, podremos
entender el idioma de los animales.

JOSÉ y RUBY en el combate con el dragón y enseguida en la laguna de


sangre. Campanas.

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24.
JOSÉ:
Al final siempre terminamos en la sección de los comestibles. En esa extensa
sección de comestibles con su oferta excepcional, en la que se encuentran
cosas, que en ninguna otra parte se encuentran. Aceites extraños, vinos
extraños. Pescados desconocidos.
En las estanterías se encuentran esas latas francesas, son nuevas en el
surtido, una lata como estas, igual a estas con el mismo envase, del mismo
tamaño me la regaló una vez mi esposa, y desde entonces no he vuelto a ver
esas latas, la había sacado de no sé de donde, era algo especial: algo así no
se encontraba así no más, y ahora están aquí, diez o veinte latas apiladas. Las
latas lucen caras, en envases distinguidos como jabones de Paris.
SARDINES SANS PEAU ET SANS ARETES sale en el envoltorio plano, y
debajo SARDINES DU PETIT MOUSSE, recuerdo que esas palabras las leí
innumerable veces entonces, FABRIQUÉ EN BRETAGNE, PRÉPARATION A
L'ANCIENNE, A L'HUILE D'OLIVE VIRGE EXTRA, y después en un recuadro
aparte el nombre del productor, ALBERT MÉNÉS, y debajo, bien chico,
"Maison fondé en 1921".
En el medio del envoltorio un muchacho en traje de marinero, sujeta en sus
brazos un pequeño velero y en su gorra sale A. MENÉS.
No me atrevo sacar de la estantería una de esas latas planas de sardinas ,
porque el envoltorio de la lata es blanco con violeta o morado, y yo soy alérgico
a esos colores; si tomaría una de esas latas con la mano, con toda seguridad
me daría urticaria en las manos, especialmente en el reverso, entre los dedos y
en los antebrazos – así que prefiero dejarla allí, aunque me encantaría tener
una, ahora necesitaría guantes, me encantaría llevarme una de esas, como
recuerdo, porque la lata de entonces y su envoltorio hace tiempo que ya no los
tengo.

RUBY:
En la sección de los comestibles siempre tienen algo nuevo, o descubro cosas
que no había visto allí antes, aunque quizás siempre habían estado allí.
Marmite por ejemplo, una pasta para el pan o algo así, de levadura y caldo de
vacuno, esa cuestión la comía siempre ese tipo que escribió la poesía para mí,
le fascinaba y a mi me cargaba, nos reíamos a menudo de eso. Hace tanto
tiempo que no había recordado a ese hombre y ahora tengo que pensar por
segunda vez en él, por encontrar esta cosa de repente aquí en la estantería.
Durante el trayecto hasta el cuarto piso ya lo había olvidado, a él y esa poesía
y acaso la había escrito para mi o no:
Pinto tu cuerpo de amrillo

y ahora se me vuelve a ocurrir, a raíz de esa cosa, esa Marmite, porque


cuando nos separamos, y los dos sabíamos que la cosa iba a terminar ahí, me
regaló un frasco de Marmite para la despedida.
Quizás no lo tenían antes, o lo tenían siempre aquí y yo seguía de largo sin
fijarme, quizás me llamó la atención hoy día porque me había acordado de la
poesía hace un rato.
José está allí parado y tiene en sus manos un e nvase plano de papel color
blanco- violeta, y eso que es alérgico al violeta y con toda seguridad le va dar
urticaria en las manos y en los antebrazos.

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¿Te lo sujeto?

JOSÉ:
No –
RUBY:
¿No? Pero porqué, si eso te da –

JOSÉ:
Me gustaría regalarte esta lata.

RUBY:
¿Qué?

JOSÉ:
Sí, - me gustaría regalarte esta lata de sardinas.

RUBY:
¿Sardinas?

JOSÉ:
Sí – sardinas. Pero el envoltorio es especial.

RUBY:
Pero – pero de dónde se te ocurrió eso –

JOSÉ:
Naturalmente te la puedo regalar recién cuando la haya pagado. Por eso tienes
que tener un momento de paciencia todavía. Espérame aquí.

RUBY:
No puedes, de dónde sacaste –

JOSÉ:
Yo – yo no sé, yo – me gustaría regalarte esta lata, acabo de ver el envoltorio y
se me ocurrió que me gustaría regalártela.

RUBY:
¿Así no más?

JOSÉ:
Así no más –

RUBY:
Bueno - eso de verdad es muy, muy – bueno la cosa es la siguiente, que no me
gustan mucho las sardinas.

JOSÉ:
¿Ah, sí?

RUBY:

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No, sinceramente no –

JOSÉ:
No te gustan mucho las sardinas. Ah, sí. Eso no lo sabía.

RUBY:
No – eso tampoco lo podías saber –

JOSÉ:
Bueno – bueno entonces – entonces será mejor, que ponga esta lata de vuelta
al estante.

RUBY:
Sí –

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25.
JOSÉ:
Soy alérgico a los colores, pero no soy alérgico al cloro. Mis articulaciones me
están dando problemas, y por eso me recomendaron ir a nadar. Que eso me
haría bien. Ir a nadar en una piscina pública. Ni me lo puedo imaginar. Por lo
menos al comienzo. Para empezar, el camino hasta allá. Hasta la piscina
temperada. Y toda es gente: toda esa gente en traje de baño, ya se les puede
ver a través de los ventanales. Es un milagro, que yo siquiera posea un traje de
baño.

RUBY:
Mientras el tema era, que no tenía traje de baño, el asunto de la natación no
corría. Porque jamás se iba a comprar uno. Pero después encontré uno en su
armario. Terrible. Se ve terrible, él en traje de baño. Pero da igual.

JOSÉ:
La piscina temperada tiene varias piletas. La piscina grande, la piscina de
oleaje, la pileta de los chorros de agua, la pileta multiuso con agua a la
temperatura de 30° C, la pileta chica pero profunda de los saltos clavados y la
piscina exterior a la que solamente se llega, si se pasa por debajo de una
pequeña compuerta. Aparte de la piscina exterior todo está bajo techo y con
azulejos. En las mañanas no está tan lleno, pero realmente vacío no está
nunca. En las tardes están los niños y en las mañanas los viejos, que vienen
por sus músculos y articulaciones, igual que yo. Terrible.
El color de mi traje de baño es una cosa entre el verde y el ocre. Ya lo tengo
hace mucho tiempo, incluso lo tengo de antes que me diera alergia a los
colores. Es de la época con mi esposa. Soy alérgico al color de mi traje de
baño. Es decir soy alérgico al verde, ocre se puede. Pura casualidad que el
traje de baño sea de ese color. Mientras estoy en el agua, no me doy cuenta
mayormente de la alergia. Como el pantalón es más bien ocre que verde, la
urticaria se da con fuerza recién después de aproximadamente una hora.

RUBY:
La natación hace bien. Buen training. Yo sólo nado en la piscina exterior, miro
hacia el cielo y juego al muertito, significa que estoy de espaldas en el agua
prácticamente inmóvil y floto por la superficie.
¿Me ves? ¿Me ves?

JOSÉ:
No sé nadar. Es decir sé nadar pero no distancias largas. No podría nadar un
largo tras otro en la piscina grande como lo hace Ruby, para mantenerse en
forma. Para entrenarse. Yo no lo podría. O bucear hasta la piscina exterior.
Con mis articulaciones ya no soy un nadador experimentado. Con suerte me
puedo mover con cautela dentro del agua. Allí donde no está profundo, junto al
borde o a lo más en la mitad de la piscina de oleaje, pero si hacen funcionar el
sistema de oleaje unos quince minutos cada media hora, probablemente no
me guste. Porque también me recuerda la verdaderas olas. Las olas en el mar.
En la playa.
Cuando salgo del agua, siento el peso de mi cuerpo.

49
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RUBY:
Yo soy una buena nadadora, soy rápida y buceo muy bien, no realmente como
una foca, pero lógicamente eso todo funciona mejor con agua que sin.
Por unos momentos se transforma en foca

Después de haber nadado lo suficiente en la piscina exterior, me sumerjo por


debajo de la compuerta al interior de la piscina temperada y busco a José, el
que nunca nada realmente sino, se queda junto al borde.

JOSÉ:
Después de haber nadado lo suficiente, muchas veces en el exterior, Ruby
vuelve y me busca.

RUBY:
Vi a José por última vez en el borde de la piscina de oleaje, pero ahora ya no
está ahí. Lo busco pero no lo encuentro.
Corro alrededor de la pileta, alrededor de la piscina de oleaje y de la piscina
grande, lo busco hasta en la piscina multiuso, aunque nunca va para allá. No lo
encuentro, pero tiene que estar en algún lado.

JOSÉ:
Finalmente pasa corriendo junto a mí sin verme, ¡Ruby! ¡Ruby! Estoy en la
pileta de las corrientes, eso es una pileta en cuyas paredes trabajen inyectores
y si uno se sujeta de las manillas de metal, se siente la corriente del agua.
Ruby me encontró, estamos los dos en la pileta afirmados de las manillas de
metal observando la piscina de oleaje situada unos peldaños más abajo. El
sistema de oleaje recién fue cortado y el agua se tranquiliza. Siento como
lentamente me empieza la urticaria.
¿Verdaderamente crees que se puede reconocer el carácter de las personas
en sus tobillos?
Yo no lo creo.

Breve silencio.

¿Te acuerdas del reloj? ¿Ese reloj caro? Costaba tanto como un buque entero.

Breve silencio.

RUBY:
Delante de los ventanales hay unas plantas grandes, algo así como palmeras
en maseteros; no me había fijado nunca.

JOSÉ:
Y detrás de los ventanales grandes pasan los autos y los tranvías, pero no se
escuchan.
El agua en la piscina de oleaje se tranquiliza, y solamente escuchamos el
griterío de los niños y la música de la radio que sale por los altoparlantes
instalados al interior del techo cubierto y que se puede escuchar en todas
partes de la piscina. Dentro del agua nos afirmamos de las manillas de metal y

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escuchamos música. Comerciales. Música. Música de la radio por encima del


agua.

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26.
RUBY:
A veces me pregunto como sería una película, si nosotros pudiéramos elegir,
cómo tendría que ser la película

JOSÉ:
Qué película – como sería qué película –

RUBY:
Cómo sería una película, si nosotros pudiéramos elegir cómo tendría q ue ser.

Silencio

JOSÉ:
Grande.

RUBY:
Grande.

JOSÉ:
Sí.

Silencio

RUBY:
Sin autos.

JOSÉ:
Tendría que ser una historia. Una historia grandiosa.

RUBY:
Una historia sin autos.

JOSÉ:
Sin animales.

RUBY:
- pero después me pongo a pensar dónde iríamos a ver esa película, en el
Metropol o al Astor o en el Savoy, en el Royal o al Lido, y entonces me acuerdo
de todo esos cines en los que yo ya he estado, y toda esa gente con la que
anduve entonces y de la que ahora ni siquiera sé dónde está, y de la que en
algunos casos ni siquiera me acuerdo cómo se llamaban.
O me acuerdo de los nombres de las películas, pero no recuerdo las imágenes
ni las historias. Solamente el título.
Y en vez de imágenes y escenas veo las entradas y los pasillos, las boleterías
y las antesalas de los cines en los que había estado alguna vez, los tapices
murales de color rojo y amarillo, los revestimientos de madera y plástico de
color amarillo y magenta, las cortinas, y las lámparas en las paredes – y habían
fotos en blanco y negro de astros del cine, retratos grandes de los astros de
cine antiguos, leyendas del celuloide como Peter Lorre, Groucho Marx y Marlyn

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Monroe. En uno de los cines, al que antes iba a menudo habían tapizado la
antesala con fotos de películas de tal manera, que todo el conjunto de esas
cabezas y esos cuerpos formaba un cuadro nuevo y distinto – como si Marlyn
Monroe y Peter Lorre y todas las otras leyendas , Grace Kelly, Bogart y Rita
Hayworth, actuaran en la misma película, en una misma escena, con un reparto
estelar único, inolvidable, un reparto -All Stars.

Breve silencio.

JOSÉ:
Tendría que ser una historia. Una historia grandiosa.

RUBY:
Una historia sin autos.

JOSÉ:
Sin animales.

Silencio

RUBY:
La cámara cinematográfica pasa rasante por encima de la superficie del agua,
quizás está sujeta a los patines de un helicóptero, vemos un mar tranquilo bajo
la luz del sol. Largamente.
Fuera de eso no sucede nada.
Ningún pájaro ni pez interfiere la imagen. Solamente luz y agua. El mar. Y
después: oscuridad.

FIN

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