Se intenta buscar una explicación a la realidad nacional.
Se dice que es desbordada debido al devenir y el enfrentamiento de dos realidades, la oficial y la contestaria. Matos Mar se remite al siglo 16, en el que señala el choque entre lo andino y lo hispano, subordinación-dominación. A pesar de esto, menciona que la colonización le dio pie a la idea de una nacionalidad “peruana” y ya no exclusivamente indígena. En el siglo 18, Matos expresa que la fuerza que empujó la independencia no fueron los indígenas, sino los criollos. Quienes tomaron el control y siguieron con el legado hispánico de subordinar a las otras culturas. A finales del siglo 18, se realizan los préstamos internacionales que darán base al Estado moderno. Así mismo, se presencia un nuevo individuo en la costa: El obrero asalariado. Mientras tanto en la sierra, el campesino seguía sufriendo de abusos. Empezando el siglo 20, el autor destaca a los que nos gobernaban en ese entonces, la oligarquía peruana, representante de intereses particulares. Los partidos representativos de esta época fueron el APRA, PCP, PSP (partido socialista peruano de Mariátegui). Dentro de ellos destacan José Carlos Mariátegui y Víctor Raúl Haya de la Torre. Para 1940, cuando las migraciones recién se daban, la población rural seguía ocupando mayor parte del territorio nacional. 20 años después de 65% pasó a 53% la población rural. La migración de los 60 se debió en gran parte a la industrialización costeña. En 1960 se produce el primer desborde, debido a que la decadencia del sector agro produjo huelgas y manifestaciones. Enfrentamientos contra los grandes terratenientes de Cuzco, Puno y Cerro de Pasco por la recuperación de tierras. El producto de todas esas huelgas dio como resultado la aplicación de la Reforma Agraria, el reconocimiento de la diversidad cultural y la oficialización del quechua, la difusión de un planteamiento ideológico nacionalista y la estatización de petróleo y minería (los 70). Sin embargo, el gobierno militar que dio cabida a lo mencionado comenzó a retractarse del discurso político y las acciones llevadas a cabo. Luego, buscó deshacer las reformas impuestas y regresar a la democracia. Esto conllevó a aumentar la deuda externa y las instituciones privadas recuperaron su poder. Matos Mar propone que, si la Reforma Agraria se hubiese aplicado en el momento adecuado, el desborde pudo haber sido canalizado. Época posterior al gobierno militar, la población nacional se ha triplicado en menos de cuatro décadas; mientras que un activo proceso de urbanización tiende a concentrar en las ciudades a más del 65% de la población total del país. El escenario en el que se juega el drama nacional ha pasado del campo a las ciudades. Importante es saber que Matos nos señala una causa de la hiperinflación. Si se restringe la producción agropecuaria, si se incentiva la producción exportadora; si se hace cada vez más importante la población urbana que reclama con más fuerza por su bienestar; si se devalúa permanentemente; y si la industria utiliza materias primas importadas en elevada proporción; entonces, las condiciones para generar inflación están ya dadas. Se expone, hacia el final del capítulo, la separación entre el Estado y la sociedad. La cual es visible desde la década 1950 con una relación de oposición a lo formal. Se muestra a Sendero políticamente como una respuesta de la ineficacia de los partidos revolucionarios para generar el cambio. También se hace referencia a la pérdida de la influencia de la religión católica, que de alguna manera simbolizaba la estructura del aparato estatal, ya que hubo otras religiones que mostraron mayor interés en los sucesos vividos en el país.