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U.C.C. – Ciencia Política y RRII - Licenciatura en Gestión Pública


Materia: Epistemología y Metodología de las Cs. Sociales
Profesoras Lics.: Paula Avila – Mercedes Ferrero
Trabajo Final - Alumno: Jorge Guevara

Tema: Las Juntas de Participación Vecinal (JPV) de la Ciudad de Córdoba


Introducción
La Carta Orgánica Municipal de la Ciudad de Córdoba, sancionada a fines del año
1995, consagra la Descentralización en la Sección Quinta. Dando rango
constitucional a los Centros de Participación Comunal. La Ordenanza Nº
11.448/2008 reglamenta las Juntas de Participación Vecinal en el ámbito de cada
CPC. En la citada norma se define a la JPV como el “Instituto Público Municipal de
Gestión Asociada entre el Centro de Participación Comunal (C.P.C.), los Centros
Vecinales, las Comisiones de Vecinos, las instituciones educativas y religiosas y las
organizaciones sin fines de lucro de la sociedad civil que desarrollan sus actividades
dentro del ámbito territorial del C.P.C.”
Las JPV poseen tres instancias de participación: Asamblea, Mesa Coordinadora y
Comisiones Temáticas y sus atribuciones (Artículo 156 de la Carta Orgánica
Municipal) brevemente son: 1)canalizar la participación vecinal, 2) Proponer al DEM
prioridades barriales: obras, servicios y corrección de los existentes, 3) Ser
consultados para la realización de obras y servicios, 4) Ejecutar obras, servicios y
programas con autorización del Municipio, 5) Colaborar en el control de los servicios
públicos, 6) Ejercer los mecanismos de participación y opinión de los vecinos sobre
programas y proyectos, 7) Producir un informe anual.
Simultáneamente con la reglamentación de las JPV, se aprueba la Ordenanza de
Presupuesto Participativo, siendo un diseño institucional articulador de los dos
institutos de participación ciudadana. Es decir que en la etapa de relevamiento de
los problemas urbanos-barriales (anegamiento de calles, mantenimiento de calles de
tierra, deficitario sistema de alumbrado público, deterioro de calles asfaltadas, plazas
en mal estado, problemas edilicios de sedes de centros vecinales, etc) y sociales
(embarazo juvenil no deseado, violencia familiar y de género, drogadicción,
desempleo, etc), las JPV a través de sus organizaciones tienen la función de hacer
un relevamiento de ellos y elevar ese relevamiento a la etapa de asamblea barrial
zonal (Cabildo) para que los problemas sean priorizados en función de su urgencia
por los vecinos; luego pasar a la etapa de Taller donde se elaboran y presupuestan
las alternativas/proyectos de solución de aquellos problemas que serán ejecutados
por el Municipio durante el año siguiente. Vuelven las JPV a cumplir un nuevo rol en
la etapa de control de la ejecución de los proyectos aprobados por los vecinos.
Justificación y relevancia del tema
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Los convencionales constituyentes pensaron en la gobernabilidad de un gran
municipio como el de Córdoba, plasmaron los lineamientos de la descentralización
política, la desconcentración operativa y en ese sentido diseñaron varios institutos
de participación ciudadana, consustanciados de poner al municipio cerca de los
vecinos, escuchar de estos sus principales problemas y hacerlos participes de las
soluciones. En este marco las JPV surgen como un espacio institucional, una
herramienta de participación vecinal que intenta canalizar la participación vecinal, a
través de las organizaciones sociales y barriales (Centros Vecinales).
Un indicador de la participación ha sido registrado por la Red Nuestra Córdoba y nos
señala que la “Cantidad de organizaciones y centros vecinales participantes de la
Asamblea Ordinaria donde se eligen las Mesas Coordinadoras: Año 2008: 210, Año
2009: 234, Año 2010: 179 y Año 2011:157… a ido decayendo notablemente”. Estos
datos nos inducen a buscar las causas de la deserción de las organizaciones
vecinales, de sus métodos a la hora de convocar a los vecinos y auscultar sus
necesidades, a reflexionar sobre si fueron suficientes las capacitaciones en gestión
asociada y las promociones acerca del asociativismo, entre otras.
Reflexionando desde la puesta en funciones de las JPV, la elaboración y debate de
la ordenanza que las reglamenta, su articulación con el programa de Presupuesto
Participativo, un diseño articulado, simplificado e institucional desde una mirada
preeminentemente administrativa municipal y luego recabar datos sobre las
deserciones de las organizaciones y centros vecinales en las distintas instancias de
participación de las que se componen las JPV, pretendiendo interpretar a
Boaventura de Sousa Santos, concluyo que nuestra mirada, en su momento como
funcionario municipal, fue claramente basada en la racionalidad metonímica,
racionalidad perezosa, al creer que la participación de los vecinos de los barrios de
la ciudad podían estar representados por organizaciones dicotómicas, centros
vecinales y organizaciones de la sociedad civil, que la totalidad de la representación
de los vecinos estaba cubierta a través de la representación en esas organizaciones,
tal como si fuera la totalidad de los vecinos una realidad homogénea.(Santos, 2006)
Asimismo en el Concejo Deliberante de la Ciudad desde el 2014 se ha desarrollado
un debate acerca de las JPV, de ese debate participan el Plenario de Centros
Vecinales, una organización que representa a la totalidad de los centros vecinales
de la Ciudad, organizaciones que promueven la participación ciudadana y redes
como la Red Nuestra Córdoba. Dicho debate busca actualizar la norma que regula el
funcionamiento y la constitución de las JPV, de los requisitos necesarios para
funcionar, sostener y ampliar la participación de las organizaciones vecinales. De
esos debates e intercambio de experiencias emergen, como datos de la realidad
empírica, tensiones relacionadas con la representatividad vecinal, y por lo tanto a
partir de allí se elaboran planteos acerca de que solamente los centros vecinales
tienen que conformar las JPV, basados en argumentos principalmente legales, ya
que ellos, los centros vecinales, tienen reconocimiento en la Carta Orgánica
Municipal, y por consiguiente relegan a un plano de inferioridad, de invisibilidad a las
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organizaciones sociales.
Está disputa por la “representatividad de los vecinos” tanto en las JPV como en el
programa de Presupuesto Participativo, pretendo abordarla desde los modos,
métodos o prácticas, que desarrollan tanto los dirigentes vecinales, quienes se
autoproclaman legítimos representantes, como los dirigentes sociales, al momento
de relevar los problemas barriales, que deben canalizarse a través de la gestión
municipal o aquellos que ingresan dentro de las limitaciones impuestas por el
programa de presupuesto participativo. Con esta investigación lo que pretendo es
analizar y comprender que a partir de la observación de la participación ciudadana, a
partir de valorar el error o fracaso que nos ha llevado a situaciones de descreimiento
acerca de la posibilidad de gobernar ciudades como Córdoba sin participación de los
vecinos y desde ahí aportar a la búsqueda de claves epistemológicas que incluyan
saberes populares, temporalidades vecinales, que rompan con las jerarquías
dominantes, que articulen escalas microbarriales, barriales, jurisdiccionales y de la
Ciudad y que el resultado sea la productividad en términos sociales, recrear que es
posible transformar la sociedad.
Pregunta
¿Existe(n) relación(es) entre la representatividad ciudadana de los centros vecinales
y las organizaciones de la sociedad civil y los procesos de relevamiento de
problemas urbanos y sociales, utilizados por ellos, en el marco de las funciones de
las Juntas de Participación Vecinal?
Revisión de antecedentes
Tal como dijera en la introducción el gobierno local de la Ciudad de Córdoba, a
principio de los 90, inicia un proceso de modernización estatal y participación
ciudadana orientado a “modificar las formas de relación entre la comunidad y sus
gobernantes, mejorando la eficiencia de la gestión y promoviendo la participación
solidaria y responsable. A instancia de esa gestión se creó el Plenario de Centros
Vecinales, organización que nuclea anualmente el debate en torno de los temas
vinculados a la actividad de los centros vecinales y establece criterios y pautas para
la coordinación de la acción colectiva.(Echavarria, 2008)
Con posterioridad a la sanción de la Carta Orgánica Municipal (COM) de la Ciudad,
a finales del año 1995, en cuyo cuerpo se formaliza la creación de los CPC (Centros
de Participación Comunal), la COM los denomina organismos territoriales de gestión
descentralizada. Y es en el seno del Concejo Deliberante donde se propician
debates, de los bloques minoritarios y también del Plenario de Centros Vecinales,
acerca de la reglamentación de los artículos 155 y 156, referidos a las Juntas de
Participación Vecinal, en cuyos proyectos subyacía la discusión acerca de la
naturaleza y el papel de los centros vecinales en la democracia local, así como el
cuestionamiento de la autonomía y el monopolio de la representación, ambos
esgrimidos por dichas organizaciones.(Echavarria, 2008)
Las ciudades han tomado un papel protagónico en las últimas décadas del siglo XX,
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que se destaca a la par del debilitamiento de los estados nacionales, otrora estados
providencia produjo una crisis del propio concepto de lo público. En medio de esa
devaluación de lo público, muchos gobiernos locales, se situaron como espacio
privilegiado de las relaciones de proximidad, entre los gobernantes y los ciudadanos,
enfrentaron en conjunto con la sociedad civil la lucha por la defensa del interés
colectivo.(Bifarello, 2006)
Con la crisis del 2001 emergieron actores sociales, barriales, que buscaban
solucionar sus problemas existenciales y demandaban a los gobiernos locales, en
acciones directas soluciones a los problemas más urgentes de su comunidad. Esto
tensionó a los partidos de gobiernos municipales a buscar y diseñar instancias de
participación popular, principalmente en las grandes ciudades como Córdoba,
Rosario, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Morón, y guiados por experiencias
positivas como el Presupuesto Participativo, principalmente la experiencia de Porto
Alegre, animó a que se ensayaran instancias, canales de participación ciudadana.
Autores como Héctor Poggiese, promueve con su equipo, los documentos de
Trabajo para el Manual de Metodologías PPGA (Planificación Participativa y Gestión
Asociada) en el marco de FLACSO Argentina. Estos profesionales promueven la
Gestión Asociada como forma de co-gestión entre el Estado y la sociedad;
definiéndola como una herramienta que permite la construcción de un espacio para
el tratamiento del desarrollo, en base a una visión y un método integrador. Se trata
de un espacio de naturaleza interdisciplinaria e intersectorial que utiliza una
mecánica abierta y pluralista, de fácil acceso, operando por acuerdo y consenso.
Asimismo advierte que una preocupación esencial en estos ámbitos de gestión
asociada es priorizar el fortalecimiento de los actores débiles, cooperando con su
desarrollo y capacitación, para reducir la desigualdad entre los actores.
¿Qué pasa con la gestión dentro de las organizaciones sociales y su relación con el
municipio? pregunta la politóloga chilena Erika Carmona Guerrero, y concluye de su
análisis que cuentan con organizaciones débiles en el ejercicio de la participación,
con estructuras rígidas y dirigentes personalistas y autoritarios de baja
representatividad, que hacen sentir estas organizaciones como desvinculadas de las
demandas de participación. Organizaciones que requieren democratizar su
estructura y gestión, ampliar su capacidad de convocatoria, mejorar los estilos de
trabajo, superar problemas recurrentes de relaciones humanas y aportar al
desarrollo de sus espacios. Muchas de estas experiencias de participación son
inorgánicas, tienden a fomentar la organización de la gente para un determinado
problema y se disuelven cuando éste termina, en otras oportunidades se desarrollan
directamente con la gente sin que medie la organización de la comunidad y
desincentiva el rol de las organizaciones existentes.(Carmona Guerrero, 2006)
El profesor Coraggio, disertando sobre desarrollo local y municipios participativos, se
pregunta ¿por qué es necesaria la participación?: sin ella se pueden cometer
muchos errores en el gobierno, porque participar implica que todos los miembros de
una sociedad están involucrados en un proceso de decisión, de diagnóstico, de
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priorización e identificación de los problemas y de cómo se asignan los recursos
para resolver estos problemas. Y ahí hay muchos saberes. Está el saber de técnicos
y profesionales, que tienen que ser buenos, pero también está el saber de los que
no tienen el poder político para poder tomar las decisiones, que están en las
corporaciones, en las asociaciones; está el saber de los trabajadores, de los
empresarios, de los dirigentes barriales que conocen lo que está pasando en su
barrio, en su zona. Cuando todos esos saberes se encuentran, puede surgir una
gran sabiduría. También hay conflictos, hay puntos de vista distintos, pero no hay
desarrollo sin conflicto. Tiene que haber un espacio donde los distintos puntos de
vista se puedan encontrar, y no que alguien imponga el propio y la gente tenga que
aceptarlo o rechazarlo.(Coraggio, 2004)
Otro problema de la participación son los intereses. En todo proceso participativo
aparecen intereses distintos, lo bueno es que estos intereses se tienen que
transparentar, no hay que ocultarlos ni negarlos. Es deseable que aparezcan, que se
expresen y que se busque la manera de conciliarlos, si se puede, y si no, finalmente,
decidir cuál es el interés predominante en nombre del interés general. Esto es hacer
política democrática. Además detrás de muchas decisiones que son presentadas
como técnicas hay en realidad una influencia, una presión o un lobby que actúan
detrás de las instituciones legales o políticas y que hay que investigar o imaginar.
Para la participación es fundamental pensar que no es sólo un sistema que desde
arriba se vincula con el de abajo, sino que haya un encuentro horizontal, que haya
un espacio de encuentro y reconocimiento del otro.(Coraggio, 2004)
Volviendo a nuestro caso de estudio y desde un primer momento los centros
vecinales, a través del Plenario, manifestaron que ellos tenían la preferencia que les
otorga la Carta Orgánica Municipal, hasta la exclusividad representativa en las JPV,
cuestión que genera un importante y permanente tensión, entre ellos y las
organizaciones de la sociedad civil; situación que se agrava por el incumplimiento de
los proyectos surgidos por medio del Presupuesto Participativo. Corina Echavarria
en su artículo citado da cuenta de esto al afirmar que las distintas organizaciones
vecinales reclamaron jerarquización formal de su papel de mediadores entre el
territorio y la gestión, mediante la preeminencia de su representación en las Juntas y
el reconocimiento del carácter “natural” de la representación de los intereses de los
vecinos que personifican, y destacaron la importancia del “resguardo del movimiento
vecinal” frente a las asimetrías de representación que podrían surgir con otras
organizaciones de la sociedad civil cuyo trabajo territorial atraviesa toda la ciudad. El
resultado de las negociaciones que se desarrollaron en el ámbito legislativo
garantizó a los centros vecinales el 50% de los integrantes que componen el órgano
ejecutivo de las Juntas (Mesa Coordinadora).(Echavarria, 2008)
Finalmente coincido con la politóloga chilena quien desataca como fundamental
apoyar el desarrollo organizacional de las juntas de vecinos, pues su débil
funcionamiento repercute negativamente en: la legitimación de estas organizaciones
como organismos intermedios entre la comunidad y el municipio, los niveles de
participación de la comunidad en las decisiones emanadas desde el municipio y el
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desarrollo social de la comuna, el desarrollo de capital social dentro de ellas y de la
comunidad donde se insertan.(Carmona Guerrero, 2006)
Objetivo General
• Analizar los niveles de representatividad alcanzados por las Juntas de
Participación Vecinal, en la implementación del programa de Presupuesto
Participativo durante el período 2008/2010, en la Ciudad de Córdoba.
Objetivos Específicos
• Analizar los procesos de difusión, sensibilización, convocatoria y constitución
de las Juntas de Participación, durante el período 2008/2010.
• Analizar los mecanismos que se ponen en funcionamiento en el relevamiento
y formulación de problemas por parte de las organizaciones sociales, en
relación a las JPV durante el período 2008/2010.
• Analizar la participación de los vecinos en la toma de decisiones de sus
centros vecinales, en relación al relevamiento de problemas urbanos, en el
marco de las JPV, durante el período 2008/2010.
• Reconocer las causas por las cuales las organizaciones sociales
disminuyeron su participación en las Juntas de Participación Vecinal, durante
el período 2008/2010.
• Identificar, en cada CPC, el grado de cobertura (representación territorial)
alcanzado a través de los centros vecinales y organizaciones de la sociedad
civil, que integraron las JPV durante el período 2008/2010.
¿Desde qué paradigma epistemológico realizarías esta investigación y por
qué?
La investigación la haría desde el paradigma de la perspectiva interpretativa.
Intentaré analizar/interpretar el sentido intersubjetivo de la sociedad, en el caso
concreto de los actores colectivos, centros vecinales y organizaciones sociales
reunidos en torno de una red entre ellos y el municipio de Córdoba, a partir de
investigar los modos en que ellos utilizan sus conocimientos para reconocer,
producir y reproducir las acciones y demandas sociales y contrastarlas con las
conceptualizaciones idealizadas y formalizaciones del mundo social por quienes
diseñan políticas públicas participativas, tras la búsqueda de acercar soluciones a
los problemas priorizados por los vecinos; intentando encontrar claves para rectificar
errores o peligros como señala Schutz, el peligro que conlleva la sustitución de la
realidad social por las abstracciones creadas por la ciencia. (Lopez, 2014)
Apoyado en este paradigma pretendo analizar, describir los procesos por medio de
los cuales los actores sociales, colectivos, buscan lograr la representatividad de los
vecinos, que cuestionan a las organizaciones políticas partidarias que llegan al
gobierno local y también, en el mismo sentido, como esas tensiones se reproducen
en la relación entre instituciones como los centros vecinales y las organizaciones
sociales, pretendo mirar como dice Rawls con la atención suficiente en las prácticas
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en detalle es posible aprender a ´mirar´ que es lo que se ha estado haciendo, mirar
de un nuevo modo, mirar los detalles de las prácticas situadas, en lugar de realizar
reducciones conceptuales. (Lopez, 2014)
Finalmente opte por este paradigma al compartir la interpretación de la Dra. Lopez,
en el artículo citado, sobre Garfinkel quien se “propone arrojar luz sobre los
razonamientos prácticos y las decisiones metodológicas de los investigadores en
sociología, a fin de evitar la sustitución del mundo social por las idealidades
científicas” (en el caso de investigación idealidades pragmáticas y simplificadas) “y
plantear un desarrollo del conocimiento científico no escindido de las realidades
concretas de los actores sociales y su vida cotidiana.”
BIBLIOGRAFIA
Bifarello, M. (2006). Una ciudad participativa y eficaz: derecho a un estado municipal transparente y
cercano a la gente. En PNUD, Políticas para la gobernabilidad: experiencia Rosario (págs. 55-106).
Rosario: Municipalidad de Rosario.
Carmona Guerrero, E. (2006). Participación de la comunidad en los asuntos públicos de Chile: una
mirada desde el espacio local (1990-2005). Diálogo Político , 11-28.
Coraggio, J. L. (2004). De la emergencia a la estrategia. más allá del alivio de la pobreza. Buenos
Aires: Espacio.
Córdoba, M. d. (8 de Noviembre de 1995). Carta Orgánica Municipal de la Ciudad de Córdoba. Carta
Orgánica Municipal de la Ciudad de Córdoba . Córdoba, Córdoba, Argentina: Imprenta Municipal.
Echavarria, C. (2008). Ciudadanos y procedimientos democráticos: tensiones y contradicciones.
Recuperado el 30 de Agosto de 2016, de
http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/Colombia/cinep/20100929085752/ciudadanosypro
Lopez, D. (2014). El problema del Objetivismo en la producción de conocimiento sociológico: la
correspondencia entre Alfred Schutz, Talcott Parsons y Harold Garfinkel. Recuperado el 30 de
Septiembre de 2016, de www.moebio.unchile.cl/51/lopez.html
Santos, B. d. (2006). Renovar la teoría crítica y reinventar la emancipación social. Buenos Aires:
CLACSO.

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