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Universidad de Margarita

Alma Mater del Caribe


Vicerrectorado académico
Decanato de Ciencias Jurídicas y Políticas

Bachilleres.
Lourdelis, prado V-18.551.539
Mariangel Malaver V- 22.890.264
Carla Martínez V-24.109.304
Simón M. Rodríguez V-20.324.485

El Valle del Espíritu Santo, Enero del 2015


LA ACCION REIVINDICATORIA
La acción reivindicatoria fue establecida para que el dueño de una cosa
pueda reclamar la posesión que está en poder de otro, para que este se la
restituya; a través de la acción reivindicatoria, se puede pedir la restitución de
bienes ya sean muebles o inmuebles.
Es decir quien posea un bien mueble o inmueble, o actué como dueño sin
serlo, teniendo esta un propietario, dicho propietario podrá ejercer la acción
reivindicatoria de la cosa para evitar que quien la posee pueda adquirir el bien
por medio de la prescripción adquisitiva.
Es por ello que el propietario es quien alega que el demandado posee sin
derecho el bien y a través de la acción reivindicatoria pide la devolución de la
cosa, esta acción también puede pedir la restitución o el valor de frutos y
gastos aunque debemos aclarar que el fundamento de la acción reivindicatoria
es el derecho de propiedad tal es su fundamento el Articulo 548 del código
Civil.

Fundamentos Y Requisitos Para Su Procedencia.

Pueden reivindicarse las cosas muebles o inmuebles, y los títulos de


créditos que no fueren al portador, aunque hayan sido endosados sin
transferencia de dominio, mientras permanezcan en poder del simple tenedor.
El objeto es la recuperación de cosas muebles o inmuebles, debe referirse a
cosas particulares (cosas que pueden determinarse físicamente), a cosas
físicamente determinadas.
Para iniciar una acción reivindicatoria se debe ser propietario de la cosa o ser
titular de un derecho real que se ejerce por la posesión, tales como el
usufructuario, el usuario, el prendario, los cuales tienen sobre la cosa derechos
directos, derechos que les autorizan a poseer las cosas sobre que han sido
establecidas y si por cualquier circunstancia han perdido la posesión, disponen
de acción real para reivindicarla.
La acción reivindicatoria compete al propietario de la cosa y a los titulares de
derechos reales que se ejercen por la posesión. La acción de reivindicación y
las demás acciones reales son imprescriptibles; y se da contra del poseedor
que está obligado a restituir la cosa, o que la adquirió del reivindicante o de su
autor, aunque fuese de buena fe, por un título nulo o anulable.
Procederá también contra el poseedor actual que la obtuvo de un enajenante
contra quien procedía dicha acción, salvo lo dispuesto en relación de los
adquirentes de derechos sobre inmuebles a título oneroso y de buena fe.

Caracteres

 Es una acción real. Según los principios básicos que rigen la


teoría de la acción, los derechos reales se protegen o tutelan
mediante el ejercicio de acciones reales, y en este caso objeto
de estudio, el derecho a tutelar es la propiedad, que es el
derecho real por excelencia, por lo que la naturaleza de la
acción es real.
 Es una acción petitoria, de modo que el actor tiene la carga de
alegar y probar su carácter de titular del derecho real invocado
(en concreto, de la propiedad). porque aquí lo que se está
discutiendo es el derecho de propiedad, el cual ha sido
cuestionado o está siendo cuestionado, en virtud de que un
tercero ha despojado al propietario del bien objeto de su
derecho.
 Es una acción imprescriptible, lo que se debe al carácter
perpetuo del derecho de propiedad. En nada contradice lo
expuesto el hecho de que la acción reivindicatoria no proceda
contra el tercero que haya usucapido la cosa, ya que entonces
no es que haya operado la prescripción extintiva de la acción
reivindicatoria sino que el actor ya no es propietario de la cosa
en virtud de la prescripción adquisitiva operada en favor del
demandado.
Sin embargo, prescribe por dos (2) años la acción del propietario para
reivindicar las cosas muebles sustraídas o perdidas de conformidad con los
artículos 794 y 795 del Código Civil (C.C., art. 1986).
 Es una acción restitutoria en el sentido de que tiene por objeto obtener
una sentencia que condene la devolución de la cosa, razón por la cual
presupone que el demandado tenga la cosa en su poder. En este
aspecto la reivindicación se diferencia netamente de la acción de
declaración de certeza de la propiedad que sólo persigue la declaración
dicha sin condena de restitución, y que, por lo tanto, puede ser
intentada por el propietario que tenga en ello interés legítimo aun
cuando el demandado no tenga la cosa en su poder.
Sin embargo, en un caso excepcional la acción reivindicatoria declarada con
lugar puede no conducir a la restitución de la cosa sino al pago de su valor.

Legitimación Activa:
Conocidas como las condiciones relativas al actor desde el Derecho
Romano se ha establecido que la acción reivindicatoria sólo puede ser ejercida
por el propietario. Para ello no es necesario demostrar la propiedad antes de
intentar la acción; pero es necesario invocar el carácter de propietario en la
demanda y luego demostrarlo en el curso del proceso, si la cosa pertenece a
varios dueños, cada uno puede reivindicar en nombre propio la cuota que le
corresponde. Las entidades públicas también pueden reivindicar los bienes de
su dominio privado. En cambio, no puede reivindicar quien sólo invoque la
condición de poseedor o de acreedor de una obligación personal de restitución.

Legitimación Pasiva:
Son las condiciones relativas al demandado La reivindicación sólo puede
intentarse contra el poseedor o detentador actual de la cosa, lo que no es sino
consecuencia lógica de que la acción tiene carácter restitutorio y de que mal
podría restituir quien no tiene la cosa en su poder a título de poseedor o
detentador.
Sin embargo, debe tenerse en cuenta que si el poseedor o detentador después
de la demanda ha dejado de poseer la cosa por hecho propio (por ej.: haberla
enajenado), está obligado a recobrarla a su costa por cuenta del demandante;
pero que si así no lo hiciere, deberá pagar su valor, sin perjuicio de la opción
que tiene el demandante de intentar su acción contra el nuevo poseedor o
detentador (C.C., art. 548, ap. único). Como se observa en el caso de que el
demandado satisfaga el valor de la cosa, por excepción, la reivindicación se
transforma en una acción de resarcimiento.

Condiciones relativas a la cosa.


En esta materia cabe señalar que:
 Se requiere la identidad entre la cosa cuya propiedad invoca el actor y
la que posee o detenta el demandado.
 No pueden reivindicarse las cosas genéricas, lo cual no es sino la
simple consecuencia, de que no existe propiedad de cosas genéricas
de modo que el demandante carecería de legitimación activa.
 No es cierto que los bienes muebles por su naturaleza no sean
reivindicables en virtud de lo dispuesto en el artículo 794 del Código
Civil. En efecto, la reivindicación de dichos bienes procede si se prueba
la mala fe del poseedor; que la cosa es una cosa sustraída o perdida, o
que el poseedor no es un tercero.

CONFLICTOS ENTRE LOS MEDIOS DE PRUEBA

El actor tiene la carga de probar que es el propietario de la cosa que reivindica,


que el demandado la posee o detenta y la “identidad de la cosa”..
 En puridad de rigor, el demandante debe demostrar que es el
propietario de la cosa.
 A tal efecto su situación varía según que haya adquirido de modo
originario o derivativo, porque en el primer caso sólo tiene que probar el
hecho generador de la adquisición (por ej.: la usucapión), mientras que
en la segunda hipótesis, además de probar su propia adquisición, tiene
que justificar los derechos de su causante y en su caso de toda la
cadena de causantes anteriores porque nadie puede transmitir más
derechos de los que tiene. Por su dificultad esta prueba ha sido
calificada de probatio diabólica. En la práctica, cuando es posible, se
obvia la dificultad invocando a todo evento la usucapión. La doctrina en
Francia e Italia llega a sostener que al actor le basta probar que tiene un
derecho mejor y más probable que el derecho del demandado. Este
criterio ha sido acogido por nuestra jurisprudencia.
 En todo caso, el actor puede hacer libremente la prueba de su
propiedad, No está limitado a la prueba escrita sino que puede recurrir a
cualquier prueba legal incluso a las presunciones hominis.
 A propósito de la prueba de que tratamos pueden presentarse las
siguientes situaciones:
a) Que ninguna de las partes presente títulos de propiedad (hechos o
documentos que demuestren la propiedad), caso en el cual la demanda debe
ser declarada sin lugar tanto por no haber hecho el actor la prueba que le exige
la ley como por aplicación del principio de que en igualdad de condiciones es
mejor la situación de quien posee.
b) Que sólo presente títulos el reivindicante, caso en el cual la decisión debe
favorecerle a condición de que sus títulos prueben su propiedad, o, al menos,
que tiene un derecho mejor y más probable que el demandado.

c) Que ambas partes presenten títulos. Cuando éstos son derivativos deben
distinguirse a su vez dos situaciones en materia de inmuebles:

a’) Si los títulos proceden del mismo causante, priva el que fue registrado
primero si se trata de un acto entre vivos y el último válido si se trata de
testamentos.

b’) Si los títulos provienen de distintos causantes, la situación debe favorecer


al actor si sus títulos prueban su derecho de propiedad o, al menos, que tiene
un derecho mejor y más probable que el reo; caso contrario, la sentencia debe
favorecer al demandado.

 Al actor incumbe probar también que el demandado es el poseedor o


detentador de la cosa que reivindica para lo cual también puede hacer
uso de cualquiera de los medios de prueba previstos por la Ley.
Sin embargo, en su caso, puede probar que el reo dejó de poseer o detentar la
cosa por hecho propio después de la demanda judicial porque en tal hipótesis
el demandado está obligado a adquirir la cosa por cuenta del demandante o a
abonarle su valor (C.C., art. 548, ap. único). Naturalmente en orden a esta
última eventualidad el actor en ese caso tiene la carga de la prueba del valor de
la cosa.
 Aun cuando está implícita en las pruebas anteriores la doctrina destaca
que el demandante debe probar la identidad de la cosa en el sentido de
que la cosa cuya propiedad alega es la misma que posee o detenta el
reo.

D) Según algunos autores, que en el caso de reivindicación de muebles sujetos


al régimen del artículo 794 del Código Civil, es un tercero poseedor de buena
fe, lo que en realidad es una excepción de rito.
De tal modo en el sistema de pruebas legales, la seguridad jurídica se nutre de
la necesidad del conocimiento de los medios de prueba, y al mismo tiempo su
determinación no puede dejarse a la discrecionalidad del juez y menos aún, de
las partes. Por ello al concebir los medios de prueba como elementos o
instrumentos que deben estar expresados en la ley, es el propio derecho el que
regula su existencia y aplicación.

Efectos de la Acción Reivindicatoria


Si la acción es declarada con lugar, la consecuencia fundamental de la
reivindicación es que el demandado queda condenado a restituir la cosa con
todos sus accesorios, o en el caso previsto en el aparte único del artículo 548
del Código civil, a adquirirla para el demandante o a pagar a éste su valor.
Dicho sea de paso, el actor que haya recibido el valor de la cosa no pierde el
derecho de reivindicar contra el nuevo poseedor o detentador; pero en tal caso
habrá de devolver al anterior poseedor o detentador la suma que recibiera de él
en lugar de la cosa
Puede ocurrir además que la sentencia establezca obligaciones de restituir
frutos o productos, de reembolsar gastos necesarios o de indemnizar mejoras,
todo conforme a las reglas estudiadas con motivo de la posesión.

LA REIVINDICACION DE BIENES MUEBLES E INMUEBLES

La reivindicación de bienes muebles

La reivindicación de bienes muebles es aquella que se ejerce a través de


la acción reivindicatoria mobiliaria, y la misma está dirigida a la recuperación de
un bien de naturaleza mueble de manos del actual poseedor, sobre la base de
lo que establece el artículo 548 del Código Civil venezolano, el cual señala:

“Artículo 548: El propietario de una cosa tiene el derecho a de reivindicarla de


cualquier poseedor o detentador, salvo las excepciones establecidas por las
leyes.

Si el poseedor o detentador después de la demanda judicial ha dejado de


Poseer la cosa por hecho propio, está obligado a recuperarla a su costa por
cuánta del demandante; y, si así no lo hiciere a pagar su valor, sin perjuicio de
la opción que tiene el demandante para intentar su acción contra el nuevo
poseedor o detentador.”

En este artículo citado se encuentra consagrado, en líneas generales, el


derecho que le corresponde al propietario de recuperar o reivindicar la cosa
que le pertenece, sea esta mueble o inmueble. Por otra parte, resulta necesario
el estudio de la reivindicación mobiliaria, lo cual nos conduce al análisis del
artículo 794 del Código Civil.

El artículo 794 establece:


“Artículo 794: Respecto de los bienes muebles por su naturaleza y de los títulos
al portador, la posesión produce, a favor de los terceros de buena fe, el mismo
efecto que el título. Esta disposición no se aplica a la universalidad de muebles.

Sin embargo, quien hubiese perdido una cosa o aquel a quien la hubiese
Quitado, podrán reclamarla de aquel que la tenga, sin perjuicio de que este
último pueda exigir indemnización a aquel de quien la haya recibido.”
La reivindicación de bienes inmuebles y su prueba en juicio.

Esta norma se refiere fundamentalmente a aquellas cosas que un tercero ha


adquirido de buena fe y cuyo propietario se ha desprendido de ellas
voluntariamente, es decir que el tercero ha adquirido desconociendo la
existencia del vicio en el momento de celebrar el negocio jurídico, dejando claro
que cuando se señala que la posesión equivale a título, este se refiere a título
de dominio.

La acción reivindicatoria inmobiliaria

Es aquella que tiene por objeto un bien inmueble y la mayoría de las


reivindicaciones están orientadas a la restitución de este tipo de bienes. Esta
condición la sostenemos toda vez que la valoración económica, lo mismo que
la función social de éstos, resulta más relevante que en el caso de los bienes
muebles. Es así, como en la actividad procesal este tipo de acciones tiende a
ocupar un lugar muy importante en el desarrollo de estos procesos restitutorios,
Al referirnos a la prueba en juicio de los bienes inmuebles, objeto de una
reivindicación, el tema resulta de especial complejidad, más si tomamos en
cuenta que en esta materia, el actor debe probar la propiedad, no el
demandado, por lo que, sin duda alguna, lo alegado y probado por el primero
en el proceso judicial resultará determinante para la obtención de una
sentencia estimatoria o desestimatoria de su pretensión.

En un proceso judicial como el que estamos describiendo la prueba se


fundamenta en el respectivo título de propiedad, sin embargo no basta con esta
sola condición, también es necesario que el enajenante del bien que originó el
respectivo título, en caso de tratarse de un modo derivado, lo haya hecho en su
condición de propietario, porque de lo contrario la transmisión que realizó
carecería de efectos y sería susceptible de nulidad absoluta. Por otra parte, el
referido título puede tener dos fuentes de adquisición de conformidad con el
artículo 796 de Código Civil Venezolano: una originaria y la otra derivada. En el
caso de la primera, se trata de un modo de adquirir la propiedad sin una
mediación jurídica preexistente o anterior, en este caso nos estaríamos
refiriendo a la ocupación, la accesión y la prescripción adquisitiva o usucapión.
En el caso de los modos derivados, se trata de aquellos cuya existencia se
basa en una relación jurídica que la justifica y que vincula al actual propietario
con otra persona, constituyendo está última el causante del primero, estos
casos son la sucesión y los contratos.
En la reivindicación de un bien inmueble obtenido por un modo originario, el
actor solo deberá probar el correspondiente acto adquisitivo, sea éste
cualquiera de los ya mencionados, teniendo en la prescripción adquisitiva la
prueba por excelencia de dicho derecho y la cual se antepone a cualquier título.
En el caso de los modos derivados, el actor no solo deberá probar como
adquirió, sino que tendrá la carga de justificar el derecho de propiedad de los
anteriores propietarios o de sus ascendientes, si se trata, en éste último caso,
de una sucesión por acto mortis causa.

LA ACCIÓN DE DESLINDE

Partiendo del artículo 550 del Código Civil Venezolano vigente, el cual
pauta que “Todo propietario puede obligar a su vecino al deslinde de las
propiedades contiguas; y de acuerdo con lo que establezcan las leyes y
ordenanzas locales, o en su defecto, los usos del lugar y la clase de propiedad,
a construir, a expensas comunes, las obras que las separen.”

Consagra así, la ley, dos facultades de todo propietario respecto del fundo
vecino, las cuales, siendo diferentes, van de la mano; la primera de ellas, la de
exigir el deslinde entre sus propiedades (deslinde propiamente dicho) y, la
segunda, la facultad de exigir la fijación o colocación de signos externos que
demarquen los linderos (amojonamiento).

Estas acciones tienen por objeto o efecto la fijación de una línea


separatoria, imaginaria o material, entre fundos contiguos cuyos límites hayan
sido dudosos.
En fin Deslinde es la determinación de los límites entre fincas colindantes;
amojonamiento, es la colocación de señales (mojones) para determinar
materialmente los límites.
En los casos de confusión de límites, los propietarios gozan de acción de
deslinde, a fin de someter al Juez el conflicto. Para que esta acción proceda se
requiere:
 Que se trate de predios rústicos
 Que sean contiguos
 Que exista real confusión de límites
 Que los predios pertenezcan a diferentes propietarios.

La acción de deslinde, debe quedar en constancia material, para ello es


necesaria la cooperación entre los copropietarios de los inmuebles o predios
colindantes.

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