En caso de que te hayas perdido el memo, las mujeres somos unas acaparadoras de sexo
y los hombres son unos babuinos dispuestos a tener sexo las 24 horas.
Al menos ese es el estereotipo. Y como todo estereotipo, tiene un lado de verdad y otro
de falacias.
Los factores que contribuyen al erotismo y a tener deseo sexual son diferentes para los
hombres y para las mujeres. En el caso de las mujeres, la relación entre estímulo y
respuesta es un poco más compleja y requiere de conexiones mentales y afectivas para
sentirse con ganas de entablar una relación íntima.
Los hombres tienen una conexión más evidente entre sus genitales y su mente, lo que
hace que apenas vea una imagen explícita inspirada en erotismo y sexualidad, se encienda
no solo física, sino también psicológicamente.
La excitación sexual del hombre podría ser producto de que su motivación sexual está
conectada más directamente con el sistema subcortical de recompensas que el de la
mujer.
Otros estímulos que encienden la libido de los hombres son imágenes o sonidos de
mujeres altamente electrificadas en placer sexual (gemidos, gritos, expresión facial, entre
otros). Además les excita tener la certeza de que la mujer no está fingiendo, sino que es
auténtica su excitación sexual. Literal y simbólicamente, el hombre es masturbatorio,
sexo para uno.
A diferencia del contenido que se observa en la pornografía para hombres, donde las
mujeres usualmente son sumisas y muestran una necesidad abrumadora de tener sexo con
cualquiera que se les presente, las mujeres tienden a exigir un poco más de sus héroes de
novelas y fantasías. Piden que sean inteligentes y tengan características de hombres con
valía y logros.
Existen contenidos sexuales para complacer todos los gustos de los hombres; en cambio,
recién se inicia la aparición de algún material orientado a la mujer. Crecemos en una
sociedad donde la erótica y deseo sexual de las mujeres no es algo de lo cual se hable o
se motive a explorar.
Todos somos distintos y tenemos diferentes gustos cuando de sexo se trata. Al final, sin
importar nuestro género, orientación sexual, cultura, crianza y moral, todos queremos
explorar nuestro lado sexual y queremos tener una libido saludable y satisfecha. ¿Cómo
nos aventuramos a experimentar con cosas nuevas y a analizar aquello que nos produce
deseo sexual? ¿De qué manera podemos juntar ambas formas de estimulación para que la
pareja saque el mejor provecho?
• Experimenta con distintos temas y no siempre con el mismo, ya que puede hacerse
tedioso siempre tener las mismas fantasías y no tener ese elemento de sorpresa y novedad
que a todos nos gusta.