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INDICE NOTA INTRODUCTOBIA

Nota lntroductoria.
i. Sobre el carácter del actual proceso electoral. ara satisfacc¡ón de la ¡ngu¡eta e.¡nseguru fauna pollti-
ca de la burguesla, y de ¡nuchos.de sus inconsc¡entes
t¡. MRS: por uña polft¡c6 electoral revolucionar¡a (?) al¡ados dentro de la izquierda, la Alianza Revolu-
cionar¡a de lzqu¡erda (ARI) ha terminado des¡nte-
t. ARi: Las precár¡as bases de.la uñ¡dad. grándose con estrépito y dando lug a nada menos
que trcs l¡stas electorales, las que iunto con otras dos
Los enem¡go6 de la unidad.
dentro de la izqu¡etda, pugnarán pot divid¡r aún más la
votac¡ón de las masas popularcs c¡eftaÍ¡ente no en benef¡c¡o de
El significado de la desintegración de ARl. ésfas,

Cohsecuencias de la desintegración de ARl. ARl, no obstante sus ¡ncongruencias y sus desac¡ertos, concitó
s¡n duda alguna la más esperanzada expectat¡va de los traba¡adores
MRS, Una dec¡s¡ón consecuente: n¡ electoral¡smo n¡ en el terreno electoral fodavfa más, por un córto pero ¡ntenso
¡b6tenc¡ón. momento que no será olvidado muy pronto pot los explatados,la
fuerza de la un¡dad entre los revoluc¡ooaños se ins¡nuó en la ¡magi-
nación de aquellos, dilat¿ndo los hoti?ontes de sus luchas y con-
cretizando sus perspectivas revolucionar¡as social¡stas, m¡entras
crccía el ya nacido temot entrc los explotadores y sus d¡ctadores.

Pot eso, la desintegtución de ARI no es un hecho banal en la rc-

ediciones ciente h¡stor¡a de nuestras luchas de clases.

y las voces en la griterla gue


acompaña los funerales de ARl, de s¡glas y responsabilidades ind¡-
v¡duales, es necesa o detenernos ante todo en la indagac¡ón de los
factores sociales y pollt¡cos que, al mismo t¡eñpo, permitieron y
bloquearon la ex¡stenc¡a de ABl. Sin perju¡c¡o, desde luego, de
¡dehtificar tus portadores ind¡viduales y en riglas, ante el ¡u¡cio
Pú¡lic..ió. y DiÍribu.ióni Eñpr.r1 Édito¡3 so'.i.dnd y PoLtic¡ de los explotado§.
tort.t ltl54 Se t. B¿¡r¡it Ltñ.. P.r¿
^9, Este documento fi¡a el pr¡mer ñomento del análisis y las decí
fd'i.ori¡t Co¡n.¡e: N '.oiár d¿ Piéro12 251 1 Liña siones del Mov¡m¡ento Bevoluciona o Soc¡al¡sta (MRS) sobre estas

I
de la clase a las nuevas fracciones burquesás ¡ndustrial-urbanas_ v
en pañicular a aquellas que participan minoritariamente en el capi-
tal monopól¡co internac¡onal.

5l Ha sido establecida un área imoortante de caoital estátál aso


I._ SOBBE EL CARACTEB c¡ado al capital ¡nternacional, v sobre esa base ña emeroidó una
capa tecnobL¡rocrática, administradora de¡ caoital oúblico-v/o ori-
DEL ACTUAL PROCESO vado monopólico, polít¡c¿mente asoci¿da a lá buri¡uesia yá no'so
lamente como clientela sino como aliado privilegiad-o.
ELECTORAL
6l La clase obrera y las capas medias asalar¡adas se han exD¿ndi-
do cuant¡tat¡vamente en cada una de las ram¿s de la economía oe.
I actual proceso electoral, a diferenc¡a de todos los ruana. Las fracc¡ones urbano-industriales cle la clase obrera han
ánter¡ores, está denlro de una Leldencia a la separa- pasado a la hegemonla dentro de su clase, en lugar de las fraccio-
c¡ón polliica entre los capita¡is'ifr-t.is a-litdd-s,en nes rurales que ocupaban ese lugar en el período precedente¡ y ¡a
un lar,o v el oroletáflado v sus alrados- en el otro la-
ffil clase obrera en su con¡unto ha pasado ya virtuai y realmeñr'e a
ocupar el centro mismo del mov¡miento oe org¿ni¿ación y de
lonjunto del proceso polftico peruano en este perÍo-
movilizac¡ón de los trabajadores,

Dícha tendencia se agudiza por la crisis económica. Pero sus ba


7) Las bases sociales del Estado burgués se han depurado to-
talmente,_y a ese paso se han modern¡zado y reordenado, b¿jo una
ses son más amplias v más profundas: conducción cada vez más tecno-burocrát¡ca, las instituciones esta-
'l) El cap¡tal no solamente ha coñsolidado y ha ampliado su con- tales y sus relaciones con el cap¡tal como tal y con la burguesfa y
las demás clases sociales.
dición de relación de producción dominante en la economfa perua
na, sino está generalizándose al coñju¡to de ésta y a cada una de 8) Esta es, pues, una formac¡ón social capital¡sta. que ocupa un
sus áreas particulares de act¡vidad. Las demás relaciones de pro- lugar depend¡ente en la estructura de acumulación y de podbr in-
ducción, de origen servil y de la reciprocidad and¡na, están la pri ternacional o sistema capitalista mund¡al.
mera en curso de extinc¡ón y la segunda en completa subordina-
ción afcapital. 9) En este marco, cada uno de los sectores de trabajadores ex-
plotados en el Perú, desde el obrero en una empresa grande, filial
2) El capital¡smo dependiente, así configurado, al expandirse y de una mult¡nacional. hasta el pequeño cámpesino parielario en el
al modernizarse, se integra de modo más profundo y más subordi, últ¡mo rincón del país, se enfrentan de modo ineqúívoco a un ún¡-
nado al dom¡n¡o del cap¡tal monop6lico internacionalo ¡mperialis
co enemigo central: el cap¡tal, la burguesía, él Estado burgués.
ta,

3i La cláse t;rraten¡ente,gamonal, antes co-dom¡nante, está en


l0) De este hecho proviene la configuración virtual. y ya parcial-
mente real, de un frente socia¡ y político de trabajadores explota-
rápido curso de desintegrac¡ón, y correspond¡entementd el campe dos, bajo la direcc¡ón del pro¡etar¡ado, contra ese enemiqo.
sinado s€lv¡l y semi-servil baio su dominio, ampl¡ándose las capas
de campesinado parcelario, ¡ndepeñdiente o en "comunidades", de 11) La aceleración de los procesoB de camb¡o que han llevado a
campesinado sem¡-proietario, y de grupos de pequeña y mediana est¡ configurac¡ón, en la etapa velasqu¡sta y su s¿cuencia dictato-
burguesía rural. r¡al actual, permitió a los explotados hacer una experiencia valiosa
coñ los.límites capitalistas de todo reform¡smo naéionalista; con la
4) Las fracc¡ones de burguesía terrateniente, antes hegemónicas embestida corBoraiivista, de eventual desemboque fascista, orgáni,
dentro de su clase, al¡ádas a ¡os gamonales, han sido erradicadas en camente prodL¡cida por las capa§,medias.tecnocráticas cápital¡sta.
sus bases mater¡ales y han cedido tota,men,.e ¡a hebemonía dentro
nacional¡stas; con la bancarrota del oportun¡smo conc¡liador del
PCP(U), que sostuvo a ese reóimen;'con la ineficacia oe las variadas camoo del enfientamienio radica' entre los frenles politi.os de las
iormacibries políticas dependientes de centros de poder in Iern¿cio_
nal y su fluciuación entre el más chato reform¡smo y el más silves_ alrnque fué decisión de la dictadura milltar, baio la presión de la
tr4 avPntureri5mo. burgLresía y de¡ carterismo, iniciar un proceso electoraL, con el pro_
oosito oe dorir una v¿lvula de escape a la acumJlación de elemen_
12) Por eso, de esas bases sociales y de esas experiencias polít¡_ ios para una crisis polít;co social profunda en el Tarco de la crisis
cas, durante la crisis ha ven¡do constituyéndose un nuevo movi_ económica; y ¿unque en este escen¿rio las m¿s¿\ a'r;esg¿r q,re sus
por enfentarse directa impulsos revolocionarios sean maniatados por el parlamenlarismo
^1i"nto de las masas exploLadas. Nuevo y el oportunis-lo derd mayoría de as fLérzas de i,'ouiérda. la
rrenle al capital, a la burguesía v a sL' Lslado sln.lds nleolas oll_
g¿rquicas previas, Nuevo por abarcar de modo ¿rtrculado a tooas elecciones son sin duda ;mDorLartes oard el destlno lnmedráto \
i¿s c¡oas de exolotados. Nuevo por ir orden¿ndose al rededor oel
iuturo-oesüsluffi
cl¿rificación de sus debates.
co¡Ta;do de ,¿ clase obrera orqanizada N.revo por;r más allá, en
su' imoulsos de unif;c¿ción v de central:/¿cion. que todos los sec
r¡ ismós de qrupo de h;zquierda prcviarrente lormada. Los Paros
Náiionales, d;sde julio 1977 hasta hoy, a pesar de las derrotas, y la
conducta electoral de las masas en la etapa de la Asamblea Consti_
iuyente, nruestran claramente esos nuevos rasgos
13) Por todo aquello, la perspectiva estratégica de este nuevo mo ll.- fúRS : POB UNA POLITICA E LECTORAL

'riEriento de los explot¡dos perl¡anosr es obietivamente la revol!- REVOLUCIONARIA


c:ón contra el capital, contra la bllrguesía, contra su Estado. Es
d€cir, la revoir!ción soclalista.

14) Ese hecho demostrable, hace del socialismo una perspectiva


omo todo el mundo entiende, l)ara las necesidádes de
r4dr v qravitanle no 5ólo 0a,a el l¿rqo olaTo s;no para la vida coti'
ciana de lds l.asas. como proqramd de luch¿. La oblig¿ción de to' los explotados peruanos, para tLrs perspectivas revolu
dcs los revolucionarios peruanos es asumir e impulsar esta perspec cionar;as sobre todo, la anulación o reducción de los
obvios'riesgos contenidos en lodo proceso electoral
1.,a, luclrdndo no soldm'_1. oo atlrm¿rla conrra la burquesía y co¡'trolado por la burguesía y especialmente en uno
áonsecuenci¿ reducier .1 lá co¡':li¿ción y e' oportunismo, sino
"n tán parametrado por la dictadLrra militar, depende de
ü,nbié1 v ¿l r-ismo tie'n, ,, luchanuo por defender el camino del la capacidad de descubrir entre las complicaciones inmediatas una
podor de ras'nasas organizadas eñ la §oc;cdad, contra todo poder
pol ítlca electoral revolLrcionaria.
6urocr¿tico médrador de ta revolución oe La§ mas¿s.
Desde.nuestro punto de vista, las bases de una polític¿ electoral
No es oLres un accidente el que ya con ocas¡ón de las elecciones
revo¡ucionaria se encuentran visibles en el movimiento de lá reali
a la Asamblea Constituyente, ellas aparec¡eran para sorpresa de dad que acabamos de presentar,
rnuchos como canal de di{erenciación y de conflicto entre un
campo bLrrgués y olro cle explotodos, dando Un 30o/o de votos al
coniunto d; las luerT¿s.t e repretenldn o las -n¿sas Ni qup, rras rr Si en la realidad se mueven los trabajadores explotados en un
lfrente de trabajadores, orllanizándose cada vez más en torno de la
rlecisivamenre oar¿ el lutuao, oenlro do es¿s 'uerzas la d" Fugo r clase obrera orqanizada y chocando contra el capital, la burlluesía
Blanco, en esp.momerlo ld poslLra rn¿s radic.ll en eresccndrio
e,ecloral, qanar; la nryorra de la dohesión dp 'o s Lrdb¿ld lorc, v su Lstado, en l¿s elec(,ores no poclen'os dPjar dP luchar par¿ que
contra todós os apar.lo§ y coótra todo\ ,os preiLlc:os y los r¡ltos . ie ¡oncretice L,n '"enfp 4Fcto.ál dP las ma§ás, con una dilécc;ón
,,oc,¿ris1a. Ese Fs, qrn rluJa, ur modo de busc¿r que se eYprese en
Iás el-"cciorles de allr en adÉlante, 5i l¿\ masds no son premal!l_ pr te¡reno elector¿l ro que sucede con lds masas y cus luchas fuero
¿l.rrnrádás sa hán converlrdo e¡ el Peru en un nuevo
'zmpnra
S¡ los trabajadores se mueven enfrentando simultáneamente la electoral¡smo. Es decir, de modo que las elecciones sirvan tanto
para los fiñes iñmediatos como para los fines esl.ratégicos de las
ofensiva electoral y la ofensiva económ¡ca (alzas, despidos, repre.
masas, y que en ese senlido pueda hablarse de una polít¡ca electo-
sión patronal y polic¡a!), de la burguesía y de su d¡ctadura mfitar
actual, hay que combinar la lucha e¡ectorálcon.la lucha diaria por ral revolucionaria.
las re¡vind¡caciones económ¡cas y politicas. Para eso, hay que
apoyarse en la movilización de las masas en'sus luchas d¡arias¡ pará En esta perspect¡va, el MRS levantó ya con ocasión de la Asam'
hacer que esas necesidades se expresen en ¡a lucha electoral. Y, al bleá Constituyente, el llamam¡ento a organ¡zarse efect¡vamente en
mismo tiempo, hay que usar la lucha electoral para impulsar las un Frente de Trabaiadores, por medio de un debate en las asam
reiv¡ndicaciones materiales y polít¡cas de las masas. bleas y en los órg¿n¡smos de masas, en los sind¡catos, en las barria
das, en el campo, en los centros de estudio. De ese modo, desde
Esa política debe permit¡r, pues, la máxima acumulación de las bases, af¡rmando e impulsando el movimiento de un¡ficación y
fuerzas, avanzar en la unificación y centrafización de ¡as organiza centralización de las masas, el proyecto electoral, su plataformá,
ciones y de las luchas de los exp¡otados, defin¡r y perfilar sus ins- sus lineamientos, sus cand¡datos, serían no hijos de las decisiones
trúmentos estratégicos y dar sentido en este marco a sus movi de cúpulas burocráticas llamadas "part¡dos", s¡no de los debates y
m¡entos de corto plazo. decisiones en el más amplio conjunto de las organizaciones de ma
sas (Véase Sociedad y Política, Ouincenal, No. 1, Febrero 1978).
i
En otros térm¡nos, se trata en estas elecciones de cómo ¿vanzar
eñ la materializac¡óF y consol¡dación del fre4te polÍt¡co del prole l- Sin embargo, las caracterÍsticas esencialmenle burocráticas de Ia
tariado, combat¡endo y trabando la influene¡a ideolóqica y polí imayoría de las orqanizaciones políticas de la izquierda, su débil
i tica de la burguesía y sus ageñtes sobre lás masas explotadas y vinculación real con las organ¡zaciones de Ios trabajadores, y para'
lelamente las sucesivas derrotas de é§tos durante varios paros na
aumentando por una votación amplia para los representantes de las
masas, la cápacidad de ejerc¡cio de nuestros derechos democráti- c¡onales, regionales y sectoriales, debido al oportunismo conc¡lia_
cos, de forzar la conquistá de nuestras reiv¡ndicaciones materiales. dor o al se¿tarismo de las principales direcciones políticas de las
ce,rtrdles si.rdicdles úe ¡os traualauores, lrdn permiticio qlllds,t¡
De cómo contribu¡r con la lucha del proletariado, y de sus pers, s¿s eirtraran en u,ra etaJd de replieJuq precls¿lLeÉe.¿n-el-Lo-rc! _

pect¡vas revolucionarias socialistas, por la conquista de la dirección ioTñcrLre"á debáIlelecfdial ¡11u¡l se hace más intenso v dec:s;vo.
Liul conjunto dé los explotados de l¿ ciudad y del c¿mpo. Para Eso dlé-lugar a i¡ue, f rhalmerite-, fueran laliúpulás parfuarral i
cl¡o, avanzar eñ la tormación de un frc¡te de todos los revolucio- burocÉt¡cas, las qúe decidieran sobrc la un¡dad o la división elec'
narios social¡stas, diferencilndose de las corrientes reformistas y itoral de las masas.
de¡nocrático-populares, ¡uchando por la direcc¡ón del movimiento,
pero capaz de unidad con ellas en la acc¡ón d¡ar¡a contra la dicta- Por estas razones Últ¡mas, el t BS, en su Plenaria Nac¡onal Ex_
dura y la bu¡guesÍa. traordinaria del 15 . l6 de Dic¡embre de 1979, acordó ¡mpulsar de
,
todos modos, en las condic¡ones dadas, una ampl¡a alianza electo_
De cómo contr¡bu¡r a la profundización del debate entre las ma- ral de las organizaciones políticas de ¡a izqúierda revo¡ucionaria,
,: s¿s sobre esta cr¡s¡s,sobre las b¿ses y las tendenc¡as de mov¡mien, ba¡o una candidatura socialista. De ese modo, aunque parcial y
to de esta sociedad, sobre las bases de la explotac¡ón, sobre lá na, d¡storsionadamente, en el terreno electoral podrla expresarse el
turaleza del Estado y sus formas y organismos de represión y de mov¡miento onitario cie las masas en sus luchas re¡vindicativas Y
,} polít¡cas permanenles y, al mismo tiempo, la grsv¡táción obietiva
control, y sobre las perspect¡vas abiertas en el propio mov¡m¡ento
de su dirccción revoluc¡onar¡a socialista en la perspectiva estratégi_
de las masas hacia la revolución soc¡al¡sta
ca. En esa m¡sma medida, podrfa ser posible conquistar un ¡ns_
De cómo contr¡buir en estas elecciones a la lucha por la unidad trumenlo de canalización í desarrollo de los ¡mpulsos de unifica_
de las masas eh sus luchas re¡vind¡cativas y polít¡cas, de cómo com- ción v centralización de las or@nizaciones de los trabaiadores, así
b¡nar la lucha por los derechos democráticos cotid¡anos y la lucha como consolidar en la coyuntura electoral el camino de indepen_
por el poder global en la soc¡edad. deñcia pollt¡ca de los trabajadores.
Todo ello, para el Mov¡miento Revoluc¡onar¡o Socialista (MRS), En tanto que las masas demostraron en las elecaiones a la Asam_
señala una manera de intorvenil en las elecc¡ones sin caer en el
blea Const¡tuyente, su reconoc¡miento al c. Hugo Blaneo como el
ftás delacado sfmbolo de las luchas revoluciooa{ias social¡stas, el
MRS aco.dó también apoyar la candidatura presidencial de ese
€onrpañero, eneabezando la alianza electoral de Iq ¡zqu¡erda re\o-
[ucionar¡a.

De otro lado, para fortalecer la capacidad de las corr¡entes y or-


gáñiÉciones soc¡al¡la5 de conquistar Ia dirección pollt¡ca de esta
aliaaza electoral amplia, el MRS se propusotamb¡én lraba¡ar por la LAS PRECAR IAS
constitucióñ de un Frenle de la Revolución Social¡sta, que partiera
de lá coordinac¡ó! de los soc¡alistas dentro de la álianza eles{oral BASES DE LA UNIDAD
V podier¿ desarrollarse hac¡a una un¡dad y coord¡nac¡ón estratég¡ca
más allá de ¡as elecciones, como instrumento de corquista de fa as primeras deliberac¡ones concrelas para la constitLr.
dirección del mov¡miento conjunto de 106 explotados y en primer ción de la alianza electoral de la izqu¡erda revol,.rcic-
térm¡no pañ ¡mpulsar la ¡ucha por la organización de¡proletariado na¡ia, lropezaron desde el comienzo con ia cel.aon
en partido revoluc¡oñar¡o (Véase, sobre estas cuestiones, las "Tésis oposición de los sectores pro-Barrantes de la UDP, del
sobfe el problema electorál". MRS, 1S16 de Diciembre de 19&) UNIB y de las más sectarias organizdciones .totski.
m¡meo). tas, PSI (Fern;ndez Chacón) y POÍVIB {Napu'i).
Junto con tareas de discus¡ón y de coordinación con diversas Fué la decisión de un sector de la UDP, encabezada poi Van,
organizaciones de la izquierda. el MRS d¡rigió un mens¿ie público guardia Revolucionaria, y del PRT - Blanco, de llevar adelante la
{¡eproducido en REVOLUCION SOCIALISTA" No.31, Enero de unidad contra todos los obstácLlios, lo que dió nacimiertto forñral a
1980) a la Plenaria ñhcional del Partido Revolucionario de Trába- la Alianza Revolucionar¡a de lzquierda (ARl) , el 17 Ce Enerode
iado.es (PRT), donde milita el c. BlarEo, ir6istiendo e¡ la necesi, 1980. sobre la base de uná platdforma (uya ¿mb;güe.Jad .tab¿
dad de u¡a polltica electoral revoluc¡onaria, deñnida en los térdi- cuenta de l¿s premuras del debate y de ¡as diltculiádes dcl ,n ¿ndi
nos ya seña¡ados; en Ia ñecesidad de una aliaí¿a electoral amplia m¡ento entre fuerzas políticas socjalistas y democrát¡co-popüjares
de toda la ¡zquierdá revo¡ucionar¡a, con la cándidaturá socialita (PRT y VR, respectiyamente), y de acuerd.is básicos de proporcio
del c. Blanco. Y, en lin, opooiéndose al uso oportunista de esa nalidad pam las l¡stas de candidalos parlañrent¡rios. Elcandidato
cand¡datura para los fines porticulares del trotsk¡snro, porqr¡e del designado fué Hugo Blanco.
reconocimiento elector¿l de ló m6as a la fiour¿ de Huoo Blanó
se fimre¡nllun rec-Emó de úif¿aá v aáaoli¡iinac¡ón re;oluciona- Con esos documentos constitulivos, ARI fué inscrita al día si-
ria- en tom--dé él como aím5ofo naáiiiial ?e la'lucha oor el soc¡a- gu¡ente en el Jurado Nacional de Elecciones, y las demás organ¡za,
-lbño,
no como §frirbofo nacÍoná áé¡ tibtskismo. - ciones de la UDP, asÍ comoel recicn conformado UNlR,se vieron
forzadas mal de su grado a firmar esos acuerdos. E¡ tiempo mos
La victoria circunstancial de las corrientes unitarias dentro del traría iñmed¡atamente después que esas agrupaciones, en éspecial
PBT, allanó el camino de una alianza electoral de ¡zquierd¿ revol!, Patr¡a Roja y PCR (C¡ase Obrera), firmaroñ esos documentos con
cionar¡a, perm¡tiendo que en otr¿s org'nizacioñes, particulahente la clara intenc¡ón de desconocer¡os en e¡ curso de las negociaciones
en la UDP, Ias fuerzas unitarias y ponidarias de la cand¡datui¿ so- y debates posteriores. 3]19-!§gSelfg!lg{ desiqnad o cand¡daro ¿ ta
cialista de Hugo BlanLo ganar¿n [a mayorla en contra de las ten
dencias maoEtas y antiunitarias, que t¿\¡oreclán la cand¡datura de
Pr iT..o ViceorEs,oqnciaffi
mooo una opcron oe manroor¿ con¡ra esos acuerdos v en oaTt¡cu.
AHonso Barr¿ñtes, lar contra l¿ cáñciliiátura cG-IEió-ElEñE6l

El l\4ov¡m¡enlo Revolucionario Socialista (l\4RSi, pai'{üpó desde


los ¡nicios de las deliberaciones que llevaron a la formación de
. . . . , AR l, apoyando la unidad y sus costos, aunque por su cond¡ción de
organizac¡ón no ¡nscrita en el JNE, ni interesáda en hacerlo, forma' final¡dad fueron organizadas, concurrían e¡ PRT, el POtVlR, et
¡izó slJ integración a ARI var¡os dí¿s después.
POF, las tres organ¡zaciones trotskistas, y e¡ [¡lR (el militante),
FIR (m-¡), y el l\¡ RS, organ¡zac¡ones no trotskistas. En esas rer.l
[, ¡ntegración de¡ MRS a AF I t¡ene una explicac¡ón congruente niones nunca se logró n¡ngún consenso real, n¡nguna coordinac¡ón
con la polftica eloctoral acordads en nuestra Plenaria y con el con- efectiva, princ¡palmente por la conducta del PRT y del PO[¡R,
iunto de nuestra polft¡ca rcvoluc¡onaria socialísta. Pues ARlera,, marcada por un sello hegemon¡sla y sectario; pero tamb¡én por la
no obstante sus difucr¡ltades y la precar¡edad de Su dest¡no, üna indeciGa pos¡c¡ón de algunas de las agrupaciones no trotskistas. en
conquista al serv¡cio de las luchas un¡tarias de las masas en las elqc-
' c¡ones. Y aunque más remotamente, ppd ía ¡nclusive aspirar, si su mayoría integrantes de FRAS, ocupadas o entrampadas durante
I todo este tiempo en Sus pfoblemas y d¡v¡s¡ones ¡nternas.
s,e mantenfa, a avanzar hart¿¡ ser un elhbrión de una unidad más
profuñda de los revolucionar¡os peruanos, sin duda después de mu
chos debater y depuraciones políticas, más allá de las elecc¡ones.
Por eso, el MRS entend fa que AR I ten la que ser defendida y con-
I
solidada, a pesar de las ambigúedades y limitacioñes de su platafor-
ma, á pe6ar de Ia compo§¡cióñ heterogénea de sus ¡ntegmntes y de
Ias dificultades de su nacimien to,. corio un potencialmente pode-
roso ¡nstrumento de uñidad de las masas y de los revolucionarios
admitiendo las dificultades iniciales como los costos de esa unidad.

La mayoría dentro de ARI eniendía ¡ambién que Ia unicJacl de LOS ENEMIGOS DE LA UNIDAD
esta Alianza reposaba sobre bases precarias, dada Ia extrema opo-
sic¡ón de los sectores m¡¡o¡stas coñtra los trosk¡sta§, y las vac¡la-
ciones de algqnas agrupac¡ones de la UDP entre las cand¡daturas de a const¡tución de ABI con ¡a candidatura de Hugo
Blanco y de Barrantes, lo que las hacfa fluctuar en sus compromi-
sos pollticos entre mao¡stas y partidarios de la candidatura tslanco- r fflil iii iE93í,i¿,xt:1ff".1:,:,1:ii,,';il:TáTff
:::yx'i,li,iJ""'Jli:"1T"":".,3:l::
Por esas dif¡cultades, la defensa de la unidad de ARlimplicaba
necesariarñente el respeto a su§ acuerdos constitut¡vos del '17 y 18
I¿i,ii.:Il"J;,fl
mún, Por eso mismo, emergía como el más serio pp .

gro electoral para los f¡ñes de la burguesía y de su dictadura militar


, de Enero de 1980, acerca de plataforma, metodologla básica de
V como un potencial peligro inclusive más allá de las elecciones.
trabajo por consenso, cr¡terios de proporcioñalidad de d¡stríbuc¡ón
de cand¡daturas parlamentarias entre soc¡alistas y no soc¡alistas.
-
,l
Toda modificacién importante de esos acuerdos suponla abrir las No tardaron Ios per¡od¡stas burgueses en reconocerlo así, expli-
puertas a todas laa pfetensioíes hegémon¡sta§ y segtarias, que po- ¡ c¡tando su desasosiego inmed¡atamente, como en el caso delasus-
dlan borrer en poco tiempo la preearia unidad tograda. Ei MRS, tado comentar¡o de l\¡anuel D'Ornellas en Caretás, quien reclama-
junto con Vanguardia Revoli¡cionaria, Trinchera Roja, partido I ba la unidad de los partidos de la derecha frente a la unidad de la
t izqt¡ierda,
Obrero Rovoluc¡onar¡o, Paftido §oc¡al¡fa Revolucionai¡o (m , l),
-inlc¡alm€¡te con apoyo del PRT, dec¡dimos la defunsa de esas bai Una lárga ses¡óñ dcl Gab¡nete lvi¡n¡sterial de la dictadura, tuvo
ses de un¡d6d, precis6mente on el.moménto en que se const¡tuía el
presumiblemeñte el tema de ARI como asunto de foñdo. Y su Ju-
eie .lJ N lR-PCn (Co)-Barrantes, e íniciaba una ofensiva contra esos
rado Nacional de Elecc¡ones ño tardó en poner en marcha un con
¿cuerdo6 buscando imponer su hegemon ía a¡ ABl. Y para frenar, júnto de maniobras contra la unidad de AR¡, manipulando el pro-
asl mismo, la cdnductá sectaria del POMR desde el otro lado.
blema del reconocimiento legal de las o¡ganizac¡ones integrantes
de esta Alianza princ¡palmente del PRT, él partido del can-didato
Al m¡smo tiempo, el MRS redobló sus esfuerzos pará lograr que
Hugo Blanco, y de otras colocadas voluntariámente fuera de ARI
se establec¡era una real y ef¡caz coord¡nación entre las orqanizai¡o-
pero ürya acción tocaba de cercá los problemas de lá un¡dad de
nes soc¡alistas dentro de ABI. A las pocas reuniones que conesa
ésta, como el PST, la más sectar¡á orgáñización trotsk¡sta.
El JNE reconocrd en primer lugar ¿l PST, abr¡endo de esemodo En esas precisas circunstancias, el JNE abrió un nuevo plazo
a esta organ¡zac¡ón todas las posibilidades de emplearse a fondo en para la recoleca¡ón de.firmas para compietar los trámiles de ins-
el chantage a Blanco, apoyándose en el PON¡R y en un sector del cr¡pción de los part¡dos no reconocidos, como el PolvlB, el PBT,
propio PRT, trátando de forzar a Blanco a salir de.ARl para for- PCR. ce ARl. Y f,re necesario enl.onces que es¿s fuerras de lalz'
ma una lista puramente trosk¡sta. ,ruiei,la se destiáiiáñ lE tarea de reco-lec-ción de firmas, mientras
lis másás se lnfa€intaban a la r'edreil¿ñ polliia[G las-lallei en
Seguidamente, el JNE reconoció al UNIB, frcnte dominado por Eemáñd-adó-eieñáñáai-ió..rriiñilófcionei-rñáleriales,m¡entrasel
Patr¡a Roia, y apoyado denlro de la UDP por el PcR-clase Obrera APRA utilizaba con su típ¡co oportun¡smo esas condiciones, segui_
y por el venc¡do pretendiente a la candidatura presidencial, Alron
so Barrantes, prec¡samente el coniunto de fuerzas que dentro de
f do más 1ímidamente por el PCP(U), para tratar de arrinconar a las
fuerzas clasistas en los s¡ndicatos en conflicto.
ARI estaba empeñado en hacer sa¡tar en pedazos la un¡dad con_
quistada pará forzar a Blanco a salir de AR I o reducir a las fuerzas , La d¡ctadura, el JNE, el APRA, actuaban en concierto. Las
socialistas a la subordinación total. fuerzas antiunitarias en ARl, principalmente UN¡R_PCR con el
apoyo del Dr, Barrantes, usaban las maniobras de la burquesia para
El problema del reconoci'nlento de las organiz¿ciones de ARI chantagear a quienes defendíamos la Llnidad de ARl, es decir, sus
oulstiEGFa,r-li-iñi?ñi?iñ'ñ JNE, tuÉ usado desde la par' acuerdos constitutivos, contra toda pretens¡ón hegemónica de un
tida por las fuerzas "máoistas" fUNIR PBcR(col), no obstante Iado o delotro.
las denuñc¡as de fraude contra las manipulaciones del JNE, para
Dentro ARI- oues. el primer y princip¿l enemiqo ge !a ylid¿d
c,e
chantagear a las otras organizac¡ones tratando de ganar en la rela' v de la dernocracia inlerna fue desde el comren/o el e-e uNlri_
c¡ón de fuerzas dentro de ARL Esto es, apoyándose precisamente PCR Clase Obrera v el Dr. Sarrantes. Este, negándose a formali/ar
en las m¡smas maniobras que denunc¡ában como frauduientas por su ácepiáil6n a la cand¡datura a la primera vicepresidencia, negán
parte del JNE y de la dictadura, y en consecuencia haciéndose en
dose a firmar los documentos básicos sobre los cuales reposaba la
¡a práct¡ca cómplices de las maniobras de la d¡ctádura contra la onidad de la Alianzá, desconocía en la práctica los acuerdos sobre
un¡dad de la izquierda. Ia candidatura de Blanco y sobre los criterios de proporcionalidad
en la formación de las listas de candidatos parlamentarios. UN¡R
Entre tanto, el JNE demoraba ¡legalmente -no respetando los y PCB pugnando por los mismos objetivos, propusieron reiterada
plazos prev¡stos por la ley- la decisión sobre el reconocimiento d(l
mente a la asamblea de los partidos de ARI la revisión total de esos
PRT y del POlt4F, las dos organizaciones lrotsk;stas más importdrr acuerdos, y llegaron hasta proponer que el método del consenso
tes integradas en AR l, deiando asi un amplio margen a la especula fuera reemplazado por el dominio de las rnayorias sobre las mino.
ción sobre la situacion finalen que quPdaria la inscripción legal del rias (nada menos que una alianza electoral, como si se tratara de
propio ARl, pues si esos partidos no Pr¿n inscritos, la legaliddd de
un frenre estratégico o un partido), la adopción de una plataforma
ÁRl quedaba en manos de la UDP v del uN lR, abriendo el camino única con prohibición de agilación programát¡ca independiente de
para las pretens¡oñes hegemon¡stas de las fuerzas más sectarias del * cada lartidoj la presrdencia de ABI para el Dr. Bartantes y plenos
ala "maoista".
El JNE pretendía que el PRf, el part¡do del candidato de la iz
quierda con más apoyo electoral de las r¡asas, no tenia el número
I poderes a un supuesto comité eiecutivo de AR I donde ese eje sería
dom¡ndnte, ¡rard resolver los problemas pendientes.

il suficiente de adhereñtes para ser inscrito legalmentel Todas estas man¡obras fueron bloqueadas por la mayoría de las
organizaciones de ARI; pero las vacilaciones de varias de ellas, ¡m-
pedía decisiones def initivas.
S¡multáneaEente con e§ta!!na!iobr?§, la dictadura decretó nue_
,rs'aliai contr-a ias masas. Ñ,-lmerosós lhdícatos entraron en huel_
oa reclamandó;Lrmeñiós salariales v elcumplimiento de pdctos co Ll segundo enemrgo de la unrdad dentro de ARI fue el PolvlR.
iectivos. L¿ un¡dad de la iTqu¡erda alcanzada en ARl, en la medi_ coñ el apoyo de un sector del PRT al cual Blanco no pertenecí¿,
da en que sus fuerzas principales permanecían e-ül-qmp-ada! en lo§. que se ded¡có a levantar y magn¡t¡carel s¡gnificado de la presencia
y del ABS, miembro de uno de los frentes integrantes de Ia Alianza,
lgrqgieqs..p,o!la- hgegrren ía en las-trampas dg-Le 1"9:liS-1l9..l§:: FRAS, alegando que AFS era un part¡do búrglrés incompatible
G. eia impotente para impulsaa V ciinálizar este nuevo mov¡mren
i;de res¡stencia de los explot¿dos.
con la lfnea de ¡ndependencia de clase adoptada por ABl, i Olan- levantar un p¿rtido trotskista cle masas, fue sin duda conv¡ncente
teando Ia salida de esa orga¡izac¡ón como condición para la perma- para Blanco y sus seguidores en e¡ PRT.
ñenc¡a del POI\¡R dentro de ARl. La sign¡I¡các¡óñ real de ARS en
ARI'era nula. Y que el alegato del POMB sobre su presencia no Hasta ese momento, aunque con convicción decreciente debido
era s¡no un pretexto poco háb¡|, se demostró por el hecho de que a los chantages del resto de los trotsk¡stas ant¡-ARl, Hugo Blanco
apenas el ARS se ret¡ró de ARI por acuerdo de FRAS, inmed¡ata- y la m¡norla de su panido habían dado pruebas de su ¡ñterés por
mente después el POMB abandonó tamb¡én ARl. Pero m¡entras ARI y su un¡dad Msicá, admit¡endo ¡nclusive mantener la uñidad
tanto, ese pretexto sirvió para empantanar lo§ debates y la toma de aún s¡ UNIR y PCR-Clase Obrera decid¡eran rer¡rarse. Sus vac¡ta.
decis¡ones dentro de ARI y fue uno de los elementos constantes ciones aumehtaron en el penúltimo día anterior¿ la desintegrac¡ón
que ¡mpid¡ó la consolidación de ¡a precar¡a un¡dad logmda, porque f¡nal, y sorpresivamente Bfanco abandonó a sus previos aliaidos en
§¡rv¡ó ef¡cazmente al eje UNIR-PCR Barrantes, para fortalecer las AR¡ para ded¡c¿rse a cortejar con todas las concés¡ones posibles al
vac¡¡aciones de otras agrupac¡ones contra los trotsk¡stas y contra eje UNIR-Clase Obrera, obv¡amente a sab¡endas de que ese eje ha.
Hugo Blanco en particulár, bía ya decid¡do separañ¡e de ARl, como ocurrió en efecto en ese
m¡smo díá-
El tercer enem¡gode la unidad de ABlfue la permanente vacila'
ción en la conducta de agrupac¡ones de la UDP, como el l\,11R uni- Allí. en ese momento se rcve¡ó para las fuerzas un¡tarias de AR I
ficado, d¡v¡d¡do en una corr¡ente part¡dar¡a de la cand¡datura de y qu¡zás tamb¡én para sus seguidores en la minoria del PRT. el h6-
Barrantes y otra de la cand¡datura de tslanco. Esa situación ¡nter- cho de que Huoo Blanco no fue caoaz de Ia clarividenc¡a necesar¡a
na del MIR ¡mp¡dió la culm¡nac¡6n de los debates y de las dec¡s¡o,
nes. Y se mantuvo hasta el f¡nal. cuando en la madrugada del
m¡ércoles 27, ya formal¡zada desde e¡ día anter¡or la dec¡sión de parti-
UNIR y PCR de abandonar AFl, el MIR fue a propoñer a esos do: "Yo apelaré á las masas". Porque un d¡r¡gente revolucionario
partidos que se re¡ntégraran a la Alian¿a tom¿ndo para ellos los es ante todo leal a 106 ¡ntereses de la c¡ase, poi encima de 106 inte-
ocho puestos qué el l\¡llR tenía en las listas.par¡amentarias acorda- reses particulares de un part¡do.
das, a f¡n de imped¡r que el PRT también seJuera de ARI con el
argumento del ret¡ro previo de UNIR y PCR. Estas agrupaciones Por un ¡ntenso momento, Hugo glanco tuvo en sus maños el
contestaron que no tenían ya É¡ngún interés en ARl. forzando al dest¡no de AR I, una vez que UN lR y Clase Obrera se habían retira-
MIR a una conductá definida dentro de la UDP. do para sery¡r a sus prop¡as y sectar¡as f¡nal¡dades. En efecto. oue-
dábamos luchañdo por mantener la un¡dad un conjunto de orgán¡-
Un cuarto enemigo. fueron las peleas de campanar¡o entre las zaciones que de hecho representaban la fuerza principral de É iz-
agrupaciones producto de las variasy sucesivas divis¡ones de Van- qu¡erda revolucionaria, detrás de la cand¡datura de Huoo B¡anco:
guard¡a Revolucionaria; y la propia VR, VR-P|\4, y en particular Vanguard¡a Revoluc¡onar¡a, MIR (unificadol, Trinchera hoja, Van-
guardia Revolucionar¡a poift¡co-m¡litar, esto es toda la UDF menos
PCR'Clase Obrera y PcR-Tnnchera l-lola, cuyas d¡sputas por pues-
C¡ase Obrera ya retirada de es€ frente; Mov¡m¡ento Revoluc¡onario
tos parlamentarios bloquearon en momentos cruc¡ales toda pos¡b¡- Soc¡alista, Partido Socialista Revolucionaria (marxista-len¡nista),
lidád de acuerdo, por intereses exclus¡vámente básados en r¡val¡da-
Parl¡do Obrero Revoluc¡onar¡o. Partido Comuntsta {mavoríá)
des de secta.
MIR (el m¡lirante), FIR (marxista-len¡n¡sta), Ors6nización p;olel,a:
ria Revoluciónadá y . . . . el PRT de Hugo Blancó.
Cuando UNIR y PCR-Clase OLrera se retiraron de ARl, la pre-
s¡ón del PST y del POMR. sobre Hugo Bláñco y el PRT se ¡ntensif¡-
La legal¡dad de ARI quodaba asequrada Dor la leoal¡dad de tá
caron pará tratar d€ que tamb¡én ésto6 abandonaran la Alianza.
En esa tarea fueron apoyados por una corr¡eñte del PtlT, c¡rcuns- _UpI, ?hora integramente volcada a-la cand¡datura B-tanco, y del
PRT. L,a dec¡s¡óri de Hugo Blanco de apoyar este bloque y a'póyar
tanc¡almente colocada en una posicióñ mayor¡taria en la dirección s€ en é1, hub¡era permitido mantener'la Lsperanza unitaiia'de'las
de ese partído. El argumento de que retirados UN lR y PCR-Clase
masás y la alternat¡va elector¿l más pohnte de la izqu¡erda frente a
Otrera. ARI dejaba de ser una fuerza política y electoral ¡mpor' pST, puestoE enesa
_Y, acaso, el prop¡oPOMRydl
la burguest'á.
tante. y que eÉ el momehto de formar una lista exclus¡vamente srTuacton oe atstamtento
trotskistá para benef¡ciarse de la popu¡aridad de Hugo Elanco y -puesto que e¡ectoralmente sólo son ¡m-
portantes con la c¿nd¡datu¡a Blanco- no hub¡eran tenido m᧠re' e) Eurocrat¡smo: clipulas de secÉs vs. organizaciones de las masas.
medio que plegErse a este bloque contra su prop¡o sectar¡smo. L6 debates y las conductas fúercñ dominados por criter¡os típi-
ca.nente burocáticos, inclusive lo§ eriteríos de nominación o
No fue así, Hugo Blanco ced¡ó a los chantages de sus secta§, selección de candidato§, privilegiando 106 "dradro6" part¡darios,
quizás también baio presiones internacionales y en la hora final de por Gcuroc que fuerañ polítieañeñte, contra jefes rcales de las
Ia madrugada del miércoles 25, hizo comunicar a la asamblea con' ' masas, individualmente calificados para actuar como ag¡tadores
junta de ARI su decis¡ón de abandonarla para componer la lista del inte¡és de los explotadG en el templo princ¡pal de la legali-
trotsk¡sta. dad burguesá.

¿oú¡én div¡dió ARI? | UNIR-Clase Obrera, que §e retiraron Balo una luz magn¡ficáda por el escenar¡o electoral, todos 106 vi-
pr¡mero. cios de la izquierda peruaná o de su gran mayoría, han qredado de
I ¿Ou¡én culminó la desintegración de ARI? : Hugo Blanco.
nuevo al de§cubierto. Un ¡u¡c¡o difuñd¡do se acuña b6¡o el térmi
no de "in[¡adurc¿" de la izquierda peruana. C¡erEnEnte eso es
. párte de la realidad.

sis eñb€rgo, es

V. EL SIGNIFICADO DE

LA DESINTEGBACION DE ARI En contra de las peBpect¡v¿s del poder d¡recto de las masas or-
gBn¡z¿das er la sociedad, ba¡o la direcc¡ón del proleEriado revolu-
c¡onario organ¡zado polít¡camente, l" m.Aygl&_Cg-qgE_i¿guield¿
inclus¡ve ¡a que se reclama o se prócEñáiiEl-ióEáiiñ6ñiiiil
ás atlá de la selva de siglas sectar¡as, los enem¡gos de la
nario como en el caso de los trotskistas,
unidad de ARI v a través de ello, de la unidad electo' constitución de un pode¡ bumcrático_ er¡
ral de las masas, pueden ser ¡dentil¡cadas de un modo eñ una
más preciso: nueslros enem¡gos se llaman:

sobre
a) Electoralismo: curules v§. lucha de masas. Lo§ debates
ñiiffi
proqrama,situac¡ónd:rp:í,1"1";,1,:l:1l"1i1.^dT:^ll"^l:,.:l;,áüiüflÉi-"-ffi#ffi
pero y
iutós. la disputa de curules ocupó todo el
e§pacio el
tiempo.
Si esa izquierda apuntar¿ a doode apunta el movimiento de los
-' Sectar¡smoi inteÉs delas"grupo
b) ejempl¡f¡-
vs. un¡dad de las masas, axplobdo§. def prohariado revolucionario, al poder directo de las
Á póMh,psripRT. Obrera-
ma§asr su e§f¡rer¿o total se volÉa.ía en toda instancia, electoral o
ii ,i.,jri",ió conductas de I eje U N lR-Clase
"iiJ
á;;;;;,;;i d;d¡;;;ie no,.a la coñquista de la unídad de las masas. a la molit¡zaeión y or-

-'Á!*"
c)oporrun¡smo, iñterés inmed¡aro vs. ínterés estratésico de ras "*,áfH',1"H.:ffi::zu;i.trSi8g{H§ltr88HJl*-
iá, á"¡"i". estuv¡eron dominaáoi poiluiiiiir*tun"i6 risnro estaríi¡. de-ese modo, exduldo no porla calidad indMdual o
- -- --- nistóricas ael pro-
Ia buena. intenc¡ón de las gentes, sino por las car,cterísticas esen-
in."Jiuüi, .¡" audienc¡a para las ñecesiááües cíales del provecto político encarnado. Todo oponunismo. errad¡-
iijü¡áJ,ll'uii i,iiá"i i ¿e'"*plotaoo.. cádo en lucrra abierta. Todo burocr¿tismo cornb¡tido.
dl
- lndef¡n¡c¡ón oolítica. que d¡o luqar a vacilaciones permanenles
iui op"¡'ón"" princi pa les en ¡i:ego, como eñ e I caso de I MIR
En lugrdee§o, la v¡clo§a pÉci¡ca delmang, sectar¡o y bu-
de iá.UDp. .
. "nir" rocét¡co. de _captur¿r direcc¡ones de orgenismos"ode trabajadores
para uso pa.ticular de cada secta, grd{Ds d ,ea r.ña;l¿ deliberada
v sistemátrc¿ distorsrón de la información; lapor pretensión de hege cenar¡o, o por lo menos de forr"r "¡zqu¡erdas" a mañtenerse
iáni.mo orro"ruti.o en cada base; la lLrcha posiciones de po' unídas? ".us
y en.particular
á"i ái .irg"n de las masas, denuncian diar¡amente
In lJ.*o"ii"""iu de ABl, (ue eslq¡¡os fre-ñte a-!ggl¿a!de c-arácler La experiencia de ABI no solamente muestm la détiil viñcula-
6rrró.rál'ico orovenientcs orincipalmente del arrib§mo q-e-las ca_
ción real entre esa ¡zquierda y las organ¡zaciones y bases de ¡os tra-
ñ§."drái.fri""+piftry*,r.,,,q,,.j.¡
ffi;1*a"r ,rcá-q4 ts9j9lf.lT
ñ"j91rl"-. e.]l óder
-bu
roi iÉ d
bajadores. I\ruestra también que el proceso de form&¡ón de nue-
vas capas de dirección po¡ft¡ca revoluc¡onar¡a en el seno del prole-
lr-c_o.
tar¡ado y bajo su inlluenc¡a en las otras cápa§ de explotados, es to-
davfa turbio y lento.
Esta situación testimonia también la débil relación real eñtre
ur"r"áoál,áiói poríiicos Y las mds¿s de rrabajadores, poniendopar de Aunque los trabajadores peruanos herYlos avanzado mucho en el
c:rácler bL;ocrárico de la concepcion misma de camino de liberarnos de las p;isiones ideológico.pollticas Ael apro-
-á"¡riá.t"
'r;{lo "l que no se dsLme re¿lmente la concepción de pdrtl'
fFn (anto popul¡smo¡ac¡oñalismo, y estamos aprend¡endo a defendernos de
;;;";; "i r;"á" de orqdnrzdción poliricaúnicamertedel prolerariado des' las s¡renas del rcform¡smo obrero"büiocrát¡co del PCP(U) y del bu-
,," a"rii" ¿i, i., p,ot¡ias luchas, actuaado dentro dF rocratismo stal¡no-mao¡stá o trotskista. oran oarte de nuesira exe-
;; ;;.;;";" caA¿ una cle sus instanc;¿s org¿ni¿alivas. la ide¿ de riencja real está todavía atnarrada a los re-loc-EEiJñfliEñtiE§Eñ
ñartr.lo se'convierte 'como se la practica en esta llquleroa en nuestra congiencia
5.ririá, ioi.u¿o. el seno de'grúpos de capas medias que luego
"" dp
oarten a la conquista "cuadros" denlro de ciertos sectores de En momentos de auge de los movimientos mas¡vos de los explo-
ír".'ri rrri int"üra"ot "n esos aparatos y pa'a controrarlasaccio_ tados, todas las burocrac¡as'y todos los sectárisfnos y oportunis-
no".,á sectóres de masas por l¿s dec;siones de las cÚpulas de mo6, son rotos ya, no obstante. Así lue coñ otas¡ó¡ delh¡stór¡co
esos
"..,.
"partidos'. Paro Nacional de julio de 1977, cüando un á¡uvión de masas impu-
so a todas las direcc¡ones s¡ndicales y polít¡cas, de todas las filia.
La conceoción de poder, la esrr¿tegia de su const¡tución, la con' ciones, la obligacióñ de un¡dad y de ceniral¡zación, eñ el Comando
.",i¿n ei oroqra"-,, de organiz¿ción del part¡do el programa de
, Un¡tario de Lucha. Solamente, y no por casual¡dad, fue Patria Ro-
lJo.i ,irn ¡nstincias teorica Y práclic¿mente indisolublemente ia ¡á que bo¡coteó esta primera gran mov¡lizáción de clase de l-s
í¡."rÉo"i r, prádica partidaria dentro de esla izquierda, dá
uno de los otros ele-
trabajádores.
;;";i;;l;* de las politico que está en juego
li"eas cenrrales de cada
Y es€ proYectL
iátás er proyeclo Hemo6, pues, ávanzado. Pgq!9bl!9D¡e-e¡lj_tr9dEb_Co-S!9le.
es de "n
naturaleza burocrática. desarrollen nuevás capas de dirección oolftica en el seno del prole-
tanado. lormaclas en las nuevas condiciones de las Iuchás de cláses

".ffiLl"J#H:'.TS:

"¿rn¡.Lti"t¡ru
masas
v'*presiva separáda de
v colocada fuera de su vida diaria
las org¿niraciones de las
.naoonarcs e rnIemacloñates -oepuraoon de tas bases capttatistas
¡eftsocEaáfi¡eTEsladbfcrisis det cap¡ta¡ y det sisrema imper'a-
l¡sta; cr¡s¡s de la m¡tologfá del poder burocrát¡co en el llamado "so-
c¡¿l¡smo ' de Europa del Este y de Ch¡na- seré poj¡ble que otra L-
ggierda, está vez la dgllroterár¡ado ."r!.!;i;;;;i;V;;ltA;i-as
,,^ @pas med¡as, ocuoe elescenario orinciDal de estas luchas subordi-

ffi "s:;:,:i,".1:u'""'"'
Este es el signif¡cado central de la experiencia Los explo-
ne a su conoLrccron a tos restos de Ia actual r¿outerda_ esto es a I¿s
caoas medras descontenlas con los delectos del cáortalrsmo v s€
aDra oaso delrnrlrvar¡ente hác¡á la const¡tución.le sr, ñrftftio no-
oer, destruyendo vrolentamente el Estado burgués y sus bases m¿-
rá.los tienen una lección viva y vivida. .'iEñales y soc¡ales.

una orequnta es obvi¿ a elas alturas: ¿Por que las-masás m¡s_ Eñ la formac¡ón y desarrol¡o de esta nueva d¡recc¡ón revolucio-
,uiá" iru-ti"iuiál."i y ante lodo el prolelariado organi- nar¡a del proletariado, el Moüm¡ento Revoluc¡onar¡o Socialista
iliá"li ü L"i;;r;r,a'
"tplolados,
,..¿ capáóes de ocupar ellas mismas este es' {MBS}, está desde su nac¡m¡enro compromet¡do.
lmpl¡ca, además, la ampliación de los márgenes del oportunis-
mo concil¡ador del reformismo del PCP(U) y sus aliados. Y como
correlato, el desarrollo del vicioso sectar¡smo de los otros oportLl-
nistas "radicales".

Estos son problemas, pero lambién L¿reas claras. Tenemos oue


retomar inm;diaramen'L-d. el camino de la r'nidárl. Desd-e-las-6;;;,
VI.
CONSECUENCIA DE esla vez no desde las cúnr¡ás: en las h¡ses- no en los aoaratos, G
unidad pn la lucha cotidianá de las mas¿s, en lá cual se forlán E¡
LA DESINTEGRACION DE ARI lrases del poder de los explotados, y no solamente se def¡nen sus
opciones reivind¡cativas. Vofver a partir de ¿llí, para defender la
necesaria unidad electoral, esto es la canalización delvoto popular
hacia los candidatos o hacia el cand¡dato de mayor arraigo real en-
o hdbrá que derenerse mucho en lo obvio: la kustra tre las masas,
cion de ARI v¿ está oerminendo el refozamiento de
los secr¿rismós de Lodo pe.aie y de todos los preiui La desintegr¿ción de ARI no tiene que implicar, si podemos evi
cios en oue aouello se fLrnda, Eso hará más lenta Ia larlo, la sepultura de toda opción de unidad coy!rntural en las elec.
¿similación racional V revolucionaria de esa experien ciones. Esta es una tarea que no abandonarernos,
cia unitaria, y hará retroceder también los esfuerzos
.le los revolucionarios honrados pam alcanzar la unidad de los ex-
olotados. Pero esto no es inmovible. Porque la propia experiencia
lrab¡da, continuará gravitando en muchas conciencias colectivas e
ind¡viduales, v se á6rirá paso a otra etapa madura más temprano
que Iarde.

Lu oue oor el momento importa es destacar, principalmente


VII. IlIRS UNA DECISION CONSECU ENTE:
.'" ,, inrriión fungosa de 5 list¿s llamadas de izquierd¿, a lo cual NI ELECTORA LISI\4O N' ABSTINCION
'J ,lisolución de AR I ha contribu ído con nada menos que tres, cae
,.riro una plaga de confusión sobre las masas, que ninguna diferen_
\rd entre las ¡zquierdas puede justifica.
La d¡spers¡ón de fuerzas electoralel de las masas, implice el for
talecimienlo de las opc¡ones burguesas más inflLlyentes en las ma_ enemos la enlera convicción Ce que en estas circuns
sas y ante todo del APRA. tancias, trás esta historia de frustaciones y frente al
oslensible dominio del sectarismo y del electoralisr¡.
en todos los frentes de la izquierd¿, el l\rovimienl.
Bevolucionario Socialista ([,48S), en su condición de
organizac¡ón del proletariado revolucionario que lLr
cha por afirmar las perspectivas revolucionarlas de¡ poder directo
de los trabajadores, ha adoptado la única decis¡ón consecuente con
sus Postulados básicos:

No presentaremos candidatos en ninguna de las listas, como pro


testa contra el electoralismo y contra elsectarismo y contra 1a con-
fusión que la proiiferación de !istas de izquierda significa para las
masas mayoritarias de explolados peruanos.
Empero no estamos ¡lamando n¡ ál boicot ni a la abstenc¡ón
electoral. Las elecciones, a pesar de haber sido dec¡d¡das por la _ .Ese debate tiene que permitirnos profunL_lilar la crit¡ca del cani
r¿llsmo,.de Es bases de Ia exp¡otación y de la dominación ootit¡i¡
burguesfa y 5u d¡ctadura para ¡ntentar maniátár la movil¡zac¡ón de el.srgnrt¡cacfo real del social¡smo como desarrol¡o de
los explotados en las redes de la legal¡dad y Ia represión burguesas, la ócialiial
cron oet podet de las masas en la soc¡edad, contra la bLrrouesía ;
s¡guen siendo también de ¡nterés para las masa§, porque dado el n¡- contra los pretendientes burocráricos a ta h;*n"ii¡rr",]ái." r.rl
vel de su desarrollo político y organizat¡vo gqnecesário que tenga- es, abiertamente la lucha por ta
el marco v ii
"t"r¡t¡"""¡,:n
ra arrecoon estratég¡ca del proletar¡ado "o-,is,il"¡¿i"i¿n-"áI
revolu¿ion¿rio.
uclonana. Fiñalmente, apelamos a la conciencia revolucionaria
fafa estos
Fara e oDjelNos, es necesaflo hacer m᧠vt$ble y más prolundá de todds I¿s
corrtentes y.agrupac¡ones de ¡a ¡zquierdá, para reflexionar
la separac¡6h
seD¡ política de las masas frente a los partidos de la bur- acercj
oe ra conruston que la prolif€rac¡ón de listas de izqu;erda
guesfa, conquistár espac¡o dentro de las propias ¡nstituciones de la desak en
¡3s n¡asas. acerca del desánimo ya en evidencia
democrac¡a burguesa. para hacer valer, con apoyo de las organ¡za- en n¡,merosos secto
ros. y.det petrgro del Iort¿lec¡mienlo def potencialelector¿l
c¡ones d¡rectas de las masas, nuestros derechos democráticos sus- partidos burgleses que de aqLrí se despren¿e. ü; Ics
tant¡vos. N¡ngúñ bo¡cot, n¡nguna abstenc¡ón. son compat¡bles con
e§tas neces¡dades de las masas,
,r¿ Proponemos, por eso, no;levar hasta el linal las fist¿s nacic¿s Je
rru§trac¡ón y del encono y volver
at¡va clara es tener el al c¿mino de l¿ uqid¿d o.j ldi
masas, apoyando, con toda la severa crii;ca necesaria oor Ia erne
hibrda y por fo que e a rnptica, at c:nd;daLo
::l-c]:
nupstro, s'gue ten¡endo al maTor ¿povo elec,or¿l óue ¿, iuiiio
trallajadoras: Huqo Blanco, err:" Jpj ;asas

El apoyo crítico a ¡a c¿ndidatura de Hugo Blanco, para nosotros


revolucionar¡os sociafistae, se funda en ei hecho jemos¡r¿t,ie
cJe
Para que eso sea fact¡ble, llamamos a todas las organizac¡ones y rtue e-lqle los cinco candidatosserá. pr o!a,gqn¡9ar.e3l-j¡[¿-¡¿e
corrienles r¡ás coñsecuentes, unitar¡as y honradas de la izqir¡erda ggn_mnlimii@1on§y-@l9rm!!i9ridpodráhácer'll-"¡-?i,_alasñ;
que h¡zo la experiencia de ARl, a asumir de maneia un¡tar¡a y tan sas er r¡€nsale de la revolución socialista, como l¿ m¿iñái-c¡Á,r
coord¡nada como sea posible, romp¡endo con lG prejr.r¡cios y sec- cstrateglca del nuevo movimiéñio cie Ios erplotados peruanos.
tar¡smos, el impulso a la mov¡l¡zac¡ón y organ¡zac¡ón un¡f¡c¿da de
lás rñasas en sus luchas diar¡as, y en el m¡smo mov¡m'tento, canal¡- a¡lá d€,las car¿cterísticas ¡ndividuates del cánclidato, dc su
zar lo5 votos populares contra los párt¡dos burgueses y contra los r, ,.Más
¿cron partrdaria, de su demostrada fdlta de cler;videnciá v.je fir
partidos oportun¡stas y conc¡liadores. 'r r.. d.en !v ddhesión al interés
unitario de las masas. a oes¿r det
süútaflsmo y.del carácter inconsecuente det profesado sócialisfiio
En particular. re¡teramos e¡ llamarñ¡eñto a todas las corríentes oe tos lrots¡ tstas, desde el punto de vista de las actuales neces¡da.
soc¡al¡stas y prosoc¡al¡stas,a sumarse a lá tarea de dar vida real al oes,etectorales de las masas, Hugo Blanco sigue s¡endo la más
Frehte de la Revolución Soc¡ál¡sta que comenzó a gestarse duran- de ¡a i¿quierd¿. y ninsún óreju¡cio debe impedir
i;.
le la experienc¡a de ARl, como ¡nstrumento de un¡dad de los so- ijJJl::?,i:.'*
c¡alistas en la conqu¡sta del cam¡no común de la revolución soc¡a-
lista de los trabajadores peruanos. OLra cosa seríd, sin duoa, s; estuv¡er¿mos realmente
esnerán.tñ
,ql-",1r.9,:"9'9!"1 nos llev¿rán al qobierno ae este pais. Cónrra iai
Eñ este proceso de retomar el camino de un¡dad desde lás bases nusrones trotsktstas acerca de eso, soslenemos que de lo que
se tra
ta ante todo es.de impedir el relroceso de Ia. rnrras
y en las bases. el debate crft¡co de la experienc¡a hab¡da y el com-
ourguesa, pnnctpalmente aprista, bajo los elecros
u ¡" in r"nil
bate froñtal contra los vic¡os revelado§, debe ser un med¡o ef¡cáz de Ia frustracián
de desarollar la conc¡enc¡a crítica de lás masas y de reducir el piso cun ra expenencra de ta i,,qu¡erda en AR¡ y Ia imagen inevilable
oesun¡on, de sectarismo, de ,,inmadLrre¿,; de
del ¡eformismo.y del burocrat¡smo que esta exper¡eñc¡a ha puesto o falU'de serie¡a¡ o""
oe_erra se Oenva y que-será, qLré duda cabe,
en primer plano. magníficada por li jro-
paganoa Ourguesa y reform¡sta.

22
S¡ñ embargo,.debe ser tamb¡én claro para todos nosotro§ que el
apoyo crítico a la candidatura Blanco no puede ser tampoco in_ 'Mensaje del lvfRs a Ia reunión plenaria Nacional del pRT,'.
condicionado. Por el contrar¡o, tenemos que reclamar á Blanco . Reprod-ucido en REVOLUCION SOCIALISTA, No. t1,
hacer el esfuerzo honrado para desprenderse del seetarismo.troskis_ Enero de 1980
ta, de colocar el ¡nterés de las masas y del socialismo revoluciona-
rio por enc¡ma de 106 fines part¡culares del trotsk¡smo, para estar - "E-lecciones y Luchas de Clases: , ARl O [TANAN?,.. En RE-
en cond¡ciones de expresar en su campaña el interés real de los VOLUCTON SOCIALISTA. No. J2. Febrero de I980.
explotados peruanos y de debatir denTro de ellos el problema de la
rcvoluc¡ón soc¡al¡sta, así como para ser capaz de retomar desde las *Hacia un Frenle
de Irabajadores". En Socjedad \ polírica
bases el camino de la unidad frustrada po¡ su propia inconsecuen_ Quinccnal, No. t. Eebrero de.L9?8_
c¡a en AR L

S¡ Hugo Blanco no hace eso; si no es capaz de defenderse del


chantaqe del POI¡R-PST y de la mayoría de su prop¡o partido el
PRT, bajo cuyas pres¡ones.abandonó ARI después de haber sido
uno de sus lundadores v defensores; si no es caoaz de destrosk¡zar
su cámoáiia v abrrr realmente el esoacro oolrtrco mavor a la unl-
!E
.lá.1 .lc lás másas v al soc¡álrsmo revolucronarro. el OeDe scr denun.

forma ef¡caz de cerrar el paso al sectarismo y al opor-


Esa es la
tun¡smo, al burocratismo de las organ¡zaciones trotskistas más sec-
, f\JÚl'lá L! | §¿^
'Oi
tarias como el POMR y el PST. lMucho dependerá, por lo tanto, de EN E STE NUMERO:
la capac¡dad que Blanco tenga d€ corregir sus previos errores en el
último tramo de Ia lücha por la integridad de AR¡. ll8!. !! LC qu4tq19!§s del E nfrentamie¡ro
ai íbá I 0,-ij¡rc-
La lucha cont¡núa. Nuestras tareas son claras. Aellasestamos ¿A Dónde Ya el C¡,npo Andino?
convocados todos los revolucionarios que trabalamos por la demo- ilodrigo Morroya
cracia d¡recta de las masas, por la revolución soc¡a¡¡sta, y a pesar de
las frustrac¡ones recientes, sin mengua de nuestro ánimo y de nues-. C apas M.dias y Poder
tra disc¡p¡¡na de combatientes. Ce¡¡r crrmaná

Lima, 10. de Marzo de 1980. Lo Andin-o el Arte Peru¡no


\le !unJ.!r{ Sf- ¡.i,?..t
/ ep.
|r, t3 Mirko Lauer
^
Via E u¡ocom únista I ¿fl¿ci¡ Dónde?
Roberto Arroyo
!¡hrorpebáie sobre.l .Soci¡listuo en Europa det Este y
Las opiniores y proposiciones del It/lRS sobrc el problema elec- S! ! q&s! Alb.rro Roch¿
toral y sobre AR,I en particular, pueden encontrarse, principalmen-
te, en los siguiente8 texto§: PROTVTO TN CI BCULACION:

- "Tésis sobre el ¡ctual proceso elector¿I". Documento rcsul-


lante de la Asamblea Plenaria Nacioltá] Extraordinaria del ouE Es Y OUE t\lo Es EL soctAugúc I

MRS. (mimeo). Lima, tr5 de Diciemhrc de 1979. pottr pdftico v


M. I : S@¡alizáción det orút¡zeim I
Política de las ¡t66. I

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