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AGUSTIN SAAVEDRA WEISE DOCUMENTOS SOBRE LA MEDITERRANEIDAD BOLIVIANA Pr6logo del doctor Jonce R. VaNosst o ip 3 epictones DigaaZzaa wuenos Aires 1979 © rents Dopod waves ses Taleahuano 494 ‘Hecho el depécto de ley. Derechos reseroados. Impreso en la Argentina a , PROLOGO por Jorce R. VaNosst® No deja de representar un placer personal muy especial, el prologar esta importante obra documental que presenta al ptiblico lector argentino Agustin Saa- vedra Weise, distinguido diplomdtico y ensayista boliviano, con quien me une una larga amistad, Los “Documentos sobre la mediterraneidad boli- viana”, seguramente serdn acogidos con gran interés por los estudiosos del derecho y de la politica internacional, ya que cubren un vacio que viene a lenarse, justamente en momentos en que la hermana Repiiblica de Bolivia cumpliré 100 aitos de encierro geogréfico, como pro- ducto de la Guerra del Pacifico, iniciada en febrero de 1879 y que enfrenté a Pert: Bolivia contra Chile, % Aborado, Doctor en Ciencias Juriieas y Sociales. Pro- fosor do Derecho Constitucional y Derecho Politico de las univer- sidades nacionales de Buenos Aires y La Plata. Vicepresidente primero de Ia Federacion Argentina de Colegio de Abogados. Ex secretario de Ja Corte Suprema de Justicis, Ex seoretarlo general el Consejo Nacional Eeonémico y Social, Bx secretario académico ide I Universidad de Buenos Aires. Vieepresidents del Instituto Therosmericano de Derecho Constitucional. Autor de diez libros, rmiltiples enseyos y notas periodisticas, vu Prézoco resultando ganancioso en la contienda este tiltimo Estado. La solidaridad argentina frente a las demandas bolivianas de un acceso soberano al mar, ha sido per- ‘manente. Tanto en las declaraciones conjuntas de cancilleres y presidentes, como en todos los Grdenes de la vida social, la Nacidn Argentina siempre ha dispensa- do su més amplia simpatia y apoyo a las aspiraciones Bolivianas de tener un puerto propio. Es mds, como paliativo para tan vital necesidad, nuestro pais ha otorgado a Ta hermana repiblica una zona franca en Rosario, y mediante diversos convenios bilaterales ha facilitado en grado sumo la salida boliviana por la Cuen- ca del Plata y ol océano Atldntico. Sin embargo, ninguna medida paliatoria podra cubrir jamds el deseo vital de los bolivianos de retornar al mar, Dentro de la convulsionada —y a veces tré- gica— vida politica de Bolivia, si hay algo sobre To cual puede pretenderse la unidad total de ideas de su pueblo, ello es justamente el anhelo del puerto propio. Muchas gestiones, varias negociaciones frus- tradas y el trascurso del tiempo, sélo han hecho crecer y crecer, hasta proporciones:-de verdadera emotividad, esta aspiracién boliviana de solucionar su dramético enclaustramtento. La compilacién que presenta Saavedra Weise esté diddcticamente ordenada, con la pulcritud que caracteriza al docente que habita en él, Era necesaria la presencia de una documentacién cronolégicamente PxéLoco Ix coherente, que pueda servir de guia para estudios investigaciones juridico-historico-politicas sobre la an- cestral demanda boliviana, y eso es lo que el autor ha puesto en nuestras manos, Conocedores de la bri- Tlante trayectoria de Saavedra Weise, sabemos tam- bién que A se reserva una capacidad diplomdtica y negociadora que podrd ser itil en el futuro a los intereses histéricos de su pais, y de ahi, entonces, la relativa “asepsia” de su compilacién, que solamente brinda un interesante juicio critico sobre aspectos deri- vados del Protocolo Complementario al Tratado de Lima de 1929 y una breve introduccién escrita con sobriedad y sentimiento nacional. Estamos seguros de que en un tiempo que no podemos predecir ahora, Agustin Saavedra Weise vol- veré a brindar su desinteresado concurso profesional la méxima aspiracién de su pais, y creemos, ademés, que por muy voldtil que sea la politica interna boli- viana, diplométicos como el autor de la presente obra y que ya han adquirido estatura internacional, serdn elementos imprescindibles a la hora de retomar el rumbo de las negociaciones para la obtencién del puer- to propio al cual Bolivia aspira y que tanto merece. Finalmente, creo que para la Argentina es muy importante el problema boliviano, especialmente en las actuales épocas de tensiones en el Cono Sur y cuando nuestro pais esté buscando un rumbo definitivo para su destino de grandeza, destino que necesaria- ‘mente seré fraternalmente compartido con nuestros x PréLoco hermanos latinoamericanos, entre los cuales el pueblo boliviano occupa un lugar de preferencia, En este contexto se inscribe, pues, el trabajo que prologamos, el que seguramente pasard a formar parte de la bibliografia de todos aquellos que se preocupan por un problema de magnitud continental que requie- ‘re una pronta solucién: la mediterrancidad de Bolivia y su potencial influencia en el critico panorama suda- mericano. Buenos Aires, diciembre de 1978, NOTA DE INTRODUCCION Bolivia, el antiguo Alto Pert, nacié a la vida inde- pendiente el 6 de agosto de 1825, desprendiéndose asi de la “Patria Grande”, esa inmensa heredad que se llamé el Virreinato del Rio de Ja Plata. No fue facil su nacimiento, pues trascurrié en medio de feroces luchas por la independencia, y se dio la paradoja hist6rica de que habiendo sido lanzado el primer grito liber- tario en Chareas, el 25 de mayo de 1809, sea también en territorio altoperuano donde callen para siempre Jos embates de la guerra de Jos 16 afios (batalla de ‘Tumusla, abril de 1825). Quiso el destino que los primeros sean los siltimos. Tampoco fue facil la posterior historia boliviana. Desgarrada la joven repiblica por permanentes y fra- tricidas luchas intestinas, fue objeto de la voracidad de algunos vecinos y —gpor qué no decirlo?— de la propia miopia y falta de concepcidn del espacio que tenfan consigo los lideres bolivianos, mucho més cerca de las cambiantes alternativas del poder politico, que de los fines wiltimos de la nacién que habian creado. En medio de tan accidentada historia y con es- casa capacidad de liderazgo, Bolivia, en el centro del xu Noms pe uvmovocci6x continente y sufriendo, en consecuencia, en suelo pro- pio los inmensos tirones geopoliticos que su ubicacién Te propinaba por todos lados, mientras cl resto de los paises sudamericanos buscaba también su propia na- i Cionalidad, es un fenémeno de supervivencia digno de pormenorizado estudio. Contra todos y pese a todos, 7 comenzando con la ya citada falta de visién historica de su seudo-élite ditigente, Bolivia sobrevivié y hoy ostenta un Iugar destacado en el concierto de Tas na- a ciones, luchando por superar las trabas del atraso, el subdesarrollo y Ia integracién nacional, tareas que con im Giversos matices son propias de todas las repiblicas - Jatinoamericanas. - Los pafses que heredaron tenitorios de Espaiia a en América, se vieron enfrascados en innumerables i conflictos limitrofes; algunos zanjados pacificamente, otros por las armas. Bolivia, mas que ningén otro ne Estado, sufrié una larga serie de diferendos con sus - cinco vecinos, entre los cuales el que menos problema - causé fue el solucionado con la Republica Argentina, a una vez dirimidas satisfactoriamente las cuestiones de i Atacama, Chaco Central y Tarija. Es, pues, la gran nacién del Plata la dnica potencia Timitrofe con la ca cual Bolivia pudo zanjar satisfactoriamente sus pro- - blemas de soberania, Con ol Brasil perdié el Mato 7 Grosso, y el problema del Acre derivé en un conflicto ~ que ineluctablemente debfa ser de resultado negativo ii para Bolivia (1903). Con e! Peré, afortunadamente Iucgo de las tensiones derivadas del laudo del pre- a Ee eee Nora pe rvrropuccigy’ XI sidente Figueroa Alcorta, se legé a una solucién ar- ménica. Con el Paraguay, la cruenta Guerra del Chaco (1932-1935) fue la tragica culminacién del antigiifsimo diferendo. Més allli de todos estos inconvenientes sufridos por Bolivia en su historia internacional, hay sin em- bargo un conflicto que supera con creces a la totalidad de las crisis externas ¢ internas de este pais: la Guerra del Pacifico, librada en alianza con el Pert, contra la Repiblica de Chile. EI citado conflicto, iniciado en 1879 y practica- mente conchuido en términos juridico-legales con el Tratado de Lima de 1929 —que determiné la perma- nencia de Arica bajo soberanfa chilena y Ia devolucién de Tacna al Peri—, marcé un hito trascendental en Ia historia de la América del Sur: no sélo por las circunstancias propias de la guerra, que culminé nada menos que con la toma y ocupacién de la capital peruana, sino también porque tuvo todas las caracte- risticas de una guerra de conquiste. El vencedor extendié sus fronteras al norte hasta llegar a territorios jamés pretendidos, reteniendo en su poder Ia antigua provincia boliviana de Antofagasta y las peruanas de ‘Tarapacd, Arica y Tacna. Chile mantuvo humillado al Perit con la ocupacién permanente de Lima durante dos afios, y luego de la firma del Acuerdo de Ancén en 1883, en una incertidumbre casi total acerca de! futuro de las provincias “cautivas”, hasta 1929, cuando Tacna fue devuelta al Perd. xiv Nota ox iwmtonvecisx ce No pudo ser peor el resultado para Bolivia. Apri- = sionado el territorio de Antofagasta entre Ja antigua - heredad chilena y lo conquistado por Ja nacién del s Mapocho al norte, la resultante triigica fue la cerrazén ie boliviana, su clausura definitiva al inmenso acceso gue es el océano, iz Si patética resulta hoy —con ojos del siglo xx— = la mediterraneidad boliviana, mayor lo fue en 1879, Al quedar Bolivia aislada, perdié la posibilidad —com- partida por todos los otros paises sudamericanos— de abrir generosamente sus puertos a a inmigracién ‘a y al consiguiente aporte de modernizacién, ae tecnologia y capital humano que dicho proceso trajo - consigo, cainbiando asf la vieja configuracién colonial y criolla de la América meridional Hoy, practicamente cuando esti a punto de cum: plirse el centenario de la Guerra del Pacifico, Bolivia continia enclaustrada. Pese a la creciente conciencia i americana de la necesidad impostergable de solucio- a nar la mediterraneidad boliviana, ella es hasta el mo- mento de escribir estas Tineas, todavia una herida punzante en el Cono Sur. El Tratado de 1929, que zanj6 definitivamente las cuestiones pendientes entre Chile y Pert, feliz co- = mo pudo haber sido para esas dos naciones, pasé a 7 agregar més tintes sombrios al encierro boliviano, ya que por una de las cldusulas del Protocolo Comple- mentario al citado acuerdo, ninguna de las nactones podia ceder a una tercera potencia “sin previo acuer- Age age agence Nora pe rvraopveciéx xv do entre ellas”, la totalidad 0 parte de los territorios que quedaban bajo sus respectivas soberanias, lo que significa para las aspiraciones bolivianas que, o bien obtiene un territorio para acceder al Pacifico por te- rritorios que alguna vez fueron suyos, 0 bien, forzo- samente, deberd esperar —o procurar— un entendi- miento entre Chile y Peri para salir al mar por el extremo norte (Arica), que separa a estos paises, Si ya de snyo es dificil ua negociacién bilate- ral, mucho m4s complicada se torna una negociacién trilateral, donde hay que buscar un punto de conver- gencia para las lineas imaginarias que representan los intereses nacionales de los tres paises. Chile ha ma- nifestado reiteradas veces que “jamés admitiré solu- ciones de continuidad on su territorio”, con Jo cual la posibilidad para Bolivia de lograr recuperar parte de su patrimonio histérico se tora —en un contexto di- plomatico— altamente problematica. Por otro lado. Ta solucién por tertitorios que fueron peruanos, re- quiere el acuerdo previo con Chile de Lima, y pese a que el Pert ha reiterado en varias oportunidades su “sincera comprensién” por la mediterraneidad boli- viana, ha sido imposible hasta ahora la coneiliacién de los intereses de las partes. Més alld de todas estas complicaciones, es e dente que hay un pais que tiene la mayor responsa- bilidad. Ese pais es Chile. Ganador de la guerra, ha explotado ingentemente los recursos obtenidos en su victoria (guano, salitre, cobre, etc.), y ahora depende de XVI Nora pe memopveciox la generacién del recurso més valioso que une alos =~ pueblos: la paz permanente, que trae consigo inte- - gracién, vinculaciones diversas y desarrollo compar- tido. Siempre que Chile, pueblo y gobierno, pueda ofrecer una férmula genesosa, que palie la necesidad a vital de Bolivia, sin menoseabar los legitimos dere- chos especificos de] Pert, los fantasmas de la guerra, baat los revanchismos, las tensiones, se alejarén definitiva- mente del Pacifico Sur, Caso contrario, la presién se acentuaré, pues Bolivia jamés renunciard a su més caro anhelo nacional: retomo al mar con soberania, 7 Sobradas, por Jo conocidas, son las razones que : aduce Chile para subestimar la aspiracién boliviana. - Se arguye que “Chile no tiene ningém problema pen- diente con Bolivia y que desde el punto de vista juri- dico se trata de un asunto terminado”. Con la frial- dad del derecho positivo, ello es cierto, pues Bolivia aa ha firmado un Tratado de Paz y Limites con Chile, a més otras convenciones relativas al libre transito. Em- ae pero, hay algo en a politica internacional que jamas se inscribe en los tratados, y es e] sentimiento histd- rico de los pueblos, méxime cuando éste deriva de tratados injustos y desiguales. Asi, Espafia no renun- - cia hasta ahora al Penién de Gibraltar, pese al ‘Tra- = tado de Utrecht de 1713; Francia nunca renuncié a - Alsacia y Lorena, pese a la derrota de 1870; Polonia renacié ‘varias veces, acuerdos de repartija al mar- gen. Es muy grande la lista de pueblos que jamés renuncian a sus aspiracfones, aunque ellas estén for- Gs esas ease etme Nora pe istRopyeci6s XVII malmente sepultadas en Ia hojarasca legal de los tra- tados. No puede, pues, Chile, escudarse eternamente en Ta falta de “razones juridicas”. La solucién de la me- diterraneidad boliviana debera ser politica, y politica sera también la oferta que Chile haga algin dia, para alejar nubarrones de conflict ¢ integrar positivamen- te un territorio donde convivan fraternalmente con peruanos y bolivianos. Siempre se dice que la con- dueta del avestruz es la mas errada, y conviene que Chile tonga presente el aforismo. Al margen de estos juicios de valor, muy propios y personales, nada hay de polémico en las paginas que siguen, Es mas, el verdadero propésito de este tra- bajo ha sido el poner al alcance de los estudiosos & interesados en cl tema, el conjunto de documentos mis pertinentes que hacen relacién « la mediterranci- dad boliviana y a las frustradas negociaciones que hasta ahora Bolivia ha segnido para retormar al mar. Como podra observarse, el trabajo comienza con los tratados de limites entre Bolivia y Chile, siguiendo Inego con el Pacto de Tregua y Ios acuerdos de 1895, ningumo de los cuales prosperd, hasta Iegar al Tra- tado de 1904, actualmente vilide para ambas partes. La documentacién posterior ilustra sobre aspectos de. rivados del encierro holiviano, y si se insert el Trae tado de 1929 de Chile y Peri, es por las razones ex- plieadas arriba, Asimismo, se agregs una pequeiia nota periodistica publicada por el suserito en el ma Xvi Nora pe mvtaopuecrOx tutino “Presencia”, de La Paz, con opiniones acerca de la controversia entre Lima y Santiago, derivada de Ja propuesta peruana de 1976, Siempre en forma cronolégica, contimia la obra con el resto de los do- cumentos piblicos que han tenido que ver con las negociaciones chileno-bolivianas, hasta culminar con la notificacién de ruptura de relaciones diplomaticas del 17 de marzo de 1978. Deliberadamente, no hemos querido emitir jui- ios sobre toda la documentacién recopilada, En par- te para brindazle al lector un manual objetivo y préc- tico; en parte también, para no ensombrecer Ja posi- bilidad futura de nuevas negociaciones, pero sobre todo, porque el juicio final y definitivo sobre lo hecho es atin prematuro. Por otro lado, pensamos que ne- cesaria como es la solucién del encierro, premisa pre- via para cllo es la unidad de los bolivianos para rede- finir con claridad el problema, América ya ha mos- trado, desde Washington hasta Buenos Aires, su soli- daridad con Bolivia. Son los bolivianos, ahora, los que tendran que demostrar su capacidad cohesiva, para producir o! resultado que indefectiblemente Chile de- bera prover algin dia por la razén o por la fuerza, como reza su lema nacional: el retorno de Bolivia al mar. Buenos Aires, octubre de 1978. MAPA ACTUAL DE LA REPOBLICA DE BOLIVIA CON SU ANTIGUO LITORAL MARITIMO (ZONS SOMBREADA) INDICE Rrélogo por el doctor Jorge R. Vanossh e.-e-scseccseetseeeee VIL Nota do introduccién : XI Mapa de Bolivia con su antiguo litotal marino... \ssssscs.e XIX T. Documentos relativos al enclaustramionto. gecgrético de Bolivia Tratados de limites entre Chilo y Bolivia a) Tratado de 1868 1 B) Tratado de 18TH 2. 5 Documentos posteriores a la guerra del Pasiico Pacto de Tregua de 1884 9 ‘Tratado de 1805 7 ae 13 ‘Tratado especial sobre tasferencia de teitorio lolol. IT Protocalo de 1895 : : a Protocolo de 1896 - 33 Tratado de paz y acuerdos siguientes: ‘Tratado de 1904 .... 7 Protocolo de 1907 para Gesignat abitio 88. Protocclo de 1907 sobre canje de territories 2.0... ca Convenciéa. sobre Trinsito 39 “Tratado chileno-peruano de 1939 y protocolo complemeniasio » 47 Refleriones sobre ef acuordo previo entre Chile y Peni, por “Agustin Saavedra Weise 33 TE Documentos piiblices sobre las neqociaciones ora selucionar la mediterraneidad de Bolicta Intercambio de notas de 1950 Memorindum chileno de 1981 y respuesta boliviana 38 XXIL Inpice Declyacién de Ayacucho de 1974 1.4. Acta de Charasie de 1975 ......-1 Ayuda memoria de Bolivia de agosto de 1975 Nota boliviana del 16 de diciembre de 1975 . Respuesta ohilena a ayuda memoria y nota bolivionas Notas intercambiadas entre Chile y Peri Respuesta pervana a Chile y nota elena Planteamiento peruano a Chile de noviembre de 1976 ‘Texto completo de Ia propuesta peruana «.... te Versién completa de as expliczciones del euneiler persano | Memoréadim chileno rechizando el planteamiento peruano Declaracién de la Caneilloria del Peri Mensaje del general Hugo Banzer Suérez de diciembre de 1976 2 eonfunta de los cancilleres de Bolivia y Peri conjunta de los capeileres do Bolivia y Calle Nota de suspensiin de reluciones diplomstieas con Chile (17/3/78) Declaraciin del gobierno de Chile Declaracién boliviana sobre ruptura de relaciones eon Chile Ancexos: Notas intercambiadas entre los presidentes Banzer y Pi- rnochet FUENTES cescseesseeeeseeeeciees us 1h 135 aT 139 ash 133 137 ui 168 “Es un error muy esparcido y que se repite diariamente en la prensa y en la calle, el opinar que Bolivia tiene derecho ir un puerto en compensacién por su litoral. No hay tal cosa. Chile ha ocupado el litoral y se ha apoderado de él con el mismo titulo con que Alemania enex6 al Imperio ta Alvacia ¥ [a Lorena, con el mismo titulo con que los Estados Unidos de la América del Norte han tomado a Puerto Rico. Nuestros derechos nacen de la victoria, la ley suprema de las naciones. Que el litoral es rico y que vale millones, eso ya lo sabiamos. Lo guardamos porque vale; que si nada valiera no habria interés en su conservacién”. (De Is nota, que el ministro chileno Absaham Konig, plenipoteneiario de sy pais en La Paz, remitié al canciller Boliviano el 13 de agosto de 1900). “La aspiracién de poseer tna salida al mar es comtin a todos los Bstados que se encuentren pricados de este contac- to; la atraccién es enorme. Es una fuerza geopolitica que se opera siempre que se le presente Ta ocasién y que ningiin tra- tado logra extinguir”. (Augusto Pinochet Ugarte, en Geopolitica, p. 104 Tnstituto Geogrdfico Militar de Chile, Santiago, 1968), “Aun pediré otro premio a la acién entera y a sus ad- ministradores: el de no destruir la obra de mi creacién: de conservar por entre todos los peligros la independencia de Bolivia; y de preferir todas las desgracias, y Ia muerte misma de sus hijos, antes que perder la soberania de la Repiiblica que proclamaron los pueblos, y que obtuvieron en recompensa de sus generosos sacrificios en la revolucién”. (Del menssjo a Ia Nacién del Gron Meriseal do Aya ceucho, Antonio José de Sucre, Bolivia, 1828) “Bolivia estaba muriendo la muerte de mil cortes y sus deres aunque tenian el nticleo vital, no tentan la cabeza para parar la hemorragia. El concepto geopolitico de la naturaleza del Estado declara que la decadencia de todo Estado es et resultado de la pérdida de la concepoién del espacio, y con- cepeién del espacio es precisamente lo que los directores det destino del Alto Prd: independiente no tenian. Sus predeceso- res espafioles pensaban en términos continentales ¢ incluso glo- bales y consecuentemente Charcas, como el eslabén central det Imperio de Sudamérica, irradiaba poder. Bajo normas candi escas, pequetias y cortas de vista, Bolivia se encerré en su Grea central y permitié que la periferia se cierro sobre ella Con tal liderazgo, 0 mejor dicho con la falta de ét, las amputa clones al cuerpo politico Boliviano continuaron”. (Lewis Tambs, “Geopolitical factors in Latin Americo”, del libro Latin. America, politics, economics and. hemis. Dheric security, Praeger, N. York, 1964). 1 DOCUMENTOS RELATIVOS AL ENCLAUSTRAMIENTO GEOGRAFICO DE BOLIVIA TRATADO DE LIMITES ENTRE CHILE Y BOLIVIA Snscrito en Santiago de Chile, el 10 de agosto de 1808. Canjeada el 9 de diciembre. de 1866, La Repiblica de Chile y Ia Repitblica de Bolivia, deseo- sas de poner término amigable y reeiprocamente satisfactorio 1 la antigua cuestién pendiente entre ellas sobre le fijacion de sus respectivos limites territoriales en el desierto de Ata- ‘cama y sobre Ia explotacién de los depésitos de guano exis- tentes en el litoral del mismo desierto, y decididas a con- solidar por este medio Ia buena inteligencia, 1a fraternal amistad y Jos vinculos de alianza Sotima que las ligan mu- tuamente, ban determinado, renuneiar a ona parte de, ls derechos territoriales que cada una de ellas, fundada en bue- nos titulos, cree poser, y han acordado ‘celebrar un Tra- tado,que zanje defintiva © irevocablemente Ta mencionada cuestién. AT efecto han nombrado sus respectivos.plenpotencia 8, E. el Presidente de la Repiiblica de Chile, al sefior don Alvaro Covarrubias, Ministro de Estado en ef Departa- mento de Relaciones Exteriores de la misma Repiiblica; y S. E. el Presidente de la Repiblica de Bolivia, al sefor don Juan Ramén Mujioz Cabrera, Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de Bolivia en Chile; Los cuales plenipotenciarios, después de haber canjeado mutuamente sus plenos poderes y encontrindolos en buena y debida forma, han acordado y estipulado los articulos si- guientes, a saber: Art, 1°,—La linea de demareacién de los limites entre 2 Acusrix SaavEnna Weise, Chile y Bolivia en el desierto de Atacama, seri en adelante cl paralelo 24 de latitd meridional, desde el litoral del Pa- eMfico hasta los Kimites orientales de Chile; de suerte que Chile por el sur y Bolivia por ef norte tendriin la posesién y dominio de los territorios que se extienden hasta el. mencio- nado paralelo 24, pudiendo ejercer en ellos todos os actos de jurisdicciin y soberania correspandientes al sefior de suelo La fijacién exacta de Ia linea de demaroacién entre los dos paises se hard por una comisién de personas idéneas y peritas, Ia mitad de cuyos miembros ser nombrada por cada tuna de las altas partes contratantes Fijada la linea divisoria, se marcaré en el terreno por medio de sefales visibles y permanentes, las cuales serin cos teadas a prormata por los gobiernos de Chile y de Bolivie. Art. 2°,—No obstante la divisiGn terzitorial estipulada en el articulo anterior, Iz RepSblica de Chile y la Repili de Bolivia se repartirin por mitad los productos provenien- tes de Ia explotackin de los depisitos de guano descubiertos en Mejillones y de los demas depSsitos del mismo abono que ss¢ descubrieren en el territorio comprendido entre los grados 3 y 25 de latitad meridional, como también los derechos de exportaci6n que se perciban sobre los minerales extraidos del mismo espacio de territorio que acaba de desigharse. Art. 3°.~La Repiblica de Bolivia se obliga a habilitar la bahia y puerto de Mejilones, estableciendo en aquel pun: to una aduana con el miimero de empleados que exija e! desarrollo de Ja industria y del comercio, Fsta aduana seré Ja nica oficina fiseal que pueda percibir los productos del guano y los derechos de exportacién de metales de que trata el asticnlo precedente. El Gobierno de Chile podré nombrar uno o més emplea- dos fiseales que, investidos de un perfecto derecho de vigi- lancia, intervengan en las cuentas de las entradas de Ja. refe rida aduana do Mejillones y perciban de la misma oficina, directamente y por trimostres, 0 de la manera que se estipu- lore por ambos Estados, la parte de, beneficios correspon: diente a Chile a que se refiere el citado art. 2°. DOCUMENTOS SOBRE LA MEDITERRANEIDAD BOLIVIANA 3 La misma facultad tendré el Gobierno de Bolivia, siem: pre que el de Chile, para la recaudacién y percepeién de los productos de gue habla el articulo anterior, estableciere al: guna oficina fiscal en el territorio comprendide entre los grados 2 y 25. Art, #,—Serin libres de todo derecho de exportacién los productos del tertitorio comprendido entre los grados 24 y 2 de latitud meridional que se extraigan por el puerto de Mejillones, Sexin libres de todo derecho de importacién los produe- tos naturales de Chile que se introduzcan por el puerto de Mejillones. Art. 5°. — El sistema de explotacién o venta del guano, y los derechos de exportacién sobre los minerales de que trata cl art. 2° de este Pacto, serin determinados de comin acuer- do por las altas partes contratantes, ya por medio de conven- ciones especiales, 0 en Ia forma que estimaren més conve- niente y expedita. Art, 6°.—Las repiblicas contratantes se obligan a no enajenar sus derechos a la posesién 0 dominio del territorio que so dividen entre sf por el presente Tratado, a favor de otro Estado, sociedad 0 individuo particular. En el caso de desear alguna de ellas hacer tal enajena- cién, el comprador no podré ser sino 1a otra parte contra- tante, Art. 72,—En ateneién a los perfuicios que Ja cuestién de limites entre Chile y Bolivia ha ixrogado, segiin es notorio, 4 los individaos que, asociados, fueron los primeros en explo- tar serfamente las guaneras de Mejillones, y cuyos trabajos de explotacién fueron suspendidos por disposicién de las au- toridades de Chile en 17 de febrero de 1863, las altas partes contratantes se comprometen a dar, por equidad, a los expre- sados individuos una indemnizacién de ochenta mil pesos, pagadera con el diez. por ciento de los productos liquidos de Ja aduana de Mejillones. Art. 6.—E} presente Tratado seré ratificado, y sus rat ficaciones canjeadas en la ciudad de La Paz o en la de San- 4 Acvstis Saaveona Weise tiago, dentro del término de cuarenta dias 0 antes si fuere posible. En testimonio de Jo cual los infrascritos plenipotenctarios de la Republica de Chile y de la Repiblica de Bolivia ban firmado el presente Tratado y puéstole sus respectivos sellos tn Santiago, a diez dias del mes de agosto del aio de Nues- tro Sefior mil ochocientos sesenta y seis. (L. 8.) ~ Alvaro Cocarrubias. (L. §.) ~Juan R. Mufioz Cabrera. TRATADO DE LIMITES ENTRE CHILE ¥ BOLIVIA Suscrto en La Paz, el 6 de agosto do 1674 y ol 21 de julio de 1875. ‘Canjoado el 28 de julio y el 22 de setiembre de 1875. En el nombre de Dios Las repiiblicas de Chile y de Bolivia, estando igualmente animadas del deseo de consolidar sus mutuas y buenas rela~ ciones y de apartat, por medio de pactos solemnes y amis- tosos, todas las causas que puedan tender a enftiarlas o en- torpecerlas, han determinado celebrar un nuevo Tratado de Limites que, modificando el celebrado en cl aiio de 1866, asegare en lo sucesivo a los ciudadanos y a los gobiernos de ambas replicas, la paz y la buena armonfa necesarias para su libertad y progreso. Al efecto han nombrado y constituido por sus plenipo- tenciarios: la Repéblica de Chile a don Carlos Walker Mar- tinez, y Ja Repablica de Bolivia a don Mariano Baptista, los cuales, después de haberse comunicado sus plenos poderes y de haberlos hallado en debida forma, han convenido en los siguientes articulos: Art. 1?.—E} paralelo del grado 2, desde el mar hasta la cordillera de los Andes, en el divortia aquarum, es cl Ini- te entre las repiiblicas de Chile y de Bolivia Art, 2°, —Para los efectos de este Tratado se consideran firmes y subsistentes las Hneas de los paralelos 23 y 24, fi das por los comisionados Pissis y Mugia y de que da testi ‘monio el acta Jevantada en Antofagasta el 10 de febrero de 1870. Si Imbiere duda acerca de la verdadera y exacta ubiea- 6 Acustiy Saavepna Weise cién del asiento minera de Caracoles 0 de cualquier otro Ingar productor de minerales, por considerarlos fuera de la zona eomiprendida entre esns paralelos, se procederi a deter minar dicha uhicacién por una comisién de dos peritos nor brados uno por cada una de las partes contratantes, debiendi los mismos peritos nombrar un tercero en caso de discordia; y sino se aviniesen para ese nombramiento, Io efectuark 5. M. el Emperador del Brasil, Hasta que no aparezca prue- ba ca contrario relativa a esta determinacién, se seguir en- tendiendo, como hasta aqui, que ese asiento minero esti com: prendido entre los paralelos indicados. Art. 3°.—Los depésitos de guano existentes 0 que en adelante se descubran en el perimetro de que habla el ar- tieulo anterior, serén partibles por mitad entre Chile y Bo- livia; el sistema de explotacién, administracién y venta se efectuaré de comin acuerdo entre los gobiemos de Tas dos repitblicas en la forma y modo que se ha efectuado hasta el presente, Art. #.—TLos derechos de exportacién que se impongan sobre los minerales explotados en Ja zona de terreno de que hhablan los articulos precedentes, no excederin la cuota de Ja que actualmente se cobra, y las personas, industrias y ca pitales chilenos no quedarin sujetos a més contribuciones, de cualquiera clase que scan, que a las que al presente oxisten. La estipulacién contenida en este articulo duraré por el término de veinticinco afios. Art. 5°. —Quedan libres y exentos del pago de todo de- recho Ios productos naturales de Chile que se importaren por el litoral boliviano comprendido dentro de los. paralelos 23 y 24; en reciprocidad queden con idéntica lberacién los productos naturales de Bolivia que se importen al litoral chi Teno dentro de los paralelos 24 y 25. Art, 6.—La Repiiblica de Bolivia se obliga a la habilt tacin permanente di Mejillones y Antofagasta como puerto: mayores de su litora! Art. 7°. — Queda desde esta fecha derogado en todas sus DocuMENT0s SOBRE LA MEDITERRANEIDAD BOLIVIANA partes el Tratado de diez de agosto de mil ochocientos se senta y seis Art. 8°, El presente Tratado ser ratificado por cada una ‘de las repiblicas contratantes, y canjeadas las ratifica- ciones en la ciudad de Sucre dentro del término de tres meses. En fe de lo cual, los infrascritos plenipotenciarios de las reptiblicas de Chile 'y de Bolivia han firmado el presente Protocolo y pubstole sus respectivos sellos en Sucre, a ios seis dias del snes de agosto de mil ochocientos setenta’ y cua- to afios. (I §.) —Garlos Walker Martinez. (CS) —Mariano Baptist. Documentos posteriores a la guerra del Pacifico ® PACTO DE TREGUA ENTRE CHILE ¥ BOLIVIA Suscrito en Valparaiso, el 4 de abril de 1684, Ratifesciones canjeadas, cl 29 de noviembre de 1864, fentras Nega la oportunidad de celebrar un tratado definitive de paz entze Tas repiiblicas de Chile y de Bolivia, ambos pafses, debidamente representados, el primero por el sefior Ministro de Relaciones Exterfores don Aniceto Vergara ‘Albano, y el segundo por los sefiores don Belisario Salinas y lon Belisario Boeto, han convenido en ajustar un Pacto de Tregua en conformidad a las bases siguientes: Primera. Las repiblicas de Chile y de Bolivia celebran ‘una tregua indefinida; y, en consecuencia, declaran terminado el estado de guerra, al cual no podri volverse sin que una de Jas partes contratantes notifique a la otra, con anticipaciin de un afio a To menos, su voluntad de tenovar las hostilidades, La notificactén, en esto caso, se hari directamente 0 por el conducto del representante diplomético de una nacién amiga. Segunda.—La Repitblica de Chile, durante Ia vigencia de esta tregua, continuaré gobernando, con sujecién al régimen politico y administrative que establece Ia ley chilena, Ios territorios comprendidos desde el paralelo 23 hasta Ia desem- bocadura del rio Loa en el Pacifico, teniendo dichos territo- tios por limite oriental una Tinea recta que parta de Sapalegui, desde la interseccién can el deslinde que los separa de la * Sélo quedé vigente e} Pacto te Tregua hasta ta firma del Tra tado de 1904, 10 Acustix Saaveora Weise, Repiblice Argentina, hasta el volein Licancaur. De este punto seguiré una recta a la cumbre del voloin apagado Ca- bana. De aquf continuard otra recta hasta el ojo de agua que se halla més al sur, en el Tago Ascotn; y de aqui otra recta que, eruzando a lo largo dicho Jago, termine en el voloin Ollagua. Desde este punto, otra recta al voleén Tia, conti nuando después ta divisoria existente entre el departamento de Tarapacd y Bolivia En caso de suscitarse dificultades, ambas partes nombra- xin una comisién de ingenieros que fije el limite que queda trazado, con sujecién a los puntos aqui determinades, Tercera, — Los bienes secuestrados en Bolivia a nacionales chilenos por decretos del Gobierno 0 por medidas emanadas de antoridades civiles y militares, serdn devueltos inmediata mente 2 sus duefios oa los representantes constituidos por ellos con poderes suficientes. Les ser igualmente devuelto el producto que el Go- bicmo de Bolivia haya rectbido de dichos bienes, y que apa rezca justificado con Ios documentos del caso. Los perjuicios que por las causas expresadas 0 por la destruceia de sus propiededes hubieren recibido los ciuda- nos chilenos, serin indemnizados en virtud de las gestiones que los interesados entablaren ante el Gobierno de Bolivia, Cuarta,— Si no se arribare a un acuerdo entre el Gobier- no de Bolivia y los interesados, respecto del momto ¢ indemni- zacién de los perjuicios y de la forma del pago, se someterén los puntos en disidencia al arbitraje de una comisién come puesta de un miembro nombrado por parte de Chile, otro por fa de Bolivia y de un tercero que se nombraré en Chile, de comiin acuerdo, de entre los representantes neutrales acredi- tados en este pais. Esta designacién sc hari a In posible brevedad, Quinta.— Se restablecen las relaciones comerciales entre Chile y Bolivia. En adelante, los productos naturales chile- nos y los elaborados con ellos’ se internarn en Bolivia libres de todo derecho aduanero, y los productos bolivianos de Ta misma clase y los claborados del mismo modo, gozarin en DOCUMENTOS SOBRE LA MEDITERRANEIDAD BoLIVIANA LI Chile de igual franquicia, sea que se importen o exporten por puerto chileno. Las franquicias comerciales de que respectivasnente hayan de gozar los productos manufacturados chilenos y_bolivianos, ‘eomo la enumeracin de estos mismos productos, ser materia de un protocolo especial. La mercaderia nacionalizada que se introduzca por el puerto de Arica sori considerade como mercaderia extranjera para los efectos de su internacién, La mereaderla extranjera que se introduzca a Bolivia por Antofagasta tendra trinsito libre, sin perjuicio de las medidas que el Gobierno de pueda tomar para evitar el contrabando, Mientras no haya convencién en contrario, Chile y Bo- livia gozarin de las ventajas y Franquicias comerciales que ‘ona w otra puedan acordar 2 In nacién mis favorecida, Sexta.—En_ el puerto de Arica se cobrari conforme al arancel chileno los derechos de internacién por Tas mereaderias extranjeras que se destinan al consumo de Bolivia, sin que ellas puedan ser en el interior gravadas con otro derecho. El rendimiento de esa aduana se. dividiri en esta forma: un veinticinco por ciento se aplicant al servicio aduanero y a la parte que corresponde a Chile por el despachn de mercaderias para el consumo de los territorios de Tacna y Arica, ¥ un setenta y cinco por eiento para Bolivia. Este setenta y- cineo por ciento se dividiré por ahora de la manera siguiente: cua- fentavas partes se retenden por In administracién chilena para al pago de las cantidades que resulten adeudarse por Bolivia en las liquidaciones que se practiquen, segiin la cliu- sula tercera de este pacto. y para satisfacer Ii parte insoluta del empréstito boliviano levantado en Chile on 1867; y ol resto se entregard al Gobierno boliviano en moneda eorriente © en letras a su orden. El empréstito seri considerado, en su liguidacién y pago, en iguales condiciones «nue los damnifica dos en la guerra EI Gobierno boliviano, enando Jo erea convenicnte, podri w Austin Saavenna Weise tomar conocimiento de la contabilidad de la aduana de Arica por sus agentes aduaneros Una vex pagadas las indemnizaciones a que se reliere el articulo 3°, y habiendo cesado por este motivo la reteneién de las cuarentavas partes antedichas, Bolivia podri establecer sus aduanas interiores en la parte de su territorio que lo crea conveniente. En este caso In mercaderia extranjera ten- dra trénsito libre por Arica. Séptima.— Los actos de las autoridades subalternas da uno u otro pais que tiendan a alterar la situacién creada por el presente Pacto de Tregua, especialmente en 10 que se re= Fiere a los Kmites de los territorios que Chile contin(ia ocu- pando, seran reprimidos 0 eastigados por los gobiernos respec tivos, procediendo de oficio o a requisicién de parte. Octave, —Como el propésito de las partes contratantes, al celebrar este Pacto de Tregua. es prepatar y facilitar ef ajuste de una paz sblida y estable entre las dos repiblices, se comprometen recfprocamente a proseguir las gestiones con- ducentes a este fin, Este Pacto serd ratificado por el Gobierno de Bolivia en el término de cuarenta dias, y las ratificaciones canjeadas ‘en Santiago en todo el mes de junio proximo. En testimonio de lo cual el selior Ministro de Relaciones Exteriores de Chile y los sefores plenipotenciarios de Bolivia, que exhibieron sus respectivos poderes, firman por cuplicado el presente Tratado de Tregua, en Valparaiso, a cuatro dias del mes de abril del afio mil ochocientos ochenta y cuatro. (Fiemado) — A. Vergara Albano. (Firmado) — Belisario Salinas. (Firmado) — Belisario Boeto. TRATADO DE PAZ Y AMISTAD SUSCRITO ENTRE CHILE Y BOLIVIA wwo de Chile, el 18 de mayo de 1895, feienes: 30 do abril de 1808, La Reptiblica de Chile y a Reptiblica de Bolivia, deseo- sas de afirmar en un Tratado definitive de paz las relaciones politicas quo unen a los dos paises, y decididas a consolidar por este medio y de una manera estable y duradera los vin- culos de sincera amistad y buena inteligencia que existen centre las dos naciones, y realizando, por otra parte, el propésito y amhelos de concordia perseguides por las altas partes con tratantes desde que ajustaron. el Pacto de Tregua de 4 de abril de 1884, han determinado celebrar un Tratado de Paz y Amistad y al efecto han nombrado y constitufdo por sus plenipotenciarios, a sab Su Excelencia el Presidente de la Reptiblica de Chile, a don Luis Barros Borgo‘io, Ministro de Relaciones Exteriores, y Su Excelencia el Presidente de la Repiiblica de Bolivia a don Heriberto Gutiérrez, Enviado Extraordinario y Ministro Ple- nipotenciario de Bolivia en Chile. Quienes después de haber canjeado sus plenos poderes y habiéndolos hallado en buena y debida forma, han acordado los siguientes articulos: Art. I.—La Repiilica de Chile continuard ejerciendo en dominio absoluto y perpetuo la posesién del territario que ha gobernado hasta el presente conforme a Jas estipulaciones del Pacto de Tregua de 4 de abril de 1834, En consecuencia, queda reconocida Ia soberania de Chile sobre los territorios ‘que se extienden al sur del rio Loa, desde su desembocadura en cl ad Acustix Saaveons West | Pacifico hasta el paralelo 23° de latitud sur y que reconocen por limite oriental la serie de lineas rectas determinadas en el articulo 2° del Pacto de ‘Tregua, 0 sea, una linea recta que parta de Zapaleri desde la interseccién de aquellos territorios con el deslinde «jue los separa de la Repiblica Argentina, has. ta el volein de Licancaur, Desde este punto seguira una rect ala cumbre del voletn apagado Cabana 0 cerro Mamado cl Cajén. De aqui continuaré otra recta hasta el ojo de agua que se halla més al sur en el lago Ascotin, y de aqui ot recta que eruzendo a Jo largo de dicho lago termine en el vole’n Ollagua. Desde este punto otra recta al voledn Téa continuande después ka division entre el departamento de Ta rapact y Bolivia Art, Il. —El Gobierno de Chile se hace cargo y se com: promete al pago de las obligaciones reconocidas por el de Bolivia a favor de las empresas mineras de Huanchaca, Co rocoro y Oruto y del saldo del empréstito boliviano levantado fen Chile el afio 1867, una vez deducidas las cantidades que hubieren sido de abono a esta cuenta sextin el articulo 6% del Pacto de Tregua. Se obliga asimismo, a satisfacer los siguien- tes exéditos que pesaban sobre el litoral holiviano: el que corresponde 3 los bonos emitidos pars la constraccién del ferrocarril de Mejillones 2 Caraccles: cl crédito a favor de don Pedro Léper Gama, representado en la actualidad por Ja casa Alsop y Compaiiia de Valparaiso: el de don Enrique G. Meiggs, representado por don Edward Squire, procedente del_contrato cclebrado por el primero con el Gobiemo de Bolivin en 30 de mavo de 1876, sobre arrendamiento de Tas salitreras fiscales de Toco; y el reconocido a favor de Ia fami- fin de don Juan Carday. Estos eréditos serin objeto de particular liquidacién y de unt especificacién detallada en un protocolo complementario. Art, IIT.—Fuera de las obligaciones precedentemente enue mezadas el Gobiemo de Chile no xeconoee eréditos ni res- ponsabilidades de ninguna clase que afecten 2 los territorios que son materia del presente Tratado, cualquiera que sca su naturaleza y procedencia. Queda asimismo exonerado el Go- _ Docustens0s sone 1A MEDITERRANEIDAD BOLIVIANA 15 bierno de Chile de las obligaciones contraidas por la cléusula sexta del Tratado de Tregua, absolutamente libre de} rendi- miento de la Aduana do Arica y Bolivia con In facultad de establecer sus aduanas en ol higar y forma que le pareciere conveniente, Art. IV.—En caso de suscitarse dificultades sobre ol It mite entro los dos paises, se nombraté por las altas partes contratantes una comisién de ingenieros que proceda a de- marear en ol terreno la Timea fronteriza que determinan Tos puntos cnumerados en cl articulo primero del presente Tra- tado, De igual modo se proceders al restablecimiento de los linderos que existan 0 2 la fijacién de los que correspond sefialar en el Iimite tradicional entre el antiguo departamento, hoy provincia chilena de Tarapaed, y la Repiblica de Bolivia Si por dosgracia ocurriese ontre los ingenieros demarcadores algiin desacuerdo que no pudiese ser allanado por la accién directa de los gobiernos, se someterd la cuestién al fallo de una potencia amiga. Art, V.—Las ratificaciones de este Tratado serin can jeadas dentro del plazo de seis meses, y el canje tendri Iugar en la ciudad de Santiago. En fe de lo cual, el Ministro de Reliciones Exteriores de Chile y el sefior Enviado Extraordinario.y Ministro Plenipo- tenciario de Bolivia firmaron y sellaron con sus re sellas y por duplicado el presente Tratado de Pax y Amistad cn la ciudad de Santiago, a dieciocho dias del mes de mayo de mil ochoeientos noventa y cinco. (L. $.) — Luis Barros, Borgoio. (L! 8) —Heriberto Gutiérrez.

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