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La gráfica popular

en las manifestaciones de protesta


Nacho Clemente Enero de 2011

La revolución tecnológica está provocando notables trans- esfuerzo, en generadoras de mensajes gráficos, usando herramien-
formaciones en la manera de manifestarse y de convocar tas como la cámara fotográfica digital, el ordenador personal, el
a los manifestantes. escáner o la impresora de inyección de tinta, que no son sólo de
uso profesional, si no también de ámbito doméstico.
Desde hace unos años somos testigos de una evolución en la forma
del acto de manifestarse. El poder de los medios de comunicación La gráfica en la manifestación y los rastros de la protesta
es cada vez mayor y el esfuerzo por aparecer en ellos invita a los
manifestantes buscar la manera más impactante para llamar la La gráfica reivindicativa está
atención de estos. El objetivo es salir en prensa y televisión, donde la presente más allá del momento
imagen tiene gran protagonismo, aunque muchas veces se informe de la manifestación. Los men-
tan sólo del acto de protesta, y no se aborde la causa de fondo que la sajes gráficos que informan de
ha provocado. Las manifestaciones se idean para ser fotografiadas la convocatoria, plasmados en
y filmadas, para ser difundidas. No es tan importante el número de carteles o sobre pintadas mura-
participantes como las imágenes resultantes que pueden surgir de les, se convierten en rastros casi
una buena puesta en escena. Lo importante es crear noticia para perennes. También las pancar-
que después se genere la polémica, el debate y por qué no, llegar a tas utilizadas (o no) durante
una posible solución del problema. la protesta se transforman en
recuerdos, o recordatorios, que
pasan a integrarse en el paisaje
urbano. Ambos, con el paso de
tiempo van desapareciendo por
Manifestaciones contra la guerra de diversos motivos y los que sobre-
Irak, Londres, 2005.(Fotos de Manel viven toman un valor altamente
Clemente) simbólico y son testigos de nues-
tra historia reciente. Un «No a la
Guerra» en un balcón cuando supuestamente ésta ya ha finalizado,
tiene un significado que trasciende las propias palabras. Nos hace
pensar si realmente se ha acabado, si se refiere a una guerra o a las
guerras, si es un mensaje de protesta o simplemente se trata de un
posicionamiento pacifista.
Manifestaciones contra George Bush, Nueva York, 2004. (Fotos de Nacho Clemente).

Las últimas tecnologías llegan a la manifestación


«La manifestación es, en esencia, un acto
público y masivo, y una ocasión inmejora-
La revolución tecnológica en la que vivimos inmersos está ejer-
ciendo una enorme influencia en la manera de manifestarse, es
ble para la producción de gráfica popular.»
decir, en la manera de comunicarse. Por un lado, los nuevos siste-
Paralelamente a esa producción
mas de transmisión de la información. Convocar una manifestación
ligada al acto de la manifestación
ya no implica necesariamente la realización de un cartel o panfleto,
encontramos la pintada mural.
ya que por ejemplo, con un mensaje de móvil reenviado una y otra
Si bien la producción de graffiti
vez ya es suficiente. Internet permite que la comunicación interper-
reciente no pretende en la
sonal sea mucho más dinámica gracias al correo electrónico, y que
mayoría de ocasiones transmitir
los mensajes verbales e icónicos (fotografías, ilustraciones,…) fluyan
un mensaje concreto, más que
rápidamente. Además esta información es accesible incluso sin salir
el propiamente artístico, o el
de casa. Esto ha provocado que haya aparecido una alternativa a la
de «marcar el territorio», en
manifestación tradicional: la ciberacción, que utilizan ya impor-
ocasiones sí que se convierte en
tantes organizaciones no gubernamentales como Greenpeace y
una manifestación gráfica de
Amnistía Internacional. Estas «manifestaciones virtuales», más
protesta. La técnica del stencil o
próximas a la clásica carta al director de los periódicos, han con-
el uso del rotulador, que permi-
vertido un acto esencialmente local, o mejor dicho, localizado, en
ten una ejecución rápida y una
un acto que puede ser, si se cree necesario, de envergadura global.
Manifestación convocada por la organi- precisión gráfica relativamente
zación SOS Racisme, Barcelona, 2005. alta, facilita que en cualquier
Por otro lado, los actuales sistemas de reproducción permiten
(Foto de Manel Clemente). soporte, por pequeño que
que un gran número de personas se conviertan, sin demasiado
sea, podamos encontrar estos

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mensaje, que a veces pasan casi inadvertidos entre la multitud de
estímulos del entorno.

La manifestación es, en esencia, un acto público y masivo, y una


ocasión inmejorable para la producción de gráfica popular. La
economía de medios, la necesidad de inmediatez y la contundencia
del mensaje a transmitir, ha facilitado la generación de interesantes
muestras de gráfica vernácula.

Manifestaciones contra el ruido. Campaña “Prou Soroll” diseñada por Nacho


Clemente, 2006.

casi universal: las señales de tráfico, y las imágenes artísticas de


reconocidos creadores como Picasso o Munch. Todos ellos van
calando en el subconsciente colectivo y se va creando un código
Manifestación convocada por la organización SOS Racisme, Barcelona, 2005. (Foto
no escrito de carácter global, que no deja de evolucionar, pero que
de Manel Clemente).
posee numerosos matices locales.
El mensaje escrito: caligrafía versus tipografía, meca-
nización versus artesanía

En cuanto al contenido verbal, la brevedad y concisión de los


mensaje escritos es notable. Palabras como «NO» o «STOP », y
determinados signos ortográficos como el de exclamación o el de
interrogación son constantes. En muchas ocasiones se combinan
de manera magistral con signos icónicos, como pasa en el cómic
o en los jeroglíficos.

Manifestaciones contra el ruido. Cam- Manifestaciones contra el ruido. Cam-


paña “Prou Soroll” diseñada por Nacho paña “Prou Soroll” diseñada por Nacho
Clemente, 2006. Clemente, 2006.

El manifestante tiene un acceso fácil a multitud de imágenes


gracias a Internet. Ahora con sólo introducir el concepto deseado
en cualquier buscador se dispone al instante de un catálogo de
Manifestación contra la Ley de Extranjería, Barcelona, 2003 (Foto de Manel
imágenes listas para ser descargadas, lo que facilita la apropiación
Clemente).
de la imagen. En una sociedad donde las cosas cada vez van más
Respecto a la formalización de los textos hemos podido ver rápido, el esfuerzo de dibujar puede llegar a ser para muchos
durante muchos años la contundencia de las letras de plantilla innecesario: con «copiar» y «pegar» es suficiente.
y las formas caligráficas más expresivas realizadas con brocha o
pincel. Pero últimamente la era tecnológica ha hecho que esos
textos se plasmen con tipografías muy populares (por estar inclui-
das gratuitamente en los sistemas operativos) pero que quizá no
transmiten de la misma manera el sentimiento que hay detrás de la
forma caligráfica. La caligrafía ha dejado paso a la tipografía, y por
el camino hemos perdido la fuerza y espontaneidad de la primera.

El mensaje icónico: la apropiación como sistema de


creación

Podemos decir que existe una iconografía propia de la manifesta-


ción, que está siempre presente, excepto en las culturas iconoclas-
tas. Los principales iconos recurrentes son el personaje político;
el personaje de ficción, de origen literario o cinematográfico; el
símbolo religioso, político e ideológico; las marcas comerciales; Manifestaciones contra el ruido. Campaña “Prou Soroll” diseñada por Nacho
las banderas y mapas; y los signos pertenecientes a un código Clemente, 2006.

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Paralelamente encontramos el fenómeno una apropiación más
creativa: la imagen que es transformada o reinterpretada. Se pro-
duce por lo tanto, una continua enriquecedora metamorfosis de la
iconografía popular. A veces se rozan los límites del buen gusto (o de
lo ético), cosa que le da al mensaje la fuerza del sentimiento popular.

También somos testigos de inmejorables muestra de creatividad.


Muchas veces se utilizan estrategias similares a las de la publicidad
y el humor gráfico, donde la ironía, la sátira y los guiños de carácter
sexual abundan.

…¿Y qué pasa con la gráfica profesional?

Paralelamente a la producción popular existe una producción


de mensajes desde el compromiso social del ámbito profesional.
Los profesionales aprovechan también la iconografía popular y
universal para conseguir que el mensaje llegue de la manera más
directa posible, priorizando muchas veces la función comunicativa
por encima de cuestiones más creativas o estéticas. Es cuando
surgen muchas preguntas: ¿Una imagen de protesta ha de ser esté-
ticamente atractiva? ¿Su “fealdad” nos puede ayudar a transmitir
mejor el mensaje? ¿Hasta qué cierto punto es lícita la apropiación
de cierta iconografía? ¿La originalidad es un valor importante?

Nacho Clemente (Barcelona, 1972) vive entre Barcelona


y Madrid. Licenciado en Bellas Artes en la especialidad
de Diseño en la Universidad de Barcelona, donde ha sido
profesor durante más de una década en el Departamento
de Diseño e Imagen, ha trabajado como diseñador e ilus-
trador en proyectos principalmente de difusión cultural y
comunicación social. En los últimos años compagina esta
actividad con la docencia en la Escuela de Arte y Superior de Diseño Serra i Abella
de L’Hospitalet de LLobregat (Barcelona) en la que es actualmente jefe de estudios. Su
labor de investigación gira en torno al estudio de la gráfica reivindicativa, eje central
de sus artículos, así como de su tesis doctoral. Ha colaborado en diversas escuelas y
ha sido conferenciante en entidades dedicadas a la difusión de la cultura y el diseño
dentro y fuera de Cataluña.

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