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A los españoles nos gusta comer carne. Y mucho.

Tanto que estamos a punto de cargarnos la fama de nuestra


conocida dieta mediterránea. El consumo de frutas,
verduras, legumbres, frutos secos, cereales, pan, vino y
aceite de oliva está dando paso a la carne en todas sus
formas. Embutidos, filetes, chuletones y carne curada. A
tope.

Así lo revela un estudio de Our World in Data, donde han


analizado el consumo anual de carne en decenas de países y
lo han comparado con su PIB per cápita. Los datos son de
2013 para el consumo de carne y de 2014 para el PIB
(ajustado al PPA) y nos muestran cómo en España
consumimos 94 kilos al año por persona. Bastantes
kilos de más si lo comparamos con vecinos como Francia y
Alemania, con 86,8 y 85,9 kilos respectivamente.

Los países más y menos cárnicos


del mundo
A lo largo de la historia, el consumo de carne ha estado
ligado al nivel adquisitivo tanto de personas como de países.
En el gráfico superior, podemos ver cómo aumenta el
consumo de carne según crece el PIB per cápita. Así,
tenemos a países como la India y Bangladesh cerca
de ambos ejes, con 3,7 y 4,1 kilos cada uno. Aunque, al
menos en el caso de la India, matar a una vaca no está
demasiado bien visto y podría explicar en parte la baja
ingesta de carne.

Al otro lado del espectro tenemos los 115,1 kilos por cabeza
que consumen en Estados Unidos, que para nuestra
sorpresa no es la mayor consumidora. Ese dudoso honor le
corresponde a Australia, que corona este ranking con
116,2 kilos al año. Numerosos países europeos también se
encuentran en la parte alta de la gráfica. Si cruzamos
estos datos con la esperanza de vida, vemos que hay cierta
coincidencia, aunque probablemente se deba a otros
factores como el avance y servicios médicos.

Comer carne es sinónimo de


desarrollo económico, pero el
exceso de consumo tiene graves
riesgos para la salud
Hace tiempo que la OMS clasificó a los embutidos en
el grupo 1 de alimentos cancerígenos. Al mismo nivel que el
tabaco y el alcohol. Una decisión que pone de manifiesto la
salubridad de dietas como la estadounidense y
alemana, reyes del bacon y la salchicha. Y la carne roja
está en el punto de mira de la organización.

A parte de sus perniciosos efectos cancerígenos a largo


plazo, el exceso de carne en la dieta también influye en el
desarrollo de enfermedades cardiovasculares. En España,
los deliciosos chuletones servidos en el norte puede que nos
lleve a perder la fama de nuestra dieta me

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