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Como Institución Educativa de excelencia, el Liceo Comercial Camilo Henríquez, se

preocupa de que sus estudiantes estén preparados para enfrentar los enormes desafíos
que les deparará la vida laboral. Sin embargo, también somos conscientes de que
nuestra labor es formar ciudadanos integrales, completos en todas las áreas del ser. Para
ello, no basta con preparar individuos en el saber hacer, sino que se requiere potenciar
sus habilidades blandas, tales como: el trabajo en equipo, el liderazgo, habilidades
sociales, etc., así como también principios y valores que les permitan desenvolverse
plenamente en la sociedad. El saber ser (moral) y el deber ser (ética), forman parte
importante y fundamental de lo que los estudiantes aprenden en el contexto educativo,
ya que no solo están allí instruyéndose día a día en asignaturas específicas, sino también
están compartiendo con otros, están aprendiendo a convivir.

La convivencia escolar se presenta de manera transversal en la comunidad educativa.


De ella forman parte directivos, cuerpo docente, alumnado y apoderados. Cuando
hablamos de convivir hacemos referencia a la vida en compañía de otros, y la vida
humana es necesariamente posible con la participación de ese otro. El ser humano es un
ser social, por lo tanto la vida personal es, por definición, vida compartida;
interpersonal. No obstante, la naturaleza egoísta de los individuos impide que las
relaciones sociales ocurran de manera armónica, ya que es regla general que al pasar
mucho tiempo juntos, las relaciones interpersonales pueden tensionarse, fracturarse o
romperse. Pero las tensiones no son necesariamente negativas, puesto que en ocasiones,
los desacuerdos permiten que los grupos reconozcan sus falencias y busquen nuevas
formar de integración basadas en la diferenciación. Sin embargo, es fundamental poner
atención cuando las relaciones interpersonales y de convivencia adquieren un carácter
destructivo, sobre todo en los contextos educativos, donde pueden poner en riesgo la
integridad (física, psicológica o emocional) de los educandos.

Es por esto que como departamento de convivencia escolar consideramos que, a lo largo
del año, es imprescindible formar a nuestros estudiantes con valores, principios y
cualidades que fomenten la sana convivencia.

Para ello se propone trabajar desde un enfoque dialógico-reflexivo y vivencial.

Propuesta de talleres para instruir a los alumnos sobre los siguientes valores

Respeto

Capacidad de ver y escuchar a los demás, sin que medien juicios de valor que califiquen
su forma de ser o de pensar. Legitimarlo como persona, como igual en un plano de la
dignidad humana.

Igualdad

Por la consideración de que todas las personas nacen y crecen con los mismos derechos,
sin importar su condición social, económica, étnica, religiosa, política, etc.
Equidad

Porque no se puede tratar por igual a los desiguales. Bajo el principio de la igualdad, la
equidad reconoce la necesidad de dar un trato adicional o diferenciado a quien así lo
requiera.

Justicia

Porque la disposición para proporcionar a cada quien lo que se merece, de acuerdo con
reglas previamente establecidas, siempre que no atenten contra la dignidad humana,
implica indagar lo suficiente antes de tomar decisiones.

Cooperación

Por la disposición para participar en acciones que tienen como finalidad la obtención de
un fin personal y/o colectivo.

Solidaridad

Por el apoyo hacia los demás cuando éstos tengan una necesidad particular o cuando se
encuentren en situaciones de desgracia.

Tolerancia

Por la disposición y capacidad para respetar la forma de ser y de pensar de los demás,
incluso que éstas sean diametralmente opuestas a las nuestras, siempre que no se atente
contra la dignidad humana. Ser tolerante no es sinónimo de permisividad en exceso, ni
tampoco dejar que ―el otro‖ haga lo que quiera o deje de hacer lo que le corresponda.

Reciprocidad

Por corresponder hacia los demás, de la misma forma en la que hemos sido beneficiados
con su apoyo.

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