Ismael Aguirre Molina

20 de marzo
Etnografía II

Comentario Seminario Audiovisual 1

“Estábamos sentados junto al fuego sirviendo un vaso de sake tibio, descansando las
piernas bajo el techo de la única casa que sobrevivió a la fuerte tormenta que azoto la zona,
que se había transformado en refugio y escape de nuestro cansancio y penurias, el resto no
fue capaz de soportar toda el agua que los dioses nos enviaron enojados quizás por las malas
acciones de los hombres.

Cuando un nombre se llega bajando por el camino, mientras se saca sus mojadas ropas nos
pregunta si podemos compartir nuestro techo y nuestro sake, ofreciendo a cambio la
historia mas extraña que alguna vez pudiéramos llegar a escuchar.

Ante tal ofrecimiento mis compañeros y yo aceptamos, quizás una historia nos puede
distraer de todos los problemas y preocupaciones que nos dejo la tormenta de anoche
como regalo. El extraño se sienta con timidez con nosotros junto al fuego, empezando a
relatarnos que la tormenta lo alcanzo desprevenido por la ruta, y que decidió refugiarse en
las ruinas de un templo, lo único que pudo encontrar en la desesperación de escapar del
agua que no dejaba de azotar nuestra tierra.

A medida que los sakes le calientan el cuerpo y le sueltan la lengua, relata su encuentro con
un monje y otro. El relato se trataba de un hombre, su esposa y un ladrón que se había
obsesionado con la mujer, y había decido apoderarse de su amor como fuera terminando
con la muerte del esposo. Mientas la culpa del asesinato pasa de uno a otro según quien
cuenta lo ocurrido, mis compañeros dudan de lo contado, que algo tan extraño solo la podía
provenir de la mente de un loco.

Mientras lo mantenían dopado con el sake tibio para extender sus burlas, por mi cabeza se
escurre la idea de que quizás el crimen fuera cierto, y no solo lo fuera sino que el
responsable decidera contarlo como un relato mágico con tal de tener algo que ofrecer al
circulo junto al fuego, quizás el marido u el ladrón estaba sentado ante nosotros logrando
escapar de la justicia, y usando las burlas para ocultar su verdadera identidad, ya que
mientras el resto se burla de su borrachera el aun esta sentado disfrutando del fuego y el
licor. Bien seco y fuera de peligro…”

La capacidad que tiene Kurozawa al contar la historia es revelar y al mismo tiempo velar la
verdad. Esta constante manera de poner en duda la veracidad de los relatos mostrando la
perspectiva que cada personaje tiene, pone en duda la forma de comprender la realidad
que tradicionalmente se nos presenta, mostrando que no existe una sola versión para cada
relato y el cual decidamos creer solo depende de nuestra posición. Esta es quizás el punto
mas controvertido ya que nos obliga a formar parte de su relato, tomando posición en la
historia, dejándola abierta a nuestra propia versión. Fragmentos como el del comienzo de
este texto encajan perfectamente, porque el director mismo nos invita a aceptar esta
incertidumbre y a formar parte del relato.