INTRODUCCION:
Todos sabemos que el agua, para "hervir" necesita calentarla a 100°C, cuando está sometida a la
presión de la atmósfera (760 mm Hg). Pero, ¿qué pasará si "quitamos" la atmósfera?, y ¿si
"liberamos" a las moléculas de agua de esa presión? ¿Podrá el agua hervir a una temperatura
inferior?
EXPLICACION CIENTIFICA:
El punto de ebullición es aquella temperatura a la cual la materia cambia de estado líquido a gaseoso
con formación de burbujas. Expresado de otra manera, en un líquido, el punto de ebullición es la
temperatura a la cual la presión de vapor del líquido es igual a la presión del medio que rodea al
líquido. Al disminuir la presión externa también lo hace la temperatura de ebullición.
En ello se basa la olla a presión, recipiente hermético para cocinar que no permite la salida de aire
o líquido por debajo de una presión establecida. Debido a que punto de ebullición del agua aumenta
cuando se incrementa la presión, la presión dentro de la olla permite subir la temperatura de
ebullición por encima de 100 °C (212 °F), en concreto hasta unos 130 °C. En contra de lo que se cree,
en el interior de una olla a presión el agua no llega nunca a hervir. Lo que acelera la cocción es el
simple incremento de la temperatura del agua.
Por otro lado si la temperatura bajara a 0 °C podríamos observar el llamado descenso crioscópico
del agua (o punto del hielo, como lo denominan los metrólogos) por el cual ésta no se congela a los
cero grados Celsius.
La molalidad (m) es el número de moles de soluto que contiene un kilogramo de disolvente, en este
caso el agua. El mol es la unidad con que se mide la cantidad de materia y una de las siete unidades
de base del Sistema Internacional de Unidades. Su símbolo es mol.
Para el agua, el valor de la constante crioscópica es de 1,86 °C/mol/kg. Esto significa que las
disoluciones mólales (m=1) de cualquier soluto, en agua, congelan a -1,86 °C.