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Descripción general

Glándula tiroides
La enfermedad de Hashimoto es una afección en la que el sistema inmunitario
ataca a la tiroides, una pequeña glándula ubicada en la base del cuello debajo
de la nuez de Adán. La glándula tiroides forma parte del sistema endocrino,
que produce hormonas que coordinan muchas de las funciones del cuerpo.

La inflamación producida por la enfermedad de Hashimoto, también conocida


como «tiroiditis linfocítica crónica», a menudo produce una glándula tiroides
hipoactiva (hipotiroidismo). La enfermedad de Hashimoto es la causa más
frecuente del hipotiroidismo en los Estados Unidos. Afecta principalmente a las
mujeres de mediana edad, pero también puede presentarse en hombres y
mujeres de cualquier edad y en niños.

Los médicos evalúan la función tiroidea para ayudar a detectar esta


enfermedad. Su tratamiento con el reemplazo de hormona tiroidea suele ser
simple y eficaz.

Síntomas

Es posible que al principio no notes los signos o síntomas de la enfermedad de


Hashimoto, o tal vez adviertas hinchazón en la parte frontal de la garganta
(bocio). La enfermedad de Hashimoto generalmente avanza con lentitud en el
transcurso de los años y causa un daño crónico en la tiroides, lo que provoca
una disminución de los niveles de hormona tiroidea en la sangre. Los signos y
síntomas son principalmente aquellos de una glándula tiroides hipoactiva
(hipotiroidismo).

Los signos y síntomas del hipotiroidismo comprenden:

 Fatiga y pereza

 Mayor sensibilidad al frío

 Estreñimiento

 Piel pálida y seca

 Rostro hinchado

 Uñas quebradizas

 Pérdida del cabello

 Aumento del tamaño de la lengua

 Aumento de peso sin causa aparente

 Dolor, sensibilidad y rigidez muscular

 Dolor y rigidez de las articulaciones

 Debilidad muscular

 Sangrado menstrual excesivo o prolongado (menorragia)

 Depresión

 Fallas de la memoria
Cuándo consultar al médico

Consulta al médico si tienes los siguientes signos y síntomas:

 Cansancio sin razón aparente

 Piel seca

 Rostro hinchado y pálido

 Estreñimiento
También tendrás que ver al médico para realizarte análisis periódicos de la
función tiroidea si:

 Te has sometido a una cirugía de tiroides

 Te han realizado un tratamiento con yodo radioactivo o medicamentos


antitiroideos

 Has recibido radioterapia en la cabeza, el cuello o la parte superior del


pecho

Si tienes un nivel alto de colesterol en sangre, consúltale al médico si el


hipotiroidismo podría ser una causa.

Y si estás recibiendo terapia hormonal para el hipotiroidismo causado por la


enfermedad de Hashimoto, programa visitas de seguimiento con la frecuencia
que te recomiende el médico. Es importante que te asegures de estar
recibiendo la dosis correcta del medicamento. Con el tiempo, la dosis que
necesitas para reemplazar la función tiroidea de forma adecuada puede
cambiar.

Causas

La enfermedad de Hashimoto es un trastorno autoinmunitario en el que el


sistema inmunitario crea anticuerpos que dañan la glándula tiroides. Los
médicos no saben qué causa que el sistema inmunitario ataque a esta
glándula. Algunos científicos creen que un virus o una bacteria podrían
desencadenar la respuesta, mientras que otros consideran que una falla
genética podría estar relacionada.

Una combinación de factores (entre ellos, factores hereditarios, el sexo y la


edad) podría determinar la probabilidad de que padezcas este trastorno.

Factores de riesgo

Los siguientes factores pueden contribuir al riesgo de contraer la enfermedad


de Hashimoto:

 Sexo. Las mujeres son mucho más propensas a padecer la enfermedad


de Hashimoto.
 Edad. La enfermedad de Hashimoto puede ocurrir a cualquier edad, pero
es más frecuente en personas de mediana edad.

 Factor hereditario. Corres mayor riesgo de sufrir la enfermedad de


Hashimoto si algún familiar padece enfermedades de la tiroides u otras
enfermedades autoinmunitarias.

 Otras enfermedades autoinmunitarias. Padecer otra enfermedad


autoinmunitaria (como artritis reumatoide, diabetes tipo 1 o lupus)
aumenta el riesgo de que contraigas la enfermedad de Hashimoto.

 Exposición a la radiación. Las personas expuestas a niveles excesivos


de radiación ambiental son más propensas a sufrir la enfermedad de
Hashimoto.

Complicaciones

Si no se trata, una glándula tiroides hipoactiva (hipotiroidismo) causada por la


enfermedad de Hashimoto puede provocar varios problemas de salud.

 Bocio. La estimulación constante de la tiroides para liberar más hormonas


puede hacer que la glándula se agrande, una enfermedad conocida como
«bocio». El hipotiroidismo es una de las causas más frecuentes del bocio.
Si bien, por lo general, no genera molestias, un bocio grande puede
afectar la apariencia y puede causar dificultades para tragar o respirar.

 Problemas del corazón. La enfermedad de Hashimoto también puede


estar asociada con un riesgo mayor de sufrir una enfermedad cardíaca,
principalmente porque las personas con una glándula tiroides hipoactiva
(hipotiroidismo) pueden tener altos niveles de colesterol de lipoproteínas
de baja densidad (LDL), el colesterol «malo». Si no se trata, el
hipotiroidismo puede ocasionar un corazón dilatado y, posiblemente,
insuficiencia cardíaca.

 Problemas de salud mental. La depresión puede presentarse en las


primeras etapas de la enfermedad de Hashimoto y puede agravarse con
el tiempo. La enfermedad de Hashimoto también puede reducir el deseo
sexual (libido), tanto en hombres como en mujeres, y puede ocasionar la
disminución del funcionamiento mental.

 Mixedema. Esta enfermedad poco frecuente que pone en riesgo la vida


puede manifestarse debido al hipotiroidismo a largo plazo, como
consecuencia de la enfermedad de Hashimoto no tratada. Sus signos y
síntomas comprenden somnolencia seguida por profundo letargo y
pérdida de la conciencia.

El coma mixedematoso puede desencadenarse por la exposición al frío,


sedantes, una infección o una situación de estrés para el organismo. El
mixedema requiere tratamiento médico de urgencia de inmediato.

 Defectos congénitos. Los bebés de las mujeres con hipotiroidismo no


tratado debido a la enfermedad de Hashimoto pueden correr un mayor
riesgo de presentar defectos congénitos que los bebés de madres sanas.
Los médicos saben desde hace tiempo que estos niños son más
propensos a sufrir problemas intelectuales y de desarrollo. Puede haber
una relación entre los embarazos hipotiroideos y los defectos congénitos,
como la hendidura del paladar.

También existe una conexión entre los embarazos hipotiroideos y los


problemas cardíacos, cerebrales y renales en los lactantes. Si planeas
quedar embarazada o si estás en los primeros meses de embarazo,
asegúrate de que te realicen un control del nivel tiroideo.

Diagnóstico

En general, el médico puede realizar los exámenes para detección de la


enfermedad de Hashimoto si te sientes cada vez más cansado o perezoso, si
tienes la piel seca, estreñimiento y la voz ronca, o si has tenido problemas de
tiroides o bocio previamente.

El diagnóstico de la enfermedad de Hashimoto se basa en los signos y


síntomas y en los resultados de los análisis de sangre que miden los niveles de
la hormona tiroidea y de la hormona estimulante de la tiroides producida en la
hipófisis. Estos pueden ser:

 Un análisis hormonal. Los análisis de sangre pueden determinar la


cantidad de hormonas producidas por la glándula tiroides y la hipófisis. Si
la tiroides es hipoactiva, el nivel de la hormona tiroidea es bajo. Al mismo
tiempo, el nivel de tirotropina se eleva dado que la hipófisis intenta
estimular la glándula tiroides para que produzca una mayor cantidad de
hormonas tiroideas.

 Un análisis de anticuerpos. Dado que la enfermedad de Hashimoto es


un trastorno autoinmunitario, la causa está relacionada con la producción
de anticuerpos anormales. Un análisis de sangre puede confirmar la
presencia de anticuerpos contra la peroxidasa tiroidea (anti-TPO), una
enzima que normalmente se encuentra en la glándula tiroides y juega un
papel importante en la producción de hormonas tiroideas.

En el pasado, los médicos no lograban detectar una tiroides hipoactiva


(hipotiroidismo), el principal indicador de la enfermedad de Hashimoto, hasta
que los síntomas estaban bastante avanzados. Sin embargo, al utilizar la
prueba sensible de TSH, los médicos pueden diagnosticar trastornos de la
tiroides mucho más temprano, a menudo antes de que el paciente manifieste
los síntomas.

Debido a que la prueba de TSH es el mejor análisis para detección, es


probable que el médico primero controle la tirotropina y, luego, de ser
necesario, continúe con un análisis de hormona tiroidea. Las pruebas de TSH
también desempeñan un papel importante en el control del hipotiroidismo.
Estas pruebas también le ayudan al médico a determinar la dosis correcta de
medicamento, tanto al inicio como a lo largo del tratamiento.

Tratamiento

El tratamiento para la enfermedad de Hashimoto puede comprender la


observación y el uso de medicamentos. Si no existe ninguna evidencia de
deficiencia hormonal, y la tiroides está funcionando normalmente, tu médico
puede sugerirte un enfoque expectante. Si necesitas medicamentos, es
probable que debas tomarlos el resto de tu vida.

Hormonas sintéticas

Si la enfermedad de Hashimoto causa deficiencia de la hormona tiroidea, es


posible que necesites terapia de reemplazo con hormona tiroidea. Esto suele
consistir en el uso diario de la hormona tiroidea sintética levotiroxina (Levoxyl,
Synthroid, otros).

La levotiroxina sintética es idéntica a la tiroxina, la versión natural de esta


hormona producida por la glándula tiroides. Los medicamentos orales restauran
los niveles hormonales adecuados y revierten todos los síntomas del
hipotiroidismo.
El tratamiento con levotiroxina es, por lo general, de por vida; no obstante,
debido a que la dosis que necesitas puede cambiar, es probable que el médico
controle tu nivel de tirotropina aproximadamente cada 12 meses.

Control de la dosis

A fin de determinar la dosis correcta de levotiroxina al principio, el médico suele


controlar tu nivel de tirotropina después de unas pocas semanas de
tratamiento. Las cantidades excesivas de hormona tiroidea pueden acelerar la
disminución de la masa ósea, lo que puede empeorar la osteoporosis o
aumentar el riesgo de que padezcas esta enfermedad. El sobretratamiento con
levotiroxina también puede causar trastornos del ritmo cardíaco (arritmias).

Si sufres enfermedad de las arterias coronarias o hipotiroidismo grave, el


médico puede empezar el tratamiento con una menor cantidad del
medicamento y, de manera gradual, puede aumentar la dosis. El reemplazo
hormonal progresivo permite que el corazón se adapte al aumento en el
metabolismo.

La levotiroxina casi no causa ningún efecto secundario cuando se usa la dosis


adecuada, y es relativamente económica. Infórmale a tu médico si cambias de
marca para asegurarte de continuar recibiendo la dosis correcta.

Además, no debes saltearte las dosis ni suspender la toma del medicamento.


En caso de que lo hagas, los signos y síntomas reaparecerán gradualmente.

Efectos de otras sustancias

Determinados medicamentos, suplementos y algunos alimentos pueden afectar


tu capacidad de absorber la levotiroxina. Sin embargo, tomar levotiroxina cuatro
horas antes o después de otros medicamentos podría solucionar el problema.
Habla con tu médico si consumes grandes cantidades de productos de soja o
una dieta con alto contenido en fibras, o si tomas alguno de los siguientes
medicamentos:

 Suplementos de hierro, entre ellos multivitamínicos que contienen hierro

 Colestiramina (Prevalite), un medicamento que se usa para reducir los


niveles de colesterol en sangre
 Hidróxido de aluminio, que se encuentra en algunos antiácidos

 Sucralfato, un medicamento para las úlceras

 Suplementos de calcio

¿Es necesaria una combinación de hormonas?

La levotiroxina es la forma sintética de la T-4 natural. La T-4 se convierte en T-


3 en el organismo. Si bien el tratamiento con levotiroxina sola es exitoso para la
mayoría de las personas, algunas no se sienten del todo normal con este
medicamento.

Los investigadores han estudiado si ajustar el tratamiento estándar del


hipotiroidismo para reemplazar un poco de T-4 con pequeñas cantidades de T-
3 podría ofrecer beneficios. No obstante, la mayoría de los estudios han
determinado que añadir T-3 no ofrece ninguna ventaja en comparación con el
tratamiento solo con T-4.

Existen algunas pruebas de que la T-3 puede ofrecer beneficios a


determinados subgrupos de personas, como aquellas a quienes se les ha
extirpado la tiroides quirúrgicamente (tireidectomía). Aún se continúa
investigando al respecto.

La T-3 se puede administrar sola como liotironina (Cytomel) o en combinación


con T-4 como liotrix (Thyrolar). Tomar una combinación de T4 y T3 acaba por
producir niveles de T3 más elevados de lo normal, en especial poco después
de tomar el medicamento. Esto puede provocar una frecuencia cardíaca
acelerada, ansiedad y dificultades para dormir.

Pero, para quienes no experimentan alivio suficiente tomando solo T-4, añadir
Cytomel al tratamiento estándar con levotiroxina a modo de prueba durante un
período de tres a seis meses es suficiente para comprobar si la combinación te
ayuda.

Medicina alternativa

La levotiroxina, la forma sintética de tiroxina (T-4), es el tratamiento estándar


para la enfermedad de Hashimoto. Sin embargo, hay extractos disponibles que
contienen la hormona tiroidea derivada de las glándulas tiroides de los cerdos.
Estos productos (por ejemplo, Armour Thyroid) contienen tanto levotiroxina
como triyodotironina (T-3).

Los médicos tienen varias inquietudes con respecto a los extractos de la


hormona tiroidea como el Armour Thyroid, entre ellas:

 El equilibrio de T-4 y T-3 en los animales no es igual al de los humanos.

 La cantidad exacta de T-4 y T-3 en cada lote de un producto de extracto


natural puede variar, lo que provoca niveles impredecibles de estas
hormonas en la sangre.

Preparación para la consulta

Es probable que comiences por consultar a tu médico de atención primaria. El


médico puede derivarte a un especialista llamado «endocrinólogo».

La siguiente información te ayudará a prepararte para la consulta y a saber qué


esperar del médico.

Qué puedes hacer

 Ten en cuenta cualquier restricción previa a la consulta. Cuando


programes la consulta, pregunta si hay algo que debas hacer para
prepararte para exámenes de diagnóstico frecuentes.

 Toma nota de cualquier síntoma que tengas, incluso los que puedan
parecer no tener relación con el motivo por el cual programaste la
consulta. Por ejemplo, si te has sentido más olvidadizo que de costumbre,
esta es información importante que debes compartir con el médico.
Infórmale además a tu médico acerca de cualquier cambio que hayas
notado en tu aspecto físico, como aumento de peso sin causa aparente o
diferencias en la piel.

 Anota tu información personal más importante, incluso cualquier


cambio en tu ciclo menstrual y en tu vida sexual. Cuéntale al médico si
has tenido cambios en la libido.

 Haz una lista de todos los medicamentos, las vitaminas o los


suplementos que tomes o que hayas tomado en el pasado. Agrega el
nombre específico y la dosis de esos medicamentos, y hace cuánto
tiempo los tomas.
 Si es posible, lleva a un familiar o amigo. Alguien que te acompañe
puede recordar algún detalle que hayas olvidado o pasado por alto.

 Anota las preguntas que desees hacerle al médico.

Haz una lista de preguntas para sacar el máximo provecho del tiempo con tu
médico. En el caso de la enfermedad de Hashimoto, algunas preguntas básicas
para hacerle al médico son:

 ¿Cuál es la causa más probable de mis síntomas?

 ¿Qué pruebas necesito hacerme?

 ¿Esta enfermedad suele ser temporal o de larga duración?

 ¿Qué tratamiento me recomiendas?

 ¿Por cuánto tiempo tendré que tomar los medicamentos?

 ¿Qué efectos secundarios podría tener con los medicamentos que me


recomiendas?

 ¿Cómo controlarás que mi tratamiento esté funcionando?

 ¿Sufriré complicaciones a largo plazo a causa de esta enfermedad?

 ¿Debo cambiar mi dieta?

 ¿Hacer ejercicio ayudará?

 Tengo otras afecciones. ¿Cómo puedo controlar mejor estas


enfermedades de manera conjunta?

 ¿Debería consultar a un especialista?

 ¿Existe alguna alternativa genérica al medicamento que me recetaron?

 ¿Hay algún folleto u otro material impreso que pueda llevarme? ¿Qué
sitios web recomiendas?

No dudes en hacer otras preguntas que te surjan.

Qué esperar del médico

Es probable que el médico te haga una serie de preguntas, como las


siguientes:

 ¿Cuáles son tus síntomas y cuándo los notaste por primera vez?
 ¿Tus síntomas han cambiado con el tiempo?

 ¿Has notado cambios en tus niveles de energía o en tu humor?

 ¿Tu apariencia ha cambiado, incluido un aumento de peso o sequedad en


la piel?

 ¿Te ha cambiado la voz?

 ¿Tus hábitos intestinales han cambiado? ¿Cómo?

 ¿Tienes dolor muscular o dolor en las articulaciones? ¿Dónde?

 ¿Has notado cambios en la sensibilidad al frío?

 ¿Te has sentido más olvidadizo que de costumbre?

 ¿Ha disminuido tu interés en el sexo? Si eres mujer, ¿has notado cambios


en tu ciclo menstrual?

 ¿Estás recibiendo tratamiento o te han tratado recientemente por otras


enfermedades?

 ¿Algún familiar padece la enfermedad tiroidea?

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