Anda di halaman 1dari 18

La música: un factor de

evolución social y
humana
Incidencias de la música
en los procesos cerebrales

El vínculo de la música con la medicina y la creencia


en su poder mágico y curativo se remonta a tiempos
muy antiguos; pero sin duda fue Pitágoras, al
afirmar que la música ejerce sobre el espíritu un
poder especial, quien comenzó a darle una aplicación
curativa y medicinal.

La música era admirada y considerada un elemento


de purificación; por eso los pitagóricos purificaban el
cuerpo con la medicina, y con la música el alma.
Afirmaban que la proporción y equilibro de las notas
produce harmonia y orden, creando un lazo
indisoluble entre salud y música. No sólo
establecieron una especie de medicina musical para
el alma, sino que al tener la creencia de que la
música contribuía importantemente a la salud, la
empleaban también para la curación de ciertas
enfermedades. [ Nota 3 ]

A través de la historia se ha comprobado que la


música tiene la capacidad de influir en el ser humano
en todos los niveles: biológico, fisiológico,
psicológico, intelectual, social y espiritual.

EVOLUCIÓN DE LA MÚSICA Y CAMBIOS EN SU FUNCIÓN


SOCIAL

Antes de comenzar a hablar del valor formativo que posee la


música, y de los efectos benéficos que ésta ejerce sobre el
individuo, es de suma importancia dejar aclarado a qué tipo de
música nos estaremos refiriendo.

En las sociedades primitivas la música formaba parte de las


actividades comunitarias. No había autor, no había obra, no
había público. Los asistentes eran casi todos participantes, y
las reglas de ejecución, selección de instrumentos, ritmos
utilizados, etcétera, estaban supeditados a las circunstancias
de la vida social y religiosa.

Por muchos siglos la música continuó siendo una


manifestación cultural colectiva, pero llegó un momento en
que la comunidad comenzó a delegar su práctica a grupos
especializados, dándose así la división entre músicos activos
y público oyente. Sin embargo, la música seguía siendo
accesible a la mayoría de las personas, dado que aún estaba
asociada con los rituales y con las tradiciones sociales, por lo
que, generalmente, el público era altamente receptivo y
manifestaba su placer o su descontento ante el músico bueno
y el músico improvisado.
Con el paso del tiempo, el público fue adquiriendo un
comportamiento más pasivo debido a las innovaciones cada
vez más elaboradas que iban introduciendo los músicos
especializados. La actividad musical del resto de la población
quedó circunscrita a la ejecución doméstica de música más o
menos simplificada y accesible para los aficionados. La
música se fue volviendo compleja y terminó convirtiéndose en
patrimonio de una minoría selecta, social y culturalmente. Los
grandes músicos comenzaron a salir del anonimato, y la forma
en que dominaban una técnica elaborada y refinada les fue
dando prestigio. El pueblo comenzó a apartarse de la música
culta o académica que no oía mas que en las iglesias, y muy
eventualmente, en las antecámaras y jardines palaciegos, y
empezó a cultivar otro tipo de música transmitida oralmente y
adaptada a sus capacidades y necesidades sociales. Se abrió
entonces una brecha entre la música culta y la música popular,
que jamás volvería a llenarse.

Durante los siglos XVIII y XIX, la música dejó de ser patrimonio


exclusivo de monasterios y cortes, y se democratizó
relativamente gracias a la multiplicación de los teatros de
ópera y de los conciertos públicos. Sin embargo, el ritual
asociado a estos sitios disuadía de asistir a una gran parte del
público popular.

Ya en el siglo XX, la comercialización de la música estimuló la


formación de clases diferenciadas de oyentes, y los públicos
se volvieron cada vez menos cultivados. Comenzó a
componerse música de diferentes estilos según el público a
quien estuviera destinada y según la demanda existente. Dado
que es más redituable producir música fácil, que pagar a
músicos profesionales ya sea para componer o para
interpretar la música de calidad, la industria musical favoreció
la aparición de un producto menos elaborado, de contenidos
vacuos e insulsos, que resultara más rentable para los
intereses comerciales. Esto determinó, por una parte, los
mitos que rodean a la música culta: que es elitista, aburrida,
incomprensible, cara e inabordable; y por otra, el falso
prestigio atribuido a la música comercial, artificialmente
creado en razón de las fabulosas cifras que reditúa a las
industrias discográficas.

La vida musical, en la actualidad, ha llegado a ser controlada


por profanos, por negociantes astutos para quienes la música
es, más que un arte, un bien de consumo como cualquier otro.
Estos comerciantes han decidido dividir al público musical en
dos familias de tamaño desigual: los aficionados a la música
culta, y los aficionados a la música comercial. Mientras que el
gran público sigue la moda sin ningún discernimiento, el
aficionado educado comienza a formar parte de una minoría
selecta cada vez más reducida y agredida sonoramente en su
cotidianidad.

La industria musical se encuentra en manos de un grupo de


controladores que se ha atribuido la facultad de fijar las
normas de la "buena música" y de decidir lo que le conviene al
público, imponiendo, en nombre de un pensamiento o "gusto
superior", lo que la mayoría debe escuchar. Esto ha llevado a
que las multitudes estén cada vez menos cultivadas y sean
totalmente sumisas a la presión de los medios de
comunicación.

Actualmente, la forma de escuchar de la mayoría de los


públicos está condicionada por una apatía cultural. Lo que
comenzó siendo un alimento para el espíritu de todas las
sociedades, el arte de la música, hoy en día se haya limitado a
un círculo reducido de audiencia; mientras que la "música"
que producen los comerciantes, y que consumen las
mayorías, se ha vuelto un excitante, una droga que a mayor
volumen, mejor aturde. Su función ha quedado limitada a
sonorizar un ambiente y a sobrestimular al público para
condicionar sus respuestas a un consumismo inconsciente,
inmediato y frenético.

Desde la época de los griegos se sabía que la música podía


facilitar la persuasión y la armonía social; pero también, que
ciertas composiciones musicales causaban pereza e incitaban
a la gente a realizar actos de agresión y desorden. Incluso
Platón, en su obra La República, afirma que la música puede
mejorar, pero también empeorar a los ciudadanos; por lo que
señala la necesidad de desterrar a algunos artistas de su
sociedad ideal, afirmando que con sus obras se estimula la
inmoralidad.

Ahora, más que nunca antes, existe una clara e infranqueable


división entre la música como expresión artística, y la
"música" que es fabricada únicamente para ser un producto
comercial. Por supuesto, cuando en este trabajo se habla del
valor formativo de la música y de los efectos benéficos que
ésta proporciona a la vida del ser humano, nos referimos a la
música de arte, a aquella que permite al individuo expresar y
percibir la verdad y la belleza.

Todos los que de alguna u otra forma nos dedicamos a esta


disciplina artística, tenemos la obligación de dar a conocer los
beneficios que la música de arte brinda, y así lograr rescatarla
y ponerla al alcance de un mayor número de personas; para
que, conociéndola, sepan distinguirla, valorarla, gozarla, y
disfrutar de sus bondades.

NEUROBIOLOGÍA DE LA MÚSICA

INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS.

Efectos de la música.

En las últimas décadas, la comunidad científica ha mostrado


un gran interés por investigar los efectos benéficos que la
música ejerce sobre el ser humano; y se ha comprobado que
la música es capaz de producir notables cambios fisiológicos
en el organismo. Entre los más importantes están los
siguientes: acelera o retarda las principales funciones
orgánicas (ritmo cerebral, circulación, respiración, digestión y
metabolismo); [ Nota 4 ] incrementa o disminuye el tono y la
energía muscular; modifica el sistema inmunitario; altera la
actividad neuronal en las zonas del cerebro implicadas en la
emoción, e incrementa la resistencia para el trabajo y para las
actividades de alto rendimiento, entre otros. [ Nota 5 ]

Psicológicamente, la música puede despertar, evocar,


estimular, robustecer y desarrollar diversas emociones y
sentimientos. Es una fuente de placer, y puede provocar
catarsis y sublimaciones. También puede traer a la memoria
olores y colores, y modificar el estado de ánimo del oyente y
[ Nota 6 ]
su percepción del espacio y del tiempo.

La música suscita el placer estético y mueve a la reflexión;


incita y favorece la expresión de uno mismo e induce a la
colaboración intergrupal y al entendimiento cultural.

Intelectualmente, la música desarrolla la capacidad de


atención y favorece la imaginación y la capacidad creadora;
estimula la habilidad de concentración y la memoria a corto y
largo plazo y desarrolla el sentido del orden y del análisis.
Facilita el aprendizaje al mantener en actividad las neuronas
cerebrales, y ejercita la inteligencia, ya que favorece el uso de
varios razonamientos a la vez al percibir diferenciadamente
sus elementos, y sintetizarlos en la captación de un mensaje
integrado, lógico y bello. [ Nota 7 ]

Terapéuticamente hablando, la música se utiliza en el


tratamiento de dolencias como la hipertensión arterial,
estados de ansiedad, depresión y estrés, y alteraciones del
sueño. También se emplea en la rehabilitación de pacientes
psicóticos, de niños autistas y de adolescentes con trastornos
del comportamiento. [ Nota 8 ]

El empleo terapéutico de la música se denomina


musicoterapia, ciencia que se ocupa del mantenimiento, la
restauración y el acrecentamiento de la salud, tanto física
como mental, a través de la música. Mediante técnicas
específicas de la musicoterapia, se pueden estimular los
neurotransmisores endógenos del cerebro, de tal forma que
provoquen reacciones químicas que mejoren, aceleren o
favorezcan el aprendizaje. [ Nota 9 ]

Desarrollo cerebral de los músicos.

A nivel cerebral y neurológico, la música brinda innumerables


beneficios a quienes la practican regularmente. Las
investigaciones realizadas por Richard Frackowiak del
Instituto de Neurología de Londres, han comprobado que el
cuerpo calloso (conglomerado de fibras nerviosas que
conectan los hemisferios cerebrales transfiriendo información
de uno a otro) es más grueso y está más desarrollado en los
músicos que en otras personas. Esto comprueba que la
música incrementa las conexiones neuronales y estimula tanto
el aprendizaje -actividad prioritaria del hemisferio izquierdo-,
como la creatividad, actividad principalmente desarrollada en
el hemisferio derecho.

Este investigador también descubrió que el lóbulo temporal de


la corteza cerebral es más pronunciado en los músicos. Al
parecer, en esta zona del cerebro que está relacionada con los
procesos del lenguaje se "clasifican" los sonidos, lo que
sugiere la existencia de un eslabón perceptivo entre el
lenguaje oral y el lenguaje de la música. La música estimula
una zona del hemisferio izquierdo que también se asocia con
el lenguaje, llamada área de Broca, lo que ha llevado a los
investigadores a pensar que en esta región se interpretan no
solamente los sonidos del lenguaje, sino todos aquellos que,
de alguna u otra forma, nos resultan familiares. [ Nota 10 ]

En un artículo aparecido el 23 de abril de 1998 en el Journal


Nature, se refiere que investigadores de la Universidad de
Münster, Alemania, descubrieron que las lecciones de música
en la niñez agrandan el cerebro de quien las recibe. Estos
investigadores encontraron que el área cerebral que se ocupa
del análisis de las notas musicales, es un 25% más grande en
los músicos que en la gente que nunca ha practicado la
ejecución de un instrumento. Estos hallazgos sugieren que los
músicos, a diferencia del resto de la población -y debido a su
entrenamiento-, crean nuevas conexiones neuronales para
procesar los sonidos y mejorar su sincronización durante la
práctica de un instrumento, lo que ocasiona que el área se
vaya agrandado a través de la práctica y la experiencia.

Conjuntando los resultados de un gran número de


investigaciones, se ha llegado a la conclusión de que no existe
una zona cerebral exclusiva y específica encargada de
procesar la información musical, sino que la apreciación y el
ejercicio de la música comprometen, y por lo tanto favorecen,
la actividad cerebral completa.

Música y conexiones neuronales.

Cuando un bebé viene al mundo, su cerebro está conformado


por una gran cantidad de neuronas esperando entrelazarse
para encontrar su lugar en la red cerebral. Algunas ya han sido
conectadas por los genes hacia circuitos que ordenan la
respiración, controlan el ritmo cardíaco, regulan la
temperatura y producen reflejos. Sin embargo, la mayoría de
las conexiones neuronales o sinapsis están a la espera de ser
construidas, lo que significa que éstas no se crearán
espontáneamente, sino que necesitarán de una serie de
estímulos específicos para establecerse.

Recientes investigaciones muestran que al momento del


nacimiento, el cerebro tiene aún un largo camino por recorrer
para alcanzar su desarrollo completo, y que este desarrollo
dependerá de los estímulos que el niño reciba durante la
primera infancia, fase crucial de este proceso. [ Nota 11 ]

Tanto la audición como la práctica de la música favorecen las


conexiones neuronales que incrementan la concentración,
desarrollan las habilidades matemáticas y facilitan el
aprendizaje de idiomas. Cuando el niño es puesto en contacto
con la música durante sus tres primeros años de vida, se
incrementan sus oportunidades para tener un mejor
aprendizaje de las matemáticas y las ciencias en su vida de
estudiante. [ Nota 12 ]

Desde muy temprana edad, los niños muestran un marcado


interés por los sonidos y en especial por la música, y
reconocen espontáneamente diferencias de altura, intensidad
y timbre. Estas capacidades, que la mayoría de los niños
presentan en forma innata, pueden afinarse y perfeccionarse
por medio de la educación musical; pero si estas habilidades
natas no se estimulan, tienden a atrofiarse hasta desaparecer.
Es alrededor de los once años cuando los circuitos
neuronales disminuyen su capacidad para establecer nuevas
conexiones, por lo que después de esta edad, los niños que
no han tenido música en su educación ya no podrán
desarrollar la aptitud para identificar la altura y el ritmo, entre
otras habilidades. [ Nota 13 ] Esto significa que el resto de su vida
serán funcionalmente sordos ante los verdaderos estímulos
musicales y jamás tendrán la oportunidad de disfrutar de toda
la riqueza de la música; y, si por azares del destino en algún
momento sienten el deseo de acercase a ella, tendrán que
vencer muchas dificultades y utilizar otras habilidades
intelectuales para sustituir aquellas que previamente no
tuvieron la oportunidad de desarrollar.

INTELIGENCIAS MÚLTIPLES Y DESARROLLO INTEGRAL DEL


INDIVIDUO

La teoría de las inteligencias múltiples de Howard Gardner [ Nota


14 ]
afirma que cada persona tiene por lo menos siete
inteligencias o habilidades cognoscitivas que son: la
lingüística, la musical, la lógico-matemática, la espacial, la
cinestésico-corporal, la interpersonal y la intrapersonal. La
mayoría de los individuos tenemos la totalidad de este
espectro de inteligencias, cada una desarrollada de modo
diferente y en un nivel particular, producto de nuestra dotación
biológica propia, de su interacción con el entorno y de la
cultura imperante en su momento histórico. Las combinamos
y las usamos en diferentes grados, de manera personal y
única.

Aquellos en quienes predomina la inteligencia musical,


muestran una especial sensibilidad hacia la música y gustan
de escucharla; poseen una gran habilidad para ejecutar
instrumentos musicales y son entonados para cantar.

Gardner ha comprobado que de todos los dones con que


pueden estar dotados los individuos, ninguno surge más
temprano que el talento musical. Durante la infancia, los niños
normales cantan y balbucean por igual; pueden emitir sonidos
únicos, producir patrones ondulantes, e incluso imitar trozos
melódicos cantados por otros con algo más que exactitud
casual. Los pequeños, desde los dos meses de edad, ya
pueden igualar el tono, volumen y contornos melódicos de las
canciones de sus madres, y a los cuatro meses pueden
también igualar la estructura rítmica. Los niños están
predispuestos de manera especial a absorber estos aspectos
de la música, y también pueden involucrarse en juegos
sonoros que claramente muestran propiedades creativas.

A la mitad del segundo año de vida, los niños naturalmente


comienzan a emitir series de sonidos cortos que exploran
diversos intervalos. Inventan canciones propias, y poco
tiempo después comienzan a reproducir pequeñas secciones
de canciones familiares que oyen a su alrededor. Durante
cerca de un año se alternan melodías naturales con la
reproducción de pequeñas secciones de canciones familiares;
pero hacia los 3 ó 4 años ganan las melodías de la cultura
dominante y por lo general disminuye, hasta desaparecer, la
creación de canciones espontáneas y del juego sonoro
exploratorio. [ Nota 15 ]

Tanto más que en el lenguaje, encontramos impresionantes


diferencias individuales en los niños pequeños cuando
aprenden a cantar. Algunos pueden repetir grandes
segmentos de una canción hacia los dos o tres años, mientras
que muchos otros, a esta misma edad, difícilmente pueden
aproximarse al tono, y aún hacia los cinco o los seis años
pueden seguir teniendo dificultad para reproducir contornos
melódicos exactos. [ Nota 16 ]

Durante la edad escolar se incrementa el desarrollo musical,


permitiendo que los niños puedan cantar las melodías con
mayor exactitud y expresividad. Sin embargo, la escuela le da
gran importancia a las habilidades lingüísticas, mientras que
el desarrollo de las destrezas musicales ocupa un lugar
prácticamente inexistente en la cultura, siendo tolerable el
"analfabetismo musical".

Esta rápida descripción de la evolución musical en el niño nos


muestra, primero, que al nacer disponemos de habilidades
innatas que necesitan ser estimuladas para no desaparecer; y
segundo, que el ser humano es primordialmente creativo, y
que son la influencia familiar en primer lugar, y después la
escolar, las que lo van condicionando a absorber las
manifestaciones musicales propias de la cultura imperante,
llevándolo gradualmente a la pérdida de su creatividad.

Es esta una aseveración tan importante que, si como


educadores queremos contrarrestar su realidad, deberemos
tener siempre en cuenta. Primero, exigiendo la implantación
de la educación musical como asignatura obligatoria dentro
del currículo escolar, de tal forma que podamos favorecer en
los niños el desarrollo de estas capacidades innatas.
Segundo, para que al elaborar el plan de trabajo se incluyan
actividades en las cuales los niños puedan expresar sus
habilidades propias, y se favorezca el desarrollo de las
mismas y la expresión de su creatividad.

EQUIDAD COGNOSCITIVA.

Debido a la herencia, adiestramiento prematuro o, con toda


probabilidad, a una interacción constante entre estos dos
factores, algunos individuos despliegan determinadas
inteligencias en mayor grado que otras; pero toda persona
normal debería poder desarrollar cada una de ellas en cierta
medida, aunque sólo fuera modestamente. Estas habilidades
intelectuales jamás se desarrollan en forma espontánea, sino
que son puestas en acción por las actividades que dentro de
las diferentes culturas poseen ya un significado y una
practicidad especificas. [ Nota 17 ]

En este punto cabría preguntarnos qué porcentaje de las


diversas habilidades existentes jamás se desarrollan a causa
de los sistemas escolares actuales; cuántos individuos se ven
afectados en su desarrollo por estas circunstancias, y cómo
influye esto dentro de la sociedad.

Todavía hasta hace muy pocos años, se suponía que la


cognición humana era unitaria y que era posible describir en
forma adecuada a las personas como poseedoras de una
única y cuantificable inteligencia; sin embargo, ahora
sabemos que cada ser humano posee en forma innata
habilidades diferentes, y que en la medida que las pueda
desarrollar y poner en práctica, podrá vivir plenamente y
participar dentro de la sociedad desempeñándose con sus
talentos propios, específicos y únicos.

Dentro del sistema escolar actual, existen muchos alumnos a


quienes se les diagnostica déficit de atención o dificultades en
el aprendizaje; difícilmente obtienen logros escolares y les
desagrada el estudio. Al analizar los programas de enseñanza,
vemos que estos se concentran en el predominio de las
inteligencias lingüística y matemática, dando mínima o nula
importancia a las otras posibilidades de conocimiento. Esta es
la razón de que muchos alumnos no se destaquen en el
dominio de las asignaturas académicas tradicionales y que,
por lo tanto, no obtengan reconocimiento, diluyéndose así su
aporte al ámbito cultural y social. Se piensa que han
fracasado, cuando en realidad son los sistemas escolares los
que están suprimiendo sus talentos, a cambio de privilegiar
una única visión cultural, que hoy en día es la tecnológica. De
esta forma la cultura imperante privilegia y valoriza algunas
inteligencias en detrimento de otras, favoreciéndose un
desarrollo parcial del intelecto que de otra manera podría ser
mucho más holístico o completo. [ Nota 18 ]

UN POCO DE HISTORIA.

CIVILIZACIONES ANTIGUAS.

La música tuvo un papel preponderante en las culturas más


antiguas de la civilización. China y Grecia la asociaron con la
moralidad: era un símbolo de lo bueno que hay en el hombre.
Hacia el año 500 a. C. Confucio dijo: "La fuerza moral es la
columna vertebral de la cultura humana y la música es la flor
de esta fuerza moral". Los chinos consideraban que la música
era un elemento para gobernar el corazón de los pueblos;
afirmaban que al haber música en el hogar, existe el afecto
entre padres e hijos; y que cuando la música es ejecutada en
público, crea armonía entre la gente. Los objetos capaces de
producir música bajo el arbitrio humano, eran considerados
por los chinos como vínculos con lo divino y lo eterno. [ Nota 19 ]

Refiriéndose al aspecto formativo de la música, Confucio


insistió: "El carácter de un hombre debe ser despertado por
los cantos, establecido por las formas y completado con la
música. La música debe ser considerada como uno de los
elementos básicos de la educación, y su pérdida o su
corrupción es el signo más evidente de la decadencia de los
imperios. ¿Queremos saber si un reino está bien gobernado, si
las costumbres de sus habitantes son buenas o malas?
Examinemos la música vigente". [ Nota 20 ]

En la Grecia clásica, la música gozaba de gran estima. Los


griegos designaban a una persona educada y distinguida
como "hombre musical", y utilizaban el término "amúsico"
para referirse a las personas incultas. La música y la poesía
estaban unidas en una sola, y la declamación se acompañaba
del canto y a veces de la danza. [ Nota 21 ]

Fueron los griegos los primeros en señalar la importancia de


brindar educación musical desde muy temprana edad, debido
a las virtudes únicas y esenciales que se le atribuían a la
música, y por considerarse un factor esencial en la formación
de los individuos. La perfección de la ciudad-estado iba de la
mano con una escrupulosa educación musical que se
consideraba esencial para la formación de un pueblo
disciplinado. Para los griegos, la música consistía en la
enseñanza de lo verdadero, para así alcanzar a equilibrar el
espíritu del hombre. Sus funciones principales eran formar la
inteligencia y el carácter, y propiciar la salud.
Una vez mencionada la apreciación que de la música tenían
las antiguas culturas, cabe hacer el siguiente planteamiento.
Desde las primeras civilizaciones eran ampliamente conocidos
los beneficios que la música brinda al ser humano y la
importancia que ésta tiene en la formación integral del
individuo. En la actualidad, época de grandes adelantos y
descubrimientos científicos, todos estos fenómenos han sido
más que comprobados. Sin embargo, la educación musical
como asignatura no se incluye dentro del currículo escolar de
gran parte de los países latinoamericanos, y no podemos dejar
de mencionar que la música de arte, la que aporta todos estos
beneficios, día a día pierde más espacios y se vuelve cada vez
no sólo más inaccesible para la mayor parte de la población,
sino tan desconocida que en algunos casos, especialmente en
los medios de comunicación, resulta objeto de rechazo y
menosprecio.

¿Acaso las autoridades educativas no están al tanto de los


resultados de estas investigaciones? Y si sí lo están, ¿por qué
no se ha incluido la educación musical en los planes de
estudio...? ¿Por qué las autoridades culturales no defienden
los pocos espacios que quedan para la música de arte...?
¿Quiénes son los beneficiarios de que no se tomen decisiones
claras en este sentido?

SOCIEDADES ACTUALES.

En algunas culturas contemporáneas se aprecia enormemente


la competencia musical. En China, Japón y Hungría, por
ejemplo, se espera que los niños logren pericia en el canto y,
de ser posible, también en la ejecución de algún instrumento.

En Japón, el músico y pedagogo japonés Shinichi Suzuki ha


demostrado que un gran número de personas pueden
aprender a tocar instrumentos musicales muy bien y desde
edades muy tempranas. Su método se ha centrado en el
desarrollo de la inteligencia musical y ha ayudado a muchos
individuos a progresar con rapidez dentro de esta habilidad,
poniéndola al alcance de una población mucho más amplia. Su
objetivo principal no es crear músicos profesionales, sino que
los alumnos amen y vivan la música. Esto lo logra a través de
potenciar un ser humano completo que, con trabajo y esfuerzo
y en un entorno que le anime con amor y paciencia, pueda
desarrollar confianza y respeto en sí mismo. El maestro Suzuki
busca un sentido de educación global, de educación musical
en la que el instrumento es el medio de alcanzarla. [ Nota 22 ]

Es interesante mencionar que la sociedad japonesa se ha


percatado de que existe un amplio perfil de inteligencias
humanas, mismas que ellos se han ocupado de desarrollar a
través de sistemas educativos integrales. Saben que cada
individuo, al poseer características distintas, puede contribuir
a un óptimo desarrollo de la sociedad, aportando sus
capacidades propias y específicas.

Cada cultura apuesta de manera distinta al despliegue de las


inteligencias de sus individuos. La existencia de la habilidad
para cantar lograda en determinados grupos culturales, y de
ejecuciones instrumentales destacadas entre los violinistas
judeorrusos o los xilofonistas balineses, indica que el logro
musical no es únicamente un reflejo estricto de la habilidad
innata, sino que puede favorecerse a través del estímulo y
adiestramiento culturales.

Un grupo que se distingue especialmente por favorecer el


desarrollo de las habilidades musicales son los Anang de
Nigeria. Los bebés de apenas una semana de edad son
iniciados en la música y en la danza por sus madres, y los
padres fabrican pequeños tambores para sus hijos. Cuando
llegan a los dos años, los niños se incorporan a grupos en los
que adquieren habilidades culturales básicas, dentro de las
que se incluyen cantos, bailes y ejecución de instrumentos. A
los cinco años, los pequeños anang pueden entonar cientos
de canciones, tocar varios instrumentos de percusión y
realizar docenas de intrincados movimientos de danza. Los
mencionados anang afirman que todos los individuos están
ampliamente capacitados para la música, y los antropólogos
que han estudiado a este grupo aseguran que jamás han
encontrado en él a ningún miembro "no musical". [ Nota 23 ]

Todas estas culturas mencionadas, son prácticamente las


únicas que en la actualidad se preocupan seriamente por
cultivar la inteligencia musical, y por lo tanto, las únicas que
brindan a sus individuos la oportunidad de desarrollarse
ampliamente dentro del ámbito musical.

LOS VALORES INTRÍNSECOS DE LA MÚSICA

EL VALOR ESTÉTICO DE LA MÚSICA.

El arte es la disculpa grandiosa que se da el hombre


para ser. El crear objetos que signifiquen algo para
sí mismo y para la sociedad, es la única gran
justificación de la 'vida humana'. El arte es la
expresión máxima de esa vida, que provoca el
encuentro entre quienes lo hacen y quienes lo
gozan.

Michel Romiex

Serafina Poch cita a Michael Polanyi: "Bebés y niños


pequeños hasta los dieciocho meses más o menos no son
superiores mentalmente a los chimpancés de la misma edad.
Sólo cuando empiezan a hablar es cuando se marcará una
distancia astronómica con el chimpancé".

Y ella lo complementa: "Pero el habla es sólo un punto de


partida. El hombre se va haciendo hombre al progresar desde
el nivel del lenguaje articulado al pensamiento abstracto y a la
comunicación matemática. Sin embargo, todo ello lo puede
realizar una computadora, más o menos. Lo que hace al ser
humano verdaderamente tal, es el progresar y entrar de lleno
en el mundo de las emociones, los valores (estéticos,
religiosos, morales, sociales, etcétera) y los sentimientos. No
será ser humano sano y normal sin lograr un desarrollo
equilibrado de todos estos valores". [ Nota 24 ]

Por que los sistemas educativos actuales favorecen


ampliamente la formación técnica, en la que el hombre no
puede quedarse, debemos darle al arte, a la música, un lugar
preponderante en su vida para que con ello logre alcanzar su
dimensión de ser humano.

El arte es por excelencia un fenómeno de sociabilidad, puesto


que está fundado en las leyes de la simpatía y de la
transmisión de ideas, emociones, sentimientos y sensaciones.
Es el instrumento más poderoso de que el hombre dispone
para profundizar, comprender, refinar y sublimar sus
emociones y sentimientos. El arte persigue la trascendencia
del hombre como último fin. De ahí el enorme valor
educacional y terapéutico del arte para contribuir al equilibrio
psíquico del ser humano. [ Nota 25 ]

"La música opera en nuestra facultad emocional con mayor


intensidad y rapidez que cualquiera de las otras artes. Unas
pocas cuerdas pueden llegar a una parte de nuestra mente a la
que un poema sólo puede llegar tras larga exposición o una
pintura tras prolongada contemplación" La acción del sonido
es algo no sólo más inmediato sino también más poderoso y
directo. Las otras artes nos persuaden, pero la música nos
toma por sorpresa". [ Nota 26 ]

LA FUNCIÓN SOCIAL DE LA MÚSICA

La música es el más elevado mensaje del


sentimiento; es el arte que convierte la técnica en
un regalo al espíritu para contribuir a que los seres
humanos, al admirar la belleza, sean
progresivamente mejores.

Pablo Casals

Debido a los avances científicos y tecnológicos, a la gran


disponibilidad de grabaciones y a la abundancia de medios de
comunicación masiva, la música ha abandonado las salas de
concierto para pasar a formar parte de la vida diaria. Estos
hechos podrían haber proporcionado grandes beneficios tanto
al individuo como a la sociedad; sin embargo, muchas
prácticas que eran comunes en épocas pasadas, como el tocar
instrumentos o cantar en familia, se han perdido por causa de
la televisión, que ha venido a sustituirlas.

La música es de gran utilidad para liberarnos de la tensión y la


fatiga, y debería tener un lugar muy importante dentro del
círculo familiar. La práctica del canto o de tocar un
instrumento puede tener efectos muy positivos para favorecer
la autorrealización, aumentar la autoestima, propiciar el
conocimiento mutuo y la cohesión familiar. La música, siendo
una actividad que frecuentemente se realiza en grupo,
contribuye a la integración social; y al ser el desempeño
individual de suma importancia para el logro del resultado
final, simultáneamente fomenta la responsabilidad y la
superación personal.

La vida sensitiva y emocional del ser humano precisa de


formación y educación, no sólo para su propio beneficio, sino
también para el de la sociedad en la que vive; ya que éste es,
ante todo, de naturaleza social. La música, al ser un lenguaje
preverbal, prelógico y emocional, contribuye a la formación de
la sensibilidad estética en niños y adolescentes, lo cual es de
gran importancia para la consecución de una vida emocional
sana.

Susan Langer considera que la música puede expresar los


sentimientos de mejor manera que cualquiera de las otras
artes, por las siguientes cinco razones:

1. La música es una forma de lenguaje simbólico de


mayor abstracción que las otras artes.
2. La música facilita más que otras artes la expresión de
los sentimientos y de las emociones.
3. La música es una forma simbólica inacabada que
permite al ser humano ver proyectados en ella sus
estados de ánimo.
4. Los sentimientos humanos son expresados con mayor
congruencia bajo formas musicales que a través del
lenguaje, por lo que la música puede revelar la
naturaleza de los sentimientos con más detalle y
verdad que éste último.
5. La posibilidad de expresar cosas opuestas
simultáneamente, confiere a la música la posibilidad
más intrincada de expresión y consigue con ello ir
mucho más lejos que otras artes. [ Nota 27 ]

Esto nos muestra que tan importante es brindar una


educación musical adecuada desde los primeros años de vida,
nutriendo la sensibilidad y la emotividad de los niños,
enseñándolos a conocer la belleza y a descubrir el placer
estético. Es relevante la necesidad del conocimiento de las
diferentes corrientes musicales, ya que, en todas y cada una
de ellas, existe música de calidad. De esta manera estaremos
contribuyendo a la formación de un criterio artístico y estético
que permita al educando elegir entre la música que tiene un
valor real y artístico, en diferenciación con aquella de baja
calidad, que ha sido creada no sólo bajo criterios económicos
y comerciales, sino también enajentantes. Así, al llegar a la
adolescencia, edad muy vulnerable a la influencia social y al
bombardeo de los medios, los jóvenes sabrán elegir lo que
verdaderamente les guste, independientemente de lo que la
publicidad les dicte a través de los medios de comunicación.
Hay que educar a los adolescentes para que no sean víctimas
de intereses comerciales, consumiendo lo que otros les
ordenan.

A través de una educación musical adecuada en la que se


enseñe a los niños y jóvenes a disfrutar de la música de buena
calidad, podremos favorecer el desarrollo de la sensibilidad
estética y de su vida emotiva. Esto traerá innumerables
beneficios para su vida futura, y en consecuencia para la
sociedad. Podemos enumerar los siguientes:

 Sabrán elegir la música que verdaderamente les guste,


independientemente de lo que la publicidad y los
medios de comunicación les dicten. No se convertirán
en víctimas de intereses comerciales, adquiriendo lo
que otros los induzcan a comprar, y escucharán sólo
aquello que responda a sus propios gustos,
preferencias personales y necesidades emotivas.
 La música podrá convertirse en su afición.
 Podrá ser un soporte emocional frente a las vicisitudes
de su vida.
 Les ayudará a mitigar la soledad o la incomprensión.
 Enriquecerá su vida emocional ayudándoles a
profundizar en su sensibilidad y en la de los demás.
 Podrán utilizarla como un sano instrumento de placer y
catarsis.
 Podrán encontrar en ella un medio de espiritualidad.
 Les brindará una sana opción entre otras de orden
social que menoscaban su integridad (drogas,
violencia, pandillerismo, etcétera).
 Finalmente, podría convertirse en una productiva y
gratificante profesión.

MÚSICA DE EFECTOS NOCIVOS Y CONTAMINACIÓN SONORA

Mas allá de las innumerables bondades de la música, cabe


señalar dos aspectos adversos importantes: primero, que
cierto tipo de música puede provocar efectos contrarios a los
que ya han sido mencionados; y segundo, que vivimos
inmersos en un mundo sonoro que continuamente pone en
riesgo la integridad de nuestro sistema auditivo.

MÚSICA COMERCIAL.

Serafina Poch Blasco afirma que la música puede elevarnos


hasta lo más sublime, pero que también puede degradar, llevar
a la droga, e incluso a determinadas personas conducirlas al
suicidio. Todo depende del tipo de música que se escuche, del
impacto que ésta ejerza sobre la persona, y de la frecuencia, la
duración y el volumen con que sea escuchada. [ Nota 28 ]

La música comercial es un producto industrial que únicamente


persigue la complacencia de las demandas del mercado. Si la
analizamos, descubriremos que en su mayoría está dirigida a
la satisfacción de exigencias inmediatas, transitorias y
vulgares; y podemos agregar a esto la inmoralidad que
expresan las letras de muchas de las canciones en las que se
alaba a delincuentes, narcotraficantes, criminales y
alcohólicos; o se hace alarde de expresiones soeces y de
doble sentido. La característica general de este producto de
consumo masivo es que divierte sin revelar nada nuevo, sino
incurriendo en lugares comunes que el público espera
ansiosamente oír y repetir, como si fuese un niño feliz que se
regodea por enésima vez en un cuento que ya conoce. Todo lo
desconocido, por temor a no comprenderse o por pereza
mental, resulta insoportable.

La música comercial de consumo masivo es uno de los


instrumentos de persuasión oculta más eficiente. Es
monótona y con un bajo rítmico acompañado de escasos
acordes que se repiten de principio a fin. Sus ritmos perpetuos
producen frecuentemente una excitación corporal que puede
llegar hasta la embriaguez, provocando un desdoblamiento de
la personalidad (sin la validez social que esto aporta a la
ritualística). Estos ritmos muchas veces van acompañados por
cantos que expresan ideas, sentimientos o estados anímicos
negativos, causando desequilibrio nervioso en el estado físico
y mental del joven, dando como resultado una verdadera
ebriedad, con exaltación de los sentidos y de la imaginación.
La personalidad se transforma y se mimetiza con la de los
compañeros y la de los espectadores, y en consecuencia, el
individuo se convierte en un simple elemento de una entidad
colectiva; en una partícula de una multitud en estado de
embriaguez. Esta "música" convierte a los oyentes que se
prestan a ello, a los jóvenes principalmente, en autómatas,
porque en ese momento se paraliza el proceso mental de la
conciencia. Llegados a este punto, son fácilmente conducidos
al sexo inconsciente e irresponsable, al alcohol, a la droga,
etcétera. Si a esto agregamos que la intensidad del sonido que
prevalece en los sitios a donde las multitudes acuden a
consumir esta "música" se eleva 20 decibeles por encima del
límite de tolerancia del oído humano, el resultado es un asalto
deliberado y directo hacia la integridad de la persona. El fin
perseguido es exaltarla y paralizar su conciencia,
sumergiéndola en un océano sonoro; de nuevo, con fines
puramente comerciales y enajenantes.

Esta situación sólo puede ser aceptada por individuos sin


ningún juicio musical, y sin la sensibilidad educada para
apreciar la belleza. Brindando educación musical, y
proporcionando a los jóvenes las herramientas para conocer
la buena música, no se prestarán tan fácilmente a estos
asaltos.

CONTAMINACIÓN SONORA.

Los habitantes de los países industrializados o con cierto nivel


de desarrollo, vivimos inmersos en un mundo lleno de ruidos,
que parecen ya inseparables de nuestra vida cotidiana. A
diferencia de la visión, nuestro sistema auditivo está siempre
abierto al mundo, lo que implica una recepción continua de
estímulos y de informaciones sonoras de las que no podemos
sustraernos.

El progreso técnico, la proliferación de los medios de


transporte, el hacinamiento, los hábitos culturales y el
crecimiento urbano carente en muchos casos de una
planificación adecuada son, entre otros, algunos de los
factores que han contribuido en gran medida a la degradación
acústica del medio, y al deterioro de las relaciones entre la
persona y su entorno.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que el 76%


de la población que vive en los grandes centros urbanos sufre
un impacto acústico muy superior al recomendable; y
científicos y expertos que trabajan en la materia han declarado
en forma unánime que el ruido daña seriamente nuestra
capacidad auditiva y ejerce una influencia negativa en nuestro
organismo, propiciando graves trastornos. Estos perjuicios
van desde daños puramente fisiológicos, como la conocida
pérdida progresiva de la audición, hasta los psicológicos, al
producir una irritación y un cansancio que provocan
disfunciones en la vida cotidiana, tanto en el rendimiento
laboral como en la relación con los demás. La lista de posibles
consecuencias de la contaminación acústica es larga:
Individualmente provoca dolor de cabeza, problemas de
estómago, alteración de la presión arterial y del ritmo
cardíaco; vasoconstricción, depresión del sistema
inmunológico y alteración de los niveles de segregación
endocrina; irritabilidad, cansancio, estrés y perturbaciones del
sueño, que conducen a conductas agresivas, dificultades para
la comunicación, problemas mentales y estados depresivos,
disminución del rendimiento y de la concentración, etcétera,
todo esto con una alta repercusión en el deterioro social y
elevados costos en productividad laboral.

El ruido no sólo produce perjuicios directos y acumulativos


sobre la salud, sino que además tiene efectos socioculturales,
estéticos y económicos: aislamiento social, pérdida de
privacidad, desaparición de culturas sonoras, pérdida de
señales sonoras alertantes, depreciación económica de la
vivienda, etcétera. Con niveles de ruido altos, la tendencia
natural de la gente hacia la ayuda mutua disminuye o
desaparece, reapareciendo en el momento en que se suprime
la presión sonora. [ Nota 29 ]

Los niños cuyas escuelas se ubican en zonas ruidosas,


aprenden a leer más tarde, presentan mayor agresividad,
fatiga, agitación, peleas y riñas frecuentes; mayor tendencia al
aislamiento, y cierta dificultad de relación con los demás. El
deterioro del aprendizaje y del desarrollo humano nos
comprueba que la contaminación acústica conlleva efectos
negativos para las generaciones futuras.

El exceso de automóviles, las obras públicas, la cercanía de


los aeropuertos, el ruido social y la actividad nocturna son los
principales responsables de la contaminación acústica de las
grandes ciudades. Sin embargo, existen otras fuentes de ruido
que podríamos controlar con un poco de educación y
legislaciones adecuadas.

Desde muy pequeños los niños acuden a fiestas en donde son


expuestos a música a gran volumen y son incitados a
responder a gritos a las preguntas de los animadores. En el
mercado se encuentran sofisticados juguetes que hacen
alarde de una fuerte sonoridad, a más de artificial y
distorsionada.

El uso excesivo de reproductores de discos compactos y


radios con auriculares, y el volumen de la música en las
discotecas, provocan cada vez más problemas auditivos entre
los jóvenes. El oído tarda más de 36 horas en recuperar la
sensibilidad auditiva normal, después de estar sometido una
noche a la música atronadora de una discoteca.

La utilización permanente de "música" a impresionantes


volúmenes en cines, restaurantes y lugares públicos, origina
que muchos de nosotros pensemos dos veces la conveniencia
de acudir a estos lugares. Normalmente decidimos no hacerlo.
Sólo bajo caso de extrema necesidad nos vemos obligados a
exponernos a tantas violaciones a nuestra integridad física.
Una legislación en este sentido es urgente.

La consecuencia más preocupante del nivel sonoro elevado es


la hipoacusia o pérdida de la capacidad auditiva. Muchos
jóvenes de hoy sufrirán trastornos del sentido del oído en un
futuro cercano. Lamentablemente el individuo advierte su
discapacidad cuando ya es demasiado tarde, dado que la
misma se produce por la destrucción irreversible de las
delicadas células sensoriales del oído interno. La razón es que
el proceso de deterioro es gradual y puede demorar varios
años en hacerse patente, ya que se va produciendo una
adaptación o acostumbramiento progresivo. [ Nota 30 ]

Los niveles de ruido constantes, aunque no superen los


límites máximos permitidos, aceleran el proceso de la
disminución auditiva, de tal forma que tenemos un oído
mucho más viejo del que correspondería a nuestra edad
fisiológica. En otras ocasiones la exposición a ruidos de poca
duración, pero de gran intensidad, precipitan este trastorno
irreversible y para el que no existe tratamiento alguno. Estos
problemas se han incrementado a tal grado, que ya existe el
término socioacusia, que se refiere a la disminución auditiva o
a la pérdida total del oído debida a causas sociales.

EVOLUCIÓN EMOCIONAL Y ARTE

A lo largo de la historia, la música ha sido parte importante de


la vida del ser humano; aunque debido al desarrollo de las
civilizaciones, y a los avances científicos y tecnológicos, su
función -y el disfrute que de ella se tiene- ha sufrido enormes
modificaciones. Si comparamos los recursos de que dispuso
el hombre en los siglos precedentes, no dejará de admirarnos
la superabundancia de medios de comunicación masiva que
en la actualidad transmiten música grabada. Sin embargo, esta
circunstancia, lejos de beneficiarnos, ha despertado un
desmedido interés comercial y económico que nos ha
conducido a vivir en medio de una invasión sonora, quitándole
a "la Música" su lugar como legítima expresión artística y
estética, con todo lo que esto conlleva.

En la sociedad actual se han perdido, como tantos otros


valores, el concepto de lo bello y el gusto por lo estético. Todo
es válido. Todo... es cultura. En el campo musical se acepta
cualquier cosa con tal de que llame la atención. Que perdure
no es importante, no es lo que se busca. Al contrario, el
objetivo es que no perdure, porque detrás hay grandes
intereses económicos que ganan con lo intrascendente; no
con lo que permanece, sino con lo que desaparece.

La clave para cambiar favorablemente esta situación se halla


en "promover la perennidad y la belleza del arte", con el fin de
elevar la moral y el espíritu de los seres humanos, y para
hacer frente a las contingencias actuales y superarlas.

Solo desarrollando apropiadamente su espectro emocional, el


hombre podrá abrir una nueva fuente de energía moral, cuya
necesidad para él y para la sociedad completa es tan
apremiante. Se debe trabajar por educar positivamente la vida
emotiva de los seres humanos y de esta forma alcanzar un
equilibrio entre el plano moral y el progreso técnico.

Es nuestra tarea, como músicos y como educadores,


preservar lo que ha permanecido por años..., por siglos..., por
milenios. El arte, la música, no es una moda, no podemos
permitir que esté sujeta a intereses comerciales y que se
pretenda desaparecer una expresión artística producto de la
evolución del ser humano. Perder la música es negar nuestra
historia, porque lo que ahora somos no es resultado de lo que
se inventó para desaparecer, sino de lo que, en la Creación,
mereció la naturaleza de trascender.

Hemos presentado detalladamente los efectos benéficos que


ejerce la música sobre el ser humano, así como las
consecuencias negativas que cierta música puede producir en
quienes la escuchan, y es de suma importancia resaltar los
resultados que han arrojado las investigaciones en cuanto a
los alcances que tiene la música para favorecer el desarrollo
cerebral y el aprendizaje. Enfatizamos también sobre las
diversas y específicas facultades que tiene cada ser humano,
y que debiera ser capaz de desarrollar si el conocimiento de
diversos símbolos y formas de aprendizaje fueran puestos a
su alcance a través de la educación.

Quedan demostradas las bondades que puede proporcionar la


música, tanto al individuo como a la sociedad en general, si la
ponemos al alcance de un mayor número de personas. Esto se
logrará únicamente a través de una educación musical
escolarizada.

Cada uno de los integrantes de la comunidad musical tenemos


la obligación moral de defender la forma de expresión que nos
es común y de devolverle a todo ser humano el derecho que a
la música tiene. Por tanto, una vez establecida la importancia
del valor formativo de la música, tenemos las siguientes
responsabilidades:

 Dar a conocer a las autoridades educativas y de la


sociedad en general, las innumerables investigaciones que se
han llevado a cabo en relación con los efectos de la música, y
sus consiguientes resultados positivos en cuanto a su valor
formativo se refiere.
 Exigir, en el ejercicio de la democracia, espacios
equitativos para la difusión de la música de arte en los medios
de comunicación masiva.
 Crear conciencia en el sector salud acerca de los severos
daños que está causando en la población el manejo de altas
intensidades sonoras en los lugares públicos, y las graves
consecuencias que esto tendrá en la futura sociedad; y por
tanto
 Exigir ante las cámaras y las instituciones
correspondientes:
 la inclusión de la educación musical como asignatura
obligatoria dentro del currículo escolar;
 la instauración de reglamentos para la industria de la
radio y la televisión que los exhorte a la difusión de las
manifestaciones artísticas y culturales propias y
universales, y
 la creación de legislaciones adecuadas que protejan la
integridad de nuestro sentido del oído, imprescindible
para el desempeño de nuestra profesión y para el goce
de la belleza y del placer estético que nos brinda la
música.

Es seguro que el descuido o la indiferencia que han


propiciado la exclusión paulatina de la educación musical de
los programas escolares, así como la desaparición de los
espacios destinados a la difusión de la música docta y del arte
en general, conducen a la sociedad a un severo retroceso
evolutivo. La música no es un "artículo superfluo". Una
sociedad sin música de arte, será una sociedad mecanizada en
la que tendrán cabida únicamente los seres dotados con cierto
tipo de inteligencia. Los individuos que la conformen solo
necesitarán una mínima parte de su cerebro para funcionar.

La necesidad de casa, vestido y sustento es tan importante


como el mandato universal de evolución. Pero mal y poco
tiempo podríamos gozar de aquellos bienes, propiciando los
grados de violencia y neurosis que puede generar una
sociedad cuando se ve privada de cauces bellos, nobles y
humanistas para desfogar la carga de sus emociones
cotidianas. Y esa evolución, tan necesaria para el Hombre,
sufriría un retroceso, ante la incapacidad de experimentar las
otras emociones. Ésas tan inéditas, misteriosas e inenarrables
hacia donde la música es capaz de arrebatar el alma.

Anda mungkin juga menyukai