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UNIVERSIDAD NACIONAL DE SALTA

FACULTAD DE CIENCIAS NATURALES

INGENIERIA EN RECURSOS NATURALES Y MEDIO AMBIENTE

TESINA DE GRADO

CARACTERIZACION DE LAS COMUNIDADES DE AVES


DE LA PUNA SALTEÑA

Tesista: Cristian Pablo Domínguez

Director: Héctor Alejandro Regidor

Salta, Febrero de 2015


Índice de Contenidos

1.- INTRODUCCION ..................................................................................................................................... 4


1.1.- Biodiversidad y su estudio a partir de comunidades de aves........................................................... 4

1.1.1.- Las aves y su uso en conservación .......................................................................................... 7


1.2.- Biodiversidad y aves en la Puna ...................................................................................................... 8

1.3.- El ambiente físico en la zona bajo estudio ..................................................................................... 10

1.3.1.- Marco legal y uso del suelo en el área de trabajo ................................................................... 12

2.- OBJETIVOS .......................................................................................................................................... 15

3.- METODOLOGÍA Y PROCEDIMIENTOS ............................................................................................... 17


3.1.- Colecta de datos ............................................................................................................................ 18

3.2.- Elaboración de mapas temáticos ................................................................................................... 19

3.3.- Estratificación del área de estudio ................................................................................................. 20

3.4.- Parámetros, indicadores y coeficientes .......................................................................................... 22

3.5.- Identificación de áreas prioritarias para la conservación de las aves............................................. 25

4.- RESULTADOS ...................................................................................................................................... 28


4.1.- Diversidad alfa................................................................................................................................ 28

4.2.- Diversidad beta .............................................................................................................................. 35

4.3.- Diversidad gamma ......................................................................................................................... 37

4.3.- Situación particular de las especies registradas ............................................................................ 38

4.4.- Aspectos taxonómicos ................................................................................................................... 40

4.5.- Áreas prioritarias para la conservación de las aves ....................................................................... 50

5.- DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES .......................................................................................................... 55

6.- REFERENCIAS ..................................................................................................................................... 61

ANEXO 1: Tablas y Gráficos complementarios .......................................................................................... 68

ANEXO 2: FOTOGRAFIAS......................................................................................................................... 72

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Índice de Tablas

Tabla N°1. Identificación de áreas prioritarias para la conservación. Valores y categorización. ................ 27
Tabla Nº2: Principales parámetros e índices obtenidos de diversidad alfa. ............................................... 28
Tabla Nº3. Listado de las especies presentes en cada ambiente............................................................... 34
Tabla Nº4: Principales parámetros e índices obtenidos de diversidad beta. .............................................. 35
Tabla Nº5. Lista de especies exclusivas para cada ambiente. ................................................................... 36
Tabla Nº6. Listado de especies comunes a todos los ambientes. .............................................................. 36
Tabla Nº7. Lista de especies de la Puna Salteña y Situación Particular de cada una. ............................... 49
Tabla NºA1: Descripción y ordenación de los puntos muestrales............................................................... 71
Tabla NºA2. Especies en común entre ambientes...................................................................................... 72

Índice de Gráficos

Gráfico Nº1. Frecuencias Relativas de avistamiento para el Ambiente de Vegas. ..................................... 29


Gráfico Nº2. Frecuencias Relativas de avistamiento para el Ambiente de Estepas y Laderas. ................. 30
Gráfico Nº3. Frecuencias Relativas de avistamiento para los Ambientes Acuáticos. ................................. 31
Gráfico Nº4. Curvas de acumulación de especies por ambiente y total ..................................................... 32
Gráfico Nº5. Curvas de Rango-Abundancia o de Dominancia-Diversidad para cada ambiente.. ............... 33
Gráfico Nº6. Ordenación/Clasificación a partir del Índice de Similitud de Jaccard. .................................... 41
Gráfico Nº7. Ordenación/Clasificación a partir del Índices de Similitud de Morisita. .................................. 42
Gráfico Nº 8. Distribución de los Ordenes presentes.................................................................................. 40
Gráfico Nº 9. Distribución de las Familias presentes. ................................................................................. 40

Índice de Mapas

Mapa N°1. Ubicación, vías de acceso y principales rasgos fisiográficos de la Puna Salteña. ................... 16
Mapa N°2. Ubicación y categorización de los puntos muestrales en el área de estudio. ........................... 21
Mapa N°3. Representación de los índices de diversidad. .......................................................................... 51
Mapa N°4. Representación de los índices de representatividad. ............................................................... 52
Mapa N°5. Representación de los índices de riesgo. ................................................................................. 53
Mapa N°6. Representación de los índices de importancia biológica .......................................................... 54

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1.- INTRODUCCION

1.1.- Biodiversidad y su estudio a partir de comunidades de aves

Uno de los problemas ambientales que han suscitado mayor interés mundial en las
últimas décadas es la pérdida de biodiversidad como consecuencia de las actividades
humanas, ya sea de manera directa (sobreexplotación) o indirecta (alteración del
hábitat) (Moreno, 2001). La biodiversidad representa un capital natural; su uso y
beneficio ha contribuido de muchas maneras al desarrollo de la cultura humana, y
representa una fuente potencial para sostener necesidades futuras. Así, la diversidad
biológica ha sido reconocida como un elemento fundamental para el desarrollo de
planes de conservación y el uso sustentable de los recursos naturales. Por lo tanto, su
conocimiento, cuantificación y análisis es fundamental para entender el mundo natural
y los cambios inducidos por la actividad humana (Villareal et. Al., 2004).

Dicho esto, resulta necesario, para el uso correcto del término y el concepto, brindar
una definición amplia y válida acerca de la diversidad biológica o biodiversidad. Al
respecto, el Convenio Internacional sobre la Diversidad Biológica (Naciones Unidas,
1992), en su Artículo 2 señala que “Por diversidad biológica se entiende la variabilidad
de organismos vivos de cualquier fuente, incluidos, entre otras cosas, los ecosistemas
terrestres y marinos y otros ecosistemas acuáticos y los complejos ecológicos de los
que forman parte; comprende la diversidad dentro de cada especie, entre las especies
y de los ecosistemas”. A partir del razonamiento de esta concepción, se deduce
asimismo que esta diversidad – variabilidad – es un atributo de un sistema concreto
(visualizado en forma de ecosistemas y comunidades) y no resulta de la mera
sumatoria de todos sus componentes, por lo que para el abordaje de su estudio se
deben tener en cuenta las particularidades de su composición, estructura y
funcionalidad.

En teoría, la diversidad sólo puede ser considerada como una propiedad de un


conjunto; en particular, la misma puede ser referida en relación con un sistema
biológico funcional (Contoli, 1998, 2007, en Battisti y Contoli, 2011), comprendiendo el
mismo distintos niveles de diversidad biológica.

El hecho de que determinadas especies ocurran en un ensamble o comunidad


concreta depende de características estructurales (biológicas y físicas) definidas, pero
también del pool de especies regional, de la historia natural y demografía de cada una
de las especies, de la disposición topológica del paisaje como conjunto, y en buena
medida del azar (Halffter y Moreno, 2005).

En la actualidad, el uso de índices de biodiversidad se ha promovido en gran medida


en la planificación del paisaje para evaluar el estado de las unidades ecológicas en
diferentes niveles jerárquicos, desde ensambles de especies, a paisajes y regiones
(Battisti y Contoli, 2011). Por paisaje se concibe un área terrestre heterogénea pero
distinguible, integrada por un conjunto de ecosistemas interactuantes que se repiten
de forma similar. Formar parte de un paisaje significa compartir en cierto grado las
condiciones ambientales, pero, muy específicamente, tener una historia biogeográfica
común. A nivel de paisaje se encuentra la mayor homeostasis de las especies, ya que
existe un flujo entre comunidades, entre lugares fuente y lugares receptores de

4
metapoblaciones (Halffter y Moreno, 2005), entendiéndose este último concepto como
un conjunto de poblaciones que ocupan una serie de parches de hábitats con una
dinámica independiente, y están vinculadas entre sí reproductivamente por el
desplazamiento de sus individuos.

El desarrollo de una medida que permita expresar de manera clara y comparable la


diversidad biológica presenta dificultades y limitaciones. En el caso de los índices de
diversidad y los modelos para explicar la distribución del número de especies en
clases de abundancias, la utilización de los mismos se hace dentro de un contexto
funcional, es decir, se supone que la diversidad o el reparto de los individuos entre las
especies es consecuencia, bien de las interacciones ecológicas entre ellos, o bien de
las relaciones entre estos y su medio ambiente. De este modo, los procesos producen
patrones y de la observación de estos últimos pueden derivarse los primeros (Moreno,
2001).

Whittaker (1960, 1972, en Battisti y Contoli, 2011) introdujo escalas de biodiversidad


jerárquicas y espacialmente explícitas: i) la diversidad alfa como una medida de la
diversidad biológica dentro de un área en particular, comunidad o ecosistema,
usualmente expresada simplificadamente como la riqueza de especies de la zona, ii) la
diversidad beta como una medida de la diversidad biológica que compara la diversidad
alfa entre parches o a lo largo de gradientes ambientales; iii) la diversidad gamma, que
se refiere a la riqueza total de especies en un área extensa o región.

La diversidad gamma se ha considerado como la riqueza total de especies dentro de


varias unidades de paisaje, o entre varios tipos de coberturas o hábitats (conjunto de
comunidades), que se encuentran en un área de gran superficie – como la Puna
Salteña –, y es el resultante de la diversidad de cada una de las comunidades
(comunidad alfa), así como del grado de diferenciación que se ha desarrollado entre
ellas (diversidad beta). Por lo tanto, también es una visión de integración de la
información biológica, teniendo como marco la escala de trabajo planteada (Villareal
et. Al, 2004).

En comparación, un determinado sitio o lugar presentará siempre diversidad menor


que la región que lo contiene. El pool regional contendrá entonces sustancialmente
más especies, con un amplio rango de requerimientos y tolerancias ecológicas, y su
existencia permite que si las condiciones cambian o algunas especies se extinguen
localmente, otras puedan llegar al lugar, modificándose las relaciones entre las
especies (Halffter y Moreno, 2005).

Generalmente, para la formulación de planes de manejo con base científica, los


estudios realizados para medir la biodiversidad en áreas que incluyen más de un tipo
de hábitat, se limitan a presentar listas de especies de sitios puntuales (diversidad
alfa), describiendo la diversidad regional (gamma) únicamente en términos de
números de especies, o bien con cualquier otra medida de diversidad alfa. Algunos
estudios llegan a hacer comparaciones entre los sitios (diversidad beta), pero no
integran esta información en una medida de la biodiversidad basada tanto en alfa
como en beta. Esto hace muy difícil estimar con precisión hasta qué punto la riqueza
global de un paisaje se debe a que posee un tipo de comunidad (inclusive una sola

5
comunidad) muy rica en especies, o por el contrario a un fuerte número de especies
distintas en diferentes comunidades (alta complementariedad) (Halffter et. Al., 2001).

De acuerdo a Rodríguez (2011), la forma en que se estructuran las comunidades, y


consecuentemente los patrones de diversidad, son generados y mantenidos por
diferentes procesos que actúan a diferentes escalas. En este contexto, los patrones de
recambio de la diversidad con el cambio de escala pueden ser utilizados como base
para generar predicciones sobre los procesos que regulan la formación de los
ensambles. Al respecto, es probable que existan diferentes patrones de relaciones
entre las diversidades alfa, beta y gamma de acuerdo a la escala espacial planteada,
hallándose diferentes procesos reguladores (exógenos y endógenos) según el caso.
Entre los factores exógenos se encuentran factores ambientales como la
heterogeneidad y complejidad del hábitat, la productividad del sistema y la variabilidad
climática y entre los endógenos las interacciones interespecíficas. Así como los
patrones cambian con la escala, entonces también lo harían los procesos, de forma tal
que a escala de parche las interacciones interespecíficas serían el factor más fuerte en
la regulación comunitaria mientras que a escala regional serían factores de mayor
alcance como el clima los que regulan la constitución de los ensambles.

Para estudiar la biodiversidad, es importante reconocer que elementos o unidades la


componen. La realización de inventarios facilita describir y conocer la composición,
estructura y función de diferentes niveles jerárquicos para su aplicación en el uso,
manejo y conservación de los recursos. Obtener información básica confiable para la
toma de decisiones, sustentadas científicamente, es una necesidad urgente que los
investigadores, las instituciones y las naciones deben enfatizar (Villareal et. Al., 2004).

Debido a su alta capacidad de desplazamiento, las aves constituyen un grupo


faunístico muy importante en la colonización de nuevos ambientes. Representan un
recurso natural de gran valor intrínseco y ecológico que necesita ser protegido a través
de un manejo apropiado (Coconier, 2006).

El estudio de la estructura de las comunidades de aves proporciona un medio rápido,


confiable y replicable de evaluación del estado de conservación de la mayoría de
hábitats terrestres y acuáticos. También permite realizar comparaciones a lo largo de
gradientes climáticos y ecológicos en cuanto a la riqueza, recambio y abundancia de
especies. Caracterizar las comunidades de aves estudiadas, es decir, conocer su
composición y aspectos de su estructura, permite evaluar cómo se reemplazan y se
complementan entre sí las comunidades de localidades o regiones diferentes (Villareal
et. Al., 2004). Esto es real siempre y cuando los resultados obtenidos y su
interpretación sean acotados a un determinado tiempo y espacio (estaciones del año y
circunstancias del medio), sobre todo en regiones como la Puna donde la
heterogeneidad ambiental es elevada y sus condiciones rigurosas durante la mayor
parte del año, el agua es sinónimo de vida y su distribución no es equitativa,
produciéndose diferencias importantes en su biodiversidad entre sitios y entre
momentos distintos.

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1.1.1.- Las aves y su uso en conservación

Un objetivo obvio de una política de conservación es preservar el mayor número


posible de especies nativas en una región (Halffter et. Al., 2001). La tendencia general
ha estado dirigida a proteger áreas poco amenazadas sin un riesgo inmediato,
basados únicamente en su alta riqueza, con la idea de estar conservando muchas
especies por unidad de área. La mayoría de extinciones en el Neotrópico no ocurren
en los centros de alta biodiversidad, sino en centros de endemismo, donde se
concentran especies restringidas a hábitats determinados (Villareal et. Al., 2004).

A través de la identificación de ensamblajes ecológicos amenazados, se puede


establecer una aproximación al estado de conservación del área estudiada y priorizar
áreas como objetivo de conservación. Los ensamblajes ecológicos amenazados se
determinan a partir de la concentración de especies raras, endémicas, con alguna
categoría de riesgo a la extinción, restringidas a uno o pocos hábitats y sensibles a las
perturbaciones antrópicas. Áreas con comunidades que concentren éstas especies
deberían ser resaltadas como una prioridad de conservación (Villareal et. Al., 2004).

Por otra parte, en muchas ocasiones los esfuerzos de conservación pueden dirigirse
hacia especies carismáticas, y este enfoque ha conducido al desarrollo de algunas
concepciones relacionadas con la utilización de éstas dentro de los mecanismos de
protección, conservación y restauración de hábitats, siendo común encontrar
conceptos como los de especies sombrilla, bandera, indicadoras y focales (Castaño-
Villa, 2005).

Debido a la dificultad que entraña el estudio de todos los organismos que ocupan un
área determinada, se suelen seleccionar ciertos grupos que pueden ser buenos
indicadores de la riqueza del resto de los taxones, y cuya protección podría garantizar,
por lo tanto, la de muchos otros organismos (Ramírez, 2000). Así, el uso de grupos
indicadores como estrategia para evaluar la biodiversidad y los procesos que la
afectan, ha generado una serie de debates y críticas que han permitido delimitar el
concepto, precisar el tipo de información que se desea obtener y establecer los
criterios y su evaluación para la postulación como indicadores (Villareal et. Al., 2004).

A la hora de definir sitios en los cuales la conservación se considera una prioridad, una
de las estrategias más utilizadas es el uso de indicadores de biodiversidad, y algunos
de los criterios más utilizados para seleccionar éstos sitios incluyen el sondeo de
aquellos lugares con máxima riqueza específica (hotspots), lugares de máxima rareza
o de alta endemicidad, o lugares con complementariedad entre áreas con una mayor
riqueza acumulada de especies (Ramírez, 2000).

De acuerdo a Villareal et. Al. (2004), en general, para la evaluación de grupos


indicadores, se establecen como criterios de selección que las especies a estudiar
posean taxonomía e historia natural bien conocidas, que su presencia sea
relativamente fácil de detectar, que los taxones y sus especies se encuentren en
diferentes ecosistemas, o bien que se trate de grupos con especificidad de hábitat y
sensibles a cambios (el grado de sensibilidad es útil para cuantificar impactos al
generarse cambios en el hábitat), que sean relativamente abundantes, de fácil
observación y manipulación, que el grupo objetivo sea altamente diversificado

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taxonómica y ecológicamente, que presenten pocas fluctuaciones poblacionales
relacionadas con los cambios ambientales, y que presenten patrones de diversidad
extrapolables a otros grupos taxonómicos. Dado que resulta muy difícil que muchos
grupos puedan cumplir íntegramente todos los criterios expuestos, resultando algunos
contrapuestos, es necesario evaluarlos para seleccionar aquellos que mejor se ajusten
a los objetivos planteados.

Por su parte, Halffter y Moreno (2005) señalan que una vez que se escogen los grupos
indicadores útiles para un determinado paisaje, se pueden pretender dos cosas: tener
una medida de campo que permita especular sobre la riqueza total de especies del
paisaje (usar los grupos indicadores como un subrogado de la riqueza total, o al
menos de algunos otros grupos); o, tomar el número de especies y su abundancia
como un parámetro que permita comparar sitios distintos o diferentes momentos en el
tiempo. Estas medidas no van a ser una referencia directa de la diversidad de un
paisaje o comunidad, pero nos permitirán hacer comparaciones y evaluar los efectos
de las perturbaciones de origen antrópico. Usar un grupo indicador; como indicador
(valga la redundancia), aceptando que distintos grupos pueden tener tendencias
distintas, es menos apreciado que hablar de grandes cifras globales de especies, pero,
por el contrario, es más sólido.

De acuerdo a Di Giacomo et. Al. (2007), las aves son apropiadas como indicadores,
dado que existe un conocimiento científico bastante aceptable sobre ellas, tanto a nivel
mundial como nacional, que alienta su uso en la detección de prioridades de
conservación. A esto se puede sumar el hecho de que ciertos estudios de campo
sobre aves son relativamente sencillos de hacer, lo que permite ir llenando los vacíos
de información existentes de manera razonable.

En general, el estudio de las aves se constituye en uno de los principales soportes del
estudio de la fauna, porque, entre otras razones, algunas especies o grupos de
especies de aves son buenas indicadoras debido a su sensibilidad a perturbaciones
del hábitat o de las condiciones climáticas. Algunas de las características generales de
las aves, tales como la relativa facilidad con que pueden ser observadas y las
frecuentes vocalizaciones que emiten, hacen que este grupo sea, en términos
generales, relativamente fácil de muestrear, por lo que su caracterización se presenta
como un medio eficiente que permite inferir el estado en que se encuentra la
comunidad completa (SMN, sf).

Los muestreos de las comunidades de aves son útiles para diseñar e implementar
políticas de conservación y manejo de ecosistemas y hábitats. Además, aportan
información para la identificación de comunidades que necesitan protección y para el
desarrollo de estudios en biogeografía, sistemática, ecología y evolución (Villareal et.
Al., 2004).

1.2.- Biodiversidad y aves en la Puna

La extrema variabilidad en los componentes abiótico y biótico, que resulta en una gran
heterogeneidad espacial y temporal es probablemente el principal rasgo de los
ecosistemas de las regiones semiáridas (Likens, 1999 en Vidal Abarca et. Al., 2004).

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Cáceres et. Al. (sf), señalan que no hay una única hipótesis que resuelva
completamente las relaciones entre las áreas de toda la región andina; y que al
parecer, no existe un patrón único común de interrelaciones entre las áreas andinas, lo
cual se constituye en evidencia del origen híbrido de la biota de los Andes, cuyas
relaciones de área estarían establecidas por diferentes procesos de distribución de las
especies a través de toda la Cordillera de los Andes, que no muestra evidencia de ser
una sola unidad biogeográfica en sí misma. Esto es consecuente con los diferentes
momentos y eventos geológicos relacionados con la formación de esta región. Mucho
de la historia de la cordillera está definido principalmente por eventos de dispersión y
extinción, ligados a deformaciones de la corteza terrestre, colisión de placas
tectónicas, levantamientos, efectos del clima sobre el paisaje y desarrollo del paisaje.

La historia geológica de los Andes es muy compleja, con diferentes características en


los segmentos del norte y del sur, por lo que ha sido considerada un área clave para
comprender el origen híbrido de la biota sudamericana (Crisci et. Al., 1991 en Cáceres
et. Al., sf).

Las regiones altoandina y puneña poseen una diversidad biológica baja respecto a
otras regiones biogeográficas. Sin embargo, la rareza a nivel global de sus principales
tipos de hábitat, la singularidad de su fauna y la gran proporción de especies
endémicas le confieren un alto valor biológico (Olson et. Al., 1995).

Las aves son el grupo biológico más investigado en la actualidad, en particular las
especies asociadas a los humedales, tales como vegas y lagunas (Fjeldsa y Krabbe,
1990; Caziani y Derlindati, 1999). Así, en toda la Puna, numerosas cuencas
endorreicas forman lagos y salares de diverso tamaño, los cuales constituyen parches
de hábitats acuáticos en una matriz desértica (Caziani y Derlindati, 1999).

A pesar de sus rigores, en las ecorregiones de la Puna y los Altos Andes es posible
encontrar un variado conjunto de aves, que han podido ajustarse a las especiales
condiciones que impone el ambiente. Muchas están asociadas a sitios particulares,
como el de las lagunas, las laderas rocosas o las vegas, y se han especializado
bastante en el aprovechamiento de un tipo especial de recurso (Rodríguez, 2011).

De acuerdo a Cajal (1998a) entre los estudios pioneros sobre la avifauna puneña se
destacan los de Chapmann (1921, 1926), quién se refirió al origen y distribución de las
especies en base a muestreos desarrollados en Perú y Ecuador. Posteriormente,
Pearson y Ralph (1978) estudiaron la biomasa de aves a diferentes niveles de altitud
en la Puna y otras localidades del Perú. Vuilleumier y Simberloff (1980) realizaron
comparaciones biogeográficas entre especies de la Puna y el Páramo, incluyendo en
sus estudios la localidad argentina de Mina Aguilar (23° 20‟ S en la Provincia de Jujuy).
Finalmente se destacan los estudios de Vuilleumier (1983) y Fjeldsa (1985) quienes
analizaron el origen, evolución y situación de la avifauna puneña, siempre desde una
escala regional considerando toda la Puna.

En épocas más recientes, entre otros, destacan los estudios realizados Moschione
(2007) en lo referente a las AICAs ubicadas en la Puna Argentina, Moschione (datos
no publicados), Mosqueira (en Monasterio de Gonzo et. Al., 2007) quien resume los
datos de sus relevamientos realizados hasta ese entonces en la Provincia de Salta,

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Caziani y Derlindati (1995, 1999) referentes a aves de humedales puneños, Derlindati
(1998) en sus estudios sobre flamencos, Cajal (1998) en la Puna de Catamarca, y
Rodríguez (2011), que posibilitaron la publicación del libro Aves de la Puna y los Altos
Andes de la Argentina.

De todos los estudios y autores a los que se hizo referencia en los párrafos anteriores,
cabe destacar que ninguno se basó detalladamente en la Provincia de Salta, y que la
distribución de las aves en zonas pertenecientes a la misma en la mayoría de los
casos simplemente se dedujeron e infirieron en base a estudios realizados en Jujuy y
Catamarca. Por otra parte, existen numerosos estudios y listas de especies de aves
puntuales para la Provincia de Salta, tomados por un sinnúmero de ornitólogos y/o
observadores de aves, que no acusan la utilización de métodos científicos de
muestreo y cuya fiabilidad de datos es somera, por lo que no se deben tomar como
fuente precisa de información y consulta.

Por último, aun tomando toda la información, observaciones y estudios realizados en


la provincia, cabe destacar la realidad de que no existe hasta el presente un estudio
que analice y compare las comunidades de aves presentes en la Puna Salteña
teniendo en cuenta su alta heterogeneidad ambiental, así como la distribución y
abundancia de las especies que la componen.

1.3.- El ambiente físico en la zona bajo estudio

La Puna Argentina es un extenso territorio que forma parte del extremo austral de los
Andes Centrales, y se extiende desde el sur de Perú y oeste de Bolivia hasta el norte
de Chile y noroeste de Argentina (oeste de las Provincias de Catamarca, Salta y
Jujuy). La región, conocida también como el alto plateau andino, alcanza unos 2000
kilómetros de longitud y se encuentra a una altitud promedio de 4000 metros sobre el
nivel del mar. De acuerdo a Alonso (2010), en principio la Puna Argentina es la
continuidad natural del altiplano boliviano hacia el sur, aunque guarda con éste
grandes diferencias; mientras que el último es real y etimológicamente un plano alto, la
otra es en cambio una región quebrada internamente en serranías y cuencas cerradas,
rasgo fisiográfico bastante notorio en los sectores abarcados por este sistema
ambiental en la Provincia de Salta.

Políticamente, en la Provincia de Salta, la Puna abarca la totalidad del Departamento


Los Andes y el sector norte, centro y oeste del Departamento La Poma, que en su
totalidad corresponden a cuencas endorreicas o cerradas (Paoli et. Al., 2011).
Además, si se toman en cuenta sus límites físicos que coinciden con las líneas
divisorias de aguas de éstas cuencas con las de características exorreicas ubicadas al
oriente, se incluyen también acotados territorios al oeste de los Departamentos
Rosario de Lerma, Cachi, Molinos, San Carlos y Cafayate, ocupando una extensión
total aproximada de 3.091.088 Has.

El relieve corresponde al de una fosa elevada, internamente quebrada en bloques


elevados y hundidos, que conforman serranías y depresiones, enmarcadas por dos
imponentes cordilleras: una volcánica a occidente y otra tectónica a oriente. La
Cordillera Volcánica Occidental está conformada por picos volcánicos, en su mayoría
estratovolcanes, que por su altura representan a los volcanes más altos del mundo,

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por ejemplo el volcán Llullaillaco con 6739 m de altura sobre el nivel del mar. Por otro
lado, la Cordillera Oriental, es una unidad de rocas sedimentarias, mayormente
marinas, que fueron plegadas y falladas por los empujes andinos; en la cual
sobresalen algunos picos graníticos, que en algunos casos alcanzan y en otros
superan los 6000 m de altura sobre el nivel del mar, como es el caso de los Nevados
de Cachi y Chañi (Alonso, 2010).

La configuración fisiográfica existente en la Puna, hace que entre su piso y las


cumbres que la rodean haya hasta 2 km de diferencia en altura. A su vez, en su
interior está compartimentada por serranías normalmente de origen paleozoico
dispuestas en sentido norte – sur (por ejemplo Cumbres de Calalaste, Cordón de
Pozuelos y Sierra Guayaos, entre otros) y cordones transversales a las mismas de
origen volcánico (como la cadena volcánica del Quevar), entre los cuales se
encuentran depresiones o fosas menores, cerradas, con drenaje endorreico y que
albergan diferentes salares que en conjunto ocupan aproximadamente un 21 % del
territorio total.

La geomorfología de la Puna Argentina es compleja e incluye serranías, salares, valles


de altura (a más de 3.000 m de altitud), cuencas endorreicas con lagunas, amplias
superficies de erosión, abanicos aluviales, conos de deyección y campos de médanos.

En la Puna Salteña, predominan suelos incipientes con abundante presencia de


clastos de diversos tamaños y formas, con escaso o nulo contenido de materia
orgánica. Aún en los lugares más húmedos como ciénagas y vegas, la materia
orgánica no llega a formar humus (ni mineralizarse completamente) sino turba, que es
una acumulación de materia orgánica básicamente deshidratada debido a la
exposición a los factores climáticos extremos. En las áreas bajas de las cuencas
cerradas, con pendientes inferiores al 4 %, se encuentran suelos con desarrollo
incipiente, de texturas gruesas, moderadamente alcalinos a neutros en zonas
profundas; mientras que en los glacis y conos aluviales que bordean las cuencas
internas, son neutros a moderadamente ácidos, con drenaje excesivo. En las áreas
periféricas a los cuerpos salinos y en sectores terminales de los conos aluviales, los
suelos, también de desarrollo incipiente, presentan textura gruesa a moderadamente
gruesa, aunque ocasionalmente pueden presentar textura fina, son suelos
moderadamente alcalinos en superficie y salinos en zonas profundas (Nadir y
Chafatinos, 1990 en Monasterio de Gonzo et. Al., 2007).

Las laderas de barlovento de la Cordillera Oriental representan una barrera climática


extremadamente efectiva al frenar los vientos provenientes del Océano Atlántico y
despojarlos de su humedad y temperatura al ascender, para luego pasar hacia el
interior puneño en forma fría y seca a altas velocidades atraídos por centros de baja
presión originados por la elevada heliofanía imperante durante el día y la elevación
sobre el nivel del mar. Debido a esto, las lluvias son muy escasas y se concentran
fundamentalmente entre diciembre y febrero cuando algunas masas húmedas pueden
sobrepasar los cordones montañosos orientales; decreciendo en cantidad y ocurrencia
de norte a sur y de este a oeste. A su vez, la temperatura es baja durante todo el año,
con temperaturas bajo cero durante todas las noches del año que en invierno pueden
llegar a los -30ºC, con desfasajes importantes entre las máximas y mínimas diarias
que originan una amplitud térmica que pueden llegar a superar los 50ºC. Todo esto

11
justifica que los tipos de clima dominantes en la región sean los áridos y en menor
medida semiáridos (Paoli et. Al., 2011; Alonso, 2010; Reboratti, 2006; Cajal, 1998a).

La Puna Salteña, de acuerdo al criterio de Cabrera (1976), se ubica


fitogeográficamente en la Región Neotropical, forma parte del Dominio Andino
Patagónico e incluye a las Provincias Altoandina y Puneña.

La formación típica que se da lugar en casi todo el territorio bajo estudio es la de


estepa xerófita baja, con arbustos bajos y pastos duros – en menor proporción –
dispuestos aisladamente uno del otro (a veces asociados un pasto y un arbusto como
unidad) dejando en la mayoría de los casos buena superficie de suelo en descubierto.
Esta baja densidad de plantas se debe a que el suelo proporciona relativamente pocos
nutrientes y, sumado a la baja humedad, genera que las plantas necesiten un amplio
espacio para su desarrollo radicular. Otras formaciones que se encuentran en el
sistema, en menor frecuencia pero de superlativa importancia para explicar la
diversidad y diferenciación de nichos en este tipo de ambientes, son la estepa
herbácea-graminosa, la estepa arbustiva, y asociaciones florísticas presentes en
ciénagas, vegas, arenales y bordes perisalinos en salares, salinas y cuerpos de agua
dulces o salobres. (Cabrera, 1976; Cajal, 1998a; Paoli, 2002; Reboratti, 2006;
Monasterio de Gonzo et. Al., 2007; Petraglia de Bolzón y Bolzón, 2010).

1.3.1.- Marco legal y uso del suelo en el área de trabajo

En la Provincia de Salta, la mayoría del territorio abarcado por los sistemas


ambientales puneño y altoandino se encuentran protegido por Decreto Provincial Nº
380 firmado en 1980, bajo la denominación de “Reserva Natural de Flora y Fauna
Silvestre Los Andes”, la cual abarca 1.444.000 has en los Departamentos Los Andes y
La Poma (excepto un sector al sudeste), y zonas occidentales de los Departamentos
Rosario de Lerma, Cachi, Molinos, San Carlos y Cafayate.

Asimismo, dentro de los límites marcados anteriormente existen figuras legales tales
como “Monumento Natural Abra del Acay”, declarado mediante Ley Nº 6808/95 de la
Provincia de Salta, y “Refugios Provinciales de Vida Silvestre Laguna Socompa y Ojos
de Mar”, declarados a partir del Decreto Nº 1192/11, donde además se expresa la
necesidad de la incorporación de la Laguna Santa María y otras lagunas altoandinas
salteñas al Sistema Provincial de Áreas Protegidas, ya que incluyen humedales
altoandinos con un alto valor de conservación, que albergan una gran biodiversidad y,
a su vez, brindan servicios ambientales en particular.

Se espera que próximamente una importante área ubicada al oeste del Departamento
Los Andes, desde el Socompa hasta el sur del Salar Llullaillaco, ingresen al Sistema
Provincial de Áreas Protegidas. En la actualidad, el área Llullaillaco constituye
formalmente una “Reserva Geológica y Arqueológica”, además de ser declarada
recientemente “Patrimonio Mundial de la UNESCO” al estar vinculada al Qhapaq Ñan.

En cuanto a su biología, fue una noticia muy destacada el hecho de que, en marzo de
2014, un grupo de técnicos provinciales y nacionales, hallaran una colonia
reproductiva activa de Phoenicoparrus andinus en las lagunas del Salar Llullaillaco
(donde se considera que la colonia reproductiva es regular o recurrente en vista de la
evidencia encontrada), con una puesta estimada en 134 y un total de 78 pichones

12
vivos; lo que resulta muy auspicioso porque reproduce escasamente y es una especie
con importante grado de amenaza en la Argentina. Este hallazgo, resulta sumamente
importante ya que constituye la primera confirmación reproductiva para la especie en
el sector norte de la Puna Argentina. Por otra parte, Moschione (comunicación
personal), a partir de resultados de recurrentes relevamientos en la zona, incluye para
el área Llullaillaco a 83 especies de aves.

A nivel nacional, el área de estudio incluye a tres Áreas Importantes para la


Conservación de las Aves (Programa de BirdLife International). El AICAs denominado
Socompa-Llullaillaco se ubica hacia el oeste del Departamento Los Andes, próximo al
límite con Chile y su extensión está totalmente comprendida dentro de la zona de
estudio. De acuerdo a Moschione (2007c), el área representa un sector de la Puna
Seca, con paisajes y morfologías contrastantes entre condones montañosos altos y de
ambiente glaciar y periglaciar, hasta valles y quebradas más protegidos donde se
encuentran cinco cuerpos de agua, vegas permanentes y el Salar de Llullaillaco.

Hacia el sudeste del Departamento Los Andes se incluye un pequeño sector del AICAs
Salar del Hombre Muerto, catalogado para la Provincia de Catamarca. Este sitio
resulta muy importante ya que en la actualidad es quizás el más estudiado
biológicamente, y a partir de los resultados obtenidos se podría considerar como un
punto caliente de la Puna Argentina. Según Moschione (2007b), el área posee
importancia ornitológica debido a que contiene ensambles de especies puneñas y
altoandinas, además de ser un sitio que temporalmente concentra especies de aves
acuáticas.

Por otra parte, hacia el norte de la parte central del área bajo estudio se rodea por
poco más de 30 km, coincidiendo con el límite provincial entre Salta y Jujuy, al AICAs
Olaroz-Cauchari, catalogada para la última, pero cuyo ambiente tiene continuidad
algunos kilómetros hacia el sur en el Departamento Los Andes. Moschione (2007a)
señala que el área contiene las comunidades de aves típicas de la Puna, con
presencia de poblaciones importantes de Pterocnmia (pennata) tarapacensis. Son
escasas y circunstanciales los grupos de aves acuáticas, aunque en laguna Mucar y la
vega de Olaroz (sector norte) suelen observarse concentraciones de flamencos.

En sentido general, la región puneña en toda su extensión constituye un ambiente


particular que alberga una cultura ancestral que aún en la actualidad mantiene su
identidad y la hace muy diferente de lo que cotidianamente se conoce en las ciudades;
así, conforma por lo tanto un área histórica y culturalmente bien definida que ha
cumplido un papel significativo en la historia nacional y sudamericana.

Como en la antigüedad, algunos de los actuales pobladores de la Puna se mantienen


dispersos en el extenso territorio del altiplano, aunque actualmente se pueden ver
medianos y pequeños conglomerados urbanos formados por asentamientos humanos
en localidades como San Antonio de los Cobres (aproximadamente 6000 habitantes
fijos), Olacapato, Tolar Grande, Santa Rosa de los Pastos Grandes y Estación Pocitos.
En cuanto a la densidad poblacional, ésta es muy baja y rara vez alcanza los 0,5
habitantes por kilómetro cuadrado, siendo en la mayoría de los casos inferior a 0,1.
Por lo general, la población vive agrupada en caseríos al abrigo de un cordón serrano
o en zonas donde se pueda captar aguas superficiales aptas para el consumo humano

13
y del ganado. Un fenómeno cada vez más recurrente en la actualidad, es el
agrupamiento humano en zonas de explotación minera; la actividad económica más
importante en la región que emplea pobladores locales y además importa mano de
obra desde las ciudades cercanas.

Si bien esta región no ha sufrido el impacto de grandes concentraciones de población


o la implementación de sistemas productivos intensivos, la fragilidad de su ambiente
dio lugar a que la escasa actividad desarrollada haya sido suficiente como para
producir importantes procesos de degradación (Reboratti, 2006).

A lo largo de la historia, la Puna fue siempre conocida por su riqueza mineral, pero
pese a esto, la explotación de estos recursos ha sido en general esporádica y sujeta a
factores que nunca manejaron los puneños. En el presente, casi toda la atención y
recursos económicos en cuanto a la minería, están enfocados a la exploración y
explotación de evaporitas entre las que se destacan los boratos, y salmueras en las
que se buscan concentraciones aprovechables de litio, presentes casi exclusivamente
en salares. Aun así, cabe agregar que en esta región existe una gran variedad de
minerales metalíferos, industriales y rocas de aplicación (Alonso, 2010).

La actual matriz de explotación de recursos minerales en la Puna Salteña, hace que el


ambiente se muestre particularmente vulnerable al accionar humano, debido a que los
sitios más afectados por el impacto de obras inherentes a la minería y el asentamiento
humano que acarrea, coinciden o son cercanos a las zonas de máxima diversidad
biológica, es decir sitios protegidos, cuerpos de agua, vegas y humedales en general.
Esta realidad demanda una máxima responsabilidad ambiental por parte de las
empresas vinculadas.

Asimismo, esto genera opiniones controversiales ya que casi toda la información base
útil sobre los distintos grupos biológicos y sus interrelaciones en la Provincia de Salta
provienen directa o indirectamente de la gestión de alguna empresa minera
concesionaria de un área específica, que mediante la presentación de Líneas de Base
Ambiental, Estudios de Impacto Ambiental y estudios particulares que se plantean a
partir de los mismos, generan un volumen importante de información pero que
lamentablemente no es sistematizada y comparable debido a que generalmente los
procedimientos y métodos utilizados no están ajustados o estandarizados y no existe
retroalimentación entre empresas o con instituciones, lo que hace que el sistema no
sea del todo eficiente.

En cuanto a la minería, una de las principales acciones impactantes es la presencia de


infraestructura en el predio de la empresa, así como la mejora y ampliación de los
caminos preexistentes para el tráfico de equipo pesado. Otra acción que cabe citar, es
la de disposición de los residuos sólidos, que también representa la pérdida de hábitat
en el sitio de disposición y la alteración del hábitat en las zonas aledañas donde los
residuos llegan por acción de los vientos.

En la actualidad, los procesos ecológicos que ocurren en el ecosistema puneño son


alterados en mayor o menor medida por diversos factores y, debido a que poseen una
tasa baja de recuperación natural, es considerado como un ambiente muy frágil frente
a las perturbaciones humanas. Las principales causas de pérdida o degradación de
hábitat citadas por diversos autores son: desarrollo de la minería, considerada de alto

14
riesgo dada la fragilidad del ambiente frente a modificaciones del terreno; construcción
de represas y canalización de ríos, son factores importantes en la degradación de los
humedales por alteración del régimen hidrológico; sobrepastoreo por animales
domésticos, que ocasiona cambios en la fisonomía vegetal, pérdida de diversidad de
artrópodos y roedores, afecta la nidificación de aves e incide sobre la productividad de
las vegas (Cajal et. Al., 1998); y caminos y asentamientos humanos. No obstante, la
mera enumeración de limitantes no grafica fehacientemente las diversas problemáticas
debido a que se carece de estudios actuales que cuantifiquen los efectos e impactos
antrópicos sobre este medio.

La investigación aplicada para elaborar modelos de predicción del impacto de las


diferentes actuaciones sobre las aves es una asignatura pendiente, siendo hoy día
nuestro conocimiento muy escaso para la mayoría de las especies, incluso en escalas
de detalle (Suárez et. Al., 2003).

2.- OBJETIVOS

Los objetivos que se plantearon al inicio del presente trabajo son:

• Identificar y diferenciar los principales hábitats presentes en la Puna


Salteña, para así recabar y analizar información que permita comprender
los aspectos básicos de la estructura y composición de las comunidades de
aves en los mismos.
• Generar información cuali-cuantitativa sobre las poblaciones presentes, la
comunidad avifaunística y el ecosistema en el que se relacionan, utilizando
indicadores comparables, de amplia utilización y fácil interpretación.
• Inventariar los recursos avifaunísticos de la zona, su relación con el medio
ambiente, su situación particular y su susceptibilidad a perturbaciones
futuras.
• Identificar las áreas prioritarias para la conservación de la avifauna puneña.
• Efectuar propuestas de gestión y manejo generales tendientes a la
minimización de impactos sobre la comunidad de aves y la vida silvestre,
considerando que este grupo taxonómico podría ser utilizado como
indicador de la calidad ambiental.

A partir del plan de trabajo que se planteó para la realización de la tesina, se espera
contribuir a incrementar el conocimiento de la avifauna de la Puna Salteña en
particular y del Noroeste Argentino en general, muy necesaria en tiempos en que
existe mucha información parcial o ausente. Esto resulta de suma importancia ya que
en el área de estudio se desarrollan importantes obras de infraestructura, así como
tareas de prospección, exploración y explotación de recursos minerales, muchas
veces ignorando la afectación real que su accionar podría ocasionar sobre la avifauna
en general y los ecosistemas andinos en particular, solo por el hecho de no existir
información base disponible.

15
Mapa N°1. Ubicación, vías de acceso y principales rasgos fisiográficos de la Puna Salteña.

16
3.- METODOLOGÍA Y PROCEDIMIENTOS

La observación de aves es uno de los métodos más aplicados para conocer la


composición de las comunidades presentes en una determinada localidad. Éste
método es efectivo pues permite obtener listas de especies lo más completas y
representativas posibles, es altamente eficiente ya que maximiza la información
obtenida por unidad de tiempo y esfuerzo, y además permite obtener datos sobre el
comportamiento, ecología e historia natural de las especies (Villareal et. Al., 2004).

Cada grupo y técnica de muestro tiene particularidades para generar datos de tres
tipos: de composición, geográficos y estructurales. Los datos de composición
corresponden a los nombres de las especies, es decir, la información taxonómica; los
geográficos corresponden a toda la información de localización; y los estructurales
comprenden toda la información de un atributo poblacional. Igualmente, se deben
aprovechar de forma complementaria los análisis específicos de cada grupo. En este
contexto, los datos de cada grupo deben interpretarse de manera diferencial,
considerando que los análisis realizados son complementarios (Villareal et. Al., 2004).

Partiendo del concepto de que el conocimiento de la estructura y composición de la


comunidad de aves presentes en un determinado lugar posibilita la caracterización
ambiental de un sitio, pudiendo extrapolar los resultados a otros grupos taxonómicos,
se realizaron monitoreos ornitológicos en la zona de estudio cuya finalidad fue
caracterizar la comunidad avifaunística de un sitio previamente seleccionado,
principalmente en cuanto a los parámetros presencia y abundancia local, por medio de
la toma de datos a campo y su posterior análisis a fin de generar información
comparable con estudios posteriores.

De manera previa, fue necesaria una exhaustiva revisión bibliográfica, búsqueda e


interpretación de imágenes satelitales y cartografía existente, a fin de estratificar la
zona a relevar en diferentes unidades ambientales, las cuales se consideraron a priori
como estructuras homogéneas, pero sujetas a recategorizaciones a campo o en el
análisis final de gabinete.

Se tomaron como información primaria los datos colectados personalmente en


campañas a zonas de interés del área de estudio, efectuadas entre mayo de 2010 y
octubre de 2014 y que han sido relevadas mediante el uso de los mismos métodos de
colecta de datos.

Como fuente de información secundaria y de consulta en general, se contó con datos


de muestreos llevados a cabo por reconocidos ornitólogos como Flavio Moschione y
Mario Mosqueira (datos no publicados). Se armaron bases de datos que se
complementaron y compararon con otros antecedentes tomados en el área de estudio
y zonas aledañas, como los publicados en Monasterio de Gonzo et. Al. (2007), Lobo y
González (2008), Consultora Ambiental (2002), y muestreos llevados a cabo en
inmediaciones al Salar de Río Grande (2008-2011) y Salar Rincón (2008-2012) por
técnicos y profesionales de la empresa minera ADY.

17
3.1.- Colecta de datos

De acuerdo a Ralph et. Al. (1996), los conteos por puntos son el principal método de
monitoreo de aves terrestres en un gran número de países debido a su eficacia en
todo tipo de terrenos y hábitats, y a la utilidad de los datos obtenidos. El método
permite estudiar los cambios anuales en las poblaciones de aves, las diferentes
composiciones específicas según el tipo de hábitat, y los patrones de abundancia de
cada especie. Al respecto, Halffter y Moreno (2005), señalan que se considera como
punto o lugar en relación al análisis de la riqueza en especies, la extensión mínima en
términos de espacio y tiempo que contiene una muestra del conjunto de un ensamble
o comunidad funcional. Cabe recordar, que el empleo de puntos fijos en general se
aplica a estudios de passeriformes y están diseñados para ambientes forestales, por lo
que el desarrollo de esta metodología en sentido estricto puede generar resultados
sesgados.

Siguiendo la clasificación de Ralph et. Al. (1996), el método utilizado fue una suerte de
combinación entre los métodos de conteos extensivos por puntos y de búsqueda
intensiva, considerándose adecuada en este caso una separación entre puntos nunca
inferior a 500 m en línea recta (visualizados en el GPS). De esta manera se reducen
las probabilidades de registrar y/o contabilizar dos veces los mismos individuos. La
aplicación de esta técnica consiste en la observación directa, conteo, escucha de
cantos y vocalizaciones, así como también la búsqueda de huellas, rastros y
evidencias de individuos y grupos de aves en el área abarcada por los puntos
marcados en GPS, de 50 m de diámetro cubriendo 360º alrededor del
observador/anotador, durante un lapso de 20 minutos, luego de permanecer
previamente 5 minutos (tiempo de espera) en el centro del punto.

Es difícil encontrar un sistema de muestreo que cubra en forma igual todas las
especies de un grupo indicador, por lo que Halffter y Moreno (2005) y diversos autores
aconsejan utilizar sistemas complementarios de muestreo. Por ejemplo, hay que tener
en cuenta que las especies con requerimientos territoriales amplios, como aves
rapaces o rehidos, suelen ser poco frecuentes o de presencia fortuita en espacios
muestrales de tamaños acotados. Teniendo esto en cuenta, los puntos muestrales se
conectaron mediante transectas recorridas a pie o vehículo a partir de las cuales se
realizaron observaciones asistemáticas, a fin de registrar un mayor número de
especies y caracterizar al área con más realismo. A partir de estas observaciones se
capturaron la casi totalidad de fotografías que forman parte del cuerpo de la tesina y
que se tomaron con fin documental; dichas imágenes se pueden encontrar en el
ANEXO 2.

Para la correcta identificación, determinación y conteo de los individuos y grupos


presentes se utilizó binoculares, cámara fotográfica digital, guías de aves (Narosky e
Yzurieta (2003), de la Peña (1988), Rodríguez (2011), entre otras), y fotografías de
aves de la zona, tomadas mayormente durante viajes previos. Los nombres científicos
y en inglés, así como la taxonomía, se basaron en los propuestos por Moschione et.
Al. (2014), que resultó la fuente más confiable y actualizada.

Una vez terminadas las campañas de muestreo, se confeccionaron listas corregidas


de especies a partir de los datos crudos obtenidos (datos de libreta y anotaciones en

18
general, fotografías, sonidos, entre otros), a partir de cuyos datos se calcularon
parámetros e indicadores (riqueza, frecuencia, abundancia, diversidad, entre otros)
para cada zona y cada estrato, así como también se procedió a la diferenciación o
agrupamiento de las diferentes unidades a partir el uso de índices de similitud y los
coeficientes previamente estimados.

3.2.- Elaboración de mapas temáticos

La modelación de la diversidad a nivel de ecosistemas es reciente, y se ha visto


beneficiada por los adelantos tecnológicos como los SIG (Baldassini, 2010). En
términos generales, éstos son bases automatizadas de datos georreferenciados que
permiten incorporar procesos de análisis a la información, cada dato se corresponde
con la característica de un elemento ambiental en un territorio delimitado, lo cual
permite incorporar el proceso de análisis y procesamiento de dichos elementos. La
expresión final que se genera de este proceso es representada espacialmente en
mapas que muestran los resultados obtenidos.

El procesamiento digital de las imágenes permite la generación de cartografía de base


precisa, necesaria para la confección de los mapas temáticos. Para ello se utilizaron
programas de aplicación de SIG, empleando el software IDRISI Taiga (Eastman,
2009), ArcGIS 10 (ESRI, 2011), y OziExplorer (Newman, 2011), los cuales cuentan
con la licencia correspondiente del IRNED (Instituto Recursos Naturales y
Ecodesarrollo de la Universidad Nacional de Salta).

Las etapas del procesamiento de imágenes para la generación de mapas temáticos


fueron:

 Georreferenciación: procedimiento mediante el cual se corrige


geométricamente un mapa o imagen digital, asignándoles coordenadas en un
sistema de referencia determinado (Núñez, 2004). Involucra dos etapas: por un
lado la asignación de nuevas coordenadas (desplazamiento, rotación y
escalado) a la imagen considerada y, por otro, la transferencia del atributo a las
nuevas posiciones espaciales. Para el caso de las imágenes satelitales, el
atributo corresponde al nivel digital contenido en el píxel (Núñez, 2004). Se
utilizaron puntos de control tomados en campo a partir del uso de un GPS.
 Mosaico de imágenes: se utilizaron imágenes del satélite Resourcesat 1 sensor
LISS3, debido a la extensión de área de estudio se debió contar con 5
imágenes completas para lograr la cobertura necesaria.
 Generación de la Máscara Booleana: para aislar el área de estudio se generó
una máscara booleana a partir de la delimitación del área de estudio. La misma
consiste en asignar el valor 1 a los atributos comprendidos en el área de
trabajo y el valor 0 para los atributos fuera del área en cuestión. Esto permite
descartar el entorno, para evaluar exclusivamente y con mayor precisión el
espacio geográfico de interés. Para ello se trazó un polígono con el programa
Google Earth (software libre) delimitando el área de estudio. Luego se utilizó el
programa OziExplorer (Newman, 2011), el cual permitió la modificación del
formato de imagen importada de Google Earth. En IDRISI Taiga (Eastman,
2009) se rasterizó, y se aplicó sobre las distintas capas temáticas para lograr el

19
enmascaramiento. Finalmente, con ArcGIS 10 (ESRI, 2011) se generaron
capas temáticas que permitieron la edición de los distintos mapas.
 Composición color: una vez obtenidos las máscaras de las bandas
correspondientes se seleccionó una composición de bandas adecuadas en el
sistema RGB (red, green, blue) para conformar una composición en falso color,
que se utiliza como fondo cartográfico.

Se elaboró un mapa base (Mapa N°1) que contiene información básica de la red
hidrográfica, caminos, áreas urbanas y rurales, localidades y toponimias. Las cuales
fueron identificadas en campo y en cartografía oficial, delimitadas mediante su
ubicación en el terreno y a partir de la interpretación de imágenes del programa
Google Earth (software libre). Estos datos se generaron como archivos vectoriales de
distintas fuentes, los que se exportan al formato nativo del programa utilizado para la
presentación cartográfica. Se empleó el software ArcGIS 10 (ESRI, 2011) para editar
las unidades delimitadas y asignarles el sistema de referencia cartográfico definido.

3.3.- Estratificación del área de estudio

El criterio general que se sigue para establecer zonas ornitogeográficas, está


relacionado con la variedad de ambientes y suele coincidir con el de las plantas
(Narosky e Yzurieta, 2003). Por esto, la fitogeografía es el criterio utilizado que más
prevalece a la hora de definir unidades discretas de organización biológica, ya que la
vegetación presenta la porción más estable de dichas organizaciones bióticas
(Monasterio de Gonzo et. Al., 2007).

De esta forma, la zona bajo estudio se dividió en tres ambientes diferenciados a fin de
comparar los resultados obtenidos en cada una:

 Ambiente 1: Comprende todos los puntos muestrales ubicados en zonas de


vegas y/o humedales asociados a cursos de agua dulce. El tipo de vegetación
dominante es la estepa graminosa densa y de mayor cobertura que acompaña
a los cursos de aguas permanentes o temporales, congelados o no. Esta
unidad ambiental está representada por 75 puntos distribuidos en toda el área
de estudio.
 Ambiente 2: Comprende todos los puntos muestrales asociados a
piedemontes, laderas y filos de serranías y afloramientos. El tipo de vegetación
dominante es la estepa mixta baja con poca cobertura. Esta unidad ambiental
está representada por 63 puntos distribuidos en toda el área de estudio.
 Ambiente 3: Comprende todos los puntos muestrales asociados a cuerpos de
agua, tanto lenticos como loticos, así como sus zonas de influencia directa. La
vegetación circundante se encuentra representada por la presencia de material
salino cubriendo la superficie o zonas anegadas con vegetación halófita y a
veces arbustos dispersos. Esta unidad ambiental está representada por 40
puntos distribuidos en toda el área de estudio.

Se muestrearon 178 puntos fijos en total, lo que representa 139,80 hectáreas (≈140ha)
en un tiempo total de 59,3 horas entre el 30 de mayo de 2010 y el 25 de octubre de
2014, durante 58 días de muestreo efectivo en todas las estaciones. Vuilleumier y
Simberloff (1980), señalan que entre 7 a 30 días representan el mínimo número de

20
días para que un observador entrenado alcance la asíntota de la curva especies-días y
se represente al menos el 80 % de la riqueza de este tipo de ambientes. Con respecto
a ese parámetro el presente trabajo se puede considerar válido y representativo de la
zona de estudio.

La descripción de los puntos muestrales considerados, así como su catalogación, se


muestran al final de trabajo formando parte del ANEXO 1 (Tabla N°A1).

Mapa N°2. Ubicación y categorización de los puntos muestrales en el área de estudio.

21
3.4.- Parámetros, indicadores y coeficientes

Los estudios sobre medición de biodiversidad se han centrado en la búsqueda de


parámetros para caracterizarla como una propiedad emergente de las comunidades
ecológicas. Sin embargo, las comunidades no están aisladas; en cada unidad
geográfica, en cada paisaje, se encuentra un número variable de comunidades. Por
ello, para comprender los cambios de la biodiversidad con relación a la estructura del
paisaje, la separación de los componentes alfa, beta y gamma de Whittaker puede ser
de gran utilidad, principalmente para medir y monitorear los efectos de las actividades
humanas (Halffter, 1998, en Moreno, 2001).

Esta forma de analizar la biodiversidad resulta muy conveniente en el contexto actual


ante la acelerada transformación de los ecosistemas naturales, ya que un simple
listado de especies para una región dada no es suficiente. Para monitorear el efecto
de los cambios en el ambiente es necesario contar con información de la diversidad
biológica en comunidades naturales y modificadas (diversidad alfa) y también de la
tasa de cambio en la biodiversidad entre distintas comunidades (diversidad beta), para
conocer su contribución al nivel regional (diversidad gamma) y poder diseñar
estrategias de conservación y llevar a cabo acciones concretas a escala local.
(Moreno, 2001).

La riqueza específica (S) es la forma más sencilla de medir la biodiversidad, ya que se


basa únicamente en el número de especies presentes, sin tomar en cuenta el valor de
importancia de las mismas. Es el número total de especies obtenido por un censo
muestral de la comunidad. Se calculó la riqueza específica de cada espacio muestral y
cada estrato, como así también la total para toda la región.

Se calculó y analizó la frecuencia relativa de cada componente específico para cada


ambiente, a fin de caracterizar los mismos en cuanto al parámetro presencia/ausencia.

Una herramienta útil en el análisis de la riqueza específica de muestras de diferente


tamaño son las funciones de acumulación de especies (Moreno, 2001). La
representatividad del muestreo se evaluó a través de las curvas de acumulación de
especies, al relacionar los valores observados de la riqueza con los valores esperados
a partir de estimadores no paramétricos. Para estimar los valores esperados de
riqueza para cada unidad ambiental y para toda la unidad de paisaje (total regional), se
utilizó el programa EstimateS versión 9.10 (Colwell, 2013). Este programa toma los
datos provenientes de un sistema de muestreo estandarizado, aleatoriza toda la
información y realiza cálculos del número de especies observado y esperado utilizando
estimadores y considerando las desviaciones estándar provenientes del proceso de
aleatorización (Villareal et. Al., 2004). Para graficar las curvas se tuvieron en cuenta
los resultados obtenidos mediante el estimador CHAO2, considerado el más riguroso y
menos sesgado (Moreno, 2001; Villareal et. Al., 2004), a partir de datos de presencia-
ausencia.

Algunos de los índices más reconocidos sobre diversidad se basan principalmente en


el concepto de equidad (Moreno, 2001), entre ellos se escogieron para los análisis los
Índices de Diversidad de Shannon (H‟) y de Equidad de Pielou (J‟). El primero expresa
la uniformidad de los valores de importancia a través de todas las especies de la

22
muestra y mide el grado promedio de incertidumbre en predecir a que especie
pertenecerá un individuo escogido al azar de una colección. Asimismo, asume que los
individuos son seleccionados al azar y que todas las especies están representadas en
la muestra, y adquiere valores entre cero, cuando hay una sola especie, y el logaritmo
de S, cuando todas las especies están representadas por el mismo número de
individuos (Magurran, 1988, Begon et. Al., 1999). El índice de Equidad, por su parte,
mide la proporción de la diversidad observada con relación a la máxima diversidad
esperada. Su valor va de 0 a 1, de forma que 1 corresponde a situaciones donde todas
las especies son igualmente abundantes (Magurran, 1988, Begon et. Al., 1999).
Ambos índices fueron calculados utilizando el software PAST 3.04 (Hammer, 2014).

La diversidad de especies se analizó mediante curvas de rango-abundancia o de


dominancia-diversidad, quienes indican la abundancia, diversidad y equitatividad de
las especies, tomando en cuenta su identidad y secuencia (Feinsinger 2001). Para
obtener las curvas se ordenó en forma decreciente las abundancias relativas
respectivas a cada especie en cada ambiente y se graficó estos valores en escala
logarítmica de base 10.

La diversidad beta o entre hábitats es el grado de reemplazamiento de especies o


cambio biótico a través de gradientes ambientales (Whittaker, 1972 en Moreno, 2001).
A diferencia de las diversidades alfa y gamma que pueden ser medidas fácilmente en
función de la riqueza, la medición de la diversidad beta es de una dimensión diferente
porque está basada en proporciones o diferencias (Magurran, 1988).

Se utilizó para éste análisis el método multivariado de ordenación y clasificación de


Clustering Clásico a partir del software PAST 3.04 (Hammer, 2014), mediante un
análisis de tipo Q (Moreno, 2001), en el cual se ordenan las muestras (puntos
muestrales) en un espacio definido originalmente por las especies registradas en cada
una de ellas. Así, se obtuvieron gráficos donde se ordenaron/clasificaron a las
unidades a partir de Índices de Similitud tanto cualitativos (Jaccard) como cuantitativos
(Morisita).

Se compararon además los diferentes estratos utilizando los índices de similitud de


Sorensen y Morisita-Horn. El coeficiente de Sorensen da más énfasis a las especies
que se encuentran en ambas muestras que el de Jaccard. Sin embargo, se sabe que
los coeficientes binarios (que solo consideran la presencia/ausencia de especies) se
ven afectados por el tamaño de la muestra (el sesgo se incrementa con muestras
pequeñas o con riqueza de especies alta) y por ello no siempre su valor máximo llega
a ser igual a uno. Es por ello que Krebs (1999) da dos recomendaciones
(consideradas en este trabajo): 1) usar muestras de casi el mismo tamaño para las dos
comunidades, y 2) calcular el valor máximo esperado para cada coeficiente y para
cada conjunto de datos.

Por otro lado, el coeficiente de Morisita-Horn es un índice cuantitativo que mide la


similitud casi independiente del tamaño de las muestras, excepto cuando estas son
muy pequeñas, lo cual no es el caso en el presente trabajo. Una desventaja de este
índice es que se ve afectado fuertemente por las especies muy abundantes, lo cual se
debe a su origen probabilístico (Chao et. Al., 2006).

23
Debido a que los métodos de clasificación no suelen ser utilizados para calcular el
reemplazo de especies debido a que suponen una falta de continuidad entre las
comunidades, este parámetro se calculó a partir del Índice de Whittaker (1972), donde
beta puede calcularse como la relación γ/α a partir de la ecuación:


Donde S = número de especies total registrado en las muestras (diversidad gamma), y α = número
promedio de especies en las muestras. Cuanto mayor es el índice β mayor es la diferencia
(recambio de especies) en las comunidades (o hábitats) comparadas.

Para calcular la diversidad gamma del área de estudio, se utilizó la metodología


propuesta por Lande (1996, en Moreno, 2001) a partir de la riqueza de especies,
donde se divide el valor de la diversidad gamma en dos componentes aditivos y
positivos, la diversidad dentro de las comunidades (alfa) y la diversidad entre
comunidades (beta), de forma que:

Dónde:
qj = peso proporcional de la comunidad j, basado en su importancia relativa.
S = número total de especies registradas en el conjunto de ambientes.
Sj = Número de especies registradas en el ambiente j.

El valor que se obtiene esta expresado en número de especies, sólo que está
relacionando tanto la diversidad alfa como beta, y cuántas comunidades están tenidas
en cuenta en el análisis.

Para asignarle un peso proporcional a los distintos ambientes, se calculó un índice de


diversidad (explicado más adelante) para cada punto muestral, al cual se convirtió en
proporción mediante la división del valor parcial con la sumatoria de todos los valores,
luego se agrupo a las unidades de acuerdo al tipo de ambientes en los que se basó la
estratificación, y se procedió a la suma de las proporciones por ambiente.

Cabe destacar que el taxón que se estudió es de importancia dada la sensibilidad del
área por la presencia de rutas migratorias. Por esta razón, además del desarrollo de
un detallado listado de especies se hizo especial hincapié en la identificación de áreas
de especial relevancia ornitológica. Se determinó áreas críticas, áreas protegidas o a
proteger, hábitat de asentamiento, congregación o lugares de preferencia de
determinadas especies. Se identificaron épocas críticas (anidación, migración, cría,
apareamiento).

Por último, se resumió la situación general de cada especie en un cuadro de órdenes y


familias que incluyen datos acerca de su distribución, status migratorio, hábitat, gremio
trófico y status de conservación. Este cuadro, constituye la nueva lista general de
especies actualizada, detallada y comentada.

24
El estado de conservación de cada especie se consignó de acuerdo a la
categorización de López-Lanús et. Al. (2008), debido a que es la referencia más actual
y confiable conocida. Estos autores adaptaron el método SUMIN (suma de índices)
implementado por Reca et. Al. (1994), que se basa en la sumatoria de 12 índices que
representan 12 variables que aluden factores importantes para la supervivencia de las
especies. Cada variable asume valores numéricos dentro de un rango determinado,
con los valores más altos correspondiendo a la situación más adversa para la especie;
así, las especies con mayores valores son aquellas con mayor prioridad de
conservación. Las ventajas de este método consisten en que es práctico, se recurre a
información básica sobre las especies disponible en trabajos bibliográficos, es de
aplicación simple y rápida, y es flexible y adaptable a diferentes situaciones y grupos
taxonómicos. Como desventaja, no considera la información histórica de las especies
ni las tendencias poblacionales, y prácticamente es imposible efectuar comparaciones
con listados en otros países. Las variables consideradas por el método son:

 Distribución continental,
 Distribución nacional,
 Grado de protección de las especies,
 Uso temporal del territorio nacional, movimientos migratorios predecibles,
 Amplitud en el uso del hábitat,
 Amplitud trófica,
 Potencial reproductivo,
 Sensibilidad frente a procesos antrópicos,
 Frecuencia en que suelen presentarse las especies en territorio nacional,
 Singularidad taxonómica,
 Acciones extractivas humanas sobre las especies,
 Tamaño corporal.

3.5.- Identificación de áreas prioritarias para la conservación de las aves

Es bien conocido que la estrategia más efectiva para evitar la pérdida de biodiversidad
es la creación de áreas destinadas para la protección (Ríos Franco et. Al., 2013). La
conservación de la biodiversidad es uno de los aspectos indispensables a
considerarse en el ordenamiento del territorio por los potenciales conflictos que
pueden surgir entre sectores; uno de los principios del ordenamiento ecológico es
minimizar los conflictos y maximizar los consensos, por lo que la identificación de
áreas prioritarias para la conservación de la diversidad biológica permitirá determinar
donde la conservación podría tener conflictos. Por ello, teniendo identificadas las áreas
prioritarias se podrán tomar las mejores decisiones en función de las actividades que
realicen otros sectores y permitiendo que ciertas actividades se realicen en los sitios
más adecuados sin afectar la funcionalidad de los ecosistemas y sin disminuir la
diversidad biológica en el conjunto de un área particular, a la vez que permita
conservar las áreas importantes por su grado de diversidad contenida
(INE/SEMARNAT, 2006). Los métodos para identificar áreas prioritarias o críticas para
la conservación pueden tener diferentes aproximaciones, desde las meramente
intuitivas, a las analíticas cuantitativas (INE/SEMARNAT, 2006; Mindreau et. Al.,
2013).

25
Los diversos autores consultados (INE/SEMARNAT, 2006; Mindreau et. Al., 2013;
Ríos Franco et. Al., 2013; Sierra et. Al., 1999), señalan que para realizar una
conservación correcta de la diversidad biológica es necesario ubicar las áreas más
ricas, las que contienen una mayor diversidad, aquellas con altos niveles de
endemismos en los grupos biológicos y aquellas que contienen especies que se
encuentran con status de protección especial. Las estrategias de conservación deben
ser priorizadas y basarse en la sistematización de la toma de datos y en la aplicación
de métodos que permitan estandarizar el análisis de la información.

Para analizar la constitución de las comunidades locales al nivel de los puntos


muestrales tomados en cuenta para el estudio, se calcularon los valores parciales de
riqueza (S), diversidad Shannon (H‟), densidad (δ, número de individuos por hectárea)
y equitatividad (J) obtenidos para cada unidad, utilizando para esto el programa PAST
3.04 (Hammer, 2014). En base a estos valores, se elaboró un índice de diversidad
para todos los puntos muestrales. Para estandarizar los distintos valores a una única
escala, se procedió a la normalización de los mismos. La normalización es una
herramienta que permite la adición de capas temáticas cuyos rangos de valores
pueden estar realizados a diferentes escalas, pero que a través de ésta los mismos
son llevados a una misma escala, de modo que con valores normalizados es posible
trabajar con escalas de valores comparables. Se consigue sometiendo a los valores
parciales mediante la siguiente ecuación:

Dónde:
eij= Valor normalizado de la clase i en el criterio j.
Xij= Valor de la clase i en el criterio j.
minXij= Valor mínimo de la clase i en el criterio j.
maxXij= Valor máximo de la clase i en el criterio j.

Una vez normalizados los valores de los indicadores para cada punto, se procedió a la
sumatoria lineal de los mismos, cuyo resultado nuevamente fue normalizado,
utilizando esta vez como máximo al número 400, el máximo valor probable para esa
serie de datos. De esta forma se mantiene la probabilidad de encontrar sitios con
mejores valores en futuros relevamientos.

Una de las prioridades del estudio fue la de monitorear el estado en el que se


encuentran las poblaciones de las especies haciendo hincapié en aquellas
amenazadas, vulnerables, singulares, raras y/o endémicas. Para esto, primeramente
se elaboró un índice de representatividad a partir de la detección de las especies
endémicas catalogadas como tal en el cuadro de situación general elaborado
previamente. Se priorizó aquellos puntos de muestreo con mayor presencia de
especies restringidas a una ubicación geográfica muy concreta y que fuera de
ubicaciones análogas no se encuentran en otra parte (a nivel regional representativas
y restringidas a la Puna Salteña).

Para evaluar los puntos de muestreo de acuerdo al status de conservación de las


especies avistadas en los mismos, se confeccionó un índice de riesgo de extinción a
partir de la detección de especies de acuerdo a su status de conservación, se priorizó

26
a lo puntos muestrales que contuvieran especies con un posible grado de peligro,
amenaza, vulnerabilidad y preocupación menor en orden decreciente de importancia.
En caso de que existieran especies con el status de insuficientemente conocida, se le
otorgó un valor intermedio en la ponderación. Se siguió la categorización propuesta
por López-Lanús et. Al. (2008).

Se elaboró un índice de importancia biológica en el que se dio igual importancia a los


índices de diversidad, representatividad y riesgo, cuyo cálculo consistió en la suma
lineal de los valores de cada índice para cada punto muestral, y posteriormente se
normalizaron esos resultados utilizando como valor máximo al número 300, máximo
valor probable para el índice.

INDICE RANGO DE VALORES NORMALIZADOS CATEGORIA


80 – 100 Muy Alta
60 – 80 Alta
40 – 60 Media
20 – 40 Baja
Diversidad 0 – 20 Muy Baja
80 – 100 Muchas especies endémicas
60 – 80 Varias especies endémicas
40 – 60 Algunas especies endémicas
20 – 40 Pocas especies endémicas
Representatividad 0 – 20 Casi ninguna especie endémica
80 – 100 Al menos una especie En Peligro Crítico
60 – 80 Al menos una especie En Peligro
50 Al menos una especie Amenazada
40 – 60 Al menos una especie Poco Conocida
20 – 40 Al menos una especie Vulnerable
Riesgo 0 – 20 Una o ninguna especie No Amenazada
80 – 100 Prioridad Máxima de Conservación
60 – 80 Prioridad Alta de Conservación
40 – 60 Prioridad Media de Conservación
20 – 40 Prioridad Menor de Conservación
Importancia Biológica 0 – 20 Sin Prioridad de Conservación

Tabla N°1. Rango de valores y categorización de los mismos para los índices desarrollados.

Por último, se elaboraron diferentes mapas temáticos (Mapas N°2, N°3, N°4, N°5 y
N°6) a partir de los puntos de observación en campo, los que se ingresaron al software
ArcGIS 10 (ESRI, 2011) en formato vectorial. A estos puntos se les asoció una base
de datos, cuya información es la que deriva de la aplicación de la metodología
seleccionada para el presente trabajo. Una vez completo el archivo vectorial, con su
correspondiente base de datos, se procede a exponer espacialmente los atributos de
cada uno de los puntos en el área de estudio. Se georreferenciaron los 178 puntos
muestrales, y a partir de los valores parciales de cada índice se confeccionaron tres
mapas parciales y un mapa general donde se clasificaron los puntos de acuerdo a su
prioridad de conservación, donde se detallan las áreas sensibles a perturbaciones y
extensiones susceptibles de aplicación de planes con conservación.

Los métodos utilizados son ampliamente conocidos y de fácil interpretación,


destinados a proveer información suficiente del estado de la diversidad en especies de
la Puna Salteña y su distribución espacial, de manera que a medio y largo plazo sea
posible monitorear su cambio en función de las modificaciones en los paisajes.

27
4.- RESULTADOS

A partir del cotejo de los datos provenientes de la bibliografía y antecedentes


consultados, se obtuvo una lista base de 166 especies de aves para la Puna Salteña.

Como resultado del análisis de los 178 puntos muestrales, se registró un total de 107
especies para la Puna Salteña, 50 no passeriformes y 57 passeriformes, que
representan el 64,5 % del total de especies reportadas para la región. Asimismo, el
relevamiento permitió añadir a la lista general del área 8 nuevas especies: Nothoprocta
pentlandii, Anas platyrhynchos, Coccyzus melacoryphus, Asthenes heterura, Agriornis
murinus, Pitangus sulphuratus, Progne elegans y Mimus patagonicus. De esta forma,
la nueva lista base general para Puna Salteña contiene 174 especies de aves.

Las frecuencias relativas de cada especie para cada ambiente se resumen en los
Gráficos Nº1, Nº2 y Nº3, en los que se presentan los valores en orden decreciente,
observándose en la parte superior de cada gráfico a las especies más comunes en
cada ambiente particular, y en la cola de la misma a las especies raras, ocasionales o
accidentales.

4.1.- Diversidad alfa

Los atributos comunitarios de cada ambiente se presentan en la Tabla N°2.

Vegas Laderas y Estepas Ambientes acuáticos


RIQUEZA (s) observada 72 51 79
RIQUEZA (s) esperada CHAO2 82,06 75,90 100,13
RIQUEZA (S) observada 107
RIQUEZA (S) esperada CHAO2 130,27
RIQUEZA TOTAL POTENCIAL 174
N° INDIVIDUOS PARCIALES 3956 1561 4130
N° INDIVIDUOS TOTAL 9647
DIVERSIDAD DE SHANON (h’) 2,87 2,63 3,15
DIVERSIDAD DE SHANON (H’) 3,36
INDICE DE EQUITATIVIDAD (j) 0,67 0,67 0,72
INDICE DE EQUITATIVIDAD (J) 0,72

Tabla Nº2: Principales parámetros e índices obtenidos de diversidad alfa.

La riqueza parcial de cada ambiente, se constituye de la siguiente forma:

 Vegas: 72 especies, 25 no passeriformes + 47 passeriformes.


 Laderas y Estepas: 51 especies, 17 no passeriformes + 34 passeriformes.
 Acuáticos: 79 especies, 38 no passeriformes + 41 passeriformes.

Los ambientes acuáticos presentaron mayor riqueza observada y esperada; asimismo,


contuvieron al mayor número de individuos, los cuales se distribuyeron más
equitativamente, por lo que resulta el ambiente más ornitodiverso de la Puna Salteña.
Entre los restantes, el Ambiente de Vegas presentó mayores valores de los índices,
debido tal vez a su configuración ambiental heterogénea a nivel de microhábitats, que
resulta en una mejor oferta de recursos y condiciones menos rigurosas.

28
Geositta punensis
Sicalis olivascens
Phrygilus plebejus
Metriopelia aymara
Phrygilus atriceps
Asthenes modesta
Muscisaxicola rufivertex
Sicalis uropygialis
Sicalis lutea
Phrygilus unicolor
Sporagra atrata
Cinclodes (fuscus) albiventris
Geranoaetus polyosoma
Thinocorus orbignyianus
Leptasthenura aegithaloides
Cinclodes atacamensis
Phrygilus dorsalis
Geositta rufipennis
Phrygilus fruticeti
Ochetorhynchus ruficaudus
Chloephaga melanoptera
Muscisaxicola flavinucha
Zonotrichia capensis
Mimus triurus
Muscisaxicola cinereus
Lessonia oreas
Agriornis micropterus
Phalcoboenus megalopterus
Vanellus resplendens
Falco femoralis
Lophonetta specularioides
Tinamotis pentlandii
Muscisaxicola juninensis
Pterocnmia (pennata) tarapacensis
Agriornis montanus
Metriopelia melanoptera
Anas flavirostris
Passer domesticus
Anthus hellmayri
Attagis gayi
Sicalis auriventris
Phrygilus alaudinus
Anthus correndera
Mimus dorsalis
Pitangus sulphuratus
Muscisaxicola maculirostris
Muscisaxicola frontalis
Upucerthia validirostris
Upucerthia dumetaria
Asthenes dorbignyi
Thinocorus rumicivorus
Gallinago andina
Charadrius alticola
Phoenicoparrus jamesi
Sporagra uropygialis
Diuca diuca
Mimus patagonicus
Hirundo rustica
Orochelidon andecola
Ochthoeca oenanthoides
Ochthoeca leucophrys
Muscisaxicola albilora
Phacellodomus striaticeps
Geositta tenuirostris
Psilopsiagon aymara
Psilopsiagon aurifrons
Bubo magellanicus
Coccyzus melacoryphus
Calidris bairdii
Geranoaetus melanoleucus
Bubulcus ibis
Anas georgica

0,000 1,000 2,000 3,000 4,000 5,000 6,000 7,000 8,000 9,000 10,000
FRECUENCIA RELATIVA (%)

Gráfico Nº1. Frecuencias Relativas de avistamiento para el Ambiente de Vegas. Las barras representan
las frecuencias relativas para las 72 especies en orden decreciente.

29
Geositta punensis
Metriopelia aymara
Phrygilus plebejus
Sicalis olivascens
Geositta rufipennis
Sicalis lutea
Sicalis uropygialis
Geranoaetus polyosoma
Sporagra atrata
Phrygilus unicolor
Muscisaxicola rufivertex
Asthenes modesta
Phrygilus atriceps
Pterocnmia (pennata) tarapacensis
Ochetorhynchus ruficaudus
Leptasthenura aegithaloides
Metriopelia melanoptera
Vultur gryphus
Zonotrichia capensis
Phrygilus alaudinus
Mimus triurus
Orochelidon andecola
Muscisaxicola frontalis
Muscisaxicola cinereus
Agriornis montanus
Asthenes dorbignyi
Phalcoboenus megalopterus
Falco femoralis
Passer domesticus
Sporagra uropygialis
Diuca diuca
Mimus dorsalis
Progne elegans
Muscisaxicola maculirostris
Muscisaxicola flavinucha
Agriornis micropterus
Upucerthia validirostris
Upucerthia dumetaria
Geositta cunicularia
Cinclodes (fuscus) albiventris
Cinclodes atacamensis
Psilopsiagon aurifrons
Falco sparverius
Aeronautes andecolus
Speotyto cunicularia
Metriopelia morenoi
Columba livia
Thinocorus rumicivorus
Circus cinereus
Cathartes aura
Tinamotis pentlandii

0,000 2,000 4,000 6,000 8,000 10,000 12,000 14,000 16,000


FRECUENCIA RELATIVA (%)

Gráfico Nº2. Frecuencias Relativas de avistamiento para el Ambiente de Estepas y Laderas. Las barras
representan las frecuencias relativas para las 51 especies en orden decreciente.

30
Lophonetta specularioides
Geositta punensis
Anas flavirostris
Phrygilus plebejus
Phoenicoparrus jamesi
Metriopelia aymara
Chroicocephalus serranus
Calidris bairdii
Lessonia oreas
Charadrius alticola
Sicalis olivascens
Recurvirostra andina
Phoenicopterus chilensis
Chloephaga melanoptera
Anas puna
Sicalis lutea
Phrygilus unicolor
Geranoaetus polyosoma
Anas georgica
Zonotrichia capensis
Sicalis uropygialis
Asthenes modesta
Fulica ardesiaca
Sporagra atrata
Phrygilus atriceps
Leptasthenura aegithaloides
Cinclodes atacamensis
Cinclodes (fuscus) albiventris
Phalcoboenus megalopterus
Pygochelidon cyanoleuca
Muscisaxicola rufivertex
Muscisaxicola maculirostris
Muscisaxicola flavinucha
Vanellus resplendens
Phoenicoparrus andinus
Geositta rufipennis
Falco femoralis
Circus cinereus
Anas cyanoptera
Passer domesticus
Phrygilus dorsalis
Phrygilus alaudinus
Catamenia inornata
Anthus hellmayri
Agriornis micropterus
Metriopelia melanoptera
Thinocorus orbignyianus
Attagis gayi
Phalaropus tricolor
Himantopus (mexicanus) melanurus
Vanellus (chilensis) cayennensis
Plegadis ridgwayi
Podiceps (occipitalis) juninensis
Sporagra crassirostris
Sturnella loyca
Phrygilus gayi
Phrygilus fruticeti
Diuca diuca
Anthus correndera
Mimus triurus
Orochelidon andecola
Muscisaxicola cinereus
Muscisaxicola capistratus
Agriornis murinus
Agriornis montanus
Ochetorhynchus ruficaudus
Geositta tenuirostris
Asthenes heterura
Asthenes dorbignyi
Psilopsiagon aurifrons
Colaptes rupicola
Columba livia
Fulica gigantea
Cathartes aura
Bubulcus ibis
Oxyura ferruginea
Anas platyrhynchos
Tinamotis pentlandii
Nothoprocta pentlandii

0,000 1,000 2,000 3,000 4,000 5,000 6,000 7,000


FRECUENCIA RELATIVA (%)

Gráfico Nº3. Frecuencias Relativas de avistamiento para los Ambientes Acuáticos. Las barras representan
las frecuencias relativas para las 79 especies en orden decreciente.

31
La representatividad del estudio se evaluó a partir de la comparación entre los valores
observados y esperados (CHAO2) de riqueza (Gráfico N°4). Para el Ambiente de
Vegas, se registró 88 % de las especies esperadas, para el Ambiente de Estepas y
Laderas se registró 67 %, y para los Ambientes Acuáticos 79 %. En cuanto a la
riqueza total, el valor observado constituye 82 % de la riqueza esperada y 62 % de la
riqueza total registrada para toda la Puna Salteña, mientras que la riqueza esperada
representa 75 % de la misma. De esta manera, si bien los porcentajes son distintos,
aun teniendo en cuenta los valores menores, los muestreos se pueden considerar
como representativos del área estudiada.

El índice de Shannon, escogido para representar la diversidad, normalmente adopta


valores entre 1 y 5, considerándose diversos los sitios que presentan valores
superiores a 3. Aun así, los valores máximos a los que puede tender su valor es el
logaritmo de la riqueza total. En nuestro caso, el valor máximo que podría asumir el
índice sería de 5,16 si se consideran una base neperiana para el logaritmo y 174
especies, que corresponde a la riqueza total registrada para toda el área. Así, a partir
de los resultados calculados por el software PAST 3.04 (Hammer, 2014), el estrato
más diverso y equitativo resultó el correspondiente al de los sectores ocupados por
cuerpos de agua (Ambientes Acuáticos), que se podrían considerar como ambientes
altamente diversos. Por otra parte, tanto el Ambiente de Vegas como el de Estepas y
Laderas, se encontrarían dentro del rango de ambientes moderadamente diversos.

En cuanto a la uniformidad con que los individuos están distribuidos entre las especies
(representado por la equitatividad), en todos los casos se podría catalogar en el rango
de moderada, estando el valor afectado por la presencia de especies con abundancia
local alta, como se puede observar en las partes superiores de las curvas
representadas en el Gráfico Nº5.

Gráfico Nº4. Curvas de acumulación de especies por ambiente y total en base al estimador CHAO2. La
recta constante superior representa la riqueza total registrada al presente para la Puna Salteña.

32
Todas las curvas de acumulación de especies tienden a estabilizarse hacia un valor
asintótico teórico que depende de la cantidad de datos y observaciones cargados al
software. La forma de las curvas en todos los casos indica que los muestreos pueden
considerarse representativos de la Puna Salteña, si bien el esfuerzo de muestreo no
fue suficiente para alcanzar la recta constante que representa la riqueza total
registrada para toda el área, calculada a partir de información colectada y generada
que en conjunto abarcan un periodo mucho más prolongado de tiempo y una
extensión espacial considerablemente mayor.

Los Ambientes Acuáticos sustentaron al mayor número de individuos en todas las


estaciones, representando 43 % del total de individuos registrados. A su vez, las
Vegas contuvieron 41 %, reflejando de este modo diferencias significativas con el
ambiente de Laderas y Estepas en cuanto a sus capacidades de carga ambiental.

Gráfico Nº5. Curvas de Rango-Abundancia o de Dominancia-Diversidad para cada ambiente. Las


especies, representadas por círculos, triángulos y rombos de acuerdo a cada caso, se presentan
ordenadas en disposición descendente y de izquierda a derecha en el Gráfico, y se muestran en la Tabla
Nº3 (abajo), desde las dominantes en la parte superior hasta las raras, ocasionales o accidentales en la
parte inferior.

Vegas Estepa y Laderas Ambientes acuáticos


Metriopelia aymara Metriopelia aymara Phoenicoparrus jamesi
Sicalis olivascens Phrygilus plebejus Lophonetta specularioides
Phrygilus plebejus Sicalis olivascens Anas flavirostris
Geositta punensis Geositta punensis Calidris bairdii
Phrygilus atriceps Phrygilus atriceps Phoenicopterus chilensis
Sicalis uropygialis Sicalis lutea Phrygilus plebejus
Sicalis lutea Sicalis uropygialis Anas puna
Phrygilus dorsalis Sporagra atrata Chloephaga melanoptera
Phrygilus fruticeti Phrygilus unicolor Recurvirostra andina
Phrygilus unicolor Geositta rufipennis Sicalis olivascens
Asthenes modesta Metriopelia melanoptera Anas georgica
Sporagra atrata Asthenes modesta Metriopelia aymara
Muscisaxicola rufivertex Pterocnmia (pennata) tarapacensis Charadrius alticola
Thinocorus orbignyianus Columba livia Geositta punensis
Anas flavirostris Psilopsiagon aurifrons Sicalis lutea
Chloephaga melanoptera Muscisaxicola rufivertex Lessonia oreas
Leptasthenura aegithaloides Geranoaetus polyosoma Fulica ardesiaca
Cinclodes (fuscus) albiventris Zonotrichia capensis Phrygilus unicolor

33
Passer domesticus Aeronautes andecolus Zonotrichia capensis
Zonotrichia capensis Leptasthenura aegithaloides Phoenicoparrus andinus
Geranoaetus polyosoma Passer domesticus Sicalis uropygialis
Lessonia oreas Ochetorhynchus ruficaudus Anas cyanoptera
Tinamotis pentlandii Orochelidon andecola Chroicocephalus serranus
Cinclodes atacamensis Phrygilus alaudinus Plegadis ridgwayi
Geositta rufipennis Asthenes dorbignyi Psilopsiagon aurifrons
Lophonetta specularioides Mimus triurus Cinclodes atacamensis
Muscisaxicola flavinucha Vultur gryphus Oxyura ferruginea
Hirundo rustica Cinclodes (fuscus) albiventris Pygochelidon cyanoleuca
Vanellus resplendens Agriornis montanus Phrygilus atriceps
Phalcoboenus megalopterus Muscisaxicola frontalis Leptasthenura aegithaloides
Pterocnmia (pennata) tarapacensis Tinamotis pentlandii Sporagra atrata
Ochetorhynchus ruficaudus Thinocorus rumicivorus Geranoaetus polyosoma
Metriopelia melanoptera Speotyto cunicularia Vanellus resplendens
Agriornis micropterus Falco femoralis Phalcoboenus megalopterus
Mimus triurus Phalcoboenus megalopterus Asthenes modesta
Calidris bairdii Cinclodes atacamensis Phrygilus dorsalis
Gallinago andina Upucerthia dumetaria Phalaropus tricolor
Attagis gayi Muscisaxicola cinereus Muscisaxicola flavinucha
Psilopsiagon aurifrons Progne elegans Anthus hellmayri
Muscisaxicola juninensis Diuca diuca Muscisaxicola rufivertex
Anas georgica Sporagra uropygialis Passer domesticus
Falco femoralis Cathartes aura Himantopus (mexicanus) melanurus
Muscisaxicola cinereus Circus cinereus Thinocorus orbignyianus
Phrygilus alaudinus Metriopelia morenoi Metriopelia melanoptera
Phoenicoparrus jamesi Falco sparverius Cinclodes (fuscus) albiventris
Thinocorus rumicivorus Geositta cunicularia Phrygilus gayi
Agriornis montanus Upucerthia validirostris Geositta rufipennis
Sicalis auriventris Agriornis micropterus Muscisaxicola maculirostris
Charadrius alticola Muscisaxicola flavinucha Catamenia inornata
Psilopsiagon aymara Muscisaxicola maculirostris Phrygilus alaudinus
Upucerthia dumetaria Mimus dorsalis Podiceps (occipitalis) juninensis
Muscisaxicola frontalis Bubulcus ibis
Anthus correndera Circus cinereus
Anthus hellmayri Vanellus (chilensis) cayennensis
Coccyzus melacoryphus Orochelidon andecola
Asthenes dorbignyi Attagis gayi
Phacellodomus striaticeps Falco femoralis
Upucerthia validirostris Asthenes heterura
Muscisaxicola maculirostris Agriornis micropterus
Pitangus sulphuratus Cathartes aura
Orochelidon andecola Fulica gigantea
Mimus dorsalis Columba livia
Sporagra uropygialis Asthenes dorbignyi
Bubulcus ibis Anthus correndera
Geranoaetus melanoleucus Sturnella loyca
Bubo magellanicus Sporagra crassirostris
Geositta tenuirostris Nothoprocta pentlandii
Muscisaxicola albilora Tinamotis pentlandii
Ochthoeca leucophrys Anas platyrhynchos
Ochthoeca oenanthoides Colaptes rupicola
Mimus patagonicus Geositta tenuirostris
Diuca diuca Ochetorhynchus ruficaudus
Agriornis montanus
Agriornis murinus
Muscisaxicola capistratus
Muscisaxicola cinereus
Mimus triurus
Diuca diuca
Phrygilus fruticeti

Tabla Nº3. Listado de las especies presentes en cada ambiente, ordenadas en forma decreciente a partir
de sus valores de abundancia relativa.

Las curvas de los ambientes analizados presentaron formas y pendientes


equivalentes, lo que confirma una condición análoga en cuanto a sus equitatividades
parciales. Al cotejar la composición de éstas curvas, resalta notablemente la similitud

34
existente entre los ambientes de Vegas con el de Estepas y Laderas en cuanto a sus
relaciones de dominancia, donde las especies relativamente más abundantes son
aproximadamente las mismas en ambos casos, mientras que las principales
diferencias se pueden observar en los segmentos medios e inferiores de las curvas,
además de sus riquezas parciales.

En contraste, al observar la constitución de la curva parcial a los Ambientes Acuáticos,


es notoria una mayor dominancia de las cinco especies más abundantes sobre las
demás. Asimismo, las especies que configuran estas relaciones interespecíficas son
totalmente distintas a las de los demás ambientes, manifestándose de esta forma la
singularidad subyacente a este tipo de ensambles.

4.2.- Diversidad beta

Al analizar la biodiversidad desde esta perspectiva, al comparar los datos y


observaciones propios a cada ambiente, se obtuvieron los resultados que se
presentan en la Tabla N°4.

Vegas Laderas y Estepas Ambientes acuáticos


ESPECIES EXCLUSIVAS 14 7 25
ESPECIES EN COMUN TOTAL 34
Vegas 72 41 51
Laderas y Estepas 41 51 37
Ambientes acuáticos 51 37 79
SIMILITID DE SORENSEN (S) 0,50
Vegas 1 0,67 0,68
Laderas y Estepas 1 0,57
Ambientes acuáticos 1
SIMILITID DE MORISITA (M)
Vegas 1 0,95 0,26
Laderas y Estepas 1 0,24
Ambientes acuáticos 1
INDICE WHITTAKER (β) 0,59
Vegas 0 0,33 0,32
Laderas y Estepas 0 0,43
Ambientes acuáticos 0

Tabla Nº4: Principales parámetros e índices obtenidos de diversidad beta.

La cantidad de especies comunes entre ambientes y las exclusivas a un tipo de


ambiente suelen ser buenos indicadores de la heterogeneidad ambiental y reflejan las
diferencias intrínsecas entre cada unidad de paisaje.

Los Ambientes Acuáticos presentaron un mayor número de especies exclusivas,


siendo las mismas, a excepción de Asthenes heterura y Agriornis murinus, especies
no passeriformes y en su mayoría especialistas de hábitat. A su vez, las Vegas
presentan entre sus especies exclusivas una marcada dominancia de especies
passeriformes especialistas de hábitat, y las Laderas y Estepas preponderancia de
especies no passeriformes, si bien ninguna es en realidad una especialista de hábitat
en sentido estricto (Tabla N°5).

35
Vegas Estepa y Laderas Ambientes acuáticos
Geranoaetus melanoleucus Vultur gryphus Nothoprocta pentlandii
Gallinago andina Metriopelia morenoi Anas cyanoptera
Coccyzus melacoryphus Speotyto cunicularia Anas platyrhynchos
Bubo magellanicus Aeronautes andecolus Anas puna
Psilopsiagon aymara Falco sparverius Oxyura ferruginea
Phacellodomus striaticeps Geositta cunicularia Podiceps (occipitalis) juninensis
Muscisaxicola albilora Progne elegans Phoenicoparrus andinus
Muscisaxicola juninensis Phoenicopterus chilensis
Ochthoeca leucophrys Plegadis ridgwayi
Ochthoeca oenanthoides Fulica ardesiaca
Pitangus sulphuratus Fulica gigantea
Hirundo rustica Vanellus (chilensis) cayennensis
Mimus patagonicus Himantopus (mexicanus) melanurus
Sicalis auriventris Recurvirostra andina
Phalaropus tricolor
Chroicocephalus serranus
Colaptes rupicola
Asthenes heterura
Agriornis murinus
Muscisaxicola capistratus
Pygochelidon cyanoleuca
Catamenia inornata
Phrygilus gayi
Sturnella loyca
Sporagra crassirostris

Tabla Nº5. Lista de especies exclusivas para cada ambiente.

Las especies comunes a todas las unidades de paisaje representaron casi 20 % de la


riqueza total registrada para la Puna Salteña, constituyendo el elenco de especies
típicas puneñas en sentido amplio, si bien muchas de ellas extienden su distribución a
otras unidades ambientales fuera del área de estudio (Tabla N°6). Las especies en
común entre dos ambientes se pueden ver en la Tabla NºA2 (ANEXO 1).

Especies comunes a todos los ambientes


Tinamotis pentlandii Geositta rufipennis Phrygilus alaudinus
Geranoaetus polyosoma Leptasthenura aegithaloides Phrygilus atriceps
Metriopelia aymara Ochetorhynchus ruficaudus Phrygilus plebejus
Metriopelia melanoptera Agriornis micropterus Phrygilus unicolor
Falco femoralis Agriornis montanus Sicalis lutea
Phalcoboenus megalopterus Muscisaxicola cinereus Sicalis olivascens
Psilopsiagon aurifrons Muscisaxicola flavinucha Sicalis uropygialis
Asthenes dorbignyi Muscisaxicola maculirostris Zonotrichia capensis
Asthenes modesta Muscisaxicola rufivertex Sporagra atrata
Cinclodes (fuscus) albiventris Orochelidon andecola Passer domesticus
Cinclodes atacamensis Mimus triurus
Geositta punensis Diuca diuca

Tabla Nº6. Listado de especies comunes a todos los ambientes.

Los estratos considerados son, de acuerdo a los valores arrojados por los índices de
similitud, medianamente semejantes en cuanto al parámetro presencia (Sorensen), y
en cuanto al parámetro abundancia local (Morisita-Horn), los Ambientes de Vegas
resultan muy similares a los de Laderas y Estepas, y los Ambientes Acuáticos se
diferencian de las otras unidades debido a valores que indican una baja similitud.

Adicionalmente, para caracterizar el ambiente a escala de detalle, se realizó una


comparación de similitud punto por punto, en cuanto a los parámetros presencia
(Jaccard) y abundancia local (Morisita), mediante un análisis de clusters de los puntos.
A partir de esta ordenación/clasificación, se buscó relacionar los puntos y someterlos a

36
un análisis comparativo sin tener en cuenta en qué ambiente fueron catalogados
previamente.

El Gráfico Nº6, donde se comparan los puntos a partir del uso de un indicador
cualitativo – Jaccard – basado en la presencia/ausencia de especies en distintas
unidades de muestreo y en las especies en común a pares de éstas, muestra que los
puntos que representan a las mismas unidades de paisaje tienden a agruparse entre
sí, si bien esta correlación es difusa debido a que las listas en general suelen ser
diferentes aun cuando se trata de puntos pertenecientes a algún ambiente en
particular. En cuanto a la similitud analizada con este indicador, las listas de los
Ambientes Acuáticos son poco similares (menos del 15 %) a las listas de Vegas y de
Laderas y Estepas. La mayoría de las listas que representan a los Ambientes
Acuáticos se ubicaron en el mismo grupo o categoría de clasificación; las unidades
representadas en color azul corresponden a puntos ubicados en ensambles salinos y
perisalinos en salares o salinas de la Puna Salteña o bordes de vegas donde las
costras y eflorescencias salinas resultan muy visibles, mientras que los representados
en color negro presentan paisajes acuáticos menos dominados por la presencia de
material salino. En general, prácticamente todas las similitudes superiores al 50 % se
observaron entre puntos pertenecientes a la misma categoría ambiental, y en la
mayoría de los casos se ubicaron en la misma zona geográfica.

Por su parte, el Gráfico Nº7 muestra los resultados del análisis cuantitativo – a partir
de datos de abundancia local – utilizando el indicador Morisita. A partir de este
análisis, se evidencia una vez más una mayor similitud entre los ambientes de Vegas
con los de Laderas y Estepas. Los Ambientes Acuáticos en su gran mayoría se
diferenciaron de los demás ensambles, que se mostraron dentro del mismo grupo de
ordenación – la misma rama –, mientras que la mayoría de las listas restantes se
agruparon en otro grupo, diferenciándose luego en ramas más pequeñas a nivel de
unidad de paisaje y zona geográfica.

Para analizar y cuantifican que tan diferente es la composición de especies (diversidad


alfa) entre comunidades o ensambles (hábitats), se sometieron los datos
pertenecientes a cada unidad de paisaje al análisis de diversidad beta propuesto por
Whittakker (1972). Los valores calculados mediante el software PAST 3.04 (Hammer,
2014) indican que a nivel global los ambientes presentan un moderado recambio de
especies. Al considerar pares de ambientes, se observa que las Vegas se diferencian
poco de las Laderas y Estepas y de los Ambientes Acuáticos, ya que presentan
valores similares. Por otra parte, los Ambientes Acuáticos presentan una mayor
diferenciación con las Laderas y Estepas, si bien esta diferencia (recambio de
especies) no es muy elevada.

4.3.- Diversidad gamma

El valor de diversidad gamma para la Puna Salteña, fue 106,1 especies, similar al
estimado mediante la comparación de los datos agrupados en cada uno de los tres
ambientes considerados. Al dividir el valor obtenido y analizar sus componentes, se
encontró que la diversidad gamma de la región está formada en un 63 % por la
diversidad alfa, y en un 37 % por la diversidad beta.

37
Dicho de otro modo, la riqueza esperada para el área de estudio es posible gracias a
la existencia de interrelaciones entre sus diferentes unidades de paisaje, como así
también por la diferenciación de las mismas, producto de la heterogeneidad espacial,
lo que configura especializaciones de las especies presentes en cuanto al uso del
hábitat. Así, poco más de un tercio de las especies que habitan la Puna Salteña se
comportarían como generalistas de hábitat.

4.3.- Situación particular de las especies registradas

En la tabla general (Tabla Nº7) se contabilizaron individuos de 20 especies con


distribución restringida, de las cuales se registraron 16. Por otra parte, se identificaron
72 especies típicas de zonas cordilleranas y serranías, 58 especies con distribución
amplia y 3 especies exóticas. Se cita a Psedasthenes steinbachi, endémica de la
región de Monte, para el Salar de Rincón, si bien este registro se consideró dudoso y
tal vez se trate de una observación mal identificada. Se incluye también a Netta
erythrophthalma para el sur del Salar del Hombre Muerto (Provincia de Catamarca) y
datos informales no considerados indican que probablemente se encontraría
esporádicamente en la zona de Santa Rosa de los Pastos Grandes; es necesario
contar con nuevos registros de esta especie para la Provincia de Salta a fin de aportar
datos sobre su distribución en la Argentina al ser una especie poco conocida.

En cuanto al status migratorio de las especies registradas, 10 especies (Tringa spp,


Calidris spp, Phalaropus tricolor, Pluvialis dominica e Hirundo rustica) nidifican en el
Hemisferio Norte y vuelan hasta la zona, donde se las puede encontrar en primavera,
verano y parte del otoño (Migradores A). Por otra parte, 4 especies (Coccyzus
melacoryphus, Tyrannus savana, Progne tapera y Progne elegans) nidifican en
Argentina en primavera y verano, y migran hacia el Hemisferio Norte en otoño e
invierno (Migradores C). Se registraron también 5 especies (Muscisaxicola flavinucha,
M. maclovianus, M. capistratus, M. frontalis y Agriornis murinus) que nidifican en
Patagonia en primavera y verano, y se desplazan hacia el centro y norte de Argentina
en otoño e invierno (Migradores C).

La lista general para la Puna Salteña incluye asimismo a 64 especies residentes, 46


ocasionales, 38 accidentales, 2 registros dudosos (Psedasthenes steinbachi, reportado
para la zona del Salar de Rincón y Geranoaetus albicaudatus, reportado para la zona
del Salar de Pocitos), 1 de status desconocido (Agriornis albicauda) y 1 de status poco
conocido (Netta erythrophthalma). El registro de Coocyzus melacoryphus constituye el
primero de la especie para la Puna Salteña.

Del total de especies citadas, 34 % se encuentran asociadas a la existencia de


ambientes acuáticos (35 especies representativas de ambientes netamente acuáticos,
20 especies que alternan ambientes acuáticos y en menor medida vegas, y 4 especies
que alternan vegas y en menor medida ambientes acuáticos), y 16 % se encuentran
asociados a ambientes de vegas. Otro 46 % alterna su presencia entre estepas y
vegas, y el restante 4 % se presenta aleatoriamente en cualquiera de los ambientes,
entre los cuales 4 especies se especializan en vuelos altos sobre la superficie (Vultur
gryphus, Cathartes aura, Coragyps atratus y Aeronautes andecolus). De Coccyzus
melacoryphus, al tratarse del primer registro para el área, se sabe poco, si bien fue
registrado en la Vega Samenta Norte.

38
Evaluando la alimentación y dieta de los individuos de las distintas especies
registradas, se determinaron arbitrariamente diferentes categorías o gremios
alimenticios o tróficos a fin de catalogar a las especies en al menos uno de los mismos
(Tabla N°7). Como resultado se obtuvo que la forma especializada de alimentación
más difundida es el consumo de invertebrados, larvas y huevos de los mismos por
miembros de familias como Ardeidae, Charadriidae, Recurvirostridae, Scolopacidae,
Caprimulgidae, Apodidae, Furnariidae, Tyrannidae, Hirundinidae, Troglodytidae,
Mimidae, entre otras, que constituyen la fuente principal o complementaria de
alimentos de 105 especies (60 % del total). En estos casos la diferenciación del nicho
alimenticio parecería desarrollarse por medio de la elección de alimentos de distinto
tamaño (incluso a nivel micro), forma y estadío, y/o ubicados en diferentes sectores de
la cubierta vegetal tanto en sentido vertical como horizontal o en los sectores
marginales, perisalinos o completamente inundados de los ambientes acuáticos y
vegas; a su vez que en casos de alimentarse complementariamente de este tipo de
alimentos ricos en proteínas, pueden variar su proporción a lo largo del año de
acuerdo a sus necesidades específicas y a la oferta de alimento. Por otro lado, se
identifican 3 especies netamente filtradoras (flamencos), 15 especies netamente
granívoras, 4 especies nectarívoras, 9 predadores, 15 predadores en sentido amplio, 3
oportunistas y/o carroñeros, 2 omnívoros, y los restantes presentan en distinta medida
dietas mixtas que incluyen la ingesta de semillas, vegetación terrestre, vegetación
acuática, peces y microfauna en general. Cabe añadir que esta caracterización no es
estática y en diferentes momentos del año se podría encontrar otra forma alimenticia
dominante, por ejemplo de granívoros o individuos de especies de dieta mixta,
ampliamente difundida en toda comunidad de aves.

A partir de la categorización de las especies reportadas para la Puna Salteña de


acuerdo a su status de conservación, de acuerdo a lo propuesto por López-Lanús et.
Al. (2008), no se identificaron ni registraron especies En Peligro Crítico, se identificó
para la región la presencia de 4 especies En Peligro (de las cuales se observó a
Phoenicoparrus andinus y P. jamesi conformando grupos mono o multiespecíficos), 8
especies Amenazadas (de las cuales se registró a Pterocnemia (pennata)
tarapacensis, Plegadis ridgwayi y Asthenes heterura), 7 especies Vulnerables
(Chloephaga melanoptera, Vultur gryphus, Metriopelia morenoi, Phrygilus dorsalis y
Sporagra crassirostris) y 2 Insuficientemente Conocidas (no se registró a ninguna). Por
otra parte, se identificaron y registraron 3 especies exóticas (Anas platyrhynchos,
Columba livia y Passer domesticus), y todas las especies restantes se catalogaron en
la categoría No Amenazadas.

De acuerdo a López-Lanús et. Al. (2008), Metriopelia morenoi, Upucerthia validirostris


y Asthenes steinbachi serían especies endémicas de la Argentina. Por otra parte, en el
listado de especies exóticas en la Argentina, los autores señalan la presencia de
Columba livia y Passer domesticus, pero no a Anas platyrhynchos, asilvestrado en las
Lagunas del Toro pero en disminución.

En cuanto a dos variables que no reflejan características propias de las especies sino
que se relacionen con acciones humanas que afectan la conservación de las aves,
López-Lanus et. Al. (2008) mencionan una de carácter negativo (acciones extractivas)
y otra de carácter positivo (grado de protección de las especies). En la condición más
crítica de la primera (explotación masiva, caza o persecución) se encuentran

39
Chloephaga melanoptera y Netta peposaca, mientras que en la condición más crítica
de la segunda (ningún área de conservación) se encuentran Plegadis ridgwayi,
Leptasthenura yanacensis y Agriornis albicauda.

Por su parte, Di Giacomo et. Al. (2007), mencionan como especies con algún grado de
amenaza entre las registrados en este trabajo, a Phoenicoparrus andinus (Vulnerable,
con distribución restringida a un bioma), Asthenes heterura (Casi Amenazada,
endémica amenazada a nivel nacional), Leptasthenura yanacensis (Casi Amenazada,
endémica amenazada a nivel nacional), Phegornis mitchelli (Casi Amenazada,
endémica), Phoenicoparrus jamensi (Casi Amenazada, con distribución restringida),
Phoenicopterus chilensis (Casi Amenazada, con distribución restringida a un bioma),
Pterocnemia pennata (Casi Amenazada, endémica con distribución restringida a un
bioma), Vultur gryphus (Casi Amenazada, distribución restringida a un bioma,
amenazada a nivel nacional) y Fulica cornuta (Casi Amenazada, endémica).

4.4.- Aspectos taxonómicos

Los individuos registrados representan taxonómicamente a 20 órdenes, 37 familias,


100 géneros y 174 especies. La proporción de especies correspondientes a las
categorías orden y familia se resumen en los Gráficos Nº7 y Nº8:
ABUNDANCIA RELATIVA DE ESPECIES (%)

50
45
40
35
30
25
20
15
10
5
0

Gráfico Nº 8. Abundancia relativa de especies pertenecientes a cada uno de los órdenes representados.
ABUNDANCIA RELATIVA DE ESPECIES (%)

14

12

10

Gráfico Nº 9. Abundancia relativa de especies pertenecientes a cada uno de las familias representadas.

40
Gráfico Nº6. Ordenación/Clasificación de los puntos muestrales a partir del Índice de Similitud de Jaccard (cualitativo), en base a datos de presencia/ausencia. Los puntos
verdes corresponden a Ambientes de Vegas, los rojos a Laderas y Estepas, y los azules y negros a Ambientes Acuáticos.

41
Gráfico Nº7. Ordenación/Clasificación de los puntos muestrales a partir del Índices de Similitud de Morisita (cuantitativo), en base a datos de abundancia. Los puntos verdes
corresponden a Ambientes de Vegas, los rojos a Laderas y Estepas, y los azules y negros a Ambientes Acuáticos.

42
SITUACION EN LA PUNA ARGENTINA

STATUS DE CONSERVACION
STATUS MIGRATORIO

GREMIO TROFICO
DISTRIBUCION

HABITAT
Nº ORDEN FAMILIA NOMBRE CIENTIFICO NOMBRE VULGAR NOMBRE EN INGLES

1 STRUTHIONIFORMES RHEIDAE *Pterocnemia (pennata) tarapacensis Suri Lesser Rhea 1 Residente ES, VE OM AM
2 TINAMIFORMES TINAMIDAE Nothoprocta ornata Inambú serrano Ornate Tinamou 2 Residente ES, VE GR NA
3 TINAMIFORMES TINAMIDAE **Nothoprocta pentlandii Inambú silbón Andean Tinamou 2 Accidental VE, ES GR NA
4 TINAMIFORMES TINAMIDAE *Tinamotis pentlandii Quiula puneña Puna Tinamou 1 Residente VE, ES GR NA
5 ANSERIFORMES ANATIDAE *Chloephaga melanoptera Guayata Andean Goose 2 Residente AC, VE RA VU
6 ANSERIFORMES ANATIDAE Merganetta armata Pato de torrente Torrent Duck 2 Accidental AC IN AM
7 ANSERIFORMES ANATIDAE *Lophonetta specularioides Pato crestón Crested Duck 3 Residente AC, VE VA, RA NA
8 ANSERIFORMES ANATIDAE *Anas flavirostris Pato barcino Yellow-billed Teal 3 Residente AC, VE VA, RA NA
9 ANSERIFORMES ANATIDAE *Anas georgica Pato maicero Yellow-billed Pintail 3 Residente AC, VE VA, RA NA
10 ANSERIFORMES ANATIDAE *Anas puna Pato puneño Puna Teal 2 Residente AC VA, GR, IN NA
11 ANSERIFORMES ANATIDAE Anas versicolor Pato capuchino Silver Teal 3 Ocasional AC VA, IN NA
12 ANSERIFORMES ANATIDAE *Anas cyanoptera Pato colorado Cinnamon Teal 3 Ocasional AC VA, IN NA
13 ANSERIFORMES ANATIDAE Netta erythrophthalma Pato castaño Southern Pochard Poco conocido AC VA, IN IC
14 ANSERIFORMES ANATIDAE Netta peposaca Pato picazo Rosy-billed Pochard 3 Accidental AC VA NA
15 ANSERIFORMES ANATIDAE *Oxyura ferruginea Pato zambullidor grande Lake Duck 2 Ocasional AC VA NA
16 ANSERIFORMES ANATIDAE **Anas platyrhynchos Pato o ánade real Domestic Mallard Exótico AC VA, GR, IN EX
17 PODICIPEDIFORMES PODICIPEDIDAE Rollandia rolland Macá común White-tufted Grebe 3 Accidental AC PI, IN NA
18 PODICIPEDIFORMES PODICIPEDIDAE *Podiceps (occipitalis) juninensis Macá plateado Puna Silvery Grebe 1 Ocasional AC IN NA

43
19 PHOENICOPTERIFORMES PHOENICOPTERIDAE *Phoenicopterus chilensis Flamenco austral Chilean Flamingo 3 Residente AC FI NA
20 PHOENICOPTERIFORMES PHOENICOPTERIDAE *Phoenicoparrus andinus Parina grande Andean Flamingo 2 Residente AC FI EN
21 PHOENICOPTERIFORMES PHOENICOPTERIDAE *Phoenicoparrus jamesi Parina chica Jame's Flamingo 1 Residente AC FI EN
22 SULIFORMES PHALACROCORACIDAE Phalacrocorax brasilianus Biguá Neotropic Cormorant 3 Accidental AC PI, IN NA
23 PELECANIFORMES ARDEIDAE Nycticorax nycticorax Garza bruja Black-Crowned Night-Heron 3 Ocasional AC IN, PR NA
24 PELECANIFORMES ARDEIDAE *Bubulcus ibis Garcita bueyera Cattle Egret 3 Ocasional AC, VE IN, PR NA
25 PELECANIFORMES ARDEIDAE Ardea cocoi Garza mora Cocoi Heron 3 Accidental AC, VE PI, PR NA
26 PELECANIFORMES ARDEIDAE Ardea alba Garza blanca Great Egret 3 Accidental AC, VE IN, PR, PI NA
27 PELECANIFORMES ARDEIDAE Egretta thula Garcita blanca Snowy Egret 3 Accidental AC, VE IN, PR NA
28 PELECANIFORMES THRESKIORNITHIDAE *Plegadis ridgwayi Cuervillo puneño Puna Ibis 1 Ocasional AC, VE IN AM
29 PELECANIFORMES THRESKIORNITHIDAE Platalea ajaja Espátula rosada Roseate Spoonbill 3 Accidental AC IN NA
30 CATHARTIFORMES CATHARTIDAE *Cathartes aura Jote cabeza colorada Turkey Vulture 3 Ocasional AL OP NA
31 CATHARTIFORMES CATHARTIDAE Coragyps atratus Jote cabeza negra Black Vulture 3 Ocasional AL OP NA
32 CATHARTIFORMES CATHARTIDAE *Vultur gryphus Cóndor andino Andean Condor 3 Residente AL OP VU
33 ACCIPITRIFORMES ACCIPITRIDAE *Circus cinereus Gavilán ceniciento Cinereous Harrier 3 Residente VE PR NA
34 ACCIPITRIFORMES ACCIPITRIDAE Geranoaetus albicaudatus Aguilucho alas largas White-tailed Hawk 3 Dudoso ES, VE PR, IN NA
35 ACCIPITRIFORMES ACCIPITRIDAE *Geranoaetus polyosoma Aguilucho común Variable Hawk 3 Residente ES, VE PR NA
36 ACCIPITRIFORMES ACCIPITRIDAE Geranoaetus (polyosoma) poecilochrous Aguilucho puneño Puna Hawk 1 Residente ES, VE PR NA
37 ACCIPITRIFORMES ACCIPITRIDAE *Geranoaetus melanoleucus Aguila mora Black-chesterd Buzzard-Eagle 3 Ocasional ES, VE PR NA
38 ACCIPITRIFORMES ACCIPITRIDAE Buteo albigula Aguilucho andino White-throated Hawk 2 Accidental ES, VE PR, IN AM
39 GRUIFORMES RALLIDAE Pardirallus sanguinolentus Gallineta común Plumbeous Rail 3 Accidental VE RA, VA NA
40 GRUIFORMES RALLIDAE Fulica armillata Gallareta ligas rojas Red-gartered Coot 3 Accidental AC VA NA
41 GRUIFORMES RALLIDAE Fulica rufifrons Gallareta escudete rojo Red-fronted Coot 3 Accidental AC VA NA
42 GRUIFORMES RALLIDAE *Fulica gigantea Gallareta gigante Giant Coot 1 Residente AC VA NA
43 GRUIFORMES RALLIDAE Fulica cornuta Gallareta cornuda Horned Coot 1 Residente AC VA AM
44 GRUIFORMES RALLIDAE *Fulica ardesiaca Gallareta andina Slate-colored Coot 2 Residente AC VA NA
45 GRUIFORMES RALLIDAE Fulica leucoptera Gallareta chica White-winged Coot 3 Accidental AC VA NA
46 CHARADRIIFORMES CHARADRIIDAE Pluvialis dominica Chorlo pampa American Golden-Plover Migrador A AC, VE IN NA
47 CHARADRIIFORMES CHARADRIIDAE Oreopholus ruficollis Chorlo cabezón Tawny-throated Dotterel 2 Residente VE, ES IN NA
48 CHARADRIIFORMES CHARADRIIDAE *Vanellus (chilensis) cayennensis Tero común Southern Lapwing 3 Ocasional AC, VE IN NA

44
49 CHARADRIIFORMES CHARADRIIDAE *Vanellus resplendens Tero serrano Andean Lapwing 2 Residente AC, VE IN NA
50 CHARADRIIFORMES CHARADRIIDAE Charadrius collaris Chorlito de collar Collared Plover 3 Ocasional AC IN NA
51 CHARADRIIFORMES CHARADRIIDAE *Charadrius alticola Chorlito puneño Puna Plover 3 Residente AC IN NA
52 CHARADRIIFORMES CHARADRIIDAE Phegornis mitchellii Chorlito de vincha Diademed Sandpiper-Plover 1 Residente VE IN AM
53 CHARADRIIFORMES RECURVIROSTRIDAE *Himantopus (mexicanus) melanurus Tero real Black-necked Stilt 3 Ocasional AC, VE IN NA
54 CHARADRIIFORMES RECURVIROSTRIDAE *Recurvirostra andina Avoceta andina Andean Avocet 1 Residente AC IN NA
55 CHARADRIIFORMES SCOLOPACIDAE *Gallinago andina Becasina andina Puna Snipe 2 Residente VE IN NA
56 CHARADRIIFORMES SCOLOPACIDAE Tringa melanoleuca Pitotoy grande Greater Yellowlegs Migrador A AC IN NA
57 CHARADRIIFORMES SCOLOPACIDAE Tringa flavipes Pitotoy chico Lesser Yellowlegs Migrador A AC IN NA
58 CHARADRIIFORMES SCOLOPACIDAE Tringa solitaria Pitotoy solitario Solitary Sandpiper Migrador A AC IN NA
59 CHARADRIIFORMES SCOLOPACIDAE Calidris alba Playerito blanco Sanderling Migrador A AC IN NA
60 CHARADRIIFORMES SCOLOPACIDAE *Calidris bairdii Playerito unicolor Baird's Sandpiper Migrador A AC IN NA
61 CHARADRIIFORMES SCOLOPACIDAE Calidris melanotos Playerito pectoral Pectoral Sandpiper Migrador A AC IN NA
62 CHARADRIIFORMES SCOLOPACIDAE Micropalama himantopus Playero zancudo Stilt Sandpiper Migrador A AC IN NA
63 CHARADRIIFORMES SCOLOPACIDAE *Phalaropus tricolor Falaropo común Wilson's Phalarope Migrador A AC IN NA
64 CHARADRIIFORMES THINOCORIDAE *Attagis gayi Agachona grande Rufous-bellied Seedsnipe 2 Residente VE, AC GR NA
65 CHARADRIIFORMES THINOCORIDAE *Thinocorus orbignyianus Agachona de collar Gray-breasted Seedsnipe 2 Residente VE, AC GR NA
66 CHARADRIIFORMES THINOCORIDAE *Thinocorus rumicivorus Agachona chica Least Seedsnipe 2 Residente VE, AC GR NA
67 CHARADRIIFORMES LARIDAE *Chroicocephalus serranus Gaviota andina Andean Gull 1 Residente AC PR, OP, IN NA
68 COLUMBIFORMES COLUMBIDAE *Metriopelia morenoi Palomita ojo desnudo Bare-eyed Ground Dove 2 Ocasional VE, ES GR VU
69 COLUMBIFORMES COLUMBIDAE *Metriopelia melanoptera Palomita cordillerana Black-winged Ground-Dove 2 Ocasional VE, ES GR NA
70 COLUMBIFORMES COLUMBIDAE *Metriopelia aymara Palomita dorada Golden-spotted Ground-Dove 1 Residente VE, ES GR NA
71 COLUMBIFORMES COLUMBIDAE *Columba livia Paloma doméstica Rock Pigeon Exótico Todos GR, OM EX
72 COLUMBIFORMES COLUMBIDAE Zenaida auriculata Torcaza Eared Dove 3 Accidental VE, ES GR NA
73 CUCULIFORMES CUCULIDAE **Coccyzus melacoryphus Cuclillo canela Dark-billed Cuckoo Migrador B 1º Registro IN NA
74 STRIGIFORMES STRIGIDAE *Bubo magellanicus Tucúquere Lesser Horned Owl 2 Residente VE, ES PR NA
75 STRIGIFORMES STRIGIDAE *Speotyto cunicularia Lechucita vizcachera Burrowing Owl 3 Residente VE, ES PR NA
76 STRIGIFORMES STRIGIDAE Asio flammeus Lechuzón de campo Short-eared Owl 3 Ocasional VE, ES PR NA
77 CAPRIMULGIFORMES CAPRIMULGIDAE Systellura longirostris Atajacaminos ñañarca Band-winged Nightjar 3 Accidental VE, ES IN NA
78 APODIFORMES APODIDAE *Aeronautes andecolus Vencejo blanco Andean Swift 2 Accidental AL IN NA

45
79 APODIFORMES TROCHILIDAE Colibri coruscans Colibrí grande Sparkling Violetear 2 Accidental VE NE NA
80 APODIFORMES TROCHILIDAE Oreotrochilus estella Picaflor puneño Andean Hillstar 2 Accidental VE NE NA
81 APODIFORMES TROCHILIDAE Oreotrochilus leucopleurus Picaflor andino White-sided Hillstar 2 Accidental VE NE NA
82 APODIFORMES TROCHILIDAE Patagona gigas Picaflor gigante Giant Hummingbird 2 Accidental VE NE, IN NA
83 PICIFORMES PICIDAE *Colaptes rupicola Carpintero andino Andean Flicker 2 Ocasional VE, ES IN NA
84 FALCONIFORMES FALCONIDAE Polyborus plancus Carancho Southern Caracara 3 Accidental VE, ES OP, PR NA
85 FALCONIFORMES FALCONIDAE *Phalcoboenus megalopterus Matamico andino Mountain Caracara 2 Residente VE, ES OP, PR NA
86 FALCONIFORMES FALCONIDAE Milvago chimango Chimango Chimango Caracara 3 Ocasional VE, ES PR, IN NA
87 FALCONIFORMES FALCONIDAE *Falco sparverius Halconcito colorado American Krestrel 3 Ocasional VE, ES PR, IN NA
88 FALCONIFORMES FALCONIDAE *Falco femoralis Halcón plomizo Aplomado Falcon 3 Residente VE, ES PR NA
89 FALCONIFORMES FALCONIDAE Falco peregrinus Halcón peregrino Peregrine Falcon 3 Ocasional VE, ES PR NA
90 PSITTACIFORMES PSITTACIDAE *Psilopsiagon aymara Catita serrana grande Gray-hooded Parakeet 2 Ocasional VE, ES GR NA
91 PSITTACIFORMES PSITTACIDAE *Psilopsiagon aurifrons Catita serrana chica Mountain Parakeet 2 Residente ES, VE GR NA
92 PASSERIFORMES FURNARIIDAE *Geositta cunicularia Caminera común Common Miner 3 Ocasional ES, VE IN NA
93 PASSERIFORMES FURNARIIDAE *Geositta tenuirostris Caminera picuda Slender-billed Miner 2 Ocasional ES, VE IN NA
94 PASSERIFORMES FURNARIIDAE Geositta isabellina Caminera grande Creamy-rumped Miner 2 Accidental ES, VE IN NA
95 PASSERIFORMES FURNARIIDAE *Geositta punensis Caminera puneña Puna Miner 1 Residente ES, VE IN NA
96 PASSERIFORMES FURNARIIDAE *Geositta rufipennis Caminera colorada Rufous-banded Miner 2 Residente ES, VE IN NA
97 PASSERIFORMES FURNARIIDAE Ochetorhynchus andaecola Bandurrita cola castaña Rock Earthcreeper 2 Residente ES, VE IN NA
98 PASSERIFORMES FURNARIIDAE *Ochetorhynchus ruficaudus Bandurrita pico recto Straight-billed Earthcreeper 2 Residente ES, VE IN NA
99 PASSERIFORMES FURNARIIDAE Phleocryptes melanops Junquero Wren-like Rushbird 3 Accidental AC IN NA
100 PASSERIFORMES FURNARIIDAE *Upucerthia dumetaria Bandurrita común Scale-throated Earthcreeper 3 Ocasional ES, VE IN NA
101 PASSERIFORMES FURNARIIDAE Upucerthia (validirostris) jelskii Bandurrita de Jelskii Plain-breasted Earthcreeper 2 Residente ES, VE IN VU
102 PASSERIFORMES FURNARIIDAE *Upucerthia validirostris Bandurrita andina Buff-breasted Earthcreeper 2 Residente ES, VE IN NA
103 PASSERIFORMES FURNARIIDAE *Cinclodes (fuscus) albiventris Remolinera norandina Cream-winged Cinclodes 2 Residente AC, VE IN NA
104 PASSERIFORMES FURNARIIDAE *Cinclodes atacamensis Remolinera castaña White-winged Cinclodes 2 Residente VE, AC IN NA
105 PASSERIFORMES FURNARIIDAE Leptasthenura fuliginiceps Coludito canela Brown-capped Tit-Spinetail 2 Accidental VE, ES IN NA
106 PASSERIFORMES FURNARIIDAE Leptasthenura yanacensis Coludito puneño Tawny Tit-Spinetail 2 Accidental VE, ES IN EN
107 PASSERIFORMES FURNARIIDAE *Leptasthenura aegithaloides Coludito cola negra Plain-mantled Tit-Spinetail 2 Residente ES, VE IN NA
108 PASSERIFORMES FURNARIIDAE *Phacellodomus striaticeps Espinero andino Streak-Fronted Thornbird 2 Ocasional ES, VE IN NA

46
109 PASSERIFORMES FURNARIIDAE *Asthenes dorbignyi Canastero rojizo Creamy-breasted Canastero 2 Residente ES, VE IN NA
110 PASSERIFORMES FURNARIIDAE Asthenes sclateri Espartillero serrano Puna Canastero 2 Residente VE, ES IN NA
111 PASSERIFORMES FURNARIIDAE *Asthenes modesta Canastero pálido Cordilleran Canastero 2 Residente ES, VE IN NA
112 PASSERIFORMES FURNARIIDAE **Asthenes heterura Canastero andino Maquis Canastero 2 Accidental VE IN AM
113 PASSERIFORMES FURNARIIDAE Pseudasthenes steinbachi Canastero castaño Steinbach's Canastero 1m Dudoso VE, ES IN VU
114 PASSERIFORMES TYRANNIDAE Anairetes parulus Cachudito pico negro Tufted Tit-Tyrant 2 Accidental VE, ES IN NA
115 PASSERIFORMES TYRANNIDAE Pseudocolopteryx acutipennis Doradito oliváceo Subtropical Doradito 2 Accidental AC, VE IN NA
116 PASSERIFORMES TYRANNIDAE Hirundinea ferruginea Birro común Cliff Flycatcher 3 Accidental VE, ES IN NA
117 PASSERIFORMES TYRANNIDAE *Lessonia oreas Sobrepuesto andino Andean Negrito 1 Residente AC, VE IN NA
118 PASSERIFORMES TYRANNIDAE Hymenops perspicillatus Pico de plata Spectacled Tyrant 3 Ocasional VE IN NA
119 PASSERIFORMES TYRANNIDAE *Muscisaxicola maculirostris Dormilona chica Spot-billed Ground-Tyrant 2 Ocasional VE IN NA
120 PASSERIFORMES TYRANNIDAE *Muscisaxicola juninensis Dormilona puneña Puna Ground-Tyrant 1 Residente VE, ES IN NA
121 PASSERIFORMES TYRANNIDAE *Muscisaxicola cinereus Dormilona cenicienta Cinereous Ground-Tyrant 2 Residente VE, ES IN NA
122 PASSERIFORMES TYRANNIDAE *Muscisaxicola flavinucha Dormilona fraile Ochre-naped Ground-Tyrant Migrador C VE, ES IN NA
123 PASSERIFORMES TYRANNIDAE *Muscisaxicola rufivertex Dormilona gris Rufous-naped Ground-Tyrant 2 Residente VE, ES IN NA
124 PASSERIFORMES TYRANNIDAE Muscisaxicola maclovianus Dormilona cara negra Dark-faced Ground-Tyrant Migrador C VE, ES IN NA
125 PASSERIFORMES TYRANNIDAE *Muscisaxicola albilora Dormilona ceja blanca White-browed Ground-Tyrant 2 Accidental VE, ES IN NA
126 PASSERIFORMES TYRANNIDAE *Muscisaxicola capistratus Dormilona canela Cinnamon-bellied Ground-Tyrant Migrador C VE IN NA
127 PASSERIFORMES TYRANNIDAE *Muscisaxicola frontalis Dormilona frente negra Black-fronted Ground-Tyrant Migrador C VE, ES IN NA
128 PASSERIFORMES TYRANNIDAE *Agriornis montanus Gaucho serrano Black-billed Shrike-Tyrant 2 Residente ES, VE IN NA
129 PASSERIFORMES TYRANNIDAE Agriornis albicauda Gaucho andino White-tailed Shrike-Tyrant 2 Desconocido ES, VE IN EN
130 PASSERIFORMES TYRANNIDAE *Agriornis micropterus Gaucho común Gray-bellied Shrike-Tyrant 3 Residente ES, VE IN NA
131 PASSERIFORMES TYRANNIDAE **Agriornis murinus Gaucho chico Lesser Shrike-Tyrant Migrador C VE, ES IN NA
132 PASSERIFORMES TYRANNIDAE *Ochthoeca oenanthoides Pitajo canela D'Orbigny's Chat-Tyrant 2 Ocasional VE IN NA
133 PASSERIFORMES TYRANNIDAE *Ochthoeca leucophrys Pitajo gris White-browed Chat-Tyrant 2 Ocasional VE IN NA
134 PASSERIFORMES TYRANNIDAE **Pitangus sulphuratus Benteveo común o kitupí Great Kiskadee 3 Ocasional VE IN NA
135 PASSERIFORMES TYRANNIDAE Tyrannus savana Tijereta Fork-tailed Flycatcher Migrador B VE, ES IN NA
136 PASSERIFORMES HIRUNDINIDAE *Pygochelidon cyanoleuca Golondrina barranquera Blue-and-white Swallow 3 Residente AC, VE IN NA
137 PASSERIFORMES HIRUNDINIDAE *Orochelidon andecola Golondrina andina Andean Swallow 2 Residente AC, VE IN NA
138 PASSERIFORMES HIRUNDINIDAE Progne tapera Golondrina parda Brown-chested Martin Migrador B AC, VE IN NA

47
139 PASSERIFORMES HIRUNDINIDAE **Progne elegans Golondrina negra Southern Martin Migrador B AC, VE, ES IN NA
140 PASSERIFORMES HIRUNDINIDAE Tachycineta leucorrhoa Golondrina ceja blanca White-rumped Swallow 3 Accidental AC, VE IN NA
141 PASSERIFORMES HIRUNDINIDAE *Hirundo rustica Golondrina tijerita Barn Swallow Migrador A AC, VE, ES IN NA
142 PASSERIFORMES TROGLODYTIDAE Troglodytes aedon Ratona común House Wren 3 Ocasional ES, VE IN NA
143 PASSERIFORMES TROGLODYTIDAE Cistothorus platensis Ratona aperdizada Sedge Wren 3 Ocasional VE, ES IN NA
144 PASSERIFORMES TURDIDAE Turdus chiguanco Zorzal chiguanco Chiguanco Thrush 2 Ocasional VE, ES IN NA
145 PASSERIFORMES MIMIDAE **Mimus patagonicus Calandria mora Patagonian Mockingbird 3 Accidental VE, ES IN NA
146 PASSERIFORMES MIMIDAE *Mimus triurus Calandria real White-banded Mockingbird 3 Ocasional VE, ES IN NA
147 PASSERIFORMES MIMIDAE *Mimus dorsalis Calandria castaña Brown-backed Mockingbird 2 Ocasional VE, ES IN NA
148 PASSERIFORMES MOTACILLIDAE Anthus furcatus Cachirla uña corta Short-billed Pipit 3 Accidental VE IN, RA, GR NA
149 PASSERIFORMES MOTACILLIDAE *Anthus correndera Cachirla común Correndera Pipit 3 Ocasional VE IN, RA, GR NA
150 PASSERIFORMES MOTACILLIDAE *Anthus hellmayri Cachirla pálida Hellmayr's Pipit 2 Residente VE IN, GR NA
151 PASSERIFORMES THRAUPIDAE *Phrygilus atriceps Comesebo cabeza negra Black-hooded Sierra-Finch 2 Residente VE, ES RA, GR NA
152 PASSERIFORMES THRAUPIDAE *Phrygilus gayi Comesebo andino Gray-hooded Sierra-Finch 2 Ocasional VE, ES RA, GR NA
153 PASSERIFORMES THRAUPIDAE *Phrygilus fruticeti Yal negro Mourning Sierra-Finch 2 Residente VE, ES GR, RA NA
154 PASSERIFORMES THRAUPIDAE *Phrygilus unicolor Yal plomizo Plumbeous Sierra-Finch 2 Residente VE, ES GR, RA NA
155 PASSERIFORMES THRAUPIDAE *Phrygilus dorsalis Comesebo puneño Red-backed Sierra-Finch 1 Residente VE GR, IN VU
156 PASSERIFORMES THRAUPIDAE *Phrygilus plebejus Yal chico Ash-breasted Sierra-Finch 2 Residente ES, VE GR, RA NA
157 PASSERIFORMES THRAUPIDAE *Phrygilus alaudinus Yal platero Band-tailed Sierra-Finch 2 Ocasional ES, VE GR, RA NA
158 PASSERIFORMES THRAUPIDAE Idiopsar brachyurus Yal grande Short-tailed Finch 2 Ocasional VE RA, GR, IN AM
159 PASSERIFORMES THRAUPIDAE Diuca speculifera Diuca ala blanca White-winged Diuca-Finch 1 Accidental VE, ES GR, RA IC
160 PASSERIFORMES THRAUPIDAE *Diuca diuca Diuca común Common Diuca-Finch 2 Ocasional VE GR, RA NA
161 PASSERIFORMES THRAUPIDAE *Sicalis lutea Jilguero puneño Puna Yellow-Finch 1 Residente VE, ES GR, RA NA
162 PASSERIFORMES THRAUPIDAE *Sicalis uropygialis Jilguero cara gris Bright-rumped Yellow-Finch 1 Residente VE, ES GR, RA NA
163 PASSERIFORMES THRAUPIDAE *Sicalis auriventris Jilguero grande Greater Yellow-Finch 2 Accidental VE, ES GR, RA NA
164 PASSERIFORMES THRAUPIDAE *Sicalis olivascens Jilguero oliváceo Greenish Yellow-Finch 2 Residente ES, VE GR, RA NA
165 PASSERIFORMES THRAUPIDAE Sporophila caerulescens Corbatita común Double-collared Seedeater 3 Accidental VE GR NA
166 PASSERIFORMES THRAUPIDAE Catamenia analis Piquitodeoro común Band-tailed Seedeater 2 Ocasional VE, ES GR NA
167 PASSERIFORMES THRAUPIDAE *Catamenia inornata Piquitodeoro grande Plain-colored Seedeater 2 Ocasional VE, ES GR NA
168 PASSERIFORMES EMBERIZIDAE *Zonotrichia capensis Chingolo Rufous-collared Sparrow 3 Ocasional ES, VE GR, IN, RA NA

48
169 PASSERIFORMES ICTERIDAE *Sturnella loyca Loica común Long-tailed Meadowlark 3 Ocasional VE GR, IN, RA NA
170 PASSERIFORMES FRINGILLIDAE *Sporagra crassirostris Cabecitanegra picudo Thick-billed Siskin 2 Ocasional VE GR, IN VU
171 PASSERIFORMES FRINGILLIDAE Sporagra magellanica Cabecitanegra común Hooded Siskin 3 Accidental VE GR, IN NA
172 PASSERIFORMES FRINGILLIDAE *Sporagra atrata Negrillo Black Siskin 2 Residente VE, ES GR, IN, RA NA
173 PASSERIFORMES FRINGILLIDAE *Sporagra uropygialis Cabecitanegra andino Yellow-rumped Siskin 1 Ocasional VE GR, IN NA
174 PASSERIFORMES PASSERIDAE *Passer domesticus Gorrión House Sparrow Exótico VE GR, IN, RA EX
20 37 100 174 174

Tabla Nº7. Clasificación de las especies presentes en el muestreo de acuerdo a su Orden, Familia, Nombre y Situación Particular.

REFERENCIAS

* = Especie registrada en el presente estudio. ** = Especie registrada en el presente estudio y registrada por primera vez para la Puna Salteña.

1=Exclusivo Región Puneña, distribución restringida, áreas particulares, endémico. 2=Zonas cordilleranas y serranías. 3=Amplia (varios ambientes y regiones).

ES= Estepa, Laderas y filos. VE=Vega y humedales en agua dulce. SA=Salar. AL=Planeador alto.

PR=Predadores de microfauna. OP=Oportunistas/Carroñeros. IN=Consumidores de invertebrados, larvas y/o huevos. FI=Filtradores de plancton-bentos. RA=Ramoneadores
de vegetación terrestre. VA=Consumidores de vegetación acuática. GR=Granívoros/Predadores de semillas. OM=Omnívoros. NE=Nectarívoros.

EC=En peligro crítico. EN=En peligro. AM=Amenazada. VU=Vulnerable. NA=No Amenazada o segura. IC=Insuficientemente Conocida. EX=Exótica introducida.

49
4.5.- Áreas prioritarias para la conservación de las aves

Los Mapas N°3, N°4, N°5, y N°6 muestran los resultados obtenidos al aplicar la
metodología propuesta para la identificación de áreas prioritarias para la conservación
de las comunidades de aves de la Puna Salteña.

El Mapa N°3 ilustra la situación de los puntos muestrales en cuanto a los valores
calculados para el índice de diversidad. No se identificaron puntos con diversidades
muy altas, perteneciendo todos los puntos a alguna de las restantes categorías. Los
puntos que presentaron los mayores valores (diversidad alta) se distribuyen a lo largo
y ancho de toda la Puna Salteña, y se situaron, de este a oeste, en las zonas
pertenecientes a las Lagunas del Toro, Abra del Acay, ambientes acuáticos en San
Antonio de los Cobres, Vega Tocomar, Salar del Hombre Muerto, Vega Las Burras,
Vega Chachas, Laguna Santa María, Vegas de Antofallita, Estación Chuculaqui y
Vega Quebrada del Agua.

En cuanto a los valores calculados del índice de representatividad, en el Mapa N°4 se


observa que los puntos que presentaron las mayores cantidades de especies
endémicas de la Puna y ecosistemas altoandinos se situaron, de este a oeste, en
Vega Tocomar, Salar del Hombre Muerto, Vega de Tolar Grande, Laguna Santa María,
Estación Chuculaqui y Vega Quebrada del Agua.

Con respecto a los valores del índice de riesgo, en el Mapa N°5 se observa que no
existieron puntos que contuvieran especies catalogadas como En Peligro Crítico (la
máxima posible), y que los puntos que resultan prioritarios de conservación se ubican,
de este a oeste, en las Lagunas del Toro, Salar del Hombre Muerto, Vega de Tolar
Grande, Laguna Santa María y ambientes acuáticos en el Salar Pular.

Por último, producto de la combinación de los índices de diversidad, representatividad


y riesgo, se calculó el índice de importancia biológica para los puntos de muestreo
desarrollados en la Puna Salteña. Los resultados se presentan en el Mapa N°6, donde
se observa, de este a oeste, la ubicación de los puntos que representan la máxima
categoría (Prioridad de Conservación Máxima): dos puntos ubicados en el Salar del
Hombre Muerto y un punto en Laguna Santa María. Asimismo, es conveniente
mencionar que otros 15 puntos entraron en la categoría de Prioridad Alta de
Conservación, de este a oeste: 4 puntos en las Lagunas del Toro, 2 puntos en Vega
Tocomar, 1 Punto en Santa Rosa de los Pastos Grandes, 3 puntos en el Salar del
Hombre Muerto, 1 punto en Vega de Tolar Grande, 3 puntos en Laguna Santa María y
1 punto en Vega Quebrada del Agua.

50
Mapa N°3. Representación de los índices de diversidad obtenidos para cada punto muestral.

51
Mapa N°4. Representación de los índices de representatividad obtenidos para cada punto muestral.

52
Mapa N°5. Representación de los índices de riesgo obtenidos para cada punto muestral.

53
Mapa N°6. Representación de los índices de importancia biológica obtenidos para cada punto muestral.

54
5.- DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

El estudio de las comunidades de aves utilizando el enfoque jerárquico de los


componentes alfa, beta y gamma resultó un medio efectivo para la caracterización del
grupo en la Puna Salteña. El análisis detallado de la información colectada, a partir de
la visualización de las comunidades desde distintas perspectivas, permite tener una
visión amplia y holística, sin dejar de considerar las relaciones a nivel puntual. A partir
de la aplicación de la metodología y procedimientos planteados en el marco de la
presente investigación, se pudieron cumplir los objetivos proyectados, por lo que se
considera que se incrementó el conocimiento previo y se generó un antecedente
importante aunque no suficiente.

Se ha señalado que a la hora de priorizar áreas para protección y conservación, se


debe prestar atención en las especies raras, endémicas, en alguna categoría de riesgo
de extinción, especialistas de hábitat, singulares y carismáticas que podrían hallarse
presentes en determinada comunidad, así como algunos taxones que por su
comportamiento frente a las perturbaciones pueden ser utilizados como indicadores de
calidad ambiental. Al respecto, las aves en general representan un grupo conocido y
diferenciado taxonómicamente, presente y detectable en prácticamente todos los
ambientes, con historias naturales tan específicas de cada componente, que hace que
su estudio sistemático genere información útil para conocer el estado del ambiente que
habitan, siempre que existan áreas control comparables espacial y temporalmente que
permitan evaluar los impactos producidos por las perturbaciones antrópicas.

El análisis y cuantificación de la biodiversidad de aves de la Puna Salteña resultó una


herramienta útil, aunque no es suficiente para proponer a este taxón como
bioindicador. A nivel general se cuenta con suficientes antecedentes, metodologías y
abordajes que abalan su utilización, si bien es necesario un conocimiento acabado de
la estructura y funcionalidad de las comunidades a nivel local para entender el rol que
ocupan las aves en los ecosistemas de los cuales forman parte, y así poder evaluar la
implicancia que tiene el accionar humano sobre los sistemas naturales.

La estratificación del área de estudio en las tres unidades de paisaje consideradas, si


bien al principio pudiese parecer arbitraria, fue respaldada con los resultados
obtenidos y refleja a nivel general las agrupaciones naturales más destacadas en la
Puna Salteña. Resulta necesario profundizar en el conocimiento de estos ensambles,
así como también en las interrelaciones que se pudieran establecer entre ellos, a fin
de caracterizar al paisaje que los contiene con mayor grado de realismo.

En general, el método de conteo por puntos fijos no es apropiado para aves acuáticas
y de tamaño corporal mediano a grande; no obstante, las especies y ejemplares
presentes en el área de estudio pudieron censarse sin mayores inconvenientes
mediante la adaptación de este método al combinarlo con la búsqueda intensiva y la
unión de los puntos con transectas. Igualmente, las especies de paseriformes que a
priori podrían presentar problemas metodológicos de muestreo (particularmente
silenciosas, muy locales, gregarias), pudieron ser identificadas, determinadas y
contadas por medio de la utilización del método inédito desarrollado en el marco del
trabajo. Por otra parte, algo que si constituyó un problema fue el muestreo de especies
de hábitos nocturnos, no registradas en el presente trabajo; no obstante se sabe en

55
base a bibliografía de la posible presencia de especies como Tyto alba (Lechuza de
campanario) o Systellura longirostris (Atajacaminos ñañarca).

El método desarrollado y aplicado en el marco del presente trabajo, constituye un


aporte inédito para la ciencia, susceptible de ser utilizado y probado para situaciones
análogas e inclusive en otros tipos de sistemas ambientales. Sus procedimientos
resultan de fácil aplicación, si bien se necesita conocimientos y entrenamiento básicos
sobre la avifauna a relevar; además maximiza el uso del tiempo y es muy flexible,
pudiéndose ajustar a las realidades locales y regionales.

La intensidad de muestreo aplicada, pese a ser suficiente para generar resultados


evidenciados, resultó escasa para la extensión territorial considerada. Los resultados
obtenidos fueron satisfactorios, aunque aún existen áreas, relaciones y objetivos que
no pudieron ser evaluados. Es necesario destinar más tiempo para el estudio de otras
áreas importantes, evaluar diferentes períodos del año y profundizar en determinadas
poblaciones y localidades que tienen una gran importancia desde el punto de vista
biológico y ecológico. Cabe recordar que, descartando los grandes salares, las altas
cumbres de Dominio Altoandino y las laderas y afloramientos no vegetados, el área de
estudio se reduce a prácticamente la mitad, lo que hace al estudio más representativo.

Si bien en estudios desarrollados en periodos de varios años, es frecuente la


incorporación de análisis temporales, tomando como referencia las estaciones del año;
en este tipo de ambientes resulta muy dificultoso por la falta de accesibilidad, las
grandes distancias y la variabilidad en las condiciones meteorológicas. Por estos
motivos y otros relacionados a la lógística, no se pudieron tomar puntos equivalentes
en cada estación, lo cual constituye el soporte fundamental de estos tipos de análisis.

La época del año y el comportamiento (movimientos dispersivos, migratorios


altitudinales, locales, regionales y a gran escala) influyen sobre la composición de las
comunidades de aves de la Puna Salteña, pudiendo registrarse diferentes especies a
lo largo del año. En este sentido, queda pendiente el estudio de la dinámica de las
poblaciones y comunidades, así como de las relaciones entre ellas y su medio
ambiente.

La utilidad de mapas de cobertura de la tierra para el manejo y la planificación del uso


de los recursos naturales a escala local y regional resulta muy importante. La
cartografía de la vegetación permite comprender la extensión y distribución espacial de
diferentes comunidades, y se ha convertido en una importante herramienta para la
definición de estrategias que permitan su uso y conservación (Baldassini, 2010). Al
respecto, en el marco del presente estudio se intentó aplicar esta metodología y otras
asociadas, lo que resultó imposible debido a la escala de trabajo y a las características
espaciales de los ambientes considerados. Aun así, resulta muy alentador y promisorio
el uso de estos análisis para este tipo de ambientes en estudios a escala de detalle.

Según Cabrera (1976), la Puna es un desierto de altura situado entre las provincias de
Catamarca y Jujuy, entre los 3.400 y los 4.500 m. Siguiendo estrictamente la
definición, la Puna Salteña no debería pertenecer a este sistema ambiental. Los
resultados obtenidos a partir de los indicadores utilizados muestran valores
ampliamente superiores a los esperados para un desierto. No obstante, la afirmación

56
del autor citado está ampliamente evidenciada, y los resultados parecen explicarse a
partir de la existencia de los humedales puneños. Mientras que las condiciones
realmente son muy rigurosas en toda la región, todos los organismos que habitan en
su seno poseen las adaptaciones suficientes para desarrollar sus actividades sin
mayores inconvenientes.

Los resultados, posicionan a los ambientes acuáticos como los sitios más diversos y
representativos de la Puna Salteña. A su vez, las especies que conforman estas
comunidades en general presentan adaptaciones y formas de vida que les confieren
una singularidad que las hace susceptibles de ser utilizadas como especies bandera,
como por ejemplo en el caso de los valorados flamencos. Por otra parte, el hecho de
que se registren las riquezas observadas en los otros ambientes, depende en mayor o
menor mediada de la existencia de cuerpos de agua, que constituye un recurso
limitante para el desarrollo de prácticamente todas las formas de vida.

Pese a su amplia distribución mundial, los humedales constituyen en conjunto una


extensión de superficie relativamente escasa en comparación con la de otros
ecosistemas. Así, los rasgos ambientales que confluyen en su entorno confieren a este
tipo de biotopos una productividad y diversidad biológicas de las más altas del
planeta, y sus organismos han desarrollado especiales adaptaciones frente a los
fuertes gradientes de humedad, temporalidad, salinidad, oxígeno, etcétera, que los
caracterizan. Por otra parte, estas zonas someras son muy sensibles a las
alteraciones y cambios provocados por agentes externos, por lo que las
perturbaciones de estos ecosistemas, así como los cambios climáticos, sitúan a estos
ambientes dentro de los de mayor riesgo de degradación en la actualidad (Bécares,
2004).

En la actualidad, una gran parte de los sistemas naturales de humedales han sido
alterados. Paralelamente se evidencia un aumento importante del interés científico en
ellos tendiente a comprender y establecer el rol que cumplen estos ambientes dentro
del ecosistema (Echevarria et. Al., 2008). Debido a sus peculiaridades biológicas y
ecológicas, el conjunto de las aves acuáticas sensu strictu ha acaparado la mayor
parte de la atención en el ámbito científico relacionado con el estudio de las
comunidades de aves de lagunas. A pesar de ello, existen otros grupos orníticos
ligados a humedales que no han disfrutado de similar interés, como los asociados a
hábitats palustres de vegetación emergente y principalmente compuestos por
passeriformes.

El uso de gremios (tróficos o de manejo) resulta una herramienta útil e importante en la


caracterización y estudio de una perturbación y sus impactos, tanto desde el punto de
vista de cambios en las proporciones de los mismos dentro de la comunidad, como
dentro del mismo grupo supraespecífico aunque tal categorización sea más o menos
arbitraria. Variaciones en las proporciones (tanto en los parámetros presencia como
abundancia) que los distintos gremios ocupan en la comunidad, podrían indicar
cambios en la forma de asignación de los recursos y uso del ambiente debido a
variación en la oferta ambiental producto de una perturbación. De acuerdo a Milesi et.
Al. (2002), esto se debe fundamentalmente a la pérdida o modificación de la calidad
y/o cantidad de alimento en los microhábitats, de los microhábitats relacionados con el
riesgo de depredación de adultos y nidadas, de los sitios aptos para nidificar, y a la

57
variación en las claves ambientales que señalarían a las aves la disponibilidad de
alimento. Por otra parte, modificaciones en la estructura gremial de un ambiente en
particular podrían relacionarse más con temas como la competencia y la tolerancia, así
como pautas comportamentales relacionadas al uso ligeramente diferente de los
recursos por parte de las especies que forman parte de ésta categoría
supraespecífica.

En cuanto al estado de conservación, resulta necesario evaluar la presencia y el


estado de las poblaciones de especies no registradas en los relevamientos
desarrollados, como Leptasthenura yanecensis y Agriornis albicauda (catalogadas
como En Peligro), Merganetta armata, Buteo albigula, Fulica cornuta, Phegornis
mitchellii e Idiopsar brachyurus (catalogadas como Amenazadas), Upucerthia
(validirostris) jelskii y Pseudasthenes steinbachi (catalogadas como Vulnerables),
Netta erythrophthalma y Diuca speculifera (catalogadas como Insuficientemente
Conocidas), y añadir información de las especies registradas que pertenecen a alguna
categoría de riesgo.

En la actualidad, el método SUMIN o método Reca, es ampliamente utilizado en


Latinoamérica y ha demostrado ser una herramienta útil para categorizar diferentes
grupos taxonómicos en base a su riesgo de extinción, y de esta manera aplicar y
direccionar acciones de conservación. Por motivos que exceden los objetivos del
presente trabajo no se utilizó el método para clasificar a las especies presentes en la
Puna Salteña a partir de los datos colectados, aunque teniendo en cuenta de los
resultados obtenidos, es factible de ser aplicado en el futuro para ajustar los resultados
obtenidos por López-Lanús et. Al. (2008) a nivel regional o local.

El desarrollo de los índices calculados en el marco del presente trabajo, ilustran la


situación del ambiente biológico en cuanto a las aves se refiere; para esta situación
resultó un método potente, de fácil interpretación y puede constituir una herramienta
de conservación importante; siempre y cuando se complemente su uso con
parámetros e indicadores vinculados al sistema físico, biológico (teniendo en cuenta
otro taxones) y humano.

En general, al mencionar las especies más singulares y representativas de la Puna y


los Altos Andes, no puede olvidarse a los flamencos. El área de distribución de los
flamencos sudamericanos, Phoenicopterus chilensis, Phoenicoparrus andinus y
Phoenicoparrus jamesi, se superpone en la región Sur de los Andes Centrales, siendo
la primera la única especie cuya distribución geográfica excede la zona de simpatría.
Los dos Phoenicoparrus presentan distribuciones más restringidas en relación a climas
más áridos y temperaturas más frías, pero P. jamesi es el de distribución más estrecha
ubicándose siempre a mayor altitud que los demás (Mascitti, 1998). Representan un
recurso biológico de alto valor debido a su singularidad y status de conservación,
suceptible de ser objeto de protección y considerarse especies bandera.

Otra especie considerada importante, es Pterocnemia pennata, que de acuerdo a


Cajal (1998c), es una especie frágil debido a que presenta bajas densidades naturales,
fluctuaciones poblacionales – y con tendencias en algunos casos a disminuir –, y
predación natural y antrópica (recolección de huevos); por lo que para evitar que esta
situación de vulnerabilidad no se convierta en una pérdida irreversible, resulta

58
necesario encarar a corto plazo medidas de protección y manejo especial de la
especie dentro de la región puneña.

El análisis de datos provenientes de métodos basados en la estructura de la


comunidad, es decir, la distribución proporcional del valor de importancia de cada
especie, cobra sentido si recordamos que el objetivo de medir la diversidad biológica
es, además de aportar conocimientos a la teoría ecológica, contar con parámetros que
nos permitan tomar decisiones o emitir recomendaciones en favor de la conservación
de taxones o áreas amenazadas, o monitorear el efecto de las perturbaciones en el
ambiente. Además, identificar un cambio en la diversidad, ya sea en el número de
especies, en la distribución de la abundancia de las especies o en la dominancia, nos
alerta acerca de procesos empobrecedores (Magurran, 1988 en Moreno, 2001).

La región andina se caracteriza por presentar alta diversidad de biotopos, distribución


en parche de muchas de sus especies, y variaciones latitudinales y altitudinales en
cuanto a presencia de taxones. En este marco, de acuerdo a Cajal (1998), el diseño
de áreas protegidas que se ajusta a estas características, es el de que varias reservas
de tamaño menor serán más efectivas que una única reserva de tamaño equivalente,
como pretende suceder en la actualidad en la Puna Salteña, donde si bien existen
figuras legales de conservación, éstas no tienen un plan de manejo ni bases de datos
actualizadas de los recursos a proteger, por lo que la conservación no es eficiente ni
efectiva.

La baja densidad de pobladores y las limitantes para las actividades productivas hacen
que la región mantenga en mayor o menor medida sus características silvestres. Sin
embargo, debe considerarse que la intensificación de la actividad minera, las obras de
infraestructura y las demás actividades productivas como por ejemplo el turismo,
podrían generar efectos negativos sobre el ecosistema. En este sentido, resulta
necesario ajustar metodologías de estudio de los impactos sobre los ambientes
puneños.

En cuanto a las perturbaciones producidas por impactos ambientales relacionados a


las actividades productivas y obras de infraestructura, cabe recordar que los cambios
que a nivel puntual pueden ser drásticos, no forzosamente implican la extinción de
especies a nivel de paisaje. Sin embargo, pueden cambiar las proporciones en el
número de individuos en que se presentan las especies, así como su distribución
espacial, y por lo tanto, también sus posibilidades de supervivencia. Al respecto,
contar con información base de al menos algún grupo bioindicador, colectada a partir
de la aplicación de métodos científicos, sirve como punto de partida para comprender
y cuantificar la magnitud de los cambios.

En la actualidad, debido al incremento en la antropización, prácticamente todos los


paisajes se encuentran más o menos afectados a cambios, resultando realmente muy
complejo el estudio de casos de ensambles puntuales, compuestos en mayor o menor
medida por especies representativas de las comunidades originales u originarias, y
especies colonizadoras. A partir de los conceptos aportados por la ecología clásica, y
extrapolados a casi todos los grupos taxonómicos mediante observaciones y
experiencias basadas en composiciones florísticas, teóricamente estos ensambles
deberían ser inestables y ser reemplazados por una sucesión hacia la comunidad

59
precedente y primaria idealizada. Esto puede ocurrir, pero también es posible que la
presión sostenida de alguna actividad antrópica, o la pérdida o introducción de
especies, haga los nuevos ensambles más estables. Por otra parte, generalmente no
se toma en cuenta la existencia de factores exógenos que podrían ejercer algún tipo
de presión selectiva como el cambio global.

Tal como señalaran Halffter y Moreno (2005), resulta necesario desechar la visión
simplista de que siempre y a cualquier nivel toda fragmentación o modificación de
origen antrópico tiene efectos catastróficos sobre la diversidad biológica. Por otra
parte, lo que frecuentemente ocurre con la diversidad alfa en los primeros tiempos
siguientes a la perturbación, no se puede extrapolar automáticamente a nivel de
paisaje o a periodos de tiempo mayores. Así, la perturbación antrópica parece tener
efectos complejos que se relacionan directamente con el nivel de escala - en espacio y
en tiempo - a que ocurre.

Se considera que la comunidad de aves estudiada, sobre todo las especies de hábitos
acuáticos y de su zona de influencia, así como también las que pudieran estar
categorizadas bajo algún tipo de rareza, representa un recurso biológico, ambiental y
escénico muy importante de la Puna Salteña, debiéndose aplicar un criterio cautelar y
precautorio en cualquier acción que pudiera generar un efecto o impacto negativo o
dual hacia alguno de sus componentes, ya que debido a la insuficiente información
primaria y secundaria confiable disponible resulta imposible hacer predicciones
ampliamente válidas hacia el grupo en cuestión. Resulta de vital importancia conocer
el funcionamiento de la comunidad de aves como un sistema, como también la
dinámica poblacional y el comportamiento de las especies claves, y su sensibilidad
frente a perturbaciones externas.

60
6.- REFERENCIAS

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ANEXO 1: Tablas y Gráficos complementarios

Nº ZONA PUNTO LATITUD LONGITUD ALTITUD ESTRATO


1 AAC01 24º21'56,4''S 66º11'35,5''O 4258 1
2 AAC02 24º21'33,2''S 66º12'02,5''O 4178 1
3 AAC03 24º21'22,6''S 66º12'39,4''O 4104 1
4 AAC04 24º19'06,5''S 66º12'53,4''O 3956 2
5 AAC05 24º21'46,8''S 66º14'51,9''O 4138 2
6 AAC06 24º25'12,3''S 66º14'52,8''O 4637 1
7 AAC07 24º25'42,2''S 66º14'44,8''O 4734 1
8 AAC08 24º26'11,9''S 66º14'20,8''O 4895 2
9 NORTE DEL ACAY AAC09 24º26'11,9''S 66º14'20,8''O 4895 1
10 ACA01 25º18'38,6''S 67º26'02,0''O 3375 1
11 AGUAS CALIENTES ACA02 25º18'34,5''S 67º26'26,2''O 3350 3
12 ANT01 25º14'51,1''S 67º31'21,0''O 3536 1
13 ANT02 25º14'50,7''S 67º31'15,6''O 3433 1
14 ANT03 25º14'55,1''S 67º32'04,4''O 3635 1
15 ANT04 25º14'45,7''S 67º31'41,8''O 3565 1
16 ANT05 25º14'51,4''S 67º31'17,2''O 3515 1
17 ANTOFALLITA ANT06 25°14'52.6''S 67°31'15.1''O 3520 1
18 ARA01 24º14'50,0''S 67º51'34,2''O 3944 2
19 NORTE DEL ARACAR ARA02 24º13'32,2''S 67º45'33,3''O 4080 4
20 VEGA ARITA ARI01 25º00'35,1''S 67º45'50,7''O 3488 1
21 CAM01 24º10'21,9''S 67º19'21,1''O 4289 2
22 CAMPO AMARILLO CAM02 24º09'29,8''S 67º19'54,2''O 4354 2
23 CAV01 25º08'10,8''S 67º44'39,6''O 3787 1
24 CAVI CAV02 25º08'32,5''S 67º44'10,4''O 3780 1
25 CHA01 25º06'40,8''S 67º38'07,9''O 3513 1
26 CHA02 25°06'21.4''S 67°38'12.6''O 3500 1
27 VEGA CHASCHA CHA03 25°06'33.0''S 67°38'12.2''O 3505 1
28 CHUCULAQUI CHU01 24°45'01.2''S 68°03'47.5''O 4252 2
29 VEGA CORI COR01 25º01'20,0''S 67º58'45,8''O 3826 1
30 CVA01 24º40'44,9''S 67º18'07,8''O 4017 2
31 CABEZA DE VACA CVA02 24º40'59,9''S 67º18'23,9''O 4015 2
32 ABRA DEL GALLO GAL01 24º24'37,1''S 66º34'49,5''O 4124 2
33 IGU01 24º21'41,3''S 67º27'52,5''O 3564 2
34 IGU02 24º16'20,6''S 67º30'57,1''O 3499 2
35 IGU03 24º09'33,2''S 67º32'55,1''O 3483 3
36 INCAHUASI-GUANAQUEROS IGU04 24º07'51,5''S 67º32'20,4''O 3507 1
37 LAGUNAS DEL LLULLAILLACO LLU01 24º48'34,6''S 68º20'53,6''O 3762 3
38 LSE01 24º12'43,5''S 66º54'21,7''O 3920 2
39 LAGUNA SECA LSE02 24º13'50,2''S 66º54'10,0''O 3890 2
40 MAC01 24º32'43,8''S 67º19'42,1''O 4138 1
41 MAC02 24º27'26,6''S 67º16'59,0''O 4398 1
42 MAC03 24º27'16,9''S 67º17'17,0''O 4348 1
43 VEGAS DEL MACON MAC04 24º32'48,5''S 67º18'38,1''O 4369 1
44 OBA01 24º16'47,6''S 67º14'43,9''O 3886 1
45 OBA02 24º17'15,9''S 67º14'52,0''O 3870 1
46 OLAJACA-BATEN OBA03 24º18'05,6''S 67º15'44,0''O 3775 2
47 OLACAPATO OLA01 24º08'28,7''S 66º43'02,2''O 4065 1

68
48 OLA02 24º08'41,2''S 66º43'00,6''O 4078 1
49 OLA03 24º08'58,9''S 66º43'01,4''O 4121 1
50 OLA04 24º09'18,1''S 66º43'07,7''O 4148 1
51 OLA05 24º09'04,6''S 66º43'07,3''O 4114 1
52 OLA06 24º08'40,2''S 66º43'00,0''O 4076 1
53 OLA07 24º08'24,5''S 66º43'03,4''O 4060 1
54 OLA08 24º07'30,7''S 66º43'22,1''O 4022 3
55 OLA09 24º07'41,5''S 66º43'08,9''O 4030 3
56 PASTOS GRANDES PGR01 24º28'06,5''S 66º40'18,9''O 3935 1
57 NORTE DE POCITOS POC01 24º14'24,5''S 67º08'05,9''O 3803 2
58 POMPEYA POM01 24º15'02,9''S 66º24'08,6''O 3922 2
59 PUL01 24º17'40,3''S 67º57'22,4''O 3584 1
60 SALAR PULAR PUL02 24º17'04,5''S 67º57'28,1''O 3588 3
61 QUEBRADA DEL AGUA QAG01 24°30'32.9''S 68°10'43.9''O 3675 1
62 QUE01 24º21'56,8''S 66º49'30,0''O 4477 1
63 QUE02 24º21'46,4''S 66º49'27,2''O 4486 1
64 QUE03 24º21'44,5''S 66º49'45,9''O 4430 1
65 QUE04 24º18'49,7''S 66º54'16,3''O 3980 2
66 QUE05 24º18'58,8''S 66º53'56,9''O 4273 2
67 QUE06 24º19'16,5''S 66º54'07,8''O 4006 2
68 QUE07 24º19'22,3''S 66º48'50,9''O 4407 1
69 QUE08 24º19'24,6''S 66º49'09,1''O 4582 1
70 QUE09 24º19'26,6''S 66º49'29,5''O 4509 1
71 QUE10 24º19'28,5''S 66º49'48,1''O 4443 1
72 QUE11 24º19'34,0''S 66º50'34,6''O 4307 1
73 QUE12 24º17'21,5''S 66º49'18,2''O 4589 1
74 QUE13 24º17'36,7''S 66º49'25,5''O 4572 2
75 QUE14 24º17'42,4''S 66º49'42,1''O 4597 2
76 QUE15 24º17'29,0''S 66º49'52,6''O 4471 1
77 QUE16 24º17'28,9''S 66º50'11,0''O 4413 1
78 QUE17 24º17'35,6''S 66º50'29,0''O 4362 1
79 QUE18 24º17'38,1''S 66º50'54,3''O 4291 1
80 QUE19 24º17'41,1''S 66º51'12,9''O 4237 1
81 QUE20 24º19'34,4''S 66º46'32,8''O 4979 2
82 QUE21 24º19'31,3''S 66º48'27,6''O 4739 1
83 QUE22 24º19'38,3''S 66º48'06,3''O 4770 1
84 QUE23 24º18'29,7''S 66º53'11,9''O 3981 2
85 QUE24 24º18'27,3''S 66º52'52,9''O 4001 1
86 QUE25 24º18'28,8''S 66º52'34,5''O 4027 1
87 QUE26 24º18'33,0''S 66º52'17,0''O 4072 1
88 QUE27 24º18'47,0''S 66º53'14,8''O 4006 2
89 QUE28 24º19'07,6''S 66º53'28,0''O 4035 2
90 QUE29 24º19'26,6''S 66º53'19,3''O 4085 2
91 QUE30 24º19'26,9''S 66º52'54,9''O 4109 2
92 QUE31 24º19'27,7''S 66º52'35,5''O 4126 2
93 VEGAS DEL QUEVAR QUE32 24º19'45,1''S 66º52'21,4''O 4147 2
94 SAC01 24°13'10.4''S 66°18'55.9''O 3764 2
95 SAC02 24°13'10.0''S 66°19'12.6''O 3756 4
96 SAC03 24°12'51.4''S 66°19'07.6''O 3751 4
97 SAC04 24°08'54.7''S 66°17'51.2''O 3685 4
98 SAC05 24°09'25.7''S 66°18'00.9''O 3693 4
99 SAN ANTONIO DE LOS COBRES SAC06 24°09'45.9''S 66°18'10.0''O 3700 4

69
100 SAC07 24°11'40.2''S 66°18'44.9''O 3729 4
101 SAN01 24º49'40,1''S 68º04'42,2''O 3874 1
102 SAMENTA NORTE SAN02 24º49'35,2''S 68º04'08,3''O 3815 1
103 SIETE CURVAS SCU01 24º38'28,9''S 67º17'53,9''O 3897 2
104 SHM01 25°30'52,0''S 66°58'17,3''O 3982 1
105 SHM02 25º30'24,9''S 66º58'40,7''O 3979 1
106 SHM03 25º29'29,0''S 66º58'57,2''O 4128 2
107 SHM04 25º22'53,2''S 67º01'22,4''O 3969 3
108 SHM05 25º21'53,4''S 67º01'14,0''O 4096 2
109 SHM06 25º15'03,2''S 66º56'46,8''O 4013 2
110 SHM07 25º19'52,5''S 66º51'41,1''O 3995 2
111 SHM08 25º18'52,1''S 66º51'44,5''O 3976 1
112 SHM09 25º15'58,8''S 67º03'54,6''O 3978 2
113 SHM10 25º23'13,9''S 66º59'37,2''O 3973 3
114 SHM11 25º22'24,1''S 66º58'36,8''O 3971 3
115 SHM12 25º29'17,1''S 66º53'44,3''O 4007 4
116 SHM13 25º28'16,0''S 66º53'57,5''O 4004 4
117 SHM14 25º26'31,7''S 66º54'26,5''O 3996 4
118 SHM15 25º24'06,9''S 66º54'51,4''O 3990 3
119 SHM16 25º28'13,6''S 66º51'58,5''O 4094 2
120 SHM17 25º23'07,8''S 66º55'15,0''O 3980 3
121 SHM18 25º22'20,9''S 66º56'06,2''O 3978 3
122 SHM19 25º21'54,1''S 66º57'19,9''O 3972 3
123 SHM20 25º18'43,7''S 66º58'23,4''O 3969 3
124 SALAR DEL HOMBRE MUERTO SHM21 25º11'37,9''S 66º59'23,3''O 4065 2
125 SMA01 24°05'17,2''S 67°21'24,7''O 4257 3
126 SMA02 24º05'34,9''S 67º21'34,0''O 4250 3
127 SMA03 24º05'15,6''S 67º21'31,3''O 4251 3
128 LAGUNA SANTA MARIA SMA04 24º05'31,4''S 67º21'16,5''O 4251 3
129 SOCOMPA SOC1 24°27'10.6''S 68°17'18.2''O 3885 2
130 SRG01 25º15'22,9''S 68º06'18,4''O 3698 1
131 SRG02 25º15'06,4''S 68º06'12,9''O 3684 1
132 SRG03 25º15'05,7''S 68º06'29,4''O 3704 1
133 SRG04 25º13'39,8''S 68º06'32,9''O 3682 3
134 SRG05 25º04'31,2''S 68º12'21,7''O 3683 3
135 SRG06 25º05'28,4''S 68º09'07,7''O 3668 3
136 SRG07 25º05'27,9''S 68º08'34,3''O 3668 3
137 SRG08 25º04'47,9''S 68º12'38,7''O 3707 2
138 SRG09 24º57'24,8''S 68º08'47,9''O 3920 2
139 SRG10 24º56'48,3''S 68º08'43,2''O 4028 2
140 SRG11 24º56'35,9''S 68º07'52,9''O 4149 2
141 SRG12 24º56'47,6''S 68º06'50,9''O 4193 1
142 SALAR DE RIO GRANDE SRG13 25º04'32,0''S 68º12'20,3''O 3683 3
143 TOLAR CHICO TCH01 25º00'50,7''S 67º00'15,9''O 3927 2
144 TGR01 24º35'33,5''S 67º23'29,4''O 3524 1
145 TGR02 24º35'30,5''S 67º23'46,7''O 3527 1
146 TGR03 24º35'43,3''S 67º23'50,3''O 3527 2
147 TGR04 24º35'17,0''S 67º23'26,5''O 3539 2
148 TGR05 24º35'12,0''S 67º22'55,5''O 3547 2
149 TGR06 24º34'45,3''S 67º22'35,2''O 3567 2
150 TGR07 24º34'48,8''S 67º22'07,7''O 3571 2
151 TOLAR GRANDE TGR08 24º35'02,6''S 67º21'32,8''O 3633 2

70
152 TGR09 24º36'09,7''S 67º21'01,2''O 3664 2
153 TGR10 24º37'27,1''S 67º21'57,2''O 3556 2
154 TGR11 24º37'15,1''S 67º22'10,0''O 3536 2
155 TGR12 24º36'56,9''S 67º22'01,8''O 3535 2
156 TGR13 24º36'39,1''S 67º22'05,9''O 3531 2
157 TGR14 24º36'19,6''S 67º22'11,7''O 3530 2
158 TGR15 24º35'53,7''S 67º22'18,0''O 3538 2
159 TGR16 24º35'35,5''S 67º22'29,5''O 3531 2
160 TGR17 24º33'49,8''S 67º24'00,9''O 3552 2
161 TGR18 24°35'29.4''S 67º23’41.7’’O 3530 1
162 TGR19 24°35'31.5''S 67°23'36.0''O 3528 1
163 TOC01 24º12'09,9''S 66º32'37,9''O 4360 1
164 TOC02 24º12'32,8''S 66º33'19,5''O 4391 1
165 TOC03 24º11'37,7''S 66º33'03,3''O 4324 1
166 TOC04 24º11'38,9''S 66º32'04,4''O 4369 1
167 TOCOMAR TOC05 24º11'36,6''S 66º33'14,9''O 4335 1
168 TOR01 24º11'05,0''S 65º51'57,0''O 3366 3
169 TOR02 24º11'30,4''S 65º51'39,3''O 3366 3
170 TOR03 24º11'55,2''S 65º51'29,7''O 3363 3
171 TOR04 24º12'22,5''S 65º51'28,3''O 3365 3
172 TOR05 24º12'59,8''S 65º51'36,4''O 3352 3
173 TOR06 24º15'01,4''S 65º51'11,9''O 3337 3
174 LAGUNAS DEL TORO TOR07 24º13'26,4''S 65º51'25,3''O 3359 3
175 UNQ01 24º32'06,3''S 67º12'15,9''O 3950 2
176 UNQUILLAR UNQ02 24º30'34,2''S 67º11'26,8''O 3923 2
177 VEGA CHACHAS VCH01 24º13'52,6''S 67º18'48,7''O 3949 1
178 VEGA LAS BURRAS VLB01 24º21'25,3''S 67º18'39,0''O 3488 2

Tabla NºA1: Descripción y ordenación de los puntos muestrales de acuerdo a su ubicación en una zona,
en sus coordenadas geográficas, altitud y su categorización ambiental.

Vegas - Laderas y Estepas Vegas - Ambientes Acuáticos Ambientes Acuáticos - Laderas y Estepas
Pterocnemia (pennata) tarapacensis Tinamotis pentlandii Tinamotis pentlandii
Tinamotis pentlandii Anas flavirostris Cathartes aura
Geranoaetus polyosoma Anas georgica Geranoaetus polyosoma
Thinocorus rumicivorus Chloephaga melanoptera Circus cinereus
Metriopelia aymara Lophonetta specularioides Columba livia
Metriopelia melanoptera Phoenicoparrus jamesi Metriopelia aymara
Falco femoralis Bubulcus ibis Metriopelia melanoptera
Phalcoboenus megalopterus Geranoaetus polyosoma Falco femoralis
Psilopsiagon aurifrons Charadrius alticola Phalcoboenus megalopterus
Asthenes dorbignyi Vanellus resplendens Psilopsiagon aurifrons
Asthenes modesta Calidris bairdii Asthenes dorbignyi
Cinclodes (fuscus) albiventris Attagis gayi Asthenes modesta
Cinclodes atacamensis Thinocorus orbignyianus Cinclodes (fuscus) albiventris
Geositta punensis Metriopelia aymara Cinclodes atacamensis
Geositta rufipennis Metriopelia melanoptera Geositta punensis
Leptasthenura aegithaloides Falco femoralis Geositta rufipennis
Upucerthia dumetaria Phalcoboenus megalopterus Leptasthenura aegithaloides
Ochetorhynchus ruficaudus Psilopsiagon aurifrons Ochetorhynchus ruficaudus
Upucerthia validirostris Asthenes dorbignyi Agriornis micropterus
Agriornis micropterus Asthenes modesta Agriornis montanus
Agriornis montanus Cinclodes (fuscus) albiventris Muscisaxicola cinereus
Muscisaxicola cinereus Cinclodes atacamensis Muscisaxicola flavinucha
Muscisaxicola flavinucha Geositta punensis Muscisaxicola maculirostris
Muscisaxicola frontalis Geositta rufipennis Muscisaxicola rufivertex
Muscisaxicola maculirostris Geositta tenuirostris Orochelidon andecola

71
Muscisaxicola rufivertex Leptasthenura aegithaloides Mimus triurus
Orochelidon andecola Ochetorhynchus ruficaudus Diuca diuca
Mimus dorsalis Agriornis micropterus Phrygilus alaudinus
Mimus triurus Agriornis montanus Phrygilus atriceps
Diuca diuca Lessonia oreas Phrygilus plebejus
Phrygilus alaudinus Muscisaxicola cinereus Phrygilus unicolor
Phrygilus atriceps Muscisaxicola flavinucha Sicalis lutea
Phrygilus plebejus Muscisaxicola maculirostris Sicalis olivascens
Phrygilus unicolor Muscisaxicola rufivertex Sicalis uropygialis
Sicalis lutea Orochelidon andecola Zonotrichia capensis
Sicalis olivascens Mimus triurus Sporagra atrata
Sicalis uropygialis Anthus correndera Passer domesticus
Zonotrichia capensis Anthus hellmayri
Sporagra atrata Diuca diuca
Sporagra uropygialis Phrygilus alaudinus
Passer domesticus Phrygilus atriceps
Phrygilus dorsalis
Phrygilus fruticeti
Phrygilus plebejus
Phrygilus unicolor
Sicalis lutea
Sicalis olivascens
Sicalis uropygialis
Zonotrichia capensis
Sporagra atrata
Passer domesticus

Tabla NºA2. Especies en común entre ambientes.

72
ANEXO 2: IMÁGENES

Mosaico Fotográfico Nº1. i – Método de colecta de datos propuesto, si bien no se visualiza la búsqueda intensiva de
aves y evidencias de las mismas, se entiende a la misma como un recorrido por la superficie bajo muestreo. ii – Para
completar y complementar el método, en distancias mayores a dos kilómetros, durante varias de las campañas se
utilizó un cuatriciclos para el traslado. Los puntos se conectaron generalmente a pie.

Mosaico Fotográfico Nº2. Ambientes de Vegas en la Puna Salteña: A – Vega en un sector al sur del Salar Pular. B –
Vega y Bofedal en inmediaciones del Puesto Cavi. C – Vega Mamaturi, en las laderas del norte del volcán Quevar. D
– Vega halófita Chascha, punto intermedio entre los puestos Cavi y Antofallita.

73
Mosaico Fotográfico Nº3. Ambientes de Estepas y Laderas en la Puna Salteña: E – Estepa arbustiva en cercanías a
la Estación Unquillar. F – Estepa mixta en piedemontes de la Sierra del Macón. G – Estepa arbustiva (tolar) en el
paraje Vega Las Burras. H – Estepa arbustiva baja en los ladeos del norte del Volcán Quevar.

Mosaico Fotográfico Nº4. Ambientes Acuáticos en la Puna Salteña: I – Laguna Santa María. J – Lagunas del Toro. K
– Pequeña laguna al sur del Salar de Río Grande. L – Laguna Aracar.

74
Mosaico Fotográfico Nº5. Aves de la Puna Salteña: 1 – Pato barcino (Anas flavirostris). 2 – Pato puneño (Anas
puna). 3 – Pato exótico (Anas platyrhynchos). 4 – Guayata (Chloephaga melanoptera). 5 y 6 – Patos zambullidores
grandes (Oxyura ferruginea), 5 hembra y 6 macho. 7 – Patos crestones (Lophonetta specularioides). 8 – Parina
grande (Phoenicoparrus andinus). 10 – Parina chica (Phoenicoparrus jamesi). 11 – Flamenco austral
(Phoenicopterus chilensis).

75
Mosaico Fotográfico Nº6. Aves de la Puna Salteña: 11 – Cuervillos puneños (Plegadis ridgwayi). 12 – Aguilucho
común (Geranoaetus polyosoma). 13 – Gavilan ceniciento (Circus cinereus) hembra. 14 – Pareja de Gallaretas
andinas (Fulica ardesiaca). 15 y 16 – Chorlito puneño (Charadrius alticola), 15 hembra adulta y 16 pichón. 17 – Tero
serrano (Vanellus resplendens). 18 – Avoceta andina (Recurvirostra andina).

76
Mosaico Fotográfico Nº7. Aves de la Puna Salteña: 19 – Playerito unicolor (Calidris bairdii). 20 – Becasina andina
(Gallinago andina). 21 – Pareja de agachonas grandes (Attagis gayi). 22 y 23 – Agachonas de collar (Thinocorus
orbignyianus), 22 macho y 23 hembra. 24 y 25 – Gaviota andina (Chroicocephalus serranus), en recuadro plumaje
nupcial. 26 – Paloma doméstica (Columba livia). 27 – Palomita dorada (Metriopelia aymara). 28 – Palomita
cordillerana (Metriopelia melanoptera). 29 – Cuclillo canela (Coccyzus melacoryphus). 30 – Juco o tucúquere (Bubo
magellanicus). 31 – Lechucita vizcachera (Speotyto cunicularia). 32 – Carpintero andino (Colaptes rupícola)

77
Mosaico Fotográfico Nº8. Aves de la Puna Salteña: 33 – Halcón plomizo (Falco femoralis). 34 y 35 – Caranchos
andinos (Phalcoboenus megalopterus), 34 adulto y 35 juvenil. 36 – Catita serrana chica (Psilopsiagon aurifrons). 37
– Canastero pálido (Asthenes modesta). 38 – Remolinera castaña (Cinclodes atacamensis). 39 – Remolinera
norandina (Cinclodes (fuscus) albiventris). 40 – Caminera puneña (Geositta punensis). 41 – Caminera colorada
(Geositta rufipennis). 42 – Coludito cola negra (Leptasthenura aegithaloides). 43 – Bandurrita común (Upucerthia
dumetaria). 44 – Bandurrita pico recto (Ochetorhynchus ruficaudus). 45 – Gaucho común (Agriornis micropterus). 46
– Gaucho serrano (Agriornis montanus). 47 – Sobrepuesto andino (Lessonia oreas).

78
Mosaico Fotográfico Nº9. Aves de la Puna Salteña: 48 – Dormilona fraile (Muscisaxicola flavinucha). 49 – Dormilona
frente negra (Muscisaxicola frontalis). 50 – Dormilona gris (Muscisaxicola rufivertex). 51 – Pitajo gris (Ochthoeca
leucophrys). 52 – Benteveo o kitupí (Pitangus sulphuratus). 53 – Golondrina barranquera (Pygochelidon cyanoleuca).
54 – Calandria real (Mimus triurus). 55 – Cachirla pálida (Anthus hellmayrii). 56 – Comesebo cabeza negra
(Phrygilus atriceps) macho. 57 y 58 – Yales negros (Phrygilus fruticeti), 57 macho y 58 hembra. 59 – Yal chico
(Phrygilus plebejus) macho.

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Mosaico Fotográfico Nº10. Aves de la Puna Salteña: 60 y 61 – Yal plomizo (Phrygilus unicolor), 60 macho y 61
hembra. 62 y 63 – Jilguero puneño (Sicalis lutea), 62 macho y 63 hembra. 64 – Pareja de Jilgueros grandes (Sicalis
auriventris). 65 – Jilguero oliváceo (Sicalis olivascens). 66 y 67 – Jilgueros cara gris (Sicalis uropygialis), 66 macho y
67 hembra. 68 – Chingolo (Zonotrichia capensis). 69 – Loica (Sturnella loyca) juvenil. 70 – Cabecitanegra andino
(Sporagra uropygialis). 71 – Negrillo (Sporagra atrata). 72 – Gorrión (Passer domesticus) subadulto.

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