Los fósiles son los restos o marcas de animales extintos, que después
de muertos sus cuerpos o marcas de su actividad se han conservado
de alguna manera. Los fósiles más comunes se encuentran en las
rocas, pero también pueden ser encontrados en el hielo o en el ámbar,
savia de los árboles que corría por el tronco y después de un tiempo se
endurecía preservando animales o vegetales en su interior. Este
material conservado puede ser formado de cualquier tipo de organismo, sin embargo los más comunes son animales
vertebrados o que tienen alguna parte dura, generalmente ósea en el cuerpo y que logran superar la descomposición.
También hay fósiles de bacterias, invertebrados como insectos y plantas, pudiendo ser encontrados enteros o
fragmentados. Pero los fósiles pueden ser constituidos de huellas o marcas dejadas, no sólo partes del propio animal,
a veces aparecen en forma de huellas, marcas de cola, huevos, nidos, excrementos, etc, son considerados Icnofosiles.
Muchos investigadores consideran que el resto de un ser vivo debe tener más de 11.000 años para ser considerado
fósil, si se encuentra organismos preservados que sean más recientes son considerados sub-fósiles. Sin embargo otros
consideran que cualquier vestigio de cualquier período geológico del pasado de la tierra puede ser considerado fósil.
Hasta hoy, la paleontología, ciencia que estudia los fósiles, describe y clasifica los fósiles en 2 tipos principales que
puedes ver a continuación.
Los fósiles, somatofósiles, icnofósiles, se forman después de que los restos del cuerpo es enterrado. Son tres las
formas de preservación, mineralización, fundición y moldeo y carbonización que conservan los restos durante
millones de años.
Mineralización
Son procesos en los que los huesos y los icnofósiles se forman. Los restos del cuerpo reciben una adición de minerales
o una alteración de los minerales originales existentes en el hueso, que acaban convirtiendo los restos prácticamente
en roca, con el que se conoce por la petrificación. Son buenos ejemplos los troncos de los árboles, grandes huesos y
caparazones.
Dentro de la mineralización destacamos dos modos
de fosilización que puedes ver a continuación.
Fundición y Moldes:
Son impresiones en negativo (no representa el organismo como realmente es, sólo un molde invertido) o positivo
(representa el organismo como realmente es, o sea, una copia), de partes de los organismos o de sus icnofósiles. Se
forman los moldes en 3 tipos.
Exterior: forma una impresión del organismo en negativo, como la piel de un animal o la superficie de una
concha. El organismo está cubierto en su parte exterior por un tipo de material,
como el barro, por ejemplo, y su cuerpo con el tiempo se queda el formato del
organismo en el barro que se convierte en roca, sin embargo para que esto
ocurra es necesario que los restos tengan alguna superficie con hendiduras,
agujeros, textura irregular y que sea un tanto resistente, para que el material
que formará la impresión pueda penetrar allí y se solidifique. Ver el molde
exterior de una concha de abajo.
Contra de molde: forma una COPIA del organismo original, pero es más difícil de
producirse naturalmente, pues para que el contra molde sea hecho es necesario que
primero un “primer molde” interno o externo del sea hecho. Este molde se rellena
con algún material y formaría una copia del organismo que formó el “primer molde”.
Generalmente este proceso es utilizado para hacer artificialmente la copia de algo, como por ejemplo, de una huella.
La huella de carbono es un molde externo, que al ser llenado con un material que le da la forma del “pie” de este
material. Para probar esto, usted puede hacer una experiencia en casa. Coge algún objeto, puede ser un muñeco de
dinosaurio, por ejemplo, que tenga el pie bien definido, como un terópodo, y use un poco de arena para hacer una
superficie plana. En la arena fuerza el pie del muñeco hasta formar una huella y retire lentamente para que ella quede
entera. Verás que queda un agujero con la forma del pie, a continuación, utilizar alguna sustancia que pueda secarse
después, como yeso en polvo diluido con agua para formar una masa que se debe utilizar para rellenar esta huella,
muy despacio. Dejar secar y retirar la arena y verá que una copia del pie del dinosaurio se formó en yeso.
Otro proceso de fosilización es la momificación, que preserva el organismo casi como en la vida. Este proceso es muy
raro de que se produzca porque se conserva gran parte del animal, que por lo general se descompone en su mayor
parte, pero cuando se produce, es necesario que el cadáver quede atrapado dentro de un material impermeable y
resistente a la descomposición. Los materiales que surten un mejor resultado es el hielo, que conserva los tejidos
blandos con la baja temperatura y el ámbar, resina de los árboles que se seca muy resistente e impermeable, ambos
proporcionando una momificación total del animal.
Existen algunas impresiones formadas en las rocas por los minerales o la acción
de otros elementos de la naturaleza, estas impresiones son conocidas
como pseudofósiles (falsos fósiles), ya que, en apariencia, representan fósiles de
plantas, entre otros organismos, pero en realidad no pasan de manchas en las
rocas. Algunos fósiles son llamados “fósiles de transición” porque son de
organismos extintos que representan la transición de una especie a otra en la
historia evolutiva del planeta Tierra.
Un gran error que se produce en los medios de comunicación cuándo se habla
de fósiles de transición, ya que por lo general los periódicos o sitios de noticias
usan el término “ESLABÓN PERDIDO” para referirse a los fósiles de transición, lo
que desde el punto de vista paleontológico, es incorrecto, dar el título a todo el fósil de transición.
El eslabón perdido sería un fósil que ayude a exclarecer toda la línea evolutiva de un determinado grupo animal , pero
estos fósiles transitivos en general ayudan a resolver dudas pero en parte, no dando a los investigadores información
sobre el linaje. Otro término que implica fósil es uno que genera mucha polémica, en este caso sería el empleo del
término “Fósil viviente”, que generalmente se refiere a animales que han sobrevivido durante millones de años sin
modificar su apariencia, hábitos o metabolismo. Estos animales no son seres inmortales, o dinosaurios vivos.
El término “fósil vivo” es de mi punto de vista un tanto exagerado, ya que los animales a que se refiere, como el
sphenodon por ejemplo, un reptil de Nueva Zelanda, que desde su nacimiento, poco ha cambiado sus características,
pero no quiere decir que sea la misma especie que vivió hace millones de años. Son DESCENDIENTES de animales
extintos, pero que conservan las características de sus antepasados.
Otro ejemplo de estos animales son los peces Celacantos (Coaelacanthimorpha, Celacantimorfos) que muchos
consideraban extintos después de encontrar un fósil de millones de años, pero hace algunos siglos pescadores
capturaron ejemplares vivos de este tipo de pescado en la costa de África, siendo que la especie actual es muy similar
a la especie extinta.