Más allá del significado propio que poseen los planetas se ha observado que responden a un ciclo
interno personal anual. A partir del día de nuestro cumpleaños podemos dividir el año en siete
etapas de
aproximadamente 52 días cada una. Estas siete etapas se corresponden con los planetas más
antiguos o sea hasta Saturno.
Se inicia el ciclo el día que cumplimos años con el período del Sol. O sea que durante los
primeros 52 días poseemos en nuestro andar cotidiano características que coinciden con las del
Sol. Se nos ve más, poseemos mucha voluntad, ganas de hacer cosas, más la valentía y el
optimismo que sentimos porque tenemos todo el año por delante para concretar nuestros deseos.
Cuando se cumplen los 53 días desde nuestro cumpleaños se inicia el período de la Luna:
aquí ya comenzamos a actuar de manera más inconsciente, con respuestas más automáticas y
llevados por momentos por una cierta emocionalidad.