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Décimas (2): Muda, que son perfeutos primores.

Ellos cantan los dolores,

triste y pensativa llenos de fe y esperanzas;


algotros piden mudanzas
de nuestros amargos males;
fatal entre los fatales
Muda, triste y pensativa
voy siguiendo estas andanzas.
ayer me dejó mi hermano
cuando me habló de un fulano
Por fin, hermano sencillo
muy famoso en poesía.
que no comprendís mi caso,
Fue grande sorpresa mía
¿no sabís que un solo lazo
cuando me dijo: «Violeta,
lacea un solo novillo?
ya que conocís la treta
Pica’o tengo el colmillo
de la versá’ popular,
de andar como el avestruz,
princípiame a relatar
sin conseguir una luz
tus penurias ”a lo pueta”».
ni una sed de agua siquiera.
Mientras tanto, la bandera
«Válgame Dios, Nicanor,
no dice ni chuz ni muz.
si tengo tanto trabajo,
que ando de arriba p’abajo
desentierrando folklor.
No sabís cuánto dolor,
miseria y padecimiento
me dan los versos qu’encuentro;
muy pobre está mi bolsillo
y tengo cuatro chiquillos
a quienes darl’ el sustento».

En ratitos que me quedan


entre campo y grabación,
agarro mi guitarrón,
o bien, mi cogot’e yegua.
Con ellos me siento en tregua
pa’ reposarme los nervios,
ya que este mundo soberbio
me ha destinado este oficio,
y, malhaya el beneficio,
como lo dice el proverbio.

Igual que jardín de flores


se ven los campos sembra’os
de versos tan delica’os
Décimas (4): Aquí
nombre del dueño de casa,
s’hizo una fiesta grandaza

presento a mi según lo supe después.


Había muerto una res,
abuelo llegan noventa visitas
con flores y tarjetitas,
besan y abrazan al santo,
Aquí presento a mi abuelo, lo avivan con harto canto,
señores, demen permiso: valse, mazurca y cuadrilla.
él no era un ñato petizo,
muy pronto van a saberlo. Las damas con abanico,
En esos tiempos del duelo de fraque los caballeros,
versa’o fue en lo de leyes, perfumosos y altaneros,
hablaba lengua de reyes, como son siempre los ricos.
usó corbata de rosa, Saltaban como unos quicos
batelera elegantosa, cuando bajaron del coche
y en su mesa pejerreyes. y armaron tremendo boche
los chiquillos copuchentos,
José Calixto, su nombre, hormigueando to’os mugrientos
fue bastante respeta’o, entremedio ’e los fantoches.
amistoso y muy letra’o,
su talento les asombre.
Más le aumente su renombre
al decir muy en breve,
nomás entre marte’ y jueves,
procura mostrar su honor,
defendiendo el tricolor
el año setentainueve.

En la ciudad de Chillán
vivía en un caserón,
dueño de una población
de gran popularidad.
Pa’ mayor autoridad
manda sus hijo’ a l’escuela,
y a petición de mi abuela
les enseña a solfear,
par’ un’ orquesta formar
de arpa, violín y vihuela.

El día de San José,


Décimas (8): De tal
pensando si lo preciso;
buscando el oro macizo

palo, tal astilla salgo volando al camino,


y el versear «a lo divino»
es oro de gran quilate.
Si pa’ vos es disparate
De tal palo, tal astilla,
pa’ mí no, pues, Secundino.
se dequivoca el refrán:
solo le cuadra a San Juan, (1)
Sentencia de doble multa
pero no a esta mocosilla;
es no saber pentagrama.
bien dorá’ fue la tortilla, (2)
Si en el mate arde una llama
muy revueltita después.
destiná’ pa’ gente culta,
Ya ven, mi abuelo José
en el cerebro me abulta
con el Código en su mente,
causándome confusión,
y quién hubo más prudente
y al toque del guitarrón
como mi otro abuelo fue. (3)
le voy cambiando el estilo
por un concierto pililo
Tan sabios conocimientos
que alegra mi corazón.
no recayeron en hijos;
con un misterio prolijo
_____________________________________
pasan directo a los nietos, (4)
Diferencias con la versión del disco Décimas:
en lo cual yo no les miento,
tengo la prueba en la mano: (5)
(1) solo le cuaira a San Juan
yo les presento a mi hermano
(2) bien dorá’ jue la tortilla,
como el más bonito ejemplo.
(3) como mi otro abuelo jue
Si ahora no tiene un templo (6)
(4) pasan direuto a los nietos
lo tendrá tarde o temprano.
(5) tengo la preba en la mano
(6) si agora no tiene un templo
No es que yo quiera pasarme
el lomo por l’escobilla;
tampoco hacerle cosquilla
al que ha venido a escucharme.
Con prisiones y gendarmes
castiguen mi vanidad,
a la pat’e la verdad
yo estoy contando mi cuento.
Perdonen mi atrevimiento
y mi escasa habilidad.

Toco vihuela, improviso,


compongo mis melodías,
las noches las hago días
Décimas (9): La
a enseñar su diccionario.
Mi mama, como canario,

suerte mía fatal nació en un campo florí’o,


como zorzal entumí’o
creció entre las candelillas.
Conoce lo qu’es la trilla,
La suerte mía fatal
la molienda y l’amasijo.
no es cosa nueva, señores;
me ha dado sus arañones
Con un chiquillo en los brazos,
de chica muy despiadá’.
los otros seis a la cola,
Batalla descomunal
entramos como una ola,
yo libro desde mi infancia;
contentos como payasos,
sus temibles circunstancias
casi pisando los pasos
me azotan con desespero,
de mi preocupa’o paire,
dejándome años enteros
que los monta por los aires
sin médula y sin sustancia.
a una casa misteriosa
que yo la vi más hermosa
Dice mi mama que fui
que la capilla del fraile.
su guagua más donosita,
pero la suerte maldita
no lo quiso consentir.
Empezó a hacerme sufrir,
primero, con la alfombrilla,
después la fiebre amarilla
me convirtió en orejón,
otra vez, el sarampión,
el pasmo y la culebrilla.

De Santiago, pa’ Lautaro


con siete crías colgando,
petaca’ y monos andando,
busca mi taita reparo.
Su capataz l’hizo un aro
diciendo: «Mire, Parrita,
la cosa está aquí malita,
se le traslada pa’l sur,
acomode su baúl,
recíbame esta platita».

Mi taita fue muy letrario,


pa’ profesor estudió,
y a las escuelas llegó
Décimas (40): Se
ya no lo nombran los diarios,
yo sufro la confusión

fue, dijimos,
de ver nuestra canción
en la jaula del canario.

perdiendo Con la escasez del dinero


mezquino es el alimento;
son pocos los elementos
que cuentan en el puchero.
Se fue, dijimos, perdiendo No vino más el lechero,
la herencia vara por vara de meditarlo no mermo,
que saca mi mama Clara lo veo cuando me duermo,
con todos sus juramentos. se me clavó en la razón,
Un pillo acudió exigiendo no piensen que con rencor,
con gritos una escritura porque mi taita era enfermo.
qu’en ratos de gran locura
mi taita le prometió,
cuando la plata faltó
pa’l cántaro ’e chicha cru’a.

Se enrosca el sinvergüenzazo,
embaucador de cura’os.
Le dice: «Perro malvado
–mi mama–, que aquí no hay caso».
Gritando sigue el payaso
luciendo blanco papel:
«Me quiero entender con él,
qu’es dueño de sus terrenos.
¿De cuándo consiente frenos
el hombre de su mujer?»

Mi taita, envalentona’o
por tan lucidas razones,
le firma los papelones
y el pleito queda cerrado.
Mi mama no ha despegado
los ojos de la pareja,
luego zahumeria, perpleja,
l’hogar pa’ la mala suerte;
cuando Dios manda la muerte,
los humos no la despejan.

Yo siento cada mañana


la voz del pobre cura’o;
no sabe ’l mal que ha causa’o,
le están blanqueando las canas.
Prosiguen las damajuanas
su desfilar ordinario;
Décimas (58): Un
y endilgo pa’ Nacimiento
una mañana de plata.

ojo dejé en Los Desembarcando en Riñihue


se vio la Violeta Parra,
Lagos sin cuerdas en la guitarra,
sin hojas en el colihue.
Un ojo dejé en Los Lagos Una bandá’ de chirigües
por un descuido casual, le vino a dar un concierto;
el otro quedó en Parral con su hermanito Roberto
en un boliche de tragos. y Cochepe forman un trío
Recuerdo que mucho estrago que cant’ a l’orilla ’el río
de niña vio el alma mía; y en el vaivén de los puertos.
miserias y alevosías
anudan mis pensamientos.
Entre las aguas y el viento
me pierdo en la lejanía.

Mi brazo derecho en Buin


quedó, señores oyentes,
el otro por San Vicente
quedó, no sé con qué fin.
Mi pecho en Curacautín
lo veo en un jardincillo.
Mis manos en Maitencillo
saludan en Pelequén.
Mi falda en Perquilauquén
recoge unos pececillos.

Se m’enredó en San Rosendo


un pie al cruzar una esquina;
el otro en la Quiriquina
se me hunde mares adentro.
Mi corazón descontento
latió con pena en Temuco,
y me ha llorado en Calbuco
de frío por una escarcha.
Voy y enderezo mi marcha
a la cuesta ’e Chacabuco.

Mis nervios dejo en Granero,


la sangr’ en San Sebastián,
y en la ciudad de Chillán
la calma me bajó a cero.
Mi riñonada en Cabrero
destruye una caminata,
y en una calle de Itata
se me rompió el estrumento,
Décimas (62): No No pierdo las esperanzas

lloro yo por llorar


de qu’esto tenga su arreglo,
un día este pobre pueblo
teng’ una feliz mudanza.
No lloro yo por llorar, El toro solo se amansa
sino por hallar sosiego; montándolo bien en pelo;
mi llorar es como un ruego no tengo ningún recelo
que naide quier’ escuchar. de verle la pajarilla,
Del ver y considerar cuando se dé la tortilla
la triste calamidá’ la vuelta que tanto anhelo.
que vive l’humanidá’
en toda su longitú’:
l’escasez de la virtú’
es lo que me hace llorar.

Ayer, buscando trabajo,


llamé a una puerta de fierro.
Como si yo fuera un perro
me miran de arrib’ abajo.
Con promesas a destajo
me han hecho volver cien veces,
como si gusto les diese
al verme solicitar.
Muy caro me hacen pagar
el pan que me pertenece.

No demando caridá’,
ni menos pid’ un favor;
pido con mucho rigor
mi derecho a trabajar;
yo quiero ganar mi pan,
mi harina y mi ají picante.
Con su sonrisa farsante
me dicen por vez postrera,
que al llegar la primavera
puede ser que haiga vacante.

Así me pasan los días,


uno sobre otro en las mesmas,
veo que llega Cuaresma,
una más y otra enseguí’a.
Le ruego a San Jeremías,
le prendo vela tras vela,
más sordo que l’entretela
se burla de mis quebrantos.
Si no me conduel’ el santo,
¿quien quiero que se conduela?
Décimas (69): Salgo
porque era mucho el quebranto
al partir para Polonia.

de Chile (o Una De nueve meses yo dejo


mi Rosa Clara en la cuna.
mañana de junio) «Com’ esta maire, ninguna»
–dice el marí’o perplejo.
Una mañana de junio Voy repartiendo consejo
que brilla la capital llorando cual Maudalena,
bajo la lluvia invernal, y al son que corto cadena
camino sin gran apuro. le solicito a Jesús
Me detienen en el muro que me oscurezca la luz
del convento franciscano; si esto no vale la pena.
me tomaron de la mano,
me pasaron par’ el frente, No tengo perdón del cielo
me dicen galantemente: ni tampoco de los vientos;
«Al Festival la invitamos». mentira el dolor que siento,
como parto sin recelo.
Me hablan de aviones y trenes, Pocos serán los desvelos,
de buques y pasaportes; dice l’orar profetorun
me inculcan que no me importe p’aquella que su angelorun
lo qu’en Chile m’entretiene. deja botá’ en el invierno:
Me dicen que me conviene, «Arrójenla en los infiernos
quisieron volverme loca: pa’ sécula seculorum».
mis ojos de boca en boca,
mis oídos de voz en voz,
mas yo m’encomiendo a Dios,
tanta palabra me choca.

«Doscientos veinte chilenos


van a partir con usted».
M’enrollan en esa red
como pesca’o al sereno.
Junto mi guagu’ a un seno
a un cuarto yo me retiro,
con ella triste suspiro;
viendo la separación
se parte mi corazón.
Paso la noch’ en delirio.

Dejo botá’ mi Nación,


mis crías y mi consorte;
ya tengo mi pasaporte,
m’está esperando el avión.
Penetrando en l’estación
un seremil de personas
me ruedan como corona
al verme sumida en llanto,
Décimas (79): Viví Con tres billetes de a mil

clandestinamente
y a mi cuarto clandestino
llevé donde mis amigos
mi primer sueldo en París.
Viví clandestinamente Brincan al verme lucir
con tres chilenos gentiles, los francos tan azulitos;
lavándoles calcetines besaban los billetitos
cuatro días justamente. que andaban de mano en mano
De noche pacientemente d’estos chilenos hermanos,
voy de bolich’ en boliche flores de campo bendito.
para pegar el afiche
del nombre de mi país.
Me abre su puerta París
como una mina ’e caliche.

Ausente de mis amigos


me llaman desde L’Escale,
por números musicales
hacen contrato conmigo.
Momento más enemigo
en ese humeante rincón:
pa’ mi primera canción
se alzó como guillotina
que hacia mi cuello se inclina
si no aplauden mi función.

Caricias y humos m’enfocan


como fatal torbellino,
de la emoción casi arruino
mi presencia en esa Europa.
Les disparé a quemarropa
de mi guitarra el rajeo,
con mi más caro deseo
d’encajárselo a los gringos,
una noche de domingo
preciosa como un lucero.

Igual que perro con frío


tirito de puros nervios,
el auditorio soberbio
conecta mi desafío.
Mis ojos humedecidos
resisten el lagrimón,
y al terminar la canción,
en coro gritaron: «Bravo».
Entonces a Dios alabo
con todo mi corazón.
Décimas (85): El
Gran pleito es quien despelleja
sin lástima a nuestros pobres.

médico en Señora, yo la condeno


a l’alto de una patagua,
juramento cinco días a pan y agua
durante todas sus horas.
El médico en juramento Las lágrimas que me llora
de servir l’humanidad, no tienen explicación;
con gran religiosidad denuncie con su furor
recibe un documento. la farsa politicante,
Olvid’ el primer momento, no los suspiros galantes
le da por matrimoniarse, ni las razones de amor.
en auto quiere pasearse,
ya no le incumb’ el paciente,
si no es un rico pudiente,
el pobre vaya a enterarse.

El abogado tan grave


delante de un garrapata
(...)
s’encierra como con llave.
Le dice que nada sabe,
le nombra otro consultorio.
En un blanco lavatorio
se lava como Pilato,
después a bailar un rato
la danza de los demonios.

Y eso es poco, en esta fiebre


miremos al comerciante,
con su sonrisa galante
los pasan gatos por liebres.
Aunque los cielos se quiebren
hay que decir la verdad
de tanta calamidad
por la que estamos pasando.
Váyase, pues, consolado
con tanta mariconá’.

Nadie se ha muerto de amor,


ni por cariño fingido,
ni por vivir sin marido,
ni por supuesta traición.
El mundo es una estación
con trenes de sinsabores,
con faltas muy superiores,
su pleito no es una queja.
Décimas (89): A los Vergüenza tengo, lectorio,

dos años cumplidos


delante de mis pecados,
que no tendrán los malvados
vergüenza de su velorio.
A los dos años cumplidos, No saben de qu’el demonio
curada ya de mi mal, está preparando el fuego,
tropiezo en un animal porque son tantos los pliegos
de misteriosos aullidos. que justifican sus daños.
Violeta, me has conmovido Al horno como rebaño
los huesos hasta la médula, s’está chupando los dedos.
y hasta la última célula
que tejen mi cuerpo humano.
Deja tomarte la mano;
muy limpia tengo mi cédula.

Yo que ando por este mundo


más triste que un’ alma en pena,
me retumbaron las venas
de verlo tan iracundo,
después tan meditabundo
que pienso que no m’engaña,
pero esta maldit’ araña
al mes de su juramento
me niega su sentimiento
dejando brillar sus mañas.

Cómo es posible, me digo,


que siendo yo tan pequeña
se me descarguen las peñas
y siempre me quede al frío.
«Qué tienes, amigo mío,
en contra de mi esqueleto»;
entre sollozos lo reto
y le hago ver su mudanza;
le digo sin más tardanza:
«No sabes lo qu’es respeto».

Empieza de nuevamente
mi corazón la batalla;
el hombre es una muralla
de piedras omnipotente.
¿Por qué tu cuerpo consiente
los golpes de tal martillo?
Quien lo maneja es un pillo
criado en los callejones,
palabras de maricones
y sangre de vinagrillo.
Décimas (90): La
coquetas que lo humillaron,
dejándolo sin abriles.

Muerte con
anteojos
Todas las noches conmigo
se acuesta a dormir un muerto.
Aunque está vivo y dispierto
–confuso es lo que les digo–,
es una mortaja, amigo,
que se alimenta de hinojos.
Después se enjuaga los ojos
pa’ reposar en la tumba
y a mi lado se derrumba
este finado de anteojos.

Se arrancó del cementerio


con una corona puesta.
Una mujer deshonesta
le hizo perder el criterio.
Esto pa’ naide es misterio,
lo digo con amargura
y aunque yo tenga buenura
al muerto poco le importa,
y como esta vi’a es corta
anda con tanta locura.

¿De qué le sirve el consuelo


al esqueleto ’e la muerte?
¿De qué me sirve la suerte
si me da tanto desvelo?
Me está causando recelo,
el frío lo tiene mudo,
pero a su llama’o acudo
porque así…*
Este finado ladino
quiso ser mido y no pudo.

Debo de ser muy fatal


pa’ venir de San Vicente
a probar inútilmente
lo amargo de este panal.
Es poca toda la sal
que hay en la Pampa de Chile
pa’ curarle las cien miles
angustias que le dejaron
Décimas (92): Hoy
Rin del angelito
Ya se va para los cielos
ese querido angelito
día se llora en Chile a rogar por sus abuelos,
por sus padres y hermanitos.
Cuando se muere la carne,
Hoy día se llora en Chile
el alma busca su sitio
por una causa penosa:
adentro de una amapola
Dios ha llamado a la diosa
o dentro de un pajarito.
a su mansión tan sublime.
De sur a norte se gime, La tierra lo está esperando
se encienden todas las velas con su corazón abierto,
para alumbrarle a Gabriela por eso es que el angelito
la sombra que hoy es su mundo. parece que está despierto.
Con sentimiento profundo Cuando se muere la carne,
yo le rezo en mi vihuela. el alma busca su centro
en el brillo de una rosa
Presidenta y bienhechora o de un pececito nuevo.
de la lengua castellana,
la mujer americana En una cuna de tierra
se inclina la vista y llora lo arrullará una campana,
por la celestial señora mientras la lluvia le limpia
que ha partido de este suelo. su carita en la mañana.
Yo le ofrezco sin recelo Cuando se muere la carne,
el alma busca su diana
en mi canto a lo divino
en los misterios del mundo
que un ave de dulce trino
que le ha abierto su ventana.
la acompañe al alto cielo.
Las mariposas alegres,
En medio del paraíso de ver el bello angelito
hay un sillón de oro fino alrededor de su cuna,
y un manto de blanco lino le caminan despacito.
que la Virgen misma le hizo. Cuando se muere la carne,
Un ángel de bellos rizos el alma va derechito
está esperando en la entrada a saludar a la Luna
a la mejor invitada y de paso al lucerito.
que ocupará aquel sillón
hasta la consumación: ¿Adónde se fue su gracia?
Santa Mistral coronada. ¿Dónde fue su dulzura?
¿Por qué se cae su cuerpo
Hay una fiesta en la gloria como la fruta madura?
y un llorar aquí en la tierra, Cuando se muere la carne,
como si una grande guerra el alma busca en la altura
haya manchado la historia. la explicación de su vida
cortada con tal premura,
Jamás de nuestra memoria
la explicación de su muerte
has de borrarte, Gabriela.
prisionera en una tumba.
Los niños de las escuelas
Cuando se muere la carne,
ya no tienen su madrina: el alma se queda oscura.
la Providencia Divina
se llevó la flor más bella.
Arauco tiene una
y en esa carta me dicen
que cayó preso mi hermano

pena
y sin lástima con grillos
por la calle lo arrastraron, si.

Arauco tiene una pena La carta dice el motivo


que no la puedo callar que ha cometido Roberto
haber apoyado el paro
son injusticias de siglos
que ya se había resuelto
que todos ven aplicar, si acaso esto es un motivo
nadie le ha puesto remedio presa también voy sargento, si.
pudiendolo remediar
levántate Huenchullán Yo que me encuentro tan lejos
esperando una noticia
Un día llega de lejos me viene a decir la carta
que en mi patria no hay justicia
huescufe conquistador
los hambrientos piden pan
buscando montañas de oro plomo les da la milicia, si.
que el indio nunca buscó
al indio le basta el oro De esta manera pomposa
que le relumbra del sol quieren conservar su asiento
levántate Curimón los de abanicos y de frac
sin tener merecimiento
van y vienen de la iglesia
Entonces corre la sangre
y olvidan los mandamientos, si.
no sabe el indio qué hacer
le van a quitar su tierra Habrase visto insolencia
la tiene que defender barbárie y alevosía
el indio se cae muerto de presentar el trabuco
y el afuerino de pié y matar a sangre fría
a quien defensa no tiene
levántate Manquilef.
con las dos manos vacía, si

Adónde se fué Lautaro La carta que he recibido


perdido en el cielo azul me pide contestación
y el alma de Galvarino yo pido que se propague
se la llevó el viento sur por toda la población
por eso pasan llorando que el león es un sanguinario
en toda generación, si.
los cueros de su cultrún
levántate, pues, Callfull. Por suerte tengo guitarra
para llorar mi dolor
también tengo nueve hermanos

La carta fuera del que se engrilló


los nueve son comunistas
con el favor de mi Dios, si.
Me mandaron una carta
por el correo temprano
Me gustan los A la bolsa negra sacra
Le bajó las indulgencias.

estudiantes
Porque hasta cuando nos dura
Señores la penitencia
Caramba y sambalacosa
Que vivan los estudiantes ¡Qué viva toda la ciencia!
Jardín de nuestra alegría ¡Qué viva toda la ciencia!
Son aves que no se asustan
De animal ni policía.
Y no le asustan las balas
Ni el ladrar de la jauría
Caramba y sambalacosa
¡qué viva la astronomía!
Me gustan los estudiantes
Que rugen como los vientos
Cuando le meten al oído
Sotanas y regimientos.
Pajarillos libertarios
Igual que los elementos
Caramba y sambalacosa
¡Qué viva lo experimento!
Me gustan los estudiantes
Porque levantan el pecho
Cuando le dicen harina
Sabiéndose que es afrecho.
Y no hacen el sordomudo
Cuando se presenta el hecho
Caramba y sambalacosa
El código del derecho.
Me gustan los estudiantes
Porque son la levadura
Del pan que saldrá del horno
Con toda su sabrosura.
Para la boca del pobre
Que come con amargura
Caramba y sambalacosa
¡Viva la literatura!
Me gustan los estudiantes
Que marchan sobre las ruinas
Con las banderas en alto
Va toda la estudiantina.
Son químicos y doctores,
Cirujanos y dentistas,
Caramba y sambalacosa
¡Vivan los especialistas!
Me gustan los estudiantes
Que con muy clara elocuencia
La mazúrquica Lo que yo cántico es una respuéstica

modérnica A una pregúntica de unos graciósicos


Y más no cántico porque no quiérico
Tengo flojérica en los zapáticos,
En los cabéllicos, en el vestídico,
Me han preguntádico varias persónicas
En los riñónicos y en el corpíñico.
Si peligrósicas para las másicas
Son las canciónicas agitadóricas.
Ay, qué pregúntica más infantílica!
Sólo un piñúflico la formulárica
Pa mis adéntricos yo comentárica.

Le he contestádico yo al preguntónico
Cuando la guática pide comídica
Pone al cristiánico firme y guerrérico
Por sus poróticos y sus cebóllicas,
No hay regimiéntico que los deténguica
Si tienen hámbrica los populáricos.

Preguntadónicos, partidirísticos,
Disimuládicos y muy malúlicos
Son peligrósicos más que los vérsicos
Más que las huélguicas y los desfílicos,
Bajito cuérdica firman papélicos,
Lavan sus mánicos como piláticos.

Caballeríticos almidonáticos
Almidonádicos mini ni ni ni ni...
Le echan carbónico al inocéntico
Y arrellanádicos en los sillónicos
Cuentan los muérticos de los encuéntricos
Como frivólicos y bataclánicos.

Varias matáncicas tiene la histórica


En sus pagínicas bien imprentádicas,
Para montárlicas no hicieron fáltica
Las refalósicas revoluciónicas.
El juraméntico jamás cumplídico
Es el causántico del desconténtico.
Ni los obréricos, ni los paquíticos
Tienen la cúlpica señor fiscálico.
Yo Canto A La Diferencia
Ahí pasa el señor vicario con su palabra
Yo canto a la chillaneja si tengo que decir bendita.
algo, ¿Podría, su santidad, oírme una palabrita?
Y no tomo la guitarra, por conseguir un Los niños andan con hambre, les dan una
aplauso, medallita,
Yo canto a la diferencia que hay de lo cierto a O bien una banderita.
lo falso,
De lo contrario no canto. Por eso su señoría, dice el sabio salomón,
Hay descontento en el cielo, en chuquí y
Les voy hablar en seguida de un caso muy concepción,
alarmante, Ya no florece el copihue y no canta el
Atención el auditorio, que va a tragarse el picaflor,
purgante, Centenario de dolor.
Ahora que celebramos el dieciocho más
galante, Un caballero pudiente agudo como un puñal
La bandeira es un calmante. Me mira con la mirada de un poderoso
volcán
Yo paso el mes de septiembre con el corazón Y con relámpagos de oro desliza su cadillac.
crecido, Cueca de oro y libertad!
De pena y de sentimiento, de ver mi pueblo
afligido De arriba alumbra la luna, con tan amarga
El pueblo amando la patria y tan mal verdad,
correspondido, La vivienda de la luisa, que espera
El emblema por testigo. maternidad,
Sus gritos llegan al cielo, nadie la habrá de
En comando importante, juramento a la escuchar,
bandera, En la fiesta nacional.
Sus palabras me repican, de tricolor las
cadenas, La luisa no tiene casa, ni una vela, ni un
Con alguaciles armados en plazas y pañal,
alamedas, El niño nació en las manos, de la que
Y al friente de las iglesias. cantando está,
Por un reguero de sangre, mañana irá el
Los ángeles de la guarda vinieron de otro cadillac,
planeta Cueca amarga nacional.
Porque su mirada turbia su sangre de mala
fiesta La fecha más resaltante, la bandera va a
Profanos suenan tambores, clarines y flamear,
bayonetas La luísa no tiene casa, la parada militar,
Dolorosa la retreta. Y se va a parque la luísa, adonde va a
regresar
Afirmo señor ministro, que se murió la Cueca triste nacional.
verdad,
Hoy día se jura el falso, por puro gusto no Yo soy a la chillaneja, senõres para cantar,
más, Si yo levanto mí grito, no és tán sólo por
Engañan al inocente, sin ni una necesidad, gritar/ Perdónmene al auditorio si ofender
Y arriba la libertad. mi claridad/ Cueca larga militar.
Arriba Quemando
Abajo la noche oscura,
Oro, salitre y carbón

El Sol
Y arriba quemando el sol.

Cuando fui para la pampa


Llevaba mi corazón
Contento como un chirigue
Pero allá se me murió;
Primero perdí las plumas
Y luego perdí la voz
Y arriba quemando el sol.
Cuando vide los mineros
Dentro de su habitación

Me dije mejor habita


En su concha el caracol
O la sombra de las leyes
Refinado ladrón
Y arriba...
Las hileras de casuchas
Frente a frente!sí, señor!
Las hileras de mujeres
Frente al único pilón
Cada una con su balde
Y su cara de aflicción
Y arriba

Paso por un pueblo muerto


Se me nubla el corazón
Pero donde habita gente
La muerte és mucho peor
Enterraron la justicia,
Enterraron la razón.
Y arriba...
Si alguien dice que yo seño
Cuentos de ponderación
Digo que esto pasa en chuqui

Pero en santa juana és peor;


El minero ya no sabe
Cuanto vale su dolor.
Y arriba
Me volví para santiago
Si compreder el color
Con que pintan la noticia
Cuando el pobre dice no
El cosmos y sus planetas

Maldigo del alto La tierra y todas sus grietas


Porque me aqueja un pesar
cielo Maldigo del ancho mar
Sus puertos y sus caletas
Cuánto será mi dolor
Maldigo del alto cielo Maldigo luna y paisaje
La estrella con su reflejo Los valles y los desiertos
Maldigo los azulejos Maldigo muerto por muerto
Destellos del arroyuelo Y al vivo de rey a paje
Maldigo del bajo suelo Al ave con su plumaje
La piedra con su contorno Yo la maldigo a porfía
Maldigo el fuego del horno Las aulas, las sacristías
Porque mi alma está de luto Porque me aflige un dolor
Maldigo los estatutos Maldigo el vocablo amor
Del tiempo con sus bochornos Con toda su porquería
Cuánto será mi dolor Cuánto será mi dolor
Maldigo la cordillera Maldigo por fin lo blanco
De los andes y de la costa Lo negro con lo amarillo
Maldigo señor la angosta Obispos y monaguillos
Y larga faja de tierra Ministros y predicantes
También la paz y la guerra Yo los maldigo llorando
Lo franco y lo veleidoso Lo libre y lo prisionero
Maldigo lo perfumoso Lo dulce y lo pendenciero
Porque mi anhelo está muerto Le pongo mi maldición
Maldigo todo lo cierto En griego y español
Y lo falso con lo dudoso Por culpa de un traicionero
Cuánto será mi dolor Cuánto será mi dolor.
Maldigo la primavera
Con sus jardines en flor
Y del otoño el color
Yo lo maldigo de veras
A la nube pasajera
La maldigo tanto y tanto
Porque me asiste un quebranto
Maldigo el invierno entero
Con el verano embustero
Maldigo profano y santo
Cuánto será mi dolor
Maldigo a la solitaria
Figura de la bandera
Maldigo cualquier emblema
La venus y la araucaria
El trino de la canaria
Décimas (7): Mas
van las penas del mendigo.
A Dios pongo por testigo,

van pasando los


que no me deje mentir:
no me hace falta salir

años un metro fuera ’e la casa


pa’ ver lo que aquí nos pasa
y el dolor que es el vivir.
Mas van pasando los años,
las cosas son muy distintas: Dispénsenme las chiquillas
lo que fue vino, hoy es tinta, si m’he salido del tema,
lo que fue piel, hoy es paño, es qu’esta verdad me quema
el alma y la pajarilla.
lo que fue cierto, hoy engaño.
Quemá’ está la sopaipilla,
Todo es penuria y quebranto,
pa’l pobre ya no hay razones;
de las leyes de hoy me espanto,
hay costra en los corazones
lo paso muy confundida, y horchata en las venas ricas.
y es grande torpeza mida Y claro, esto a mí me pica
buscar alivio en mi canto. igual que los sabañones.

Han visto la mantequilla,


dicen de que’s vegetal,
y que de leche animal
fabrican la mostacilla.
Las líneas de las chiquillas,
desmáyese el más sereno,
que lo que miran por seno
no es nada más que nilón.
Pregunto con emoción:
¿quién trajo tanto veneno?

En este mundo moderno,


qué sabe el pobre de queso,
caldo de papa sin hueso,
menos sabe lo que es terno;
por casa, callampa, infierno
de lata y ladrillos viejos.
¿Cómo le aguanta el pellejo?,
eso sí que no lo sé,
pero bien sé que el burgués
se pit’ al pobre verdejo.

Yo no protesto por migo,


porque soy muy poca cosa;
reclamo porque a la fosa
Volver a Los Diecisiete Todo lo cambia el momento
Cual mago condescendiente
Volver a los diecisiete Nos aleja dulcemente
Después de vivir un siglo De rencores y violencias
Es como descifrar signos Sólo el amor con su ciencia
Sin ser sabio competente Nos vuelve tan inocentes
Volver a ser de repente
Tan frágil como un segundo Se va enredando, enredando
Volver a sentir profundo Como en el muro la hiedra
Como un niño frente a Dios Y va brotando, brotando
Eso es lo que siento yo Como el musguito en la piedra
En este instante fecundo Como el mosguito en la piedra
Ay si si si
Se va enredando, enredando
Como en el muro la hiedra El amor es torbellino
Y va brotando, brotando De pureza original
Como el musguito en la piedra Hasta el feroz animal
Como el mosguito en la piedra Susurra su dulce trino
Ay si si si Detiene a los peregrinos
Libera a los prisioneros
Mi paso retrocedido El amor con sus esmeros
Cuando el de ustedes avanza Al viejo lo vuelve niño
El arco de las alianzas Y al malo solo el cariño
Ha penetrado en mi nido Lo vuelve puro y sincero
Con todo su colorido
Se ha paseado por mis venas Se va enredando, enredando
Y hasta las duras cadenas Como en el muro la hiedra
Con que nos ata el destino Y va brotando, brotando
Es como un diamante fino Como el musguito en la piedra
Que alumbra mi alma serena Como el musguito en la piedra
Ay si si si
Se va enredando, enredando
Como en el muro la hiedra De par en par en la ventana
Y va brotando, brotando Se abrió como por encanto
Como el musguito en la piedra Entró el amor con su manto
Como el musguito en la piedra Como una tibia mañana
Ay si si si Al son de su bella diana
Hizo brotar el jazmín
Lo que puede el sentimiento Volando cual serafín
No lo ha podido el saber Al cielo le puso aretes
Ni el mas claro proceder Y mis años en diecisiete
Ni el más ancho pensamiento Los convirtió el querubín.

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