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Curso de Capacitación

Docente en Neurociencias

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Consejos para el aula

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Consejos para el aula

Somos seres sociales.

Debemos desarrollar en nuestros alumnos determinadas habilidades como la


capacidad de escucha, la empatía, la negociación, entre otras, para, luego, dar
paso a un verdadero trabajo en equipo.

Para que podamos aprender en nuestro máximo potencial, necesitamos sentir


el aula como un lugar seguro, donde podamos estar tranquilos. Nuestro cerebro
se especializa en centrar nuestra atención hacia las situaciones que nos hacen
sentir incómodos o en peligro; por ejemplo, al percibir que nuestros
compañeros no nos integran o nos molestan. Como especie social, el
sentimiento de pertenencia a un grupo es muy importante; por el contrario, las
situaciones de aislamiento o peligrosidad, resultan muy perjudiciales para
nuestra concentración y dificulta la atención en clase.

El cerebro de los niños y jóvenes se halla en pleno desarrollo, y las áreas del
cerebro involucradas en el freno de nuestras reacciones emocionales, ubicadas
principalmente en la corteza prefrontal, todavía se encuentran inmaduras. Por
esto, muchas veces nuestros alumnos pueden llevar adelante actos que pueden
ser considerados muy crueles, ya que generan en sus compañeros miedo o
tristeza, por consiguiente, debemos hacer todo lo posible para evitarlas.

Gran parte del desarrollo del cerebro y de nuestros valores como seres
humanos suceden en un aula y, para que nuestros alumnos puedan expresarse
en su máximo potencial, debemos crear contextos adecuados.

El hecho de que seamos seres sociales nos invita a incorporar a las clases la
mayor cantidad posible de actividades grupales que les permitan a los chicos
formar equipos y sentirse parte importante de un grupo, dándoles la posibilidad
de ser líderes en los temas que se sientan más fuertes, de forma que cada

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chico pueda sentir que tiene un rol importante en su proceso de aprendizaje y
en el de sus compañeros.

Según Gabriela Martin, directora de Estudios del Nivel Medio en el Instituto


River Plate, muchas veces, los docentes trabajan en grupos considerando que
esta clase de actividad implica, en sí misma, un valor agregado. Sin embargo,
es importante que seamos cautelosos.

Un trabajo en grupo que no esté supervisado por el docente puede ser


contraproducente. En primera instancia, debemos desarrollar en nuestros
alumnos determinadas habilidades como la capacidad de escucha, la empatía,
la negociación, entre otras, para, luego, dar paso a un verdadero trabajo en
equipo. (Para muchos alumnos trabajar en equipo implica sólo “repartir los
temas”, una especie de "organización en paralelo" en la cual cada uno se ocupa
de su parte sin tener conciencia de un trabajo en común).

Destaco la idea que cada alumno se sienta parte importante de un grupo y


pueda transmitir sus conocimientos y habilidades a sus pares. Los docentes
debemos estar atentos sin desatender a aquellos alumnos que sienten que
nada tienen para transmitir o enseñar a sus compañeros (sino, como
contrapartida, estaremos contribuyendo a la formación de cerebros menos
felices).

Además del placer de enseñar y de compartir con sus compañeros lo que el


alumno sabe, es importante destacar que se parte de los intereses de los
chicos. He escuchado decir que los alumnos se aburren en clase porque los
profesores les contestamos preguntas que ellos nunca hicieron, ¡cuánta verdad!
Si partimos de sus intereses y del placer que a ellos les provoca compartirlos,
habremos, por lo menos, avanzado unos cuantos casilleros en nuestro intento
por lograr cerebros más felices (aquí incluyo también el cerebro de los queridos
profes).

Y, como frutilla del postre, si a ello le agregamos el trabajo por proyectos,


mejor aún. De esta manera, el alumno no sólo sentirá el placer de poder
compartir sus intereses; también verá que su interés, en interacción con el de
sus compañeros, contribuirá a la construcción de un trabajo en común. El
interés de cada uno adquiere un significado especial y distinto a la vez. Tan
especial y distinto como lo es cada uno de nuestros alumnos.

Incentivar el trabajo en grupos también es ayudar a nuestros alumnos a crecer


en valores. Valores tan necesarios para desempeñarnos en una sociedad que
sabe que, para desarrollarse como tal, debe priorizar el bien común, el trabajo
mancomunado, el espíritu de solidaridad, el trabajo en equipo.

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En definitiva, por sí mismo, el trabajo por grupos no garantiza la felicidad. Para
que verdaderamente contribuya a la causa de cerebros más felices, deberá ir
acompañado por acciones concretas, cuidadas y pensadas como espacios de
interacción donde todos puedan sentirse partícipes de un proyecto en común.
Si no tenemos en cuenta algunos detalles, quizás y sólo quizás, Dios, La Patria
y nuestro cerebro nos demanden… un poco más de felicidad.

Retomando al artículo: desde nuestro nacimiento, una de las acciones que


tenemos innatas es la capacidad de enseñar. Sentimos un gran placer al
compartir lo que sabemos, los seres humanos disfrutamos cuando podemos
comunicar nuestras experiencias. Por esta razón, brindarles la posibilidad a los
chicos de ser docentes de sus compañeros o que compartan lo que les gusta y
que todos puedan aprender, es una excelente forma de que los chicos
consideren el aula como un lugar donde pueden ser felices.

Por un lado, el aprendizaje hace más impacto cuando el cuerpo es parte del
aprendizaje. Es muy interesante la posibilidad sumar actividades para que los
chicos puedan expresarse con sus palabras y, también, con movimientos y
juegos. Por otro, debemos intentar que las aulas sean lugares coloridos y que
los alumnos puedan colaborar en su decoración. Además, la iluminación y la
circulación del aire deben de ser lo mejor posible.

Cómo prepararnos para un examen.

El estrés y los nervios de los estudiantes antes de un examen perjudican su


rendimiento. Por esta razón, les ofrecemos diversos consejos que les permitirán
a los alumnos prepararse y rendir con mayor tranquilidad.

Enfrentarnos a situaciones estresantes de forma continua es algo muy negativo


para todo el organismo. Por esta razón, es vital evitar que el cerebro de
nuestros alumnos se sienta estresado o con miedo antes de rendir un examen.

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De hecho, existen algunos consejos provenientes de diversos estudios
científicos que podemos enseñarles a los estudiantes para atenuar o sortear sus
nervios:

Dos experimentos liderados por Sian L. Beilock, profesora del departamento de


psicología de la Universidad de Chicago, publicados en la revista Science,
concluyeron que una forma de combatir la ansiedad y el miedo es escribir sobre
las preocupaciones generadas a partir de una evaluación. Las conclusiones de
estos trabajos arrojaron que esta alternativa ayudó a los participantes a
mejorar sus puntuaciones.

Según Beilock, la posibilidad de plasmar sus inquietudes en el papel les permitió


a los jóvenes descargar sus ansiedades antes de tomar la prueba y, en
consecuencia, liberaron la capacidad intelectual necesaria para completarla con
éxito.

Asimismo, la actividad física (como, por ejemplo, el día de la evaluación ir


caminando al instituto) es una excelente forma de despejar la mente y
relajarse. Una investigación dirigida por Charles Hillman, director del
Laboratorio de Kinesiología Neurocognitiva de la Universidad de Illinois,
realizada con niños de 9 años que previo a un examen debieron caminar 20
minutos, concluyó que existe una unión positiva entre la actividad física, la
atención y el rendimiento académico.

Darla Castelli, quien colaboró en el estudio y es profesora de la Universidad de


Texas, en Austin, recomienda:

 Programar recreos al aire libre como parte de cada día escolar;

 Ofrecer una educación física formal de 150 minutos por semana en el nivel
primario y de 225 minutos en secundario;

 Alentar a los maestros a integrar la actividad física en el aprendizaje.

En resumen, para aliviar las tensiones previas a un examen es


recomendable:

 Escribir nuestras preocupaciones para combatir la ansiedad y el miedo.

 Realizar actividad física 20 minutos para despejar la mente, relajarnos y


establecer conexiones positivas entre la actividad física, la atención y el
rendimiento académico.

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Existen otras propuestas para reducir el estrés y la ansiedad previa a un
examen, tales como mantener una buena rutina de sueño, escuchar música o
interactuar con nuestras mascotas.

La importancia de una buena noche de sueño.

Muy importantes procesos fisiológicos están estrechamente relacionados con el


sueño y los adolescentes consistentemente se caracterizan por dormir poco.

Para poder desempeñarnos en nuestro máximo potencial y que nuestro cuerpo


se desarrolle en plenitud, el descanso es un factor determinante. Cuando
dormimos suceden procesos fisiológicos muy importantes que además de
ayudar a recomponer nuestro organismo luego de un largo día también tienen
un rol esencial en la consolidación de la memoria. Es decir, para recordar lo
aprendido en el aula dormir es algo muy significativo. Además, investigaciones
del colegio de Medicina de la Universidad de Cincinnati concluyeron que la
restricción crónica del sueño durante la adolescencia puede causar falta de
atención y disminuir la capacidad de aprendizaje.

Un trabajo realizado por el Laboratorio de Neurociencias y Educación de


Asociación Educar junto con la colaboración de más de 100 docentes de 37
instituciones educativas de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, México y
Uruguay, en el que se encuestó durante 5 días a 2693 alumnos cuya edad
osciló entre 11 y 20 años, determinó que los participantes mayores de 13 años
duermen en promedio menos de 8 horas, y que entre los de 17 y 20 años el
promedio disminuye a las 6:48 horas.

Aún más relevante es que a partir de los 11 años el 9,9% de los encuestados
dormía menos de 7 horas al día, aunque esta cifra aumenta a niveles

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alarmantes, llegando a más del 40% de los participantes de entre 17 y 20
años.

Según la National Sleep Foundation (EEUU) las horas de sueño recomendadas


son las siguientes:

 Recién nacidos: 14 a 17 horas.

 Infantes: 12 a 15 horas.

 Niños en edad preescolar: 10 a 13 horas.

 Niños en edad escolar: 9 a 11 horas.

 Adolescentes: 8 a 10 horas.

 Adultos: 7 a 9 horas.

 Adultos mayores: 7 a 8 horas.

Para que nuestros alumnos comprendan la importancia del sueño y se interesen


por este tema, una propuesta muy interesante que podemos llevar a cabo es
invitarlos a realizar un registro de su sueño (a qué hora se acuestan; a qué
hora se levantan y la cantidad de horas de sueño). En otras palabras, podemos
transformar las aulas en laboratorios de aprendizaje en donde ellos sean los
protagonistas y comparen, reflexionen y analicen sus propios rendimientos
escolares, deportivos, artísticos, etc., de acuerdo con su propio descanso.
Revisando así nuestra propia cotidianidad es la mejor estrategia de
concientizarnos sobre qué hacemos con nuestra propia vida.

Ver nuestros hábitos en papel nos permite de una forma muy concreta y
sencilla ser conscientes de la situación en la cual nos encontramos y de qué tan
cerca estamos de una rutina ideal para nuestro desarrollo y rendimiento
académico. Por ello los adolescentes pueden realizar encuestas dentro de su
propio grupo etario -ya que los pares a esta edad acaparan toda su atención-
proponiendo campañas por las redes sociales de concientización de la
importancia del descanso para nuestro cerebro (una vez realizada la
investigación sería importante cotejar las distintas fuentes). Para los más chicos
el mundo sigue siendo el entorno familiar por lo que se les puede proponer
realizar una campaña intra familiar donde ellos sean los generadores y
multiplicadores de conductas positivas para nuestro cerebro.

Para lograr mayor compromiso de los alumnos podemos usar el poderoso


instinto de imitación que tenemos los seres humanos, involucrándonos también
los docentes en este proceso e intercambiando nuestras experiencias con los

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alumnos. De esta manera fomentaremos que entre ellos compartan sus
conocimientos y aprendizajes. Al mismo tiempo, ya que las instituciones
educativas son comunidades en las cuales las familias de los estudiantes son un
pilar importante, es interesante armar reuniones, talleres, carteleras, notas
informativas, etc., para que se involucren y concienticen sobre la importancia
del descanso a la hora de potenciar nuestros cerebros. De este modo se podrán
realizar nuevos acuerdos familiares que favorecerán una vida cerebralmente
más saludable.

Invitar a los alumnos a ser parte de su aprendizaje.

Si conseguimos despertar nuestra sociabilidad en los alumnos, alcanzaremos un


aprendizaje significativo para ellos y, también, para nosotros los docentes. El
aula será, entonces, un lugar en donde reinará la felicidad.

Los docentes nos enfrentamos a un gran desafío: en los últimos años las
nuevas generaciones se adaptaron a un mundo donde los estímulos varían
continuamente, e incluso, de forma combinada. Si observamos a un joven, muy
probablemente, lo veamos frente a la televisión, a la par que lee los mensajes
que recibe a través de Whatsapp, mientras que —entre mensaje y mensaje—
chequea su Facebook. Estas situaciones de la vida cotidiana nos llevan a
preguntarnos qué podemos hacer nosotros solo con un pizarrón y una tiza en
nuestras aulas si ninguno de estos tres tipos de estímulos tan complejos atrae
el 100% de su atención.

Para nuestra tranquilidad, podemos vencer a estos estímulos, puesto que hay
algo más fuerte que la tecnología: la interacción persona a persona. Los seres
humanos somos individuos sociales por excelencia y el sentirnos parte activa de
un grupo es lo que más disfrutamos.

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Pero, para lograrlo, los alumnos deben sentirse importantes en clase. No deben
percibirse solo como receptores de información, sino también como emisores de
conocimiento, siendo ellos, junto con los docentes, parte del aprendizaje. El
alumno es el eje del aprendizaje y, el docente, el facilitador y promotor de la
reflexión constante sobre lo que aprende.

Por ejemplo, aprovechando los momentos de mayor atención de los alumnos, al


principio de la clase, podemos brindar los contenidos teóricos, pero cuando esta
comienza a decaer, una excelente idea es invitarlos a ser parte.

Un buen recurso es iniciar el año con una breve encuesta acerca de los gustos
e intereses de los alumnos con la finalidad de lograr un acercamiento a través
de sus propias inquietudes y, de esta manera, encontrar el nexo para
aproximarnos a un nuevo aprendizaje.

“Estamos convencidos de que el aprendizaje del sistema de escritura y del


lenguaje escrito tienen lugar, simultáneamente, desde el comienzo de la
alfabetización. […] Los alumnos deben estar en contacto con recetas para hacer
tortas, con periódicos para informarse sobre algún suceso de actualidad que
sea de su interés, con cuentos para entretenerse con las historias y disfrutar del
lenguaje literario, con instructivos para realizar experimentos científicos, etc.,
desde que entran en la escuela, y los irán leyendo y escribiendo de diferentes
maneras hasta que puedan hacerlo de manera convencional”. Ana María
Kaufman. Leer y escribir: el día a día en las aulas. (2007: 23) Aique.

Las ciencias sociales suelen explicar, interpretar y comprender los hechos o los
procesos haciendo intervenir múltiples variables. Todo hecho social es producto
de complejas interacciones entre diversos elementos. En este sentido, es cada
vez más frecuente la integración de diversos espacios por la mirada integral de
lo social, miradas que, a veces, convergen y otras no, pero que sin dudas
aportan desde sus particulares marcos interpretativos.

Por ejemplo, en una clase de geografía, luego de enseñarles la ubicación de


algunos países o provincias, podemos invitarlos a participar, preguntándoles
qué conocen de esos lugares, si nacieron allí, si tienen familiares o lo
escucharon en algún lado, fomentando que puedan contarles a sus compañeros
lo lindo de esas zonas, las costumbres diferentes, las comidas típicas o
cualquier detalle que consideren interesante.

Sumarse a sus experiencias cotidianas; por ejemplo: asociar en cursos


inferiores sus experiencias de juegos la geografía con ciudades de cuadros de
futbol. O sitios donde viva algún personaje favorito, giras de bandas de rock,
historias familiares, etc. O en una clase de lengua, preguntarles dónde

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consideran que se originaron algunas palabras, o por qué naranja es sinónimo
de una fruta y de un color, qué sospechan que se originó primero, o por qué
algunas letras tienen una forma determinada, y qué cosas de su hogar creen
que representan esa forma y, a la vez, demostrándoles que ellos pueden ser
parte activa en diversos momentos de la clase.

En matemática, los niños suelen jugar con cartas con determinados valores,
desde allí puede matematizarse la situación. El aprendizaje tendrá sentido en
tanto y cuanto el estudiante pueda acceder a la información de una manera
que le interese, lo desafíe, lo invite a explorar nuevas situaciones que lo alejen
de lo mecánico de una ejercitación vacía. Consideremos lo expresado por
Patricia Sadovsky en La matemática es más que un jueguito de ingenio: es
desafío intelectual.

“La matemática permite producir conocimientos sobre una porción de la


realidad a través de sus teorías. Brindar a los chicos y a los jóvenes en la
escuela la oportunidad de inventar estrategias para resolver problemas, de
discutir sobre la validez de un procedimiento o de un enunciado, de analizar
diferentes maneras de encarar una cuestión, de encadenar deductivamente
relaciones para producir nuevas relaciones, de elaborar explicaciones para
ciertos hechos numéricos o geométricos constituyen actividades altamente
formativas, ya que ofrecen la posibilidad de apreciar hasta qué punto el trabajo
con las ideas ayuda a cambiar la visión que tenemos de las cosas. La
matemática es importante por sus aplicaciones, pero para apreciar su potencia
para tratar con problemas de la realidad hay que tener la experiencia efectiva
de enfrentar esos problemas. No alcanza con enunciar que la matemática se
aplica, es necesario que los chicos la apliquen de verdad y que ellos mismos
movilicen sus conceptos. Tienen que poder conquistar una actitud productora”.

Si los docentes les demostramos a nuestros alumnos que sus palabras son
importantes y sus conocimientos valorados, no habrá tecnología que compita
con nosotros.

Como comentamos al inicio de este artículo, los seres humanos valoramos el


intercambio con otras personas más que cualquier otra cosa. Somos sociales y
la posibilidad de expresarnos nos llena de alegría. El instinto social permitió que
nuestra especie prosperara. Por esta razón, sin ser los más fuertes ni los más
veloces, logramos adaptarnos a cualquier territorio. Si conseguimos despertar
nuestra sociabilidad en los alumnos, alcanzaremos un aprendizaje significativo
para ellos y, también, para nosotros mismos. El aula será, entonces, un lugar
en donde reinará la felicidad.

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Diseñar la clase pensando en la capacidad de atención.

La capacidad de atención de nuestro cerebro es limitada. Por esta razón, los


docentes y maestros debemos ingeniárnoslas para que nuestros alumnos se
mantengan enfocados en la clase mediante diferentes estrategias.

Siin dudas es muy difícil lograr que los niños y jóvenes (también los adultos)
estén atentos durante toda una clase, siendo un gran responsable de esto
nuestra biología. Esto se debe a que la capacidad de atención selectiva y
sostenida a lo largo del tiempo es sumamente agotadora para nuestro cerebro.
De hecho, diversas investigaciones estiman que los niños pueden estar atentos
a una clase durante unos 10 minutos y los jóvenes difícilmente superen los 20
minutos.

Por esta razón, muchas veces los docentes nos enfrentamos ante el gran
desafío de tener que dar clases sobre temas con los cuales nuestros alumnos se
sentirán poco identificados y casi no despertarán su curiosidad (puntos vitales
para que el interés en la clase perdure). Sin embargo, aunque el tópico pueda
resultarles atractivo, la duración de la clase muchas veces es mayor a sus
posibilidades atencionales.

Para ayudarlos, les brindamos algunas ideas prácticas que pueden aplicar para
que el cerebro de sus estudiantes juegue a su favor:

- Si sabemos que enfrentaremos un tema aburrido y los chicos también tienen


conciencia de esto, utilicemos los primeros segundos de la clase para hacer
algo divertido, ya sea contar un chiste, mostrar una imagen graciosa o inventar
alguna situación hilarante: “No saben chicos, el otro día mientras corregía sus
exámenes me olvidé el pollo en el horno y se me quemó todo”. Podemos
emplear cualquier estrategia que haga el inicio de la clase diferente.

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- Luego de captar su atención, utilicemos los primeros minutos (cuando la
atención es más alta) para brindar los contenidos más complejos (o aburridos).
Esto no durará mucho tiempo, pero, al menos, debemos intentar introducir los
contenidos más importantes en este lapso de tiempo.

- Cuando comience a decaer la atención, lo ideal es poder darle un recreo a


nuestro cerebro, ya sea haciendo cualquier actividad práctica o dándole a los
alumnos un tiempo para reflexionar sobre los contenidos adquiridos. También
es interesante la posibilidad de brindar algún hecho asociado al tema, pero que
los alumnos puedan tomarlo como una curiosidad y los ayude a distenderse.

Por ejemplo, un hito en la historia Argentina, el Combate de San Lorenzo, tiene


algunas curiosidades que podemos contarles a los alumnos y nos ayudarán a
despertar su atención:

 ¿Sabían que el caballo que montó San Martín durante el combate y murió en
el mismo era un regalo que había recibido el día anterior de un vecino de
San Lorenzo?

 ¿Sabían que entre los prisioneros intercambiados luego del combate había
un lanchero paraguayo que se unió al regimiento y fue su último jefe? Fue
el coronel Félix Bogado.

 ¿Sabían que San Martín no pudo escribir el parte del combate por una
luxación de hombro a causa de la caída de su caballo, y quien lo redactó fue
Mariano Necochea (que nació en Buenos Aires, pero estudió matemáticas,
humanidades e idiomas en España)?

 ¿Sabían que entre los granaderos muertos en el combate había 1 chileno, 1


francés y 2 orientales?

- Minutos antes de finalizar la clase es ideal avisarles a nuestros alumnos, ya


que cuando lo hacemos nuevamente los niveles de atención aumentarán.
Podemos utilizar este tiempo para hacer un pequeño repaso de los puntos
claves, ya sea a través de multiple choice o preguntas abiertas.

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La importancia de una buena alimentación.

Nuestro cuerpo no es como un auto que si no tiene combustible se detiene.


Debe mantener su funcionamiento, aunque esto genera un alto costo para el
cerebro y todo el organismo. Por esta razón es importante que los alumnos
conozcan de las virtudes de una buena alimentación para que puedan aprender
y desarrollarse en su máximo potencial.

Los alimentos son el combustible de nuestro cuerpo. Cuando un auto se queda


sin nafta, simplemente se apaga y solo puede arrancar cuando recibe
nuevamente combustible. Sin embargo, nuestro cuerpo no funciona de esta
forma, y a pesar de no recibir la energía que le proveen los alimentos debe
seguir funcionando. De hecho, el cerebro, que constituye aproximadamente el
2% del peso corporal, solo para cumplir con su funcionamiento básico necesita
más del 20% del combustible disponible en el organismo.

Nuestro cerebro se especializa en centrar la capacidad de atención y


concentración hacia lo que considera vital para su supervivencia, y por ende
una persona que no se alimentó correctamente difícilmente rinda en su máximo
potencial.

Una investigación realizada por el Laboratorio de Neurociencias y Educación de


Asociación Educar, que contó con la colaboración de 4132 alumnos de 10
países cuya edad osciló entre 6 y 20 años, determinó que el 48% de los
participantes desayunaba de forma inadecuada y solo el 7% lo hacía muy bien.

La hipótesis predominante en la actualidad es que el desayuno, para lograr un


mejor rendimiento mental tanto desde el punto de vista cuantitativo como
cualitativo, debe proveer por lo menos un 20% de la ingesta diaria de energía
(aunque esta cifra todavía tiene que demostrarse con más trabajos científicos).

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Luego de una noche de sueño en la cual el cuerpo lleva horas sin recibir
alimentos, las reservas de glucosa –su principal combustible– llegan a niveles
muy bajos. De hecho, se estima que entre nuestra sangre e hígado las
provisiones para el normal funcionamiento del cuerpo y cerebro son de unos 45
minutos. Después de transcurrido ese tiempo sin conseguir nuevas fuentes de
energía se activará un “sistema de emergencia” con el objetivo de buscar
alternativas como las proteínas ubicadas en las células musculares,
transformadas en glucosa por el hígado. Llegar a este punto es muy perjudicial
no solo para el desempeño académico sino también para el desarrollo de todo
el organismo.

Para poder trasladar esta información a nuestros alumnos, uno de los colegios
participantes de la investigación, el San Agustín de la Ciudad de Buenos Aires,
Argentina, llevó adelante un proyecto ideado por la docente Silvina Fernandes
llamado Desayuno amigable. Para realizarlo, los chicos registraron la
información de su desayuno a lo largo de una semana, para así conocer qué
hábitos debían mejorar y la importancia de una buena nutrición. De este modo,
se buscó motivar a los estudiantes de nivel secundario a que incorporen estos
aprendizajes en los recreos. Una de las actividades principales fue la creación
de equipos de a dos, en los cuales, de forma alternada, cada día debían llevar
una colación saludable para ellos mismos y su compañero para analizar cómo
se sentían después del recreo (en cuanto al humor, la atención y el nivel de
energía) luego de haberla consumido en lugar de golosinas y cómo enfrentarían
el almuerzo.

Entre los resultados más interesantes se encuentra el hecho de que los chicos
llevaron comida mucho más sana nutricionalmente al tener que compartirla con
su compañero, comparativamente a cuando debían hacerlo para ellos solos.

Además, los jóvenes participantes visitarían periódicamente a los chicos de


primaria para transmitirles la importancia de un buen desayuno y una
alimentación saludable.

a) Consejos para el aula: cómo prepararnos para un examen

Bibliografía:

 Glaser R, Kiecolt-Glaser J. How stress damages immune system and health. Discov Med.
2005 Apr;5(26):165-9. http://www.discoverymedicine.com/Ronald-
Glaser/2009/07/18/stress-damages...

 Beilock SL, Ramirez G. Writing about testing worries boosts exam performance in the
classroom. Science. 2011 Jan 14;331(6014):211-3. doi:
10.1126/science.1199427.http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/21233387

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 Hillman CH, Pontifex MB, Raine LB, Castelli DM, Hall EE, Kramer AF. The effect of acute
treadmill walking on cognitive control and academic achievement in preadolescent children.
Neuroscience. 2009 Mar 31; 159(3): 1044–
1054. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2667807/

Colaboración y revisión:

Dra. Valeria Guaita

 Doctora en Psicología, Universidad Nacional de San Luis.

 Máster en Neuropsicología, Instituto Universitario del Hospital Italiano.

 Licenciada en Psicopedagogía, Universidad Católica Argentina.

 Investigadora del Centro Interdisciplinario en Psicología y Psicopedagogía (CIPP), Facultad de


Psicología y Psicopedagogía de la Universidad Católica Argentina.

 Profesora Pro Titular de la Cátedra "Técnicas de evaluación en niños" de la Licenciatura en


Psicopedagogía de la Facultad de Psicología y Psicopedagogía de la Universidad Católica Argentina.

Prof. Mirta Polla

 Directora del instituto de cultura inglesa Practical English Teaching.

 Miembro de la comisión directiva de la Asociación de Centros de Idiomas (SEA).

 Cursó y aprobó el Curso Superior en Neurobiología, Neuropsicología y Neuropsiquiatría de la


Universidad Favaloro.

 Miembro de: British Neuroscience Association; Cambridge Neuroscience; The Danna Foundation;
ASCD.

Prof. Alejandra Lencina

 Profesorado de Inglés, Instituto de formación en Bellas Artes e Idiomas ‘Josefina Contte’.

 Profesora de Inglés y Brainy Time de 1° a 6° grados del Colegio Mecenas.

 En su carrera docente se desempeño como profesora del Instituto Privado San José, Instituto
Leaders, Luna Gorda, San Patrick Collage, Mecenas House.

b) Consejos para el aula: somos seres sociales.

Bibliografía:

 Caballero A, Granberg R, Tseng KY. Mechanisms contributing to prefrontal cortex


maturation during adolescence. Neurosci Biobehav Rev. 2016 May 24. pii: S0149-
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10.1016/j.neubiorev.2016.05.013. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/27235076

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temperamental effortful control mediates the relationship between maturation of the
prefrontal cortex and psychopathology during adolescence: a 4-year longitudinal study. Dev

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Cogn Neurosci. 2014 Jul;9:30-43. doi: 10.1016/j.dcn.2013.12.002. Epub 2014 Jan
8.http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/24486655

 Maria Vlachou, Kafenia Botsoglou, Eleni Andreou. Assessing Bully/Victim Problems in


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Article ID 301658, 8 pages. http://www.hindawi.com/journals/jcrim/2013/301658/

 Tom Dickinson. Cooperation in the Classroom. Middle School Journal, Volume 24, Issue 3,
1993. DOI:10.1080/00940771.1993.11495886

 Johnson, David W. Circles of Learning. Cooperation in the Classroom. Association for


Supervision and Curriculum Development. ISBN: ISBN-0-87120-123-2

 Stacy R. Johnson, Adina M. Seidenfeld, Carroll E. Izard, Roger Kobak. Can classroom
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caregivers? Early Childhood Research Quarterly, Volume 28, Issue 2, 2nd Quarter 2013,
Pages 282–290.http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0885200612000713

Colaboradores y revisores:

Prof. Gabriela Martin

 Directora de Estudios del Nivel Medio en el Instituto River Plate.

 Docente, desde hace 30 años, de Educación Cívica, Instrucción Cívica, Derecho y


Administración de Personal y Legislación Social.

 Diplomada Superior en Gestión de Instituciones Educativas, Universidad Nacional de San


Martin.

 Impulsó proyectos institucionales entre los que se encuentran el Modelo de Naciones


Unidas, el Modelo Legislativo y el de Neurosicoeducación.

Lic. Valeria D'Almeida

 Licenciada en Psicopedagogía, Universidad Nacional de Catamarca.

 Directora de Nivel Secundario del Colegio Magnus.

 Carrera docente: Jardín de Infantes Pequeño Nido; Colegio Codesa; Colegio Dante Alighieri;
Colegio Divina Misericordia.

Dr. Roberto Rosler

 Médico Neurocirujano egresado con Diploma de Honor, Universidad de Buenos Aires.

 Docente Adscrito a la Cátedra del Departamento de Neurocirugía de la Facultad de Medicina


de la Universidad de Buenos Aires.

 Profesor de Neurofisiología de la Carrera de Médico Especialista en Neurología de la


Universidad de Buenos Aires.

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 Profesor de Neurología y Neurocirugía I de la Facultad de Ciencias Médicas de la Pontificia
Universidad Católica de Buenos Aires (UCA).

 Coordinador y Profesor de Neuroanatomía de la Maestría en Neuropsicología de la Escuela


de Medicina del Instituto de Medicina del Hospital Italiano de Buenos Aires (IUHI).

 Profesor de Bases biológicas y neurológicas de la conducta de la Facultad de Psicología de


la Universidad de Belgrano (UB).

c) Consejos para el aula: la importancia de una buena noche de sueño

Bibliografía:

 How Much Sleep Do We Really Need? National Sleep


Foundation. https://sleepfoundation.org/how-sleep-works/how-much-sleep-do-we-really-...

 Beebe DW, Rose D, Amin R. Attention, learning, and arousal of experimentally sleep-
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Colaboradores y revisores:

Dr. Jesús Lázaro Romero Recasens

 Doctor en Ciencias Pedagógicas.

 Máster en Educación Superior.

 Director de Formación del Profesional de la Universidad de Camagüey.

 Director del curso de postgrado: “Fundamentos Neurocientíficos del aprendizaje”,


Universidad de Camagüey.

Lic. Mariana González

 Directora del Instituto primario Jesús María.

 Licenciada en Ciencias de la Educación, Universidad de Quilmes.

 Licenciada en Ciencias de la Educación, Universidad de Morón.

 Autora de cursos de capacitación y estrategias de enseñanza para el aula, ADESE.

Lic. Sonia Peirone

 Titular de la Dirección de Educación de la Municipalidad de Río Tercero.

 Licenciada en Historia, Universidad Católica de Córdoba.

 Secretaria de la Cooperativa Estudiantil Charles Howarth.

Dr. Roberto Rosler

 Médico Neurocirujano egresado con Diploma de Honor, Universidad de Buenos Aires.

 Docente Adscrito a la Cátedra del Departamento de Neurocirugía de la Facultad de Medicina


de la Universidad de Buenos Aires.

 Profesor de Neurofisiología de la Carrera de Médico Especialista en Neurología de la


Universidad de Buenos Aires.

 Profesor de Neurología y Neurocirugía I de la Facultad de Ciencias Médicas de la Pontificia


Universidad Católica de Buenos Aires (UCA).

 Coordinador y Profesor de Neuroanatomía de la Maestría en Neuropsicología de la Escuela


de Medicina del Instituto de Medicina del Hospital Italiano de Buenos Aires (IUHI).

 Profesor de Bases biológicas y neurológicas de la conducta de la Facultad de Psicología de


la Universidad de Belgrano (UB).

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d) Consejos para el aula: invitar a los alumnos a ser parte de su aprendizaje

Bibliografía:

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Colaboración y revisión:

Lic. Mariela Vestfrid

 Licenciada en Biología, Universidad Nacional de la Plata.

 Docente de la Cátedra de Biología Humana y de la Cátedra de Neuroanatomía y


Neurofisiología de la Facultad de Psicología. Universidad Nacional de la Plata.

 Docente de la Diplomatura "Neuroeducación y Aprendizaje", Universidad Nacional del Este.

 Docente de la Fundación Argentina de Neurociencias y Ciencias Cognitivas "Fundanycc".

Lic. Daniela Zandonadi

 Licenciada en Ciencias de la Educación, Universidad de Morón.

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 Directora del nivel secundario del Instituto Pizzurno de Enseñanza Integral, Lanús,
Argentina.

 Carrera directiva: Escuela Privada N° 1 "Justo José de Urquiza", 2003 a 2007; Instituto
Nuestra Señora del Huerto, 2009 a 2013; Instituto Pizzurno de Enseñanza Integral, 2013
hasta la actualidad.

 Carrera docente: Nivel primaria: Instituto Pizzurno de Enseñanza Integral; Escuela N° 55;
Escuela N° 72; Escuela N° 13; Escuela N° 36. Nivel secundaria: Escuela de Educación Media
N° 5; Escuela de Educación Técnica N° 2; Instituto Ricardo Güiraldes; Escuela de Educación
Media N° 1; Colegio Nacional de Tandil; Instituto Pizzurno de Enseñanza Integral; Instituto
Nuestra Señora del Huerto; Colegio Palermo Chico.

Prof. Patricia Torres

 Directora del nivel primario del Instituto Pizzurno de Enseñanza Integral, Lanús, Argentina.

 Capacitadora Docente, especialista en Creatividad y Juego aplicado al aprendizaje.

 Profesora de Matemática, Física y Cosmografía, Instituto Saenz.

 Profesora de Enseñanza Primaria, Instituto Cristo Rey.

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