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Colectivo Peruanxs en Madrid

05 DE ABRIL, FUJIMORISMO YA NO MÁS


Pronunciamiento
Este día ingrato marca un hito y un cambio de rumbo en el curso de nuestra República. Al
paso autoritario de Alberto Fujimori se le atribuye en perspectiva: la concentración de los poderes
del estado en el Poder Ejecutivo, una implementación extremista y vertical de ajustes y reformas
económicas que todavía sigue en curso, la consolidación de un régimen contrainsurgente con
preeminencia militar, atajos legales y medios vedados para combatir a los subversivos,
criminalización del pensamiento crítico y control sobre los medios de información y el camino
hacia un nuevo proceso deconstituyente que dejará atrás las conquistas de la Constitución de 1979
y diera origen a un nuevo orden económico, político, jurídico al más alto nivel normativo como fue
posteriormente la Constitución de 1993.

En los noventa Fujimori tenía el respaldo de los grupos de poder económico, los
organismos internacionales, los medios de prensa y una parte de la población, que básicamente
consideraban que había sido efectivo en reactivar la economía y combatir a la subversión por lo
que “validaron” su nueva Constitución y lo religieron por un segundo mandato en 1995. Sin
embargo, en se periodo ya se cuestionaba su legado por diversos motivos; la vulneración de los
derechos humanos y políticos incluidos la vida y la integridad física para lograr sus objetivos,
pérdida de la soberanía sobre el territorio por la entrega de los principales recursos y patrimonio
acumulado de la nación a empresas extranjeras, desregulación y precarización laboral, despidos
masivos y expulsión de los sistemas de pensiones y de salud, abandono de la educación pública,
creciente empobrecimiento de los sectores populares, control y sujeción de los demás poderes del
Estado, control de los medios de comunicación, uso irregular de los recursos públicos para incidir
en la voluntad popular a su favor, indicios de corrupción al más alto nivel estatal, entre otros
males.

Hacia finales de los años noventa e inicio del nuevo siglo el Fujimorismo evidenció ya para
el grueso de la población y la comunidad internacional que era un gobierno violador de derechos
humanos, autoritario, corrupto y corruptor, implicado en el tráfico de drogas y armas, usurpador
de la opinión pública y vulnerador de la voluntad popular (con la compra de medios de
comunicación, votos y congresistas) llegando inclusive al fraude electoral para ganar las elecciones
generales del año 2000. La creciente protesta social, la parálisis económica, evidenciaba su creciente
deslegitimación y conllevó a su acelerado desmoronamiento con los videos (Vladvideos-video
Kuri-Montesinos) que ponían en escena toda la podredumbre del régimen y su sustento en la
corrupción de representantes y el uso indebido de recursos públicos.

En ese nuevo periodo de “transición democrática” se dieron algunos pasos para zanjar con
el régimen fujimorista, se procedió al esclarecimiento de los crímenes de la guerra interna con la
conformación de la Comisión de la Verdad, se procesó a los implicados de delitos de corrupción y
de lesa humanidad, se devolvieron competencias y niveles de autonomía a los demás poderes del
Estado, se abrió espacios de diálogo social entre otras medidas. Sin embargo esta primera piedra
colocada para la construcción y refundación de la Republica no incidió en mayores, profundos y
necesarios cambios para apuntalar la nefasta herencia Fujimorista. Por el contrario, fue un camino
hacia la normalización oficial del modelo económico neoliberal, privatizador y extractivista en
curso, el orden constitucional fujimorista no fue ni modificado ni cuestionado, la narrativa
dominante sobre la salida de la crisis económica de los ochenta y la derrota de la subversión no fue
replanteada por un nuevo discurso más integral y hegemónico socialmente, la derechización de
todas las dimensiones de lo social ya se había consolidado, los medios de comunicación
mantuvieron su primacia privada sin intentar otras formas de participación social, buena parte de
la burocracia fujimorista en diversas instancias civiles y militares conservaron su posición, el
fujimorismo como fuerza política no fue ilegalizado por la responsabilidad en sus diversas
vulneraciones del orden constitucional, legal, sus implicación en crímenes de lesa humanidad y su
corrupción generalizada desde diversas instancias de poder público.

En los quinquenios venideros desde el 2001, se han visto los males, vicios y descomposición
de los sucesivos gobiernos; altos niveles de corrupción, irrespeto a la división de poderes,
transfuguismo político, entreguismo de recursos económicos, represión sobre la protesta social,
etc. Hasta llevar al crecimiento y consolidación de los hijos de Fujimori (Keiko y Kenyi) que
alcanzaron el cuarto, segundo y primer lugar en las sucesivas elecciones generales desde el año
2006. En su escalada, los Fujimori ya han mostrado también sus viejos vicios; asistencialismo y
prebendas para conseguir el voto de los sectores populares, financiación ilegal en sus campañas,
presunta injerencia del narcotráfico en su financiamiento, falsificación de datos y documentos de
sus candidatos y más irregularidades. Hoy el Fujimorismo es la mayor fuerza política en el
Congreso, ha obstaculizado y condicionado sucesivamente el curso del ejecutivo, ha denunciado a
miembros del Tribunal Constitucional y al Fiscal de la Nación, ha incidido en el nombramiento de
ministros y diversos funcionarios de alto nivel, ha transado el indulto del padre a cambio de
votos congresales para evitar la vacancia del Presidente Kuczynski hasta llegar nuevamente al
video de compra de votos de Congresistas a cambio de prebendas económicas que constituye
corrupción de funcionarios y vulneración de la voluntad popular, evidenciando que la política
peruana sigue infestada de corrupción en los diversos poderes del estado (ejecutivo, legislativo,
gobiernos locales, etc.).
En este nuevo 05 de abril, después de 26 años se apertura un nuevo gobierno que vuelve a
recurrir a pequeñas enmendaduras, cambiar titulares de ministerios, recogiendo a personalidades
de diversas tiendas políticas, refuerza parcialmente el rol de la Contraloría y poco más, sin
embargo nuevamente se deja intacto el modelo económico, la institucionalidad, las prácticas , la
censura, la persecusión y amenaza, el discurso fujimorista y peor aún no se conflictúa con el
mismo sino nuevamente se pacta con él y se le da tregua, esperamos equivocarnos pero a la larga
se prevé una nueva dependencia a sus requerimientos y presiones.

Bajo nuestro parecer las diversas fuerzas progresistas, democráticas, los movimientos ciudadanos
y sociales deberíamos reivindicar y exigir:
1. Cambio de la ley electoral para permitir la participación ciudadana en general y evitar la
dependencia y condicionamiento a los representantes políticos por parte de los poderes
económicos, como ha venido sucediendo reiteradamente.
2. Llamar a nuevas elecciones generales, ya que tanto el poder ejecutivo como el legislativo está
inmerso en una serie de cuestionamientos de corrupción y uso indebido del poder. Con altos
niveles de deslegitimación y mostrando agotamiento en el proyecto de país que los tiempos
requieren.
3. Encaminarse a un proceso destituyente que cuestione los pilares de la Constitución de 1993 y
apele a un nuevo pacto social.
4. Confrontar al Fujimorismo en los diversos espacios institucionales, en los medios de
comunicación y en el terreno social, denunciando sus prácticas y desmontando su discurso
triunfalista y hegemónico.

¡05 DE ABRIL ,FUJIMORISMO YA NO MÁS!


¡ALBERTO, KENYI Y KEIKO A PRISIÓN!
¡NUEVAS REGLAS ELECTORALES, NUEVAS ELECCIONES!
¡PROCESO CONSTITUYENTE AHORA!

Madrid, 05 de Abril de 2018

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