Anda di halaman 1dari 16

LAS GRANDES EPIDEMIAS EN LA AMÉRICA COLONIAL

GREAT EPIDEMICS IN COLONIAL AMERICA

Cordero del Campillo, M.

Catedrático emérito. Departamento de Sanidad Animal. Facultad de Veterinaria. Universidad de León.


Campus de Vegazana. 240071 León. España. E-mail: dsamcc@unileon.es

PALABRAS CLAVE ADICIONALES ADDITIONAL KEYWORDS


Medicina tropical. Migraciones e infecciones. Tropical medicine. Migrations and diseases. In-
Gripe. Viruela. Sarampión. Sífilis. Tifus fluenza. Small pox. Measles. Treponematosis.
exantemático. Fiebre amarilla. Epizootías. Rickettsial typhus. Yellow fever. Epizootics.

RESUMEN

Las Crónicas de Indias contienen importan- considerable actividad traducida en


tes noticias sobre las enfermedades humanas y actos culturales, científicos, exposi-
veterinarias que afectaron a América a partir del ciones, edición y reedición de obras
siglo XV, como consecuencia de la llegada de históricas y, como era de esperar, de
contingentes europeos a aquellos territorios. Se discusiones sobre el acontecimiento y
analiza el nefasto papel de las epidemias sobre sus consecuencias, con predominio de
las poblaciones indígenas. las revisiones críticas tendenciosamente
negativas, en armonía con el ambiente
político nacional e internacional, pro-
SUMMARY clive a la demagogia, en la que han
participado muchos españoles repre-
Chronicles dealing with the Spanish
sentantes de la autodenominada
colonisation of America are a source of news on
human an animal diseases following the clash of
progresía, arrepentidos del Descu-
peoples and livestock from XV century on. The
brimiento, al que han rebautizado
most important epidemics introduced from Europe
vergonzantemente como Encuentro
are analyzed, and their deleterous consequences de Pueblos.
on indian populations discussed. Como en toda empresa de conquis-
ta, no faltaron la violencia y la cruel-
dad, pero no debemos olvidar la escala
INTRODUCCIÓN de valores éticos imperantes en la Eu-
ropa de los siglos XV y XVI y, si
Con ocasión de la conmemoración comparamos los postulados que infor-
del V Centenario del Descubrimiento maron la acción española recogidos en
de América (1992), tuvo lugar una las Leyes de Indias, la posición de

Arch. Zootec. 50: 597-612. 2001.


CORDERO DEL CAMPILLO

España frente a otros poderes colonia- podemos suponer que la situación es


les de la época queda muy por encima más grave en el campo de la veterina-
de todos. Como ocurre con frecuencia, ria, tema del que se han ocupado en el
el paso de los años y la ausencia de pasado algunos tratadistas (F. de Azara,
pugnas internacionales por la posesión 1802; R. Cappa, 1887-1898; B. Cobo,
de territorios que colonizar, han ido 1630, edit. 1890-1895, J. Tudela de la
poniendo a cada país en su sitio y, por Orden, 1993, etc.) 3 y contemporá-
lo que se refiere a España, podemos neamente, diversos colegas, a partir de
concluir, con el hispanista francés Gratacós i Massanella 4, enfocando sus
Joseph Pérez, que debemos abando- trabajos, casi exclusivamente, hacia
nar el masoquismo y recordar "los aspectos zootécnicos. Motivado por
episodios positivos, que también los esta realidad, he estudiado un buen
hubo y muchos" 1. En comparación número de obras escritas por cronis-
con las guerras coloniales e internacio- tas, exploradores, misioneros y viaje-
nales del siglo XX, la conducta espa- ros por las tierras que se llamaron
ñola en la conquista y colonización de Indias occidentales, para seleccio-
América fue sobresaliente. nar las informaciones relacionadas con
Los estudios sobre el descubrimiento Medicina y Veterinaria. El resultado
y colonización, tradicionalmente se han es mi obra Crónicas de Indias: Ga-
centrado sobre los aspectos militares, nadería, Medicina y Veterinaria,
políticos, económicos y éticos. Ante la editada por la Consejería de Educa-
abrumadora producción de trabajos con ción y Cultura de la Junta de Castilla y
esas metas, son minoría los ocupados León (Valladolid, 2001).
en cuestiones científicas y escasos los
que abordan cuestiones sanitarias. 3
F. de Azara, Apuntamiento para la historia
Como ha señalado el Prof. F. Guerra2, natural de los cuadrúpedos y páxaros del Para-
quien constituye una afortunada ex- guay y del Río de la Plata, Madrid, 1802; R.
cepción, han faltado entre nosotros Cappa, Estudios críticos de la dominación espa-
ñola en América, Madrid, 1887-1898; B. Cobo,
historiadores con formación científica Historia del Nuevo Mundo (1630), Sevilla, 1890-
y científicos con preparación histórica, 1895; J. Tudela de la Orden, Historia de la
de manera que un hecho incontrover- ganadería hispanoamericana, Madrid, 1993.
4
tible, como es el papel de españoles y J. Gratacós Massanella, “La ganadería en el
Descubrimiento de América”, Ciencia Veterina-
portugueses en el nacimiento de la ria (Revista), 1943, nº 13, pp. 89-113 y nº 14, pp.
Patología tropical o Geografía médica, 146-164. Reedición en un volumen, Arts
apenas si ha sido reconocido y analiza- Gràfiques, Girona, 1998. También E. Laguna
do hasta tiempos recientes. Sanz El ganado español, un Descubrimiento
para América, Madrid, l991, y varios trabajos en
Si tal ocurre con los problemas re- un volumen editado por el Consejo Gral. de Col.
lacionados con la medicina humana, Veterinarios de España, bajo el título Recopila-
ciones, Los animales y la alimentación en el
descubrimiento de América, Madrid, 1991-1992.
1
Joseph Pérez, “Reflexiones sobre la Historia de De Argentina, nuestro colega O. A. Pérez aporta
España”, El País, 7-IX-1999. datos en sus obras Historia de la Veterinaria en el
2
F. Guerra, Epidemiología americana y filipina Río de la Plata, Buenos Aires, 1994, y en
(1492-1898), Minº. de Sanidad y Consumo, Hombres, hechos y nombres de la Veterinaria
Madrid, 1999. argentina, Buenos Aires, 1999.

Archivos de zootecnia vol. 50, núm. 192, p. 598.


LAS GRANDES EPIDEMIAS EN LA AMÉRICA COLONIAL

EL ENCUENTRO DE POBLACIONES un gran impacto ecológico, cuyas con-


secuencias fueron dramáticas en mu-
En el continente americano se han chos aspectos.
encontrado restos humanos con una Ya en el segundo viaje de Colón
antigüedad que va desde los hallados fueron 1500 personas, entre las que
en EE UU, en campamentos de pue- figuraban labradores y gentes de otros
blos cazadores de unos 10000-12000 oficios, pensando en la colonización.
años, hasta los descubiertos en los Más tarde, por autorización de los
Andes, de unos 30000 años, y en los Reyes Católicos (Medina del Campo,
propios EE UU situados entre 22000- 1497), se concedían tierras a los espa-
37000 años. Generalmente se ha veni- ñoles que se quedaran en América,
do aceptando el origen asiático de los fijando Felipe II (1573) la superficie a
primeros americanos, que habrían lle- asignar: tres caballerías a los caballe-
gado a través de la cadena de islas ros y cinco peonías a los demás (una
Aleutianas y el estrecho de Bering, caballería = 100 x 200 pies y una
con la última ocasión hace unos 5000 peonía = 50 x 100 pies), aparte de
años a.C. El P. J. de Acosta, a quien A. concederles la dignidad de hidalgos de
von Humboldt llamó el Plinio de Amé- solar conocido. Más tarde, en la expe-
rica, especula sobre la procedencia de dición de Pedrarias Dávila ya se em-
los amerindios y concluye diciendo que barcaron hasta 3000 personas, según
"es más conforme a buena razón los cálculos más optimistas, incluyen-
pensar que vinieron por tierra los do familias completas.
primeros pobladores de Indias"5. No A medida que fue consolidándose
faltan quienes creen que otros pobla- la implantación española aumentó el
dores llegaron por vía marítima desde contingente de emigrantes, estimando
la islas del Pacífico y, recientemente, Carande7 que, entre 1517-1600, habían
se ha apuntado que los primeros habi- pasado a las Indias 21365 españoles,
tantes americanos guardan afinidades cifra importante si consideramos que
genéticas con los ibéricos del periodo vivían en los reinos peninsulares
solutrense6. 7.414970 habitantes y que, en la prime-
Sea como fuere, la importante para ra etapa, sólo estaban autorizados a ir
nuestro propósito es que, desde miles a América los súbditos de la Corona de
de años antes del viaje de Colón, Amé- Castilla. E. Lorenzo8 afirma que suma-
rica estaba aislada ecológicamente de ban unos 11000 los súbditos de la coro-
Eurasia y de África, y que la introduc- na castellana emigrados hasta finales
ción de seres humanos, animales y del siglo XVI, de los cuales eran cas-
plantas, europeos y africanos, supuso tellanos y leoneses un 20 p.100 (5,7
p.100 de ellos leoneses, según M.C.
5
J. de Acosta, Historia natural y moral de las
Indias, México, 1940.
7
6
Dennis Stanford y B. Stanford, del Dept. de R. Carande, Carlos V y sus banqueros, Barcelo-
Antropología del Museo de Historia Natural de na, l987.
8
Washington, a partir de restos hallados en Clovis E. Lorenzo, Castilla y León en América. (Des-
(Nuevo Méjico) y Cactus Hill (Virginia). Ha cubridores, conquistadores, colonizadores),
difundido la noticia El País, 8-IV-2000. Valladolid, 1985.

Archivos de zootecnia vol. 50, núm. 192, p. 599.


CORDERO DEL CAMPILLO

Martínez9 ), 37 p.100 andaluces, 16,4 entre 1526-1870, salieron de África


p.100 extremeños y algunos vascos, unos 10 millones de esclavos, con des-
principalmente vizcaínos. Luego irían tino a Europa unos 175000, a América
también navarros, flamencos, alema- la mayor parte y, además los enviados
nes y, finalmente, los procedentes de la a países árabes 10.
Corona de Aragón. Por otro lado he- Por lo que respecta a las especies
mos de añadir los portugueses estable- animales, desde el primer viaje colom-
cidos en Brasil. Hay, por lo tanto, un bino ya se anotó que faltaban muchas
grupo ibérico que se implantó tempra- de las domésticas de España, aunque
namente en América, reforzado poste- había algunas con cierto parecido a las
riormente con franceses, ingleses y ibéricas, que los colonos bautizaron
holandeses. con nombres hispanos, seguidos del
Considerable importancia tuvo en apelativo de la tierra (por ejemplo, los
muchos aspectos, pero también en la pavos eran gallinas de la tierra, lla-
epidemiología, la introducción de afri- mas y vicuñas ovejas de la tierra, los
canos, prácticamente todos negros, pécaris cerdos de la tierra etc.), y
convertidos en esclavos. La causa ini- otras completamente desconocidas
cial del comercio negrero deriva de la para los europeos. Los historiadores
desaparición de la mano de obra indí- hablan de animales de la conquista,
gena en las grandes islas del Caribe, a que fueron el caballo y el perro, y de
consecuencia de los malos tratos de animales de la colonización, como
los encomenderos pero, sobre todo, de vacunos, ovinos, porcinos, gallinas, co-
las grandes epidemias, como luego ve- nejos etc. Según los documentos de la
remos. Ya en 1502 llegaron a La época, en el segundo viaje de Colón
Hispaniola (Española, Haití era el nom- (1493) ya se llevaron caballos y cerdos
bre indígena de la isla dominicana), los y, en los permisos concedidos por los
primeros negros. A partir de 1518 se reyes a los conquistadores, figuraba
concedió el primer asiento (monopo- siempre el compromiso de llevar diver-
lio) a Jorge de Portugal, para enviar a sos ganados. Como ejemplo, citare-
las Antillas 4000 negros y Carlos I dio mos que Gonzalo Jiménez de Quesada
licencia al gobernador de Breda, Lo- se comprometió a llevar, comprándo-
renzo de Corredod, para entrar en este los a sus expensas, 400 caballos, 300
sucio e indigno comercio. Fueron gran- yeguas, 500 vacas, 3000 ovejas y ca-
des traficantes los portugueses, fran- bras y 1000 puercos, para su expedi-
ceses, holandeses e incluso los dane- ción a Nueva Granada (Colombia).
ses. La corona de España no permitió Del mismo modo, una vez decididos
que hubiera buques españoles implica- a colonizar aquellos territorios, se en-
dos en el tráfico negrero, pero sí auto- viaron desde España plantas y semi-
rizó la compra de la mercancía trans- llas. Trigo común y tremesino, cebada
portada por otros. Se ha calculado que,
10
M. Cordero del Campillo, “Problemas de la
9
M.C. Martínez Martínez, La emigración caste- colonización en África”. Ias Jornadas de estudios
llana y leonesa al Nuevo Mundo (1517-1700), africanos en la Universidad de León, abril de
Valladolid, 1993. 2000.

Archivos de zootecnia vol. 50, núm. 192, p. 600.


LAS GRANDES EPIDEMIAS EN LA AMÉRICA COLONIAL

y otras simientes, figuran en las Ins- los animales, pues las especies exóti-
trucciones dadas a Pedrarias Dávila cas europeas encontraron un ambiente
por el Rey Católico (1513), junto con virgen, donde, al no existir congéneres
animales vivos para recriar, todo ello (salvo el caso de los perros), era más
"por las ansias que los españoles limitada la nómina de agentes patógenos
tuvieron por ver cosas de su tierra comunes. Además, el tráfico fue
en las Indias", como dice el Inca mayoritariamente entre Europa y Amé-
Garcilaso de la Vega11. Aunque no nos rica y no al contrario, si se exceptúan
interesa en este momento el intercam- el pavo, el cobayo y pocas especies
bio de vegetales entre el Nuevo y el más que llegaron a Europa.
Viejo Mundo, anotemos que de Amé- La primera observación de los sani-
rica salieron maíz, cacao, patata, taba- tarios españoles fue que las enferme-
co, pimiento, tomate, judía, calabaza, dades infecciosas afectaban de modo
girasol, cacahuete, vainilla, chumbera distinto a los indígenas que a los euro-
y varias plantas más, en tanto que peos. Diego Álvarez Chanca, médico
aquel continente recibió la caña de que acompañó a Colón en su segundo
azúcar, trigo, vid, platanera, arroz, café, viaje, es quien nos da la primera noticia
cítricos, olivo, melón, mango y cáña- directa, al advertir que la gripe afecta-
mo 12. ba más intensamente a los indios que a
los españoles13. Fray B. de las Casas,
en su alegato proindigenista, afirma
CONSECUENCIAS DEL ENCUENTRO que eran "gentes delicadas, flacas y
DE POBLACIONES tiernas en complission y que menos
pueden sufrir trabajos y que más
Los resultados de este tráfico de facilmente mueren de cualquier en-
seres vivos (el clash of peoples, de fermedad"14. Fray Toribio de Bena-
los anglosajones) fueron trascenden- vente comenta los padecimientos que
tes desde muchos puntos de vista. afectan a "los que nuevamente vie-
Epidemiológicamente, dejando de lado nen de Castilla [… que] adolecen
los vegetales, la máxima importancia muchos y mueren algunos"15. Otros
la adquirió el trasiego humano, no por- testimonios hallamos en numerosos cro-
que lo decidamos antropocéntrica- nistas (B. Álvarez, Aguado, Cárdenas,
mente, sino porque los intercambios de Caulín, Díaz de Guzmán, Herrera
agentes patógenos fueron más cons-
tantes y fáciles de implantar entre los
humanos europeos y amerindios, seres 13
Cfr. las obras del Dr. Calatraveño, Hechos mé-
de la misma especie, que en el caso de dicos relacionados con el Descubrimiento de
América, Madrid, 1892 y F. López-Ríos
Fernández, Medicina naval española en la época
de los descubrimientos, Barcelona, 1993.
11 14
Inca Garcilaso de la Vega, Comentarios reales, B. de las Casas, Brevissima relación de la
Madrid, 1976. destruyción de las Indias, Sevilla, 1552, facsí-
12
J. García París, Intercambio y difusión de plan- mil, Madrid, 1977.
tas de consumo entre el Nuevo y el Viejo Mundo, 15
T. de Benavente, Motolinía, Relaciones de la
Madrid, 1991. Nueva España, México, 1994.

Archivos de zootecnia vol. 50, núm. 192, p. 601.


CORDERO DEL CAMPILLO

etc.),16 que confirman el distinto com- para los amerindios que para europeos
portamiento de indios y europeos ante y africanos.
un mismo agente morbígeno, lo que Hay en las crónicas frecuentes no-
actualmente consideramos un exce- ticias sobre pestilencias, fiebres y
lente ejemplo de la doctrina de los calenturas pútridas, modorras, ma-
"focos naturales de infección" que les de costado, cámaras, llagas y
formuló J. N. Pawlowski17. El encuen- otras dolencias no siempre fáciles de
tro de poblaciones europeas y ameri- identificar etiológicamente. Nos refe-
canas supuso el intercambio de agen- riremos solamente a las epidemias que
tes patógenos nuevos para uno y otro mayor importancia tuvieron en la des-
grupo étnico, y las enfermedades cur- aparición de las poblaciones indígenas,
saban de modo distinto en unos u otros, más las enfermedades americanas in-
en armonía con la existencia o caren- troducidas en Europa y África. Final-
cia de experiencia inmunitaria previa. mente, citaremos información de inte-
En términos ecológicos, podemos de- rés veterinario.
cir que la irrupción europea alteró el
equilibrio inestable y dinámico existen- LA GRIPE
te en las biocenosis autóctonas, al in- Es la primera enfermedad epidémi-
troducir agentes patógenos exóticos, ca que llegó a América, durante el
por una parte y, por otra, nuevas pobla- segundo viaje de Colón. El Almirante
ciones que, a su vez, experimentaban llevaba caballos y cerdos que llegaron
infecciones por agentes patógenos para "perdidos", lo mismo que los expedi-
los que carecían de defensas. Así pues, cionarios, según dice Fray B. de las
a América llegaron enfermedades de Casas, quien anota que "comenzó la
Europa y de África y, desde aquélla, gente a tan de golpe a caer enferma
partieron otras en sentido inverso. Las […] de calenturas terribles", resul-
consecuencias fueron más dramáticas tando de la enfermedad que "murie-
ron más de las dos partes o la mitad
de los españoles, y de los propios
16
B. Álvarez, De las costumbres y conversión de indios murieron tantos que no pu-
los indios del Perú. Memorial a Felipe II, 1588, dieron contar…", comenta Fernández
Madrid, 1998; P. Aguado, Recopilación historial de Oviedo18. P. Mártir de Anglería19
de Sancta Marta …, Bogotá, 1956; J. de Cárde-
nas, Problemas y secretos maravillosos de las
escribe que "estaban los indios muer-
Indias, Madrid, 1988; A. Caulín, Historia, tos a cada parte. El hedor era muy
corografía natural y evangélica de la Nueva grande y pestífero". Los signos clíni-
Andalucía…, Madrid, 1965; R. Díaz de Guzmán, cos que describen los testigos presen-
La Argentina, Madrid, 1996, y A. de Herrera y
Tordesillas, Historia general de los hechos de los
ciales permiten la identificación del
castellanos en las islas y Tierra Firme del Mar proceso como gripe, causada por In-
Océano, Madrid, 1991. fluenza virus, de la familia Orthomy-
17
J.N. Pawlowski, Vest. Akad. Nauk. SSSR, 10:
98-108, 1939. Traducción inglesa por N.D.
18
Levine y F.K. Plous, Jr, Natural nidality of G. Fernández de Oviedo, Historia general y
transmissible diseases with special reference to natural de las Indias, Madrid, 1959.
19
landscape epidemiology of zooanthroponoses, P. Mártir de Anglería, Décadas del Nuevo
Urbana, Ill, USA, 1966. Mundo, México, 1964.

Archivos de zootecnia vol. 50, núm. 192, p. 602.


LAS GRANDES EPIDEMIAS EN LA AMÉRICA COLONIAL

xoviridae, que cuenta con tres tipos: A, LA VIRUELA


B y C20. El virus A provoca en el Vinieron a unirse a la gripe en su
hombre infecciones respiratorias y se nefasta actividad. El Orthopoxvirus
considera el responsable de las gran- variólico llegó a Santo Domingo, pro-
des epidemias del siglo XX, pero afec- cedente de África, en diciembre de
ta también al cerdo, del que han proce- 1518 y, según comunicaron a Fernan-
dido algunas infecciones humanas do V los jerónimos Fray Luis de Figueroa
(1976 en New Jersey, Norteamérica), y Fray Alonso de Santo Domingo, en
y a las aves, con transmisión al hombre plena vigencia de la epidemia, ya había
(Hong Kong, 1997, 1998, 1999). El matado un tercio de la población indí-
virus B es primordialmente humano y gena. Pasó a Puerto Rico el mismo año
el virus C suele afectar a los niños y, a de 1518, según estos informantes, don-
veces, también al cerdo, pero sin cau- de comenzó su maléfica acción sobre
sar epidemias. La conclusión a la que los indios, afectando también a "algu-
se ha llegado es que la primera epide- nos poquillos de los nuestros espa-
mia que afectó a Santo Domingo se ñoles, y que no han fallecido", para
debió al virus A, el mismo que causó la seguir hacia Jamaica y Cuba, asolando
terrible epidemia de l918, que llamaron a los indios, como indica Fernández de
gripe española que, según compro- Oviedo (op. cit.), y a Guatemala y la
baron Taubenberger et al. 21 estudian- Nueva España (Méjico). Bernal Díaz
do mediante análisis genético mues- del Castillo22 dramatiza contando, en
tras conservadas en el Instituto de los términos siguientes, la llegada de la
Patología de las Fuerzas Armadas nor- epidemia con las tropas de Pánfilo de
teamericanas, está relacionado con el Narváez, con quien iba "… un negro
causante de la influenza del cerdo. que traía lleno de viruela, que harto
Resulta, pues, que la gripe, primer fla- negro fue para la Nueva España,
gelo de los aborígenes que causó la que fue la causa que se pegase e
muerte de al menos un tercio de ellos hinchiese toda tierra dellas, de lo
en la isla dominicana, fue también la cual hobo gran mortandad que, se-
primera zoonosis introducida en el gún decían los indios, jamás tal en-
Nuevo Mundo. Desde las Antillas, la fermedad tuvieron, y como no la
enfermedad se difundió hacia el conti- conocían lavábanse muchas veces,
nente (la Tierra Firme) prosiguiendo y a esta causa murieron gran canti-
su terrible actividad, por lo que figura dad dellos. Por manera que negra
entre una de las causas de las simas la ventura de Narváez, y más prieta
poblacionales observadas como con- la muerte de tanta gente sin ser
secuencia de la llegada española. cristiana" (indios).
Fray Toribio de Benavente, Motoli-
nía (op. cit.) comenta la facilidad que
20
Sobre la clasificación de los virus seguimos la hubo para los contagios por la costum-
obra de M.H.V. van Regenmortel et al., Virus
Taxonomy, San Diego, Cal., 2000.
21 22
J. Taubenberger et al., Proceedings of the B. Díaz del Castillo, Historia verdadera de la
National Academy of Sciences, USA, 1998. conquista de la Nueva España, Buenos Aires,
Noticia del diario ABC, 16-II-1999, p. 46. 1955.

Archivos de zootecnia vol. 50, núm. 192, p. 603.


CORDERO DEL CAMPILLO

bre de los aztecas de bañarse juntos y nas y de más auténtica civilización


lamenta sus deletéreos efectos dicien- que se haya escrito jamás en la
do que en muchas de las provincias de historia" 24 .
la Nueva España murió más de la
mitad de la población, "morían como EL SARAMPIÓN
chinches, a montones". Prácticamen- Causado por un Morbillivirus de la
te todos los cronistas repiten la des- familia Paromyxoviridae, arribó a
cripción y anotan que la enfermedad América con la expedición de Juan de
resultó favorable para la conquista de Aguado, que llegó a Santo Domingo a
Méjico, pues debilitó la resistencia az- finales de l495, acentuó en la isla los
teca. Nuestro albéitar Suárez de efectos que habían causado las ante-
Peralta23 así lo reconoce, cuando dice riores epidemias y permanecía en ella
que "fue mucha ayuda para los es- cuando llegó la expedición de Ovando
pañoles" y Gómara, que cuenta tam- (1502). Pasó a Puerto Rico en 1508 y,
bién el papel de la promiscuidad en los como en anteriores ocasiones, siguió
baños en la difusión de la viruela, men- por las principales Antillas y llegó al
ciona, con cierto sentido de revancha, continente: Panamá (1523), Méjico
que" me parece que pagaron aquí (1531), Guatemala, Honduras y Nica-
las bubas [sífilis] que pegaron a los ragua (1532) etc. Esta pequeña le-
nuestros". Otros muchos cronistas dan pra, como la bautizaron los indígenas,
cuenta del paso a los diversos territo- que habían llamado gran lepra a la
rios concordando con sus terribles efec- viruela, forma parte de los aliados bio-
tos sobre las poblaciones indígenas. lógicos que facilitaron la conquista es-
En medio de tal desastre, inadverti- pañola. Fray G. de Mendieta25, como
damente introducido por los españoles, antes dijera Gómara26, pone en el otro
consignaremos la humanitaria labor de plato de la balanza de las relaciones
España llevando a América y a Filipi- entre hispanos e indios estas palabras:
nas el virus vacunal, en la que se llamó “Pagóse en este, si se puede decir
expedición de los niños de la virue- paga, nuestra Europa de este nuevo
la, organizada por los médicos Fran- mundo, que de acá llevaron las bu-
cisco Javier Balmis y José Salvany, bas [sífilis], enfermedad natural de
reinando Carlos IV, que partió de Cádiz los indios y allá nunca antes cono-
en 1803 llevando el vaccinia virus, cida, y en el pago della envió acá la
pasándolo sucesivamente por niños Europa su sarampión y viruelas, allá
receptivos, para que llegara activo a muy usadas y acá de los indios nun-
Puerto Rico, Caracas, Méjico y toda ca antes sabidas”. Los indios, que
Sudamérica y, con el galeón de Manila, tenían experiencia de la contagiosidad
desde Acapulco hasta Filipinas. Con
ello, al decir del médico mejicano Igna- 24
Cit. de L. Peset, en P. Laín Entralgo (dir.),
cio Chávez, "España escribió una de Historia universal de la medicina, vol. 5, Barce-
lona, 1973.
las páginas más limpias, más huma- 25
G. de Mendieta, Historia eclesiástica indiana,
México, 1945.
23 26
J. Suárez de Peralta, Libro de Albeytería (c. F. López de Gómara, Hispania victrix. Historia
1570), México, 1931. general de las Indias, Barcelona, 1965-1966.

Archivos de zootecnia vol. 50, núm. 192, p. 604.


LAS GRANDES EPIDEMIAS EN LA AMÉRICA COLONIAL

de la viruela, ya no se bañaban juntos (II, 29): “… los españoles y los que


y tomaron más precauciones, por lo embarcan en Cádiz para ir a las
que el sarampión no tuvo tan mortífe- Indias Orientales, una de las seña-
ros efectos. les que tienen para entender que
Corona el cuadro de las grandes han pasado la linea equinocial que
epidemias asociadas a la conquista te he dicho, es que a todos los que
americana el tifus exantemático, tifo van en el navío se les mueren los
o tabardillo, con una amplia serie de piojos”.
sinónimos, causado por Rickettsia Posiblemente la primera noticia del
prowazeki, que transmiten los piojos tifo en América sea la “enfermedad
humanos (Pediculus humanus y sus muy grave entre pestilencial y mo-
variedades capitis y corporis). En dorra, la cual casi de repente le
España se había difundido en las gue- privó de la vista, de los otros senti-
rras de Granada (1489-1490), proce- dos y del conocimiento” que, según
dente de Chipre. En América había Hernando Colón27, afectó al Almiran-
piojos humanos y un tipo de tifo causa- te, su padre, cuando navegaba de
do por Rickettsia mooserii, transmiti- Jamaica a Santo Domingo. También
da entre los ratones por el piojo de esta citan este padecimiento de Cristóbal
especie (Polyplax spinulosa), que Colón, el médico de la expedición,
alcanzaba al hombre por medio de la Diego Álvarez Chanca y Fray Barto-
pulga de la rata Xenopsylla cheopis. lomé de las Casas.
Entre ambos tifos había una gran di- Iniciada la colonización, aparecie-
ferencia, pues el precolombino de Amé- ron los primeros casos en Santo Do-
rica tenía escasa mortalidad (inferior mingo, en 1496, y en las sucesivas
al 1 p.100), mientras que el hispánico llegadas de colonos a partir de 1502,
que llegó a aquellas costas alcanzó con la expedición de Ovando. Lamen-
tasas del 60 p.100, debido a la mayor table destino tuvieron los que forma-
virulencia de la especie europea, los ban parte del gran intento colonizador
de Pedrarias Dávila (1514) en el
distintos vectores y reservorios, y la
Darién, pues, según informa Fernández
menor resistencia inmunitaria especí-
de Oviedo, “… en poco tiempo murie-
fica de aquellas poblaciones ante las
ron quinientos hombres”, aunque
nuevas cepas (Guerra, op. cit.). cree que “los más dellos por falta de
El tifus exantemático era muy fre- bastimentos”, es decir, de hambre,
cuente en los pasajeros que hacían la que, naturalmente, agravó la situación
carrera de Indias, porque entre ellos de aquellos desgraciados. Dado que
eran habituales los piojos y a bordo era expediciones anteriores por aquellos
estrecha la convivencia durante la lar- territorios, como las de Vasco Núñez
ga travesía, lo que facilitaba el conta- de Balboa y Pascual de Andagoya, no
gio, siempre que hubiera algún porta- tuvieron tal padecimiento, opina F.
dor de la rickettsia. Curiosamente, exis- Guerra (op. cit.) que, en esta ocasión,
tía la creencia de que, al pasar el el brote tenía origen peninsular.
Ecuador, se desprendían los piojos,
como le cuenta don Quijote a Sancho 27
H. Colón, Historia del Almirante, Madrid, 1984.

Archivos de zootecnia vol. 50, núm. 192, p. 605.


CORDERO DEL CAMPILLO

En la Nueva España (1526), falle- las naves a San Juan de Ulúa. Según
ció de tifo un personaje importante, el Gerhard31, la epidemia causó centena-
juez de residencia Don Juan Ponce de res de miles de víctimas en la Nueva
León, de cuya muerte da cuenta Hernán España entre 1576-1581. Por supues-
Cortés a Carlos V 28, pues se había to, en otros muchos puertos atlánticos
especulado sobre su posible envena- se produjeron brotes de tifo, incluyen-
miento, para evitar, según se decía, do los territorios del Río de la Plata,
que descubriera malas acciones del donde enfermaron los colonizadores
conquistador. López de Gómara, Díaz que fundaron por primera vez Buenos-
del Castillo y otros lo niegan, y sostie- Aires, bajo el mando de Pedro de
nen que el mal venía con la flota (“De Mendoza (1536).
cien personas que embarcaron con
el Licenciado Luis Ponce de León, LA FIEBRE AMARILLA
las más murieron en la mar, y en Causada por un Flavivirus, actual-
comienzo, y a muy pocos días que mente endémica en gran parte de las
llegaron a tierra”, dice Gómara). zonas selváticas de Sudamérica, es
Pronto se difundió por todo el territorio posible que existiera antes del Descu-
mejicano de Nueva Galicia (Jalisco), brimiento, según cabe deducir de la
en 1530, y reapareció en la capital mención del vómito de sangre, la dia-
mejicana en 1545, donde, en palabras rrea con melena y otros signos carac-
de Fray Bernardino de Sahagún 29 , terísticos de la enfermedad en textos
“hubo una pestilencia grandísima y mayas y aztecas prehispánicos, más la
universal, donde en toda esta Nue- referencia del obispo Diego de Lan-
va España murió la mayor parte de da32 a una epidemia entre los indígenas
la gente que en ésta había". El fraile, en 1480. Sin embargo, los autores
cuenta que en la propia ciudad de anglosajones atribuyen origen africa-
Méjico y en Tlatelolco, él enterró más no a la virosis, fundándose, entre otras
de 10000 cadáveres. La enfermedad, razones, en la inexistencia del mosqui-
conocida como cocoliste en nahuatl, to vector (Aedes aegypti) en América,
cara flaca, dice Fray Bernardino que antes del periodo colonial, y en la pre-
comienza “aparecer con vnas pintas sencia endémica de la enfermedad en
como de cardenillo” y que causó los territorios del África occidental y
“gran baque” al Colegio de Santa del Golfo de Guinea, de donde proce-
Cruz. También García-Abásolo30 des- dían muchos de los esclavos llevados a
taca los desastres de las epidemias de América, más los estudios inmuno-
1543-1548 y el nuevo brote en 1576, lógicos comparados entre indígenas
vinculado en este caso al comercio de africanos y americanos, que demues-
esclavos con Guinea, cuando arribaron tran mayor experiencia inmunitaria
entre los primeros. De todos modos,
28
H. Cortés, Cartas de Relación, Madrid, 1985.
29 31
B. de Sahagún, Historia general de las cosas de P. Gerhard, Geografía histórica de la Nueva
Nueva España, Madrid,1994. España, México, 1986.
30 32
A.F. García-Abásolo, Martín Enríquez y la re- D. de Landa, Relaciones de las cosas del Yucatán,
forma de 1568 en Nueva España, Sevilla, 1983. México, 1982.

Archivos de zootecnia vol. 50, núm. 192, p. 606.


LAS GRANDES EPIDEMIAS EN LA AMÉRICA COLONIAL

también se argumenta que el virus está Méjico en 1527, aunque Guerra (op.
presente en los monos americanos, cit.) lo duda.
especialmente en las zonas en torno al La fiebre amarilla alcanzó gran di-
Ecuador, con ciclo selvático en el que fusión en los siglos XVII y XVIII,
intervienen mosquitos del género afectando a los territorios tropicales y
Haemagogus y Aedes leucolaenus. condicionando el resultado de algunas
Sea como fuere, sabemos que Co- empresas bélicas, como la invasión
lón pasó por el archipiélago de Cabo holandesa del Brasil (1625), los ata-
Verde en su tercer viaje (1498), aban- ques de piratas a Cartagena de Indias,
donando rápidamente la isla de Santia- La Habana y otros lugares, el fracaso
go, calificada como enfermísima, por- de la represión francesa de las rebelio-
que, tanto él como muchos otros miem- nes negras de Haití, en el siglo XVIII,
bros de la expedición, enfermaron de y las dificultades que tuvieron que
un proceso identificado como fiebre afrontarse en la construcción del Ca-
amarilla. También Francis Drake tuvo nal de Panamá.
idéntica experiencia en este mismo Otras muchas enfermedades hu-
archipiélago en 1585, cuando se dirigía manas están vinculadas a la coloniza-
a atacar los establecimientos españo- ción (dengue, parotiditis, lepra,
les en América. Por todo ello, se cree salmonelosis, paludismo, leishmaniosis
que, hubiera o no fiebre amarilla antes etc.), pero no tuvieron los terribles
del Descubrimiento, otras ondas epi- efectos que las antes seleccionadas.
démicas se asocian al tráfico europeo Algunas parasitosis cruzaron el Atlán-
relacionado con África, aparte de ad- tico en uno y otro sentido, especial-
mitirse que Aedes aegypti fue trasla- mente entre África y América y vice-
dado desde el área mediterránea. versa, pero sus consecuencias no tu-
Descripciones de dolencias identifi- vieron posible comparación con las
cables con la fiebre amarilla se en- grandes infecciones que nos han ocu-
cuentran en la obra de Bernal Díaz del pado. Terminaremos mencionando una
Castillo (“…soldados todos dolien- cuyo origen más polémicas ha suscita-
tes y muy amarillos e hinchadas las do: la sífilis.
barrigas”, llegados a Veracruz pro-
cedentes de Jamaica, y su propia en- LA SÍFILIS
fermedad, en la que “echaba sangre Que aparece en la crónicas colo-
por la boca”, síntomas que menciona niales con el nombre de bubas o búas,
en más ocasiones), en la de Fernández está demostrado que existía en Améri-
de Oviedo, que describe a los primeros ca con anterioridad a la llegada de los
españoles buscadores de oro que re- españoles (lesiones óseas de caries
gresaban a su patria “… con la misma sicca en momias incaicas precolombi-
color dél [oro]; pero no con aquel nas), y que llegó a España con un piloto
lustre, sino hechos azamboas e de de los Pinzón, según asegura Ruy Díaz
color de azafrán o tericia”. Molina de Isla, difundiéndose rápidamente,
Solís (1904-1913) identifica como fie- como consta en un documnento del
bre amarilla una epidemia que afectó a archivo municipal de Sevilla, donde se

Archivos de zootecnia vol. 50, núm. 192, p. 607.


CORDERO DEL CAMPILLO

toman medidas contra “las mugeres to es que tuvo fortuna el nombre de


[…] pecadoras que padecían el mal sífilis, que debemos a Girolamo
que agora corre e dizen bubas, […] Fracastoro de Verona, autor de un
mal nuevo e de ultramar”. También poema épico en hexámetros dactílicos
aportan datos sobre el origen america- titulado Syphilis sive morbo gallico y
no los informes de Álvarez Chanca, del tratado De contagionibus et
sobre el empleo del guayacán o palo contagiosis morbis (Lyon, 1554).
santo, para su tratamiento en las Anti- Sílfido, blasfema del dios Apolo, el cual
llas, y la mención de Fray Ramón envía a la tierra la enfermedad que
Pané33, que también participó en el toma el nombre del blasfemo (Pérez
segundo viaje de Colón, del padeci- Ibáñez, 1994) 36.
miento en un indio de la Hispaniola F. Guerra (op. cit.) analiza las va-
(Santo Domingo). Fray Bartolomé de rias infecciones debidas a Treponema
las Casas, Fernández de Oviedo, Soares pallidum y sus subespecies (pallidum,
de Sousa34, Fray Toribio de Benavente, productor de la sífilis venérea;
Fray Bernardino de Sahagún etc. etc. pertenue, causante de la frambesia,
dan numerosas noticias sobre la pre- pian o yaws; epidemicum, agente del
sencia de las bubas en las poblaciones bejel, treponárida crónica de la infan-
indígenas y de su transmisión a los cia, no venérea, que afecta a mucosas,
españoles, lo que, no sin cierto sarcas- piel y huesos; carateum, responsable
mo, expresa el dicho según el cual de la pinta o pinto, caraté, cara u
España civilizó a América, y ésta overía), llegando a la conclusión de
sifilizó a España. que, en la época del Descubrimiento,
Una vez en Europa, se propagó con las bubas eran frambesia, el botor
gran rapidez, gracias a las guerras y papilomatoso que describe Díaz de Isla,
activas relaciones comerciales del si- forma rural tropical, que evolucionó en
glo XVI, de manera que pronto llegó a Europa hacia la forma venérea de
conocerse con centenares de nombres transmisión coital, ya en el primer ter-
distintos35, en todos los casos con la cio del siglo XVII, perdiendo las lesio-
común atribución de la dolencia a los nes floridas papilomatosas originales.
adversarios. Así, la llamaron mal Es muy posible que los treponemas
napolitano los franceses, los italianos americanos, que se implantaban en
y españoles devolvieron el piropo de- poblaciones europeas sin experiencia
nominándola mal francés o mal gáli- inmunitaria, acentuaran su virulencia,
co, los alemanes la citaban como mal del mismo modo que hemos visto ocu-
polaco, mal cristiano decían los tur- rrió con los agentes europeos introdu-
cos y no faltó quien la llamara sarna cidos en América. En todo caso, tam-
española, como dice Gómara. Lo cier- poco cabe excluir la posible mutación
de las cepas originarias.
33
R. Pané, Relaciones acerca de las antigüedades
36
de los indios, México, 1974. M.J. Pérez Ibáñez, “Mitos y textos médicos
34
G. Soares de Sousa, Tratado descriptivo do renacentistas”. En: J.M. Nieto Ibáñez, Estudios
Brasil em 1587, Sâo Paulo, 1950. de religión y mito en Grecia y Roma, Jornadas de
35
J. Bloch, Der Ursprung des Syphilis, Jena, 1901. Filología clásica de Castilla y León, 1994.

Archivos de zootecnia vol. 50, núm. 192, p. 608.


LAS GRANDES EPIDEMIAS EN LA AMÉRICA COLONIAL

EPIZOOTIAS cultura (Kitab al Felahah) del hispa-


no musulmán Abuzacaria Jahya
Del mismo modo que los humanos, Abenmohamed Mehemed, conocido
los animales que se llevaron a América como Benalaguan el Sevillano (siglo
portaban consigo agentes infecciosos XII), y por la obra de Juan Álvarez de
y parasitarios y, a su vez, padecieron Salamiella, Libro de Menescalia et
afecciones por agentes existentes en de Albeytería et Física de las Bes-
los territorios a los que fueron destina- tias, de 1290, donde se menciona como
dos. Hay en las crónicas indianas noti- “alvaraz, albarazo o mesiello”, que
cias dispersas y poco precisas, de Sanz Egaña37, comentando el libro de
intoxicaciones causadas por vegeta- Abuzacaría, identifica con las llama-
les, lesiones del casco, por carencia de das manchas o ronchas taléricas. De
herraduras y, sobre todo, de algunas la existencia en la Nueva España da
afecciones parasitarias a cargo de cuenta Suárez de Peralta en el siglo
agentes propiamente americanos XVI. En el siglo XIX llegó de nuevo a
(miasis – bicheras —, plagas de ga- Norteamérica, con sementales equinos
rrapatas, mosquitos, tábanos etc.), más importados de Francia, por lo que algu-
las causadas por parásitos específicos nos parasitólogos norteamericanos la
de los animales domésticos de origen atribuyen origen francés38, pero la exis-
europeo que, por supuesto, llegaron a tencia de durina en la reserva de los
América con ellos (hipodermas, indios papagos del Estado de Arizona,
gastrófilos, estros nasales etc.). Gene- frontero con el mejicano de Sonora,
ralmente, todas estas enfermedades todavía en l949, permite asegurar que
tomaron carácter enzoótico. esta infección venía de los días del
Las epizootias de importancia fue- dominio español.
ron escasas. En los équidos se cita la
existencia del muermo de origen espa- FIEBRE DE TEJAS
ñol, del que dice J. Suárez de Peralta, Más relieve tuvo la fiebre de Tejas,
criollo mejicano, primer albéitar de to- babesiosis que llegó a la América con-
das las Américas, que “algunas veces tinental con los bovinos procedentes
suele ser mortal y los Albeytares que del mediodía de España, donde Babesia
no lo entienden suele ser causa de bigemina todavía se diagnostica con
peligro”, insinuando su carácter frecuencia, tras la primera denuncia
zoonósico. El mismo autor cita los realizada por G. Pittaluga39. Apoyan el
lamparones cutáneos, y manifesta-
ciones identificables con la linfangitis
37
epizoótica y la papera en los équidos. C. Sanz Egaña, “Veterinaria árabe española”,
Revista Veterinaria Española, nº. 3, marzo, l930.
38
J.B. Malone, “Texas fever, two-headed calves
L A DURINA O MAL DEL COITO and the Hatch Act-Years and counting for
(TRYPANOSOMA EQUIPERDUM) Veteruinary Parasitology in the United States”.
Seguramente que pasó a América Veterinary Parasitology, 33: 3-29, 1989.
39
G. Pittaluga, en nota de la pág. 231 de la
con los caballos de la conquista, pues traducción española de la obra de P. Oreste,
consta de antiguo su existencia en la Enfermedades infecciosas de los animales do-
Península Ibérica, por el Libro de Agri- mésticos, Madrid, 1912.

Archivos de zootecnia vol. 50, núm. 192, p. 609.


CORDERO DEL CAMPILLO

origen hispano de esta piroplasmosis la Acosta informa que afectaba gra-


denominación inglesa de Spanish vemente a las alpacas la sarna, que los
staggers (tambaleo o vértigo espa- indios llamaban carache, enfermedad
ñol). La enfermedad se mantuvo que combatían mediante el inmediato
enzoóticamente en los bovinos explo- sacrificio y enterramiento, para evitar
tados en régimen extensivo, muchos su difusión, es decir, practicaban lo
de ellos asilvestrados (cimarrones), de que podemos llamar un stamping out
los Estados meridionales de la actual incaico. Polo de Ondegardo40, Guamán
Norteamérica, que heredó Méjico de Poma de Ayala 41 y otros, dan puntua-
España. De ellos se aprovechaba so- les noticias sobre brotes epizoóticos,
bre todo el cuero, pero la implantación pero es el Inca Garcilaso de la Vega,
del ferrocarril y la apertura de nuevos en sus Comentarios reales, quien des-
mercados, especialmente una vez cribe detalladamente la epizootia que
concluída la Guerra de Secesión de los afectó a las llamas en 1544, desde las
EE. UU., hizo que los Longhorn teja- cuales se “pegó al ganado bravo,
nos, conducidos por los vaqueros llamado huanacu y vicuña, pero no
(cowboys) en grandes manadas hacia se mostró tan cruel con ellos, por la
los puntos de embarque, con destino a región más fría en que andan”. En el
los mataderos, atravesaban territorios ganado doméstico dice que “despa-
donde la protozoosis era desconocida, chó, con grandisimo asombro y ho-
causando brotes epizoóticos importan- rror de indios y españoles, las dos
tes (Malone, op. cit.). No es claro si la tercias partes del ganado maior y
principal garrapata transmisora, menor, paco y huanaco”. El mismo
Boophilus annulatus, llegó con los cronista da cuenta de otra epizootia del
bovinos españoles, pero es posible. mismo origen, que afectó a las zorras
en 1548 y F. Montesinos42 comenta
SARNA sobre otra onda epizoótica más, ex-
Otra epizootia de la que aportan pandida entre “las ovejas y otros
información las crónicas es la sarna,
animales de campo, sobre todo en la
especialmente la de ovinos y auquéni-
costa” peruana, en la primera mitad
dos. Aunque los parasitólogos norte-
del siglo XVII.
americanos dicen que la sarna ovina
les llegó con los merinos importados de
Francia (Malone, op. cit.), en Sudamé- CARBUNCO BACTERIDIANO
rica se ha dicho que esta acariosis Escribe Gómara sobre cierta sarna
llegó en los primeros tiempos de la que daba a las ovejas y a otros anima-
colonización con los ovinos de España, les del campo “que mató como si
lo cual es verosímil, pero ya es más que fuera peste, la mayoría de ellas en
dudoso que anteriormente no existiera
sarna entre los camélidos sudamerica-
40
nos, pues las especies de Sarcoptes y J. Polo de Ondegardo, El mundo de los Incas,
Madrid, 1990.
Psoroptes cuentan con las variedades 41
F.G. Poma de Ayala, Nueva corónica y buen
aucheniae, específicas para los gobierno, Madrid, 1987.
auquénidos. 42
F. Montesinos, Anales del Perú, Madrid, 1906.

Archivos de zootecnia vol. 50, núm. 192, p. 610.


LAS GRANDES EPIDEMIAS EN LA AMÉRICA COLONIAL

los llanos, que ni las aves carnice- mias de mayor repercusión, hemos tra-
ras las querían comer”, pero es muy tado de poner de relieve la abundante
dudoso que la acariosis afectara a va- información existente en las Crónicas
rias especies distintas en condiciones y Relaciones de Indias, así como en
tan dramáticas, que recuerdan la muchas memorias e informes oficiales
epizootia de la que hablan Obsequens, de las autoridades coloniales, enviados
Tito Livio y Virgilio, que nosotros iden- a la Corona, y las de los religiosos a sus
tificamos con el carbunco bacteri- superiores de España, tales como las
diano 43 . Cartas annuas de los jesuítas. Estas
Posiblemente sea esta misma en- obras, junto con las debidas a autores
fermedad la que se refiere en el Acta portugueses, permiten afirmar que la
del Cabildo de Buenos Aires, fechada Patología tropical o exótica, como tam-
el 24 de marzo de 1609, que recoge bién se ha llamado, tuvo su origen en
Besio Moreno44, que afectó al “… informes de los navegantes y explora-
ganado bacuno, obejas y cabras y dores de la Península Ibérica, pues
ganado de cerda y esto en tanto lusitanos y españoles fueron quienes
extremo que se tiene por rramo de primero se aventuraron por el Océano
pestilencia y llega ya a las chácaras Atlántico central y meridional, explo-
del río Luxán…”. rando tierras desconocidas.
La descripción de otra epizootia, La segunda enseñanza que se ex-
que da el P. Martín Dobrizhoffer45, trae del análisis de las epidemias es el
vinculada a determinados pastos, en- potencial que tienen para afectar a las
caja en los campos malditos contami- poblaciones afectadas ex novo, que
dados por Bacillus anthracis, presen- puede llegar a la eliminación de gran-
te en La Argentina desde los primeros des contingentes e influir en la deca-
tiempos coloniales, según O.A. dencia de civilizaciones. La desapari-
Pérez 46 . ción de los antecesores del caballo en
América, donde se han encontrado
abundantes restos fósiles, se puede
EPÍLOGO explicar como resultado de epizootias
mortíferas, del mismo modo que se
A lo largo de la síntesis precedente, especula sobre causas análogas para
en la que sólo se mencionan las epide- la extinción de la cultura maya.
Finalmente, la tercera observa-
ción es el papel de las epidemias
43
M. Cordero del Campillo, “On the Roman God nuevas para América en la elimina-
Verminus”. Historia Medicinae Veterinariae. 24 ción de grandes contingentes de in-
(1): 11-19, 1999.
44
N. Besio Moreno, “Historia de las epidemias en
dígenas, hecho que exonera a Espa-
Buenos Aires”. Cátedra de Historia de la Medici- ña del genocidio que los adversa-
na, Buenos Aires, 1940. rios del poderío de nuestro imperio
45
M. Dobrizhoffer, Historia de los abipones, interesadamente difundieron, apoya-
Buenos Aires, 1967.
46
O.A. Pérez, Historia de la Veterinaria en el Río dos en españoles como B. de las
de la Plata, Buenos Aires, l994. Casas y otros. Se admite actualmen-

Archivos de zootecnia vol. 50, núm. 192, p. 611.


CORDERO DEL CAMPILLO

te (Leonard, 1979; Diamond, 1997; mente, introdujeron en América, tuvie-


Guerra, 1999)47 que, aparte de la su- ron los efectos de una guerra biológica
perioridad técnica de los españoles, los que favoreció la victoria sobre los indí-
agentes infecciosos que, inadvertida- genas.

47
J.M. Leonard, “América pre-colombina”, Time-
Life Int., Nederland, l979. J. Diamond, Guns,
germs and steel, Jonathan Cape, 1997. El Prof.
F. Guerra ha tratado ampliamente la cuestión y
reune en su obra antes citada, abundante biblio-
grafía.

Archivos de zootecnia vol. 50, núm. 192, p. 612.

Anda mungkin juga menyukai