RESUMEN
y otras simientes, figuran en las Ins- los animales, pues las especies exóti-
trucciones dadas a Pedrarias Dávila cas europeas encontraron un ambiente
por el Rey Católico (1513), junto con virgen, donde, al no existir congéneres
animales vivos para recriar, todo ello (salvo el caso de los perros), era más
"por las ansias que los españoles limitada la nómina de agentes patógenos
tuvieron por ver cosas de su tierra comunes. Además, el tráfico fue
en las Indias", como dice el Inca mayoritariamente entre Europa y Amé-
Garcilaso de la Vega11. Aunque no nos rica y no al contrario, si se exceptúan
interesa en este momento el intercam- el pavo, el cobayo y pocas especies
bio de vegetales entre el Nuevo y el más que llegaron a Europa.
Viejo Mundo, anotemos que de Amé- La primera observación de los sani-
rica salieron maíz, cacao, patata, taba- tarios españoles fue que las enferme-
co, pimiento, tomate, judía, calabaza, dades infecciosas afectaban de modo
girasol, cacahuete, vainilla, chumbera distinto a los indígenas que a los euro-
y varias plantas más, en tanto que peos. Diego Álvarez Chanca, médico
aquel continente recibió la caña de que acompañó a Colón en su segundo
azúcar, trigo, vid, platanera, arroz, café, viaje, es quien nos da la primera noticia
cítricos, olivo, melón, mango y cáña- directa, al advertir que la gripe afecta-
mo 12. ba más intensamente a los indios que a
los españoles13. Fray B. de las Casas,
en su alegato proindigenista, afirma
CONSECUENCIAS DEL ENCUENTRO que eran "gentes delicadas, flacas y
DE POBLACIONES tiernas en complission y que menos
pueden sufrir trabajos y que más
Los resultados de este tráfico de facilmente mueren de cualquier en-
seres vivos (el clash of peoples, de fermedad"14. Fray Toribio de Bena-
los anglosajones) fueron trascenden- vente comenta los padecimientos que
tes desde muchos puntos de vista. afectan a "los que nuevamente vie-
Epidemiológicamente, dejando de lado nen de Castilla [… que] adolecen
los vegetales, la máxima importancia muchos y mueren algunos"15. Otros
la adquirió el trasiego humano, no por- testimonios hallamos en numerosos cro-
que lo decidamos antropocéntrica- nistas (B. Álvarez, Aguado, Cárdenas,
mente, sino porque los intercambios de Caulín, Díaz de Guzmán, Herrera
agentes patógenos fueron más cons-
tantes y fáciles de implantar entre los
humanos europeos y amerindios, seres 13
Cfr. las obras del Dr. Calatraveño, Hechos mé-
de la misma especie, que en el caso de dicos relacionados con el Descubrimiento de
América, Madrid, 1892 y F. López-Ríos
Fernández, Medicina naval española en la época
de los descubrimientos, Barcelona, 1993.
11 14
Inca Garcilaso de la Vega, Comentarios reales, B. de las Casas, Brevissima relación de la
Madrid, 1976. destruyción de las Indias, Sevilla, 1552, facsí-
12
J. García París, Intercambio y difusión de plan- mil, Madrid, 1977.
tas de consumo entre el Nuevo y el Viejo Mundo, 15
T. de Benavente, Motolinía, Relaciones de la
Madrid, 1991. Nueva España, México, 1994.
etc.),16 que confirman el distinto com- para los amerindios que para europeos
portamiento de indios y europeos ante y africanos.
un mismo agente morbígeno, lo que Hay en las crónicas frecuentes no-
actualmente consideramos un exce- ticias sobre pestilencias, fiebres y
lente ejemplo de la doctrina de los calenturas pútridas, modorras, ma-
"focos naturales de infección" que les de costado, cámaras, llagas y
formuló J. N. Pawlowski17. El encuen- otras dolencias no siempre fáciles de
tro de poblaciones europeas y ameri- identificar etiológicamente. Nos refe-
canas supuso el intercambio de agen- riremos solamente a las epidemias que
tes patógenos nuevos para uno y otro mayor importancia tuvieron en la des-
grupo étnico, y las enfermedades cur- aparición de las poblaciones indígenas,
saban de modo distinto en unos u otros, más las enfermedades americanas in-
en armonía con la existencia o caren- troducidas en Europa y África. Final-
cia de experiencia inmunitaria previa. mente, citaremos información de inte-
En términos ecológicos, podemos de- rés veterinario.
cir que la irrupción europea alteró el
equilibrio inestable y dinámico existen- LA GRIPE
te en las biocenosis autóctonas, al in- Es la primera enfermedad epidémi-
troducir agentes patógenos exóticos, ca que llegó a América, durante el
por una parte y, por otra, nuevas pobla- segundo viaje de Colón. El Almirante
ciones que, a su vez, experimentaban llevaba caballos y cerdos que llegaron
infecciones por agentes patógenos para "perdidos", lo mismo que los expedi-
los que carecían de defensas. Así pues, cionarios, según dice Fray B. de las
a América llegaron enfermedades de Casas, quien anota que "comenzó la
Europa y de África y, desde aquélla, gente a tan de golpe a caer enferma
partieron otras en sentido inverso. Las […] de calenturas terribles", resul-
consecuencias fueron más dramáticas tando de la enfermedad que "murie-
ron más de las dos partes o la mitad
de los españoles, y de los propios
16
B. Álvarez, De las costumbres y conversión de indios murieron tantos que no pu-
los indios del Perú. Memorial a Felipe II, 1588, dieron contar…", comenta Fernández
Madrid, 1998; P. Aguado, Recopilación historial de Oviedo18. P. Mártir de Anglería19
de Sancta Marta …, Bogotá, 1956; J. de Cárde-
nas, Problemas y secretos maravillosos de las
escribe que "estaban los indios muer-
Indias, Madrid, 1988; A. Caulín, Historia, tos a cada parte. El hedor era muy
corografía natural y evangélica de la Nueva grande y pestífero". Los signos clíni-
Andalucía…, Madrid, 1965; R. Díaz de Guzmán, cos que describen los testigos presen-
La Argentina, Madrid, 1996, y A. de Herrera y
Tordesillas, Historia general de los hechos de los
ciales permiten la identificación del
castellanos en las islas y Tierra Firme del Mar proceso como gripe, causada por In-
Océano, Madrid, 1991. fluenza virus, de la familia Orthomy-
17
J.N. Pawlowski, Vest. Akad. Nauk. SSSR, 10:
98-108, 1939. Traducción inglesa por N.D.
18
Levine y F.K. Plous, Jr, Natural nidality of G. Fernández de Oviedo, Historia general y
transmissible diseases with special reference to natural de las Indias, Madrid, 1959.
19
landscape epidemiology of zooanthroponoses, P. Mártir de Anglería, Décadas del Nuevo
Urbana, Ill, USA, 1966. Mundo, México, 1964.
En la Nueva España (1526), falle- las naves a San Juan de Ulúa. Según
ció de tifo un personaje importante, el Gerhard31, la epidemia causó centena-
juez de residencia Don Juan Ponce de res de miles de víctimas en la Nueva
León, de cuya muerte da cuenta Hernán España entre 1576-1581. Por supues-
Cortés a Carlos V 28, pues se había to, en otros muchos puertos atlánticos
especulado sobre su posible envena- se produjeron brotes de tifo, incluyen-
miento, para evitar, según se decía, do los territorios del Río de la Plata,
que descubriera malas acciones del donde enfermaron los colonizadores
conquistador. López de Gómara, Díaz que fundaron por primera vez Buenos-
del Castillo y otros lo niegan, y sostie- Aires, bajo el mando de Pedro de
nen que el mal venía con la flota (“De Mendoza (1536).
cien personas que embarcaron con
el Licenciado Luis Ponce de León, LA FIEBRE AMARILLA
las más murieron en la mar, y en Causada por un Flavivirus, actual-
comienzo, y a muy pocos días que mente endémica en gran parte de las
llegaron a tierra”, dice Gómara). zonas selváticas de Sudamérica, es
Pronto se difundió por todo el territorio posible que existiera antes del Descu-
mejicano de Nueva Galicia (Jalisco), brimiento, según cabe deducir de la
en 1530, y reapareció en la capital mención del vómito de sangre, la dia-
mejicana en 1545, donde, en palabras rrea con melena y otros signos carac-
de Fray Bernardino de Sahagún 29 , terísticos de la enfermedad en textos
“hubo una pestilencia grandísima y mayas y aztecas prehispánicos, más la
universal, donde en toda esta Nue- referencia del obispo Diego de Lan-
va España murió la mayor parte de da32 a una epidemia entre los indígenas
la gente que en ésta había". El fraile, en 1480. Sin embargo, los autores
cuenta que en la propia ciudad de anglosajones atribuyen origen africa-
Méjico y en Tlatelolco, él enterró más no a la virosis, fundándose, entre otras
de 10000 cadáveres. La enfermedad, razones, en la inexistencia del mosqui-
conocida como cocoliste en nahuatl, to vector (Aedes aegypti) en América,
cara flaca, dice Fray Bernardino que antes del periodo colonial, y en la pre-
comienza “aparecer con vnas pintas sencia endémica de la enfermedad en
como de cardenillo” y que causó los territorios del África occidental y
“gran baque” al Colegio de Santa del Golfo de Guinea, de donde proce-
Cruz. También García-Abásolo30 des- dían muchos de los esclavos llevados a
taca los desastres de las epidemias de América, más los estudios inmuno-
1543-1548 y el nuevo brote en 1576, lógicos comparados entre indígenas
vinculado en este caso al comercio de africanos y americanos, que demues-
esclavos con Guinea, cuando arribaron tran mayor experiencia inmunitaria
entre los primeros. De todos modos,
28
H. Cortés, Cartas de Relación, Madrid, 1985.
29 31
B. de Sahagún, Historia general de las cosas de P. Gerhard, Geografía histórica de la Nueva
Nueva España, Madrid,1994. España, México, 1986.
30 32
A.F. García-Abásolo, Martín Enríquez y la re- D. de Landa, Relaciones de las cosas del Yucatán,
forma de 1568 en Nueva España, Sevilla, 1983. México, 1982.
también se argumenta que el virus está Méjico en 1527, aunque Guerra (op.
presente en los monos americanos, cit.) lo duda.
especialmente en las zonas en torno al La fiebre amarilla alcanzó gran di-
Ecuador, con ciclo selvático en el que fusión en los siglos XVII y XVIII,
intervienen mosquitos del género afectando a los territorios tropicales y
Haemagogus y Aedes leucolaenus. condicionando el resultado de algunas
Sea como fuere, sabemos que Co- empresas bélicas, como la invasión
lón pasó por el archipiélago de Cabo holandesa del Brasil (1625), los ata-
Verde en su tercer viaje (1498), aban- ques de piratas a Cartagena de Indias,
donando rápidamente la isla de Santia- La Habana y otros lugares, el fracaso
go, calificada como enfermísima, por- de la represión francesa de las rebelio-
que, tanto él como muchos otros miem- nes negras de Haití, en el siglo XVIII,
bros de la expedición, enfermaron de y las dificultades que tuvieron que
un proceso identificado como fiebre afrontarse en la construcción del Ca-
amarilla. También Francis Drake tuvo nal de Panamá.
idéntica experiencia en este mismo Otras muchas enfermedades hu-
archipiélago en 1585, cuando se dirigía manas están vinculadas a la coloniza-
a atacar los establecimientos españo- ción (dengue, parotiditis, lepra,
les en América. Por todo ello, se cree salmonelosis, paludismo, leishmaniosis
que, hubiera o no fiebre amarilla antes etc.), pero no tuvieron los terribles
del Descubrimiento, otras ondas epi- efectos que las antes seleccionadas.
démicas se asocian al tráfico europeo Algunas parasitosis cruzaron el Atlán-
relacionado con África, aparte de ad- tico en uno y otro sentido, especial-
mitirse que Aedes aegypti fue trasla- mente entre África y América y vice-
dado desde el área mediterránea. versa, pero sus consecuencias no tu-
Descripciones de dolencias identifi- vieron posible comparación con las
cables con la fiebre amarilla se en- grandes infecciones que nos han ocu-
cuentran en la obra de Bernal Díaz del pado. Terminaremos mencionando una
Castillo (“…soldados todos dolien- cuyo origen más polémicas ha suscita-
tes y muy amarillos e hinchadas las do: la sífilis.
barrigas”, llegados a Veracruz pro-
cedentes de Jamaica, y su propia en- LA SÍFILIS
fermedad, en la que “echaba sangre Que aparece en la crónicas colo-
por la boca”, síntomas que menciona niales con el nombre de bubas o búas,
en más ocasiones), en la de Fernández está demostrado que existía en Améri-
de Oviedo, que describe a los primeros ca con anterioridad a la llegada de los
españoles buscadores de oro que re- españoles (lesiones óseas de caries
gresaban a su patria “… con la misma sicca en momias incaicas precolombi-
color dél [oro]; pero no con aquel nas), y que llegó a España con un piloto
lustre, sino hechos azamboas e de de los Pinzón, según asegura Ruy Díaz
color de azafrán o tericia”. Molina de Isla, difundiéndose rápidamente,
Solís (1904-1913) identifica como fie- como consta en un documnento del
bre amarilla una epidemia que afectó a archivo municipal de Sevilla, donde se
los llanos, que ni las aves carnice- mias de mayor repercusión, hemos tra-
ras las querían comer”, pero es muy tado de poner de relieve la abundante
dudoso que la acariosis afectara a va- información existente en las Crónicas
rias especies distintas en condiciones y Relaciones de Indias, así como en
tan dramáticas, que recuerdan la muchas memorias e informes oficiales
epizootia de la que hablan Obsequens, de las autoridades coloniales, enviados
Tito Livio y Virgilio, que nosotros iden- a la Corona, y las de los religiosos a sus
tificamos con el carbunco bacteri- superiores de España, tales como las
diano 43 . Cartas annuas de los jesuítas. Estas
Posiblemente sea esta misma en- obras, junto con las debidas a autores
fermedad la que se refiere en el Acta portugueses, permiten afirmar que la
del Cabildo de Buenos Aires, fechada Patología tropical o exótica, como tam-
el 24 de marzo de 1609, que recoge bién se ha llamado, tuvo su origen en
Besio Moreno44, que afectó al “… informes de los navegantes y explora-
ganado bacuno, obejas y cabras y dores de la Península Ibérica, pues
ganado de cerda y esto en tanto lusitanos y españoles fueron quienes
extremo que se tiene por rramo de primero se aventuraron por el Océano
pestilencia y llega ya a las chácaras Atlántico central y meridional, explo-
del río Luxán…”. rando tierras desconocidas.
La descripción de otra epizootia, La segunda enseñanza que se ex-
que da el P. Martín Dobrizhoffer45, trae del análisis de las epidemias es el
vinculada a determinados pastos, en- potencial que tienen para afectar a las
caja en los campos malditos contami- poblaciones afectadas ex novo, que
dados por Bacillus anthracis, presen- puede llegar a la eliminación de gran-
te en La Argentina desde los primeros des contingentes e influir en la deca-
tiempos coloniales, según O.A. dencia de civilizaciones. La desapari-
Pérez 46 . ción de los antecesores del caballo en
América, donde se han encontrado
abundantes restos fósiles, se puede
EPÍLOGO explicar como resultado de epizootias
mortíferas, del mismo modo que se
A lo largo de la síntesis precedente, especula sobre causas análogas para
en la que sólo se mencionan las epide- la extinción de la cultura maya.
Finalmente, la tercera observa-
ción es el papel de las epidemias
43
M. Cordero del Campillo, “On the Roman God nuevas para América en la elimina-
Verminus”. Historia Medicinae Veterinariae. 24 ción de grandes contingentes de in-
(1): 11-19, 1999.
44
N. Besio Moreno, “Historia de las epidemias en
dígenas, hecho que exonera a Espa-
Buenos Aires”. Cátedra de Historia de la Medici- ña del genocidio que los adversa-
na, Buenos Aires, 1940. rios del poderío de nuestro imperio
45
M. Dobrizhoffer, Historia de los abipones, interesadamente difundieron, apoya-
Buenos Aires, 1967.
46
O.A. Pérez, Historia de la Veterinaria en el Río dos en españoles como B. de las
de la Plata, Buenos Aires, l994. Casas y otros. Se admite actualmen-
47
J.M. Leonard, “América pre-colombina”, Time-
Life Int., Nederland, l979. J. Diamond, Guns,
germs and steel, Jonathan Cape, 1997. El Prof.
F. Guerra ha tratado ampliamente la cuestión y
reune en su obra antes citada, abundante biblio-
grafía.